Ondarroako herritarrek Ekai gazte transexuala agurtu dute

Chrysallis EH elkarteak deituta, Ondarroako herritarrek «gero arte» esan diote Ekairi, aste honetan hilik aurkitu zuten 16 urteko gazte transexuala. Ehunka lagun batu dira ‘Ekai maite zaitugu’ zioen pankarta baten aurrean, 15 minutuz, Mikel Laboaren ‘Txoria txori’ abestiak soilik hautsi duen isiltasun batek lagunduta.

Ehunka lagun batu dira Ondarroan Ekai gazte transexualari azken agurra emateko. (Aritz LOIOLA / ARGAZKI PRESS)

Ehunka herritarrek «maite zaitugu» esan nahi izan diote azken aldiz Ekai transexual ondarrutarrari, ostegunean hilik aurkitu zuten 16 urteko gaztea. Chrysallis EH elkarteak deituta, Ondarroako herritarrek gaztea agurtu dute, larunbat arratsaldean egin den elkarretaratzean.

15 minututan luzatu da elkarretaratzea, isiltasunean. ‘Ekai maite zaitugu’ zioen pankarta bat eta kandelaz osatutako bihotzak osatzen zuten elkarretaratzearen lehen lerroa. Une hunkigarriena Ekairen gurasoak zerbait aurreratu direnean iritsi da, bozgoragailuetatik Mikel Laboaren ‘Txoria txori’ abestia entzungai zegoen bitartean.

Senide eta lagunei babesa erakustearekin batera, «aurrera begira lanean jarraitzeko beharra» azpimarratu du Ondarroako Udalak. «Azken egun zail hauetan, euren bihotz onez lanean aritu diren herritar eta elkarteei bere esker ona adierazi die udalak, eta bereziki transfobiaren kontra eta gorputz eta identitate aniztasunaren alde lanean ari direnen jarrera txalotu».

Zentzu horretan, Ekairen heriotza «alperrik izan ez dadin» Ondarroako Udalak «aurrerantzean ere bere esku dagoen guztia» egingo duela nabarmen du. «Maite zaitugu», errepikatu du Udalak.

Margen Izquierda Margen derecha Duranguesado Costa Nervión Ibaizabal Álava Gipuzkoa Miranda Haro El suicidio de Ekai conmociona Ondarroa, que hoy le ha recordado con una concentración

La asociación Chrysallis Euskal Herria denuncia que el menor «llegó a su límite» al no haber conseguido un tratamiento hormonal que frenase su pubertad

Ekai Lersundi, con su padre, apareció a finales de noviembre en un informativo de La Sexta para dar su testimonio. / La Sexta

La localidad vizcaína de Ondarroa será este sábado escenario de una concentración en recuerdo de Ekai, el joven transexual de 16 años que acabó con su vida tras una larga lucha por sentirse comprendido en una sociedad que no reconocía su verdadera identidad sexual. Su madre le encontró muerto el jueves en su habitación de la vivienda familiar de Ondarroa.

El Ayuntamiento de Ondarroa, que hoy ha colocado la bandera del arco iris en su balcón, ha animado a los vecinos a participar en la concentración mediante un comunicado en el que lamenta las trabas que encontró el joven a la hora de poder llevar a cabo su cambio de sexo. Además, ha elogiado la actitud que han mantenido sus padres al haber apoyado y protegido al chico, pese a lo difícil que, en una situación como la del joven, puede resultar para algunas familias «romper las normas sociales» y ayudar a sus hijos.

El suicidio de Ekai, un adolescente transexual que llevaba años peleando por poder mostrarse como se sentía, ha conmocionado a la localidad ondarresa especialmente a las familias de la asociación Chrysallis Euskal Herria, que luchan por una ley que proteja y reconozca los derechos a los menores y jóvenes cuyo «sexo registral» no coincide con su género. «Estaba al límite y cuando llegó la adolescencia no pudo soportarlo», explica Bea Sever, la portavoz de la asociación. Se ha marchado «sin hacer ruido» y temen que no sea el único caso. «En la asociación tenemos cuatro o cinco chavales que también están en una situación insostenible, algunos incluso tomando antidepresivos porque no pueden más».

Ekai se sentía descontento con su cuerpo, hasta tal punto que ni se miraba al espejo. Estaba siendo sometido a seguimiento en la Unidad de Género del Hospital de Cruces pero, a pesar de la pelea de sus padres Ana y Elaxar por conseguir un tratamiento hormonal que frenase su pubertad, no lo habían conseguido. «El protocolo es muy estricto y está condicionado por el dictamen de médicos y psiquiatras. Normalmente, se autoriza a partir de los 16 años pero para Ekai ya llega tarde», denuncian desde la asociación, que demandan que el inicio del tránsito de estos chavales a su verdadera identidad no esté condicionada por criterios médicos. Como tampoco llegó a tiempo la formación que los responsables del Gobierno vasco habían prometido dar docentes y alumnos del instituto donde estudiaba Ekai para evitar situaciones de acoso, malentendidos y humillaciones. «Se comprometieron en febrero del año pasado y aún no habían hecho nada».

Tímido y retraído

Gracias a su lucha sin denuedo y a la de sus padres, Ekai había conseguido que sus compañeros y profesores le llamasen por el nombre con el que se identificaba, aunque en su DNI apareciese el que le pusieron al nacer. Precisamente, a finales de noviembre Ekai se prestó a aparecer con su padre Elaxar en un informativo de La Sexta para dar su testimonio, a raíz de que el pleno del Congreso aprobase los trámites para que los menores transexuales pudiesen cambiar su nombre y sexo en el Registro Civil sin necesidad de presentar informes médicos. «Explicar a todo el mundo que eso no es así, que esos documentos están mal, te hace pasar muy malos ratos», explicaba ante las cámaras Ekai. Tampoco pudo cumplir este deseo.

Demasiadas batallas para un adolescente. De carácter tímido y retraído, Ekai veía como su cuerpo cambiaba, sentía la incomprensión de la sociedad, y no pudo soportarlo más; estaba cansado de tanto pelear en su todavía corta vida. Su familia había presentado una queja ante los responsables médicos de Osakidetza pero, según Bea Sever, no sirvió para adelantar un tratamiento que quién sabe si hubiese evitado lo ya irremediable.

«Nos queda la sensación de fracaso, de no haber estado a la altura, de no haber sabido adelantarnos a los acontecimientos. Nos queda la rabia y una tremenda impotencia, pero también la necesidad de seguir luchando. Detrás queda la colección de quejas ante el Hospital de Cruces, las preguntas incomodas y los items que no se cumplen. Detrás queda una familia destrozada. Detrás quedan los anhelos de un gran artista y una vida frustrada», explica en un emotivo comunicado la asociación Chrysallis, que ha convocado este sábado una concentración a las cinco de la tarde en la plaza de Ondarroa para despedir a Ekai y rendir homenaje a su lucha. Tras lamentar su muerte, Save the Children, ha recordado que «como colectivo especialmente vulnerable, los menores transexuales merecen una protección especial por parte de las administraciones públicas».

Normativa «muy desfasada»

La trágica noticia de la muerte de Ekai ha caído como un jarro de agua fría en el seno de Chrysallis, la asociación que desde hace tres años lucha por los derechos de estos menores y por mejorar su calidad de vida. Llega solo unos días después de que representantes de la asociación compareciesen ante la comisión de Derechos Humanos e Igualdad del Parlamento de Vitoria para presentar los cambios que proponen a la ley vasca de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, promulgada en 2012 y que «se ha quedado «muy desfasada». «Requiere con urgencia una adaptación de los diferentes protocolos y normas, principalmente en los sectores educativo y sanitario», denuncian.

Salieron «optimistas» de la comisión, ya que encontraron «receptividad» a sus demandas entre los representantes de todos los partidos. Uno de sus principales caballos de batalla es precisamente, la «despatologización» de la transexualidad. «No es ninguna enfermedad ni ningún trastorno, es simplemente una expresión más de la diversidad humana». Por eso rechazan que se «bloquee y retrase» exclusivamente por criterios médicos la administración de los tratamientos que necesitan para «su desarrollo como personas».

Chrysallis tiene como espejo las leyes aprobadas recientemente por las comunidades andaluza o navarra, que son «más avanzadas y respetuosas con la identidad sexual». Ambas normativas «rechazan de plano» cualquier examen psicológico o prueba médica para acreditar la situación de transexualidad. El protocolo que sigue Osakidetza a la hora de aprobar la administración de tratamientos hormonales a los menores transexuales establece la edad de inicio a los 16 años, atendiendo al consenso actual de la Sociedad Americana de Endocrinología. Sin embargo, en la guía de atención a este colectivo del Departamento de Salud también se reconoce que «esta edad es posterior a la del inicio normal del desarrollo puberal para la mayoría de las personas, por lo que no necesariamente debe establecerse como norma generalizable». «Tenemos comprobado que una persona que inicia el tránsito de identidad en la infancia llega feliz a la edad adulta; si lo hace en la adolescencia o después es mucho más complicado», apunta Bea Sever.

Con respecto a este caso, Equo Berdeak ha señalado que, «una vez más, se pone de manifiesto que la normativa actual queda muy alejada de la realidad y somete a las personas que quieren iniciar un proceso de transición a una serie de obstáculos que, en los casos más trágicos, provocan desenlaces irreversibles». La formación política ha considerado que «la responsabilidad es compartida en estos casos de suicidio, pero las administraciones públicas han de ser más competentes y deben cumplir con sus obligaciones y compromiso para con estas personas». «En pleno siglo XXI las personas trans continúan padeciendo procesos demasiado traumáticos», ha denunciado.

Un adolescente transexual de 16 años se suicida en Vizcaya

El menor «estaba al límite» al no haber conseguido un tratamiento hormonal que frenase su pubertad.

Ekai Lersundi, con su padre, apareció a finales de noviembre en un informativo de La Sexta para dar su testimonio.

Tenía solo 16 años y toda la vida por delante pero para él, que se sentía atrapado en un cuerpo con el que no se identificaba, era una condena. Más ahora, que la adolescencia había brotado y hacía evidente lo que él trataba de ocultar. Ekai era todo un luchador, pero la batalla era tan desigual no pudo más y tiró la toalla. Su madre le encontró muerto este jueves en su habitación de la vivienda familiar de Ondarroa.

El suicidio de Ekai, un niño transexual que luchaba porque se le reconociera su verdadera identidad de género, ha conmocionado a las familias de la asociación Chrysallis Euskal Herria, que luchan por una ley que proteja y reconozca los derechos a los menores y jóvenes que han nacido con un género equivocado. «Estaba al límite y cuando llegó la adolescencia no pudo soportalo», explica Bea Sever, la portavoz de la asociación. Se ha marchado «sin hacer ruido» y temen que no sea el único caso. «En la asociación tenemos cuatro o cinco chavales que también están en una situación insostenible, algunos incluso tomando antidepresivos porque no pueden más».

Ekai estaba siendo sometido a seguimiento en la Unidad de Género de Cruces pero, a pesar de la lucha de sus padres Ana y Elaxar por conseguir un tratamiento hormonal que frenase su desarrollo, no lo habían conseguido. «El protocolo es muy estricto y está condicionado por el dictamen de médicos y psiquiatras. Normalmente, se autoriza a partir de los 16 años pero para Ekai ya llega tarde», denuncian desde la asociación, que demandan que el inicio del tránsito de estos chavales a su nueva identidad no esté condicionada por criterios médicos. Como tampoco llegó a tiempo la formación que los responsables del Gobierno vasco habían prometido dar docentes y alumnos del instituto donde estudiaba Ekai para evitar malentendidos y humillaciones. «Se comprometieron en febrero del año pasado y aún no habían hecho nada».

Tímido y retraído

Gracias a su lucha sin denuedo y a la de sus padres, Ekai había conseguido que sus compañeros y profesores le llamasen por el nombre con el que se identificaba, aunque en su DNI apareciese el que le pusieron al nacer. Precisamente, a finales de noviembre Ekai se prestó a aparecer con su padre Elaxar en un informativo de La Sexta para dar su testimonio, a raíz de que el pleno del Congreso aprobase los trámites para que los menores transexuales pusidesen cambiar su nombre y sexo en el Registro Civil sin necesidad de presentar informes médicos «Explicar a todo el mundo que eso no es así, que esos documentos están mal, te hace pasar muy malos ratos», explicaba ante las cámaras Ekai. Tampoco pudo cumplir este deseo.

De carácter tímido y retraído, Ekai veía como su cuerpo cambiaba y no pudo soportarlo más. Su familia había presentado una queja ante los responsables médicos de Osakidetza pero, según Bea Server, no sirvió para adelantar un tratamiento que quién sabe si hubiese evitado lo ya irremediable. Este sábado, la asociación Chrysallis ha convocado una concentración a las cinco de la tarde en la plaza de Ondarroa para despedir a Ekain y rendir homenaje a su lucha.

Ondarroa despide al joven Ekai en una protesta contra la transfobia

Ekai se quitó la vida a la espera de recibir un tratamiento hormonal que nunca llegó

El Ayuntamiento del municipio vizcaíno declara tres días de luto por la muerte del adolescente

Vecinos de Ondarroa (Bizkaia) han recordado a Ekai, el joven de 16 años de edad que se ha suicidado cuando se encontraba a la espera de recibir en la Unidad de Género’ del Hospital de Cruces el tratamiento hormonal que necesitaba.Ana, la madre de Ekai, le encontró muerto el pasado jueves en su habitación de la vivienda familiar. La muerte de Ekai ha impactado con dureza en Chrysallis Euskal Herria, la asociación de familias de menores transexuales, en la localidad de Ondarroa y en la sociedad vasca en general, donde algunos partidos han reclamado a Osakidetza una revisión de los protocolos que aplica a los jóvenes trans.

Beatriz Sever ‘Bea’, portavoz de la asociación, incluso ha advertido de que muchos menores transexuales de la asociación se encuentran en la “cuerda floja”.

En la movilización, desarrollada en silencio en la plaza del Ayuntamiento de Ondarroa y convocada por Chrysallis Euskal Herria, los participantes han dibujado en el suelo con velas un corazón en cuyo interior se leía Ekai. También han situado en el lugar un centro con flores junto con la pancarta ‘Ekai maite zaitugu’ (Ekai te queremos).

Con la movilización, en la que se han podido ver numerosas banderas con el arco iris, símbolo del colectivo, los convocantes han querido denunciar la situación que viven “niñas, niños y jóvenes a quienes se les está negando una y otra vez su identidad”.

Tras diez minutos de concentración, representantes de la Asociación de Familias de Menores Transexuales han leído un comunicado en el que han indicado que sienten “el corazón roto, dolor y mucha rabia”, pero anuncian que van a seguir trabajando, no desde el sentimiento de rabia y dolor, “sino desde el amor” hacia sus hijas e hijos.

Días de luto
El Ayuntamiento de Ondarroa ha declarado tres días de luto de Ekain y ha colocado a media asta, hasta el domingo, una bandera con el arco iris, símbolo de ese colectivo. También ha lamentado que en los últimos años, por su condición de transexual, el joven Ekai se viera obligado a superar numerosas trabas impuestas por distintas entidades, en una “pelea” en la que se vio involucrada toda su familia.

El Ayuntamiento ha elogiado, en este sentido, la actitud que han mantenido sus padres al haber apoyado y protegido al chico, pese a lo difícil que, en una situación como la del joven, puede resultar para algunas familias “romper las normas” sociales y ayudar a sus hijos.

El Consistorio ha reafirmado su compromiso contra la transfobia y ha anunciado que continuará trabajando para construir un pueblo donde se garanticen los derechos de todas las personas, sin ningún tipo de discriminación.

Ondarroa llora en silencio la muerte de Ekai

Los padres de Ekai, el adolescente transexual de 16 años, durante la concentración llevada a cabo en la plaza del Ayuntamiento de Ondarroa. MIGUEL TOÑAEFE

Vecinos de Ondarroa han recordado este sábado a Ekai, el joven de 16 años de edad que se encontraba a la espera de recibir en la ‘unidad de género’ del Hospital de Cruces “el tratamiento hormonal que necesitaba”, y que este pasado jueves se quitó la vida.

En la movilización, desarrollada en silencio en la plaza del Ayuntamiento de Ondarroa y convocada por la Asociación de Familias de Menores Transexuales, Chrysallis Euskal Herria, los participantes han dibujado en el suelo con velas un corazón en cuyo interior se leía Ekai. Asimismo, han situado en el lugar un centro con flores junto a una pancarta en la que se podía leer ‘Ekai maite zaitugu’ (Ekai te queremos).

Con la movilización, en la que se han podido ver numerosas banderas con el arco iris, símbolo del colectivo, los convocantes han querido denunciar la situación que viven “niñas, niños y jóvenes a quienes se les está negando una y otra vez su identidad”.

Tras diez minutos de concentración, representantes de la Asociación de Familias de Menores Transexuales han leído un comunicado en el que han indicado que sienten “el corazón roto, dolor y mucha rabia”, pero “vamos a seguir trabajando, no desde el sentimiento de rabia y dolor, vamos a trabajar desde el amor que sentimos hacia nuestros hijas e hijos”.

Asimismo, ha incidido en la necesidad de garantizar “los derechos de todas las personas, sin ningún tipo de discriminación” y ha resaltado que seguirán trabajando para que muertes como las de Ekai no se repitan.

El Ayuntamiento de Ondarroa ha declarado tres días de luto por la muerte de un adolescente transexual de 16 años, que se ha suicidado en este municipio, y ha colocado a media asta, hasta el domingo, una bandera con el arco iris, símbolo de ese colectivo. En una nota difundida del equipo de gobierno a través de su página web, el Consistorio ha trasladado su pésame y solidaridad a los allegados del menor.

De igual forma, ha lamentado que en los últimos años, por su condición de transexual, este joven se viera obligado a superar numerosas trabas impuestas por distintas entidades, en una “pelea” en la que se vio involucrada toda su familia.

El Ayuntamiento ha elogiado, en este sentido, la actitud que han mantenido sus padres al haber apoyado y protegido al chico, pese a lo difícil que, en una situación como la del joven, puede resultar para algunas familias “romper las normas” sociales y ayudar a sus hijos.

El Consistorio ha reafirmado su compromiso contra la transfobia y ha anunciado que continuará trabajando para construir un pueblo donde se garanticen los derechos de todas las personas, sin ningún tipo de discriminación.

Por último, ha hecho un llamamiento a la población a acudir a la concentración en recuerdo del joven que se celebrará esta tarde en este municipio.

La Asociación de Familias de Menores Transexuales-Chrysallis informó ayer que un adolescente transexual de 16 años en la vivienda familiar de Ondarroa (Bizkaia) y ha denunciado que “se dio por vencido ante tanta pelea y tanta traba“.

Ekai, que el próximo curso hubiera iniciado el bachillerato artístico en la localidad de Durango, estaba a la espera de un tratamiento hormonal con testosterona en el Hospital de Cruces, según ha indicado dicha asociación.

Chrysallis ha destacado que las “demoras” en los tratamientos se suman a otras dificultades que “dejan al límite” a estos jóvenes y, al final, “vence la desesperanza”.

En recuerdo de este adolescente, la asociación ha convocado una concentración mañana a las cinco de la tarde en Ondarroa.

El Ayuntamiento del municipio vizcaíno ha expresado su solidaridad a la familia y amigos de Ekai y ha invitado a la ciudadanía a “construir un municipio libre de transfobia”.

En una nota difundida a través de la página web municipal, el Consistorio se ha sumado a la concentración convocada para mañana en recuerdo de este adolescente.

La organización en defensa de los derechos de la infancia Save de children ha reclamado para estos menores “una protección especial por parte de la Administración” porque son “especialmente vulnerables”.

En un comunicado, la organización manifiesta su apoyo a la familia y remarca la “necesidad de garantizar la identidad sexual y la no discriminación” de este colectivo.

“Se debe garantizar también la igualdad de trato, la no discriminación y su bienestar mental, ya que, de lo contrario, el aislamiento, la incomprensión, el dolor que sufren pueden llevarles a decisiones tan dolorosas” como la tomada por el joven ondarrés.

Por su parte, la organización en defensa de los derechos de la infancia Save de children ha afirmado sobre el suicidio de Ekai, que estos menores “merecen una protección especial por parte de la Administración” porque son “especialmente vulnerables”.

En un comunicado, dicha organización manifiesta su apoyo a la familia y remarca la “necesidad de garantizar la identidad sexual y la no discriminación” de este colectivo.

Se debe garantizar también la igualdad de trato, la no discriminación y su bienestar mental, ya que, de lo contrario, el aislamiento, la incomprensión, el dolor que sufren pueden llevarles a decisiones tan dolorosas” como la tomada por el joven ondarrés.

Movilizaciones en Bilbo y Gasteiz en recuerdo a Ekai Lersundi

Las capitales de Bizkaia y Araba han acogido esta tarde sendas movilizaciones para recordar a Ekai Lersundi, el joven transexual que se quitó la vida en Ondarroa, y denunciar que «la transfobia mata».

Concentración celebrada este lunes en Gasteiz. (@Transbollomarik)

 

En el caso de Bilbo, la concentración en recuerdo de Ekai ha tenido lugar a las 19.00 en la plaza Arriaga. La cita de Gasteiz, convocada por la red Transbollomarika, estaba fijada para las 20.00 en la plaza de la Virgen Blanca.

Estas movilizaciones, que serán un alegato contra la transfobia, han dado continuidad a las celebradas el fin de semana en Ondarroa e Iruñea.

El caso de este joven transexual de 16 años, que fue hallado sin vida el pasado jueves, ha tenido un amplio eco también en las redes sociales y, de manera especial, ha tenido gran difusión un mensaje difundido por Elaxar Lersundi, padre de Ekai.

«Sé que tu ida no será en vano y, como tú lo decías mil y una veces, en muchas cosas, que al menos sirva para allanar el camino a los que vengan por detrás», señala Lersundi en las líneas dedicadas a su hijo.

Un transexual de 16 años, en espera de un tratamiento hormonal, se suicida: “Se dio por vencido ante tanta traba”

La Asociación de Familias de Menores Transexuales-Chrysallis denuncia que las “demoras” en los tratamientos se suman a otras dificultades que “dejan al límite” a estos jóvenes y, al final, “vence la desesperanza”.

Ekai y su padre Elaxar, en un programa de La Sexta sobre la transexualidad en noviembre pasado

La Asociación de Familias de Menores Transexuales-Chrysallis ha informado este viernes del suicidio de un adolescente transexual de 16 años en la vivienda familiar de Ondarroa (Bizkaia) y ha denunciado que “se dio por vencido ante tanta pelea y tanta traba”.

El menor, que el próximo curso hubiera iniciado el bachillerato artístico en la localidad de Durango, estaba a la espera de un tratamiento hormonal con testosterona en el Hospital de Cruces, según ha indicado dicha asociación, a la que pertenece la familia.

Chrysallis ha destacado que las “demoras” en los tratamientos se suman a otras dificultades que “dejan al límite” a estos jóvenes y, al final, “vence la desesperanza”.

En recuerdo de este adolescente, la asociación ha convocado una concentración mañana a las cinco de la tarde en Ondarroa.

El Ayuntamiento del municipio vizcaíno ha expresado su solidaridad a la familia y amigos de Ekai y ha invitado a la ciudadanía a “construir un municipio libre de transfobia”.

En una nota difundida a través de la página web municipal, el Consistorio se ha sumado a la concentración convocada para mañana en recuerdo de este adolescente.

La organización en defensa de los derechos de la infancia Save de children ha reclamado para estos menores “una protección especial por parte de la Administración” porque son “especialmente vulnerables”.

En un comunicado, la organización manifiesta su apoyo a la familia y remarca la “necesidad de garantizar la identidad sexual y la no discriminación” de este colectivo.

“Se debe garantizar también la igualdad de trato, la no discriminación y su bienestar mental, ya que, de lo contrario, el aislamiento, la incomprensión, el dolor que sufren pueden llevarles a decisiones tan dolorosas” como la tomada por el joven ondarrés.

Un transexual de 16 años en espera de tratamiento hormonal se suicida en Ondarroa

Ekai, de 16 años, ha sido hallado muerto por su madre en el domicilio familiar

Ekai y su padre Elaxar, en un programa de La Sexta sobre transexualidad en noviembre pasado

La lucha de Ekai Lersundi por lograr que se reconociese su verdadera identidad de género terminó este pasado jueves de una manera muy trágica. Ekai, un adolescente transexual de 16 años que había solicitado un tratamiento hormonalque “nunca llegó”, fue encontrado muerto en su habitación por su madre. “La peor de las noticias, pero vamos a seguir luchando por la memoria de Ekai y por esas niñas, niños y jóvenes a quienes se les está negando una y otra vez su identidad”, explica Bea Sever, portavoz de la asociación que acoge a familias de menores transexuales.

Ekai, vecino de Ondarroa (Bizkaia), ha puesto fin a la batalla que estaba librando junto a su familia por que se reconociese su verdadera identidad de género. “Explicar a todo el mundo que los datos en tus documentos [oficiales] están mal te hace pasar ratos muy malos”, afirmó en noviembre pasado en un programa de La Sexta, en el que intervino junto a su padre Elaxar, con motivo de la aprobación en el Congreso de los Diputados de los trámites para que los menores transexuales pudiesen cambiar su nombre y sexo en el Registro Civil sin necesidad de presentar informes médicos.

Chrysallys ha expresado este viernes su “inmenso dolor” por el fallecimiento de Ekai. Una muerte cargada de muchísimo simbolismo, pues estaba batallando, asegura Sever, “por lograr el cambio de nombre en el registro”. También estaba reclamando que la Unidad de Género del Hospital de Cruces le proporcionara el tratamiento hormonal que necesitaba y que “nunca llegó”. Ekai, recuerda esta asociación, también quería que los profesores y alumnos de su instituto recibiesen formación sobre la transexualidad y la identidad de género. Quería que en la escuela comprendiese su realidad y fuese respetado. “Demasiadas batallas cotidianas para un adolescente”, añade su portavoz.

“Esta batalla la hemos perdido como sociedad y a Ekai nadie puede devolverle ya la vida”, se apena Server. Una de cada 1.000 personas es transexual en España, según datos de la Asociación de Familias de Menores Transexuales. El número de suicidios entre las personas transexuales durante su adolescencia es alrededor de un 30% más alto con respecto a otros jóvenes de su edad. Estas personas, que atraviesan a esas edades un momento vital de grandes cambios físicos, emocionales y mentales, sufren además en muchas ocasiones el rechazo social por no poder expresar plenamente su identidad.

Ekai estaba viviendo esa batalla consigo mismo y su entorno, hasta que el jueves pasado dijo basta. La asociación Chrysallis advierte de que la muerte de este joven vizcaíno tiene que servir de revulsivo para ganar la batalla de los chicos y chicas que quieren cambiar su nombre, de quienes vez negada su identidad y de muchos que no consiguen recibir el tratamiento hormonal que necesitan para vivir conforme a su género.

En recuerdo de este adolescente, la asociación ha convocado una concentración mañana a las cinco de la tarde en Ondarroa. El Ayuntamiento de esta localidad ha expresado su solidaridad a la familia y amigos de Ekai, y ha invitado a la ciudadanía a “construir un municipio libre de transfobia”.

Save the Children también ha manifestado su consternación y apoyo a la familia, además de exigir la necesidad de garantizar la identidad sexual y la no discriminación de los adolescentes transexuales. La organización no gubernamental recuerda que los menores transexuales son un colectivo “especialmente vulnerable”, por lo que merecen “una protección especial por parte de las Administraciones públicas”. “Esta protección debe estar basada en la igualdad de trato y la no discriminación, su bienestar mental y el respeto de su interés superior”, ha señalado en un comunicado.

El PP propone una ley LGTBI que ignora la diversidad en las aulas y no prohíbe las terapias para “convertir” homosexuales

“Todes somos personas, todes tenemos derechos”, pancarta en la manifestación del Orgullo Crítico en Madrid este 2017. Álvaro Minguito

El Partido Popular  ha esperado a última hora para presentar su propia ley LGTBI. La formación intenta tumbar así la que, a pesar de su abstención y la de UPN,  fue apoyada para tramitarse por el Congreso el pasado mes de septiembre tras ser presentada por Unidos Podemos. La enmienda a la totalidad de la ley que han registrado los populares reduce a mínimos la propuesta y se deja por el camino cuestiones consideradas fundamentales por los colectivos LGTBI.

El texto se reparte en 33 artículos que abordan diferentes ámbitos y que, aunque reconocen “la necesidad” de erradicar la discriminación “por razones de orientación sexual e identidad sexual”, apenas contempla medidas específicas ni está revestido de carácter obligatorio. De hecho, no cuenta con régimen sancionador: “Tal y como está redactada no obliga a nada, ni siquiera a las comunidades autónomas en el ámbito de sus competencias”, explica la jurista especializada en derechos LGTBI Charo Alises.

La experta fue una de las redactoras de la ley ahora en trámite, que nació con polémica y que pasó la primera fase en  el Congreso tras ser apoyada por Ciudadanos, Unidos Podemos y el PSOE. A pesar de que se trata de una extensa norma que las formaciones se comprometieron a reformar, abarca todos los ámbitos y cuenta con una amplia referencia a los principios rectores de la ley que la del PP no contempla. Entre ellos, el de prevención de la homofobia, bifobia, transfobia e interfobia. La iniciativa popular solo incluye estas palabras una vez.

En palabras de Jesús Generlo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), colectivo que elaboró la legislación, se trata de “la consumación de la mayor traición hacia el colectivo por parte del PP desde el recurso al Constitucional del matrimonio igualitario”. La federación califica la enmienda de “una absoluta tomadura de pelo” y asegura que se trata de un texto “improvisado, carente de contenido y elaborado a espaldas del colectivo directamente afectado”.

Nada sobre menores trans

Uno de los aspectos que más preocupa a los colectivos es la falta de medidas en el ámbito educativo. El texto dedica a ello tres artículos entre los que incluye la creación de protocolos contra el acoso LGTBIfóbico en las aulas, pero no nombra a las Comunidades Autonómas a pesar de que tienen competencias educativas. Por otro lado, habla de campañas de sensibilización a la comunidad educativa y “promover” formación a los docentes “para que sepan desarrollar los planes de educación basados en el respeto a la diversidad sexual y de género”.

Ninguna medida concreta ni obligatoria al respecto: no se nombra la necesidad de contar con contenidos LGTBI o referentes positivos en el material didáctico, en las asignaturas,  en los libros de texto o en los programas de estudio. Tampoco hay ninguna referencia a las universidades, a la diversidad familiar  ni al respeto a la identidad de los alumnos trans en los centros educativos, que sean llamados por su nombre o que puedan utilizar los vestuarios respecto a su género sentido, a pesar de que muchas autonomías ya reconocen este derecho.

Y es que la ley del PP apenas contempla medidas dirigidas al colectivo trans y ni siquiera nombra a los menores. Únicamente establece el respeto a su identidad sentida en el ámbito de la salud y por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. No aborda el tema de la despatologización de la transexualidad ni el derecho a la autodeterminación de género, los dos principios con los que se están alumbrando las legislaciones más avanzadas en el mundo  y las exigencias de organismos internacionales como el Consejo de Europa.

De hecho,  el Congreso ha aprobado recientemente la toma en consideración de un proyecto de ley para eliminar en España el requisito de que los trans deban declararse enfermos para cambiar su nombre y sexo legal. Una iniciativa a la que el Partido Popular votó en contra.

Más requisitos a las lesbianas en el Registro Civil

La enmienda sí establece la creación de un Consejo Estatal para la igualdad de las personas LGTBI, pero despacha las medidas con referencias generales a “se promoverán medidas…” o “se establecerán medidas…”. En el ámbito de la salud solo menciona que “se promoverán” programas dirigidos a las necesidades del colectivo LGTBI y que “corresponde a los poderes públicos” garantizar la formación del personal sanitario y a éste “velar por una atención respetuosa”. Nada se dice de políticas de salud públicas, de derechos sexuales y reproductivos o de protocolos de atención a las personas trans.

“En el ámbito laboral y de la familia no se establece ni una sola medida concreta para garantizar la no discriminación de las personas LGTBI”, explica Charo Alises. Tampoco se incluye la eliminación del requisito de que  las parejas de mujeres estén casadas para inscribir a sus hijos en el Registro Civil ni la no discriminación de las mujeres lesbianas a las técnicas de reproducción asistida. Aunque varias comunidades no lo están haciendo, en 2013 el Gobierno aprobó un decreto que las dejaba fuera –junto a las madres solteras–. 

Además, el PP ha eliminado la prohibición de  las llamadas terapias de conversión para homosexuales, que sí incluye  la ley LGTBI que apoyó el Congreso y que no se permiten en algunas comunidades autónomas. Estos métodos que tienen como objetivo cambiar la orientación sexual o identidad de género de una persona por considerar que ésta es inadecuada son rechazados por la comunidad científica y hay bastante consenso entre colectivos y psicólogos sobre el daño que producen.

Los populares se dejan fuera también el trato hacia las personas LGTBI en los centros penitenciarios, la formación de los profesionales del ámbito de la justicia o medidas concretas sobre la juventud más allá de “promover” el respeto entre los jóvenes o “impulsar” formación en “el valor de la diversidad”. En cuanto a la parte de definiciones, el texto omite la orientación sexual, la identidad y expresión de género, las personas cisexuales, familias LGTBI o personas no binarias.

Tu novia es “tu amiga especial” o la confusión del recepcionista: la homofobia sutil que la ley no combate

Manifestantes del Orgullo Crítico de 2017 en Madrid ÁLVARO MINGUITO

Ir con tu pareja al mostrador del hotel, que la recepcionista ponga cara de extrañeza, mire de nuevo a la pantalla del ordenador y asegure que se debe tratar de “un error” al ver que sois dos chicos. Que tu madre te pregunte siempre por tu “amiga especial” a pesar de que sabe que eres una mujer bisexual y ahora tienes novia. Que los primeros días de trabajo no dejen de preguntarte si tienes novio porque eres una chica. Que tu grupo de amigos se sienta incómodo en una discoteca LGTBI, lo comente y decida irse.

Los avances normativos de los últimos años han dibujado un escenario de cierto consenso social contra la homofobia y a favor de la diversidad afectivo sexual. Sin embargo, permanece un tipo de discriminación sutil, más invisible y menos directa que el insulto o la paliza y también menos reconocible.

“Comportamientos que antes eran tolerables están prohibidos por ley y hay cierto consenso social en rechazarlos. Pasa con todos los colectivos. El prejuicio, que antes se manifestaba de manera violenta y directa, ahora cambia y busca otra forma de articularse. Y es que el prejuicio no se puede prohibir por decreto ley, está muy instalado y no cambia de la noche a la mañana”, explica Fernando Molero, el investigador principal de  un reciente estudio elaborado con la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) sobre la discriminación sutil y manifiesta.

No significa que las agresiones motivadas por la orientación sexual no se produzcan, pero hay un clima de condena. Los resultados de la investigación –realizada sobre una muestra de casi 500 mujeres lesbianas y hombres gays, no bisexuales– concluyen que la discriminación sutil percibida es mayor que la directa porque “a pesar de la existencia de legislación avanzada y de la aparente tolerancia, hay una amplia evidencia de que en la sociedad española aún hay prejuicios y discriminación”.

El prejuicio encubierto

Al preguntar a varias personas sobre este tipo de discriminación, Ana nombra los chistes en los grupos de amigas y las miradas por la calle al ir de la mano con una mujer o que su madre diga, cuando le preguntan por los maridos de sus hijas, que su hermana vive con su pareja y que ella es “muy independiente”, a pesar de tener también pareja. A Sara su padre le pregunta por “su amiga especial” y el primo de Sergio le dijo que no tenía ningún problema cuando le presentó a su novio, pero que quizás se sentiría incómodo si se besaban delante de él. Son muchas las mujeres lesbianas que relatan  la presunción de heterosexualidad a la que se enfrentan en las consultas ginecológicas.

No solo ocurre, lejos de lo que pudiera parecer, entre personas nacidas en una época en la que la orientación sexual era duramente reprimida e invisible, sino que también se da entre jóvenes. De hecho,  un estudio de 2016 del Gobierno vascoidentificó que los prejuicios sutiles son uno de los tipos de violencia que se dan en las aulas hacia el alumnado homosexual o bisexual. Un tipo de fobia que, asegura el informe, perdura en la población adolescente, aunque no se atreven a manifestarla en público.

En este caso se trata de “una forma encubierta de prejuicio que no siempre se traduce en conductas hostiles o de claro rechazo más presentes años atrás. Hay adolescentes que no muestran conductas fóbicas racionales, pero pueden sentir incomodidad antes lesbianas y gays o mostrar desagrado ante manifestaciones de afecto entre personas del mismo sexo”. Algunos ejemplos reales que recoge el informe son: “A mí no me gusta que los chicos estén con chicos, pero lo acepto. De aquí a unos años quizá me guste”. Una idea que refleja “la aceptación social o normativa y, a su vez, el rechazo o reparo individual”.

Difícil de combatir

Muchas de las personas consultadas para este reportaje coinciden en afirmar que el trabajo es uno de los espacios en los que más perciben este tipo de discriminación sutil. No es poco frecuente el relato de hombres y mujeres que disimulan su pluma para ajustarse a un marcado consenso no explícito entre lo que es aceptable y lo que no. La “plumofobia”, de hecho, es un tipo de discriminación muy relacionada: el típico “gay sí, pero que no se note” o “¿por qué tienes que hacer bandera de tu condición sexual?”.

“En el ámbito laboral o familiar hay una cierta apariencia de tolerancia o aceptación, pero en realidad se admite tu presencia pero no tu existencia. Suele verse claramente en los espacios informales al conversar sobre planes de fin de semana con parejas o de vacaciones. No es poco frecuente que se produzca una omisión de preguntarte a no ser que tengas una actitud muy proactiva, la gente no sabe muy bien cómo incorporarte o cómo comportarse contigo”, ejemplifica la jurista especializada en derechos LGTBI Violeta Assiego.

La investigadora Donatella Di Marco  lleva años estudiando la discriminación por orientación sexual que se da en el empleo para concluir que suele considerarse un espacio no demasiado seguro para salir del armario. Entre otras cosas, por los prejuicios sutiles que se dan y que “pueden ser tan dañinos como la discriminación manifiesta. Además, son más difíciles de identificar para las víctimas y para las organizaciones y, por ende, más difíciles de combatir”, explica Di Marco, que actualmente trabaja en el Instituto Universitario de Lisboa.

“La ley de la homofobia”

El estudio de la UNED también concluye la dificultad para combatir este tipo de homofobia sofisticada porque “percibes rechazo pero no te lo están comunicando directamente. Quizás sientes que algo pasa, que no te miran igual, pero a la vez te están diciendo que te aceptan”, resume Molero, que hace hincapié en que provoca indenfensión, inseguridad e impotencia.

“Ante el rechazo directo la víctima sabe claramente cómo posicionarse, pero ante este no”. Algo en lo que también influye la escasa complicidad social, que mayoritariamente sí se posiciona en contra de la violencia directa.

Kika Fumero es profesora y especialista en diversidad afectivo sexual. Asegura que es más difícil de combatir porque es “un acuerdo social tácito” que emana de que “seguimos siendo percibidos como una realidad ajena, extraña y no cotidiana”. La docente nombra la invisibilidad y el silencio como dos formas de este tipo de discriminación que hacen que se mantenga lo que Ignacio Pichardo, profesor de Antropología de la Universidad Complutense de Madrid, ha llamado “la ley de la homofobia”.

“Cuando voy con mi pareja por la calle prefiero soportar que una persona me grite ‘lesbiana’ que las miradas silenciosas que se giran”, dice Fumero. Miradas que, probablemente, pertenecen a personas que aseguran tolerar la diversidad de orientación sexual.  En palabras de Pichardo: “Las encuestas dicen que la mayoría de personas son respetuosas. Si hay alguien que tiene que dejar de arbitrar un partido de fútbol porque le llaman maricón en el campo no es porque haya 300 personas llamándole maricón. A lo mejor son diez, cinco, ocho personas, pero las otras 280 se callan y con ese silencio están permitiendo que la ley de la homofobia se mantenga”.