Jaque al maricón

Por JAVIER CID

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Un buen día, allá en alguna glaciación de pubertad, dejé de contar las hostias que me llevé a las costillas, al puro bazo, por maricón. Por maricón, que pesa mucho, y por aquel entusiasmo sarasa tan mío a cuenta de la serie del momento, Sensación de vivir. En la tremolina de mi adolescencia, ese combo raro de pus y espermas primitivos que es néctar de juventud, habría dado yo un imperio por Brenda Walsh. Y por cada patada que me calzaron aquellos miserables, por cada salivazo, por cada lágrima callada de mi madre, como una grieta, por cada pintada con mi nombre en los muros del colegio (maricón, maricón, maricón), yo me daba un atiborre de Dylan y Brandon y era feliz.

Todavía guardo, en algún cajón de algún desván de esa ciudad del norte, impronunciable, un gran tonelaje de revistas Superpop, que venía a ser el BOE de Beverly Hills. Coleccioné todas las colecciones de los coleccionables que se coleccionaban entonces, desde los cromos de la editorial Panini a los muñecos de Mattel. Los muñecos, como barbies hiperbólicas que estremecieron a mi padre, si bien nunca lo dijo, están en una estantería entre el cactus de Ikea y el exprimidor de Philippe Starck (cosas del feng shui, no se me vaya a descalabrar el karma). Yel álbum de cromos me lo quemó El Chino en algún recreo de algún mes de abril. Por maricón.

Por estas menudeces de hincha amanerado, desvalido, lunático también, reivindico aquella serie que esta semana cumple 25 años. Para mí, que habito desde entonces en la desmemoria para sobrevivir, la efeméride no es cosa trivial: nos ha caído a plomo un cuarto de siglo desde que Brenda le entregase el virgo a Dylan y a mí me hicieran un hombre a topetazos. Como si a ambos nos hubieran desflorado al mismo tiempo.

Dirán los calandracas de la alta cultura que Sensación de vivir era estiércol con maneras de tupé californiano. Protesto, señorías. Míster Aaron Spelling, ideólogo del chiringuito, captó como nadie el frivolismo de palmeras y adulterios en la pedanía de Beverly Hills, los enredos de aquellos dirty 90’s de plexiglás, los refrescos chispeantes en el club náutico y la liturgia mística del descapotable. Basura deluxe. Cálices con Coca-Cola. Chico conoce a chica en el Peach Pit.

Hoy, mientras mis acosadores viven masacrados por el alcoholismo o están en prisión, nos llegan noticias tremebundas desde Los Ángeles: Shannen Dohertybrega contra el cáncer, Jason Priestley se dio a la cocaína y las carreras, como un puto binguero en Marina d’Or, y Tori Spelling, la jamelgona, anda cacareando su ninfomanía en polígrafos de baja estofa o allá donde haya un cheque al mejor postor. Dichosa juventud que se nos fue… en un Porsche Speedster por Sunset Strip.

Y ahora he de tomarme la revancha. Por Brenda. Por mí. Por los gays que fueron y serán. Que arda Twitter. Que viva el hashtag #jaquealmaricon

@javierrcid

Ofrecen 500.000 dólares a la funcionaria homófoba por hacer porno lésbico

Publicado en AMBIENTE G

Kim Davis, la funcionaria homófoba que se negó a casar a parejas del mismo sexo

Kim Davis, la funcionaria homófoba que se negó a casar a parejas del mismo sexo

Kim Davis, la funcionaria homófoba que se negó a casar a parejas del mismo sexo, estuvo en prisión por ello, salió como una heroína y fue visitada por el Papa, continúa estando en el candelero por cosas que, seguramente, la estén volviendo loca perdida.

Resulta que alguien ha visto en ella una lesbiana reprimida con talento para hacer porno lésbico. Y la ofrecen un pastizal por participar en una película porno. ¿Os excita chicas?

La productora porno The Dogfart Network ha ofrecido nada más y nada menos que 500.000 dólares a Kim para participar en una escena porno lésbica interracial.

Dicen, desde la compañía, que ellos creen en la igualdad y que quieren ofrecer a Davis la oportunidad de redimirse y salir del armario con ellos.

La oferta, que se mantendrá hasta la semana que viene, incluye también la posibilidad de que la familia de Kim Davis acuda al rodaje con todos los gastos pagados.

Lecciones de una dominatriz

Cuando el dolor y la sumisión producen placer…

  • Las parejas que practican el fetichismo comparten códigos y ganas de experimentación con los del ‘bondage’

  • La disciplina y el sometimiento son dos buenos estímulos contra el sexo rutinario en pareja

 

¿Piedad Dómina? Soy periodista de ZEN y quiero saberlo todo sobre fetichismo y BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo) como nuevos estímulos de la vida en pareja y del sexo en general”. Así arrancó esta aventura.

El contacto de esta profesional del BDSM me lo dio un compañero de profesión, que no de juergas, y cerramos la cita para el lunes por la tarde. Por suerte para mí, la dominatriz me citó en territorio neutral. Mi alma de reportero viejo me pedía que me llevara a su mazmorra, bautizada como Cueva Fetish, pero mi razón me decía: “¡Ojito, dónde te estás metiendo!”.

La dominatrix, de físico abundante, melena rubia y escote belicoso, me llevó a la mesa apartada de un pub británico del madrileño barrio de Hortaleza. Acababa de salir de una sesión de dominación. Había sometido a un sumiso recién llegado de Inglaterra y se había aplicado con ganas para no defraudarlo. El tributo: 150 euros por 45 minutos de castigo.

Su trabajo arranca con una llamada al móvil o un correo electrónico. El fetichista marca su objeto de deseo (tacones, sandalias, botas altas, corpiños, medias…) y le concreta cuál es su sueño sexual a realizar.

De rodillas

Cuando el esclavo/a -a veces van en pareja- baja a la mazmorra, la dómina lo pone de rodillas y exige que se quede en ropa interior y confiese por qué está ahí. Ante todo, máximo respeto y obediencia, que la fusta va que vuela. Esa vulnerabilidad es motivo de excitación para la ama, incluso cuando me lo recuerda.

Mi sesión imaginaria avanza, con mucho escepticismo, en busca de aplicaciones para la vida sexual de las parejas que se aburren porque su cuadrilátero entre las sábanas lo marcan el misionero, el 69 y alguna posturilla del Kamasutra.

La experta me muestra fotos de su atuendo de faena. Moño alto, corsé negro, camisa blanca y ceñida y taconazo infinito. Los zapatos son clave y el esclavo debe lamerlos. Tanto el cuero como los dedos de los pies. De rodillas para abajo, ahí se acaba el contacto físico. No estamos hablando de una prostituta al uso. Ni la tocan ni la ven desnuda y de penetración ni soñarlo. Al esclavo no se le permite ni la eyaculación, excepto si es involuntaria. Es lo que tiene la dominación.

De los taconazos pasamos a las botas larguísimas, a los corpiños y al látex. Piedad Dómina los recomienda a las parejas para que se adentren en otras sexualidades, para que experimenten y no caigan en la rutina. Así empezó ella. Tenía un novio que vestía uniforme -hasta aquí puedo contar- y del coito al cachete, pasando por el fetichismo, se fueron adentrando en el BDSM. Se enganchó y acabó tocando la puerta de una reputada dómina y pagándole por convertirse en su alumna.

Antes de que Piedad me vuelva a arrastrar a su sala de torturas sexuales, me recomienda que las parejas con ganas de experimentar prueben a disfrutar con la cera caliente (wax) sobre el cuerpo, las pinzas japonesas, la fusta, las cuerdas y las esposas. Eso sí, advierte de que no se deben “correr riesgos” y que el juego es cosa de dos. Que si se quiere ir más allá, deben acudir a un amo o a una ama profesional.

Para darle más realce a sus palabras, me muestra imágenes que ha subido aFetLife.com, algo así como el Facebook del BDSM y el fetichismo.

Martirio genital

Ahí me topo con penes maltratados por el trampling (pisotear el cuerpo y, cómo no, los genitales, con unos afilados stilettos) o por las cuerdas apretadas del llamado bondage. Tampoco falta una muestra de los Sissi, esclavos que son vestidos como camareras y que luego son sodomizados por dildos o arneses con largos penes fabricados en látex.

El collar de perro con el que se maneja al esclavo me arrastra a otra práctica que me deja noqueado: el smoking fetish. Piedad Dómina se fuma un cigarrillo y lanza la bocanada de humo a la garganta del cliente. Como cenicero, usa su palma de la mano y su lengua. De postre: le exige que se trague la colilla.

Mi estómago se revela ante tales prácticas, mientras que ella se deleita y lo vive como un sexo “muy sensual y bonito”. Pongo fin a nuestra charla porque no tengo cuerpo para más castigo, pero quien quiera probar, que pruebe.

Ocho de cada 10 españoles apoya el matrimonio homosexual

El Eurobarómetro sobre discriminación muestra que el apoyo de la población española ha aumentado en 28 puntos respecto al año 2006. El 90% de los españoles ha contestado afirmativamente a esta cuestión, un porcentaje sólo superado en los Países Bajos (96%) y Suecia (95%).

Daniel y Víctor fue la primera pareja que casaba el alcalde de Valladolid

Daniel y Víctor fue la primera pareja que casaba el alcalde de Valladolid.- EFE.

MADRID.- Ocho de cada 10 españoles -el 84%- apoya el matrimonio entre homosexuales, según el Eurobarómetro, lo que sitúa a España entre los países de la UE que están a la cabeza en este sentido, sólo superado por Países Bajos (91%), Suecia (90%) y Dinamarca (87%).

Frente a ellos, la mayor oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo se encuentra en Bulgaria (el 17% de los ciudadanos se muestra a favor de estas uniones), Letonia (19%) y Rumanía (21%).

El Eurobarómetro sobre discriminación realizado por TNS para la Comisión Europea, con un trabajo de campo hecho entre mayo y junio de 2015, muestra que el apoyo de la población española a estas uniones ha aumentado 28 puntos respecto a 2006 -cuando la ley que permitió estos matrimonios en nuestro país llevaba un año vigente-, ya que entonces fue del 56%.

Además, el estudio preguntó a los encuestados (mil en España) sobre si las personas gays, lesbianas y bisexuales deberían tener o no los mismos derechos que los heterosexuales.

La mayoría de los españoles (el 90%) ha contestado afirmativamente a esta cuestión, un porcentaje sólo superado en los Países Bajos (96%) y Suecia (95%).

En total, 16 países de los 28 que forman la Unión Europea tienen un porcentaje superior al 50% de personas que apoyan esta opción, explica TNS en un comunicado.

Las mujeres son más propensas que los hombres a aceptar los derechos de los homosexuales (el 73% de las mujeres está de acuerdo, el 68% de los hombres).

Por edades, los jóvenes entre 15 y 24 años tienen un porcentaje superior de aceptación de estas uniones (el 80%) que las personas de más de edad (por encima de 55 años, el apoyo es del 62%).

El nivel educativo también establece diferencias. Las que acabaron sus estudios con más de 20 años son más propensos a estar de acuerdo (el 67% ), en comparación con las que terminaron su educación a los 15 años (el 49%).

En la actualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo está autorizado en diez países de la UE: España, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido.

Ocho de cada 10 españoles apoya el matrimonio homosexual

Ocho de cada 10 españoles -el 84 %- apoya el matrimonio entre homosexuales, según el Eurobarómetro, lo que sitúa a España entre los países de la UE que están a la cabeza en este sentido, sólo superado por Países Bajos (91 %), Suecia (90 %) y Dinamarca (87 %).

Imagen de archivo del primer matrimonio homosexual celebrado en Francia.

Imagen de archivo del primer matrimonio homosexual celebrado en Francia. (AFP)

MADRID. Frente a ellos, la mayor oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo se encuentra en Bulgaria (el 17 % de los ciudadanos se muestra a favor de estas uniones), Letonia (19 %) y Rumanía (21 %).

El Eurobarómetro sobre discriminación realizado por TNS para la Comisión Europea, con un trabajo de campo hecho entre mayo y junio de 2015, muestra que el apoyo de la población española a estas uniones ha aumentado 28 puntos respecto a 2006 -cuando la ley que permitió estos matrimonios en nuestro país llevaba un año vigente-, ya que entonces fue del 56 %.

Además, el estudio preguntó a los encuestados (mil en España) sobre si las personas gays, lesbianas y bisexuales deberían tener o no los mismos derechos que los heterosexuales.

La mayoría de los españoles (el 90 %) ha contestado afirmativamente a esta cuestión, un porcentaje sólo superado en los Países Bajos (96 %) y Suecia (95 %).

En total, 16 países de los 28 que forman la Unión Europea tienen un porcentaje superior al 50 % de personas que apoyan esta opción, explica TNS en un comunicado.

Las mujeres son más propensas que los hombres a aceptar los derechos de los homosexuales (el 73 % de las mujeres está de acuerdo, el 68 % de los hombres).

Por edades, los jóvenes entre 15 y 24 años tienen un porcentaje superior de aceptación de estas uniones (el 80 %) que las personas de más de edad (por encima de 55 años, el apoyo es del 62 %).

El nivel educativo también establece diferencias. Las que acabaron sus estudios con más de 20 años son más propensos a estar de acuerdo (el 67% ), en comparación con las que terminaron su educación a los 15 años (el 49 %).

En la actualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo está autorizado en diez países de la UE: España, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido.

España sí quiere el matrimonio homosexual

Ocho de cada diez españoles apoyan el matrimonio entre personas homosexuales según el Eurobarómetro

'Besada' en Madrid para reivindicar los derechos de los colectivos de gays y de lesbianas

‘Besada’ en Madrid para reivindicar los derechos de los colectivos de gays y de lesbianas. JAVIER BARBANCHO

Ocho de cada 10 españoles -el 84%- apoyan el matrimonio entre homosexuales, según el Eurobarómetro, lo que sitúa a España entre los países de la Unión Europea (UE) que están a la cabeza en este sentido, sólo superado por Países Bajos (91%), Suecia (90%) y Dinamarca (87%). Frente a ellos, la mayor oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo se encuentra en Bulgaria (el 17% de los ciudadanos se muestra a favor de estas uniones), Letonia (19%) y Rumanía (21%).

El Eurobarómetro sobre discriminación realizado por la empresa de encuestas y servicios TNS para la Comisión Europea, con un trabajo de campo hecho entre mayo y junio de 2015, muestra que el apoyo de la población española a estas uniones ha aumentado 28 puntos respecto a 2006cuando la ley que permitió estos matrimonios en nuestro país llevaba un año vigente-, ya que entonces fue del 56 %.

Además, el estudio preguntó a los encuestados (mil en España) sobre si las personas gays, lesbianas y bisexuales deberían tener o no los mismos derechos que los heterosexuales. La mayoría de los españoles (el 90%) ha contestado afirmativamente a esta cuestión, un porcentaje sólo superado en los Países Bajos (96%) y Suecia (95%). En total, 16 países de los 28 que forman la Unión Europea tienen un porcentaje superior al 50% de personas que apoyan esta opción, ha explicadoTNS en un comunicado.

Las mujeres tienen más tendencia que los hombres a aceptar los derechos de los homosexuales (el 73% de las mujeres está de acuerdo, y el 68% de los hombres también). Por edades, los jóvenes entre 15 y 24 años tienen un porcentaje superior de aceptación de estas uniones (el 80 %) que las personas de más de edad (por encima de 55 años, el apoyo es del 62%). El nivel educativo también establece diferencias. Las que acabaron sus estudios con más de 20 años son más propensos a estar de acuerdo (el 67 % ), en comparación con las que terminaron su educación a los 15 años (el 49%). En la actualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo está autorizado en 10 países de la UE: España, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido

Lecciones de una dominatriz

Cuando el dolor y la sumisión producen placer…

  • Las parejas que practican el fetichismo comparten códigos y ganas de experimentación con los del ‘bondage’

  • La disciplina y el sometimiento son dos buenos estímulos contra el sexo rutinario en pareja

El fetiche más demandado por los hombres es el zapato de tacón alto, especialmente los llamados stilettos, como el Louboutin que aparece en la imagen

El fetiche más demandado por los hombres es el zapato de tacón alto, especialmente los llamados stilettos, como el Louboutin que aparece en la imagen. JOSÉ MARÍA PRESAS

¿Piedad Dómina? Soy periodista de ZEN y quiero saberlo todo sobre fetichismo y BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo) como nuevos estímulos de la vida en pareja y del sexo en general”. Así arrancó esta aventura.

El contacto de esta profesional del BDSM me lo dio un compañero de profesión, que no de juergas, y cerramos la cita para el lunes por la tarde. Por suerte para mí, la dominatriz me citó en territorio neutral. Mi alma de reportero viejo me pedía que me llevara a su mazmorra, bautizada como Cueva Fetish, pero mi razón me decía: “¡Ojito, dónde te estás metiendo!”.

La dominatrix, de físico abundante, melena rubia y escote belicoso, me llevó a la mesa apartada de un pub británico del madrileño barrio de Hortaleza. Acababa de salir de una sesión de dominación. Había sometido a un sumiso recién llegado de Inglaterra y se había aplicado con ganas para no defraudarlo. El tributo: 150 euros por 45 minutos de castigo.

Su trabajo arranca con una llamada al móvil o un correo electrónico. El fetichista marca su objeto de deseo (tacones, sandalias, botas altas, corpiños, medias…) y le concreta cuál es su sueño sexual a realizar.

De rodillas

Cuando el esclavo/a -a veces van en pareja- baja a la mazmorra, la dómina lo pone de rodillas y exige que se quede en ropa interior y confiese por qué está ahí. Ante todo, máximo respeto y obediencia, que la fusta va que vuela. Esa vulnerabilidad es motivo de excitación para la ama, incluso cuando me lo recuerda.

Mi sesión imaginaria avanza, con mucho escepticismo, en busca de aplicaciones para la vida sexual de las parejas que se aburren porque su cuadrilátero entre las sábanas lo marcan el misionero, el 69 y alguna posturilla del Kamasutra.

La experta me muestra fotos de su atuendo de faena. Moño alto, corsé negro, camisa blanca y ceñida y taconazo infinito. Los zapatos son clave y el esclavo debe lamerlos. Tanto el cuero como los dedos de los pies. De rodillas para abajo, ahí se acaba el contacto físico. No estamos hablando de una prostituta al uso. Ni la tocan ni la ven desnuda y de penetración ni soñarlo. Al esclavo no se le permite ni la eyaculación, excepto si es involuntaria. Es lo que tiene la dominación.

De los taconazos pasamos a las botas larguísimas, a los corpiños y al látex. Piedad Dómina los recomienda a las parejas para que se adentren en otras sexualidades, para que experimenten y no caigan en la rutina. Así empezó ella. Tenía un novio que vestía uniforme -hasta aquí puedo contar- y del coito al cachete, pasando por el fetichismo, se fueron adentrando en el BDSM. Se enganchó y acabó tocando la puerta de una reputada dómina y pagándole por convertirse en su alumna.

Antes de que Piedad me vuelva a arrastrar a su sala de torturas sexuales, me recomienda que las parejas con ganas de experimentar prueben a disfrutar con la cera caliente (wax) sobre el cuerpo, las pinzas japonesas, la fusta, las cuerdas y las esposas. Eso sí, advierte de que no se deben “correr riesgos” y que el juego es cosa de dos. Que si se quiere ir más allá, deben acudir a un amo o a una ama profesional.

Para darle más realce a sus palabras, me muestra imágenes que ha subido aFetLife.com, algo así como el Facebook del BDSM y el fetichismo.

Martirio genital

Ahí me topo con penes maltratados por el trampling (pisotear el cuerpo y, cómo no, los genitales, con unos afilados stilettos) o por las cuerdas apretadas del llamado bondage. Tampoco falta una muestra de los Sissi, esclavos que son vestidos como camareras y que luego son sodomizados por dildos o arneses con largos penes fabricados en látex.

El collar de perro con el que se maneja al esclavo me arrastra a otra práctica que me deja noqueado: el smoking fetish. Piedad Dómina se fuma un cigarrillo y lanza la bocanada de humo a la garganta del cliente. Como cenicero, usa su palma de la mano y su lengua. De postre: le exige que se trague la colilla.

Mi estómago se revela ante tales prácticas, mientras que ella se deleita y lo vive como un sexo “muy sensual y bonito”. Pongo fin a nuestra charla porque no tengo cuerpo para más castigo, pero quien quiera probar, que pruebe.

 

Un juez británico perdona a una niñera que tuvo relaciones sexuales con un niño de 11 años

La polémica en Reino Unido crece por la decisión de un juez al no condenar a una niñera de 21 años por haber tenido relaciones sexuales con un menor. Tanto la sentencia del juez como los testimonios del padre han sido duramente criticados por machismo.

Jueces británicos en Londres.

Jueces británicos en Londres.

MADRID.- El hecho de haber tenido relaciones sexuales con un menor de 11 años y que ella fuese mayor de edad no han sido razones suficientes para que Jade Hatt, inglesa y de 21 años, haya sido condenada por abusos sexuales en Swindon, en el sur de Inglaterra.

La razón y el argumento por la que el juez británico ha dictado sentencia es que el menor era bastante maduro para su edad y que ella es especialmente inmadura para la suya,según informaciones que recoge la BBC.
Además, en declaraciones ante la corte, el padre del pequeño defendió a la niñera justificando que su hijo estaba “plenamente dispuesto” a la experiencia y que “para nada estaba afectado” por la situación.

“Seguramente verá esto como una marca (de victoria) para su cinturón”, aseguró el hombre, quien en el pasado también había mantenido relaciones sexuales con la niñera.

Este suceso ha abierto heridas en Reino Unido y tanto la sentencia del juez como los testimonios del padre han sido duramente criticados por ser considerados de carácter machista.

La reacción de la Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad con los niños (NSPCC) no se ha hecho esperar y declaran que “este suceso confirma una idea común en la sociedad de que el abuso de un niño por una mujer es de alguna forma menos grave que el abuso de una niña por parte de un hombre”.

Según los testimonios compartidos en la corte, Hatt estaba cuidando a su víctima un día que éste no tenía que ir a la escuela, algo que ya había hecho en otras ocasiones. Poco después el padre notó una mordedura en el cuello de su hijo y encontró mensajes de texto de la niñera sobre lo ocurrido, por lo que llamó a la policía.

Hatt fue arrestada. Y eventualmente confesó haber tenido relaciones sexuales con el menor.
Pero, en su defensa, argumentó haber creído que el niño a su cuidado tenía 15 años, aunque luego se estableció que su padre ya le había informado de su verdadera edad.

“Ella le dijo que lo había disfrutado. Él dice que no y que sabía que no era algo correcto”, aseguró además en el juicio la fiscal, Hannah Squire.
Pero el juez Tim Mousley aceptó el argumento de la defensa sobre la supuesta inmadurez de Hatt, especialmente en comparación con un niño descrito por su propio padre como “loco por el sexo”. “Eso reduce la diferencia aritmética de edad entre ustedes”, dijo Mousley para justificar la decisión de no enviar a la niñera a prisión.

En su lugar, además de la sentencia suspendida, Mousley ordenó incluir a Hatt en el registro de delincuentes sexuales por siete años y le prohibió cualquier contacto no supervisado con menores por dos.
Pero muchos se preguntan si algún juez se hubiera atrevido a ser igual de generosos si la víctima hubiera sido una niña y no un varón.

La ONG Kidscape también insistió en que, sin importar lo maduro que pueda parecer, un niño de 11 años sigue siendo un niño. “No se puede esperar que tenga la madurez emocional requerida para consentir a una relación sexual”, dijo una portavoz de la organización, según declaraciones recogidas por The Guardian. “Es muy triste oír describir a un niño como ‘loco por el sexo’, lo que en cierta forma sugiere que fue responsable por la actividad ilegal que tuvo lugar”, agregó la portavoz de Kidscape.

En un artículo de opinión publicado en el mismo diario, la columnista Ally Fogg hizo un llamado a cambiar la forma en la que se cubren este tipo de casos, sugiriendo que los medios reafirman ese tipo de percepción. “Sería apropiado que todos, en cuanto comunidad, revisáramos nuestra forma de ver el abuso sexual en contra de los hombres”, concluyó.

La erotofobia: el pánico al sexo

Se trata de un trastorno que impide mantener relaciones por distintos factores. ¿Cómo identificarlo?

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Los que la sufren sienten un rechazo distinto a ser asexuales o demisexuales y eligen tener relaciones solo emocionales. Aunque se enamoren, sienten fobia a mantener relaciones sexuales.

Se denomina erotofobia, es menos conocido que otros trastornos y resulta llamativo en una sociedad en la que el sexo aparece por cada rincón. Un auténtico infierno para quienes los padecen, ya que viven habitualmente rodeados de escenas que invitan a practicarlo, ya sea a través de la música, la publicidad, el cine o la televisión.

Los afectados sienten aversión al sexo, un rechazo distinto a ser asexuales o demisexuales y eligen tener relaciones únicamente emocionales. Aunque se enamoren, sienten fobia a mantener relaciones sexuales.

Esta rechazo a un comportamiento natural del ser humano puede derivarse de distintos factores. Según los especialistas, la educación es fundamental para crecer en un entorno social muy conservador puede estar en la raíz de este problema.

La baja autoestima o un trauma, como una violación, la prostitución o haber sido obligados a mantener relaciones indeseadas, también pueden convertir este momento de placer en auténtico pavor. Afortunadamente, la ayuda de un sexólogo y un psicólogo pueden ayudar para convertir esta experiencia en algo bonito y, sobre todo, normal

‘En el Vaticano hay quien quiere sabotear al Papa’

‘Prohibir a homosexuales ordenarse sacerdotes es justo e inhumano’

Krzysztof Charamsa, el prelado polaco que se confesó gay, en Barcelona

Krzysztof Charamsa, el prelado polaco que se confesó gay, en Barcelona. ANTONIO MORENO

El prelado polaco, Krzysztof Charamsa, provocó un terremoto en el Vaticano hace unos días después de salir del armario y presentar a su novio catalán. Sintiéndose por fin “liberado” y sin dejar de vestir el alzacuellos, el ex funcionario de laCongregación para la Doctrina de la Fe denuncia que una parte de la Curia romana busca “sabotear”al Papa Francisco en sus reformas. En especial, dentro de este dicasterio que se ocupa de promover la moral cristiana y donde existe “un ambiente hostil” contra el Papa.

 ¿Cuál fue la gota que colmó el vaso y qué le empujó a declarar su homosexualidad?

No podía más. Llega un momento en el que algo se rompe dentro de ti y no puedes seguir negando la propia identidad sexual, aunque la Iglesia te rechace. No puedes seguir viviendo dentro de un armario espiritual y existencial. La posición de la Iglesia de hoy podría ser justificable, pero hace 100 años.
¿Y cómo vivió los años en los que sí tuvo que esconder su condición sexual?
Han sido años de maduración, de preparación, no sólo a nivel sentimental, sino también intelectual. He estudiado la sexualidad como teólogo y filósofo. Y rezado mucho. En este tiempo, ha sido fundamental el apoyo de mi pareja, que ha estado siempre a mi lado. Juntos nos sentimos complementarios, el uno para el otro.
Cuando usted decidió hacerse sacerdote, en 1997 ¿ya sabía que era gay?
Sí. Lo he sabido siempre.
Y en 2005, cuando Benedicto XVI prohibió que los homosexuales se pudieran ordenar sacerdotes, ¿qué sintió?
Fue un momento de profunda crisis existencial. Es una prohibición injusta e inhumana. La Iglesia ha rechazado así a un entero grupo social que entre el clero católico está representado de una manera muy amplia.
¿Existen muchos gays en el Vaticano?
Mi experiencia me dice que son muchos.
¿Cree que la reacción del Vaticano de apartarle de sus funciones habría sido tan radical si usted hubiera declarado su homosexualidad pero no hubiera dicho que tiene pareja?
Me habrían expulsado igual, pero seguramente de forma más discreta.
Hay quienes aseguran que su declaración beneficia al ala más conservadora dentro del Vaticano, que rechaza las reformas emprendidas por el Papa Francisco.
No estoy de acuerdo porque antes del Sínodo he hecho todo lo posible para que dentro de mi congregación se debatiera obre este tema. No soy yo quien está dando fuerza a los enemigos de la renovación de la doctrina católica sobre la la familia. No ha habido una verdadera reflexión sin prejuicios antes del Sínodo porque quien ha intentado promoverla ha chocado con la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Usted denunció que dentro de este dicasterio donde trabajaba se encontraba lo más rancio dentro de la Iglesia.
Yo he vivido dentro de la congregación un ambiente hostil y enemigo al Papa Francisco. Se busca sabotear al Santo Padre. Desde la congregación han intentado que el Sínodo fracase en su apuesta por una apertura de diálogo y debate propuesta por el Papa Francisco.
¿Entonces el Sínodo no cambiará nada sustancial?
No, porque no ha sido preparado como quería el Papa Francisco, con una verdadera discusión transparente sin renunciar a un discurso interdisciplinar. Seguimos rechazando tratados de psicología, de ciencia y así sólo estamos ignorando muchas realidades que hoy no son teorías, forman parte de la humanidad. La Iglesia continúa viviendo todo esto como si fuera el resultado de una ideología impuesta por un lobby, aunque yo no conozco ningún lobby homosexual en el Vaticano.
¿Cree que después de usted habrá más salidas del armario dentro del Vaticano?
Me gustaría que mi gesto pudiera llevar un poco más de libertad a personas que tienen miedo y vergüenza de su propia sexualidad porque lo ven como algo sucio. Hay muchas personas que están obligadas a estar toda la vida en un armario.
Hace unos días usted publicó un artículo en una revista polaca pidiendo una serie de cambios dentro de la Iglesia con respecto a los homosexuales. ¿Qué reacción suscitó?
Hablaba sobre la violencia del lenguaje de la teología, en especial en el lenguaje homofóbico de la Conferencia Episcopal polaca, que busca ridiculizar y discriminar. Se abrió una guerra contra mí en Polonia que me hizo entender que no podía seguir escondiéndome y tenía que decir: yo también soy gay, y siendo gay soy también un buen cura y teólogo. Fue la primera vez que salí del armario de manera inconsciente.
Usted le ha escrito una carta al Papa. ¿Qué le dice?
Le he explicado las razones de mi decisión y le he pedido que abra la razón y el corazón de los obispos en el Sínodo porque el Señor no ha hecho a nadie, a ningún humano, defectuoso.