Damon, que está estos días de promoción presentando su última película Marte (The Martian), recordó que cuando él y Ben Affleck estrenaron El indomable Will Hunting se extendieron rumores sobre que ambos eran homosexuales por haber escrito el guión juntos. “Nos puso en una posición extraña en la que teníamos que contestar. Y era algo muy ofensivo”, dijo en la entrevista. Y añadió. “Creo que debe de ser muy difícil para los actores decirlo públicamente. Pero en términos profesionales, creo que eres mejor actor cuanto menos sepan de ti. Punto. Y la sexualidad es una parte importante. Seas heterosexual o gay, la gente no debería saber nada de tu sexualidad porque es uno de los misterios con los que deberías poder jugar”.
Las críticas llegaron a partir de este último comentario porque lo interpretaron como que Damon animaba a sus compañeros a seguir dentro del armario y el actor se vio obligado a explicarse en el programa de Ellen DeGeneres. “Intentaba decir que los actores son más efectivos cuando son algo misteriosos, y alguien lo entendió como que los actores homosexuales deberían volver al armario”, matizó.
Damon hacía referencia a una de las estrategias más clásicas de los buenos actores. “Nunca les dejes saber quién eres”, decía Jack Nicholson, como la mejor forma de camuflarse en un personaje. Y al pie de la letra intentan seguir el consejo los jóvenes intérpretes hoy para ser mejores, aunque en un mundo dominado por las redes sociales y la viralidad de internet resulte cada vez más complicado. Matt Damon, de hecho, es de los más abiertos sobre su vida privada. Casado con Luciana Damon desde hace más de una década, con cuatro hijas, habla siempre con libertad de su vida “normal”. Esa normalidad que transmite en pantalla y le permite interpretar a cualquier personaje en el cine.
Una opción que los actores abiertamente gays no tienen. Como él mismo menciona en la entrevista de The Guardian recordando el ejemplo de Rupert Everett, uno de los primeros en salir del armario y quien después reconoció abiertamente que hacerlo “arruinó” su carrea en Hollywood. “Recuerdo pensar y decir, Rupert Everett era abiertamente gay, un tipo más guapo que nadie, un actor bien formado; es duro argumentar que no consiguió triunfar porque lo había reconocido”, decía Damon.
Pero el de Everett no es el único caso. La misma Ellen DeGeneres estuvo tres años sin trabajar después de reconocer que era gay en la revista Time en 1997. “Nadie me llamaba, nadie me respondía al teléfono”, contó 10 años después.
“Tengo algunos amigos gays que no quieren salir públicamente porque creen que afectará a los papeles que puedan conseguir, y estoy de acuerdo, creo que hay un largo camino por recorrer”, decía Jeremy Irvine en el pasado Festival de Toronto en la presentación deStonewall, la película de Roland Emmerich sobre el inicio del movimiento de liberación homosexual. Por otro lado, criticada por haber blanqueado la historia y no haber escogido actores gays. Siendo Emmerich, además, abiertamente gay y uno de los casos en los que no afectó a su carrera.
“No es un tema tabú entre los profesionales detrás de las cámaras”, dice Gillian Armstrong, la directora del documental sobre Orry-Kelly, amante de Cary Grant. “Pero aún hay mucha presión entre los actores protagonistas, porque sigue muy presente ese sueño heterosexual”. Como el que precisamente representaba Grant.
“¿Cómo afectaría a mi carrera?” se preguntaba la actriz Maria Bello en la columna que escribió en el New York Times para confesar su relación con la ejecutiva Claire Munn. Como Damon y como dejó claro con su silencio recientemente Tom Hardy, Bello no creía que la sexualidad tenga que ser un tema del que hablar. “Nunca me he definido a mí misma por con quién me acuesto, pero sé que otros lo han hecho y harán”, escribía hace dos años. Pero sí cree en hablarlo, como lo hizo la actriz Ellen Page, para normalizar una situación que avanza muy lentamente también en Hollywood.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-30 21:13:012015-09-30 21:13:01Ser gay sigue siendo tabú en la industria de Hollywood
Kim Davis fue encarcelada cinco días por no entregar certificados de boda a parejas homosexuales alegando que su religión se lo impedía
La funcionaria estadounidense Kim Davis. / Reuters
El Papa Francisco se reunió en secreto en Estados Unidos con una funcionaria pública de Kentucky enviada brevemente a prisión a inicios de este mes tras negarse a dar el certificado de bodas a parejas homosexuales, según ha indicado el miércoles ‘The New York Times’, citando al abogado de la mujer.
Kim Davis y su esposo Joe entraron de incógnito en la embajada vaticana el pasado jueves y se reunieron con el Papa durante unos 15 minutos, dijo al ‘Times’ el abogado de Davis, Mathew Staver. Staver señaló que el encuentro fue coordinado a través de funcionarios del Vaticano. “El Papa vino hasta ella y le tendió la mano”, explicó Staver. “Le agradeció su coraje y le dijo: ‘Mantente fuerte'”.
Davis, una cristiana devota de 49 años, fue enviada a prisión a inicios de mes tras desacatar una orden de un juez federal de emitir certificados de bodas a parejas del mismo sexo. La funcionaria había alegado que sus creencias religiosas la oponen al matrimonio gay, que es legal desde junio en todo Estados Unidos.
Fue liberada cinco días después, después de que cinco de los seis adjuntos de Davis en el condado de Rowan declararon bajo juramento que obedecerían la orden de la corte y emitirían certificados de matrimonio a todas las parejas legalmente aptas.
Durante su visita a Estados Unidos la semana pasada Francisco habló sobre la libertad religiosa pero no mencionó en ningún momento a Davis. Sin embargo, durante su vuelo de regreso al Vaticano dijo a un periodista de la televisión estadounidense que le consultó sobre lo ocurrido con Davis que aunque no podía hablar de casos específicos “la objeción de conciencia es un derecho que es parte de todos los derechos humanos”.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-30 14:43:492015-10-18 01:49:15El Papa recibió a una funcionaria de Kentucky que se negó a certificar matrimonios gays
‘Interpretar a reptiles y lesbianas es todo lo que hago’, bromea la actriz
Ha grabado un dueto con el ‘triunfito’ Juan Camús: ‘Encima canto en español’
La actriz Jane Badler, en una imagen reciente. Gtres
Puede que el nombre de Jane Badler (61) no le llame atención así de primeras. Pero si tiene más de treinta años, usted la ubicará perfectamente por su personaje de Diana, la villana que se convertía en lagarto en la serie ‘V’ y que engullía ratones en los 80. Lo sorprendente de Jane es que reaparece en nuestra cartelera con ‘De chica en chica’, una comedia lésbica que dirige Sonia San Sebastián. Tanto ha confiado la actriz en este proyecto rodado en nuestro país que ha hecho todo lo posible para protagonizar la cinta junto a Celia Freijeiro, incluso rebajar su caché. Sobre este papel, su pasión por España y hasta sobre su dueto con el ‘triunfito’ Juan Camús, la neoyorquina ha conversado con LOC.
La pregunta del millón: ¿Qué hace en Madrid presentando una película española? ¿Cómo le llegó el guión de ‘De chica en chica’?
Me contactaron por Facebook. ¿Puedes creerlo? Al principio, pensé en no hacer la película, pero un año después leí el nuevo guión -hubo varios cambios durante la reproducción- y era increíble. Ahí ya dije que OK.
¿Qué tal se le ha dado interpretar a una lesbiana?
Mira a Celia. ¡Ha sido muy fácil! ¡Es preciosa!
¿Le ha resultado más fácil que hacer de reptil en ‘V’?
Los dos cosas son muy fáciles. Interpretar a reptiles y lesbianas es todo lo que hago (se ríe). Puede que después de ‘De chica en chica’ me recordaréis aquí como esa mujer lesbiana y sexy.
¿Cómo vivió el rodaje en nuestro país?
Fue en Madrid el año pasado. Duró tres semanas. Me sorprendió que fuera tan famosa aquí y que me reconocieran por la calle.
¿No se lo imaginaba?
Nunca, hasta que hubo internet. Hace cuatro años vine por la nueva ‘V’ y estuve en un cine con cientos de personas llorando. No me lo creía, era como ‘Dios mío”.
Es que era la villana más cañón de la televisión.
Lo sé. Me quedé en ‘shock’ por los fans. No podía creerlo.
Supongo que no le pararán de comentarle la escena en la que se comía ratones.
Miles y miles de veces. O millones.
¿Le cansan este tipo de preguntas?
No me cansan, pero ya no son interesantes, ¿sabes?
¿Cómo vivió esa etapa de ‘sex symbol’ en los 80?
No lo sé, porque ni sabía que lo fuera. Me enteré cuando la gente me lo empezó a decir con los años. Hay gente que se me acerca ahora para decirme que yo era su primer flechazo, pero nunca fui consciente de nada.
¿Le ha costado mantener una carrera después de un personaje tan potente como el suyo en ‘V’?
No, porque yo he hecho muchos papeles después. Quizá me recuerden por uno, pero he podido hacer muchos más trabajos.
Pese a su imagen en la ficción y a su trabajo, usted mantiene un matrimonio de 25 años.
Sí, pero porque tengo un marido muy, muy comprensivo. Me da muchísima libertad.
También ha grabado un dueto con Juan Camús -participante de la primera edición de ‘Operación Triunfo-. Suena todo increíble.
Lo sé, porque encima canto en español. Pero he cantado toda mi vida. Tengo tres álbumes editados.
¿Qué lugares ha visitado de España?
Muchos, muchos. Sevilla, Barcelona, Ibiza… Me encanta Sevilla y la tierra de viñedos, pero amo todo el país.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-28 16:28:472015-10-08 16:33:45Jane Badler: ‘Me sorprende que sea tan famosa en España y que me reconozcan’
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) sostuvo ayer que el Papa Francisco mostró “finalmente su verdadero rostro homofóbico, pues se expresó en duros y discriminatorios términos a los derechos de la diversidad en Naciones Unidas.
En efecto, el Papa señaló ayer en la ONU que el matrimonio o unión entre personas del mismo sexo busca “promover una colonización ideológica a través de la imposición de modelos y estilos de vida anómalos, extraños a la identidad de los pueblos y, en último término, irresponsables”.
El Movilh repicó que “los derechos humanos están por sobre cualquier ideología Si algo ha aprendido gran parte del mundo, excepto el Vaticano, es que ninguna ideología o creencia puede ser excusa para negar a otros derechos humanos básicos, como son el derecho a conformar familia y a ser reconocidos como parejas por el Estado, en igualdad de condiciones”.
Añadió que “el descaro del Papa es mayúsculo, pues fue la Iglesia Católica la que colonizó con su moral absolutista y autoritaria gran parte del mundo, haciendo creer por siglos que las mujeres, los indígenas, las personas de raza negra y los homosexuales éramos seres humanos de segunda categoría. Fueron ellos que en nombre de su creencias, pisotearon otras tradiciones, valores, culturas y formas de amar”.
Para el Movilh “hoy quedó claro que el Papa se refirió inicialmente a los derechos de la diversidad sexual con buenas palabras, sólo para suavizar la crisis mundial que los afecta por abusos que todos conocemos y que el Vaticano ha intentado sin éxito ocultar”.
Conviene recordar que el 2013 el Papa sostuvo que “¿Quién soy yo para juzgar a un gay”. En tanto, cuando se discutía el matrimonio igualitario en Argentina, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, calificó a esta ley como “una movida del padre de la mentira (el Demonio) que desea confundir y engañar a los hijos de Dios”.
“Hoy nos queda claro que para este Papa las minorías sexuales estamos más cerca de sus demonios que de su Dios”, puntualizó el Movilh.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-26 20:36:222015-09-29 20:39:11Papa Francisco: La unión homosexual es “un estilo de vida anómalo, extraño e irresponsable
La razón por la que a Bissinger le habían encargado el reportaje no tenía nada que ver ni con el atletismo ni con la telerrealidad. Jenner se encontraba en pleno proceso de cambio de sexo y el periodista iba a hacer la crónica del surgimiento de Caitlyn, el ser femenino que el exatleta había escondido toda su vida. Resultó ser el trabajo más extraordinario que este ganador del Pulitzer hubiera realizado en sus 38 años de profesión. Supuso un año de preparación. ‘Vanity Fair’ llevó aCaitlyn a la portada de su edición de julio con una foto firmada por Annie Leibovitz. La imagen de Jenner embutida en un corsé, melena con brillantes reflejos y lápiz de labios tuvo un impacto inmediato. La ahora Caitlyn se unió a Twitter el mismo día en que la revista llegó a los quioscos y sumó más de un millón de seguidores en solo cuatro horas, superando el anterior récord de cuenta de más rápido crecimiento, que era la del presidente Obama. Vips como Lady Gaga, Anna Kendrick y Sam Smith le tuitearon su apoyo. Se lanzó asimismo el primer avance de un ‘reality show’ en ocho capítulos titulado ‘I Am Cait’ (soy Cait), que documentaba la transformación de Jenner (y al que corresponden los retratos que ilustran este reportaje).
En julio, Jenner subió al escenario vestida con un Versace blanco para aceptar el galardón ‘Arthur Ashe Courage’ en los premios Espy, cuyo objetivo es homenajear la valentía en el ámbito del atletismo. En un emotivo discurso, expuso en voz alta la traumática realidad cotidiana que afrontan muchos niños transexuales y fue aplaudida por un público entre el que se encontraban sus hijos, su hermana y su madre.
Por un momento, en medio de los focos destelleantes y la agitación de los medios, parecía como si el tema de la transexualidad hubiera llegado a un punto crítico de aceptación social. No era solo Jenner. Un año antes, Laverne Cox, una transexual afroamericana que protagoniza la serie de éxito ‘Orange is The New Black’, apareció en la portada de la revista ‘Time’. El reportaje que ilustraba se titulaba El punto de inflexión transexual.
En enero de este año, ‘Transparent’, una serie dramática de Amazon que refleja la reacción de una familia al descubrimiento de que el padre es transexual, ganó dos Globos de Oro y llegó a recibir 11 candidaturas a los Emmy. En mayo, Andreja Peji se convirtió en la primera modelo declaradamente transexual que salía en ‘Vogue’ y, dos meses más tarde, se anunció que la primera agencia de maniquíes transexuales del mundo iba a abrir sus puertas en Los Ángeles: Apple Model Management LA.
También está ‘I Am Jazz’, la serie de la cadena americana TLC que sigue la vida de Jazz Jennings, una chica transexual de 14 años de edad y toda una ‘celebrity’ en YouTube. Atrae regularmente a alrededor de un millón de espectadores. ‘The Danish Girl’, película basada en la vida de Lili Elbe, uno de los primeros casos conocidos de cirugía de reasignación de sexo en el Copenhague de los años 20, tiene previsto su lanzamiento a finales de este año.
No hay duda de que las cuestiones sobre transexualidad han emergido a la superficie de lo público. Durante tiempo, los ‘trans’ han recibido un pésimo trato por parte de la sociedad. El péndulo ha oscilado hacia una mayor aceptación. En determinadas zonas, el giro se ha acompañado de cambios políticos. Recientemente se anunció en Estados Unidos que tendrían la posibilidad de servir sin trabas en el Ejército, por ejemplo.
Tampoco ha sido buena la relación entre ‘trans’ y ciertos sectores del feminismo. Hay quien tiene la convicción de que las operaciones de reasignación de sexo no deberían otorgar el derecho a reclamar privilegios especiales más allá de aquellos por los que han luchado las mujeres que lo han sido desde su nacimiento. Pero también hay quien argumenta que la cirugía no convierte en mujeres a las ‘trans’ bajo ningún concepto. Feministas históricas como Gloria Steinem han pedido perdón por sus opiniones anteriores, tachadas de transfóbicas, aunque el silencio no siempre es señal de arrepentimiento. La escritora Julie Bindel se negó recientemente a hablar sobre la transformación de Jenner con un periódico por miedo a ser acosada por lo que ha llamado “el ‘lobby trans'”.
¿Está ligado el aumento de la aceptación de los transexuales a un simple incremento de su número? Los datos escasean, y en España más que en ningún otro sitio. Según una estimación realizada por Iratxe Herrero y Carlos Díaz de Argandoña, del Gabinete Sociológico Biker, en España, en 2009, había alrededor de 2.292 personas transexuales -1.632 mujeres y 660 hombres- y cada año se producirían alrededor de 67 nuevos casos. En Gran Bretaña y de acuerdo con la asociación Gires (Gender Identity Research and Education Society), las cifras crecen en torno a un 15% anual. En términos absolutos, Bernard Reed, fundador de esta ONG, estima que unas 65.000 personas dan cada año el paso en pos de algún tipo de transformación sexual. Las listas de espera de determinadas clínicas especializadas se alargan hasta los tres años. El número de niños de 10 años o menos que se han dirigido al servicio nacional de salud británico (NHS) por sus sentimientos transexuales se ha más que cuadruplicado en cinco años, pasando de 17 en 2009-2010 a 77 en 2014-2015.
¿Por qué este aumento? En parte, internet ha facilitado acceso a información, apoyo y asesoramiento. Eso implica también que los jóvenes se sienten más inclinados a considerar la transexualidad como algo normal y no excepcional. La visibilidad a través de personajes mediáticos como Laverne Cox y Jenner ha llevado también a una mayor aceptación, mientras que los avances médicos transmiten la idea de que transformar radicalmente el propio cuerpo no es un hecho extraordinario.
“En concreto, la historia de Jenner está teniendo un gran impacto porque ella lo ha difundido en los medios”, opina la escritora, periodista y activista británica Jennie Kermode. “Mucha gente se ha sentido más cómoda con la idea de la transexualidad cuando esta se le puso por delante en la forma de una mujer privilegiada, glamourosa. En 2010 realizamos una encuesta en la que nos centramos en los ‘trans’ y los medios de comunicación. Muchos de ellos dijeron entonces que la mayoría de sus apariciones en prensa los ridiculizaba. Eso ha cambiado en gran manera”.
Por supuesto, no hay que olvidar que detrás de esta explosión se encuentra un activismo de décadas, sobre todo en Estados Unidos, que va desde los disturbios de Stonewall en el Nueva York de la década de los 60 hasta hoy. Según Susan Stryker, profesora de Estudios sobre Sexo y Mujer en la Universidad de Arizona, lo que estamos viendo ahora no es tanto un punto de inflexión como “un reguero de agua abriéndose paso por una llanura que con el tiempo esculpe una garganta”.
Ahora bien, ¿la atención prestada a Jenner y otros ha tenido algún efecto real sobre la vida cotidiana de los ‘trans’ que viven al margen de la burbuja privilegiada de los famosos? En este punto las cosas ya no están tan claras.
Existen carencias en el entorno sanitario y también, muchas, en el educativo. Los niños son frecuentemente víctimas de acoso escolar, a veces tanto de los maestros como de los alumnos. En cuanto al empleo, lo más probable es que todavía se enfrenten a discriminación, mientras que una gran cantidad de delitos transfóbicos ni siquiera se declara y no supone un problema significativo para la policía. Una encuesta realizada el año pasado en Gran Bretaña entre más de 2.000 ‘trans’ dirigida por Pace, una organización benéfica de salud mental, reveló que el 48% de los menores de 26 años confesaba haber intentado quitarse la vida, mientras que al menos un 59% había pensado en suicidarse (entre la población general de 16 a 24 años, este porcentaje es del 6%).
Por cada Caitlyn Jenner, Laverne Cox o Jazz Jennings, hay una Lucy Meadows, una maestra transexual de escuela primaria en Accrington (Lancashire, Gran Bretaña) que tras su transformación tuvo que afrontar la angustiosa experiencia del acoso de los medios de comunicación y acabó suicidándose en marzo de 2013. O un Kyler Prescott, un chico ‘trans’ estadounidense de solo 14 años que padeció un problema grave de depresión y se quitó la vida en mayo de este año.
Llamar a lo de Caitlyn Jenner punto de inflexión “ayuda muy poco, por no decir nada”, opina el mencionado Bernard Reed, “porque hace que la gente piense: ‘¡Ah, ya está hecho el trabajo!’. Lo que sí se puede decir es que ahora hay muchas personas que se sienten más seguras porque pueden declarar quiénes son, pero todavía queda mucho trabajo por hacer”.
Para los ‘trans’ comunes y corrientes, la historia tiende a ser la de la supervivencia diaria. La británica Leah Gaynor, de 42 años comenzó a vivir como mujer a los 39. Se ha hormonado durante dos años y está en lista de espera de una intervención quirúrgica de reasignación de sexo después de someterse a psicoterapia.
El suyo ha sido un viaje difícil. Pasar por la pubertad, explica, fue “un infierno. Quería cortarme a mí misma en cachitos”. Sin embargo, trató de vivir de acuerdo con un patrón ideal de masculinidad. Se casó y tuvo tres hijas. Practicaba artes marciales y deportes extremos y se formó como electricista, trabajando en un ambiente decididamente masculino. Como Jenner, se travestía secretamente en la intimidad, no por razones sexuales, sino simplemente por sentirse mujer cuando no había nadie en casa y podía fumarse un cigarrillo sola en el jardín.
El matrimonio de Gaynor terminó en un amargo divorcio. Ella se ha visto separada de sus hijas. Su interés en hablar en este reportaje es el de relatar “cómo es la vida de las personas ‘trans’ que no tienen cantidades de seis cifras en el banco”. Jenner, subraya, se sometió a cirugía de feminización facial, cosa más allá del alcance de la mayoría; ella está en una posición de privilegio, la que le brinda su clase socio-económica.
“Cuando tienes tantos millones como Caitlyn es realmente fácil conseguir que te realicen la cirugía”, afirma Gaynor, pero existe una gran cantidad de trans, especialmente mujeres, que no son tan afortunados. “Tengo una amiga que mide 1,88 m, con unas manos como palas y una cabeza enorme, típicamente masculina”. Lo más probable es que a estos transexuales los increpen por la calle y los conviertan en objeto de burla y agresión. La razón por la que estamos dispuestos a aceptar a Jenner, al menos en parte, es por la persistente idea de que ser guapa es la primera condición de aceptabilidad para ser mujer.
“Eso es misoginia de la buena, a la antigua”, opina Eric Plemons, antropólogo cultural cuyo trabajo se centra en el cambio de sexo. “Sin embargo, a las chicas trans se les exige aun más: que representen el papel de mujer para demostrar que realmente son del sexo femenino. Se ha puesto el listón tan alto que lo único que se consigue es que no lo superen. Estuve viendo un programa de debate organizado en torno a la portada de Jenner en ‘Vanity Fair’; los contertulios hacían todo lo posible por clasificar correctamente su género. Y entonces uno de ellos dijo: ‘Por supuesto, esconde las manos'”.
Caitlyn Jenner. Foto: Gtresonline
La mencionada Leah Gaynor se considera a sí misma “una afortunada”. Es menuda y asegura comportarse “de manera femenina. Nadie me mira dos veces”. No obstante, le preocupa que se esté exhibiendo a Jenner como la cara pública de la transexualidad, porque esa historia en particular, representada bajo la deslumbrante luz de la atención pública, con el apoyo pleno de su familia y sus hijos, con cada uno de sus movimientos seguido por cámaras y difundido a los hogares de todo el mundo, nunca puede ser auténticamente representativa. Jenner no sabe lo que es vivir en la marginalidad, ser despreciado, o intimidado o agredido físicamente, o forzado a prostituirse para ganarse la vida.
La transformación de Jenner no ha proporcionado todas las respuestas a un conjunto enormemente complicado de preguntas. No obstante, es otro ladrillo más en la pared. Marca la celebración de la diferencia sobre la uniformidad, de la liberación sobre la rendición, de la aceptación del auténtico ser de uno mismo sobre la identidad propia construida socialmente. Tal vez lo que ha empezado a enseñarnos, como dice Leah Gaynor, es que nadie es él mismo, y tampoco deberíamos esperar que los demás lo sean.
Mientras tanto, en España…
La transexualidad también quiere visibilidad aquí. Y no es fácil cuando, de entrada, no existen datos oficiales ni fiables del número de personas trans que hay en nuestro país, “y mira que lo hemos solicitado veces en las Unidades de Trastornos de Identidad de Género (UTIG) y en el Registro Civil”, indican desde la Federación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).
De acuerdo al relato de la televisora NBC, Petosky, que es una mujer transgénero, se disponía, como muchos otros pasajeros, a cruzar el área de revisión del aeropuerto de Orlando para tomar un vuelo hacia Minneapolis. Al cruzar el escáner de cuerpo completo, el agente de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) encargado de la operación de ese equipo vio en su pantalla la silueta del cuerpo de Petosky y emitió una alerta. Según dijo la propia Petosky en Twitter, el agente había detectado una “anomalía” en su bajo vientre.
Pero no se trataba de un arma, sustancia o cualquier otra cosa ilegal o peligrosa. Era, simplemente, su pene. Petrosky se lo hizo saber al a agente, explicándole que ella era una transgénero. Entonces, el agente le respondió que “si era un hombre, volviera a la máquina para que lo escanearan como a un hombre”.
Es posible que a lo que el agente se refiriese fuera que iban a escanearla de nuevo indicándole a la máquina que se trataba de un cuerpo masculino para que el equipo calibrara las especificaciones anatómicas del varón, pero la afirmación estuvo falta de tacto y sacudió a Petosky. Ella simplemente dijo que era “una transgénero… una mujer, pero tengo un pene atrofiado, trato de no hacer de esto un problema”.
Pero el agente le respondió que si no quería ser escaneada como hombre, sea lo que sea que eso significase, entonces debía someterse a una revisión manual. Y, como colofón dramático, le preguntó si era ella hombre o mujer y si quería ser revisada por un agente masculino o femenino.
El asunto había ya llegado a una situación especialmente incómoda. Era la primera vez que algo así le sucedía a Petosky en un aeropuerto.
Ella se quedó paralizada, según NBC, pues no quería que una mujer le inspeccionara el área genital, pero desde luego tampoco le agradaba que lo hiciera un varón. Entonces, de acuerdo al periódico New York Daily News ella fue retenida, llevada a un área aparte y cuestionada durante 40 minutos por agentes de la TSA, incluso por especialistas en explosivos. Se le hicieron dos revisiones en el área genital.
Petosky preguntó con insistencia si tenían un protocolo para tratar con personas transgénero y por respuesta recibió que los agentes sabían lo que estaban haciendo. Al final, tras tensos y desagradables momentos, los agentes la dejaron tras establecer que no había peligro. Pero ella perdió su vuelo y pasó un trago realmente amargo.
El Centro Nacional de Equidad Transgénero, que en su website da consejos útiles a la hora de cruzar la seguridad de los aeropuertos, explica que en efecto los escáneres de cuerpo completo pueden detectar “anomalías”, que una persona puede optar por no ser revisada por ese aparato pero que, en consecuencia, debe someterse a una revisión manual a cargo de un agente, que en el caso de los transgéneros debe ser del mismo género que el que muestra la persona revisada (y no por su sexo biológico).
Pero también se dice que una persona no debe ser cuestionada al respecto de su género, algo que no habría sucedido en el caso de Petosky. Además, se recomienda que al margen de las consideraciones de género, las personas viajen siempre con nombres que coincidan con los de sus identificaciones oficiales, aunque pueden, no obstante, mostrarse como hombres o mujeres según su propia condición transgénero.
Al final, la aerolínea le asignó a Petosky un nuevo itinerario y ella tuvo que pasar un día en Miami. Una anomalía sin duda menor a lo que ella tuvo que enfrentar ante los agentes de la TSA.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-22 20:47:452015-09-29 20:50:42Transgénero humillada en el aeropuerto por una ‘anomalía’ en su cuerpo
Orry-Kelly, ganador de tres Oscar por su trabajo como diseñador de vestuarios, fue pareja del gran actor. Su historia sale ahora a la luz en un documental
Cary Grant,Tony Curtis, George Cukor y Billy Wilder portaron su féretro en 1964. Jack Warner, el poderoso presidente de Warner Bros, leyó su panegírico. Y, sin embargo, hoy pocos reconocen el nombre de Orry-Kelly. Incluso dentro de Hollywood. Es lo que le pasó a Gillian Armstrong, que como directora veterana (Mujercitas) y australiana jamás había oído hablar de su compatriota. “Cuando empecé a leer sobre él no me lo podía creer: hasta el año pasado, cuando Catherine Martin le superó, Orry-Kelly era el australiano con más Oscar de la historia, tres, ganados por el vestuario Un americano en París, Las Girls y Con faldasy a lo loco; fue el diseñador de Casablanca, El halcón maltés, trabajó con Bette Davis, con Natalie Wood, con Jane Fonda”, cuenta Armstrong.
La directora presentó esta semana en el Festival de Toronto el documental Women He’s Undressed (Las mujeres que desvistió) dedicado a la figura de este nombre olvidado en las costuras de la meca del cine. “Me entró curiosidad por saber cómo lo hizo, qué tenía de especial; y, al mismo tiempo, quería reivindicar este arte, porque la gente no se da cuenta de lo que importante que es el vestuario en el cine”, dice Armstrong. Las grandes divas del cine mantenían estrechas relaciones con sus diseñadores de vestuario. “Orry y Bette Devis, por ejemplo, eran muy cercanos. Nada más conocerse, se entendieron”, dice la directora.
El diseñador Orry Kelly ajunstando el vestuario de Kay Francis en una escena de ‘Women He’s Undressed’. / PHOTO COURTESY OF WOMEN HE’S UNDRESSED
Ojo artístico
Hijo de un sastre, nacido en un pueblo cerca de Sidney, en 1922, a los 24 años se marchó a Nueva York a ser actor. Después de una breve experiencia algo desastrosa en Broadway, enseguida empezó a destacar por su ojo artístico y su instinto con la aguja. Al poco de llegar, Orry-Kelly conoció a un joven inmigrante inglés que había llegado también persiguiendo el sueño de ser actor. Entonces se llamaba Archie Leach, aunque años más tarde, sería conocido comoCary Grant. Los dos comenzaron una relación de amantes; vivían juntos en el Greenwich Village, con el dinero que mandaba la madre de Kelly, con lo que ganaba Grant como scort de mujeres ricas y con el de los primeros empleos de ambos en el mundo del espectáculo. Juntos, tras un breve paso por Reno, perseguidos por mafiosos, llegaron a Hollywood, donde ambos triunfaron por separado. Grant sería el nuevo Clark Gable. Y Orry-Kelly entró a trabajar en Warner Bros. Vistiendo casi 60 películas al año, su amistad con Davis o con el propio Jack Warner le ayudaron a convertirse en uno de los diseñadores mejor pagados. Cary Grant, decidido a ocultar su homosexualidad, le dio la espalda. “Orry fue de los pocos en aquella época que fue fiel a sí mismo, que no fingió un matrimonio como hacían actores o incluso otros diseñadores”, dice Armstrong.
“Solo se llevó mal con Marilyn Monroe”, cuenta Armstrong, a quien no le sentó muy bien que comparara su trasero con el de Tony Curtis y Jack Lemmon. Tampoco recuperó su amistad y relación con Cary Grant. Salvo a finales de los cincuenta, cuando el actor volvió a mostrar interés, con el único objetivo: prohibirle a Kelly que contara nada sobre él en las memorias que estaba escribiendo. Orry-Kelly murió en 1964, dejando como última película Irma la dulce; y sus memorias jamás publicadas. Supuestamente bloqueadas por Cary Grant. Durante casi 30 años permanecieron perdidas, hasta que Gillian Armstrong y su equipo las encontraron.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-20 10:50:552015-09-20 10:50:55El hombre al que amó Cary Grant
La funcionaria alegaba motivos religiosos al oponerse a las bodas homosexuales
El Tribunal Supremo de EEUU legalizó en junio las uniones de personas del mismo sexo
Kim Davis, aclamada a su salida de prisión por una gran multitud. AFP
Un juez federal de EEUU ordenó hoy liberar a la funcionaria del estado de Kentucky encarcelada durante cinco días por negar licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo alegando que su religión le impedía obedecer al Tribunal Supremo, que legalizó en junio pasado estas uniones en todo el país.
En la orden de liberación, a la que tuvo acceso Efe, el magistrado David L. Bunning determinó que la funcionaria Kim Davis debe ser liberada con la condición de que “no interfiera de ninguna forma, directa o indirecta, en los esfuerzos de otros funcionarios para emitir licencias de matrimonio”.
La liberación de Davis, que se producirá en las próximas horas, coincide con una marcha de protesta contra el encarcelamiento de la funcionaria convocada por grupos de presión cristianos conservadores y a la que asisten los precandidatos presidenciales republicanos Mike Huckabee y Ted Cruz.
“Si la acusada Davis interfiere de alguna forma en la emisión de licencias de matrimonio, eso se considerará una violación de la orden de esta corte y se considerarán las acciones adecuadas”, advirtió el juez Bunning, de la Corte del distrito Este de Kentucky, que puso entre rejas a la funcionaria el pasado jueves.
Un icono de la oposición al matrimonio gay
Kim Davis, convertida en un símbolo de oposición al matrimonio homosexual por motivos religiosos, dejó de emitir cualquier licencia de matrimonio a homosexuales en junio, cuando el Supremo convirtió en un derecho constitucional el matrimonio entre las personas del mismo sexo y legalizó estas uniones en todo el país.
Esta decisión histórica obliga a los trece estados que entonces todavía lo prohibían, entre ellos Kentucky, a permitir que las personas del mismo sexo puedan casarse.
Cuando el gobernador de Kentucky, el demócrata Steve Beshear, ordenó a los juzgados emitir licencias de matrimonio a los homosexuales, Davis decidió interponer una demanda en una corte federal, con el argumento de que sus creencias religiosas debían excluirla de tener que cumplir con esa obligación.
Aunque algunos funcionarios expresaron su oposición a la decisión del Supremo, esta es la primera vez que uno de ellos es encarcelado por negar a parejas del mismo sexo su derecho a casarse, un tema que sigue dividiendo a la sociedad estadounidense a pesar del creciente apoyo que ha ganado el matrimonio gay en los últimos años.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-09 09:12:582015-10-18 01:51:33La funcionaria de Kentucky que se negó a dar licencias de matrimonio a parejas gays sale de prisión
El candidato republicano Mike Huckabee (Izda.) junto a Kim Davis (tercera por la izquierda) nada más ser liberada. / @GOVMIKEHUCKABEE (TWITTER)
Una funcionaria demócrata de uno de los estados más conservadores de Estados Unidos se ha convertido en la última protagonista de la batalla contra el matrimonio homosexual. Apenas tres meses de que el Tribunal Supremo legalizase estas uniones en todo el país, Kim Davis, secretaria de un condado de Kentucky, es el nuevo rostro de la batalla entre los defensores de la igualdad y la derecha religiosa más conservadora.
En teoría, este es el caso de una funcionaria que se ha negado a cumplir con las obligaciones de un cargo que juró ella misma. Pero en la práctica, en plena campaña electoral por la presidencia de EE UU, con casi una veintena de candidatos republicanos necesitados del electorado más conservador, el paso de Davis por prisión puede ser sólo el primer episodio de una pugna para medir la libertad religiosa que según los conservadores está amenazada por el avance del matrimonio igualitario.
Cuando Davis fue liberada este martes, después de pasar seis días en prisión por negarse a conceder licencias de boda, alzó los brazos al cielo junto a Mike Huckabee, candidato a la presidencia en 2016. Ted Cruz, líder del Tea Party y rival de Huckabee en el extremo más conservador del espectro republicano, también había anunciado su presencia en la manifestación -reflejada en las redes sociales– a favor de la funcionaria y “para que ningún americano que quiera vivir su fe sea víctima de la persecución del gobierno”, en palabras de su portavoz.
Huckabee ha sido el más agresivo en su rechazo al matrimonio homosexual y ha reiterado en varias ocasiones que el Supremo no está por encima de la “autoridad de Dios” y que su fallo representaba “la criminalización del Cristianismo en América”. Ahora Davis le ha concedido el ejemplo que necesitaba para poner un rostro a sus argumentos. A pesar de que funcionarios de Alabama, Florida, Mississippi y Texas también se han opuesto a firmar licencias a parejas del mismo sexo, ella es la primera en pasar casi una semana encarcelada por ello.
Un manifestante lee la Biblia durante la concentración a favor de Kim Davis. / TIMOTHY D. EASLEY (AP)
Davis fue asistente de su madre durante casi tres décadas antes de ocupar este cargo el año pasado y clama que su causa personal no es un asunto “de gais y lesbianas”, sino “una decisión entre el Cielo y el Infierno”. La funcionaria, que tomó posesión tras ganar en las elecciones del condado por el Partido Demócrata, tenía pocas opciones: cumplir con la ley y firmar las licencias de matrimonio o dimitir de su cargo.
El incidente ha llevado a algunos conservadores a equiparar a Davis con Rosa Parks, la activista afroamericana que se negó a ceder su asiento a un pasajero blanco en un autobús y que al pagar su gesto con la cárcel también escenificó la defensa de unos ideales. Parks quería acabar con la discriminación contra los negros en pleno movimiento por los derechos civiles. Davis quiere que el Gobierno no le obligue a violar sus derechos religiosos. Pero, según The Washington Post, “Davis no es Rosa Parks” y “su demanda es el caso equivocado para luchar por la protección de la libertad religiosa”.
Los abogados de Davis han tratado de que su caso camine de la mano del argumento de los derechos religiosos hasta el Supremo para reclamar que no se le puede obligar a ejercer su cargo si esto viola sus creencias. El primer intento fracasó la semana pasada. Davis preguntó a la máxima autoridad judicial del país si tiene derecho a negarse a firmar licencias de matrimonio. Los jueces contestaron que no, sin estudiar el caso más detenidamente. Ahora Davis todavía puede perder su puesto por la vía electoral o si el juez mantiene cargos por desobediencia.
La funcionaria se ha negado a conceder licencias matrimoniales desde que el Supremo emitió su fallo en junio. Para evitar que se le acusara de discriminación, negó las peticiones de parejas homosexuales como heterosexuales, citando siempre la “autoridad divina” y su creencia de que el matrimonio es la unión entre un hombre y una mujer. Sus seis asistentes -entre ellos, su hijo- también se negaron. Durante los seis días que ha pasado encarcelada, el juez le ha ofrecido la opción de que no sea ella quien concede los permisos, sino un subordinado, pero también se negó porque su firma sigue presidiendo las licencias matrimoniales. Este martes el juez le ha dejado en libertad porque confía en que Davis “no interferirá” con las licencias que concede su oficina.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-09 08:51:102015-10-18 01:51:41Kim Davis, símbolo de la lucha contra el matrimonio homosexual
Los primeros en recibir el documento judicial fueron James Yates, de 41 años, y William Smith, Jr., de 33 años, pareja desde hace casi una década y a los que la funcionaria Kim Davis, de confesión cristina, negó su derecho a casarse en varias ocasiones, informaron los medios locales.
Con 35,50 dólares, la pareja obtuvo la licencia de matrimonio de un responsable del juzgado, que felicitó a la pareja, antes de que esta corriera a las escaleras delanteras del pequeño juzgado para mostrar a los medios el documento mientras se abrazaban y lloraban de alegría.
Frente a la corte federal de Kentucky se congregaron dos nutridosgrupos de manifestantes, uno para felicitar a la pareja con pancartas con mensajes como “El amor ha ganado”, o en contra con reproches como “Bienvenidos a Sodoma y Gomorra”.
Varias mujeres sostienen pancartas a favor del matrimonio gay en Kentucky.
La funcionaria, convertida en un símbolo de la oposición al matrimonio homosexual por motivos religiosos, permanecerá en prisión por orden de un juez federal hasta que obedezca al Supremo.
El matrimonio homosexual se convirtió en un derecho constitucionalen Estados Unidos, lo que obliga a los trece estados que entonces todavía lo prohibían, entre ellos Kentucky, a permitir que las personas del mismo sexo puedan casarse.
Cuando el gobernador de Kentucky, el demócrata Steve Beshear, ordenó a los juzgados emitir licencias de matrimonio a los homosexuales, Davis interpuso una demanda en una corte federal con el argumento de que sus creencias religiosas la eximían de tener que cumplir con esa obligación.
Un grupo de cristianos se han manifestado frente a la corte en apoyo a Davis
Davis llegó hasta el Supremo, que el pasado lunes le ordenó que, de manera inmediata, comenzara a emitir licencias matrimoniales a todo tipo de parejas, homosexuales y heterosexuales, mientras la funcionaria sigue con el proceso legal en instancias judiciales inferiores, algunas de las cuales ya han rechazado su causa.
Desde que se legalizó el matrimonio gay en junio, esta es la primera vez que un caso de este tipo llega al Supremo.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-09-04 19:54:152015-10-18 01:51:57Las parejas gays de Kentucky obtienen sus licencias de matrimonio
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