¿Quién fue el verdadero asesino de Pasolini?

José María García López, autor de ‘Pasolini o la noche de las luciérnagas’

José María García López, autor de ‘Pasolini o la noche de las luciérnagas’. / R.C.

Pier Paolo Pasolini, director de cine, escritor, dramaturgo, poeta, ensayista, es uno de los genios indiscutibles y más controvertidos del siglo XX. Comunista y homosexual confeso en tiempos donde ambas identidades eran peligrosas, Pasolini murió brutalmente asesinado en 1975, al parecer, a manos de un tal Pelusi, el único acusado y condenado por el crimen. Pero ¿se debió su muerte a un conflicto entre chaperos que se fue de las manos o tuvo más que ver con el intento de callar una voz demasiado crítica con los entresijos del poder?

A su muerte, Pasolini escribía un libro, ‘Petróleo’, en el que investigaba una trama que ya había costado la vida de dos personas: Enrico Mattei, un político de izquierdas que luchaba contra la injerencia de las grandes empresas petrolíferas en Italia, y Mauro de Mauro, un periodista de investigación. Además de todo esto, hay que destacar la afiliación comunista del cineasta, en un tiempo en el que el fascismo y la mafia estaban determinados a impedir la pujanza del partido en la política italiana.

Con esta urdimbre, José María García López crea una inquietante novela, ‘Pasolini o la noche de las luciérnagas’ (Nocturna), en la que una criminóloga y un profesor intentan esclarecer la verdadera causa de la muerte del escritor, lo que termina por convertirse en una obsesión que les lleva a sumergirse en el complejo mundo que habitaba: su obra literaria y cinematográfica, su relación con artistas e intelectuales de la época, su controvertida posición política, su pederastia confesa, su compleja relación familiar, esa lacerante creencia católica de la que nunca se libró, un miedo constante a acabar como finalmente acabó… y, sobrevolándolo todo, una conspiración política y mafiosa que Pasolini denunciaba en ‘Petróleo’, su obra inconclusa y que servirá de hilo conductor a los investigadores para intentar buscar la verdad que nunca salió a la luz.

Porque la investigación de la muerte del director de cine nunca quedó totalmente esclarecida o, al menos, no solo fue responsabilidad de quien acabó en la cárcel por ella. Tanto es así que en 2010 se habló de un capítulo desaparecido de ‘Petróleo’, que, según los expertos, conduciría directamente a los asesinos del propio Pasolini. Y en 2014, finalmente, se reabrió el caso de asesinato para que fuera investigado según los parámetros científicos actuales.

José María García López, filólogo y habitual colaborador en publicaciones periódicas con artículos sobre cine, teatro, arte y actualidad, es autor de varios libros de poesía con los que ha obtenido diversos galardones, entre ellos el premio Rafael Alberti por su obra ‘Memoria del olvido’. Ha publicado hasta la fecha siete novelas.

Conchita se lo quita todo y promociona así su primer disco

Imágenes de  videoclip Conchita Wurst ‘You are unstoppable’ (’Tú eres imparable’).

Imágenes de su videoclip ‘You are unstoppable’ (’Tú eres imparable’).

Conchita Wurst sigue protagonizando titulares cuando se va a cumplir un año de su sonado (y cantado) triunfo en la última edición de Eurovisión. El próximo 16 de mayo saldrá a la venta su primer disco, y como aperitivo e inmejorable promoción, se ha desnudado en el videoclip de la canción ‘You are unstoppable’ (‘Tú eres imparable’), que se presenta como «un grito a la tolerancia y la esperanza».

La canción dura tres minutos y medio y es una sucesión de luces y sombras que muestran y a la vez ocultan. Conchita, personaje artístico creado por el cantante austriaco Thomas Neuwirth, se desnuda en el tramo final de la canción y en el vídeo se le ve de frente y de espaldas, con el pelo y los brazos tapando su pecho y la cámara enfocando solo el medio plano.

El próximo 23 de mayo presentará la sesenta edición del festival, que se celebrará el Viena, el país para el que Conchita logró el triunfo el año pasado con la canción ‘Rise like a phoenix’. Representando a España acudirá la extriunfita Edurne, que defenderá la canción ‘Amanecer’, que ya ha cantado en la embajada de Austria en España como parte de la promoción.

Estrasburgo paraliza la expulsión de una camerunesa que ha pedido asilo

El aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid se ha convertido en su casa durante los últimos 20 días. Allí, entre pasajeros que van y vienen, ha esperado que España le conceda el asilo. No lo ha conseguido, pero el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha paralizado su expulsión. Una mujer camerunesa ha huido de su país porque, según su relato ante la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), fue víctima de un matrimonio forzado y violencia de género.

La Oficina de Asilo y Refugio había denegado su petición, pero CEAR interpuso un recurso ante la Audiencia Nacional para que revise la decisión y, mientras lo hace, autorice su permanencia en España a través de una medida cautelar. ¿El motivo? “Los numerosos indicios que evidenciaban un riesgo real para su vida e integridad física en caso de su devolución a Camerún”.

La Audiencia Nacional, sin embargo, rechazó dicha autorización y, frente a la inminente expulsión de la mujer, el pasado viernes CEAR pidió al Tribunal Europeo que aplicara la regla 39 para evitar su salida de España. “Básicamente, lo que ha ordenado el tribunal es que se paralice la expulsión mientras se agota la vía judicial interna, es decir, mientras la Audiencia Nacional responde el recurso contencioso administrativo que hemos presentado. Es más, si la Audiencia Nacional ratifica la decisión de la Oficina de Asilo, aún podemos recurrir ante el Tribunal Supremo“, explica Paloma Favieres, responsable del Área Jurídica de CEAR.

La mujer, que no llega a los 30 años de edad, ya ha abandonado el aeropuerto. En principio, añade CEAR, tiene una autorización de “permanencia” en España que no le permite trabajar y, por tanto, mantenerse por sus propios medios. El alto tribunal ha indicado que, en cumplimiento de la regla 39, la mujer “no debe ser expulsada en espera de la resolución de los tribunales españoles”. El Estado español “debe mantener informado” al Tribunal de Estrasburgo de las “decisiones adoptadas en los procedimientos internos”.

 

Alan Turing, descodificado

alan turing

Alan Turing

 

“Este es el manuscrito más fascinante que he tenido en mis manos”, explica Cassandra Hatton al referirse al cuaderno de trabajo de Alan Turing que se subasta este lunes en Bonhams Nueva York y que espera alcanzar una cifra de siete dígitos; un millón de dólares como mínimo. El trabajo del matemático británico se ha popularizado con el estreno de la película ‘El código Enigma’ y este cuaderno es, simplemente, diferente.

Hatton, responsable de Historia de la Ciencia y la Tecnología de Bonhams y experta en libros raros y manuscritos, ha manejado otras piezas de valor incalculable de Galileo Galilei, de Albert Einstein o de Albert Newton. Pero este es el primero de su lista. “Es algo que muy pocas personas han tocado alguna vez, que casi nadie sabía que existía”, dice Hatton satisfecha de poder compartir esta obra única con el público después de un año de inmersión entre sus páginas.

Tras dos horas mostrando el manuscrito y el funcionamiento de una máquina ‘Enigma’ empleada en la II Guerra Mundial, cuyo código consiguió romper Turing para descifrar los mensajes del ejército nazi -algo que en cierta medida alteró el destino del conflicto y salvó miles de vidas-, la experta sigue mostrándose feliz de explicar la grandiosidad del cuaderno.

Comprado en una papelería de Cambridge (Reino Unido), el manuscrito consta de 56 páginas y sus escritos se corresponden con los años 1942-1944, cuando Turing trabajaba en el complejo secreto de Bletchely Park para desentrañar el Código Enigma, según referencias en sus páginas. Considerado el padre de la Ciencia de la Computación, el matemático plasmó en ellas “cómo afrontaba los problemas, su método… es muy diferente a sus trabajos publicados y deja ver su personalidad”, resalta Hatton. Entre sus anotaciones, figura una en la que explica lo “extremadamente difícil” que le resulta entender una fórmula de Leibniz. El matemático pasó muchas horas analizando el trabajo del pensador alemán.

Porqué estaba escondido

Cuatro meses antes de que Turing se quitara la vida en 1954 -como consecuencia de un tratamiento hormonal que fue obligado a seguir para ‘curar’ su homosexualidad y así evitar la prisión-, el padre de la Ciencia de la Computación escribió sus voluntades y dejó sus trabajos a un matemático amigo, Robin Gandy.

En 1977 Gandy depositó los papeles de Turing en el Archivo del King’s College, pero se guardó este cuaderno cuyas páginas están divididas en dos partes claramente diferencias, de 26 y 27 páginas respectivamente comenzando, cada una de ellas, por un lado del cuaderno. Las que quedaron en blanco, sirvieron a Gandy como el mejor escondite para escribir su diario más íntimo. “Parece un apropiado disfraz que escriba estas notas entre las anotaciones de Alan, pero posiblemente es un poco siniestro”, apuntó el discípulo de Turing.

Hace dos años aproximadamente que se conoció la existencia de este manuscrito. A Bonhams y a Hatton llegó hace uno, cuando los clientes se pusieron en contacto para investigar sobre el documento. Parte del valor que alcance el cuaderno en la subasta será donado a obras de caridad, según la compañía.

Este lunes, además del manuscrito, también se subastará una máquina ‘Enigma’ de 1944, como las utilizadas por el ejército alemán durante la II Guerra Mundial, cuyo precio estimado está entre 140.000 y 180.000 dólares.

Con apariencia de una máquina de escribir tradicional, sus tripas esconden un sistema de cifrado que convierte las letras pulsadas en otras diferentes: las combinaciones son múltiples. Turing encontró la fórmula para leer ese código en tiempo récord y sin la guía de descrifrado.

Esta labor requería muchas ‘manos’, especialmente femeninas. “Aunque en la película parecen seis o siete personas, miles trabajaban contrarreloj para romper el código. Y eran, principalmente, mujeres”, explica Hatton. Se refiere a las WREN (‘Women’s Royal Naval Service’), que trabajaron en Bletchely Park.

No es de extrañar que junto a estas dos piezas, Bonhams subaste también una carta del siglo XIX escrita por Ada King, condesa de Lovelace y considerada la primera programadora.

La hija de Lord Byron escribió el algoritmo necesario para construir la primera computadora junto al matemático e ingeniero Charles Babbage con el que empezó a colaborar cuando tenía 18 años. La misiva de 1839 está valorada en 25.000-35.000 dólares.

Este lunes, en el centro de Manhattan un pedazo de la historia de la computación cambiará de manos. Queda por ver a qué precio.

Un Tribunal eclesiástico italiano investiga un presunto escándalo sexual entre curas gays

Orgías entre sarcerdotes, sexo a cambio de dinero, religiosos que mantienen relaciones homosexuales con chicos jóvenes… todo esto es lo que ha denunciado al Tribunal eclesiástico regional de Puglia, en el sur de Italia, un hombre de 32 años, Andrea Baldon. La denuncia ha llevado a la Diócesis de Taranto a apartar de sus funciones al párroco de una iglesia de la ciudad con el que Baldon mantuvo un contacto durante meses a través de las redes sociales.

Todo comenzó, según ha contado el joven italiano al diario ‘Il Corriere del Mezzogiorno’, a finales del pasado año. Baldon, que meses atrás había perdido su trabajo como ayudante de cocina y se encontraba en una situación desesperada, fue contactado a través de Facebook por Antonio Calvieri, un hombre de unos cincuenta años que se presentó como sacerdote. “Pensé que era una señal del cielo. Necesitaba ayuda espiritual”, dice en una entrevista al diario. Nada más lejos de la realidad.

Poco tiempo más tarde, y después de intercambiar mensajes a través de las redes sociales durante un par de días, el sacerdote confesó al joven cocinero ser gay e inició a insinuarse cada vez de manera más explícita. “Yo no soy gay pero necesitaba un padre espiritual que me apoyase moralmente. No quería correr el riesgo de perderlo”, confiesa el joven italiano. Así, Baldon comenzó a satisfacer las peticiones -cada vez más explícitamente sexuales- del cura, como mandarle una foto íntima o conectarse con la webcam del ordenador. El joven italiano asegura incluso que el sacerdote le coaccionó para que rompiera con su entonces pareja. A cambio: la promesa de ayudarle a encontrar un trabajo.

Durante sus conversaciones, siempre a través de las redes sociales ya que el cocinero vive en Rovigo, en el noreste de Italia, el sacerdote le confesó que le gustaban los chicos jóvenes, “delgados y bien dotados”, y que, a veces, organizaba orgías en las que participaban otros religiosos gays así como un miembro de la Guardia Suiza del Papa. “Me dijo que le gustaban los chicos, especialmente si eran jóvenes, y que les compraba ropa, móviles o recargas telefónicas”, asegura Baldon que le confesó el sacerdote.

Las consecuencias de la denuncia de Baldon

La denuncia pública del joven ha provocado que el religioso fuera apartado de sus funciones al frente de la Iglesia del Santissimo Crocifisso de Taranto. Y ahora, el Tribunal eclesiástico de Puglia está invesetigando si, como aseguraba el párroco a través de Internet, los encuentros sexuales entre curas homosexuales existen de verdad. Al parecer, el religioso tenía en su poder un informe que habría entregado al Tribunal con fotos, vídeos y conversaciones en redes sociales que demostrarían la existencia de estas orgías y encuentros sexuales a cambio de dinero, así como el intercambio de direcciones de curas homosexuales, en los que habría participado no solo el cura investigado sino otros exponentes de la Iglesia de distintas partes de Italia.

En una nota oficial la Curia de Taranto ha asegurado que el comportamiento del sacerdote es “moralmente reprobable y absolutamente no compatible con el ministerio de un párroco del arzobispado de Taranto”. El cocinero, por su parte, continúa consternado: “Una de sus fantasías era que yo era Judas y, como había traicionado a Jesús, tenía que pagarlo convirtiéndome en su esclavo”. El encuentro virtual con el religioso “me ha cambiado la vida”, asegura el joven en una entrevista con Il Corriere del Mezzogiorno. “Ahora, cada vez que veo un cura, tengo miedo”.

El Vaticano ‘niega la bendición’ al embajador francés por ser gay

Una figura de cera del Papa Francisco, ante la catedral de Nôtre Dame. IAN LANGSDON EFE

Una figura de cera del Papa Francisco, ante la catedral de Nôtre Dame. IAN LANGSDON EFE

 

Laurent Stefanini tiene 54 años, es un diplomático francés con una larga trayectoria a sus espaldas, soltero, sin hijos y además es un fervoroso católico. La suma de todos esos ingredientes lo hacían perfecto para convertirse en el nuevo embajador francés ante la Santa Sede, y es justo por eso por lo que el presidente François Hollande decidió en el Consejo de Ministros del pasado 5 de enero nombrarle para ese cargo.

Sin embargo, cuatro meses después Stefanini aún no se ha podido incorporar a su puesto. El motivo es muy sencillo: el Vaticano no ha dado el plácet a su nombramiento. Muy en su estilo la Santa Sede se limita a dar la callada por respuesta, sin revelar los motivos por los que se niega a dar su bendición a su designación como nuevo embajador francés. Pero parece claro: Stefanini es gay, abierta y declaradamente gay.

Pero si el Vaticano se niega a dar al diplomático el visto bueno que normalmente requiere la designación de un nuevo embajador, París tampoco da su brazo a torcer. “No cambiaremos de candidato”, señalan fuentes del Palacio del Eliseo. “Es uno de nuestros mejores diplomáticos y cumple todos los requisitos para desempeñar des cargo”, indican fuentes próximas a Hollande citadas por el diario católico ‘La Croix’.

Elton John y Courtney Love llaman al boicot contra Dolce & Gabbana

Los cantantes se suman a una campaña contra los diseñadores, que rechazan la adopción de las parejas gais

DOLCE-GABANNA--575x323

La pareja de diseñadores de ‘Dolce&Gabbana’. / Reuters

“¡Cómo os atrevéis a llamar sintéticos a mis preciosos hijos! Os tendría que dar vergüenza haber apuntado con vuestros dedos prejuiciosos a la fecundación in vitro, que ha permitido a legiones de personas que aman, heterosexuales o gais, cumplir su sueño de ser padres”. Elton John ha respondido con este mensaje en su cuenta de Instagram a la pareja de diseñadores Dolce&Gabbana tras la polémica entrevista que vio la luz hace unos días y en la que los italianos declaraban que “la única familia es la tradicional” o que “nosotros, siendo pareja gai, decimos no a las adopciones gais. Basta de hijos de la química y úteros en alquiler. Los hijos deben tener un padre y una madre”.

El cantante británico concluía su mensaje anunciando que no volverá a vestir sus diseños “porque vuestra moda está tan lejos de los tiempos actuales como vuestro pensamiento arcaico”, para después concluir con el hashtag #BoycottDolceGabbana, animando a sus seguidores a dejar de comprar los productos de la firma. Elton John no ha hecho más que sumarse a los cientos de personas que han abierto esta campaña en Internet en contra de una de las parejas más importantes del mundo de la moda, ambos abiertamente homosexuales, pero que defienden un pensamiento contrario a los intereses del colectivo al que pertenecen.

Las declaraciones de Domenico Dolce y Stefano Gabbana al semanario italiano Panorama no dejan margen a la interpretación. “Nosotros no hemos inventado la familia. La ha convertido en un icono la Sagrada familia. No es una cuestión religiosa o social, no hay vuelta de hoja; naces y hay un padre y una madre. O al menos debería ser así. Por eso no me convencen los que yo llamo niños sintéticos”. Sobre si les gustaría tener hijos, Stefano respondió que sí, mientras que Domenico afirmó: “soy gay, no puedo tener un hijo. Creo que no se puede tener todo en la vida. Es también hermoso privarse de algo. La vida tiene un recorrido natural, hay cosas que no se deben modificar. Una de ellas es la familia”.

La reacción del británico no ha sido la única entre los famosos. La cantante estadounidense Courtney Love ha usado su cuenta de Facebook para proclamar: “estoy reuniendo todas mis cosas de Dolce&Gabbana y quiero quemarlas. ¡Boicot contra la intolerancia sin sentido!” El mensaje de Love va acompañado de una imagen que compara dos portadas de los diseñadores italianos con dos mensajes contradictorios. En una de ellas, de hace diez años para la revista Vanity Fair, posaban rodeados de niños con el titular “El deseo de ser padres”. Junto a ella, la de la actual polémica, titulada “Viva la familia (tradicional)”.

Los italianos han cambiado de opinión con los años sobre la cuestión familiar y el papel de los homosexuales en este terreno, y no parecen arrepentidos de su nuevo parecer. Desde que comenzó el llamamiento al boicot, Stefano Gabbana no ha dejado de publicar al respecto en su cuenta de Instagram. Más de 30 imágenes en pocas horas, la mayoría capturas de mensajes de gente apoyándoles. También algunos comentarios en su contra y entre todos ellos, una foto de Elton John con la respuesta del propio Stefano: “Pero, ¿quién quiere verle vestido de Dolce&Gabbana?”.

Elton John, pillado con una bolsa de Dolce&Gabbana

Stefano Gabbana ha publicado en su cuenta de Instagram una foto en la que se ve al cantante con el paquete después de asegurar que boicoteaba a la firma

La polémica entre Dolce & Gabanna y Elton John

La polémica entre Dolce & Gabanna y Elton John / Instagram

La polémica entre los diseñadores italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce y el músico británico Elton John continúa. En las últimas horas ha sido Gabbana quien ha respondido al cantante británico a través de su cuenta de Instagram después de que este llamara al boicot de la firma. En ella ha colgado una captura de una foto publicada por el tabloide británico Daily Mail en la que se ve a Elton John en chandal y con una bolsa de Dolce&Gabbana por una calle de Los Ángeles horas después de que este asegurara que no iba a llevar ninguna prenda de la marca después de que los diseñadores criticaran el que los gais recurrieran a vientres de alquiler para poder se padres. La imagen publicada por Gabbana va acompañada de una frase que dice: “Sir Elton con Dolce & Gabbana en Los Ángeles! hace 30 minutos”.

“Naces y tienes un padre y una madre. O al menos esto debería ser así, por eso no me convencen aquellos que yo llamo ‘hijos de la química’, ‘niños sintéticos’. Úteros de alquiler, elegidos de un catálogo”, dijo Gabbana en las polémicas declaraciones que despertaron la ira del cantante británico. Palabras a las que también se sumó Dolce, quien justificó sus opiniones por la educación recibida. “Soy siciliano y he crecido con un modelo de familia tradicional, formado por una madre, un padre y un hijo. Sé que existen otras realidades y es justo que existan, pero mi visión de la vida es la que me han transmitido”, declaró a medios locales. “He crecido así, eso no quiere decir que no apruebe otras opciones. He hablado por mí, sin juzgar las decisiones de los demás”, agregó.

“¡Cómo os atrevéis a llamar sintéticos a mis preciosos hijos! Os tendría que dar vergüenza haber apuntado con vuestros dedos prejuiciosos a la fecundación in vitro, que ha permitido a legiones de personas que aman, heterosexuales o gais, cumplir su sueño de ser padres”. Ese era el mensaje con el que Elton John respondió en su cuenta de Instagram a la pareja de diseñadores Dolce&Gabbana para después concluir con el hashtag #BoycottDolceGabbana, animando a sus seguidores a dejar de comprar los productos de la firma. Un boicot que siguieron centenares de sus seguidores en las redes sociales y  muchos de sus famosos amigos, como Courtney Love.

 

La polémica sinceridad de Dolce y Gabbana

Sus declaraciones sobre su modelo de familia han dejado claro que las opiniones que no sean políticamente correctas arden en la pira de 140 caracteres

Domenico Dolce y Stefano Gabbana, tras un desfile en Milán

Domenico Dolce y Stefano Gabbana, tras un desfile en Milán. / Luca Bruno (AP)

La sinceridad y más en los tiempos que corren, es una medicina peligrosa que debe administrarse con precaución, a resguardo de la luz pública y, sobre todo, una vez filtrada por el tamiz de lo políticamente correcto. Los modistos italianos Stefano Gabbana y Domenico Dolce no lo tuvieron en cuenta.

Hace unos días, los dueños de Dolce&Gabbana concedieron una entrevista a la revista italiana Panorama, editada por Mondadori, y decidieron desnudar sus vidas —desde sus recuerdos de infancia a su larga trayectoria en pareja y su posterior separación— sin encomendarse ni a Dios ni al diablo. El motivo, en principio, era hablar de su último proyecto, #DGfamily. Se trata de construir un mosaico de fotografías —ya han recibido 4.000— para explicar la evolución de la familia en todo el mundo. Pero una cosa fue llevando a la otra y al final Stefano Gabbana y Domenico Dolce terminaron reconociendo que no tuvieron una infancia feliz.

Gabbana ya limpiaba baños a los seis años para ayudar a su madre, Piera, que trabajaba de portera y limpiadora doméstica en Milán. Dolce recuerda que Rosaria, la suya, era tan rígida que lo obligaba desde muy pequeño a trabajar en la sastrería de la familia en un pueblo de Sicilia: “Yo fui viejo ya desde niño”. La autobiografía trazada por el primero, de 56 años, y por el segundo, de 52, no se ahorra un detalle. Gabbana cuenta que su madre se enteró —al menos oficialmente— de su noviazgo con Dolce a través de un telediario, lo llamó por teléfono y le preguntó: “¿Y ahora qué les digo yo a las vecinas?”. Dolce asegura que siempre supo de su homosexualidad, pero que en Polizzi Generosa, un pueblo de apenas 4.000 habitantes en el corazón de Sicilia, no era una cuestión que se pudiera confesar así como así hace medio siglo. De manera que no le quedaba más remedio que fingir: “Llevaba a casa a mis novias, claramente poco agraciadas. Y mi madre las criticaba y se enfadaba porque eran feas. A Stefano, en cambio, lo quiso desde el principio, se entendieron enseguida”.

Y así, poco a poco, casi de forma cronológica, la pareja de modistos con más glamour de Italia va dejando constancia en la entrevista —sin esconder ni un detalle de la esforzada vida de sus padres para salir adelante— de su difícil ascenso al éxito y la fama. Y tal vez porque una vez desnudos ya hay poco que quitarse, los modistos responden con la mano en el corazón a una pregunta delicada para casi todas las parejas sin hijos: ¿habríais querido ser padres? Stefano Gabbana, el milanés, responde claro y conciso: “Sí, yo un hijo lo tendría”. Domenico Dolce, el siciliano, también lo tiene claro, pero justo en el sentido contrario: “Soy gay, no puedo tener un hijo. Creo que no se puede tener todo en la vida. Y es incluso bonito privarse de algo. La vida tiene un recorrido natural, y hay cosas que no deben ser modificadas. Y una de ellas es la familia”.

Y fue partir de ahí —seguro que lo han adivinado— cuando la entrevista, y por ende la paz íntima, social y empresarial de Dolce&Gabbana, se empezó a complicar. Según Gabbana, después de observar las miles de fotografías que desde 2013 les han mandado desde muchos países para construir su proyecto #DGfamily, se han dado cuenta de que “la familia no es una moda pasajera”, sino que tiene “un sentido de pertenencia sobrenatural”. Domenico Dolce, sin percatarse de que aquella vieja advertencia policial —todo lo que diga puede ser utilizado en su contra— ya no es aplicable solo a los detenidos, se explayaba: “No hemos inventado nosotros la familia. La Sagrada Familia la convirtió en un icono, pero no es una cuestión religiosa o social: un niño cuando nace debe tener un padre y una madre. O al menos debería ser así. No me convencen aquellos que yo llamo los hijos de la química, los niños sintéticos. Úteros de alquiler, casi elegidos por catálogo. Y después ve a explicarles a estos niños quién es la madre. ¿Usted?”, le pregunta Dolce a la entrevistadora, “¿aceptaría ser hija de la química? Procrear tiene que ser un acto de amor. Hoy, ni siquiera los psiquiatras son capaces de afrontar los efectos de experimentación”.

Protestas en Londres contra Dolce&Gabbana

Protestas en Londres contra Dolce&Gabbana. / LEON NEAL (AFP)

La que se armó dura todavía. Aquellas frases —“hijos de la química”, “niños sintéticos”, “úteros de alquiler casi elegidos por catálogo”— se convirtieron en bombas de racimo a través de Twitter. Hubo muchos —empezando por Elton John y Courtney Love— que no solo se sintieron ofendidos por las declaraciones de la pareja de diseñadores, sino que llamaron al boicot de la marca Dolce&Gabbana: “¡Cómo os atrevéis a llamar sintéticos a mis preciosos hijos! Os tendría que dar vergüenza haber apuntado con vuestros dedos prejuiciosos a la fecundación in vitro, que ha permitido a legiones de personas que aman, heterosexuales o gais, cumplir su sueño de ser padres”. Además de llamarlos “arcaicos” y de poner en circulación el boicot a sus productos, el cantante británico y la cantante estadounidense han animado a sus seguidores a sacar de sus armarios y tirar a la basura todo lo que lleve la firma italiana, ya sean bolsos o calzoncillos. Incluso Madonna publicó en su Instagram una fotografía protagonizada por ella y un bebé para la firma con el mensaje: “Pensad antes de hablar”.

Los modistos han intentado defenderse reivindicando su libertad de expresión y acusando de intolerantes a quienes, como Elton John, parecen dispuestos a quemarlos en la pira junto a sus creaciones. Lo que ha quedado claro es que cualquier opinión que no se amolde a lo políticamente correcto será sometida de inmediato a público escarnio, y ni la sinceridad ni el contexto actuarán en defensa del infractor, cuya trayectoria, prestigio y hacienda arderán en la universal pira de los 140 caracteres.

El reverso oscuro de Sor Sonrisa

‘Las dominicas’ aborda la historia real de la religiosa belga cantante que se suicidó con su pareja, también monja, acosada por el fisco

Rosa Cadafalch y Annabel Castan, en 'Las dominicas'.

Rosa Cadafalch y Annabel Castan, en ‘Las dominicas’.

Las historias de monjas son un verdadero tesoro, un subgénero que ha dado mucho de sí. Baste con recordar las peripecias de Sor Citroën o el drama de Audrey Hepburn como la protagonista de Historia de una monja de Fred Zinnermann (basada en la historia real de Marie Louise Habets en el Congo y en la Bélgica ocupada por los nazis). Ahí están también Meryl Streep y Rosa Maria Sardà en la piel y los hábitos de la hermana Aloysius de La duda. El éxito de la temporada teatral en Barcelona lleva escrito el nombre de otra monja Sister act,el musical coproducido por Whoopi Goldberg, Stage y El Terrat, que acaba el 26 de abril sus representaciones en el teatro Tívoli para iniciar una gira por más de veinte ciudades españolas. Pero la novedad en la cartelera barcelonesa es la próxima irrupción de otra historia de monjas no menos sorprendente y muchísimo más negra.

Se trata de Las dominicas (Les dominiques, en catalán), de Iñaki Garz, que también dirige el montaje. La obra, que se estrena en La Seca-Espai Brossa el próximo 9 de abril, relata los últimos días de dos monjas, amantes, amenazadas de desahucio, acosadas por Hacienda, y que acabarán suicidándose con barbitúricos y alcohol. La historia es real y está basada en la vida de la famosa Sor Sonrisa, “la monja cantante”, que triunfó con su guitarra y sus composiciones en los años sesenta para abismarse luego en una verdadera tragedia que ríete tú de la de las monjas en Katanga.

Sor Sonrisa, era Jeanine Deckers, monja belga que llegó a número uno en la lista de éxitos musicales en EE UU. Tras muchas vicisitudes Deckers terminó alcoholizada, en la ruina y con la única compañía de su amante, la también monja Annie Pécher, once años más joven, realizando un pacto de suicidio en un piso de la periferia de Wavre del que las dos mujeres iban a ser desalojadas.

La obra de teatro de Iñaki Garz —que no es la primera creación sobre el caso: hubo una versión en musical aparte de una película, The Singing Nun, 1966, con Katharine Ross y Chad Everet—- no cambia los nombres aunque, señala Rosa Cadafalch, la actriz que encarna a Sor Sonrisa, inventa algunas situaciones y diálogos tratando de imaginar cómo fueron las últimas horas de la pareja. “Mi sorpresa fue muy grande al enterarme de que la historia era real, que las dos protagonistas existieron y se suicidaron como en la obra”. Cadafalch, que actúa con Annabel Castan (en el papel de Pécher), indica que Las dominicas “no explica toda la vida de las monjas, pero ofrece muchas pistas”. La actriz, que estudió en un colegio de monjas, considera que la función “es un regalo para nosotras, se centra mucho en la relación de pareja y en cómo esa relación se va agriando”.

La obra, según su autor, “nos introduce en la lucha tenaz de las dos protagonistas contra todos los estamentos sociales y religiosos que han marcado la trayectoria de sus vidas personales”. La pieza, continúa “es fiel reflejo del movimiento social de lucha y rebelión que caracterizaba los años setenta”.

La verdadera Sor Sonrisa.

La verdadera Sor Sonrisa.

Jeanne-Paule-Marie Deckers (Laeken, 1933-Wavre, 1985) era hija del dueño de una pastelería y tras destacar en los boy scouts estudió y trabajó de maestra. Ingresó en 1959 en las Hermanas Misionarias Dominicas de Nuestra Señora de Fichermont, con sede en Waterloo y tomó el nombre de Hermana Luc-Gabrielle. En el convento destacó por escribir y cantar canciones. Sus superiores la animaron a que grabara un disco y en 1962 la canción Dominique, editada en single, se convirtió en un hit. La monja se hizo famosa como Soeur Sourire, Sor Sonrisa. La simpática historia entra a partir de entonces en el terreno del drama. Deckers denunció que le censuraban las canciones y la obligaban a aparentar una felicidad que no sentía. En 1963 en un curso de Teología en Lovaina, que ya es sitio para ligar, reanudó la amistad con una vieja amiga de juventud, Annie Pécher.

Artísticamente en declive y en desacuerdo con sus superiores dejó el convento en 1966, aunque ella seguía considerándose monja a todos los efectos. Seguidora del Concilio Vaticano II, lanzó una canción a favor de los anticonceptivos titulada Gloria al Señor por la Píldora Dorada que no fue bien recibida por las autoridades católicas y tampoco escaló la lista de éxitos precisamente.

Deckers sufrió un colapso nervioso y fue tratada con psicoterapia. La relación con Pécher tampoco marchaba bien pues Deckers se negaba a ir a mayores y la joven realizó un intento de suicidio al pensar que su amada se marchaba a las misiones. Finalmente, tras muchas resistencias, la relación se convirtió en abiertamente homosexual (en la obra de teatro las monjas ya son amantes).

A finales de los setenta llegó un nuevo golpe para la monja cantante al reclamarle la Hacienda belga los impuestos impagados durante su carrera. Deckers y Pécher se suicidaron el 29 de marzo de 1985, dejando una nota en la que pedían que se las enterrara juntas, como se hizo.