Irlanda vota si sale del armario

Un grafitero realizando una imagen de campaña a favor del 'sí' en el centro de Dublín. REUTERS

Un grafitero realizando una imagen de campaña a favor del ‘sí’ en el centro de Dublín. REUTERS

“Yo era una buena chica católica, creciendo en la Irlanda de los años setenta, donde la homosexualidad se veía como una malvada perversión…” Ursula Halligan es ahora la comentarista política más famosa de la televisión irlandesa y ha decidido salir del armario a los 54 años, a tiempo para el referéndum sobre los matrimonios gays.

“Crecí llena de miedos, me odiaba a mí misma, tuve muchas veces pensamientos suicidas. Aprendí a suprimir mis sentimientos, me convertí en una homófoba, resignada a irme a la tumba con mi vergonzoso secreto. Y posiblemente lo habría hecho si no se hubiera convocado el referéndum”.

La confesión de Ursula Halligan, en una extensa carta publicada por el ‘Irish Times’ -con fragmentos intercalados de su diario de adolescente- ha puesto la nota más emotiva e intensa ante la cita histórica. Irlanda se ha convertido estos días en algo así como un confesionario colectivo. El país más católico de Europa, donde la homosexualidad era delito hasta 1993, acude a la cita histórica a sabiendas de que lo que está en juego es mucho más que una decisión política.

El “no” a los matrimonios entre homosexuales se interpreta en el fondo un voto a favor de la represión del pasado. El “sí” tiene sin embargo una connotación liberadora: se afloja definitivamente el yugo de la Iglesia católica, que con la misma tenacidad se opuso en su día a la ley del divorcio.

Famosos a favor del ‘sí’

Ursula Halligan no es la única que ha decidido dar el paso al frente. El veterano presentador televisivo Gay Byrne, el ex capitán de la selección de rugby Brian ODriscoll o el cantante Daniel ODonell (todos ellos heterosexuales) se han sumado a la campaña del “sí”, que la semana pasada convocó a decenas de miles irlandeses en las calles de Dublín y a los gritos de “igualdad”.

El “sí” va por delante en las encuestas con una holgado 58%, frente al 25% del “no” y un 17% de indecisos que introduce a última hora un elemento de suspense. Con la experiencia aún reciente del fiasco de los sondeos en el Reino Unido, los irlandeses no se fían y han decidido poner las pintas de Guinness en remojo hasta que no se confirmen oficialmente los resultados.

Los murales del “sí” han tomado las paredes de Temple Bar, el barrio creativo y rebelde por excelencia, pero los sermones todavía influyentes cardenales OReilly, Doran, Dronnan y Fleming han marcado la recta final de la campaña, en la que ha entrado también en juego la Iglesia Evangélica norteamericana a través de la Organización Nacional para el Matrimonio (NOM).

“Si logramos la victoria en Irlanda, será un impulso para el matrimonio (convencional) en todo el mundo”, puede leerse en una carta dirigida por el NOM a todos sus afiliados, instando a sus seguidores a visitar el portal de www.keepmarriage.com y a dar el apoyo al “no” a las bodas gays por todos los medios posibles.

El escritor John Waters (nada que ver con el irreverente cineasta) se ha destapado como uno de los más notorios defensores del “matrimonio de toda la vida”, a través del grupo First Family Firsy. Aunque el rostro más visible del “no” es el de otra mujer, Kate Bopp, madre de cinco hijos, que ha puesto sobre la mesa el debate sobre la adopción, apoyándose en supuestos estudios científicos que demuestran que los niños son más violentos y las niñas son más “proclives a relaciones abusivas” en hogares sin un padre.

Otra cuestión: la adopción

El derecho a la adopción y el derecho a la herencia son las dos principales reivindicaciones de las parejas gays, que reivindican la misma “protección constitucional” que hasta ahora no garantizaban las uniones civiles. Irlanda, con una devoción por las consultas populares comparable a la de Suiza, es el primer país europeo que somete el matrimonio entre homosexuales a referéndum, a diferencia de las leyes parlamentarias que impulsaron la medida en España o más recientemente en el Reino Unido.

Lejos de mirar hacia atrás con resentimiento, o de buscar un enfrentamiento directo con la Iglesia removiendo el escándalo de la pederastia, la campaña del “sí” ha intentado mantener un tono positivo y hasta cierto punto comparable con el espíritu de “independencia” del referéndum escocés.

“Amor” ha sido la consigna. Y a ese sentimiento que nos une se remite Colm Tóibín, autor de ‘La historia de la noche’, novela emblemática de la “liberación homosexual” en Irlanda en los años noventa, en otra carta a sus compatriotas ante la cita del 22-M… “Este referéndum ha servido para conocernos más a nosotros mismos y hacer ver lo “normales” que son nuestros deseos y nuestras aspiraciones. Lo único que pedimos es que nuestro amor sea igual al amor de nuestros amigos y ciudadanos que son heterosexuales”.

@cfresneda1

Ministros gays con permiso de la Iglesia

La Iglesia de Escocia mantiene la “visión tradicional” del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, aunque a partir de ahora permitirá a sus congregaciones que ordenen a ministros y diáconos que formen parte de una “unión civil” o que estén incluso casados “con personas del mismo sexo”. La Iglesia de Escocia se ha adelantado a otras iglesias protestantes (incluida la Iglesia de Inglaterra) con la histórica doble votación. En el margen de una semana, y cuatro años después de que admitiera la presencia de gays y lesbianas en el clero, la Iglesia de Escocia ha dado mayoritariamente su apoyo a esta medida que, según sus defensores, refleja “la diversidad y la tolerancia” de Escocia. Hace tan sólo seis años, la curia escocesa cerró filas ante el nombramiento del reverendo Scott Rennie -que reconoció en público su homosexualidad- como párroco de la Iglesia de Queens Cross en Aberdeen. Aquel episodio dio pie a un intenso debate que culminó en el 2011 con la “aceptación” de los ministros “gays” ordenados antes del 2009 y que decidieran revelar su orientación sexual. “Ha llegado el momento de dejar de ponernos etiquetas”, ha declaró el moderador de la Asamblea de la Iglesia de Escocia, reverendo John Chalmers, en el momento de ceder el testigo a su sucesor, reverendo Angus Morriso. “Tenemos que dejar de definirnos por nuestras diferencias y buscar el terreno común, nuestro bautismo en Cristo, nuestra dependencia de Dios y nuestra voluntad de servir a los pobres”.

Conchita Wurst: más allá de lo masculino y lo femenino

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La victoria de Conchita Wurst en la pasada edición del Festival de Eurovisión provocó un terremoto de dimensiones diplomáticas, cuando la muy homófoba Rusia protestó por el primer puesto de la mujer barbuda con la canción ‘Rise like a phoenix’. Ha pasado un año y el próximo sábado se celebra de nuevo el concurso televisivo musical, con la participación de Edurne como representante española, por lo que Wurst ha aprovechado para publicar su primer álbum, que se llama como ella, ‘Conchita’. Más allá de lo ‘drag queen’, el disco muestra un sorprendente juego, con la voz masculina de Conchita adaptándose a todos los registros de una moderna diosa pop. Salvando las distancias, un poco como la prodigiosa transformación vocal de los contratenores. Apelando descaradamente a los gustos de los ‘eurofans‘ (‘You’re unstoppable’, ‘Somebody to love’) o presentándose como una suerte de Madonna(‘Colours of your love’, la potable ‘Out of body experience’), Conchita va de la pista de baile a la balada lacrimógena. Todo ello, decimos, sin que los graves de su garganta apenas contaminen las canciones. Dejando a un lado esto, el disco no está mal, pero no tiene nada nuevo que añadir a las toneladas de ‘pop divas’ que surgen cada año. Pero viene bien para recuperar algunas canciones sobre el cruce de géneros en esta lista.

Podríamos empezar con David Bowie, que tanto hizo por derribar los límites de los géneros a principios de los 70 con canciones como ‘Rebel Rebel’ y ese verso que dice: “Tienes a tu madre confundida; no está segura de si eres un chico o una chica“. De esa época son los travestis de Lou Reed en ‘Walk on the wild side’, los New York Dolls maquillados como fulanas o el ‘He’s a woman-She’s a man’ deScorpions que luego retomaron los Helloween. Esta confusión de sexos también está presente en otras canciones, de Aerosmith(‘Dude- Looks like a lady-‘) o Prince (‘I would die 4 U’).

El tema ha sido tratado también en los musicales, como el legendario‘Rocky Horror picture show’ (con aquel Doctor Frankenstein de la Transilvania Transexual) y, más recientemente, ‘Hedwig and the angry inch’. Y, aunque sus éxitos no hablasen explícitamente de lo transgénero, Sylvester y Boy George representan -igual que Klaus Nomi, Jobriath, RuPaul o Freddie Mercury– iconos dentro del proceso de normalización.

En España tenemos a Bibi Andersen y ese ‘Sálvame’ que incluso ha dado título a un programa de telebasura. Y también a Alaska, de la que resulta imposible escoger una sola canción, aunque probaremos con ‘Miro la vida pasar’, de Fangoria, por aquello de “En plan travesti radical”, que bendigo a una inolvidable generación festiva en Madrid. Y, por supuesto, McNamara, solo o con Almodóvar.

Otros iconos a destacar serían Wendy Carlos, uno de los primeros casos de cambio de sexo en el mundo de la música, autora del ‘Switched on Bach’ y de las bandas sonoras de ‘La naranja mecánica’ y ‘Tron’; Philippe Jaroussky, por su increíble capacidad como contratenor; y Mykki Blanco, el primer rapero gay y travesti. Y, ya más recientemente, Laura Jane Grace, líder del grupo de rockAgainst Me! y varón hasta su proceso de reasignación de sexo que contó en su disco ‘Transgender Dysphoria Blues’; o Antony y sus Johnsons.

 

 

Partidarios y detractores del matrimonio gay en Irlanda apuran la campaña antes del referéndum

También votarán si se rebaja desde los 35 hasta los 21 años la edad mínima para poder ser presidente

Imagen de archivo de una pareja del mismo sexo besándose tras haber contraído matrimonio

Imagen de archivo de una pareja del mismo sexo besándose tras haber contraído matrimonio

Los partidarios del “sí” y del “no” a la legalización del matrimonio homosexual en Irlanda apuran hoy la campaña del referéndum de este viernes, en el que poco más de tres millones de votantes están llamados a las urnas.

DUBLÍN. Las encuestas siguen otorgando una cómoda ventaja a la ratificación de la propuesta del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, si bien el rechazo ha avanzado terreno en las últimas semanas y aún hay un significativo porcentaje de indecisos.

El electorado irlandés deberá decidir en este plebiscito si acepta o rechaza que un “matrimonio puede ser contraído de acuerdo con la ley por dos personas sin distinción de su sexo”.

Esa es la frase que el Ejecutivo, que cuenta con el apoyo de todas las fuerzas políticas nacionales, ha propuesto añadir al artículo 41 de la Carta Magna para proteger constitucionalmente los derechos de la parejas del mismo sexo y equipararlos a los de los matrimonios convencionales.

En caso de que prospere la iniciativa, Irlanda se convertiría en el primer país del mundo que legaliza esas uniones a través de una votación popular.

Entre sus detractores figuran, entre otros, grupos antiabortistas, ultraconservadores y la Iglesia católica, que advierten de que el matrimonio entre homosexuales atenta contra los valores de la familia tradicional y modificará radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionará los derechos del menor.

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar a esas uniones de “matrimonio” y carecía de protección constitucional.

En otro referéndum que también se celebra el viernes, el electorado irlandés deberá decidir si se rebaja desde los 35 hasta los 21 años la edad mínima para ser presidente de la República, un cargo principalmente representativo.

Los centros de votación abrirán mañana sus puertas a las 06.00 horas GMT y cerrarán a las 21.00, si bien el recuento de las papeletas no comenzará hasta el sábado a las 08.00 y se prevé que el resultado final podría anunciarse entre las 15.00 y las 17.00 horas de ese día.

Irlanda desafía su pasado ante el referéndum sobre el matrimonio gay

El país católico, donde la homosexualidad fue ilegal hasta 1993, puede convertirse mañana en el primer Estado en aprobar en las urnas las bodas entre personas del mismo sexo

Jóvenes activistas por el sí en la calle Grafton, en el centro de Dublín

Jóvenes activistas por el sí en la calle Grafton, en el centro de Dublín. / LIONEL DERIMAIS

La clave del apasionante momento histórico que está viviendo Irlanda, según Tiernan Brady, está en su tamaño. En este país de cuatro millones y medio de habitantes, explica, los seis grados de separación que supuestamente existen entre cualesquiera personas del mundo se reducen a solo dos grados. “Todo el mundo conoce a alguien que conoce a alguien”, explica este exalcalde de Bundoran, un pueblo del noroeste rural, convertido hace unos meses en director político de la campaña por el sí en el referéndum sobre la legalización del matrimonio gay que se celebra este viernes en Irlanda.

“En comunidades pequeñas la humanidad de una persona se abre paso rápidamente”, prosigue. “Las personas gais y lesbianas no viven en una roca fuera de Irlanda esperando a entrar. Viven en cada rincón del país. Lo más importante es recordar a la gente que esto va de personas. Va de gente a la que conocen. Alguien en su familia, en su calle, en su comunidad. Esa es una de las razones por las que todo aquí se ha movido tan rápidamente”.

Un cartel por el no-Dos hombres no pueden remplazar el amor de una madre

Un cartel por el no: “Dos hombres no pueden remplazar el amor de una madre”. / L.D.

Hasta 1993, en Irlanda, ser homosexual se pagaba con la cárcel.Y este viernes, si las encuestas no se equivocan, este se convertirá en el primer país del mundo que aprueba por referéndum el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Yo era un delincuente en la universidad, y ahora estoy a punto de convertirme en un ciudadano de pleno derecho”, explica Brady. “Creo que este mensaje es poderoso para la gente que vive en países donde parece no haber esperanza. Es la demostración de que el mundo puede cambiarse en una generación. Y sin pelearse, solo hablando a la gente”.

El referéndum se convocó porque la ley lo exige para cualquier modificación en la constitución. Pero el hecho de que la decisión se haya dejado a en las manos de todos los ciudadanos, y no de un grupo de políticos o jueces, ha convertido las calles de Dublín en el escenario de un acalorado debate sobre un tema que hasta hace muy poco era tabú. Ha llenado de energía política una sociedad que, sobre todo en su capa más joven, había perdido la fe en la política después del humillante rescate económico al que hubo de someterse el país en 2010, seguido de años de dolorosa austeridad. “Si gana el sí habrá toda una generación de gente que descubra que la política puede funcionar, que puede cambiar las cosas”, resume Brady. “Eso tendrá un efecto profundo mucho más allá de esta campaña”.

La Iglesia Católica sigue teniendo un enorme peso en un país donde el aborto es ilegal, incluso en el caso de violación, y donde el divorcio se legalizó en 1995 y los anticonceptivos solo 10 años antes. Si la homosexualidad se despenalizó hace 21 años, no fue no por un clamor popular, sino porque así lo exigió el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El 85% de la sociedad irlandesa sigue siendo católica. Pero ya no escuchan tanto los dictados de conducta de una Iglesia duramente golpeada por una sucesión de gravísimos escándalos de abusos sexuales a menores encubiertos por las jerarquías.

La Iglesia, en general, se ha opuesto a la equiparación del matrimonio para personas del mismo sexo. Pero también muchos sacerdotes han pedido el voto por el sí. Contactado por EL PAÍS, un portavoz declina ofrecer una postura oficial alegando que la Iglesia no hace campaña en este referéndum y que se limita a atender las consultas de sus feligreses.

Activistas por el sí en el centro de Dublín-Combate la desigualdad. Empieza por votar sí

Activistas por el sí en el centro de Dublín: “Combate la desigualdad. Empieza por votar sí”. / L.D.

Todos los partidos políticos y todos los grandes periódicos han pedido el voto por el sí. El propio primer ministro, el democristiano Enda Kenny, volvió a pedirlo el miércoles, en la víspera de la jornada de reflexión.

Al Goliat de la campaña del no se enfrentan pequeños davides como Fernando Rodríguez, que exhibe en una acera, acompañado de una amiga, carteles en defensa de la familia tradicional. “Dos hombres no pueden sustituir el amor de una madre”, se lee en uno de ellos. Un hombre se detiene y les mira con cara de desprecio. “Esto es lo más insultante que he oído: yo soy padre soltero”, explica.

Rodríguez, de 27 años, mexicano de padres asturianos, residente en Dublín desde hace nueve años, viene a repartir panfletos cada tarde, cuando sale de su trabajo de becario de marketing. “Toda la información está en el lado del sí”, protesta. “Pero si vivimos en una democracia, debemos informar de las dos opciones”.

El mismo desequilibrio de fuerzas denuncia Evana Boyle, abogada, madre de cuatro hijos, portavoz del recientemente creado colectivoLas Madres y los Padres Importan. “El debate se ha silenciado”, asegura. “Los medios no nos dejan hablar. Ha faltado debate legal y la gente está confundida. Creo que ganará el sí porque la gente ha sido engañada. Creen que votan por lo que sienten hacia los gais, por motivos emocionales, pero es mucho más. Los hombres y las mujeres son diferentes. Traen cosas distintas y los niños tienen derecho a esas dos influencias en su crianza. Es sobre los derechos de los niños. En la constitución, el matrimonio está conectado con la familia, porque con el derecho a casarse está el derecho a tener hijos. El Gobierno dice que se trata de la igualdad de las personas gais, pero no es eso. Creemos que se puede ser igual sin cambiar el matrimonio. Tenemos una de las leyes de parejas de hecho más robustas del mundo”.

El centro de Dublín es un clamor por el sí. Grupos antiausteridad han cambiado su mensaje anticapitalista por uno de igualdad de derechos que gritan por los megáfonos. Un camión de Ben & Jerry’s reparte helados gratis por el sí. Colectivos de artistas jóvenes realizan voluntariosas acciones por las calles comerciales llenas de turistas. El clamor callejero por el sí recuerda al de los días previos al referéndum de independencia de Escocia el año pasado.

En aquella ocasión ganó el no. Aquí las encuestas dan al sí un margen tan amplio que pocos creen que pueda revertirse. Pero en estas islas las encuestas dejaron de creerse el pasado 7 de mayo. Y todo el mundo cuenta con una disminución del margen por el afloramiento del voto del llamado no tímido.

El sí, en cambio, es todo menos tímido. No está permitido el voto por correo, así que jóvenes irlandeses de todo el mundo han viajado estos días a su país para votar. Se han organizado viajes colectivos desde Londres y la demanda ha disparado el precio de los vuelos desde Nueva York o Boston. “Si gana el sí, el mensaje será muy fortalecedor para todos los irlandeses”, opina Brady. “Cada persona gay y lesbiana que ama a su país se podrá levantar a la mañana siguiente y saber que su país les ama también. Es algo muy importante para la gente que ha crecido sin sentir eso. Diremos al mundo que somos tan amigables como la gente cree que somos. Tenemos fama de eso. Sería un fenomenal mensaje de compasión, de humanidad y de esperanza más allá de Irlanda. El cambio puede suceder. No importa lo imposible que parezca. Puedes mover montañas y lo puedes hacer en solo una generación”.

El primer ministro de Luxemburgo se casa con un arquitecto belga

No debería ser noticia, pero aún lo es, porque nunca antes ha ocurrido algo así en un país comunitario: el jefe de Gobierno de Luxemburgo, Xavier Bettel, se ha casado con su novio, el arquitecto belga Gauthier Destenay, convirtiéndose así en el primer mandatario homosexual de la Unión que contrae matrimonio, en un país de mayoría católica y con una marcada tendencia conservadora.

JW101. LUXEMBURGO, 15/05/2015.- El primer ministro de Luxemburgo, el liberal Xavier Bettel (dcha), y su marido Gauthier Destenay, posan para los medios tras contraer matrimonio en Luxemburgo, el 15 de mayo del 2015. EFE/Julien Warnand

El liberal Xavier Bettel (derecha), y su marido Gauthier Destenay, tras el enlace. | EFE

Bettel, de 42 años, y Destenay figuran entre los primeros hombres que se casan en virtud de la nueva ley, que ha entrado vigor en enero de 2015 en Luxemburgo, que se suma así a una docena de países de la Unión Europea que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo.

Felicitados por decenas de personas en el exterior del Ayuntamiento de Luxemburgo, donde se ha celebrado la ceremonia privada, los dos hombres, vestidos con trajes oscuros y con corbata, han saludado a su salida del acto.

Bettel, un liberal cuya elección hace 18 años ha puesto fin a décadas de gobiernos conservadores en el país, ha abrazado a su marido y ha destacado que “Luxemburgo puede dar ejemplo”. Los primeros ministros de Bélgica y de Estonia, Charles Michel y Taavi Roivas, han asistido a la ceremonia nupcial, que ha celebrado el sucesor de Bettel en la Alcaldía de Luxemburgo. “He venido a la boda de un amigo. Es un gran momento para él y tenía que estar presente”, ha dicho Michel, en declaraciones a la cadena de radio RTBF.

LO HIZO PÚBLICO HACE SIETE AÑOS

Bettel, que es abogado de formación, reconoció que es homosexual hace siete años en un programa de radio. Destenay, que ya entonces era su novio, no había hecho pública su condición. Bettel se convirtió en primer ministro en diciembre de 2013, poniendo fin a 19 años en el poder de Jean-Claude Juncker, que ahora preside la Comisión Europea.

Hace cinco años, Johanna Sigurdardottir, entonces primera ministra de Islandia, se convirtió en la primera jefa de Gobierno que contraía matrimonio con una persona del mismo sexo.

El luxemburgués ha aprovechado el momento para dar las gracias en su cuenta de Twiiter por las muestras de cariño recibidas y ha animado al mundo entero a vivir. “Sólo tenemos una vida, vivámosla”, dice el mensaje.

“El 80% de los travestidos son heterosexuales”

ENTREVISTA | FRANÇOIS OZON

El cineasta francés juega con la identidad sexual en ‘Una nueva amiga’, una “película transgénero”, cuento de hadas con final feliz, inspirada en un relato de Ruth Rendell y en la realidad de un tipo que se vestía con la ropa de su mujer muerta.

El director de cine francés François Ozon

El director de cine francés François Ozon.- EFE

MADRID.- Las manifestaciones en Francia, en la primavera de 2013, contra los matrimonios homosexuales fueron acciones violentas muy agresivas, reuniones masivas de opositores radicales que mostraron la cara menos conocida de nuestros vecinos. Un país que presumía de moderno se mostraba carca y rancio. El cineasta François Ozon estaba entonces escribiendo el guion de Una nueva amiga, “una película transgénero”, que cambió sustancialmente ante la visión de esa realidad reaccionaria y ultra. “Me molestó toda esa violencia que veía en las calles y entonces intenté hacer algo pedagógico, dirigido a esas personas”.

Romain Duris y Anaïs Demoustier protagonizan este melodrama con final feliz, en el que el cineasta juega con la identidad sexual de uno de los personajes en su búsqueda de la felicidad. Una nueva amiga es la historia de un hombre que, al quedarse viudo, comienza a revelar dudas sobre su sexualidad. Al mismo tiempo, inicia una relación –amigo y amante- de la mejor amiga de su esposa muerta. Inspirada en un relato de la recientemente desaparecida Ruth Rendell, la película —que compitió en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián— también está construida sobre la realidad de un tipo que se disfrazaba con la ropa de su mujer para intentar así devolverla a la vida.
¿Cómo afectaron a la película las manifestaciones de mayo de 2013?
Escribí el guion justo cuando se estaban produciendo todas esas manifestaciones en contra del matrimonio gay en mi país. Me sorprendió muchísimo la violencia de toda esa gente que salía a la calle, ese querer imponer su voluntad, esos gritos en contra de los derechos de las personas… Me molestó toda esa violencia que veía y entonces intenté hacer algo pedagógico, dirigido a esas personas. Quería explicarles que la identidad es un camino muy complejo y que cada uno tiene que buscar la suya. La película me ha salido política, muy a mi pesar.

Sin embargo, es un título de su cine más luminoso, no del oscuro…
Sí, pertenece a ese cine luminoso, pero es algo que depende siempre de la historia. Para cada película hay métodos que parecen estar más cerca de las historias. Esta historia era, de alguna manera, como un cuento de hadas con un plano final que es directamente hollywoodiano. Por supuesto, hubiera podido hacer una película centrada en el mundo gay, pero no quise, porque quería hacer una película popular, que llegara a cuanta más gente, mejor.

En la intención pedagógica que menciona, ¿qué más le gustaría enseñar?
Muchas cosas, porque hay muchas cosas desconocidas sobre el travestismo. Algunas yo las aprendí investigando para la película. Existe el cliché de que todos los travestidos son homosexuales, pero no es verdad, hay muchos heterosexuales. Haciendo la película he conocido a muchos de ellos. De hecho, el 80 % son heterosexuales. Tenemos la idea al revés y eso complica las cosas. He conocido hombres casados, con hijos, y mujeres que saben que sus maridos son travestidos y lo aceptan. Aunque, la verdad, la mayoría decide divorciarse y los hijos les rechazan.

Usted huye justamente de esa realidad, evita las aristas del problema, ¿por qué?
Es verdad. Si la película fuera realista, sería mucho más triste, sería una historia oscura y sombría. Pero yo lo que quería era mostrar la alegría de esa persona. Y funciona, porque hay gente que justo después de ver la película ha decidido contar a su familia su secreto. Una vez vino un hombre y me dijo: “Ahora, sí, por fin voy a contárselo a mis padres”. ¡Tenía ya más de cuarenta años! Me alegro mucho de que la película sirva para eso.

¿Es lo que intenta transmitir con ese happy end?
Absolutamente, porque, de verdad, todas las familias, todos los tipos de familia, pueden existir. En la película Claire (personaje que interpreta Anaïs Demoustier) está embarazada, pero no se especifica de quién, y hay diferentes interpretaciones. Y es muy divertido ver cómo cada persona interpreta una cosa distinta, dependiendo de su forma de pensar.

El relato de Ruth Rendell es un cuento ‘criminal’ ¿qué le interesó de él?
Lo que me interesaba más del relato de Ruth Rendell era el thriller y la relación del marido-mujer-amante, que estaba invertida. Su mejor amiga era un hombre, ese pequeño detalle me encantaba. Pero es cierto que hay importantes cambios respectos del relato. Ruth Rendell terminaba la historia con un asesinato y yo, no, porque yo quería contar una historia de amor…

Conchita Wurst, más diva que nunca en la Ópera de Viena

Nadie se ha tirado de los pelos en Austria. La propuesta cuenta con todas las bendiciones de Dominique Meyer (un alsaciano, hijo de diplomático) que lleva las riendas de la Ópera de Viena desde 2010. El país transalpino ha tirado la casa por la ventana con motivo de la celebración del concurso de Eurovisión, entre el 19 y 23 de mayo, y no les ha dolido echar mano de más de diez millones de euros para el montaje y demás actividades colaterales. Como abrir las puertas de uno de los templos líricos más prestigiosos del mundo -junto con La Scala de Milán- para acoger un espectáculo rompedor bajo el lema de ‘construyendo puentes’. Están convencidos de que los extremos se tocan… Vaya, vaya.

Por de pronto, sepan que mañana Conchita Wurst (el travesti austriaco que ganó Eurovisión el año pasado) compartirá el escenario de la Ópera de Viena con el tenor peruano Juan Diego Flórez, radicado en la capital austriaca y una primerísima figura del bel canto. Son el máximo reclamo de un show -tras descolgarse Plácido Domingo por una bronquitis- que también dará oportunidad de lucimiento a músicos de la Filarmónica de Viena y de la Ópera, así como a otros cantantes líricos y candidatos de varios países que participan en esta edición de Eurovisión. No faltarán entrevistas, chascarrillos y una moderadora experta en temas culturales -licenciada en Filología Alemana y Románica- que sabe tanto de divos y divas, de Verdi y Wagner, como Leo Messi de fútbol. O sea, todo y más. En la Ópera de Viena son gente muy seria.

Han quedado sin desvelar los detalles de la gala para disparar las expectativas (y el morbo), así que obviamente los afortunados que han conseguido una entrada para la matiné -la función empezará a las doce del mediodía- ya estarán salivando de gusto. A mí me pica la curiosidad saber qué tipo de público se ha gastado entre 7 y 60 euros para disfrutar de este evento. Por lo demás, el espectáculo se retransmitirá ‘urbi et orbi’ para satisfacer la curiosidad de millones y millones de espectadores. No costará ni un duro seguir el show en la pequeña pantalla. Eso sí, muy importante: hace falta un televisor ‘inteligente’ de la marca Samsung que permita bajarse la aplicación de la ‘Wiener Staatsoper’ (así se llama la Ópera de Viena en alemán).

“Nada más sexy”

No corren buenos tiempos para la música clásica (y la ópera), así que lo prioritario es hacer caja. Nada que objetar, lo mismo ocurría en la década de los 60 del pasado siglo cuando los agoreros decían que el negocio tenía los días contados. Hasta que se puso las pilas un señor como Karajan, sobre todo después de cambiar de corte de pelo. Fue el primer músico austriaco -mucho antes que Conchita- en percartarse de la importancia de las tijeras y la maquinilla de afeitar como instrumentos de primer orden. Que no perder el compás es imprescindible pero la imagen también influye.

Así pues, nuestro querido Karajan se atusó el tupé y -ojo al detalle- se dejó crecer las mechas de los lados para repeinarlas hacia atrás. Le daba un aire de velocidad muy seductor, sobre todo cuando se ponía de perfil y dirigía con los ojos cerrados. El cineasta francés Henri-Georges Clouzot le tenía cogido el punto, por eso grabó encantado de la vida unos cuantos conciertos con el maestro. “No hay nada más sexy que sus dedos cuando dirige”, recalcaba Clouzot, con la pipa en la comisura de los labios, cada vez que algún músico se quejaba de que se centraba demasiado en la figura del director de orquesta.

A toro pasado, los habrá que digan que los encuadres eran demasiado forzados, que los músicos estaban demasiado pendientes de salir distinguidos y solemnes -como en un desfile militar-, que se respiraba un clima artificioso y rígido en el plató, que hay mucho ‘corta y pega’ para que las secuencias queden vistosas… En resumidas cuentas, que todo era un gran mentira elaborada en un estudio de grabación para gusto del consumidor. Puede ser. ¿Y? ¿Qué hay de malo en eso?

Por cierto, el maestro Karajan también colaboró con profesionales de la imagen de la talla de Hugo Niebel y Ernst Wild. Vean el vídeo de la Sexta de Beethoven -rodado por Niebel en 1967- y ríanse de las psicodelias. Es duro, muy duro. Terminas con los ojos vueltos del revés y dolor de cabeza. Al propio Karajan le pareció excesivo pero no llegó a renegar del resultado. Era un valiente. A lo hecho, pecho. La plaza de la Ópera de Viena lleva su nombre, igual que la calle principal del auditorio de la Philarmonie, sede de la Orquesta Filarmónica de Berlín. Cuando falleció en 1989, el diario ‘Le Monde’ tituló en portada ‘Dios ha muerto’. Ahí queda eso.

¿Qué diría Karajan si levantara la cabeza y descubriera a Conchita y sus amigos/as en la Ópera de Viena? A saber… No tuvo ocasión de trabajar con travestis pero sí tenía amigos homosexuales. En el gremio de la dirección de escena o en el departamento de vestuario y maquillaje siempre han proliferado los profesionales gays. Ni le escandalizaba ni le importaba. Iba a lo suyo: peleaba por ser el número uno (en fama y caché) sin perder el tren de la modernidad. En fin, me gustaría pensar que el show de mañana le haría gracia. Era un tipo muy suelto cuando se trataba de hacer teatro. Se lo pasaba en grande cuando le tocaba dar pautas a los cantantes en el escenario. Tenía talento como actor, máxime cuando la escena pedía estrangular a alguien… Lo bordaba.

Dicho todo esto, Conchita también se merece un momento de gloria en el templo lírico de la capital austriaca que -lo fundamental, seamos sinceros- disparará los beneficios de la Ópera de Viena. Yo pienso verla en televisión sin prejuicios y con los ojos muy abiertos. Aunque, por supuesto, no niego que mi mayor interés será el tenor lírico-ligero Juan Diego Flórez. El pasado miércoles falleció inesperadamente su padre en Lima y, pese a todo, no ha querido cancelar su actuación de mañana. Es un profesional especializado en los gorgoritos belcantitas -siempre tan acrobáticos (y hasta circenses)- que desata pasiones entre los aficionados. Un ídolo en Viena. Igual que Conchita. Cada uno a su manera, claro.

Europa recomienda a los Estados acabar con las cirugías a personas intersexuales sin su consentimiento

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El Consejo de Europa ha publicado un informe en el que recomienda a los Estados acabar con las intervenciones de cirugía irreversibles y los tratamientos médicos a las personas intersexuales sin su consentimiento ante una situación que califica de “violación de los derechos humanos” de estas personas. Una iniciativa similar a las directrices que Malta ya había puesto en marcha, tal como informó RAGAP.

“Los europeos siguen sin darse cuenta de las dolorosas historias de personas intersexuales y de las violaciones de derechos humanos a las que se enfrentan. Los estereotipos y las normas fundadas en la clasificación binaria mujer-hombre han llevado a la práctica de intervenciones médicas y quirúrgicas en bebés intersexuales y a un clima de incomprensión en la sociedad. Es momento de hacer frente a esta situación inaceptable”, ha subrayado este martes el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, durante la presentación del informe ‘Derechos Humanos y personas intersexuales’.

El documento de seis capítulos, titulado ‘Derechos Humanos y personas intersexuales’, aborda los obstáculos médicos, legales y administrativos que impiden a las personas intersexuales, “llamadas en el pasado ‘hermafroditas'”, del disfrute de sus derechos, y pretende servir como guía para los Estados.

Entre otras recomendaciones, pide “respetar el derecho de las personas intersexuales a no someterse a un tratamiento de asignación de sexo; revisar las clasificaciones médicas que tratan las variaciones en las características sexuales como una patología; y asegurar su derecho a la autodeterminación facilitando su reconocimiento legal en documentos oficiales”.

Concretamente, sobre la asignación de sexo, el Consejo de Europa cita investigaciones recientes para afirmar que, a menudo, los padres de niños intersexuales son “mal informados” y los médicos les proponen rápidamente cirugías “correctivas” y tratamientos para “normalizar” el sexo del niño cuando, en realidad, “esas intervenciones son innecesarias y meramente cosméticas”.

Además, el documento apunta que estas cirugías y tratamientos, con frecuencia, afectan al bienestar físico y psíquico de la persona o tienen consecuencias negativas de por vida como “la esterilización, la cicatrización severa, infecciones en el tracto urinario, reducción o pérdida de la sensación sexual o la eliminación de las hormonas naturales”.

En este sentido, el estudio advierte de que el género de una persona intersexual no se desarrolla necesariamente conforme al sexo asignado al nacer pues se estima que “entre un 8,5 y un 40%” de las veces se asigna el sexo erróneo.

Por otro lado, acerca del reconocimiento de las personas intersexuales en documentos oficiales, el informe propone a los gobiernos facilitar este reconocimiento legal pues, según apunta, todos los países de la UE tienen limitado a ‘F’ (Female, mujer) ó ‘M’ (Male, hombre) la identificación del género en los documentos, excepto Alemania que omite la referencia al sexo.

Sin embargo, según recuerda el Consejo de Europa, en lo que se refiere a los pasaportes, la Organización Internacional de Aviación Civil permite desde 1945 identificar el sexo de la persona con una ‘F’, una ‘M’ o una ‘X’ (no especificado). Además, apunta que Australia, Malasia, Nepal, Nueva Zelanda y Sudáfrica permiten asimismo la ‘X’.

El Consejo de Europa también recomienda medidas como garantizar a las personas intersexuales el acceso pleno a sus registros médicos, sensibilizar a la población, llevar a cabo una formación profesional sobre los problemas encontrados por estas personas y mejorar el asesoramiento a los niños intersexuales y a sus padres.

“Los países europeos han sido lentos en reconocer y defender los derechos humanos de las personas intersexuales y la diversidad de género que representan”, ha criticado el Comisario.

El texto también informa a los gobiernos y a los profesionales sobre los desarrollos éticos y de DDHH, incluyendo las buenas prácticas ya tomadas para proteger y empoderar a las personas intersexuales, por ejemplo, a través de reformas en la legislación sobre igualdad de trato.

Así, propone varios ejemplos de países o comunidades que han avanzado en la lucha contra ladiscriminación de estas personas en sus legislaciones, entre ellos, el País Vasco que adoptó en 2012 una ley de no discriminación por motivos de identidad de género y para el reconocimiento de las personas transexuales que recoge el derecho de las personas intersexuales a información, guía y asesoramiento legal e insta a luchar contra toda clase de discriminación contra ellas.

Viena instala ‘semáforos gay’ antes de Eurovisión

 

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El semáforo muestra a parejas del mismo sexo dándose la mano.

La ciudad de Viena, donde el 24 de mayo se celebrará el festival de Eurovisión, instaló varios semáforos representando a parejas homosexuales para promover la tolerancia. Un total de 120 pasos de peatones han sido equipados con semáforos que representan a parejas heterosexuales y homosexuales, masculinas y femeninas, todas ellas unidas por un pequeño corazón.

El ayuntamiento indicó que quiere promover “la tolerancia y la apertura al mundo” coincidiendo con Eurovisión, un concurso de la canción que este año cumple 60 años y reúne a representantes de 40 países. La instalación de los semáforos también servirá para reforzar la seguridad de los peatones y alentarles a que los respeten, indicó el ayuntamiento.

En paralelo a Eurovisión, el sábado tendrá lugar en Viena como cada año el llamado Life Ball, una gala caritativa para recaudar fondos contra el sida en la que participan Jean-Paul Gaultier, Charlize Theron, Mary J. Blige y Conchita Wurst, ganadora de Eurovisión en 2014, entre otros. Además de los semáforos, la ciudad ha instalado un sistema en algunas bocas de alcantarilla que hace sonar grandes éxitos del concurso, como ‘Rise like a Phenix’ de Conchita Wurst, cuando alguien pasa por encima.

Desde hace varias semanas cerca de 16.000 voluntarios limpian todos los rincones de la ciudad de cara al concurso, que cada año es seguido, según los organizadores, por más de 100 millones de telespectadores.

Este año empezará con dos semifinales, el 19 y el 21 de mayo. Sólo 27 de los 40 participantes se calificarán para la final del 23 de mayo. Australia tiene un lugar asegurado porque se trata de su primera participación. Eurovisión tiene un presupuesto de entre 25 y 27 millones de euros, según la radiotelevisión pública ORF, organizadora de la edición 2015.

 

Un arcoíris sobre Polonia

Robert Biedron, en la manifestación del día de la Mujer

Robert Biedron, en la manifestación del día de la Mujer. / M. FLUDRA (CORDON PRESS)

Nadie escucha a los artistas. Aunque Julita Wojcik repitió hasta el agotamiento que su Arcoíris representaba la armonía y la tolerancia y no específicamente el movimiento homosexual, demasiados en Varsovia no la oyeron. La obra, un arco de flores artificiales plantado en la plaza Zbawiciela de la capital polaca, ha sido quemada cuatro veces desde su construcción en 2012. Hasta que Wojcik se cansó y cambió su discurso: si no os gustan los homosexuales, mi arcoíris simbolizará ahora su lucha por el respeto.

La comunidad gay ha ido abriéndose paso en un país orgullosamente tradicionalista. Uno de los incendios del arcoíris, durante una manifestación el Día de la Independencia de hace dos años, enfrentó a Polonia a una imagen de sí misma de la que no se sintió orgullosa. El Ayuntamiento aseguró que el monumento sería reconstruido las veces que hiciera falta y para los más progresistas se convirtió en un símbolo de la falta de respeto por la diversidad en un país en el que el 86% se declara católico practicante, por oposición al 45% de la muy católica Irlanda.

Cada conquista de los homosexuales ha comportado tragos amargos. En 2011 un diputado gay y una transexual fueron elegidos parlamentarios. Entonces Lech Walesa, padre de la Polonia moderna y Premio Nobel de la Paz, les pidió que se sentaran en la banca del final “o incluso detrás de una columna”. Nada hacía prever el gran salto de este año, cuando Robert Biedron, ese mismo diputado gay, ganó la alcaldía de la ciudad de Slupsk (97.000 habitantes) en el norte del país. Polonia tiene su primer alcalde públicamente homosexual.

Mariusz Kurc no sólo es amigo de Biedron, también dirige la revistaReplika, dedicada a la visibilización de los homosexuales. “Robert es un hombre de izquierdas que comenzó como activista LGBT [Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales] y que brilló como parlamentario. Slupsk lo ha reconocido por su eficacia, no por su orientación sexual”, cuenta en un café de la capital.

El impacto de este político ha sido tal que Mariusz habla de efecto Biedrot: “Antes de cada elección mi revista propone a los políticos gais que salgan del armario. En años sólo cinco lo hicieron pero, en las últimas municipales, gracias al tirón de Robert, hubo 20”.

Pequeños gestos kamikazes impulsan la liberación del colectivo. En los últimos meses a Mariusz le ha sorprendido que en la página Facebook de su revista muchos jóvenes cuenten que han acudido al baile del fin de bachillerato con una pareja del mismo sexo. “Al principio de la ceremonia se baila una polonesa en la que hombres y mujeres forman dos filas. Imagínate a esa chica con un vestido que está esperando a su novia en mitad de una fila de chicos trajeados”.

Las explicaciones para este lento cambio social abarcan la economía, la moral e incluso la geopolítica. Varias conversaciones con ciudadanos y analistas recuerdan que la homofobia se ha convertido en una bandera de la Rusia de Putin y que el este de Europa debe apostar por todo lo que no huela a putinismo. De forma más sobria, Agnieszka Lada, del Instituto de Asuntos Públicos, explica que la tendencia entronca con la apertura internacional del país. “La integración europea está influyendo sobre las costumbres. Los polacos viajan mucho y ven cosas que suceden en el extranjero. Eso amplía su tolerancia”.

Pero enfrente queda un rival fabuloso. La todopoderosa Iglesia católica siente estos cambios como un desafío a su influencia en un momento en el que desde la proliferación de publicaciones anticlericales a cierta (mínima) desafección de los jóvenes cuestionan la legitimidad de la religión para regirlo todo, por mucho que la mitad de los polacos afirmen pasar por el reclinatorio una vez a la semana. Esa es la razón de que, en la campaña que ha precedido a la votación de hoy para elegir un nuevo presidente para el país, la curia haya multiplicado las llamadas contra la tentación, apoyando abiertamente al partido ultranacionalista Ley y Justicia (PiS, en polaco). El arzobispo Henryk Hoser incluso ha avisado de que Polonia está en un proceso de “zapaterización” hacia la pérdida de valores.

En un desvencijado barrio popular de Varsovia en el que se venden trajes de novia de raso en los mercados y hay pequeños altares con vírgenes en las esquinas, esta amenaza a los valores tradicionales parece menos inmediata. En la puerta de una sede del PiS, Adam busca votos para su candidato presidencial, Andrzej Duda, que probablemente pase a segunda ronda contra el liberal e igualmente católico Bronislaw Komorowski. El local es muy modesto y lo presiden una cruz, un águila imperial polaca y un retrato de Juan Pablo II. Adam, 57 años y empleado de seguridad, desgrana el programa de su formación: una amalgama de reivindicaciones en defensa de las capas sociales desfavorecidas y el carácter cristiano del país. “Europa quiere destruir la religión como ha hecho en Francia o Inglaterra. Aquí ha empezado, pero lo vamos a parar”, explica. El PiS está obsesionado con el aborto (que no es legal), la píldora anticonceptiva y la natalidad, de las más bajas de Europa con 1,23 niños por pareja. Para revertir esa tendencia, entre sus recetas incluye subvenciones por el segundo hijo, guarderías gratis y bajar los impuestos para la ropa infantil.

No se trata de un problema menor. La preocupación por la caída de nacimientos la comparten todos en el país: desde los liberales económicos a los izquierdistas más recalcitrantes. Coinciden en identificarla con el trabajo femenino, los matrimonios más tardíos o la pérdida de interés en los patrones de pareja clásico, pero todos los que quedan a la derecha y a la izquierda de los liberales (en el poder) subrayan que es también un resultado directo de la precariedad a la que se enfrentan los trabajadores peor remunerados. Basta preguntar a una joven limpiadora en la Universidad para confirmar que el diagnóstico puede ser acertado: “Yo querría, pero es difícil tener una familia. Duda y el PiS hablan mucho de ella, y por eso los voy a votar”, cuenta. La mujer no quiere dar su nombre porque, tras años de contratos basura, al fin ha conseguido uno fijo.

Mientras el país se enfrenta a cambios sociales que lo alejan de su rígida tradición, el Arcoíris incendiario se levanta en la plaza entre los jóvenes que beben en los modernos bares de alrededor. Sus flores de plástico son el último test de Roschard nacional. Unos lo miran y ven en él la Sodoma que llega, otros la intolerancia que no se va. También hay quien piensa que habla de cosas más íntimas, como los nervios de una chica entre una fila de corbatas, esperando su turno para coger por la cintura a otra mujer y salir a bailar.

Un ‘tigre’ contra la discriminación

Los avances no deben llamar a la confusión. No se trata sólo de que en la ultramoderna Varsovia la visibilidad gay sea nula: en Polonia el colectivo no tiene derecho a las uniones civiles y los comentarios homófobos de políticos y figuras públicas son una constante. En muchas otras materias, como el aborto, con una legislación muy restrictiva y decenas de miles de mujeres que viajan a otros países de la Unión Europea para interrumpir su embarazo, la influencia de los sectores más tradicionales es incontestable.

Una decena de iniciativas para impulsar una ley a la que se pudieran acoger las parejas del mismo sexo ha terminado en fiascos parlamentarios. Los analistas más críticos aseguran que toda la influencia que la Iglesia ha comenzado a perder en la calle respecto a temas relativos a la vida privada la mantiene en las esferas de poder, donde desde el fin del comunismo ha desempeñado un papel fundamental.

“Hay gestos que se agradecen”, reconoce Marius Kurc, “pero hace 11 años era más optimista sobre los cambios. Aquí los gais tienen miedo. En muchos sitios no puedes decir que lo eres, y ni siquiera en la capital es posible coger de la mano a tu pareja”, apunta.

En este contexto, ha sido notable el impacto de campañas como la del popular boxeador Dariusz Michalczewski, conocido como El Tigre, en la que se declaraba un aliado del movimiento homosexual y pedía el derecho a adopción del colectivo, un tabú sobre el que, por el momento, ni se discute en el país.