La Complutense crea primer máster oficial en estudios LGBTIQ+ en habla hispana

Esta titulación es, segú la UCM, pionera en habla hispana ya que los estudios de los movimientos sociales en favor de los derechos de gais, lesbianas y transexuales, y las teorías queer, han tenido importancia sobre todo en el mundo anglosajón.

Concentración en Madrid con motivo del pregón del Orgullo 2018. / EFE

La Universidad Complutense de Madrid ha aprobado la creación de un máster en Estudios LGTBIQ+, la primera titulación oficial en este ámbito de habla hispana, que este centro pretende poner en marcha el próximo curso 2019-2020.

El Consejo de Gobierno de la universidad madrileña ha aprobado la propuesta de creación del máster oficial, que remitirá a la Fundación para el Conocimiento Madri+d para que sea acreditado.

La Universidad Complutense explica que esta titulación es pionera en habla hispana ya que los estudios de los movimientos sociales en favor de los derechos de gais, lesbianas y transexuales, y las teorías y pedagogías queer, han tenido importancia sobre todo en el mundo anglosajón “tanto en términos académicos como profesionales”.

La construcción histórica, social y educativa de las diversidades sexogenéricas; los fundamentos teóricos de los estudios LGBTIQ+; estudios y políticas trans; movimientos sociales LGBTIQ; teorías y pedagogías queer; gestión de la diversidad sexual e identidad de género en las organizaciones; y la perspectiva LGBTIQ+ en el ámbito artístico y cultural son algunos de los contenidos del nuevo título.

La Complutense detalla que los estudios LGBTIQ+ incluyen los estudios gais y los queer, que ponen en cuestión el modelo binario de la sexualidad o la “identidad/orientación de género/sexual única” y dan visibilidad a personas de género fluido, género no definido, sexualidades alternativas, disidentes y diversidades sexualidades e identidades de género.

Este máster no solo se orienta a iniciar al estudiante en la investigación universitaria y a su posible incorporación al doctorado, sino que también puede ser útil para especializarse en Educación, Filología, Trabajo Social, Sociología, Cultura o Arte.

Complutense asegura que hay “atractivas perspectivas en el mercado de trabajo” en este ámbito y explica que en Estados Unidos muchas empresas tienen oficinas especializadas en identidad sexual y diversidad de género y en España hay empresas que ya siguen la estela de estas compañías.

La bandera arcoíris, sustituida por una franquista en un colegio público de Benalmádena

Bandera de España con el águila de San Juan, en el CEIP Jacaranda

Una bandera de España con el águila de San Juan ondeó todo el domingo en el colegio público Jacaranda de Benalmádena (Málaga). No se sabe quién, pero alguien la colocó allí en sustitución de la bandera arcoíris, que había sido izada en el CEIP el pasado 17 de mayo, con motivo de la celebración del Día contra la homofobia y la transfobia. Podemos Benalmádena ha interpuesto una denuncia ante la Policía Nacional.

Nadie sabe quién colocó la bandera con el águila de San Juan en el colegio, pero debió de ocurrir el sábado por la noche. Enrique García, concejal de Podemos en la localidad y tercer teniente de alcalde, explica que recibió una llamada de la portavoz del partido a mediodía del domingo. Fue en ese momento cuando grabaron el vídeo que puede verse en el Facebook de Podemos Benalmádena y que precede a esta información . El mismo domingo por la tarde interpusieron la denuncia.

El ambiente se había caldeado durante la semana en un grupo local de Facebook, en el que algunos usuarios discutieron sobre la conveniencia o no de que ondeara en el colegio la bandera arcoíris. Originaria de las fiestas del orgullo de San Francisco, desde los años 70 la bandera arcoíris se utiliza como símbolo LGTBI.

El águila de San Juan fue incorporada por primera vez al escudo de armas de Isabel la Católica. Franco la recuperó después de años en desuso, igual que hizo con otros símbolos de los reyes católicos con los que pretendía arrogarse una supuesta legitimidad histórica. Dejó de ser oficial en 1981. No es un símbolo franquista, pero Franco lo hizo suyo, y a día de hoy se asocia a la dictadura.

“Retirar una bandera arcoíris, que lleva implícita una lucha por la igualdad y poner otra con el águila de San Juan se puede contemplar como incitación al odio contra un colectivo”, opina Enrique García. La Ley de la Memoria Histórica prohibió la exhibición de símbolos preconstitucionales en edificios de administraciones públicas. “Una bandera expuesta al público [por un particular] no es delito, pero en un edificio público ya es otra cosa”, opina el concejal.

La actual Ley de Banderas es de 1981. IU planteó recientemente una  proposición de ley para modificar la norma y dar amparo legal al uso de otras banderas, recogiendo la posibilidad de que las administraciones públicas puedan colocar temporalmente enseñas, banderas, símbolos históricos, distintivos y cualquier otra “manifestación gráfica de la libertad de expresión” con los límites genéricos y respetando los derechos fundamentales, los derechos humanos y la memoria histórica. La bandera arcoíris ya colgó de un lateral del Congreso de los Diputados en junio de 2015 para celebrar el Día del Orgullo. También ha ondeado en el balcón de muchos ayuntamientos.

Enrique García cree que quien cambió una bandera por otra no tiene nada que ver con nadie del colegio Jacaranda. El lunes a las 8 de la mañana la bandera con el águila de San Juan aún ondeaba del mástil. Habían cortado la cuerda y eso dificultó la retirada.

Las parejas de lesbianas denuncian discriminación en el Registro Civil de Murcia al inscribir a sus hijos

Aun estando casadas les pide un documento de la clínica de fertilidad que certifique que su hijo es fruto de un proceso de reproducción asistida emprendido por ambas

Registro Civil de Murcia

La Asociación de Familias de Gays y Lesbianas de Murcia (ASFAGALEM) ha denunciado la discriminación que sufren las parejas de lesbianas en el Registro Civil de Murcia a la hora de inscribir a sus hijos.

La asociación ha iniciado una campaña de recogida de firmas en change.org para acabar con las trabas que impone el Registro a las parejas de lesbianas, a las que se reclaman documentos que no se exigen a los matrimonios heterosexuales.

“Esther, Cristina y su hijo, que nacerá en los próximos días, son una familia de nuestra asociación. Aun estando casadas, el Registro Civil de Murcia les pide un documento de la clínica de fertilidad que certifique que su hijo es fruto de un proceso de reproducción asistida emprendido por ambas. En caso de que no lo hagan, la madre no gestante deberá adoptar a su propio hijo (estando casadas). En el caso de parejas casadas heterosexuales nadie les pregunta por la procedencia genética de su hijo. No se les pide que especifiquen si su hijo es fruto de una reproducción asistida”, explica ASFAGALEM.

Además, en su caso se exige que ambas madres acudan al registro para dar el consentimiento del orden de los apellidos. En el caso de parejas heterosexuales con escribirlo en la solicitud sobra. Esto acarrea que la madre gestante tenga que acudir al registro días después de un parto o una cesárea para hacer este trámite del que están exentas las parejas heterosexuales. En el caso de estas parejas con que vaya el padre con la documentación es suficiente.

“Después de comentarlo entre los socios de ASFAGALEM nos dimos cuenta de que les había sucedido a todas las familias que habían registrado a sus hijos en el Registro Civil de Murcia y no a las que lo habían hecho en Cartagena, Molina de Segura u otras comunidades. Por lo tanto, creemos que se trata de una interpretación que hace de la norma el propio Registro Civil de Murcia”, indica la asociación.

A raíz de la reforma del Registro Civil que entró en vigor el 30 de junio de 2017 y fruto de sentencias conseguidas por familias homoparentales se modificó el procedimiento para que esto no sucediera. Sin embargo, en el Registro Civil de Murcia siguen insistiendo en actuar de este modo.

Querido hijo

publicado en Cuarto Poder

Querido hijo:

Vas a llegar a un mundo maravilloso lleno formas de vida tan diferentes entre sí que no te vas a creer que vivamos todas juntas en el mismo planeta. Verás cuando descubras el agua, el sol, el fuego, el mar, las montañas, las nubes, los elefantes, las jirafas, los ratones, los escarabajos, ¡los perros!, las serpientes, los delfines, las medusas, y cuando veas volar en las alturas a los guacamayos en pareja… Y las secuoyas gigantes, el musgo, los tulipanes, el romero…

¡Enseguida te vas a dar cuenta de que “lo normal” en el universo es la diversidad!

Tú perteneces a la familia humana: el animal más peligroso de la Tierra. No tienes que tener miedo, solo conciencia. Aprende de tu mamá, que no teme a nada. Ella te pondrá una mochila en cuanto pueda y nos llevará a conocer lugares que te van a encantar. Yo, tu papá, me pondré a hablar hasta con las piedras y nos contaremos la vida con la gente que nos vayamos encontrando. Aprenderás mirando a los ojos que hay muchas culturas y maneras de entender la vida. Todas son válidas mientras no hagan daño a los demás. No eres más que nadie y tampoco menos que nadie. Eres único. Un pequeño milagro en el universo.

De momento, tú estás dentro de la tripilla de la mamá (no sabes lo gracioso que se mueve, parece que acaba de llegar a la Luna en una misión espacial), y la gente cuando nos ve, aún sin conocernos, nos pregunta qué eres. “¡Esperemos que una persona, señora!”, contestamos y sonreímos. También les decimos, si insisten mucho, y perdona la indiscreción, que nos han dicho que tienes pito. Sí, no tiene ningún sentido para nosotros tampoco, pero la sociedad a la que llegas está súperinteresada en lo que tienes entre las piernas, aunque luego también se ocupe de inculcarte que te lo tienes que tapar muchísimo, llevarlo siempre escondido, y que te tiene que dar una vergüenza horrible que te lo vean. Aunque por otra parte, si excede de determinada medida, debe ser un gran orgullo. Sí, un lío…

Ah, sí, que qué es un pito, que me voy por las ramas. Pues mira, hijo, los cuerpos humanos tienen partes. Ya te explicaré más en profundidad pero, por ejemplo, seguramente tendrás una cabeza, dos brazos, dos piernas, dos pies, dos orejas, dedos, una nariz, una boca, dientes, puedes tener un pito, una vulva, una mezcla de las dos, no sé; luego, por dentro tienes órganos que no se ven pero que son necesarios. La cosa es que hay partes a las que la gente les da más importancia, yo creo que es simplemente porque sobresalen un poco del cuerpo… Pues el pito, ya lo verás cuando se te active la vista (la vista es un sentido), bueno, que es como una especie de dedo, para que me entiendas, que está fuera de las manos y los pies y que no tiene hueso, que tiene sus propios mecanismos y que sirve básicamente para que saques el líquido de tu cuerpo, para que tengas bebés y para que te lo pases muy bien solo o con otras personas que tengan ganas de pasárselo bien contigo y con tu pito. Hay otro modelo que es lo mismo pero que tiene su propia estructura y sus propios mecanismos, que es la vulva.

Pues resulta que hay gente que, aunque seguramente nunca te verá el pito, la vulva o lo que sea que tengas, se imaginará lo que tienes y te tratará de una manera específica en consecuencia. Por ejemplo, si piensan que tienes vulva te dirán que eres una chica, querrán pagar menos por tu trabajo, pensarán que eres más frágil y menos resolutiva, te dirán que te tienen que gustar los chicos e incluso algunos querrán tocar tu cuerpo sin tu permiso… Y si presuponen que tienes pito te dirán que eres un chico y que te gustan los deportes y el liderazgo, te exigirán que seas duro, dirán que te tienen que gustar las chicas y que no puedes tener miedo ni llorar si estás triste.

No hagas caso de nada.

Según la estadística, la mayoría de la gente que tiene pito suelen ser chicos. Eso no quiere decir que todas las personas con pito lo sean. A nosotros nos vas a perdonar que nos tiremos a la piscina sin saber y, por comodidad, nos refiramos a ti en masculino. Si no hemos acertado y eres una nena con pito o una persona no binaria, no tienes más que decírnoslo. Sólo tú sabes quién eres en ese sentido. Los papás siempre te van a apoyar para que seas quien has venido a ser y, además, van a intentar que crezcas ajeno a los estereotipos de género. No te preocupes.

Tendrás la oportunidad de conocer a muchas personas y de comprobar que ser mayoría no es ser mejor. Solo es ser más gente. Y que, como en el resto de la naturaleza y como le oirás decir a tu abuela Carmen, hay de todo como en botica. Y en todos los formatos.

Las realidades, simplemente, son. Los conceptos a los que las ligamos son constructos humanos que al principio se dictan por los poderosos que asumen que su verdad es la única y la mejor. Después, la gente que ya existía pero con la que no se ha contado para escribir “la norma” tiene que trabajar muy duro para que se le reconozca y se le haga un hueco. A veces, esa “norma” está tan instalada que no quiere reconocer que estaba equivocada. Porque, a menudo, alrededor de la norma se inventan prejuicios que sirven para que la gente que está dentro de lo establecido se sienta superior a la que se ha dejado fuera. Y así se van construyendo privilegios para los de dentro. Y cuando llegan los de fuera a explicar que existen, los de dentro se sienten amenazados. Y tienen miedo. Y el miedo, hijo mío, es la mayor herramienta de control que existe. Por eso se inventan los enemigos. Para poder manipular a las masas. Así se tiene a la gente controlada fijándose en las diferencias con los demás y no en las cosas que se tienen en común.

A algunos les parecerá naif, pero yo estoy convencido de que la única herramienta que hará que se terminen los problemas será la empatía. Un arma infalible y la más poderosa. La más difícil de lograr, porque hay que apartar la rabia y amainar los miedos para conseguirla. La empatía y el amor son la energía más poderosa para establecer un entendimiento duradero. Ojalá definitivo. Lo demás es perdernos en los instintos que puede que nos calmen a priori pero que luego no sirven para nada. No te voy a decir que no te defiendas, pero piensa. Mantén la calma. Mantente despierto.

Seguramente ahora no me entiendas. Tenemos toda la vida para conversar. Será más divertido cuando esto sea un diálogo.

Sobre todo… Crea, mi amor. Crear es mil veces más poderoso que destruir. Construye tu espacio, ama sin medida y rodéate de quien te ame sin miedo. Sé buena persona. Sé feliz. No seas ajeno al dolor. Sé empático. Respétate y respeta. No seas parte de la injusticia. No abuses de tu poder ni dejes que nadie abuse de ti. Protege a tus hermanos animales. Báñate desnudo en el mar. Ríe. Llora fuerte hasta que te limpies la tristeza si tienes que hacerlo. Canta. Escribe. No te avergüences de sentir. Vive e intenta dejar el mundo mejor de lo que lo has encontrado.

Ya te quiero.

Kai Etxaniz
Músico y Autor
Activista por los derechos humanos Trans y antiespecista

“Las personas VIH+ somos una identidad más en el debate público”

Alfredo Pazmiño, activista LGBT y experto en derechos humanos, hace pública su condición de VIH+ con el objetivo de alertar sobre la serofobia en la sociedad y reclamar para este colectivo voz propia en la escena pública. 

Coincidiendo con el Día Internacional contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, Alfredo Pazmiño (Lima, 1982), activista LGBT y experto en derechos humanos, hace pública su condición de VIH+ con el objetivo de alertar sobre la serofobia presente en la sociedad y reclamar para este colectivo voz propia en la escena pública.

Cuando se ha hablado del VIH ha sido siempre desde el dolor, desde el estigma, desde el “no cometas ese error”, desde las campañas preventivas del “Si da, no da”, “Da vida, no des SIDA”, y eso nos ha impactado tan fuertemente que tenemos una sensación como que nos estuvieran haciendo el favor de permitirnos vivir en esta sociedad. Eso sí, siempre y cuando tengamos varias premisas claras. Primero, ser invisibles, porque lo mismo si lo somos “contagiamos la idea”; segundo, plastificarnos completamente; y tercero, entonar el mea culpa y arrepentirnos por los “pecados” que nos han llevado a adquirir esta “terrible enfermedad”.

Esto ya es pasado. Hay muchos grupos de personas VIH+ empoderadas. Uno de los primeros fue Gais Positius de Barcelona, que entendió la importancia de la visibilidad. Queremos estar en el espacio público. Quizá aún somos pocos los y las visibles, pero somos la punta del iceberg, por debajo hay cientos de miles de personas. Queremos impulsar una visibilidad positiva, y no solo en el activismo LGBT, que, la verdad, no nos cuesta, está en nuestro ADN. Pero no todas las personas VIH son LGBT. Hay muchísimos heterosexuales. El virus no discrimina. Los que discriminamos somos nosotros, y el estigma es el que realmente nos anula en la sociedad.

¿Cómo es el ciclo de las personas que se convierten en VIH+?

Saber la noticia, meterse en el armario, no tener contacto sexual con nadie, “plastificarse” -quizá algunos para toda la vida-, negarse el derecho a ser visible y, sobre todo, culpabilizarse. Todavía hay claroscuros sobre el momento de contraer el virus, porque no todos llegamos a través de las mismas vías, hay muchas personas que no encajan en los esquemas clásicos, el parto, vía transfusión o por practicar sexo sin preservativo.

¿Cómo fue tu caso?

Fue en 2011, cinco años después de llegar a España, y por un accidente, no por falta de información. Mucha gente piensa que se llega a través de la desinformación o del desconocimiento, y no, también se llega a través del hartazgo, sobre todo en un segmento de población demonizado en los ochenta por la imposición del uso del condón. Lo que ocurre es que, por un lado, tienes una información médico-científica que te dice que no pasa nada, que existe una estupenda medicación con la que puedes tener una calidad de vida tremenda, pero por otro lado tienes campañas de prevención que te dicen que no lo hagas sin condón, que el VIH puede ser lo más terrible que puede pasarte en tu vida…

Creo que ni lo uno ni lo otro. Todo pasa por una toma de decisiones, y sobre todo por una perspectiva de derechos.

¿A qué te refieres cuando dices toma de decisiones?

Cuando el Ministerio pone un cartel que dice que no lo hagas sin condón, está vulnerando la libertad de las personas. Ha de responder a una toma de decisión, igual que la recomendación o el acuerdo, cuando dos personas entran en pareja, suele ser hacer una prueba para comprobar que no tienen VIH o una infección de transmisión sexual, y entonces tomar la decisión de usarlo o no. Es bastante humano que, si se prohíbe algo, lo que pide el cuerpo es hacer lo contrario.

Desde la extinción de facto del Plan Nacional de Lucha contra el SIDA, todas las campañas han sido creadas por gabinetes de expertos, sin contar con el soporte de los colectivos LGBT. Las campañas eficaces fueron aquellas en las que participamos, y se acordaba el lenguaje, la imagen y cómo llegar a las poblaciones vulnerables, o más bien vulnerabilizadas, que es el nuevo término, porque nadie es vulnerable en sí. El sistema te hace más o menos vulnerable.

¿Qué tipo de vida lleváis las personas VIH positivas?

Hay un primer momento en el que tienes que saber cuál es tu estado de infección. Insisto, infección, no enfermedad. En unos tres meses todo se regulariza, y a partir de ahí acudes al hospital solo dos o tres veces al año. Por lo general los nuevos diagnósticos van en la línea de una sola pastilla diaria.Es una de las infecciones más controladas en la actualidad. Si tuviera que compararlo, sería algo parecido a una diabetes tipo 1. Al cabo del primer mes de medicación, y si se logra una correcta adherencia -un término muy importante, es decir, una costumbre fija en la ingesta de la pastilla-, garantiza la indetectabilidad. Y ser indetectable significa que no transmites el VIH.

Ese concepto de la indetectabilidad es lo más novedoso en los últimos años, y es esencial para entender el VIH…

Hasta hace poco se pensaba que una persona con VIH era infeccioso para el resto. En 2015 se descubre que la adherencia al tratamiento, unida a valores altos de linfocitos CD4, que son las defensas, garantizan que la persona no transmite el VIH. Tanto es así que una mujer embarazada con VIH indetectable puede dar a luz y no hay riesgo de infección.

¿Cómo sabe una persona con VIH si es indetectable?

El proceso es el siguiente. Te haces una prueba rápida. Si el resultado es positivo hay otra confirmatoria. Después, una de recuento de carga viral y de CD4. Cuando está clara tu carga viral y tus defensas, te hacen un estudio de resistencias, y con este mapeo se decide la medicación adecuada. En España casi todos tenemos el mismo tipo de virus y por tanto tomamos una medicación similar. Al cabo de unas tres semanas comienzas con la medicación. El día 1 empiezas a tomarla, el día 30 terminas el bote, te sacan la analítica y te dicen en cuánto estás. Puedes pasar, por ejemplo, de 150.000 copias (células por mililitro de sangre) de VIH a tener menos de 20, incluso un valor que no es siquiera medido en laboratorio.

Eso significa ser indetectable. Yo soy indetectable, por ejemplo. Si en este momento me corto un dedo, no soy un “peligro público”. Desde ese momento, si guardas una serie de cuidados básicos, como dormir, hacer ejercicio o comer sano, si sigues tomando la pastilla con adherencia te garantizan la misma esperanza de vida que cualquier persona que viva en nuestra sociedad, al menos a fecha de hoy, con lo que sabemos sobre la medicación.

¿A qué tipología responde el colectivo de personas VIH+ en España?

El perfil epidemiológico más frecuente en España y en el mundo es el HSH, el hombre que tiene sexo con hombre, no necesariamente homosexuales, sino personas que tienen prácticas sexuales con hombres. Por lo general, tienen entre treinta y cincuenta años. Por un lado están los que empezaron en los ochenta-noventa, las primeras víctimas de la medicación, aquellas ocho o diez pastillas diarias les causaba lipodistrofia pero sobre todo les infundió miedo. Esas personas de cincuenta o sesenta años sienten que son enfermos, y en cierta manera la sociedad les ha asignado ese rol. Se quitaron la etiqueta de SIDA pero les han cargado con la del VIH.

Luego estamos los nuevos diagnósticos, seamos españoles o migrantes, que no hay mucha diferencia en eso. Sabemos que tenemos una infección crónica, pero al cabo de un tiempo de tomar la medicación, ni nos acordamos de que tenemos VIH. Sabemos que a lo largo del día tenemos que tomar la pastilla y ya está. La medicación da hoy día la suficiente calidad de vida como para, en muchos momentos, olvidarte de que eres VIH+.

¿Qué tipo de estigmatización sufrís las personas VIH+? ¿Existe la VIHfobia?

Para empezar, existe la serofobia, es decir, que hay personas que tienen tanta fobia a su estatus serológico que ni siquiera se hacen la prueba porque tiene miedo a que le salga positiva. Además, se nos asocia aún hoy con personas con problemas mentales. Cuando vas a las revisiones te hacen un análisis para ver si te derivan a salud mental, como si no estuvieras capacitado para gerenciar tu vida. Hemos de pasar humillaciones en algunos hospitales, como cuando te ponen que recojas la medicación en horarios espantosos, o cuando los médicos ni siquiera te tocan para hacerte una revisión o te echan una bronca si aparece una infección de transmisión sexual, y te dicen que eres un peligro público, te destrozan anímicamente.

El VIH es una infección controlada, pero a veces la calidad de vida no depende de la bioquímica, sino que muchas personas entran en estado de depresión porque piensan que van a quedarse solos, porque piensan que los pueden echar del trabajo si sus jefes o sus compañeros lo descubren, porque piensan que, a lo mejor como pareja desean adoptar, y si ya de por sí difícil, en caso de solicitante con VIH es imposible. El VIH puede destrozarte la vida, pero no como virus, sino como estigma social.

¿Puede hablarse, en ocasiones, de discriminación múltiple?

Si no es lo mismo ser hombre español con VIH que hombre migrante que descubre que tiene VIH durante la tramitación legal, imagina el caso de una mujer, migrante, lesbiana, víctima de ‘violación correctiva’ en su país de origen, que llega a España embarazada y con diagnóstico tardío de VIH. Aquí es donde hablamos de interseccionalidades, es decir, cuando dos o más realidades se juntan generando una nueva realidad. No es una discriminación múltiple y aislada, sino que se superpone y debe ser atendida desde un punto de vista multidisciplinar.

Además, cuando vas a pedir una hipoteca para comprar una vivienda, más por desconocimiento que por hechos reales, ya que existe jurisprudencia al respecto, pero una vez más la desinformación nos paraliza; o cuando estás en un trabajo y te obligan o “te recomiendan” que te hagas un test de VIH… Eso, además, es una vulneración de derechosHay mucha estigmatización cotidiana.

Llegaste a España en 2006 procedente de Perú. ¿Cómo es la situación de las personas VIH+ en América Latina?

En 2010 estuve en Panamá con tres compañeros activistas. De los tres, dos están muertos. A veces te matan a golpes, como a David Kato en Uganda, pero en otras ocasiones te mata el sistema, como está ocurriendo en Venezuela, porque no hay medicación. Huyen de sus país para salvar sus vidas, y aquí les damos soporte para que puedan ser atendidos -como hacemos en la asociación Kifkif de la que formo parte-, porque solo quienes llegamos como migrantes sabemos la complejidad de los procesos que se tejen en relación al acceso sanitario. Si en España el VIH se asocia a personas de mal vivir -pero al menos somos atendidos- en América Latina directamente se les condena a muerte, y los gobiernos tienen la responsabilidad ético-moral de atenderlos.

Tenemos el caso reciente de Conchita Wurst, pero en España no hay nada semejante. Hasta que no existan referentes positivos, el VIH+ se considerará como un ‘castigo’ para lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y disidentes sexuales. Parte del imaginario colectivo sigue pensando que hasta nos lo merecemos.

¿Cómo crees que será valorada tu visibilización en el PSOE, el partido en el que militas?

No me cabe la menor duda de que mi partido responderá con coherencia, como lo hizo con la realidad LGBT. La aceptación ha de ser algo natural. Queda mucho por trabajar, pero aquella visibilidad nos permitió conseguir leyes garantistas. Los partidos han de actuar respondiendo a las demandas actuales, y por eso deberían hacer apuestas, porque deben saber representar a la realidad actual. Es importante hacer políticas para las mayorías, pero sin descuidar a las minorías. Igual que está sobre la mesa el compromiso de incorporar a personas migrantes, o racializadas, se debería incorporar a personas visiblemente VIH+. Podría ser una forma de acabar con la serofobia institucionalizada, cuando un hombre o mujer VIH+ pueda estar en la escena pública y política, incluso llegar a ser ministra de Sanidad.

Este movimiento de visibilización es una interpelación a todos los niveles. Tenemos que seguir avanzando. Hace falta que todas las identidades podamos hablar con nuestra propia voz.

La Plaza de la Memoria Trans se inaugura oficialmente este jueves

La Plaza de la Memoria Trans se inaugura oficialmente este jueves, Día contra la Transfobia. EUROPA PRESS/Archiv

La Plaza de la Memoria Trans instalará la placa con su nombre este jueves, Día contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Chueca es el barrio que acoge esta plaza, que se encuentra en un espacio hasta ahora sin nombre entre las calles San Lucas y San Gregorio. La Junta de Gobierno dio luz verde el pasado abril al acuerdo del Pleno del distrito Centro del pasado mes de septiembre, que contó con los votos favorables de Ahora Madrid, PSOE y Ciudadanos.

Desde el Ayuntamiento destacan que, con el consenso de las asociaciones que luchan por los derechos de las personas LGTBI, se acordó otorgar a la plaza una denominación más colectiva que reconociese a todas las víctimas de la violencia trans.

En la misma jornada se instalará además una placa conmemorativa con los nombres de distintas víctimas trans, entre ellas Alan Oliviera Costa, un adolescente transexual que se suicidó en 2015 en Rubí (Barcelona).

El 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, fecha en la que en el año 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales.

Tu madre también sale del armario: qué pasa cuando la familia se enfrenta a la homofobia de su entorno

Un manifestante sostiene una pancarta durante el Orgullo Crítico de 2017 en Madrid. ÁLVARO MINGUITO

“Mi hija es lesbiana y tiene novia”. A Elena no le ha resultado fácil pronunciar estas palabras. Desde que hace casi tres años su hija le dijera que le gustan las mujeres, Elena ha atravesado un proceso en el que se ha topado con comentarios y actitudes en su entorno que denotan el grado de homofobia que sigue existiendo a pesar del escenario de avance de derechos LGTBI. Y es que los familiares de personas lesbianas, gays o bisexuales también tienen que salir del armario al hablar de la orientación sexual de sus hijos, hermanas o sobrinas en el trabajo, en el grupo de amigos o con los vecinos del barrio.

“Parece que nunca encuentras el momento, sobre todo si has escuchado hablar mal de la homosexualidad y es algo que en determinados grupos no se ha tratado con naturalidad. Te da miedo a que rechacen a tus hijos e hijas, a que les vayan a etiquetar fuera de lo que se considera ‘normal’ o a mirar de otra manera. Yo es un temor que he vivido y con el que cuesta romper”, explica Elena, que a sus casi 60 años recuerda la sorpresa con la que reaccionó parte de su entorno cuando habló del lesbianismo de su hija.

Eso entre hombres y mujeres de una generación educada en la dictadura franquista, para la que la diversidad sexual y de género era motivo de persecución y, en muchos casos, cárcel. Los avances normativos y sociales de los últimos años han querido corregir esa herencia y “en general, la cosa ha cambiado mucho porque hay más información”, dice Isabel Martínez, miembro de la Junta Directiva de la asociación andaluza Familias por la Diversidad. Sin embargo “ todavía hay una parte de la sociedad que ignora y rechaza estos temas sin conocer la realidad. En los colegios lo vemos muy claramente. Hay niños y niñas que son discriminados porque sus hermanos o hermanas son LGTBI”, añade.

Su asociación cuenta con una guía para padres y madres en la que concibe la salida del armario como familias visibles de personas LGTBI como un paso clave y una “verdadera demostración” para los hijos e hijas. Además, recomienda “decir la verdad si alguien pregunta en nuestro entorno cercano, reconociendo así a nuestros hijos para que puedan normalizar las relaciones familiares, sin tener que esconder sus sentimientos y sin tener que mentir”.

La homofobia sutil

“La gente no quiere hacer daño y por eso en mi caso desde que dije que mi hija es lesbiana la cosa ha cambiado y ya no se dicen cosas tan directas”,  apunta  Elena, que tiene claro que la diversidad afectivo sexual aún no está asumida del todo. Lo percibe en su entorno, entre sus amigas, en el trabajo, pero no en un escenario de rechazo evidente,  sino de homofobia sutil y encubierta que la hace menos reconocible. “Algunos comentarios sí se hacen, pero lo más común es el silencio. Se convierte en un tema tabú y ya nadie te pregunta. Ni siquiera aunque tu hija tenga novia…como si se hace en el caso de alguien heterosexual”.

Elena celebra los avances en derechos LGTBI de los últimos años, pero sigue notando una atmósfera en la que se deja entrever esa idea de “si mi hijo no es gay o mi hija no es lesbiana, mejor”, ejemplifica. “No hay convencimiento, hay contención. Y en ello hay un punto de peligro porque yo creo que si un día vuelve a no estar mal visto rechazar públicamente a personas homosexuales o bisexuales, mucha gente hablaría de nuevo en esos términos. Por eso es tan importante la pedagogía”.

Pepa Nolla, presidenta de honor de la Asociación de Madres y Padres de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (AMPGYL) y madre de un chico gay, asegura que es algo “que vivimos constantemente” y sobre lo que “hay que intervenir”. Por ello, desde AMPGYL intentan ofrecer herramientas a las familias para que puedan afrontar este tipo de situaciones. “La mayoría de gente intenta no hacerlo, pero si no han cambiado el chip de la heteronormatividad para dar paso a la diversidad es difícil porque está muy arraigado”.

Las familias en las leyes

Lo que viven muchas de estas familias se llama discriminación por asociación, que la Ley LGTBI que actualmente tramita el Congreso de los Diputados, define como la que se da como consecuencia “de su relación con una persona, un grupo o familia LGTBI”. La ley andaluza, aprobada el año pasado, quiso incluir también la realidad de los familiares de personas LGTBI y les extiende las medidas que contempla. Uno de sus impulsores, Juan Andrés Teno, a su vez portavoz de Familias de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) asegura que se trata de “un tipo de discriminación indirecta”.

Aunque desde la FELGTB la atención se ha centrado en las situaciones que atraviesan los niños y niñas que viven en familias homoparentales, “las madres, padres o hermanos de una persona LGTBI también viven ese clima de homofobia que sigue pensando en el imaginario colectivo” y que se une al propio proceso interno, condicionado “muy claramente en el caso de generaciones anteriores” por “una herencia cultural que se lo pone difícil”. “Para mi madre mi marido no es mi marido, sino mi pareja”, ejemplifica Teno, que nombra como paradigma de la discriminación por asociación la que viven las familias de menores trans, abordada en este reportaje. “Mi hijo no ha sufrido tanta transfobia como yo”, decía la madre de un niño trans.

En este sentido, Emilio García, coordinador del grupo de familia del colectivo madrileño COGAM y padre de un joven trans apunta a algunas cuestiones relacionadas con la orientación sexual: “Hay una incomprensión de que se puede ser trans y lesbiana o trans y bisexual. A veces recibimos algunas preguntas incómodas, por ejemplo, si ven a tus hijos con personas de su mismo sexo, pueden decir ‘¿pero no se había cambiado de sexo?’ Yo creo que la clave es que depende de cómo te pregunten las cosas y la intención con la que se haga”, cuenta.

Elena hace hincapié en la importancia de intervenir ante determinados comentarios o expresiones. Algo que, en algunos casos, le han valido acusaciones de “suspicaz”.  Sin embargo, al mismo tiempo celebra la visiblidad: “para mí la conclusión tras este proceso es que hay una homofobia que no se percibe fácilmente, pero que está ahí. Y tú sientes ese miedo al rechazo pero al final hay que sobreponerse. Yo me dije a mí misma que quería ser valiente por mi hija. Y eso es lo que me ha ayudado”.

‘Carmen y Lola’, el primer amor lésbico entre gitanas conquista Cannes

Fotograma del filme ‘Carmen y Lola’.

Carmen y Lola no es exactamente una película. O sí, pero de otra manera. Es más, resulta más fácil definirla por lo que no quiere ser que por lo que es. Y es ahí, en la indefinición, donde encuentra su sitio; en ese espacio entre la realidad y el sueño, entre la tradición y la más elemental de las libertades. Lejos de las fronteras. Es una historia ficticia, pero con actores tan reales que ni siquiera son actores. Es casi un documental, pero perfectamente consciente de que sólo la imaginación da sentido. Trata sobre la más prohibida de las pasiones y, sin embargo, en la pantalla todo resulta obvio y necesario. Digamos que todo ocurre por primera vez. La directora, Arantxa Echevarría, debuta y, por supuesto Rosy Rodríguez (Carmen) y Zaira Morales (Lola) también. Lo que se cuenta, obviamente, es un primer amor contra todo.

“Recuerdo”, dice la directora, “que todo empezó por un artículo que leí en un periódico. Hacía cinco años que se había aprobado el matrimonio homosexual y una pareja de mujeres hablaba de su relación por primera vez. Eran gitanas. La foto del reportaje estaba tomada desde atrás. Sólo se le veía la espalda. Y pensé: ‘Y si diéramos la vuelta a la página, ¿qué veríamos?’. Esta película responde a ese deseo”.

Y así es. La película avanza siempre pendiente de sus pasos; consciente del terreno delicado, quizá simplemente revolucionario, que pisa. Ellas, las actrices que no lo son, se dan vida a sí mismas, pero no del todo. De hecho, toda la primera mitad de la cinta se comporta como un documental y traza el terreno de un mundo de vendedores ambulantes, ceremonias “de pedida” y ritos “en el culto”. Sólo y siempre pendiente de cada detalle. Hasta que, poco a poco, con cuidado, la cinta se despega del suelo para alcanzar el otro lado, ese que Echevarría quiso retratar desde el primer momento.

“Estaba yo más atenta al asunto que tratábamos, que no deja de ser delicado, un tabú, que las propias Zaira y Rosy. Una de ellas, ni siquiera se molestó en saber cómo acababa la película. Iban al rodaje, se aprendían sus papeles y seguíamos. Día a día”, comenta la directora. Y, en efecto, esa inmediatez, esa sensación de vida, inunda cada segundo de película. “Para que se besaran, me tuve que besar yo primero delante de ellas con una amiga”. Todo a la vista, todo más real que la propia realidad.

“Yo sí creo en el cine social, sí creo en la capacidad del cine para enseñar realidades que han de ser cambiadas. Al fin y al cabo, el cine no es más que deseo”, afirma rotunda la directora para marcar el terreno, para situar su trabajo exactamente en el sitio que toca. La idea, en definitiva, no es otra que dar la vuelta a lo oculto, a lo triste, a lo real. La idea es ver qué hay en el otro lado de la página. Carmen y Lola, una película resplandeciente, una película que se niega a ser definida. Puro deseo.

Susana Díaz se quita la careta de lucha contra el sida

por David Bollero

Los Días Internacionales sirven para marcar un hito en el año, pero la clase política los confunden. Nosotr@s los tomamos como referencia para ver qué se hace los otros 364 días; ell@s, en cambio, se sientan en él y se disfrazan con la lazo de turno. Es lo que hace Susana Díazen Andalucía con el sida. El 1 de diciembre, Día Internacional de la Acción contra el Sida, a la presidenta se le llena la boca con frases de diseño del tipo “se empieza a ganar la batalla” al sida; el resto del año, ningunea a las ONG que están al pie del cañón en esa batalla, olvida a las personas enfermas y confía la prevención a la santa providencia.

ASIMA (Asociación Antisida de Málaga) es una de estas ONG que, por si no fuera ya suficientemente duro batirse el cobre con la sensibilización, la prevención y los tratamientos (físicos y psicológicos), también ha de luchar contra la Administración Pública.

ASIMA, de la que ya he hablado en  este espacio en más de una ocasión por la profunda admiración que siento por sus miembros, está acostumbrada a que Susana Díaz y su Gobierno recorte sistemáticamente los presupuestos destinados a la lucha contra el sida o que la Junta evalúe sus planes andaluces frente al VIH/Sida y otras ETS sin consultar siquiera a las ONG que se dedican precisamente a esto.

¿Saben a qué está también acostumbrada? A que en 2012 se firmara con la Junta un concierto para la casa de acogida que lleva ASIMA, catalogada como Vivienda de Apoyo al Tratamiento (VAT) y en seis años el Gobierno de Susana Díaz no haya concertado ninguna ayuda.

Seis años en blanco, adornados convenientemente cada 1 de diciembre con su lacito rojo. Y eso que Málaga es la provincia con la tasa de incidencia de infección por VIH más elevada (11,9 casos por 100.000 habitantes). En matería de nuevas infecciones supera, incluso, a Madrid y Barcelona, pero a Susana Díaz parece importarle bien poco. Por eso, entre otras muchas tropelías, retira fondos destinados para el Convenio de colaboración entre la Consejería de Salud y las asociaciones que trabajan para el colectivo de personas que ejercen la prostitución.

Ahora, esta casa de acogida, que también atiende a personas derivadas a través del dispositivo Puerta Única del Ayuntamiento de Málaga, que ya tuvo que afrontar inversiones por su cuenta para que en 2012 la casa se ajustara a lo que requería la Junta para la firma del Convenio, está a punto de echar el cierre. Son demasiados años de incumplimiento de la Junta de Andalucía, demasiado tiempo teniendo ASIMA que adelantar el dinero necesario para las campañas de sensibilización sin tener seguridad si este Gobierno traicionero pagará o no.

Esta casa de acogida no es una fachada, de esas que le gusta levantar a Susana Díaz para ocultar sus miserias, sino que atiende a más de medio centenar de personas al año. Esta casa de acogida es ilusión, es esfuerzo y esperanza… es todo lo opuesto a lo que destila Díaz, cuyo compromiso con la Sanidad Pública está teñido de privatización, que parece considerar una limosna el concierto de plazas para esta casa.

Esta casa de acogida va a costar cerrarla, porque las heroínas de ASIMA plantan cara, porque tienen mucha gente detrás dispuesta a guerrear, a señalar, como hace este artículo, la verdadera cara de quien promete e incumple, de quien luce diferentes caretas a lo largo de un mismo día según la causa que toque. Esta casa de acogida se queda, vaya si se queda.

La justicia confirma que la agresión a una pareja al grito de “maricones” no es delito de odio al no ver motivos homófobos

Álvaro, uno de los denunciantes / Foto cedida

La Audiencia Provincial de Valladolid ha ratificado que la agresión a una pareja de chicos llamándoles “maricones” y “homosexuales” no es un delito de odio. El tribunal desestima el recurso interpuesto por los dos jóvenes  contra la decisión de un juzgado que tampoco encajaba lo ocurrido en este tipo penal.El argumento de la Sección Segunda es que, previamente, se había producido un incidente por el que los dos jóvenes llamaron la atención de un grupo de unas seis personas, entre las que se encuentran los agresores, por tirar piedras a unos cisnes a la entrada de un parque de la capital vallisoletana. “Esto y no la condición sexual de los denunciantes, es lo que motiva los hechos que surgen con posterioridad”, explican los magistrados en un auto.

Álvaro y José Manuel denunciaron la agresión en junio de 2017, cuando paseaban agarrados de la mano sobre las 23.45 horas, según el escrito. En ese momento, relatan, vieron a un grupo “tirando piedras a una pareja de cisnes con unas crías” al que se acercan para reprocharles su actitud y afirmar que llamarán a la Policía si prosiguen.

Es entonces cuando uno de los miembros del grupo “dice al resto en actitud de mofa ‘vienen de ahí atrás –señalando el parque– de darse por el culo'”, continúa la denuncia, que relata cómo algunos de los presentes se acercan a Álvaro y José Manuel “gritando y mostrando una actitud amenazante y agresiva”, repitiendo “varias veces los insultos “maricones y homosexuales” –algo que, dicen, se repitió durante toda la agresión–. Uno de ellos “intenta agredir” a Álvaro, que saca el móvil para llamar a la Policía. Posteriormente relatan empujones y una patada a cada uno con expresiones como “separaos, que tiene sida” o “vamos a llamar a la Policía para decirles que os hemos visto tocando al niño”.

La Audiencia Provincial de Valladolid ratifica la decisión del Juzgado de Instrucción nº3 de Valladolid, en el que recaló el caso, que en un auto de finales del año pasado decreta el sobreseimiento y el archivo de las diligencias en lo que respecta al delito de odio. Para que este se produzca debe darse un móvil relacionado con la pertenencia o conexión de la víctima con un grupo que puede estar basado en la raza, el origen, la religión, las creencias o la orientación sexual e identidad de género, entre otros motivos.

El tribunal ha desestimado el recurso presentado por Álvaro y José Manuel por entender, al igual que la Fiscalía, que “la esencia del problema tiene relación con el antecedente que dio lugar a las expresiones vertidas contra los denunciantes y con la agresión sufrida”. Un antecedente sin el que “probablemente estaríamos ante el delito de odio”. Sin embargo, “tales expresiones y agresión no pueden desconectarse del hecho previo que da lugar a los hechos que nos ocupan”, por lo que el hecho de recriminar a los denunciados su actitud “es lo que motiva los hechos” y no la condición sexual de la pareja, argumentan los magistrados en el auto fechado el 16 pasado 16 de marzo y contra el que no cabe recurso.

No proseguirán con el proceso

Álvaro y José Manuel, activistas de la asociación Valladolid Diversa, han acogido con sorpresa e indignación la decisión. “Los agresores no nos pegaron por decirles nada de los cisnes, nos pegaron por ser gays, ellos mismos lo gritaron bien alto. No nos llamaron ‘animalistas’, ni ‘ecologistas de mierda’, ni ‘fanáticos de los cisnes’. Nos llamaron ‘maricones'”, explica el primero.

“Lo que motivó que este grupo de homófobos decidiera pasar de la conversación tranquila y respetuosa con la que nos dirigimos a ellos a los insultos, amenazas y agresión fue nuestra orientación sexual, claramente reconocida por ellos debido a nuestra estética y a que paseábamos cogidos de la mano. Si lo de los cisnes se lo hubieran dicho dos heterosexuales muy machotes, no les habrían tocado ni insultado”, continúa José Manuel.

Ambos han decidido no participar en el juicio por un delito leve de lesiones que sí imputó la jueza de instrucción y también confirma la Audiencia Provincial de Valladolid. Para los jóvenes “es insuficiente juzgar a los agresores por un delito leve de lesiones aisladas, totalmente desconectadas de la homofobia de los agresores, que es lo que realmente se debería condenar”, explican tras convocar a una movilización el próximo sábado en Valladolid aprovechando el Día contra la LGTBIfobia que se celebra este jueves.

La abogada especializada en derechos LGTBI y delitos de odio Charo Alises opina que la decisión no está suficientemente fundamentada “porque la determinación de la motivación es una cuestión compleja que requiere de una investigación y un estudio detenidos y en profundidad”. Para esta experta, el auto demuestra la complejidad probatoria de los delitos de odio porque “en la motivación para cometer un delito entra la subjetividad del autor”.

Por ello, la letrada apuesta por investigar de forma exhaustiva una serie de indicadores que no entran a valorar los jueces en su auto: la percepción de las víctimas, las expresiones vertidas –que ni en la instrucción ni la Audiencia han puesto en duda– o cómo las víctimas hacen visible su orientación sexual al ir paseando de la mano. “La cuestión es que la sentencia no toma en consideración esos indicios a la hora de considerar que se trató de un delito de odio y se basa únicamente en un incidente anterior que considera el verdadero y único motivo de la agresión”, zanja.