Interior retira la condición de “utilidad pública” a la asociación Hazte Oír

El autobús de Hazte Oír que recorrió las calles españolas durante 2017 BERNARDO DÍAZ

El Ministerio del Interior ha retirado la condición de “utilidad pública” a la asociación Hazte Oír. Esta retirada no conlleva su prohibición ni la exclusión del registro de asociaciones del Ministerio, pero sí que elimina los privilegios que conlleva estar registrada como asociación en este tipo de categoría.

A finales del año pasado se abrió un expediente por parte del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska contra esta asociación, como adelantó la cadena SER y han confirmado fuentes de Interior a este periódico. Ese expediente se abrió como consecuencia de la campaña contra los transexuales que la asociación llevó a las calles a través de un autocar serigrafiado con lemas como “Las niñas tienen vagina. Los niños tienen pene. Que no te engañen”, que se convirtió en viral a través de las redes sociales y que produjo incidentes en algunas de las ciudades por las que circuló como Pamplona.

El análisis del expediente ha concluido que el ataque al colectivo transexual no puede ser compatible con la condición de utilidad pública, y después de varios trámites administrativos se decidió retirar esa condición.

La pérdida de la utilidad pública de Hazte Oír tiene como consecuencia inmediata la pérdida de ciertos privilegios fiscales y otro tipo de los que se benefician las asociaciones registradas dentro de esa categoría.

Tras bloquear el polémico autobús el Ayuntamiento de Madrid, a falta de un pronunciamiento de la Fiscalía, el vehículo volvió a circular en junio de 2017 con el lema “Lo dice la biología: los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. No al adoctrinamiento de género” por las calles de la capital.

Hazte Oír recibió la declaración de utilidad pública en el año 2013 cuando Jorge Fernández Díaz era ministro del Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy.

El Gobierno retira la declaración de utilidad pública a HazteOir

  • Interior ha tomado esta decisión alegando que sus mensajes son “incompatibles con cualquier reconocimiento público”
  • Este departamento no considera que esta acreditación sea compatible con un colectivo que “denigra o minusvalora otras concepciones sobre la familia”
  • Iniciaron este procedimiento porque incluyeron la polémica campaña del autobús tránsfobo en sus cuentas del 2017

El nuevo autobús de HazteOir circula por Madrid / MB

El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido retirar la declaración de utilidad pública al grupo ultracatólico HazteOir. El Ministerio del Interior, del que dependen las concesiones y revocaciones de este beneficio, ha tomado esta decisión porque consideran que los mensajes difundidos en su polémica campaña del autobús tránsfobo “se pueden considerar atentatorios contra determinadas personas, colectivos y entidades, incompatibles con cualquier reconocimiento público”,  según ha adelantado la Cadena Ser y ha podido confirmar esta redacción.

El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska ha tomado esta decisión emitiendo una resolución de doce páginas y firmada por el ministro en la que determinan que la actuación de este colectivo ultracatólico es “incompatible con la utilidad pública la promoción de las propias ideas de la forma extralimitada en que lo hizo Hazteoir, faltando al respeto y a la dignidad de las personas o colectivos que en nuestra sociedad tienen una concepción distinta en materia de orientación sexual”.

“Lo que resulta incompatible con la condición de utilidad pública, aunque esté amparado por las libertades ideológica y de expresión, es que una asociación que goza de este beneficio legal, más allá de sostener con sus actividades los fines estatutarios que fundamentan su existencia, realice actuaciones que, aunque no fuera ésta la intención, producen objetivamente el efecto de denigrar o minusvalorar otras concepciones sobre la familia, la identidad de género, la educación de la infancia, etc., cada vez más presentes en nuestra sociedad abierta, plural y diversa”, reseñan en la resolución emitida.

Campaña tránsfoba en 2017

La campaña que lanzó esta organización fue difundida con el lema Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo. Según explican fuentes del Ministerio, se ha tomado esta decisión después de que este colectivo incluyese esta actuación entre las actividades que realizaron en 2017 y que figuran en las cuentas que depositó en el mes de agosto.

La Secretaría General Técnica del Ministerio del Interior considera que estos mensajes “implica objetivamente un menosprecio de otras opciones dignas del mismo respeto que las que postula Hazteoir”. El 23 de agosto el departamento de  Grande- Marla ska acordó iniciar el procedimiento de revocación de la declaración de utilidad pública.  Según recoge el escrito, este colectivo llegó a admitir en sus alegaciones que la citada campaña “pudo resultar ‘ofensiva’  y ‘desacertada'”. Aunque insisten en que “el polémico lema tiene pleno amparo en la libertad de expresión”.

Antes de emitir la resolución final, Interior recabó las opiniones de la Dirección General de Servicios para las Familias y la Infancia del Ministerio de Sanidad, así como de la Dirección General para la Igualdad de Trato y la Diversidad del Ministerio de Presidencia. Este último organismo determinó que las actividades de esta organización “no parecen alinearse con la promoción de los valores constitucionales, antes bien, podrían situarse en un plano de enfrentamiento con la promoción y respeto del valor superior de la igualdad y el respeto del derecho fundamental a la igualdad de trato y no discriminación”.

Obtuvo la acreditación en 2013

El Gobierno del PP  declaró de utilidad pública a HazteOir en mayo de 2013 cuando ocupaba la cartera de ministro del Interior Jorge Fernández Díaz, que firmaba la disposición del BOE en la que se oficializaba este beneficio que permite exenciones fiscales y justicia gratuita. En aquel momento, el grupo ultracatólico destacaba por su firme oposición al aborto y estaba inmerso en una intensa campaña para exigir a Alberto Ruiz Gallardón, entonces ministro de Justicia, que acabara con la ley de plazos de interrupción voluntaria del embarazo.

Unos años después la organización volvió a los titulares informativos al poner a circular, primero en la ciudad de Madrid, un autobús naranja con el mensaje “los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”. El anuncio móvil formaba parte de una campaña contra las leyes LGTBI que ya había dado comienzo con la difusión de folletos homófobos a más de 16.000 centros educativos. Posteriormente, pusieron en marcha otro autobús contra la Ley estatal de protección del colectivo. “Van a por tus hijos”, alertaba el mensaje.

El autobús fue inmovilizado un tiempo en Madrid – la Audiencia Provincial levantó después esta medida–, pero recorrió otras ciudades españolas entre la indignación social y de los colectivos LGTBI. Meses después un juzgado de Madrid dictó que los mensajes tránsfobos del autobús no son mensaje de odio y archivó la denuncia de la Fiscalía.

Interior retira la condición de “utilidad pública” a la asociación Hazte Oír

Interior retira la condición de “utilidad pública” a la asociación Hazte Oír INTERIORNOTICIA PABLO HERRAIZ Madrid Compartir en Facebook Compartir en Twitter Enviar por email 5 FEB. 2019 14:21 El autobús de Hazte Oír que recorrió las calles españolas durante… El autobús de Hazte Oír que recorrió las calles españolas durante 2017 BERNARDO DÍAZ

 

 

El Ministerio del Interior ha retirado la condición de “utilidad pública” a la asociación Hazte Oír. Esta retirada no conlleva su prohibición ni la exclusión del registro de asociaciones del Ministerio, pero sí que elimina los privilegios que conlleva estar registrada como asociación en este tipo de categoría.

A finales del año pasado se abrió un expediente por parte del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska contra esta asociación, como adelantó la cadena SER y han confirmado fuentes de Interior a este periódico. Ese expediente se abrió como consecuencia de la campaña contra los transexuales que la asociación llevó a las calles a través de un autocar serigrafiado con lemas como “Las niñas tienen vagina. Los niños tienen pene. Que no te engañen”, que se convirtió en viral a través de las redes sociales y que produjo incidentes en algunas de las ciudades por las que circuló como Pamplona.

El análisis del expediente ha concluido que el ataque al colectivo transexual no puede ser compatible con la condición de utilidad pública, y después de varios trámites administrativos se decidió retirar esa condición.

La pérdida de la utilidad pública de Hazte Oír tiene como consecuencia inmediata la pérdida de ciertos privilegios fiscales y otro tipo de los que se benefician las asociaciones registradas dentro de esa categoría.

Tras bloquear el polémico autobús el Ayuntamiento de Madrid, a falta de un pronunciamiento de la Fiscalía, el vehículo volvió a circular en junio de 2017 con el lema “Lo dice la biología: los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. No al adoctrinamiento de género” por las calles de la capital.

Hazte Oír recibió la declaración de utilidad pública en el año 2013 cuando Jorge Fernández Díaz era ministro del Interior en el Gobierno de Mariano Rajoy.

Marlaska firma la revocación de la declaración de utilidad pública a HazteOir

La asociación “falta al respeto” con campañas como la del autobús a “otras opciones distintas” a las defendidas por la entidad

Miebros de colectivos LTGBI, protestan ante el autobús de la asociación HazteOir.org que ha recorrido el centro de Bilbao repartiendo folletos con el lema “Podemos y ley mordaza LGTBI: ¡Van a por tus hijos¡ Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva;que no te engañen”(EFE)

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha revocado la declaración de utilidad pública a la organización HazteOir a través de una resolución de este mismo martes 5 de febrero de la Secretaría General Técnica del Ministerio, que firma el titular de la cartera y tiene efectos inmediatos.

MADRID. Así lo han precisado a Europa Press fuentes de este departamento, que recuerdan que contra la resolución cabe recurso de alzada ante la Administración y recurso contencioso administrativo ante la Audiencia Nacional. Asimismo, han confirmado que la resolución ya se ha trasladado a HaztOir.

Tal y como avanzó hace seis días Europa Press, Interior ha propuesto revocar la declaración de utilidad pública a la asociación HazteOir.org por “faltar al respeto” con campañas como la del autobús a “otras opciones distintas” a las defendidas por la entidad. Así se desprende del expediente del Ministerio sobre el procedimiento de revocación de la utilidad pública, al que ha tenido acceso Europa Press.

En el marco de la campaña a la que se refiere el Ministerio, HazteOir.org puso en circulación un autobús con el lema ‘Los niños tienen pene;las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo. No permitas que manipulen a tus hijos en el colegio’. Según el informe del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, al que ha tenido acceso Europa Press, las campañas y actuaciones de HazteOir.org “no aportan un valor añadido a la sociedad para que pueda valorarse que concurre la utilidad pública”.

Por su parte, el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, señala que la campaña del autobús puede estar “amparada por la libertad de expresión”, pero considera que dicha actividad no puede ser promotora del interés general porque “la mera realización” de la misma incumple la Ley de asociaciones “al fomentar la intolerancia y menoscabar el principio de no discriminación por razón de orientación e identidad de género”.

ALEGACIONES DE HAZTEOIR

En las alegaciones presentadas por HazteOir.org, la asociación denuncia que “toda la propuesta de resolución se funda en varias mentiras”. Así, precisa que la campaña que protagonizaba el autobús no era una campaña “propia e independiente” sino “una segunda parte de la campaña iniciada en el año 2016”. Además, defiende que “la campaña ni iba contra nadie, ni faltaba al respeto a nadie” sino que “se limitaba a difundir un derecho constitucional de los padres a exigir formar a sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones”.

Asimismo, se amparan en la “libertad de expresión” y en la “pluralidad”. “¿Cómo se puede sancionar a HazteOir.org retirándole la declaración de utilidad pública con el argumento de que su forma de pensar ha molestado a algunos? Esta manera de argumentar es propia de las dictaduras, pero no de las democracias”, denuncia.

El colectivo trans considera una “tomadura de pelo” la nueva tarjeta sanitaria de Madrid con el nombre sentido

Familias y organizaciones denuncian que lo único que ha hecho la Consejería de Salud es imprimir un plástico, pero no ha desarrollado ningún sistema informático que alerte a médicos y personal administrativo de la necesidad de dirigirse a los pacientes por su nombre sentido. 

Activistas trans reclaman que en su documentación aparezca su nombre sentido / EFE

Más de dos años llevan los colectivos trans intentando que la Comunidad de Madrid aplique la ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid 2/2016. Una norma aprobada en marzo de 2016 y que los propios responsables alardean de que es una de las más progresistas del territorio nacional. Y lo es. “El problema es que no se aplica“, explican desde COGAM.

Un ejemplo más de esta dejadez institucional es la reciente puesta en marcha de la tarjeta sanitaria que contiene el nombre sentido del paciente, es decir, aquel con el que se identifican las personas trans, en lugar del nombre registral que les pusieron al nacer.

El pasado 13 de enero, la Comunidad de Madrid anunció a bombo y platillo que había emitido las 50 primeras tarjetas con estas características y emplazó a aquellas personas que en virtud de la ley 2/2016 quisieran solicitar el este cambio, que podían hacerlo a través de sus centros de salud. A la vez, la Comunidad afirmó que el Servicio Madrileño de Salud había enviado una comunicación interna a todos los centros de salud para que tuvieran “especial cuidado” con este tema y garantizaran que se tratara al paciente con el nombre sentido.

La experiencia de muchos de los usuarios trans, sin embargo, ha sido muy distinta en estos primeros días de vida de la nueva tarjeta. Así lo relata a este diario Cruz, madre de un joven trans que esta semana acudió con su hijo a una visita médica con la nueva tarjeta que ahora sí lo identificaba por el nombre sentido de Jorge.

Cuando pidió la cita médica a través de internet, ya le llamó la atención de que el nombre que aparecía de su hijo era el registral, pero cuando llegó a la consulta comprobó que no existe ningún mecanismo habilitado para que médicos o empleados administrativos puedan saber que un paciente tiene un nombre distinto al que figura en la historia clínica. El médico tampoco tiene ninguna posibilidad de incluir el nombre sentido del paciente en las recetas electrónicas que emite (a menos que las haga a mano y tenga a bien escribir sustituir el nombre), ni hay posibilidad de que si es derivado a un especialista, éste conozca el nombre por el que tiene que llamar o dirigirse al paciente. Nada.

“El médico sigue llamando a los pacientes con la lista que le despliegan ese día y allí no figura ningún dato ni alerta que le indique que tiene que dirigirse o llamar a los pacientes trans por un nombre distinto“, recalca esta madre, que afirma que una directiva interna enviada a los centros de salud, recomendaba que los médicos llamaran a todos los pacientes por los apellidos, sin utilizar el nombre.”Nos han dado un plástico impreso que no sirve para nada y ya está”, afirma Cruz.

Atrás quedaron años de pelea con la Comunidad de Madrid. “Llevamos años luchando para que este derecho se reconozca. En 2017 pusimos reclamaciones en el Consejo de Transparencia y ante el Defensor de Pueblo, que nos dio la razón. En septiembre 2018, ante los reiterados incumplimientos, organizamos una petición masiva de tarjetas en la Consejería de Sanidad y llamamos a medios de comunicación”.

En esa ocasión, explica Cruz, los responsables se vieron obligados a dar la cara. “Nos reunimos con la actual directora de planificación, investigacón y formacón de Sanidad, Teresa Chavarría Giménez. Nos dijeron que estaban trabajando en ello desde junio de 2018 como locos para hacer modificaciones en el sistema informático Cibeles de la Comunidad de Madrid y que los técnicos tenían que mirarlo muy bien para poder hacer modificaciones en el sistema sin que se perdiera ningún dato de las historias clínicas y que estaban investigando como hacerlo”. De esa reunión salió el compromiso de que en noviembre se empezarían a distribuir las tarjetas con los nuevos nombres. Finalmente éstas llegaron en enero de 2019.

Según recoge el artículo siete de la ley 2/2016,  con el objetivo de “favorecer una mejor integración y evitar situaciones de sufrimiento por exposición pública o discriminación, la Comunidad de Madrid proveerá a toda persona que lo solicite de las acreditaciones acordes a su identidad de género manifestada que sean necesarias para el acceso a sus servicios administrativos y de toda índole”. Para garantizar que las personas sean tratadas de acuerdo con su identidad de género y en respeto de su identidad y privacidad, la ley afirma también que “se habilitarán los mecanismos administrativos oportunos y coordinados para adaptar los archivos, bases de datos y demás ficheros de las Administraciones, eliminando toda referencia a la identificación anterior de la persona, a excepción de las referencias necesarias en el historial médico confidencial a cargo del sistema sanitario de la Comunidad de Madrid”.

“Cuando nos mandaron las tarjetas, nos dijeron que al recogerlas teníamos que firmar un un documento que decía que hasta que no hubiese un cambio de nombre en el registro civil, no se iba a poder cambiar el nombre en la historia clínica del enfermo. Pero la historia clínica es un documento confidencial que sólo ve el médico o los enfermeros y que no tiene porqué atentar contra la intimidad y la identidad de mi hijo cuando lo nombran públicamente”, explica Cruz.

Además, esta madre añade que cuando fueron a recoger la tarjeta, la Comunidad le entregó dos: una con el nombre sentido para utilizar en la Comunidad de Madrid y otra con que mantenía el nombre registral, que debía ser usada si se utilizaban servicios de salud en otras comunidades autónomas.

“Con estas explicaciones imaginé que habrían desarrollado un sistema de alerta informática sobre el Código de Identificación Personal de la Comunidad de Madrid (CIPA) que no funcionaría en otras comunidades”, relata Cruz. Pero tal como comprobó unos días después, se equivocó.

“Esto es una tomadura de pelo, un insulto. Hemos esperado meses, años para que la Comunidad de Madrid implementara un sistema informático de alerta para estos casos y lo único que han hecho después de todo este tiempo es imprimirnos un plástico”.

Este periódico intentó hablar con la directora directora de planificación, investigación y formación de la Consejería de Sanidad o con algún responsable del este área, sin éxito. Desde el departamento de comunicación de dicha consejería nos confirmaron sólo dos cosas: que entre diciembre y enero se envió un aviso a todos los centros sanitarios de la red “para que tengan especial cuidado el tratamiento de estas personas y se dirijan a ellas por el nombre sentido” y que “a nivel informático no se han podido hacer modificaciones porque se pierde la trazabilidad de la historia clínica de las personas dentro de la red nacional”.

A las preguntas de cómo pueden los médicos tener más cuidado y sensibilidad con las personas trans si no tienen ninguna forma de saber que lo son o cual fue el contenido concreto de la comunicación a los centros de salud, no ha habido ninguna respuesta antes de cerrar esta información. Tampoco acerca por qué los técnicos no han podido implementar un sistema de alerta informático, sin tocar la historia clínica del paciente, tal como reclaman las familias. Tanto Cruz, como otros profesionales que trabajan en la sanidad pública, afirman que existen diversos tipos de alertas informáticas que pueden saltar cuando se abre la historia clínicade una persona y que advierten al médico de si un paciente está dializado o si el paciente está anticuagulado, por ejemplo. Lo mismo se podría haber implementado en este caso, afirma Cruz. “Me han tomado el pelo durante dos años”, afirma esta madre.

“Esta medida de la Comunidad de Madrid no nos vale para nada. La ley no habla de plásticos. Esto no cumple la ley y la ley hay que cumplirla. Yo ya no  recomiendo que se cambien el nombre en la tarjeta sanitaria, sino que lo hagan en el registro civil correspondiente y que pidan el cambio de nombre. Una vez cambiado van con eso al centro de salud para hacer un cambio de nombre en la historia clínica”, afirma Carmen García de Merlo, presidenta de la COGAM.

Tal como reconocen desde COGAM, este tipo de cambio en la tarjeta sanitaria era más acuciante para los menores trans hasta finales de año pasado. Pero en los últimos meses las cosas han comenzado a cambiar. La ley 3/2007 de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas que está actualmente en vigor, prohibe a menores y a migrantes rectificar su nombre en el registro civil que resulte discordante con su sexo registrado.

Sin embargo, una instrucción del ministerio de justicia del pasado mes de octubre, instaba a los registros civiles a facilitar este tipo de cambios a menores trans.

Despatologización de la transexualidad

También se está debatiendo en el Congreso un cambio en la ley 3/2007 para deje de considerarse a las personas trans como poseedoras de una patología. Dicha ley, exige que la persona que solicite el cambio de sexo acredite “que le ha sido diagnosticada disforia de género”, mediante informe de médico o psicólogo clínico, que deberá hacer referencia a la existencia de disonancia entre el sexo morfológico o género fisiológico inicialmente inscrito y la identidad de género sentida por el solicitante.

También se pedía acreditar que la persona había sido tratada durante al menos dos años para acomodar sus características físicas a la del sexo reclamado. Este próximo 13 de febrero, se espera que el Congreso apruebe una ponencia que modifica la ley y elimina tanto la necesidad del informel médico, como la obligatoriedad del tratamiento. Una vez aprobado ese texto la ley debe seguir su cauce parlamentario y en unos meses se espera que una persona trans pueda cambiar su nombre sin más requisito que su voluntad.

El colectivo LGTBI, ante el año electoral: “No vamos a dar ni un paso atrás en nuestros derechos”

  • La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) llama a la unidad y a hacer un frente común frente a la irrupción de Vox y de cara a las elecciones del próximo mayo
  • Ha vuelto a mostrar su descontento ante la “lentitud” con la que se tramita la Ley LGTBI en el Congreso  y señala directamente al PSOE
  • “No vamos a aplaudir una ley que no garantice los derechos de todo el colectivo”, ha dicho su presidenta, Uge Sangil

Mané Fernández, Uge Sangil y Loren González en la rueda de prensa de la FELGTB.

Unidad de los movimientos sociales y defensa de los derechos humanos. Es la receta que el colectivo LGTBI propone tras la irrupción de Vox en la escena política y de cara a las elecciones del próximo mes de mayo. “Vamos a preservar los derechos conquistados. No vamos a dar ni un paso atrás ni a negociar ni dejar que nadie negocie con nuestros derechos”, ha dicho la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Trans (FELGTB), Uge Sangil, en una rueda de prensa para analizar el contexto político actual.

El partido de extrema derecha se ha posicionado siempre en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo, aprobado en 2005, y su líder Santiago Abascal  ha asegurado que le cambiará el nombre si tiene oportunidad. Amenazas, que se unen a incidentes de odio como el ocurrido este domingo en el centro municipal LGTBI de Barcelona, que amaneció con cristales rotos y pintadas como “Estáis muertos” o “Fuck LGTBI”. Ante este escenario, la FELGTB pide “unidad a todo el colectivo” y a otros movimientos como el feminismo, el antirracismo o las entidades que trabajan con personas con discapacidad. “Debemos estar todas a una. Haremos un frente común”, ha sostenido Sangil.

Como ya hiciera el pasado mes de noviembre, la federación ha vuelto a exigir agilidad en las negociaciones de la Ley LGTBI que tramita actualmente el Congreso de los Diputados. El colectivo ha vuelto a mostrar su descontento ante “la lentitud” con la que la Comisión de Igualdad tramita la norma y ha sugerido que el PSOE “está poniendo trabas” al contenido de la ley que tiene que ver con la autodeterminación de género de las personas trans. Sangil ha sido contundente en este sentido: “No vamos a permitir y no vamos a aplaudir una ley que no garantice los derechos de todo el colectivo LGTBI”.

En este sentido, Mané Fernández, portavoz de Políticas Trans de la federación, ha hecho hincapié en que los derechos de las personas tran son “una línea roja” que no permitirán que se traspase y ha aludido a la exclusión social y laboral que viven muchas personas del colectivo, especialmente las mujeres trans.

La FELGTB también ha aprovechado para presentar el arranque oficial del año temático, una estrategia anual con la que la federación pretende visibilizar un ámbito del movimiento LGTBI. Este 2019, será el dedicado a las personas mayores y la memoria histórica después de que el pasado 26 de diciembre se cumplieran 40 años de la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social que consideraba delincuentes y perseguía a las personas trans y homosexuales.

El técnico de proyectos sociales y miembro de la Ejecutiva de la FELGTB, Loren González, ha explicado los ejes sobre los que trabajarán desde la organización este año temático, entre ellos, el envejecimiento activo, la realidad del VIH en las personas mayores o la de mujeres lesbianas y bisexuales mayores.

Beatriz, madre de un chico trans con síndrome de Down: “La sociedad cree que nunca lo va a tener claro”

  • Jack es un joven de 19 años con síndrome de Down cuya historia visibiliza la múltiple discriminación a la que se enfrentan las personas trans con discapacidad
  • “Son tratadas como eternos niños que inventan cosas y de pronto cambian de parecer. Imagínate si lo que dice es que es transexual”, explica su madre
  • Beatriz y su hijo combaten los prejuicios arraigados y apuestan por la construcción de referentes diversos: “Yo creo que hay muchas personas como mi hijo silenciadas por sus propias familias”

Jack.

“No creo que Jack sea el único chico trans con síndrome de Down. Estoy segura de que hay muchas personas con diversidad funcional a las que se les niega el derecho a la autodeterminación de género”. Beatriz Giovanna habla desde Alicante de su hijo, que nació hace 19 años y vive junto a su familia en la ciudad valenciana. Está aprendiendo el oficio de cocinero y le encanta jugar a baloncesto, pero además cuenta con otra característica que le ha marcado la vida: es un chico transexual. La de Jack es una historia invisible y apenas contada, la de un camino de obstáculos para lograr que su decisión sea válida y respetada.

“La palabra de las personas con discapacidad no es concebida como algo serio, para la sociedad no tiene importancia ni validez. No son tomadas en serio y son tratadas como eternos niños que inventan cosas y de pronto cambian de parecer. Imagínate si lo que dice es que es transexual”, explica su madre. Como el joven no se expresa ni escribe de forma convencional, Beatriz le ayuda a contar que “ser Jack” es lo mejor de todo el proceso, que empezó ya hace tres años. A sus 16 fue capaz de verbalizar con la ayuda de una psicóloga y una logopeda del centro al que acude que era un chico. Eso tras años de frustración y negativas a vestir y comportarse de una forma, asociada a la mujeres, que sentía impuesta.

Jack pone nombre y rostro a la múltiple discriminación que sufren las personas LGTBI con discapacidad, una realidad lastrada por la falta de referentes y de visibilidad. Así lo corrobora un reciente informe elaborado por la red europea  Transgender Europe (Europa Transgénero), un colectivo de escala internacional que ha puesto el foco en este tipo de situaciones. En el estudio se ilustran alguna de las barreras que impiden a este colectivo “acceder a sus derechos humanos” atendiendo al hecho de que “la transfobia y el capacitismo –la discriminación contra las personas con discapacidad– están a menudo arraigados a los servicios y profesionales” a los que acuden estas personas.

Ello convierte en “probable” que experimenten “discriminación en relación con ambos aspectos de sus identidades cuando simplemente están tratando de satisfacer sus necesidades”, concluye el informe, que apunta a la necesidad de adaptar las prácticas y los protocolos sanitarios, poner fin a las actitudes prejuiciosas y acabar con “la falta de autonomía” que suele recaer sobre estas personas.

“¿Tu hija sigue diciendo que es un chico?”

Aunque Beatriz no esconde el duelo que ha supuesto “perder a una hija para ganar a un hijo” y reconoce que no ha sido un proceso fácil, alude también a los lazos y la estrecha relación que han logrado tejer. “Transitamos con paso decidido y en busca del derecho a ser y gozar de una ciudadanía plena. Sí, la de un chico con retardo mental, mi hijo, que decide y sabe lo que quiere”. Frente al prejuicio, esta mujer pelea para evitar que se repitan algunas de las situaciones desagradables que ya ha tenido que vivir antes y alude a que está convencida de que el proceso de Jack ha sido más largo que el de cualquier otro joven trans de su edad.

“Hay cosas que se te quedan grabadas. Hubo una psiquiatra que insinuó que su transexualidad era producto de que yo quería tener un hijo en vez de una hija”, cuenta Beatriz. “Fue doloroso, pero lo que hice fue responderle que jamás se me ocurriría condicionar a mi hijo así y que no era una cuestión mía”. Recuerda también cómo una compañera con la que entonces estudiaba un máster universitario le preguntó: “¿Entonces tu hija sigue diciendo que es un chico?”. “El hecho de que tenga síndrome de Down hace que la sociedad crea que nunca lo va a tener claro y que está impedido para tomar decisiones”.

Más allá de este tipo de discriminación más cotidiana e invisible, las personas con diversidad funcional y con orientaciones sexuales e identidades de género diversas sufren también agresiones. De hecho, estos son dos de los parámetros que mide el Ministerio del Interior en sus informes anuales sobre delitos de odio: en 2017, se registraron 23 denuncias por el primer motivo y 271 por el segundo. Sin embargo, los colectivos creen que esta es la punta del iceberg lastrada por la infradenuncia. De hecho, solo la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales  contabilizó el mismo año 623 incidentes de este tipo.

Cambiar el nombre, pero no el sexo

En este sentido, el estudio de Transgender Europe hace hincapié en “el papel clave” que desempeñan las organizaciones en la puesta en marcha de un activismo “interseccional”, aquel que tiene en cuenta los diferentes ejes de discriminación que pueden confluir en una misma persona. Algo que, junto a la construcción de referentes, puede contribuir a romper el armario en el que están muchas personas: “Yo creo que hay muchas como mi hijo silenciadas por sus propias familias. De ahí la importancia de visibilizar esta experiencia de vida”, dice Beatriz.

Jack confiesa que actualmente se encuentra “muy feliz”. Desde el pasado mes de junio toma hormonas, pero aún no puede cambiar el sexo oficial en los documentos oficiales, aunque sí el nombre, algo que aún tiene pendiente y hará lo más pronto posible. Desde el pasado mes octubre, las personas trans y no binarias pueden modificar la mención registral relativa al nombre sin estar obligados a cumplir los requisitos que actualmente contempla la ley  gracias a una instrucción del Gobierno.Con respecto al sexo, sin embargo, la patologización sigue pesando, ya que deben presentar un informe que acredite que tienen disforia de género,  algo que el Congreso está trabajando para cambiar. “La sociedad tiene una deuda pendiente con las personas diversas”, concluye Beatriz.

Detenido el presunto autor de la muerte del activista LGTB Fernando Lumbreras

Su cadáver fue encontrado en su domicilio, maniatado y con signos de violencia, aunque en un principio de descartó la homofobia como causa de su asesinato.

Fernando Lumbreras, expresidente del colectivo Lambda

Agentes de la Policía Nacional han detenido este jueves a un hombre como presunto autor de la muerte del activista LGTB Fernando Lumbreras, quien el pasado mes de diciembre fue hallado en su casa de Valencia con signos de violencia.

Según han informado a EFE fuentes policiales, se ha decretado el secreto del sumario y continúan las investigaciones para el total esclarecimiento de los hechos.

El cadáver de Lumbreras, de 60 años, fue encontrado el pasado 5 de diciembre maniatado y con golpes por todo el cuerpo en su domicilio de la calle de Julián Peña de la capital valenciana, donde al parecer vivía solo. Entonces, los investigadores encargados del caso de su muerte descartaron la homofobia como causa de su fallecimiento.

Fernando Lumbreras, natural de Melilla, fue uno de los primeros coordinadores del colectivo de lesbianas, gays, trans y bisexuales Lambda en la ciudad de Valencia y un pionero en la defensa de los derechos LGTB.

La Policía investiga el asesinato en su casa de Valencia de uno de los primeros activistas LGTBI

Fernando Lumbreras fue una de las primeras personas en dirigir Lambda, organización que trabaja por la defensa por la defensa de los derechos del colectivo LGTBI.

Fernando Lumbreras, expresidente del colectivo Lambda

Agentes de la Policía Nacional investigan la muerte violenta de un hombre hallado con golpes por todo el cuerpo en su vivienda de la calle Julián Peña de Valencia, según han informado fuentes próximas a la investigación. El fallecido, según han confirmado fuentes del colectivo Lambda, es Fernando Lumbreras, que fue uno de los primeros presidentes de esta organización.

Fueron los vecinos los que alertaron directamente a la Policía de lo ocurrido sobre las 21.00 horas de este miércoles. Al llegar al lugar, los agentes se encontraron con el cadáver de la víctima de 60 años. El hombre, que vivía solo, presentaba golpes por todo el cuerpo y la vivienda estaba completamente revuelta, según fuentes policiales.

Lambda, organización que trabaja por la defensa por la defensa de los derechos del colectivo LGTBI en la Comunitat Valenciana, ha recordado al fallecido con un mensaje y unas imágenes en sus redes sociales: “Hoy es un día triste. Fernando Lumbreras, una de las primeras personas al frente de Lambda ha sido encontrado muerto en su casa”.

 

 

“Queremos por encima de todo recordar y rendir homenaje al gran trabajo que Fernando hizo por los derechos LGTBI. Como hermano de lucha, siempre te tendremos en la memoria”, señala la entidad.

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Los pasillos se llenan de hombres semidesnudos. JAVIER TERRÉN

 

Tarde de un sábado de octubre y lo único que da vueltas en mi cabeza es pensar en el plan estipulado para pasar la noche. No he estado en ningún sitio parecido antes y, por si no estoy ya suficientemente nervioso, repaso una y otra vez las fotos de la fanpage de Facebook de la sesión discotequera a la que iré en unas horas. Mientras tanto, me tranquiliza Juan, mi mejor amigo. He decido que sea él el elegido para acompañarme porque ya conoce la fiesta, no va a sorprenderse por nada, además ha vivido muchos años en Berlín y sabe lo que nos espera en este tipo de garitos.

No sabemos qué ponernos porque en las instantáneas que aparecen en las redes sociales no hay ni dress ni codela ropa brilla por su ausencia. Yo me decido por algo básico: unos vaqueros, una camiseta negra y una riñonera. En cambio, Juan, de un estilismo más característico, me avisa: “Hay que ir medio porno”. Él ha decidido ataviarse un look común del Berghain, la discoteca más cool de Alemania, aunque más bien parece haber salido de una ruta de senderismo: unas zapatillas de montaña, calcetines altos, shorts amarillos y una básica negra; también acompaña su indumentaria de una riñonera.

Mientras hacemos tiempo, tomo un par de Red Bull -sólo de pensar en lo que se viene encima…- y miramos embobados La 2. Por casualidad están emitiendo un programa de La Noche Temática titulado “Revoluciones Sexuales”. Nos viene que ni pintado. Pasadas las 02:00 de la mañana nos ponemos rumbo hacia la sala, por el camino conseguimos hacernos con el flyer informativo de turno, llave QR para poder obtener “un precio especial”.

El derecho de admisión está reservado exclusivamente a hombres, y nos llama la atención que en la hoja no aparece la palabra “sexo” por ninguna parte; lo disfrazan de atmosfera gay fetish. Nada más lejos de la realidad, al llegar a la entrada, el taquillero nos recibe sin camiseta, nos cobra y nos proporciona preservativos y lubricante gratis. ¿Quién diría que estamos entrando a una discoteca? Pero oye, mejor prevenir que curar. Tras la peculiar bienvenida, bajamos las escaleras y llegamos a la planta principal, la pista. Recibo el primer impacto visual.

Mi amigo viste bermudas deportivas y riñonera: “Hay que ir medio porno”. JAVIER TERRÉN

El dancehall no está del todo lleno; un centenar de hombres medio vestidos y con arnés se mueven -sin romperse demasiado- al ritmo del beat electro-house. Bailan de lejos, y hacen protagonista a un hombre que se contonea solo, en pleno centro del meollo. Está completamente desnudo. Mi amigo no se inmuta pero yo no puedo retirar la mirada. Mi cara de asombro es digna de cámara oculta y nunca se me olvidará la estampa; me pregunto a mí mismo como puede mantener el tipo aquella erección con ese tamaño durante tanto tiempo.

Tardo en asimilar la imagen casi un cuarto de hora y le intento dar normalidad. Desvío la mirada y decidimos ir a la barra. No puedo evitar fijarme en los presentes, la gran mayoría portan botellines de agua. Juan pide una copa y yo -para variar- un Red Bull. Escuchamos a unos chicos jóvenes decir que el precio del agua es levemente inferior al del alcohol, con una diferencia de entre 2 y 3 euros. Nunca el H2O había estado tan cotizado.

Damos una vuelta por la pista y entendemos por qué parece estar medio vacía. Los recovecos de los alrededores, con poca luz, máquinas de humo, y vallas de obra de atrezzo consiguen crear un laberinto artificial y cuarto oscuro donde vislumbramos todo tipo de siluetas; conseguimos esquivarlas sin molestar demasiado. Pasadas las 03:00 percibimos que la intensidad de los focos disminuye y el volumen de la música se eleva, con un ritmo reiterativo y casi hipnótico. El gentío se mueve de aquí para allá. Preguntamos por los baños y los camareros nos derivan a una planta inferior. Como habitualmente la discoteca tiene público heterosexual, por inercia accedemos al aseo masculino.

Los pasillos se llenan de hombres semidesnudos. JAVIER TERRÉN

Empujo la puerta y entre tantos, encuentro a dos hombres de 35-40 años conversando mientras se frotan, en sendos lavabos, sus genitales con agua y jabón. Otro chico, apoyado en la pared, se acopla al diálogo. Mientras contemplo la escena mi amigo Juan consigue hacerse con un cubículo libre. Me produce reparo usar los urinarios y decido pasar al aseo femenino, -pienso que menos concurrido-, así que aviso a mi amigo para darnos encuentro en unos minutos.

Por un momento me alegro y me digo a mí mismo: “Qué poco barullo, las luces no están ni encendidas”. Busco el interruptor pero en cuestión de segundos, antes de encontrarlo, caigo en el juego: otro cuarto oscuro. Efectivamente, la luz no funciona, sólo dentro de los baños. Saco el móvil del bolsillo para iluminar el espacio y me sorprende un chico apoyado en una esquina, quieto, mirando y sin decir nada.

Con el corazón en la garganta y sin soltar el teléfono, busco un váter libre (la pablara “inodoro” no hace justicia). En un cuarto abierto percibo que dos hombres mantienen sexo, están de pie y en un break se preguntan la procedencia; uno es venezolano, el otro de Colombia. Estamos a un metro escaso de distancia, así que cruzo por delante con rapidez. Del siguiente baño -esta vez con bombilla- salen 3 chicos, cada uno con un pequeño frasco, riendo escandalosamente, entro, pongo el pestillo y me tomo mi tiempo. Apesta al olor químico del popper, la droga gay por excelencia, mezclado con el tabaco. Al salir al vestíbulo todo sigue igual.

Mi amigo no está. Me asomo al aseo masculino y tampoco lo veo. Sé que he tardado y pienso que puede estar buscándome, así que investigo un poco por mi cuenta hasta que aparezca. Me dispongo a subir las escaleras que conducen a la pista. No me había fijado antes: frente a los escalones hay una puerta abierta por la que ni sale ni entra apenas gente, una zona semi-oscura que parece estar poco transitada. La curiosidad mató al gato pero allá que voy. Es un poco raro ver a un chico, móvil en mano, completamente vestido, así que me quito la camiseta y hago uso de la riñonera. La poca luz proviene de la planta superior, y es que el suelo de la pista es un grueso cristal translucido, techo de la habitación en la que me ubico, dividida en tres espacios.

La cortina deja entrever las piernas de algunos participantes. JAVIER TERRÉN

Lo que veo allí me marcará para siempre. En el primer espacio (separado de los otros dos por un tabique) un chico -de unos 18-20 años- en cuclillas practica una felación a otro hombre mucho mayor apoyado en la pared. Cerca de ellos, otros dos ocupan un columpio de cuero. Desde una perspectiva lejana sólo alcanzo a verles la zona lumbar, porque el que permanece de pie balancea al otro, tumbado, amarrando las correas mientras le penetra en la postura del misionero.

Paso a las dos zonas colindantes, divididas por una pequeña cortina negra que deja entrever las piernas del público. Un lado está completamente vacío. En cambio, en el otro se atisba una gran orgía. El suelo está pegajoso.

En el centro del área más abarrotada se instala una litera. En la cama inferior, tres hombres arrodillados, totalmente desnudos y con la cabeza agachada. Los acorralan más de una veintena. Rodeo el grupo y consigo convertirme en un mero voyeurSe reparten a los pasivos como si fuesen cachos de carne. En ese momento me doy cuenta de que no he visto a nadie en toda la noche utilizando preservativos. Se me eriza el bello mientras veo como esos hombres van rotando mientras penetran primero a uno y luego a otro sin ningún tipo de protección. Esas personas receptoras parecen objetos inertes.

Uno de los activos en acción se gira, no me quita ojo. Se separa del compañero y se posiciona frente a mí, apoyándose en la estructura de la litera superior, me da la espalda esperando quizás a que me baje los pantalones y juegue con él. Un escalofrió recorre mi cuerpo. Me dan nauseas sólo de pensar en un posible contacto, por mínimo que sea. Me alejo, me pongo la camiseta y salgo de ese antro dejando al hombre a merced de algún otro. Juan está en el pasillo buscándome. Decidimos irnos, ya es suficiente.

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