Zerolo y Maroto. Armarios, luchas y privilegios

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Los parlamentarios del PP Javier Maroto (i), e Iñaki Oyarzábal, el 28 de mayo en el Parlamento vasco. Efe / David Aguilar

Nos hemos despertado con la noticia de la muerte de Pedro Zerolo. No lo conocía más que a través de los medios de comunicación, pero era de los pocos políticos que me inspiraban un mínimo de confianza y simpatía, porque me transmitía vitalidad y compromiso en vez de cinismo.

Zerolo se va cuando se cumple una década de la aprobación de la ley del matrimonio igualitario. Y una semana después de que el alcalde en funciones de Vitoria Gasteiz Javier Maroto, un destacado miembro del Partido Popular, formación que se volcó contra esta ley, anunciase que se casa con su novio.

“Los políticos homosexuales, al menos muchos de ellos, hace tiempo que han salido del armario en este país”, celebraba el pasado domingo Aitor Guenagaen un análisis sobre la boda de Maroto y los pactos que se están fraguando para que no gobierne la capital vasca otros cuatro años. En el artículo cita a otros dirigentes abiertamente homosexuales, como Iñaki Oyarzábal (PP Vasco) e Iñigo Iturrate (PNV).

A menudo  hemos explicado que el uso androcéntrico del lenguaje crea imaginarios igualmente androcéntricos. Que cuando las mujeres no somos nombradas, tampoco somos visualizadas. Guenaga habla de “los políticos homosexuales”. Se supone que en el castellano, el masculino incluye a ambos sexos, por lo que una podría pensar que el enunciado incluye a “las políticas homosexuales”. Lo que ocurre es que, en este y otros tantos temas, la realidad de los hombres y de las mujeres es tan dispar que cuando se utiliza el masculino universal, se está obviando la mitad de la película. No se está dando una proliferación de políticas abiertamente lesbianas que anuncian enlaces con sus novias de toda la vida. No está ocurriendo, ni en el Partido Popular ni en los de izquierda.

¿A qué se debe? La respuesta rápida y trillada es que las lesbianas vivimos una doble discriminación: por ser mujeres y por ser lesbianas. Frente al enfoque aritmético de las dobles discriminaciones, en las ciencias sociales está primado el enfoque complejo de la interseccionalidad: el grado de exclusión que implica ser gay o lesbiana vendrá determinado por un montón de factores. No es lo mismo ser lesbiana en la ciudad que en el campo; siendo una empleada doméstica inmigrante sin papeles o una empresaria hostelera de Chueca; no es lo mismo ser una lesbiana camionera (literal y figuradamente hablando) que una lesbiana top-model; no es lo mismo trabajar en un colegio religioso que en una revista feminista. Cada circunstancia implica tanto discriminaciones específicas como posibilidades diferentes para resistirlas. Y lo mismo ocurre con los gays. Decir que una lesbiana siempre estará más discriminada que un gay es tan simplista como decir que una mujer siempre va a estar más oprimida que un hombre. Sin embargo, está claro que algo tiene que ver la socialización sexista con la casi nula presencia de lesbianas declaradas en la política española.

También se suele decir que las lesbianas somos invisibles. Mientras que ser gay ha estado marcado por el estigma (ser el maricón de la clase, del pueblo…), las lesbianas han tendido a pasar inadvertidas (a ser, por ejemplo, la tía que se mete a monja o la que se queda solterona y se dedica a cuidar a familiares dependientes o vive con una amiga). El movimiento LGTB ha estado liderado, en la mayoría de los casos, por los gays, debido a que el liderazgo es un valor más presente en la socialización de los hombres que de las mujeres. Esto se refleja bien  en la taquillera película Pride: el joven activista es el líder de un colectivo en el que solo hay una lesbiana (irrelevante en la trama). Había otras dos, pero se fueron: en vez de explicar sus legítimas incomodidades con el liderazgo del protagonista, quedan retratadas como locas separatistas, al estilo ‘Frente Popular de Judea’.

Otra respuesta es la misoginia. Y aquí me acuerdo de Beatriz Gimeno, gran amiga de Zerolo.  Gimeno escribió, también en eldiario.es, un artículo en el que explicaba por qué el rey recibía a la FELGTB mientras el PP seguía intentando legislar contra el derecho al aborto; por qué en muchos países avanza el reconocimiento institucional a la diversidad sexual mientras se legisla contra el derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra maternidad. Gimeno afirma que “la homofilia histórica tiene un poso misógino muy grande” (evoco la testosterona que destilaba ese diálogo sobre caracoles y ostras censurado de Espartaco) y señala a esos gays privilegiados que disfrutan de la libertad conquistada por maricas, bolleras y travestis en las calles, mientras defienden que los Estados y las Iglesias sigan colonizando nuestros úteros. En el caso de Maroto, añado, gays privilegiados que utilizan su condición para dar una imagen moderna y liberal a la vez que arremeten contra los derechos de otros sujetos excluidos, por su origen, color de piel o situación administrativa (a esto se le llama  pink-washing o lavado rosa).

La homofobia es el principal instrumento de marcaje de género entre hombres (“marica” sigue siendo el insulto más empleado contra niños en los patios del colegio, y de lo más habitual en grupos de amigos, en campos de fútbol…), mientras que entre mujeres “puta” va antes que “bollera”. Sin embargo, parece que hay una vía de escape: ser homosexual pero no marica.

Si no tienes pluma o la escondes, si reproduces la masculinidad hegemónica, que se relaciona con valores como el liderazgo, la ambición y el poder, pues podrás ser respetado y la gente se esforzará en olvidar lo que ocurre en tu cama. Un hombre de mi familia lo dijo una vez: “Yo no tengo nada en contra de los homosexuales, pero detesto a los maricones”. Aclaró que usaba maricón como sinónimo de hombre que no es tal, no por sus preferencias sexuales sino por cobarde o pusilánime.

La homosexualidad respetable se asocia a masculinidad al cuadrado, sin mariconadas. De ahí que los círculos de poder sean accesibles para hombres homosexuales. ¿Quién va a acusar de ser poco hombre a un juez como Grande Marlaska o a un político como Maroto? Por eso el sociólogo Oscar Guasch -quien habla de la homofobia compleja, esa por la que los hombres que se definen como heterosexuales temen ser acusados de maricas- propone la siguiente receta contra la homofobia y la misoginia: “De la misma forma que hay mujeres que se definen políticamente como putas, podríamos reivindicar ser maricas, cobardes, renunciar a la masculinidad”.

Y sí, como dice Beatriz Gimeno, estos políticos conservadores homosexuales pueden dejar de esconder a sus novios, pueden tener maridos, gracias a los maricas, las bolleras y lxs trans que han dado la batalla en las calles. Gracias también a políticos como Zerolo, que izaron la bandera arcoiris cuando eso no daba votos precisamente. Pero si pueden hacerlo es porque el poder les hace inmunes a muchas cosas, incluida la discriminación.

Zerolo luchó por una ley criticada tanto por los homófobos como por la gente que, desde la izquierda, cuestiona la institución del matrimonio, incluidos los gays y lesbianas que alertan el riesgo de “heteronormativizar” las disidencias sexuales. Recordemos la célebre cita del primer ministro británico David Cameron: “No apoyo el matrimonio gay pese a ser conservador; apoyo el matrimonio gay porque soy conservador”. Como dice nuestra compañera Andrea Momoitio, los conservadores prefieren las bodas gay a los cuartos oscuros. No me quiero extender más: lean este imprescindible artículo de Lucas Platero en el que señala a quién beneficia y a quién no tanto esta conquista social, y qué otras discriminaciones siguen estando mucho más desatendidas.

Así pues, de la misma forma que no podemos pensar que el racismo está superado porque el país más poderoso del mundo esté presidido por un político negro, debemos evitar que la presencia de varones homosexuales entre los representantes del poder político, económico, judicial y religioso de este país nos lleve a lecturas complacientes.

Doy las gracias a Pedro Zerolo y a todas las personas que han hecho posible que las nuevas generaciones crezcan sabiendo que pueden emparejarse y formar familias con personas de su mismo sexo, que sus entornos reaccionarán mejor o peor, pero que el Estado reconoce ese derecho. Pero sirva también el adiós a Zerolo para pensar cómo seguir avanzando hacia un respeto pleno a la diversidad sexual en el que la vergüenza, la culpa, el estigma, la exclusión y la agresión directa desaparezcan de la vida de todas las personas.

El Supremo de México avala el matrimonio homosexual

Una de las primeras bodas gais en México DF en 2010

Una de las primeras bodas gais en México DF en 2010. / REUTERS

México ha dado un paso de gigante en el reconocimiento del matrimonio homosexual. La Suprema Corte de Justicia de la Nación, en una decisión histórica, ha respaldado estos enlaces y los ha equiparado plenamente a los heterosexuales. La medida del alto tribunal, acogida con frialdad por las fuerzas políticas, pone fin a la dispersión legal en torno a esta cuestión y considera inconstitucional cualquier norma que establezca que la finalidad del matrimonio es la procreación o que lo defina como la unión entre un hombre y una mujer. Esta doctrina supone en la práctica su legalización y sitúa a México en la órbita de Argentina, Brasil o Uruguay.

En México cada estado regula el matrimonio a través de su propio código civil. Hasta la fecha, el enlace homosexual sólo está legalizado en Distrito Federal, Coahuila y Quintana Roo. El resto de territorios ofrece un poliédrico cuadro normativo que, al no reconocer plenos derechos a los gays, se ha convertido en una fuente de recursos de amparo.

El principal punto de conflicto radica en que las leyes estatales sostienen, en muchos casos, que la finalidad de la boda es la procreación. Un aspecto que niega la Suprema Corte. En su tesis jurisprudencial, que busca la unificación de doctrina ante los recursos de amparo, los magistrados recuerdan que el verdadero objetivo es “la protección de la familia como realidad social”. “Como la finalidad del matrimonio no es la procreación, no tiene razón justificada que la unión sea heterosexual, ni que se enuncie como entre un solo hombre y una sola mujer. Dicha enunciación resulta discriminatoria en su mera expresión […] pues excluye injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas homosexuales que están situadas en condiciones similares a las parejas heterosexuales”, indica el texto.

El Supremo mexicano lanza también un varapalo a quienes vinculan los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales. “Ninguna norma, decisión o práctica de derecho interno, tanto por parte de las autoridades estatales como de particulares, pueden disminuir o restringir los derechos de una persona a partir de su orientación sexual”, concluyen los jueces, entre cuyos ponentes figura juristas de gran prestigio como José Ramón Cossío Díaz y Arturo Zaldívar.

Establecidas estas premisas, el alto tribunal considera inconstitucional cualquier ley que entienda que la finalidad del enlace es la procreación o que lo defina como el que se celebra entre un hombre y una mujer. “De este modo, en todo el territorio queda avalado el matrimonio homosexual, aunque las normas estatales digan lo contrario”, explica a este periódico la directora de estudios de la Suprema Corte, Leticia Bonifaz. La decisión, sin embargo, no invalida las normas discriminatorias, dado que la vía pertinente para lograrlo no es el amparo, sino el recurso de inconstitucionalidad. Aún así, la doctrina emitida tendrá que ser obligado cumplimiento en los tribunales mexicanos.

La toma de postura de la Suprema Corte fue bien recibida por las organizaciones involucradas en la lucha por los derechos civiles. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CNPD) calificó la medida de “histórica” y como un paso fundamental para derribar legislaciones vejatorias. “Es un avance en la lucha por proteger y visibilizar los derechos fundamentales de todas las personas “, señaló en un comunicado.

Mucho más fría fue la acogida en el universo político. Aunque el reconocimiento de los derechos homosexuales ha avanzado con fuerza en los últimos años en México (el 70% de la población se declara a favor, según CNPD ), numerosos políticos rehúyen aún la cuestión por miedo a los prejuicios y la erosión electoral. En el caso del derechista Partido de Acción Nacional (PAN), este distanciamiento está generalizado. Más confusa resulta la posición del PRI, el PRD o Morena. En estas formaciones la tolerancia ha ganado terreno, pero aún se registran profundas resistencias. Un caso paradigmático es el de Andrés Manuel López Obrador, exjefe de Gobierno del DF y dos veces candidato presidencial con el PRD. El eterno aspirante de la izquierda, de profundas convicciones religiosas, siempre ha soslayado pronunciarse abiertamente a favor del matrimonio homosexual. “Lo fundamental es la honestidad, eso (legalizar el aborto y los matrimonios gay), con todo respeto y autenticidad, lo considero como algo no tan importante, lo importante en México es que se acabe con la corrupción, nada ha dañado más a México que la deshonestidad”, respondió recientemente.

Despedido de la tele por un vídeo erótico

Tooji Keshtar

Tooji Keshtar

Tooji Keshtar representó a Noruega en el festival de Eurovisión hace tres año y se había hecho un hueco en la televisión pública de allí. Iba a presentar el programa para elegir al niño que defenderá al país en la edición infantil del certamen, pero le acaban de despedir. La razón, su último videoclip, en el que aparece simulando mantener relaciones sexuales con un cura en una iglesia. ««Estoy bastante disgustado. En la televisión me han dicho que no es compatible con ser un modelo para niños». El videoclip será la canción oficial de la celebración del Orgullo Gay de Oslo.

El noviazgo lésbico de Kristen Stewart, confirmado por su madre

La actriz Kristen Stewart. AFP

La actriz Kristen Stewart. AFP

Kristen Stewart nunca ha sido una chica fácil en cuestión de amores. Su relación con el actor con el que compartió franquicia, éxito y acoso mediático, Robert Pattinson, lo dejó claro, un culebrón en toda la regla que contó además con la presencia inesperada en forma de affaire del director de una de sus cintas, Rupert Sanders, un drama que al final terminó en separación de la joven pareja pese a los intentos de reconciliación.

Ahora y desde hace meses, la sombra de Pattinson parece haberse alejado definitivamente de la estela de la actriz de 25 años, a quien han estado relacionando sentimentalmente con una mujer. Se trata de su asistente personal, una relación que de rumor ha pasado a la confirmación de boca de la madre, Jules Stewart.

“¿Qué hay que no se pueda aceptar del hecho de que ahora tenga una novia?”, indicó en declaraciones al ‘Daily Mirror’ británico. “Ella está feliz”. Dice además que no es quién para criticar las elecciones de su hija y que la novia en cuestión, Alicia Cargyle, es “una chica adorable”.

Va incluso más allá en su razonamiento. “Creo que la gente tiene que ser libre de querer a quien quiera. Acepto que mi hija quiera a hombres y mujeres. Está bien ser quien eres en mi mundo. Todos elegimos a nuestros amigos, así que deberíamos ser libres para elegir a nuestros amantes”, indicó.

Stewart, por su parte, está centrada en su vida profesional, con una trayectoria interesante desde que acaparó tanta atención con la saga ‘Crepúsculo’ y sus cinco entregas. Ha participado en cintas como ‘On the Road’, basada en la obra de Jack Kerouac, o en ‘Still Alice’, protagonizada por Julianne Moore.

¿Quién nos curará ahora el mariconismo?

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Querida alcaldesa:

Madrid, como un candelabro loco de brazos impares, siempre tuvo alma de travesti. En lo que a Franco le sollozaban un réquiem y le echaban el farallón de mármol en el nicho de los Caídos, Chueca estrenaba rebelión y pintalabios. Cuando entonces, el Madrid mariquita se hizo a la calle con erecciones como cirios, mientras los señores de UCD, que iban a la cosa de las Cortes como trajeados a las prisas en la cuarta planta de Galerías Preciados, miraban sin mirar aquella algarabía.

Los gays, que antes fumaban a Lorca y al poco ya fumaban Malboro ‘light’, le cogieron pronto el vicio a la revolución. Hartos de trasnochar en armarios y calabozos con la turba de proxenetas y maleantes, se organizaron en federaciones llenas de siglas que pregonaban el Orgullo de la carne y el pescado. Pero lo que fuera en los albores una reivindicación de derechos elementales, de matrimonios igualitarios, de sexos desenvueltos, fugaces, soberanos, transmutó al paso de los tiempos en mil carrozas de tangas efervescentes. En una juerga sin remedio donde Alaska, Leticia Sabater y otras mitologías se daban baños de espuma ante la multitud embelesada. En un negocio desaforado de gintonics y gastrobares ‘requetechic’ donde el ‘lobby’ se repartía la millonada. Y los supervivientes de la vieja guardia, que se dejaron los huesos a aullidos y a hostias en las mazmorras de la Dictadura, ya si eso que se queden en casa.

“Me volvía loca ponerme los zapatos de tacón de mi madre”, dijo Paloma San Basilio, nuestra Harvey Milk de Chamberí, en el pregón de 2013

Lo vino advirtiendo Paloma San Basilio en el pregón del Orgullo -el gay, no el minero-, cosecha de 2013. Transcribo: «Me volvía loca ponerme los zapatos de mi madre. Sumergirme en sus preciosos tacones de aguja. Aprendí muchas cosas con ella: cómo pintarse los labios, cómo hacer empanadillas…Aprendí por ejemplo a jugar a las cartas cuando se juntaba con sus amigas y, después, interrumpían la partida para cambiar los naipes por los pasteles y las ensaimadas».

A lo Harvey Milk de Chamberí, Paloma se reivindicaba a brochazos de nostalgia como una más del colectivo, como la mariquita más marica del mariconerío maricón. Pues es bien sabido que los homosexuales van todo el día a la carrera como tribus trashumantes de gitanos, devorando empanadillas -de atún, por los oligoelementos- sobre sus tacones precipitados de Louboutin. Palabra de activista.

La fiesta efébica del Orgullo, venía yo diciendo, es una telaraña de patronos de discoteca y gerifaltes de carrozas que un día prefirieron la pasta a la protesta. Bajo el palio de todos esos chicarrones de porcelana que danzan a Leviatán en los vapores de julio, y que encalan Madrid como querubines de Churriguera, los organizadores se lo llevan caliente. Hasta 110 millones facturó la cofradía de Chueca en los fastos de 2012; y mientras compañías aseguradoras o marcas de refrescos chispeantes instalaban sus ‘stands’ en las postrimerías de la Gran Vía, algunas ONG que batallan contra el sida en la penumbra vieron peligrar sus casetas por falta de ‘cash’.

Al menos nos quedaba Pedro Zerolo, al que algunos fabularon hace años como un gran alcalde. Pero el cáncer se le puso bravo un martes de madrugada, pues los lunes no están hechos para marcharse, y nos quedamos un pellizco más huérfanos. Al sepelio, con la bandera del arcoíris por mortaja, acudieron políticos de todas las guerras. Y llovió tanto en Madrid, quizá por despedirse, que Ana Botella se apeó de la política con chubasquero y bajo un paraguas. Hasta pronto, Pedro. Y pregúntame por allí arriba, a Dios o a quien tú gustes, quién nos curará el mariconismo ahora que la señora de Aznar se nos fue por la salida de emergencia.

@javierrcid

Si tiene alguna sugerencia para esta sección envíe un correo electrónico a: querida.alcaldesa@elmundo.es

La capital gay de Centroeuropa

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¿Berlín, Colonia, Viena, Munich, Zurich o Praga? Todas ellas y alguna más, aspiran  al título de Capital Gay de Centroeuropa. Una distinción que sobre todo persigue atraer a uno de los segmentos de la población mundial, no sólo con mayor poder adquisitivo, sino con un enorme interés por viajar.

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Según un estudio de la OMT (Organización Mundial del Turismo), el turismo gay, o mejor dicho LGBT, mueve unos 150 billones de dólares al año, una tarta muy golosa que sólo se reparten un reducido número de países, teniendo en cuenta que todavía, a  día de hoy, 73 países criminalizan la homosexualidad y otros muchos fomentan, abiertamente, su discriminación.

Aunque una organización como IGLTA, enfocada a la promoción de la industria turística en relación con la comunidad gay, funciona desde 1983, sólo desde hace unos años, ferias como la ITB o FITUR cuentan con un pabellón o sector especializado en este tipo de mercado. Se fomentan destinos vacacionales como Canarias, Ibiza, Mikonos oSitges pero cada vez más, ciudades para escaparse durante un largo fin de semana, centrándose en celebraciones como los Gay Pride o distintos festivales, como el reciente de Eurovisión.

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Si hasta hace apenas un par de años, en lo que respecta a Centroeuropa, nadie hubiera puesto en duda el arrollador poder de seducción de Berlín, ahora mismo hay otras ciudades alemanas,  como Colonia, Hamburgo o Munich, compitiendo con ella. Por otra parte, Zurich y Praga asoman la cabeza pero es sobre todo la capital austriaca la que parece dispuesta  a arrebatarle el cetro o por lo menos, compartir una parte importante de su mercado LGBT.

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Aprovechando el tirón de Conchita Wurst y su triunfo en Eurovision, Viena se ha fijado como objetivo convertirse en la nueva Capital Gay de Centroeuropa. Hasta los semáforos se han customizado gay firendly. Hay páginas webs específicas como Gay in Vienna aunque la mejor es la que ha creado el organismo oficial que promociona el turismo de la ciudad (www.wien.info). A través de su calendario de eventos nos enteramos que durante el año se celebre algo especial que puede atraer, de forma específica, a la comunidad gay. Comenzando por el Baile del Arco Iris  que en 2016 tendrá lugar el 30 de enero y terminando con Wien in Schwarz  que este año servirá como plataforma para elegir a Mr Leather Europe, el próximo 26 de octubre.

Sólo para el mes de junio proponen: Identities, un Festival de Cine Gay , las Fiestas del Orgullo desde el 16 al 21 que tendrán frente al Ayuntamiento su pride Village y culminará con una Gran Cabalgata Arcoiris el día 20 y un Vienna Fetish Spring cargado de sorpresas.

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La página www.wien.info que también se propone en papel (se ha publicado una Gay & Lesbian Guide de 48 páginas que se distribuye gratuitamente en las oficinas de turismo) pero que también se puede descargar en pdf, incluye información muy completa sobre alojamientos, restaurantes y todo tipo de locales donde nadie se va a sentir discriminado aunque lo más novedoso, es la propuesta de un recorrido por la ciudad para descubrir la inusitada relación de Viena con personajes homosexuales, a través de algunos de sus edificios y rincones más carismáticos.

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La ruta comienza en el Palacio del Belvedere que se hizo construir el Príncipe Eugenio de Saboya (1663-1736) que nunca escondió su preferencia sexual por los hombres, como se puede descubrir en muchos elementos decorativos y del que también se recomienda visitar su Palacio de Invierno, en Himmelpfortgasse, muy cerca de la Catedral.

El segundo personaje  que se destaca es el Emperador  Carlos VI (1685-1740), el pretendiente a la corona española a la muerte de Carlos II y  máximo protagonista de nuestra Guerra de Sucesión del que se sabe,  según el mismo afirmó, que tuvo una relación durante 19 años con el Conde Johann Michael von Althan. A Carlos se debe la construcción  de edificios tan carismáticos como la Iglesia de San Carlos, la Biblioteca Imperial o la Escuela Española de Equitación  en el Palacio de Hofburg  que proponen que visitemos.

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Muy cerca del Palacio Imperial, se nos indica que nos acerquemos al Teatro de la Ópera diseñado por la pareja formada por Eduard van der Nüll (1812-1868) y August Sicard von Sicardsburg (1813-1868). Según parece, su trabajo no fue apreciado por elEmperador Francisco José provocando que el primero se suicidara y el segundo, aparentemente, muriera desconsolado, unas semanas más tarde.

También, a dos pasos de allí, se encuentra la famosa Albertina, una de las pinacotecas más importantes del mundo pero también, según nos cuenta la guía,  la residencia de dos curiosos personajes: el Duque Albert von Sachsen-Teschen (1738-1822) y  laArchiduquesa María Cristina (1742-1798). No tuvieron descendencia, su relación muy abierta y se sabe con seguridad que ella, en particular, tuvo una intensa historia de amor con su cuñada Isabella de Parma (1741-1763).

La gran sorpresa del recorrido  puede ser sin embargo el KaiserBründl , unos suntuosos baños públicos de época imperial que personajes como Luziwuzi, el hermano de Francisco José, frecuentaba para conocer otros hombres y que todavía sigue en funcionamiento con fines muy similares.

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Después se nos invita a que exploremos la zona de Naschmarkt el barrio más abiertamente gay de Viena, donde se concentran muchos de los bares, restaurantes y lugares de encuentro, como se especifica en la Vienna Gay Guide que también se distribuye en las oficinas de turismo. Se nos recomienda un paseo por el mercado, tomarnos un café en el opulento Café Savoy, visitar la Villa Rosa Lila, una institución histórica en la comunidad gay austriaca pero sobre todo se nos invita a realizar una peregrinación a Kettenbrückengasse donde se encuentra Sterbewohnung, el apartamento donde muere Franz Schubert en 1828 después de haber vivido unos años con el poeta Johann Mayrhofer, que se ha convertido en museo.

Todavía quizás no es la Capital Gay de Centroeuropa pero, como se comprobó hace unas semanas durante el Festival de Eurovisión, Viena es ya uno de los destinos favoritos de la comunidad LGBT.

‘Sexoterapia’ para la discapacidad

'Marc Xander', asistente sexual en Barcelona. ANTONIO MORENO

‘Marc Xander’, asistente sexual en Barcelona. ANTONIO MORENO

Jordi se acostó por primera vez con una chica en silla de ruedas cuando estaba haciendo el último curso de Ciencias Sociales en Barcelona. Necesitaba dinero para pagarse la universidad y recurrió al sexo de pago para ello. Unos amigos le presentaron a una mujer minusválida que buscaba a alguien que le estimulara sexualmente y jugase con su cuerpo.

¿Por qué con una discapacitada? “Estas personas no pueden acceder a una vida sexual satisfactoria y necesitan de este tipo de servicios”, dice Jordi, aunque prefiere que le llamemos Marc Xander. Este es su alias laboral, el personaje que crea cada vez que le suena el teléfono reclamando su cuerpo. Tiene 33 años, mide 1,77, es moreno de ojos marrones y afirma ser asistente sexual desde hace cuatro años. Su voz calmada y tenue le gusta mucho a David, uno de sus clientes invidentes, que paga a Marc 300 euros por una hora de servicio en la que dice que el sexo es lo menos importante. “Me hace sentir deseado y eso me da seguridad y confianza“, comenta David.

Porque el trabajo del asistente es en ocasiones muy terapéutico. “Estas personas tienen una hipersensibilidad increíble. Me piden caricias, masajes, que les duche y haga cosquillas. Necesitan este cariño carnal y yo me siento bien con ellos”, explica Marc. Sus clientes son hombres y mujeres con algún tipo de minusvalía y reconoce que para trabajar con estas personas es fundamental una buena preparación previa. “Antes de quedar con ellos tengo que saber qué tipo de disfuncionalidad tienen y en qué les puedo ayudar. Algunos no quieren sexo, sólo necesitan sentir el cuerpo de otra persona apretando el suyo y que demos forma a sus deseos más íntimos”.

Marc suele tener clientes fijos como un chico sordomudo, otro en silla de ruedas y una mujer ciega. “Me gusta quedar con ellos en los hoteles, pero muchos no disponen de instalaciones adecuadas para minusválidos y entonces voy directamente a sus domicilios”, cuenta. Contactan con él a través de su página web o de alguna asociación, con las que está al pie del cañón levantando la voz por la dignidad y la regularización de este tipo de trabajo sexual.

Porque en España cada vez hay más personas que luchan por los derechos sexuales de las personas discapacitadas. El problema es encontrar un marco legal para ello. En Europa, países como Suiza, Alemania, Holanda o Bélgica consideran la asistencia sexual como un servicio del sistema sanitario. Pero sólo Suiza lo tiene regulado de forma oficial, incluso está subvencionado.

Ese es el objetivo de varias asociaciones que han puesto en marcha en Barcelona sus servicios para poner en contacto a las personas discapacitadas con los asistentes sexuales. Aunque Francesc Granja prefiere llamarles “acompañantes”. Francesc es el presidente de Tandem Team, una asociación que nació hace un año en la ciudad condal para hacer de puente en este encuentro íntimo.

“Empezamos un proyecto para ayudar a las personas con diversidad funcional y vimos que la parte que estaba más desatendida era la sexual. Entonces decidimos hacer entrevistas para ver qué tipo de público teníamos y al principio nos sorprendió que hubiera más personas que querían ofrecerse como acompañante de las que querían solicitar el servicio”, cuenta Francesc. Su asociación trabaja normalmente con 10 asistentes y ya han organizado 180 encuentros sexuales. “No es un trabajo sencillo. Es importante el tema de la higiene, que les vista y atienda a la perfección. Para nosotros eso es más fundamental que el sexo, por eso buscamos sobre todo a gente que venga del mundo de la enfermería o de la asistencia social”.

Cuando Sandra, asturiana de 38 años, era adolescente, estuvo de voluntaria en centros de atención a discapacitados psíquicos. Aunque dice que no lo hace por dinero, esta mujer lleva tres años teniendo varias citas al mes con dos chicos con Síndrome de Down y otro minusválido.

“Puedo decir que el 70% de las veces que quedo con ellos no tenemos ninguna relación sexual plena. Muchos solo quieren ver mi cuerpo desnudo y acariciarlo. Es cierto que me lucro con ello, yo no se lo pido, pero los chicos me dan siempre algo de dinero. Quiero que quede claro que lo hago por una motivación social aunque la gente no se lo crea”, afirma Sandra que insiste en que para hacer este trabajo se necesita una buena preparación.

Por ello, en Barcelona, la Asociación Sex Asistent organiza cursos de formación para asistentes sexuales. En 2012, el colectivo formado por terapeutas y psicólogos fueron los pioneros en España en hablar abiertamente de la necesidad de acceder a una sexualidad satisfactoria de personas con discapacidad. “Entendemos la asistencia sexual como un espacio de empoderamiento para estas personas que, encasilladas como asexuales, pertenecen a un colectivo que tiene los mismos derechos sexuales que cualquiera”, afirma Rafael Reoyo, coordinador de Sex Asistent en España.

El último curso que organizaron, para el que alquilaron un aula en Barcelona, duró ocho horas y acudieron 10 personas. “No solo viene gente que se quiere dedicar a la asistencia sexual. Hemos tenido a sexólogos y chicos que trabajan en centros para discapacitados que quieren conocer mejor este tema. Les hablamos de la ética profesional, de la importancia de entender la realidad humana de estas personas y conocer las diferentes diversidades funcionales que puedan tener”, cuenta Rafael. Su asociación cuenta con el apoyo de la mayoría de los colectivos de discapacitados, que representan a 3,8 millones de personas en España, un 58% mujeres.

Como Carmen, 43 años, que lleva cinco en una silla de ruedas a causa de la esclerosis múltiple que padece. Todas las semanas recibe en su casa de Girona a un asistente personal que le ayuda a comer, vestirse, ir al baño, pero… ¿qué pasa con el sexo?

“Yo no puedo ir a una discoteca y ligar con un chico. He estado seis años sin tener ninguna relación y me sentía muy deprimida”, comenta Carmen que añade que desde que se enteró de esta posibilidad le ha cambiado la vida. “Pago por acostarme con hombres. Sí, y no me avergüenza reconocerlo. Me hace disfrutar muchísimo, no solo en el sexo. También está la afectividad, los abrazos y los mimos. Me siento más positiva y completa. He descubierto sensaciones que pensé que en la vida podría tener”.

500 portadoras del VIH denuncian haber sido esterilizadas a la fuerza en Sudáfrica

El Gobierno niega haber impulsado o financiado una campaña. En el país, un 10% de la población en portador del virus causante del Sida.

JOHANNESBURGO. -Cerca de medio millar de mujeres sudafricanas portadoras del VIH denunciaron haber sidoesterilizadas forzosamente en una encuesta realizada por el Consejo Nacional del Sida sobre el estigma de la enfermedad, según informaron medios locales.

Estos datos, divulgados esta semana en el marco de laconferencia sudafricana sobre Sida celebrada en Durban, han provocado la indignación de los grupos a favor de los derechos de los portadores del virus.

“La cifra confirma que es una práctica generalizada, sistemática”, denunció Sethembiso Mthembu, de la ONG Her Rights Initiative.

“El número da a entender que se trata de la puesta en práctica de algún tipo de política que el Ministerio de Sanidad debe explicar”, agregó, al asegurar que las esterilizaciones cuestan dinero y el Gobierno debió estar al tanto de los gastos.

De las cerca de 7.000 mujeres a quienes se preguntó en la encuesta, 498 aseguraron haber sido esterilizadas forzosamente debido a su condición de portadoras del VIH, explicó el profesor Khangelani Zuma.

Zuma, miembro del Consejo de Investigación de las Ciencias Humanas que llevó a cabo el estudio, se mostró confiado en que las mujeres entendieron la pregunta y los datos son correctos.

Sin embargo, las encuestadas respondieron a los cuestionarios de manera anónima, por lo que no es posible establecer su identidad y llevar ante la justicia a los hospitales que las esterilizaron.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Sanidad, Popo Maja, negó que el Gobierno haya impulsado una política de esterilizaciones forzosas, y calificó esta práctica de “violación de los derechos humanos”.

Según la ley de esterilización sudafricana, es necesario el acuerdo escrito del paciente para cualquier esterilización.

La encuesta no ofrece información sobre el año en el que se realizaron las esterilizaciones, por lo que pudieron producirse antes de que el Gobierno sudafricano universalizara en 2004 el tratamiento para evitar la transmisión del VIH de madres a hijos.

En una iniciativa distinta, activistas por los derechos de los portadores del virus han presentado una demanda contra el Gobierno por la esterilización de 48 mujeres que descubrieron que habían sido sometidas a esta práctica cuando intentaban tener hijos.

Un tercio de estos casos se produjeron después de 2004, según informó el diario Times de Johannesburgo.

Se calcula que más de 5 millones de sudafricanos -en torno al 10% de la población- viven con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), causante del Sida.

El niño acosado se hace escritor

El escritor francés Édouard Louis, en Madrid

El escritor francés Édouard Louis, en Madrid. / BERNARDO PÉREZ

Durante dos años, Édouard Louis acudió fielmente a la cita con sus acosadores en un pasillo del colegio. No contó las vejaciones ni los golpes hasta muchos años después, cuando decidió escribir un libro sobre su infancia en Hallencourt, un pequeño pueblo del norte de Francia donde no había lugar para la diferencia. Y no lo contó porque Louis batalló contra sí mismo —su amaneramiento, su delicadeza, su orientación sexual— para ser como los demás. Por las mañanas se decía ‘Hoy voy a ser un tío duro’. O, lo que es lo mismo, jugar al fútbol, beber hasta rozar el coma etílico, besar a chicas, faltar a clase, disimular que no le concernían pintadas como “Muerte a losmarikas”. La cima de aquel ejercicio de falseamiento se alcanzó el día que se acercó a otro alumno de su centro, tan sospechoso como él, y le espetó: “Cierra esa bocaza, maricón”.

Louis, que acaba de licenciarse en Sociología en la Escuela Normal Superior de París, nació en 1992 con un nombre que le aplastó tanto como sus ademanes afeminados: Eddy Bellegueule, algo así como Eddy el Guaperas. En 2013 se lo cambió. “No era solo un nombre, era también una historia. Cada vez que que escuchaba Eddy Bellegueule, escuchaba ‘maricón’ y ‘pobre’. Era el nombre de mi infancia y yo odiaba mi infancia. Mi autenticidad es lo que yo construyo. Eddy Bellegueule era algo que los otros habían hecho, no lo que yo era. Cambiar el nombre era una manera de decir lo que quiero ser”, explica durante una entrevista en Madrid.

En Hallencourt fue víctima de la miseria física (frío, a veces hambre) y moral. Muchos allí lo son. El anciano que se dejó morir en su cama entre orines y heces, con los calcetines incrustados en los tobillos. Los niños que juegan a ahorcar gallinas con hilo de pescar. El padre de Édouard era el único con derecho a hablar durante las comidas. La madre le reprochaba que fuese la vergüenza de la familia. Leer estaba mal visto. Todo ello, y crueldades mayores, se relata sin artificios literarios en Para acabar con Eddy Bellegueule(Salamandra), la novela autobiográfica escrita por Édouard Louis traducida del francés por María Teresa Gallego Urrutia. Tres editoriales rechazaron el original antes de que Seuil lanzase una tímida tirada de 2.000 ejemplares y después de una cuarentena que duró 14 meses. El libro fue un mazazo en el país que inventó los derechos humanos. La prensa se dividió a favor y en contra. Sus antiguos vecinos le insultaron. Algunos medios enviaron periodistas a Hallencourt para verificar si la historia narrada era real. Manipularon el entorno. Su madre le atacó. “La llevaron a otra casa y le dieron otras ropas para decir que yo mentía”, revive. Nadie pidió perdón por haberle insultado, escupido, agredido o difamado en la infancia. La obra se convirtió en un superventas: 230.000 ejemplares, traducciones a 20 idiomas, miles de cartas y correos electrónicos de víctimas de la homofobia en otros lugares (también en España). Louis se liberó al huir, aunque paradójicamente vivió su alejamiento del pueblo como un fracaso. “A esa edad vencer habría supuesto ser como los demás”, escribe.

Un día antes de la entrevista había entregado su segundo novela,Historia de la violencia. De nuevo vida real: la de un inmigrante de la Cabilia que Louis utiliza para denunciar la marginación que sufrieron en Francia oleadas de argelinos tras la guerra de la independencia. Literatura política. Vivencias personales al servicio de la historia colectiva contemporánea. Una nueva disección de la violencia. “No me gusta la literatura que es un mero ejercicio de estilo. Tenía razones políticas para escribir mi libro. El mundo de mi infancia estaba ausente de la literatura. Intenté incluir en la literatura lo que la literatura excluye”.

El arzobispo de Madrid da el pésame al marido de Pedro Zerolo

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El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Osoro, y Jesús Santos, marido del político socialista Pedro Zerolo. / EFE

El arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Carlos Osoro, habló por teléfono el martes con el marido del político socialista Pedro Zerolo, fallecido tras perder su lucha contra el cáncer, para trasladarle su pésame, según declaró ayer el fundador y presidente de Mensajeros de la Paz, el padre Ángel García. Zerolo fue uno de los principales impulsores de la ley del matrimonio homosexual, además de un conocido activista LGBT.

El padre Ángel se encontraba en la capilla ardiente de Zerolo, instalada en el patio de cristales de la Casa de la Villa, cuando recibió una llamada del arzobispo de Madrid que, al enterarse de que estaba allí, le dijo que quería saludar a Jesús Santos, marido del fallecido.

El fundador de Mensajeros de la Paz recuerda que “quería mucho” al político socialista, con quien hablaba “de lo divino y de lo humano” y al que recordará como un hombre “de diálogo y de sonrisa”. “Nos quedamos con su sonrisa, que es lo más importante de la vida”, subrayó. Por ello, la próxima semana le tributarán un homenaje en la iglesia de San Antón para decirle adiós.