El Tribunal de Cuentas acusa a dos cargos de Madrazo de malversar 2,6 millones

Detecta serias irregularidades durante el proceso de liquidación de la Cámara de la Propiedad de Bizkaia

BILBAO(27-6-2003)EL CONSEJRO DE VIVIEDA Y ASUNTOS SOCIALES,JAVIER MADARZO ACOMAÑADO POR TXEMA GONZALO,DURANTE LA PRESENTACION DEL ANUNCIO PARA LA CELEBRACION DEL DIA DEL ORGULLO GAY .//TELEPRESS// //TELEPRESS//TELEPRESS//TELEPRESS//TELEPRESS//

Javier Madrazo y Txema Gonzalo

El Tribunal Vasco de Cuentas Públicas (TVCP) ha detectado numerosas irregularidades en la gestión que dos cargos designados por Javier Madrazo cuando era consejero de Vivienda del Gobierno Vasco realizaron durante la liquidación del patrimonio de la extinta Cámara de la Propiedad Urbana de Bizkaia. El informe desvela, entre un amplio abanico de anomalías, actuaciones que podrían ser constitutivas de un delito de malversación de caudales públicos por 2,6 millones de euros.
Las presuntas irregularidades recogidas en el documento al que ha tenido acceso este diario implican directamente a Txema Gonzalo, el delegado territorial vizcaíno del anterior Departamento de Vivienda, y a Jon Alonso, contratado por Gonzalo cuando recibió el encargo de liquidar la Cámara como corporación de derecho público para integrarse en la Administración autonómica. Ambos eran destacados militantes de Ezker Batua, el partido que entonces presidía Javier Madrazo.
Las Juntas Generales de Bizkaia solicitaron al Tribunal de Cuentas a mediados de 2011 que examinase el proceso de extinción de la Cámara. El encargo, propuesto por el PP, se realizó poco después de que el actual Gobierno Vasco anunciase su intención de llevar a la Fiscalía un informe interno que revelaba que parte de los fondos del organismo habían sido desviados para financiar la película ‘Ander’, que a su vez recibió fondos de Berdindu, el servicio de atención a gays, lesbianas y transexuales dependiente de Asuntos Sociales. También se desveló que cerca de 106.000 euros terminaron en una cuenta bancaria de Alonso y que existía un ‘agujero’ que en ese momento rondaba los 440.000 euros. El Ministerio Público abrió entonces una investigación y, meses después, decidió denunciar al propio Gonzalo y a Alonso por un delito de malversación de caudales públicos.
De forma paralela, el Tribunal de Cuentas comenzó a examinar por su cuenta el polémico proceso de extinción de la Cámara, que está envuelto en diversas demandas judiciales. Entre ellas, las formuladas por la Asociación de Propietarios y Usuarios de Fincas Urbanas de Bizkaia. El documento provisional del TVCP, que está pendiente de recibir las alegaciones de los distintos implicados, detalla los acontecimientos relevantes después de que el exconsejero Javier Madrazo nombrase en febrero de 2006 a Txema Gonzalo para dirigir la disolución. Su función, en teoría, se limitaba a liquidar el patrimonio del organismo, que debería haber pasado automáticamente a engrosar las arcas de la Hacienda vasca. El Tribunal considera que la «estricta liquidación» de la Cámara debería haber supuesto un desembolso de 1,7 millones de euros. Sin embargo, durante el proceso se gastaron 4,3 millones de euros, 2,6 millones más.
El TVCP, además de subrayar los problemas generados por la ausencia de contabilidad de los ejercicios 2008, 2009 y 2010, detalla los gastos e inversiones que no deberían ser atribuibles a la liquidación. Cuestiona abiertamente la contratación de 6 trabajadores sin respetar los principios de igualdad, mérito y capacidad y sin que existiese insuficiencia de medios en el organismo. El coste de estas contrataciones ascendió a 365.000 euros. Varios de ellos trabajan ahora en el Gobierno Vasco como laborales indefinidos después de que recurriesen judicialmente sus despidos a pesar de que sus fichajes fueron calificados de «fraudulentos».
Multitud de gastos
El Tribunal de Cuentas censura también la «multitud de gastos e inversiones» encargadas por el delegado de Madrazo para «rehabilitar y amueblar» el histórico edificio de la Cámara en Bilbao. Los delegados de Madrazo justificaron las obras porque «el aspecto de las oficinas» era de «un notable mal gusto, con profusión de gotelés, de flores y plantas de plástico y de símbolos religiosos y monárquicos». El informe del TVCP señala que Gonzalo se «excedió en sus funciones» con estas inversiones, que ascendieron a 2,1 millones de euros y que deberían haberle supuesto un «expediente disciplinario». Se encargaron de forma directa.
Según el informe, particularmente graves son los pagos superiores a los 332.000 euros cuyo «destinatario se desconoce» y los pagos de 106.000 euros a un trabajador de la Cámara -en referencia a Jon Alonso- que «carecen de justificación». Además, también se desembolsaron 34.000 euros en gastos «no atribuibles» al organismo y se gastaron casi 29.000 euros en comprar muebles para un piso. Cuando los auditores examinaron el piso, el pasado octubre, ninguno de estos muebles estaban ya en la vivienda.
El convenio suscrito con Aukeratu, una asociación de apoyo a gays, transexuales y lesbianas, para financiar la película ‘Ander’ es también «un acto no acorde» a los fines del decreto de liquidación de la Cámara. Gonzalo debería haberse abstenido de firmar por ser el administrador de esa organización, que asesoraba al organismo oficial Berdindul. Gonzalo y Alonso figuraban en el filme como productor ejecutivo y ayudante de producción. El convenio supuso 330.000 euros.
Entre el resto de gastos irregulares figuran un «proyecto de una zanja» realizado por Aukeratu (15.000 euros), los gastos de una agencia de detectives (3.700 euros), diversas facturas de gas y agua de un piso propiedad del responsable de Aukeratu y los gastos de desplazamiento y estancia de Gonzalo y otra persona (2.500 euros) a un festival de cine en Montevideo (Uruguay) patrocinado con 5.000 euros.

Lakua aprueba el proyecto de ley para reconocer los derechos de los transexuales

El Consejo de Gobierno del Ejecutivo de Lakua ha dado luz verde al proyecto de ley para la no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, elaborado por el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales.

El camino hacia la igualdad recorrió ayer otro pequeño tramo en el Consejo de Gobierno de Lakua, al aprobar éste un proyecto de ley que permitirá reconocer los derechos de las personas transexuales.

Nafarroa abrió el camino y ahora es el Gobierno de la CAV el que ha decidido dar luz verde al anteproyecto que permite regular los requisitos necesarios para el cambio de sexo y nombre en el Registro Civil.

Este proyecto de ley parte del reconocimiento explícito de que la pertenencia a un sexo determinado «va mucho más allá de la simple apreciación de los órganos genitales», tal como expresaron fuentes de Lakua.

Por ello, el Gobierno de Patxi López amplía el reconocimiento de determinado sexo «a quien acredite, mediante informes médicos o sicológicos, una disonancia estable y persistente entre el sexo biológico y la identidad sexual que siente como propia cada persona. Asimismo, se prestará servicio a todas aquellas personas que, careciendo de trastornos de personalidad, «pretendan ser reconocidas», si estas muestran una voluntad «estable, indubitada y permanente».

En distintos ámbitos

Esta nueva regulación pretende adecuar la situación legal de las personas transexuales a la realidad social, contribuyendo a superar cualquier tipo de discriminación que todavía pudiera darse.

Además, la futura norma protege los derechos de los transexuales en casi todas las áreas, ampliando la protección hacia este colectivo. En este sentido, el proyecto garantiza el derecho a recibir «una atención integral» a sus necesidades médicas, sicológicas y jurídicas.

El anteproyecto permitirá garantizar, además, la permanencia de Berdindu, servicio de información, orientación y asesoramiento para personas transexuales.

En el apartado sanitario, el texto recoge la unidad de referencia en materia de transexualidad que Osakidetza ya tiene en marcha. Esta unidad está integrada por profesionales de la atención médica, de enfermería, así como sicológica, sicoterapéutica y sexológica.

En materia laboral y educativa están contempladas diferentes medidas, como la elaboración y aplicación de planes de acción positiva, que favorezcan la contratación y el empleo de personas transexuales en las administraciones públicas, y el desarrollo de actuaciones en materia de transexualidad en el ámbito educativo.

«Es momento de travestir al gudari y hacer más la puta, en el sentido más hedonista»

Es, como dice su amatxo, algo «arbolaria», pues habla con mucho aspaviento. De su oreja cuelga un pendiente dorado en forma de zapato de tacón. Quizá sea porque la sociedad dicta que los zapatos han de llevarse en los pies y a ella no le ha dado la gana plegarse al costumbrismo de una sociedad que califica de catolicona, patriarcal e intolerante. Itziar Ziga tiene todos los motivos para llevarse mal con la sociedad ya que ésta jamás ha parado de juzgarla por abertzale, feminista, lesbiana y, también, por puta. Ya que es, como ella misma confiesa orgullosa: «Una bollera rabiosa, exhibicionista y golfa»

Empecemos por el final, por ese polvo en el tren en Donostia. Y, claro, por qué significa ser una puta.

En el último capítulo narro un viaje con mi novia por Euskal Herria. Allí hay hazañas sexuales mías que chocan, como follar en un tren en Donostia a pleno día. Aproveché que el libro va de reputificar y resexualizar a los vascos para incluir una narración erótica porque me apetecía. Que me reivindique como puta frente a toda la moral católica y patriarcal no significa que quiera follar con todo el mundo. Esta es una idea muy machista. Mis amigas putas son libres para decidir si quieren a ese cliente o no, dependerá de la pasta. La mujer casada, embutida en un matrimonio patriarcal puede que no tenga tanta capacidad para decidir cuándo le apetece echar un polvo.

Yo tengo una obsesión política feminista de hermanarme con las putas. Una vez intenté hacerme puta en Bilbao, pero no valía para eso. Lo que pretendo es acabar con la putafobia, que es una de las caras más perversas de la misoginia. Muchas mujeres prefieren tener una vida «decente» y tener esa familia «legitimada» para que no las repriman, para que no les jodan y para que las reconozcan. No hay nada mejor para mostrarse como una mujer decente y señalar a las otras. Bueno, pues si quieren, que me señalen a mí, ojalá sirva para desmontar el estigma puta.

¿Un estigma como el que se puso a las sorginas?

En mi libro me lanzo en busca de la puta vasca perdida. No debemos olvidar que nos colonizaron los Reyes Católicos. ¡Ay que joderse! Lo que hago es rescatar textos de nuestros enemigos, desde el peregrino Aymeric Picaud al inquisidor Lancre, que llevó a la hoguera a cientos de sorginas. Estos dos hombres tan antivascos cuentan que en Euskal Herria existía una sexualidad abominable, muy explícita, y cargaron contra sus mujeres. Creo que la cruz no se nos había metido tan adentro hasta que llegaron. La conquista tuvo un carácter militar, pero también católico-inquisitorial.

Su libro, en el fondo, habla de libertad. No sólo de la censura ajena, sino sobre todo de autocensura y de los propios tabús que nos imponemos a nosotros mismos.

Dentro de la forma de ser vasca y, más específicamente, de los que llevamos una vida combativa, ha calado hondo el rol del gudari y la gudari. Como el enemigo es muy grande y la represión tan bestia, hemos adoptado una posición marcial. Ese aire militar obliga a una autovigilancia constante para ser coherente y estar alerta. Todo ello nos ha empujado a dejar de lado otras reivindicaciones. ¿Cómo vamos a relajarnos, cómo vamos a mostrarnos humanos y desatar nuestra lujuria si tenemos que estar alerta contra el agresor?

¿El militante vasco ha tendido hacia el ascetismo?

Sí, a eso ayuda el hecho de que, entre los movimientos de izquierdas, se da mucho la intervigilancia. Nos miramos continuamente los unos a los otros. Resulta opresivo y siempre me ha agobiado, porque en el feminismo ha ocurrido también. Se supone que hemos de ser homogéneas. Lo que se salga de ahí, es inmediatamente sospechoso.

Eso no ha conseguido frenarle…

Yo soy como soy y no lo puedo olvidar. Tengo tendencia a ser golfa. Los revolucionarios debemos relajarnos, porque encima de que se está realizando un terrible esfuerzo para transformar las cosas, cargamos con un montón de encorsetamientos. A eso voy con lo de «gudari versus puta». Ahora que se están cambiando las cosas gracias al esfuerzo de tanta gente, es buen momento para cambiar. Yo auguro que la represión bajará y que será buen momento para que el gudari se pueda travestir y empecemos a matar a ese cura de 200 años del que hablaba Oteiza. Así comenzaremos a hacer más la puta, en el sentido más hedonista y divertido.

«El `queer’ se resiste a la normalización»

Licenciado en Sociología en la Universidad de Burdeos, Arnaud Alessandrin está preparando el doctorado sobre el tema «Del Transexualismo al desarrollo Trans». También es codirector de la página web «observatoire-des-transidentites», en la que tratan esta cuestión basándose en los resultados de diferentes estudios que se están llevando a cabo en los últimos años.

Arnaud Alessandrin, a Bayonne, Samedi 1 0ctobre 2011. (Photo Bob Edme)

Arnaud Alessandrin, a Bayonne, Samedi 1 0ctobre 2011. (Photo Bob Edme)

La asociación PAF (Por una Alternativa Feminista) de Baiona organizó hace escasas jornadas lo que denominan la Universidad Pop, en la cual invitaron a diferentes expertos para hablar y profundizar en términos comos la paridad y la pluralidad. Las charlas y talleres se desarrollaron en el Instituto Universitario Técnico, el viernes y el sábado pasado. Arnaud Alessandrin explicó a GARA cómo entiende la teoría «queer».

¿De dónde procede el término «queer»?

En ingles, queer es un insulto que significa maricón, pero los homosexuales han comprendido y han aprendido, al igual que las mujeres o las minorías étnicas, y han dado la vuelta al insulto y son ellos mismos los que se denominan así. De esta manera, lo que se convierte en anormal no es tanto ser homosexual sino ser homófobo, la culpabilidad cambia de campo. Se remueve la balanza que compone, por un lado, la población «normal» y, por el otro, la población «anormal». Lo normal como la heterosexualidad, los hombre masculinos… La anormalidad como la homosexualidad, los hombres afeminados o las mujeres masculinas.

¿Qué es, entonces, «queer»?

«Queer» es más que una filosofía de vida, es una verdadera corriente filosófica en el sentido en el que todo lo que era «heteronormativo» se revisa, ya que esa visión hace difícil la vida de los homosexuales y de los heterosexuales también. En el fondo, cuando nos referimos a la teoría tratamos de desregularizar las diferencias entre homosexual-heterosexual, entre género-sexo, masculino-femenino. Es eso lo que da toda la fuerza a esta teoría, que es subversiva. Resiste a todo lo que es una tentativa de normalización.

¿En qué ámbitos se ha expandido más esta teoría?

El «queer» nació del lado de la homosexualidad y encuentra su expresión hoy en día en el entorno de la transidentidad. Pero todos los trans no son «queer» ni todos los homosexuales son «queer», son cosas claramente diferentes. «Queer» es un punto de vista, un espacio de oposición.

La teoría «queer» dice que no hay una sexualidad intrínseca cuando nacemos.

Exactamente, las principales herramientas para definir el género, el sexo y la sexualidad se han reducido a pensar que teníamos un género porque teníamos un sexo. La teoría «queer» dice todo lo contrario, si tenemos un sexo, lo que tenemos entre las piernas, es porque existe el dispositivo de género. Ciertamente hay una atribución anatómica, pero los individuos son irreductibles al sexo que se les prescribe al nacer. Los individuos hacen muchas cosas con su sexo biológico, por lo tanto el sexo no es biológico, sino que es político, sociológico… no se puede reducir a la biología.

¿Lo que pone en entredicho es el comportamiento social ligado al sexo y al género?

Hay que subrayar la dimensión social y política del sexo y del género, y ser muy crítico ante las posiciones únicamente naturalistas o esencialistas que engloban la definición del sexo y el género, es un punto muy importante. Lo que implica que el punto de vista «queer» debe de interesarse por la contracultura, por todo el que diga que se puede hacer de otra manera.

¿Qué propone, cual sería la sociedad ideal?

El punto básico de la teoría “queer” es la subversión, hay que trabajar para que los individuos puedan ser libres de experimentar su cuerpo. El individuo tiene que estar en el centro, la teoría «queer» se centra sobre el individuo y sobre todo es una teoría que se resiste a la normalización. La gente tiene que llevar más allá su individualidad, su singularidad. Lo principal es que el individuo pueda definirse tal y como lo siente.

¿Cómo se posiciona ante la gente que se siente bien con su sexo y su género?

La teoría «queer» puede dar miedo porque es contestataria, pero no es heterófoba. El principio de la teoría es que cada individuo puede definirse, y que la definición de uno mismo no ponga trabas a la definición del prójimo. El problema entre la homosexualidad y la heterosexualidad no es la diferencia, sino que se establece una jerarquía. La teoría «queer» trata de hacer desaparecer esas fronteras entre ambos, porque desde el momento que se dice que hay una diferencia se establece una jerarquía. La teoría «queer» no pone etiquetas, se centra en el individuo, porque la sexualidad es mucho más complicada que ese binomio. La teoría «queer» es ir más allá de las categorías.

«En el terreno del respeto sexual, la sociedad vasca es más abierta de lo que se cree»

Es una de las caras más conocidas del movimiento de liberación sexual de Euskal Herria. Quizás porque la dio desde muy temprano. Todavía en los tiempos oscuros se puso manos a la obra para que nadie sufriera discriminación por su orientación sexual. Porque el respeto es la clave de la libertad. Se afirmó gay y descubrió que el lobo no era tan fiero como lo pintan y que su país era más abierto de lo que imaginaba. Pero queda camino. Y se empeñó en seguir tumbando tabúes, prejuicios y roles que reprimen las expresiones más gratificantes del ser humano .

Imanol Álvarez fundador de EHGAM.

Imanol Álvarez fundador de EHGAM.

Fermin Munarriz

Preparando la entrevista he leído algunos artículos suyos y he descubierto que «incluso homosexual suena ya mal». Le reconozco que estoy desconcertado. ¿Qué papel juega el lenguaje en la discriminación sexual?

Demasiadas veces el lenguaje lleva una carga oculta no siempre positiva. La palabra homosexual siempre nos ha sonado mal. Ya hace 34 años, cuando empezamos a tratar este tema en Euskal Herria, no nos gustaba porque en aquella época se relacionaba con la medicina para denominar una supuesta enfermedad que, afortunadamente, luego se descatalogó como tal.

Desde el principio decidimos emplear la palabra gay; primero, porque había sido acuñada por el propio movimiento gay en el mundo anglosajón, de donde copiábamos de alguna manera. Luego descubrimos que la palabra gay existe en todas las lenguas latinas y significa lo mismo: alegre. Nos gustó mucho que además significase eso.

Proclaman que no existen heterosexuales ni homosexuales; todos somos sexuales… Vale, ¿entonces cuál es la cuestión?

Es el discurso de EHGAM desde su creación. No estábamos de acuerdo con las teorías bipolares: homosexual-heterosexual, activo-pasivo; hombre-mujer… No nos gustaba dividir todo en dos; la cosa es más compleja, no todo es blanco o negro; hay muchas gamas de grises además de otros colores. Y pensábamos que la sexualidad no se podía simplificar de esa manera.

Ni siquiera nos gustaba el término bisexual -y sigue sin gustarnos- porque si no hay homos ni heteros, tampoco hay bisexuales; hay simplemente personas con una sexualidad que la viven como quieren y pueden.

Muchas personas viven su sexualidad de manera oculta, tras una cortina de tormento y soledad. Hay mucho sufrimiento tras ese silencio sobre la orientación sexual...

Hay mucho, demasiado. Yo he tenido la suerte de que prácticamente no lo he vivido, pero he conocido mucho sufrimiento a mi alrededor y lo sigo conociendo. Parece mentira, con todo lo que se supone que hemos avanzado, la cantidad de gente que lo sigue ocultando, que sigue teniendo mucho miedo. Los cambios sociales son muy lentos.

No obstante, el mensaje que siempre hemos dado es que no es tan fiero el lobo como lo pintan; y, desde luego, por fiero que fuera, no merece la pena estar todo el tiempo metido en un armario o donde sea; hay que salir y vivir. Y si viene el lobo, enfréntate a él lo mejor que puedas.

Se trata de una lucha colectiva. Sin embargo, el paso de la afirmación de la propia sexualidad a quien la vive oculta es estrictamente personal… Sospecho que son momentos difíciles. ¿Cómo fue su experiencia?

Yo realmente no recuerdo haber sufrido por este tema. Creo que he sido afortunado. Lo viví con mucha naturalidad; me fui dando cuenta de que me gustaban algunos chicos y algunas chicas y no le daba mayor importancia, me parecía la cosa más normal del mundo. En seguida vi que a la sociedad en general no le parecía tan normal y, entonces, sí me planteé qué hacer, pero no con angustia, sino intentando ser pragmático. Y tomé una decisión: «no quiero problemas con la sociedad y si a la sociedad no le parece mal que mire a una chica pero le parece mal que mire a un chico, pues sólo voy a mirar a las chicas».

Creo que la decisión me duró una semana… Recuerdo que iba por Bilbao en un microbús de los que llamaban «azulitos» y vi por la ventanilla un chico que pasaba, que me resultó agradable, y dije: «a la mierda la sociedad», y me di media vuelta y le miré. Y ahí se acabó la decisión de ocultar.

Pero en muchos casos se necesita valentía…

Tal vez. En mi caso, quizás mis padres me educaron muy bien; siempre me dijeron que había que ser honesto contigo mismo y que había que respetar a todo el mundo. Yo seguí sus consejos.

A usted le tocó vivir la juventud en un contexto histórico y social muy difícil: el final del franquismo. Poco más de un año después de morir el dictador -a finales de 1976 y comienzos de 1977-, usted junto a otras personas deciden organizar el primer grupo por la liberación sexual en Euskal Herria. ¿Cómo era la situación entonces?

La situación era muy diferente; se hablaba muy poco de sexualidad, y cuando se hablaba, se hacía en términos no sólo heterosexistas, sino muy machistas también. La homosexualidad no se mencionaba y si existía era para contar chistes muy zafios o para hablar muy bajito, muy en secreto para que nadie se enterase, una cosa muy íntima…

Existían leyes como la de «peligrosidad social», que perseguía a los «homosexuales»…

Precisamente nuestra primera gran lucha -y gran victoria- fue cambiar esa ley. Nuestro objetivo era derogarla y se derogó, aunque muy tarde: a finales de los ochenta o comienzos de los noventa, pero se dejó de aplicar mucho antes. Desde luego, en el año 1979 conseguimos que cambiasen la letra de la ley y que en la nueva redacción desapareciera el término «homosexual». Dejamos de ser socialmente peligrosos. Ese fue nuestro primer gran éxito.

¿Por qué decidieron agruparse y actuar con una actitud política activa?

La situación era muy difícil; el cadáver de Franco estaba todavía caliente. Sin embargo, creo que también nos ayudó esa situación porque nos empujó la corriente. Hubo una persona, Antonio Quintana, que había vivido el nacimiento del Gay Liberation Front en el Reino Unido y había vuelto aquí. Pensaba que había que hacer algo similar, pero no tenía contactos; yo sí los tenía y fuimos la pareja ideal: él traía la idea y las ganas y yo ponía los contactos.

Empezamos a juntarnos un grupo de personas pero no teníamos muy claro qué queríamos hacer. La vorágine política y las ganas que tenía la gente de trabajar en el campo social y político eran tan grandes que nos empujaron. Para cuando nos pusimos un nombre y poco más ya nos estaban llamando de todos los sitios, por ejemplo, de las mesas de partidos, de movimientos sociales… En 1977 escribimos nuestra primera plataforma reivindicativa.

¿Es cierto que el germen de este movimiento está en la Feria de Durango?

Sí… [risas] Es una mera anécdota, pero solemos decir que EHGAM siempre ha estado muy cercano a la cultura vasca, precisamente porque la idea surgió -por casualidad- en el contexto de la Feria del Libro y Disco de Durango en 1976. Ese chico que mencionaba antes y yo nos conocimos oficialmente en la feria y allí salió la idea de hacer algo.

¿Qué ha sido lo más duro en estas tres décadas de camino?

Como grupo no ha habido grandes cuestiones que nos hayan resultado especialmente duras, más allá de que durante dos décadas tuvimos que autofinanciarnos. También nos costó mucho legalizarnos. Martín Villa era entonces el ministro de Interior y no quería hacerlo de ninguna manera. Finalmente nos legalizaron en 1986.

También ha habido anécdotas. Por ejemplo, los compañeros de Gipuzkoa fueron a pedir una subvención a la Diputación Foral y la respuesta del entonces diputado general, un tal Aizarna, fue que si querían una subvención él se la daba para que fueran todos a Lourdes a que les curase la virgen. Pero esto no es duro, es divertido; en las manifestaciones le cantaban cosas con rimas graciosas…

¿En tantos años de militancia activa en este campo ha vivido muchos contratiempos?

Sinceramente no, pero ahora que hablamos de este tipo de cuestiones me viene a la cabeza también que hace unos once años me llamó un periodista de «Ardi beltza» para contarme que estaba haciendo un reportaje de investigación sobre la Falange y que, en una lista que había obtenido, yo figuraba entre los objetivos. Había detalles de cómo éramos vigilados, etcétera. Me tiré unos meses mirando debajo del coche cada mañana.

Supongo que también habrá habido cosas gratificantes…

Muchas. Primero, cuando ves que no pasa tanto como crees que puede pasar. Yo nunca he tenido problemas ni en mi familia, ni en mi trabajo, ni en mi entorno, ni en el barrio en que vivo hace más de treinta años. A la espalda habrán dicho muchas cosas, evidentemente, pero no me he enterado. Y a mi nadie se me ha enfrentado.

Parece extendida la aceptación de la diversidad de opciones sexuales. ¿Cuáles son los mayores obstáculos en la práctica?

Los mayores obstáculos son simplemente los derivados de que a muchas personas les cuesta asumir que la sexualidad humana es plural. Mucha gente se queda en su pequeña parcela y no se preocupa de pensar, de recapacitar, de leer… Tampoco tiene por qué estar mal, pero eso tendría que ir indefectiblemente unido a respetar al prójimo. Vivimos una época en que se está acentuando mucho el individualismo y la competitividad, y muchos jóvenes parecen tener una prepotencia terrible; hablan casi mirándote por encima del hombro. No sé si van a saber respetar al resto de las personas tanto o más que los anteriores. Ese es uno de mis miedos. Yo creo que la base está en el respeto al prójimo, en vivir y dejar vivir.

¿La sociedad vasca es abierta?

Es bastante más de lo que se cree. Eso no significa que seamos ejemplo para nadie. Yo mismo, cuando me vino Quintana con la idea de crear un movimiento tipo Gay Liberation Front, le decía que en Euskal Herria iba a ser imposible porque era muy machista, muy religiosa, porque somos muy cerrados… Y la sorpresa fue que no era tan difícil. Somos tímidos, pero no es lo mismo que ser cerrados. Tampoco es lo mismo ser cerrados hacia un desconocido que ser cerrado de cabeza… La gente era más abierta y estaba más dispuesta a admitir otro tipo de comportamientos de lo que pensábamos. Por supuesto, siempre hay un reducto de gente que no lo está.

¿En este grado de normalización ha podido influir la existencia de un movimiento político de izquierda muy activo?

Sin duda, ha influido. Escribí un artículo hace unos 15 años por encargo para una revista alemana y hacía este análisis, que luego fue muy comentado. Ellos me pedían que hablase del Estado español, no sólo de Euskal Herria. Casualmente, en aquella época en el Estado no había nada, había habido pero había desaparecido; no había ni manifestaciones del 28 de junio ni grupos con entidad. Sin embargo, en Euskal Herria y en Catalunya había bastante. ¿Por qué sólo en Catalunya y en Euskal Herria? Esa era una de las cuestiones que querían que analizase. Y la respuesta fue esa: precisamente por otras razones políticas y sociales había mucha más efervescencia y más interés en Euskal Herria y en Catalunya. Y esto estaba muy relacionado con la reivindicación nacionalista, con el no reconocimiento de la nación, etcétera. Todo eso facilitaba este otro tipo de luchas.

¿Aquí se ha avanzado más o menos que en otros lugares?

En un momento se avanzó más, quizás junto con Catalunya, y luego nos hemos estancado. Es difícil ver cómo podemos avanzar más. Hace unos años empezamos a analizar este tema con mucho cuidado -por prevenir connotaciones xenófobas-, pero veíamos que los últimos años está viniendo mucha gente de países con planteamientos mucho más machistas y heterosexistas no ya de lo que somos aquí sino de lo que éramos. Todo tiene su parte buena y mala. La libertad de movimiento es básica y la mezcla cultural nos enriquece a todos, pero mucha gente viene con una mentalidad que aquí creíamos que empezábamos a superar. Se vuelven a ver los roles supermarcados contra los que habíamos luchado tanto. Otra vez tenemos que empezar. Esa es ahora una de las dificultades.

¿La lucha por la liberación sexual tiene ideología política?

La tiene en cierta medida. Por definición, la derecha es conservadora y no le gustan los grandes cambios, y lo de antes es el matrimonio convencional de hombre, mujer y niños -hijo e hija-. Lo que se sale de ahí no les gusta. Hay individualidades y también la derecha se va civilizando y adaptando a la realidad.

Sí existen matices políticos en el sentido de que todo lo que cambia y rompe tiene cierto componente revolucionario. De hecho, en la definición de gay está el término revolucionario. Ahora, la palabra gay ha quedado muy descafeinada y es cualquier cosa… Hay otras corrientes; incluso hace años hubo un movimiento llamado anti-gay que decía que «si eso es gay, yo no soy». Lo decían por el tema de las cabalgatas, etcétera.

Precisamente las cabalgatas han suscitado recelos entre propios y ajenos por una posible distorsión o caricaturización de una realidad…

Yo tengo mis luchas conmigo mismo. Creo que sí contribuye positivamente pero es peligroso. Es positivo porque hace que se hable del tema y da una imagen de muchísima gente, de apertura, de libertad… Pero es peligroso por los estereotipos si nos quedamos básicamente con dos: la drag queen -el hombre disfrazado y maquillado como si fuese una mujer- y el cachas de gimnasio que sale en tanga. A mí me parece válido lo uno y lo otro, pero si sólo hay estos dos únicos modelos falla algo.

La sexualidad es una de las expresiones más gratificantes del ser humano y, sin embargo, es un campo abonado de represión y donde más prejuicios y tabúes existen. ¿Por qué?

Siempre recurrimos a las religiones, que tienen la culpa de mucho, pero no sé si de todo. Casi todas las religiones -con alguna excepción- son sexófobas, no sólo homófobas. El sexo es sucio, es pecado, hay que ocultarlo, sólo en la intimidad, dentro del matrimonio, que es sagrado, para tener hijos y nada más… Es muy difícil quitarse esta carga de siglos de encima.

Ha habido a lo largo de la historia momentos y gente que ha intentado cambiar y disfrutar de su sexualidad, pero es a partir de finales del siglo XIX cuando empieza a haber movimientos en serio que empiezan a proclamar que el sexo es gratificante y satisfactorio. Pero ha pasado siglo y pico y tenemos que seguir diciendo lo mismo.

Hay quien lo vive con angustia…

Claro, cuando se siente algo que va en contra de lo que se ha enseñado es angustioso. Y no sólo por la homosexualidad. Si una persona siente deseos sexuales hacia otras personas y le han dicho que eso está muy mal porque debe sentirlos sólo hacia su pareja, lo puede pasar fatal. Yo no hago un llamamiento a romper parejas, pero tenemos que asumir como normal que nos atraigan otros seres humanos, aunque queramos muchísimo a una persona, estemos en pareja o estemos enamoradísimos o enamoradísimas.

No tendría por qué ser malo que tuviéramos relaciones sexuales con otras personas, pero eso queda al libre albedrío de cada uno porque, al fin y al cabo, matrimonio oficial o no, cuando hay una relación entre dos es una especie de contrato y ellos sabrán lo que hacen.

¿Por qué la Iglesia, que se encarga de velar por el alma, se interesa tanto por la carne?

Es sospechoso. Hay interpretaciones -yo pienso que fáciles- que dicen que, por razones obvias: a ellos también les interesa mucho ese tema; también se les reprime y esa represión les lleva a obsesiones. Puede ser cierto. Es evidente que no puede ser sano que una persona no practique sexo porque se lo prohíbe su religión, siendo el sexo como es una necesidad de todo ser humano. Tanta gente cuenta que iba al confesionario y el cura sólo se interesaba por el sexo… Quizás es una interpretación demasiado fácil. No sé la respuesta.

¿Cuál es la razón de la homofobia?

Las fobias, que interpretamos como odios, son miedos. La homofobia tiene detrás un miedo a lo diferente, al cambio, un miedo -tal vez- a que te descubran… El homófobo tiene miedo a que le desborde la realidad, a no saber dónde está situado porque la sociedad está basada en la familia tradicional, pero cada vez hay más tipos de familias -monoparentales, homoparentales…- Hay personas que sienten miedo porque les están desordenando todo.

No me gusta la interpretación fácil, pero en algunos casos sí es verdad que los mayores homófobos quieren ocultar su parte homosexual; no creo que sea siempre así, no caeré en ello.

¿La presencia de gays y lesbianas en ámbitos públicos -como medios de comunicación- contribuye a la normalización?

Por supuesto. Todos necesitamos puntos de referencia en nuestras vidas. Cuando yo era joven no teníamos referencias gays; hoy en día las hay, no siempre todo lo maravillosas que quisiéramos, pero son referentes en el sentido de que sabes que no eres el único. Hay más hombres que mujeres, pero es consecuencia del machismo de la sociedad; hay homofobia pero hay machismo también.

Las mujeres lesbianas tienen menos visibilidad que los gays. ¿Por qué en esto también es más difícil el camino de la mujer? ¿Existe sexismo también fuera de la heterosexualidad?

Supongo que sí, no siempre conscientemente. Una carga ideológica de siglos no se puede quitar de repente. Yo recibí una educación machista y heterosexista y he tenido que reprogramarme, y seguro que en esa tarea autodidacta me he dejado muchos flecos. No es fácil.

¿Qué tabú desearía que desapareciera de una vez por todas?

Creo que si el sexo dejara de ser tabú ya habríamos dado un paso de gigante, porque automáticamente caerían otros tabúes, estereotipos, roles…

El Gobierno vasco prepara una ley para defender los derechos de los transexuales

Contra la discriminación

  • El Ararteko por su parte apuesta por combatir la homofobia desde la educación

El Ararteko, Íñigo Lamarca, con la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga

El Departamento vasco de Empleo y Asuntos Sociales trabaja en la elaboración de la Ley de Atención Integral a las Personas Transexuales “con el objetivo de trabajar por la igualdad y contra la discriminación que sufren estos ciudadanos”.

Por ahora se trata de un anteproyecto de ley, con el que ya cuenta el colectivo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (GLBT) para que realice las aportaciones que considere oportunas.

Según fuentes de la Consejería, se trata de la segunda ley autonómica,después de la aprobada en la Comunidad de Navarra, que busca desarrollar, complementar y ampliar los avances que se han producido con la legislación estatal.

A través de una nota, y coincidiendo con la celebración de este martes del Día del Orgullo de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales, el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno vasco ha manifiestado su voluntad de “seguir trabajando para impulsar el bienestar y la integración” de este colectivo en la sociedad vasca.

El objeto de la futura ley es “garantizar el derecho de las personas transexuales a recibir, de las Administraciones Públicas Vascas, una atención integral y adecuada a sus necesidades médicas, psicológicas, jurídicas y de otra índole, en igualdad de condiciones con el resto de la ciudadanía”. En primer lugar, la propuesta legislativa con la que trabaja el departamento obliga a las administraciones públicas vascas a tratar a los transexuales “conforme a su identidad de género, la que se corresponde con el sexo al que sienten pertenecer”.

El anteproyecto establece un servicio de información, orientación y asesoramiento para los transexuales, sus familiares y allegados. En la actualidad ya funciona un servicio de estas características, Berdindu. Así que su inclusión en la ley lo reforzaría y garantizaría su permanencia con independencia de quien dirigiera el Ejecutivo vasco.

El texto también recoge los derechos de los transexuales en el ámbito sanitario. Se prevé la regulación reglamentaria de una unidad de referencia en materia de transexualidad dentro de Osakidetza integrada por profesionales de la atención médica, de enfermería, psicológica, psicoterapéutica y sexológica. En estos momentos, Osakidetza ya cuenta con esa unidad, con lo que la futura ley reforzará esa presencia. Además, se elaborará una guía clínica para la atención de los transexuales.

El Servicio de atención ha recibido entre enero y mayo 897 consultas

El Servicio de atención a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales-Berdindu, dependiente del Departamento de Empleo y Asuntos Sociales, y gestionado por las entidades sociales Gehitu, Aldarte y Errespetuz, ha atendido entre enero y mayo de 2011 un total de 897 consultas, de las cuales 671 han sido realizadas por personas y 225 por entidades.

Si se clasifica las consultas realizadas según la edad de los usuarios, los que más acceden al servicio se encuentran en la franja de edad que va de los 16 a los 45 años. Entre las consultas que se han atendido destacan las relacionadas con el asesoramiento jurídico sobre tipos de unión y con el asesoramiento emocional.

Se han atendido demandas de información sobre asociaciones de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales; consultas relacionadas con la salud sexual (prueba rápida del SIDA, etc., familia homoparental (adopción y filiación por parte de una pareja homosexual) y asesoramiento sexológico en el ámbito de la identidad de género.

El Ararteko pide combatir la homofobia y transfobia desde la educación

El Ararteko, Iñigo Lamarca, ha defendido este martes la necesidad decombatir la homofobia y la transfobia desde los centros educativos.

En una declaración institucional con motivo del Día Internacional del Orgullo Gay, que se celebra este martes, el Ararteko ha señalado que es necesario “implantar un sistema eficaz en los centros educativos que asegure que cada alumno y alumna podrá desarrollar su identidad, su afectividad y su sexualidad sin merma alguna de derechos”.

Aunque reconoce enormes avances en la materia, el Ararteko ha denunciado que aún hay situaciones de discriminación y violación de los derechos humanos basadas en la orientación sexual o la identidad de género y que estas situaciones adoptan a menudo “formas silentes u ocultas”.

El Ararteko se ha sumado en su nota a la resolución que el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adoptó el pasado 17 de junio contra la violación de derechos humanos basada en la orientación sexual y en la identidad de género.

El Defensor del Pueblo del País Vasco, que ha abogado también por el reconocimiento social de los derechos de “la población de personas mayores, gays, lesbianas, bisexuales o transexuales”, ha hecho un llamamiento a las instituciones y a la sociedad “para que el orgullo de amar y ser como cada cual desee sea un orgullo compartido por todos y todas”.

La lesbofobia ataca de nuevo (como siempre)

Artículo publicado en PIKARA MAGAZINE

La escritora transfeminista Itziar Ziga repasa las nuevas y no tan nuevas caras de la lesbofobia, ilustradas con las numerosas agresiones a las que ella y sus amigas se han enfrentado últimamente por no esconderse, por ser una amenaza para la heteronorma

“Ni permiso ni perdón (Nagore Iturrioz)”

“Ni permiso ni perdón (Nagore Iturrioz)”

Hace a penas unos meses, en un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme, estábamos unas amigas y yo pasando la tarde alegremente. Embriagadas por las cervezas y por nuestras risas. Algunas de ellas querían ir a un bar que ya no frecuento, ni frecuentaré jamás. A pesar de que la vez anterior que había estado allí con mi novia, sufrimos una agresión muy salvaje de un machorro y nadie nos apoyó, decidí acompañarlas. Supuestamente, ese es un bar guay donde las lesbianas podemos mostrarnos libremente y las mujeres bailar tranquilas. Éramos seis. Entramos, pedimos nuestras bebidas y antes de que nos las sirvieran, ya había un tío revoloteando a nuestro lado e imponiéndonos el contacto con él. Esa tarde estábamos tan contentas que no respondimos a la primera, simplemente, no interactuamos con él. Es decir: le ignoramos.

Se fue poniendo más pesado, invadiendo nuestro círculo, clavándonos su mirada insistentemente y diciéndonos cualquier gilipollez que también he olvidado. Entonces vino una chica que estaba con él, al parecer su novia, y nos soltó: “¿Por qué sois tan bordes con él? Lesbianas de pelo rapado amargadas que no folláis” Ahí sí que respondimos, verbalmente. No merece la pena entrar en más detalles, pero las gafas de sol de una de mis amigas terminaron en el suelo aplastadas por él, o por ella, no recuerdo. Ese fue el primer asalto físico contra nosotras. Acabamos pegándonos en la calle con ellos dos, con otra pareja hetera amiga de ellos y con todo el barrio contra nosotras. Ellos y ellas tenían un aspecto de modernillos que no delataba para nada su enfermiza lesbofobia. Y ninguna de nosotras llevamos el pelo rapado, al menos toda la cabeza.

Siento comenzar este artículo con tal mal rollo, pero así muchas veces es nuestra vida. No nos perdonan que no acatemos el heterodestino, que no tengamos un maromo, o simplemente un chico, a nuestro lado. Cuando nos agreden y respondemos, siempre somos nosotras las violentas porque, como disidentes, defendernos no nos está autorizado. Tenemos que seguir pagando por nuestra herejía lésbica. Y, sobre todo, por no escondernos, armarizarnos. Por ser visibles. ¿Creíais que esto ya no pasaba? Vivimos tiempos complicados.

Por un lado, es probablemente el mejor contexto social para la diversidad sexual que se haya dado jamás. Ganado a pulso por el movimiento feminista y lesbianista. Sin duda. No nos han regalado nada. Y, como siempre, la bestia ha reaccionado contra esa amenaza que, por el simple hecho de existir como bolleras, suponemos para su modelo hegemónico heteronormativo, en el que se sustentan el patriarcado y el capitalismo. Este es un repaso a las nuevas, y no tan nuevas, caras de la lesbofobia. Porque chicas, hermanas, la guerra continúa. Eso sí, nosotras siempre nos lo pasamos mejor.

Como decía, a mayor visibilidad, mayor posibilidad de existir plenamente. Aunque también aumenta nuestra vulnerabilidad porque, por mucho que nosotras hayamos cambiado, el contexto social en el que no tenemos otro maldito remedio que vivir, no cambia ni cambiará de la noche a la mañana. Igual que los crímenes de los machos contra quienes ellos consideran sus mujeres se agravan cuando ellas descubren (repito, gracias al desafío y al trabajo feminista) que no tienen porque ser sus esclavas, ahora mismo se está dando una reacción contra esa posibilidad de existir que nos hemos ganado. Sólo hay que recordar esas miles de familias patriarcalmente legitimadas que salieron a las calles con banderas españolas a exigir que sigan siendo ellos los únicos permitidos. Quienes jamás se manifiestan en las calles por nada, ya que las reglas del juego les favorecen (o eso creen), salieron en masa para que nosotras (maricas, bolleras y trans) no empezáramos a tener ni un solo derecho.

Nos odian porque les recordamos que sus miserias de vínculos heteropatriarcales son evitables. Nos odian para no tener que pensar en si el modelo jerárquico, misógino, sexófobo y triste de vida que les impusieron y acataron merece la pena ser vivido. Y en esto no se diferencian en nada los foros de la (heterofascista)familia y las dos parejas que nos agredieron aquella tarde. Cualquiera de las dos chicas tenía más pinta de bollera que yo. Y de los chicos, ni hablemos. Una vez escuche a la Laura Bugalho (aguerrida sindicalista galega trans bollera y amiga): Nos odian porque les jodemos.

Cuando María y yo salimos a la calle juntas, el acoso de los machorros es incesante. Las dos tenemos bastante pinta de putas. Y cuando ven que somos novias, que existe un vínculo sexual entre nosotras, enloquecen. Claro que afortunadamente hay días en que la gente desconocida con la que nos topamos nos ignora, incluso nos sonríe. A veces algunas veces le da a una por creer en la maldita humanidad.

La siquiatría decimonónica apuntaló que las lesbianas somos potencialmente asesinas porque el delicado equilibrio de la mente femenina se fragmenta en nosotras al desarrollar deseo sexual por otras mujeres y, sobre todo, al negarnos a tener un hombre al lado que nos controle. ¿Os parece obsoleto y ridículo este diagnóstico? Pues perdura y cala bastante más de lo creemos. ¿Qué pasó con Dolores Vázquez y qué factor de su vida hizo que ingresará en prisión por asesinar a la hija de su exnovia cuando ni una sola prueba le inculpaba? Era una lesbiana evidente y reconocida.

Hace unos meses, una amiga que estaba en prisión fue llamada por la trabajadora social de la cárcel. Estaba pendiente de conseguir el tercer grado pero la amable funcionaria le advirtió que ella se opondría. Le dijo que había rastreado su blog y los de sus amigas (nosotras), que éramos una panda de lesbianas, que nuestra vida era pura promiscuidad y drogadicción. Y que iba a presentarla en su informe como una sociópata. Hay que decir que mi amiga, a demás de bollera y golfa, era siniestra. Durante unos meses controlamos contenidos en nuestros blogs para no perjudicarla, pero ya no importa. Mi amiga logró el tercer grado pero se suicidó justo hace dos meses. Sin matar a nadie.

También otras amigas abiertamente bolleras (Medeak) fueron hace poco criminalizadas por los contenidos de su blog. Y condenadas a pagar una multa a un baboso que les había agredido en un bar porque ellas respondieron tan agresivamente como él las atacó primero. En el juicio se las retrato como una panda de lesbianas resentidas que salen por la noche a pegar a hombres. Como siempre, la autodefensa en las mujeres se lee socialmente como violencia. Y otro día tuvimos que salir cuatro amigas de un bar porque todo un grupo de tíos, al comprobar que no les hacíamos ni caso, nos fueron molestando y agrediendo físicamente hasta que nos fuimos. Nos escupieron la bebida a los ojos para cegarnos (yo perdí la visión durante unos minutos rodeada de agresivos machorros) y nos dijeron que “íbamos de sobradas” porque no quisimos hablar con ellos ni fingir que nos interesaban sexualmente. En cuanto vieron a dos de mis amigas besarse, se volvieron locos. Eso sí, nosotras respondimos.

También en algunas redes queer se nos ha acusado de ser violentas porque hablamos alto y de insistir en nuestro lesbianismo. Parece que en según que sectores de lucha no binaria, que juegan a la desfachatez política e insultan la inteligencia de Judith Butler o Beto Preciado al invisibilizar la dominación machista, molesta nuestra identidad bollera. Ese: a mí no me gustan las etiquetas. Como si fuéramos globos de helio. Vamos, no me jodas. Artista puede ser una etiqueta, punk puede ser una etiqueta, rubia puede ser una etiqueta, borracha puede ser una etiqueta. Bollera es una enunciación vital históricamente masacrada y oprimida desde la que muchas mujeres tenemos una posibilidad de existir sin autoboikotearnos ni doblegarnos.

En este sentido, cada vez necesito más por la vena el discurso lesbianista de las MDMA. “Cuando hablamos como bolleras radicales (asumiendo que somos multiidentitarias), nuestro único intento es poder utilizar nuestra práctica política como un instrumento importante contra el heteropatriarcado… Uno más entre las millones de estrategias antipatriarcales adoptadas desde la individualidad o desde la colectividad, y que no es mejor ni peor que el resto. Pero que sí ha sido invisibilizado por el esencialismo feminista, el movimiento LGTB y su capital rosa y esperemos que no por el movimiento trans.” Hablamos de identidades estratégicas y sobre todo, de no tener que justificarnos políticamente porque otros nunca han tenido que hacerlo.

Las feministas ya hemos comprendido con el tiempo que jerarquizar luchas no sólo prioriza a menudo a quienes más legitimidad social tienen, sino que además no nos lleva a ningún lado. No podemos ser tan estúpidas de actuar como si maricas y bolleras ya hubiéramos alcanzado una posibilidad de existir sin marcha atrás y ahora llega la hora de las y los trans. Además, no puedo con esos irritantes antagonismos victimarios en plan “yo estoy peor que tú, yo sufro más discriminación. La historia no es una línea ascendente y la palabra progreso miente. Hay que seguir identificando y combatiendo las nuevas (y no tan nuevas) estrategias de la lesbofobia y de la homofobia. Sin olvidar nunca, además, que todos los odios hegemónicos entorno al género se sustentan en la misoginia o en la fobia a lo femenino. (Igual que todos los odios hegemónicos entorno a la raza se blanden desde el supremacismo blanco).

Seguir aprendiendo a defendernos unas a otras. A generar espacios de seguridad y gozo colectivos. A minimizar el inmenso daño que recibimos cuando respondemos a su violencia. A no cuestionarnos unas a otras y empatizar políticamente. A no reprocharnos a nosotras mismas las alianzas que elegimos y tampoco las que no elegimos. A pedirle aliento y protección divinas a Sylvia Rivera, aquella travesti puta portorriqueña yonky sintecho guerrera y activista siempre que lanzó un tacón contra la policía el 28 de junio de 1969 en la puerta del bar Stonewall en Nueva York. Y a celebrarnos cada día no sólo por resistir y plantar cara al enemigo heterodominador, sino también por disfrutar cada minuto de estas vidas que son más nuestras porque nos las hemos ganado a pulso.

Si te quedas con ganas de más Itziar Ziga, pásate por su blog, Hasta la limusina siempre

 

El Supremo investiga la gestión de EB por un «agujero patrimonial» de 14 millones

Exdirigentes de la Cámara de la Propiedad de Bizkaia denuncian la actuación del anterior Gobierno Vasco

Dirigentes de la extinta Cámara de la Propiedad Urbana de Bizkaia denuncian que las irregularidades del proceso de disolución del organismo superan «con creces» las anomalías desveladas hasta ahora. En concreto, subrayan que el proceso de liquidación que ejecutó el Departamento de Vivienda del anterior Gobierno Vasco -que se desarrolló durante tres años- coincidió con una «brutal descapitalización» de la entidad, que pasó de disponer de un «patrimonio propio de unos 13,8 millones de euros» en 2006 -momento en el que fue intervenida por la consejería que dirigía Javier Madrazo junto a las cámaras guipuzcoana y alavesa- a contar con unas pérdidas que rondaban el medio millón de euros. Es decir, un «desfase contable» que ronda los 14 millones de euros. Los antiguos gestores del organismo han llevado el caso a los tribunales y están a la espera de la sentencia del Tribunal Supremo.
La Cámara vizcaína contaba en 2005, a efectos contables, con un patrimonio superior a los 7 millones de euros, según un informe pericial al que ha tenido acceso este periódico. Dentro del apartado de activos figuraban cuentas financieras de unos 6 millones de euros y los edificios que formaban parte de los bienes de la sociedad. Entre estos últimos, figura la histórica sede del organismo, de casi 2.500 metros cuadrados. Situado en pleno centro de Bilbao, la Cámara valoró el inmueble en términos de contabilidad en unos 500.000 euros, pero su valor de mercado puede rondar los 10 millones de euros.
En marzo de 2007, una nueva auditoria elevó el patrimonio conjunto de la sociedad hasta los 8 millones, que se convertían en 17 millones en función de los valores de mercado. El conflicto se desató a la hora de delimitar los bienes propios de la Cámara -que «deberían corresponder al conjunto de los vizcaínos» aunque fuesen gestionados por el Gobierno Vasco una vez liquidada la institución- y los activos que debían pasar automáticamente a engrosar las arcas de la Hacienda general vasca.
Historia centenaria
El anterior Ejecutivo autonómico estableció que la entidad arrastraba pérdidas en sus fondos propios de 500.000 euros y, en este sentido, decretó que todos los activos -valorados en 15 millones- debían ser transmitidos directamente al Ejecutivo, ya que entendía que habían sido generados a cargo de las cuotas obligatorias que abonaron los ciudadanos. Absolutamente «perplejos» por aquella decisión, los exdirigentes de la Cámara decidieron recurrir a los tribunales. Consideran que 13,8 de esos 17 millones forman parte de los fondos propios generados por el organismo durante su centenaria historia.
A la hora de denunciar la «descapitalización de la entidad», los antiguos gestores protestaron por una serie de gastos realizados entre 2006 y 2007 -cuando el exdelegado de Vivienda Txema Gonzalo estaba al frente de la liquidación- que «no se deberían haber imputado» a las arcas de la Cámara. Entre los mismos citaron pérdidas de 1,5 millones de euros que se produjeron por nuevas contrataciones de personal como la de Jon Alonso, que fue fichado por Gonzalo para ocuparse de la «gestión administrativa» de una entidad teóricamente extinta y en cuya cuenta han aparecido más de 100.000 euros.
También denuncian pagos «injustificados», como los complementos salariales realizados al fondo de pensiones Biharko cuando «ya habían sido abonados antes de la intervención». Y censuran que el informe encargado por Vivienda incluye la sede de la asociación dentro de las propiedades adquiridas con cargo a las aportaciones obligatorias, cuando «fue donado en 1903 por los López de Letona». «Es absolutamente injusto que el resultado de una actuación pública repercuta en el patrimonio de la Cámara», concluyen.

Gonzalo excusó el cierre de la Cámara de Vizcaya en vacaciones y deudas domiciliadas

La existencia de “débitos domiciliados” en la cuenta de la Cámara de la Propiedad Urbana de Vizcaya fue una de las razones o excusas aducidas por José María Gonzalo para mantener operativa esa entidad más de tres años después de que un decreto del Gobierno al que representaba estableciera su extinción. Gonzalo era delegado territorial del Departamento de Vivienda y Asuntos Sociales en Vizcaya y en su condición de tal fue comisionado por el consejero Javier Madrazo para finiquitar la Cámara.

Lejos de ello, se embarcó en una operación que nadie entiende, ni quienes le conocen y le atribuyen una honestidad fuera de duda, ni quienes, conociéndole o no, consideran que su condición de jurista -es letrado del Gobierno- le hacía conocedor de lo que estaba haciendo y de sus eventuales consecuencias. Todos dan por hecho que no se ha lucrado personalmente, y fuentes vinculadas entonces a EB dan por hecho que los responsables de la organización y del departamento debieron extrañarse del modo en que se estaba financiando una película producida por un servicio del Gobierno, Berdindu. Por ejemplo, de que no hubiera recurrido a las ayudas que ofrece el Departamento vasco de Cultura y más tratándose de un rodaje en euskera.

Según consta en la documentación que obra en el Gobierno, Gonzalo envió a finales de abril de 2009 -el decreto de extinción data de enero de 2006- un escrito al director de Finanzas del Ejecutivo, dependiente del Departamento de Hacienda, que dirigía la también vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia. En él expresaba la “imposibilidad” de cerrar la cuenta corriente y prometía enviar “en breve” una información “más detallada y precisa (…) con vistas al cierre definitivo (…)lamentando habernos retrasado en su elaboración da causa del paréntesis vacacional”. Gonzalo respondía a un requerimiento de principios de ese mismo mes, uno después de celebradas las elecciones autonómicas que originaron el relevo del Gobierno tripartito de Juan José Ibarretxe. En él se le pidió el cierre de las cuentas y el traspaso de los saldos a la Tesorería General del País Vasco. Con anterioridad, el delegado de Vivienda en Vizcaya había sido ya emplazado desde la Oficina de Control Económico (OCE) en dos comunicaciones distintas para que liquidara la Cámara y enviara a la OCE relaciones de cobros y pagos, extractos bancarios y otra documentación.

A la llegada del nuevo Gobierno de Patxi López, en mayo de 2009. y con la exploración de los departamentos para su reorganización el responsable de Vivienda se encontró con la Cámara sin liquidar y la de Empleo y Asuntos Sociales con una nómina que se pagaba a un empleado en ella. El 10 de noviembre el Ejecutivo destituyó a Gonzalo y encargó la auditoría.

* Este articulo apareció en la edición impresa del Viernes, 1 de abril de 2011

Txema Gonzalo evitó cerrar la cuenta en la que operaba aunque se lo exigió el Gobierno

Txema Gonzalo, el ex alto cargo del departamento de Vivienda encabezado por Javier Madrazo implicado en un presunto desvío de fondos públicos procedentes de la liquidación de la extinta Cámara de la Propiedad Urbana de Vizcaya, mantuvo abierta la cuenta bancaria de la entidad de derecho público a pesar de haber recibido hasta tres requerimientos por escrito del director del la Oficina de Control Económico (OCE) del Gobierno vasco y del responsable de Finanzas del Ejecutivo para que procediera a su cierre y al traspaso de los fondos a la Tesorería General del País Vasco.
En una auditoría posterior, la OCEdescubrió un ‘agujero’ de casi 450.000 euros en ese depósito, de los cuales más de 100.000 aparecieron en poder de Jon Alonso –un trabajador contratado por Gonzalo para la gestión del organismo que debía liquidar– y otros 330.000 se destinaron a pagos sin destinatario conocido. Gonzalo, actual asesor jurídico del Ejecutivo aunque con un expediente disciplinario en curso, aseguró a la OCEque las cantidades ‘extraviadas’ se destinaron a financiar la película ‘Ander’, que también contaba con la subvención de Berdindu, el servicio público de apoyo a gays y lesbianas que él mismo dirigía desde la adjudicataria Aukeratu. No obstante, la OCEha acreditado la realización de obras en la sede bilbaína de la Cámara, ubicada en la esquina de Colón de Larreátegui con Ercilla, y, según desveló ayer ELCORREO, Gonzalo cargó a esa cuenta el coste de un viaje para dos personas al Festival de Cine de Diversidad Sexual que se celebró en Montevideo (Uruguay) en 2006.
Los apremios del director de la OCEa Gonzalo para que consumase la liquidación del patrimonio de la Cámara y cerrase sus cuentas se remitieron el 29 de enero y el 19 de febrero de 2009, sin obtener respuesta, según la documentación a la que ha tenido acceso este periódico. El 8 de abril del mismo año el responsable de Finanzas insistió en la petición. El 22 de abril el delegado de Madrazo asegura que le ha sido imposible cerrar la libreta de la BBK «por la existencia de débitos domiciliados» y se excusa por no haber enviado «una información más detallada y precisa del estado de situación (…) con vistas al cierre definitivo del proceso de liquidación» debido «al paréntesis vacacional» de Semana Santa.