Lugatibe denuncia una agresión homófoba en Iruñea

El pasado fin de semana, en torno a la una de la madrugada del sábado, un miembro de Lugatibe y su pareja sufrieron una agresión homófoba por besarse en público en la Calle Calderería.

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Según denuncia Lugatibe (Nafarroako Gazte Asanblada Transmarikabibollera), la pareja venía de cenar después de una reunión del colectivo y tuvieron que vivir una situación tensa donde se les insultó y amenazó con gran agresividad por besarse en la calle. El agresor era un joven que se encontraba acompañado por otros adolescentes.

“Nuestra reacción fue una besada pública improvisada entre las personas del colectivo que ahí nos encontrábamos, como una manera de afirmar que no vamos a agachar la cabeza, ni a escondernos, ni nos van a confinar a vivir nuestra sexualidad en los hogares; como parte de la sociedad quiere. Ante esto, el agresor y sus acompañantes respondieron aún con más odio”, señalan.

Denuncia en la Policía Foral

Las personas afectadas se encuentran bien y decidieron denunciar los hechos ante la Policía Foral, donde el trato fue correcto, aunque afirman que el agente de turno tenía un gran desconocimiento sobre cómo actuar ante una agresión homófoba.

“No es la primera vez ni será la última que las personas transmarikabibolleras tenemos que vivir una situación como ésta. Cabe recordar la denuncia pública hecha recientemente por Lumatza donde se relata una situación parecida a ésta, al igual que las cientos de agresiones que quedan silenciadas y no transcienden de los asuntos personales. Los crímenes de odio por cuestión de identidad de género y orientación sexual en Euskal Herria tienen el dudoso honor de ocupar el primer puesto en esta tipología de delito”.

Por ello, desde la asamblea LUGATIBE quieren denunciar los hechos y anuncian la próxima creación de una comisión para crear un protocolo contra las agresiones LGTBfóbicas, que recoja cómo proceder ante estas situaciones, e instan a las instituciones a actuar ante este grave problema.

“Desde la disidencia sexual reivindicamos la calle, el espacio público y seguiremos combatiendo al régimen heteropatriarcal y su homofobia desde las calles”.

El Bataclan que encendió la noche de Bilbao: una joya de reservados y travestis

El ya desaparecido local, situado en el número 34 de la calle de Las Cortes, fue una renombrada sala de artistas entre 1920 y 1940, y se convirtió durante la Transición en una especie de meca de transformistas

Imagen de la entrada del ya desaparecido Bataclan de Bilbao

Imagen de la entrada del ya desaparecido Bataclan de Bilbao. / EL CORREO

Es probable que tomara el nombre prestado de su homónimo parisino, que estos días copa las portadas de los periódicos de todo el mundo por un atentado infausto, dantesco y macabro. El Bataclan de Bilbao, que durante décadas iluminaba el número 34 de la calle Cortes, quería transportar parte del distinguido ambiente de París a la capital vizcaína. Los cabarés arrasaban en los años más lustrosos del local, sobre todo en las décadas de 1920 y 1940, y más cerca de nuestros días -en los 70 y 80-, se convirtió en una especie de meca de travestis y transformistas. La liberación y la irreverencia reinaban en el hermano pequeño bilbaíno de la sala que alcanzó la universalidad de la manera más cruel.

Quienes visitaban el Bataclan de la calle Cortes lo recuerdan con la nostalgia que les produce un tiempo perdido, un pasado entrañable que guardan con la dolorosa certeza de que no volverá. «Era una joya, como muchas otras joyas que había en esa zona», recuerda José Antonio Nielfa, ‘La Otxoa’. El artista advierte de que nunca actuó allí, aunque recuerda que fue homenajeado y rodó parte de la película ‘La muerte de Mikel’, de Imanol Uribe, y acudió a sus fiestas en numerosas ocasiones. Relata que allí se fundía lo más distinguido y descarado de Bilbao, que formaba unas colas que llegaban hasta Zabalburu incluso los días entre semana. «Era terrible», asegura ‘La Otxoa’.

El piso elevado estaba lleno de reservados, donde los clientes alternaban con las mujeres, mientras que la planta principal era como un cabaré alemán, con un gran espacio abierto que permitía una vista limpia del escenario repleto de pequeñas mesas. Bilbao quería tomar ejemplo de las ciudades más alegres y heterogéneas, como París y Barcelona. A José Antonio Nielfa le agradaba más el aire que se respiraba en la Ciudad Condal, algo alejado del ostentoso glamur de la capital francesa.

«Intelectuales, prostitutas y chorizos»

Pero aquella atmósfera pomposa no evitaba que la diversidad se confundiera. «Muchos locales eran de pago, y allí se juntaban los intelectuales, prostitutas y chorizos», recuerda ‘La Otxoa’. Pero todo aquello se lo tragó un declive imparable originado sobre todo por las drogas. «San Franciso fue una de las mejores zonas de Bilbao, junto con la Gran Vía y el Casco Viejo, pero al Bataclan le afectó mucho la gente que se metió en la zona. Los cabarés desaparecieron porque a la gente ya le daba miedo le daba miedo ir. Había mucha delincuencia, drogas y miedo, por lo que las mejores artistas buscaban otras alternativas», explica.

El edificio en que se encontraba el Bataclan parecía condenado a la demolición por su avanzado deterioro, pero fue rehabilitado para acoger doce apartamentos. De hecho, se convirtió en el primer edificio de Bilbao que se reformaba con una exhaustiva búsqueda del mayor ahorro energético posible en cada detalle. Cuando reabrieron el local para inspeccionar su estado, los técnicos se encontraron los palcos y las viejas cortinas del cabaré, que, desde el inicio de los 90, habían permanecido a la espera de una tercera inauguración que nunca se hizo real.

“Pikara’ prima la mirada por la igualdad pero con humor y transgresión”

“Madre” orgullosa de ‘Pikara Magazine’, a June le gusta presumir de un pequeño gran triunfo: “Fuimos con ‘Argia’ las primeras en hablar del acoso machista en San Fermín”

BILBAO – A June Fernández le gusta contar historias de personas libres y rebeldes. “También me gusta romper tabúes y provocar cortocircuitos contra los sectarismos” (el mío incluido), dice sonriente, orgullosa de su pícara criatura que celebra este año sus cinco años de vida.

¿Cómo y para qué surgió ‘Pikara’?

-Se creó en 2010 por un grupo de profesionales que habíamos montado la Red Vasca de Periodistas con Visión de Género. El objetivo inicial de Kazetarion Berdinsarea era compartir propuestas y estrategias para incorporar la perspectiva feminista a nuestro trabajo en los medios generalistas y también en medios alternativos, pero hubo un momento en el que comenzamos a echar en falta un espacio propio en el que dar rienda suelta al periodismo en el que creíamos e íbamos desarrollando sin las resistencias y las limitaciones que te encuentras en los medios convencionales.

¿Esa inquietud les impulsó a emprender el proyecto en la web?

-Sí. Al principio nos planteábamos ofrecer periodismo de calidad con perspectiva de género. Esto lo hacíamos siendo críticas con los medios de comunicación generalistas.

¿Por qué?

-Porque en ellos las mujeres apenas protagonizamos el 30% de las noticias y cuando salimos lo hacemos enmarcadas en estereotipos como el de víctima, madres abnegadas u objeto sexual de deseo que lo único que hace es adornar la portada del periódico. Esto nos animó a la aventura de crear un proyecto de comunicación.

¿En qué claves ha funcionado ‘Pikara’ durante estos cinco años?

-El humor y la transgresión han jugado, juegan, un papel importante. Queríamos un periodismo de calidad desde unos criterios no sexistas, pero que fuera atractivo no solo para las ya feministas, sino para un público más amplio. Que el proyecto conectara con necesidades personales de la gente. La fórmula ha sido un éxito. Empezamos con unas 10.000 visitas al mes y ahora superamos las 150.000.

¿Cómo se financian?

-Hemos contado con el apoyo de Emakunde, pero de forma irregular por los recortes. Probamos muchas formas de autogestión. Por una parte animamos a las propias lectoras y lectores a que se hagan amigos y amigas de Pikara. Les llamamos como suscriptoras pagando una cuota anual a partir de los 30 euros al año y reciben la revista en papel que sacamos una vez al año.

¿No temían que el papel lastrara su economía?

-Sí, porque teníamos claro que el proyecto debía ser on line porque era más barato, no teníamos ni infraestructura ni presupuesto para hacer una publicación en papel. Ya llevamos tres números anuales y paradójicamente no solo no ha lastrado nuestra económica, sino todo lo contrario. Lanzamos un crowdfunding para financiarlo, con el cual siempre recaudamos más dinero del mínimo y al mismo tiempo la revista en papel nos ha permitido hacer una ronda de presentaciones por distintas ciudades y afianzar afinidades. Vendemos la revista y muchos materiales tipo merchandising que están teniendo mucho éxito. Al final hemos montado nuestra tienda on line.

¿’Pikara’ es un medio especializado?

-No. El feminismo para nosotras no es un tema, sino que es una mirada. Lo mismo que la mirada que prima en los medios tradicionales suele ser masculina y androcéntrica, nuestra mirada es a favor del empoderamiento de las mujeres y a favor de la igualdad, pero no somos un medio especializado. Lo mismo hablamos de sexualidad, que de ecología, que de salud mental, que de cultura, que de cómics. Somos un medio en el que hablamos de todos los aspectos sociales y culturales porque nos interesan todos los temas, no solo el aborto y la violencia de género. Pero lo hacemos con una mirada transformadora a favor de la igualdad.

¿Qué les distingue de otros medios?

-Que creemos que el feminismo no es solo hablar de igualdad entre hombres y mujeres. Es hablar de una sociedad más libre e igualitaria para todo el mundo. Por eso nos interesa hablar de libertad sexual, de diversidad sexual. Uno de los motivos del éxito de Pikara es que no estamos solo en un tono de denuncia (como el estereotipo de la feminista amargada), sino también porque reivindicamos nuestra libertad para el placer, para divertirnos, para ser gamberras.

El término feminista todavía echa para atrás, ¿por qué?

-Porque el feminismo está muy demonizado. Curiosamente, al principio hablábamos de que hacíamos periodismo con visión de género. Nos costaba decir que éramos feministas por esos complejos. Llegó un momento en el que nos sacudimos los complejos y lejos de asustar hemos llegado más lejos; la honestidad es importante para conectar con la gente.

¿Tal vez las feministas no han sabido transmitir el mensaje?

-Las feministas resultamos peligrosas para el sistema y es normal que haya que desacreditarnos todo el rato. Pero sí que creo que muchas veces las feministas no hemos comunicado bien y no hemos conectado con la gente. En Pikara lo que mejor ha funcionado son las experiencias cotidianas, personales. Empezamos siendo cuatro vascas uniéndonos a gente del territorio español. Ahora el 30% de las visitas vienen de América Latina, lo que tiene gran protagonismo en la revista

¿Cuáles son los artículos que más éxito han tenido?

-Las cartas de las lectoras que cuentan las situaciones de agresiones sexuales que han vivido, pero no hablando de violaciones por parte de desconocidos, sino de cosas que a todas nos han pasado: que te toquen el culo en el metro, que tengas un tío que desde pequeña te decía cosas soeces… Incluso todo lo relacionado con la sexualidad. Vemos que las mujeres llevan en silencio muchas situaciones de acoso, bien en el trabajo, bien el transporte público o en la calle.

Priman la voz de sus lectoras

-Sí. Es clave. Si en el periódico tradicional, por ejemplo, hay una sección de cartas al director de media página, en Pikara hay una sección que se llama Participa donde publicamos las cartas de todo el mundo. Al final tiene tanto peso como los contenidos que generamos las colaboradoras.

¿Cómo se organizan en ‘Pikara’?

-Andrea Momoitio y yo somos las coordinadoras y luego desarrollamos la figura que llamamos colectivo editor, en el que están las compañeras que toman las decisiones de forma horizontal, aunque por motivos prácticos no todas las decisiones pasan por la asamblea.

Vitoria creará un protocolo para visibilizar al colectivo LGTBIQ+ y luchar contra la homofobia

Todos los partidos de Vitoria-Gasteiz han reforzado hoy su apoyo al colectivo LGTBIQ+. Lo han hecho para denunciar la homofobia existente en muchos países de todo el mundo.  Los partidos han recordado que también en Vitoria-Gasteiz  siguen existiendo “diversos ataques, imposiciones y actitudes que reflejan machismo, transfobia, lesbofobia y homofobia. Dicha violencia no es únicamente física, también es producida y reproducida verbalmente. No podemos tolerar bajo ningún concepto estas actitudes que deben ser denunciadas, juzgadas y sancionadas”.

El Ayuntamiento desarrollará  un protocolo de actuación integral que trate adecuadamente a las personas que sufren agresiones, discriminación o violencia por su orientación sexual o identidad de género, así como para perseguir estos delitos de odio. Además se formará a los agentes de la Policía Local y al resto de funcionarios en materia de prevención de la LGTBIQ+fobia.

También se seguirá trabajando en la igualdad y la tolerancia, con planes educativos, visibilización y fomento de actividades de temática LGTBIQ+.

Además Vitoria-Gasteiz apostará por fomentar este tipo de turismo, por acabar con los insultos homófobos en el deporte, y por dar un impulso a la visibilización de las mujeres lesbianas, entre otras medidas.

Además, como gesto, se colocará la bandera arco iris tanto el 17 de mayo como el 28 de junio en la fachada del Ayuntamiento. Asimismo todos los partidos han pedido al Gobierno Vasco que elabore una Ley Vasca contra la LGTBIQ+fobia y una Ley Vasca Integral de Transexualidad.

Nota: El colectivo LGTBIQ+ es un término que se refiere a: lésbico, gay, transexual, bisexual, intersexual, queer y otras orientaciones sexuales específicas no señaladas.

Un protocolo “integral” en favor del colectivo LGTB

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Marcha del orgullo. (dna)

GASTEIZ – El Ayuntamiento de Vitoria contará con un protocolo de actuación “integral” que trate adecuadamente a las personas que sufren agresiones, discriminación o violencia por su orientación sexual o identidad de género, que incluirá la formación de los agentes de la Policía Local y del resto de funcionarios en materia de prevención de laLGTBfobia para que puedan contar con herramientas para prevenir, detectar y atender casos de delitos por este motivo.

El pleno del Consistorio aprobó ayer una declaración institucional por los derechos del colectivo LGTBI en la que denuncian que en Vitoria, “como en muchos otros lugares, seguimos asistiendo a diversos ataques, imposiciones y actitudes que reflejan machismo, transfobia, lesbofobia y homofobia”. Una violencia que “no es únicamente física, también es producida y reproducida verbalmente”, y que “no podemos tolerar bajo ningún concepto”. – Efe

Gasteizeko udalak homofobiaren aurkako protokoloa sortu du

Gasteizako udalako alderdiek matxismoa,lesbofobia, homofobia eta transfobia salatu dute eta LGTBI+ ikusgarritasunaren aldera egin dute

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Osakidetzak jakinarazi duenez, azken bi urteetan 39 euskaldunek sexua aldatzeko ebakuntza egin dute

Gaur El correo egunkariak argitaratzen duen elkarrizketan, Errespetuz-eko kideek, Ares eta Sarai, azaltzen dute beraien sexua aldatzeko prozesua eta gaur egungo transexualitatearen egoera EAEn

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Osakidetza ha operado de cambio de sexo a 39 vascos desde el año pasado

Ares y Sarai cuentan experiencias dispares sobre cómo vivieron con unos genitales con los que no se identificaban y cómo es ahora su día a día

Ares y Sarai, la primera persona que fue operada en Osakidetza para la reasignación de sexo, fue un 8 de diciembre de 2009

Ares y Sarai, la primera persona que fue operada en Osakidetza para la reasignación de sexo, fue un 8 de diciembre de 2009. / Fernando Gómez

Desde el año 2009 está en marcha la Unidad de Identidad de Género de Osakidetza en el Hospital de Cruces. Un equipo multidisciplinar que agrupa a psiquiatras, endocrinos y cirujanos se encarga de que personas como Ares o Sarai consigan ser ellas mismas con una reasignación de sexo. Y no son las únicas. Entre el año pasado y lo que va de este, 39 vascos se han sometido a una operación de cambio de sexo. Durante los últimos 22 meses, son datos oficiales del consejero vasco de Salud, Jon Darpón, en respuesta a una pregunta parlamentaria del PSE, se ha operado a 25 personas de Bizkaia, a nueve de Gipuzkoa y a cinco de Álava.

Todos buscaban una reasignación de sexo, que sus genitales se adaptaran a su verdadera identidad personal después de un largo proceso médico y psicológico de por medio. Deberán seguir pasando de por vida por esta unidad para distintos controles sanitarios, para la dilatación de la vulva o para seguir con la hormonación que necesitan para mantener sus cambios.

La primera persona en ser operada por este servicio fue Sarai, una bilbaína de 37 años, un 8 de diciembre de 2009. Repite eso que cuesta tanto entender como explicar. «Es que por mucho que el médico dijera que era un chico en el momento de nacer, yo me sentía chica en todo momento. Siempre he sido Sarai por mucho que llevara otro nombre. Lo malo es que he tenido que ocultar a Sarai y por tanto a mí misma durante 30 años. Todo eso supuso fracaso escolar, la autoestima por los suelos, una gran infelicidad que todavía no sé cómo pude soportar durante tantos años. Llega un punto en el que te planteas que, o revientas o que así no merece la pena vivir. A mí me pasó». En estos momentos Sarai no tiene pareja, pero lo que lamenta es no haberse atrevido a tomar antes la decisión de ser ella misma.

Cambiar de sexo, más bien cambiar de genitales, no solo acarrea enfrentarse al entorno, a la familia y a la sociedad con un físico diferente. Obliga a intervenciones quirúrgicas, a tratamientos hormonales, a prótesis, a visitas al médico y al psiquiatra. Por eso, el equipo multidisciplinar de Osakidetza cuenta con un protocolo fijado que incluye diferentes especialidades, desde el médico de cabecera que debe ser el primer punto de encuentro al psiquiatra, que evalúa la situación emocional de la persona para llegar después al endocrino y por fin al cirujano. Además, existe una asistencia personalizada para cualquier problema que pueda surgir a través de Berdindu. Esta oficina, que depende del Gobierno vasco, ha prestado 120 atenciones durante este año, menos que el año pasado, que sumaron hasta 400.

Ares es responsable de este servicio de atención a gays, lesbianas y transexuales, y explica que cada vez llegan niños más pequeños a la oficina. «Los padres quieren lo mejor para sus hijos, se preocupan y quieren saber qué les ocurre. Hay más información y eso se nota».

A los niños no se les opera. Lo habitual es que se les aconseje esperar, aunque sí realizar un cambio progresivo en su forma de vestir, que se les deje jugar a lo que quieran y, sobre todo, matiza Ares, «tratarles como a él o como a ella, no dejar que se invisibilicen y reconocer que son así y no de otra manera».

Ares lo sabe bien. Porque nació chica oficial hace 43 años, aunque ahora lleva una prótesis y tiene que hormonarse el resto de su vida. Pero sobre todo, sabe lo que es el rechazo y los insultos en el patio del colegio, en el barrio, que no le dejaran jugar al fútbol, ni apartarse de su papel de niña. «Decimos que el médico se equivoca porque por lo único que se decide qué es una persona es chico o chica es por sus genitales. Y ni una vulva hace a una mujer ni un pene a un hombre».

«Luchas contra ti mismo»

Eran épocas en las que a las personas transexuales se les llamaba travestis, acepción despectiva e insultante, pero sobre todo poco acertada ya que el termino es el de un hombre que se viste de mujer. Eran años en los que era mejor ser invisible. Como le ocurrió a Sarai, el fracaso escolar fue la tónica de la vida académica de Ares y su permanente encierro en casa el reflejo de que no quería que nadie le viera. «Luchas contra ti mismo, sufres, sufres mucho, odias tus genitales, les das incluso excesiva importancia, más que cualquier otra persona. Nos hemos escondido hasta la saciedad. Había veces que no podía seguir adelante».

Un día decidió coger toda esta mochila de dolor, buscó información, encontró a un sexólogo y sobre todo a un endocrino, el mismo que le trataba un problema que tenía en la tiroides y que comenzó a ocuparse de él. Le llevó a Málaga, donde se hacían operaciones privadas. Estudió sexología y ahora pretende ayudar en el camino a quienes tienen un problema como el suyo y para los que no quiere el mismo sufrimiento que padeció. Porque si hay un dato que puede aportar desde su experiencia como asesor y desde Berdindu, es que nadie que ha comenzado esta ruta hacia la reasignación de sexo la ha abandonado por miedo sanitario o social.

Por eso va a los colegios que se lo solicitan, «antes nos hubieran apedreado», y contesta a preguntas como «¿me voy a ver enseguida como mujer?». Otra diferencia es que cuando se abrió el servicio Berdindu, mucha gente buscaba acompañamiento de personas con las que tenía una historia en común porque era difícil encontrar hueco en otros espacios sociales. «Ahora lo que quieren es asesorarse. Sus amigos los buscan ellos».

«Ni suelo contarlo, ni tampoco me importa hacerlo»

Nahia

Nahia

Nahia tiene 21 años, es de Donostia y estudia Interpretación en Madrid, donde se ha adaptado perfectamente. No sabe cuándo se dio cuenta de que, una vez más, el médico se había equivocado al decir a sus padres que era un chaval. Lo que siempre supo es que sus sentimientos y su sensibilidad se asemejaban a los de las mujeres, que el mundo varonil no le atraía.

Tamborrero chico de su ikastola, jugaba siempre con las niñas y con las Barbies. Cuando tenía cinco años se disfrazaba de princesa como sus amigas, le encantaba jugar a ponerse pelucas y maquillajes. Las chicas de la gela la trataron como a una más.

Naia se siente «muy agradecida» hacia su familia, a cómo aceptaron su situación y cómo le prestaron su ayuda. También a la actitud de sus compañeros de ikastola, que no le dieron de lado cuando comenzó a cambiar de imagen a los 13 años.

¿Ha confiado a sus nuevos amigos su condición de transexual? «Ni lo suelo contar ni tampoco me importa contarlo. No creo que haya mayor necesidad de hacerlo, pero si hay que hablar se habla, porque si evitas un tema es porque le das mayor importancia que la que tiene». Nahia no tiene pareja, sus amores, hasta ahora, han durado más bien poco, pero es consciente de que hay chicos a los que les gusta «mucho» y a otros… «Mejor ni recordar la reacción espantosa de un chico, todavía es muy reciente».

Domínguez resalta que el nuevo decreto de Salud prevé las prestaciones para las personas transexuales

El consejero de Salud del Gobierno de Navarra, Fernando Domínguez, ha explicado que el borrador de Decreto Foral que ha elaborado su departamento, hecho público este miércoles, incluye las prestaciones reconocidas por la ley foral de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales.

Domínguez ha señalado, en respuesta a una pregunta de Geroa Bai en el pleno del Parlamento, que este borrador de Decreto incluye el diagnóstico y tratamiento médico integral, así como la atención psicológica, psicoterapuética y sexológica.

Además, el Servicio Navarro de Salud prevé elaborar un plan integral de atención a las personas transexuales en el que se recojan los servicios propios de los que dispone el Gobierno y se establezcan también los conciertos pertinentes cuando los recursos públicos no sean los adecuados.

La parlamentaria de Geroa Bai Virginia Alemán ha agradecido la respuesta del consejero y ha lamentado que hasta hoy “no ha habido ningún desarrollo reglamentario de esta ley, lo que ha ocasionado que personas del colectivo transexual navarro hayan tenido que defender sus derechos en instancias judiciales”.

Igualmente, ha felicitado al Gobierno por el borrador de Decreto presentado este miércoles, por el “avance y alcance que supone en cuanto a derechos sociales, de las mujeres y del colectivo transexual navarro”.