Todo lo que los padres deberían contar a sus hijos sobre sexo

SEXUALIDAD   En contextos familiares

  • En la cotidianidad surgen innumerables situaciones para hablar de sexualidad

  • No se trata de responder a todas sus preguntas sino de acompañarles a buscar las respuestas

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Muchos padres temen que llegue la famosa conversación, que a sus hijos les surja la duda de dónde vienen los niños, la charla de la semillita de papá o, si se trata de adolescentes, del cuidado que deben tener en sus relaciones. Los padres intentan en muchas ocasiones retrasar lo que para ellos es un momento incómodo, pero lo que no saben es que todo cuanto hagan en la vida influirá de forma directa en sus hijos.

Nadie nace con un manual debajo del brazo que diga cómo hay que actuar correctamente, por ello, lo mejor es no programar conversaciones ni cosas por el estilo. Al igual que en los demás aspectos de la vida, es mejor tener estas conversaciones con naturalidad y cuando surjan. “No se trata de que las familias sigan al pie de la letra un curriculum formal, sobre todo porque en la realidad cotidiana surgen innumerables situaciones para hablar de sexualidad. Por ejemplo, a raíz de una serie o película, una escena en la calle o una noticia”, afirma a EL MUNDO Raquel Hurtado, coordinadora del Área joven de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE) y sexóloga en Sex and Chester. Cualquier momento puede ser bueno, lo importante es que sean coherentes y naturales, es decir, que se sientan con la libertad de decirles a sus hijos que tienen vergüenza o que no conocen una determinada respuesta.

“No se puede ignorar la educación sexual durante toda la infancia y parte de la adolescencia y esperar a tener la charla, ya que será algo forzado. Es importante haber ido teniendo conversaciones de forma natural, gradual y naturalizar la existencia de la sexualidad”, asegura por su parte Silvia Cintano, directora de la Unidad de Sexología del centro psicológico Instituto Centta de Madrid, quien además ha dado varias charlas en diversos colegios y ha visto a padres muy preocupados con este tema.

A veces, las familias sienten una presión enorme porque piensan que han de tener todos los conocimientos para transmitírselos a sus hijos. Sin embargo, “no se trata tanto de responder como si fueran la Wikipedia sino de que los chicos se sientan respondidos“, añade Hurtado. Por ejemplo, buscando conjuntamente la respuesta o acudiendo ambos a un sitio especializado. Hay preguntas que ni siquiera tendrán una respuesta estándar, la labor de las familias será que los hijos encuentren las suyas propias.

¿Qué influencia tienen?

“La educación sexual es amplia, va más allá de los aspectos biológicos o reproductivos e incluye elementos como la autoestima, las emociones, la comunicación o el placer”, expone Hurtado. Así, la sexualidad no es sólo información sobre el coito es, sobre todo, valores, creencias, actitudes y comportamientos. Los padres hacen educación sexual con lo que hacen, con lo que dicen y también con lo que callan, con sus gestos, con las actitudes que toman ante ciertas cuestiones y con el lenguaje que utilizan.

Un análisis de 13 estudios publicados entre 1980 y 2011 llevado a cabo por Vincent Guilamo-Ramos, de la Universidad de Nueva York (EEUU), concluyó que “los padres (y no las madres) demasiado estrictos o demasiado flexibles suelen estar detrás de un inicio más precoz en el sexo”. Sin embargo, esta conclusión tiene varias lecturas.

Cintano asegura que no se puede afirmar de forma tan rotunda que la educación sexual influya en el inicio de las relaciones sexuales, pero sí que influye en la manera de vivir la sexualidad. Y la explicación que da es clara: “Si a una persona desde la infancia se le envían mensajes negativos sobre la sexualidad (diciéndole que es algo oculto o sucio) desarrollará sentimientos negativos de culpa, una alarma que, unida a diferentes circunstancias, puede desencadenar ciertas disfunciones sexuales futuras. Por otra parte, pensar en una sexualidad sana y naturalizada, hablar de estar preparados, de anticonceptivos, de libertad sexual, de lograr que tomen sus propias decisiones sin coacción o presión social no es incitar a los más jóvenes a tener relaciones sexuales, sino a que estén preparados para cuando decidan vivir su sexualidad de diferentes maneras”.

En la actualidad, en España el inicio de las relaciones sexuales está aproximadamente en los 16 años. Sin embargo, ese comienzo en las relaciones -con penetración- está más determinado por presiones sociales para adquirir un cierto estatus entre sus iguales que por cuestiones de deseos y placer. La experiencia profesional nos muestra que, si bien la edad de esa primera relación en general ha disminuido, el periodo que discurre entre esta primera vez y las siguientes suele ser muy significativo. Por esta razón, “consideramos que lo importante no es tanto la edad a las que se inician unos u otros tipos de relación, sino ayudar a chicos y chicas a tomar decisiones acordes con sus deseos y no con las presiones sociales”, insiste Hurtado.

En cuanto a las familias, es cierto que, por regla general y siempre teniendo en cuenta las diferencias de cada persona y cada familia, “las familias con estilos más intermedios son más capaces de facilitar la autonomía de sus hijos, ayudándoles a tomar mejores decisiones y a ser más coherentes con ellas”.

¿Qué enseñar en cada etapa?

El objetivo es en todas y cada una de las etapas no sólo es mostrarles conocimientos sino ayudarles a que sepan tomar sus propias decisiones, que sean libres a la hora de decidir, que sepan decir ‘sí’ y ‘no’ cuando ellos quieran y sin presiones. Los padres ponen las raíces de esos valores y creencias que luego irán, poco a poco, nutriéndose de otras fuentes.

Por ello es importante en la infancia enseñar, entre otras cosas, las distintas partes del cuerpo, la higiene, la existencia de dos sexos, los diferentes roles de género, los múltiples modelos de belleza, los valores sobre los diferentes tipos de relaciones y, sobre todo, el fortalecimiento de la autoeficacia y la autoestima (soy valioso, soy digno de ser querido, soy único).

En la pubertad y adolescencia, hay que incidir sobre los cambios físicos y psicológicos que surgen en esta etapa -y que son cruciales-, por ello es importante enseñarles el porqué de estos cambios y la razón por la que sienten apetencias nuevas. Enseñarles qué es lo que deben hacer para no dejarse llevar por las emociones y que tomen decisiones sin precipitarse. Hay que informar sobre la respuesta sexual humana, las primeras veces, los deseos y las fantasías, los diferentes modelos de pareja, los métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión sexual, etc. Por otro lado, es importante seguir formando en cuestiones sobre el amor y enamoramiento, la seducción, las posibles dificultades en relación a la orientación del deseo o los roles de género. Y, por último, seguir fortaleciendo la autoestima, autoeficacia y asertividad, en la pareja y para combatir la presión grupal.

“El papel fundamental de los padres es la educación de sus hijos, tanto en conocimientos como en actitudes, valores y conductas de cara a desenvolverse en el mundo. Quieren lo mejor para ellos, que estén lo más protegidos posible. Entonces, ¿por qué ignorar la sexualidad, una parcela de la vida tan natural y característica del ser humano?”, concluye Cintano.

Francia reconoce por primera vez el ‘sexo neutro’

Esa persona, de 64 años de edad, nació según su médico con “una vagina rudimentaria”, “un micropene”, pero sin testículos

Una persona considerada hombre desde su nacimiento pero que nació sin genitales masculinos claramente definidos ha obtenido por primera vez en Francia que se le registre en los documentos oficiales con un ‘sexo neutro’, informaron los medios franceses.

El demandante, según el diario “20 minutes”, consiguió el pasado 20 de agosto que el Tribunal de Gran Instancia de Tours, en el norte del país, obtuviera un cambio en su acta de nacimiento.

“El sexo que se le asignó aparece como una pura ficción (…) impuesta durante toda su vida. No se trata de reconocer la existencia de un ‘tercer sexo’, sino de constatar la imposibilidad de encasillar al interesado en tal o cual sexo”, indica el magistrado en su dictamen.

Esa persona, de 64 años de edad, nació según su médico con “una vagina rudimentaria”, “un micropene”, pero sin testículos.

El afectado relata al diario que empezó a ser consciente de sus diferencias en la adolescencia: “Me di cuenta de que no era un chico. No tenía barba, mis músculos no se desarrollaban. Al mismo tiempo, me resultaba imposible creer que me iba a convertir en una mujer. Me bastaba mirarme en el espejo para saberlo”.

Esa persona, casada y con un hijo adoptado, ha querido permanecer en el anonimato, pero asegura que con esta victoria judicial, que va ser recurrida por la Fiscalía, siente que “por primera vez” la sociedad le reconoce tal y como es.

Sexo y series: la revolución sexual sí será televisada

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La televisión se baja las bragas y, en su afán de transgredir, se ha dejado puestos los calcetines. La pantalla por fin refleja qué sucede al beso. La cámara renuncia a mirar hacia otro lado, a elevar el plano a esa elipsis de fuegos de artificio, y se coloca a la altura de la cama, del sofá e incluso del suelo, si la urgencia de los cuerpos lo demanda. Quién iba a decir, desde luego ningún etimologista, que elsexo tiene menos de sexy que de crudo, violento, ridículo, cómico y triste, y que la narración podía beneficiarse de una nueva estética que cambia hermosura por realismo. La mentira se desviste y, para alivio general, esta vez no suena Joe Cocker.

«Vivimos en un paradigma telerreal. Se ha roto el tabú del cuerpo: en Girls, enOrange is the New Black y en Masters of Sexaparece naturalizado», expone Jorge Carrión, autor del libro Teleshakespeare (Errata Naturae). «Hay una nueva relación con el sexo, pero la revolución no está en mostrar, que ya se hacía, sino en unareivindicación de la naturalidad. Es un fenómeno reciente. Las series están ayudando a entender al público su sexualidad a partir de las relaciones humanas», indica Raquel Crisóstomo, profesora de universidad y especialista en series.

True Blood

True Blood

«Se empieza a superar esa necesidad de preguntarse en las cadenas y productoras: ‘¿De quién nos vamos a enamorar?, ‘¿Con quién vamos a ejercer ese proceso de proyección?’. He trabajado en series en las que ese criterio se establecía», reconoce Iván Escobar, guionista y uno de los creadores de Vis a vis(2015) , ficción española sobre una cárcel de mujeres. «No resultamos confortables. Maca y Rizos, las protagonistas, son dos chicas guapas, pero en una de las primeras secuencias enseñamos un cacheo a mujeres con el culo en pompa. Es una secuencia sin grado sexual, de la rutina de la cárcel, muy incómoda y agresiva. También, nada más entrar Maca en prisión, se encuentra desnuda a Sole, una cubana de pechos enormes. Queríamos mostrar la realidad, la normalidad, no cuerpos modélicos», añade.

La voracidad bajo sábanas de Samantha (Kim Catrall), una de las protagonistas deSexo en Nueva York (1998), supone a día de hoy una ruptura relativa. Crisóstomo pone en duda la labor por la igualdad de una ficción considerada pionera en su día. «Sexo en Nueva York reivindicaba posiciones de feminismo mal entendido. Se suponía que trataba de la liberación femenina, de la ‘tercera mujer’ de la que habla [Gilles] Lipovetsky [sociólogo del posmodernismo], pero lo que movía a Carrie (Sarah Jessica Parker) era la búsqueda, casi la persecución, de la idea de príncipe azul. Y luego nos quejamos de Disney…».

Masters of Sex

Masters of Sex

La primera serie en que la pareja protagonista compartía cama fue The Adventures of Ozzie and Harriet, aunque los actores estaban en realidad casados. Por lo tanto, tal mérito habría que atribuirlo a Embrujada(1964). Billy Crystal encarnó en Soap (1977) a un personaje abiertamente homosexual. En los primeros 90, La ley de Los Ángeles sellaba el beso de dos mujeres; una década después, en 2001, Dawson crece haría lo propio con dos varones. Desde 1994,Friends venía bromeando sobre las relaciones íntimas, si bien en 1992 Seinfeld ya había centrado un capítulo al completo (The Contest) en la apuesta de los protagonistas para ver quién aguantaba más tiempo sin masturbarse («¿Todavía eres el maestro de tus dominios?», se preguntaban, sin pronunciar la palabra prohibida). Ellaine, la única mujer del grupo, tenía que aportar más al bote porque el resto de la pandilla entendía que su condición femenina le daba ventaja. Machista o no, la competición no la auparía, ni mucho menos, como ganadora.

Veinte años después, en el primer capítulo de Girls (2012), la escritora interpretada por la artífice de la serie, Lena Dunham, se sujeta los pies boca abajo en el sofá, con las nalgas al descubierto por petición de su novio. En los primeros bamboleos, Hannah pregunta si su oscilación es la adecuada, inicio de una conversación que amenaza con prolongarse durante el coito. «Su cuerpo no es perfecto y eso requiere valentía, pero me gustaría que sucediera lo mismo con el género masculino, con el que hay más reticencias para romper tabúes», recalca Cristóstomo. El erotismo deja paso a la verosimilitud. La realidad cobra fuerza en detrimento del amor, pero también de la pornografía, puesto que bastarían un par de clics para encontrarla en la misma o en otras pantallas. Hannah, la autora empeñada en erigirse como la voz de su generación, habla a veces más de la cuenta, pero desde luego dice mucho sobre la nueva televisión que representa.

Orange is the New Black

Orange is the New Black

Frank Underwood (Kevin Spacey), político capaz de mear, y esto es literal, sobre la tumba de su padre, no podía seguir un comportamiento sexual dentro de los cánones. House of Cards (2013) apenas aborda las relaciones íntimas, aunque cuando se lo propone también perturba. La serie, vale la pena recordarlo, pertenece a Netflix, una plataforma online que acerca producciones de autor a un público segmentado, un paso más allá en el camino emprendido por cadenas de pago como HBO, AMC y Showtime. A este último canal pertenece Masters of Sex(2013), serie que mejor resume esta nueva mirada a los órganos, corazón incluido.«Supone el protagonismo de una mirada científica, no erótica», subraya Carrión. Crisóstomo apunta: «De los dos papeles protagonistas, el de ella, Virginia Johnson (Lizzy Caplan), es mucho más poderoso y con más atributos».

«Puede ser causa de la intersección de los realities, del post porno y del soft porn», plantea Carrión sobre esta vaharada de realismo. «Cuando surgió Juego de Tronos (2011), no era apta para todos los públicos, pero en cinco temporadas se ha extendido y normalizado. El espectador no busca la cara bonita o el cuerpazo, pese a excepciones como True Blood (2008)», afirma Crisóstomo. «Hay tantos públicos posibles que ya no es necesario el protagonista blanco o blanca, joven, apuesto. La ficción se abre a otras razas y edades», cree Carrión.

Juego de Tronos

Juego de Tronos

«Si hacemos un repaso de las últimas secuencias de sexo que hemos visto en el cine, son tan parecidas que resultan aburridas. El otro día hablaba sobre la ausencia de sexo en Breaking Bad (2008), salvo algún beso y algún polvo. No ha sido tan exitosa por la tensión sexual, sino por ser puñeteramente inteligente. Antes nos encontrábamos con la necesidad de una tensión sexual ordinaria y que el personaje fuera un héroe. Ahora puede ser un antihéroe; lo único que no le permites es que sea aburrido», concluye Escobar. Efectivamente -y sin que sirva de coartada-, dejarse puestos los calcetines es propio de antihéroes.

La pantalla transparente

El arrojo de Queer as Folk (2000),, sobre un grupo de amigos homosexuales, y deThe L Word (2004), protagonizada por lesbianas, se evidencia en el legado televisivo de la siguiente década. Orange is the New Black gira en torno a una mujer bisexual, cuenta con la actriz transexual Laverne Cox y ha dado la bienvenida a la andrógina Ruby Rose. Sense 8 ha llegado con una transexual en la producción (Lana Wachowski) y otra en el reparto (Janie Clayton).Transparent narra cómo un padre de familia afronta la transexualidad en su senectud. Según la asociación GLAAD, de los 813 personajes fijos en el prime time estadounidense en 2014-15, 32 forman parte del colectivo LGBT. En la oferta de cable, la presencia LGBT se dobla: 64 .

El controvertido romance gay que persiguió a Julio César

Los rivales políticos del dictador romano utilizaron los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar su autoridad

Busto de Julio César

Busto de Julio César. / EFE

En la política romana, las referencias a la vida privada de los senadores eran algo habitual e incluso se veía como legítimo que se ridiculizaran los defectos físicos de los rivales políticos dentro de los debates. Julio César, conocido en su vida privada por sus numerosas aventuras sexuales con mujeres, fue un excelente abogado y un orador brillante que parecía inmune a las bajezas de esta peculiar forma de hacer política, salvo en lo tocante a su supuesto romance con el monarca de Bitinia durante su juventud. La acusación le persiguió hasta sus últimos días con la intención de socavar su autoridad.

La homosexualidad en la Antigua Roma, sin ser un crimen penal, aunque lo era en el ejército desde el siglo II a.C, estaba mal vista en todos los sectores sociales, que la consideraban, sobre todo en lo referido a la pederastia, una de las causas de la decadencia griega. Como recuerda el historiador Adrian Goldsworthy en el libro ‘César, la biografía definitiva’ (La Esfera de los libros, 2007), «aquellos senadores que tenían amantes varones solían hacerlo con discreción, a pesar de lo cual con frecuencia los opositores políticos les ridiculizaban públicamente». En este sentido, los romanos hacían una importante diferenciación sobre quién ejercía el papel de activo y quién el de pasivo en la pareja, tanto a nivel sexual como social. Y ese fue siempre el principal problema de los rumores contra Julio César, que era apodado por sus enemigos como ‘la Reina de Bitinia’.

Corrompido por la «depravación oriental»

Los opositores a Julio César usaron los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar la autoridad del dictador romano. Con 19 años, Julio César fue destinado ciertamente a una misión diplomática durante su primer servicio militar en el extranjero, concretamente en la costa norte de Turquía, con el propósito de reclamar el apoyo militar de Bitinia, un reino aliado de Roma, en un inminente ataque a Mitilene. El anciano rey de Bitinia recibió a César con mucha efusividad en recuerdo de su amistad con el padre de éste, también llamado Cayo Julio César. El joven romano, que apenas había salido hasta entonces de su entorno familiar, fue acusado de alargar su visita más de lo razonable y de verse entretenido por el lujo asiático, fuertemente influido por la tradición helenística que tanto admiraba una parte de la aristocracia latina.

Con el tiempo, las especulaciones sobre el retraso adquirieron connotaciones sexuales. Comenzaron a circular versiones que presentaban a Julio César como un amante servicial y pasivo, que había quedado sometido tanto sexualmente como políticamente por Nicomedes. Un relato muy repetido aseguraba que en una ocasión los ayudantes del soberano, en presencia de comerciantes romanos, condujeron al joven patricio hasta el dormitorio real, donde fue vestido con ropajes púrpuras y le dejaron reclinado en un diván dorado esperando a Nicomedes. El hecho de que César hubiera ejercido así un papel pasivo significaba una actuación completamente inadecuada incluso para un esclavo en Roma; y le situaba inmerso en un escenario -las cortes asiáticas- considerado propicio para la depravación sexual y las intrigas políticas.

Los rivales del futuro dictador de la República romana emplearon la historia a modo de arma arrojadiza en una infinidad de veces sin que les importara mucho que el relato fuera cierto o no. En un ambiente político exageradamente difamatorio, los rumores dieron lugar al apodo de ‘Reina de Bitinia’ y a la definición de que Julio César era el «marido perfecto de toda mujer y la esposa de todo hombre». No en vano, también los propios soldados usaron el rumor para burlarse de su comandante en varias situaciones, sin que por ello disminuyera el enorme respeto que sentían por él.

Hoy en día, la veracidad de la historia sigue puesta bajo cuestión, aunque Julio César se afanó en negarla en todo momento hasta el extremo de ofrecerse a jurar ante testigos que se trataba de una mentira. Su firmeza y el hecho de que no se conozcan otras supuestas relaciones homosexuales en su biografía ha hecho suponer a la mayoría de los historiadores que realmente se trataba de una difamación con el objetivo de despertar la cólera de César. ¡Y tanto que lo hacía! Con el paso de los años, el asunto se convirtió en una de las pocas cosas que podían hacerle perder los estribos en público.

Un mujeriego con predilección por las ‘senadoras’

Paradójicamente, si por algo es conocida la vida sexual de Julio César es por su apetito insaciable con el género femenino y por la falta de moderación en sus aventuras extramatrimoniales, en muchos casos con las mujeres de otros senadores. César se desposó por primera vez a los 16 años con Cornelia -la hija de Lucio Cornelio Cina, uno de los principales líderes del partido de Cayo Mario- a quien trató con mucho respeto para los estandartes de la época como demuestra el hecho de que se negara a divorciarse como le ordenó Cornelio Sila con el cambio de régimen, pero que no se libró de las infidelidades. En cualquier caso, las relaciones fuera del matrimonio eran comúnmente aceptadas en la sociedad romana para satisfacer los deseos más vergonzosos que una esposa romana, la encargada de asegurar la siguiente generación de activos familiares, no debía padecer.

César, un hombre que vestía de forma llamativa y cuidaba mucho su aspecto físico -la calvicie fue una preocupación persistente en su vida-, tuvo un elevado número de aventuras fuera del matrimonio. El historiador clásico Suetonio relata que a menudo pagó precios muy altos por prostitutas de lo que hoy llamaríamos ‘de lujo’, y que era «dado a los placeres sensuales y manirroto para conseguirlos», incluso con «mujeres de la nobleza» como Cleopatra. En total, Suetonio enumera que fueron al menos cinco las relaciones con esposas de senadores, entre ellas Servilia, mujer de Marco Junio Bruto y posiblemente su amante favorita. La relación, de hecho, fue la que más se prolongó en el tiempo. «Amó como a ninguna a Servilia», afirma Suetonio sobre una relación que los años demostraron de alto voltaje. Así, el hijo de Servilia, también llamado Marco Junio Bruto, fue el famoso senador que dio una de las últimas y más dolorosas puñaladas a Julio César el día del magnicidio en el Senado. Para más coincidencia, el hermanastro de la aristócrata romana era Catón ‘el Joven’, uno de los opositores políticos más encarnizados de César, que estuvo dispuesto a extraerse los intestinos con sus propias manos antes que a rendirse al ejército del dictador.

Así funciona una unidad de atención a personas transexuales en la sanidad pública

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Niños transgénero / www.atandalucia.org

La unidad de atención a las personas transexuales del Hospital Universitario Doctor Peset en Valencia nació en el año 2008 aunque, años antes, psicólogos como Felipe Hurtado ya atendían a estos pacientes sin el amparo específico de la sanidad pública. Hurtado lleva más de quince años trabajando con personas transexuales y asegura que los comienzos fueron muy complicados. “Fue muy difícil. Durante cuatro o cinco años atendíamos a pacientes sin tener la cobertura oficial. Corríamos el riesgo de que nos pudieran llamar la atención”, hace memoria el especialista.

Desde aquel momento y hasta hoy ya son más de 500 personas las que han encontrado apoyo psicológico, tratamiento hormonal y cirugía en la unidad de referencia valenciana. “Yo atendía a las personas trans pero era necesario que los servicios públicos se hicieran cargo. El papel de las asociaciones y los movimientos fue clave para la creación de esta unidad”.

En España solo nueve comunidades autónomas (Andalucía, Madrid, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Aragón, Canarias, Navarra y Asturias) cuentan con una unidad especializada de atención a personas transexuales lo que ha hecho que personas de comunidades donde no existe la prestación busquen empadronarse en otras ciudades para poder recibir este servicio. La primera se creó en Andalucía en el año 1999. “La mitad de España no tiene una unidad específica para transexuales”, lamenta Hurtado.

Un tercio de las personas atendidas son menores

Cada año el número de personas que acude a estas consultas se va incrementando. En lo que va de 2015 Hurtado ya ha atendido a 34 pacientes nuevos de los cuales un tercio son menores. “Lo mejor es que vengan cuanto antes. Sea cual sea la edad todos y todas coinciden en que se empezaron a notar de forma diferente desde que eran muy jóvenes”, explica el sexólogo. “La mayoría detecta la disforia entre los cuatro y cinco años e incluso algunos padres son capaces de verlo durante la infancia de sus hijos”.

El sexólogo Felipe Hurtado pasando consulta en la unidad de atención a las personas transexuales del Hospital Universitario Doctor Peset

El sexólogo Felipe Hurtado pasando consulta en la unidad de atención a las personas transexuales del Hospital Universitario Doctor Peset

Hurtado también destaca la importancia de acudir cuanto antes a los especialistas porque, algunas veces, los jóvenes que no están conformes con su cuerpo sufren problemas derivados como la anorexia. “Algunas no quieren tener pecho, no quieren tener la regla, entonces dejan de comer para que no se les note el pecho o interrumpir el periodo”. Para Hurtado lo más importante es detectar el problema y tratarlo cuanto antes, mucho mejor si es antes de la pubertad.

En estos momentos se está intensificando el trabajo en los procedimientos que se tienen que seguir para los menores de edad. La educación en los colegios es esencial para que durante el proceso no se experimente rechazo o para que los padres entiendan la situación. “Hay padres que se echan las manos a la cabeza cuando un niño va al lavabo de una niña. Hay que asesorar a los padres y a los docentes. Es muy importante”, expone el doctor.

El papel de las asociaciones y de las redes sociales

Uno de los principales problemas que encuentran los transexuales es la falta de información. El primer punto de consulta al que tienen que acudir es al médico de familia o al pediatra pero, según explica Hurtado, todavía “hay algunos médicos que no saben a dónde derivar a estos pacientes”. “Muchas personas me dicen “lo que me ha costado llegar hasta aquí, me he enterado por las redes sociales”, comenta sorprendido.

Una vez que la persona es derivada a la unidad especializada, se le realiza un estudio psicológico y se le remite un informe al endocrino que es el encargado de iniciar el proceso de hormonación. Después de un año de hormonación, si la persona quiere seguir modificando su sexo, el siguiente paso es la cirugía.

No en todas las unidades de atención a personas transexuales existe la posibilidad de llevar a cabo una cirugía con todas las prestaciones. En la unidad valenciana por ejemplo sí que se intervienen las mamas (a mujeres y a hombres) y a las mujeres biológicas se les extirpan los ovarios y el útero, “lo único que falta por añadir es la reasignación de genitales”. “Igual que una persona se opera porque no ve bien, pues a una persona que tiene una identidad sexual contraria a su nacimiento hay que ayudarla”, concluye el sexólogo.

España sí quiere el matrimonio homosexual

Ocho de cada diez españoles apoyan el matrimonio entre personas homosexuales según el Eurobarómetro

'Besada' en Madrid para reivindicar los derechos de los colectivos de gays y de lesbianas

‘Besada’ en Madrid para reivindicar los derechos de los colectivos de gays y de lesbianas. JAVIER BARBANCHO

Ocho de cada 10 españoles -el 84%- apoyan el matrimonio entre homosexuales, según el Eurobarómetro, lo que sitúa a España entre los países de la Unión Europea (UE) que están a la cabeza en este sentido, sólo superado por Países Bajos (91%), Suecia (90%) y Dinamarca (87%). Frente a ellos, la mayor oposición a los matrimonios entre personas del mismo sexo se encuentra en Bulgaria (el 17% de los ciudadanos se muestra a favor de estas uniones), Letonia (19%) y Rumanía (21%).

El Eurobarómetro sobre discriminación realizado por la empresa de encuestas y servicios TNS para la Comisión Europea, con un trabajo de campo hecho entre mayo y junio de 2015, muestra que el apoyo de la población española a estas uniones ha aumentado 28 puntos respecto a 2006cuando la ley que permitió estos matrimonios en nuestro país llevaba un año vigente-, ya que entonces fue del 56 %.

Además, el estudio preguntó a los encuestados (mil en España) sobre si las personas gays, lesbianas y bisexuales deberían tener o no los mismos derechos que los heterosexuales. La mayoría de los españoles (el 90%) ha contestado afirmativamente a esta cuestión, un porcentaje sólo superado en los Países Bajos (96%) y Suecia (95%). En total, 16 países de los 28 que forman la Unión Europea tienen un porcentaje superior al 50% de personas que apoyan esta opción, ha explicadoTNS en un comunicado.

Las mujeres tienen más tendencia que los hombres a aceptar los derechos de los homosexuales (el 73% de las mujeres está de acuerdo, y el 68% de los hombres también). Por edades, los jóvenes entre 15 y 24 años tienen un porcentaje superior de aceptación de estas uniones (el 80 %) que las personas de más de edad (por encima de 55 años, el apoyo es del 62%). El nivel educativo también establece diferencias. Las que acabaron sus estudios con más de 20 años son más propensos a estar de acuerdo (el 67 % ), en comparación con las que terminaron su educación a los 15 años (el 49%). En la actualidad, el matrimonio entre personas del mismo sexo está autorizado en 10 países de la UE: España, Países Bajos, Suecia, Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido

Lecciones de una dominatriz

Cuando el dolor y la sumisión producen placer…

  • Las parejas que practican el fetichismo comparten códigos y ganas de experimentación con los del ‘bondage’

  • La disciplina y el sometimiento son dos buenos estímulos contra el sexo rutinario en pareja

El fetiche más demandado por los hombres es el zapato de tacón alto, especialmente los llamados stilettos, como el Louboutin que aparece en la imagen

El fetiche más demandado por los hombres es el zapato de tacón alto, especialmente los llamados stilettos, como el Louboutin que aparece en la imagen. JOSÉ MARÍA PRESAS

¿Piedad Dómina? Soy periodista de ZEN y quiero saberlo todo sobre fetichismo y BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo) como nuevos estímulos de la vida en pareja y del sexo en general”. Así arrancó esta aventura.

El contacto de esta profesional del BDSM me lo dio un compañero de profesión, que no de juergas, y cerramos la cita para el lunes por la tarde. Por suerte para mí, la dominatriz me citó en territorio neutral. Mi alma de reportero viejo me pedía que me llevara a su mazmorra, bautizada como Cueva Fetish, pero mi razón me decía: “¡Ojito, dónde te estás metiendo!”.

La dominatrix, de físico abundante, melena rubia y escote belicoso, me llevó a la mesa apartada de un pub británico del madrileño barrio de Hortaleza. Acababa de salir de una sesión de dominación. Había sometido a un sumiso recién llegado de Inglaterra y se había aplicado con ganas para no defraudarlo. El tributo: 150 euros por 45 minutos de castigo.

Su trabajo arranca con una llamada al móvil o un correo electrónico. El fetichista marca su objeto de deseo (tacones, sandalias, botas altas, corpiños, medias…) y le concreta cuál es su sueño sexual a realizar.

De rodillas

Cuando el esclavo/a -a veces van en pareja- baja a la mazmorra, la dómina lo pone de rodillas y exige que se quede en ropa interior y confiese por qué está ahí. Ante todo, máximo respeto y obediencia, que la fusta va que vuela. Esa vulnerabilidad es motivo de excitación para la ama, incluso cuando me lo recuerda.

Mi sesión imaginaria avanza, con mucho escepticismo, en busca de aplicaciones para la vida sexual de las parejas que se aburren porque su cuadrilátero entre las sábanas lo marcan el misionero, el 69 y alguna posturilla del Kamasutra.

La experta me muestra fotos de su atuendo de faena. Moño alto, corsé negro, camisa blanca y ceñida y taconazo infinito. Los zapatos son clave y el esclavo debe lamerlos. Tanto el cuero como los dedos de los pies. De rodillas para abajo, ahí se acaba el contacto físico. No estamos hablando de una prostituta al uso. Ni la tocan ni la ven desnuda y de penetración ni soñarlo. Al esclavo no se le permite ni la eyaculación, excepto si es involuntaria. Es lo que tiene la dominación.

De los taconazos pasamos a las botas larguísimas, a los corpiños y al látex. Piedad Dómina los recomienda a las parejas para que se adentren en otras sexualidades, para que experimenten y no caigan en la rutina. Así empezó ella. Tenía un novio que vestía uniforme -hasta aquí puedo contar- y del coito al cachete, pasando por el fetichismo, se fueron adentrando en el BDSM. Se enganchó y acabó tocando la puerta de una reputada dómina y pagándole por convertirse en su alumna.

Antes de que Piedad me vuelva a arrastrar a su sala de torturas sexuales, me recomienda que las parejas con ganas de experimentar prueben a disfrutar con la cera caliente (wax) sobre el cuerpo, las pinzas japonesas, la fusta, las cuerdas y las esposas. Eso sí, advierte de que no se deben “correr riesgos” y que el juego es cosa de dos. Que si se quiere ir más allá, deben acudir a un amo o a una ama profesional.

Para darle más realce a sus palabras, me muestra imágenes que ha subido aFetLife.com, algo así como el Facebook del BDSM y el fetichismo.

Martirio genital

Ahí me topo con penes maltratados por el trampling (pisotear el cuerpo y, cómo no, los genitales, con unos afilados stilettos) o por las cuerdas apretadas del llamado bondage. Tampoco falta una muestra de los Sissi, esclavos que son vestidos como camareras y que luego son sodomizados por dildos o arneses con largos penes fabricados en látex.

El collar de perro con el que se maneja al esclavo me arrastra a otra práctica que me deja noqueado: el smoking fetish. Piedad Dómina se fuma un cigarrillo y lanza la bocanada de humo a la garganta del cliente. Como cenicero, usa su palma de la mano y su lengua. De postre: le exige que se trague la colilla.

Mi estómago se revela ante tales prácticas, mientras que ella se deleita y lo vive como un sexo “muy sensual y bonito”. Pongo fin a nuestra charla porque no tengo cuerpo para más castigo, pero quien quiera probar, que pruebe.

 

La erotofobia: el pánico al sexo

Se trata de un trastorno que impide mantener relaciones por distintos factores. ¿Cómo identificarlo?

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Los que la sufren sienten un rechazo distinto a ser asexuales o demisexuales y eligen tener relaciones solo emocionales. Aunque se enamoren, sienten fobia a mantener relaciones sexuales.

Se denomina erotofobia, es menos conocido que otros trastornos y resulta llamativo en una sociedad en la que el sexo aparece por cada rincón. Un auténtico infierno para quienes los padecen, ya que viven habitualmente rodeados de escenas que invitan a practicarlo, ya sea a través de la música, la publicidad, el cine o la televisión.

Los afectados sienten aversión al sexo, un rechazo distinto a ser asexuales o demisexuales y eligen tener relaciones únicamente emocionales. Aunque se enamoren, sienten fobia a mantener relaciones sexuales.

Esta rechazo a un comportamiento natural del ser humano puede derivarse de distintos factores. Según los especialistas, la educación es fundamental para crecer en un entorno social muy conservador puede estar en la raíz de este problema.

La baja autoestima o un trauma, como una violación, la prostitución o haber sido obligados a mantener relaciones indeseadas, también pueden convertir este momento de placer en auténtico pavor. Afortunadamente, la ayuda de un sexólogo y un psicólogo pueden ayudar para convertir esta experiencia en algo bonito y, sobre todo, normal

El peso y la estatura determinan si vas a triunfar en el sexo

Una investigación donde han participado cerca de 60.000 hombres y mujeres revela la correlación entre estos atributos físicos y el número de relaciones sexuales

El peso y la estatura determinan si vas a triunfar en el sexo

Siempre ha habido una creencia generalizada de que las cualidades físicas resultan decisivas a la hora de determinar una mayor o menor actividad en la cama. Pues bien, esta creencia ha encontrado ahora sustento en un estudio realizado por la Universidad Chapman de California y que recoge diariovasco.com.

La investigación, en la que han participado alrededor de 60.000 hombres y mujeres heterosexuales, revela que las personas de baja estatura y bajo peso tienen un menor número de relaciones sexuales que aquellas de talla media. Además, los resultados también desvelan que los hombres altos atesoran de media, de una a tres relaciones más que los que no lo son.

«Es posible que la mayoría de las mujeres tengan un cierto umbral mínimo de altura para considerar a un hombre como potencial pareja amorosa», explica el doctor David Frederick, uno de los artífices del estudio.

Para Frederick la estatura es clave dentro del «mercado de citas sexuales». Y prueba de ello son las numerosas evidencias encontradas que revelan que las mujeres se inclinan por los hombres que son más altos que ellas.

Por su parte, el peso también influye en tales menesteres: «En general, los hombres más grandes, potentes o atléticos refrendaron tener más experiencias sexuales que el resto», detalla el doctor.

Lo que el reino animal nos enseña sobre el sexo

Sexo en la Tierra se titula un apasionante viaje al reino animal lleno de sorpresas y descubrimientos. 

Jules Howard

Jules Howard

Sexo en la Tierra se titula un apasionante viaje al reino animal lleno de sorpresas y descubrimientos. Son muchas las enseñanzas de este ensayo del zoólogo británico Jules Howard que nos demuestra hasta qué punto nos dominan los prejuicios, las falacias y las verdades asumidas, de qué modo los seres humanos somos tan egocéntricos que apenas nos interesamos por lo que sucede en la naturaleza ni queremos ser conscientes de nuestra necesaria y saludable comunicación con ella.

El autor nos dice  que el verdadero interés de la ciencia por el comportamiento sexual de los animales se ha activado en los últimos cincuenta años. Estudiosos de todo el mundo se han decidido a retomar las célebres ideas de Darwin sobre el origen de las especies, sobre la selección natural y la lucha por la vida, poniendo en cuestión algunos de sus principios básicos, por ejemplo el de que la reproducción es, en el reino animal, la única finalidad del sexo. ¿Por qué este retraso? Jules Howard nos da una pista muy al principio del recorrido: la falta de prestigio, de respetabilidad, que durante mucho tiempo rodearon a este tipo de investigaciones.

Para que lo comprendamos mejor nos cuenta la historia del explorador George Murray Levick, quien, hace más de un siglo, quedó atrapado en un lugar gélido del interior de la Antártida, a la espera de ser rescatado  por la expedición Terra Nova, de la que formaba parte. Fueron largos meses esperando la llegada de la primavera y el consiguiente deshielo, meses en los que se dedicó a observar a los pingüinos. El autor nos cuenta que más allá de las emociones de las que dejó constancia en sus notas, de la comprobación del cultivo de la intimidad, la monogamia o la ternura, que siempre han acompañado a estos simpáticos animales, a los que tanto hemos admirado a través de películas como El viaje del emperador, Levick fue testigo, particularmente entre los conocidos como pingüinos de Adelia, de una amplia lista de perversiones que incluían coacción sexual, abusos a los más jóvenes, “asesinato” y necrofilia.

Esta entrega, subtitulada Un homenaje a la reproducción animal y escrita desde el registro del humor, con un estilo sencillo a la hora de exponer lo más complejo y el uso de una terminología accesible a todo tipo de públicos, es capaz de mantenernos en vilo, pero también de hacernos reflexionar sobre las conductas más íntimas de otras especies y también sobre nuestros comportamientos y pudores. Como el episodio de Levick, hay en el ensayo, publicado en España por Blackie Books, infinidad de historias, observaciones y hallazgos sorprendentes que nos llevan a pensar que en la naturaleza todo es posible, que las distintas conductas sexuales –homosexualidad, heterosexualidad, monogamia, sexo grupal, masturbación– se combinan sin tapujos y que, la mayor parte de las veces, todo juega a favor de la supervivencia.

El asombro nos acompaña mientras avanzamos en la lectura de este ensayo tan especial. ¿Sabíais, por ejemplo, que los promiscuos bonobos utilizan el sexo para rebajar las tensiones y que los machos pueden jugar a la esgrima con sus penes, subidos a las ramas de los árboles? ¿Sabíais que una anémona es capaz de seducir hasta a una docena de machos a la vez; que las libélulas masculinas se confunden con las luces de las farolas, creyendo que son el reclamo de las féminas, o que los peces payaso, inmortalizados en la película Buscando a Nemo, pueden cambiar de sexo?

Hay ocasiones en las que no podemos dejar de percibir una cierta identificación, por ejemplo cuando comprobamos que aquí, en este otro territorio, también abundan los relatos de superioridad masculina. El macho es el protagonista de muchas historias en las que la hembra se queda en segundo plano. Sucede, por ejemplo, con la delespinocho, un humilde pececillo que ha hecho avanzar a la ciencia a largas zancadas. Él es el gran protagonista, el que, en el momento del apareamiento, atrae a la hembra con su coloración carmín; combate frente a los adversarios; prepara el nido con diligencia y acaba cuidando de las crías una vez que ella suelta los huevos y desaparece de escena. Así suele interpretarse el proceso. Pero, en realidad, matiza Howard, las que eligen y deciden, optando por el candidato más sano para la procreación, son las espinocho.

El mundo necesita más historias sobre vaginas”, proclama el autor, quien nos ofrece otros ejemplos, así el de las ranas, algunas de las cuales llegan a morir debido a la potencia con que son abrazadas por detrás por el macho, al que han elegido precisamente por su mayor fuerza, o el de las patas azulonas, que han desarrollado unos complejos genitales para bloquear los avances indeseados de los machos y tener el control. “De pasivas nada. También ellas toman decisiones. Tienen todas las cartas (huevos) en su mano”, señala el científico…