El sexo de los ángeles y la homofobia en la mirada

JUAN CARLOS ESCUDIER

en TIERRA DE NADIE

Dicen que el cartel navideño de los belenistas sevillanos ha conmocionado mucho a la ciudad porque en vez de encontrarse con un portal con su mula y su buey –que es lo clásico pese a que Benedicto XVI negara su presencia de manera infalible- lo han hecho con un Apolo parecido a Griezmann en el papel del arcángel San Gabriel y una explosión dorada a la altura de su bajo vientre de la que emerge una fálica giralda rematada con una azucena que, para pesadumbre del autor, no se ha visto como un símbolo de virginidad sino como otra metáfora mucho más prosaica y libidinosa.

Los críticos con la obra de Manuel Peña, un joven pintor hiperrealista barroco que pretendía sumarse al homenaje a Murillo en su 400 aniversario, han sido capaces de certificar a la vista del cartel que el San Gabriel que exhibe es claramente gay, una blasfemia incalificable para una ciudad –la que ellos representan- que aun lamenta el cierre de la Gavidia, la comisaría en la que en los estertores del franquismo eran apaleados los homosexuales y que ahora el Ayuntamiento quiere convertir en un centro deportivo.

Lo que en realidad revela el cartel no es un arcángel amanerado en pleno éxtasis sexual sino la enfermedad que sigue padeciendo una parte de la sociedad a la que la homofobia le comienza en la mirada. Es esa misma sociedad que comulga con que se prohíba a un hombre casado con otro hombre ser hermano mayor de una cofradía, la que niega una plaza escolar al hijo de una pareja gay, la que no se escandaliza porque haya párrocos que se sigan ofreciendo a sanar la homosexualidad o la que ha aupado a Sevilla a la cabeza del ranking en ataques al colectivo LGTBI según cifras oficiales del Ministerio del Interior.

En vez de lamentarse por la imaginación calenturienta de quienes creen que el ángel no es un ángel, la Giralda no es la Giralda y la azucena no es una azucena, el joven Peña debería congratularse de haber resucitado la enfrascada disputa que, sin llegar a ponerse de acuerdo, filósofos y teólogos mantuvieron en la Constantinopla del siglo XV a cuenta del sexo de los ángeles mientras los otomanos asediaban la capital hasta su capitulación.

El dilema no es ahora si el arcángel ha de ser representado como un macho alfa o como un afectado emisario del mismísimo Dios sino dilucidar si el siglo XXI ha llegado para todos o parte de la excursión se ha quedado en el XVII tapándose los ojos ante El rapto de Gamínedes de Rubens o escandalizada, como Isabel de Farnesio, ante el San Sebastián homoerótico de Guido Reni. En la bizantina Sevilla lo bizarro es pecado.

Los obispos ven “fundamentalista e inquisitorial” la propuesta de Podemos sobre ideología de género

José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia Episcopal. JOSÉ S. GUTIÉRREZ

Dos temas han dominado la Asamblea Plenaria episcopal de la semana pasada: Cataluña y la ideología de género. En el primero, los obispos apuestan por el “derecho a decidir” de todos los españoles, apoyan el marco constitucional “reformable y perfectible”, pero el mejor que tenemos, y piden “reconciliación y “cohesión” tras las elecciones del 21-D. En el segundo, condenan la proposición de ley de Podemos sobre ideología de género, aceptada a trámite por el Parlamento, y la tachan de “fundamentalista y con visos inquisitoriales”

José María Gil Tamayo, secretario general de la Conferencia episcopal, dejó pasar tres días para convocar la rueda de prensa que, habitualmente, tiene lugar el mismo día en que termina la reunión de los obispos. Quizás, para macerar los acuerdos y preparar las respuestas a las eventuales preguntas de los periodistas, que, como era de esperar, se centraron en la cuestión catalana.

En sus respuestas, Tamayo dejó claro que los obispos, que “no viven en las nubes”, hablaron del tema catalán, “porque preocupa”. Se abordó en sesión reservada y secreta, pero el portavoz reveló que se discutió “en un clima sereno, sin apasionamientos y con discernimiento”, escuchando, sobre todo, a los obispos catalanes que, en la CEE, “se sienten en su sitio”.

Tras escucharse y dialogar, los obispos manifestaron su “apoyo al marco constitucional”, que siempre es “reformable” y “perfectible”, pero “es el mejor que tenemos”. También se mostraron partidarios del derecho a decidir, pero de todos, porque “lo que a todos afecta ha de ser decidido por todos”. Y terminaron pidiendo, “cohesión social y reconciliación también después de las elecciones del 21-D”.

Los prelados se decantaron a favor de la no militancia política de los sacerdotes, muchos de los cuales intervinieron a favor de las tesis independentistas con manifiestos y abriendo sus iglesias a las votaciones del referéndum.

Por último, Tamayo dijo que no hubo reconvención ni reprobación alguna del obispo de Solsona, por sus declaraciones abiertamente independentistas y por haber votado en el referéndum. “El obispo Novell ha estado como uno más en esta Plenaria”, aseguró el portavoz.

Con quién más drásticos se mostraron los obispos fue con la proposición de ley presentada por Unidos Podemos en el Congreso contra la discriminación por orientación sexual y de igualdad social del colectivo LGTB. “Una propuesta fundamentalista y con visos inquisitoriales”, que “llega a instaurar una verdadera censura” y “asfixia todas las libertades”, aseguró José María Gil.

En este tema de la ideología de género (la nueva cruzada eclesiástica), los obispos van de la mano de los protestantes y Tamayo se refirió en varias ocasiones a un informe de la Federación de Entidades evangélicas de España (FEREDE), en el que se enumeran las desgracias que la aprobación de dicha ley traería al país. Entre otras, el secretario del episcopado citó las siguientes: “Destrucción de libros que vayan contra la ideología de género”, “impone el pensamiento único y, por lo tanto, es una ley totalitaria y adoctrinadora”, y llega incluso a promover la creación de una “agencia estatal con capacidad punitiva”.

Ante esta situación, los obispos quieren hacer ver a la sociedad la “gravedad de esta propuesta legislativa” e invitan a los demás partidos políticos a “oponerse a la propuesta de ley en aras de las libertades”. De lo contrario, “aquí nadie se va a poder mover, sin que confiese, con fe religiosa, la ideología de género”.

Aprobación de las cuentas

En otro orden de cosas, el gerente del episcopado, Fernando Giménez Barriocanal, presentó los presupuestos aprobados por los obispos, que supera los 250 millones de euros, al tiempo que insistía en los criterios de “solidaridad” con los que se reparte, primando a las diócesis rurales más pequeñas y más empobrecidas. Los obispos siguen cobrando 1.250 euros al mes y se han vuelto a congelar el sueldo por tercer año consecutivo.

También explicó Barriocanal que la Iglesia española ha invertido en 13TV “60 millones de euros en los últimos seis años”. Reconoció que “puede parecer mucho” y, por eso, quiso poner esta cantidad en relación con otras inversiones eclesiales.

Por ejemplo, la institución ha gastado en los últimos seis años 1.325 millones de euros en actividades pastorales y asistenciales. De ahí que los obispos sigan respaldando el canal eclesiástico, porque “es un proyecto pastoral estratégico”, aunque animan a sus gestores “a buscar un sistema de sostenibilidad mejor”.

Los sevillanos, en estado de ‘shock’ por el cartel anunciador de la Navidad

El pasado sábado la Asociación de Belenistas de Sevilla presentó en su sede de la calle Sierpes el cartel oficial de las Navidades, una creación del pintor Manuel Peña. Lo que pretendía ser un acto familiar y entrañable, como las fechas que se avecinan, se convirtió en un auténtico sindiós en cuanto el diseño empezó a circular por las redes, donde ha sido acusado de blasfemo, obsceno y, sobre todo, abiertamente gay (aunque no precisamente con este calificativo).

El cartel muestra al arcángel San Gabriel sosteniendo una Giralda de cuyo extremo superior surge una azucena, símbolo de la virginidad. Ésa era la intención, al menos, porque los sevillanos se quejan de que “parece el cartel de una sauna gay” y que la Giralda surge de la entrepierna, con la consiguiente connotación fálica: “Pues yo creo que me voy a sacar la Giralda”, titula maliciosamente la página de Facebook Amanece que no es poco.

 

 

Tal ha sido el revuelo montado en las redes que el autor ha escrito un artículo en ABC Sevilla intentando explicar su controvertido cartel y templar los caldeados ánimos de sus vecinos:

“Solo puedo decir que pocos han bajado la mirada y apreciar a una Sevilla llena de luz rodeada por las cinco estrellas con forma de mariquillas que posee en su pecho la Esperanza y en cambio muchos han dado rienda suelta a su imaginación para llegar a la conclusión de que el ángel no es Ángel, La Giralda no es Giralda y la azucena no es azucena”.

El cartel, asegura Peña, es un homenaje a Murillo, el genio sevillano de cuyo nacimiento se cumplen 400 años:

 

El pintor sevillano, nacido en 1988, es fiel a su línea artística, con motivos religiosos pero una estética como de película de gladiadores. Este es su Bautismo de Cristopara la Capilla de la Cruz de Abajo de Berrocal (Huelva).

 

La semana pasada un colegio australiano se vio obligado a retirar una estatua del patrón del centro, San Martín de Porres dando una barra de pan a un niño, precisamente por los comentarios en internet sobre la sospechosa ubicación de la baguete. ¿Sucederá lo mismo con el cartel belenista de Manuel Peña? Se abren las apuestas.

Con información de ABC Sevilla y Gran Plaza. La polémica, en Sevilla.net.

Los obispos tildan la ley LGTBI de “propuesta fundamentalista” con “visos inquisitoriales”

José María Gil Tamayo, portavoz de la Conferencia Episcopal EFE

Los obispos han vuelto a cargar contra la ley LGTBI que se tramita en el Congreso. Así, la norma, cuya toma en consideración fue aprobada por la Cámara el pasado mes de septiembre con la abstención del PP, es para los obispos “una propuesta fundamentalista” con “visos ciertamente inquisitoriales” que “llega a instaurar una verdadera censura”.

Durante la rueda de prensa posterior a la celebración de la Asamblea Plenaria, el portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, denunció que la propuesta “presenta graves dificultades, y un ataque frontal a una serie de derechos fundamentales, so capa de la protección de minorías, que merecen todo el respeto”. “No puede convertirse en una asfixia de la libertad y pone en peligro seriamente todos los bienes que nos trae la convivencia en democracia y libertad”, añadió el portavoz.

Citando un informe presentado por el obispo de Bilbao y responsable de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal, Mario Iceta, el portavoz de la CEE habló de “imposición” que “pretende excluir e impedir otras visiones acerca del ser humano”. Así, según los obispos, “se coartan libertades fundamentales como la libertad religiosa ideológica, libertad de expresión, de presnsa, de cátedra, etc…. Llega a instaurar una verdadera censura; se trata, en definitiva, de una propuesta fundamentalista”.

Gil Tamayo llegó a hablar de “destrucción de libros, incluso en las bibliotecas, que vayan contra la ideología de género” para justificar su visión de “una ley inquisitorial”. “En la ley hay un pensamiento único impuesto a todos, excluyendo los otros. Por eso puede ser considerada una ley totalitaria, porque va desde la escuela a los medios de comunicación, no se da lugar a la libertad de pensamiento”, añadió. “Aquí nadie se va a poder mover, si no es para apoyar la ideología de género”, concluyó.

No es la primera vez que los obispos se pronuncian sobre el tema. A finales de septiembre l a Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española trató el tema durante su reunión en Madrid para concluir que el proyecto y el resto de normas autonómicas contra la LGTBIfobia, “conculcan derechos fundamentales de la persona”.

La situación en Catalunya

Los obispos también reconocieron haber hablado de Catalunya.  El portavoz habló de un “ambiente de confianza”, y de la necesidad de “saber comprender y de discernimiento”, además de nombrar a los obispos de Catalunya “que están a gusto en esta CEE, que es la suya”.

Así se ha hablado, constató Gil Tamayo, “sin apasionamientos y con serenidad”, porque “la Iglesia está para trabajar en esa reconciliación”, en el marco “que consagra nuestra Constitución”. Un documento que “es perfectible, el marco constitucional ampara un estado de derecho con respeto a las leyes. Esto es perfectible, pero es el mejor que tenemos”. Así, los obispos llamaron al entendimiento entre todos, “que queremos que sea así después de las elecciones”.

Al tiempo, Gil Tamayo  recordó las palabras de Blázquez sobre Catalunya en la apertura. “Apoyamos el restablecimiento del orden constitucional, porque es el bien común”, y animó a “un esfuerzo de todos por la cohesión social en la vida pública, eclesial y familiar”, señaló Gil Tamayo, en referencia directa a las elecciones del 21D.

Brevemente, Gil Tamayo hizo suyas las críticas de Cáritas al encierro de docenas de personas en la cárcel de Archidona. “Cualquier identificación de inmigrantes o refugiados con delincuentes es profundamente injusta”, declaró.

Finalmente, y sobre 13TV, Fernando Giménez Barriocanal subrayó cómo, en los últimos seis años, los obispos “han invertido 60 millones de euros en este proyecto”, que los obispos “respaldan, animan a seguir trabajando, a buscar un modelo de sostenibilidad para que no tenga que ser financiada de ninguna manera”. “Los obispos seguirán apoyando el proyecto, porque creen que es un proyecto estratégico”.

Refugiados por su orientación sexual: los gays marroquíes del CETI de Ceuta

Nueve de los 10 migrantes que han solicitado asilo en España alegando discriminación. ANTONIO SEMPERE

Después de cenar, mientras el fotógrafo prueba el flash en el aparcamiento de la playa del Trampolín en Ceuta, frente a una pequeña mezquita, un grupo de chavales marroquíes baja sonriendo y abrazados por la cuesta que sube hasta el CETI. Quedan 50 minutos para que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes cierre sus puertas a las 23:00 horas y que ya nadie pueda ni entrar ni salir. Llegan ocho chicos y una chica. Lo primero que hacen es dar las gracias por permitirles contar su historia en nuestra bocina de papel.

El primero en alzar la voz es el joven que lleva pantalones cortos rosas. Se llama Reda, nació hace 22 años en Tetuán, estudiaba Económicas y es el que mejor habla español del grupo. Llegó hace dos meses a Ceuta huyendo de su familia y de la Policía. “Estaba en un pub de Ceuta con mi novio, que es de Extremadura. Unos primos que viven aquí me vieron y se chivaron a mi familia. Al volver a mi casa en Marruecosmis padres me dijeron que me iban a denunciar por ser gay y que llamarían a la Policía. Yo lo llevaba en secreto y no me quedó otra que escaparme a España y pedir asilo”, cuenta.

A su lado está Yassin, repeinado y con bigote. Tiene 28 años, es de Tánger y cruzó la frontera esta semana. “Hace 10 años, cuando mi familia se enteró de que era gay, me echaron de casa. He estado todo este tiempo viviendo con amigos, pero no podía aguantar más”, cuenta. “Lo que más recuerdo son las veces que me agredían por la calle y, cuando lo denunciaba a la Policía, me detenían a mí por ser gay. He dormido varias veces en el calabozo. Los agentes me explicaban que era muy femenino para ser un hombre y que eso era delito“.

El código penal marroquí criminaliza los “actos contra natura con un individuo del mismo sexo” y las penas pueden ser de hasta de seis años de prisión. “Allí somos unos apestados, una humillación para nuestras familias”, grita en inglés la única chica del grupo. Es de la ciudad de Castillejos y llegó hace ocho meses. Sus padres la echaron de casa cuando se enteraron de que era lesbiana y que tenía novia. Y su hermana la denunció a la Policía. “Estaba estudiando en la universidad y dejé la carrera de Negocios y Comunicación para venir aquí. Ahora me gustaría seguir formándome”, dice.

La argelina Khanina y el marroquí Chain, enseñando su tarjeta roja de asilo ANTONIO SEMPERE

Son tres testimonios de una situación que se repite. Se autodenominan “refugiados por su orientación sexual”. Son los marroquíes gays y lesbianas que huyen de su país por la represión y violencia que sufren. Tanto en la calle como en sus hogares. Su intención es ir a la Península, pero la primera parada que hacen tras pedir el asilo en España está en los CETI de Ceuta y de Melilla. Allí pasan meses, incluso años, hasta que les dan el permiso para cruzar. “Algunos tenemos la tarjeta roja (que permite residir en España), y podríamos movernos libremente pero en el puerto no nos dejan subir a los ferris que van a Algeciras” denuncian.

Quieren salir cuanto antes del CETI, donde comparten espacio con el resto de inmigrantes que han llegado a Ceuta, tanto por la frontera, como por pateras o saltando la valla. De los cerca de 600 internos del centro, la gran mayoría son subsaharianos y argelinos. “Los trabajadores se portan muy bien con nosotros y nos cuidan, el problema lo tenemos con el resto de inmigrantes. Muchos nos agreden, incluso sexualmente. Nos molestan en el comedor, en el patio, tienen una mente muy diferente”, aseguran varios de los chicos.

“Me pasó un día con un subsahariano. Se dio cuenta que soy gay y me intentó meter mano. Llamé a la seguridad del centro pero, al día siguiente, me pegó”, cuenta Reda. La chica asiente con la cabeza explicando que también se burlan de ella. “Aquí, en Ceuta, también sufrimos violencia e insultos”. Este año, la ONG Human Rights Watch emitió un informe denunciando que los migrantes LGTBI que llegan a Ceuta padecen “hostigamiento y abusos indiscriminados, tanto en el centro de inmigración como en las calles”.

Mohamed (24 años, de Casablanca) dice que lleva cinco meses sin ver a su novio, que vive en Marruecos y no se pudo escapar con él. “Nos gustaría ir a Madrid y ser felices sin que nadie nos pueda decir nada. No pedimos tanto”. Chain es el veterano del grupo y es de los pocos que no le importa dar la cara. Tiene 39 años y llegó hace un año y medio de Tetuán. La semana pasada pidieron asilo en Ceuta otros cuatro chicos. Ayoub (25) cuenta que le han intentado matar en Marruecos. Thami (33) busca libertad y Hamza Omar, de 19 años, disfrutar de su sexualidad sin tener que ocultarse.

La mañana siguiente, en la puerta del CETI, también aparece Khanina, una chica lesbiana que lleva 28 días en Ceuta. Ella viene de Argelia y completa el grupo de las 10 personas del centro que han pedido asilo alegando discriminación por su orientación sexual. “En Argelia también somos perseguidos. Estaba en la universidad con mi novia, unos chicos me hicieron una foto y se la mandaron a mi hermano. Entonces mi familia se enteró y me fui”, cuenta.

Hace unas semanas, el ministro de Justicia y Libertades marroquí, Mustafa Ramid, estuvo en Ginebra Ccompareciendo ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Se negó a despenalizar la homosexualidad en Marruecos, pese la petición del Consejo.

Decenas de detenidos en Egipto tras ondear una bandera LGTB

Con Al Sisi, la comunidad gay se ha convertido en el chivo expiatorio de la grave crisis social

Imagen de un tribunal en Egipto. © GETTY IMAGES

El Gobierno de Egipto ha dado un paso más en su campaña de represión a la comunidad gay. En las últimas dos semanas, decenas de personas que apoyan las reivindicaciones homosexuales han sido arrestadas en varias ciudades del país después de que el pasado 22 de septiembre se ondearan varias banderas arcoíris en un concierto del popular grupo libanés Mashrou’ Leila.

Según la ONG Iniciaitva Egipcia por los Derechos de las Personas (EIPR en sus siglas en inglés), la cifra de detenidos asciende a 57 e incluye residentes en ciudades del país que nada tuvieron que ver con el incidente del concierto. De estos, al menos una treintena han sido ya procesados. A los cargos habituales contra la comunidad gay, como lujuria o incitación al vicio, se ha añadido esta vez el de pertenencia a una organización ilegal. Sin embargo, el Código Penal egipcio no prohíbe de forma expresa la homosexualidad.

La polémica ha crecido tras la denuncia de que varios de los arrestados habrían sido sometidos a pruebas anales, lo que ha suscitado la condena de varias organizaciones de derechos humanos, tanto egipcias como internacionales. “Los tests anales forzados son equiparables a la tortura. No hay ninguna base científica para esas pruebas y no pueden estar justificadas bajo ninguna circunstancia”, denuncia Najia Bounaim, directora de la campaña de Amnistía Internacional para el norte de África. “Es completamente absurdo que investiguen el incidente de la bandera como un acto criminal. Nadie debería ser castigado por expresar su solidaridad con las personas LGTB”, añadió.

Por su parte, el grupo Mashrou’ Leila, popular y a la vez controvertido en el mundo árabe por su defensa de los derechos de los homosexuales, emitió un comunicado en el que expresaba su tristeza por una nueva campaña represiva. Desde la llegada al poder del mariscal Al Sisi se ha intensificado el acoso judicial y mediático contra la comunidad gay, convertida en chivo expiatorio de la grave crisis social, política y económica que padece el país.

AGENTE NARANJA El bus de HazteOír tuvo lo que quería: lío

El bus de HazteOír tuvo lo que quería: lío

PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA

 

Situado a su manera entre la psicodelia y el escalofrío, el autobús naranja de HazteOír es como la ‘Mistery Machine’ de Scooby-Doo, pero sin gracia. Ayer el vehículo llegó a Bilbao con su escándalo portátil. Y aparcó en la plaza Euskadi, dejando ver esas serigrafías locas suyas. Que si los de Podemos van a por tus hijos, que si lo de los penes y las vulvas. Hay quien cree que Cataluña vive «bajo el asedio» y quien cree que en los colegios se obliga a los chiquillos a ser homosexuales. El país vive un momento inigualable. Cuela alguien una idea sensata por la aduana y no descarten que la reacción termodinámica haga que vuele todo por los aires.

En un ejercicio de primero de agitprop, el autobús de HazteOír recorre España buscando camorra. Ayer en Bilbao fue recibido por un montón de gente abucheante, otro montón de policías y un tercer montón de cámaras. He ordenado los montones de mayor a menor. También andaba por allí Nacho Toca, presidente de Nuevas Generaciones de Bizkaia, aunque desapareció pronto. Doy por hecho que él no iba a abuchear. ¿Quién no ha sido un loco maravilloso cuando tenía veinte años?

Durante el tiempo que estuvo en Bilbao, el autobús de Hazte Oír acogió una actividad muy intensa. De él se bajaron dos personas, dos, a hacer declaraciones y sacar fotos. Y a él se subió una persona, una, que igual quería donar sangre o preguntar por lo de la fibra óptica.

Eso fue todo. O sea, nada. El resto, un exceso de énfasis ante una trampa extravagante. «No se trata de libertad de expresión», se leía en la pancarta principal de la contramanifestación. Y me temo que se trata precisamente de eso. La indiferencia es en estos casos mucho más lapidaria que la furia.

Ayer, por cierto, fue irse el agente naranja y volverse la furia contra la Ertzaintza. De pronto hubo insultos («perros»), un amago de detención y los lemas antihomofóbicos dejaron paso al nombre de Íñigo Cabacas. En plena bronca, un joven se fue para un agente: «¡Maricón!» A su alrededor, se abrió un paréntesis incrédulo. Había manifestantes que no sabían si atizarle a él o a la policía. El chico se quería morir, daba a entender que con la emoción… «No, hombre, no», decía una activista soltándole patadas al suelo por no soltárselas al compañero. ¿Les he dicho que el país vive un momento inigualable?

El autobús de HazteOír llega a Bilbao entre gritos y silbidos

Centenares de personas se manifiestan contra el vehículo ultracatólico, que hace campaña contra la nueva ley de derechos LGTBI

El autobús de HazteOír, estacionado en la plaza Euskadi de Bilbao. / IÑAKI ANDRÉS

El autobús de HazteOír ha llegado esta mañana a la plaza Euskadi y ha sido recibido con silbidos, gritos y lemas de rechazo por varios centenares de personas. El vehículo ultracatólico circula desde el martes por todo el país con el objetivo de «luchar» contra la ley de derechos LGTBI -que el Congreso ya ha admitido a trámite-, tal y como reflejan en el lema rotulado sobre el bus: «Podemos y su Ley Mordaza LGTBI: ¡Van a por tus hijos!»

El concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Tomás del Hierro, ha aclarado que el vehículo había pedido permiso a la Ertzaintza para estacionar de doce a una del mediodía. «Podía hacerlo porque una sentencia en Madrid ya ha dictaminado que sus mensajes no son delito de odio. El autobús se ha convocado de la misma manera que la manifestación que lo rechaza».

Al grito de «¡qué viene!» centenares de personas se han concentrado en la plaza, entre los que se encontraban varios representantes municipales como la concejala de Udalberri Amaia Arenal o el concejal de EH Bildu Bruno Zubizarreta. Durante la media hora que ha estado estacionado el autobús, no ha habido ni un solo momento en el que se hayan dejado de escuchar los silbidos y gritos de protesta. «Yo soy hetero y respeto los derechos de todo el mundo. Es lamentable que se les permita entrar con estos mensajes. Que nos dejen vivir en paz», reivindicaba Igone, una manifestante de 66 años. Aunque la mayoría de los asistentes era público joven. «Se quejan de que la ley es adoctrinadora, pero ellos son los que generan ideología. Los que les conceden el permiso de estar aquí los están apoyando indirectamente», criticaban otro joven de veinte años.

Después de que el autobús de HazteOír se haya marchado, se han vivido momentos de tensión cuando un agente de la Ertzaintza ha reducido a uno de los manifestantes. Según la versión oficial de la policía autonómica, el individuo en cuestión trató de golpear a uno de sus agentes, «por lo que se ha identificado y abierto un expediente por hechos contra la ley de Seguridad Ciudadana, que acabará en una multa». Los asistentes han criticado y vituperado duramente la actuación policial hasta que el multado se ha ido por su propio pie y los manifestantes se han disuelto.

Colectivos LGTBI y simpatizantes protestan por presencia del autobús de HazteOir en Bilbao

Los concentrados ante el autobús de HazteOir EFE

Asociaciones LGTBI, acompañados de diversas organizaciones y de simpatizantes, se han concentrado en Bilbao ante la presencia del autobús HazteOir, que recorre diferentes ciudades en el marco de su campaña contra la ley que promueve Podemos en contra de la discriminación de este colectivo.

Cerca de 200 personas, entre las que se encontraban representantes de los sindicatos ELA, LAB y Steilas, así como de EH Bildu, esperaban al autobús, que tenía anunciada su llegada al mediodía a la plaza Moyua.

El vehículo, sin embargo, ha cambiado de recorrido y ha llegado a la plaza Euskadi donde dotaciones de la Policía Municipal y de la Ertzaintza han acordonado una zona para que descendieran los pasajeros del autobús.

Los manifestantes se han trasladado hasta allí y desde detrás del cordón han recibido al vehículo entre gritos de protesta, pitidos y lemas a favor de decidir sobre su propio cuerpo e identidad sexual.

El portavoz de HazteOir, Miguel Vidal, ha asegurado en declaraciones a los medios de comunicación que la ley LGTBI, que ha iniciado el proceso de tramitación en el Congreso de los Diputados, “adoctrina a los niños e introduce elementos en el sistema educativo sin la intervención de sus padres”.

También ha criticado que dicha ley, en su opinión, “quita la patria potestad a los padres al permitir que a partir de los 16 años puedan someterse a una operación de cambio de sexo sin autorización de sus progenitores”.

Por parte de Gehitu (asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco), Izaro Antxia, ha indicado que “hoy, al menos, las personas que quieren decirnos cómo tenemos que ser, han visto nuestro rechazo, porque una sociedad democrática no puede tolerar esas actitudes”.

Los manifestantes han permanecido en la plaza hasta que se ha marchado el autobús, de color naranja y con un texto escrito en el exterior, que rezaba: “Podemos y su Ley Mordaza: van a por tus hijos. Los niños tienen pene,las niñas tienen vulva, que no te engañen”.

Al pasar cerca de los concentrados, algunos de ellos han lanzado huevos contra el vehículo.

El ministro de Interior compara el tramabús de Podemos con el autobús tránsfobo de HazteOir

El presidente de HazteOir junto al autobús, Ignacio Arsuaga / EFE

El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha comparado en el Congreso el tramabús de Podemos con el autobús tránsfobo de HazteOir mientras explicaba en la Comisión de Interior a petición de Unidos Podemos por qué el Gobierno no ha retirado la declaración de “utilidad pública” a esta asociación ultracatólica tras la difusión de mensajes ofensivos con el colectivo LGTBI.

 El tramabús de Podemos llevaba figuras de políticos y periodistas que tienen derecho a ver respetada su intimidad y honor pero ninguna autoridad le impidió su paso”, ha dicho Zoido, que ha fiado al futuro una posible retirada, condicionándola siempre a cómo se resuelva en los tribunales la causa abierta contra los ultracatólicos. El ministro ha recordado que el auto por el que se levantó la inmovilización del vehículo en Madrid decía que “por desagradables que sean los mensajes, son difícilmente constitutivos de delito”.

Uno de los laterales del ‘tramabús’. MARCOS SERVERA

Es el mismo argumento que utilizó el Ministerio al responder a este medio en julio sobre la misma cuestión. Así que, de momento, los ultracatólicos seguirán disfrutando de las exenciones y tratamientos de favor fiscales que la ley otorga a estas asociaciones porque, según Zoido, las “asociaciones de titularidad pública forman parte del derecho de expresión de todos y la institución no puede intervenir”. Esta marca de distinción, reservada para asociaciones que promuevan “valores constituciones” y fomenten “la tolerancia” o “la protección a la infancia”, fue concedida a los ultracatólicos en 2013, cuando Jorge Fernández Díaz era ministro de Interior.

Sin evaluación

En su comparencia, el ministro no ha hecho mención a lo que dijo en marzo, en plena campaña tránsfoba de HazteOir, y es que evaluaría tras analizar los mensajes si estos hechos podían conllevar la pérdida de la declaración de utilidad pública. Ahora, dice, esta decisión solo se tomaría en dos escenarios: si la justicia condena los mensajes difundidos por HazteOír como delitos de odio; o bien si en la memoria que debe presentar la asociación el año que viene sobre sus actividades de este se detecta una campaña “que está en contra del ordenamiento jurídico”.

 A la vista de los expuesto, Interior solo lo podría retirar si quedase establecido que ha dejado de cumplir algunos de los requisitos legales. Si sus señorías pretenden que lo revoquen inmediatamente porque, según algunos, supone una discriminación o menosprecio es imposible por las razones que le acabo de decir”, ha zanjado el ministro, que afirma que si sus acciones son constitutivas de delito tendrán que determinarlo los jueves.

Mientras tanto, Zoido se ha escudado en que “si la organización tiene los valores citados en la ley y así queda acreditado, el Ministerio del Interior no puede denegar la declaración de titularidad pública tal como ha concluido el Tribunal Supremo”. Y ha aclarado que “ninguna administración publica ha concedido subvenciones a esta asociación”.