Dos millones y medio de mujeres en España han sufrido golpes o violaciones a lo largo de su vida. Si contraemos el tiempo al último año, la estadística cuenta que hoy unas 540.000 están padeciendo violencia física o sexual por parte de sus parejas o ex parejas varones. Pero el gran bloque de esas víctimas es un magma invisible: el 68% de las maltratadas no denuncia su situación o no es detectada por su entorno. Y envolviéndolo todo, el miedo. “¿Con qué frecuencia ha tenido o tiene usted miedo de su pareja actual o parejas pasadas?”… Más de dos millones y medio de mujeres contestan que lo tienen, que les está pasando, que sí. O sea, 2.600.000 miedos.
Los datos están en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015, presentada por el Gobierno ayer, unas horas después de que en Alhaurín de la Torre (Málaga) se descubriera el cadáver de una mujer asesinada por su marido suicida y casi al mismo tiempo en queun hombre mataba a su esposa a tiros en Lérida. Es decir, siete asesinadas en lo que va de año y seis huérfanos nuevos. El miedo.
El estudio de 2015 es la quinta entrega desde 1999, una macroencuesta que los distintos Gobiernos y el CIS elaboran cada cuatro años, pero que nunca han contado con parámetros absolutamente iguales.
La conocida ayer mejora algunos datos de la de 2011 -el 77,6% de las víctimas ha conseguido salir de la violencia, cinco puntos porcentuales más que hace cuatro años-, pero hace difíciles las comparaciones reales. Entre otras cosas, porque incluye a mujeres de 16 y 17 años, pregunta sobre violencia a lo largo de la vida y no en la última década y hace referencia a “circunstancias concretas y no a percepciones subjetivas, lo que refleja un aumento del maltrato”, en palabras de Blanca Hernández, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, que ayer fue desgranando los datos ante la mirada de un centenar de periodistas, políticos y asociaciones de mujeres y el rostro grave del ministro Alfonso Alonso.
Millones de víctimas
“Es una radiografía de la violencia mucho más precisa”, sentenció Hernández. “La encuesta demuestra que la violencia de género no está en retroceso. Los recortes del Gobierno hacen más vulnerables a las mujeres“, subrayó la secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Montón.
Con las cautelas que imponen los cambios de criterio estadístico, uno de los datos clave, la violencia física o sexual a lo largo de la vida, experimenta un incremento respecto a 2011. Entonces afectó al 10,8% de las mujeres y ahora al 12,5%. En aquella ocasión, el Gobierno socialista ofreció cifras absolutas (593.000 víctimas físicas o sexuales sólo en el último año), pero ayer el Ejecutivo popular no quiso hacerlo, amparándose en que la presentación era un “avance de resultados” y que “no son extrapolables a números absolutos”.
Sin embargo, EL MUNDO ha cruzado los porcentajes de la Macroencuesta con las tablas poblacionales por sexo y edad del INE y ha obtenido cifras de violencia machista que se calculan en millones y en cientos de miles. Y eso vale para las cinco violencias medidas en el estudio: la psicológica de control, la psicológica emocional, la económica, la física y la sexual. España está en todas por debajo de la media de la UE. Excepto en la sexual.
El dato cuantitativo más alto es el de la “violencia psicológica de control”, en la expresión utilizada por el Gobierno para la Macroencuesta. Es decir, hombres que impiden que sus mujeres se relacionen con sus amigos, amigas o familiares, que insisten en saber dónde está la mujer en cada momento, que la ignoran o la tratan con indiferencia, que se enfadan si habla con otro hombre o mujer, que sospechan injustificadamente que le es infiel o que la obligan a pedirle permiso para ir a algunos lugares, como un centro de salud o cultural. Cinco millones de mujeres -una de cada cuatro españolas o extranjeras residentes aquí- ha sufrido esa violencia a lo largo de su vida. Y casi dos millones (1.840.000) en 2014.
Menos numerosa pero más grave aún es la que el estudio llama “violencia emocional”. Los insultos, los menosprecios en público, las intimidaciones a gritos o rompiendo cosas, las amenazas de dañarla a ella o a alguien que ella quiera los han padecido 4.380.000 mujeres (el 21,9%) durante su vida. Más de un millón y medio (el 7,9%) en la actualidad.
La violencia física se concreta así: “Le ha abofeteado o tirado algo que le pudiese hacer daño; le ha empujado, agarrado o tirado del pelo; le ha golpeado con el puño u otra cosa que pudiera dañarla; le ha dado patadas, arrastrado o pegado; le ha intentado asfixiar o quemar, o le ha amenzado con usar o ha usado una pistola, cuchillo o arma contra usted”. Dos millones de mujeres contestaron “sí”; 360.000 en 2014.
En el sondeo, la violencia sexual ha medido estas situaciones: “Le ha obligado a mantener relaciones sexuales cuando usted no quería, le ha forzado a realizar prácticas sexuales que usted no deseaba o que le resultaban degradantes o humillantes, o le ha obligado a mantener sexo contra su voluntad sujetándole o haciéndole daño”. Y también si la mujer ha tenido sexo sin desearlo “porque tenía miedo de lo que él le podría hacer si ella se negaba”. Alguna de esas conductas o todas ellas las han sufrido 1.620.000 mujeres en España a lo largo de su vida. Y, según la Macroencuesta, 280.000 durante 2014.
Una de las violencias menos contadas, la económica, ha afectado a 2.160.000 mujeres en sus vidas; medio millón hoy. Eso se traduce en que el hombre se niega a darle dinero para el hogar cuando sí lo hay para otras cosas, le impide tomar decisiones relacionadas con la economía familiar o realizar compras de forma independiente o no le permite trabajar o estudiar fuera de casa.
Todas las cifras suben si la mujer es discapacitada o joven. Un 23% de mujeres con 33% o más de discapacidad ha padecido o padece violencia física o sexual. Y la psicológica de control en el último año se dispara si hablamos de chicas entre 16 y 19 años (25%) respecto a la media general (9,2%). “La violencia de género es una práctica extremadamente cobarde. Cuanto más vulnerable es la mujer, más en riesgo está, como los casos de las mujeres con discapacidad y las jóvenes. Y ellos, los jóvenes, que son candidatos a repetir la violencia”, dijo ayer el ministro Alonso. Como los hijos. El 64% de las madres que padecieron violencia cuentan que ellos también la sufrieron.
Y, en todas las edades, el miedo. No es el mismo que el que algunos hombres dicen sentir, siempre medio en broma, de sus mujeres. El miedo de la violencia machista es el miedo a la agresión, a la amenaza, a la violación legal, a la ira, al destrozo de objetos, al azote a los hijos, a la misma muerte (más de 700 asesinadas en los últimos 10 años)… Ese pánico lo ha sentido o lo siente el 13% de españolas y extranjeras que viven aquí, 2,6 millones de mujeres.