Paralizada ‘in extremis’ la expulsión de un joven nigeriano gay

La delegada del Gobierno de Madrid, Concepción Dancausa, ha paralizado la expulsión in extremis de un joven nigeriano gay que iba a ser deportado a su país de origen, donde la homosexualidad es delito y está castigada con la pena de muerte en regiones del país.

Según han confirmado fuentes de la Delegación del Gobierno, Dancausa ha contado con el aval del director general de la Policía,Ignacio Cosidó, para paralizar el traslado del joven, que estaba previsto para hoy a las 07.00 de la mañana.

El joven nigeriano, Henry, vivía junto a su pareja en un pueblo extremeño desde hacía 8 años y tenía una oferta laboral, pero al no tener papeles iba a ser trasladado a Nigeria con otros ciudadanos que se encontraban en su misma situación irregular.

La Fundación Triángulo, que defiende los derechos de los homosexuales, se había movilizado para evitar la repatriación del joven a un país donde “la homofobia social pone en peligro” su vida.

Cuando las Ramblas quisieron ser Stonewall

Artículo publicado en Hipertextual

De la persecución franquista al matrimonio igualitario, la historia de la homosexualidad en España refleja la lucha por la igualdad del colectivo LGTB. Repasamos su evolución en este 28 de junio, Día del Orgullo.

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Colita (Isabel Steva Hernández) (Museo Reina Sofía)

En 1969, la policía entraba en el Stonewall Inn con el objetivo de hacer una redada. No era la primera vez, aunque aquel 28 de junio sería diferente. En el pub gay, situado en Greenwich Village, las operaciones policiales eran frecuentes.

A la 1:20 h de la madrugada, los agentes entraron en el bar gritando que “estaba clausurado”. Habitualmente, los jóvenes salían y se identificaban. Aquellos hombres que iban vestidos de mujeres, o las pocas lesbianas que frecuentaban el bar que fueran vestidas de “forma no femenina”, eran detenidos. Pero esa noche todo cambió. Alguien gritó “no nos vamos”. Tres palabras que hicieron estallar el ambiente. Tres palabras que encendieron la mecha de los disturbios de Stonewall.

“La homosexualidad es en realidad un trastorno mental que ha alcanzado proporciones de epidemia”. Frases como ésta eran repetidas por psiquiatras y psicólogos de la época, como relatan en el documental La rebelión de Stonewall. Las revueltas en la ciudad de Nueva York marcaron un punto de inflexión en el movimiento LGTB estadounidense. Ya nada volvió a ser lo mismo desde aquel 28 de junio, fecha en la que se celebra anualmente el Día del Orgullo.

 La represión española

Al otro lado del Atlántico, la situación para miles de homosexuales era todavía peor. Federico García Loca había sido fusilado en la madrugada del 18 de agosto de 1936, dos meses después de la sublevación militar contra la II República. Tras el fin de la Guerra Civil, la dictadura franquista reprimió cualquier atisbo de libertad.

Sin embargo, como señala Monferrer Tomàs, “los homosexuales no representaron un problema prioritario para el franquismo de posguerra”. En un primer momento, el control de los comportamientos considerados como “inmorales” fue delegado en la Iglesia católica. Sin embargo, las décadas de los cincuenta y los sesenta se caracterizaron por una mínima apertura al exterior, como consecuencia del aumento del turismo. Ante esta situación, la dictadura decidió tomar cartas en el asunto, considerando a los homosexuales como “una amenaza para el orden público”.

La Ley de Vagos y Maleantes, impulsada por consenso durante la II República para “el control de mendigos, rufianes sin oficio conocido y proxenetas”, fue modificada el 15 de julio de 1954. El objetivo no era otro que perseguir y castigar cualquier práctica homosexual.

Dieciséis años más tarde, el gobierno de Carrero Blanco sustituía el texto por laLey sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social. La nueva regulación contemplaba disposiciones similares, pero incluía además “penas de hasta cinco años en cárceles o manicomios para los homosexuales y demás individuos considerados como peligrosos para que se rehabilitaran”.

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Placa en la antigua prisión provincial de Huelva, en recuerdo a los homosexuales encarcelados durante la dictadura franquista. Fuente: Calapito (Wikimedia)

Sólo un año después de las revueltas de Stonewall, el texto fue aprobado y recibido con entusiasmo por gran parte del poder judicial. El fiscal de Málaga comentaba en la Memoria del Tribunal Supremo de 1971 “el aumento del nefando vicio sodomítico, fomentado en la Costa del Sol por elementos extraños que allí se congregan”. Palabras similares a las pronunciadas por el fiscal de Las Palmas, cuando se refería al “aumento alarmante de las prácticas homosexuales al que contribuye principalmente una especial y degenerada clase de turistas extranjeros”.

A través de ese instrumento, como sostiene Monferrer Tomàs, “los invertidos sexuales se catalogaban en genuinos congénitos (o de nacimiento) u ocasionales (viciosos)”. Entre 1974 y 1975, el 6% de los informes disponibles en los Juzgados de Peligrosidad de Madrid se referían a personas homosexuales, en su mayoría varones.

Los denominados “peligrosos” eran considerados por la ley como “enfermos a quienes no se debe perdonar, sino curar”, según el investigador de la UNED. Esto hizo que las personas homosexuales no sólo fueran perseguidas y reprimidas, sino que también fueron encarceladas como “método de prevención del contagio”. Como consecuencia, los homosexuales no sólo eran sometidos al aislamiento social en manicomios y prisiones, sino que los condenados no podían reintegrarse en la sociedad hasta que no se hubiera evaluado su “curación”. En otras palabras, las personas afectadas no podían beneficiarse de indultos, amnistías, redención de penas o libertad condicional como otros presos.

La manifestación de las Ramblas

La persecución de la homosexualidad en España, al igual que ocurrió la noche de la redada de Stonewall, llegó a a una situación límite. Pero en nuestro caso, las protestas no fueron violentas, sino que en silencio y bajo pseudónimos, valientes como Francesc Francino (Mir Bellgai) o Armand de Fluvià (Roger de Gaimon) comenzaron a organizar los primeros movimientos LGTB.

En la década de los setenta, de Fluvià y Francino eran conocedores de los disturbios de Stonewall o las revueltas en el París de 1968 gracias a la influencia de publicaciones como la revista Arcadie. Juntos fundaron elMovimiento Español de Liberación Homosexual, un grupo compuesto en su mayoría por hombres, que empezó a editar en 1972 el boletín mensual Aghois. Eran tiempos de clandestinidad y miedo, lo que no les impidió trabajar por los derechos del colectivo LGTB.

Tras la muerte de Franco, los activistas crearon el Front d’Alliberament Gai de Catalunya, el movimiento que dio lugar a la fundación del Institut Lambda, el primer centro cultural y de servicios para homosexuales en España. El luego conocido como Casal Lambda, situado en Barcelona, fue el germen de la primera gran manifestación por los derechos de personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales. Era el 26 de junio de 1977, y bajo el lema “Nosaltres no tenim por, nosaltres som” (“Nosotros no tenemos miedo, nosotros somos”), 4.000 personas se concentraron en las Ramblas para solicitar amnistía para los delitos sexuales y la derogación de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social.

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Colita (Isabel Steva Hernández) (Museo Reina Sofía)

La noticia recogida por La Vanguardia dos días después, -los lunes no se editaba el periódico-, explicaba que “los manifestantes no habían interrumpido en ningún momento la manifestación pues circularon en orden por el centro de Las Ramblas”. A la altura de Canaletas, sin embargo, la policía dispersó a las 4.000 personas con disparos de balas de goma. Como consecuencia, tres manifestantes resultaron heridos de gravedad, y un cuarto, Oriol Martí, fue detenido en la cárcel Modelo de Barcelona.

Después de la histórica manifestación, 36 organizaciones políticas, sindicales y civiles (entre las que se encontraba la CNT o el PSUC) firmaron un documento exigiendo la liberación de Martí. El detenido, médico de profesión, PNN de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de Bandera Roja, “fue maniatado a la espalda, propinándole golpes en los testículos con las rodillas”, según denunciaba El País a principios de julio. Tras 52 días preso, Oriol Martí sería liberado.

Tal y como recoge el blog L’Armari Obert, la manifestación de Las Ramblas, convocada por el entonces ilegal Front d’Alliberament Gai de Catalunya, marcó un punto de inflexión en la defensa de los derechos de las personas homosexuales. En aquella concentración, se podían leer y escuchar consignas como “Mi cuerpo es mío y hago con él lo que me da la gana”, “¡Amnistía sexual!” o “¡No somos peligrosos!”

¿Qué pasa cuando una fuerza imparable choca contra un objeto inamovible?

En la película Imagine Me & You, una de las protagonistas se pregunta qué ocurriría si una fuerza imparable choca contra un objeto inamovible. Algo así sucedió en España. La manifestación de las Ramblas fue el comienzo de algo más grande: la expansión del colectivo LGTB por el resto del país. El trabajo del Front d’Alliberament Gai de Catalunya pronto se extendió por regiones como Valencia, las Islas Baleares, Madrid, Málaga o Bilbao. Así fue como la primera concentración se repetiría con éxito en 1978 en las ciudades de Madrid, Barcelona, Bilbao y Sevilla.

La celebración del Orgullo se convirtió en algo más que una manifestación. El 26 de diciembre de 1978, el Consejo de Ministros presidido por Adolfo Suárezretiró la homosexualidad de la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Unos meses más tarde, organizaciones médicas, civiles y culturales, junto con 50 ayuntamientos catalanes liderados por el de Barcelona, exigieron la legalización del Front.

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Manifiesto editado por el Front d’Alliberament Gai de Catalunya contra la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social. Fuente: Todo Colección

La petición se hizo realidad el 16 de julio de 1980, veintiséis años después de la modificación de la Ley de Vagos y Maleantes por parte de Franco. El Front d’Alliberament Gai de Catalunya dejó de trabajar en la clandestinidad, pero la persecución al colectivo homosexual continuaba. Como explica Antonio Poveda, antiguo presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), los homosexuales seguían expuestos a las redadas y detenciones por parte de las fuerzas de seguridad del Estado.

Las últimas, según la propia Federación, ocurrieron en Barcelona antes delMundial de Fútbol de 1982. El Delegado del Gobierno en Barcelona decidió cerrar algunos bares de ambiente, con el objetivo de mostrar “una
buena imagen de la ciudad a los visitantes del Mundial”. Como protesta, los empresarios LGTB decidieron colocar la bandera del arcoiris con el símbolo del Naranjito abanicándose en las puertas de los establecimientos. “Lo nuestro sí que es mundial”, ironizaba el lema de las movilizaciones.

La lucha contra la homofobia

Lo que aquellos manifestantes no sabían es que algo mundial iba a volverse en contra del movimiento homosexual. Algo invisible, imperceptible, mortal. El VIH 

Muchas personas fallecieron a causa de un síndrome que apagaba su sistema defensivo. Freddy Mercury, el líder de Queen, confirmaba en 1991 que estaba infectado por aquel virus maldito. La lucha contra la represión política en España se transformó en un movimiento para tratar de frenar los contagios, que afectaron sobre todo en un principio a varones homosexuales. La estigmatización del colectivo LGTB se disparó, hasta el punto de que sus efectos se siguen observando todavía hoy, como demuestra la reciente prohibición de donar sangre a hombres que hayan mantenido relaciones con personas de su mismo sexo.

El VIH no sólo infectó y mató a millones de personas de todo el mundo. También fue el gran culpable de las campañas que alimentaron el miedo y el odio al diferente. El 6 de octubre de 1991, un grupo de neonazis asesinaba en el Parc de la Ciutadella a Sònia Rescalvo, una transexual de 45 años. La ciudad en la que había despertado el movimiento LGTB veía con horror cómo seis jóvenes ultraderechistas pateaban hasta la muerte a la mujer en la glorieta de los músicos. 22 años después de su asesinato, el Ayuntamiento de Barcelona decidió renombrar aquella plazoleta en su recuerdo.

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Placa en homenaje a Sònia Rescalvo, la transexual asesinada en Barcelona por un grupo de neonazis. Fuente: Enfo (Wikimedia)

La historia de la homosexualidad en España es un eterno vaivén de luchas y conquistas. La manifestación de las Ramblas fue sólo el comienzo, dado que a diario miles de personas deben convivir con sus propios Stonewall, en forma de agresiones y ataques homófobos. La aprobación del Código Penal de 1995 fue un nuevo hito para el colectivo, al incluir la protección de la orientación sexual en los artículos 510, 511 y 512, considerando como agravante de delito la homofobia.

El 30 de junio de 2005, el Congreso de los Diputados hacía posible un sueño que jamás imaginaron aquellos manifestantes de las Ramblas. La aprobación de la Ley 13/2005, gracias a la inestimable labor de activistas como Pedro Zerolo, convirtió a España en el tercer país del mundo en dar luz verde al matrimonio homosexual, después de Holanda y Bélgica. Estados Unidos dio también luz verde el pasado viernes almatrimonio igualitario. Estos textos no sólo han permitido que parejas del mismo sexo puedan casarse, sino que además ha visibilizado la realidad de miles de hogares.

Según datos del Pew Research Center, España es el país donde mayor aceptación hay de la homosexualidad (88%) en el mundo. Las luchas del colectivo LGTB continúan todavía hoy a base de pequeñas grandes conquistas, como la aprobación de la ley de derechos de personas gay y lesbianas y contra la homofobia del Parlament de Catalunya. Si Stonewall marcó un punto de inflexión en la historia de Estados Unidos, algo similar ocurrió con la manifestación de las Ramblas de 1977. Aquellas 4.000 personas comenzaron a andar un camino que continúa hoy en favor del respeto a la igualdad y a la diversidad.

se expandió rápidamente en la década de los ochenta por todo el mundo, estigmatizando todavía más al colectivo. La lucha contra el virus que causa el SIDA sigue siendo hoy un reto para millones de pacientes, científicos y médicos que buscan mejorar su prevención, diagnóstico y tratamiento.

Iñudes y artzaias bajo el arcoíris

La bandera del movimiento LGTB cerró el desfile antes de su izada en la tenencia

Iñudes y artzaias bajo el arcoíris

Iñudes y artzaias bajo el arcoíris

Las Sanpedro Jaiak vivieron ayer una animada jornada en la que iñudes y artzaias acapararon buena parte del protagonismo con el tradicional desfile que derrocha alegría y color. En esta ocasión, fueron las tonalidades del arcoíris las que más brillaron como broche a su actuación.

La comparsa al completo se sumó a la celebración del Día Internacional del Orgullo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, portando la bandera de este colectivo al término del desfile que se iniciaba dos horas antes en el barrio de Zamatete, para continuar por Velasco, Torreatze, el casco antiguo, la plaza y finalmente, el frontón.

Fue en este equipamiento deportivo donde se representaron las últimas coreografías antes de hacer hondear la enseña arcoíris que habría de ser izada, pocos minutos después, en la balconada de la Tenencia de Alcaldía entre los cohetes que lanzó Luis Pérez.

Las dantzaris llevaron a sus bebés a visitar a la doctora, que certificó que se encontraban en «perfecto estado». También el que recordaba a una muñeca de época y que portaba en sus brazos Mila Escalada, la más veterana de la agrupación. «Con éste son ya 28 años los que llevo saliendo, aunque los primeros lo hice como personaje», recordaba, refiriéndose al séquito formado por el alcalde y su mujer, el obispo, la florista y las damas, entre otros.

Pero no sólo la bandera multicolor tuvo un destacado lugar en el cierre del espectáculo que anualmente regalan a los vecinos de Pasai San Pedro las nodrizas y los pastores con su eterno coqueteo vivido a orillas del mar. Tras fandangos, danzas y contradanzas, la comparsa rindió tributo al patrón de remo Manuel Arrillaga, conocido popularmente como Aita Manuel. Sus vecinos pretenden mantener viva su memoria y reclaman ante las autoridades competentes que su nombre sea recordado para siempre bautizando en su honor un espacio público del pueblo.

Aita Manuel es el patrón que en más ocasiones ha ganado la Bandera de La Concha, sumando un total de nueve, a las que habría que añadir una más como remero.

La víspera del día grande de las fiestas de San Pedro dejó otros actos para el recuerdo. Entre ellos, la botadura del yola ‘Lafayette’ en Ondartxo. La embarcación ha sido construida durante los últimos meses de la mano de decenas de voluntarios llegados de diferentes países a la Factoría Marítima Vasca Albaola.

También ayer se rindió un emotivo homenaje a los octogenarios del pueblo. Durante la tarde, el frontón fue escenario del partido de pelota a mano que enfrentó a Saralegi y Goñi con Olaizola I y Koka.

La sardinada que se sirvió en la sociedad Piña y el karaoke organizado en el tablao pusieron punto y final a la jornada.

Versión infantil

Iñudes y artzaias volverán a tomar hoy, lunes, las calles de San Pedro decididas a poner banda sonora a la mañana con el repertorio musical ideado básicamente por el Maestro Raimundo Sarriegi. En esta ocasión, serán los niños y niñas de la población los encargados de hacer disfrutar al público con bailes como el que lleva a las iñudes a lanzar los bebés al aire, mientras los artzaias dan un salto acompañado de un grito festivo.

La versión infantil de este desfile arrancará, a partir de las 11.00 horas, de las inmediaciones del gimnasio para encaminar sus pasos en dirección a Kalparra y finalizar en el frontón. A la misma hora dará comienzo la misa Licino Reffice en la parroquia.

La oferta de actividades se multiplicará a lo largo de la tarde. Será las 18.00 cuando les llegue el turno de los músicos de San Pedro, que protagonizarán diversas actuaciones por las calles de este distrito. También a las 18.00, aunque en la plaza, se representará una obra de teatro infantil, ‘Tomaxen abenturak. Festara!’.

A partir de las 20.00, los músicos se juntarán en el frontón para interpretar, todos a una, varias composiciones como broche a su ‘concierto’ itinerante. Una cena de bocatas en las aceras de la calle Arraunlari, y Liberal y Garinbo en las txosnas despedirán el día.

UGT pide una ley integral para la igualdad y la no discriminación

PAMPLONA. Una ley que proteja a todas las personas con independencia de sus circunstancias personales y/o sociales, y garantice su igualdad tanto en el ámbito público como en el privado, ha precisado el sindicato en un comunicado.

Tras alertar de que “aún subsisten desigualdades y discriminaciones”, la UGT ha subrayado la necesidad de actuar en los centros de trabajo mediante una acción sindical “inclusiva” y la introducción de cláusulas específicas en los convenios colectivos, destinadas a erradicar conductas discriminatorias y garantizar la equiparación de las condiciones laborales.

Además, ha destacado que uno de los ejes básicos para luchar contra la discriminación, es educar en igualdad.

Según ha sostenido, la aprobación de la ley de matrimonio entre parejas de un mismo sexo, hace ya diez años, “supuso el triunfo de la igualdad y un paso decisivo hacia la eliminación de este tipo de discriminación, pero subsisten desigualdades y discriminaciones en otras esferas, entre ellas en el ámbito laboral”.

Para UGT, la defensa del derecho a la igualdad de trato de todas las personas LGTB, el fomento de la igualdad de oportunidades y no discriminación por motivo de la orientación sexual de los trabajadores y las trabajadoras “es una prioridad”.

Y para ello, ha defendido como “fundamental” actuar en los centros de trabajo de forma que se erradiquen conductas discriminatorias, tanto directas como indirectas, por parte de compañeros o del personal de Dirección.

No obstante, ha considerado que el Estado “no debe eludir su responsabilidad y debe garantizar la igualdad a través de una norma integral que ampare e introduzca los mecanismos necesarios para impedir situaciones discriminatorias basadas en motivos personas o sociales”.

Así es pasear por las calles de Moscú para una pareja gay

Cuatro amigos rusos con un canal de Youtube de bromas y cámaras ocultas, ChabuRussiaTv, han conseguido que su último vídeo se convierta en un fenómeno viral en todo el mundo tras recibir casi seis millones de visitas en los dos días que lleva subido a la plataforma.

En el vídeo, de tres minutos, dos de los impulsores del canal pasean por las calles de moscú cogidos de la mano para comprobar la reacción de los ciudadanos. Insultos, amenazas, risas y hastaagresiones tiene que soportar los dos amigos. Uno de ellos, Nikita Rozhdesev, en unas declaraciones a la BBC, ha comentado que ni son pareja ni homosexuales, pero que estaban muy interesados en comprobar cómo es la vida de estas personas en la capital rusa.

En 2013 se aprobó una ley contra la “propaganda homosexual” que prohíbe en todo el territorio ruso la “propaganda de relaciones sexuales no tradicionales“. Aunque no menciona explícitamente la homosexualidad, sí se define una relación tradicional como la que se da entre un hombre y una mujer. El movimiento LGBT ve que en la práctica no se permite la expresión pública de la homosexualidad y esto es penado con multas de hasta 50.000 rublos o arrestos de hasta 15 días y deportación para los extranjeros.

Aunque los impulsores del canal de Youtube comenzaron con bromas y momentos de cámara oculta de humor, también han subido vídeos en los que tratan temas de carácter social. En uno de ellos preguntas a los rusos sobre su opinión respecto a Ucrania y en otro sobre militares veteranos rusos de la II Guerra Mundial.

Cuba derrota al VIH infantil: la OMS llama al mundo seguir el ejemplo de La Habana

El sistema de salud pública de Cuba ha permitido erradicar casi totalmente el VIH infantil en la isla gracias a los mecanismos preventivos con los que los médicos del país caribeño tratan a las mujeres durante el embarazo.

Raisa Montero lleva varios años como epidemióloga en una de las clínicas periféricas de La Habana. Su trabajo consiste en atender a mujeres como Yunaisi Rodríguez, madre de tres hijos. El último de ellos, Raúl, lo trajo al mundo cuando ya estaba enferma de VIH. Para esta doctora, enfrentarse a estos pacientes es también un reto como ser humano.

“Hay momentos en los que se deprimen, hay momentos en los que piensan que es el final.”, dijo Raisa Montero.

Yunaisi aún recuerda la sensación que sintió cuando supo que su bebé había nacido totalmente sano. “Me sentí muy aliviada porque tener un niño sano es lo mejor que uno puede tener en la vida. Con mi problema yo hice todo lo que me pidieron los médicos”, afirmó la paciente de VIH, Yunaisi Rodríguez.

La doctora Montero forma parte de un equipo multidisciplinario que se reúne día tras día para seguir a las más de doscientas mujeres embarazadas que se atienden en esta clínica, una práctica que se repite en todos los hospitales de Cuba y que le ha permitido a la nación caribeña a convertirse en el primer país del mundo en erradicar la transmisión de madre a hijo de sífilis y VIH.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) otorgó a Cuba esta categoría después de una meticulosa investigación de sus expertos en el terreno. Durante cinco días recorrieron hospitales, laboratorios, entrevistaron a especialistas y a pacientes.

“Todo cuanto hemos logrado en esta y otras esferas de la salud, ha sido posible en primer lugar, por nuestro sistema social y porque ha existido una constante e inequívoca voluntad política al más alto nivel, que ha permitido que un país con escasos recursos financieros y bajo difíciles condiciones, haya podido garantizar el derecho a la salud y el bienestar de todo un pueblo por casi 57 años”, declaró el ministro de Salud de Cuba, Roberto  Morales Ojeda.

Los éxitos sanitarios de la isla radican en su sistema preventivo. Uno de sus programas está dedicado al cuidado integral de las mujeres embarazadas. Las parejas están obligadas a realizarse numerosos exámenes médicos y si la futura madre sufre de VIH, se le suministran retrovirales para disminuir la concentración del virus en sangre, así se evita contagiar al bebé.

Hace pocos días, Damaris Fajardo, logró el sueño de ser madre. A pesar de ser una mujer totalmente sana, agradece el trabajo preventivo de las autoridades médicas y los medios de comunicación.

Se estima que en 2013, unos 240.000 niños nacieron infeсtados con VIH en todo el planeta, en Cuba solo hubo dos casos. La OMS llamó al resto de la comunidad internacional a seguir el ejemplo de Cuba. Según la directora de la institución, Margaret Chan, los resultados de la Isla son una victoria sobre el VIH y una prueba de que su total erradicación es posible.

Científicos Africanos en defensa de la Homosexualidad

Escrito por Pere Estupinyà

Divulgador científico y autor de S=EX²: La Ciencia del Sexo

La decisión del Tribunal Supremo de EEUU de aprobar el matrimonio homosexual en todo el país fue una gran noticia para la comunidad gay, y para quienes eso representa convivir en un mundo un poco más libre, justo y ético. Pero todavía falta un largo camino por recorrer. La homosexualidad es ilegal en 38 de los 54 países africanos, y castigada con pena de muerte en 4.

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El origen de la homofobia africana es principalmente religioso, pero algunos dirigentes lo han intentado disfrazar con argumentos pseudocientíficos, como supuesto origen no natural, contagioso, proveniente de occidente, o causa de abusos infantiles.

La Academia de Ciencia de Sudáfrica ha dado un paso adelante ejemplar, preparando un meticuloso informe para esclarecer qué dice exactamente la ciencia sobre la homosexualidad. Y las conclusiones son contundentes:

  • En las prácticas tradicionales africanas siempre hubo comportamientos homosexuales. Estaban integrados en sus culturas, y fueron los misioneros quienes lo convirtieron en un problema
  • En la naturaleza la orientación sexual forma parte de un continuo. La homosexualidad forma parte del amplio espectro del comportamiento sexual humano y animal.
  • Sí existe una predisposición biológica a la homosexualidad. No se ha encontrado un gen asociado a ella, pero sí evidencias y posibles mecanismos de que existen factores biológicos. En los encuestas, los homosexules no la consideran una elección
  • De ninguna manera es contagiosa.
  • No está asociada a más abusos infantiles
  • La orientación sexual no se puede cambiar con terapia psicológica
  • La persecución de la homosexualidad genera clandestinidad y mayor riesgo de contagio de SIDA

Además de ser útil en la defensa de los derechos de las comunidades LGBT africanas, el informe es un importante ejemplo del rol que puede tener la ciencia en debates sociales. Es inocente pensar que la ciencia está libre de ideología, pero sí es cierto que cuando un comité científico amplio se junta a recopilar datos y sacar conclusiones, lo hace con un profundo sentido de la objetividad y visión neutral que contiene un gran valor informativo.

La ciencia no juzga, solo informa. Las interpretaciones son más maleables que los datos. El componente ético de la homosexualidad es un gran ejemplo de este cambio. Hace unas décadas la mayoría de personas de países desarrollados tildaban los comportamientos homosexuales de poco éticos. Ahora lo inaceptable éticamente es discriminar la homosexualidad. Un crecimiento cultural y social, en el que la ciencia también ayuda.

El mundo detiene el sida y se fija un nuevo objetivo: erradicarlo en 2030

La ONU da por alcanzado su sexto objetivo del milenio, ya que 83 países logran frenar el avance del VIH

NAIROBI – El mundo ha alcanzado en 2015 su sexto objetivo del milenio: haber detenido y reducido la propagación del sida y ahora se fijará otra meta más ambiciosa para los próximos quince años: erradicar el virus en 2030.

Según un informe de la agencia de las Naciones Unidas contra el sida (Onusida) titulado Cómo el sida lo cambió todo, que recopila los logros y fija las prioridades para la lucha contra el virus de inmunodeficiencia humana en los próximos lustros, “la epidemia se ha detenido y revertido”. En 2014, 83 países, que representan el 8 % de toda la población que vive con VIH (37 millones a nivel mundial), ha parado el avance o detenido la epidemia, incluyendo a algunos de los países más afectados, como India, Kenia, Mozambique, Sudáfrica y Zimbabue. “Un nuevo objetivo está ahora ante nosotros: poner fin a la epidemia del sida en 2030”, declaró el jefe de Naciones Unidas, quien ayer presentó en Adis Abeba el balance y los retos de la lucha mundial contra la enfermedad.

Entre los hitos alcanzados en esta etapa destaca la reducción de las nuevas infecciones por VIH en un 35%, al pasar de 3.100.000 de contagios en 2001 a 2.000.000 en 2014, y de las muertes relacionadas con el sida, que han caído un 41%. Los nuevos casos han descendido especialmente entre los niños, hasta un 58%, que pronto dejarán de contraer la enfermedad, sostiene el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

La epidemia se ha detenido en 22 países y ha caído un 20% en 62 estados, aunque ha aumentado un 20% en otros 56. La incidencia del sida entre los jóvenes ha caído un 37%, mientras que el 73% de las mujeres embarazadas seropositivas recibe tratamiento para no infectar a sus hijos, cadena de transmisión que Cuba ha sido el primer país en romper. Mientras que en 2000 menos de 700.000 personas recibían tratamiento contra el sida, hoy en día unos quince millones de personas tienen acceso a retrovirales.

PRECIO DE LOS MEDICAMENTOS Precisamente, otro de los logros de este objetivo del milenio es la reducción del precio de los medicamentos que combaten la enfermedad, que han pasado de costar 10.000 dólares al año en 2000 a menos de 100 dólares una década mas tarde. Además, el número de niños huérfanos a causa el sida está estabilizado en cerca de 14 millones, cifra que habría alcanzado los 22 millones sin la expansión de los retrovirales. “Gracias a la resiliencia y el gran sentido de comunidad en África, el 95% de los huérfanos son cuidados por familiares o vecinos”, añade el informe.

Todos los países del continente negro, que sigue siendo el de mayor prevalencia del virus con 25,8 millones de seropositivos (el 70% de todos los enfermos del mundo), dan prioridad a la lucha contra el sida en sus políticas públicas. Aunque el 80% de los enfermos se concentra en veinte países, la epidemia mantiene dimensiones globales y afecta a los hombres que practican sexo con otros hombres (330.000 nuevos casos en 2013), quienes se inyectan drogas (110.000) y a las personas que ejercen la prostitución (70.000). – Efe

Marruecos pide a los homosexuales que “no provoquen” ataques tras una brutal agresión discriminatoria

Imagen de archico de una manifestación en contra de la homosexualidad, tras la expulsión de la activista española LGTBI en la embajada española

Imagen de archico de una manifestación en contra de la homosexualidad, tras la expulsión de la activista española LGTBI en la embajada española./ E. G.

Un hombre, que llevaba un vestido blanco, sufrió una brutal paliza el pasado 29 de junio en Fez, Marruecos. Según muestran varios vídeos de medios locales, una marabunta lo rodeó y le propinó una lluvia de puñetazos y patadas. Desde entonces, dos personas han sido detenidas por la agresión, pero las declaraciones del ministro de Justicia Moustapha Ramid, que ha asegurado que se perseguirá a los culpables, también señalan a las víctimas de los ataques: “Estas personas (los homosexuales) no deben provocar a la sociedad”.

Las palabras del ministro marroquí han indignado, entre otros, a la organización Human Rights Watch (HRW) que exige al gobierno alauí que se limite a condenar los ataques y deje de hacer “comentarios homófobos”, indican en un comunicado. Sarah Leah Withson, directora para Oriente Medio y Norte de África de HRW, indica que la persona que debería velar por la justicia en el país debería mostrar una posición de “tolerancia cero” a este tipo de ataques y no “hacer declaraciones que sugieren que las personas percibidas como homosexuales son anormales y que comparten la culpa de la violencia anti-gay”.

La víctima de la agresión afirmó a HRW que la violencia comenzó a la una y media de la madrugada, cuando un taxista lo expulsó del coche tras una discusión al grito de “janit”, un término peyorativo para nombrar a homosexuales u hombres afeminados. “El taxista causó esta situación. Yo no incité el ataque ni me lo merezco”, dijo el afectado, que no quiso precisar su orientación ni identidad sexual. “Soy como cualquier otra persona”.

Un duro vídeo del medio Goud.ma de la agresión, muestra cómo la turba de gente persigue al hombre hasta que éste consigue refugiarse detrás de un policía. La víctima pasó la noche en una comisaría, según apunta HRW, y “le preguntaron por la paliza pero no abrieron cargos contra él”.

En Marruecos las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están castigadas por el artículo 489 del Código Penal, con penas de cárcel de seis meses a tres años. HRW recuerda que esta situación inhibe que los homosexuales que son víctimas de ataques denuncien los hechos ante las autoridades y ha pedido también al gobierno que retire este artículo de su ordenamiento en la reforma prevista del Código Penal.

El ministro de Justicia ha indicado que cualquier intento de descriminalizar la homosexualidad cruzará “una línea roja”. En la radio Chada FM, Ramid afirmó “no debemos permitir que la gente imponga la justicia… pero estas personas (los homosexuales) no deben provocar a la sociedad, porque la sociedad es así”. También apuntó que él está a favor de la cirugía para un hombre que “por dentro, es una mujer y actúa como una mujer”. Pero añadió: el hombre “que mantiene apariencia de mujer, y además, tiene prácticas sexuales que no encajan con su género, entonces eso se convierte en una cuestión de la ley”.

El pasado mes fue expulsada de Marruecos la delegada española de NOVACT, una ONG financiada con fondos de la cooperación española, la Unión Europea y el Ayuntamiento de Barcelona. La organización ha condenado la actitud del Gobierno en esta ocasión en concreto y en otras anteriores. Sarah Leah Whitson ha subrayado que el ministro no puede “reconocer que es un delito atacar a alguien por su apariencia” y, al mismo tiempo, “insistir en que ser gay es una condición anormal que la sociedad rechaza y que debería seguir siendo delito”.

Por un feminismo no sólo hegemónico

El deseo que se esfuma por el camino

Cuando los feminismos se piensan exclusivamente en términos de hegemonía[1], se pierde algo importante que las luchas feministas desde los 60 pusieron sobre la mesa: el deseo como fuerza colectiva, el cuerpo como campo de batalla y la creatividad como posibilidad de inventar mundos. Necesitamos una política de mayorías, pero también una política del deseo que permita desplazar los presupuestos racionalistas-discursivos que prevalecen en la apuesta populista. ¿Cuáles son estos presupuestos? Tienen que ver con tres cuestiones: otorgar prioridad al discurso como campo en el que se disputa lo político; señalar la importancia de las emociones como instrumentos para la movilización social –en lugar de comprenderlos como afectos incalculables e impersonales–; y tomar la demanda –las reivindicaciones de los diferentes actores sociales– como lógica que rige el espacio político.

Chantal Mouffe y Ernesto Laclau publicaron en 1985 un libro clave, Hegemonía y estrategia socialista, en el que elaboraron una contundente crítica al marxismo ortodoxo. En el centro de sus preocupaciones, estaban dos: pensar las luchas sin presuponer una identidad a priori que portaría en sí misma el cambio; y dar cuenta de una multiplicidad de sujetos surgidos al calor de las transformaciones socioeconómicas de un capitalismo que se recomponía velozmente: feminismos, luchas étnicas, nacionales, sexuales y ecológicas. En relación al primer punto, pensaron que el cambio no podía derivarse automáticamente de una determinada posición de clase. Debían contemplarse los complejos procesos en los que se forman las identidades políticas. Esta atención implicó romper con algunas de las certidumbres que ofrecía el relato marxista: la clase obrera, entendida como una esencia con inclinaciones propias, se desvanecía. En relación al segundo, en contra de los pensadores que en el término del siglo XX profetizaban el final de la política, señalaron que la proliferación de nuevos protagonismos no debía conducir al relativismo. Al contrario, constituían la riqueza necesaria para repensar la democracia, siempre que se buscasen formas de articular las diferencias que evitasen la dispersión de las luchas. Como Laclau desarrollará posteriormente, para ello se volvían imprescindibles significantes vacíos como «pueblo» con capacidad para nombrar diversas demandas sin condicionarlas en su contenido ( no tanto por su vaguedad, sino por tratarse de significantes al mismo tiempo necesarios e imposibles –nunca pueden representarlo todo–), y que permitía aglutinarlas a partir de sus equivalencias.

Teniendo en cuenta estas importantes aportaciones, ¿puede afirmarse que una teoría que se reconoce parte de la crítica al esencialismo filosófico y político contenga algo del racionalismo que pretende cuestionar? Para intentar responder a esta pregunta –sacudida por la preocupación de un deseo que se esfuma de la acción política– debemos acercarnos a tres problemas que transitan entre la propuesta teórica de Mouffe y Laclau, y la experimentación real de Podemos en España.

¿Qué política, qué sentido común, qué articulación?

El primer problema surge cuando reducimos lo político a una serie de demandas. La demanda presupone un sujeto que realiza determinadas reivindicaciones, como si el proceso por el que dicho sujeto se forma no fuese político en sí. Pese a que estilos, modos de hacer y construir relaciones son determinantes, pasan a un segundo plano. Si tenemos en cuenta que estos aspectos están implicados en producir subjetividades diferentes, este desplazamiento supone una pérdida fundamental. Gilles Deleuze y Félix Guattari señalaron que lo que sucede en el plano molecular –que tiene que ver con lo que ocurre en el nivel del deseo, no con lo pequeño o individual– es clave para el tipo de procesos revolucionarios que ponemos en marcha. Desde los 60, las revueltas feministas afirmaron que el cambio debe tocar los cuerpos, transformar la vida. Con ello, anticipaban la respuesta a un capitalismo que además de producir desigualdades económicas insiste en lo simbólico, codifica el deseo social. El poder produce formas de vida,  se encarna en la sexualidad, el racismo o el consumo, modula individuos. Si consideramos esto, el desafío que se presenta es revalorizar el proceso de experimentación que permite construir otras culturas políticas, otros modos de habitar el mundo. Los afectos no son emociones individuales que puedan ser conducidas por la razón, sino la materialidad en la que nos constituimos. Dicho de otra forma: el desafío se juega también en una micropolítica de los cuerpos.

Con aquel desplazamiento, también se olvida la existencia de algo más esencial que la demanda: el acto por el que acontece la reapropiación de la potencia colectiva. Antes que la demanda, lo político reclama espacios donde vivenciar la capacidad que tenemos de cambiar las cosas junto a otros, de hacer lo imposible. Espacios donde lo que se pone en juego no es algo calculable, sino la misma intensificación de esa potencia. Precisamente, se trata de una potencia que no siempre puede –ni debe– traducirse en demanda; ésta es en todo caso un efecto de un proceso mucho más amplio. La tensión producida en los últimos meses, al calor de las pasadas elecciones municipales, entre desborde y control, exceso y captura o sociedad en movimiento y movimiento social puede entenderse como una disputa positiva contra el olvido de esta noción amplificada de lo político. Si echamos la vista atrás en busca de referentes que ayuden a orientarnos, encontramos la singular experiencia de institucionalización que vivió el movimiento feminista en los años 80 y 90; experiencia que nos enseñó que la posibilidad de crear nuevos imaginarios está ligada a espacios de autonomía social: en ellos, se inventan mundos diferentes. Y que sin procesos de autonomía que sean capaces de salir más allá de sí mismos lo que se genera es meramente autorreferencial. En el contexto que nos toca, cabe decir que sin experimentación social no podrán crearse instituciones realmente otras. No debe olvidarse que el triunfo en las urnas no fue producto de un movimiento prefigurado, sino de la sociedad en movimiento que de maneras a veces insospechada, desde múltiples focos, ha alimentado una atmósfera de cambio sin precedentes. El 15M sigue siendo la imagen que nos inspira: un movimiento de cuerpos que auto-organiza progresivamente un nuevo sentido de la realidad. Esta imagen la tenemos grabada a fuego lento en la memoria colectiva reciente. Debemos seguir preguntando: ¿Cuánto del 15M es parte del famoso asalto institucional? ¿Cómo mantener viva una política deseante? ¿Puede ser ésta también una política de mayorías?

El segundo problema tiene que ver con la batalla por la hegemonía. Si miramos desde los feminismos, vemos que tenemos una oportunidad ¿histórica? para hacer de nuestras propuestas lugares comunes en los que la sociedad pueda sentirse reconocida. Para ello, se necesitan marcos de sentido compartidos, lenguajes menos codificados que promuevan una participación amplia e ir más allá de posiciones ideológicas, interpelando desde la experiencia llana, cotidiana, en primera persona. En esta tarea, enfrentamos dos peligros: que se confunda este trabajo de conexión de lo particular a lo general con asumir un determinado sentido común presente en la sociedad –presuponiendo su necesidad, olvidando su contingencia–. Y, por otro lado, interpretar la articulación entre diferentes luchas como algo que tiene lugar desde arriba, como un paraguas que nos protege, pero que nos queda grande y no acabamos de sentir propio.

¿Cómo evitar esto? Primero: no puede darse por hecho qué sea el sentido común, pues éste siempre está sujeto a la historia y al lugar en el que se delimita. No está de más señalar que lo que para unos resulta «de sentido común» no lo es para otros. Esto tiene que ver con el hecho fundamental de que el sentido permanece siempre abierto: no puede ser clausurado de manera definitiva. Por ejemplo, pensemos cómo ha cambiado lo que entendemos por «crisis»: de un destino inesquivable a una situación con responsables directos. Si bien, por una parte, el sentido es objeto de disputa, por otra, el sentido también implica un proceso creativo. Y si el sentido se crea es debido a que las palabras no pueden decirlo todo por sí mismas: están inacabadas, y este inacabamiento permite que pueda producirse una novedad; y que protestar, tomar las plazas o parar un desahucio adquieran un significado diferente. Pero, ¿qué es lo que hace entonces que tal sentido y no otro se torne común? Una respuesta tentativa: tiene que ver con la presencia de diversas fuerzas que constituyen lo social (por ejemplo: sin la Plataforma de Afectados por la Hipoteca posiblemente los desahucios no serían considerados como ocurre hoy un problema de todos), así como con la capacidad de nombrar una experiencia compartida –vivida y sentida por muchos– y con no decirlo todo: con expresar algo de su esencia inacabada; con la posibilidad de dibujar una línea de fuga, de crear un significado distinto. El desafío en este caso: no plegarse a un sentido predeterminado, sino insistir en que podemos crear otros compartidos por muchos (¿quién diría hace solo unos pocos años que los mercados –representantes por antonomasia de la lógica capitalista de acumulación– iban a ser reprobados por tantos?).

Por último, debemos preguntarnos: ¿Existe un único modo de construir articulación política o hay diversos? Son fundamentales demandas generales que provean de un marco común a las diferentes luchas, del modo en el que permite hacerlo, por ejemplo, «democracia real». Pero también es importante observar cómo se conforma dicho marco. Existe el peligro de que la articulación se realice desde cierto idealismo del lenguaje: entre diferencias que no tocan, modifican o afectan al conjunto que las reúne y que intenta significarlas desde arriba. Aquí podemos creer estar ante una articulación, pero asistir en realidad a una operación en la que se neutraliza lo diferente. Evitar esto exige girar la mirada hacia las prácticas políticas que encarnan de modos diversos problemas generales (sanidad, vivienda, migración, cuidados). Y que al encarnarse los resignifican. De modo que asistimos a un movimiento en una doble dirección. Por ejemplo: ¿cómo practican los feminismos la democracia? Y, al mismo tiempo, ¿cómo se reinventa la misma idea de democracia a través de dichas prácticas: una democracia no solo de las instituciones, sino también de los hogares y de las relaciones sexuales? Cuando partimos de las vivencias, de las luchas, de las realidades cotidianas, la articulación se produce al nivel de la experiencia, de la composición de los cuerpos, y no solo desde cierta sobredeterminación del discurso. Dicho de otra manera: el desafío en este caso es tejer una política de lo común.

¿Qué supone esto para los feminismos?

Digámoslo de este modo.
Necesitamos algo de la política deseante.
Necesitamos también algo de poesía.
Necesitamos no renunciar a inventar nuevos sentidos sobre el mundo que queremos desde miradas feministas.
No solo demandar. No solo conectar con lo que hay. También atrevernos a imaginar otra cosa diferente. Hacerlo desde la realidad en la que se ensayan transformaciones a escala de las estrategias cotidianas que sostienen un sistema insostenible.
No solo conquista del sentido común: también creación de nuevos mundos. Nadie esperaba el 15M.
Ni que aquello de poner el cuidado en el centro fuese debatido ampliamente.
No hay democracia sin feminismos, pero tampoco hay democracia sin experimentar otras culturas políticas.
Culturas políticas capaces de revolver los cuerpos, que produzcan cercanías e intensidades nuevas.
Culturas del cuidado que no son femeninas, sino feministas.
Que hacen que circulen otras prioridades y otros modos de estar en el espacio político.
No solo articulación discursiva-racional de las demandas feministas, sino también expresión de otras formas de vida que se contagian y expanden sin saber apenas cómo.
No solo tener razones que nos unen, sino componernos y afectarnos.
No solo articular mayorías sociales, sino producir desviaciones, desbordes.
No solo bloques antagónicos, sino diferencias irreductibles, singularidades.
No solo demandas, sino también el gesto artístico. El que trasporta en su esencia apenas sin hablar a lo imposible.
Y es que el sentido se disputa, pero también se crea.

silvia l. gil

 

[1] Este texto parte del reconocimiento explícito a todas las feministas que desde Podemos u otros espacios están dando la enorme batalla por hacer que las ideas feministas estén en el centro de la discusión política actual.