El MACBA cancela una exposición por una escultura “inapropiada” del rey Juan Carlos

El director del museo ha decidido no incluir dicha obra y el comisario y el artista, a su vez, se han negado a que la obra quede excluida, por lo que la muestra no se llevará a cabo

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Hot Couture 04 Transport, la obra de la discordia.

BARCELONA.-El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) ha cancelado la exposición “La Bèstia i el Sobirà” a causa de las desavenencias entre el equipo comisario y la dirección del museo sobre los contenidos incluidos en la muestra.

El director del museo, Bartomeu Marí, ha decidido no incluir una obra por considerarla inapropiada, y el comisario y el artista, a su vez, se han negado a que la obra quede excluida, por lo que la muestra no se llevará a cabo.

La exposición, una coproducción con la Württemberg Kunstverein de Stuttgart (WKV) con el apoyo de Kulturstiftung des Bundes, explora cómo las prácticas artísticas contemporáneas cuestionan y deshacen la definición de la soberanía política.

La alegoría en la que se basa la exposición consiste en la bestia, que supuestamente desconoce el derecho, y el soberano, el poder del cual reside precisamente en su capacidad de suspender el derecho.

El director del MACBA, Bartomeu Marí, ha declarado a Efe que ha tomado esta decisión porque considera que hay una obra de la artista austríaca Ines Doujak que no debe exponerse, y ha remarcado que “las obras de arte son mensajes y hay determinados mensajes que no son apropiados que la institución emita”.

Según Marí, “he defendido, apoyado y estimulado esta exposición”, con la que ha negado tener problemas, y ha sido una obra concreta, de la que no ha querido explicar su contenido, la que ha generado esta polémica, que ha acabado con la anulación de la muestra.

En este sentido, ha puntualizado que, “como las exposiciones son fruto de acuerdos entre artistas y comisarios e instituciones, que en este caso no han existido”, ha tomado la decisión de anularla.

Marí ha explicado que el lunes se dio cuenta de que en la exposición, que se tenía que inaugurar hoy, había una obra que no tenía que estar y pidió que se retirara, y que la decisión de anular la muestra “viene porque las exposiciones deben estar de acuerdo con la línea editorial del museo”.

Ha recordado además que el MACBA tiene una perspectiva “muy abierta” con relación a todos los temas estéticos y de la vida de nuestro tiempo, pero que en este caso considera que “no se adecuaba”.

También ha dicho que lamenta mucho la situación porque en más de 25 años trabajando en el mundo del arte nunca antes había visto una cosa similar, y ha incidido en que, aunque ha tenido muchas discusiones con comisarios y autores, es la primera vez que no llega a un acuerdo.

El director del MACBA ha reconocido que todavía no ha hablado con la artista y que tiene previsto hacerlo en breve para tratar de esta situación, que le parece lamentable, y explicarle personalmente los hechos, además de remarcar que el desacuerdo es entre el museo y los comisarios, y que como es el responsable ultimo, ha tomado una decisión con conocimiento de lo que implica y que lamenta muchísimo.

Sobre la exposición, ha dicho que se empezará a desmontar hoy mismo y que las obras de los 30 artistas que se iban a mostrar se devolverán a los prestadores, a los que se darán todas las explicaciones necesarias.

La exposición exploraba, según anunció el MACBA, cómo las prácticas artísticas contemporáneas cuestionan y deshacen la definición occidental y metafísica de la soberanía política a través de obras de los artistas internacionales más relevantes de los últimos quince años.

Según el museo, los trabajos que se exponían en “La Bèstia i el Sobirà”, comisariada por Hans D. Christ, Iris Dressler, Paul B. Preciado y Valentín Roma y que ayer ya suspendió su presentación ante la prensa, proponían otra forma de entender la libertad y la emancipación como procesos de redistribución de la soberanía.

El Macba cancela una exposición por una escultura del rey Juan Carlos sodomizado

Casa Real señala que no tiene nada que ver con la decisión del director de la pinacoteca catalana

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La obra objeto de la polémica.

¿Censura?, ¿miedo?, ¿presiones?… el mundo cultural barcelonés está hoy que hierve, después de la decisión de la dirección del museo Macba de la capital catalana de cancelar una exposición, que se inauguraba hoy, en la que figuraba una escultura de la austriaca Ines Doujak, en la que aparecía el rey Juan Carlos sodomizado.

La obra, que ya se expuso en la Bienal de Sao Paulo, formaba parte de una muestra titulada ‘La bestia y el soberano’ y que desde la dirección del museo han considerado que podía resultar “ofensiva”. Así, la pieza está compuesta por un lobo, que penetra a una líder feminista indígena boliviana, quien a su vez lo hace a un hombre agachado que guarda un gran parecido con el padre del actual Rey de España, que a la vez vomita unos vegetales por la boca.

La cancelación de la exposición se ha producido por las diferencias entre los comisarios de la misma y el museo barcelonés. Desde la pinacoteca, habían sugerido a los comisarios que únicamente suprimieran la polémica escultura, pero ante la negativa del comisario y de la artista austriaca a retirar la obra, el Macba ha optado por suspender la exposición entera.

El director del Macba (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona), Bartomeu Marí, ha negado esta mañana las acusaciones de censura y de haber cedido a las presiones. “Hemos decidido no incluir una obra que consideramos inapropiada en esta muestra. Ante la negativa de los comisarios (y del artista) a retirarla se ha decidido que la exposición no tendrá lugar”, ha afirmado. “Ha sido por coherencia y no por miedo”, ha añadido. A su juicio, la escultura está en “contradicción” con la línea editorial del museo (cuyo patronato está participado por el Ministerio de Cultura, la Generalitat y el ayuntamiento de Barcelona) y podía transmitir un mensaje que el museo no quiere vehicular, ni desea tener que gestionar.

La exposición era una coproducción con la Württemberg Kunstverein de Stuttgart (WKV) y trataba de explorar cómo las prácticas artísticas contemporáneas cuestionan y deshacen la definición de la soberanía política. Los comisarios han afirmado que intentarán que la polémica obra pueda ser expuesta en Barcelona. Los trabajadores del museo han reclamado en asamblea explicaciones a la dirección.

EL PLACER DE LAS MUJERES

Si obtener y dar placer es algo tan importante y básico, entonces ¿cuál es la razón de que todavía no se hable abiertamente de ello y, sobre todo, con naturalidad? Diez mujeres de distintas edades, procedencias y formas de entender la sexualidad han accedido a dar testimonio sin tapujos para 7K sobre sus experiencias personales respecto al placer y el sexo. El resultado es un muestreo anónimo que no busca ser científico, ni tampoco tiene mayores pretensiones que poner el foco en espacios habitualmente encerrados entre las paredes de una habitación y, de paso, provocar el debate o la reflexión. Además, ahora que se acerca el 8 de marzo, día de la Mujer Trabajadora, ¿por qué no reivindicar el placer de las mujeres? Que la lectura les sea placentera.

Tiene claro que…

«Si termina él antes, luego que me dé placer a mí»

M., 27 años, con pareja

Mis padres, más que darme una charla, lo que hicieron fue regalarme un libro sobre sexualidad cuando tenía unos 9 años. Todavía lo tengo por ahí. Es ‘Sexo… ¿Qué es?: Desarrollo, cambios corporales, sexo y salud sexual’ (Robie H. Harris), un libro con muchos dibujos, con una abeja muy mojigata y un pajarito muy liberal que discuten entre ellos lo que está bien y lo que está mal. Trata tanto de sexo como de la menstruación, la homosexualidad… y a mí me ayudó mucho. Bueno, mi primer 10 en la ikastola fue en sexualidad; o sea, que el libro me ayudaría en algo.

El placer de las mujeres (Thinkstock)

El placer de las mujeres (Thinkstock)

No me acuerdo cuándo empecé a masturbarme, pero mis primeras relaciones sexuales completas fueron tarde, con 18 años, con mi primer novio, aunque antes sí que tuve rollos: te liabas con un chico, dos besos y ya está. No era por vergüenza, sino que ponía límites, hasta que encontré a un chico con el que me apeteció. Llevaba todo super controlado, sobre todo porque no quería ser madre soltera. A pesar de todo, no me sentí insegura, porque él también era virgen. Fuimos poco a poco, mientras que con el que estoy ahora fue todo lo contrario: fue a saco. Fue mi primer «folla amigo», aunque luego se convirtió en algo más, y mira que mi intención no era que terminásemos de pareja.

Yo sí que soy consciente de que ahora sé lo que quiero. Antes casi era «dejarte», no sé cómo explicarlo, pero sí un poco como lo que nos han vendido en las películas: lo de disfrutar y llegar los dos a la vez y todas esas cosas. Y luego te das cuenta de que no es así. Con mi pareja actual, sin embargo, me digo: «Primero, yo. Voy a disfrutarlo». Y, al final, al disfrutar tú haces que él disfrute. Y si termina él antes, ¡luego que me dé placer a mí! Nosotros somos muy de buscar cosas nuevas, sobre todo sitios nuevos. ¿Una fantasía? Hacerlo en el mar, de día, en la playa y sin que la gente se dé cuenta. La cuestión es que no se enteren, pero no me atrevo, no vaya a ser que nos vean un niño o una señora mayor…

Tiene claro que…

«El sexo no debe estar condicionado por la fidelidad»
J., 66 años, viuda, con tres hijos

Lo tengo claro: no creo que el sexo tenga que estar condicionado por la fidelidad, porque la base de la pareja es el respeto. Eso de que se ponga al sexo como una condición moral para que exista la pareja no es cierto, porque yo no le he faltado el respeto a la mía, aunque me haya ido con unos y otras. Con mi marido he tenido una relación maravillosa, de comprensión total, porque él también creía en la libertad individual y era muy liberal en el sexo. Tengo clarísimo que soy bisexual, aunque a estas alturas no practico el sexo, ni siquiera conmigo misma. Como que no me apetece. Desde que él murió estoy como paralizada: no es que no sienta la necesidad de hacerlo, es que me da igual.

Sí reconozco que nuestra relación no era lo habitual, pero es que nosotros hemos hablado mucho siempre. No digo que le contara el 100 % de todo, eso tampoco. Tampoco he notado el rechazo de la sociedad, porque las personas que lo saben lo ven normal, como una manera diferente de pensar que está muy bien, siempre y cuando a ti no te cree problemas y lo veas claro. Yo no hubiera hecho muchas cosas si mi marido no hubiera sido como era, y eso es el verdadero respeto. Por mi parte, reconozco que soy promiscua de toda la vida. He sido muy lanzada desde joven, porque no me ha creado problemas de conciencia. Si te pica la cabeza, ¿qué haces? Te la rascas. Pues si te pica lo otro, también y punto. Es una manera más de relacionarte y no hace falta darle la importancia que le da la sociedad.

Me suelo quedar alucinada por lo poco que hemos avanzado con el rollo de la fidelidad, empezando por mis hijos, que son superfieles, y me pregunto ¿de dónde han salido estos? Es que yo veo a los jóvenes muy conservadores y me da pena. Hubo una época, la de los años 60-80, con el movimiento hippie, en la que muchos nos liberamos muchísimo. De hecho, los que tomamos conciencia social y personal en aquella época lo vivimos así Aquí, sin embargo, está demasiado enraizada la tradición. Por ejemplo, antes podías poner la pega de «que la Iglesia no me deja», pero ahora no es así, ni nosotros os hemos enseñado eso. Y, sin embargo, ¿qué influye en que se dé este conservadurismo? Para mí, es causado por un tipo de sociedad que nos hace conformarnos con un sueldo de 600 euros en lugar de uno de 1.200. Pues, igual en el sexo.

Tiene claro que…

«Todavía nos cerramos a que nos den placer a nosotras»
I., 29 años, sin pareja

Yo trabajo en un mundo de hombres, en el ámbito deportivo, pero de siempre me ha gustado esto del sexo. Me ha gustado hablar de ello, soy además una mujer de muchos ligues –no me van mucho las parejas– y ahora mi trabajo «por las noches» es con la Maleta Roja, lo que me da la oportunidad de enseñar cosas que a mí me gustan y de abrir un poco la mente a las mujeres sobre el sexo. Así por lo menos aporto mi granito de arena.

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La verdad es que me ha sorprendido ver que todavía nos falta mucho por aprender. Me da la impresión de que todavía nos cerramos mucho a que nos den placer a nosotras. Debiéramos de ser más abiertas de mente, estar más propensas a jugar. A veces pasa que cuando, en las reuniones, alguna demuestra más conocimientos de, digamos, juguetes sexuales, las otras le sueltan lo de «¡menuda guarrilla!». Y eso no me gusta nada. Nos falta todavía abrirnos a que hay un montón de cosas diferentes, a que existe un campo más grande…y que una no es una «guarrilla» por probar otras cosas. En más de una reunión me he encontrado con que he tenido que decir a alguna lo de «esto lo tienes que hablar con la sexóloga» o con que he tenido que explicar donde está el clítoris.

A mí personalmente sí que me gustan muchos los juguetes y también el bondage, que es un poco menos que el sado, pero no es lo que más me piden. En todo caso, llegan a pedir unas esposas o un antifaz, pero lo que más vendemos son lubricantes, velas calientes, aceites para darse por el cuerpo… es decir, cosas para los preliminares. También vibradores, de los que hay una variedad terrible. Tienes de todo: acuáticos, de doble placer, simples… Con los hombres pasa que se echan bastante para atrás con los vibradores, porque todavía son reacios debido a que lo ven como si les hicieran competencia. Para empezar con tu pareja, puedes empezar con uno pequeñito, explicándole bien para que no le dé «cosa». Pero ante la variedad, que cada una elija según sus gustos.

«Yo me llevo bien con la soledad y me apaño muy bien sola»
O., 62 años, madre de una hija

A los 23-24 años empecé en el movimiento feminista y eso, quieras que no, te abre la mente, te amplía horizontes. Para mí, ha sido fundamental a la hora de romper tabúes. Yo no lo he hecho, pero tengo amigas que se autoexploraban en grupo… no sé, cosas así te abren a otros campos; es más, te dan alas para probar otras cosas. Yo por lo menos lo viví así, y soy consciente de que de otra forma estaría en un tipo de relación más anclada en modelos más conservadores.

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Sí, soy bisexual. He estado casada, me enamoré de una mujer y después he tenido relaciones con algún hombre, luego con chicas… y ahora, desde hace años, nada. Mentalmente sí me identifico más con las mujeres, quizás por mi militancia feminista, que marca mucho. Cuando me relacioné por primera vez con una mujer, sexualmente fue un descubrimiento maravilloso, y sí que constituyó una experiencia sexual diferente. Luego ha habido experiencias más normales, no tan bonitas, aunque supongo que también ahí entra en juego la emoción. Entre las mujeres, en general, se habla del sexo como de broma, no con total naturalidad ni se intercambian experiencias. Hace no mucho vi un documental titulado ‘Las Muertes Chiquitas’ (documental hecho en México por Mireia Sallarès sobre el orgasmo femenino), que trata sobre el poder de la masturbación. Me doy cuenta de que entre nosotras no se habla de eso, cuando tiene tanta importancia y, además, ¡te da una independencia! ¿Que cómo entiendo yo la promiscuidad? Es un tema peliagudo, porque en la práctica es más complicado que en la teoría. Conozco a gente que se lo ha trabajado mucho y que lo lleva con mucha apertura, pero es complicado, y eso que ahora hay tanta escuela y teorías como el poliamor, por ejemplo. Lo que está claro es que hay que intentar evitar todo lo que haga sufrir.

A mi hija, que estaba al tanto de mis relaciones, la veo abierta y que lo vive todo con total naturalidad. De vez en cuando me dice: «¡A ver si encuentras algo, da igual que sea hombre o mujer!». En este momento no tengo ninguna relación, pero es que me da como pereza a nivel intelectual. A veces sí que me apetecería, pero no porque sienta necesidad sexual, porque yo me apaño bien sola.

Tiene claro que…

«El placer de las mujeres es la historia no contada»
R., 39 años, madre de dos hijas

Mi teoría es que el placer de las mujeres es la historia no contada. Es muy difícil saber cómo lo hemos vivido, porque siempre se ha quedado en la esfera de lo íntimo o, en todo caso, solo se ha contado a personas muy próximas. Entonces, poco sabemos sobre la importancia que le ha dado la mujer a las relaciones sexuales. Lo que sabemos es por pura intuición. Yo personalmente me he criado en una burbuja para mi tiempo, respecto a la sexualidad, y luego vi que «fuera» era otra cosa. A mí me supuso bastante contraste cuando, al entrar en el instituto, lo que para nosotros era natural tenía, sin embargo, un punto de morbo para el resto de la gente. Fui educada de una forma tan moderna –en casa, en la ikastola, luego en grupos de tiempo libre como Kimuak–, que para mí fue un choque, como si hubiera estado entre algodones.

En mis relaciones, he sido de tener parejas fijas. En el amor soy totalmente monógama, pero el sexo me parece otra cosa distinta. Los diferencio, aunque a veces se da que el sexo y el amor se den a la vez. Respecto a mis hijas, estoy a favor de una exploración sexual no invasiva; es decir, que ellas sean las que lo descubran de una forma natural, porque las niñas son muy inteligentes y se exploran, se tocan, preguntan y te das cuenta de que se masturban. Bueno, respetamos su sexualidad, que en casa no vean que hay tabúes y nos pueden tocar sin ningún problema. De todas maneras, son muy pequeñas todavía y lo que buscamos es que tengan consciencia de que todo es natural. Lo que sí les digo es que no se toquen la potxita con las manos sucias.

Tiene claro que…

«El tabú sobre el placer en solitario de la mujer sigue existiendo»
L., 29 años, con pareja

Tengo muy grabada una escena, de cuando tenía unos 17 años. En una de las clases con una sexóloga que venía al instituto, cuando preguntó por la masturbación, ninguna de nosotras admitió que se masturbase, cuando era evidente que sí. Mientras, los chicos no tenían ningún problema incluso en decir dónde y cómo se excitaban. No creo que fuese debido solo a las chicas lo viviéramos como algo más íntimo, sino también a los tabúes sobre el hecho de que la mujer se dé placer a sí misma. La cuestión es que vi cómo nos cohibimos de tal manera que no podemos expresarlo con total naturalidad y que, el placer en solitario en la mujer, sigue siendo un tabú y una losa.

De hecho, en mi cuadrilla tampoco es algo de lo que hable abiertamente. Sí de las relaciones que podíamos tener con otra persona. Nosotras hablamos y hacemos muchas risas, tanto de lo que ha salido bien como de lo que te ha podido salir mal. Ha habido alguna que ha tenido un zote de novio y lo ha contado, por lo que hemos podido aconsejarle… No sé, ha habido de todo, hasta una que ha conocido lo que es un orgasmo bien tarde, aunque pienso que era por la falta de comunicación que se pudiera producir en la pareja.

Para mí, en la relación de pareja, que el sexo sea satisfactorio es un elemento muy importante. No digo que un 100 %, pero sí un 80 alto. Es otra forma de conectar con la otra persona, de demostrarte el cariño y la atracción. En mi caso, no sé lo que es tener relaciones sin llegar al placer… bueno, te puede salir alguna vez mal, aunque no es la norma. Llevamos muchos años juntos y es evidente que hemos pasado por distintas etapas, pero siempre hemos buscado cosas nuevas por curiosidad y para no caer en la rutina. En cuanto a mis zonas erógenas, sé lo que me gusta y lo que no, me conozco a mí misma y él también me conoce… Si no nos hemos aburrido el uno del otro, y que no suene pedante, es debido a que es algo que hemos cuidado mucho, pero no como si fuera «etxekolana», sino como algo que hay que mimar. A ver: si hablas de las facturas, también tienes que hablar de sexo, porque una vez que lo has solucionado, buah, es una fiesta.

Tiene claro que…

«Lo del amor romántico ha hecho mucho daño»
A., 55 años, madre de una hija

Me acuerdo de que todos me miraban asombrados en la cocina, sin saber qué hacer. Tendría unos 4 o 5 años, estaba sentada y me tocaba. Entonces aprendí que eso no se hacía en público, aunque seguía haciéndolo en mi habitación. Era consciente de que eso no podía ser malo, porque me hacía sentirme muy a gusto. Por eso nunca me han gustado las monjas, ni nada de eso. El placer es algo natural. En los bebés, cuando les estás dando el biberón, se nota muchísimo que se frotan. Con mi hija, una vez que le noté acalorada, le dije que lo hiciera en su habitación, de forma tranquila y en privado, pero se llevó un corte tremendo. De hecho, no la he vuelto a pillar. Le tienes que decir hasta cincuenta veces que recoja un vaso, pero, figúrate cómo se respira en el aire que eso no hay que hacerlo en público, que, en un ambiente tan progresista como el de nuestra casa, con una vez dicha lo cogió al vuelo.

¿Que si en las escuelas les hablamos de sexo? En la escuela se les da clase de biología únicamente. Me suelo quedar pasmada de lo que veo, con el profesor hablando y los críos con unos sofocos y risas, y tan encendidos hormonalmente que ni oyen ni entienden. Es absurdo. Yo creo que haría falta dar clases reales de sexualidad, porque de algo que te da tanto placer que se hable tan poco lo convierte en tabú. Creo que informarnos está bien: informarnos de cómo llegar al placer, de que hay muchas formas, de los frotamientos que hacen los niños… Por otra parte, a mí me molesta la idea del amor romántico, porque ha hecho mucho daño. No sé dónde están esas cineastas femeninas que nos enseñen en el cine otra forma de ver el sexo.

Tiene claro que…

«Era ignorancia total. Me enseñó a masturbarme una vecina»
T., 75 años, madre de dos hijos

Yo estoy muy enfadada con la Iglesia católica por el papel que jugó durante el franquismo, cuando nosotros éramos jóvenes. No les puedo perdonar, porque todo era pecado, hasta «arrimarse» un poco cuando bailábamos en la plaza. Todo se hacía a escondidas, con miedo y había muchísima ignorancia. Yo personalmente tengo esa pena, porque me pregunto: ¿por qué no nacimos veinte años más tarde? Figúrate, ya de adultas, una vez escuché a una amiga decir que ¡te puedes quedar embarazada si te desnudas en la playa porque el semen del hombre anda suelto por ahí! Hicimos unas risas… Nosotros llegamos al matrimonio sin tener ni idea de sexualidad y, por suerte, no he tenido problemas para obtener placer. Eso sí, a mí a masturbarme me enseñó una vecina. Yo ya era madre, tendría unos 28 años, y ella empezó a decir que si estaba enfadada con su marido porque no le tocaba y le contesté que «yo eso no lo he hecho nunca». «¿Cómo qué no? ¿A qué vas a estar esperando?», me respondió.

A nosotras, hay que reivindicarlo, nos liberó la actividad política. Íbamos a hacer pancartas a la sede, a buzonear, a cocinar para sacar dinero para las ikastolas… de todo –hemos trabajado muchísimo–, pero después nos hacíamos nuestras juergas: salíamos a bailar, hacíamos muchas risas, cantábamos como locas… Aquella época fue nuestra liberación y nos ha pasado de todo, como aquella amiga, que luego se separó, que hasta le puso una vez pastillas para dormir al perro para poder salir de noche tranquila. Cuando volvió, se encontró con un lío terrible en casa, con el perro medio loco y los niños despiertos.

Con mis hijos siempre he hablado con naturalidad del sexo y por nuestra casa han pasado un montón de parejas que no tenían dónde estar juntos. Me acuerdo que una vez mi hijo estaba en su habitación con una chica, y mi marido dijo que «esto no puede seguir así». Yo le respondí: «¿Tú te estás enterando de que no estás solo en casa, de que también estoy yo». Se calló. ¿Y que cómo veo a las nuevas generaciones? Pues a los jóvenes no les veo más liberados a que nosotros. Las mujeres siempre hemos sido más avanzadas que los hombres y esto sigue igual, porque ellos siguen manteniendo la idea de ser el macho.

Yo, en los hombres, me fijo en la mirada. Algunas veces, igual estás despistada total, levanta la mirada y dices, «¡ay ama!».

Tiene claro que…

«He disfrutado tanto con los hombres como con las mujeres»
C., 59 años, sin pareja

Tendría yo unos 11 o 12 años, estaba en el hospital porque me habían operado, y leyendo un libro tuve el primer orgasmo de mi vida. Sin tocarme ni nada, solo leyendo, y me dije «¡qué bueno es esto!». Marqué la página y lo leía continuamente, porque seguía produciéndome orgasmos, hasta que mi madre y la enfermera se dieron cuenta. Un día, el libro desapareció y, cuando volvimos a casa, lo encontré, pero ya no me excitaba tanto. Creo que había cumplido su función.

Yo soy bisexual y he disfrutado de las dos formas, tanto de hombres como mujeres. ¿Que si hay diferencias? Para mí no tienen absolutamente nada que ver: con los hombres, el sexo es como más rápido, igual un poco más agresivo, disfrutas pero casi después de que el chico haya eyaculado; con las mujeres, siempre lo he vivido mucho más tranquilamente. Es mucho más suave y puedo decir que a mí se me hace mucho más placentero. Es como más mutuo, llevas más o menos el mismo ritmo, es más igualitario. Yo lo he vivido así: he disfrutado con los chicos y con la penetración y todo; o sea, lo he pasado muy bien, y con las mujeres también, pero reconozco que he tenido más relaciones con mujeres. De hecho, mis relaciones más largas han sido con mujeres. De todas formas, me he enamorado de la persona y, a partir de ahí, ha surgido la sexualidad. Otras mujeres son lesbianas-lesbianas… y yo, en cambio, no. Por ejemplo, me puedo masturbar tanto pensando en una mujer como en un hombre.

De la primera mujer de la que me enamoré, recuerdo que me ofusqué. Yo estaba con un chico entonces y fue como una obsesión. He tenido temporadas que he sido bastante monógama y otras que he sido un pendón, un auténtico desastre para mi pareja en ese momento. Ahora se me ha bajado la líbido muchísimo, aunque, bueno, hace poco estuve con las amigas en un sex shop haciéndonos unas risas, y compramos solo libros porque los juguetes eran caros, pero nos hemos estado whasapenado porque queremos volver.

Tiene claro que…

«Somos la ‘generación bocadillo’ entre ‘no seas una puta’ y ‘libérate’»
R., 24 años, con pareja

En casa, no recuerdo que existieran tabúes. Con la desnudez no había problema alguno, ya con la sexualidad… igual, si hubiera preguntado, mi madre me habría contado más, pero incluso alguna vez que planteó hablar de sexo, me cerré en banda. Ese reparo por mi parte supongo que sería causado a que en algún lado yo habría notado que esto no era algo muy natural de hablar.

Lo que se nos ha transmitido desde la educación ha sido la idea de la protección y no era tanto un espacio para preguntar o salsear, sino para enseñarnos los métodos anticonceptivos. Como ya nos habían enseñado a poner condones, en tercero de la ESO en las salas de sexualidad, suponía un poco de presión, porque «si he empezado a relacionarme con un chico, tendré que ponerle un condón», pensabas. Para mí aquel no era el momento, porque aunque lo intenté, hasta los 17-18 años no tuve una relación con penetración. Tengo el recuerdo de que a veces no podía y me preocupaba, con esa ansiedad de «jobar, tendría que estar haciendo algo que no hago bien». Pero más allá de eso, la primera vez con penetración fue con 18 años, tenía experiencias sexuales previas, y aunque no fue superplacentero, sí fue muy bonito.

Lo cierto es que en la sexualidad se mueven un montón de factores. A mí a veces me ha costado saber qué quiero y qué no. Para mí es importante el placer, ¿pero qué me produce placer y qué no? ¿Y qué tiene que ver con ser mujer el que la otra persona esté bien, que, aunque sea placentero para él, a veces a mí me haya llevado a no poder conectar conmigo misma?

Me parece que las mujeres de ahora tenemos más opciones disponibles por dónde tirar para tener un empoderamiento sobre nuestra sexualidad, otra libertad, otras ganas de descubrir… pero también creo que nosotras somos «la generación bocadillo»: por un lado, tenemos la presión de la época de nuestras abuelas, aquello de «no seas una puta y sé una mujer decente»; en la otra parte del bocadillo, está lo de «libérate, sé multiorgásmica, el sexo es salud y sé una fiera en la cama». Resulta un poco cortocircuitante moverte entre estos parámetros.

Yo creo que la pregunta debiera ser «¿y yo, qué coño quiero?»… y nunca mejor dicho. Pienso que la receta es tener bien la autoestima, para, desde ahí, ir buscando lo que me da a mí placer, para ver cómo lo quiero vivir y cómo lo quiero compartir.

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La sexualidad femenina como la pinta Dorothy Iannone

Dorothy Iannone (Boston, 1933), es una pionera de la emancipación sexual e intelectual de las mujeres y autora de una obra muy personal, en la que se mezcla el erotismo con la mística, el humor con la reivindicación y las historias autobiográficas con la literatura. Debido a la naturaleza tan abierta de su trabajo, lo que le supuso ser víctima de la censura en las décadas entre los 60 y los 80, y también a que ha vivido la mayor parte de su vida en Europa –actualmente reside en Berlín–, esta octogenaria no ha comenzado a recibir atención en su país de origen hasta hace poco. Considerada como una de las mujeres artistas más singulares de los siglos XX y XXI, el gran tema de su obra es «el amor extático». Sus representación de la unión sexual entre el hombre y la mujer adoptan una dimensión mística que plasma la unión espiritual y física de los opuestos. El suyo es un universo visual, colorido y abigarrado, que propone una lectura moderna y personal de las religiones orientales, aunque hay referencias culturales de todas clases. En sus cuadros se puede leer también su visión de su propia vida. Casada en 1958 con el pintor James Upham, fue la «causante» de que se levantase la prohibición en EEUU del ‘Trópico de Cáncer’ de Henry Miller –en 1961 fue detenida en un aeropuerto por intentar introducir el libro en el país– y su apasionada relación con el artista suizo Dieter Roth aparece plasmada vívidamente en sus cuadros. Todo ello está recogido en el libro ‘Dorothy Iannone: You Who Read Me With Passion Now Must Forever Be My Friends’ (Siglio, 2014).

Yo, Conchita Wurst

MEMORIAS Presenta autobiografía y nuevo disco

  • No hace falta cumplir muchos años para escribir sobre tu vida’
  • Su infancia estuvo marcada por las burlas y por el rechazo
Conchita Wurstek autobiografia aurkezten du

La cantante austríaca este miércoles. EFE

Berlín, Soho Hotel. En la milla de oro del postmodernismo europeo Conchita Wurst presenta su autobiografía, a punto de salir a la venta en Alemania y que verá la luz en inglés y en francés a principios de mayo, antes de haber cumplido los 27 años. “Verás, querida, no hace falta cumplir muchos años para escribir sobre tu propia vida. Yo he escrito sobre hechos que marcan la mía, que me llevan a ser hoy quien soy”, justifica la publicación del libro, que convenientemente coincide en fecha y en título con el lanzamiento de su nuevo disco, una canción con apoyo de orquesta que lleva por título ‘You are unstoppable’ (Eres imparable). Titula el libro ‘Yo, Conchita. Somos imparables‘ porque “así es como me siento ahora”, explica escudada tras una sonrisa Barbie.

Según cuenta en el libro, Tom Neuwirth creció en una posada en Steiermark, una de las provincias de Austria, y “descubrió” muy temprano su homosexualidad, así como su amor por la música y el estilismo. Su infancia estuvo marcada por las burlas y por el rechazo. “Creo que tuve una infancia de ensueño, pero ir a la escuela suponía mucho estrés para mí”.

Salir del armario

A los 14 años se fue de casa y a los 17 salió públicamente del armario. “Fue durante una entrevista. No estaba planeado. Tuve un momento espontáneo de voy a estar siempre ocultándome o voy a mostrarme tal como soy”, describe la ganadora de Eurovisión, y se apresura a desaconsejar absolutamente “contárselo antes a un periódico que a tus padres”. “Eso desde luego no volvería a hacerlo”, se arrepiente.

El libro, que en realidad ha sido escrito por Daniel Bachman, es una mezcla de historia de Cenicienta (el niño rarito de provincias que llega a convertirse en una estrella del pop) y crudo testimonio del calvario que aquel niño sufrió en la Austria profunda.

“Sufrir amenazas de muerte cuando solo eres un niño, vivir con eso, te forja un tipo especial de personalidad”, confiesa, admitiendo no estar segura de si fue antes el huevo o la gallina y espolvoreando su discurso frivolón con granitos de sabiduría al responder que “la adolescencia y la pubertad no son fáciles para casi nadie, mucha gente que de adulta exhibe gran seguridad en sí misma pasó entonces momentos de dificultad y, si lo piensas bien, seguramente esas personas que me agredían lo estaban pasando tan mal o incluso peor que yo”.

El filón

El momento de la transformación, tras su formación en la escuela de moda y gracias a la creación del personaje de Conchita Wurst, adquiere atisbos de relato mágico. Desde el principio supo que su apariencia polarizaba opiniones y descubrió en ese punto un filón de popularidad que decidió aprovechar.

“Lo que quiero es impulsar a mucha otra gente a hacer como yo, aencontrar un valor en ser diferente“, recomienda, alternando su lógica reivindicativa con intercalados intencionadamente destructivos del tipo: “Pero me tienes que decir dónde te has comprado esa blusa tan mona”.

Y a pesar de que ha sido invitada por el Parlamento Europeo para hablar de los derechos de los homosexuales, se niega en redondo a participar en política: “¡Uf! Ni hablar, yo solo me ocupo de lo que a la gente le importa!”.

JOSERRA LANDARROITAJAUREGI SEXÓLOGO DE BIKO ARLOAK “La gente entiende por educación sexual solamente la ‘jodiendología”

Los sexólogos abogan por una educación sexual plena con el fin de prevenir problemas como el machismo o la discriminación desde la raíz

BILBAO – Sexo. Aunque cada vez menos, todavía continúa siendo una palabra tabú. Sobre todo en el ámbito de la educación, en la que todo lo relacionado con ello tiende a limitarse a unas nociones básicas de la anatomía humana y de los riesgos que pueden entrañar las relaciones sexuales. “Se habla a los adolescentes de lo que no les interesa y no de lo que sí”, opina Joserra Landarroitajauregi, sexólogo de Biko Arloak. Desde su experiencia en este campo, mantiene una postura diferente respecto cómo se están tratando los temas sexológicos en los centros escolares.

¿Qué es la educación sexual?

-Resumiendo, la educación de los sexos y sus relaciones. Sexo entendido como las condiciones y diferencias que nos definen a los hombres y las mujeres. Pero gran parte de la sociedad entiende por educación sexual solamente la jodiendología.

¿Qué problemas acarrea la falta de estos conocimientos?

-En el ámbito de las parejas, el mayor problema, sobre todo en la gente joven, es a un hombre tratando a una mujer como si fuera un hombre y viceversa. Esto ocurre porque hay una presunción de igualdad, en este caso inducida. Esa idea viene de la incorporación de la mujer a los derechos y las oportunidades, pero eso no quiere decir que los hombres y las mujeres seamos iguales en todo. Es más, somos muy diferentes. Hoy en día estamos educando a los chicos y a las chicas en la igualdad y eso es un disparate.

¿Por qué?

-Simplificando, los hombres y las mujeres somos muy diferentes y no solo en el plano biológico. Pero además, la idea de igualdad que hoy pulula en nuestra sociedad es una forma de colonización. Los hombres piensan que las mujeres tienen que ser igual que ellas y viceversa. Se hace sin querer, pero se hace.

¿Y en el ámbito social?

-Los hombres y las mujeres tienen relaciones altamente tensionadas, porque hay fuerzas diferentes que chocan. Esas fuerzas, en la sociedad actual, nos han llevado a enseñar que los hombres son sospechosos de hacer daño y que las mujeres son potenciales víctimas de esa violencia. Esa es una mirada terrible. No digo que no existan incidentes de este tipo, pero para evitarlos hay que educar en valores, para que los chicos estén orgullosos de ser masculinos y las mujeres de ser femeninas.

¿Es el machismo algo aprendido?

-Todos los humanos nacemos incivilizados: analfabetos, inmorales y crueles. Inventamos la cultura y la educación precisamente para domesticarnos. Y el machismo no es otra cosa que una forma de la incivilización, el resultado de la ley de la selva. Para prevenirlo hay que educar bien. Decirles a chicas y chicos que todos somos iguales es una gran mentira. Y precisamente en la adolescencia, cuando las diferencias se acentúan.

¿Qué es lo que propone?

-Ahora se da a los jóvenes la biología de la reproducción y todo se reduce a la prevención de los problemas de usos genitales, como enfermedades, abusos, etc., cuando la educación sexual es mucho más. Sexualidad, gozo, deseo, compromiso. Para esto no vale con un programa breve, porque sino caemos en el algunismo: algunos chavales en algunos centros gracias a que algunos profesores algunas veces algo preparados dan algún tipo de educación sexual. Y solo con esto luego queremos que de algún modo las nuevas generaciones se saquen esos conocimientos de la manga. Las cosas no son así: hay que trabajar para ello.

Hablan las asociaciones para la libertad sexual: “Hay tolerancia, pero no hay respeto”

LAS ASOCIACIONES PARA LA LIBERTAD SEXUAL ASEGURAN QUE SE HA AVANZADO, PERO QUE TODAVÍA QUEDA CAMINO POR RECORRER

 

BIENESTAR físico, emocional, mental y social. Esos son los conceptos que incluye la definición de salud sexual según la Organización Mundial de la Salud (OMS). “No es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad”, añade. Para ello, la entidad aboga por que sean “respetados, protegidos y ejercidos a plenitud” los derechos sexuales de todas las personas.

Imanol Álvarez es integrante de Euskal Herriko Gay Askapen Mugimendua (Ehgam), la primera asociación LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) para la libertad sexual de Euskadi. Su historia comenzó en 1977. “Franco había muerto y creímos que había llegado la hora de hacer algo”. Y lo hicieron. Crearon Ehgam y comenzaron a luchar por los derechos sexuales. “Tuvimos que escuchar mucho, en persona y por teléfono”. Pero el tiempo y el esfuerzo han dado sus frutos, tal como atestigua, entre otros, el monumento a los homosexuales de Durango.

Pero además de por ser la primera en Euskadi, Ehgam también destaca por otro aspecto: “Siempre hemos tenido el ámbito lúdico muy presente”, explica Jaime Mendia, otro miembro de la asociación. Entre dichas actividades se encuentran el mes de cine de Basauri, la fiesta del 28 de junio, acampadas, comidas, etc. “Aunque no por ello dejamos de lado otros temas reivindicativos”.

Más en esta última corriente se encuentra el proyecto Miradas Atrevidas, un trabajo de memoria histórica realizado junto con Aldarte que recoge en un libro los testimonios de personas homosexuales de otra época. Pero más que una crítica al pasado, estas recopilaciones también han desvelado un problema muy presente: la soledad de los gays ancianos. “La homofobia en las residencias es impresionante”, denuncia José Ignacio Sánchez, integrante de la asociación.

Ehgam ha sido la semilla de estas reivindicaciones en Euskadi, pero no el final. A raíz de ella han ido surgiendo diferentes asociaciones LGTB, como Bizigay en 2003. “Nuestra vía, más que la lucha social de calle, es la educación formal”, explica Mikel Oribe, integrante de dicha organización. Argumenta que ello se debe a que la sociedad en general es muy ignorante en temas de sexualidad y otras cuestiones sexológicas. “Y eso es lo que nos acarrea problemas sociales y de inclusión en el ámbito sexual”.

Para trabajar este ámbito, Bizigay tiene en marcha Esangura, un proyecto sobre educación sexual que se imparte en más de veinte colegios de Euskadi, la mayoría de Bizkaia. “Con él reducimos a la mitad los posicionamientos extremos según nuestras encuestas”, apunta Mikel. Y además también organizan las jornadas Sex on Trial, cuyo fin es realizar una crítica sexológica. “Nuestro reto es que el conocimiento, la cultura y el debate sexual cale a la gente”.

PROBLEMAS EN EL MUNDO LABORAL Otro punto de vista a tener en cuenta sería el de Errespetuz, una asociación formada íntegramente por transexuales. Sarai Montes, además de presidenta de este colectivo, es vocal de la comisión ejecutiva de la Felgtb (Federación Estatal LGTB). “Creamos Errespetuz en 2008 cómo lugar de reunión para poder hablar y compartir experiencias entre nosotros”. Después de todo, explica que es imposible sentirse realmente escuchado si el que está al otro lado no ha vivido esa condición. “Te atienden, pero no te entienden”. Su mayor reto, en la actualidad, es combatir la discriminación de los hombres y mujeres transexuales en el mundo laboral y, con el fin de sensibilizar a la sociedad, toman parte en el servicio Berdindu del Gobierno vasco, que atiende a personas LGTB.

En ese mismo proyecto toma parte Aldarte, otra asociación LGTB que surgió en 1994. “Nosotros apostamos por la creación de diferentes grupos de apoyo y referencia”, explica Lala Mujika, integrante de la misma. Conseguir el respeto, esa es la meta que se marca. “La impresión general es que ya tenemos todo conseguido, porque nos comparan con otros países, pero no es así”. Las asociaciones LGTB coinciden en que esto es un trabajo continuo, argumentando que las nuevas generaciones son casi tan machistas, sexistas, homófobas y tránsfobas como las anteriores. “Hay tolerancia, pero no hay respeto”, asevera Lala. Ese es ahora el gran reto.

¿Cuál debería ser la edad de consentimiento sexual?

El Grupo Parlamentario Popular en el Senado ha decidido mantener la edad mínima para que una relación sexual se considere consentida en 16 años, tal y como figuraba en el proyecto de Ley de reforma del Código Penal que le fue remitido desde el Congreso, mientras los grupos de la oposición proponen fijarla en 14 o 15 porque consideran que de otro modo, se criminalizarían determinadas relaciones.

Si se mantiene la redacción actual, la realización de actos de carácter sexual con menores de dieciséis años será considerada, en todo caso, como un hecho delictivo, salvo que se trate de relaciones consentidas con una persona próxima al menor por edad y grado de desarrollo o madurez. Se establecen agravantes si, además, concurre violencia.

“Estamos totalmente en desacuerdo en la elevación de la edad de consentimiento sexual, de 13 a 16 años, criminalizando en exceso una realidad social y, además, teniendo en cuenta que el Código Civil establece que se pueden celebrar matrimonios a partir de los 14 años”, dice en su propuesta de veto la Entesa Catalana de Progrès.

La formación ha presentado el mismo texto de enmienda que elGrupo Socialista sobre este asunto. Proponen subir la edad del consentimiento sexual de los 13 actuales a 14 años “como están haciendo la mayoría de los ordenamientos cercanos” y “mantener el principio de respeto y garantía de la libertad sexual de las personas de 14 y 15 años, cuando actúan con consentimiento libre y voluntario”.

Para estos adolescentes, PSOE y Entesa piden “una específica protección”, que consiste en que “no se considerará que hay consentimiento cuando la diferencia de edad de la otra persona sea superior a 4 años”.

CiU no ha presentado enmiendas sobre la edad de consentimiento sexual en el Senado y el PNV, por su parte, propone fijar la edad en 15 años porque entiende que la edad “debe adecuarse a la realidad de la educación sexual en la actualidad”.

“Modificar, como hace el proyecto de ley, la edad para tal consentimiento a los 16 años nos parece despreciar la madurez afectiva y sexual de las personas menores de dicha edad pero que ya con 15 años están preparadas para decidir sobre su afectos emocionales y sexuales, como pasa en los países europeos del entorno”, explica la formación vasca.

Fuentes del Grupo Parlamentario Popular consultadas por Europa Press, aseguran que la actitud ante la negociación de este punto del proyecto de Ley es “de diálogo”, aunque reconocen que es elMinisterio de Sanidad quien fija el criterio.

En paralelo, el Gobierno ha impulsado otra reforma legislativa, la Ley de Jurisdicción Voluntaria, actualmente en el Congreso, que contempla elevar a 16 la edad mínima para contraer matrimonio en España, equiparándola así con la previsión de que el Código Penal fije en 16 la de las relaciones sexuales consentidas.

El matrimonio igualitario conquista el conservador sur de Estados Unidos

El Tribunal Supremo impide a Alabama prohibir los enlaces entre personas del mismo sexo

Yashinari Effinger besa a su esposa Adrian Thomas

Yashinari Effinger besa a su esposa Adrian Thomas al contraer matrimonio esta semana en Alabama. / GARY COSBY JR. (AP)

En pleno debate sobre la legalización del matrimonio homosexual en Estados Unidos, el reverendo Phil Snider se dirigió hace tres años a su congregación en Misuri con un discurso a favor de la discriminación sexual. A los pocos minutos de comenzar, se detuvo. “Lo siento, creo que he tomado prestados los argumentos del siglo equivocado”. Snider había convencido a la audiencia de que la discriminación era justificable cambiando los términos “integración racial” por “derechos de los homosexuales” en un discurso que ya había sido empleado para defender la segregación contra las minorías raciales en el sur.

Su intervención se convirtió en uno de los vídeos virales del momento. Snider había demostrado que los argumentos que fallaron en la defensa de la segregación, también son insuficientes para negar la igualdad a los homosexuales. Ahora, como hace medio siglo, la región que más tiempo oprimió a las minorías raciales, ha sido la última en sumarse a esta batalla por los derechos civiles, la de los homosexuales.

Decenas de parejas del mismo sexo aguardaban el lunes pasado en juzgados de Alabama para contraer matrimonio. Querían ser las primeras, del primer estado del Deep South en acceder a un derecho que ya reconoce la mayor parte del país. No faltó tensión. Un juez de Alabama, Roy Moore, había dictaminado la noche anterior que no se firmaría ningún acta de matrimonio hasta que se pronunciara el Tribunal Supremo en Washington. Apenas unas horas después, el Supremo negó la petición de Moore y declaró que Alabama no tiene competencias para prohibir el matrimonio igualitario.

Hasta ahora, la comunidad homosexual de Alabama había visto cómo los avances conquistados en el resto del país no cruzaban sus fronteras. El límite estaba hasta ahora en el sur, pero el cambio ha llegado con la decisión de los jueces del Supremo.

La oleada de cambio que en apenas dos años ha barrido la opinión pública estadounidense empieza así a conquistar el sur. La región más conservadora del país es la que menos respalda las uniones entre personas del mismo sexo, apenas un 41%, frente a un 61% que lo apoya en la costa Este, según datos recientes del Centro Pew. Siete de cada 10 estadounidenses viven en uno de los 37 estados donde el matrimonio homosexual está legalizado. Otra mayoría, un 72%, considera que el matrimonio entre personas del mismo sexo es ya inevitable, según datos del Centro Pew.

Pero bajo la piel conservadora de Alabama, Georgia y Louisiana se adivinan profundas transformaciones culturales y demográficas que han situado a los ciudadanos a favor del matrimonio igualitario. A pesar de mantenerse en la retaguardia de uno de los cambios sociales más importantes de las últimas décadas, el ritmo sí ha sido el mismo que en el resto del país y en la misma dirección. Desde 2003, el apoyo en el sur ha pasado de un 25% a un 44%, similar al salto de 21 puntos que dio la costa Este (del 40% al 61%) en el mismo período.

Alabama debe acatar ahora la decisión del Supremo. Pero esto no quiere decir que el alto tribunal haya reconocido el derecho a casarse de los homosexuales; en junio tendrá que pronunciarse sobre ello y su decisión afectará a todo el país.

Shante Wolfe y Tori Sisson fueron la primer pareja en casarse en el conservador estado de Alabama, al sur de EE UU.

Shante Wolfe y Tori Sisson fueron la primer pareja en casarse en el conservador estado de Alabama, al sur de EE UU. / MICKEY WELSH (AP)

“Las autoridades pueden permitir la vigencia de esas uniones o quedar como estúpidos orgullosos por intentar arrancar a maridos y esposas de sus parejas”, decía este lunes la revista The Atlantic. “Nadie se ganó a los estadounidenses partiendo en dos sus certificados de matrimonio”.

Ni siquiera a los del sur. El juez Moore ha ignorado la nueva demografía y el cambio de ideas en la región, destino en los últimos 20 años de una oleada de trabajadores, especialmente de minorías raciales, que regresan del norte. Les caracteriza, según escribe el demógrafo William Frey en su radiografía de la explosión demográfica que está definiendo a los nuevos EE UU, tanto su edad como su “capital humano”. En los setenta y ochenta, los afroamericanos regresaban solo un poco mejor económicamente que sus nuevos vecinos. Ahora, según Frey, “son jóvenes y con un nivel educativo muy alto”.

La generación del milenio, la más diversa de las últimas décadas, muestra un respaldo sin precedentes a los derechos de la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). Según datos del Public Region Research Institute, un 69% de los jóvenes entre 18 y 33 años defiende el matrimonio homosexual, frente a un 37% de los mayores de 68 años, los baby boomers que han liderado la opinión pública hasta hace apenas una década.

El sur ya no está aislado y se acaba de sumar a los cambios de una sociedad que hace apenas cinco años no se imaginaba que en 2015 podría estar a las puertas de legalizar el matrimonio homosexual.

Un juez de Alabama reta al Supremo

C. F. PEREDA

La estrategia del juez Roy Moore para detener los matrimonios entre personas del mismo sexo en Alabama es habitual: los magistrados pueden pedir al Tribunal Supremo que bloquee la ejecución de una ley hasta que la corte decida si ésta se ajusta a la Constitución o no. En este caso, el Supremo estudiará en abril cuatro casos que pueden resolver la pregunta clave en la penúltima batalla por los derechos civiles del país: ¿tienen los estadounidenses el derecho a casarse con una persona del mismo sexo?

Dos de los nueve jueces del Tribunal Supremo manifestaron esta semana su rechazo a la decisión de no bloquear los matrimonios entre personas del mismo sexo en Alabama hasta que la corte resuelva esta pregunta. Los conservadores Clarence Thomas y Antonin Scalia, en una sentencia redactada por el primero, alertaron de que la decisión de la corte “puede ser interpretada como una señal de que el Tribunal ya ha respondido la pregunta”, en referencia a los casos que estudiará en abril.

El Supremo declaró en 2013 que la ley federal que definía el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, así como la ley de California que prohibió las uniones de parejas del mismo sexo, violaban la Constitución al discriminar en contra de los homosexuales. Esos dos casos, considerados como el avance más importante en materia de igualdad de derechos de la comunidad LGBT, no resolvieron sin embargo la cuestión de si existe el derecho al matrimonio a nivel federal. Para Thomas, una mayoría de jueces del Supremo han adelantado la respuesta.

La imagen de una pareja gay, premio World Press Photo

UNA FOTO QUE ‘HABLA’ DE LA HOMOFOBIA EN RUSIA

El danés Mads Nissen logra la máxima distinción del fotoperiodismo mundial con la instantánea “Jon and Alex”

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La instantánea “Jon and Alex” con la que el danés Mads Nissen ha ganado la máxima distinción del fotoperiodismo mundial. (MADS NISSEN / SCANPIX / PANOS PI)

El fotógrafo danés Mads Nissen ganó hoy el World Press Photo, la máxima distinción del fotoperiodismo mundial con una instantánea tomada en 2014 y titulada “Jon and Alex”, en la que se capta de manera muy intima una pareja de homosexuales en San Petersburgo (Rusia).

AMSTERDAM. El director de World Press Photo, Lars Boering, y la presidenta del jurado de la 58 edición, Michele McNally, anunciaron el nombre del ganador de este premio en Amsterdam.

Nally calificó la fotografía como “muy intima e increíblemente bonita, magníficamente ejecutada y con una composición impecable”, mientras que su autor explicó que la imagen habla a la vez de “amor y odio, de deseos profundos… y de la homofobia en Rusia”.

La prestigiosa organización ha premiado 42 fotografías en ocho categorías, con galardonados de 17 nacionalidades en las que se encuentra Australia, Bangladesh, Bélgica, China, Dinamarca, Eritrea, Francia, Alemania, Irán, Irlanda, Italia, Polonia, Rusia, Suecia, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.

Nissen, que recibió la noticia el miércoles, dijo durante la conferencia de prensa hoy en Amsterdam que esta fotografía “es la historia de amor entre dos chicos jóvenes, Jon y Alex, pero a la vez habla de la homofobia en Rusia”.

La instantánea se tomó el año pasado y con ella su autor reflexiona sobre el contexto homófobo en Rusia, después de que en junio de 2013 ese país aprobara una ley contra la propaganda homosexual que condena la distribución de propaganda sexual con imágenes de relaciones sexuales no tradicionales, a menores de edad con multas y penas de cárcel.

“La vida para las minorías sexuales es cada vez más difícil en Rusia y tienen que hacer frente a discriminación social, a acoso e incluso a violencia y ataques por parte de grupos conservadores”, añadió Nissen, convencido -dijo- de que enseñar los problemas contemporáneos es una parte muy importante y necesaria del fotoperiodismo.

Explicó que la instantánea ganadora “es personal y habla de individuos pero va más allá porque habla de un problema real y muy actual”, al tiempo que dijo sentirse “orgulloso de poder contribuir a que temáticas o problemas como este puedan conseguir mayor visibilidad a través del trabajo de los fotoperiodistas”.

En este sentido, Alessia Glaviano, uno de los jurados de esta edición, indicó que “la fotografía ganadora encierra un mensaje sobre el amor como respuesta a algo que está pasando a nivel mundial. Trata sobre el amor como un problema global, y en este sentido transciende la homosexualidad”.

“Más allá de un problema sobre la homosexualidad transmite un mensaje al mundo que trata sobre igualdad”, añadió.

La organización del concurso recibió un total de 97.912 imágenes realizadas por de 5.692 profesionales procedentes de 131 países de todo el mundo.

Walter Estrada, fotógrafo argentino y también miembro del jurado de esta 58 edición del World Press Photo en la categoría de Noticias, señaló que participar en el concurso es “un privilegio y una responsabilidad”.

Estrada dijo a Efe que el World Press Photo “destaca lo mejor del fotoperiodismo del año anterior y probablemente marcará la línea y tendencia de este año, así que tenemos que ser muy cuidadosos y conscientes de nuestra responsabilidad”.

Por su parte, la fotógrafa mexicana Cristina Goettsch Mittermeier señaló a Efe que “sin periodismo no es posible tener sociedades libres. Es imperante que se apoye, reconozca y celebre el trabajo de quienes se dedican a documentar la experiencia humana sobre el planeta”.

Las fotografías premiadas se exhibirán en más de 100 ciudades en 45 países y la primera de esas exposiciones tendrá lugar en Ámsterdam a partir del próximo 18 de abril en el espacio Nieuwe Kerk.

La fundación World Press Photo, con sede en la capital holandesa, distingue desde 1955 con sus galardones el trabajo de fotoperiodistas y reporteros gráficos de todo el mundo.

Una foto sobre la homosexualidad en Rusia gana el World Press Photo 2014

Mads Nissen tomó la imagen en San Petersburgo. Este año han concursado 5.692 fotógrafos de 131 países

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Foto de Mads Nissen, ganadora del World Press Photo de 2014. / REUTERS

Jon y Alex, dos homosexuales de 25 años en un momento de intimidad en San Petersburgo (Rusia), son los protagonistas de la foto del año 2014, según el concurso World Press Photo, el más prestigioso de su clase. El autor es el danés Mads Nissen (1979), que ha logrado captar “una imagen estética que hace al mismo tiempo hincapié en la humanidad”, en palabras de Michele McNally, presidenta del jurado y directora de fotografía de The New York Times. Publicada por el diario Politiken (Dinamarca), es el resultado del trabajo de Nissen sobre la homofobia en Rusia, país que aprobó en 2013 una ley prohibiendo “la propaganda de relaciones sexuales que no sean tradicionales”. El fotógrafo recibirá 10.000 euros en efectivo y una cámara réflex digital con un juego de lentes.

Nissen estuvo dos años en suelo ruso para documentar los problemas afrontados por los homosexuales. Visitó clubes y fue testigo de la violencia con que eran reprimidos por las fuerzas del orden en plena calle. Licenciado en periodismo gráfico, el danés trabajó asimismo dos años en Shanghai observando las repercusiones sociales y humanas del crecimiento económico chino. Sus fotos han aparecido en medios como Time, Newsweek, Der Spiegely Stern.

En un año como 2014, marcado por la epidemia de ébola, la lucha en Ucrania y la tragedia del vuelo MH17, entre otros conflictos internacionales, el retrato ganador ha sido elegido “porque no hace falta ir a la guerra para ganar el World Press Photo”, ha dicho Donald Weber, fotógrafo canadiense y miembro asimismo del jurado. “También hay maneras sutiles de recoger asuntos complejos, y la homofobia es un problema grave en Rusia”, ha añadido. “Los terroristas utilizan imágenes horrorosas para llamar la atención. Con sutileza e intensidad puede ofrecerse un mensaje más meditado”, ha advertido su colega, Pamela Chen.

El holandés Lars Boering, nuevo director del concurso, espera convertirlo en un “centro de pensamiento del periodismo gráfico, y de ahí que hayamos escogido una foto sobre el amor: es una declaración de intenciones”. En unas opiniones al rotativo NRCHandelsblad, ya había explicado que “no pensamos convertirnos en activistas, pero sí vamos a participar en los debates”. “World Press Photo ha sido demasiado tiempo una organización neutral, algo que ya no encaja en estos momentos”.

A la convocatoria de 2014 se han presentado 97.912 imágenes de 5.692 fotógrafos procedentes de 131 países. En 2013, cambiaron las reglas de selección para evitar retoques de las instantáneas. El ganador de 2012, el sueco Paul Hansen, fue acusado de montar varias fotos hasta conseguir el efecto deseado: conmover al espectador ante un grupo de adultos desesperados, en Gaza, con sendos cadáveres de niños en brazos. La investigación efectuada por el propio jurado solo halló “retoques de color”, pero descartó un fraude.

Superado el mal trago, la competición ha decidido ampliar su oferta en 2014, y se ha abierto a los Proyectos de Larga Duración. Compuestos por una colección de entre 24 y 30 fotos tomadas a lo largo de tres años, al menos cuatro deben haber sido conseguidas, o bien publicadas, el año pasado. El poder de atracción de la propuesta ha sido enorme porque reconoce un trabajo completo. En total, se presentaron a esta sección 14.583 imágenes que conforman 510 historias gráficas. La ganadora ha sido Darcy Padilla (San Francisco, California) por su galería sobre “la compleja historia de la familia de Julie Baird, en la que hay pobreza, sida, drogadicción, cambios de domicilio, distintas parejas, nacimientos, muertes, pérdidas y reencuentros”. Padilla sobrepasó las condiciones del premio porque ha seguido las desventuras de Julie Baird —cinco de sus seis hijos fueron llevados a hogares de acogida— desde 1993. La Agencia Vu (creada en Francia en 1986 y con un centenar de autores de 24 nacionalidades) le encargó el proyecto.

Los vencedores de cada una de las categorías, incluida la de larga duración, recibirán 1.500 euros. En 2011, el vencedor del certamen fue el español Samuel Aranda. Su imagen de un herido durante las revueltas de la primavera árabe fue publicada por The New York Times. World Press Photo es una organización independiente y sin ánimo de lucro fundada en Ámsterdam en 1955. Además de los premios anuales, apoya el fotoperiodismo internacional a través de las clases impartidas por su Academia. Patrocinado por la casa Canon, el premio recibe también fondos de la lotería holandesa.