“Una unión civil o un registro de parejas sería el camino más adecuado para que las parejas del mismo sexo, como los demandantes, vean su situación reconocida legalmente”, señala la sentencia favorable a tres parejas homosexuales que recurrieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
En una decisión que puede apelarse, los magistrados sostienen por unanimidad que la actual situación en Italia no respeta el derecho a la vida privada de los homosexuales, pues no disfrutan de la misma protección jurídica que las parejas casadas heterosexuales.
Desde 2013, en Italia existen los llamados “contratos de cohabitación”, pero el Tribunal considera que estos no solucionan el problema jurídico en cuestiones fundamentales como la asistencia mutua, las obligaciones alimentarias o las herencias.
El Tribunal subraya que 24 de los 47 Estados miembros del Consejo de Europa reconocen a las parejas homosexuales y que el Tribunal Constitucional Italiano ha pedido en reiteradas ocasiones que se les garantice esa protección y reconocimiento.
Además, añaden los magistrados, las encuestas recientes muestran que “una mayoría de la población italiana aprueba el reconocimiento legal de las parejas homosexuales”.
Italia tendrá que pagar 5.000 euros de daños y perjuicios a las tres parejas -seis hombres- personados ante la corte. EFE
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-21 13:23:052015-09-01 13:24:31Tribunal de Estrasburgo reclama a Italia un estatuto legal para homosexuales Leer más: Tribunal de Estrasburgo reclama a Italia un estatuto legal para homosexuales
Según algunas informaciones, la agresión verbal se produjo el pasado jueves en el barrio de Gazalbide, sobre las 23:30 cuando el joven se iba hacia casa. Cuando se encontraba en la Plaza de la Constitución cuatro personas comenzaron a seguirle por detrás, lanzando insultos homófobos. Insultos que fueron subiendo de tono, a medida que se acercaban al joven. Para evitar una posible agresión física el joven se refugió en la Estación de Autobuses.
El próximo miércoles hay convocada una nueva concentración frente a la Estación de autobuses. En este caso se trata de una protesta convocada por la asociación de vecinos Etxegorri.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-20 22:03:392015-07-21 22:09:40Decenas de personas protestan contra la agresión homófoba
Porque posiblemente no la haya. Al contrario que en lo relativo a los derechos LGBT, aceptados comúnmente por la mayor parte de la población y con un indudable bagaje moral, la poligamia es una rareza social que plantea preguntas éticas de distinta índole. La respuesta a todas ellas es siempre incierta y poco clara, y hay buenos argumentos tanto para creer que sí, que la poligamia debería estar protegida y amparada por el estado, como para opinar lo contrario. Veamos por qué.
La poligamia: un problema de desigualdad
Pese a que la cuestión de los matrimonios polígamos llevaba cierto tiempo siendo debatida en algunos sectores mediáticos norteamericanos, no fue hasta que la Corte Suprema aprobó a finales de junio el matrimonio homosexual en todo el país cuando surgió como un debate insoslayable. El culpable, posiblemente, sea uno de los jueces que se opuso a la normalización de los derechos LGBT en EEUU, John Roberts, quien estableció un paralelismo entre éstos y los de los polígamos.
Para Roberts, es simple: al admitir en el marco legal nacional la existencia de una forma de matrimonio ajena a la tradición del país (y de las sociedades occidentales), se abre la puerta de forma necesaria a toda forma de matrimonio. Entre ellas, naturalmente, la poligamia. ¿Bajo qué argumentos es posible oponerse, desde un punto de vista legal y moral, a un derecho extendido a las parejas homosexuales que no deben tener los matrimonios polígamos, hoy ilegales?
¿En base a qué? Macedo centra su discurso en ladesigualdad: la poligamia es o ha sido históricamente común entre las clases sociales altas. Dado que la abrumadora mayoría de matrimonios polígamos incluyen a un hombre y a varias mujeres (y no a una mujer y a varios hombres, algo muy excepcional y raro), los primeros deben tener cuantiosas sumas de dinero para sostener a su extensa familia. Pero las relaciones en una sociedad son un juego de suma cero.
En negro, países donde la poligamia está legalmente reconocida.
De modo que cuando un hombre de clase alta se casa con tres mujeres dada su capacidad económica, hay tres hombres más pobres que tienen menos oportunidades de encontrar pareja. No sólo eso, sino que también hay menos posibilidades de que la sociedad evolucione y crezca, dado que el patriarca no estará tan centrado en invertir su dinero en la educación de sus hijos, en su progreso, como en obtener más mujeres como símbolo de ostentación y poder social.
La monogamia, opina Jonathan Rauch en Politico, habríademocratizado el matrimonio, ofreciendo un acceso justo a todos los hombres y mujeres y eliminando de raíz una construcción social desigual y nociva para los intereses conjuntos de la sociedad. Es más: la monogamia es parte intrínseca de la construcción del estado liberal, como muestra que hoy en día casi todos los países que legalizan la poligamia tienden a ser poco garantes de los derechos humanos, autoritarios y violentos.
Ambos subrayan las mismas ideas: los matrimonios polígamos tienden a suprimir la libertad de acción de la mujer y a provocar celos y disputas internas familiares tanto entre las mujeres como entre los hijos, dado que todos ellos han de luchar por la atención y la preferencia del marido en cuestión. La poligamia excluye a los hombres más pobres de una institución básica dentro de la sociedad, expulsándolos hacia la marginalización y, en última instancia, el crimen o la violencia.
Para Rauch, derechos LGBT y poligamia no son debates iguales ni deben ser tenidos en la misma consideración, dado que responden a realidades diferentes. Macedo también afirma que no hay una significativa porción de la sociedad a favor de esta idea, siquiera de debatirla, y su legalización no respondería a una realidad del día a día de Estados Unidos.
Y sin embargo, es una cuestión de derechos
Bien, es obvio que la poligamia ha tenido un carácter retrógado y desigual a lo largo de la historia de la humanidad, ¿pero, y qué? Si hay un argumento en defensa del matrimonio polígamo con estatus legal dentro de la ordenación jurídica de los países occidentales es el de la reforma: también el matrimonio monógamo fue una institución heteropatriarcal y nociva para las mujeres, pero se ha logrado hacerlo inclusivo, igual y de mutuo acuerdo. ¿Por qué la poligamía no podría cambiar?
Después de todo, los matrimonios tradicionales también fomentan el abuso. Los matrimonios tradicionales son frecuentemente patriarcales. Los matrimonios tradicionales implican con frecuencia feas dinámicas de género y de poder (…) Hemos logrado la igualdad matrimonial al mismo tiempo que hemos luchado por más iguales, más feministas matrimonios heterosexuales, dando por hecho de que es una institución que merece la pena mejorar, preservar. Si vamos a prohibir matrimonios porque algunos son lugares de sexismo y abuso, entonces deberíamos empezar por el antiguo, pasado de moda modelo de un-hombre-y-una-mujer. Si la poligamia tiende a estar relacionada con tradiciones religiosas que parecen alienantes o regresivas, es porque forma parte de la propia ilegalidad que debería marcharse con ello. Legaliza los matrimonios grupales y descubrirás cómo la conexión con el abuso desaparece.
DeBoer opina que el poliamor es una realidad, y que, como tal, al igual que el amor entre dos hombres o dos mujeres, debería tener un reconocimiento legal. El matrimonio polígamo, su institución formal, serviría para ofrecer protección y reconocimiento a aquellas personas que deseen formalizar su unión de tal modo. De otro modo, como sucede en la actualidad, son condenados a la invisibilidad, el ostracismo y la ilegalidad. Un entorno ideal para fomentar actitudes, en efecto, nocivas.
Familia polígama mormona a finales del siglo XIX, en EEUU.
En el fondo, al igual que la defensa de su legalización realizada en este otro artículo de The Economist, se trata de una cuestión de consenso: si tres personas desean embarcarse en un matrimonio polígamo, ¿por qué nadie debería impedírselo? Es cierto que a lo largo de la historia ha sido una institución de implicaciones y consecuencias negativas, pero estamos en pleno siglo XXI y las formas sociales han evolucionado y cambiado. Al final, es otra
El problema es relativamente importante. En Estados Unidos hay un número residual de matrimonios polígamos, aunque dada su condición ilegal (pero no perseguida de facto por la ley ni por la administración pública) es imposible saberlo con exactitud. Los mormones más fundamentalistas (una secta cristiana que en su origen permitía y fomentaba la poligamia, radicada en Utah y parte de Idaho) y los musulmanes inmigrantes son los únicos que la practican.
Hace dos años, en Slate, Jillian Keenan incluso se atrevió a defender la idea del matrimonio polígamo desde un punto de vista feminista. Para ella, defender su ilegalidad por las consecuencias negativas que puede tener en la mujer es una forma de machismo paternalista que soslaya por completo el derecho a decidir de toda mujer. “Como mujeres, podemos tomar nuestras propias decisiones. Si una quiere casarse con un hombre con otras tres mujeres, es su maldita elección”.
Keenan introduce además otro matiz importante: si bien se argumenta que la poligamia choca con la percepción tradicional del matrimonio monógamo en las sociedades occidentales, ¿qué queda de ese matrimonio, en realidad? Para millones de niños, las familias monógamas con un padre o una madre no son lo más común: el divorcio, las segundas nupcias o los padres de alquiler sonrealidades comunes. El matrimonio polígamo no supondría más amenaza a esa institución que las otras.
EN EL FONDO DEL DEBATE, TODOS LOS DEFENSORES DE LA LEGALIDAD DEL MATRIMONIO POLÍGAMO SUBRAYAN LO MISMO: SEGÚN ELLOS, NO HAY APENAS DIFERENCIA ENTRE AQUELLOS QUE SE OPONÍAN AL MATRIMONIO HOMOSEXUAL Y AQUELLOS QUE SE OPONEN AL POLÍGAMO
En el fondo del debate, todos los defensores de la legalidad del matrimonio polígamo subrayan lo mismo: según ellos, no hay apenas diferencia entre aquellos que se oponían (y se oponen) al matrimonio homosexual y aquellos que se oponen a la regulación del matrimonio polígamo desde un punto de vista legal. Posturas que copian argumentos (no tradicional, falta de apoyo social, no adecuado al marco jurídico, etcétera) en distintos campos.
Inmigración y la situación en España
España fue el tercer país del mundo en normalizar el matrimonio homosexual, diez años atrás, pero el debate en torno a los derechos LGBT no vino aparejado de un debate paralelo, como sí está sucediendo en Estados Unidos, en relación a la poligamia. Porque al contrario que allí, el matrimonio polígamo ha sido inexistente y ajeno a las vidas diarias de los españoles desde los tiempos de la Hispania romana. Hasta el siglo XXI, sin embargo, con la llegada de la inmigración.
Como puerta de entrada de miles de africanos al continente europeo, España es uno de los países de Europa con mayor volumen de inmigrantes viviendo dentro de sus fronteras. Muchos de esos inmigrantes provienen de países musulmanes donde la poligamia no sólo es común a nivel social y se ha mantenido como una institución normalizada a lo largo de la historia, sino que también es legal y está regulada por el estado. ¿Hasta qué punto es la poligamia algo normal en nuestro país?
Antes que nada, conviene comprender el rol de la poligamia dentro del islam y sus implicaciones. Para ello, hemos hablado con la Unión de Comunidades Islámicas de España.
Tal y como nos cuentan, los orígenes de la poligamia dentro del islam se remontan a una época donde laescasez de hombres, especialmente dados los numerosos conflictos bélicos, era amplia. Como respuesta, se articuló una institución que permitiera a las mujeres contraer matrimonio (en una sociedad donde era esencial) y no quedar ni marginadas ni desprotegidas. La poligamia surge, pues, como respuesta a una necesidad derivada del mayor número de mujeres respecto a los hombres.
Familia polígama árabe a finales del siglo XIX. Es una práctica poco común entre los países musulmanes, aunque permitida.
Pese a que hoy otras religiones han eliminado la poligamia, su práctica ha existido en casi todas las sociedades antiguas, aunque es el islam la religión que la ha mantenido con mayor fuerza. Pese a todo, no es lo más común: “La práctica totalidad de la población musulmana mundial tiene una práctica monógama, quedando amparada canónicamente la excepción de la posibilidad de tener coesposas, hasta un máximo de cuatro. Aunque las excepciones más comunes son de biginia, siendo prácticamente inexistentes, o muy escasos y no significativos, los casos de tres o cuatro coesposas”.
Tanto desde el punto de vista legal como religioso, todas las coesposas deben ser tratadas “con escrupulosa equidad” por parte del marido, del mismo modo que los hijos. A nivel práctico las implicaciones son diferentes, sin embargo. En países como Irán han surgido fuertes polémicas a raíz de la aprobación de leyes que permiten “esposas temporales”. La poligamia deriva de forma frecuente en la subordinación de las mujeres al hombre, pese al marco teórico que las protege.
Porque, tal y como explican desde la Unión de Comunidades Islámicas, la mayor parte de los países han legislado para asegurar la protección de los actores implicados en el matrimonio polígamo, preservando la equidad y asegurando la falta de prejuicios, además del “mutuo consentimiento expreso de todas las partes”. Sucede así en Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Bangladesh, Pakistán, Indonesia o Somalia. También en países africanos no mayoritariamente musulmanes como Nigeria.
¿Qué hay de España? No en vano, la mayor parte de inmigración musulmana en nuestro país proviene de alguno de estos países, como es el caso de Marruecos. No es muy común, nos cuentan, del mismo modo que no es común en general en las sociedades musulmanas: “Representan una excepción muy minoritaria con un muy pequeño número de matrimonios con dos coesposas”. Son, en sus palabras, “una rareza de libre elección que debemos respetar”.
LO CIERTO ES QUE LA LEGISLACIÓN ESPAÑOLA NO LO CONTEMPLA DE TAL MODO. AL IGUAL QUE SUCEDE EN EL RESTO DE PAÍSES OCCIDENTALES, LA POLIGAMIA ES ILEGAL Y ESTÁ PERSEGUIDA Y PENADA POR EL ESTADO
Lo cierto es que la legislación española no lo contempla de tal modo. Al igual que sucede en el resto de países occidentales, la poligamia es ilegal y está perseguida y penada por el estado. El Código Penal sólo permite el matrimoniomonógamo, y la jurisprudencia del Tribunal Supremo no concede la nacionalidad española a aquellos solicitantes que tengan coesposas, de modo que no obtienen los mismos derechos que aquellos cuyas formas matrimoniales son monógamas.
Dadas las circunstancias, es improbable que el debate sobre la legalización de los matrimonios polígamos en España surja o llegue a buen puerto. Al fin y al cabo, ni es cuestión de interés social ni afecta a la inmensa mayoría de los españoles. Y, además, la cuestión es espinosa, al entremezclarse con el fenómeno de la inmigración, todo ello sin mencionar las cuestiones morales relatadas más arriba. Y sin embargo, merece la pena preguntárselo: ¿debería ser la poligamia un derecho?
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-20 20:25:562015-09-01 20:36:08¿Es el polígamo el siguiente en la lista de derechos?
Corregir lo que está mal. Así entienden algunas familias el lesbianismo.
Vamos a corregirte, vamos a cambiarte, vamos a mostrarte que estás en un error, vas a comprobar que te faltaba un buen hombre, vas a confirmar que una tiene sus dudas, pero al final ha nacido para ser mujercita y tener hombre. Las violaciones correctivas son un tema invisible.Las lesbianas que han sufrido este episodio de violencia pocas veces lo denuncian o hacen público. Las familias lo niegan. El entorno se hace cómplice al decir que fue una exageración. Para algunos, las violaciones correctivas son ideas exageradas de activistas o tragedias que solo ocurren en Sudáfrica, pero nada más falso..
“Sucedió que, un día mientras estaba llorando en mi cama, sola, llegó un amigo de familia, a quien tratábamos como si fuera un pariente y le tenía confianza. La puerta estaba sin seguro, así que entró. Se acercó a mi cama y me preguntó si estaba bien. Le contesté que sí, que vaya a la sala, que me alistaba en un momento. El resto es historia. Quería ‘curarme’ a la fuerza. Lo entendí así pues me decía que no estaba bien ‘ser como eres’ y que ‘una mujer que llora por otra, no es correcto’. Nunca más quise saber de él. Tenía miedo, mucho miedo. No le conté a nadie ni lo denuncie (sí, sé que debí hacerlo pero no tuve el valor). Viví durante el siguiente mes teniendo que verlo de vez en cuando, pues era vecino (…). En febrero se materializaron todos mis miedos: estaba embarazada. El suicidio era una constante en mi cabeza (…)”. Solo es identificada con la inicial C. Es lesbiana y conoce el infierno. El testimonio seleccionado por el Colectivo No Tengo Miedo y citado en el informe resume una realidad dolorosa en el Perú.
Se cuenta también cómo en Arequipa, dos conductores de radio Yaraví narraron que una persona conocida había contratado a un hombre para violar a su hija lesbiana. “Ella tuvo un hijo y, según ellos, logró ‘curarse’. Entre burlas y risas, comentaron sobre este delito que ha quedado impune””.
¿JUSTICIA?
“El silencio de las víctimas y la invisibilización del problema –pues en los pocos casos donde hay denuncia no se explicita el motivo de odio hacia la orientación sexual de la víctima–, así como la inacción del Estado, permiten que estos casos de suma violencia se sigan manteniendo en la impunidad”, se sostiene en el informe.
Durante la presentación del documento, el 15 de mayo pasado, Silvia Toledo, directora de Amnistía Internacional, llamó la atención sobre la falta de un registro oficial sobre la problemática de las personas LGBT. El subregistro es alarmante y estas violaciones correctivas no se denuncian, es como si NO EXISTIERAN para los ojos de la autoridad.
Hay casos en los que la víctima puede denunciar la violación, pero no dice que fue para ‘corregir’ su lesbianismo por vergüenza y miedo. Así es como la realidad queda oculta. Ocurre en el Perú y en otras partes del mundo, como reporta la ONU: “Estadísticas confiables sobre las violaciones “correctivas” o “punitivas” son difíciles de encontrar. En la ausencia de un enfoque sistemático de controlar, documentar e investigar tales crímenes, es imposible conocer cuán grande es el problema, mucho menos detener a los culpables para que respondan por los hechos. Mucho casos no se reportan, y aquellos que sí se reportan quizás no pueden ser debidamente señalados como crímenes de odio homofóbico”.
La indiferencia del Estado ante estas situaciones es tal que termina siendo cómplice de los infiernos de muchas mujeres lesbianas peruanas.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-18 16:30:382015-07-18 16:31:38Perú: Las violaciones correctivas, el infierno silencioso de muchas lesbianas
BILBAO. La comisión de txosnas de Barakaldo ha denunciado una agresión sexista y lesbófoba sufrida por una pareja de chicas durante la celebración de las fiestas patronales.
Según ha relatado la comisión en un comunicado, en las inmediaciones del recinto festivo dos jóvenes fueron insultadas y vejadas durante la noche del pasado miércoles, motivo por el que este viernes se tomó la decisión de dejar de servir y apagar las luces de las txosnas durante 30 minutos.
La comisión de txosnas ha querido además mostrar su compromiso en favor de un “recinto y unas fiestas libres de agresiones sexuales o sexistas”.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-18 16:20:012015-07-18 16:20:01La Comisión de txosnas de Barakaldo denuncia una agresión sexista a una pareja de chicas
La comisión de txosnas de Barakaldo ha denunciado una agresión sexista y lesbófoba sufrida por una pareja de chicas durante la celebración de las fiestas patronales.
Según ha relatado la comisión en un comunicado, en las inmediaciones del recinto festivo dos jóvenes fueron insultadas y vejadas durante la noche del pasado miércoles, motivo por el que este viernes se tomó la decisión de dejar de servir y apagar las luces de las txosnas durante 30 minutos.
La comisión de txosnas ha querido además mostrar su compromiso en favor de un “recinto y unas fiestas libres de agresiones sexuales o sexistas”.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-18 16:18:172015-07-18 16:18:17La comisión de txosnas de Barakaldo denuncia una agresión sexista a una pareja de chicas
Participantes en la última edición del festival fetichista Folsom Europe, en Berlín. / MANUEL MONCAYO / FOLSOMEUROPE.INFO
“¿Te gustaría organizar una orgía en tu casa pero no tienes espacio suficiente? No te preocupes. Contacta con nosotros y te reservamos un espacio en nuestro local de manera gratuita para ti y tu fantasía personal”. La manifiesta naturalidad de este anuncio perteneciente al Club Culture Houze (Görlitzer Strasse, 71), en Kreuzberg, da buena cuenta de la actitud con la que Berlín se toma lo que en muchos otros lugares resultaría tabú. La capital alemana, reconocida en todo el mundo como un símbolo de tolerancia, celebra el fetichismo en todas sus variantes a plena luz del día, en clubes especializados, ferias profesionales y fiestas multitudinarias.
París es la ciudad de la luz y Berlín la del cuero. En ella, difuminar las barreras sexuales en cincuenta tonos de gris tras las puertas del célebre Kit Kat Club(Köpenicker Strasse, 76) resulta para algunos una opción turística casi tan obvia como visitar Legoland con toda la familia. Incluso el escaparate de una aparentemente inofensiva tienda de zapatillas deportivas en Mehrigndamm (Just Sneakers) juega con un evidente subtexto sexual. Durante el día, los gigantescos stilettos retratados por Helmut Newton no abandonan los museos y cafeterías más sofisticadas de la capital. Es durante las primeras horas de la noche cuando el club Lab.oratory despliega un diverso catálogo de parafilias en forma de fiestas temáticas en el sótano de Berghain, la discoteca techno más célebre y transitada del mundo. Algunos sábados están dedicados a la ropa deportiva o a la lluvia dorada y varios domingos se debe acudir con traje de oficina. En muchos de los casos, un estricto código de vestimenta decide si se aprueba o deniega el acceso al paraíso del fetichismo. Practicarlo no es obligatorio, pero sí lo es vestir como si se fuera a hacerlo.
Apartamento ‘fetish’ disponible en Berlín a través de la web Mineshaft. / MINESHAFT-BERLIN.COM
No hay otra ciudad europea donde la escena fetish esté tan integrada, hasta el punto de formar parte de su mercado inmobiliario. En la webMineshaft se alquilan por días apartamentos con cuarto de juegos para visitantes y locales. Son modelos de pisos para dos personas que incluyen todo lo necesario para un amante del BDSM (bondage, disciplina, sadismo y masoquismo) que coma al menos un par de veces al día: frigorífico, microondas y utensilios de cocina, además de cama bondage, espejo superior, cruz de San Andrés (anclada en la pared en forma de X), máscaras, dildos y portátil con webcam. Todo ello a un precio de 130 euros por noche. Son apartamentos que pasan desapercibidos en cualquier bloque de viviendas de calles como la Motzstrasse y quien los ocupa resulta un miembro más del vecindario, en el barrio de Schöneberg. Se trata de una actividad discreta pero en ningún caso clandestina, como demuestran los pequeños comercios de la zona. Muy cerca se puede encontrar una sucursal de RoB, algo así como el H&M del cuero y el látex, que compite en los alrededores de Nollendorfplatz con las prendas de la tienda Sling King y la oferta algo más casual de Boyz ‘R’ Us.
Una industria de ocio
Participantes en el Folsom Europe 2014, en Berlín. / M. MONCAYO / FOLSOMEUROPE.INFO
El fetichismo atrae visitantes y con ellos llega la profesionalización y el negocio. Cada mes de mayo, elGerman Fetish Fair presenta la oportunidad de adquirir antes que nadie las últimas tendencias y las mayores extravagancias en la moda BDSM, accesorios para los amantes del kink y mobiliario con el que construir fantasías sexuales en unplayroom a medida. Se trata de un encuentro entre vendedores, comerciales, fabricantes y su público objetivo. El punto fiestero no puede faltar en Berlín y por eso la feria profesional viene siempre acompañada del German Fetish Ball Weekend, en el que más de 2.000 personas se pasan todo un fin de semana celebrando su libertad sexual. Pero la verdadera fiesta ocurre en septiembre, cuando el vinilo y las fustas pasean por las calles durante el Folsom Europe, que atrae a 20.000 visitantes cada edición. La celebración, en referencia al festival callejero de San Francisco, reivindica la cultura y práctica sadomasoquista con la misma normalidad con la que días después el Oktoberfest lo hace con la cerveza. En vez de puestos con jarras, botellines y currywurst, en este evento, dedicado casi en exclusiva al público gay, los esclavos esperan a cuatro patas en celdas minúsculas a que sus amos les saquen a pasear con una correa a lo largo de la Fuggerstrasse.
Las caras de Lady Stella
Una de las habitaciones temáticas de Le Salon Bizarre, en Berlín. / LE-SALON-BIZARRE.COM
Rubia, con el pelo tirante hacia atrás, labios rojos y nariz prominente, la dominatrix Lady Stella espera en el club Avalon, cerca de Spandau, para demostrar que “la pasión tiene múltiples caras; algunas son crueles, otras juguetonas, irracionales o frívolas. Pero todas están deseando ser vividas”, dice en su anuncio personal. Mientras, Le Salon Bizarre, en Wuppertal, busca la excelencia: cada hombre o mujer que trabaja en él está especializado en sus prácticas preferidas y ofrece un servicio vocacional. La diversión transcurre en salas temáticas que personalizan la experiencias, como una cabaña para el bondage asiático o el cuarto del acero.
Pero no hay necesidad de salir del centro de la ciudad para tener una cita con un amo o un esclavo profesional. Unos antiguos establos situados en un sótano de Kreuzberg alojan DarkSide. En este local se presta atención, varios días por semana, a aquellos noveles que todavía se encuentran en primero de sadomasoquismo y quieren cursar una formación acelerada en un entorno que no resulte agresivo. La intención es alojar a aquellos que se sientan intimidados no tanto por las prácticas fetichistas como por su propia inexperiencia. En este subsuelo todo el mundo puede dar al menos una oportunidad a nuevas formas de practicar sexo.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-18 13:16:442015-08-15 13:23:55Berlín, capital del cuero
En algunas zonas de Nigeria la homosexualidad se castiga con la pena de muerte
Henry Okosun llegó a España en 2007 desde su país natal, Nigeria, donde incluso estudió en la universidad. Primero a Madrid, y desde hace tres años asentado en Alcántara (Cáceres), a donde se mudó para intentar buscar un empleo que de momento no llega. Es una persona con formación, pero desde que llegó a Cáceres sólo puede hacer pequeñas ‘chapuzas’ sin retribución oficial.
Dice su círculo más cercano de amistades que tenía una oferta para incorporarse al mercado laboral, pero todavía no la ha concretado.
Si lo hubiera hecho hubiera regularizado su situación y no habría sidodetenido hace 48 horas ni dormido hace dos noches en la Comisaría de Cáceres, con un pie en el vuelo que partía esta madrugada del jueves de Barajas. Un avión especial repleto de compatriotas partió a las siete de la mañana.
Henry estaba en la lista oficial de deportados, aunque aún no llegue a entender a estas horas, ya en libertad, que ocho años después de vivir de forma ininterrumpida en España haya llegado a pasar en las últimas horas un auténtico calvario, que tiene de momento final feliz. La Delegación del Gobierno de Madrid ha paralizado la orden de expulsión, pero a la vez le da un periodo de seis meses para regularizar su situación y demostrar su arraigo en el país, como marca la Ley de Extranjería, bien a través de un contrato de trabajo o bien mediante un matrimonio.
Su pareja, Carlos Mateos, un jubilado madrileño que se trasladó con él a vivir a tierras extremeñas, comenzó desde hace meses a dar la voz de alarma sobre la situación de Henry, con quien tiene previsto casarse en breve.
En el horizonte, el riesgo de la muerte, con la que se pena en buena parte de las regiones de Nigeria el ser homosexual y encima hacer alarde de ello, como confirma el presidente de la Fundación Triángulo de Extremadura, José María Núñez, que recibió el aviso de riesgo que padecía el nigeriano por parte de su pareja.
Lo primero que se hizo fue pedir a la embajada española en Nigeria un certificado de soltero de Henry, condición indispensable para poderse casar: “Nos dijeron que debía solicitarlo él mismo en persona allí pero claro, es imposible que Henry regrese a su país a por el documento habiendo reconocido públicamente su homosexualidad. Por el momento hemos intentado sin éxito que fuera otra persona”.
Henry hizo pública su condición de homosexual el pasado mes de enero en el programa ‘El Permiso’ de la televisión regional, Canal Extremadura. No fue de forma explícita, pero sí de una manera natural al comentar la rehabilitación de la vivienda de ambos. Lo hizo, quizás, sin pensar en las consecuencias que podría tener en su país de origen.
A finales de junio, la Delegación del Gobierno en Extremadura acogió un encuentro con los afectados y la Fundación Triángulo para intentar encontrar una solución. La deportación esperaba a la vuelta de la esquina: “Desde el primer momento comprobamos que se trataba de una persona con arraigo social en Alcántara, pero nosotros sólo nos podemos mover desde la legalidad y faltaba un certificado. Por suerte la delegada del Gobierno Concepción Dancausca paralizó la deportación durante seis meses”.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-17 08:22:362015-07-17 08:22:36El nigeriano gay que iba a ser expulsado tiene seis meses para regularizar su situación en España
Madrid, 28 de junio de 2015. Adelantándose a las próximas fiestas del Orgullo Gay, el alternativo ‘Orgullo Crítico’, convocado por diversos colectivos LGTBIQ, como Transmaricabollo Sol, procedente del 15M, ha realizado en la tarde de hoy una manifestación que ha discurrido entre las plazas de Antón Martín y de Vázquez de Mella. Centran sus reivindicaciones en combatir el ‘heteropatriarcado’ y la ‘heteronorma’ demandando una completa libertad en la identificación sexual, afectiva o de género. Lo hacen desde una perspectiva politizada y dicen luchar contra el capitalismo, el cual, afirman, fomenta la ‘heteronormatividad’. Critican contundentemente la ‘Ley Mordaza’ y también muestran su rechazo por las políticas llevadas a cabo por los dirigentes de países como Rusia o Israel.
La manifestación se ha desarrollado sin incidentes pero, al llegar a la plaza de Vázquez de Mella, a una de las manifestantes no le ha sido permitido acceder a la terraza de un Hotel argumentando, según asegura la propia manifestante, que “no admiten a personas disfrazadas”. Esto ha provocado que una buena parte de los presentes se hayan dirigido a la puerta de dicho hotel solicitando una hoja de quejas. Finalmente la disputa se ha resuelto pacíficamente.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-07-16 21:36:272015-07-16 21:36:27El ‘Orgullo Crítico’ recorre el centro de Madrid
¡Somos sexis, somos calientes, somos libres! ¿En serio? ¿En qué momento las mujeres tomamos esa consigna de feminismo peuco y nos convencimos de estar disponibles al follón sin pedir nada a cambio? Los hombres históricamente han estado dispuestos a pagar un precio por acceder a una mujer, con una cita, con palabras de amor, en el extremo con dinero; sin embargo, hoy somos nosotras las que no pedimos ni un mensaje de texto postcoitum.
No pretendo caer en nostalgias reaccionarias, pero hay que reconocer que la situación actual de nuestra transacción sexual es como haberle pedido al empleador que nos tenía con contrato fijo una boleta de honorarios.
Después de tanta lucha que hemos dado para salir de la opresión de la norma macho, nos tropezamos con algo curioso y sintomático: nos hemos transformado en una fantasía masculina, es decir, en un pedazo de culete gratis. Claro, las mujeres no lo llamamos así… Usamos eufemismos como “mujer libre”, multiorgásmicas, lovefree, autogestoras del orgasmo.
Así, muchas veces nos convertimos en esa amiga-amigo que declara ser distinta a sus congéneres. Y que se empeña en buscar cuestiones fálicas, como el poder, la competencia, follar. Lo que no sería problemático si no fuera porque, en la exaltación de esa vía, renegamos de cosas como la palabra, la cercanía y el cuidado. Todo bajo el nombre de liberación.
¿Pero de qué se habla cuando se alude a liberación sexual? Nada más que a la flexibilización de contratos. Más allá de los viejos convenios -que como toda norma siempre fueron transgredidos-, se trata sobre todo de estar libre del otro. El sexo, así, tiene rostro libre pero cuerpo mezquino.
Por otra parte, me pregunto si es posible jugar realmente el juego de los hombres cuando aún no tenemos las mismas condiciones en la cultura. Porque todavía las mujeres valemos menos en el mercado laboral. Aún no somos dueñas del destino de nuestro cuerpo, la natalidad es un asunto de Estado, y la maternidad, un asunto privado con escaso apoyo social. Aún debemos modelar nuestros cuerpos de acuerdo al fetichismo masculino (¿quién no se ha sacado fotos de pedacitos de sus presas para exhibirlas en las redes sociales?). Aún hay feminicidios. Aún existen los juicios clásicos hacia las mujeres: “tontas, locas, maracas”. Entonces ¿por qué tendríamos que estar en las mismas condiciones en la erótica?
Para que esto no parezca -que seguro ya lo parece- un lamento conservador o un gemido de mina histérica, hay que entender que a veces la libertad prometida no es más que una nueva domesticación.
Nos enseñaron a pensar que el único mecanismo de control social era la represión y que, por lo tanto, librarse de las ataduras significaba libertad. Y es cierto que las mujeres hemos tenido que pelear frontalmente con el poder para lograr cierta justicia y dignidad. Sin embargo, olvidamos que la ideología también se instala a través de discursos y prácticas que parecen neutrales. Y es por esta vía que nos hemos construido una autoimagen que tiene mucho de impostura masculina. Calientes, independientes, cabronas.
Estos discursos, que parecen inofensivos, provienen al menos de dos fuentes. Una de ellas es la erótica modelada por la ciencia. Casi cada semana nos encontramos con algún técnico del sexo enseñándonos cómo amar e imponiéndonos distintas puntuaciones en la práctica sexual. La ciencia ha transformado el sexo en un tema sanitario. Ahora se dice que sería bueno para la salud, como hacer deporte o comer fruta. Por el contrario, alguien que no tiene sexo -porque no puede o no quiere- estaría enfermo.
Desde otro frente, las revistas femenina se dirigen a la mujer de vanguardia invitando a la sexualidad tántrica, holística, cuántica… Promocionan juguetes sexuales de diseño para llevar en la cartera por si a una le baja la calentura paseando por ahí. Angustian a las féminas que, con la libido por los suelos, se sienten culpables y frígidas.
Lo que no hemos entendido -como decía Foucault – es que decir “sí” al sexo no significa decirle que “no” al poder. Sin darnos cuenta, nos hemos ido construyendo como mujeres hiperdefensoras de lo masculino, dejando a un lado nuestro gran capital transformador: el campo de las relaciones. Ese tejido social que apunta al cuidado y la cooperación.
No se trata de defender las viejas instituciones de lo amoroso, que también nos aplastaban; pero el simulacro del touch and go crónico deshumaniza. Se trivializa el cuerpo, se mecaniza el sexo y se atenta contra las posibilidades de un encuentro: la amistad, la ternura, la solidaridad, al menos una fraternidad política con el otro.
Por mi parte, aún prefiero las mentiras al oído, la resaca de un encuentro, que un acuerdo de sexo controlado, avaro de la locura de a dos, sobrante de hule.
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