Pol Galofre: Abrazar lo trans

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“Para mí el feminismo era algo que estaba allí, pero a lo que no me había aproximado mucho. Cuando entré en la universidad me apunté a una asociación LGBT, y a raíz de eso empecé a leer, a aprender, a investigar sobre teoría feminista y entender que era allí donde a mí me gustaba moverme y que los discursos que estábamos teniendo en tanto que trans y LGTB si no estaban cruzados con el feminismo no me interesaban. Entendí que las luchas por la despatologización de lo trans, el cuestionamiento del sistema sexo género, tenían que ir vinculados a la lucha feminista y que las conexiones que teníamos que establecer debían ir en ese sentido.”

Pol Galofre (Barcelona, 1987) es uno de los impulsores de Cultura Trans, un proyecto que nació en 2011 de la mano de algunos de los organizadores de la manifestación Trans en Barcelona -desde el año 2009, cada mes de octubre, la Campaña STP convoca un Día Internacional de Acción por la Despatologización Trans con manifestaciones y actividades en diversas ciudades-. “Nos dimos cuenta de que una parte del activismo que estábamos haciendo no iba más allá, de que nos estamos quedando en un círculo muy cerrado. Decidimos empezar un proyecto diferente, más centrado en la cultura, muy político, con la intención de visibilizar y generar otros referentes entorno a lo trans que no fueran excluyentes, y de trabajar para mejorar las expectativas de vida de las personas que se identifican como trans.” “Estamos muy vinculados al movimiento feminista, y esto nos aporta mucho. De hecho, la sede principal de ‘Cultura Trans’ es La Bonne –Centre de Cultura de dones Francesca Bonnemaison-. Porque creemos que es un lugar interesante desde donde trabajar.” Aunque añade que “procuramos movernos bastante de sitio por Barcelona, porque cambiar es una forma de cambiar de público y llegar a más gente”.

“Ahora somos principalmente Miquel Missé y yo, pero en cada proyecto tenemos gente alrededor que nos ayuda.” Y los proyectos que menciona son muchos y muy variados. Desde las jornadas más académicas, para generar pensamiento, que se organizan en octubre coincidiendo con la campaña STP, hasta presentaciones de libros, talleres, espectáculos, exposiciones de fotos o ciclos de cine. Sin ir más lejos, acaba de empezar una nueva edición del Fire!! -la muestra de cine LGBT del Casal Lambda- en el que por tercera vez colaboran programando la sección “pantalla trans” y a lo largo de todo el curso ha tenido lugar en el Zum Zeig el ciclo de cine Open, para el cual han programado una película LGBT por semana.

También están enfrascados en la edición de un libro sobre políticas trans, que editarán con Egales. “Es un libro de traducciones de artículos de pensadores trans desde los años 70 hasta ahora, de Estados Unidos, donde los estudios trans son una rama concreta de los estudios de género. Hemos seleccionado diversos artículos que podrían considerarse fundacionales de los estudios trans, o que nos han parecido interesantes.” Para las traducciones, decidieron contar en la medida de lo posible con personas trans “contactamos con personas trans que hubieran traducido alguna vez, que supieran inglés o que escribieran bien en castellano… Luego, María Teresa Rojas se ha encargado de la corrección y de unificar los textos.”

Pero el acto central de ‘Cultura Trans’ es probablemente el ‘Trans Art Cabaret’, que se celebra este sábado, 4 de julio en Sala Hiroshima. “Es una forma de retomar la tradición de cabaret que tenía lo trans en Barcelona, y al mismo tiempo darle una vuelta, dar la posibilidad a personas trans de la ciudad y del mundo que están haciendo cosas artísticas de ponerlo en el escenario. Gente amateur que quizá no da el último paso en parte porque es una persona trans, de repente tiene un espacio allí.” La cosa empezó invitando a gente conocida, pero ha ido más allá: “estamos todo el año con los ojos y las orejas puestos, y cuando encontramos alguna persona trans que hace algo, pensamos al instante en el cabaret. A raíz de hacerlo hay algunos artistas que se han afianzado, por ejemplo Miryam Mariblanca que participa en el trans art cabaret desde el principio, es maravillosa, a la gente le encanta y ella está encantada de seguir viniendo. Además, siempre intentamos llevar a alguien de fuera, y al final acaba siendo algo grande. En este cabaret también se representará una parte de Limbo, que es una obra de teatro en la que participamos, de L’Era de les Impuxibles, con Clara Peya, una de las presentadoras del Cabaret.”

Comentamos la ocurrencia de celebrarlo precisamente en el Paral.lel, el lugar de tradición trans cabaretera por excelencia de Barcelona. “Me parece interesante hacer esta conexión porque pienso que el sistema es muy inteligente y se autorregula, y hay una parte de las luchas gays y trans que acaban siendo aceptadas porque son en cierta manera fagocitadas por el sistema: ‘te acepto como gay, siempre que te cases y seas normal, pero los que tienen pluma y tienen una vida rara, eso me parece mal’. Y con lo trans, creo que hay también un poco de esto. Ahora hay bastante aceptación de lo trans, siempre que transites dentro de la norma, que hagas del cambio entero, que te conviertas en un ‘hombre de verdad’, en una ‘mujer de verdad’, y que dejes atrás esta parte esperpéntica, que conecta con el drag queen, con el travestismo… así que esta conexión con el cabaret también es una forma de reivindicar esta posibilidad de ser marginal y esperpéntico, reivindicar que esto es de donde venimos y que es algo a lo que no le tenemos que dar la espalda.”

Ahondamos en esta idea de ‘haber nacido en el cuerpo equivocado’ con la que a menudo se asocia lo trans, una idea que no cuestiona el binarismo hombre/mujer y que en algunos casos puede implicar el rechazo a las expresiones de género no normativas o incluso a la homosexualidad. “Aquí entramos en terreno pantanoso, pero creo que el problema con estos discursos de ‘hoy he vuelto a nacer, he nacido en el cuerpo equivocado, he tenido un problema y me lo han arreglado’, es el rechazo que generas hacia tú mismo y hacia tu historia. Yo creo que el tránsito es algo que va contigo toda la vida, y que si cada vez que alguien te lo recuerda (porque te lo recordarán) eso genera un rechazo en ti muy fuerte, quizá no es el camino que deberíamos seguir, ¿por qué no podemos trabajar para abrazar este tránsito, para abrazar el hecho trans, y para intentar entender y vivir los cuerpos trans de una forma diferente, en lugar de ir hacia esta extinción de lo trans? Esta idea de que si la operación al final es perfecta, ya no quedará ningún rastro del tránsito en ti. Pues no, claro que quedarán rastros, porque has hecho este tránsito y forma parte de tu vida. A veces parece que la medicina nos ha de llevar la panacea, y quizá no. Quizá ese no debería ser el camino.”

Uno de los temas más polémicos actualmente en este ámbito es el de la transexualidad en la infancia: “Creo que cuando se tienen expresiones de género no normativas en la infancia se tiene que permitir desarrollarlas, probar y experimentar, y que sepan que pueden ser y hacer lo que quieran cuando sean mayores, obviamente, pero hay un punto complicado… yo estoy muy orgulloso de quien he sido y creo que el chico trans que soy ahora, es en gran parte porque he tenido una sociabilización femenina, y esto no lo cambiaría por nada. Es lo que me ha hecho ser feminista, tener la visión que tengo del mundo y la masculinidad que tengo ahora. Si cuando con 5 años decía que quería ser un niño me hubieran hecho caso, ¿qué tipo de hombre sería hoy en día? Quizá, si me viera ahora, no me gustaría nada a mí mismo.” Además, añade “he comparado historias de infancia con compañeras lesbianas muy ‘butch’, y nuestros relatos de vida, y nuestras sensaciones de pequeñas son muy similares, prácticamente calcadas, y hay un punto en esta historia en el que yo cojo un camino y ellas cogen otro. Entonces, hay psiquiatras y padres que les cambian el género a sus hijos porque dicen que en algunos casos está muy claro y hay riesgo de que se autolesionen. Está claro que se les tiene que dar espacio para ser lo que quieran ser, pero siempre teniendo en cuenta que quizá después esta persona no transita, y que esto tiene que ser una posibilidad. Podría pasar que de los 5 a los 10 años vives en masculino, y tus padres lo han cambiado todo, y de repente quizá llega la adolescencia y decides cambiar. Y esta posibilidad creo que no está planteada.”

Sobre la cuestión de si es un tema candente especialmente en los Estados Unidos, opina que “Estados unidos tiene una gran colonización cultural y mediática en todo el mundo, pero aquí también está pasando, no es una realidad que nos sea ajena.” Me habla, por ejemplo del documental de TVE ‘El sexo sentido’, y de asociaciones como Chrysallis, de padres de niñxs y adolescentes transexuales, o el Grupo Familias de Trans .

Pol Galofré escribió un artículo en la revista Píkara muy revelador sobre cómo cambiaron sus sensaciones cuando empezó a ser reconocido como hombre en sociedad. “Siendo reconocido como chica en la calle, hay una especie de presión, una carga en gran parte sexual en todas las interacciones con hombres de la que no te das cuenta, porque está tan inmiscuida dentro de todo y porque hemos crecido así: a mí con 14 años ya me habían enseñado varias pollas por la calle, tocado los pechos… es algo que está siempre presente y en el momento en el que empecé a transitar yo no era consciente de ello. Cuando empecé a ‘pasar’ por la calle, a ser reconocido como chico, me di cuenta de que toda esta presión en la interacción con los hombres desaparecía. Esto para mí fue una bofetada muy grande. Por una parte fue muy liberador porque de repente lo dejaba de tener encima, pero por otra parte es muy preocupante. No puede ser que el simple hecho de estar en la calle sea una experiencia tan diferente si eres leído como mujer o si eres leído como hombre. Aquí hay que hacer algo.” Además, añade “noto que se me escucha más, y esto me da mucha rabia: si vamos yo y una chica y se me escucha más a mí. En estas situaciones intento no abrir la boca. Pero dices una palabra y el foco de antención va hacia ti.” No ha sido el único hombre trans que ha descrito la sensación de experimentar el privilegio masculino.

“Después, además, me di cuenta de que, en cuanto a mí me reconocían como hombre, se esperaba lo mismo de mí del otro lado. Yo dejaba de sentir eso de cara a los chicos pero las chicas con las que me cruzaba por la calle lo sentían de cara a mí. Eso, a mí, como feminista me remueve por dentro, me genera un rechazo horrible… Así que empecé a pensar qué tipo de masculinidad quiero performar, qué tipo de hombre quiero ser. Cuando me dieron los privilegios que vienen dados por reconocerte como hombre, me tuve que replantear actitudes que como lesbiana masculina o mujer empoderada hubiera podido tener. Por ejemplo, a mí me cuesta tomar la palabra en público y me había empoderado para aprender a tomarla, pero ahora me echo para atrás. Muchos chicos no lo entienden, ‘¿por qué no puedo tomar la palabra si tengo cosas interesantes a decir?’ pues porque tú tienes la palabra dada siempre”. “He encontrado mis estrategias y en mi entorno esto está trabajado, pero me indigna por lo que dice de la sociedad en que vivimos. Y por otra parte… entiendo que las personas trans no tienen que ser la panacea de esta sociedad, y que pueden ser igual de normativos que la mayoría de personas cis, pero al mismo tiempo me da mucha rabia cuando veo un chico trans que ha vivido mierdas como chica y que en el momento en que transita, prácticamente tiene actitudes machistas.”

Afirma no haber notado una recriminación desde el feminismo en Barcelona por el hecho de haber transitado, de haberse sumado de alguna manera al ‘privilegio masculino’. “En los entornos feministas en los que yo me he movido no ha habido esta recriminación. De hecho creo que hay un poco de fascinación por lo trans, e incluso una cierta erotización de los cuerpos de los chicos trans sobre todo, en el mundo bollero y feminista aquí en Barcelona.” Pero reconoce que hay un punto de esta fascinación que en parte le preocupa: “Me interesan mucho los puntos de encuentro entre lo butch y lo trans. Creo que el feminismo y el movimiento lésbico han hecho un trabajo muy grande de por permitir que haya personas identificadas como mujer con una expresión de género masculina, en dar este espacio de masculinidad dentro del concepto de mujer, y tengo la sensación de que este espacio está siendo un poco desprestigiado. No sé si es que antes estas mujeres no transitaban porque la opción de transitar ni siquiera existía, que también puede ser, pero lo cierto es que ahora cada vez hay más chicos trans, que transitan muchas veces desde un contexto lésbico. Aquí hay algo que a mí me tensiona. ¿Estamos haciendo algo mal porque para vivir esta masculinidad necesites cambiar el nombre, cambiar los pronombres? Quizá nos toca hacer el trabajo de generar pronombres neutros, para generar este espacio. No sé si es que hay una idealización de lo masculino… al mismo tiempo, yo soy el primero que he transitado, y que ahora mismo no podría vivir como mujer lesbiana, pero quizá es porque no tuve los referentes, no encontré las formas de ser mujer y masculina y estar bien con eso. Al mismo tiempo es muy interesante que haya tanta gente que transita, porque estamos en un momento en el que esto es posible y genera otras posibilidades, pero quizá me da miedo que este espacio espacio andrógino, intermedio, en el que había antes mujeres masculinas y en el que ahora hay chicas trans y genderqueer, desaparezca.”

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Una publicidad de ropa saca del armario a las lesbianas en la India

  • Un anuncio televisivo de una marca de ropa india, en el que una chica presenta a su novia oficialmente a sus padres, ha supuesto un fuerte espaldarazo para las lesbianas en la India, donde las relaciones homosexuales están penalizadas

 

El anuncio de Anouk “La visita”, de la campaña “Atrevido y bonito”, se ha convertido en viral en las redes sociales del gigante asiático, y en Youtube ya se acerca a los dos millones de reproducciones un mes después de su lanzamiento.

“Ha sido precioso. Y creedme cuando lo digo. La India está cambiando a mejor. Ojalá hubiese esperado a salir (del armario), así mis padres podrían haber visto que esto es normal y que el amor es amor”, asegura en Youtube en uno de los comentarios Izzy J.

Y remata: “Me encanta este anuncio. Gracias de corazón, me hace sentir querida y aceptada, en vez de sucia y anormal”.

En el comercial, de algo más de 3 minutos de duración y factura cinematográfica al estilo meloso de Bollywood, dos atractivas jóvenes se acicalan entre arrumacos, impacientes, a la espera de que lleguen los padres de una de ellas.

“¿Estás segura de esto?”, pregunta insegura una, a lo que la otra responde: “Estoy segura sobre nosotras y no quiero ocultarlo más”.

Para la sociedad india, eminentemente conservadora y muy religiosa, este anuncio supone un adelanto significativo, aunque algunos comentaristas en medios locales remarcaron que su alcance se limita a la clase urbana, que suele ser más progresista.

“Puede que (este anuncio) no refleje la postura hacia los gais de la mayoría de los indios, pero al menos muestra que algunos sectores con gran influencia están dispuestos a un cambio de mentalidad, y eso es bienvenido”, aseguraba en el diario Times of India Sharon Fernandes.

Avishek Ghosh, uno de los dueños de la productora que está detrás del anuncio, Hectic Content, explicaba al mismo diario que en el comercial trataron de evitar los “estereotipos relacionados con los homosexuales” para mostrar así a una “pareja cualquiera”.

En el mismo sentido, Shobhna S.Kumar, fundadora de Queer Ink (“Tinta gay”), la única editorial india centrada en la literatura LGTB, detalló a Efe que el anuncio muestra la realidad en las relaciones de pareja lésbicas, donde la “vulnerabilidad las hace paradójicamente más fuertes”.

Según Kumar, este anuncio es el reflejo del cambio que se está produciendo “en el número de mujeres que muestran su orientación sexual de una manera abierta”, aunque en la sociedad india la mujer aún carezca de derechos y “sea vista como una propiedad del hombre”.

A pesar de la gran repercusión que ha tenido esta campaña publicitaria de Anouk, ese anuncio no es el primero en la India que lleva a la pequeña pantalla la temática de las lesbianas.

La compañía especializada en complementos The Fastrack lanzaba en 2013 de un modo más sofisticado y transgresor la pieza “The Closet”, en la que en unos pocos segundos se mostraba la relación esporádica e insinuada de dos chicas en el interior de un armario rosa con el lema: “Sal del armario. Muévete”, con música de Daft Punk.

También el cine en la India, siempre un paso por delante, ha sido testigo de las relaciones pasionales entre dos mujeres.

En 1998 la película “Fuego”, de la directora indocanadiense Deepa Mehta, generó un gran revuelo en el gigante asiático por una historia de amor lésbico ambientada en la Delhi de finales del siglo XX.

La película tuvo que ser retirada de los cines por la presión y los ataques de grupos extremistas hindúes, como los cometidos en las salas Regal de la capital india, donde 17 años después todavía quedan muestras de los destrozos.

Esos disturbios no dejaban presagiar el mayor logro hasta ahora de la comunidad LGTB en la India: la declaración como inconstitucional en 2009 del artículo 377 del Código Civil indio, una ley británica de 149 años de antigüedad que prevé penas de hasta 10 años de cárcel por mantener relaciones “contra natura”.

Sin embargo, cuatro años después, sería restaurado por el Tribunal Supremo.

Según A.J. Hariharan, fundador de una línea telefónica en Tamil Nadu (sur) de ayuda a las lesbianas, esos años de libertad no se tradujeron en una menor discriminación, aunque ahora, dijo a Efe esperanzado, “más gente habla de ello”.

Como altavoces de los derechos a favor de los homosexuales están anuncios como el de Anouk, en el que al final de la historia se muestra a una de las chicas al teléfono: “¿Habéis llegado? Pues ahora bajamos”.

¿Y qué pasa con las lesbianas?

Visibilidad, sí, ¿pero para todos?

Fototeca Storica Nazionale

Me llena de orgullo y satisfacción decir que soy bollera y mujer (si alguna vez escucho esto en el discurso real me convierto a la Corona, lo prometo). Para algunas personas lo que acabo de decir resultara repetitivo. ¿No se es ya mujer si una se considera bollera? En fin, en esta época posmoderna en la que nos cuestionamos hasta las etiquetas de la ropa todo vale, oigan. Yo soy bollera y mujer porque son dos títulos “honoríficos” que me definen en la jerarquía social que habito. Uno me sitúa detrás de las maricas. El otro me posiciona un escalafón por debajo de los hombres. Vamos, que estoy jodida por partida doble.

Las desviadas como yo celebramos nuestro aniversario por estas fechas. El 28 J y esas cosas, ya saben. Y aún así, llámennos quisquillosas si lo desean, pero no terminamos de sentirnos integradas ni en nuestro propio cumpleaños. Orgullo se escribe en masculino y a ese sector poblacional representa: a ellos. No hablemos ya de la degeneración que ha sufrido lo que, si mal no recuerdo, era una reivindicación y no una fiesta del consumismo. Parece que el 69 solo nos suena a una postura del Kamasutra y no al año en que tuvieron lugar los disturbios de Stonewall. Lo llaman capitalismo rosa y no tiene que ver con la prensa del corazón, sino más bien con el corazón del funcionamiento de este sistema en que vivimos. Lo que ayer era una subversión a la norma hoy se acepta, sí, pero a un precio. Tenga usted la orientación sexual que quiera, de acuerdo, no nos molesta. Siempre que cuente con una cartera abundante y tienda usted a encajar en nuestros marcos normativos, ¡sea bienvenido!

Ya ven que se repite un poco el modelo del heteropatriarcado. Para quien no lo sepa, se refiere a que el cabeza de familia, de esta gran familia que es la humanidad al fin y al cabo, sea preferentemente hombre, heterosexual, blanco y de clase media-alta. Una definición que encierra la totalidad de privilegios posibles. Fíjese usted qué cosas, quienes gobiernan el mundo suelen llevarla escrita en la frente. Pues bien, en estas fechas señaladas, no contentas con sufrir el famoso palabro  heteropatriarcado todos y cada uno de nuestros días,una nueva realidad queda patente: el homopatriarcado. Resulta que son las maricas las que se llevan de calle esos privilegios. El ocio, el consumo, la visibilización desde los medios les conceden el protagonismo. Bolleras, trans, bisexuales, intersexuales, asexuales y un largo etcétera son solo anexos, ya ven.

También les digo, poca envidia siento si ser el foco de atención acarrea la imposición de un consumo determinado y la implantación de un canon de belleza concreto. Pero claro, a una también le gusta visibilizarse. Un poquito de ese protagonismo, pero a nuestra manera, eso sí. No queremos ser bolleras que despiertan un “¡uy, si apenas se te nota!”.Queremos que se nos note, seamos femeninas o camioneras, llevemos el pelo largo o corto, utilicemos dildo o no. Queremos que se nos note, que se nos vea, que se nos escuche, que se nos sienta. Porque no, no somos amigas, resulta que nos comemos el coño, fíjese usted. Y estamos orgullosas de ello. Visiblemente orgullosas.

El amor que gana a los murmullos y la represión: tres historias de parejas LGTB en el mundo

Yen y Huong, Gerardo y Rafael, y Qwin Mbabazi y Julz comparten con eldiario.es su experiencia como parejas LGTB

Yen y Huong, Gerardo y Rafael, y Qwin Mbabazi y Julz comparten con eldiario.es su experiencia como parejas LGTB. / Imágenes cedidas.

Desde Venezuela hasta Vietnam, mantener una relación estable con una persona de tu mismo sexo supone afrontar en muchos casos no solo el rechazo familiar sino leyes que penalizan y consideran delito esta forma de amar. Hace diez años, España legalizó el matrimonio homosexual. Fue el cuarto país en hacerlo. Hoy en día, las parejas homosexuales pueden casarse en una veintena de países del mundo, la mitad de ellos europeos.

Este derecho todavía está lejos convertirse en una realidad para las ugandesas Qwin y Julz. En el continente africano tan solo Sudáfrica contempla el matrimonio gay. Pero que no sea legal o que la homosexualidad constituya un crimen, como es el caso de Uganda, no significa que no se produzan uniones informales. Qwin y Julz cuentan aleldiario.es cómo organizaron su boda simbólica y secreta justo un día después de la aprobación en su país de la conocida y polémica Ley Anti-Gay.

Venezuela también está a la cola en reconocimiento de derechos LGTBI dentro de América Latina, muy por detrás de países con legislación más avanzada como Argentina, Uruguay o Brasil. Allí viven su relación “completamente fuera delcloset” Gerardo y Rafael, una pareja de comunicadores que trabaja en su propia empresa de diseño web.

Donde sí pueden casarse desde principios de este año las parejas LGTBI es en Vietnam, aunque la unión no es equiparable a un matrimonio en términos legales. Una pareja de lesbianas como Yen y Huong ya no sería multada por hacerlo. Ellas no han tenido que pensar en si tendrán hijos o no. La niña ya estaba ahí, fruto de una relación anterior.

Tres historias en tres continentes. Tres parejas LGTBI comparten su experiencia, cada una con sus matices pero todas ellas con esa idea de fondo que expresa con sencillez la ugandesa Julz: “También somos humanos”.

Uganda: Qwin Mbabazi y Julz

Qwin Mbabazi y Julz han sufrido agresiones y amenazadas por su orientación sexual en Uganda

Qwin Mbabazi y Julz han sufrido agresiones y amenazadas por su orientación sexual en Uganda. / Imagen cedida.

Qwin Mbabazi y Julz habían planeado casarse el 21 de diciembre de 2013, aunque en su país, Uganda, la homosexualidad es un crimen y la unión carecería de valor legal. Por paradojas del destino, un día antes, el parlamento aprobaba la polémicaLey Anti-gay, un texto que endurecía las penas y que fue finalmente tumbado por la Corte Constitucional ugandesa en agosto de ese año. “Para mí fue el momento más difícil de nuestra relación. Muchos de nuestros amigos invitados no quisieron venir pues temían por sus vidas, por la amenaza de que fueran arrestados durante la ceremonia”, cuenta desde Kampala Julz, de 30 años. Por suerte, todo fue bien y ahora siempre sonríe cuando recuerda a Qwin aquel día.

“¿Realmente ella te hace feliz?”, preguntaron a Qwin sus hermanos cuando les habló de Julz. “Eso fue todo lo que les importó”. Qwin no le ha dicho abiertamente a su madre que es lesbiana. “Creo que ella se lo imagina y ver que le tiene mucho cariño a Julz me hace realmente feliz. Sabe que vivimos juntas”. Qwin salió del armario por primera vez ante sus mejores amigas. “Fue un shock para ellas, algunas lloraron, pensaban que me habían perdido pero les aseguré que seguía siendo yo y con el tiempo se acostumbraron a verme salir con chicas”, relata.

Conoció a Julz en una fiesta de cumpleaños en 2012. “Hubo química a primera vista aunque Julz entonces estaba saliendo con otra persona”. Julz dice que no está “dentro del armario pero tampoco fuera”. “La mayoría de mis amigos y familiares lo saben pero por mi estilo de vida. Tal vez en un futuro se lo digamos a nuestros padres pero todavía tenemos miedo de su reacción”, confiesa.

Uganda es uno de los países africanos con peor historial en lo que se refiere a la situación de las personas LGTBI, no obstante, también cuenta con un sólido movimiento de activistas y organizaciones que reivindican sus derechos y luchan contra la homofobia. “Ser una pareja de lesbianas en Uganda es difícil por el odio y la homofobia. Las probabilidades de violaciones correctivas y colectivas son muy altas. Eso nos preocupa, por eso seguimos diciéndole a nuestros vecinos o compañeros de trabajo que somos hermanas”, indica Qwin, que tuvo que renunciar a un trabajo porque descubrieron su orientación sexual y la amenazaron con contárselo a su padre mientras que sus superiores, cuenta, la chantajeaban y le pedían sexo a cambio de guardarle el secreto.

Las dos han sido objeto de agresiones homofóbicas. “Una vez unos hombres golpearon a Qwin en un club porque ella rechazó sus insinuaciones, nos tiraron las bebidas encima y nos insultaron. También hemos recibido mensajes desde cuentas falsas amenazándonos con exponernos públicamente en los medios de comunicación”, detalla Julz. Ataques en las redes sociales, amenazas, incluso de vez en cuando invitan a amigos varones a sus casas para que se hagan pasar por sus novios y les digan cosas como “cariño, y todo eso”, dice.

Aunque no es su caso, Qwin y Julz cuentan que en Uganda es habitual que las familias deshereden a las personas LGTBI. “A muchas personas las ha desheredado, les han pegado o les han negado el acceso a la escuela por ser gays. Afortunadamente también hay familiares que los apoyan aunque eso no sea bien recibido por el resto de miembros”, señala Qwin.

“Yo cambiaría las actitudes homofóbicas de la gente, les haría ver que las personas LGTBI también somos humanos, que nacimos así. Qwin y yo estamos juntas porque nos amamos. Es fantástico tenerla al lado. Nos completamos”, concluye Julz.

Venezuela: Gerardo y Rafael

“Llegó un momento en el que tuvimos que asimilar que lo nuestro era algo más que un polvo”, dice sin tapujos el caraqueño Gerardo Márquez, que lleva bien al día las cuentas de su relación con Rafael Vanezca. “El día 16 de octubre cumplimos ocho años”. Gerardo asegura que él ya estaba “muy fuera del closet [armario]”. A Rafael le costó un poco más. “Yo lo llevaba calladamente. Salí del closet muy viejo, a los 26, a raíz de un accidente cerebrovascular. En ese momento decidí vivir mi vida”, cuenta.

Tras la boda de una hermana a la que asistió solo a pesar de llevar años emparejados, tomó la decisión de hacer pública su relación. “El día siguiente de la boda les dije: “Miren, yo tengo una relación con Gerardo” y me dijeron que ya lo sabían, como lo más normal del mundo. Después lo dije en la oficina, en la calle y ya todo normal”.

En Venezuela la homosexualidad no está penalizada aunque el país, recalca Gerardo, “está atrasadísimo junto a Guyana [donde es ilegal], Bolivia, Perú y Paraguay en cuanto a reconocimiento de derechos LGTBI. Aquí todavía se sigue considerando al gay menos válido que al hombre normal”, lamenta. El rechazo, “que curiosamente es mayor cuanto más arriba se esté en la escala social”, matiza, lleva por ejemplo a que la orientación sexual se haya utilizado en algunas ocasiones como arma arrojadiza para desprestigiar a algún candidato político.

“No hay ningún diputado luchando por el matrimonio LGTBI, no hay representantes LGTBI en la Asamblea y si los hubiera están en el closet”, apunta Gerardo, quien no cree que las cosas vayan a mejorar en el corto o medio plazo: “No hay una voluntad política ni por parte del gobierno ni de la oposición de crear un marco legislativo”. En su país, sostiene, “el gay es la loca de la serie de televisión, el maricón de los chistes, se le da un trato muy denigrante”, afirma este licenciado en Comunicación Social.

Gerardo y Rafael viven su relación de manera pública en Venezuela

Gerardo y Rafael viven su relación de manera pública en Venezuela. / Imagen cedida.

Pese a todo, reconocen que a nivel social y cultural las cosas han mejorado en los últimos años. No hablan de homofobia aunque reconocen que todavía se dan situaciones extremas. Hablan, por ejemplo, de un amigo cuyo padre era alcohólico y se veía obligado a dormir con un bate porque algunas madrugadas “llegaba borracho y le tumbaba la puerta de la habitación plantándose con un cuchillo a matarlo porque él no iba a tener un hijo marico“. O de una familia que no acudió a la graduación de su hijo. “Pudo más la vergüenza del hijo homosexual que el orgullo del hijo graduado”, sentencia Gerardo.

En su día a día, Rafael y Gerardo, que colaboran en la fundación  Reflejos de Venezuela impartiendo charlas o difundiendo materiales educativos dirigidos principalmente a familias con hijos o hijas LGTBI, han aprendido a “des-sexualizar” las tareas domésticas. “Aquí los roles el patriarcado son un gran tema. ¿Quién lava los platos?, te preguntan. Los platos no tienen género. La cosa es que esto lo hago yo no porque sea hombre o mujer sino porque para mí es menos incómodo. Hemos visto casos de parejas en las que esto se convierte en motivo de separación, ¡la casa se los come!”.

Cuando se les pregunta cuál ha sido la experiencia más difícil para ellos no dudan en decir que la muerte de la madre de Rafael. “Ahí ya la familia de Rafael lo sabía pero claro, una cosa es eso y otra que se entere hasta el hijo de la vecina”, añade Gerardo, quien subraya que aquello los unió mucho como pareja, “poder estar en las malas”.

En las malas y en las buenas. Como unas vacaciones en Lima hace tres años. “Allí nos dimos nuestro primer beso emblemático en lugares públicos”, desvela Rafael. Y empezaron a coleccionar besos: frente a la catedral de Lima, en el balcón de la alcaldía de la capital de Perú, frente al Palacio de la Moneda en Chile, ante el Congreso de la República de Venezuela… “Hay gente que piensa que esto es contra natura, una elección, una inclinación, pero nosotros no vivimos a 45 grados”, dice Gerardo inclinándose sobre sí mismo entre risas. “Vivimos como el resto”.

Vietnam: Nguyen Hai Yen y Huong

La historia de Yen y Huong no es de dos sino de tres. Cuando Yen conoció a Huong esta tenía un bebé de su anterior matrimonio. “Llevamos ya cuatro años juntas pero al principio no fue fácil. Por un lado, porque nuestra relación no era aceptada por ser del mismo sexo y por otro, porque mi pareja había estado casada y tenía un bebé así que fue muy furo para ella que su familia la entendiera y aceptara la relación”, recuerda Yen por correo electrónico desde la ciudad vietnamita de Ho Chi Minh.

Estar juntas iba a ser un reto. En Vietnam las relaciones entre personas del mismo sexo no están penalizadas por ley. De hecho, el 1 de enero de 2015 entró en vigor una enmienda en virtud de la cual los matrimonios homosexuales dejaban de estar prohibidos aunque seguirían careciendo de validez legal, es decir, desde ese día las parejas pueden celebrar bodas simbólicas sin el riesgo de ser multadas aunque no serán legalmente un matrimonio a todos los efectos y derechos de los que gozan los matrimonios heterosexuales. La adopción todavía está lejos de ser una realidad.

“Durante los dos primeros años de estar juntas tuvimos que criar a la hija de Huong y hemos demostrado que podemos cuidar a una niña como cualquier otra pareja. Los padres aman a sus hijos y eso hacemos nosotras también”, explica Yen, que gradualmente se ha ido ganando la aceptación y el apoyo de la familia de su novia.

Las vietnamitas Yen y Huong han demostrado en su entorno que pueden criar a una niña como cualquier pareja

Las vietnamitas Yen y Huong han demostrado en su entorno que pueden criar a una niña como cualquier pareja. / Imagen cedida.

Yen es miembro activo de la organización de defensa de los derechos LGTBI “Living my life”. Los desafíos para las parejas del mismo sexo son muchos en Vietnam, reconoce Yen. “Antes del año 2008 no teníamos ninguna información sobre LGTB o sobre orientación e identidad sexual. No había una ley que nos criminalizara pero el matrimonio estaba prohibido. Éramos una comunidad totalmente invisible y carente de autoestima”, admite.

Invisibles por un lado y señalados en los medios de comunicación “como el mal, como pecadores, seguidores de un estilo de vida occidental contrario a la tradición”, apunta. “Ni las familias nos aceptaban ni se hablaba de esto en la escuela. Lo masculino era respetado, la heteronormatividad era el único estándar social”, añade la vietnamita quien resalta que ni tan solo dentro de las comunidades LGTBI se entendían unos a otros. “No había solidaridad entre nosotros pero ahora las cosas están cambiando”.

“Ahora nos podemos dar la mano en la calle o incluso besarnos con más facilidad que antes, pero somos conscientes de que todavía hay mucha gente que no entiende la homosexualidad. Hace falta tiempo”.

El porno español revoluciona la universidad de Buenos Aires

  • Las integrantes del grupo español PostOp montan un número de sexo explícito

  • Ha estallado en las redes sociales a través del hashtag #fsoc y se ha hecho trending topic

Las integrantes del grupo español PostOp durante su número

Las integrantes del grupo español PostOp durante su número. TWITTER

A la misma hora exactamente en que la presidenta peronista Cristina Fernández, viuda de Kirchner, hablaba por cadena nacional a toda Argentina desde la Casa Rosada y ponderaba a las universidades públicas, en la facultad de Ciencias Sociales de Buenos Aires tenía lugar un evento pornográfico.

Las integrantes del grupo español PostOp y varias activistas feministas argentinas han montado el numerito de sexo explícito“Postporno, miércoles de placer”, echadas sobre los chiringuitos de los partidos trotskytas y marxistas, que día a día compiten allí por captar a los estudiantes de las carreras de Sociología, Comunicación y Trabajo Social.

Esta vez en vez de sesudos debates en torno al estructuralismo y laEscuela de Frankfurt -dos tópicos en las asignaturas de esa facultad de la pública Universidad de Buenos Aires (UBA)– los alumnos y profesores presenciaron en directo a señoritas desnudas protagonizando escenas que parecían salidas de una película deNacho Vidal.

La convocatoria ya había advertido a los universitarios de qué iba la movida. “El posporno llega a Sociales, se pasea por los pasillos de la facultad y va sexualizando todo a su alrededor. Una propuesta para ampliar el imaginario pornográfico y experimentar otras formas sexualizadas de habitar el espacio universitario”.

Enseguida la novedad ha estallado en las redes sociales a través del hashtag #fsoc y se ha convertido en trending topic. Las imágenes colgadas en twitter no han dejado dudas de que se trató de un espectáculo auténtico y no de una mera actuación.

El Centro de Estudiantes, controlado por la izquierda, ha aclarado que no participó del evento. Lucía Romano, presidenta del cuerpo, aseguró al diario digital Infobae que el evento forma parte de “un programa de las autoridades de la carrera de Comunicación”. Y denunció que a las ‘actrices’ porque “hicieron pis en las mesas y se negaron a limpiar”.

La Corte Suprema de EE UU legaliza el matrimonio homosexual en todo el país

 

  • La Corte Suprema de Estados Unidos ha legalizado este viernes el matrimonio homosexual en todos los estados del país, una de las decisiones esperadas en las últimas décadas y que ha sido celebrada por activistas LGBT frente al tribunal, donde una multitud se ha concentrado ondeando la bandera del arcoiris, símbolo universal de los derechos homosexuales

    En un fallo histórico, el máximo tribunal del país decide que la Constitución requiere que los estados celebren y reconozcan el matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

    Dos años después de haber decretado que el matrimonio no era exclusivo de las parejas heterosexuales, la Corte juzga que los 14 estados que actualmente se niegan a unir a dos personas del mismo sexo, deben ahora casarlos y además reconocer su matrimonio si fue celebrado en otra jurisdicción.

    En nombre del principio de igualdad de todos ante la ley, “la 14ª Enmienda de la Constitución requiere que un estado celebre el matrimonio entre dos personas del mismo sexo”, señala el juez Anthony Kennedy, expresando la mayoría de la Corte Suprema. “El derecho al matrimonio es fundamental”, ha subrayado.

    El magistrado conservador ha unido su voto a los de cuatro magistrados progresistas del alto tribunal, para permitir que los gays y las lesbianas puedan casarse en todos los rincones de Estados Unidos. El presidente de la Corte, John Roberts, se opuso a la decisión, al igual que los otros tres jueces conservadores.

Los homosexuales podrán casarse en todo EE UU

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado hoy a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión histórica que anula la potestad de los estados para prohibir las uniones entre homosexuales. De esta manera y desde hoy, el matrimonio homosexual es un derecho constitucional en Estados Unidos, obligando a los 14 estados del país que aún lo prohibían a permitir que las personas del mismo sexo puedan unirse legalmente.

La decisión de los nueve jueces que conforman el Alto Tribunal se dirimió por cinco votos a favor de la legalización y cuatro en contra. El fallo no entrará en vigor de inmediato, porque la Corte, máxima instancia judicial del país, otorga al demandante que ha perdido el caso aproximadamente tres semanas para solicitar una reconsideración.

El caso analizado hoy aludía a los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, donde se define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Esos estados no han permitido que las parejas del mismo sexo se casen dentro de sus fronteras y también se han negado a reconocer los matrimonios válidos en otros estados del país.

Hace apenas dos años, la Corte Suprema anuló parte de la ley federal contra el matrimonio gay, que negaba una serie de beneficios gubernamentales para las parejas del mismo sexo que habían contraído matrimonio legalmente. Cientos de personas se han agolpado en las inmediaciones de la Corte Suprema, en el centro de Washington, para celebrar la decisión de los jueces.

El Gobierno del presidente de EEUU, Barack Obama, había respaldado abiertamente su postura a favor del matrimonio homosexual después de que, por primera vez, el propio mandatario declarara su apoyo al mismo en 2012.

La alcaldesa Ada Colau encabeza la marcha del Orgullo Gay en Barcelona

Noticia publicada en El economista

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Unas 25.000 personas han reivindicado hoy en Barcelona el orgullo gay, con el desfile festivo del Pride Barcelona y con una manifestación unitaria para defender los derechos de gays, lesbianas y transexuales, y que ha contado con el apoyo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

Según los datos del Ayuntamiento de Barcelona, cerca de 25.000 personas han participado en el Paralelo de Barcelona en el desfile del Pride Barcelona, una marcha festiva para reivindicar el orgullo gay, en esta edición con el lema “Stop Bullying. Ni en la escuela ni en ninguna parte”.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha asistido a la lectura del manifiesto de Pride Barcelona tras participar a la manifestación unitaria del colectivo de gays, lesbianas y transexuales, en la que unas 800 personas, según el consistorio, han recorrido el tramo entre plaza Universidad y plaza de Sant Jaume.

Colau ha acudido a la cabecera de la manifestación, junto al líder de ICV, Joan Herrera, y el secretario general de CCOO en Cataluña, Joan Carles Gallego, entre otros, con una pancarta con el lema: “Mi cuerpo no es un campo de batalla. Nuestros cuerpos no están al servicio del sistema heteropatriarcal”.

Los 800 manifestantes han reivindicado la implementación total de la ley contra la homofobia aprobada por el Parlament, que se acabe con la discriminación que sufren las personas transexuales y que se elaboren políticas de salud pública para velar por el derecho a la salud de los gays, lesbianas y transexuales.

Ada Colau ha anunciado esta semana que el ayuntamiento quiere trabajar para recuperar la memoria histórica de la lucha que Barcelona ha hecho durante años contra la homofobia, la lesbofobia y la transfobia.

Para hacer visible el compromiso con el colectivo LGTBI, el nuevo gobierno municipal ha creado la primera concejalía que lleva esta mención explícita.

El Parlamento Foral acoge un acto de conmemoración del Día del Orgullo LGTBI 2015

La presidenta del Legislativo, Ainhoa Aznárez anima a continuar con “actos reivindicativos y valientes que contribuyan a liberar corsés y situar a la sociedad en el centro de las políticas públicas”

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Pamplona, 26 de junio

Con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI, a celebrar el próximo domingo, el Parlamento de Navarra ha acogido un acto institucional en defensa de los derechos humanos relativos a la orientación sexual de todas las personas, una reivindicación que, tal y como ha destacado Ainhoa Aznárez, presidenta de la Cámara, pasa por la aprobación de medidas legislativas concretas dirigidas a superar las barreras.

El acto ha tenido lugar en el Atrio de la sede de la Cámara y ha contado con la asistencia de Sergio Sayas (G.P. UPN), Miren Aranoa, Asun Fernández de Garaialde (G.P. EH Bildu), Tere Sáez, Fátima Andreo (G.P. Podemos-Ahal Dugu), así como representantes de la Plataforma E-28-J, integrada por colectivos de Lesbianas, Gays, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI), asociaciones de lucha contra el SIDA, grupos feministas y otras entidades sociales.

La apertura del acto ha corrido a cargo de Ainhoa Aznárez, que en el curso de su intervención ha subrayado la “necesidad de continuar alentando actos reivindicativos y valientes que pongan a la ciudadanía en el centro de las políticas públicas”.

En ese contexto, la Presidenta ha indicado que “hoy y aquí, más de cuarenta años después de la rebelión contra un sistema que perseguía a los homosexuales con el beneplácito gubernamental, seguimos saludando con entusiasmo todo aquella iniciativa que, con audacia, atrevimiento y osadía, contribuya a liberarnos de cuantos corsés limitan nuestro caminar diario”.

Ainhoa Aznárez ha concluido agradeciendo al colectivo E-28-J la “elección” de este espacio, “una buena manera de empezar a hacer de esta institución un lugar abierto a toda la ciudadanía. Desde aquí animo a todos los colectivos y asociaciones a hacer suyo este ofrecimiento de cercanía y apertura”.

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Maider Lazkano, miembro de Lugatibe, sección joven de Kattalingorri, y Ángel Leranoz, de la Comisión Antisida, han tomado la palabra para, en euskera y castellano, respectivamente, dar lectura al comunicado elaborado por la Plafatorma E-28-J con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI.

De esta manera, los representantes de la Plataforma E-28-J han dado cuenta de las conversaciones mantenidas con las distintas fuerzas políticas para, aprovechando el marco electoral, demandar avances legales susceptibles de mejorar la realidad de las personas LGTBI.

En ese sentido, Lazkano y Leranoz han transmitido la conveniencia de impulsar una Ley que, como la aprobada por el Parlamento de Catalunya en octubre de 2014, dote al colectivo LGTBI de “instrumentos legales para hacer efectiva la igualdad de derechos, acabando así con las situaciones de discriminación y violencia”.

Así, tras insistir en el requerimiento de un “nuevo marco social y normativo” tendente a facilitar “políticas de inclusión y un clima favorable a la diversidad afectivo-sexual”, también en el ámbito educativo, los portavoces del E-28-J han finalizado emplazando al próximo Gobierno a garantizar la ejecución de la Ley Foral de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales, pionera en 2009.

El acto ha finalizado con el despliegue de la bandera Arco Iris, que permanecerá colgada en la fachada del Parlamento de Navarra hasta el próximo lunes.

Declaración institucional

Previamente, la Junta de Portavoces del Parlamento de Navarra ha aprobado una declaración institucional con motivo de la conmemoración del Día Internacional del orgullo LGTBI, que se celebra el día 28 de junio.

Los grupos de Geroa Bai, EH Bildu-Nafarroa, Podemos-Ahal dugu, Partido Socialista de Navarra e Izquierda-Ezkerra han votado a favor de los cinco puntos de la declaración. Unión del Pueblo Navarro y Partido Popular de Navarra han votado en contra del punto 2 y se han abstenido en el punto 3. El Partido Popular de Navarra se ha abstenido en el punto 4 y UPN ha votado a favor.

La declaración aprobada dice lo siguiente:

“1.- El Parlamento de Navarra declara a la Comunidad Foral de Navarra territorio libre de LESFOBIA, HOMOFOBIA, TRANSFOBIA, BIFOBIA E INTERFOBIA.

2.- El Parlamento de Navarra colocará en un lugar visible la bandera de liberación sexual (Bandera del arcoíris) con motivo de la celebración del día del Orgullo LGTB el próximo 28 de junio.

3.- El Parlamento de Navarra conmemora el 10º Aniversario de la aprobación de la Ley del matrimonio igualitario aprobada en el año 2005 por el Congreso de los Diputados.

4.- El Parlamento de Navarra se compromete a promover iniciativas políticas que hagan avanzar hacia una sociedad libre de toda discriminación y exclusión basada en la orientación sexual y la identidad de género.

5.- El Parlamento de Navarra se solidariza con todas las personas agredidas, menospreciadas o discriminadas de una u otra manera por su condición sexual o su identidad de género. Así mismo, rechaza todas las acciones sociales y políticas que van en contra de la igualdad real y efectiva”.

«Un coño, su mero funcionamiento, hace que cuestiones como el falocentrismo se vengan abajo»

DIANA J. TORRES ESCRITORA, PERFORMER, FEMINISTA…

En “Pornoterrorismo”, Diana J. Torres hablaba sobre el crimen que se ha cometido durante siglos sobre el cuerpo humano y especialmente en su sexualidad. En “Coño potens”, la referencia es clara: la genitalidad femenina, un «manual sobre su poder, su próstata y sus fluidos».

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Las mujeres eyaculamos. Sí. Las mujeres tenemos próstata. Sí. Y lo hacemos a través de los fluidos producidos por las glándulas de Skene, equivalentes a la próstata masculina, y que se sitúan en la pared anterior de la vagina. El líquido puede ser expulsado hacia el exterior o hacia el interior. Que nadie piense que orina cada vez que tiene un orgasmo; no micciona, eyacula. O que reflexione si siente ganas de ir al baño justo después de haber mantenido relaciones sexuales. ¿Ocurre?

Diana J. Torres presenta en “Coño potens” un análisis sobre las funciones genitales (no solamente reproductivas), sexuales y placenteras de la mujer donde, además de echar por tierra algunas filosofías ligadas exclusivamente a la masculinidad (la eyaculación puede ser un ejemplo), elabora una crítica feminista contra el actual sistema patriarcal que ha «educado» a las mujeres a controlar su sexualidad y encasillarse en ciertos roles que salvaguardan la supremacía falocéntrica.

La exploración del cuerpo femenino o la propia conciencia sobre los órganos de cada uno son algunas de las claves que esta escritora, performer, activista y feminista madrileña plantea en su nuevo libro editado por Txalaparta. Un disparo contra la «capa protectora» que invisibiliza a la mujer, a su lucha y a su verdadero ser.

Mujeres eyaculando y con próstata. Para muchas, o para la mayoría –me incluyo en la lista–, esto podría sonar a chiste, broma o a una especie de locura. Pero no es así. Las mujeres podemos eyacular y también tenemos próstata.

En general, en las sociedades en que vivimos, todo aquello que pone en riesgo al sistema, que lo desequilibra, suele sonar a cosa poco seria o demencial. Es una eficaz estrategia de manipulación a la que nos tienen sometidxs para que creamos solo y exclusivamente en «las verdades» que nos cuentan desde el sistema educativo, la ciencia y la cultura. Por supuesto que tenemos próstata y por supuesto que esta es funcional.

Lo decía también Sócrates al hablar del «semen femenino».

En la antigüedad muchos autores nombraron así al líquido eyaculado por las mujeres. No fue hasta el siglo XV, cuando se inventó el microscopio y se confirmó que nuestros fluidos no intervenían en la reproducción, que nuestra eyaculación, nuestro «semen», fue completamente descartado de los textos.

Le planteo una pregunta que usted misma lanza en el libro: ¿Dónde queda en la cama el testimonio de nuestro placer?

Pues creo que también es cultural esa idea de que las mujeres no marcamos el territorio, del mismo modo que lo es la idea de que los hombres tengan que hacerlo para reafirmar su masculinidad (en realidad esto no responde más que a cuestiones de inseguridades y de propiedad). Yo creo que el testimonio de nuestro placer es nuestra alegría, más que una cosa que queda pegada a las sábanas. El estar feliz con la propia vida sexual. Yo no creo que exista forma más efectiva de empoderamiento que la de estar contentxs con nuestro cuerpo y su sexualidad, desde mi punto de vista esto es esencial para cualquier lucha antisistema, antipatriarcal.

En ese territorio, en el de la ignorancia generalizada, entra en juego el sistema patriarcal. ¿Con qué objetivo no se llama próstata o eyaculación a los órganos o las acciones que ocurren en el cuerpo de la mujer?

Creo que se trata de una combinatoria de motivos, principalmente relacionados con dos cuestiones: la justificación de dos únicos géneros (hombre y mujer) mediante razonamientos biológicos y las ideas sobre la sexualidad de los coños generadas para domesticarnos. La base del patriarcado es la existencia de hombres y mujeres, dos géneros muy bien definidos gracias a la religión católica en la antigüedad y a una ciencia que se comporta más como una mística del binarismo de género que como algo preciso y objetivo en la actualidad. Se nos dice que hay rasgos fisiológicos característicos de cada género (uno de ellos ha sido la eyaculación y la próstata, en teoría exclusivas de los hombres) pero no hay nada más degenerado que la realidad anatómica de los cuerpos. No somos tan diferentes, hormonas para arriba, hormonas para abajo, somos más o menos lo mismo.

Por otro lado, durante siglos se ha tratado de hacer más dócil nuestra sexualidad, que por supuesto era algo aterrador para quienes trataban de indagar en sus «misterios». Un coño, su mero funcionamiento, hace que cuestiones como el falocentrismo se vengan abajo. La histeria fue una de esas formas de domesticarnos desde la ciencia: en una cultura en la que las relaciones sexuales se limitaban a la penetración pene-vagina y en la que la religión impedía a las mujeres (bajo amenazas infernales) explorarse ellas mismas, una gran mayoría de mujeres eran histéricas. Muy curioso que el tratamiento de esa «enfermedad» estuviera basado en la estimulación clitoriana. Siempre fue mejor afirmar que algunas mujeres estaban a enfermas que cuestionar cosas tan sacrosantas como que el pene (y el hombre con él) no es el centro del universo.

Plantea un binarismo del género: ¿Por qué llamar corazón, hígado o riñón a los órganos que compartimos hombres y mujeres, y no compartir nombres para referirnos a los órganos sexuales?

Porque nuestros órganos sexuales han sido la clave para asignar los géneros al nacer y con ellos nuestros roles en las sociedades patriarcales. Es lo primero que una madre quiere saber cuando está embarazada, ¿no? Antes de si el bebé está sano quiere saber si es «niño» o «niña» porque eso es lo que constantemente la sociedad querrá saber y le preguntará. Es lo primero que nos hacen al nacer: abrirnos las piernas, ver qué tenemos ahí, comprobar que todo está dentro de los parámetros de la «normalidad», si encaja en esos parámetros es una niña (te ofrecerán ponerle pendientes, ropita rosa) o un niño (ahí irá su ropita azul), y si no encaja pues se realizarán intervenciones quirúrgicas variadas para ajustar su cuerpo (recomiendo echar un vistazo al drama de las personas intersexuales) a la rigidez binarista. Porque nada es más peligroso en un sistema basado en el poder de un género sobre otro que existan seres que no puedan «jugar» en sus dinámicas.

Asegura, además, que los órganos sexuales de hombres y mujeres no son tan diferentes; es más, que se asemejan bastante.

Sí, eso es. Sus dimensiones y posiciones cambian por cuestiones puramente hormonales. Hasta nuestros hipotéticos cromosomas de género dependen de las hormonas de la madre durante la gestación.

Un término que me llamó mucho la atención. «Mutilación genital primermundista». Aquí, en países occidentales y desarrollados, con profesionales de tez blanca, también se dan estos casos.

Por supuesto que se dan. La bomba atómica no fue inventada en medio de la sabana africana, la inventaron también unos señores de bata blanca. Digo esto básicamente porque desde la idea supremacista occidental somos muy propensxs a juzgar como «salvajes» las prácticas de otras culturas, y mientras estemos haciendo eso (básicamente ver la paja en el ojo ajeno) no seremos capaces de darnos cuenta de la cantidad de atrocidades que se cometen en nuestras ordenadas, limpias y evolucionadas sociedades de mierda, en nombre de la ciencia y el progreso. La medicina occidental tiene las manos manchadas de sangre: operaciones de desambiguación genital a bebés intersexuales, próstatas extirpadas en mujeres totalmente sanas alegando «incontinencia coital»…

El punto G, otro de los mitos sexuales que rondan en torno al cuerpo de una mujer. ¿Con qué objetivo se creó ese símbolo?

En realidad más que un símbolo es un eufemismo, es una forma de contar una verdad a medias con un nombre que se ajusta a las lógicas del mercado “femenino”. No es casual que algo así venga de Estados Unidos, son especialistas en este tipo de cosas: usar algo de modo comercial que también se comporta como dispositivo de control de la sexualidad.

Pone de relieve la importancia de «herir el corazón del sistema patriarcal» con venganzas gozosas o de someter a la sociedad a un proceso de exorcismo mental. ¿Cuáles son las soluciones que baraja para salir de este callejón?

Básicamente para herir ese corazón primero tenemos que entablar una batalla interna con nosotrxs mismxs para combatir lo que de ese sistema patriarcal habita en nosotrxs. Eso es quizás lo más complicado, renunciar a partes de nuestras identidades impuestas para poder dejar brotar algo más auténtico y por tanto más poderoso, más difícil de manipular.

También pone ejemplos prácticos e invita a las mujeres a autoexplorarse. ¿Conocemos lo suficiente nuestro cuerpo? ¿Nos da miedo conocernos demasiado?

No conocemos nuestro cuerpo porque desde siempre nos han enseñado que hay un grupo de personas (los médicos) que se dedican a eso, hemos delegado una responsabilidad importantísima en personas que no conocemos de nada y a las que damos nuestro voto de garantía solo porque nuestro sistema educativo y nuestra cultura nos ha dicho que así se ha de hacer. El desconocimiento del cuerpo, ese delegar responsabilidades, responde totalmente a las lógicas del capitalismo: una persona con una jornada laboral diaria de 8 o 10 horas sencillamente no tiene tiempo de preocuparse de esas cosas pero al mismo tiempo alguien tiene que mantenerla relativamente sana (aunque sea a base de fármacos que contaminan y fuerzan la máquina) pues ha de ser funcional. Más que miedo creo que nos da pereza. Nos han dicho que las cosas que han de interesarnos son otras.