La discriminación en los Oscar va más allá del racismo

Los cinco candidatos -blancos- que compiten en la categoría a Mejor Actor

Los cinco candidatos -blancos- que compiten en la categoría a Mejor Actor

Corría el año 1973 y en el escenario del hotel Roosevelt de Los Angeles una joven de rasgos ligeramente indígenas y ropajes exóticospronunciaba un discurso tajante. “Como miembro de esta profesión y ciudadano de este país, no puedo aceptar un galardón esta noche”. La activista Apache solo ponía rostro al boicot, pero era Marlon Brando el que firmaba con esas palabras su repulsa hacia un gremio que, según él, maltrataba a los indios americanos. Su Oscar por El Padrino quedaba huérfano en el primer acto de denuncia racial que se recuerda en estos premios. Como Vito Corleone, el actor no soportaba el ultraje a los suyos y escupió todo su desdén hacia la cúpula de Hollywood.

Más de 40 años después, las diferencias con aquella industria hegemónica que excusaba  la masacre de una tribu indígena con el reflejo de una sociedad salvaje e indómita son puro maquillaje. Entre brochazo y brochazo, la Academia se ha olvidado de una gran parte de sus intérpretes y directores en la 88ª edición de los Oscar. Algo que la comunidad afroamericana no ha perdonado. La única película con opción al palmarés que intenta cuadrar la cuota étnica es  Straight Outta Compton. Y disfrazar la estrategia de conciliación racial es un ajuste de cuentas peligroso e insuficiente.

La realidad es que en los Oscar no hay negros por segundo año consecutivo. Así lo recalca la metralla de titulares que se ha disparado durante los últimos meses desde todos los medios de comunicación del planeta. Spike Lee, Will Smith y Jada Pinkket han recogido el testigo de Brando y anunciaron que no acudirán a la ceremonia por la falta de diversidad. Por desgracia, esta discriminación toma diferentes identidades que no reciben un espacio en los medios ni etiquetas en Twitter.

“No creo que la gente sea consciente de lo que la industria cinematográfica ha castigado a todas las comunidades étnicas. A todas las minorías”, declaraba Brando al New York Times, en un lamento todavía vigente. Y ni siquiera hace falta que sean minorías. Las mujeres, que representan la mitad de la población del planeta, continúan su cruzada al otro lado del Atlántico, junto a los latinos, asiáticos, lesbianas, discapacitados o transexuales de Estados Unidos.

¿Deberían ser las factorías de cine un espejo de la sociedad? Probablemente sí, pero eso no cambiaría que el 80% de los 6.000 miembros de la Academia tenga una media de 62 años, sean hombres, de raza blanca y abiertamente tradicionales. Hasta que el mecanismo de la industria no deje de lado la tramoya y se sacuda la caspa, las películas nominadas al Oscar seguirán siendo un reflejo de su mundo ficticio de opulencia y exclusión.

Lo que Hollywood esconde en el armario

“Tom Hanks, Philipp Seymour Hoffman y Sean Penn han ganado un Oscar por interpretar a hombres gays. ¿Por qué no lo he ganado yo por representar un rol heterosexual?”, declaraba Ian McKellen a The Guardian, afirmando que la homofobia es un mal mucho más arraigado en la industria que el racismo.

Hace un año, la organización GLAAD lanzó un estudio que denunciaba que los Oscar dan una imagen “en general grotesca” del colectivo LGTB. Defienden que la presencia en el palmarés de películas como Brokeback Mountain, Philadelphia oMilk, o del terremoto lésbico Ellen Degeneres al frente de la gala son anecdóticas. Una acusación que no ha rasgado las vestiduras de la Academia, que contaba este año con varios fichajes para la causa que se han quedado en el banquillo. Sin entrar en polémicas trans o juicios de valor, Hollywood ha dejado escapar a sus gallinas LGTB de los huevos de oro con la escasa visibilidad de  Carol y La chica danesa.

Quizá han sido demasiados los frentes abiertos, o quizá solo se han hecho eco del exagerado alboroto que han provocado ambas cintas. “Las mujeres deben enseñar menos en las escenas de sexo”, dijo la cadena de televisión ABC mientras rechazaba emitir el tráiler. “Es demasiado sexy para la televisión”, se excusaban desde la distribuidora, donde también tomaron la decisión de mostrar a Cate Blanchett y Rooney Mara por separado en las imágenes promocionales. Algo que no se había visto en otras películas de temática homosexual como  La vida de Adéle, Los chicos están bien o, por supuesto, en Brokeback Mountain. Como critican desde el blog de IndieWire, “es triste que el romance lésbico siga viéndose como objeto de deseo masculino” y, en consecuencia, censurado como tal.

El estereotipo como bandera cultural

La categoría preponderante en Hollywood es el blockbuster, una especie de género anárquico que no merece respeto a nadie y se rinde ante todo lo que sea puro espectáculo. Según esta ley no escrita, las licencias artísticas a la hora de representar etnias y culturas están permitidas. A diferencia de la Berlinale, los Oscar no son un documental de los problemas sociales de la actualidad. No hay refugiados, no hay Oriente Medio, no hay Michael Brown ni matanzas en Ferguson, no hay violaciones ni extorsión por parte de los capos de la industria.

El único reflejo de la India premiado fue el de Slumgog Millionaire, que aderezaba el olor a miseria de los suburbios de Mumbai con bailes Bollywood llenos de color y felicidad. Benicio del Toro es una cara bienvenida sobre la alfombra roja con cintas como Traffic y Sicario, que subrayan el narcotráfico de Latinoamérica. Y las películas de ambientación asiática que recordamos sobre el atril de los Oscar, como  Memorias de una geisha, Cartas desde Iwo Jima oMemorias de nuestros padres están -sorpresa- producidas y dirigidas por Steven Spielberg y Clint Eastwood.

“Nuestra cultura forma parte vital de la realidad del país, pero se considera como algo exótico”, escribió el cantante y actor panameño Rubén Blades, uno de los pocos miembros latinos del juzgado de la Academia (representan solo el 2%). “La diferencia está en que no ejercemos ningún tipo de presión [en la industria] contra los que nos estereotipan o nos atacan”, afirmó respecto a la escasa repercusión de la lucha de otras razas. 

Sufragistas, la batalla esencial de las mujeres que ha sido ignorada en los Oscar

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Mujeres: la coctelera de la discriminación

“Es inexcusable que vayamos por el mundo proclamando la igualdad de la mujer en otros países y que no tengamos los mismos derechos en Estados Unidos”, decía Patricia Arquette en su discurso por Boyhood. Sin duda, el año pasado las mujeres alzaron su bandera para denunciar una brecha salarial de la que no se libra ni la meca del cine.  Hombres, directoras y periodistas apelaron al feminismo necesario en sistemas retrógrados y algo casposos como el de la Academia de Hollywood. 

La caja de Pandora se abrió hace un año, pero nadie se ha encargado de paliar sus efectos en esta edición. Los Oscar, al igual que los Goya, nominan lo que escriben y dirigen los hombres, y lo que peinan y visten las mujeres. Además, la edad sigue siendo un estigma injustamente relacionado con ellas. “Todos hemos visto como James Bond se iba haciendo más y más viejo, mientras que sus novias eran cada vez más jóvenes. Es muy molesto”, decía Helen Mirren.

Ahora bien, si metemos en una coctelera todas las discriminaciones anteriores, el resultado es desolador para la cuota femenina. A las negras les concederán papeles de mucama o de chica marginal del Bronx. Las latinas representan el prototipo hipersexualizado de la belleza curvilínea subida de tono. Y las protagonistas de una historia de amor lésbico serán acusada de alimentar las mentes obscenas de aquellos que vean la película como un sucedáneo al porno.

Queda un camino largo y exasperante a la sombra de los dinosaurios de la Academia. Pero alguien va a tener que tomar a la fuerza los atriles, como hizo Marlon Brando en 1973, para inyectar una dosis de realidad a este mundo de fantasía.

Los delitos de odio por xenofobia aumentan un 6% durante el 2015

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las policías autonómicas registraron el año pasado casi cuatro delitos de odio al día, un total de 1.324 casos

MADRID.- Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y las policías autonómicas registraron el año pasado casi cuatro delitos de odio al día, un total de 1.324 casos que en un 38,2% correspondían a manifestaciones de racismo y xenofobia y en un 18,1% conllevaba lesiones, según el avance de resultados presentado este miércoles por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Uno de cada diez acusados de estos delitos eran menores de edad.

La cifra supone un incremento del 13% respecto de 2014 pero la diferencia se atribuye a un “perfeccionamiento de la recogida de datos” y a la incorporación de dos nuevas categorías que antes no se registraban, los delitos de odio por razón de ideología y aquellos que se producen por razón de género, introducidos en 2015 con la reforma del Código Penal.

En total, el 38,2% de los 1.324 casos eran por racismo o xenofobia, un 6,5% más que en 2014; el 23,3% por razón de ideología y el 16,9% motivados por la discapacidad que presentaba la víctima, delitos éstos que han aumentado un 12,6% respecto del año anterior.

Asimismo, el 12,7% fueron delitos de odio por orientación sexual, casos que han registrado un descenso del 67% en 2015 que, según ha explicado Fernández Díaz, “obedece al incremento de la formación y al mejor registro de los hechos conocidos”. “No pocas estas conductas, por poca formación, se tipificaban de manera no adecuada“, ha añadido.

También se ha producido una caída notable en los delitos de odio por antisemitismo, que se reducen un 62% respecto de 2014 y representan el 0,7% del total, con nueve casos. En el lado opuesto, aumentan un 36,4% los de aporafobia (odio a los pobres), que representan el 1,1%. Los motivados por razón de género, de nueva incorporación en la estadística, son el 1,8% del total.

Un cura impide a un gay ser el padrino de su sobrino

El afectado cuenta que el párroco de Écija (Sevilla) lo rechazó cuando se enteró de que vivía con otro hombre

Salvador Alférez, a la derecha, con su pareja, el miércoles en Madrid

Salvador Alférez, a la derecha, con su pareja, el miércoles en Madrid. SAMUEL SÁNCHEZ

Salvador Alférez no podrá ser el padrino de su sobrino porque es gay. Al menos, ese es el argumento que asegura que ha aducido Francisco Reina, el cura de la parroquia de Santa Cruz de Écija (Sevilla), para impedirle participar en el bautizo de Miguel Ángel, el hijo de uno de sus cinco hermanos. “En cuanto el párroco se enteró de que vivía con un hombre, le dijo a mi hermano que yo no podía ser el padrino”, cuenta Alférez, que tiene 40 años, vive en Madrid con su pareja y se va a confirmar el 16 de abril después de meses preparándose para este sacramento. EL PAÍS ha intentando sin éxito ponerse en contacto con el sacerdote desde el pasado lunes.

Alférez y su pareja decidieron acudir a UGT cuando supieron que no podrían participar en el bautizo de Miguel Ángel, que en abril cumplirá dos años. “En España todavía no es tan fácil salir del armario. Y si una vez que lo consigues te pasa esto, hacerlo visible es una manera de denunciarlo”, dice la secretaria de Igualdad de UGT Madrid, Ana Sánchez de la Coba, que ha denunciado este jueves el trato “discriminatorio y vejatorio” que ha sufrido Alférez.

El 23 de abril se celebrará el bautizo. Hasta entonces, Alférez no pierde la esperanza: aunque ahora cuenta con la negativa del párroco, ya ha sido padrino de otros dos sobrinos. “En las otras ocasiones, eran curas de otras iglesias de Écija y no hubo ningún tipo de impedimento”, dice Alférez, que hace dos semanas viajó a este municipio de Sevilla, pero no pudo reunirse con Reina.

La secretaria de Igualdad de UGT Madrid cree que el párroco se mete en donde no le compete: “La vida personal de cada uno no hace mejor ni peor a nadie. Hay que tratar a todas las personas igual, con indiferencia de su condición sexual. Este caso parece propio de otra época”.

El Observatorio Español contra la LGTBfobia también ha criticado la actitud del párroco y se ha mostrado dispuesto a mediar. “Nos mostramos dispuestos a reunirnos con ellos a dialogar en este sentido, y que triunfe la apertura y la inclusión en el verdadero Mensaje del Evangelio en vez de una prohibición discriminatoria y caduca”, informa esta organización en su página web.

Uno de cada cuatro delitos de odio en España es por ideología

Jorge, víctima de homofobia, en San Lorenzo de El Escorial

Jorge, víctima de homofobia, en San Lorenzo de El Escorial. LUIS CUERVO

Casi cuatro delitos de odio al día en España. Las Fuerzas de Seguridad detectaron el pasado año 1.324 casos, lo que supone un aumento del 13% respecto a 2014, si bien este incremento se debe a la incorporación de dos nuevas modalidades hasta ahora no contempladas: delitos por discriminación en razón de género y por ideología.

Y es precisamente esta última categoría la que pasa a ocupar el segundo puesto en el ranking de las motivaciones del odio, solo por detrás del racismo y la xenofobia. “Hablamos de ideología entendida como las ideas fundamentales compartidas por un sector de la sociedad en materia de política, cultura, deporte, moral….”, ha explicado el ministro de Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, quien este miércoles ha presentado un avance del balance de la criminalidad de 2015. En la mayor parte de los casos (el 77%), las víctimas de delitos por odio ideológico fueron hombres.

Del total de delitos, la mayoría (506, el 38,2%) fueron por racismo y xenofobia, lo que supone un aumento del 6,5% respecto a 2014. Le siguen los ataques porideología (308, el 23,3%), si bien no puede calibrarse si ha habido variación respecto al año anterior porque en aquel balance no se incluía esta categoría. Sí pueden compararse los ataques a personas con discapacidad: 224, casi el 17%, lo que implica un incremento del 12,6%.

Se registraron 168 delitos por orientación sexual, lo que supondría una caída del 67% respecto a 2014, aunque ésta se debe a que en el anterior balance se incluían en esta tipología delitos en razón de género. Precisamente éstos supusieron el 1,8% del total. Continúan en aumento los delitos contra personas sin recursos (aporofobia): 15 en 2015, un 36% más que en 2014, si bien podrían ser muchos más, dado que este es el tipo de delito de odio que menos sale a la luz por las características y situación de sus víctimas. Por el contrario, los delitos por antisemitismo – (nueve , un 0,7% del total)- caen un 62,5%.

Fernández Díaz ha explicado que el aumento del 13% de los delitos se debe a unperfeccionamiento en la metodología y recogida de datos (que ha relacionado con una mejor formación de las fuerzas de seguridad), así como a la introducción de dos nuevos ámbitos: la discriminación por razón de género y la ideología. El balance definitivo verá la luz dentro de dos semanas.

Tipos de delitos

Por tipologías delictivas, se registraron 240 lesiones (18,1%), 205 amenazas(15,5%), 113 injurias (8,5%) y 88 actos racistas, xenófobos y de violencia en el deporte (8,5%). En 86 casos hubo daños (6,5%), y hay constancia de 58 delitos de abuso sexual, de 49 vejaciones de carácter leve, además de 38 delitos contra la Constitución.

En lo referente a víctimas, el 60% fueron hombres frente al 40% de mujeres, y más del 10% menores, un dato inferior al de años anteriores, algo que el ministro ha atribuido a las medidas tomadas en este ámbito. No obstante, ha destacado que en 2015 fueron detenidos por delitos de odio 60 menores, una cifra “que implica especial alerta, sobre todo a nivel educativo”. Por tipología, los ataques por racismo y xenofobia y por ideología se dirigieron mayoritariamente a hombres: en el 77% de las ocasiones en el caso de la ideología, el 59% por racismo. También en los delitos por aporofobia la mayor parte de las víctimas fueron varones (69%).

delitos de odio 2016

El ministro en funciones ha pedido “tolerancia cero” ante estos delitos y ha recordado que “el Gobierno está en funciones, pero no así los delincuentes“, en referencia a las iniciativas previstas para 2016. Entre ellas están los proyectos de investigación, que incluirán una mejora en la recogida de los datos y en la gestión de esos delitos, así como un cuestionario de atención a las víctimas, con el objetivo de proporcionarles una mejor atención y de fomentar la denuncia. “Estamos en el principio del camino en nuestra lucha contra los delitos de odio, porque muchos no se denuncian, no llegan a conocerse“, ha resaltado el titular de Interior.

Fernández Díaz ha señalado que la presentación pública de los datos busca “poner de relieve la amenaza que sufren determinados colectivos vulnerables, concienciar a la sociedad en general y a los medios de comunicación en particular, adoptar una filosofía de tolerancia cero, y lo más importante, animar a las víctimas para que reúnan el valor y la fuerza necesaria para denunciar”.

Además, ha subrayado las iniciativas puestas en marcha en este sentido, como el Protocolo de Actuación para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para los Delitos de Odio aprobado en 2014, que ha sido actualizado por las reformas legislativas aprobadas en 2015. Una de ellas, la reforma del Código Penal, “ha mejorado la tipificación de las conductas que no estaban contempladas hasta el momento, como la comisión de estos delitos cuando se produzca a través de Internet“, ha afirmado el ministro.

Directamente relacionado con esto, ha destacado la modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal “que ha creado la figura del agente encubierto informático, que faculta a los agentes a investigar la difusión en las redes sociales de mensajes ofensivos que incitan al odio y la violencia, o aquellas publicaciones en Internet que contengan contenidos que puedan constituir delitos de odio”.

Hasta el 80% de los delitos podrían seguir ocultos

Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia, una de las organizaciones del tercer sector que han asistido a la presentación, ha manifestado a EL MUNDO su satisfacción ante el “notable avance” registrado en los últimos tres años que coloca a España “en el número uno a nivel europeo en la lucha contra los delitos de odio”. Subraya la mejora a la hora de establecer las categorías de delitos, si bien insiste en que “nos encontramos en una situación deinfradenuncia con una cifra oculta del 80%”. Según sus cálculos, los delitos de odio en España ascenderían a 4.000.

A petición de Ibarra, Fernández Díaz se ha comprometido a sentar las bases de unPlan Integral para delitos de odio similar al que se está aplicando en la trata de seres humanos y la violencia de género y, “en la medida que podamos, crear una oficina nacional para los delitos del odio”, si bien “como gobierno en funciones, la capacidad legislativa es limitada”. No obstante, se ha mostrado seguro de que “venga quien venga, es difícil que una iniciativa de estas características retroceda”.

Por su parte, la FELGTB se ha felicitado de que este nuevo informe corrija “por fin” la recogida errónea de los dos anteriores (2013 y 2014), en los que el número de denuncias de víctimas de delitos de odio por razón de orientación e identidad sexual era mucho mayor y por causas diferentes a las que las organizaciones LGTB estaban recogiendo. “Según muestra el informe, este año se han contabilizado 168 agresiones e incidentes por esta causa, frente a las 523 de 2014. Este descenso no muestra realmente una disminución de los delitos, sino una forma diferente de catalogarlos”

Como en el caso de Ibarra, resaltan que hasta el 70% de los casos de odio por orientación sexual no son denunciados. “La cifra de agresiones, por tanto, si extrapolamos datos, superaría el medio millar. Es decir, aunque se está trabajando en la recogida de datos y en la aproximación de los cuerpos y fuerzas del estado a las víctimas, seguimos hablando de un colectivo bastante invisibilizado y expuesto a grave riesgo de sufrir violencia”.

Trata de seres humanos

En la comparecencia, Fernández Díaz ha presentado también el avance de los datos relativos al tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual y laboral. El pasado año, las fuerzas de seguridad liberaron a 133 víctimas de trata con fines de explotación sexual y a otras 650 explotadas sexualmente. De ellas, 22 eran menores de edad. El perfil más habitual es el de una mujer de nacionalidad rumana (21% de los casos) con una edad entre 23 y 27 años y en situación de estancia regular. La actuación policial supuso la desarticulación de 42 organizaciones criminales y la detención de 471 personas, de nacionalidades rumana, española y nigeriana, principalmente.

Además, se realizaron 3.007 inspecciones administrativas de locales donde se ejerce la prostitución, durante las que se detectó a 13.879 personas en riesgo de ser víctimas de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Los clubes de alterne, con más del 74% de las inspecciones, son los lugares con mayor número de personas en situación de riesgo detectadas.

En cuanto a la trata de personas con fines de explotación laboral, en 2015 fueron detenidas 346 personas. De ellos, 79 lo fueron por trata de seres humanos laboral; la mayoría de los arrestados eran hombres procedentes de Rumanía, pakistán, Lituania y España. Los 267 restantes fueron detenidos por explotación laboral; la mayoría son españoles, seguidos de rumanos y paquistaníes. En cuanto a las víctimas, fueron liberadas 810 personas, de las que 134 estaban sufriendo trata (la mayoría procedentes de Portugal) y 676 estaban siendo explotadas laboralmente.

En cuanto a la actividad preventiva, el año pasado se llevaron a cabo 4.312 inspecciones contra la trata con fines de explotación laboral, en las que 10.835 personas fueron detectadas en una situación de riesgo, en un 28% de los casos, en el sector agrícola. Se levantaron 187 atestados policiales, se desarticularon 15 organizaciones criminales.

El perfil más habitual de víctima de trata para explotación laboral es el de unhombre de 38-42 años y nacionalidad portuguesa en situación regular. El perfil del explotado laboralmente (sin que medie trata) es sin embargo el de una mujer de entre 28 y 32 años y nacionalidad rumana, también en situación de estancia regular. En el caso de la trata con fines de explotación sexual, hablamos de una mujer rumana (21%)de entre 23 y 27 años y también en situación regular.

Durante su intervención, el ministro ha destacado las iniciativas adoptadas durante la Legislatura para mejorar la lucha contra la trata, poniendo el acento, por un lado, en los “esfuerzos” en formación de agentes y por otro, en medidas como el Plan Integral con vigencia hasta 2018 o el Estatuto de la Víctima, la reforma del Código Penal y el Registro de Delincuentes Sexuales. Ha señalado que el Gobierno y las Fuerzas de Seguridad se encuentran especialmente “sensibilizados” con las víctimas de trata en todas sus modalidades que “permanecen invisibles y ocultas a gran parte de la sociedad”.

“No me dejan ser padrino por ser gay”

Salvador, con su sobrino

Salvador, con su sobrino. Álbum familiar

Salvador Álvarez tiene el 23 de abril marcado con fluorescente en el calendario. Es la fecha elegida para el bautizo del pequeño del ‘clan’: su sobrino Miguel. Y como es tradición en su familia con cada primogénito de sus hermanos, Salvador está llamado a ejercer de padrino. De hecho ya lo es de dos de sus sobrinos. Pero, según denuncia, esta vez se va a quedar compuesto y sin ahijado. El párroco de laIglesia de Santa Cruz de Écija (Sevilla) no permite que lo sea. Porque Salvador eshomosexual y vive con otro hombre.

“Cuando mi hermano le dijo al cura que yo iba a ser el padrino, únicamente le preguntó si yo estaba confirmado. Como no lo estoy, dijo que tenía que hacerlo”. Y en ello anda. Salvador se apuntó al curso en una parroquia de Madrid -ciudad en la que vive hace 10 años- y prevé terminarlo el 16 de abril, justo para llegar confirmado al bautizo.

Pero, un domingo, “en una especie de ensayo” del bautismo, el párroco insistió en si el futuro padrino estaba haciendo el curso y quiso saber más sobre él. “Es camarero. Vive en Madrid, con su pareja”, explicó su hermano. “¿Cómo? ¿Que vive en pecado? ¿No está casado? ¿Y con quién vive?” “Con su pareja, Iván”. “Entonces no puede ser”.

Salvador destaca lo paradójico que resulta que haya podido apuntarse al curso de confirmación en una parroquia de Madrid “sin ningún problema”, y que, sin embargo, no le dejen ejercer de padrino en Écija. De hecho, al curso le acompaña su pareja, Iván, “porque para confirmarte tienes que ir con una persona que lo esté, y él lo está. En esta parroquia nunca ha supuesto un problema ni me han preguntado por mi condición sexual. Pero en Sevilla no me dejan ser padrino por ser gay”.

“Cuando le conté lo que pasaba al cura de Madrid, me pidió el teléfono del párroco y le llamó para intentar convencerle, pero nada. Dice que no y el que manda en esa iglesia es él”.

Salvador dice no resignarse porque para él, que se declara católico practicante -“tengo mi Rocío colgado en el cuello”, dice-, es “muy importante” ser el padrino de Miguel, de dos años, y de su hermana Rocío, que celebra la comunión el mismo día. “De hecho soy ya el padrino de dos de mis sobrinos, que ahora tienen 18 y 14 años” y que también fueron bautizados en Écija, pero en otra parroquia.

Dice que incluso las clientas habituales del restaurante donde trabaja le preguntan si le pasa algo. “Siento una gran impotencia. No duermo. Como católico no me esperaba algo así. Yo solo quiero ser padrino de mi niño. Están destrozando una celebración familiar en torno al bautizo del niño”.

Ha acudido a UGT, sindicato al que está afiliado, quien ha denunciado lo que considera una “vulneración del derecho fundamental a la intimidad”, según ha explicado la secretaria de Igualdad de UGT Madrid, Ana Sánchez de la Coba. “Lo que sucede”, explica, “es que no podemos hacer más que denunciarlo públicamente. Según nos explica nuestro asesor jurídico, la Iglesia, como una empresa privada, tiene derecho de admisión. Es una forma de discriminar, de decir quiénes son buenos y quiénes malos”. No obstante, esperan “que el párroco rectifique y, en su caso, el Obispo de Sevilla intervenga”.

El Observatorio Español contra la LGBTfobia (STOPLGBTFOBIA), por su parte, se ha ofrecido para reunirse con el párroco y el arzobispo para establecer un diálogo que permita subsanar lo que califican de “lamentable error”. “Consideramos los hechos una discriminación flagrante por orientación sexual, y entra en clara contradicción con los posicionamientos del Papa Francisco sobre el acogimiento de las personas homosexuales en el seno de la Iglesia Católica”, declara Paco Ramírez, director del Observatorio, en un comunicado.

El Arzobispado de Sevilla dice que, hasta el momento, no ha recibido ninguna queja o comunicación al respecto, y recuerda que “cualquier persona puede exponer su parecer”. No obstante, recuerda que generalmente se respeta el criterio del titular de cada parroquia.

Obligan a un transexual a quitarse la prótesis de pene en un aeropuerto

Publicado en Crónica Global

El pasajero ha demandado a las autoridades por el trato humillante al que se vio sometido

Un pasajero transexual ha explicado que se vio obligado a quitarse la prótesis de pene al pasar por el control de seguridad de un aeropuerto en Australia.

El hombre ha presentado una queja a través de la Asociación de Lesbianas, Gays, Bisexuales y personas Transgénero (LGBTI) a la comisión de investigación del aeropuerto por el trato humillante recibido.

Trato vejatorio

Según informa The Daily Mail, tras pasar por el control de seguridad llevaron al hombre en una sala pequeña y un responsable de seguridad del aeropuerto se puso guantes y antes de retirarle la prótesis le dijo: “¿Quieres que toque esa cosa con mis manos desnudas”, en un trato vejatorio hacia el afectado.

“Parecía más preocupado por mostrar su autoridad y hacer un espectáculo de la situación”, ha explicado el afectado tras explicar que ni siquiera tuvo intimidad a la hora de recolocarse la prótesis, ya que tuvo que hacerlo con dos miembros del personal mirándole.

“Los altos mandos de la Guardia Civil presionaron para que me retiraran una medalla por ser lesbiana”

Vanesa Fraga, una agente que iba a ser condecorada por su actuación en un accidente de rally, denuncia que sus mandos forzaron que la medalla recayera sobre su general tras su intento de suicidio por recibir acoso homófobo

Vanesa Fraga, en un entrenamiento de la Guardia Civil junto a sus compañeros

Vanesa Fraga, en un entrenamiento de la Guardia Civil junto a sus compañeros. PÚBLICO

MADRID.- “La noche que Vanesa hizo lo que hizo, su capitán me confirmó que le iban a reconocer su labor. Pero entonces los altos mandos presionaron a la organización del rally para que no la condecoraran, no entiendo por qué. Quieren hacerle la vida imposible”.

Se trata del testimonio de Mónica, la mujer de Vanesa Fraga, agente de la Guardia Civil que intentó suicidarse tras recibir acoso homófobo, intensificado tras casarse y mudarse a un pabellón de su cuartel junto a su mujer. El 8 de diciembre de 2015, tras haberlo denunciado ante sus superiores e incluso por redes sociales, Vanesa no aguantó más la presión e intentó quitarse la vida pegándose un tiro en el pecho, aunque no lo consiguió.

Solo unos meses antes, la agente había colaborado en el rescate de más de una veintena de víctimas de un accidente en el Rally de Carral (Galicia), que provocó uno de los vehículos participantes que se salió del recorrido. La actuación de Fraga en la crisis, que terminó dejando siete muertos y 16 heridos graves, le valió ser propuesta para recibir una mención especial de la Federación Gallega de Automovilismo, que le fue concedida.

Sin embargo, la guardia no recibió dicha condecoración, y tampoco otra de la Guardia Civil para la que la había propuesto el equipo médico del Rally. La razón, explica su esposa en una conversación con este medio, es que “los altos mandos de la Guardia Civil presionaron a la organización para que no se la concedieran”, a pesar de que su nombre llegó a aparecer incluso en una lista de galardonados que publicó la Federación.

La guardia civil Vanesa Fraga

La guardia civil Vanesa Fraga. PÚBLICO

Así se lo confirmó uno de los responsables del Rally de Carral, relatan Fraga y su mujer. “Además nos dijo que era mejor que declinásemos la invitación de asistir al acto”, continúan, ya que la mención especial que iba a recibiracabaría finalmente en la solapa de su general de área, José Feliz Cadenas. Para ellas, los altos mandos buscan borrar su buena trayectoria profesional y presionarla para que abandone el cuerpo.

El acto de entrega de la condecoración se celebró el 13 de febrero, pero Vanesa no tuvo que tomar la decisión de asistir o no, ya que unos días antes ingresaba de nuevo en el pabellón psiquiátrico del Hospital Militar El Naval, en Ferrol. El estrés por el desarrollo de los acontecimientos le provocó “un cuadro de angustia y ansiedad muy fuerte”, denuncia su familia.

“Los médicos desaconsejan que vuelva”

Tras 15 días ingresada, Vanesa recibirá el alta al medio día de este miércoles. La Guardia Civil espera para interrogarla por todo lo ocurrido, por lo que su mujer cree que “aún le queda lo más duro por delante”. Sin embargo, denuncia “ningún mando se ha puesto en contacto con ella para preguntarle por su estado” durante su convalecencia.

No en vano, los médicos han desaconsejado que tenga cualquier contacto con el cuerpo, y no descartan que tenga que volver a ingresar en el centro médico. “Incluso hemos tenido que dejar el pabellón recién montado y con todo comprado e ir a vivir con los padres de ella”, relata Mónica, “porque para ella no es bueno acercarse a nada que tenga que ver con la Guardia Civil y con el pabellón, ya que le genera una ansiedad terrible”.

Leo, de 11 años y nacido en Irun, primer niño transexual de Euskadi tratado con inhibidor de la pubertad

Leo, un niño de once años nacido en Irun se ha convertido en el primer menor transexual del País Vasco en recibir un tratamiento inhibidor de la pubertad para que su cuerpo atienda a la identidad masculina que siempre ha sentido a pesar de tener genitales femeninos.

El proceso por el que Ane se ha convertido en Leo ha sido doloroso y ha atravesado por fases de “angustia”, pero desde que el pasado 29 de octubre le pusieron la primera inyección que bloquea su desarrollo se ha sentido “feliz”, ha relatado a EFE su madre, Mónica Zamora.

DONOSTIA. Las inyecciones forman parte de una medicación inhibidora que se utiliza para objetivos diversos como evitar una pubertad demasiado temprana que impida el crecimiento, por ejemplo, pero ésta es la primera vez que en Euskadi se aplica a un menor transexual, ha señalado Zamora.

Será un pinchazo cada 28 días pautado desde el servicio de Endocrinología de Cruces, pero la decisión es reversible ya que podría interrumpir el proceso.

Sin embargo Mónica Zamora está convencida de que la decisión de su hijo es firme porque “siempre ha sido un chico”, aunque naciera con genitales femeninos, por ello ha decidido hacer público el proceso para que la sociedad compruebe que “es una persona totalmente normal” como cualquiera de sus compañeros.

Desde pequeño, cuando todavía le llamaban Ane “era muy masculino, en sus formas de chico, en la vestimenta, en los deportes que le gustaban y en sus aficiones”, recuerda.

Pero el punto de inflexión tuvo lugar en Navidad del año pasado cuando comenzó a notar que le crecía el pecho y se “angustió” de tal forma que “no quería desayunar, ni comer, ni siquiera ir al colegio”.

Ante esta situación su madre inició un calvario de médicos y pruebas diagnósticas para tratar de saber qué sucedía aunque finalmente hizo caso a su “intuición” y puso a Leo el documental “El sexo sentido” de TVE, protagonizado por menores transexuales con los que inmediatamente Leo se identificó.

A partir de ahí el menor decidió que quería comunicar su auténtica identidad sexual a su padre, a sus hermanos y a sus compañeros de clase, algo que se hizo de forma ordenada “hablando primero con la dirección del colegio, que se volcó al 100 por cien”, ha agregado.

“A nadie le pilló por sorpresa el cambio”, afirma Mónica quien asegura que su hijo no lo pasó mal en el aula por su condición.

El siguiente paso (el inicio del tratamiento) fue resultado de la “grandísima casualidad” de contactar con la responsable del servicio de Endocrinología del Hospital de Cruces, Itxaso Rica, en un encuentro de familiares de menores transexuales que tuvo lugar en Madrid y que a Leo le fascinó porque pudo comprobar que no era el único que atravesaba por su situación.

Tras la primera cita con la especialista, el protocolo establecido por el Gobierno vasco para estos casos obliga a que el menor sea atendido durante seis meses por un psiquiatra, que es “finalmente quien da la autorización para iniciar el tratamiento inhibidor”.

Precisamente, la eliminación de este paso por una consulta de Psiquiatría es una de las reivindicaciones de las asociaciones de familiares de menores transexuales como Chrysallis, a la que pertenece Zamora.

Una vez concluida esta etapa, Leo iniciará previsiblemente el tratamiento con testosterona.
Por el momento, Zamora no contempla iniciar un proceso de cambio de identidad en el Registro Civil como el que llevaron a cabo los padres de la niña de cuatro años de Asteasu que cambio el nombre de Luken por Lucía ya que en el documento no consta la modificación de género y supone un trámite burocrático complicado.

Leo, el primer niño transexual de Euskadi tratado con bloqueadores hormonales en la pubertad

El proceso ha sido doloroso y ha atravesado por fases de «angustia», pero desde que el pasado 29 de octubre le pusieron la primera inyección que frena su desarrollo se ha sentido «feliz»

Un grupo de niños juega con una pelota en la calle

Un grupo de niños juega con una pelota en la calle. / AFP

Ane nació en un cuerpo equivocado; quería ser Leo. A sus once años ha conseguido al fin que se refieran a él como un niños. Este niño de Irun es ya el primer menor transexual en Euskadi en recibir un tratamiento inhibidor de la pubertad para que su cuerpo atienda a la identidad masculina que siempre ha sentido pese a tener genitales femeninos.

No ha sido un camino fácil. El proceso para dejar atrás a Ane y convertirse en Leo ha sido doloroso y ha atravesado por varias fases de «angustia». Sin embargo, algo cambió a finales de año. Tal y como cuenta su madre, Mónica Zamora, desde el pasado 29 de octubre, cuando le pusieron la primera inyección que bloquea su desarrollo, se siente «feliz».

Las inyecciones forman parte de una medicación inhibidora que se utiliza para objetivos diversos como evitar una pubertad demasiado temprana que impida el crecimiento. En este caso, es la primera vez que se aplica a un menor transexual en Euskadi.

Leo recibirá un pinchazo cada 28 días pautado desde el servicio de Endocrinología de Cruces, pero la decisión es reversible y podría llegar a interrumpirse el proceso.

Sin embargo Mónica Zamora está convencida de que la decisión de su hijo es firme porque «siempre ha sido un chico», por mucho que naciera con genitales femeninos. Por esta razón ha decidido hacer público el proceso para que la sociedad compruebe que «es una persona totalmente normal», como el resto de sus compañeros.

Desde pequeño, cuando todavía le llamaban Ane «era muy masculino, en sus formas de chico, en la vestimenta, en los deportes que le gustaban y en sus aficiones», su amatxu.

Pero el punto de inflexión llegó en Navidad del año pasado. Leo comenzó a notar que le crecía el pecho y se «angustió» de tal forma que «no quería desayunar, ni comer, ni siquiera ir al colegio».

Ante esta situación su madre no paró de visitar médicos para que le realizasen pruebas diagnósticas que detectasen qué sucedía. Finalmente hizo caso a su «intuición» y puso a Leo el documental ‘El sexo sentido’ de TVE, protagonizado por menores transexuales con los que inmediatamente se identificó.

«A nadie le pilló por sorpresa»

A partir de ahí el menor decidió que quería comunicar su auténtica identidad sexual a su padre, a sus hermanos y a sus compañeros de clase. Lo hizo de forma ordenada «hablando primero con la dirección del colegio, que se volcó al 100 por cien», según Zamora. «A nadie le pilló por sorpresa el cambio», reconoce. De hecho, el niño no tuvo problemas en clase por su condición sexual.

El siguiente paso, el inicio del tratamiento, fue resultado de la «grandísima casualidad» de contactar con la responsable del servicio de Endocrinología del Hospital de Cruces, Itxaso Rica, en un encuentro de familiares de menores transexuales que tuvo lugar en Madrid. A Leo le fascinó ya que pudo comprobar que no era el único que atravesaba por su situación.

Tras la primera cita con la especialista, el protocolo establecido por el Gobierno vasco para estos casos obliga a que el menor sea atendido durante seis meses por un psiquiatra, que es «finalmente quien da la autorización para iniciar el tratamiento inhibidor». Precisamente, la eliminación de este paso por una consulta de Psiquiatría es una de las reivindicaciones de las asociaciones de familiares de menores transexuales como Chrysallis, a la que pertenece Zamora.

Una vez concluida esta etapa, Leo iniciará previsiblemente el tratamiento con testosterona.

Por el momento, Zamora no contempla iniciar un proceso de cambio de identidad en el Registro Civil como el que llevaron a cabo los padres de la niña de cuatro años de Asteasu, que pasó de ser Luke a Lucía. La madre de Leo remarca que en ese documento no consta la modificación de género y supone un trámite burocrático complicado.

Leo, el primer niño transexual vasco tratado con inhibidor de la pubertad

Leo, un niño de once años nacido en Irun se ha convertido en el primer menor transexual del País Vasco en recibir un tratamiento inhibidor de la pubertad para que su cuerpo atienda a la identidad masculina que siempre ha sentido a pesar de tener genitales femeninos.

El proceso por el que Ane se ha convertido en Leo ha sido doloroso y ha atravesado por fases de “angustia”, pero desde que el pasado 29 de octubre le pusieron la primera inyección que bloquea su desarrollo se ha sentido “feliz”, según ha relatado a EFE su madre, Mónica Zamora.

Las inyecciones forman parte de una medicación inhibidora que se utiliza para objetivos diversos como evitar una pubertad demasiado temprana que impida el crecimiento, por ejemplo, pero ésta es la primera vez que en Euskadi se aplica a un menor transexual, ha señalado Zamora.

Será un pinchazo cada 28 días pautado desde el servicio de Endocrinología de Cruces, pero la decisión es reversible ya que podría interrumpir el proceso.

Sin embargo Mónica Zamora está convencida de que la decisión de su hijo es firme porque “siempre ha sido un chico”, aunque naciera con genitales femeninos, por ello ha decidido hacer público el proceso para que la sociedad compruebe que “es una persona totalmente normal” como cualquiera de sus compañeros.

Desde pequeño, cuando todavía le llamaban Ane “era muy masculino, en sus formas de chico, en la vestimenta, en los deportes que le gustaban y en sus aficiones”, recuerda.

Pero el punto de inflexión tuvo lugar en Navidad del año pasado cuando comenzó a notar que le crecía el pecho y se “angustió” de tal forma que “no quería desayunar, ni comer, ni siquiera ir al colegio”.

Ante esta situación su madre inició un calvario de médicos y pruebas diagnósticas para tratar de saber qué sucedía aunque finalmente hizo caso a su “intuición” ypuso a Leo el documental “El sexo sentido” de TVE, protagonizado por menores transexuales con los que inmediatamente Leo se identificó.

A partir de ahí el menor decidió que quería comunicar su auténtica identidad sexual a su padre, a sus hermanos y a sus compañeros de clase, algo que se hizo de forma ordenada “hablando primero con la dirección del colegio, que se volcó al 100 por cien”, ha agregado.

“A nadie le pilló por sorpresa el cambio”, afirma Mónica quien asegura que su hijo no lo pasó mal en el aula por su condición.

El siguiente paso (el inicio del tratamiento) fue resultado de la “grandísima casualidad” de contactar con la responsable del servicio de Endocrinología del Hospital de Cruces, Itxaso Rica, en un encuentro de familiares de menores transexuales que tuvo lugar en Madrid y que a Leo le fascinó porque pudo comprobar que no era el único que atravesaba por su situación.

Tras la primera cita con la especialista, el protocolo establecido por el Gobierno vasco para estos casos obliga a que el menor sea atendido durante seis meses por un psiquiatra, que es “finalmente quien da la autorización para iniciar el tratamiento inhibidor”.

Precisamente, la eliminación de este paso por una consulta de Psiquiatría es una de las reivindicaciones de las asociaciones de familiares de menores transexuales como Chrysallis, a la que pertenece Zamora.

Una vez concluida esta etapa, Leo iniciará previsiblemente el tratamiento con testosterona.

Por el momento, Zamora no contempla iniciar un proceso de cambio de identidad en el Registro Civil como el que llevaron a cabo los padres de la niña de cuatro años de Asteasu (Gipuzkoa) que cambio el nombre de Luken por Lucía ya que en el documento no consta la modificación de género y supone un trámite burocrático complicado.