Hazte Oír fletará una avioneta por las playas contra la ‘ley mordaza’ LGTBI

La organización ultracatólica Hazte Oír fletará una avioneta en agosto que recorrerá las playas contra “la ley modaza LGTBI”, en referencia a la proposición de ley presentada por Unidos Podemos (UP) en el Congreso de los Diputados en defensa de ese colectivo.

Sin desvelar el recorrido ni el coste de la campaña, el presidente de la organización, Ignacio Arsuaga, ha informado de que la avioneta recorrerá “la mayoría de las playas de España” durante el mes de agosto, antes de que empiece el curso escolar para avisar a los padres del contenido de la proposición de ley en el ámbito educativo.

En cuanto a los mensajes que portará, Hazte Oír no ha querido desvelar el contenido concreto, aunque ha asegurado que serán “impactantes”. “Van a ser muy parecidos”, ha dicho Arsuaga, aunque se va a eliminar la frase ‘si eres mujer, seguirás siéndolo’.

Durante la comparecencia, Arsuaga ha asegurado que el polémico autobús que salió a las calles de Madrid a finales de febrero lo volverá a hacer en septiembre, el mismo día que se vote la ley de UP.

El anuncio se produce tras conocerse el auto de la Audiencia Provincial de Madridque acordó levantar la medida cautelar de la inmovilización del vehículo que hace meses adoptó el Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid al considerar que había “indicios suficientes para apreciar una posible lesión a la dignidad de determinadas personas por razón de su orientación o identidad sexual”.

La Audiencia de Madrid permite de nuevo circular al autobús de HazteOír

Autobús que publicitaba la campaña anti transexuales del grupo ultracatólico Hazte Oir E. M.

La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado el levantamiento de la medida cautelar de inmovilización del autobús de HazteOír que contenía el lema “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva” al estimar el recurso de apelación de esta asociación ultracatólica.

En un auto hecho público hoy, la sección número dos de la Audiencia Provincial entiende que no puede considerarse un “atentado a la juventud y la infancia que una asociación legalmente constituida pueda dirigirse a los padres -en general- y a quienes la Constitución garantiza el derecho a formar a sus hijos ‘de acuerdo con sus propias convicciones'”.

Admitir la persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático y supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia”.

El Juzgado de Primera Instancia número 42 de Madrid ordenó el 2 de marzo, tal y como solicitó la Fiscalía, la inmovilización del vehículo si no retiraba el mensaje publicitario, pues el que lucía parecía, según el Ministerio Fiscal, “dirigirse a las personas con una orientación sexual distinta, negándosela, lesionando de esta manera su dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid consideró que el autobús, en el que se leía literalmente “los niños tienen pene. Las niñas vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo”, violaba dos ordenanzas municipales, la de Circulación y la de Publicidad Exterior, “independientemente de si incita o no al odio con sus mensajes”.

También la Delegación del Gobierno en Madrid denunció ante la Fiscalía al autobús por incurrir en un “hecho de relevancia penal”. En concreto, la Abogacía del Estado ha concluido en un informe que la circulación de un autobús con las leyendas entrecomilladas, podrían ser constitutiva de los delitos tipificados en el artículo 510.1 A y 510.2 A del Código Penal referidos a los delitos cometidos con ocasión de del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizadas por la Constitución.

Levantado el veto judicial al autobús tránsfobo de Hazte Oír, que puede volver a circular

La Audiencia Provincial considera que los mensajes del autocar “son dudosamente delictivos”

El autobús de Hazte Oír, inmovilizado en un aparcamiento de Coslada, en marzo. VÍCTOR SAINZ

La Audiencia Provincial de Madrid ha hablado: “Los mensajes del autobús, por desagradables y agresivos que puedan considerarse, son dudosamente delictivos”. Con este argumento, entre otros, los magistrados de la sección segunda han levantado el veto impuesto por el juzgado de Instrucción número 42 de Madrid al autobús tránsfobo de Hazte Oír, al que se le prohibió circular el pasado marzo tras lanzarse a la carretera con los mensajes “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen” y “Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”. Tras esta decisión, la organización ultracatólica puede volver a fletar el autocar en España.

En un auto fechado el pasado 14 de julio, la Audiencia Provincial enmarca los lemas del autobús en un “debate —social, político, ideológico— de ideas” y subraya que “los delitos de odio son algo muy distinto a profesar y difundir una ideología, incluso por muy minoritaria que pudiera ser”. “Las ideas, como tales, no deben ser perseguidas penalmente, en especial cuando no se focalizan específicamente sobre ningún grupo determinado”, añaden los jueces, que exponen que, en ese contexto, este caso “no puede considerarse un atentado a la juventud y la infancia”.

De hecho, en esta línea, los magistrados se muestran aún más contundentes en otra parte de su auto. “Admitir la persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático y supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia”, reza el escrito, donde comparan el autobús de Hazte Oír con el Tramabús fletado por Podemos: “Además de leyendas sobre la corrupción, este llevaba las figuras perfectamente identificables de políticos y algún periodista, que con independencia del juicio que cada uno pueda tener de ellos, tienen derecho a ver respetada su dignidad y presunción de inocencia. Y, sin embargo, ninguna autoridad impidió su circulación”.

El juzgado de instrucción número 42 de Madrid había prohibido que el autocar exhibiera estos lemas al considerar que formaban parte de una campaña dirigida a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”. El magistrado destacó que “Hazte Oír no se limita a exponer el ideario que pueda tener respecto a la sexualidad. Sino que, extralimitándose de dicho ideario, parece dirigirse a las personas con una orientación distinta, negándosela y lesionando de esta manera su dignidad”. Una tesis que comparte el Ministerio Público, que defendió que se mantuviera el veto a este vehículo.

Pero la Audiencia Provincial lo ha rechazado: “La medida en cuestión, si tuvo alguna justificación en su momento, ha perdido ya su carácter de imprescindibilidad, pues el proceso penal está abierto y la situación de emergencia ha cesado”. “Ya no resulta necesario mantener la medida y existen serias dudas de que los hechos en que se apoya puedan ser considerado delitos”, remachan los jueces de este tribunal, que han considerado así el recurso presentado por la organización ultracatólica, que amparaba su petición en la “libertad ideológica, de religión y expresión”; y que aseguraba que estos mensajes no significan incitar al odio o humillar a nadie.

El asesino de Pasolini se lleva los secretos del caso a la tumba

Pino Pelosi, homicida del cineasta e intelectual en 1975, muere a los 59 años de edad sin esclarecer todas las incógnitas que rodean el suceso de aquella noche

Pino Pelosi, en el lugar del crimen acompañado por la policía.

La tarde del 17 de noviembre de 1975, Pier Paolo Pasolinirecogió en la estación Termini (Roma) a un joven de 17 años. Le propuso comer algo e ir a Ostia a “magrearse” a cambio de 20.000 liras. Condujo hasta la playa y apagó el motor de su coche en un descampado. Una vez ahí, el joven cambió de opinión y rechazó tener relaciones sexuales. Salió del automóvil, Pasolini le persiguió, le golpeó con un bastón -algo que nadie que le conociese pudo creer- y este se defendió dándole una paliza brutal. A continuación se subió en el Alfa Romeo, y en la huida atropelló al cineasta, escritor e intelectual, reventándole el tórax y abandonándole muerto en el suelo. Esta fue la primera versión que contó Giuseppe Pino Pelosi, también conocido como la Rana, el único testigo presencialde uno de los grandes misterios en la historia del crimen italiano, que ayer, a los 59 años, se llevó a la tumba todos sus secretos cuando falleció a causa de un cáncer.

Aquella noche, una patrulla de los carabinieri dio el alto a Pelosi cuando conducía a toda velocidad y en contradirección por la carretera de Ostia. Primero admitió haber robado el Alfa Romeo GT 2000 del cineasta. Poco más tarde, encontraron el cadáver de Pasolini y no tuvo más remedio que confesar el crimen. Sin embargo, como relató la sentencia de 1976, siempre estuvo claro que lo había cometido “en compañía de desconocidos”. En el coche había aparecido un jersey de una tercera persona, Pelosi apenas tenía manchas de sangre y era difícil pensar que hubiera podido propinarle una paliza de aquel calibre sin la ayuda de nadie. Pero, al fin y al cabo, aquello era un asunto entre homosexuales, como vino a justificar la democracia cristiana, que reinaba en Italia en aquel periodo, en boca de Giulio Andreotti: “Se lo ha buscado”. El presunto asesino cumplió solo cinco años de cárcel, pero en 2005 decidió cambiar su versión.

El nuevo relato, construido ya por un Pelosi enganchado a las drogas y que entraba y salía de los centros penitenciarios por robos y asaltos, señaló que aquella noche habían practicado sexo oral en el interior del coche. Luego, Pelosi se bajó “para orinar” y aparecieron tres desconocidos, “de 45 o 46 años, con acento del sur, calabrés o siciliano”. “Uno de ellos, con barba, me golpeó y me amenazó a mí y a mi familia si hablaba; los otros dos sacaron al señor Pasolini del coche y empezaron a golpearle con una violencia inaudita”. Según su versión, le insultaban gritándole “fetillo”, “cerdo comunista” y “maricón”. “El pobre gritaba mientras le masacraban”, dijo Pelosi. Luego desaparecieron en la noche y Pelosi, asustado, arrancó el coche y atropelló sin querer a Pasolini. Pero la versión nunca convenció ni a la familia ni a sus allegados.

¿Por qué cambió su historia? Pelosi adujo que había mentido inicialmente por miedo a las represalias. Su familia también confirmó que vivía aterrado por lo que poría sucederles si hablaba. Pero al cabo de poco las sospechas apuntaron también a un conocido criminal apodado Johny el Gitano y a los hermanos Borsellino, dos militantes sicilianos de extrema derecha a quienes un infiltrado de la policía oyó jactarse de aquel crimen. Ambos murieron en los años 90 enfermos de Sida.

Servicios secretos, una brigada fascista o un crimen común. Hay distintas teorías. Una historia de crimen que se precie en Italia no sería tal si no aparecen la Democracia Critiana, la Banda della Magliana o Marcello Dell’Utri, amigo íntimo de Berlusconi encarcelado por asociación mafiosa. Pero la única persona que conocía la verdad de lo que sucedió aquella noche de hace 42 años ya no podrá hablar . El abogado de la familia Pasolini, Nino Marazzita, lo ha querido recordar hoy. “Pino Pelosi nunca quiso contribuir para que se llegara a la verdad sobre la muerte de Pier Paolo Pasolini. Se llevó desgraciadamente el secreto a la tumba”.

El asesinato de Pasolini: el secreto que atormenta a Italia

Pino Pelosi con la policía en el sitio exacto de la muerte del cineasta y poeta Pier Paolo Pasolini ANSA

Se llamaba Giuseppe Pino Pelosi y, probablemente, su nombre no le suene de nada. El mundo entero le conocía por otra cuestión: por ser el único condenado por el salvaje asesinato del cineasta Pier Paolo Pasolini el 2 de noviembre de 1975. Pelosi era entonces un chaval de 17 años del lumpen romano. Hoy, con 59 años, también a él le ha llegado su hora: enfermo de cáncer, ha fallecido esta noche en el hospital Gemelli de Roma después de caer en coma.

Con su muerte El Rana, como se le conocía en los bajos fondos romanos, se lleva a la tumba un secreto que desde hace casi 42 años atormenta a Italia y al mundo entero: la verdad sobre el asesinato de PPP. Porque la única certeza que rodea a ese crimen es que aquella noche, en un descampado en Ostia a pocos kilómetros de Roma, el cineasta fue brutalmente masacrado.

La autopsia reveló que recibió una paliza inmisericorde, que incluyó una violentísima patada en los testículos que le provocó una gigantesca hemorragia interna y tantos golpes en la cabeza como para generarle también una hemorragia externa necesariamente mortal. “No es que saliera simplemente sangre, hubo auténticos chorros”, escribieron los forenses en su informe. Después, fue arrollado bajo los neumáticos de su propio coche, un Alfa Romeo plateado, lo que le reventó varios órganos internos y dejó su cuerpo reducido a un amasijo. Hasta tal punto que Maria Teresa Lollobrigida, la señora que descubrió su cadáver, pensó en un primer momento que se trataba de un montón de basura.

Aquella fatídica noche, las vidas de Pino Pelosi y de Pasolini se cruzaron en un bar cercano a la estación Termini de Roma frecuentado por chaperos. El cineasta iba a bordo de su flamante coche e invitó al joven a dar una vuelta. Pelosi accedió y, juntos, acudieron a cenar a una trattoria próxima a la Basílica de San Pablo. Posteriormente, pusieron rumbo a Ostia, a 30 kilómetros de la capital italiana. En concreto, hacia una base de hidroaviones que allí había.

Al llegar al lugar, siempre según la versión de Pelosi, Pasolini habría intentado mantener relaciones sexuales con él. Él se habría opuesto y habrían forcejeado, emprendiéndola a patadas y bastonazos contra el intelectual y, posteriormente, arrollándolo con su propio coche. Sin embargo, a lo largo de los años Pelosi cambió varias veces su versión sobre lo sucedido.

Siempre existió la sospecha de que el de Pasolini había sido en realidad un asesinato político y Pelosi, un chivo expiatorio. El intelectual se había convertido en un personaje profundamente incómodo para el poder, al señalar constantemente sus tropelías y abusos. Y qué mejor para silenciarle que tratar de desacreditarle con un crimen de trasfondo sexual y convencer a Pelosi de que cargara él solo con toda culpa ya que, al ser menor de edad en la época del asesinato, le caería una condena suave, como efectivamente ocurrió: 9 años y 7 meses de cárcel. El 18 de julio de 1983, con 25 años, obtuvo la libertad condicional.

A partir de ahí se dedicó a ir de vez en cuando a platós de televisión, a escribir su autobiografía y a conceder entrevistas en las que a veces dejaba caer que él no había sido el único responsable de la muerte del cineasta y, a veces, incluso insinuaba que él ni siquiera había participado en la misma. Pero nunca nada concreto. Sólo veladas alusiones, turbias menciones. Como cuando afirmó que en el asesinato de Pasolini habían participado tres personas, dos de ellas con acento siciliano.

Volvió varias veces a la cárcel por otros delitos e, incluso, regresó al lugar del crimen en una de las salidas de prisión en régimen de libertad condicional. Fue en 2008 de la mano de una cooperativa dedicada a la reinserción de ex presidiarios. Junto con un puñado de éstos, limpió el jardín que fue creado en el lugar donde PPP fue asesinado. “Estar aquí hace que se encoja el estómago”, aseguró entonces.

En los últimos años gestionaba junto a un socio un bar en el barrio romano de Testaccio. El bar se llama Zi Elena.

Agentes del servicio de inteligencia canadiense denuncian racismo y homofobia

El primer ministro de Canadá participa por primera vez en la marcha del Orgullo Gay EFE

Cinco empleados del servicio de inteligencia canadiense han interpuesto una demanda por 35 millones de dólares canadienses (algo más de 24 millones de euros) contra la agencia por daños y perjuicios después de años de supuestos acosos en el lugar de trabajo. Los trabajadores aseguran que el ambiente laboral está plagado de racismo, homofobia y sentimientos en contra de los musulmanes.

Las denuncias contra el Servicio de Inteligencia y Seguridad de Canadá, que quedan reflejadas en un escrito de demanda presentado esta semana en el Tribunal Federal, ofrece una perspectiva sobre una de las organizaciones más secretas del país.

Las acusaciones muestran una fotografía de un ambiente laboral hostil en el que “el racismo, el sexismo, la homofobia y los comportamientos discriminatorios se han convertido en algo habitual y aceptado”. Ninguna de las denuncias que aparecen en la declaración de 54 páginas ha sido probada ante un tribunal.

La agencia es la última fuerza de seguridad canadiense que se ve sacudida por acusaciones de comportamiento inapropiado. En noviembre, la Real Policía Montada de Canadá se disculpó formalmente y destinó 100 millones de dólares canadienses (casi 70 millones de euros) a pagar a cientos de mujeres que ejercen o ejercieron como oficiales y fueron objeto de ataques sexuales y discriminación. Además, una investigación realizada en el año 2015 sobre las fuerzas armadas canadienses destapó acoso sexual generalizado y hostilidad hacia las minorías y las mujeres.

Las acusaciones contra el servicio de inteligencia canadiense se basan en lo vivido por cinco trabajadores con amplia experiencia. La demanda llega después de que los trabajadores –de manera individual y colectiva– estuvieran más de un año intentando tramitar las denuncias de manera interna, comenta su abogado, John Phillips.

“Todos son trabajadores excepcionales del CSIS (servicio de inteligencia de Canadá). Necesitamos a estas personas sobre el terreno tratando con los problemas de seguridad nacional, representando a las minorías que son tan importantes”, añade. “Para los canadienses, es una catástrofe que no seamos capaces de mantenerlos en sus puestos”.

En la demanda se asegura que los intentos de abordar años de discriminación y abusos –ambos a través de canales formales e informales– fueron “recibidos con burlas, amenazas de represalias y más daños”.

Los trabajadores aseguran que algunos miembros de dirección ridiculizaron, abusaron y amenazaron a los empleados, estableciendo un tono que se acabó imponiendo en los 3.300 trabajadores. Cuando le hicieron frente, los directivos en cuestión, al parecer, se negaron a admitir que ese comportamiento fuese una conducta ilícita.

Miedo a las represalias

Antes de presentar la demanda, los empleados tenían miedo a las represalias, reconoce Phillips. “Se trata de una acción muy valiente por su parte. Tenían que hacerlo”. Estos cinco trabajadores están de baja prolongada, en algunos casos, están luchando con el estrés, la ansiedad y la depresión vinculados al trato sufrido en la agencia.

El viernes, David Vigneault (director de CSIS), respondió a las acusacionesasegurando que la agencia se enorgullecía por ser de primer nivel y por crear un sano y respetuoso ambiente laboral. “Me gustaría recalcar que, como una organización, el CSIS no tolera el acoso, la discriminación o los abusos en ninguna circunstancia”, dijo a través de un comunicado. “A los trabajadores se les anima siempre a que informen de todos los incidentes relacionados con el acoso, reales o potenciales, a sus superiores”.

En la denuncia se utilizan seudónimos para detallar las acusaciones, ya que los empleados tienen prohibido identificarse a sí mismos o a sus compañeros mientras trabajen para el servicio de inteligencia.

Uno de los empleados, que es gay y su pareja es musulmán, denunció que desde que había llegado a la delegación de Toronto hace 10 años algunos de sus superiores incidían constantemente en su sexualidad. Cuando se dirigían a él, lo hacían utilizando términos como “chico gay”, “maricón”, “chico maricón”, y “marica”. Al mismo jefe también se le acusa de escribir un mail al empleado diciéndole: “Ten cuidado de que tu familia política musulmana no te decapite mientras duermes por ser marica”.

Otra oficial de inteligencia con más de una década de experiencia dijo que en este lugar de trabajo los comentarios y las opiniones en contra de los musulmanes eran del todo habituales. Esta trabajadora aseguró que toda esta hostilidad adquirió tintes personales en 2004, después de que empezase a llevar hijab. Al parecer, los supervisores ordenaron que para ir a cualquiera de sus planes relacionados con musulmanes fuera del trabajo –como ir a la mezquita o participar en actividades comunitarias– tenía que pedirles permiso previamente.

Otro denunciante –un trabajador con una experiencia de 22 años en la agencia– acusó al servicio de inteligencia de marginar a los musulmanes como él. “La cultura del CSIS es hostil hacia los musulmanes, es algo más que un entorno poco amigable –es un prejuicio profundamente arraigado de desconfianza hacia los musulmanes. Esto significa que los musulmanes se utilizan y se dirigen cuando se necesitan, pero no forman parte del equipo”.

Los demandantes también incluyen el caso de una empleada que fue descrita como la primera oficial de inteligencia negra del CSIS. Después de escalar puestos hasta convertirse en jefa, aseguró que la dirección le hizo sentir como si fuera “una negra simbólica, ascendida sin ningún mérito”. Afirmó también que uno de sus jefes llegó a decirle: “Al Servicio le gusta que gente como tú ascienda. Estoy convencido de que en muy poco tiempo probablemente seas mi jefa”.

El servicio de inteligencia tiene 30 días para presentar un escrito de defensa si planea enfrentarse a la demanda.

Traducido por Cristina Armunia Berges

Un británico homosexual gana la batalla legal para que su marido reciba pensión

Cinco jueces del tribunal aceptaron de forma unánime el recurso presentado contra un dictamen que había denegado la posibilidad de que su marido pueda recibir su pensión en el futuro tras su fallecimiento.

 

Un británico homosexual ganó hoy una histórica batalla legal al conseguir que el Tribunal Supremo, máxima instancia judicial, le reconociera a su marido los mismos derechos en materia de pensión que los que disfruta una esposa.

Cinco jueces del tribunal aceptaron de forma unánime el recurso que John Walker, de 66 años, había presentado contra un dictamen anterior, que había denegado la posibilidad de que su marido pueda recibir su pensión en el futuro tras su fallecimiento.

El Tribunal de Apelación de Londres había rechazado en 2015 la petición de Walker, con el argumento de que su reclamación correspondía al periodo de tiempo anterior a que las uniones civiles en el Reino Unido fueran reconocidas por ley (2004).

Sin embargo, los magistrados de la máxima instancia judicial aceptaron el recurso al indicar que el marido de Walker tiene derecho a recibir su pensión tras su muerte, siempre y cuando ambos permanezcan casados.

Walker indicó a los medios de comunicación que quería llevar este asunto a los tribunales para asegurar que, en caso de ser él el que muera antes, su pareja tenga los suficientes ingresos para vivir.

La organización humanitaria Liberty ha indicado que el dictamen cambiará “la vida de miles de parejas del mismo sexo”, al crear un precedente.

Con la decisión del Supremo, el marido de Walker, que prefiere mantener el anonimato, podrá acceder a una pensión estimada en 45.000 libras (50.850 euros) anuales.

Walker se retiró de una empresa del sector químico en 2003, después de 20 años de trabajo y tras hacer las mismas aportaciones a su pensión que sus compañeros heterosexuales. Él y su marido mantienen una relación desde 1993 y celebraron una unión de pareja de hecho en enero de 2006, que después convirtieron en matrimonio.

Malta aprueba el matrimonio entre personas del mismo sexo

El estado más pequeño de Europa, donde la católica es la religión oficial, se convierte en el 25 del mundo en legalizar las bodas gais

Varias personas celebran la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo este miércoles en La Valeta. DARRIN ZAMMIT LUPI REUTERS

La católica Malta ha dado un paso más en el reconocimiento de los derechos de las parejas homosexuales. El Parlamento maltés ha aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo, casi por unanimidad. Se convierte así en el país número 25 del mundo en hacerlo, después de España, hace más de una década, Irlanda, Estados Unidos o Alemania, a finales del mes pasado. Desde hacía tres años, Malta disponía de una ley de uniones civiles. Además, es el primer país de Europa —el tercero en el mundo junto con Brasil y Ecuador— que tiene una ley específica que prohíbe expresamente las conocidas como “terapias anti-gay”, peligrosos pseudo tratamientos que afirman “curar” la homosexualidad o “corregir” la orientación sexual.

Este miércoles, decenas de personas se han congregado ante el Parlamento maltés, en La Valeta. Muchos llevaban la bandera arcoíris y pancartas con el lema “hicimos historia”. Con cánticos y bailes, celebraron la medida. La aprobación de la ley de matrimonio igualitario es un importante logro en los derechos civiles para el Estado más pequeño de la UE (430.000 habitantes) en el que la Constitución marca que la católica es la religión oficial del Estado y en el que casi el 80% de los malteses se declaran fieles de esta religión. En Malta está prohibido el aborto y el divorcio solo se legalizó en 2011.

El primer ministro, Joseph Muscat, prometió en junio, en la campaña a las elecciones legislativas, que adelantó por la implicación de su Gobierno en los papeles de panamá, que sería la primera ley de su nuevo mandato. Fue reelegido y así lo ha hecho. “Es un votación histórica. Esto demuestra que nuestra democracia y nuestra sociedad alcanzaron un cierto grado de madurez y que podemos decir que somos todos iguales”, declaró Muscat tras la aprobación de la medida.

La iglesia católica se ha pronunciado en contra de la aprobación de la ley, y el martes por la noche, los conservadores organizaron una manifestación silenciosa de protesta contra la medida, que establece el matrimonio igualitario y elimina palabras como “marido”, “esposa”, “madre” y “padre” y las sustituye por otras neutrales a efectos de género. Los contrarios a la ley llegaron a decir que esta destruiría las celebraciones del ‘día del padre’ y del ‘día de la madre’. Argumentos que Muscat tildó de “cómicos”.

Desde 2014, 141 parejas concluyeron uniones civiles en Malta y 22 registraron de esta forma matrimonios celebrados en el extranjero.

Dos futbolistas de la selección mexicana femenina “huyen” a Islandia para poder vivir su amor

Bianca Sierra (d) y Stephany Mayor (i). INSTAGRAM

“En el fútbol no hay homosexuales. […] No se puede ser gay si se es futbolista”, comentó en 2008 el polémico ex director de la Juventus Luciano Moggi. No obstante, casi 10 años después, el universo deportivo se ha abierto cada vez más hacia la comunidad LGBTI. Sin embargo, aún existen situaciones en que la homosexualidad provoca discriminación, bullying e incluso marginación dentro de los equipos profesionales. Ése fue precisamente el caso de las jugadoras de la selección mexicana Bianca Sierra y Stephany Mayor, quienes -después de ser increpadas por su director técnico- se vieron “obligadas” a viajar más de 7.000 kilómetros para instalarse en Islandia. Un país que les ha ofrecido la oportunidad de trabajar juntas, además de vivir su amor de un modo libre y sin prejuicios.

Unidas por una pasión, Bianca Sierra y Stephanie Mayor nacieron en 1992… aunque en distintas partes del mundo. Hija de mexicanos en Estados Unidos, Sierra se desempeñó, desde temprana edad, como la crack de su equipo en Mountain View, California. Así, en 2010, llamó la atención de un reclutador mexicano, quien la llevó hasta el equipo sub 20 del “tri”. De esa forma, Bianca conoció a Mayor, quien hasta entonces había jugado sólo en ligas amateur, pero que -gracias a una convocatoria abierta- había sido seleccionada para jugar en el mundial juvenil de Alemania. En un principio, ambas declararon haber sido solamente amigas. Pese a ello, algo nació entre las dos.

“Hay muchos tabúes en México para hablar de la sexualidad. Hay cosas que no se hablan, es algo yo creo cultural. Para mí fue fácil abrirme con Bianca porque ella desde el principio tenía sus ideas claras de lo que quería, eso me ayudó mucho”, explicó Stephany este junio al New York Times, al que también relató cómo comenzó a fluir su amor en un torneo en Asia. En 2013, ambas fueron convocadas a jugar un campeonato en China, donde lograron pasar más tiempo juntas y aprovecharon para conocerse de verdad. Allí nació el romance. Aunque el principio no fue fácil. Sobre todo porque Sierra mantenía un contrato con un equipo de Washington, mientras Mayor continuaba en el DF.

A pesar de ello, el fútbol volvió a reunirlas en un torneo en Chipre en 2015, donde todas sus compañeras se mostraron alegres y abiertas con respecto a su relación.Pero, al contrario, su director técnico, las hizo sentir menospreciadas. Según Mayor, Leonardo Cuéllar -líder de la selección y ex volante de México- les aclaró en una práctica “a mí no me importa si son novias o no, pero no las quiero ver ahí agarradas de la mano o haciendo desfiguros”. Es decir: si querían mantener la paz con el cuerpo técnico, debían esconderse. Sin embargo, hicieron exactamente lo contrario. Algunos meses después, Bianca decidió gritarle al mundo su amor por Stephany e hizo pública su relación a través de Twitter. Lástima que muchos de sus seguidores hayan optado tomar una postura similar a la de Cuéllar.

Con mensajes como “no quiero que un par de machorras me representen” o “en mi barrio ya las hubiéramos quemado”, Sierra y Mayor notaron que su amor resultaba (para algunos) incompatible con su profesión. Por lo que decidieron buscar un lugar donde su condición sexual no fuese un impedimento para continuar con su carrera. De esa manera, aterrizaron en el Thor/KA, un equipo de la primera división islandesa, en el que su relación no es vista como una “vulgaridad”. Ese es justamente el espíritu con el que Bianca y Stephany han vuelto (temporalmente) a México para cumplir con su deber como seleccionadas. Es más, ambas se han lucido en un partido contra Suecia este sábado, en el que volvieron a demostrar que hoy -más que nunca- es necesario que el deporte se abra a la diversidad.

“Querido papa Francisco: soy homosexual y quiero ser sacerdote”

 

Alfonso, a la derecha, ha mandado una carta al Papa para que acepte su ordenación como sacerdote

“Sí, yo soy homosexual y cada día doy gracias a Dios por haberme creado tal como soy, con todas mis virtudes y todos mis defectos, con mi personalidad entera”.

Alfonso Ruiz de Arcaute vive en Vitoria, acaba de cumplir 50 años y preside la celebración de la palabra en su comunidad de Santa Teresa de Jesús. Con 14 años, cuenta que sufrió abusos por parte de un religioso. Lejos de perder la fe, continúo participando en la vida parroquial. Desde hace unos años siente con fuerza la llamada al sacerdocio. Pero su obispo, Juan Carlos Elizalde, no se lo permite. ¿La razón? Ser homosexual. Ahora, intenta que el Papa le escuche y le permita ordenarse.

En su conversación con el obispo de Vitoria, Alfonso le contó “los abusos sufridos, la experiencia en la Orden de Predicadores, mi trabajo pastoral posterior, mi etapa de pareja con un chico hace ya bastantes años y mi compromiso eclesial actual en la parroquia y en el estudio de la teología”. De hecho, estudió hace años en San Esteban (de los dominicos en Salamanca) y ahora concluye Teología en la Facultad de Vitoria.

El obispo, sin embargo, “ve inviable el camino hacia el sacerdocio” por su homosexualidad, pese a que “llevo varios años viviendo desde la castidad acogida con alegría al poner en mi compromiso eclesial el centro de mi vida”, cuenta. Además, le recuerda al Papa que su caso es igual que el de una persona heterosexual que opta luego por el celibato y el sacerdocio.

El obispo de Vitoria se acogió a  la instrucción del año 2005 sobre la admisión en las órdenes sagradas de las personas homosexuales para prohibirle a Alfonso la ordenación y lo dejó en un callejón sin salida. porque Elizalde solo le ofrecía que, si lo tenía tan claro, buscara un obispo que le ordenase, algo poco probable.

Alfonso propuso otra solución: escribir una carta al papa Francisco contando su historia. El obispo se comprometió a entregar en mano a Bergoglio la misiva. Semanas después, desde el Vaticano se le ha solicitado que vuelva a enviarla por otro conducto.

“Sí, yo soy homosexual y cada día doy gracias a Dios por haberme creado tal como soy, con todas mis virtudes y todos mis defectos, con mi personalidad entera. Pero no considero la homosexualidad una tendencia profundamente arraigada pues, afortunadamente, no domina toda mi vida“, explica, en referencia que la Iglesia “prohíbe la acogida a aquellas personas que presentan una tendencia homosexual profundamente arraigada” según la norma vaticana de 2005. 

Alfonso pide al Papa que acepte su vocación, pues “de esta forma se evitaría también la circunstancia tan injusta de que aquel que en su día abusó sexualmente de mí pueda seguir ejerciendo su sacerdocio mientras que yo, víctima de la situación, veo negado el acceso”.

Y concluye: “Por eso me atrevo, Padre Francisco, a pedirle mirar con ojos de misericordia y desde el discernimiento personal y no únicamente desde la legislación, cambiante por otra parte, las vocaciones sacerdotales y la mía en concreto. La orientación sexual es la que es. La vida, la vocación y el compromiso también es el que es”.