El Supremo de EEUU aprueba el matrimonio gay en todo el país

EEUU Decisión histórica

Las diferencias entre estados a la hora de reconocer el matrimonio de parejas del mismo sexo llega a su fin en Estados Unidos. El Tribunal Supremo ha fallado por cinco votos a favor y cuatro en contra, que es un derecho nacional.

Esta decisión histórica pone punto y final a una batalla legal impulsada por el movimiento a favor de los derechos de gays y lesbianas.

La reacción del presidente Barack Obama en las redes sociales ha llegado apenas unos minutos después de que conociese la decisión el Alto Tribunal .“Es un gran paso en nuestra marcha hacia la igualdad. Las parejas gay y lesbianas ahora tienen el derecho a casarse como cualquier otra”, ha escrito en su cuenta de Twitter con el hastag #loveWins.

La candidata demócrata, Hillary Clinton, también ha celebrado la decisión en las redes: “Orgullosa de celebrar una victoria históricapara el matrimonio igualitario y el coraje y determinación de colectivo LGTB americano que lo ha hecho posible”.

Catorce parejas del mismo sexo y otras dos, en la que uno de los dos miembros ha fallecido, llevaron a los tribunales a sus estados -que sólo admitían el matrimonio referido a una pareja de hombre y mujer- porque violaba sus derechos constitucionales.

El magistrado Anthony Kennedy ha sido el encargado de desarrollar la sentencia de la mayoría del Tribunal, que ha contado con los votos en contra de los conservadores. El fallo del Tribunal llega un día después de la decisión que ratificó los seguros médicos de la ley conocida como Obamacare.

Un margen de tres semanas

El fallo no entrará en vigor de inmediato, porque la Corte, máxima instancia judicial del país, otorga al demandante que ha perdido el caso aproximadamente tres semanas para solicitar una reconsideración.

El caso analizado aludía a los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, donde se define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Esos estados no han permitido que las parejas del mismo sexo se casen dentro de sus fronteras y también se han negado a reconocer los matrimonios válidos en otros estados del país.

Hace apenas dos años, la Corte Suprema anuló parte de la ley federal contra el matrimonio gay, que negaba una serie de beneficios gubernamentales para las parejas del mismo sexo que habían contraído matrimonio legalmente.

Cientos de personas se han agolpado en las inmediaciones de la Corte Suprema, en el centro de Washington, para celebrar la decisión de los jueces.

El Gobierno de Obama había respaldado abiertamente su postura a favor del matrimonio homosexual después de que, por primera vez, el propio mandatario declarara su apoyo al mismo en 2012.

Jeb Bush, partidario del ‘matrimonio tradicional’

Pero no todos han celebrado la decisión del Alto Tribunal. El exgobernador republicano de Florida Jeb Bush ha expresado su descontento por el fallo del Tribunal Supremo.

Bush se mostró en un comunicado partidario del “matrimonio tradicional” y criticó que el Supremo no permitiera que fuesen los diferentes estados del país los que “tomaran esta decisión”.

“Guiado por mi fe, creo en el matrimonio tradicional (…) También creo que debemos amar a nuestro prójimo y respetar a los demás”, apuntó el hijo y hermano de ex presidentes de EE.UU.

La Corte Suprema de EE UU legaliza el matrimonio homosexual en todo el país

 

  • La Corte Suprema de Estados Unidos ha legalizado este viernes el matrimonio homosexual en todos los estados del país, una de las decisiones esperadas en las últimas décadas y que ha sido celebrada por activistas LGBT frente al tribunal, donde una multitud se ha concentrado ondeando la bandera del arcoiris, símbolo universal de los derechos homosexuales

    En un fallo histórico, el máximo tribunal del país decide que la Constitución requiere que los estados celebren y reconozcan el matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

    Dos años después de haber decretado que el matrimonio no era exclusivo de las parejas heterosexuales, la Corte juzga que los 14 estados que actualmente se niegan a unir a dos personas del mismo sexo, deben ahora casarlos y además reconocer su matrimonio si fue celebrado en otra jurisdicción.

    En nombre del principio de igualdad de todos ante la ley, “la 14ª Enmienda de la Constitución requiere que un estado celebre el matrimonio entre dos personas del mismo sexo”, señala el juez Anthony Kennedy, expresando la mayoría de la Corte Suprema. “El derecho al matrimonio es fundamental”, ha subrayado.

    El magistrado conservador ha unido su voto a los de cuatro magistrados progresistas del alto tribunal, para permitir que los gays y las lesbianas puedan casarse en todos los rincones de Estados Unidos. El presidente de la Corte, John Roberts, se opuso a la decisión, al igual que los otros tres jueces conservadores.

Los homosexuales podrán casarse en todo EE UU

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado hoy a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión histórica que anula la potestad de los estados para prohibir las uniones entre homosexuales. De esta manera y desde hoy, el matrimonio homosexual es un derecho constitucional en Estados Unidos, obligando a los 14 estados del país que aún lo prohibían a permitir que las personas del mismo sexo puedan unirse legalmente.

La decisión de los nueve jueces que conforman el Alto Tribunal se dirimió por cinco votos a favor de la legalización y cuatro en contra. El fallo no entrará en vigor de inmediato, porque la Corte, máxima instancia judicial del país, otorga al demandante que ha perdido el caso aproximadamente tres semanas para solicitar una reconsideración.

El caso analizado hoy aludía a los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, donde se define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer. Esos estados no han permitido que las parejas del mismo sexo se casen dentro de sus fronteras y también se han negado a reconocer los matrimonios válidos en otros estados del país.

Hace apenas dos años, la Corte Suprema anuló parte de la ley federal contra el matrimonio gay, que negaba una serie de beneficios gubernamentales para las parejas del mismo sexo que habían contraído matrimonio legalmente. Cientos de personas se han agolpado en las inmediaciones de la Corte Suprema, en el centro de Washington, para celebrar la decisión de los jueces.

El Gobierno del presidente de EEUU, Barack Obama, había respaldado abiertamente su postura a favor del matrimonio homosexual después de que, por primera vez, el propio mandatario declarara su apoyo al mismo en 2012.

Grande-Marlaska: “Mi madre no entiende mi homosexualidad”

Grande-Marlaska y Pepa Bueno

Grande-Marlaska y Pepa Bueno. / CUATRO

El juez Fernando Grande-Marlaska no suele conceder entrevistas en las que se le pregunta por su vida privada. Sin embargo, este domingo hizo una excepción y se sentó en el chester de Pepa Bueno. El magistrado, que no evitó ningún tema por el que era preguntado, se sinceró ante la periodista. Se trata del único juez que, hasta la fecha, ha reconocido su homosexualidad públicamente. “La vida privada es privada de cada uno, no vamos a exigir a nadie que diga nada, basta con vivirla. Yo lo dije en un momento en el que surgió”, afirmó, añadiendo que de pequeño intentaba reconducir su condición sexual para adaptarse a su entorno.

“Cuando lo dije tendría 33 o 32 años… o sea, mayorcito. He pagado peajes importantes, que dejan siempre una cicatriz. Mi madre lo ha llegado a aceptar pero decir entender me parecería excesivo, porque ella nunca me ha dicho que lo ha entendido o lo ha comprendido”, comentó el magistrado. Marlaska se casó con su actual marido Gorka el mismo año en que se aprobó el matrimonio homosexual. “Yo llevaba viviendo con una persona diez años. Casarnos era legalizarlo, darnos una protección recíproca, la afirmación de que esto es algo más”, ha confesado. Marlaska confesó que quería ser padre, pero su pareja no ha querido tener hijos, aunque eso no lo considera una frustración.

Durante la entrevista también abordaron el fin de ETA. Marlaska dijo que le afectó como a “cualquier otro ciudadano vasco”. “Fue una división social en el País Vasco y claro que marca personalmente pero nunca en el sentido de perder la perspectiva legal. No me vine a Madrid por miedo”, afirmó, añadiendo que ha sido la sociedad española quien ha derrotado a la banda terrorista.

No obstante, fue muy criticado tanto cuando decidió encarcelar a Otegi en pleno proceso de paz, como cuando se mostró a favor de la excarcelación de etarras. Esto último provocó que perdiera admiradores como Esperanza Aguirre. “Yo no estoy para que me admiren o me maldigan. Hay que ser consciente de dónde estás y de lo que tienes que hacer. Yo no me perdonaría dictar una resolución con la que no estoy conforme”, ha dicho, reconociendo que las presiones no le afectan.

Sobre los etarras que han cumplido su condena, Grande-Marlaska ha comentado que “el Estado tiene que darles las herramientas para que ellos asuman su responsabilidad. Ellos tendrán que intentar cambiar porque, en esta sociedad, si no cambias, no te van a aceptar”.

Jesús Santos, el eterno amor de Pedro Zerolo

Se conocieron cuando ambos trabajaban en el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid. Tras casi una década de relación, se casaron en el año 2005

Zerolo y Santos el día de su boda

Zerolo y Santos el día de su boda JOSÉ MARÍA BARROSO/ VICTOR INCHAUSTI

Muy poco se conoce de Jesús Santos, el viudo y gran amor de Pedro Zerolo, exconcejal del Ayuntamiento y diputado electo en la Asamblea de Madrid, quien ha fallecido a los 54 años tras batallar contra el cáncer de páncreas. Según ha confirmado la familia del carismático político del PSOE, Santos, su pareja desde hace 19 años, y esposo desde 2005, ha estado a su lado hasta el momento de su muerte.

La relación de Zerolo y Jesús Santos es una historia de amor y activismo. En una entrevista con ABC en 2014, Pedro Zerolo decía que su matrimonio en 2005 había sido la combinación de esos dos factores. «Llevo ‘casado’ de hecho 18 años y de derecho desde el 1 de octubre de 2005. Jesús y yo nos casamos por activismo y amor, conscientes de que el amor es el mejor de los activismos y de que era necesario construir referentes», dijo en ese momento.

Santos ha sido descrito en muchas ocasiones como un hombre discreto, culto y guapo, que siempre ha estado al lado de Zerolo en campañas, estrenos y presentaciones pero en segundo plano, sin buscar protagonismo o llamar la atención. El socialista conoció a Santos cuando ambos militaban en el Colectivo de Gays y Lesbianas de Madrid (Cogam), del que Zerolo fue dirigente hasta su incorporación al Partido Socialista de Madrid.

Jesús Santos, que pertenece al departamento de Coordinación del Instituto Europeo de Diseño, ha compartido el compromiso político y social de su pareja, algo que él mismo señaló a la prensa después de su matrimonio. «Llevamos mucho tiempo en esta lucha y, de hecho, nos conocimos trabajando en los colectivos», dijo en ese momento según recoge la página web del PSOE.

La pareja contrajo matrimonio en el mes de octubre de 2005, fecha en la que legalmente se comprometieron a estar en lo bueno y en lo malo. Algo que Santos recalcó en una entrevista con ABC: «Por supuesto,siempre ha sido así desde que nos conocimos. No lo entendería de otra manera». Casi siempre se les veía tomados de la mano y con gestos modestos de cariño.

El diseñador señalaba en esa ocasión que no hacía falta renovar votos o una segunda boda para confirmar su amor por Zerolo. «Renovamos los ‘votos’ todos los días. Nos queremos mucho», confesó, para apuntar que más allá de los días de la quimioterapia, la pareja era feliz. «Salvo el día de la quimio, de pruebas o cuando aparece algún efecto secundario, somos muy felices día a día, porque disfrutamos de las pequeñas cosas».

Correa se pone en contra a la comunidad gay

Publicado por Infobae

El presidente de Ecuador, que ya había rechazado el matrimonio entre homosexuales, ahora se pronunció en contra de que las parejas del mismo sexo adopten niños

rafael correa

Rafael correa

“No estoy de acuerdo con la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, porque creo que la naturaleza algo de razón debe tener y que los niños deben estar en la familia tradicional, conformada por hombre y mujer”, dijo Rafael Correa en una entrevista radial.

El mandatario, quien se declara conservador en cuestiones morales, ratificó su propuesta para someter a consulta popular la autorización de las bodas gay, a las cuales se opone.

“En el último de los casos nos vamos a consulta popular”, afirmó Correa al referirse a las críticas de colectivos homosexuales, lanzadas tras su anuncio la semana pasada de no apoyar las uniones gay.

El gobernante indicó que ese referendo aclararía si en este tema están en discusión “los prejuicios y creencias del presidente” o la “voluntad del pueblo ecuatoriano” expresada en la Constitución.

“Entiendo la reacción de estos grupos por la exclusión, la opresión de la que han sido objeto. Pero incluso son reivindicaciones un poco vacías de contenido, porque el matrimonio como figura no les da ningún derecho adicional del que ya tienen con la unión de hecho” consagrada en la ley, sostuvo.

Correa, quien hace una semana asumió para un segundo mandato de cuatro años, recordó que jamás en su campaña ofreció apoyar el matrimonio homosexual, y deploró que cuestionen su ideología de izquierda por ser conservador en asuntos morales.

“Son tonterías, novelerías que le están haciendo mucho daño a los proyectos de izquierda en América Latina y alrededor del mundo, porque muchas veces nos ponen ante imposibles que no son ni de lejos prioridad frente a la miseria y la pobreza”, expresó.

La preciosa historia de amor un anciano gay que se casó con su hijo

Norman MacArthur y Bill Novak

Norman MacArthur y Bill Novak

Si te dicen que un hombre se casa con su hijo, lo más probable es que pienses que qué horror. Y si te dicen que lo hizo con su hijastro, podrás decir “como Woody Allen”. Pero la historia de amor de  va más allá. Se trata de una pareja de Pensilvania, Estados Unidos, que llevaban años juntos, pero a medida que cumplían años veían que el matrimonio igualitario no era legal, y que si alguno de los dos fallecería, el otro quedaría desprotegido.

Así, tras consultar a un abogado, en el año 2000 llegaron a la concusión era que lo mejor que podían hacer para heredar los bienes del otro en caso de fallecimiento, así como en relación a otros temas legales como el tema de visitas médicas, era que el mayor de ellos adoptase legalmente al más pequeño. Así, siendo padre e hijo tendrían plenos derechos en herencias o visitas, pues a un familiar de primer grado se le permite todo, y a un compañero de piso, como legalmente eran, no.

El abogado nos dijo que Pensilvania jamás aprobaría las bodas gays. Y nos recomendó que si queríamos ser una familia, tendríamos que hacernos padre e hijo”. Así, fueron legalmente fueron familia hasta que el 20 de mayo de 2014 Pensilvania aprobó el matrimonio igualitario, y por supuesto quisieron pasar por el altar.

Para “dejar” de ser padre e hijo pensaron en presentar una denuncia por malos tratos del hijo al padre, con tal de que un juez anulase la adopción. Pero finalmente, tras consultar con un abogado llamado Terry Clemons, la recomendación fue mucho más honesta y sencilla: simplemente debían decir la verdad y contar su historia.

Y como en un hermoso cuento de hadas, fueron felices y comieron perdices, pues finalmente, un juez consideró que los motivos eran justos y les anuló la adopción. Así, Norman y Bill dejaron de ser padre e hijo el 14 de mayo, y solo diez días más tarde, se dieron el sí quiero.

Javier Maroto, el alcalde de Vitoria se casa: ‘No me gustan ni los guetos gays ni los del Partido Popular’

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto pasea con su novio Josema Rodríguez (d) por el parque del Prado en Vitoria.

El alcalde de Vitoria, Javier Maroto pasea con su novio Josema Rodríguez (d) por el parque del Prado en Vitoria. ARABA PRESS

“Presidente, le presento a Josema, mi pareja”, le dijo Javier Maroto Aranzábal (43) a Mariano Rajoy hace ahora cuatro años, el 11 de junio de 2011. Una investidura como alcalde de un joven político vasco, bregado en el cuerpo a cuerpo de la política local desde 1999 y endurecido por la presión del terrorismo etarra y su mundo que le obligó a estar permanentemente custodiado por escoltas desde los 27 años.

Rajoy estrechó la mano de José Manuel Rodríguez Carballo, Josema, y Maroto, en uno de los días más importantes de su vida, amplió su sonrisa. Cuatro años después, tras casi 20 años desde que Javier y Josema se conocieran, el mejor alcalde del PP, según los resultados de las últimas elecciones, se casa y con su boda reivindica, con la misma naturalidad que en la presentación ante Rajoy, su homosexualidad.

Su reelección -aún en el aire por culpa de EH Bildu-, la boda y las molestias de una intervención de peritonitis, que ya le ha obligado a pasar dos veces por el quirófano, no le dan tregua estos días a Maroto. Junto a él, Josema Rodríguez, un economista brillante con dos licenciaturas en Deusto, aplicadísimo estudiante de euskera (en el que roza la perfección) y gerente de un grupo de sociedades y fundaciones públicas en Durango, el pueblo en el que nació en 1965. Juntos mantienen sus rutinas como la de pasear a media tarde entre el centro de la ciudad y la basílica de Armentia, un recorrido de apenas tres kilómetros en el que la pareja recibe felicitaciones y en el que se niegan con amabilidad y firmeza a atender a LOC.

“Nunca he hablado de mi vida privada, nunca la he ocultado y nunca la voy a utilizar”, responde el alcalde en funciones exquisito en las formas mientras Josema, a su lado, escucha. Pero lo cierto es que la pareja provoca que los grupos de ‘runners’ que trotan por el paseo del Prado y los caminantes que suben y bajan entre Vitoria y el pico de Armentia se giren a su paso y cuchicheen. “¡Qué vivan los novios!”, les grita Eneko González, concursante en un reality de la televisión vasca, en un tono cargado de guasa.

“Lo que más me molesta es la renuncia al anonimato y a mi vida personal”, reconocía Maroto durante la intensa campaña electoral cuando, en charlas informales con periodistas, se planteaba la posibilidad de hacer bandera de su homosexualidad para contrarrestar las acusaciones de intolerante y xenófobo que ahora se reavivan para forzar su expulsión de la Alcaldía con un pacto político a tres entre EH Bildu, PNV y PSE-EE.

Maroto entonces dijo no. Y su historia de amor con Josema volvió a mantenerse en la privacidad de sus más íntimos. Hasta que el alcalde, con las emociones a flor de piel, confesó sus sentimientos en las primeras palabras de la noche electoral. Josema, uno más en la sala del hotel Ciudad de Vitoria en el que el PP vasco celebraba la única alegría de una jornada electoral nefasta, ya intuyó que su relación traspasaría los límites de Vitoria.

DEUSTO, EL ORIGEN

Un noviazgo que se inició en Bilbao, en una de los encuentros que propiciados por la Universidad de Deusto, donde reúne a sus ex alumnos, y que propició un flechazo inmediato. El joven Maroto dejó de lado los convencionalismos de una ciudad de provincias y se aferró con fuerza al carpe diem, su lema. Hijo de una familia de clase media y emparentado con una saga de empresarios, Maroto era pieza codiciada entre las jóvenes de los elitistas colegios del Niño Jesús, Nazareth y Ursulinas y en la ciudad se recuerdan sus efímeros noviazgos, pero el ahora alcalde mostró sin ambages sus sentimientos cuando conoció a Josema y su familia se volcó con él. Sus amigos, un grupo heterogéneo, pero en el que juegan un papel estelar el ministro Alfonso Alonso y el parlamentario Iñaki Oyarzábal, sueltan las confidencias con cuentagotas y, en vísperas de recibir la invitación para la boda del año, que se celebrará en otoño, reclaman absoluto anonimato. “Sus padres y sus hermanos Ramón y Nuria le dijeron: ‘Si tú eres feliz, nosotros también’ y Javier acertó al ser franco porque su familia le adora”, señala uno de sus íntimos.

Maroto y Josema alimentan esa excelente relación y se desplazan asiduamente desde su piso en el Ensanche vitoriano al chalé en un pueblecito de las afueras en el que viven los padres del alcalde. Su vida como pareja discurre en el centro de la ciudad sin hacer ostentosa su relación. Su afición en común: Eurovisión, que vieron el pasado 23 de mayo junto a unos amigos. El favorito de Maroto fue Suecia… y ganó. Su convivencia la iniciaron en Durango, la localidad en la que nació la pareja del alcalde de Vitoria y en la que aún trabaja como gerente de las sociedad públicas y fundaciones -Organismos Autónomos, según la denominación oficial- de este municipio vizcaínoen el que nació el ya fallecido Iñaki Azkuna y en el que residía hasta su designación como lehendakari Iñigo Urkullu. Con ambos mantenía una excelente relación Josema Rodríguez y fue él quien le presentó a Azkuna, uno de los ejemplos de Maroto de alcalde, comprometido con su ciudad.

Rodríguez inició su andadura profesional en el Banco Nacional de París, trabajó luego durante tres años en una empresa de máquina-herramienta de la zona y consiguió, ya como interventor general del Ayuntamiento de Durango (plaza que logró en concurso-oposición)reequilibrar las cuentas de un municipio que llegó a rozar la bancarrota. Muchos de los aciertos en la gestión municipal que Maroto, el único político vasco que habla perfectamente cuatro idiomas (euskera, ingles, alemán y castellano), ha puesto en marcha en Vitoria nacen de los consejos que le traslada su pareja. Durante casi tres años, Maroto se desplazaba todos los días entre Durango y Vitoria (donde formaba parte del equipo de gobierno de Alfonso Alonso) y en ese ir y venir a punto estuvo de perder la vida cuando un conductor semidormido tras una noche de fiesta chocó frontalmente contra él en Mañaria, en el arranque del puerto de Urkiola.

“Josema siempre dice que, pase lo que pase, caigo de pie”, ha reconocido Maroto en plena reflexión ante su posible (y merecida) reelección al frente de Vitoria. Un triunfo electoral que ratificó su perfil político más allá de las siglas de su partido. Frente a una caída en votos del 40% en el resto de Euskadi, Maroto multiplicó sus apoyos con la eficacia y la valentía política como bandera.

“Nada más llegar al Ayuntamiento comencé a reunirme con gente y tras 12 horas de encuentros salía a la calle pero escuchaba cosas muy distintas. ‘¿Por qué recibimos a los mismos?’, le pregunté a mi secretaria. Y ella me confesó que se filtraban las peticiones de citas. Aquello se acabó en ese momento y ahora todos los jueves recibo a vecinos que me cuentan sus problemas particulares, sus cosas… y de ahí nacen muchas propuestas y la posibilidad de saber qué piensan y qué necesitan mis vecinos», defiende este animal político al que teme el PNV porque ha sido el único en abortar su objetivo de imponerse en las instituciones vascas más importantes.

Y es que el método Maroto se ha convertido en la única fórmula con la que el PP vasco parece contar para contrarrestar su pérdida de respaldo electoral agravada por los resultados del pasado 24-M. Maroto, que sí accede a hablar de política, se sonroja cuando se le señala como el mejor activo político del PP en Euskadi y se le recuerda que sólo él y Xavier García Albiol (en Badalona) han logrado en 2015 más votos que hace cuatro años. “Escuchar a la gente y estar en la calle no es el método Maroto, es una obligación”, defiende en el exterior del Parlamento Vasco, donde ha liderado la eliminación del fraude en el cobro de las ayudas sociales que prestan las administraciones vascas.

BODA SIN GUETOS

“Cuando creo en algo, voy hasta el final”, sentencia justo cuando su secretaria en el Ayuntamiento se desplaza hasta la Cámara vasca para la firma de unos documentos urgentes. El alcalde hace un quiebro sobre su papel como político en la defensa de los derechos de los homosexuales. Crítico hacia dentro con el recurso presentado por el PP contra la ley impulsada por Zapatero sobre el derecho al matrimonio, Maroto aboga por el “ejemplo” frente a la “pancarta”.

“Sé que muchos jóvenes en Vitoria y en el País Vasco ven en nosotros que se puede vivir la homosexualidad de manera natural. No entiendo que una pareja tenga que casarse con cinco invitados y de tapadillo. Nuestra boda será en mi ciudad, en nuestro Ayuntamiento, con nuestras familias y amigos. Como cualquier pareja. No me gustan ni los guetos gays, ni los del PP. Soy anti-gueto, pero no voy a hablar más“, zanja Maroto cuando suenan las alarmas para que los parlamentarios vascos voten una resolución sobre la xenofobia tramitada para contrarrestar el tirón del alcalde de moda.

@joseanizarra

Javier Maroto se casa con su novio desde hace 19 años

POLÍTICA Matrimonio del alcalde de Vitoria

  • Iñaki Oyarzábal, quien hizo pública su homosexualidad en 2012, ha felicitado a Maroto
  • El alcalde ha sido uno de los miembros del PP que más ha defendido los matrimonios gay

El alcalde en funciones de Vitoria, Javier Maroto (PP), tiene previsto casarse con su novio desde hace 19 años tras el verano, según han confirmado fuentes de la Alcaldía de la capital alavesa.

Maroto contraerá matrimonio en una fecha que no ha trascendido con Josema Rodríguez, quien desde hace varios años es su pareja de hecho, tal y como ha adelantado hoy el diario El Correo.

Aunque el alcalde vitoriano no ha ocultado su homosexualidad y su pareja ha estado presente en actos oficiales, según han explicado desde el consistorio, hasta ahora no había trascendido en los medios de comunicación su condición sexual.

El anuncio de la boda del regidor vitoriano se produce poco después de que Maroto haya vuelto a imponerse en las urnas en las pasadas elecciones municipales revalidando su continuidad al frente de la Alcaldía de la capital alavesa.

Precisamente la noche electoral, Maroto tuvo un reconocimiento expreso a su pareja en el apartado de agradecimientos en su intervención tras conocer los resultados que le daban la victoria.

Uno de los primeros miembros de su partido que han felicitado a Maroto hoy a través de las redes sociales ha sido el secretario de Libertades Públicas y Justicia de la formación, Iñaki Oyarzábal, quien hizo pública su homosexualidad en 2012 cuando era secretario general de los populares vascos.

“Mucha felicidades al mejor alcalde” ha escrito Oyarzábal en las redes sociales. También ha recibido el respaldo del PP de Gipuzkoa cuyos compañeros le han dado en Twitter la enhorabuena y le han deseado “muchas felicidades” por su próximo enlace matrimonial.

El alcalde de Vitoria ha sido uno de los miembros del PP que ha defendido los matrimonios entre homosexuales a pesar de que su partido recurrió la ley que la regula ante el Tribunal Constitucional y ha reclamado públicamente que todas las personas con independencia de su condición sexual deben ser iguales ante la ley.

Los matrimonios homosexuales entre mujeres superan a los de hombres en Euskadi

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“¿Quieres libremente unir tu vida a Vanesa, formar con ella una unión afectiva y estable, y constituir así una nueva familia?”. Y Rosa dijo sí. Ocurrió en una gélida mañana de enero en el salón noble del Ayuntamiento de Vitoria. Las crónicas del momento cuentan que no hubo flores, ni invitados vestidos de lentejuelas y telas vaporosas. Sólo un momento íntimo en que las dos jóvenes se intercambiaron unas sencillísimas alianzas de plata con la emoción a flor de piel. La concejala de Igualdad del Consistorio gasteiztarra (del PP) leyó un aséptico fragmento de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y todo acabó. El asunto se despachó en unos minutos y las chicas salieron por la puerta de atrás para dar esquinazo a la prensa. Nada de aquello parecía una boda. Y en realidad, no, no lo era. Corría 2003 y el matrimonio entre personas del mismo sexo no estaba legalizado en España: el de Vanesa y Rosa fue la primera unión simbólica entre lesbianas celebrado en Euskadi. Harían falta dos años más para que lo simbólico, lo extraordinario, se convirtiera en realidad. En un derecho. En algo normal.

Han pasado ya casi diez años desde que España se colocara a la cabeza en la igualdad de derechos, al dar luz verde a las bodas entre gais y lesbianas. No fue un paso fácil, ni exento de polémica. La nueva norma se aprobó al calor de las protestas del Foro de la Familia, aquel paraguas donde encontraron refugio los sectores más conservadores de la sociedad, con la Iglesia y algunos barones del PP sosteniendo juntos las pancartas con las que se echaron a la calle para tratar de parar la tramitación de la norma. Pero, con casi del 70% de los españoles a favor de las bodas gais según las encuestas del CIS de entonces, el salto parecía inexorable. España entró en un reducido grupo de tres países, junto con Bélgica y Países Bajos, a los que poco a poco se han sumado hasta una veintena de naciones, con Irlanda como la última en llegar el pasado domingo, donde se reconoce el derecho.

Desde que aquel 3 de julio de 2013 entrara en vigor la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, 1.300 parejas homosexuales se han casado en el País Vasco, según los últimos datos disponibles del Eustat, que recogen aquellas ceremonias celebradas hasta el 31 de diciembre de 2014. De todas esas bodas celebradas desde entonces, 702 tuvieron a dos hombres como contrayentes, frente a las 592 restantes en que las dos fueron dos mujeres. Sin embargo, las tornas han cambiado y hoy son más las uniones lésbicas selladas en matrimonio que las formalizadas por hombres: de los 137 ceremonias civiles celebradas en el último año en Euskadi, 77 tuvieron dos novias como protagonistas.

Maternidad lésbica

Los colectivos LGTB atribuyen el ligero cambio de tendencia a la obligatoriedad de las madres lesbianas a estar casadas para poder inscribir a sus bebés, concebidos mediante técnicas de reproducción asistida, como hijos también de la madre no biológica. “Las ganas de casarse quizás sean más fuertes entre las mujeres, pero dudo que sea una explicación de efecto”, apunta Inmaculada Mujika, presidenta del Centro de Atención a Gays, Lesbianas y Transexuales Aldarte. “Si se ve el incremento de la maternidad lésbica con las bodas entre mujeres lesbianas, van paralelas. Esta es una motivación superfuerte para que todas las parejas de mujeres lesbianas para casarse, sobre todo entre las más jóvenes. Estamos convencidas de que es el elemento fundamental que está elevando la proporción sobre los matrimonios entre chicos”, explica la socióloga.

En efecto, la norma que regula el derecho de filiación en el Registro Civil de una criatura nacida en el seno de una familia homoparental, formada por lesbianas, deja claro que “ambas mujeres han de estar unidas por matrimonio”, además entre los requisitos apuntan que “el nacimiento del bebé ha de producirse mediante la aplicación de técnicas de reproducción asistida reguladas”. Y añade: “En el momento de la inscripción registral del nacimiento habrá que acreditar la utilización legal de estas técnicas de inseminación como origen de la concepción”.

Así, el elemento de la familia y, en concreto, el reconocimiento de los hijos como propios para ambas partes de la pareja parece ser fundamental a la hora de explicar el fenómeno, que lleva aparejado un evidente aumento en el número de bodas celebradas entre mujeres en los dos últimos años. “Si no tuviésemos la obligación de casarnos para registrar a nuestros hijos, el 50% de las parejas no lo haría”, señala Estibaliz Egidazu, presidenta de la Asociación de Madres y Padres Homosexuales Sehaska, con sede en Bilbao. “Nos casaríamos en el mismo porcentaje que lo hacen las parejas heterosexuales”, añade. “En mi caso, si no lo hubiera hecho, no sería reconocida como madre de mi hijo”, lamenta.

Con todo, desde el colectivo LGTB reconocen que la cifra de matrimonios homosexuales celebrados en el País Vasco “todavía es muy pequeña”. “Me temo que siguen siendo muy pocos en comparación al monto global de bodas y en comparación del nivel de parejas gais y lesbianas que existen”, sostiene Inmaculada Mújica. “De todos modos, son medidas que se ajustan al deseo y la realidad de las parejas homosexuales: muchas desean casarse y lo ponen en práctica y, otras muchas, no lo hacemos. También hay que poner en valor los razonamientos que nos llevan a defender el ‘no al matrimonio’ dentro del colectivo”, razona Mujika.

En el armario

Entre los motivos que los activistas esgrimen para explicar por qué gran parte de los homosexules deciden no casarse, lo que hace que las cifras no sean más altas (en España apenas 3.000 parejas se casan al año, según los datos del INE), se encuentra el hecho de que el matrimonio exige un reconocimiento público “al que muchas parejas no están preparadas”, señala Inmaculada Mujika. “Hay muchas dentro del armario, y el no querer renombrarse socialmente tanto… puede frenar ese deseo. Una boda no deja de ser un acto social y hay muchas parejas lésbicas que no están por la labor de verse tan señaladas”, abunda la socióloga. Ese ‘armario’ al que hace referencia la presidenta de Aldarte es compartido por hombres y mujeres, aunque en el caso de ellas, en algunos casos, las puertas que los separan con la aceptación plena sigue siendo todavía más difícil de franquear. “La visibilidad lésbica es mucho más limitada que la de los chicos. Las mujeres lesbianas no son tan públicas como los hombres gaies”, apunta.

En paralelo a la normalización de las bodas entre personas del mismo sexo, que se están enraizando en la sociedad vasca dentro del tiesto de la normalidad, crece el concepto de nuevas familias que, por otra parte, ya no son tan nuevas. “Hasta no hace tanto, reconocerse homesexual implicaba cerrarse en banda a la idea de tener familia. Había cierta contaminación cultural en este sentido”, apunta Estibaliz Egidazu. Pero hoy todo ha cambiado. “El hecho de haber trabajado tanto por la visibilidad, ha conseguido hacer caer barreras mentales y cada vez son más las parejas que deciden formar una familia, aunque los hombres lo tienen muchísimo más difícil, porque la gestación subrogada es ilegal en España”, reconoce la presidenta de Sehaska. A falta de datos, la activista está convencida de que el número de familias homoparentales sigue creciendo de forma exponencial con el paso de los años. “Es algo evidente, que se palpa y se ve en los encuentros que mantenemos cada año tanto a nivel estatal como a nivel europeo todos los años”, señala. Mamá y mamá. Papá y papá. Marido y marido. Mujer y mujer. O una pareja, sin títulos, ni adornos. “El gran paso es poder utilizar ese derecho en libertad”.