FAMILIA HOMOSEXUAL Historia de una niña con dos papás

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada. / JESSICA SCHEBLY

Luis y Denis son pareja desde hace más de 20 años y matrimonio desde hace tres. Son los padres de Ornella y los autores de Papá, papi y yo, el primer cuento en español sobre la historia de una niña nacida por gestación subrogada. “Creemos que el cuento es una historia de amor con final feliz, de personas que ayudan a otras personas que por alguna razón no pueden concebir. Se trata de una herramienta pedagógica y la mejor forma que encontramos de contribuir al desarrollo ético y moral de la sociedad”, dice Luis Moya. “Es un cuento que explica de forma clara a los niños y a los adultos qué es la gestación subrogada”, señala.

Luis y Denis esperan que su iniciativa ayude a normalizar a las familias como la suya y a muchas otras que no se ajutan al patrón tradicional de padre, madre e hijos. En España, la gestación subrogada (que una mujer geste el bebé y luego renuncie a su relación de maternidad) está prohibida y todavía hay críticas como la reciente del obispo de Córdoba, que opina que las técnicas de reproducción asistida son un “aquelarre químico de laboratorio”. “A nosotros no nos gustan las expresiones vientre de alquiler o madre biológica. Aquí no se alquila ningún vientre. Es una expresión ofensiva. Las mujeres que deciden gestar los hijos de otras personas lo hacen fundamentalmente motivadas por amor, para ayudar a otras personas a realizar su sueño de ser padres. Son niños fruto del amor, del de sus padres y del de la mujer gestante. Además, Ornella no tiene madre biológica. Tiene dos papás. Hay una gestante que la cuidó durante el embarazo y una donante que aportó su carga genética, como en muchos otros casos de reproducción asistida” afirma Denis Zamaro.

Una hermana para Ornella

Luis es profesor de Psicología en la Universitat de València; Denis profesor de italiano en la Escuela Oficial de Idiomas de Quart de Poblet (Valencia). Su hija nació en Estados Unidos gracias a la colaboración de Melissa, una funcionaria que vive en Springfield, a unas tres horas de Chicago, la misma mujer que ahora está embarazada de su segunda hija, Oriana, que nacerá a principios de marzo. “Tenemos un contacto permanente con Melissa por WhatsApp y Ornella la conoce gracias a Skype. Además, podrán conocerse personalmente cuando vayamos a Estados Unidos para asistir al parto de su hermana”, dice Luis. “Melissa es parte de nuestra vida y una persona muy importante a la que amamos y a la que estamos muy agradecidos. A ella y a su marido, que la ha apoyado siempre”, resalta.

La gestación subrogada está perfectamente regulada en Estados Unidos desde hace más de 30 años. Allí la ley exige que la gestante tenga al menos un hijo propio, que goce de buena salud y tenga hábitos saludables. Además, requiere que disfrute de unas condiciones socioeconómicas estables para evitar que lo hagan por necesidad económica, aunque suelen recibir una compensación de entre 20.000 y 25.000 euros, según agencias. Melissa, por ejemplo, que es funcionaria, vive en una casa de 180 metros cuadrados y tiene un nivel de vida medio alto.

Aunque es más caro, Denis y Luis eligieron tener a su hija en Estados Unidos por las garantías legales y sanitarias que ofrece. En la actualidad la gestación por sustitución está regulada también en el Reino Unido, Grecia, México, Rusia, Ucrania, Georgia y Kazajistán, pero excepto en el Reino Unido en todos los países está vetado a parejas homosexuales y solo en Estados Unidos se reconoce la filiación de los padres mediante sentencia judicial. Melissa, la persona gestante, no tiene ninguna vinculación legal con Ornella, la hija de Luis y Denis.

Luis reconoce que la gestación subrogada es un proceso caro y muy complejo. “Los gastos son muchos. Nosotros hemos invertido todo lo que tenemos, pero nada nos puede aportar mayor felicidad. Además, es todo muy complicado por los trámites burocráticos, médicos y legales. La distancia con la gestante lo hace todo aún más estresante”.

En España no hay registros oficiales, pero la Asociación de Familias por Gestación subrogada calcula que cada año nacen unos mil menores españoles con esta técnica en el extranjero, lo que supone una discriminación para las familias que no se lo pueden permitir económicamente. Por ello, la Asociación por la Gestación Subrogada en España, entre otras asociaciones, intenta poner en marcha una iniciativa legislativa popular que reúna el medio millón de firmas necesarias para que el Congreso de los Diputados debata este tema y regule una realidad que ya ha superado a la ley. De hecho, aunque la práctica sea ilegal en España, ya hay sentencias que obligan a registrar a los niños como hijos de dos padres, sin que en su documentación tenga que constar una madre.

Denis y Luis viajarán nuevamente en marzo a Chicago, con Ornella, para ver nacer a su segunda hija Oriana, pero esperan que pronto haya en España una ley que elimine, para otros padres, los obstáculos que han tenido que superar ellos. De momento, gracias a ellos, otros padres ya pueden encontrar en las librerías un cuento donde ver reflejada su familia.

Con textos sencillos, pero con un lenguaje muy didáctico, Papá, papi y yo, de Ediciones Bostezo, cuenta con las ilustraciones de Mercedes Balaguer. Por ahora solo se encuentra en castellano, pero sus autores ya se plantean la traducción a otros idiomas dada la gran acogida que ha tenido hasta el momento.

La “drag queen” musulmana que desafía las amenazas

Asifa Lahore abandera la campaña por la tolerancia de los gays en las comunidades islámicas del Reino Unido

“Ahora que el Reino Unido debate si marcharse de Europa, ahora que el Estado Islámico irrumpe en Europa, vamos a asegurarnos de que suena bien claro nuestro mensaje”… Asifa Lahore (antes “conocido” como Asif Quraishi) ha saltado de laescena nocturna a la escena política y social británica, rompiendo una lanza por la aceptación y tolerancia.

La primera “drag queen” musulmana del Reino Unido -nacida de inmigrantes paquistaníes en 1983 y en el barrio londinense de Southhall-, no pudo cumplir su máxima ambición en el 2015 pero se quedó bien cerca: “Mi sueño era habertomado el testigo de Conchita Wurst y haber convertido Eurovisión en Bollywood”.

Su canción, You and I, era un doble desafío a los cánones occidentales y musulmanes, después de su lanzamiento con Punjabi Girl, en un doble guiño a Lady Gaga y Madonna, vestida con una burka con los colores del arco-iris: “Soy una chica punjabi, en un mundo punjabi…”

Bajo su alegre y descocada fachada, sin embargo, se esconde una larga década de opresión y depresión, hasta que finalmente pudo salir del armario y reafirmar su identidad: “Desde bien niño supe que era gay y que era musulmán, pero no encontraba la manera de conciliar esa doble identidad”.

En sus shows en directo recuerda las tribulaciones de su familia, cuando iban con el niño/niña de la consulta del médico a la mezquita, buscando la respuesta que no acababa de caer del cielo: “El médico le decía a mis padres que lo que me pasaba era perfectamente “natural”, pero en la mezquita insistían en que tenía que dejar de ser “gay”… o dejar de ser musulmán”.

Asifa lee regularmente el Corán y cumple a rajatabla el Ramadán, como bien pudieron comprobar el millón largo de británicos que vieron Musilim Drug Queens, el documental del Canal 4 que la lanzó definitivamente a la fama y que le puso en disparaddero de la intolerancia.

Dese su aparición televisiva no dejó de recibir insultos y amenazas, por email o en las redes sociales: “Te haces llamar musulmán, pero deberías avergonzarte de ti mismo y tendrían que matarte… Vamos a buscarte y te vamos a matar, como lo haría el Isis… No hay lugar para las “drags” en el islam, lo que necesitamos es aplicar la ley sharia”.

“Recibí amenazas de muerte, pero decidí mandarlas todas al carajo y seguir poniéndome guapa”, presume Asifa Lahore. “Soy británica, soy musulmán, soy hombre y soy mujer, y amo lo que soy… Me pueden disparar o clavar un cuchillo, pero al menos habré vivido para dar voz a miles de musulmanes en todo el mundo que llevan una vida invisible”.

Distinguida en su día con la medalla de bronce en el concurso Drag Idol UK, Asifa se ha convertido en los últimos años en una presencia habitual en la escena “gay” y en el rostro más visible entre las comunidades asiáticas del sur de Londres. Su salto sin red como cantante ha venido acompañado de un papel cada vez más activo y sonoro en las comunidades musulmanas.

Censurada en un debate

Su presencia fue sin embargo censurada durante un debate en la BBC 3 sobre la libertad de expresión en la Mezquita Central de Birmingham. Asifa respondió a los organizadores plantándose con su propia pancarta: “¿Cuándo será finalmente aceptado ser gay y ser musulmán?”.

En su última reencarnación, Asifa es la “Curry Queen”, convertida en la reina global de la comunidad “gayasian” y reclamando el derecho de las minorías étnicas a expresar libremente su sexualidad, sin miedo a los tabús culturales y religiosos…

“Cuando hice mi primer espectáculo de cabaret drag y salí vestida con un burka, la gente no sabía realmente cómo tomárselo”, confiesa Asifa al Huffington Post. “No estaban seguros si reírse podía resultar ofensivo. Tuve que trabajar duro para “refinar” mi actuación y poder agradar a la propia comunidad, y extender al mismo las fronteras y la percepción de los musulmanes entre los gays, las lesbianas, los bisexuales y los transexuales”.

La candidata transexual que Bolivia rechazó impulsa la Ley de identidad de género

Rayza Torrani García, la principal impulsora de la Ley de identidad de género

Rayza Torrani García, la principal impulsora de la Ley de identidad de género. | Imagen cedida a eldiario.es.

Un giro vital. Es lo que ha experimentado Rayza Torriani, la que es ahora la transexual más influyente de Bolivia y la principal impulsora de la Ley de identidad de género en su país. Una ley, que tras años de lucha por parte de los colectivos,  ha sido presentada por el Gobierno en un proyecto de ley y que se encuentra ahora a expensas de una aprobación definitiva.

Torriani saltó de la calle a los despachos. Pasó del anonimato de la noche al reconocimiento de la vida pública. A la carrera política. Su bandera: la defensa de los derechos humanos.

“Yo hago las cosas para las que ahora me dan palos, para las que me critican”, explica Rayza, defendiéndose de las críticas que vierten sobre ella algunos sectores LGTB. “Yo defiendo a todos aquellos que son discriminados, no solo a los LGTB”, sentencia la activista.

Su labor ha revolucionado a una parte importante de la sociedad boliviana. Creó la red Trébol en 2006, la primera red de mujeres transexuales del estado plurinacional que nació inspirada por lo que la activista escuchó dos años antes durante un viaje a Argentina, donde acudió como invitada a un evento de la Red Latinoamericana de Mujeres Transexuales.

“Para mí, antes la noche era el día y el día era la noche. Por la noche tenía que arreglarme y ponerme divina para poder ir a una esquina a vender mi cuerpo”, explica la trans a eldiario.es mientras recuerda sus inicios. “Mi vida dio un cambio radical y Argentina fue el punto de inflexión”, puntualiza. “En el evento de la red trans veo que hay otra manera de hacer las cosas y es entonces cuando tomo la decisión de cambiar y me comienzo a capacitar como activista y futura directora”, cuenta la líder transexual.

En 2014 sus labores como activista en favor de los derechos humanos ya eran reconocidas en toda Latinoamérica. Torriani había conseguido soporte social y apoyo en los sectores LGTB. Y a parte de crear la red trans en su país -La Red Trébol-, había formado también la primera red de mujeres transexuales que vive con VIH en Bolivia.

Fue entonces cuando, tras su influencia en la resolución positiva de un caso de agresión xenófoba, Torriani fue invitada a participar en las listas electorales del Partido Verde presentándose a la primera diputación por el departamento de Cochabamba. Pero las leyes bolivianas impidieron finalmente su postulación.

Bolivia discrimina a las personas trans

La activista transexual, todavía no tiene el cambio de género reconocido legalmente. En su documentación aparece el nombre de varón con el que nació, que le impidió presentarse como candidata a las elecciones. “Yo en el fondo temía que eso pudiera pasar”, cuenta Torriani, aunque sostiene que “confiaba en que las instituciones aceptaran la candidatura como varón”.

Las leyes bolivianas exigen, hasta el momento, que los candidatos varones estén en posesión de la tarjeta militar. Un documento que acredita que el postulante ha realizado el servicio militar público de manera voluntaria. Torriani, como mujer, no prestó sus servicios a las fuerzas del estado, algo que asegura “sería una tortura para cualquier persona transexual”. “La ley dice que hay que ser bien macho para ejercer el servicio militar”, puntualiza la líder del movimiento transexual.

“Me discriminaron desde el momento en el que no me dejaron inscribirme en el padrón electoral”, denuncia Torriani. “En ese momento se hizo público que no se respetaba la imagen de la persona en Bolivia”, recalca la activista.

Pero lejos de dejarla fuera del panorama político, el apoyo del Partido Verde y de los activistas en favor de los derechos humanos impulsaron la carrera de Torriani. “Esto ayudó”, cuenta, “soy la mujer que ha movido la causa transexual en Bolivia”, asegura.

“Como política he conseguido acceder a muchos despachos, reunirme con mucha gente”, explica Torriani, que ha negociado con varios partidos y ha conseguido llevar a la cámara legislativa la norma de identidad de género.

La batalla judicial del cambio de sexo

La Constitución boliviana en vigencia sanciona en el Artículo 14 inciso II la discriminación por razón de identidad de género, algo que no garantiza el cambio de sexo a las personas trans.

Hasta la implantación de la nueva ley, cambiar de sexo de manera oficial en el país latinoamericano solo puede conseguirse a través de la vía judicial. Un camino que supone un largo proceso y que según datos recopilados por la prensa del país solo han conseguido finalizar seis personas desde 2006.

La propuesta de ley impulsada por Torriani conlleva que el cambio de sexo se convierta en un trámite administrativo, abandonando así la vía judicial. Un trámite, en el que según los datos de las asociaciones bolivianas LGTB, están interesadas por el momento más de  1.085 ciudadanos.

“Los requisitos ya no serán tan tediosos”, explica la propulsora. Según su propuesta, solo haría falta el carnet de identidad, un certificado de nacimiento, fotografías del cambio físico y un informe psicológico en el que se especifique el tratamiento hormonal que se ha seguido la persona solicitante.

“Cuando se apruebe la ley primero quiero que cinco mujeres trans se cambien el nombre”, explica Torriani. “Cuando cinco ya lo hayan hecho, entonces lo haré yo”, sentencia la activista.

Ex Presidente José Mujica admite haber realizado prácticas homosexuales durante su tiempo en reclusión

CNN – En declaraciones a nuestra Agencia, el ex Presidente uruguayo admitió que durante los años que pasó en prisión realizó prácticas homosexuales.

josé mujica

Si bien no puedo definirme como homosexual, la soledad y falta de cariño en aquellos momentos pegaba muy duro. Por ello no teníamos más opción que ser cariñosos entre nosotros.
El famoso ex presidente, que paso aproximadamente 14 años en prisión durante la dictadura militar uruguaya, dijo que las reglas de la vida diaria de reclusión imponían “alternar el ser pasivo y activo”.
Estas prácticas fueron muy comunes entre los presos políticos uruguayos y afirma Mujica que hoy sale a decir esta verdad “para que el pueblo uruguayo y de todo el mundo tome conciencia del drama que es la privación de libertad”.
Preguntado si luego de liberado continuó con esas prácticas, Mujica admitió que el y su esposa son muy liberales en cuanto a la sexualidad y que ambos pueden hoy definirse como bisexuales.

 

“Demasiado mayor para ser transexual”

Verónica, transexual a la que la Generalitat catalana le niega la vaginoplastia

Verónica, transexual a la que la Generalitat catalana le niega la vaginoplastia

A Verónica no le permiten terminar el proceso de cambio de sexo porque “ya es demasiado mayor para ser transexual”, dice esta mujer de 52 años. Llevaba seis años en una lista de espera para ser sometida a una vaginoplastia -cirugía para modificar los genitales- y asegura que en abril le confirmaron que había sido excluida.

“Me tenían que haber operado en 2013, terminó el año y tampoco me intervinieron. Cuando preguntaba sobre el retraso de la intervención, me respondían que la culpa la tenía la crisis. Pero vi que una chica más joven, que llevaba menos tiempo esperando, sí que era operada”, recuerda esta colombiana que lleva 15 años viviendo en Barcelona. “Desde pequeña quería ser mujer, en Colombia no tuve la oportunidad, pero cuando llegué aquí sentí más libertad. Hace siete años comencé la transición de género”.

Al final, este año le confirmaron la decisión que preveía: no iba a ser intervenida porque su edad “no permite garantizar el resultado óptimo esperado tras la cirugía”, señalan las especialistas de la Unidad de Identidad de Género del Hospital Clínic (Barcelona) en un informe emitido en febrero al que ha tenido acceso eldiario.es.

Asimismo estas profesionales justifican la negativa esgrimiendo que “la paciente no trabaja y tiene pocos recursos económicos” y también consideran destacable que Verónica no cuente con apoyo familiar ya que, según señalan en este documento, “no puede tener el soporte social y/o familiar para los cuidados del postoperatorio”.

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nforme emitido en febrero del 2015 por la Unidad de Identidad de Género del Hospital Clínic

El Observatorio catalán contra la homofobia considera que esta mujer está siendo discriminada y por eso su presidente denunció su caso ante el Defensor del Pueblo catalán (Síndic de Greuges). Esta institución ha dado la razón a la paciente en una resolución emitida a finales de octubre que desmonta las argumentaciones de la administración, solicita al Departamento de Salud que revise este caso y cuestiona que no se haya puesto en duda “hasta ahora” la inclusión de la paciente en la lista de espera.

Por un lado, el Defensor recuerda que los seis años que ha estado esperando a ser intervenida “no son imputables a la paciente” y que el paso del tiempo “ha jugado en su contra, de tal forma que ha supuesto su exclusión”.

Por otro, se pronuncia sobre la falta de entorno social y recursos económicos a los que hacen referencia las especialistas. Recuerda que durante estos años Verónica ha contado con el acompañamiento de  ACATHI (Asociación catalana por la integración de homosexuales, bisexuales y transexuales inmigrantes) y que esta organización “estaría dispuesta a ofrecerle apoyo postquirúrgico” y “asumir el coste del material”.

El Departamento de Salud ha señalado a eldiario.es que la exclusión se debe a “criterios médicos” y no ha confirmado que vaya a revisar el caso.

“Llevo seis años con mi vida paralizada a la espera de ser operada. No me he ido a otras ciudades en las que tenía opciones de encontrar trabajo para no cancelar el procedimiento médico porque nunca me llegué a imaginar que iba a ser excluida de la lista de espera”, añade esta mujer. Para ser incluida en el programa quirúrgico, Verónica estuvo siguiendo un tratamiento en la Unidad de Identidad de Género durante dos años, 12 meses de tratamiento hormonal y 12 meses de experiencia real.

“Se está vulnerando la ley contra la homofobia”

El presidente del Observatorio catalán contra la homofobia considera que en este caso no se están respetando los derechos sexuales y, por lo tanto, no se está cumpliendo la ley contra la homofobia aprobada por el Parlamento catalán. “Creemos que denunciar esta situación ante la Administración no iría a ningún sitio porque son los mismos que han excluido a Verónica. Por eso, decidimos iniciar un procedimiento ante el Defensor del Pueblo”, apunta Eugeni Rodríguez, portavoz de este organismo.

Aunque la vaginoplastia no está incluida en la cartera del Servicio Nacional de Salud, el Defensor recuerda que “esta operación forma parte de la cartera de prestaciones complementarias que puede ofrecer una comunidad autónoma”. Al año en Cataluña se realizan ocho intervenciones de este tipo y hay una lista de espera de 187 pacientes. Por lo tanto, Verónica reivindica que no es una “batalla” personal. “Hay muchas personas del colectivo LGTB en la misma situación”, recuerda. Añade que van a seguir protestando, han comenzado una r ecogida de firmas en Change.org y no descartan manifestarse en la calle contra el Departamento de Salud.

Más de la mitad de los menores homosexuales han sufrido algún tipo de acoso en las aulas

Advierten de que este problema se prolonga durante años y permanece invisible en la mayoría de los casos

MADRID – Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufren acoso escolar por orientación sexual, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), que urge a abordar con seriedad este problema que se prolonga años y que permanece invisible en la mayoría de los casos.

El porcentaje de acoso es superior en el caso de los niños transexuales, y un triste ejemplo de ello es Alan, que se suicidó hace unos días por “la presión e incomprensión” que sufría en el ámbito escolar, a pesar de contar con el apoyo de la familia y haber obtenido la autorización de un juez para cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales. El presidente de la Federación, Jesús Generelo, asegura que al menos el 55% de los jóvenes LGTB afirmaron, en un estudio realizado por este colectivo, haber sufrido algún tipo de violencia psicológica o física en el ámbito educativo.

VÍCTIMAS DESDE LOS 5 AÑOS “Hicimos otra investigación para saber las consecuencias sobre la salud de los chicos acosados y con una muestra sobre 700 jóvenes que lo sufrieron concluyó que el 43% idearon el suicidio, el 35% lo prepararon con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión”, explica Generelo, quien recuerda que estas cifras duplican las cifras de riesgo de suicidio de la población de adolescentes en general. El mayor porcentaje de acoso se da entre los 12 y 15 años, pero la federación tiene datos de víctimas desde la temprana edad de 5 años. En el caso de los niños transexuales, destaca que el porcentaje de víctimas de acoso es superior porque “son víctimas más visibles, y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”.

“En el colegio, les llaman con el nombre equivocado o se les viste con el uniforme equivocado, usan unos vestuarios en los que no se sienten cómodos; es una permanente puesta en cuestión de lo que se espera de ellos”. “Es exigirles que tengan mucha fortaleza, que aguanten heroicamente y que perseveren en lo que ellos saben que está equivocado”, asegura Generelo. Además, algunos de los jóvenes transexuales “no quieren ir al médico porque allí también se les llama con un nombre diferente con el que las familias les conoce, si lo tiene ya aceptado”.

Para superar estos obstáculos, el presidente de la Felgtb reclama una ley integral de la transexualidad que garantice “que no son personas enfermas, sino que el daño viene del entorno”. – Efe

Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufre acoso escolar

La pasada Nochebuena un joven transexual se suicidió en Barcelona por “la presión e incomprensión en el ámbito escolar”. Un estudio de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, sobre una muestra de 700 menores acosados por su orientación sexual, asegura que el 43% pensaron en el suicidio.

SOCIEDAD ALAN TRANSEXUAL QUE SE HA SUICIDADO CAPTURAS DE LA WEB DE CHRYSALLIS ASOCIACION DE FAMILIAS DE MENORES TRANSEXUALES

Imagen de Alan, el joven transexual que se quitó la vida la pasada Nochebuena.

MADRID.- Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufre acoso escolar por orientación sexual, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), que urge a abordar con seriedad este problema que se prolonga años y que permanece invisible en la mayoría de los casos.

El porcentaje de acoso es superior en el caso de los niños transexuales, y un triste ejemplo de ello es Alan, que se suicidó hace unos días por “la presión e incomprensión” que sufría en el ámbito escolar, a pesar de contar con el apoyo de la familia y haber obtenido la autorización de un juez para cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales.

El presidente de la Federación, Jesús Generelo, asegura que al menos el 55% de los jóvenes LGTB afirmaron, en un estudio realizado por este colectivo, haber sufrido algún tipo de violencia psicológica o física en el ámbito educativo.

“Hicimos otra investigación para saber las consecuencias sobre la salud de los chicos acosados y con una muestra sobre 700 jóvenes que lo sufrieron concluyó que el 43% idearon el suicidio, el 35% lo prepararon con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión”, explica Generelo, quien recuerda que estas cifras duplican las cifras de riesgo de suicidio de la población de adolescentes en general.

El mayor porcentaje de acoso se da entre los 12 y 15 años, pero la federación tiene datos de víctimas desde la temprana edad de 5 años. En el caso de los niños transexuales, destaca que el porcentaje de víctimas de acoso es superior porque “son víctimas más visibles, y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”.

“En el colegio, les llaman con el nombre equivocado o se les viste con el uniforme equivocado, usan unos vestuarios en los que no se sienten cómodos; es una permanente puesta en cuestión de lo que se espera de ellos”. “Es exigirles que tengan mucha fortaleza, que aguanten heroicamente y que perseveren en lo que ellos saben que está equivocado”, asegura Generelo.

Además, algunos de los jóvenes transexuales “no quieren ir al médico porque allí también se les llama con un nombre diferente con el que las familias les conoce, si lo tiene ya aceptado”.

Para superar estos obstáculos, el presidente de la Felgtb, que agrupa a los principales colectivos homosexuales de España, reclama una ley integral de la transexualidad garantice “que no son personas enfermas, sino que el daño viene del entorno”.

A su juicio, la norma debería establecer la creación de unidades de tratamiento o de identidad de género en el ámbito sanitario “y no de trastorno”, además de establecer “el derecho a la autodeterminación de la identidad para todos, para que no tenga que ser un médico después de dos años el que decida la identidad del joven”.

“La ley debe unificar el tratamiento que se da a estas personas en toda España, establecer un mismo criterio educativo y formar a funcionarios, trabajadores sociales y otros profesionales para que conozcan esta realidad y les sepan dar la atención que merecen”, añade.

Para el responsable de la Federación, “es un problema de una gravedad inmensa, generalizado en todas las comunidades autónomas y no se está abordando con la seriedad y la estructuración que requiere”, ha añadido. “No se puede abordar la lucha contra este acoso por los casos que surgen, porque eso sólo es la punta del iceberg. Debe hacerse de manera preventiva y con criterios de identidad de género”.

En este sentido, plantea que “los alumnos en general deben saber que se trata de una circunstancia que parte de la diversidad humana y que debe ser respetada y los alumnos LGTB han de saber que tienen unos derechos y que no es normal recibir insultos y percibir esa sensación de marginalidad”.

Según la encuesta de la Felgtb, la violencia verbal -burlas, insultos o rumores- afecta a un 64% y normaliza una violencia de tipo psicológico que degrada y menosprecia al menor por el hecho de ser LGTB.

Le sigue, por la incidencia, la violencia social -mecanismos de rechazo, exclusión y aislamiento hacia la persona por parte del grupo- que la sufren hasta un 37% a los que se les impide su participación y un 39% a los que no se les deja hablar o se les ignora.

Respecto a la violencia física, el 5% dice haber recibido palizas, un 6% acoso o agresiones sexuales, un 23% amenazas, a un 36% le han tirado cosas, ha recibido golpes o empujones y un 14% ha sufrido algún tipo de violencia por el hecho de ser homosexual a través de internet o móvil.

Más de la mitad de los jóvenes homosexuales han sufrido acoso en las aulas EFE – Madrid 30/12/2015 – 12:27h

Más de la mitad de los jóvenes homosexuales sufren acoso escolar por orientación sexual, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb), que urge a abordar con seriedad este problema que se prolonga años y que permanece invisible en la mayoría de los casos.

El porcentaje de acoso es superior en el caso de los niños transexuales, y un triste ejemplo de ello es Alan, que se suicidó hace unos días por “la presión e incomprensión” que sufría en el ámbito escolar, a pesar de contar con el apoyo de la familia y haber obtenido la autorización de un juez para cambiar su nombre en el DNI y en los documentos oficiales.

El presidente de la Federación, Jesús Generelo, asegura a Efe que al menos el 55 por ciento de los jóvenes LGTB afirmaron, en un estudio realizado por este colectivo, haber sufrido algún tipo de violencia psicológica o física en el ámbito educativo.

“Hicimos otra investigación para saber las consecuencias sobre la salud de los chicos acosados y con una muestra sobre 700 jóvenes que lo sufrieron concluyó que el 43 por ciento idearon el suicidio, el 35 por ciento lo prepararon con algún detalle y el 17 por ciento lo había intentado en alguna ocasión”, explica Generelo, quien recuerda que estas cifras duplican las cifras de riesgo de suicidio de la población de adolescentes en general.

El mayor porcentaje de acoso se da entre los 12 y 15 años, pero la federación tiene datos de víctimas desde la temprana edad de 5 años.

En el caso de los niños transexuales, destaca que el porcentaje de víctimas de acoso es superior porque “son víctimas más visibles, y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”.

“En el colegio, les llaman con el nombre equivocado o se les viste con el uniforme equivocado, usan unos vestuarios en los que no se sienten cómodos; es una permanente puesta en cuestión de lo que se espera de ellos”.

“Es exigirles que tengan mucha fortaleza, que aguanten heroicamente y que perseveren en lo que ellos saben que está equivocado”, asegura Generelo.

Además, algunos de los jóvenes transexuales “no quieren ir al médico porque allí también se les llama con un nombre diferente con el que las familias les conoce, si lo tiene ya aceptado”.

Para superar estos obstáculos, el presidente de la Felgtb, que agrupa a los principales colectivos homosexuales de España, reclama una ley integral de la transexualidad garantice “que no son personas enfermas, sino que el daño viene del entorno”.

A su juicio, la norma debería establecer la creación de unidades de tratamiento o de identidad de género en el ámbito sanitario “y no de trastorno”, además de establecer “el derecho a la autodeterminación de la identidad para todos, para que no tenga que ser un médico después de dos años el que decida la identidad del joven”.

“La ley debe unificar el tratamiento que se da a estas personas en toda España, establecer un mismo criterio educativo y formar a funcionarios, trabajadores sociales y otros profesionales para que conozcan esta realidad y les sepan dar la atención que merecen”, añade.

Para el responsable de la Federación, “es un problema de una gravedad inmensa, generalizado en todas las comunidades autónomas y no se está abordando con la seriedad y la estructuración que requiere”, ha añadido.

“No se puede abordar la lucha contra este acoso por los casos que surgen, porque eso sólo es la punta del iceberg. Debe hacerse de manera preventiva y con criterios de identidad de género”.

En este sentido, plantea que “los alumnos en general deben saber que se trata de una circunstancia que parte de la diversidad humana y que debe ser respetada y los alumnos LGTB han de saber que tienen unos derechos y que no es normal recibir insultos y percibir esa sensación de marginalidad”.

Según la encuesta de la Felgtb, la violencia verbal -burlas, insultos o rumores- afecta a un 64 por ciento y normaliza una violencia de tipo psicológico que degrada y menosprecia al menor por el hecho de ser LGTB.

Le sigue, por la incidencia, la violencia social -mecanismos de rechazo, exclusión y aislamiento hacia la persona por parte del grupo- que la sufren hasta un 37 por ciento a los que se les impide su participación y un 39 por ciento a los que no se les deja hablar o se les ignora.

Respecto a la violencia física, el 5 por ciento dice haber recibido palizas, un 6 por ciento acoso o agresiones sexuales, un 23 por ciento amenazas, a un 36 por ciento le han tirado cosas, ha recibido golpes o empujones y un 14 por ciento ha sufrido algún tipo de violencia por el hecho de ser homosexual a través de internet o móvil.

“Lo de Alan no es un suicidio, es un asesinato social”

BARCELONA 27 12 2015  Sociedad   Concentracion por el suicidio de un transexual de 17 anos por acoso escolar          FOTO de RICARD CUGAT

Concentracion por el suicidio de un transexual de 17 años por acoso escolar

En un ambiente de rabia y tristeza, un millar de personas se concentró este domingo en la plaza de Sant Jaume para recordar aAlan, el menortransexual de 17 añosque se suicidó la víspera de Navidad, y para exigir a la sociedad que plante cara ante la transfobia y evite más casos como el suyo. “No es un suicidio, es un asesinato social”, rezaba un manifiesto que se leyó dos veces.

La concentración fue convocada por Chrysallis, asociación que agrupa a familias de menores transexuales, y que la familia de Alan descubrió hace solo un mes. “No le pudimos ayudar pero él nos ayudará mucho”, afirmaba la presidenta de la entidad, Natalia Aventín. Los congregados encendieron velas y guardaron cinco minutos de silencio y estuvieron allí más de una hora y media.

Alan había logrado hace un mes modificar, vía decisión judicial, su DNI. Casi un hito, a la vista de que solo 25 menores lo han conseguido en España: por ley hay que ser adulto y llevar dos años en tratamiento de hormonación. Pero no fue suficiente para paliar todo el dolor de Alan. El menor había sufrido acoso en varios centros, también en el último al que llegó, en Sant Cugat. Allí, lamentaban en la concentración varios participantes, sufrió el acoso por parte de tres chicas.

De hecho estaba ingresado por depresión. Le dejaron salir para las fiestas navideñas, aunque según alguna versión si no le volvieron a ingresar el mismo 24 de diciembre fue por falta de camas. Muchos de los asistentes consideraban que se podía haber hecho más, empezando por el colegio. Fuentes de Ensenyament, el colegio y la familia estaban en contacto para abordar el problema del acoso escolar. Y agregan que se había fijado una reunión para después de las vacaciones navideñas y no antes porque el menor estaba ingresado.

LA PRIMERA Y ÚLTIMA NAVIDAD

“Esta era la primera Navidad que Alan vivía de acuerdo a su identidad. Era también la primera en la que celebrar un DNI recién estrenado. Pero, trágicamente, ha resultado ser la última. La transfobia en el ámbito escolar ha podido con Alan. Sufrió mucha transfobia a lo largo de su vida; como su madre dice, lo ocurrido no es resonsabilidad de una sola persona, sino que cada día durante años, alguien se ocupó de que supiera que su diversidad no era aceptada. Entre todos le mataron. No ha sido un suicidio, sino un asesinato social”, explicaba el comunicado que se leyó, que subrayaba que las personas transexuales y sus familias sufren de forma cotidiana “actos de microviolencia tanto social como institucional que se acumulan y que, como le pasó a Alan, se convierten en una carga insoportable”.

Los padres de Alan no acudieron a la concentración. Por la mañana, hubo un velatorio en el tanatorio de Rubí al que acudieron algunos miembros de Chrysalis. Luego, ya en la intimidad familiar, el cuerpo fue llevado al crematorio. A la concentración acudieron representantes de algunos partidos y la secretaria de Família, de Benestar Social i Família, Dolors Gordi.

Los frentes de batalla del colectivo transexual y de sus familiares son varios. Por un lado, la ignorancia general sobre su situación. Por otro, las trabas administrativas para lograr un cambio de documentación, que puede resultar clave para algunos menores (y adultos). Pero sobre todo, la protección de los transexuales frente a agresiones de todo tipo. “Desde Chrysallis, exigimos a los poderes públicos, a las administraciones educativas y sanitarias, a los encargados de registros civiles, a los grupos parlamentarios y partidos políticos, y en general a toda la sociedad, que se proteja a los menores transexuales, haciendo que se reconozca y respete su identidad sexual”, proseguía el comunicado, que concluía así: “La transfobia nos mata a todos.Todos somos Alan”.

El acoso escolar: un obstáculo más para los menores transexuales

Un 90% de estos menores se sienten discriminados, un 40% ha pensado en el suicidio y un 20% lo ha intentado, según datos del Colectivo LGTB

Todavía hay institutos en los que adolescentes gritan “¡Viva Franco!”. Todavía hay jóvenes que creen que “la transexualidad es una enfermedad que se cura”.

Estas opiniones no desentonaban en los años en los que Mané Fernández Noriega empezó a luchar por los derechos LGTB. Ahora, es el portavoz de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales y hace talleres sobre transexualidad en institutos. La intolerancia sigue ahí y Fernández Noriega lamenta que la política no ayude a erradicarla: “No podemos tener comunidades donde las personas transexuales tengan reconocidos algunos derechos y comunidades autónomas donde las personas transexuales no tengan reconocido ningún derecho. Todas las personas transexuales en España tenemos que tener los mismos derechos“.

Una sociedad que no se preocupa por los derechos de los transexuales es cómplice de la transfobia. Así lo cree Eugeni Rodriguez, Presidente del Observatorio contra la Homofobia de Cataluña: “Esa insuficiencia hace que se banalice la transfobia. Existe esa España de pandereta donde en todos los colegios hay un ‘mariquita’ o un transexual del cual nos reimos y no pasa nada”.

Los datos del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid le dan la razón: un 90% de estos menores se sienten discriminados. Un 40% ha pensado en el suicidio y un 20% lo ha intentado. Otros ni siquiera piden ayuda. Ese porcentaje es el que preocupa a Isidro García, trabajador social y sexólogo de la Fundación Daniela: “Solamente un 17% de los chavales que sufren acoso escolar se lo cuenta a a un adulto. Ahí está el problema. Es complicado identificar el problema e intervenir“. La Fundación Daniela trabaja con más de 150 familias y más de 70 jóvenes. Son afortunados porque tienen apoyo familiar y profesional para conseguir que se reconozca su identidad sexual. Pero eso no quita que los adolescentes trans vivan con preocupación el acoso en las aulas. Allí se suspende en tolerancia.