Ocaña, andaluz intermitente

Fue un andaluz que, acosado por intolerancia en su Cantillana natal de los 70, alguna vez tuvo la tentación de dejar de serlo, pero cuyas raíces estaban tan presentes en todo lo que hacía y todo lo que pensaba que su obra no puede entenderse plenamente sin tener en cuenta esas claves rabiosamente andaluzas de su identidad.

'El velatorio', uno de los cuadros emblemáticos de Ocaña

‘El velatorio’, uno de los cuadros emblemáticos de Ocaña.

Formado artística e intelectualmente en la Barcelona de la Transición, donde el cineasta Ventura Pons habría de retratarlo en el ya mítico documental ‘Ocaña, retrato intermitente’, el polifacético pintor de Cantillana regresa artísticamente a su Andalucía natal para quedarse. Durante mucho tiempo, Ocaña fue en cierta manera un andaluz intermitente, no para sí mismo, pero sí para sus paisanos. Pero eso se acabó. Muy pronto abrirá sus puertas un museo dedicado a su obra y el próximo fin de semana se inaugura una exposición suya.

La localidad cordobesa de Castro del Río será, en efecto, la sede de la primera gran exposición del pintor José Pérez Ocaña, después de décadas sin organizarse una exposición completa, de todas sus épocas. En 2015 se celebrarán tres grandes exposiciones en Andalucía. La primera tendrá lugar en la localidad cordobesa gracias a la apuesta por la cultura andaluza de su ayuntamiento en colaboración con la cooperativa cultural Atrapasueños y la generosidad de los herederos del pintor.

El ayuntamiento ha ofrecido un espléndido enclave, como es la Antigua Capilla de San Acisclo y Santa Victoria. Precisamente la última exposición de Ocaña fue en una ermita de Barcelona, titulada La primavera. Recordando esa última exposición, esta antigua capilla será decorada con la obra de Ocaña y con elementos realizados por los niños y las niñas del colegio CEIP La Esperanza de Cantillana, localidad natal del pintor. Un gran acontecimiento cultural que se inaugura el 17 de abril con la presencia de familiares, amigos y la conferencia del especialista profesoer José Naranjo Ferrari, comisario de la exposición junto al escritor y editor Joaquín Recio. Así se presenta La primavera andaluza de Ocaña.

35 CUADROS

La exposición contiene 35 cuadros y una figura grande en papel maché. La obra expuesta desarrolla la vida del pintor en todas sus facetas y temáticas (autoretratos, mujeres, mantoneras, vírgenes, personas desvalidas, amor homosexual…).

Muchas de estas obras llevan años sin ser expuestas y otras nunca han sido admiradas por el gran público. De la selección destaca sin duda ‘El velatorio’, obra de grandes dimensiones pintada en 1977 donde el pintor se sitúa muerto en un velatorio rodeado de sus amigos (reales). También se podrá disfrutar del conocido ‘Autorretrato con sombrero’ (que diera tanto que hablar en la exposición de Ocaña organizada en Córdoba por Julio Anguita a la muerte del pintor), o ‘La luna’, que ha sido motivo de inspiración de otros artistas.

Cartel de la exposición de Castro del Río.

Cartel de la exposición de Castro del Río.

De la acuarela al acrílico, del pastel al óleo, todas las técnicas sobre variados soportes (tela, madera o papel reciclado) “nos llenaran los sentidos de vida y alegría”, tal como quería Ocaña que viéramos los años tristes de la dictadura. De hecho, destaca una serie de una detención y tortura, en la que los estudiosos han identificado al propio Ocaña, que fue detenido varias veces por su actitud libre y rebelde en Barcelona.

EL MUSEO DE CANTILLANA, A PUNTO

Actualmente, tras dos años de trabajo, se está preparando la exposición permanente e inauguración del Museo Ocaña en su Cantillana natal. Y este ciclo expositivo ‘La primavera andaluza de Ocaña’ es el prólogo precisamente a esa gran cita que tendrá la cultura catalana y andaluza, universal, cuando por fin tenga, tras 32 de años después de su muerte, un lugar para ser conocido y revisitado.

José Pérez Ocaña, nacido en Cantillana, fue un homosexual reconocido y orgulloso de serlo que abandonó en 1971 su pueblo natal debido a la intolerancia, aunque siempre volvía a pasar temporadas donde se encontraba con su gente, sus ancianas, sus mujeres, sus amigos. Se trasladó a Barcelona, la ciudad ideal para expresar su arte y sus transgresoras ideas. Se declaraba anarquista (históricas sus perfomances durante las Jornadas Libertarias Internacionales de CNT de 1977 en el Parque Güell). Allí vivió en la Plaza Real, donde tenía un altar con una imagen de la Virgen de la Asunción llena de flores en el balcón, y conoció a artistas como Nazario y Copi. Vivió humildemente en una buhardilla barcelonesa, ejerciendo el oficio de pintor de brocha gorda para subsistir.

PÉREZ OCAÑA O LA LIBERTAD

Aunque su arte era apreciado por muchos, Pérez Ocaña destacó por su forma de vivir, por expresarse libremente sin atender a las posibles consecuencias de un país todavía anquilosado en unos valores arcaicos y peligrosos. Era un personaje típico de las Ramblas, se travestía sin ningún tapujo a plena luz del día, y vivía rodeado de los que le querían y entendían.

De vida muy original, Pérez Ocaña también encontró la muerte de la manera más sorprendente. Volvió a Cantillana, para celebrar unas fiestas de carnaval y reunirse con su familia, a la que adoraba. Pérez Ocaña confeccionó un disfraz de sol, con papel, tela y bengalas, que desafortunadamente se quemó, produciéndole quemaduras mortales. El 18 de septiembre de 1983 moriría en el hospital, una semana después de haberse quemado accidentalmente.

Alan Turing, descodificado

alan turing

Alan Turing

 

“Este es el manuscrito más fascinante que he tenido en mis manos”, explica Cassandra Hatton al referirse al cuaderno de trabajo de Alan Turing que se subasta este lunes en Bonhams Nueva York y que espera alcanzar una cifra de siete dígitos; un millón de dólares como mínimo. El trabajo del matemático británico se ha popularizado con el estreno de la película ‘El código Enigma’ y este cuaderno es, simplemente, diferente.

Hatton, responsable de Historia de la Ciencia y la Tecnología de Bonhams y experta en libros raros y manuscritos, ha manejado otras piezas de valor incalculable de Galileo Galilei, de Albert Einstein o de Albert Newton. Pero este es el primero de su lista. “Es algo que muy pocas personas han tocado alguna vez, que casi nadie sabía que existía”, dice Hatton satisfecha de poder compartir esta obra única con el público después de un año de inmersión entre sus páginas.

Tras dos horas mostrando el manuscrito y el funcionamiento de una máquina ‘Enigma’ empleada en la II Guerra Mundial, cuyo código consiguió romper Turing para descifrar los mensajes del ejército nazi -algo que en cierta medida alteró el destino del conflicto y salvó miles de vidas-, la experta sigue mostrándose feliz de explicar la grandiosidad del cuaderno.

Comprado en una papelería de Cambridge (Reino Unido), el manuscrito consta de 56 páginas y sus escritos se corresponden con los años 1942-1944, cuando Turing trabajaba en el complejo secreto de Bletchely Park para desentrañar el Código Enigma, según referencias en sus páginas. Considerado el padre de la Ciencia de la Computación, el matemático plasmó en ellas “cómo afrontaba los problemas, su método… es muy diferente a sus trabajos publicados y deja ver su personalidad”, resalta Hatton. Entre sus anotaciones, figura una en la que explica lo “extremadamente difícil” que le resulta entender una fórmula de Leibniz. El matemático pasó muchas horas analizando el trabajo del pensador alemán.

Porqué estaba escondido

Cuatro meses antes de que Turing se quitara la vida en 1954 -como consecuencia de un tratamiento hormonal que fue obligado a seguir para ‘curar’ su homosexualidad y así evitar la prisión-, el padre de la Ciencia de la Computación escribió sus voluntades y dejó sus trabajos a un matemático amigo, Robin Gandy.

En 1977 Gandy depositó los papeles de Turing en el Archivo del King’s College, pero se guardó este cuaderno cuyas páginas están divididas en dos partes claramente diferencias, de 26 y 27 páginas respectivamente comenzando, cada una de ellas, por un lado del cuaderno. Las que quedaron en blanco, sirvieron a Gandy como el mejor escondite para escribir su diario más íntimo. “Parece un apropiado disfraz que escriba estas notas entre las anotaciones de Alan, pero posiblemente es un poco siniestro”, apuntó el discípulo de Turing.

Hace dos años aproximadamente que se conoció la existencia de este manuscrito. A Bonhams y a Hatton llegó hace uno, cuando los clientes se pusieron en contacto para investigar sobre el documento. Parte del valor que alcance el cuaderno en la subasta será donado a obras de caridad, según la compañía.

Este lunes, además del manuscrito, también se subastará una máquina ‘Enigma’ de 1944, como las utilizadas por el ejército alemán durante la II Guerra Mundial, cuyo precio estimado está entre 140.000 y 180.000 dólares.

Con apariencia de una máquina de escribir tradicional, sus tripas esconden un sistema de cifrado que convierte las letras pulsadas en otras diferentes: las combinaciones son múltiples. Turing encontró la fórmula para leer ese código en tiempo récord y sin la guía de descrifrado.

Esta labor requería muchas ‘manos’, especialmente femeninas. “Aunque en la película parecen seis o siete personas, miles trabajaban contrarreloj para romper el código. Y eran, principalmente, mujeres”, explica Hatton. Se refiere a las WREN (‘Women’s Royal Naval Service’), que trabajaron en Bletchely Park.

No es de extrañar que junto a estas dos piezas, Bonhams subaste también una carta del siglo XIX escrita por Ada King, condesa de Lovelace y considerada la primera programadora.

La hija de Lord Byron escribió el algoritmo necesario para construir la primera computadora junto al matemático e ingeniero Charles Babbage con el que empezó a colaborar cuando tenía 18 años. La misiva de 1839 está valorada en 25.000-35.000 dólares.

Este lunes, en el centro de Manhattan un pedazo de la historia de la computación cambiará de manos. Queda por ver a qué precio.

Diez años de avances y retos

El ararteko expone a EL MUNDO los cambios en Euskadi a escasos días de dejar el cargo

El ararteko, Iñigo Lamarca, que dejará el puesto el próximo jueves, atiende a los medios de comunicación

El ararteko, Iñigo Lamarca, que dejará el puesto el próximo jueves, atiende a los medios de comunicación. EL MUNDO

Iñigo Lamarca ya cuenta con los dedos de una mano los días que le faltan para abandonar la Defensoría del Pueblo Vasco. El próximo jueves, el ararteko dejará la que ha sido su casa durante diez intensos años en manos de su adjunta, Julia Hernández, que se hará cargo de su cuidado hasta la llegada de su nuevo propietario, Manu Lezertua. Desde su cargo, Lamarca ha sido testigo en primera fila de una década de evolución en Euskadi. En todo este tiempo ha conocido avances en muchas áreas gracias a cambios de políticas públicas (impulsados en algunos casos desde su oficina) que han ido en «la buena dirección», pero que todavía están pendientes de pasos importantes. Con la mirada puesta en el pasado y en el futuro, el ararteko desglosa a EL MUNDO los diez principales ámbitos que han presentado avances en diferente grado durante su mandato (uno por cada año) y que por su proyección de futuro van a ser fundamentales abordar en la próxima década, marcando la intervención de su sucesor.

El fin de ETA y las víctimas de terrorismo

El cese de la violencia de ETA ha sido la noticia con mayúsculas de la década, si bien hay que exigir a ETA su disolución «desde la perspectiva de los derechos humanos» y para la consolidación de «los derechos humanos y los valores democráticos». En este ámbito, Lamarca estima que «aún queda un amplio recorrido» para que «los derechos que a todas las víctimas del terrorismo les reconoce el ordenamiento jurídico, y en especial la ley vasca 4/2008, sean reales y efectivas».

La diversidad afectivo-sexual en las escuelas

El informe del ararteko sobre valores de los menores de edad, publicado en 2009, destapó la existencia de ideas y actitudes homófobas en un 15% de niños y adolescentes. Desde el punto de vista de los derechos humanos, Lamarca ve necesario trabajar en la escuela vasca en valores de respeto a la diversidad afectivo-sexual, así como a la diversidad de tipos de familias. A este respecto, celebra que la Administración vasca «ha sido sensible a esta realidad y ha puesto en marcha iniciativas», en el marco del servicio público Berdindu, para abordar estos temas en las aulas.

Gestión de RGI. Lucha contra la exclusión social

El estallido de la crisis, con el consiguiente aumento de las solicitudes de las diferentes ayuda sociales, y el no óptimo cambio del modelo de gestión a comienzos de 2012 a manos de Lanbide produjo un periodo de cierto caos en la gestión de la RGI y un aumento espectacular de las quejas al ararteko. El escenario «no es aún óptimo», ya que «se siguen arrastrando problemas del pasado y todavía existen disfunciones en el trabajo de Lanbide», pero la situación de «mala administración» se «ha ido corrigiendo» y «se puede afirmar que se va mejorando progresivamente la gestión de la RGI», un dispositivo «absolutamente necesario para luchar contra la exclusión social y que es referente en toda España».

La enfermedad mental. Ingresos involuntarios

Las enfermedades y trastornos asociados a la salud mental están cobrando una importancia cada vez mayor. Si bien las enfermedades más agudas (esquizofrenia, psicosis o trastorno bipolar) no han experimentado «incrementos notables», los trastornos más leves como depresiones, comportamientos disruptivos o trastornos de personalidad «han aumentado o, al menos, son realidades más visibles y conocidas que en el pasado». Para el ararteko es importante «reforzar la atención comunitaria» y «garantizar debidamente los derechos de estas personas, sobre todo en los procesos de internamiento involuntario. Asimismo, es preciso prestar «la ayuda necesaria» a sus familiares. En este ámbito, se han producido «avances y mejoras» pero «aún hay que seguir trabajando con ahínco».

Las mejoras para las personas con discapacidad

.Un informe del ararteko puso de manifiesto la existencia de numerosas barreras arquitectónicas para las personas que tienen discapacidad, en especial, en relación al uso del transporte ferroviario. No obstante, resalta que las actuaciones de las administraciones «van en la buena dirección» y «han hecho muchos progresos». Lamarca alerta de que no hay que relajarse en este ámbito ya que el número de personas con discapacidad o con dependencia «tiende a aumentar en paralelo al aumento de la esperanza de vida».

El derecho a la vivienda

El ararteko elaboró un informe extraordinario que incluía una serie de medidas y modificaciones en las políticas de vivienda en el País Vasco para incorporar «prácticas exitosas en algunos países europeos». Entre ellas, se pedía «un cambio radical» en la dación de vivienda a las personas necesitadas: «habría que potenciar el alquiler en lugar de la transmisión de la propiedad de la vivienda». Lamarca aprecia que «en las políticas públicas se está produciendo un giro en esa dirección».

La atención a las personas mayores

.Los recursos para atender a las personas mayores (residencias, centros de día, asistencia domiciliaria o ayudas de la ley de dependencia) han ido aumentando y mejorando en los últimos años, pero en todo caso esta cuestión constituye «uno de los mayores retos de las administraciones públicas competentes». Así, Lamarca alerta de que «es de vital importancia que se potencie el espacio sociosanitario». Según apunta, los sistemas de salud y de servicios sociales «han de interactuar de manera más eficaz para facilitar la atención sociosanitaria». Con franqueza, admite que «se está avanzando de manera excesivamente lenta en lo relativo a los recursos de carácter sociosanitario», siendo el principal obstáculo la «inexistencia de un verdadero sistema de servicios sociales, armónico, cohesionado y coordinado».

La participación en procesos medioambientales

La sensibilidad social ha aumentado considerablemente en la última década en todo lo relativo a la preservación del medio ambiente y al cuidado de la salud, lo que ha «evitado la aparición de elementos contaminantes o nocivos para la salud». El paso del tiempo ha derivado en la existencia de grupos y organizaciones sociales y vecinales «cada vez más numerosos y mejor formados e informados», por lo que la Administración «no puede dar la espalda a esta nueva realidad». De este modo, Lamarca considera que «es necesario habilitar vías de participación ciudadana e incrementar la transparencia de los procesos de decisión», como se refleja en las numeras recomendaciones que ha formulado en relación al acceso a la información y el derecho de participación.

La igualdad en la educación

Según numerosos indicadores, el sistema educativo vasco está en niveles «razonablemente buenos» en la calidad de la enseñanza y la garantía de la igualdad en el acceso a la educación y a sus recursos. Pero, como constata Lamarca, «hay ámbitos de mejora», como «un reparto más equitativo y homogéneo» de los niños de familias de personas inmigrantes o gitanas para facilitar la inclusión social y la igualdad de oportunidades, garantizar una misma calidad en todas las escuelas y evitar el riesgo de guetización. A este respecto, hay diferencias entre la red pública y la concertada, y hay centros escolares con un índice «excesivamente elevado» de población inmigrante. También cita el acceso a la educación no obligatoria para menores de seis años, ya que se «aprecia la existencia de déficits en el tramo de 0 a 2 años», así como «la educación especial», que «es muy importante para dar asistencia y garantizar la educación y la igualdad de oportunidades a quienes tienen alguna discapacidad física o intelectual.

La igualdad en el ejercicio del derecho al trabajo

. Lamarca es muy contundente en esta cuestión. «Es cada vez más evidente que son necesarias políticas públicas eficaces para garantizar ese derecho», señala. La preocupación se orienta tanto al «elevado índice de desempleo», que «afecta de manera dramática a las generaciones más jóvenes», y al «aumento espectacular de la precariedad y de los salarios por debajo de los 1.000 euros». En este escenario de creciente desigualdad, el ararteko sostiene que las políticas públicas deben «fijar como prioridad, en concertación con las organizaciones empresariales y sindicales, la creación de empleo y el aseguramiento de que ese empleo ha de cumplir unas condiciones mínimas en lo relativo a las condiciones laborales y al salario».

Soy soldado, soy homosexual

La presencia de militares gays en el Ejército sigue siendo un tema tabú . El apoyo mutuo y la valentía ante un ambiente hostil se han convertido en sus únicas armas ante la beligerancia de algunos compañeros y la indiferencia de la institución.

MADRID.- El próximo mes de septiembre se cumplirán 15 años desde que el teniente coronel José María Sánchez Silva anunciara su condición de homosexual en la portada de la revista Zero. Fue el primer soldado gay en dar un paso al frente. En los albores del nuevo siglo, Sánchez Silva denunció que las Fuerzas Armadas se habían democratizado, pero la equidad de derechos no había llegado hasta las soldados lesbianas y gays. “Seguimos en las catacumbas. Lo justo parece la discreción, pero eso nos lleva a renunciar a nuestros derechos, a sufrir en silencio”, afirmó el oficial del Ejército de Tierra. Aquellas declaraciones dinamitaron su brillante carrera militar. ¿Valió la pena?

Tres lustros después, la situación parece no haber cambiado demasiado. “No hay ninguna regla que no te permita decirlo, pero tú sabes que si lo dices puedes tener muchos problemas”, explica David Thovar, cabo retirado del Ejército de Tierra. Efectivamente, en las Fuerzas Armadas nunca ha existido una ley como la ya abolida Don’t ask, don’t tell (no lo preguntes, no lo cuentes) que obligaba a los soldados estadounidenses a guardar silencio sobre su orientación sexual si ésta difería de la heterosexual. Pese a ello y como denunció Sánchez Silva, el silencio sigue imperando.

David Thovar entró en el Ejército en 1997. Desde la profesionalización de las Fuerzas Armadas es inútil preguntar a un soldado los motivos que le llevaron a enrolarse. “Vocación” se cuela siempre en la respuesta. También en la de David, pese a que era consciente de que tendría que mantener en secreto una parte de sí mismo. “Tampoco había visto noticias de que hubiera casos crueles o de discriminación. Yo pensaba: si no me gusta, no renuevo y ya está. Pero iba en la sangre e iba renovando”.

Camaradas, enemigos

“Una vez vi como un soldado salía de la formación diciendo: A mí no me manda una mujer, y menos lesbiana. Salió de la formación y se largó. Pidió la baja psicológica, pero yo creo que fue para protegerse del marrón que le iba a caer”, relata David, que pertenecía al regimiento de Infantería Castilla nº16, acuartelado en Badajoz. Muy pronto descubrió que su principal problema en el Ejército serían algunos de sus compañeros, que se mostraban abiertamente hostiles con la homosexualidad ante la pasividad de sus superiores. Cargaban sus armas con años de prejuicios e intransigencia.

“Intenté mantener la discreción en un principio”, confiesa. “Yo me tenía que mover ocultando mi tendencia para que primero me conocieran como persona. Si no, no hacían ni por conocerme”. En ocasiones, el único obstáculo era la propia ignorancia: “Luego, cuando se enteraban, muchos se llevaban una grata sorpresa. Su ideal era que ser gay es lo peor. Por eso algunos, al haberme conocido primero como persona, se preguntaban como podía ser posible”.

David caminó con pies de plomo mientras le fue posible. Un día, una de las pocas personas que conocían su condición sexual se lo dijo a otro compañero. A las pocas horas, era vox populi en toda la base y su estrategia se derrumbó. “Al día siguiente… Solo por las miradas lo tenías todo”. “Todo mi sistema era intentar que me conocieran por mis aptitudes, por mi trabajo. Claro que me arrepentí de haberlo dicho. Me vino todo eso de golpe”, se lamenta.

Guerra de trincheras

Al cabo del Regimiento Castilla nº16 no le quedó sino cavar su trinchera y empezar una batalla desde ella. Enfrentaba los comentarios de unos, la beligerancia de otros y la indiferencia ante ello por parte de muchos de sus mandos. Poco a poco, sus allegados se fueron uniendo a él hasta crear un pequeño espacio seguro, donde eran pocos los ataques y los que llegaban no quedaban sin respuesta. “Era el bichito raro. El maricón. Yo me decía: date cuenta de que eres pionero“.

Pero David no era, ni mucho menos, el único homosexual de su base. Su lucha llamó la atención y lo convirtió en un ejemplo. “Todos aquellos con dudas me veían como una referencia, como un punto de apoyo. Querían saber cómo salir y ser capaces de enfrentarse a todo eso, cómo ser tú mismo. Otras veces solo era permanecer juntos, soportar las críticas y apoyarse para que dé igual lo que digan”, narra el cabo. El Ejército como institución no movería un dedo por ellos, pero no importaba: “Todo era entre nosotros. ¿Quién te iba a apoyar si no?”.

La seguridad que ofrecía aquella trinchera reforzó el valor de algunos de sus camaradas, que se atrevieron a salir del armario. No querían seguir negándose a sí mismos. “Al haber abierto esa brecha los demás tuvieron más facilidad para salir. Las vivencias eran diferentes, era más fácil sentirse liberado y a gusto. También muchas mujeres. De hecho, considero que hay un mayor número de lesbianas liberadas en el Ejército que de gays liberados”, opina David.

“Pero si te sale mal…”

David explica que en el Ejército, en muchas ocasiones, la condición de homosexual supone un peso mayor para los hombres que para las mujeres. En un mundo tan competitivo “nadie quiere quedar por debajo del maricón”. Rocío, lesbiana y militar en activo, coincide con él: el propio machismo imperante en el cuerpo hace que las mujeres homosexuales “estén mejor miradas”, aunque ella no disfruta de esa supuesta ventaja.

Rocío pide que no se revele a qué unidad pertenece. Ni a qué cuerpo de las Fuerzas Armadas. “Ni siquiera la ciudad”, insiste la militar, que utiliza un nombre falso para relatar su experiencia a este medio. La pareja mantiene su relación “totalmente en secreto, porque ella es un mando”. No temen la reacción de sus compañeros, sino la de “los mandos de ella. Al ser oficial estaría peor mirada solo por eso. El machismo es muy grande”.

Rocío reconoce que “es duro”. “Tienes amigos dentro y no se lo puedes contar. Lo pasas mal porque vives una doble vida. Cuando te vas de vacaciones, mientes. Cuando te coges un día libre, mientes. Cuando te preguntan dónde has estado y qué has hecho, mientes. ¡Y claro, hay gente que te pilla las mentiras!”, se ríe Rocío un momento antes de volver a la gravedad: “Mientes tanto que ya no sabes ni dónde está la verdad”. Admite que “sería una liberación muy grande” dejar de mentir, pero de momento supone un demasiado riesgo para ellas. “Te puede salir bien. Pero si te sale mal acabas en la calle”.

“Nunca hay batallas perdidas”

Rocío es militar en uno de los ambientes más exigentes del ramillete de destinos donde pueden desarrollar su labor los miembros de las Fuerzas Armadas. El contexto de Daniel Galán, cabo destinado en la Academia de Artillería de Segovia, es diferente. Lleva 15 años en activo y jamás escondió su tendencia sexual, lo que “hasta el día de hoy” no le ha supuesto ningún problema.

Daniel ha participado incluso en programas de televisión, en los que ha explicado su experiencia como soldado gay. Como David, su valentía para salir del armario hizo que algunos compañeros le pidieran consejo sobre la mejor manera de hacerlo. No obstante, su voluntad de normalizar la presencia de gays y lesbianas en el Ejército no ha contado con ningún movimiento institucional para apoyarle. “El Ejército es muy cerrado en este tema. Le está costando adaptarse a ciertas cosas. Y eso que hay bastantes [soldados homosexuales en sus filas]”.

“¿Que qué se podría hacer para derribar esa cerrazón? … ¡Uf! A lo mejor charlas, porque no se habla nunca de ello, para que los compañeros vean que esto es lo más normal. Estamos en el siglo XXI”, expone el cabo Galán, que tiene claro que por el momento los soldados tendrán que luchar solos contra la homofobia: “El tiempo es el que marcará la evolución. El mundo del Ejército por desgracia va a necesitar más años que la sociedad, no va a cambiar en un par de años”. Antes de concluir su conversación con Público, deja un mensaje. “Nunca hay batallas perdidas”.

La lista de prácticas sexuales más extrañas

Catalogadas por las normas sociales como raras, perversas o hasta enfermizas, estas prácticas eróticas, aunque inusuales, tienen su pequeño público

Adictos al sadomasoquismo en la convención 'DomConLA', en Los Ángeles

Adictos al sadomasoquismo en la convención ‘DomConLA’, en Los Ángeles. / AFP

Nuestra especie ha aprendido a disfrutar del sexo como ninguna otra. Para los seres humanos, todo vale, con amor, sin amor, con uno mismo, a tres en la cama, a diez… Las posibilidades son infinitas. La sociedad considera algunas de las fijaciones sexuales desde extrañas a escabrosas, pero por raro que pueda parecer, hay quien las encuentra placenteras.

Catalogadas por las normas sociales como raras, perversas, o hasta enfermizas, estas prácticas sexuales, aunque inusuales, tienen su pequeño público, aunque la psiquiatría vea en ellas mucho más que simple sexo.

Estos comportamientos considerados extraños o irregulares relacionados con el sexo son las denominadas ‘parafilias’, algunas más aceptadas socialmente que otras. La parafilia es un tipo de comportamiento que se caracteriza por un acto sexual en el que el placer no se obtiene de la manera convencional, sino que implica fetiches y actos sexuales atípicos.

Estas son algunas de estas prácticas sexuales que podrían considerarse no habituales:

Somnofilia

La somnofilia es un tipo de parafilia en la cual la excitación sexual y/o el orgasmo son obtenidos al mantener relaciones sexuales con un desconocido cuando éste está dormido. Hay diferentes rangos, que pueden ir desde la mera excitación o la masturbación hasta la práctica del acto sexual con la persona que duerme. Estas personas se excitan cuando ven a alguien dormido, y esa excitación aumenta por el miedo a que esa persona despierte y ser descubiertos.

Clismafilia

Se trata de las personas que obtienen placer sexual a través de la introducción de líquidos en el ano. En general no se trata de un fetiche compartido, por lo que en general las personas que gustan de esta parafilia se realizan enemas a sí mismos.

Masoquismo y sadismo

El masoquismo y el sadismo son quizá de las parafilias más conocidas, y de las que están más a la orden del día gracias a películas que las muestran en mayor o menor medida, como la famosa ’50 sombras de Grey’. Los masoquistas relacionan el placer sexual con el dolor, la crueldad o el sufrimiento. Les excita recibir golpes, latigazos, ser esclavizado, así como la asfixia o la autoasfixia. Este tipo de prácticas son peligrosas y deben realizarse con conocimiento y precaución, ya llevar el cuerpo al límite puede terminar con un resultado no esperado. El sadismo se basa en experimentar placer erótico al provocar dolor físico o humillación en la pareja.

Acrotomofilia

Consiste en sentir deseo sexual o preferencia por alguien que tiene algún miembro amputado, aunque a parte de la amputación, sus cánones de belleza son los estándar. El deseo sexual, en este caso, está ligado o es dependiente del muñón o muñones de la pareja. Los acrotomofílicos se sienten atraídos por los tocones resultantes de alguna parte del cuerpo amputada, incluso a veces por las partes mismas. Generalmente prefieren las amputaciones de las piernas a las de los brazos, y la mayoría de las veces se sienten más atraídos por las amputaciones con muñón que por las que no los tienen. Muchas veces, los acrotomofílicos terminan amputándose uno de sus propios miembros.

Urolofilia y coprofilia

La coprofilia es una clase de fetichismo que consiste en la excitación sexual que producen en algunas persoans las heces. Estas personas obtienen placer de oler, saborear, tocar las heces, e incluso de presenciar el acto de defecar. Esta actividad erótica se practica tanto de manera individual como colectiva. Algunos coprófilos practican también la coprofagia, es decir, la ingesta de heces.

La urolofilia se refiere a lo propio con la orina. Quienes la practican la conocen coloquialmente como ‘lluvia dorada’. Hay personas a quienes también les gusta orinar en público, orinarse encima, observar cómo orinan otros o ser orinados por otras personas.

Altocalcifilia

Es un tipo de fetichismo en el que se obtiene placer al observar o llevar puestos zapatos de tacón alto. La altocalcifilia hace parte de los fetichismos asociados a prendas de vestir, en particular al fetichismo de calzado conocido también como retifismo, que es la atracción fetichista por los zapatos en general.

El parcialismo

Es el interés sexual por una parte específica del cuerpo, que despierta en el sujeto por lo menos tanto interés erótico como los genitales, sino más. Está sobretodo relacionado con los pies, las manos y las axilas, aunque puede tratarse de cualquier parte del cuerpo exceptuando los genitales. Es uno de los fetichismos más comunes en los varones. La excitación se produce al acariciar, besar, chupar, lamer, oler o tocar la parte del cuerpo objeto de fetiche.

El más común es la podofilia (el fetichismo por los pies), aunque también son usuales entre los parcialistas la maschalagnia (fetichismo por las axilas), la nasofilia (interés extremo por las narices) o la tricofilia (obsesión por el cabello).

Necrofilia

La necrofilia está caracterizada por una atracción sexual hacia los cadáveres tanto en humanos como en animales. Es probablemente una de las parafilias más tabú, y además, ilegal.

Las dos vidas sexuales de Keynes

Una biografía repasa las múltiples caras de uno de los mayores economistas de la historia, que coleccionó múltiples amantes masculinos hasta que a los 33 años contrajo matrimonio con la bailarina rusa Lidia Lopkova

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Keynes junto a su esposa, la bailarina rusa Lidia Lopkova.

John Maynard Keynes (1883-1946), el tantas veces malinterpretado padre del ‘keynesianismo” y uno de los mayores economistas de la historia, el pensador que evitó por dos veces la bancarrota del Reino Unido, siempre arrastró complejo de hombre poco agraciado. No era precisamente Adonis, cierto. Ojillos claros pequeños, labios y nariz desproporcionadamente gruesos, alopécico precoz y un cuerpo deslavazado y corvo. Pero tampoco era el ser desagradable que él creía contemplar en el espejo. De hecho su supuesta condición de feo nunca fue un impedimento para una promiscua vida amorosa. Un carrusel de amantes masculinos hasta los 33 años, cuando se casó con la bailarina rusa Lidia Lopkova y se pasó súbitamente a la monogamia y la heterosexualidad. La pareja incluso intentó tener progenie.

“Nada funciona mejor en el amor que la perseverancia”, rezaba la máxima de Keynes. Se la aplicaba a conciencia. A veces con una fogosidad y unas escaramuzas callejeras que no se esperarían en quien hoy es recordado como una gloria académica. En su mocedad el sabio recurría incluso al flirteo en los baños públicos o a los servicios de chaperos. Además llevaba una contabilidad de sus lances eróticos. Sus principales ganchos eran el encanto de su conversación y su calidad de gran oyente. Cuando le interesaba para sus afanes amatorios, Maynard, que así le llamaban sus amigos, se esmeraba en atender a las palabras ajenas con intensa atención. También le ayudaban su inteligencia descollante, una voz persuasiva y un optimismo a prueba de bombas.

El próximo año se cumplen los 70 años de la muerte de Keynes, pero en Inglaterra ya ha comenzado el festín editorial. El biógrafo Richard Davenport-Hines ha publicado ‘Un hombre universal. Las siete vidas de John Maynard Keynes’, que tiene la originalidad de que ignora casi por completo al economista para centrarse en sus otras facetas. El politólogo y editor Leonard Woolf, el paciente marido de la novelista Virginia, pareja que formaba parte del desprejuiciado grupo de Bloomsbury al igual que Keynes, lo resumió así: “Keynes fue un funcionario, un especulador, un hombre de negocios, periodista, escritor, granjero, marchante de pintura, estadista, manager teatral, coleccionista de libros y media docena de cosas más”.

Todo ello es cierto. Keynes se arruinó dos veces. Su colección de arte se adornaba con cuadros de Cézanne, Picasso, Modigliani, Degas y Braque. Su biblioteca era un tesoro, con manuscritos de Newton incluidos. Fundó el Teatro de las Artes de Cambridge y era un apasionado del ballet. De hecho conquistó a su mujer, Lidia Lopokova, acudiendo a verla danzar en el Convent Garden noche tras noche. En las penurias del inicio de la Primera Guerra Mundial, el economista convenció al ministro del Tesoro para viajar a París con 20.000 libras de la época e intentar hacerse con lo mejor del estudio de Degas. Los frutos de aquella gestión cuelgan hoy en la National Gallery de Londres.

Keynes era muchas cosas, sí, pero lo que probablemente nunca fue es el keynesiano que pinta el cliché de la izquierda española. De hecho solo se movilizó por el partido Liberal. Siempre renegó del socialismo y del Laborista británico, con el que se cebaba: “En el Partido Laborista casi siempre deciden aquellos que no saben de qué están hablando”. O esta otra, que incluso parece escrita para el populismo en boga en España: “Es un partido que desprecia las instituciones existentes y cree que solo con suprimirlas surgirá el bien”. No quería acabar con el capitalismo, sino utilizar la palanca del Estado para engrasar su maquinaria.

Sesenta contactos en un año

Pero volvamos a la vida muelle, al amor. Hasta la treintena Maynard es un homosexual de gran pulsión sexual. Superado el pavor que suscitó la terrible condena de dos años de trabajos forzados por sodomía a Oscar Wilde en 1895, y confortado por la tolerancia sexual del grupo de Bloomsbury, Keynes incluso mantiene desde los 23 a los 33 años un listado de los hombres con los que tiene relaciones (la retahíla comienza con “un sueco en la National Gallery” y se cierra con “el gran duque Ciryl en los baños de París”). En un año llega a registrar sesenta contactos. Muchas son relaciones efímeras, a golpe de vista en la calle. Keynes recurre a técnicas tan obvias como pedir fuego, ponerse a la vera de un varón que observa un escaparate o acudir a los puntos de encuentro clásicos de los homosexuales londinenses.

El economista se inició en el amor griego en Eton y luego se expandió todavía más con el grupo de los Apóstoles de Cambridge, donde mantuvo amoríos, entre otros, con el agudo escritor Lytton Strachey. Su gran romance masculino fue el pintor escocés Ducan Grant. Virginia Woolf, de pluma magnífica y lengua de curare, lo llamaba “el idiota”, porque no era un tipo cultivado. Pero Keynes se mantuvo siete años a su lado, enamorado de su porte robusto, su adanismo, sus observaciones intuitivas de buen salvaje. Paradójicamente, tras dejarse, ambos iniciaron relaciones con mujeres. Para desazón de Virginia, el artista se unió a su hermana, Vanessa Bell, y hasta tuvieron una hija. El matrimonio de Keynes con la bailarina rusa -también despellejada por la camarilla de Woolf por su condición de iletrada- fue la historia de un éxito. Se llevaban estupendamente y los cuidados de ella le aportaron el sosiego y los años de vida extra que hicieron posible que escribiese sus principales tratados.

Keynes intentó disfrutar al máximo de sus 62 años de vida. Su cita más célebre constituye una defensa de la intervención en la economía en tiempo de crisis: “A largo plazo, todos estaremos muertos”. Pero la máxima también vale para explicar el vitalismo extremo con que apuró sus renacentistas días en la tierra. Su peripecia contrasta con las aburridas vidas unidireccionales de los servidores públicos de nuestra era.

El Orgullo Gay, con los mineros y contra Thatcher

Pride, dirigida por Matthew Warchus, comienza con el desfile del Día del Orgullo Gay celebrado en Londres en 1984 y termina en el del año siguiente. En ese lapso de 12 meses, los mineros en huelga se rindieron a la intransigencia de Margaret Thatcher, que dio un golpe de muerte a los sindicatos. No todo fueron derrotas porque, en esa lucha desigual contra el cierre de numerosos pozos que dejarían sin trabajo a comunidades enteras, los huelguistas tuvieron, sobre todo en Gales, un aliado con el que no contaban: el movimiento LGSM (Lesbianas y Gais Apoyan a los Mineros), fundado en Londres ese año por Mark Ashton y Michael Jackson.

La película recoge aquella singular convergencia de intereses basada en la necesidad de combatir a enemigos comunes: la policía que reprimía protestas y marchas pacíficas con brutalidad, tabloides homófobos y de derechas que manipulaban la información y, por supuesto, la política ultraliberal del Gobierno conservador de la Dama de Hierro, que entendía el patriotismo como la exigencia de machacar el movimiento obrero.

Era una época en la que la homosexualidad, que ni siquiera hacía dos décadas que había sido despenalizada, era vista todavía por amplios sectores de la sociedad como una enfermedad, una perversión o hasta un delito. La mayoría de los gais y lesbianas ocultaban sus tendencias incluso a sus padres –o sobre todo a ellos- sin atreverse a salir del armario, por temor a la exclusión social e incluso la violencia física. Huelga decir que en un entorno de gente ruda como el de los mineros, la homofobia estaba muy extendida, aunque el porcentaje de homosexuales no tenía por qué ser inferior al de cualquier otro colectivo… sin que casi ningún minero osara admitirlo.

Por fortuna, por lógica y por justicia las cosas han cambiado mucho desde entonces, aunque no todo lo que deberían. La irracional intolerancia sigue viva en este campo como en tantos otros. Sin embargo, crece la percepción de que unos padres que rechacen a su hijo/a por ser gay/lesbiana, o que lo consideren una tragedia que destruye sus vidas, no merecen ser llamados padres. Son ellos, no sus hijos, los que tienen un grave problema o, si se prefiere, una enfermedad o una perversión.

No obstante, cualquiera que tenga ya un buen puñado de años a sus espaldas sabe que las convenciones sociales cambian a veces de forma gan radical que lo que hoy se ve como absolutamente normal –porque lo es- no lo pareciese tanto en los ochenta, la época en la que se desarrolla Pride.

Se trata de una película comprometida, con lo que antaño se llamaba mensaje, pero también comercial, quizás en exceso, y eso hace que el ternurismo que busca la lágrima fácil, orientado de forma descarada al éxito en taquilla, vaya en detrimento de su eficacia como denuncia. Para entendernos: el efecto que produce se acerca más al de Billy Elliot o Full Monty que al de Mi nombre es Harvey Milk. Lo más injustificable es quizá que, en aras de no alienarse el favor de los espectadores norteamericanos, se haya ocultado que Mark Ashton era comunista, una condición que –una eternidad después de la caza de brujas de McCarthy sigue siendo en Estados Unidos el segundo nombre de Lucifer.

Ashton murió de sida en 1987.El filme refleja que la plaga iba extendiendo sin freno en esa época sus tentáculos, sobre todo entre el colectivo gay, lo que era considerado en amplios sectores conservadores como poco menos que un castigo divino. Otro personaje de Pride, Jonathan Blake, fue uno de los primeros infectados por el VIH en el Reino Unido aunque, cumplidos ya los 65, sigue vivo.

Quien sí murió, mientras se rodaba su película, fue la activista galesa Hefina Headon, que jugó un papel crucial en el estrechamiento de los lazos entre mineros y homosexuales. Su compañera de lucha Sîan James, esposa de minero, casada a los 16 y madre por dos veces a los 20, se concienció durante la huelga y la convivencia con los miembros de LGSM. Eso le llevó a mejorar su educación y reforzar su compromiso político. Hoy es diputada laborista por el distrito galés de Swansea Este.

Matthew Warchus ha sabido convertir en buen cine comercial una historia real que, pese a su indudable interés, había caído en el olvido. El guion exigió un escrupuloso proceso de documentación con entrevistas a muchos de sus protagonistas, quienes, según un amplio reportaje publicado en The Observer (http://www.theguardian.com/film/2014/aug/31/pride-film-gay-activists-miners-strike-interview),están en términos generales satisfechos de su traslación a la pantalla.

El LGSM –como otros grupos en el Reino Unido- se rebeló contra el bloqueo por Thatcher de los fondos del sindicato minero, so pretexto de que no pagaba las multas impuestas consecuencia de las protestas. Los huelguistas tuvieron que recurrir a donativos privados. Gais y lesbianas se mostraron muy eficaces en esta misión y los integrantes del colectivo de Londres se trasladaron para expresar su solidaridad a una zona de Gales brutalmente castigada por los planes del Gobierno.

Parte de los habitantes y de los miembros del comité de huelga y del organismo que coordinaba la recogida de fondos rechazaban esa ayuda, no solo por machismo y homofobia –que también- sino, sobre todo, para evitar ser objeto de descalificaciones o a ser manipulados por quienes tenían intereses muy diferentes a los suyos. La convivencia entre los dos grupos, tan opuestos en principio, resultó muy difícil y debió derribar muchas barreras mentales, pero al final se impuso el espíritu de solidaridad y la convicción de que había que luchar todos a una contra el enemigo común.

Un momento crítico, que casi derriba el edificio trabajosamente construido durante meses, fue cuando el sensacionalista The Sun publicó con honores de primera página una información  en la que se denunciaba la alianza entre mineros ypervertidos. Sin embargo, al tabloide manipulador –y a sus aliados en el Gobierno- les salió el tiro por la culata, porque eso dio a LGSM una gran visibilidad, que se reforzó con la celebración exitosa de un concierto multitudinario, Pits and Perverts(algo así como Minas y Pervertidos), en el que se recaudaron miles de libras para los huelguistas. A la postre, el paro fracasaría, pero esa lucha quedaría como uno de los principales ejemplos de la nefasta política social de Thatcher.

Pride tiene un final feliz. En el Día del Desfile Gay de 1985, los derrotados mineros se suman con sus estandartes en agradecimiento por el apoyo recibido. Marchan en cabeza del desfile entre el entusiasmo de los asistentes. Mientras suena la fanfarria, unos rótulos en pantalla informan del destino de los personajes principales y explican que en la conferencia laborista de ese mismo año se aprobó una declaración que comprometía el apoyo del partido a la igualdad de derechos de gais y lesbianas. Con el respaldo unánime, por supuesto, del sindicato de mineros.

El 25,4% de las mujeres jóvenes ha padecido violencia de género

El 12,5% de las ciudadanas españolas mayores de 16 años ha sufrido violencia de género alguna vez en su vida y el 2,7% lo ha padecido en el último año, según una macroencuesta encargada al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso y la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández

El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso y la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández, durante la presentación de la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015. EFE/Emilio Naranjo

MADRID.- El 12,5% de las ciudadanas españolas mayores de 16 años ha sufrido violencia de género alguna vez en su vida y el 2,7% lo ha padecido en el último año, según una macroencuesta encargada al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.En el 64,2% de los casos, los hijos menores de edad también sufrieron el maltrato.

Sin embargo, el dato más preocupante hace referencia a la reproducción de la violencia de género en las generaciones más jóvenes. Así, el 25,4% de las mujeres jóvenes ha padecido violencia de género. La encuesta, presentada este lunes por el ministro, Alfonso Alonso, y la delegada del Gobierno para la Violencia de Género, Blanca Hernández; parte de una muestra de 10.171 mujeres de 16 o más años (2.171 mujeres más con respecto a la macroencuesta realizada e 2011) que han sido preguntadas por aspectos concretos de la violencia psicológica de control, emocional, económica, física y sexual, dentro y también fuera de la pareja.

Según expone, el 12,5% de las mujeres de 16 y mas años ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o expareja y un 13% ha sentido a lo largo de su vida alguna vez miedo de sus parejas.

La cifra implica un aumento frente al 10,9% que declaró haber padecido violencia machista en 2011. No obstante, aquella encuesta preguntaba por los últimos 10 años y solo sondeaba a mayores de edad, mientras la actual ha preguntado a menores de 16 y 17 años abordando la violencia en toda una vida.

La Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015 también refleja que un 77,6% consigue superar la violencia machista y rehacer su vida.Mientas que el 25,4 por ciento de las mujeres ha sufrido violencia psicológica o de control, el 21,9 por ciento ha padecido violencia emocional, y el 10,8 por ciento ha experimentado violencia económica, porcentajes inferiores a la media europea, cifrada en el 35, 32 y 12 por ciento, respectivamente.


016. Teléfono de atención a víctimas de la violencia de género. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica.

 

2.600.000 miedos

violencia de genero

Dos millones y medio de mujeres en España han sufrido golpes o violaciones a lo largo de su vida. Si contraemos el tiempo al último año, la estadística cuenta que hoy unas 540.000 están padeciendo violencia física o sexual por parte de sus parejas o ex parejas varones. Pero el gran bloque de esas víctimas es un magma invisible: el 68% de las maltratadas no denuncia su situación o no es detectada por su entorno. Y envolviéndolo todo, el miedo. “¿Con qué frecuencia ha tenido o tiene usted miedo de su pareja actual o parejas pasadas?”… Más de dos millones y medio de mujeres contestan que lo tienen, que les está pasando, que sí. O sea, 2.600.000 miedos.

Los datos están en la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer 2015, presentada por el Gobierno ayer, unas horas después de que en Alhaurín de la Torre (Málaga) se descubriera el cadáver de una mujer asesinada por su marido suicida y casi al mismo tiempo en queun hombre mataba a su esposa a tiros en Lérida. Es decir, siete asesinadas en lo que va de año y seis huérfanos nuevos. El miedo.

El estudio de 2015 es la quinta entrega desde 1999, una macroencuesta que los distintos Gobiernos y el CIS elaboran cada cuatro años, pero que nunca han contado con parámetros absolutamente iguales.

La conocida ayer mejora algunos datos de la de 2011 -el 77,6% de las víctimas ha conseguido salir de la violencia, cinco puntos porcentuales más que hace cuatro años-, pero hace difíciles las comparaciones reales. Entre otras cosas, porque incluye a mujeres de 16 y 17 años, pregunta sobre violencia a lo largo de la vida y no en la última década y hace referencia a “circunstancias concretas y no a percepciones subjetivas, lo que refleja un aumento del maltrato”, en palabras de Blanca Hernández, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, que ayer fue desgranando los datos ante la mirada de un centenar de periodistas, políticos y asociaciones de mujeres y el rostro grave del ministro Alfonso Alonso.

Millones de víctimas

“Es una radiografía de la violencia mucho más precisa”, sentenció Hernández. “La encuesta demuestra que la violencia de género no está en retroceso. Los recortes del Gobierno hacen más vulnerables a las mujeres“, subrayó la secretaria de Igualdad del PSOE, Carmen Montón.

Con las cautelas que imponen los cambios de criterio estadístico, uno de los datos clave, la violencia física o sexual a lo largo de la vida, experimenta un incremento respecto a 2011. Entonces afectó al 10,8% de las mujeres y ahora al 12,5%. En aquella ocasión, el Gobierno socialista ofreció cifras absolutas (593.000 víctimas físicas o sexuales sólo en el último año), pero ayer el Ejecutivo popular no quiso hacerlo, amparándose en que la presentación era un “avance de resultados” y que “no son extrapolables a números absolutos”.

Sin embargo, EL MUNDO ha cruzado los porcentajes de la Macroencuesta con las tablas poblacionales por sexo y edad del INE y ha obtenido cifras de violencia machista que se calculan en millones y en cientos de miles. Y eso vale para las cinco violencias medidas en el estudio: la psicológica de control, la psicológica emocional, la económica, la física y la sexual. España está en todas por debajo de la media de la UE. Excepto en la sexual.

El dato cuantitativo más alto es el de la “violencia psicológica de control”, en la expresión utilizada por el Gobierno para la Macroencuesta. Es decir, hombres que impiden que sus mujeres se relacionen con sus amigos, amigas o familiares, que insisten en saber dónde está la mujer en cada momento, que la ignoran o la tratan con indiferencia, que se enfadan si habla con otro hombre o mujer, que sospechan injustificadamente que le es infiel o que la obligan a pedirle permiso para ir a algunos lugares, como un centro de salud o cultural. Cinco millones de mujeres -una de cada cuatro españolas o extranjeras residentes aquí- ha sufrido esa violencia a lo largo de su vida. Y casi dos millones (1.840.000) en 2014.

Menos numerosa pero más grave aún es la que el estudio llama “violencia emocional”. Los insultos, los menosprecios en público, las intimidaciones a gritos o rompiendo cosas, las amenazas de dañarla a ella o a alguien que ella quiera los han padecido 4.380.000 mujeres (el 21,9%) durante su vida. Más de un millón y medio (el 7,9%) en la actualidad.

La violencia física se concreta así: “Le ha abofeteado o tirado algo que le pudiese hacer daño; le ha empujado, agarrado o tirado del pelo; le ha golpeado con el puño u otra cosa que pudiera dañarla; le ha dado patadas, arrastrado o pegado; le ha intentado asfixiar o quemar, o le ha amenzado con usar o ha usado una pistola, cuchillo o arma contra usted”. Dos millones de mujeres contestaron “sí”; 360.000 en 2014.

En el sondeo, la violencia sexual ha medido estas situaciones: “Le ha obligado a mantener relaciones sexuales cuando usted no quería, le ha forzado a realizar prácticas sexuales que usted no deseaba o que le resultaban degradantes o humillantes, o le ha obligado a mantener sexo contra su voluntad sujetándole o haciéndole daño”. Y también si la mujer ha tenido sexo sin desearlo “porque tenía miedo de lo que él le podría hacer si ella se negaba”. Alguna de esas conductas o todas ellas las han sufrido 1.620.000 mujeres en España a lo largo de su vida. Y, según la Macroencuesta, 280.000 durante 2014.

Una de las violencias menos contadas, la económica, ha afectado a 2.160.000 mujeres en sus vidas; medio millón hoy. Eso se traduce en que el hombre se niega a darle dinero para el hogar cuando sí lo hay para otras cosas, le impide tomar decisiones relacionadas con la economía familiar o realizar compras de forma independiente o no le permite trabajar o estudiar fuera de casa.

Todas las cifras suben si la mujer es discapacitada o joven. Un 23% de mujeres con 33% o más de discapacidad ha padecido o padece violencia física o sexual. Y la psicológica de control en el último año se dispara si hablamos de chicas entre 16 y 19 años (25%) respecto a la media general (9,2%). “La violencia de género es una práctica extremadamente cobarde. Cuanto más vulnerable es la mujer, más en riesgo está, como los casos de las mujeres con discapacidad y las jóvenes. Y ellos, los jóvenes, que son candidatos a repetir la violencia”, dijo ayer el ministro Alonso. Como los hijos. El 64% de las madres que padecieron violencia cuentan que ellos también la sufrieron.

Y, en todas las edades, el miedo. No es el mismo que el que algunos hombres dicen sentir, siempre medio en broma, de sus mujeres. El miedo de la violencia machista es el miedo a la agresión, a la amenaza, a la violación legal, a la ira, al destrozo de objetos, al azote a los hijos, a la misma muerte (más de 700 asesinadas en los últimos 10 años)… Ese pánico lo ha sentido o lo siente el 13% de españolas y extranjeras que viven aquí, 2,6 millones de mujeres.

22 síntomas o dolencias que podrían mejorarse gracias a las relaciones sexuales

Así lo han confirmado los resultados de un estudio llevado a cabo por la Universidad de Pennsylvania

A través de un estudio publicado por la Universidad norteamericana de Wilkes (Pennsylvania), se ha llegado a la conclusión de que mantener relaciones sexuales al menos dos veces por semana podría resultar beneficioso para nuestro organismo.

Asimismo, practicar sexo periódicamente ayudaría a proteger a nuestro cuerpo de infecciones o enfermedades, debido a la inmunoglobulina A o IgA, un anticuerpo que libera nuestro organismo y que se encarga precisamente de protegernos físicamente.

Además, los expertos han desvelado que el sexo podría ayudarnos a combatir alguna de las enfermedades y síntomas más comunes.

A continuación se muestra una lista de 22 enfermedades o síntomas que podrían hacerse frente, si se disfrutara del sexo de forma regular.

1. Cáncer de próstata: Eyaculando al menos cinco veces por semana, podría reducirse el riesgo de paceder esta enfermedad.

2. Antidepresivo natural: El tener orgasmos ayuda tanto al cuerpo como a la mente a relajarse.

3. Dolores de cabeza: La liberación de oxitocina y el aumento del nivel de endorfinas, contribuirían a acabar con los dolores de cabeza debido a su actuación como analgésico natural.

4. Envejecimiento: El sexo ayuda a que las personas se sientan jóvenes y mejora los rasgos físicos, la autoestima y seguridad en nosotros mismos.

5. Incontinencia: Las pérdidas asociadas a la edad se reducen ya que con el sexo, la zona pélvica se fortalece.

6. Cuidado y protección de la piel, huesos y músculos: Al liberarse testosterona.

7. Cuidado de corazón y forma: Las relaciones tonifican los músculos y yayudan a mantener la forma.

8. Mente sana: La persona se invade de energía, ternura y vida.

9. Insomnio

10. Aumento de felicidad: Las personas que gozan del sexo regularmente, tienden a tener mejor humor, sistema inmunológico y menor depresión.

11. Cáncer de mama

12. Cuidado del corazón: En los hombres se puede reducir el riesgo hasta un 50%.

13. Mejoría de autoestima: Las personas se sienten más atractivas y seguras con el sexo a causa de la gran cantidad de feromonas que se emiten, haciendo ser a las personas más deseables.

14. Felicidad generalizada: Según han desvelado distintos estudios, habría una correspondencia entre las personas que más sexo practican y las que más felices se sienten.

15. Alivio de dolores en los músculos y articulaciones: La estimulación vaginal incrementa la tolerancia al dolor a la vez que actúa como analgésico. Así, podrían llegar a aliviarse dolores menstruales, de espalda, artritis…

16. Gripe y asma: El sexo incrementa la producción de anticuerpos, lo que nos protege de infecciones virales.

17. Mejoría del autocontrol: Reduce el estrés y favorece la auto-confianza en la pareja.

18. Prolonga la vida activa: Es decir, nos hace sentir más jóvenes y retrasa también el envejecimiento gracias a ciertas hormonas que libera nuestro cuerpo.

19. Cuida los dientes: La saliva limpia ayuda a mantener a raya la placa dental a la vez que disminuye los niveles de ácido.

20. Enfermedades mentales: La regulación de hormonas haría que las mujeres estuvieran protegidas de posibles enfermedades.

21. Vigoriza la pelvis y mejora la sexualidad: Cuanto más ejercitada se encuentre la pelvis, mayor placer se obtendrá durante el sexo.

22. Combate los trombos de sangre