40 urte eta elur-bola

 

1976ko azaroan, Durangoko Azokaren testuinguruan –garai hartan azaroaren lehenaren bueltan egiten baitzen–, lagun batek eta biok deliberatu genuen euskal gay elkarte bat beharrezkoa zela, eta beste inork egingo ez zuenez, guk geuk sortu beharko genukeela.

Berehalako kontua izan zen: urtarril-otsailerako martxan zegoen. Gauzak arin samar joan ziren, herriaren askatasun-oldeak bultzatuta. Amnistiaren aldeko manifestazio batean irten ginen lehen aldiz geure pankartarekin, eta besteren batean gero; baina 1977ko azaroan geuk deitu genuen lehen aldiz manifestatzera, hainbat talde sozialekin batera. Indarrean zegoen Arriskutasun- eta Birgizarteratze-Legearen aurkakoa izan zen agerraldia, lege hark zigortzen baitzuen homosexual izatearen susmo hutsa. Nahiko arrakastatsua izan zen, lau mila lagun batu ginen-eta. Poliziak sakabanatu egin zuen, eta gu jipoitu. Jarrai nezake kontu kontari, baina hau bezalako ehunka orrialde beharko nituzke.

Berrogeigarren urteurrena ospatzen dugu aurten. Zalantzati gabiltza ordea, zerbait ospatzeko moduan ote gauden. Hainbat kontutan, jakina, asko aurreratu dugu. Hasieran amesten genuena baino gehiago, agian; baina oraindik lanean jarraitu beharrak, erasoek eta abarrek kezkaturik gaituzte.

Zorionez, urte hauetan guztietan beste talde batzuk sortuz joan dira, eta egun sare ederra dago osatua. Dena dela, praxi txar batez konturatu naiz: militantzian hasten direnak gehienetan nork bere elkartetxoa sortzen du, aurretik egina dagoena ezagutu eta aprobetxatu barik. Tamalgarria deritzot, besteak beste, denbora eta energia alferrik xahutzea dakarrelako. Aurreko artikuluan nioen gazteek uste izan ohi dutela mundua eurekin hasten dela. Eta hala da. Bizitzako edozein esparrutan bezala, gurean ere ia dena errepikatzen da ziklikoki. Hasiera-hasieran, adibidez, bipolaritateaz egiten genuen berba. Hau da, dena bitan banatzearen kontra geunden: maskulino-femenino, gizonezko-emakumezko, aktibo-pasibo… Gaurko gazteek ez dute bipolar hitza erabiltzen (ziur aski psikiatriak eritasun bati esateko darabilelako) binarioa baizik. Gizartea denen artean aldatu behar genuela-eta, beste herri mugimenduekiko elkarlanaz aritzen ginen gu; eurek orain intersektorialitatea gora eta behera darabilte. Txarrena da sinetsita daudela eurek asmatu dituztela kontzeptuok.

Nolanahi ere, hein batean poztu egiten naiz. Alde batetik zerbait bereganatzeko modurik hoberena norberaren hausnarketaren ondorio izatea delako; eta, beste aldetik, elur-bolarekin gertatu bezala, ematen duen buelta bakoitzean lodituz doalako kontzeptua, ñabardurekin osatuz.

La Audiencia de Madrid permite de nuevo circular al autobús de HazteOír

Autobús que publicitaba la campaña anti transexuales del grupo ultracatólico Hazte Oir E. M.

La Audiencia Provincial de Madrid ha ordenado el levantamiento de la medida cautelar de inmovilización del autobús de HazteOír que contenía el lema “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva” al estimar el recurso de apelación de esta asociación ultracatólica.

En un auto hecho público hoy, la sección número dos de la Audiencia Provincial entiende que no puede considerarse un “atentado a la juventud y la infancia que una asociación legalmente constituida pueda dirigirse a los padres -en general- y a quienes la Constitución garantiza el derecho a formar a sus hijos ‘de acuerdo con sus propias convicciones'”.

Admitir la persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático y supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia”.

El Juzgado de Primera Instancia número 42 de Madrid ordenó el 2 de marzo, tal y como solicitó la Fiscalía, la inmovilización del vehículo si no retiraba el mensaje publicitario, pues el que lucía parecía, según el Ministerio Fiscal, “dirigirse a las personas con una orientación sexual distinta, negándosela, lesionando de esta manera su dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid consideró que el autobús, en el que se leía literalmente “los niños tienen pene. Las niñas vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo”, violaba dos ordenanzas municipales, la de Circulación y la de Publicidad Exterior, “independientemente de si incita o no al odio con sus mensajes”.

También la Delegación del Gobierno en Madrid denunció ante la Fiscalía al autobús por incurrir en un “hecho de relevancia penal”. En concreto, la Abogacía del Estado ha concluido en un informe que la circulación de un autobús con las leyendas entrecomilladas, podrían ser constitutiva de los delitos tipificados en el artículo 510.1 A y 510.2 A del Código Penal referidos a los delitos cometidos con ocasión de del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizadas por la Constitución.

Levantado el veto judicial al autobús tránsfobo de Hazte Oír, que puede volver a circular

La Audiencia Provincial considera que los mensajes del autocar “son dudosamente delictivos”

El autobús de Hazte Oír, inmovilizado en un aparcamiento de Coslada, en marzo. VÍCTOR SAINZ

La Audiencia Provincial de Madrid ha hablado: “Los mensajes del autobús, por desagradables y agresivos que puedan considerarse, son dudosamente delictivos”. Con este argumento, entre otros, los magistrados de la sección segunda han levantado el veto impuesto por el juzgado de Instrucción número 42 de Madrid al autobús tránsfobo de Hazte Oír, al que se le prohibió circular el pasado marzo tras lanzarse a la carretera con los mensajes “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen” y “Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”. Tras esta decisión, la organización ultracatólica puede volver a fletar el autocar en España.

En un auto fechado el pasado 14 de julio, la Audiencia Provincial enmarca los lemas del autobús en un “debate —social, político, ideológico— de ideas” y subraya que “los delitos de odio son algo muy distinto a profesar y difundir una ideología, incluso por muy minoritaria que pudiera ser”. “Las ideas, como tales, no deben ser perseguidas penalmente, en especial cuando no se focalizan específicamente sobre ningún grupo determinado”, añaden los jueces, que exponen que, en ese contexto, este caso “no puede considerarse un atentado a la juventud y la infancia”.

De hecho, en esta línea, los magistrados se muestran aún más contundentes en otra parte de su auto. “Admitir la persecución de ideas que molestan a algunos o bastantes no es democrático y supone apoyar una visión sesgada del poder político como instrumento para imponer una filosofía que tiende a sustituir la antigua teocracia por una nueva ideocracia”, reza el escrito, donde comparan el autobús de Hazte Oír con el Tramabús fletado por Podemos: “Además de leyendas sobre la corrupción, este llevaba las figuras perfectamente identificables de políticos y algún periodista, que con independencia del juicio que cada uno pueda tener de ellos, tienen derecho a ver respetada su dignidad y presunción de inocencia. Y, sin embargo, ninguna autoridad impidió su circulación”.

El juzgado de instrucción número 42 de Madrid había prohibido que el autocar exhibiera estos lemas al considerar que formaban parte de una campaña dirigida a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”. El magistrado destacó que “Hazte Oír no se limita a exponer el ideario que pueda tener respecto a la sexualidad. Sino que, extralimitándose de dicho ideario, parece dirigirse a las personas con una orientación distinta, negándosela y lesionando de esta manera su dignidad”. Una tesis que comparte el Ministerio Público, que defendió que se mantuviera el veto a este vehículo.

Pero la Audiencia Provincial lo ha rechazado: “La medida en cuestión, si tuvo alguna justificación en su momento, ha perdido ya su carácter de imprescindibilidad, pues el proceso penal está abierto y la situación de emergencia ha cesado”. “Ya no resulta necesario mantener la medida y existen serias dudas de que los hechos en que se apoya puedan ser considerado delitos”, remachan los jueces de este tribunal, que han considerado así el recurso presentado por la organización ultracatólica, que amparaba su petición en la “libertad ideológica, de religión y expresión”; y que aseguraba que estos mensajes no significan incitar al odio o humillar a nadie.

El asesino de Pasolini se lleva los secretos del caso a la tumba

Pino Pelosi, homicida del cineasta e intelectual en 1975, muere a los 59 años de edad sin esclarecer todas las incógnitas que rodean el suceso de aquella noche

Pino Pelosi, en el lugar del crimen acompañado por la policía.

La tarde del 17 de noviembre de 1975, Pier Paolo Pasolinirecogió en la estación Termini (Roma) a un joven de 17 años. Le propuso comer algo e ir a Ostia a “magrearse” a cambio de 20.000 liras. Condujo hasta la playa y apagó el motor de su coche en un descampado. Una vez ahí, el joven cambió de opinión y rechazó tener relaciones sexuales. Salió del automóvil, Pasolini le persiguió, le golpeó con un bastón -algo que nadie que le conociese pudo creer- y este se defendió dándole una paliza brutal. A continuación se subió en el Alfa Romeo, y en la huida atropelló al cineasta, escritor e intelectual, reventándole el tórax y abandonándole muerto en el suelo. Esta fue la primera versión que contó Giuseppe Pino Pelosi, también conocido como la Rana, el único testigo presencialde uno de los grandes misterios en la historia del crimen italiano, que ayer, a los 59 años, se llevó a la tumba todos sus secretos cuando falleció a causa de un cáncer.

Aquella noche, una patrulla de los carabinieri dio el alto a Pelosi cuando conducía a toda velocidad y en contradirección por la carretera de Ostia. Primero admitió haber robado el Alfa Romeo GT 2000 del cineasta. Poco más tarde, encontraron el cadáver de Pasolini y no tuvo más remedio que confesar el crimen. Sin embargo, como relató la sentencia de 1976, siempre estuvo claro que lo había cometido “en compañía de desconocidos”. En el coche había aparecido un jersey de una tercera persona, Pelosi apenas tenía manchas de sangre y era difícil pensar que hubiera podido propinarle una paliza de aquel calibre sin la ayuda de nadie. Pero, al fin y al cabo, aquello era un asunto entre homosexuales, como vino a justificar la democracia cristiana, que reinaba en Italia en aquel periodo, en boca de Giulio Andreotti: “Se lo ha buscado”. El presunto asesino cumplió solo cinco años de cárcel, pero en 2005 decidió cambiar su versión.

El nuevo relato, construido ya por un Pelosi enganchado a las drogas y que entraba y salía de los centros penitenciarios por robos y asaltos, señaló que aquella noche habían practicado sexo oral en el interior del coche. Luego, Pelosi se bajó “para orinar” y aparecieron tres desconocidos, “de 45 o 46 años, con acento del sur, calabrés o siciliano”. “Uno de ellos, con barba, me golpeó y me amenazó a mí y a mi familia si hablaba; los otros dos sacaron al señor Pasolini del coche y empezaron a golpearle con una violencia inaudita”. Según su versión, le insultaban gritándole “fetillo”, “cerdo comunista” y “maricón”. “El pobre gritaba mientras le masacraban”, dijo Pelosi. Luego desaparecieron en la noche y Pelosi, asustado, arrancó el coche y atropelló sin querer a Pasolini. Pero la versión nunca convenció ni a la familia ni a sus allegados.

¿Por qué cambió su historia? Pelosi adujo que había mentido inicialmente por miedo a las represalias. Su familia también confirmó que vivía aterrado por lo que poría sucederles si hablaba. Pero al cabo de poco las sospechas apuntaron también a un conocido criminal apodado Johny el Gitano y a los hermanos Borsellino, dos militantes sicilianos de extrema derecha a quienes un infiltrado de la policía oyó jactarse de aquel crimen. Ambos murieron en los años 90 enfermos de Sida.

Servicios secretos, una brigada fascista o un crimen común. Hay distintas teorías. Una historia de crimen que se precie en Italia no sería tal si no aparecen la Democracia Critiana, la Banda della Magliana o Marcello Dell’Utri, amigo íntimo de Berlusconi encarcelado por asociación mafiosa. Pero la única persona que conocía la verdad de lo que sucedió aquella noche de hace 42 años ya no podrá hablar . El abogado de la familia Pasolini, Nino Marazzita, lo ha querido recordar hoy. “Pino Pelosi nunca quiso contribuir para que se llegara a la verdad sobre la muerte de Pier Paolo Pasolini. Se llevó desgraciadamente el secreto a la tumba”.

El asesinato de Pasolini: el secreto que atormenta a Italia

Pino Pelosi con la policía en el sitio exacto de la muerte del cineasta y poeta Pier Paolo Pasolini ANSA

Se llamaba Giuseppe Pino Pelosi y, probablemente, su nombre no le suene de nada. El mundo entero le conocía por otra cuestión: por ser el único condenado por el salvaje asesinato del cineasta Pier Paolo Pasolini el 2 de noviembre de 1975. Pelosi era entonces un chaval de 17 años del lumpen romano. Hoy, con 59 años, también a él le ha llegado su hora: enfermo de cáncer, ha fallecido esta noche en el hospital Gemelli de Roma después de caer en coma.

Con su muerte El Rana, como se le conocía en los bajos fondos romanos, se lleva a la tumba un secreto que desde hace casi 42 años atormenta a Italia y al mundo entero: la verdad sobre el asesinato de PPP. Porque la única certeza que rodea a ese crimen es que aquella noche, en un descampado en Ostia a pocos kilómetros de Roma, el cineasta fue brutalmente masacrado.

La autopsia reveló que recibió una paliza inmisericorde, que incluyó una violentísima patada en los testículos que le provocó una gigantesca hemorragia interna y tantos golpes en la cabeza como para generarle también una hemorragia externa necesariamente mortal. “No es que saliera simplemente sangre, hubo auténticos chorros”, escribieron los forenses en su informe. Después, fue arrollado bajo los neumáticos de su propio coche, un Alfa Romeo plateado, lo que le reventó varios órganos internos y dejó su cuerpo reducido a un amasijo. Hasta tal punto que Maria Teresa Lollobrigida, la señora que descubrió su cadáver, pensó en un primer momento que se trataba de un montón de basura.

Aquella fatídica noche, las vidas de Pino Pelosi y de Pasolini se cruzaron en un bar cercano a la estación Termini de Roma frecuentado por chaperos. El cineasta iba a bordo de su flamante coche e invitó al joven a dar una vuelta. Pelosi accedió y, juntos, acudieron a cenar a una trattoria próxima a la Basílica de San Pablo. Posteriormente, pusieron rumbo a Ostia, a 30 kilómetros de la capital italiana. En concreto, hacia una base de hidroaviones que allí había.

Al llegar al lugar, siempre según la versión de Pelosi, Pasolini habría intentado mantener relaciones sexuales con él. Él se habría opuesto y habrían forcejeado, emprendiéndola a patadas y bastonazos contra el intelectual y, posteriormente, arrollándolo con su propio coche. Sin embargo, a lo largo de los años Pelosi cambió varias veces su versión sobre lo sucedido.

Siempre existió la sospecha de que el de Pasolini había sido en realidad un asesinato político y Pelosi, un chivo expiatorio. El intelectual se había convertido en un personaje profundamente incómodo para el poder, al señalar constantemente sus tropelías y abusos. Y qué mejor para silenciarle que tratar de desacreditarle con un crimen de trasfondo sexual y convencer a Pelosi de que cargara él solo con toda culpa ya que, al ser menor de edad en la época del asesinato, le caería una condena suave, como efectivamente ocurrió: 9 años y 7 meses de cárcel. El 18 de julio de 1983, con 25 años, obtuvo la libertad condicional.

A partir de ahí se dedicó a ir de vez en cuando a platós de televisión, a escribir su autobiografía y a conceder entrevistas en las que a veces dejaba caer que él no había sido el único responsable de la muerte del cineasta y, a veces, incluso insinuaba que él ni siquiera había participado en la misma. Pero nunca nada concreto. Sólo veladas alusiones, turbias menciones. Como cuando afirmó que en el asesinato de Pasolini habían participado tres personas, dos de ellas con acento siciliano.

Volvió varias veces a la cárcel por otros delitos e, incluso, regresó al lugar del crimen en una de las salidas de prisión en régimen de libertad condicional. Fue en 2008 de la mano de una cooperativa dedicada a la reinserción de ex presidiarios. Junto con un puñado de éstos, limpió el jardín que fue creado en el lugar donde PPP fue asesinado. “Estar aquí hace que se encoja el estómago”, aseguró entonces.

En los últimos años gestionaba junto a un socio un bar en el barrio romano de Testaccio. El bar se llama Zi Elena.

“El VIH está empezando a contratacar”

Roger Paredes, asesor de la OMS sobre farmacorresistencia del VIH IRSICAIXA/JORDI ANGUERA

Este jueves, la Organización Mundial de la Salud ha alertado del aumento de las resistencias del VIH a los medicamentos. Según su último informe, los porcentajes de personas que portan virus resistentes a los fármacos antirretrovirales más comunes empiezan a ser preocupantes en varios países de África y Latinoamérica y han anunciado una estrategia global para intentar atajar la situación en los próximos 5 años.

Roger Paredes es uno de los autores de este informe y asesor de la OMS en materia de farmacoresistencia. El jefe de sección de la unidad de SIDA del Hospital Germans Trías e investigador del Instituto de Investigación del SIDA IrsiCaixa, advierte de que, aunque el fenómeno de la resistencia a los tratamientos se haya disparado en ciertos países, hay que tener claro que no se trata de un problema local: “La humanidad somos todos”.

La OMS habla de la resistencia del VIH frente a los medicamentos, pero ¿cómo funcionan estos fármacos?

Los medicamentos con los que trabajamos son antirretrovirales y lo que hacen es bloquear la multiplicación del virus. Éste entra en las células humanas y sigue una serie de pasos para reproducirse y los distintos fármacos bloquean este ciclo en diferentes puntos.

¿Qué se consigue con esto?

Aunque no se consiga eliminar el virus, el paciente mejora mucho su sistema inmune, llegando incluso a ser similar al de una persona no infectada y teniendo una esperanza de vida prácticamente igual a la de cualquier otra persona. Pero otra cosa muy importante es que esta persona ya no transmite el virus, de forma que si pudiéramos tratar a todos los infectados bloquearíamos la transmisión a otras personas y, en una situación ideal, acabaríamos con la infección.

¿Cómo llega un virus a hacerse resistente a un fármaco?

El virus por sí solo tiene mucha tendencia a generar mutaciones, así que esta situación era hasta cierto punto previsible. En el caso del VIH, un paciente que no tome tratamiento genera cada día entre 1 y 100 billones de virus nuevos y cada uno de ellos puede tener una pequeña variación. Esto quiere decir que en un solo día se puede llegar a generar una mutación que lo haga resistente a algún fármaco.

¿Influye que el tratamiento no se siga de forma adecuada?

Sí, si el tratamiento no se toma bien lo que hace es acelerar el desarrollo de resistencias. En ocasiones, los pacientes se encuentran con dificultades para acceder a un tratamiento continuado, toman dosis inferiores a las adecuadas o se olvidan, con lo que no se consigue que el virus quede totalmente bloqueado. En estos casos, como la presión que realiza el fármaco sobre el virus no es suficiente para suprimirlo, acaba acelerando la aparición de resistencias.

¿Qué implica el desarrollo de resistencias?

En primer lugar es malo para el paciente porque lo que quiere decir es que va a ser mucho más difícil de tratar, ya que habrá fármacos que dejen de funcionar. Pero el problema no termina ahí, sino que es un problema de salud pública, ya que estos virus resistentes se pueden transmitir, de forma que un individuo puede infectarse directamente por un virus que ya es resistente a los fármacos sin que haya tomado nunca un antirretroviral.

¿La situación actual es grave?

Lo que se ha visto en los últimos años es un incremento en la transmisión de virus resistentes, de forma que en algunos de países de rentas bajas y medias entre un 10 y un 15% de los pacientes que acceden al tratamiento por primera vez tienen un virus resistente. Además, se ha visto que este porcentaje se está incrementando de manera muy alarmante, con lo que si no hacemos nada, en los próximos años podríamos perder todos los beneficios que hemos conseguido a la hora de controlar la epidemia a escala global.

¿Por qué las resistencias han aumentado especialmente en países pobres?

Principalmente porque tienen entornos sanitarios que son más débiles que los nuestros. Por ejemplo, países donde hay pocos centros sanitarios o que no están preparados para atender enfermedades que requieren un seguimiento a largo plazo, como puede se la infección por el VIH. En algunos países no hay laboratorios donde se pueda realizar un seguimiento para saber si el tratamiento está funcionando o no, lo que favorece el desarrollo de resistencias. Además, en estos países también hay menos alternativas terapéuticas, aunque ahora la OMS va a recomendar dar el salto a unos fármacos nuevos que son parecidos a los que se suministran aquí en Europa.

¿Cómo esta situación en España?

Aquí, al igual que en Europa, las resistencias a los antirretrovirales han disminuido y esto ha sido porque damos fármacos muy potentes, pero también porque hacemos un seguimiento muy estrecho de los pacientes, a los que vemos cada 3 ó 6 meses y les hacemos toda una serie de controles. Además, tenemos varias alternativas para cuando un tratamiento falla.

En cualquier caso, quiero destacar que esto no es un problema local o de países pobres. La humanidad somos todos, así que lo que pasa en otros países y lo que pasa aquí en el fondo es lo mismo, y solo si trabajamos juntos podremos terminar con esta epidemia en las próximas décadas.

Ha insistido varias veces en que es importante hacer un seguimiento, pero hasta ahora la OMS no incluía en sus recomendaciones hacer tests de resistencia ¿por qué?

Pues porque, a día de hoy, muchos de estos tests son muy caros y porque la estrategia que teníamos estaba funcionando muy bien. Era una estrategia simplificada, cuyo objetivo era alcanzar al mayor número de gente posible y si hubiéramos llegado a toda la población afectada, los modelos indicaban que podíamos haber contenido la infección a escala mundial.

Pero la situación ha cambiado…

Sí, ahora lo que estamos viendo es que el virus está empezando a contratacar y lo que está haciendo es acumular resistencia a los fármacos que se dan habitualmente en estos países.

Entonces, ¿qué es lo que se puede hacer?

Lo primordial sigue siendo llegar a todo el mundo, ya que ahora mismo solo alcanzamos a la mitad de los afectados, que son unos 37 millones. Luego, que el tratamiento se tome de forma adecuada, para lo que hay que asegurar que no hay pérdidas de stock y, por último, poner en marcha las medidas de control y seguimiento para saber si los tratamientos están funcionando y ser capaces de reaccionar con rapidez si es necesario cambiarlo.

¿Cómo se pueden a implementar los controles en los países más pobres?

Lo primero que habría que implementar son los tests de carga viral, que son los que nos permiten saber si el virus está indetectable o no de manera rápida y relativamente asequible. Esto nos permite saber si el tratamiento está funcionando y buscar alternativas, lo que limitaría mucho el desarrollo de resistencias.

También están los tests genotípicos, que permiten determinar si existen mutaciones en el ADN virus, lo que sirve para predecir muy bien si el virus va a ser resistente a los fármacos. El problema es que, a día de hoy, siguen siendo demasiado caros, aunque creemos que poner el problema en la agenda de la salud pública mundial puede servir para simplificar y abaratar estos tests de forma que sean accesibles para todos los países.

Después están los tests fenotípicos, que nos dicen exactamente a qué fármacos se hará resistente el virus, pero son muy caros y complejos y no son aplicables en estas regiones.

Con todo, ¿se puede ser optimista?

El problema es grave, pero no hay que caer en la desesperación. Ahora nos hemos encontrado con esta situación, pero lo que debemos hacer es trabajar duro e intentar que los recursos de los que disponemos, que son muchos, lleguen al mayor número de afectados posible. Estoy convencido de que si hacemos lo que se recomienda, en los próximos 5 o 10 años se conseguirá disminuir mucho el impacto.

Por primera vez hay más pacientes con VIH en tratamiento que sin tratar

MADRID. El informe presentado este jueves en París (Francia) hace más  factibles los objetivos de 90-90-90 que este organismo se ha marcado  para el año 2020, con el objetivo de conseguir que el 90 por ciento  de los pacientes con VIH estén diagnosticados, tratados y con una  carga viral indetectable.

En 2016, según datos de ONUSIDA, había 36,7 millones de personas  con VIH en el mundo de los que 19,5 millones, un 53 por ciento, han  tenido acceso a un tratamiento. Además, el número de muertes por sida  ha caído a la mitad desde 2005, pasando de 1,9 millones a 1 millón de  fallecimientos en 2016.

Las nuevas infecciones también han caído pero, según este  organismo de Naciones Unidas, no al ritmo necesario para conseguir  sus objetivos a nivel mundial, ya que desde 2010 se han reducido un  16 por ciento. Y aunque hasta 69 países han experimentado una  reducción de nuevos casos, se observan “aumentos alarmantes” en  Europa oriental y Asia central.

MAS CERCA DE CUMPLIR LOS OBJETIVOS PARA 2020

“Cumplimos con la meta de 2015 de contar con 15 millones de  personas en tratamiento y estamos en camino de duplicar ese número a  30 millones para alcanzar nuestro objetivo de 2020”, ha reconocido el  director ejecutivo deONUSIDA, Michel Sidibé.

La región donde se han producido más avances es Africa oriental y  meridional, que ha sido la más afectada por el VIH y de hecho es  donde viven más de la mitad de los pacientes de todo el mundo. Desde  2010 las muertes por sida han caído un 42 por ciento, y las nuevas  infecciones por VIH se han reducido un 29 por ciento, especialmente  en niños, donde han caído hasta un 56 por ciento.

El trabajo también muestra como en 2016 más de dos tercios (70%)  de las personas que viven con el VIH ya saben que tienen el virus. De  éstas, hasta un 77 por ciento tiene acceso a una terapia  antirretroviral y, una vez tratadas, el 82 por ciento logran reducir  la carga viral a niveles indetectables, lo que es clave para su salud  y para prevenir posibles contagios.

Africa oriental y meridional, Europa occidental y central y  América del norte y del sur son las regiones que están más cerca de  conseguir el objetivo de 90-90-90 en 2020.

En el caso de la región africana, que es la que partía de una  situación más desfavorable, el 76 por ciento de personas con VIH  saben que tienen el virus. Y de estos, el 79 por ciento están en  tratamiento y hasta el 83 por ciento ha logrado reducir la carga del  virus, lo que equivale al 50 por ciento de todos los pacientes con  VIH de esta región.

SIETE PAISES MAS CUMPLEN EL 90-90-90 

En este último año siete nuevos países ya han alcanzado los  objetivos de 90-90-90 (Botswana, Camboya, Dinamarca, Islandia,  Singapur, Suecia y Reino Unido) y muchos más están a punto de  lograrlo.

“Acabar con el sida es posible, es un compromiso compartido y una  aspiración”, ha añadido la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, durante  la presentación de estos datos.

Además, la reducción de las muertes por sida ha permitido también  que la esperanza de vida haya aumentado significativamente en los  países más afectados. De hecho, en Africa oriental y meridional ha  crecido casi 10 años desde 2006.

“Las comunidades y las familias están prosperando a medida que el  sida decae. A medida que controlamos la epidemia, los resultados de  salud están mejorando y las naciones se están volviendo más fuertes”,  ha insistido Sidibé.

De igual modo, alrededor del 76 por ciento de las mujeres  embarazadas que viven con VIH tenían acceso a los medicamentos  antirretrovirales en 2016, frente al 47 por ciento en 2010, mientras  que las nuevas infecciones por VIH en niños se han reducido a la  mitad, pasando de 300.000 en 2010 a 160.000 el año pasado.

TAMBIEN HAY ‘SOMBRAS’ EN ESTE AVANCE 

Pese a estos avances, ONUSIDA lamenta que en algunas regiones  sigue quedando mucho trabajo por hacer, en especial en Oriente Medio,  el norte de Africa, Europa oriental y Asia central, donde las muertes  relacionadas con el sida han aumentado un 48 y 38 por ciento,  respectivamente.

No obstante, en estas regiones también hay excepciones que  demuestran que cuando se hacen esfuerzos los resultados acaban  llegando. En Argelia, por ejemplo, ha aumentado el acceso al  tratamiento del VIH del 24 por ciento en 2010 al 76 por ciento en  2016, en Marruecos del 16 al 48 por ciento en el mismo periodo y en  Bielorrusia del 29 al 45 por ciento.

Además, ONUSIDA lamenta que, pese al avance en el conocimiento del  estado serológico, alrededor de un 30 por ciento de los afectados  sigue sin saber que tiene VIH. Asimismo, sigue habiendo 17,1 millones  de afectados que no tienen acceso al tratamiento y, pese a ello, más  de la mitad siguen sin tener controlado el virus.

Sólo el 43 por ciento de los niños que viven con el VIH tienen  acceso a la terapia antirretroviral, en comparación con el 54 por  ciento de los adultos, y hasta dos tercios de los menores de dos años  son diagnosticados tarde y comienzan el tratamiento cuando presentan  ya una inmunodeficiencia avanzada, lo que explica que todavía exista  una alta tasa de mortalidad en este grupo de edad.

De igual modo, los jóvenes de 15 a 24 años están rezagados en  múltiples frentes, desde el conocimiento del VIH al acceso al  diagnóstico, tratamiento y prevención. Las nuevas infecciones por VIH  en mujeres jóvenes del Africa subsahariana son un 44 por ciento más  altas que entre los hombres de la misma edad de su región.

La ‘ruina’ de Jimena y Shaza

Su historia de amor imposible conmovió a España enteraLas dos jóvenes que huyeron de Dubái por las amenazas del padre musulmán de una de ellas se convirtieron en iconos del movimiento LGTB. En todo un símbolo de la lucha contra la represión islámica que llegó incluso hasta las páginas de The New York Times. Las televisiones retransmitieron su odisea por las ásperas cárceles turcas, donde llegaron a ser acusadas de terrorismo y a vivir un auténtico calvario. Insultos, vejaciones, amenazas… El Gobierno español puso toda la carne en el asador para sacarlas del atolladero otomano y permitir que su romántico idilio continuase en nuestro país. Finalmente Jimena (28 años) y Shaza (21) llegaron sanas y salvas a Torrox (Málaga) el pasado 30 de abril como si fuesen estrellas de rock. Pronto comenzó su tour mediático. No había prácticamente espacio televisivo que no pisasen. Eran reclamadas. Se sentían queridas. Incluso Juan Carlos Ferrero, el dueño del exclusivo club de playa de Marbella Funky Buddha Beach, contrató a Jimena tras verla pidiendo empleo en un plató. Pero no todo tiene tintes de cuento feliz. La realidad es que ahora la pareja vive una situación complicada porque no tiene “ni un duro”, relataba Jimena el pasado jueves a Crónica.

“Estoy buscando trabajo, seguro que me sale algo. Vivimos en la casa de mis padres que son los que nos mantienen”, comentaba la malagueña, de familia humilde, y que ahora pasa sus días al sol en la tranquila localidad de Torrox. Shaza tampoco puede colaborar en la economía de la pareja pues aún no tiene papeles para trabajar. Su petición de asilo a España todavía está en curso y ha tenido dos entrevistas en Madrid en una oficina del Ministerio del Interior para acelerar su situación. El funcionario le pidió que probase que efectivamente su padre le había amenazado por su condición sexual (le llegó a recomendar ir al psicólogo y su madre le amenazó con suicidarse). “Le pidió pruebas como whatsapps con las amenazas del padre o la imagen de la caja fuerte donde guardó el pasaporte de ambas para que no saliesen de Dubái. Soy optimista y creo que el Gobierno va a atender su petición de asilo en un proceso que se puede demorar seis meses”, señala su abogado, Borja Fernández, del prestigioso despacho Fuster Fabra, que ha renunciado a sus honorarios para defenderlas.

Jimena y Shaza sólo han cobrado por ahora 5.000 euros brutos por salir en una publicación, dinero que la malagueña destinó en su mayor parte a amueblar una casa en Marbella. El propietario del club que la contrató como coctelera les había facilitado gratuitamente un dúplex de su propiedad en una de las zonas más exclusivas del municipio, a diez minutos en coche del establecimiento. Estuvieron allí varias semanas, pero al no tener Jimena modo de transporte para ir a trabajar se buscaron un alojamiento más cercano al negocio.

Muebles para la casa

Jimena le pidió al dueño de su nuevo piso que le “acondicionase” mejor el inmueble. Se negó, según ella, porque era árabe y no quería que viviesen allí al tratarse de lesbianas. “Él no quería que estuviesen allí, no estaba cómodo, y no les facilitó las cosas”, cuenta una persona cercana al arrendador. Buscaron otros sitios, pero los precios estaban por las nubes. Además, los bolos televisivos de la pareja en Madrid hacían imposible que Jimena pudiese trabajar full time en el club de playa. Desde Funky Buddha Beach aseguran que estaban encantados de contar con Jimena pero que sus continuos viajes a Madrid hacían imposible que pudiese trabajar allí dado que necesitan dedicación plena. Ellas sólo tienen palabras de agradecimiento a Juan Carlos Ferrero, al que consideran su “padre adoptivo”. Las chicas volvieron a Torrox y Jimena buscó empleo, pero al haber comenzado la temporada fue imposible. “Me está costando la vida encontrar trabajo porque todos los locales ya tienen a su gente“, decía el jueves.

Jimena se encuentra buscando “curro” en discotecas de Madrid para mudarse en septiembre junto a Shaza. Ambas jóvenes se han unido más que nunca en la adversidad y mantienen su amor intacto. El padre de la chica egipcia ha dejado de amenazar a su hija y no ha podido venir a nuestro país en su busca ya que no ha conseguido visado. Ahora tiene otro fuego en casa: otra de sus hijas está amenazando con fugarse a España con su hermana Shaza, que huyó de Dubái harta de tener que esconder su homosexualidad en un emirato que castiga con penas de prisión esa condición.

El único balón de oxígeno que tienen las jóvenes es un proyecto de telefilme que esperan que fructifique. Las veinteañeras han cedido a una productora los derechos de una historia de amor que comenzó en Tinder. Y de rebote. En 2016, la empresa donde estaba Jimena en Londres la envió a un elitista restaurante de Dubái a servir los cócteles con los que había maravillado al público londinense. Una vez regresó a la capital inglesa, abrió la app y las primeras mujeres que le salieron eran de Dubái. Comenzaron a chatear durante varias semanas y en junio de 2016 Jimena puso rumbo al emirato. Se enamoraron a primera vista. Y comenzaron a vivir su affaire a escondidas. Teniendo relaciones en la casa de los padres de Shaza mientras éstos hablaban para casarla con el hijo de un hombre rico. Las separaba una pared.

Jimena tuvo que volver a Inglaterra y Shaza se inventó un viaje a Londres con su universidad. Allí decidió que no quería regresar a Dubái y le mandó un whatsapp a su madre reconociéndole su homosexualidad. El padre le pidió que volviese a Dubái pero era una trampa. Jimena decidió acompañarle y allí el padre las quiso retener guardándoles los pasaportes en una caja fuerte. Ahí empieza la gran huida que las llevó a Georgia, con el padre de Shaza presentándose en el aeropuerto de Tiflis para impedir que su hija se fuese a Londres. Rompió el pasaporte de Shaza, pero pudieron escaparse. Viajaron en bus hasta Estambul donde fueron encarceladas acusadas de terrorismo hasta que el Ejecutivo español consiguió la liberación de Jimena. Ésta le dijo al cónsul que no se iba sin Shaza y consiguió que el Gobierno arreglase la salida de una chica egipcia. Llegaron exultantes a España, pero ahora rezan para que Jimena pueda encontrar un empleo pronto. El viernes, a punto de cerrar esta edición, Jimena aseguraba que una persona le acababa de ofrecer un trabajo en su tierra como niñera. A doce euros la hora. Pero su objetivo es Madrid.

Agentes del servicio de inteligencia canadiense denuncian racismo y homofobia

El primer ministro de Canadá participa por primera vez en la marcha del Orgullo Gay EFE

Cinco empleados del servicio de inteligencia canadiense han interpuesto una demanda por 35 millones de dólares canadienses (algo más de 24 millones de euros) contra la agencia por daños y perjuicios después de años de supuestos acosos en el lugar de trabajo. Los trabajadores aseguran que el ambiente laboral está plagado de racismo, homofobia y sentimientos en contra de los musulmanes.

Las denuncias contra el Servicio de Inteligencia y Seguridad de Canadá, que quedan reflejadas en un escrito de demanda presentado esta semana en el Tribunal Federal, ofrece una perspectiva sobre una de las organizaciones más secretas del país.

Las acusaciones muestran una fotografía de un ambiente laboral hostil en el que “el racismo, el sexismo, la homofobia y los comportamientos discriminatorios se han convertido en algo habitual y aceptado”. Ninguna de las denuncias que aparecen en la declaración de 54 páginas ha sido probada ante un tribunal.

La agencia es la última fuerza de seguridad canadiense que se ve sacudida por acusaciones de comportamiento inapropiado. En noviembre, la Real Policía Montada de Canadá se disculpó formalmente y destinó 100 millones de dólares canadienses (casi 70 millones de euros) a pagar a cientos de mujeres que ejercen o ejercieron como oficiales y fueron objeto de ataques sexuales y discriminación. Además, una investigación realizada en el año 2015 sobre las fuerzas armadas canadienses destapó acoso sexual generalizado y hostilidad hacia las minorías y las mujeres.

Las acusaciones contra el servicio de inteligencia canadiense se basan en lo vivido por cinco trabajadores con amplia experiencia. La demanda llega después de que los trabajadores –de manera individual y colectiva– estuvieran más de un año intentando tramitar las denuncias de manera interna, comenta su abogado, John Phillips.

“Todos son trabajadores excepcionales del CSIS (servicio de inteligencia de Canadá). Necesitamos a estas personas sobre el terreno tratando con los problemas de seguridad nacional, representando a las minorías que son tan importantes”, añade. “Para los canadienses, es una catástrofe que no seamos capaces de mantenerlos en sus puestos”.

En la demanda se asegura que los intentos de abordar años de discriminación y abusos –ambos a través de canales formales e informales– fueron “recibidos con burlas, amenazas de represalias y más daños”.

Los trabajadores aseguran que algunos miembros de dirección ridiculizaron, abusaron y amenazaron a los empleados, estableciendo un tono que se acabó imponiendo en los 3.300 trabajadores. Cuando le hicieron frente, los directivos en cuestión, al parecer, se negaron a admitir que ese comportamiento fuese una conducta ilícita.

Miedo a las represalias

Antes de presentar la demanda, los empleados tenían miedo a las represalias, reconoce Phillips. “Se trata de una acción muy valiente por su parte. Tenían que hacerlo”. Estos cinco trabajadores están de baja prolongada, en algunos casos, están luchando con el estrés, la ansiedad y la depresión vinculados al trato sufrido en la agencia.

El viernes, David Vigneault (director de CSIS), respondió a las acusacionesasegurando que la agencia se enorgullecía por ser de primer nivel y por crear un sano y respetuoso ambiente laboral. “Me gustaría recalcar que, como una organización, el CSIS no tolera el acoso, la discriminación o los abusos en ninguna circunstancia”, dijo a través de un comunicado. “A los trabajadores se les anima siempre a que informen de todos los incidentes relacionados con el acoso, reales o potenciales, a sus superiores”.

En la denuncia se utilizan seudónimos para detallar las acusaciones, ya que los empleados tienen prohibido identificarse a sí mismos o a sus compañeros mientras trabajen para el servicio de inteligencia.

Uno de los empleados, que es gay y su pareja es musulmán, denunció que desde que había llegado a la delegación de Toronto hace 10 años algunos de sus superiores incidían constantemente en su sexualidad. Cuando se dirigían a él, lo hacían utilizando términos como “chico gay”, “maricón”, “chico maricón”, y “marica”. Al mismo jefe también se le acusa de escribir un mail al empleado diciéndole: “Ten cuidado de que tu familia política musulmana no te decapite mientras duermes por ser marica”.

Otra oficial de inteligencia con más de una década de experiencia dijo que en este lugar de trabajo los comentarios y las opiniones en contra de los musulmanes eran del todo habituales. Esta trabajadora aseguró que toda esta hostilidad adquirió tintes personales en 2004, después de que empezase a llevar hijab. Al parecer, los supervisores ordenaron que para ir a cualquiera de sus planes relacionados con musulmanes fuera del trabajo –como ir a la mezquita o participar en actividades comunitarias– tenía que pedirles permiso previamente.

Otro denunciante –un trabajador con una experiencia de 22 años en la agencia– acusó al servicio de inteligencia de marginar a los musulmanes como él. “La cultura del CSIS es hostil hacia los musulmanes, es algo más que un entorno poco amigable –es un prejuicio profundamente arraigado de desconfianza hacia los musulmanes. Esto significa que los musulmanes se utilizan y se dirigen cuando se necesitan, pero no forman parte del equipo”.

Los demandantes también incluyen el caso de una empleada que fue descrita como la primera oficial de inteligencia negra del CSIS. Después de escalar puestos hasta convertirse en jefa, aseguró que la dirección le hizo sentir como si fuera “una negra simbólica, ascendida sin ningún mérito”. Afirmó también que uno de sus jefes llegó a decirle: “Al Servicio le gusta que gente como tú ascienda. Estoy convencido de que en muy poco tiempo probablemente seas mi jefa”.

El servicio de inteligencia tiene 30 días para presentar un escrito de defensa si planea enfrentarse a la demanda.

Traducido por Cristina Armunia Berges

El VIH secuestra una molécula de la superficie celular para su invasión

Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud de EE UU han logrado evitar el proceso de invasión bloqueando químicamente este paso, evitando que el material genético del VIH entre en las células

Un test para detectar VIH. / Reuters

Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) estadounidenses han descubierto un paso clave en el proceso que utiliza el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) para inyectar su material genético en las células. Trabajando con cultivos de células y tejidos, los autores evitaron el proceso de invasión bloqueando químicamente este paso, evitando que el material genético del VIH entre en las células.

Los hallazgos, que se publican en la revista ‘Cell Host & Microbe’, podrían conducir al desarrollo de nuevos medicamentos para prevenir la infección por el VIH. El encargado de liderar el estudio fue el profesor Leonid V. Chernomordik, del Instituto Nacional de Salud Infantil y de Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver (NICHD, por sus siglas en inglés), que forma parte de los NIH.

Para infectar una célula, una proteína en la superficie del VIH se une a las moléculas en la superficie de la célula, un proceso de unión que inicia una secuencia de eventos que termina con la membrana externa del VIH fusionándose con la membrana de la célula. Entonces, el material genético del virus pasa a la célula.

Los científicos descubrieron que el proceso de unión activa una proteína, llamada TMEM 16F, que transfiere otra molécula dentro de la membrana celular, la fosfatidilserina, a la superficie externa de la membrana. Creen que las moléculas en la membrana viral se unen con la fosfatidilserina expuesta en la superficie celular para mejorar la fusión del virus a la célula.

Los investigadores descubrieron que bloquear la transferencia de fosfatidilserina a la superficie de la célula -o la unión de otra molécula a la fosfatidilserina para que no se pueda unir con el VIH- impide que el virus infecte la célula. En teoría, el desarrollo de medicamentos que puedan bloquear cada uno de estos pasos podría proporcionar la base para los tratamientos para prevenir que el VIH infecte las células, pero se necesita mucha más investigación.