El drama de Natasha, refugiada transexual

El periplo de Natasha de Pakistán a Grecia

El periplo de Natasha de Pakistán a Grecia EL MUNDO

Los rumores sobre el inminente desalojo del campamento de refugiados de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, se confirman en la tarde del pasado 23 de mayo. Cientos de policías griegos de paisano peinan todas las tiendas de campaña y comienzan a expulsar a voluntarios y periodistas de la zona. No quieren testigos. Las expulsiones van a tener lugar de madrugada y por la fuerza.

Entre las sombras, un grupo de españoles se mueve a gran velocidad. Intentan sacar de allí, sin ser detectados, a una joven pakistaní que atiende al nombre de Natasha. No pueden dejarla en Idomeni: no tiene dinero, documentación, amigos ni familiares y no domina el inglés; de quedarse, tendría muchas posibilidades de acabar siendo devuelta a Turquía o quizá algo peor.

Sólo 24 horas antes, Natasha había tenido que trasladar su pequeña tienda de campaña a una zona vigilada del improvisado campamento. Durante meses había sufrido abusos, burlas, palizas y robos, principalmente por parte de sus compatriotas, por el único motivo de ser transexual. Casos como el suyo dan sentido a la semana del Orgullo Gay, que se está celebrando estos días en España y otros países para defender el fin de la persecución contra la diversidad sexual y de género. Su situación era límite.

“Tengo miedo, pero también tengo esperanzas”, decía entre lágrimas antes de subirse a un taxi junto a dos voluntarias con las que conseguiría burlar los controles y refugiarse en un piso franco mientras se intentaba tramitar su solicitud de asilo.

Acababa de ser aislada para evitar que siguieran abusando de ella y, sin embargo, no dejaba de sonreír. Cuando uno le preguntaba por sus problemas en Idomeni, señalaba a los chiquillos que correteaban cerca y decía: “Hay muchos niños que sufren y nadie piensa en ellos. Ellos sí que tienen problemas”.

Natasha, maquillada antes de salir de Pakistán, y, a la derecha, en el campo de refugiados de Idomeni, en Grecia

Natasha, maquillada antes de salir de Pakistán, y, a la derecha, en el campo de refugiados de Idomeni, en Grecia. ÁLBUM FAMILIAR / JESÚS BLASCO DE AVELLANEDA

¿Cómo definiría, en una sola palabra, su vida en los campamentos?, le preguntamos. “Soledad. Me siento sola, muy sola. No siento que ésta sea yo“, susurraba con la mirada puesta en la alambrada de una frontera que le cerraron en las narices y que la dejó bloqueada durante meses en el norte de Grecia. Cada noche dormía entre el fango abrazada a sus pocas pertenencias y rezando para que no entraran a pegarle o a intentar violarla, algo que ocurría con demasiada frecuencia.

Generosa, vital y femenina, Natasha no dejaba de sentirse viva y mujer. Se tapaba la cara y se mostraba inquieta ante las cámaras: “Estoy fea. Hace meses que no me tomo las hormonas y no me siento cómoda con mi aspecto”, comentaba entre risas. Para evitar abusos durante el duro viaje, antes de salir de Pakistán se cortó el pelo y suspendió el tratamiento hormonal que había comenzado en 2011.

El viaje más duro

Llora cuando recuerda el viaje, no por lo mucho que ha sufrido sino por lo que ha dejado atrás: “Me acuerdo de mi madre y mi hermana y me siento culpable”, comenta entre sollozos. Y es que para que Natasha esté hoy en Europa, ellas viven esclavizadas hasta pagar la deuda contraída durante el viaje. Un montante que asciende a poco más de 1.000 euros pero que para ellas equivale a ocho años de trabajo.

Tardó dos meses en atravesar Pakistán, Irán y Turquía. Al llegar a Estambul ya habían muerto cinco de los jóvenes que partieron con ella. En la histórica Constantinopla le hicieron trabajar en un taller de costura clandestino durante tres meses sin cobrar. Antes de partir de la costa cercana a la ciudad turca de Esmirna hacia la isla griega de Lesbos, le robaron los últimos 200 euros que tenía, le destruyeron todos sus documentos y le quitaron su tratamiento hormonal para hacerse mujer, que pensaba retomar una vez en Europa.

Ninguno de los que viajaban en la barcaza había visto nunca el mar. No podía dejar de tiritar de frío. Iba tanta gente en el bote que con el movimiento de las olas iban cayendo personas al mar. Muchos murieron antes de alcanzar el puerto de Mitilene, en Lesbos, entre ellos el único chico que quedaba de los que salieron con ella desde su ciudad natal, al noreste de Pakistán.

Ya en la Grecia continental, sola y con lo puesto, fue sometida a explotación sexual y a sistemáticos maltratos físicos por parte de la mafia pakistaní que la controlaba y que la obligaba a trabajar sin recibir contraprestación alguna. Cuando logró fugarse a Idomeni y se encontró con la frontera cerrada y con nuevos abusos y marginación, confiesa que llegó a echar de menos la tierra de donde huyó de todo, hasta de sí misma.

“Pobre como una rata”

En un país como Pakistán, donde la homosexualidad y la transexualidad se consideran graves delitos y pueden estar penadas incluso con la muerte, y donde a los graves problemas de terrorismo, insurgencia, inestabilidad política, corrupción y fracaso institucional se suma una economía abocada, según muchos analistas, al colapso, Natasha no podía ser otra cosa que, según ella misma describe, “transexual y pobre como una rata”.

Nada más nacer su madre la llevaba en brazos cuando salía a pedir por las calles de Gujranwala. A los siete años comenzó a vestirse con ropajes femeninos y a los 12, cuando dejó de mendigar y comenzó a limpiar escaleras, ya había adoptado los atuendos y comportamientos de una mujer. Comenzaba entonces una vida marcada por la constante violencia ejercida sobre ella.

“Mi padre me echó de casa. Mis hermanos me repudiaron, me pegaban. En la calle me han violado, me han llegado a apedrear, a desnudar en plena calle”. Sólo su madre y su hermana pequeña la han apoyado siempre y ayudado a escondidas. Ellas fueron las que sobornaron a la Policía para sacar a Natasha de la cárcel cuando fue detenida por su condición.

Víctima de explotación sexual y laboral, acosada por su familia y perseguida por gran parte de la sociedad, intentó en su desesperación quitarse la vida.

Ahora se alegra de no haber tenido suerte en su intento. No deja de sonreír. Ha vuelto a pintarse y a tomar su tratamiento hormonal y ha recuperado su afición por la peluquería. Tras un mes de dura lucha por parte de voluntarios y organizaciones, Natasha está registrada y es oficialmente potencial demandante de asilo en Grecia. Ya no puede ser detenida ni deportada.

Es libre, pero le cuesta creérselo. Toda una vida de abusos no puede borrarse de un plumazo. Su sueño: poder trabajar en España y saldar la deuda contraída por su madre y su hermana pequeña para su viaje. Siente que ahora sí vuelve a ser ella misma. ¿Cómo definiría en una sola palabra su vida en estos momentos? “Natasha”.

El obispo de Toluca: “Dios creó a Adán y a Eva, no dos Adanes, no dos Evas, ¿verdad que no?”

Activistas gay denuncian a un prelado mexicano por denigrar el matrimonio homosexual

El obispo Francisco Chavolla en una homilía.

El obispo Francisco Chavolla en una homilía.

México avanza hacia el reconocimiento del matrimonio homosexual, a tal punto que el presidente Enrique Peña Nieto propuso en mayo que se incluya como un derecho en la Constitución. Pero su clero mantiene los pies fijos en su sitio, con declaraciones que soliviantan a los defensores de la causa. Por ejemplo, las del obispo de Toluca en una homilía en mayo: “No estoy a favor de que se denigren el marimonio”, dijo Francisco Chavolla. “Y menos que se pervierta a los niños”.

Activistas gay acaban de denunciarlo ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación y le han mandado una carta de protesta al Papa a través de la nunciatura (misión diplomática) del Vaticano en México. Desde su famosa frasesobre los homosexuales  –”¿Quién soy yo para juzgarlos?”– Francisco es visto como un pontífice flexible en su visión social, y los activistas mexicanos lo han remitido a sus propias palabras en su queja sobre Chavolla.

Las palabras del obispo tuvieron un eco especial en vísperas de que el Congreso de su demarcación territorial, el Estado de México, discutiera la legalización de los enlaces del mismo sexo. Chavolla, de 70 años, encabezó una marcha y dedicó su homilía a perorar contra el matrimonio gay. “Dios creó a Adán y a Eva, no dos Adanes, no dos Evas, ¿verdad que no?”, preguntó retóricamente antes de ofrecer lo que llamó “un ejemplo” de su carácter “antinatural”, el que sigue:

“Inviten a unos hombres y mujeres a una isla lejana, sola. Pónganles comida, medicina, pónganles todo y déjenlos que pasen allá algunos años, y en otra isla lleven a puros hombres y déjenlos que pasen algunos años. Pasados unos 30 o 40 años regresen. Donde estaban puros hombres, lo único que queda son viejitos consumados [sic] o algunos esqueletos, y donde pusieron hombres y mujeres van a haber un montón de chilpayates [niños]. ¿Qué dice la naturaleza?. ¿Dónde está la vida? Hijos, no es la religión, la naturaleza habla”, ilustró el prelado.

Dos días después el Congreso local anunció que aplazaba la deliberación sobre el matrimonio gay. La apuesta de Peña Nieto por impulsar su legitimidad no cuajó en el Parlamento del territorio donde forjó su carrera política como gobernador, el Estado de México, que rodea a la capital, la Ciudad de México, es el más poblado del país (15 millones de habitantes) y siempre ha estado gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el mismo del presidente.

Católico y licenciado en Derecho en la Universidad Panamericana, ligada al Opus Dei, Peña Nieto ha sorprendido enarbolando la causa de los derechos homosexuales, si bien forma parte de un partido laico. El gesto conecta con una sensibilidad creciente en México y oxigena su imagen, lastrada por el estancamiento de su agenda de reformas y por la violencia incesante, con el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala como corona de espinas.

El coste político de su envite progresista se lo están cobrando los sectores tradicionalistas. Dentro del PRI se considera que pudo influir en los malos resultados del partido en las elecciones estatales del 5 de junio, con grupos de ultraderecha haciendo proselitismo a favor del voto conservador y con la Iglesia malencarada. Tras los comicios, el semanario Desde la fe, pilotado por el poderoso arzobispo de la Ciudad de México Norberto Rivera, publicó un editorial fustigando a Peña Nieto y poniendo en relación directa la cuestión gay con la pérdida de votos del PRI: “Ante el descalabro electoral”, decía el texto, “cabría preguntarnos: ¿Quién mal aconsejó al presidente para tener “contentos” a un grupo minoritario y a oscuros lobbysinternacionales que vienen destruyendo los valores sociales y familiares?”.

La iniciativa de Peña Nieto debe pasar por la aprobación del Congreso e implica la reforma del artículo 4 de la Constitución. En caso de que el derecho al matrimonio homosexual, avalado en 2015 por la Suprema Corte, quede acreditado en la Carta Magna, empezaría el farragoso proceso de que fuese reconocido en el código civil de cada Estado. Hasta la fecha lo permiten sólo ocho de los 32 que forman la República, entre ellos la capital, Ciudad de México, a la vanguardia de una tendencia que va con el viento a favor pero que todavía se ve refrenada por rachas de aire confesional y por el paso timorato de los partidos políticos, mezcla de conservadurismo y cáculo electoral prudencial.

El papa Benedicto XVI revela que había un lobby gay en el Vaticano y que él lo desarticuló

El prelado polaco Krzysztof Charamsa, oficial en la Congregación para la Doctrina de la Fe, no podrá seguir en este organismo tras declarar su homosexualidad públicamente

El prelado polaco Krzysztof Charamsa expulsado tras declarar su homosexualidad públicamente junto a su pareja / EFE

El papa Benedicto XVI conocía la existencia de un “lobby gay” en el interior del Vaticano, un grupo de poder, compuesto por “cuatro o cinco personas”, y que él fue capaz de disolverlo antes de renunciar al Papado. Ratzinger se confiesa en Últimas conversaciones, un libro-entrevista con el escritor alemán Peter Seewald que verá la luz en septiembre editado por Droemer. Se trata de la primera ocasión en que el Papa emérito admite la existencia de dicho lobby, aunque en el informe secreto encargado por Ratzinger a los cardenales Julián Herranz, Jozef Tomko y Salvatore De Giorgi ya apareció este tema.

Una de las pocas personas que ha leído el manuscrito, el vaticanista Luigi Accatoli, apunta a que el Papa emérito revela las “tormentas” de sus ocho años de pontificado, que llevaron hasta su histórica renuncia, así como la “sorpresa” que supuso la elección de Bergoglio como su sucesor al frente de la Iglesia católica.

En sus respuestas se observa un Papa emérito que trata de reivindicarse como un luchador frente a la podredumbre existente en el Vaticano, aunque admite que pecó de “falta de decisión” de gobierno. Al tiempo, rechaza la crítica de quienes le consideraron un Papa demasiado académico y apunta cómo intentó reformar el Banco Vaticano y que puso las bases para la lucha contra el blanqueo de dinero. Del mismo modo, reivindica su papel decidido contra la “plaga de la pedofilia” pese a las dificultades se encontró cuando se quieren tomar decisiones firmes sobre “la suciedad que se encuentra en la Iglesia”, admite.

Ratzinger revela que durante su pontificado tomó “notas y notas” sobre multitud de temas, pero que las destruirá para que nadie, ni siquiera los historiadores, puedan dejar constancia de algunos conflictos.

Así se gestó su renuncia

Sobre su renuncia, Benedicto apunta que la preparó con “unas pocas personas” muy cercanas y recuerda el temor a que alguna filtración pudiera limitar la fuerza de su anuncio. Algo muy común en los últimos tiempos de su pontificado, marcado por el escándalo del “Vatileaks” y la fuga de documentos comprometedores por parte -fue el único condenado- de su mayordomo, Paolo Gabriele.

En la entrevista, Ratzinger niega cualquier “chantaje o presión” para que renunciara, y cómo siguió el cónclave desde Castel Gandolfo. La “sorpresa” de la elección de Bergoglio –Benedicto había hecho sus propias quinielas, en las que no se encontraba el entonces cardenal de Buenos Aires– dejó paso a la “alegría” tras ver en televisión cómo el nuevo Papa rezaba y pedía la bendición del pueblo desde el balcón central de la logia de San Pedro.

Sobre Francisco, Ratzinger apunta que se trata de “un hombre inesperado por él en la víspera del cónclave. Dos figuras distintas, dos modos diferentes de entender el Papado”, aunque destaca su “figura humana y papal”.

En el libro también hay espacio para los recuerdos de su infancia y adolescencia en la Alemania nazi, el descubrimiento de su vocación y los meses que pasó en prisión en un campo estadounidense, cerca de Ulm. Su paso como “experto” en el Concilio Vaticano II o sus años como profesor también se apuntan en este libro, una suerte de “cuarta parte” de las memorias escritas a través de sus conversaciones con Seewald.

Según informa Il Corriere, en su nuevo libro Ratzinger “habla de sí mismo, de su fe, las debilidades, la vida privada, los escándalos y los nudos del Papado, explicando las razones de su opción de renunciar y despejando dudas sobre presuntas presiones que lo habrían empujado a dejar el cargo”.

La ‘rutina’ homófoba brasileña se cobra una víctima en una universidad de Rio de Janeiro

  • Diego Vieira Machado fue asesinado en el campus de la Universidad Federal de Rio de Janeiro

  • “Quería mudarse y hablaba de la inseguridad por el hecho de ser gay y negro”, lamenta su hermano

Pintada homófoba en un muro de Brasil

Pintada homófoba en un muro de Brasil. G.A.

El cuerpo de Diego Vieira Machado, estudiante de arquitectura de 30 años, apareció dentro de la bahía de Guanabara en el campus de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) el pasado sábado. Con signos de fuertes golpes de palos en la cabeza y sin pantalones, fue una de las nuevas víctimas mortales de la homofobia que casi cada día se repiten en el país que más gays y transexuales mata del mundo. En 2013, año del que se tienen los últimos datos, fueron contabilizados 312 asesinatos o suicidios de homosexuales o transexuales brasileños víctimas de transhomofobia, cifras de la ONG Grupo Gay de Bahía. La cifra equivale a seis matanzas como la de Orlando en la discoteca gay el pasado mes de junio.

La víctima, según relataron familiares y amigos a los medios locales, contó haber sido amenazado tiempo antes de ser asesinado. “Quería dejar de vivir en los alojamientos universitarios. Hablaba sobre la inseguridad dentro de la universidad, por el hecho de ser gay y negro”, explicó su hermano Maycon a la cadena Globonews. La policía, que ya ha identificado a cuatro sospechosos (entre los que se encuentran dos estudiantes), reconoció indicios de que se trate de crimen de odio y señaló que “sufría discriminación de cuño homofóbico” según varios testigos recogidos. En otra de las denuncias que el joven había hecho en Facebook, lamentaba la falta de la seguridad en el campus y llegó a asegurar que un joven había sido violado por un agente de seguridad privada de la residencia universitaria.

Varios estudiantes denunciaron también en las redes sociales haber recibido un correo electrónico procedente de gestión académica (seguramente hackeado) con mensajes de amenaza y discriminación hacia los gays y estudiantes de izquierda de la facultad. “Vamos a empezar por un cierto alumno que se dice minoría por ser homosexual al que le gusta fumar marihuana y otras cosas”, rezaba el correo electrónico fechado en 20 de mayo. El correo se decía destinado “a los becados” y advertía: “Sabemos la vida que lleváis de fiestas, drogas y promiscuidad”. “No vamos a sustentaros para que fuméis vuestros porros”, concluía el correo, firmado por una tal Juventud Revolucionaria Liberal Brasileña de la que no se conoce origen. A mediados de junio, 15 días antes del asesinato, una pintada en un baño de otro campus de la misma universidad fue denunciada por una foto de teléfono móvil y repercutió en la prensa local: “Muerte a los gays de la UFRJ”.

Además de un discurso homófobo y de extrema derecha de un sector de la universidad, preocupa en el campus de Fundao una alarmante inseguridad que ha permitido que en los últimos años tengan lugar violaciones y atracos en el entorno de la facultad. “No hay iluminación ni seguridad efectiva. Necesitamos una seguridad entrenada para la universidad y no policía militar”, lamenta a EL MUNDO Georgina Martins, profesora de literatura y miembro del grupo Madres por la Igualdad. Su hijo, que es gay, le despertó llorando durante la noche del pasado domingo.

“Los alojamientos (donde fue asesinado Diego) están en un lugar muy desierto y eso facilita la criminalidad”, lamenta Georgina, que asegura que el discurso “homófobo y machista” entre profesores y alumnos está muy presente y que no veía esa intensidad reaccionaria “desde la época de la dictadura”. “Parece que van a organizarse dentro de las universidades”, añade. “Los gays de la universidad están aterrados. Nunca habían vivido algo así”, comenta Georgina.

El diputado federal Jair Bolsonaro, que con casi medio millón de votos fue el más votado del estado de Rio en las elecciones de 2014, es el mayor exponente parlamentario de ese resurgir de la extrema derecha en Brasil. Con amplio historial de declaraciones homófobas, Bolsonaro es también defensor de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.

El asesinato de Diego no fue el único crimen transhomófobo llevado a cabo en Brasil este fin de semana. Pandora, transexual de 26 años , fue asesinada a puñaladas en el estado de Alagoas según el diario Ja é Noticia, mientras que el policía gay Roberto Carlos Maciel, de 49, murió víctima de tiros y cuchilladas en su residencia en Juiz de Fora, Minas Gerais. Los casos fueron compilados por la webHomofobiamata.wordpress.com, que relata una noticia similar de asesinatos de gays o transexuales casi cada día.

El Orgullo LGTBI lleva a las calles de Madrid el recuerdo de las víctimas de Orlando

En la lectura del manifiesto han asegurado que “hoy nos volvemos a manifestar para celebrar todo lo que hemos logrado, para reclamar todo lo que nos queda por lograr y para poner voz a aquellas personas que no pueden hacerlo”

Decenas de miles de personas han salido este sábado a las calles de Madrid en la tradicional manifestación del Orgullo LGTBI. La marcha, que ha iniciado su recorrido en la Glorieta de Carlos V hasta la Plaza de Colón, ha transcurrido en un ambiente festivo y lleno de colorido bajo el lema ‘Leyes por la Igualdad Real ¡Ya!’.

Una concentración que ha reivindicado cuatro puntos que, según afirman diversos colectivos sociales, deben ser el eje sobre el que pivote cualquier pacto de Gobierno en esta materia: una Ley de Igualdad LGTBI, una Ley Integral de Transexualidad, un pacto por la Educación así como un pacto frente al VIH, el estigma y la discriminación. Además, la marcha ha contado con una segunda cabecera para demandar el 2016 como el ‘Año de la Visibilidad Bisexual en la Diversidad’.

Decenas de miles de personas han salido este sábado a las calles de Madrid en la tradicional manifestación del Orgullo LGTBI. La marcha, que ha iniciado su recorrido en la Glorieta de Carlos V hasta la Plaza de Colón, ha transcurrido en un ambiente festivo y lleno de colorido bajo el lema ‘Leyes por la Igualdad Real ¡Ya!’.

Una concentración que ha reivindicado cuatro puntos que, según afirman diversos colectivos sociales, deben ser el eje sobre el que pivote cualquier pacto de Gobierno en esta materia: una Ley de Igualdad LGTBI, una Ley Integral de Transexualidad, un pacto por la Educación así como un pacto frente al VIH, el estigma y la discriminación. Además, la marcha ha contado con una segunda cabecera para demandar el 2016 como el ‘Año de la Visibilidad Bisexual en la Diversidad’.

Enfermos y criminales: cómo trató el franquismo a los homosexuales

Víctor Mora Gaspar publica ‘Al margen de la naturaleza’, un ensayo sobre la persecución que sufrió el colectivo LGTB durante la dictadura

Una pareja se da la mano mientras participa en una marcha con motivo del día internacional del orgullo gay

Una pareja se da la mano mientras participa en una marcha con motivo del día internacional del orgullo gay. / Efe

Durante los años del franquismo la homosexualidad no solo fue delito; se consideraba un problema de salud pública. Una condición que podía contagiarse y poner en peligro los estándares de masculinidad y feminidad impuestos desde la política, la religión y buena parte de la sociedad. Miles de gais acabaron en la cárcel por su orientación sexual. Fueron presos sociales repudiados por casi todos. Víctor Mora Gaspar (1981) da cuenta en su ensayo ‘Al margen de la naturaleza’ (Debate) de aquello que sustentaba las miserias que vivieron. De cómo la moral del régimen no solo se fraguó en leyes, sino también en una literatura científica que los tachaba de enfermos proclives al crimen y trataba de «curarlos» con terapias descabelladas.

«En 1954 se añade a los homosexuales a la Ley de Vagos y Maleantes, que es muy imprecisa y aunque castiga el escándalo público, éste podía ser cualquier cosa», explica Mora. Vecinos e incluso familiares de homosexuales los denunciaban a las autoridades. Solo por una sospecha se les podía detener. Llegaron a cárceles y centros especiales de detención por millares. Dieciséis años más tarde se aprueba su reemplazo, la Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social. La nueva doctrina propone reescribir sus identidades mediante terapias, aunque no elimina las penas de prisión. «Campos de concentración y de trabajo, y también de condicionamiento», alerta el autor. Las transexuales, sin excepción, se enviaban a prisiones de hombres.

Durante los últimos años del franquismo se llevaron a cabo toda clase de experimentos en busca de fórmulas para «curar» la homosexualidad. Estímulo-respuesta. Dolor (calambrazos, sobre todo en los pies) en presencia de imágenes eróticas. Cirugías. «Hay documentada al menos una lobotomía», recalca Mora.

Aquella ciencia respaldó todo. «Desde el punto de vista de la psiquiatría contemporánea era un tema que les quedaba grande, pero es que además Franco eliminó la ciencia española. El que quería investigar de verdad tenía que emigrar», afirma el autor del ensayo, que ganó el recién constituido premio Sagasta. «Se vuelve

a una era premoderna. Vallejo Nájera se convierte el psiquiatra oficial del régimen y se dedica a buscar el ‘gen rojo’». Ninguna de las terapias funcionó jamás.

Después, cuenta Mora, llegaron las grandes revoluciones culturales de los 70 en buena parte del mundo occidental, que desatan los movimientos que llevan a la situación actual. Pero a los avances, sostiene Mora, les han seguido otros impulsos en dirección contraria. «Ahora asistimos a un momento de tensión. Se han multiplicado por cuatro las agresiones a homosexuales, crece la violencia de género entre adolescentes. Tenemos que cuestionar la memoria, y ver qué hicimos bien y qué hicimos mal».

Un orgulloso y caluroso arcoíris vuelve a convertir Madrid en una fiesta

La manifestación ha discurrido en un ambiente festivo y colorista para celebrar “la igualdad de derechos y la convivencia en la diversidad”

 

Miles de jóvenes, mayores y familias no se han querido perder un año más la marcha por el Orgullo Gay en Madrid, donde no ha faltado las pancartas reivindicativas, pero también el calor, el arcoíris LGTB, los disfraces, la música y un ambiente de pura fiesta.

“La Visibilidad Bisexual en la Diversidad” ha sido el lema de una de las dos pancartas -la principal ha reclamado “Leyes por la Igualdad Real,¡Ya!”- que han encabezado una marcha que ha partido desde la madrileña plaza de Atocha para terminar en Colón, donde la fiesta continuará con conciertos. “Con amor aliviamos un mundo tan poblado”, “Mis derechos y mi libertad protegen los tuyos”, “Amar no es delito” son algunos de los lemas que junto a globos y los disfraces más variopintos han exhibido las miles de personas que desde España y el extranjero se han volcado a favor del colectivo LGTB.

Las pistolas de agua han sido uno de los objetos más agradecidos entre los participantes, pues han conseguido que este Orgullo Gay 2016 fuera un poco menos caluroso, ya que los termómetros pasaban de los treinta grados.

Indios, marineros, cabareteras, batman con faldas flamencas y vestimentas fosforitas han bailado al ritmo de ABBA, Alaska y Dinarama, Marta Sánchez y canciones latinas.

Las gafas de sol más variopintas acompañaban a pantalones de cortos imposibles e incluso se ha visto a más de uno/a enseñando “más de la cuenta”.

Selfies y fotos con desconocidos, que hoy no lo eran, no han cesado por todo el Paseo del Prado así como besos y abrazos en la treintena de carrozas que han participado en la marcha. También ha habido momentos serios como cuando se ha aplaudido las reclamaciones LGTB desde altavoces: aprobación urgente de una ley integral de transexualidad, ley de igualdad LGTBI, pacto de Estado por el VIH y medidas preventivas frente al acoso escolar por razón de acoso escolar.

“Yo soy bisexual, bisexual” ha sido uno de los cánticos más coreados ya que este año esta dedicado a la visibilidad de este colectivo que sienten atracción sexual y emocional hacia personas de más de un género.

Igualmente, esta fiesta se ha teñido de emoción al recordar al exdirigente socialista Pedro Zerolo, quien estará “para siempre” en Madrid, defendiendo los derechos y libertades del colectivo de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales al que, recientemente, también se ha añadido la “I” de intersexuales.

Este Orgullo ha sido la antesala del World Pride, que convertirá a Madrid por unos días en la capital de orgullo mundial, cuya misión es “empoderar” a los diferentes organizadores de eventos relacionados con el orgullo alrededor del mundo para promover los valores de una sociedad igualitaria.

Madrid será la siguiente capital en celebrar este evento en el año 2017, después de que se haya celebrado en otras ciudades como Roma, Jerusalén, Londres o Toronto. La fiesta no acaba esta noche ya que los conciertos continuarán y Madrid se seguirá llenando de color y calor a favor de los derechos de todos.

“Le dije que era lesbiana. Gritó: ‘¡Qué asco!’ y me soltó una patada”

Madrid: Zasca al amor romántico

El Orgullo Crítico se celebra paralelamente a las fiestas de Chueca y al gran desfile del sábado para reivindicar “un orgullo no mercantilizable, no consumible y que sea inclusivo”

Manifestación del Orgullo Crítico celebrada el pasado martes en Madrid

Manifestación del Orgullo Crítico celebrada el pasado martes en Madrid

Con el lema “Orgullo, resistencia y autodefensa”, los herederos veinteañeros de Pedro Zerolo se reunieron el pasado martes al anochecer, en la plaza recién bautizada con el nombre del activista gay fallecido, para leer manifiestos de reivindicación sexual.

El denominado Orgullo Crítico 2016, que concentró a casi un millar de personas —la mayoría muy jóvenes— en un ambiente relajado y festivo, permitió conocer las posiciones de “bolleras, maricas, latines, trans*, intersex,negres, queer, arrománticas, asexuales, biciosas, bisexuales, gordes, sordas, pansexuales, poliamorosas, moras, trabajadoras sexuales, y todas aquellas personas que con su existencia cuestionan la heteronorma”, según se leyó en el manifiesto principal.

El Orgullo Crítico se celebra paralelamente a las fiestas de Chueca y al gran desfile del sábado para denunciar “el capitalismo rosa” y reivindicar “un orgullo no mercantilizable, no consumible y que sea inclusivo”. Uno de sus portavoces aprovechó para cuestionar el modelo de Chueca, donde, según dijo, “el dinero y el ocio se venden como referentes de nuestra liberación”.

Especialmente aplaudido fue el manifiesto del Bloque No Monógamo, defensores de la poliamorosidad y las parejas abiertas, que bajo el lema ¡La alternativa a la media naranja es el racimo de uvas! hizo un llamamiento a visibilizar las redes afectivas y a denunciar la familia nuclear impuesta por la “propaganda del amor romántico”. “Nunca fuimos ni seremos dos contra el mundo; lo que nos hará menos vulnerables será tejer redes de apoyo”.

Arropados por las ideas emanadas de los estudios de género y feministas, y de la teoría queer (marica), la docena de grupos participantes en el Orgullo Crítico incidió en la validez de los conceptos de los autoproclamados “disidentes de la heterosexualidad”, acogidos bajo las siglas LGBTIQ+ (acrónimo inclusivo que se refiere a lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, intersexuales y otras identidades queer).

Un momento especial de la noche fue la intervención del grupo de asexuales, que participaba por primera vez en el Orgullo Crítico. Dos de sus componentes reivindicaron “la grisexualidad”. “Cuestionamos el modelo de primacía sexual en medio de una sociedad hipersexualizada”, dijeron. “La jerarquización de las relaciones afectivas en función del sexo. La presión de las expectativas sexuales. Una sociedad que nos dicta lo que debemos sentir, que nos cuestiona. Que no educa en la diversidad, en la diferencia, en lo que cada una es”.

Madrid: El Orgullo más envidiado del mundo

Multitudinario y divertido, el Orgullo de Madrid es el más relevante de Europa. Su impacto económico y cultural atrae cada vez más la atención mundial