A Beckie Peirce y April Hoagland un juez les ha roto el corazón. No saben muy bien si la decisión que ha tomado tiene que ver con sus creencias religiosas o con un rechazo a la comunidad homosexual, pero el caso es que ha decidido que la niña que habían adoptado de un orfanato el pasado mes de agosto abandone su hogar. El magistrado cree que estará mejor con una pareja heterosexual.
“No es justo y no está bien y me duele muchísimo”, dijo Hoagland a una estación de televisión local. El año pasado se casó con Pierce, aprovechando la histórica luz verde por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Estas dos residentes del condado de Carbon, en el estado de Utah, ya tenían dos hijos biológicos y con el certificado de matrimonio en la mano, tomaron la decisión de ampliar la familia. Presentaron los papeles y lo lograron, dando la bienvenida a una niña de un año de edad a su casa, un sueño hecho realidad.
Pero el viernes, el juez Scott Johansen decidió entrometerse en sus planes y sacar a la niña de su casa, una decisión a la que llegó después de hacer sus propias indagaciones sobre el comportamiento de los niños ante situaciones similares. Hoagland explicó que Johansen descubrió que los niños no tienen tan buen desempeño en hogares de parejas homosexuales como en casas donde hay un padre y una madre.
“Creo que es una decisión basada en principios religiosos”, indicó Pierce, un hecho que pretenden apelar y pelear hasta el final, y que ha encendido las alarmas entre en el defensores de los derechos del colectivo LGBT. Pierce alega que la división de servicios sociales de Utah quiere que la pareja se quede con la niña, “la madre también quiere que nos quedemos la niña, así que el único obstáculo en el camino es el juez”.
Un magistrado que no es la primera vez que es noticia en los medios locales por sus decisiones polémicas. En 2012, Johansen le sugirió a la madre de una adolescente que enfrentaba cargos por haberle cortado casi todo el pelo a un niño pequeño, que trajese una tijeras y se cortara ella misma la coleta en plena corte de justicia, una forma de reducirle la sentencia. Ojo por ojo.
Esto, sin embargo, reabre el debate sobre la conveniencia o no de que las parejas de homosexuales adopten niños, en pleno movimiento a favor de las uniones entre personas del mismo sexo en EEUU. Para muchos sigue siendo una píldora muy difícil de digerir.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-13 09:06:552015-11-13 09:06:55Un juez de Utah le retira la custodia de una niña a una pareja de lesbianas
Marco lleva cuatro años conviviendo con el VIH. Su falta de control en el sexo y el uso de drogas están detrás de esta infección. JORDI SOTERAS
Marco no sabría decir cuántas parejas sexuales ha tenido, «¿500?». Su vida sexual empezó en hace 15 años cuando vino desde su Venezuela natal a Barcelona. Allí, aunque tuvo algún escarceo sexual con personas de su mismo sexo, no vivió su sexualidad libremente. Sentía que era un error, que él no podía ser así. Tras años de psicoterapia, pudo por fin abrirse en canal con su familia, tener una pareja estable… Sólo le queda, dice, quererse más, valorarse más. Reconoce que detrás de esa carencia, está la falta de precaución, su voracidad sexual, su infección por VIH y por la hepatitis C. Él es uno más de los muchos homosexuales que ahora, más de 30 años después de que el virus saltara a la fama, se topan con una infección todavía rodeada de estigma, incomprensión y equívocos.
La vida de Marco (nombre ficticio) no ha variado mucho desde que hace cuatro años recibió la noticia de su infección por VIH: Acude a trabajar, vive con su pareja, sale con sus amigos, mantiene sexo con otros hombres, a veces sin preservativo, y toma la medicación. Como él, más de 3.000 personas reciben el mismo diagnóstico cada año en España, una tasa por encima de la media europea. La mayoría, jóvenes (la edad media es de 35 años) y varones que tienen sexo con otros hombres (60,2%).
Desde Stop Sida, una ONG que lleva desde 1986 en activo y que está ubicada en Barcelona, se advierte de que la lectura más fácil es que los gays no se cuidan o que son muy promiscuos, «es curioso porque la promiscuidad solo se ve como positiva en los hombres heterosexuales no en las mujeres o en los gays».
No se habla, en cambio, «de la falta de educación sexual que hay en las escuelas y en las familias. A nuestro centro llegan muchos chicos que no saben cómo hacer una penetración anal, no saben cómo dilatar o cómo usar los lubricantes y, claro, están más predispuestos a la infección por VIH. A los gays no se les enseña, por eso el VIH también es una cuestión de derechos. Stop Sida, a través de sus programas, informa de salud sexual, que va más allá de las infecciones, se trata de cómo vivir la sexualidad, y de cómo se puede ser más feliz. En España, las personas homosexuales siguen con el tema de la culpa, de la vergüenza», explican varios portavoces de esta ONG.
Percepción del riesgo
Para Ferran Pujol, responsable de BCN Checkpoint, un centro comunitario de diagnóstico de VIH en Cataluña, el estigma hacia la homosexualidad y hacia la infección varía en función del contexto de cada persona. «Yo llevo 30 años con VIH y nunca he sentido estigma, pero es que mi entorno ha sido muy favorable. Si no tienes apoyo familiar, económico o laboral, la cosa es distinta. Sin ese soporte, acabas siendo víctima de tus propios miedos y de la culpabilidad».
El estigma hacia el colectivo gay existe porque, según denuncian desde varias ONG, cada vez hay más conductas violentas hacia parejas homosexuales, porque el lenguaje es homófobo, porque no se educa en la pluralidad de la sexualidad.
«Hay una relación muy directa entre la discriminación, el estigma y la vulneración de tus derechos con el VIH. Eso te impide quererte, que te cuides, que puedas prevenir la infección. Si te están vulnerando sistemáticamente tus derechos, serás más vulnerable al VIH porque tendrás menos herramientas», sostienen desde Stop sida.
Lo que desde otros estamentos destacan es que se está bajando la guardia porque se está perdiendo el miedo al VIH, aunque no descartan que exista una causa subyacente a esto. «Hay muy baja percepción del riesgo. Toda la información que ha habido se puede quedar en aguas de borrajas. Ahora la percepción no es la misma que la que tenía la gente de mi edad», explica Juan Ramón Barrios, presidente de CESIDA, la Coordinadora estatal de VIH y sida, una entidad que tiene presencia en 17 comunidades autónomas.
Barrios considera que la gente joven es más vulnerable porque no ha recibido campañas específicas sobre la infección. «Hay que cambiarles el chip porque para ellos ahora todo vale, buscan, como siempre, traspasar barreras. Y cuando les hablamos de referentes históricos en el campo del VIH, como lo fueron Rock Hudson o Freddy Mercury, no les valen porque no saben quiénes son. Como nadie público declara tener la infección, no les llega». Tampoco hay series de televisión o películas recientes que hablen del tema, el virus está ausente. «Si la Administración no toma las riendas, con una educación sexual en los colegios, lo único que podemos hacer desde las ONG es apagar fuegos cuando los jóvenes ya empiecen a tener relaciones».
Consumo de drogas
Lo que tampoco parece estar teniéndose en cuenta es que los nuevos diagnósticos de VIH están vinculándose cada vez más al consumo de drogas en el colectivo HSH (hombres que tienen sexo con otros hombres, que pueden ser homosexuales o bisexuales). Así lo constata un estudio que forma parte de una tesis realizada por Mar Vera, especialista del Centro Sanitario Sandoval de Madrid (especializado en infecciones de transmisión sexual), que lleva a cabo un tercio de todos los diagnósticos de VIH de esta comunidad.
Tras analizar los datos de 1.629 pacientes que habían sido diagnosticados con VIH entre 2007 y 2012 ha comprobado que el 71% de ellos refería haber consumido drogas el año previo al diagnóstico y de ellos el 63% relacionaba claramente las drogas con haber tenido prácticas sexuales no protegidas.
«La motivación que está detrás de ese consumo es para mantener encuentros sexuales, desinhibirse o, en el caso del consumo de popeer (un tipo de droga),para dilatación del ano. También algunos hombres que ejercen la prostitución nos dicen que sus parejas sexuales les pagan más si consumen drogas», explica Vera.
Los datos correspondientes a 2014 están analizándolos ahora, aunque esta médico adelanta a EL MUNDO que la tendencia continúa y que «cada vez se da en gente más joven. Chicos con 17 o 18 años reconocen haber consumido varias drogas. Con algunas de ellas, además, hay mayor riesgo de transmisión de la hepatitis C, pues comparten jeringuillas».
Así cree Marco que fue como se infectó de hepatitis C. «Sólo tomo drogas cuando voy a tener sexo. Pero en ese contexto, me gustan. Hace que dures más, que sea más fuerte. Y sí, a veces no uso el condón».
Además del peligro de adicción, las drogas potencian el riesgo de infección, no sólo porque no se use preservativo. «Con ellas, el acto sexual es más largo, de minutos se pasa a horas, el sexo es más duro, más pasional, y es más fácil que se produzcan pequeñas heridas que pueden facilitar la transmisión del VIH», explica el presidente de CESIDA.
No es fácil saber qué está detrás de esta tendencia, reconoce Jorge del Romero, director del Centro Sandoval. «Ahora hay una enorme facilidad de buscar contactos, a través de las redes sociales y las aplicaciones se oferta sexo anónimo y muchas veces no protegido. Hay gente que le mola el riesgo. Por otro lado, las drogas emergentes, y las clásicas (el alcohol o la cocaína), de las que ahora hay una gran difusión, permiten desinhibirse y mantener relaciones múltiples. ¿Qué es lo que subyace a eso? ¿La falta de autoestima, pensar que no pasa nada, que nadie se muere de esto o que los fármacos funcionan? No lo sé».
Para el codirector de BCN Checkpoint, el problema es que es casi imposible racionalizar la sexualidad. «No somos robots, somos humanos imperfectos. Nos gusta dejarnos llevar. Es muy fácil decir que no lo vas a hacer sin condón pero cuando estás con otra persona estás influido por ella, es posible que al final termines haciendo algo que no tenías pensado».
¿Dónde está la asignatura de educación sexual? ¿Dónde están las campañas específicas para los jóvenes que no tienen referentes de lo que supone la infección por VIH? ¿Qué hace la Administración frente al auge de las drogas emergentes? Esas son las preguntas que se hacen desde estas ONG y centros que viven cada día los nuevos diagnósticos de VIH en España, sin juicios de valor, sin miedos, para enseñar cada año a 3.000 personas cómo deben afrontar su vida ahora, con una infección que se ha cronificado pero que no se ha curado.
Se estima que en España hay en torno a 150.000 personas con VIH. Al inicio de la epidemia, «la mitad de los casos se daba en consumidores de drogas por vía intravenosa y la otra mitad en HSH, ahora la proporción es de uno a nueve», explica del Romero. Él, como el presidente de CESIDA o desde las ONG catalanas se preguntan qué no se ha hecho bien. «Seguimos escuchando las mismas preguntas y prejuicios en gente joven que hace 20 años. Aunque se ha avanzado, se ha hecho sobre todo en ciudades como Madrid o Barcelona, que son pequeños paraísos para vivir la homosexualidad, pero en la población general esto no es así, está aflorando la violencia hacia los gays y transexuales. Desde la escuela hay que enseñar que no es normal que te agredan. Hay que empoderar a los gays, decirles que tienen derechos como los demás y que hay que denunciar si esos derechos son vulnerados», afirman desde Stop Sida.
Marco admite que no se considero mejor por haber tenido sexo con muchas personas, al contrario. «Creo que es falta de autoestima. Si me quisiera más, no haría lo que he hecho».
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-10 07:43:592015-11-10 09:17:48RADIOGRAFÍA del VIH en España
En su ruta se reunió con varios colectivos y asociaciones y antes de finalizar su agenda en la localidad se pasó por un instituto público, el IES Guadiana. Se dieron revuelos por parte de la sociedad ayamontina materializados en comunicados contra la visita por parte del obispo a la escuela pública como por ejemplo el de la asociación de electores Recuperemos Ayamonte que recordaba cómo desde la Constitución de 1978, España es un Estado aconfesional:
“Las escuelas, como centros de formación, deben respetar escrupulosamente, esta aconfesionalidad del Estado por lo que no creemos que la visita del Obispo católico a las escuelas, esté en consonancia con el mandato constitucional. Desde el más absoluto respeto a TODAS las confesiones y a quienes no creen, nos parece que la religión debe estar supeditada a sus templos y no a centros públicos.”
El obispo se presentó acompañado de una comitiva y se dirigió a dar su charla a una clase de religión de segundo de Bachillerato. Dentro de la misma, pidió a los alumnos y alumnas que le hiciesen preguntas de lo que deseasen y lógicamente salieron temas polémicos. El obispo comenzó a responder las dudas del alumnado sobre la homosexualidad diciendo que aunque la iglesia respetaba al colectivo homosexual, no tenían cabida dentro de la moral cristiana ni el matrimonio ni el coito entre ellos.
El propio obispo presumió de tener amigos homosexuales que no querían serlo y la iglesia los había ayudado a seguir la doctrina de Dios. Al hablar de la fecundación in vitro o de la misma transexualidad siguieron tajantes en su no rotundo dentro de la institución eclesiástica. Una alumna le preguntó porqué las mujeres no podían ostentar cargos de poder dentro de la iglesia si el cristianismo promulgaba que todas las personas son iguales y la respuesta del obispo fue que era imposible porque Jesús fue un hombre. Tal cual.
Al finalizar la charla, uno de los curas que acompañaban al señor obispo se dirigió a un alumno que mostró públicamente su orientación sexual en el debate preguntándole si estaba seguro de ser homosexual. Lo infantilizó diciendo que todavía era joven para saberlo y le recomendó leer un pasaje de la biblia que hablaba sobre la homosexualidad.
A pesar de que todo esto se dio en la clase de religión entendemos y reivindicamos que en pleno sXXI la religión debe estar fuera de la escuela pública y recibir a representantes de la iglesia para que hagan discursos machistas, tránsfobos y homófobos a estudiantes de diecisiete años es totalmente intolerable.
Esperamos que le den cobertura a esta noticia para dar voz a tantas personas que se sintieron indignadas ante las palabras de este individuo.
Plataforma de Estudiantes en Acción
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-09 20:48:282015-11-09 20:48:28Polémicas palabras del obispo en un instituto público de Ayamonte
Ari, en el centro, ha acudido con amigos al 7N para pedir que paren ya los asesinatos de mujeres
“Veo machismo también entre la gente de mi edad”
Ari, estudiante. “He venido porque esto no se puede sostener más. Cada año tenemos más muertes por violencia machista. Además creo que todos tenemos dentro algo de machismo, incluso en mí lo noto, pero me doy cuenta e intento cambiarlo. Está en todas partes. Por ejemplo, vivo en un barrio pequeño, hemos estado pegando carteles, y nos miraban como en plan… ‘Qué decís, si no hay machismo…’ También lo veo entre gente de mi edad, tienen muy metido el machismo, porque han visto cómo sus madres se ocupan de la casa, por ejemplo. Desgraciadamente he visto violencia en mi entorno, y es cuando más te das cuenta. Los que tienen suerte de no tenerlo cerca tiene que concienciarse, porque esto nos concierne a todos. Acabar con el machismo no es una utopía, se puede erradicar, la prueba es que haya tanta gente aquí, es genial. La pena es que entre las prioridades del Gobierno no esté la violencia machista”.
Juan Andrés ha acudido con su mujer. También su hijo y su hija estaban en la marcha contra la violencia
“Sueño con un mundo en el que importen las personas, sean hombre o mujer”
Juan Andrés, vive en Leganés. “Tenemos un hijo y una hija que también han venido al 7N. Es absurdo tener que venir a estas alturas del siglo XXI a manifestaciones como estas, porque debería estar erradicado cualquier tipo de violencia contra la mujer. Pero la verdad es que yo todavía veo machismo cada día. Algunos tratan de disimularlo en público aunque, como decía Aznar, en privado hablan en el idioma del machismo. En mi familia no ha habido caso de violencia de género, pero en mi pueblo teníamos hace 50 años una pequeña tiendecita y he conocido allí, porque se lo contaban las señoras a mi madre, mucha violencia. Pero entonces la única solución era hablar con el cura y el cura te decía que te aguantaras porque para eso te habías casado. Las cosas han cambiado, pero sueño con un mundo en el que importen las personas, independientemente de si son chicos, chicas, van en silla de ruedas o miden 1,90”.
Cesárea, a sus 93 años, en la primera marcha nacional contra la violencia machista
“Tengo 93 años y he vivido el machismo desde siempre”
Cesárea, 93 años. “Vengo para que haya paz para todos y acabe la violencia contra las mujeres. En mis tiempos no se podría haber visto algo así, con tanta gente. Yo he vivido el machismo desde siempre. En la casa, la que llevaba toda la carga era la mujer: hijos, tareas y también trabajo, porque ayudábamos en el campo. Pero el que mandaba era el hombre. Eso es lo que yo he visto a mi alrededor, en casa mandaba siempre el capitán como se suele decir. En mi casa jamás vi violencia, pero en mi entorno he visto mujeres muy castigadas, aunque a mí no me tocó. Yo creo que hoy la vida está mucho más adelantada, pero me parece que sigue habiendo mucho machismo, en el control del hombre, que siempre ha querido ser poderoso”.
Ángela González. Su pareja, de la que se estaba separando, mató a la hija de ambos
Ángela, la mujer a la que la violencia machista le arrebató a su única hija
Ángela González ha sido una de las personas que ha encabezado la primera manifestación nacional contra la violencia machista. Es una víctima de la violencia machista: hace 12 años su exmarido y padre de su única hija de 7 años, del que entonces se estaba separando y al que había denunciado, asesinó a la menor durante una de las visitas. Eso, pese a que ella había advertido de los riesgos. La ONU le dio la razón y condenó a España por esta fatal desprotección. Ángela ha sido la encargada de leer el manifiesto del 7N al inicio de la marcha, en el que ha pedido que la violencia “sea una cuestión de Estado”. Tras la lectura, muy emocionada, no ha hecho declaraciones a la prensa.
Alejandra, Bruno y sus dos hijas. Él pertenece a la asociación Si los hombres hablaran, donde luchan contra el machismo
“Estamos intentando cambiar las cosas con la educación”
Alejandra. “Vengo porque mi marido es de una asociación que se llama ‘Si los hombres hablasen’ y he venido a apoyar la igualdad. Nosotros estamos intentando cambiar las cosas desde la educación. A él le han educado en valores machistas, para trabajar… pero él se da cuenta. Por ejemplo, con nuestra segunda hija es quien se ha quedado en casa. Mi marido se encarga de ir a la compra, cocinar, y eso es un ejemplo para mis hijas también. Creo también que desgraciadamente es la mujer la que ha educado en valores machistas, lo han consentido también. Esto es cosa de todos y hay que cambiarlo”
Bruno. “Venimos a reivindicar nuestro papel como hombres en todo esto, estamos respirando la libertad que hay aquí para invitar también a que otros hombres nos sigan. El machismo está metido en nuestro ADN, lo tenemos que sacar. Hemos heredado una educación, y hombres y mujeres tenemos que reeducarnos. Yo mismo noto cosas machistas en mí. Queremos salir de este mundo machista que nos asfixia. Estamos hartos de estar callados y agazapados y de sentirnos mal”.
Enma es ecuatoriana. Cree que en España también hay machismo pero es “psicológico”
“No puedo con las ideas machistas de mi país, Ecuador, desde pequeña no lo he soportado”
Enma, nació en Ecuador, vive desde hace 14 años en Madrid. “He sufrido violencia machista y sé el dolor que comporta, por eso estoy aquí. Desde entonces he luchado contra el machismo, intento influir en mis amigas para que no se dejen maltratar y no consientan ciertas actitudes. Todo suele empezar con que te imponen cambiarte de ropa, luego tienes que estar dando explicaciones de dinero, gastos, adónde vas… Mientras ellos son libres. Cuando llegué a España me di cuenta de que también había machismo, pero aquí es más psicológico, con la voz. En mi país más bien te golpea, es más físico. De hecho no vuelvo a mi país porque no puedo con las ideas machistas que hay allá, desde que era niña no he soportado este tipo de acoso y me fui, de hecho no estoy preparada para volver. Aunque creo que la igualdad es difícil, se puede conseguir”.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-08 12:46:302015-11-08 12:50:49Las caras del 7N: “Sueño con un mundo en el que importen las personas, sean hombre o mujer”
Las compañeras gallegas de Ve la Luz, que realizan una velada continuada en la Puerta del Sol de Madrid, se han declarado en huelga de hambre hasta el día 7. Hay que acompañarlas y darles aliento y calor de solidaridad en estos amargos días. Porque cuando asesinan a una mujer nos asesinan a todas, cuando maltratan a una mujer nos maltratan a todas, cuando violan a una mujer nos violan a todas.
Hoy en Elche (Alicante) hay otra víctima en esta continua macabra contabilidad. Pero quizá los lectores no sepan que todas las víctimas no son iguales. Hay unas que son mujeres y otras que son género. Desde enero de 2015 las genéricas según las cuentas oficiales son 40, pero la verdaderas mujeres ascienden a 78 . Si publicaran todas las asesinadas en los últimos diez años, desde que se aprobó la famosa Ley de Violencia de Género, nos encontraríamos con más de mil, y esa es una cifra escandalosa que no conviene difundir.
Porque la Ley de Violencia, pomposamente llamada Ley Orgánica de Medidas Integrales contra la Violencia de Género, se ha demostrado cumplidamente ineficaz. Desde su aprobación el 28 de diciembre de 2004, y en pocos días se cumplirán 11 años, se han cometido más de 1.000 asesinatos machistas. Porque la protección de la ley de que presumen tanto el gobierno como los partidos que la apoyan no es cierta. Las frías cifras nos explican que tenemos 2.500.0000 de mujeres maltratadas, 15.000 violadas cada año, y un número indeterminado -por falta de datos oficiales- de niños asesinados, desaparecidos, abusados sexualmente y maltratados.
Pues bien, el 55% de las denuncias se archivan en el Juzgado sin más trámite. Del 45% a partir de las cuales se tramita el proceso concluyen en condena el 70%, lo que supone que se absuelve al 30 % de los acusados y únicamente el 31% de las denuncias se penaliza, la mayoría de las cuales no exceden de dos años de prisión, porque dada la benignidad de los jueces, en los procesos de violencia, a los maltratadores se les compensa con la sustitución por los llamados servicios en favor de la comunidad, que nadie sabe en qué consisten. En definitiva, una mujer maltratada solo tiene el 6% de posibilidades de ver a su verdugo en la cárcel.
Estas cifras no escandalizan ni inquietan a los partidos políticos ni a los gobernantes, que no muestran el menor interés por la masacre de mujeres y niños que se produce en nuestro país cada año.
Tampoco los llamados movimientos sociales, del que los Indignados, el 15-M, la Plataforma contra los desahucios, las Mareas blancas y verdes y rojas, se han ganado tanto protagonismo, declaran la menor preocupación por esta masacre. Los que se muestran tan solidarios con los desahuciados de las viviendas no sienten ninguna emoción ante los cadáveres de mujeres.
Mientras tanto el PSOE sigue mostrando un entusiasmo digno de mejor causa por esa Ley segregacionista e inoperante. Pero no explican por qué, a pesar de la bondad de la norma legal, después de casi 11 años de promulgada, se sigue asesinando al mismo número de mujeres que hace una década- cuando no más-, y el número de apaleadas y violadas se mantiene inamovible.
La inoperancia de la Ley de Violencia
La más grave injusticia de la ley es que sólo protege a las mujeres ligadas con el agresor por un vínculo sentimental. De tal modo, todas las demás, que pueden ser la madre, la hermana, la suegra, las cuñadas y las hijas mayores de edad que sean agredidas por el maltratador, y por supuesto las prostitutas, apaleadas o torturadas por chulos o clientes, no son merecedoras de la protección de esta pomposa y tan publicitada Ley orgánica.
Esta limitación del sujeto a proteger significa que, así mismo, las mujeres víctimas de otros graves delitos, como la violación y los abusos sexuales –no digamos el acoso sexual- cometidos por familiares, amigos, vecinos, jefe o compañeros de trabajo, o desconocidos, quedan al margen de la protección de la ley. Incluso el incesto no es contemplado por nuestra legislación.
La más grave indefensión en que se encuentran las víctimas es que deben ser ellas las que prueben la comisión de los delitos, según el principio de que todo el mundo es inocente mientras no se demuestre lo contrario. Mientras el legislador se ha molestado en especificar, con resultados completamente nocivos, que la violencia de género es diferente a los demás delitos, no ha considerado que, en razón de ello mismo, se debería invertir la carga de la prueba, como se ha logrado en la legislación laboral. Y en consecuencia, cuando el peligro de agresión o incluso de muerte es evidente, las víctimas deben huir de su casa, a veces con niños pequeños a su cargo, que tienen que dejar de asistir a la escuela, perder sus amigos y objetos queridos, para refugiarse en una Casa de Acogida; el maltratador, amenazando a su mujer diariamente, e incluso pudiendo prever la policía y el juez que intentará el asesinato, sigue en libertad, disfrutando de la vivienda común, asistiendo a su trabajo y siendo respetado por la comunidad. En definitiva, sólo en estos casos se da la monstruosa injusticia de que sea la víctima la que tenga que esconderse, en un régimen de privación de libertad, y el verdugo campe tranquilamente por sus respetos, sin amenaza alguna.
Este próximo día 7 de noviembre nos encontraremos en Madrid las asociaciones feministas y de mujeres y de hombres y todos los ciudadanos que entendemos que hemos de exigir a los poderes políticos, a los movimientos sociales, a los medios de comunicación, que se sientan implicados en esta lucha y den un giro copernicano a la perversa relación la masacre de mujeres y niñas y a la permisividad legal y judicial con los asesinos.
Únicamente el Movimiento Feminista ha sido protagonista en esta desigual lucha por visibilizar la violencia contra la mujer. Desde mi artículo en Vindicación Feminista de julio de 1976, denunciando la violencia machista, han tenido que transcurrir 40 años para que podamos realizar una Marcha a nivel nacional que manifieste claramente la indignación que nos invade, ante la evidencia de que el poder machista que sigue utilizando el terror y la violencia contra nosotras, está amparado por las instituciones del Estado. Porque la violencia machista es tan terrorismo como el etarra o el islámico, pero no se considera un asunto de Estado ya que las víctimas solo son mujeres.
Pero nosotras, como feministas, somos la vanguardia de la lucha, y aunque no tenemos medios económicos ni espónsores ni partidos ni gobiernos detrás, como los doce apóstoles, como los caballeros de la Tabla Redonda, como los ocho bolcheviques, como las primeras mártires de la Revolución Francesa y las sufragistas que redactaron el Manifiesto de Séneca Falls, y como Rosa Luxemburgo, Alejandra Kollöntai, Clara Zetkin, Clara Campoamor, y tantas otras que solas que cambiaron el mundo de su tiempo, estamos seguras de que este impulso de indignación e ira que sentimos ante la injusticia machista y los feminicidos de nuestro país que quedan impunes, será la chispa que incendiará la pradera y se extenderá rápidamente y logrará despertar las conciencias adormecidas y llevar nuestras exigencias hasta los indiferentes y machistas que nos gobiernan.
Madrid, 2 de noviembre de 2015.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-08 12:37:062015-11-08 12:52:03La violencia machista es terrorismo
MADRID.- Histórica. Así ha sido la primera Marcha Estatal contra las Violencias Machistas que este sábado ha tenido lugar en Madrid. A las 22.000 personas que se esperaban que asistiesen en un principio se han unido al final otras 100.000 personas, todas con el fin de pedir que “la violencia de género sea cuestión de Estado” y dejando claro con sus cánticos que “los machistas son los terroristas”.
Poco antes de las 12.00 h de la mañana ha dado comienzo la marcha contra la violencia machista en el Paseo del Prado, en ese momento Ángela González Carreño, que fue víctima de la violencia de género y huyó de su domicilio llevando consigo a su hija Andrea, quién murió asesinada por su padre durante el régimen de visitas, hacía una primera lectura del manifiesto: “Exigimos que la lucha contra el terrorismo machista sea una cuestión de Estado, que se cumpla la ley de Estambul y las recomendaciones de la Cedaw [la Convención de la ONU sobre la Eliminación de toda forma de Discriminación contra la Mujer]”.
Lectura del manifiesto.
Durante la lectura del manifiesto, un grupo minoritario de Vox irrumpió con carteles en los que se podía leer: “¡Ni machismo ni feminismo!” o “La violencia no tiene género”. Los asistentes a la marcha les respondieron con insultos y gritos de “¡fuera, fuera!”. La buena actuación de la Policía hizo que no hubiese más altercados echándo a los alborotadores de la marcha.
A la llegada a la Plaza de Cibeles y bajo el cartel que Carmena desplegó el pasado viernes, las manifestantes hicieron una parada para que las portavoces de Generando Arte recogiesen flores de color morado para decorar parte de la diosa Cibeles. “Es un acto simbólico y sencillo, pero lleno de pasión y corazón, queremos que la Cibeles luzca de morado también por el día”, decía una de las portavoces, haciendo alusión a la iluminación de la misma el pasado viernes por la tarde.
De esta manera, la marcha conquistaba la Gran Vía madrileña con el cántico “No estamos todas, faltan las muertas”. En la cabecera, una pancarta con el lema “contra las violencias machistas” en las cuatro lenguas cooficiales en el Estado.
Poco después, la marcha llegaba a su tramo final con otro grito de guerra, “disculpen las molestias, nos están asesinando”. “Lo que queremos es que se cumpla la ley y se reforme, el problema es que en los juzgados y en el Gobierno hay mucho facha”, lamentó una participante de la marcha. “No podemos permitir que obliguen a los niños a irse con su padre cuando éste ha maltratado a la madre, ni los niños le llaman padre sino progenitor”, exigía otra manifestante que pedía, por tanto, que se retire la custodia compartida en los casos de maltrato.
De una forma pacífica y cumpliendo todo lo estipulado, la marcha culminada en Plaza España con una última lectura del manifiesto, esta vez sin interrupciones, en las lenguas cooficiales (español, catalán, gallego y euskera) y con una intérprete de lengua de signos. Una gran ovación cerraba lo que ya es una marcha histórica a la que han acudido personas de todos los puntos del país y parte de Europa.
La marcha en el momento en el que llegan a la Gran Vía.
Algunos líderes políticos también han asistido a la marcha
La vicesecretaria de Estudios y Programas del PP, Andrea Levy, presente en la manifestación del #7N, ha negado que el Gobierno haya hecho recortes en los planes contra la violencia de género y ha pedido al resto de partidos “que no mientan”. “Eso no es cierto por mucho que lo quieran repetir y utilizar intencionadamente“, sentenció. Levy ha insistido en que “todo el PP” está comprometido con esta marcha y en que desde el Gobierno se han puesto todos sus esfuerzos y medios para que “las mujeres objeto de violencia se sientan acompañadas”.
Mònica Oltra, Ada Colau y Pablo Iglesias en la Marcha.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en cambio, arremetió contra “quienes recortan y redactan leyes del aborto que nos llevan 30 años atrás” porque están, denunció, en el “bando contra las mujeres”. “Estoy de acuerdo en que no tiene que ser una manifestación partidista, pero también hay que dejar claro quién ha estado con las mujeres y quién ha estado en contra”, ha respondido Iglesias a las declaraciones de Levy.
El secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, por su parte, ha presumido de que los socialistas “lideraron” la lucha contra la violencia de género con la aprobación de la Ley Integral en 2004 y volverán a hacerlo si llegan al poder tras el 20-D. “El PSOE fue quien puso en pie la ley contra la violencia de género y a partir del 20 de diciembre seremos los que lideraremos un Pacto de Estado, un pacto de vida“, ha asegurado. Para el líder del PSOE, en esta legislatura “se le ha pedido” al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, “que liderase ese gran pacto político, que hiciera cumplir la ley, que volcara recursos, y desgraciadamente, eso no ha sido así”.
016. Teléfono de atención a las víctimas de violencia de género. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-08 12:34:352015-11-08 12:52:11Hasta 100.000 personas toman Madrid contra la violencia machista: “¡No son locos, son asesinos!”
Un grupo de Vox, la formación de ultradercha, trató de boicotear la marcha pero fueron expulsados
«Esto tiene que acabar». Una de las portavoces del movimiento feminista clamaba contra el triste reguero de muertes provocadas por el machismo desde el escenario ubicado junto a Plaza de España. Frente a ella, decenas de miles de personas que secundaron una de las movilizaciones más importantes de los últimos años en Madrid.
Hubo un grupo que quiso aguar la marcha. Pero no duró ni cinco minutos. Militantes de Vox, el partido de ultraderecha española, trataron de reventar la marcha en el inicio colocándose en su cabecera. Fueron invitados a abandonar el acto y la marcha, inmensa, siguió por su camino. Frente a esa pequeña gota, una riada morada (la mayor parte de las asistentes vestía alguna prenda del color del movimiento feminista) tomaba las calles de Madrid y recordaba no solo a las muertas por la violencia machista, sino que defendía que la igualdad debe ser una cuestión de Estado. No es únicamente la violencia, sino la cadena que sustenta la desigualdad.
Entre los clásicos cánticos de «vamos a quemar la conferencia episcopal» y un ambiente festivo, también se colaron candidatos al Congreso español. Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Iglesias (Podemos) y Alberto Garzón (IU), por cierto, todos hombres, secundaban sus pancartas aunque, por una vez, no en la cabecera. Lo relevante no era eso. Más de 21.000 personas habían llegado a Madrid solo en autobuses fletados desde todo el Estado. «Las violencias machistas suponen la manifestación más violenta y la más grave violación de los derechos de las mujeres que afronta nuestra sociedad. Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas y esto solo es la punta del iceberg», remarcaba el manifiesto, que se leyó en Plaza de España en castellano, euskara, catalán y gallego. Punto de inflexión que debería hacer reflexionar no solo en campaña.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-08 12:13:152015-11-09 16:54:35EL FEMINISMO TOMA MADRID Y DEJA CLARO QUE «NI UNA MÁS»
Marcha contra las violencias machistas en Madrid (AFP)
BILBAO – Miles y miles de personas, en su mayoría mujeres, hicieron oír su voz contra las “violencias machistas” y salieron ayer a la calle en Madrid para recordar a las que “ya no están y no pueden hablar”. En la primera gran movilización estatal contra las conductas y la violencia machista convocada por el movimiento feminista se denunció que la vulneración de derechos de las mujeres se produce dentro y fuera de las relaciones de pareja.
La gran marcha contra las violencias machistas contó con el apoyo de todos los grandes partidos políticos, sindicatos y una multitud de organizaciones y colectivos sociales, además de asociaciones de mujeres. El acto se inició en el madrileño Paseo del Prado, donde desde primera hora había miles de personas con camisetas moradas en solidaridad con las mujeres asesinadas.
Una performance -Women in Black-, en la que participaron alrededor de 300 personas, recordó a las 1.378 mujeres asesinadas por el “terrorismo machista” desde 1995. Esta puesta en escena fue el punto de arranque de la multitudinaria manifestación, que discurrió en un ambiente distendido, con el sonido de varias batucadas y voces coreando frases como “¡Basta ya, esto se tiene que acabar!”; “A la mujer que no lucha, no se la escucha”, o “No se han muerto, las han asesinado”.
Sólo al comienzo de la marcha se produjo un pequeño incidente. Durante la primera lectura del manifiesto a cargo de Angela González, cuyo exmarido asesinó a la hija de ambos durante el régimen de visitas, un reducido grupo de personas con carteles del partido Vox increparon a las asistentes al grito de “Feminazi” y “La violencia no tiene género”, provocando que por unos minutos, se interrumpiera la lectura. Superado el incidente, González leyó el manifiesto, que exige que la violencia machista sea una “cuestión de Estado”, que se reviertan los recortes en políticas de protección de las mujeres y que se abra la Ley Integral a otras formas de violencia, como la agresión sexual.
“Las violencias machistas suponen la manifestación más violenta y la más grave violación de los derechos de las mujeres que afronta nuestra sociedad. Sólo en el verano de 2015 han sido asesinadas 37 mujeres y ocho menores a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres. Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas y esto sólo es la punta del iceberg”, decía el manifiesto leído ayer.
APOYO POLÍTICO Aunque los políticos no quisieron estar en la cabecera de la marcha, sí tuvieron su protagonismo a la hora de realizar declaraciones. Así, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se mostró convencido de que a partir del próximo 20 de diciembre liderará un “gran pacto de Estado ciudadano, social e institucional” para acabar con la violencia de género en España. Y abogó por dotar de un mayor presupuesto las políticas contra la violencia de genero, lo que hará en caso de vencer en las próximas elecciones generales.
La vicesecretaria de Estudios y Programas de los populares, Andrea Levy, negó que el Gobierno español haya hecho recortes en los planes contra la violencia de género e insistió en que no es un día para hacer partidismo y demagogia y tampoco para utilizar a las víctimas como “arma arrojadiza”.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, mostró su convencimiento de que quienes recortan y redactan leyes del aborto “que nos llevan 30 años atrás” están en el “bando contra las mujeres” y sobre la propuesta de Sánchez de un pacto social precisó que no “se trata de pactos de Estado”, sino de “un gran acuerdo social”, puesto que hay que cambiar muchas leyes.
Tras la cabecera, organizaciones diversas portando sus propias pancartas y banderas, junto a muchos ciudadanos, hombres, mujeres y niños. “La traemos para que vea que sus padres lucharon por su libertad”, señaló Marta, una joven de 32 años que empujaba junto a su pareja el cochecito de su hija. “Aquí tenía que haber más hombres”, opinó Jaime, de 77 años, que marchaba del brazo de su esposa. “Tienen razón cuando dicen que los hombres no somos mayoritarios en estas protestas, pero la mayoría ya hemos hecho nuestra esta reivindicación y la idea de la igualdad. Claro, una cosa es tener la idea y otra ponerla en práctica. Han sido siglos de dictadura machista”, dijo Baltasar, de 66 años y vestido de morado para la ocasión. – Efe/E. P.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-08 11:59:522015-11-08 12:52:26Una marcha contra la violencia machista recuerda a las mujeres asesinadas
Pedro Sánchez, Alberto Garzón y Pablo Iglesias son algunos de los representantes políticos que han acudido a la multitudinaria marcha
Miles de personas han marchado en Madrid en la primera gran manifestación estatal contra las Violencias Machistas, una iniciativa en la que han participado 380 organizaciones feministas territoriales y 70 estatales y a la que se han sumado representantes de los principales partidos políticos, sindicatos y ONG de todo el país.
Con gritos de “¡No estamos todas, faltan las muertas!”, “La lucha será feminista o no será” y “Tiene género la violencia”, una marea de mujeres y hombres vestidos de morado ha exigido que la lucha contra la violencia de género sea “una cuestión de Estado”. Una lacra que este año ya se cobró la vida de 41 mujeres. Apuñaladas, golpeadas o incluso quemadas, cada una de ellas fue portada de toda la prensa en una España especialmente sensibilizada por este fenómeno social.
A la marcha se han sumado los principales sindicatos y todos los partidos políticos. En plena precampaña electoral para las elecciones del 20 de diciembre, algunos han estado representados por sus secretarios generales, como Pablo Iglesias, líder de Podemos o el socialista Pedro Sánchez.
“El PSOE fue quien puso en pie la ley contra la violencia de género y a partir del 20 de diciembre seremos los que lideraremos un pacto de estado, ciudadano, institucional y político, un pacto de vida”, ha asegurado el líder del PSOE. Por su parte, Iglesias ha dicho que quienes recortan y redactan leyes del aborto “que nos llevan 30 años atrás” están en el “bando contra las mujeres” mientras que en la movilización de hoy, ha recordado Iglesias, se hallan quienes se encuentran “al lado de las mujeres en nuestro país”.
El pistoletazo de salida lo ha dado frente al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en el madrileño Paseo del Prado Ángela Gónzalez, cuya hija fue asesinada por su exmarido maltratador durante un régimen de visitas impuesto en un caso que valió a España la primera condena del Comité de Naciones Unidas para los derechos de la Mujer (CEDAW).
Justo antes, se había desplegado una performance titulada Women in Black, que denuncia los devastadores efectos de las violencias machistas sobre las mujeres y la invisibilidad de sus víctimas leyendo cada uno de sus nombres. No es la única acción, en la Plaza de Cibeles, la Asociación Generando Arte ha recogido flores y lazos negros de los asistentes para rodear la estatua de la diosa.
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-08 11:45:232015-11-08 12:52:34«¡No estamos todas, faltan las muertas!»
Miles de manifestantes ocupan las calles del dentro de Madrid. EFE
Rocío tiene cuatro años y lleva tres horas flipando a hombros de su madre y de su abuelo. La gente le sonríe, le tira besos y le hace mil fotos. La cría es simpática y tiene cara de pilla, pero eso no puede explicar este éxito manifestante de cámaras y risas. Debe de haber algo más, tiene que tener una explicación, vaya misterio de mediodía… La pancarta.
Porque Rocío, un comino con jeta de pirata y camiseta morada de combate, está sujetando un cartelín que resume este día callejero contra el patriarcado y la violencia de género: «Yo no soy una princesa ¡Soy una guerrera! Y voy a ser la mujer que me dé la gana ser».
Estamos en la Marcha Estatal contra las Violencias Machistas, decenas de miles de gargantas venidas de toda España para censurar los asesinatos semanales y las agresiones de los hombres violentos. De los hombres violentos con las mujeres. «Feminicidios tolerados por el sistema patriarcal», como dicen las organizadoras de la Marcha y los carteles rampantes por tres calles fundamentales de Madrid. “Ni una asesinada más“, como gritan los megáfonos y los gaznates desde la estación de Atocha hasta la plaza de España.
Hoy es 7-N y, por el impacto en la ciudad y en los medios de comunicación, lo será bastantes días. Si el eco dura, el Movimiento Feminista habrá ganado la prórroga del partido de este sábado violeta y guerrero. Como Rocío.
Miles de mujeres y hombres han pateado Madrid durante más de cuatro horas con un mensaje en las cuerdas vocales y en las pintadas: «La lucha contra la violencia de género debe ser una cuestión de Estado». Cientos de sábanas horizontales hablan de «terrorismo», decenas de mujeres de negro se tiran al suelo con tizas pintando sus siluetas como si fueran víctimas del crimen organizado. «Es vergonzoso que el Estado haya recortado en políticas contra la violencia y la haya invisibilizado. Si mataran a hombres, el país estaría militarizado», nos dice Ada Colau, alcaldesa de Barcelona codo a codo con su homóloga Manuela Carmenaen la pancarta de las ciudades.
Los políticos están muy alejados de la cabeza de la manifestación, pero los medios los buscan con prisa de portadas. Pedro Sánchez camina arropado entre gritos de sus fieles socialistas:«¡Presidente, presidente!». Dice que todos los días son de lucha, pero «hoy más» y que hay que dotar de recursos la ley contra la violencia de género que parió Rodríguez Zapatero hace 11 años.
Por allí vemos una cartulina pequeña con un mensaje grande: “Pelea como una mujer“. Se acabó el macho alfa. Bienvenida la lucha de todas las hembras de la evolución. “Hay que cuestionar los papeles tradicionales dados al hombre y a la mujer. Hombre valiente, mujer sumisa. Yo ni siquiera quiero lo contrario. Quiero la igualdad“, dice la persona que porta el cartel… un hombre. Alejandro, para más señas y señales.
Paseo del Prado arriba está Podemos, con cinta de seguridad alrededor. Pablo Iglesias nos habla de «alternativas habitacionales para víctimas aunque no haya denuncias», algo relevante en una violencia que llega poco a las comisarías y a los juzgados por muy real que sea.
La gente le hace fotos y se tira selfies con palos infinitos. Pero a Samir, 27 años, abrigo hasta los tobillos, pies descalzos, cara de hambre, todo eso le da igual. Va por entre los manifestantes con un vaso de papel pidiendo una moneda para poder comer. Lleva barba y piel de mil días a la intemperie. “Soy rumano. Llevo un año aquí. No tengo nada. Duermo en la calle“. Le preguntamos si sabe dónde está, qué es todo esto, por qué grita la gente. No entiende nada. Le contamos lo que pasa y abre mucho los ojos. “En Rumanía hay mucha violencia contra la mujer. Mucha. Esto me parece bien. ¿Tienes una moneda?”.
La única presencia política cercana al Gobierno es Andrea Levy, vicesecretaria de Programas del PP. «No es cierto que haya habido recortes en los planes contra la violencia de género. Pido a los partidos que no mientan», cuenta a la agencia Efe.
Mientras los políticos hablan cerca del Museo del Prado, un manojo desupervivientes sostiene la pancarta de cabecera miles de manifestantes más allá, en plena Gran Vía. Esas mujeres llevan unas máscaras para que sus verdugos no las reconozcan. Para que no sepan dónde están.
Le pasa a Inés, 51 años, que vive en un centro de recuperación integral, en secreto, lejos de la ciudad donde pasó 26 años de tortura. «Nunca denuncié por miedo arepresalias contra mi familia. Me he pasado la vida yendo a urgencias diciendo que eran golpes que me daba yo en casa. Pero eran tortas, patadas, puñetazos… Bueno, y palizas con el paraguas».
Rocío, la traviesa de los cuatro añitos, no sabe nada de todo eso. Al poco de nacer, las infecciones respiratorias casi se llevan a la pequeña guerrera. Lo cuenta Lola, una madre con todas las luchas encima y unas cuantas victorias por dentro: «La niña estuvo mucho tiempo ingresada y en la UCI nos dijeron que no lo superaría. Pero mírala. Aquí está. Por eso es una guerrera. Y la pancarta no miente: no le gustan nada las muñecas, ni las princesas, ni el rosa».
– ¿Cuál es tu color favorito, Rocío?
– ¡El amarillo!
https://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.png00Editoreahttps://ehgam.eus/igoera/2014/04/logo-550.pngEditorea2015-11-07 23:05:552015-11-08 12:52:40‘Ni una asesinada más’
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