Miles de personas apoyan la legalización de las uniones gais en manifestaciones por toda Italia

El Senado estudia esta semana una ley que ampara a las parejas del mismo sexo

Manifestación por el reconocimiento de las uniones gais en Roma este sábado

Manifestación por el reconocimiento de las uniones gais en Roma este sábado. Andrew Medichini AP

Miles de personas se manifestaron este sábado en más de 80 ciudades de Italia para exigir el reconocimiento de las uniones homosexuales, una fórmula que comenzará a estudiarse en el Senado esta semana y que ha suscitado un intrincado debate en el país. Italia es el único de los gran país de Europa occidental que no da a las parejas del mismo sexo ningún reconocimiento legal o protección.

La movilización se desarrolló bajo el lema ‘Es hora de ser civiles: Despiértate Italia’ y en ella participaron organizaciones en defensa de los derechos homosexuales, sindicatos, asociaciones de todo tipo y representantes políticos. En las manifestaciones, en las que muchos participantes llevaron relojes y despertadores y los hicieron sonar en las calles en alusión al tema de la marcha, han participado 82 de todo el país, desde la septentrional Bolzano hasta la sureña Reggio Calabria, pasando por importantes urbes como Milán, Turín, Bolonia, Nápoles, Florencia, Palermo, Lecce y Roma.

Los organizadores, según un comunicado, dijeron que más de un millón de personas participaron en las manifestaciones, al tiempo que calificaron esta jornada de “histórica” para “un país que no quiere permanecer atrás”. “Una vasta porción de la sociedad civil ha salido hoy a las calles sin miedo, conscientes de que un derecho más es una riqueza para todos y para todas”, celebró el secretario de la asociación ArciGay, Gabriele Piazzoni.

Roma acogió una de las más concurridas y cientos de personas desfilaron entre el palacio Madama, sede del Senado, hasta la cercana plaza de la Rotonda, junto al Panteón. “En Italia hay gente que piensa que hay algunos que deben tener derechos y otros que no deberían tenerlos”, declaró Liliana Rizzo, miembro de una asociación de padres gais en una de las marchas que se desarrollaron en la capital.

Manifestantes por el reconocimiento de las uniones gais en Florencia con carteles con el lema 'Despierta Italia'

Manifestantes por el reconocimiento de las uniones gais en Florencia con carteles con el lema ‘Despierta Italia’. MAURIZIO DEGL’INNOCENTI EFE

La Cámara Alta comenzará a estudiar el próximo jueves por primera vez un proyecto de ley dirigido a introducir en el ordenamiento jurídico italiano las uniones entre homosexuales y las parejas de hecho, también abiertas a heterosexuales. En el preámbulo del texto se destaca “la necesidad” de poner fin a este vacío legislativo que ha hecho de Italia uno de los pocos países europeos que carecen de una normativa al respecto. El texto ha sido impulsado por el Partido Demócrata (PD, en el Gobierno) y consiste en unas de las prioridades del primer ministro Matteo Renzi para 2016.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Italia en 2015 por no proteger jurídicamente ni reconocer los derechos de las parejas del mismo sexo, pero a pesar de la sentencia sigue pesando mucho en el país la influencia de la iglesia católica y de la sociedad tradicional.

 La llegada del decreto al Senado supone el inicio de su tramitación parlamentaria y se produce después de haber permanecido durante meses bloqueado en la comisión Justicia de la Cámara Alta debido a las múltiples oposiciones con las que se ha topado. En esencia rehúsa el término “matrimonio”, sustituido por el de “específica formación social”, si bien una vez aprobada las parejas homosexuales podrán, entre otras cosas, fijar un domicilio, elegir un apellido común e incluso concederse su nacionalidad.

Lo que ha exasperado los ánimos y ha complicado el debate es el punto que concierne a la adopción de hijos, a pesar de que el proyecto de ley no contempla la posibilidad de que una “unión civil” homosexual adopte un hijo ajeno a la pareja. A cambio se decanta por permitir la adopción del hijastro, del hijo de la otra parte de la pareja, sin asumir eso sí derechos sucesorios sobre el mismo.

La llegada al Senado de este proyecto de ley supondrá el comienzo de un trámite a buen seguro tempestuoso, habida cuenta de que su redacción ha provocado grandes divisiones entre las diferentes fuerzas políticas, incluso en el seno del Gobierno de Renzi.

El primer ministro ha hallado oposición en todos los frentes: en la oposición, en el sector conservador del PD e incluso en su gobierno de coalición, en el que su principal aliado, el Nuevo Centroderecha, ya se ha opuesto a la adopción.

Los derechos de los homosexuales en el mundo.

Los derechos de los homosexuales en el mundo.

El debate continuará agitando la vida política italiana durante los próximos meses y, entretanto, diversos sectores sociales darán la batalla para tratar de frenar este texto, alentados por la Conferencia Episcopal e incluso por el Papa. El pasado viernes Francisco indicó que para la iglesia Católica “no puede haber confusión entre la familia querida por Dios y cualquier otro tipo de unión”, unas palabras interpretadas como una intervención del pontífice en el debate. El sábado de la próxima semana el Circo Máximo de Roma acogerá una nueva edición del “Día de la Familia” que este año usará toda su artillería para arremeter contra el reconocimiento legal de las parejas del mismo sexo.

Muestra de la división que ha suscitado este asunto en el Gobierno es que el ministro de Medio Ambiente, Gian Luca Poletti, participará en el “Día de la Familia” mientras que el titular de Agricultura, Maurizio Martina, lo hizo hoy en Milán. Por otro lado, cincuenta ciudades de Italia albergaron hoy la manifestación de los “Centinelas en pie”, que protestaron contra las parejas gais del modo en el que habitualmente lo hacen: de pie, en fila, silenciosamente y leyendo un libro.

Cuando solo Buda entiende

La comunidad LGBT de Camboya, uno de los países más pobres del sudeste asiático, lucha por salir de su aislamiento y combate la discriminación reafirmándose a sí misma

John, transexual camboyano, convertida en Jessie J en su camerino de Phnom Penh.

John, transexual camboyano, convertida en Jessie J. en su camerino de Phnom Penh. Ignacio Marín

“Simplemente, un día la gente se dio cuenta de que existíamos”, concluye tras reflexionar unos instantes la menuda Leaphy Heng. Sentada en el suelo de la pequeña asociación proLGBT para la que trabaja, Leaphy ofrece té a los visitantes mientras explica con desenvoltura que ahora tiene un novio, pero antes fue una novia, y que puede afirmarlo con orgullo. Aun así, es consciente que su caso marca la excepción y no la regla. Leaphy, que empezó a colaborar con RocK (Rainbow Community Kampuchea)hace un par de años, sabe del largo camino que queda por recorrer en Camboya en la defensa de los derechos de personas de los gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

Aunque en textos del siglo XIII ya aparecen referencias a relaciones entre personas del mismo sexo en este país, la realidad de la comunidad gay sobre el terreno ha permanecido invisibilizada hasta hace relativamente pocos años, constata un amplio informe de 2014 de la agencia de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y la organización estadounidense USAid.

A diferencia de lo que ocurre en sociedades de cultura cristiana o musulmana, donde la religión conlleva fuertes prejuicios sobre la homosexualidad, el budismo practicado mayoritariamente en Camboya y en otros países de la región no tiene ese componente homófobo, señala el mismo informe, pero la tolerancia que preconiza este credo no basta para acabar con los prejuicios sociales.

La tradición en el reino jemer señala un camino de sentido único: matrimonio e hijos, algo que difícilmente encaja con orientaciones sexuales distintas a la heterosexual. “La homosexualidad nunca ha sido un delito en nuestro país, pero la presión social es muy fuerte”, recuerda la portavoz de RocK. “En Camboya hay que casarse y tener hijos; si no, te conviertes en una deshonra para tu familia”.

A los 15 años, Pipi se dio cuenta de que su cuerpo y su mente no se correspondían. “Me sentía hombre y tenía cuerpo de mujer”, explica este joven de 21 años de gestos suaves y rostro aniñado. “Mi familia me rechazó cuando se lo conté: me quitaron el teléfono móvil, me impidieron ir a la escuela, los vecinos me insultaban… Aun hoy, mis padres y mi abuela siguen sin aceptarme”.

Cuando un joven gay camboyano decide dar el paso, a menudo debe enfrentarse a una dura estigmatización, tanto en casa como en el colegio. El sentimiento de discriminación es tan fuerte que según una reciente encuesta de la empresa TNS, casi un tercio de las personas del país que se reconocen como LGBT aseguran no haber salido del armario y una de cada cinco desearía ser heterosexual.

En busca de una identidad

Los jóvenes LGBT, especialmente las lesbianas y los transexuales masculinos, son con frecuencia obligados a contraer matrimonio con personas del sexo opuesto o son separados a la fuerza de sus parejas por padres, que en algunos casos recurren a las autoridades locales y acusan de secuestro a los compañeros sentimentales, sostiene el activista Sron Srurn, fundador de la asociación juvenil CamASEAN, que también habla de “curas milagrosas” que incluyen aislamiento, golpes y quemaduras.

“En nuestra cultura, los roles de género están muy delimitados y el conflicto viene si existe ambigüedad, si no te comportas como un hombre o una mujer en sentido estricto”, explica la portavoz de RocK. “Por eso muchas lesbianas optan por solucionar el problema convirtiéndose en hombres”.

Kim Maurice, expatriada canadiense fundadora de una red mujeres gays en Phnom Penh, apunta: “En Camboya las lesbianas tomboy (literalmente, marimacho, aunque en el mundo gay no es un término peyorativo) adoptan frecuentemente un nombre masculino, se consideran a sí mismas hombres, y se comportan como tales”, explica.

Es el caso de Sokhan, que trabaja en control de calidad en una fábrica textil a las afueras de Phnom Penh. El año pasado completó su metamorfosis y no se arrepiente. “Cuando iba vestido como una mujer, todo era más difícil”, explica. Ahora puede mostrarse de forma más abierta con su pareja, de la que muestra orgullosa decenas de fotos.

Huir de casa

Pero el peso de la tradición coexiste con motivos puramente económicos: en un contexto de extrema pobreza, en los hogares se espera que todos los hijos aporten a la economía familiar y la salida del armario es vista como un gesto de irresponsabilidad.

El PNUD señala en su informe que muchos hombres gais aceptan casarse con mujeres para no romper lazos con sus seres queridos mientras siguen manteniendo sexo esporádico con otros hombres. La sociedad camboyana tolera estas conductas si se producen de forma discreta y no afectan a la estructura familiar tradicional.

Para quienes deciden ser consecuentes, escapar de su hogar se convierte muchas veces en la única salida. Cientos huyen de casa cada año, algunos con no más de diez años de edad, según un estudio del Centro Camboyano para los Derechos Humanos (CCHR). Cuando llegan a ciudades como Phnom Penh se convierten en víctimas del alcoholismo, la drogadicción, y en presa fácil de las redes de prostitución o el abuso infantil, apunta el mismo documento.

En la puerta del Blue Chilli Bar, uno de los locales gais más conocidos de Phnom Penh, un pequeño cartel iluminado por luces de neón anuncia que esta noche habrá show de drag queens. Son las diez de la noche de un viernes y en el interior deambula una mezcla de jóvenes camboyanos, solos o con amigos, hombres blancos maduros, y alguna turista europea que ha venido a ver el espectáculo. Los camareros, todos jóvenes y atractivos, coquetean entre sonrisas con la clientela y sirven cócteles al ritmo de música comercial que suena a volumen discreto.

En el camerino, una minúscula sala donde se amontonan pelucas, boas de plumas y vestidos de cuero y lentejuelas, el calor es asfixiante. El viejo ventilador, que parece a punto de expirar, no ayuda demasiado. John, de 23 años, se maquilla con esmero frente al espejo antes de salir al escenario transformado en Jessie J. Mientras aplica con cuidado sucesivas capas de rímel en unas pestañas interminables, este estudiante de Marketing explica que se marchó de casa pronto para no “convertirse en una carga” para sus padres. El travestismo y el show vinieron como algo natural: “Me encanta bailar y descubrí que se me daba muy bien”, remarca.

El resto de divas (Rihanna, Leona Lewis…), terminan de prepararse entre comentarios afilados como dardos y bromas sexuales. Todos dicen tener cumplidos los 18, aunque en algunos casos queda la duda. Se saben afortunados, porque a pocas manzanas de distancia, en los alrededores de la Universidad Nacional y el templo de Phnom Wat, otros chicos de su edad alquilan su cuerpo por horas y se exponen continuamente a la violencia de la calle.

En los últimos cinco años, numerosos locales para público homosexual han abierto en la capital camboyana y en otras grandes ciudades del país, como Siem Riep y Battambang. Camboya se está convirtiendo en un incipiente destino turístico gay y el Gobierno, consciente de los ingresos que genera este tipo de público, trata de reforzar la idea de aperturismo.

El Blue Chilli, inaugurado hace justo una década a pocos metros del palacio presidencial, fue pionero en acortar el apelativo “gay friendly” y dejarlo en gay a secas, explica orgulloso el propietario del local, Sokha Kem, de 36 años. “En los últimos diez años, la situación de la comunidad LGBT ha mejorado mucho en este país”, asegura el empresario, bisexual y activista pro derechos gais, quien cree que las autoridades y la sociedad son cada vez más tolerantes.

Avances políticos

Lo cierto es que sí ha habido progresos, al menos en el plano político. En 2004, el veneradísimo rey Sihanouk (fallecido en 2012) se pronunció por primera vez a favor del matrimonio gay en Camboya. Recientemente, el Gobierno ha puesto en marcha a través del ministerio de la Mujer varias iniciativas legislativas para promover la igualdad de género y el empoderamiento femenino, y el año pasado lanzó un documento sobre violaciones de derechos en grupos vulnerables, centrado precisamente en la discriminación que sufren lesbianas y mujeres bisexuales, a las que el ministerio de Género ha incluido en su Plan Nacional de prevención de la violencia contra la mujer. Para las asociaciones pro derechos LGBT camboyanas, estas iniciativas marcan hitos en la defensa de los derechos gais.

Organizaciones como RocK, creada en 2009, o CamASEAN suponen un fuerte respaldo para los jóvenes que decide salir del armario. La primera asociación da apoyo e información, organiza talleres y trata de crear una estructura a nivel nacional con misiones en las zonas rurales para sacar a las personas LGBT de su aislamiento.

Las autoridades camboyanas están moviendo ficha y convirtiéndose en un “gran apoyo”, admite Srorn Srun, de CamASEAN. Muestra de ello son las ya mencionadas iniciativas del ministerio de la Mujer, y otras “como las del ministerio de Educación, Juventud y Deporte, que ha iniciado un programa de formación a profesores sobre orientación sexual e identidad de género para evitar el acoso escolar”, ejemplifica.

La existencia de la comunidad LGBT en Camboya va haciéndose más presente: los medios angloparlantes camboyanos abordan asiduamente temas relacionados con la comunidad gay y este año nació la primera revista queer, Q Cambodia.

El colectivo ha encontrado un aliado inesperado entre los monjes budistas. “El budismo no conlleva los prejuicios de las religiones de Occidente, en ese sentido es mucho más tolerante”, explica Leaphy. “Buda consideraba que la gente tiene derecho a amar a quien sea, que la gente tiene derecho a ser amada, sin importar su género o su orientación sexual”, asegura. En el día del Orgullo Gay, que cada año crece en afluencia en Phnom Penh, los religiosos bendicen a personas homosexuales para mostrar su adhesión a la causa, otro espaldarazo en un país en el que el más del 95% de la población practica el budismo.

Pero ¿qué es lo que impide entonces un avance real en la aceptación de la homosexualidad en Camboya? Paradójicamente, “las instituciones avanzan más deprisa que la sociedad y las mayores reticencias, al igual que en otros países de la región como Vietnam, Tailandia o Laos, vienen de la propia familia”, lamenta Srun, cuya asociación trata de involucrar al entorno familiar en la aceptación de la orientación sexual de sus hijos y también al resto de la sociedad camboyana.

Aunque no es tan optimista como sus compañeros sobre la actitud de las autoridades y cree que la comunidad LGBT “no es una prioridad para el Gobierno”, Leaphy quiere acabar con un pensamiento positivo: “Si aceptamos lo que somos, si Buda nos entiende… un día la sociedad lo hará también”.

EDDIE REDMAYNE: “Lucho por ser auténtico”

Eddie Redmayne protagonista de la película 'The Danish Girl'

Eddie Redmayne protagonista de la película “The Danish Girl”. / KEVORK DJANSEZIAN (REUTERS)

La noche del 22 de febrero de 2015 Eddie Redmayne ganó el Oscar al mejor actor. Dio las gracias a su mujer, a todos los que padecen la ELA [Esclerosis lateral amiotrófica] y al físico Stephen Hawking, al que interpretaba en La teoría del todo. Poco después, cogió un avión de Los Ángeles a Londres. Soltó la estatuilla por ahí, se subió a un coche y se fue al set a trabajar. La emoción que casi le impidió articular un discurso coherente había desaparecido. Y estaba dispuesto a asumir otro gran desafío. Ese día Redmayne (Londres, 1982) fue a meterse en la piel de una mujer para La chica danesa.Precisamente por ese papel ha vuelto a ser nominado a los Oscar y a los Bafta, en un año en el que, por cierto, también opta a los Razzies, los premios a lo peor del cine mundial.

“Ya había recibido el guion antes deLa teoría del todo. Solo supe decirle a Tom [Hooper, el director] que era el mejor que había leído jamás”, contaba el intérprete en el festival de Venecia, donde celebró un encuentro con la prensa internacional. En efecto, cuesta quedarse indiferente ante la historia real de La chica danesa, basada en la novela homónima de David Ebershoff y que se estrena hoy en España: la de cómo el pintor Einar Wegener se liberó de la cárcel de su cuerpo, acudió a la cirugía para convertirse en Lili Elbe y, de paso, inspiró a decenas de transexuales venideros.

Para acercarse a un papel tan complejo, Redmayne aplicó un método parecido al de La teoría del todo: documentación y más documentación. En este caso, el proceso empezó con encuentros de miembros de la comunidad transgénero: “Me impresionaron su gentileza y sus ganas de ser completamente transparentes. Todos me dijeron: ‘Pregunta cualquier cosa que se te ocurra”. ¿Y qué preguntó? “Por ejemplo, un amigo siguió con su pareja durante todo el proceso de transición y me hablaron de cómo su vida sexual se vio afectada por el cambio”.

Constató que el momento en que Lili se desnuda ante un espejo en la película es algo que varios transexuales han experimentado. Y descubrió esa fase que uno de sus interlocutores llamó “hiperfeminización”. “Empiezas tu transición y comienzas a investigar cosas como el maquillaje, la ropa, la manera de caminar, y terminas por exagerar, por forzarlo demasiado”, lo resume Redmayne.

A sus charlas el actor sumó una particular. La primera persona que le introdujo en ese mundo fue Lana Wachowski —Laurence antes de la operación—, directora de Matrix junto con su hermano Andy. “Me explicó la responsabilidad que llevó Lili y como fue un icono para la comunidad transexual”, relata el actor. Wachowski también le dejóConundrum, de Jan Morris, primero de una serie de libros que leyó sobre el argumento.

A partir de ahí, Redmayne añadió sus ideas, sus sentimientos, su lado femenino, que ya explotó en varios roles de mujer en la escuela así como haciendo de Viola en Twelfth Night, su debut en las tablas en 2002. “Relacioné el filme con la idea de encontrarte a tí mismo. Ser auténtico, verdadero, es algo por lo que lucho y que damos por hecho pero para los transexuales no es tan fácil”, asegura. En realidad, esa caza a la verdad es la que también lleva a cabo frente a la cámara y sobre el escenario: “Si pudiera alcanzar la autenticidad total incluso en un solo momento de actuación, sería maravilloso”. A juzgar por las candidaturas a los premios, parece que lo consigue.

El camarero despedido por tener el virus del sida

Daniel Jiménez junto al edificio en que vive en Madrid

Daniel Jiménez junto al edificio en que vive en Madrid. / KIKE PARA

Daniel Jiménez tenía 25 años cuando contrajo el virus del VIH, en 2014. Su madre lo apoyó desde el primer momento y la medicación que lo mantiene sano le permite llevar una vida normal. Pero el año pasado, cuando trabajaba de camarero, se topó por primera vez con el estigma social, ese obstáculo adicional en la vida cotidiana de los pacientes seropositivos. En cuanto él comunicó su enfermedad a su jefa, esta le echó de un día para otro.

Jiménez presentó denuncia por despido improcedente y el pasado lunes la empresa admitió que había sido discriminado por su enfermedad. A cambio, la víctima ha renunciado a la indemnización, correspondiente a ocho meses de salario.

Este es el primer caso en España en el que una empresa reconoce la vulneración de derechos por motivo del VIH, asegura Juan Silvestre, portavoz de Imagina Más, una asociación madrileña especializada en ayudar a enfermos de VIH. El bar ha sido identificado por esta asociación y no por la víctima, que se compromete en el acta de conciliación a no revelar el nombre de su exempleador.

El madrileño había comenzado a trabajar en el Mokäi, un local de la plaza de Pedro Zerolo, en Chueca (Madrid), a principios de mayo de 2015. La empresa, asegura él, tardó unos 10 días en redactar el contrato, por lo que cuando firmó él todavía se encontraba en período de prueba.

La confesión

Al principio la relación con su jefa era algo tirante, pero en seguida cogieron algo de confianza. Ella le llegó a contar problemas personales suyos. “Una tarde empecé a sudar bastante, porque estaba asimilando una nueva medicación, y ella me preguntó por qué sudaba”, recuerda. Tras intentar esquivar la conversación, terminó contándole que tenía el virus del VIH. “Al principio ella sintió eseshock en el que no sabes qué responder”, cuenta el joven, pero en seguida se mostró receptiva y, al terminar la jornada, él se fue a su casa como siempre. Fue al llegar cuando recibió un mensaje de Whatsapp: “Siento mucho lo que te ocurre, pero no me parece justo que no me lo hayas comunicado antes de contratarte. Tengo un negocio de restauración y al menos me podías haber contado esto, no me puedo arriesgar. Mañana hablaré con la gestoría y le comunicaré tu baja. Me parece un golpe bajo por tu parte”, según se lee en uno de los mensajes que el chico guarda. Más abajo, su exjefa añade: “La empresa tiene todo el derecho de contratar a gente sana”.

Al no ser el VIH una enfermedad transmisible a través de la manipulación de alimentos, discriminar a alguien en un puesto de hostelería con motivo de su enfermedad es discriminatorio, según la coordinadora estatal de VIH CESIDA .

“Yo no sé nada”

EL PAÍS contactó este martes con la encargada del bar Mokäi, a la que que en la sentencia sale solo como “Rebeca”, sin apellidos. “Yo no tengo nada que ver con el administrador”, aseguró este martes por teléfono. “No. Yo no traté con Daniel Jiménez, no sé absolutamente nada. A él lo despidió la empresa, a mí este tema me han dicho que estaba zanjado, y punto. No tengo nada de qué hablar, no sé nada”, agrega.

La dueña del local, y quien acudió al juicio el lunes pasado, es su hija. Jiménez añade que el verano pasado la empresa negó, a través de su página de Facebook, que lo hubieran discriminado. Esta web está hoy fuera de servicio.

Cuando le echaron se sintió traicionado, explica la víctima. Denunció “por rabia, por impotencia; el dinero me da igual”. Lleva siete meses en tratamiento psiquiátrico, sufriendo crisis de ansiedad y pesadillas por las noches. Aunque trabaja en el sector de la hostelería desde los 16 años, actualmente está en paro. Desde que denunció ha tenido dificultades para encontrar trabajo. “Corrí un riesgo, porque cuando voy a algún trabajo y conocen un poco mi caso, ponen excusas para no contactarme. No me dicen claramente ‘no te quiero porque tienes VIH’, dicen que no les intereso porque no valgo. O porque este no es mi trabajo. Y, sin embargo, toda mi vida he sido camarero”, explica Jiménez.

Ahora se plantea el futuro en otros términos: “Mi vida ha dado un vuelco. Es verdad que necesito trabajar de algo. Pero me gustaría poder ayudar a otra gente que esté en mi situación, que sepan dónde acudir, cómo recurrir y todo eso. Cuando lo vives en tus propias carnes, es muy difícil. Me gustaría dedicarme a una labor más humanitaria”.

En España se detectan de media 10 nuevas infecciones de VIH al día. Según el Ministerio de Sanidad, la proporción de hombres que tienen sexo con hombres subieron entre 2010 y 2014, frente a las infecciones de consumidores de droga por vía intravenosa, que disminuyeron. En 2014, el año que diagnosticaron a Jiménez, hubo 3.366 nuevos casos. “A mí me da igual dar la cara. Si hubiera habido más gente que hubiera luchado por esto públicamente, quizá yo no hubiera tenido este problema. Eso es lo que falta: gente visible”, remata el joven.

Tres fondos invierten en una vacuna española contra el VIH

Las gestoras de capital riesgo de La Caixa, de Johnson & Johnson y de Ysios Capital aportan 11,5 millones de euros

 

El proyecto para conseguir una vacuna terapéutica contra el sida en el que trabajaba el centro de investigación catalán Hivacat ha captado 11,5 millones de euros entre un grupo de fondos de inversión, que esperan cerrar las últimas pruebas en los próximos cinco años y poder lanzar el producto al mercado dentro de siete o diez años. Aelix Therapeutics, la empresa desde la que se harán las pruebas, verá cómo se incorporan a su accionariado las gestoras de capital riesgo de La Caixa, del gigante Johnson & Johnson y el fondo biotecnológico Ysios Capital, que ha liderado la operación.

Aelix es una spin off de Hivacat, un consorcio público-privado que investiga la vacuna del sida y que mantendrá “una buena representación” en el accionariado de la empresa, según explicó uno de sus fundadores, Jordi Naval. El objetivo es iniciar en otoño los estudios clínicos en personas no infectadas y haber acabado la segunda fase, que implica la vacunación a pacientes con VIH, a finales de 2019. La vacuna no servirá para prevenir el contagio, sino para curar a quienes ya estén enfermos y evitar así que tengan que depender de los tratamientos antirretrovirales toda su vida. Sin embargo, los directores de Hivacat, Bonaventura Clotet y Josep Maria Gatell, esperan que los descubrimientos que se hagan a lo largo del proceso resulten útiles para crear una vacuna preventiva. Ambos investigadores son fundadores de la compañía y forman parte de su consejo asesor.

El cuarto fundador es Christian Brander, el científico del centro que lideró la línea de investigación que desarrolló el principal compuesto de la vacuna, el HTI. Se trata de uno de los proyectos más prometedores en la búsqueda de un remedio rápido y eficaz contra una enfermedad que padecen 36,9 millones de personas según los últimos datos de Naciones Unidas, que se remontan a 2014. Unas 150.000 residen en España.

La novedad que presenta el HTI es su diseño, según explicó Brander: “Para fabricar una vacuna debes decidir cuáles son las partes del patógeno que vas a incluir. Hasta ahora, los diseños han sido elegidos según análisis de secuencias o de función de proteínas… El nuestro se basa por primera vez en datos experimentales de personas infectadas”. Tras estudiar a miles de pacientes con VIH, el equipo del ahora director científico de Aelix Therapeutics analizó con más detalle a aquellos individuos que eran capaces de controlar el virus sin necesidad de medicamentos y que suponen el 1% de los infectados. “Observando sus respuestas inmunes con más detalle pudimos definir qué partes del virus atacan. Y son estas las que hemos puesto en el inmunógeno”, explicó.

El desarrollo de la vacuna implicará la reducción del coste del tratamiento del sida, según recalcó Gatell: “Una vacuna terapéutica que funcionara bien, por cara que fuera, siempre sería más barata que 60 años de antirretrovirales”. Naval aseguró que “el espíritu y la misión de la compañía” es que el producto “sea accesible al mayor número de personas posible y a un precio justo”.

Los directores de Hivacat, sin embargo, insistieron en que este logro no ha de tomarse como la solución final al sida. “Las personas no somos todas iguales cuando nos infectamos, algunas se convertirán en controladores de élite con la vacuna, otras necesitarán algún complemento, otras se sanarán por completo… Esto habrá que averiguarlo en los estudios y este dinero es suficiente para desarrollarlos en dos modelos de transportadores del HTI: el ADN y el MVA”, explicó Clotet. “El mensaje es que hay otras cosas por hacer y hace falta más dinero”, añadió Gatell.

La patente del HTI pertenece a Hivacat, que la ha transferido a Aelix Therapeutics. Esta contratará a entre cuatro y seis personas y subcontratará servicios a los centros que conforman el proyecto catalán: el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y el Servicio de Enfermedades Infecciosas y Sida del Hospital Clínic de Barcelona, que dirigen Clotet y Gatell, respectivamente.

La compañía no quiso detallar cómo queda estructurado su accionariado tras la captación de capital. Ysios Capital, especializado en biotecnología, aporta 3,75 millones de euros lo que “no necesariamente significa que sea el principal inversor”, según puntualizó uno de sus socios, Josep Sanfeliu. Esta es la tercera operación que el fondo saca adelante con La Caixa en los últimos meses, después de las inyecciones de 36 millones de euros en Sanifit y 19,4 millones en Minoryx Therapeutics a finales de 2015. El director de inversiones de Caixa Capital Risc, José Antonio Mesa, adelantó que pronto anunciarán una ronda similar. Junto a Johnson & Johnson, cada uno contará con un miembro en el consejo de administración de la nueva empresa.

Más de la mitad de los menores LGTB sufre acoso escolar en las aulas

La historia de Alan, el transexual de 17 años que se quitó la vida el pasado 24 diciembre por “la presión e incomprensión social”, es uno de tantos casos de acoso escolar que sufren los menores LGTB. La Federación Estatal de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (FELGTB) denuncia que más de la mitad de los jóvenes de este colectivo sufre acoso en centros educativos por su orientación sexual. El porcentaje aumenta respecto a los transexuales porque “son víctimas más visibles y eso les hace exponerse a un mayor riesgo”, explica el presidente de la asociación, Jesús Generelo.

La federación no tiene un informe único sobre acoso escolar contra el colectivo LGTB, pero extrae sus deducciones del compendio de diversos estudios. Una de las conclusiones es que la primera causa de acoso en los centros educativos es la orientación sexual, porque los menores de este colectivo “apenas reciben apoyo dentro del sistema”, subraya Generelo. La asociación denuncia que el sistema educativo está aún muy por detrás de la sociedad en lo que respecta el reconocimiento e integración de estos jóvenes en las aulas.

“Es muy dramático que tengan que ocurrir casos como el de Alan para despertar las conciencias”, se lamenta Generelo. La federación realizó una muestra con 700 jóvenes que habían sufrido acoso escolar por su condición de homosexual, cuyos datos revelaron que el 43% había ideado alguna vez el suicidio, el 35% lo había preparado con algún detalle y el 17% lo había intentado en alguna ocasión. La encuesta no incluía a los menores transexuales, como Alan, pero el presidente de FELGTB manifiesta que en este colectivo se acentúa la marginalidad y soledad a la que se enfrentan en las aulas.

No hay cifras oficiales de cuántos menores transexuales se han quitado la vida este año movidos por el acoso escolar, pero Generelo confirma que muchas veces es la propia familia la que esconde el motivo del suicidio por la dureza que supone enfrentarse a tanto sufrimiento y porque “les obliga a salir del armario”. Aunque los familiares deciden no revelar la verdadera razón del suicidio, la federación recaba los datos a través de amigos o profesores del fallecido.

Una normativa insuficiente

La identidad de género se regula en la ley 3/2007, pero para la federación la normativa es insuficiente. “Necesitamos una ley transexual que atienda todos los ámbitos”, demanda Generelo. El presidente de FELGTB revela que miembros de su federación y otras tres asociaciones de ámbito estatal están preparando un borrador que presentarán “pronto”, donde se regule el trato que deben recibir los transexuales desde su infancia para acompañarles en su desarrollo. Una legislación que recoja el espíritu de la ley andaluza 2/2014 —Ley Integral para la no discriminación por motivos de identidad de género y reconocimiento de los derechos de las personas transexuales de Andalucía— e imponga unos parámetros básicos e iguales a nivel estatal.

La triste historia de Alan tenía en su origen varios episodios de acoso de sus compañeros de instituto, que le llevaron a tan trágico final, según la asociación Chrysallis, que agrupa a familias de menores transexuales. Pero a veces es el propio centro educativo el que sitúa al joven en una situación incómoda. Como ejemplo, la niña transexual de Málaga que en 2013 abandonó un colegio concertado porque no admitía su identidad de género y le daba trato de varón porque no le dejaba vestir la falda del uniforme. La Audiencia Provincial reabrió las diligencias del caso el pasado mes de mayo, pero la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de la capital andaluza volvió a archivarlo hace tres meses.

Las demandas de FELGTB se orientan a intentar acabar con la discriminación “sistémica” que padecen los menores LGTB tanto de sus compañeros como del propio sistema educativo. De ahí la “necesidad” de una normativa transversal que ponga el acento en la Educación, como punto de partida para erradicar los problemas que sufren algunos menores desde la infancia. “Mientras la situación siga como está vamos a seguir teniendo más casos como el de Alan”, sentencia Generelo.

FAMILIA HOMOSEXUAL Historia de una niña con dos papás

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada

El matrimonio formado por Luis y Denis con su hija Ornella, de gestación subrogada. / JESSICA SCHEBLY

Luis y Denis son pareja desde hace más de 20 años y matrimonio desde hace tres. Son los padres de Ornella y los autores de Papá, papi y yo, el primer cuento en español sobre la historia de una niña nacida por gestación subrogada. “Creemos que el cuento es una historia de amor con final feliz, de personas que ayudan a otras personas que por alguna razón no pueden concebir. Se trata de una herramienta pedagógica y la mejor forma que encontramos de contribuir al desarrollo ético y moral de la sociedad”, dice Luis Moya. “Es un cuento que explica de forma clara a los niños y a los adultos qué es la gestación subrogada”, señala.

Luis y Denis esperan que su iniciativa ayude a normalizar a las familias como la suya y a muchas otras que no se ajutan al patrón tradicional de padre, madre e hijos. En España, la gestación subrogada (que una mujer geste el bebé y luego renuncie a su relación de maternidad) está prohibida y todavía hay críticas como la reciente del obispo de Córdoba, que opina que las técnicas de reproducción asistida son un “aquelarre químico de laboratorio”. “A nosotros no nos gustan las expresiones vientre de alquiler o madre biológica. Aquí no se alquila ningún vientre. Es una expresión ofensiva. Las mujeres que deciden gestar los hijos de otras personas lo hacen fundamentalmente motivadas por amor, para ayudar a otras personas a realizar su sueño de ser padres. Son niños fruto del amor, del de sus padres y del de la mujer gestante. Además, Ornella no tiene madre biológica. Tiene dos papás. Hay una gestante que la cuidó durante el embarazo y una donante que aportó su carga genética, como en muchos otros casos de reproducción asistida” afirma Denis Zamaro.

Una hermana para Ornella

Luis es profesor de Psicología en la Universitat de València; Denis profesor de italiano en la Escuela Oficial de Idiomas de Quart de Poblet (Valencia). Su hija nació en Estados Unidos gracias a la colaboración de Melissa, una funcionaria que vive en Springfield, a unas tres horas de Chicago, la misma mujer que ahora está embarazada de su segunda hija, Oriana, que nacerá a principios de marzo. “Tenemos un contacto permanente con Melissa por WhatsApp y Ornella la conoce gracias a Skype. Además, podrán conocerse personalmente cuando vayamos a Estados Unidos para asistir al parto de su hermana”, dice Luis. “Melissa es parte de nuestra vida y una persona muy importante a la que amamos y a la que estamos muy agradecidos. A ella y a su marido, que la ha apoyado siempre”, resalta.

La gestación subrogada está perfectamente regulada en Estados Unidos desde hace más de 30 años. Allí la ley exige que la gestante tenga al menos un hijo propio, que goce de buena salud y tenga hábitos saludables. Además, requiere que disfrute de unas condiciones socioeconómicas estables para evitar que lo hagan por necesidad económica, aunque suelen recibir una compensación de entre 20.000 y 25.000 euros, según agencias. Melissa, por ejemplo, que es funcionaria, vive en una casa de 180 metros cuadrados y tiene un nivel de vida medio alto.

Aunque es más caro, Denis y Luis eligieron tener a su hija en Estados Unidos por las garantías legales y sanitarias que ofrece. En la actualidad la gestación por sustitución está regulada también en el Reino Unido, Grecia, México, Rusia, Ucrania, Georgia y Kazajistán, pero excepto en el Reino Unido en todos los países está vetado a parejas homosexuales y solo en Estados Unidos se reconoce la filiación de los padres mediante sentencia judicial. Melissa, la persona gestante, no tiene ninguna vinculación legal con Ornella, la hija de Luis y Denis.

Luis reconoce que la gestación subrogada es un proceso caro y muy complejo. “Los gastos son muchos. Nosotros hemos invertido todo lo que tenemos, pero nada nos puede aportar mayor felicidad. Además, es todo muy complicado por los trámites burocráticos, médicos y legales. La distancia con la gestante lo hace todo aún más estresante”.

En España no hay registros oficiales, pero la Asociación de Familias por Gestación subrogada calcula que cada año nacen unos mil menores españoles con esta técnica en el extranjero, lo que supone una discriminación para las familias que no se lo pueden permitir económicamente. Por ello, la Asociación por la Gestación Subrogada en España, entre otras asociaciones, intenta poner en marcha una iniciativa legislativa popular que reúna el medio millón de firmas necesarias para que el Congreso de los Diputados debata este tema y regule una realidad que ya ha superado a la ley. De hecho, aunque la práctica sea ilegal en España, ya hay sentencias que obligan a registrar a los niños como hijos de dos padres, sin que en su documentación tenga que constar una madre.

Denis y Luis viajarán nuevamente en marzo a Chicago, con Ornella, para ver nacer a su segunda hija Oriana, pero esperan que pronto haya en España una ley que elimine, para otros padres, los obstáculos que han tenido que superar ellos. De momento, gracias a ellos, otros padres ya pueden encontrar en las librerías un cuento donde ver reflejada su familia.

Con textos sencillos, pero con un lenguaje muy didáctico, Papá, papi y yo, de Ediciones Bostezo, cuenta con las ilustraciones de Mercedes Balaguer. Por ahora solo se encuentra en castellano, pero sus autores ya se plantean la traducción a otros idiomas dada la gran acogida que ha tenido hasta el momento.

La fascinante vida de Lili Elbe, la primera transexual de la historia

No pudo describir con palabras lo que sentía: no existía aún una de definición. Una novela desenterró su vida, pero han pasado 18 años hasta que un director se ha atrevido a llevarla al cine en ‘La chica Danesa’.

la chica danesa

Ese día la modelo no se presentó. Gerda Wegener, la joven ilustradora que se había hecho un hueco con sus estilizados retratos femeninos, quería acabar su esbozo y, a sugerencia de una amiga actriz que pasaba por allí,le pidió a su marido, Einar Mogens, quien siempre había sido delgado y esbelto, que se pusiese el vestido con falda plisada, los tacones y las medias. Un rato de posado sería suficiente.

Es imposible adivinar si Gerda, quien de tonta tenía poco y conocía y amaba a Einar como nadie, sabía dónde se estaban metiendo ambos cuando le pidió a su marido que se vistiese de mujer aquella tarde, en el apartamento que compartían en Copenhague. Pero para ninguno de los dos la vida volvería a ser la misma.Einar nunca se había sentido tan auténtico como cuando se puso esos tacones y, gradualmente, empezó a vestirse de mujer. No de una mujer cualquiera, sino de Lili, la persona que inventó y que cada vez fue pasando más tiempo con Gerda, quien la paseaba por los cafés y la presentaba como su hermana. Tras viajar por Italia y Francia, ambas acabarían instalándose en París en 1912, donde Lili vivía y vestía como una fémina, y Gerda tenía relaciones con otras mujeres.

Unos años más tarde, Lili se convertiría legalmente en Lili Elbe, la primera persona transexual, o por lo menos la primera registrada, en pasar por un procedimiento de reasignación de género. Primero se sometió a una castración quirúrgica bajo la supervisión de Magnus Hirchsfeld, el famoso doctor alemán que fundó la primera asociación de defensa de homosexuales y transexuales, y después pasó por varias operaciones a manos de Kurt Warnekros, el cirujano de Dresde al que Elbe se refería como su creador y salvador. En 1933, Warnekros planeaba completar el proceso implantando a Elbe un útero y creándole una vagina artificial, pero la pintora (que ya casi no lo era: Elbe pensaba que el arte pertenecía a Einar, a su pasado) no pudo superar la operación y murió días antes de cumplir los 50.

Lili Elbe en 1926

Lili Elbe en 1926

Una lucha en soledad

A pesar de su relevancia histórica, la historia de Lili, quien escogió para su apellido de mujer el nombre del río que pasa por la ciudad en la que volvió a nacer, el Elbe, tan solo era conocida entre académicos y activistas de la comunidad LGBTQ hasta que cayó en manos de David Ebershoff hace 18 años. Ebershoff, entonces editor en Random House, la noveló en lo que sería para él su debut literario, La chica danesa (Anagrama). Tras dar muchas vueltas por los despachos de Hollywood –durante un tiempo, Nicole Kidman estuvo asociada al proyecto– el libro ha llegado por fin al cine de la mano de Tom Hooper y con Eddie Redmayne y Alicia Vikander en los papeles de Lili y Gerda. Se estrenará el 15 de enero. El autor se siente orgulloso: «En septiembre, visité la tumba de Lili en Dresde y el director del cementerio me dijo que cada mes unas 10 personas acuden a presentar sus respetos. Le dejan flores y velas o pasan tiempo con ella. Imagino que el número ha crecido en los últimos años y que con el filme se entenderá todavía más quién fue y qué consiguió. Es por eso que necesitamos más historias y es por eso que el público ha escuchado y aceptado las de Caitlyn Jenner, Laverne Cox, Chaz Bono, Renée Richards y muchos otros. Cada vez que una persona transgénero cuenta su experiencia, nuestra comprensión colectiva crece».

Cuando Ebershoff habla de una «pionera» el término adquiere connotaciones heroicas, pero ser el primero, la primera en este caso, en llegar a cualquier sitio implica hacerlo en la más absoluta soledad. Por no tener, Elbe no tenía ni una palabra para referirse a lo suyo. El doctor Hirchsfeld, que trató durante toda su vida de honrar la investigación sobre sexualidad y género en una disciplina médica tan respetable como cualquier otra, hacía poco que había acuñado el término «transexualismus» para referirse a aquellos que querían convertirse en, y no solo parecerse al sexo opuesto. Nadie se la dijo a Einar. Los doctores a los que visitó durante su juventud en Dinamarca lo calificaron de histérico o pervertido. «Una de las cosas que encuentro más significativas sobre Lili Elbe es que ella no tuvo ejemplos o modelos, ningún mentor a quien admirar, ningún recurso, ningún medio que reflejara su vida y prácticamente ninguna información médica. No solo transitó por un camino inhóspito, sino que ella tuvo que ir poniendo los cimientos de ese camino. Estaba sola excepto por su esposa», dice Ebershoff.

Gerda Wegener, A summer Day,1927

Gerda Wegener, A Summer Day, 1927

Tras casi dos décadas viviendo como una mujer con una biografía inventada, la historia de Lili se hizo pública y causó en su país un ruido similar al que generó Christine Jorgensen en Estados Unidos en los años 50. Jorgensen, el soldado que combatió en la Segunda Guerra Mundial que pasó por una operación de reasignación de sexo, se convirtió en una celebridad menor y objeto de fascinación para los tabloides. «Cuando se filtró su historia, Lili no tuvo otra opción que salir del armario y contarla», relata su biógrafo. «Por un lado, disfrutó la oportunidad de contar su transición, pero por otro dudaba sobre cómo respondería el mundo. Una parte de Lili amaba la atención y otra tan solo quería ser una chica danesa con una vida normal». Convertirse en una figura pública la obligó a romper con su pasado y con Gerda. Dinamarca reconoció su nueva identidad con un pasaporte y anuló el matrimonio. Lili albergaba ilusiones fantasiosas, como concebir un hijo con su nueva pareja, pero tenía negras premoniciones. Antes de pasar por la operación que la mataría, escribió a un amigo: «He probado que tengo derecho a vivir existiendo como Lili durante 14 meses. Se podría decir que 14 meses no son mucho, pero para mí es una vida humana completa y feliz».

De candente actualidad

No es casualidad que la película se haya materializado ahora y no hace cinco o diez años y que haya conseguido un reparto envidiable –para Redmayne es su primer papel tras el Oscar y Vikander vive un momento estelar con Ex Machina y Testament of Youth–.Caitlyn Jenner, Transparent, Laverne Cox y Andrej Pejic entre otros han conseguido que las reivindicaciones de las personas transgénero se hagan más visibles. La chica danesa se proyectó en la Casa Blanca en una velada dedicada a los derechos de los transexuales. Que la dirija Hooper, un director de quien se puede decir que su género es «lo oscarizable» (suyas son El discurso del rey y Los miserables) es ya de por sí significativo, como él mismo admite en una entrevista en Time: «Ahora todo el mundo cree que es una opción obvia para mí; dice mucho de la revolución que ha habido en la aceptación de las historias trans». La elección de Redmayne, sin embargo, no estuvo exenta de polémica. Se señaló que debería ser una actriz transexual quien interpretase a Elbe. David Ebershoff, por lo menos, está satisfecho con el actor cisgénero (lo contrario de transgénero) y heterosexual que da vida a su Lili. «Cuando visité el plató, vi que Eddy derramaba cada gota de su talento interpretándola con profundidad, sutileza y una amplia gama de emociones. Como escritor, no me gusta la idea de que algunas historias están fuera de mi alcance». Aun así, reconoce que hay que tener en cuenta esas voces disidentes. «Lili es una parte importante de la historia de esa comunidad. Se sienten orgullosos de ella y su vida se tiene que contar con empatía y dignidad».

Eddie Redmayne en el papel de Lili

Eddie Redmayne en el papel de Lili

El obispo de Córdoba califica la fecundación in vitro de “aquelarre”

El polémico obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, cree que la fecundación in vitro es “aquelarre químico de laboratorio”. Según la carta pastoral titulada Navidad y Familia, que el prelado también ha colgado en Youtube, los hijos solo pueden nacer del “abrazo amoroso” de los padres (que deben ser un varón y una mujer). Y “no puede sustituirse nunca por la pipeta de laboratorio, la fecundación in vitro”. “Todo tipo de fecundación artificial”, opina, “rompe la armonía de la creación”.

El obispo de Córdoba, desde que llegó a la ciudad andaluza en 2010, ha difundido varias cartas con polémicas opiniones. Por ejemplo, en enero de 2011, aseguró que la Unesco tiene un plan para “hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual”. En octubre de 2012, equiparó el aborto y la muerte de los niños Ruth y José, asesinados por su padre en Córdoba. Hace dos años, cargó contra la “ideología de género”.

La Iglesia católica rechaza la fecundación in vitro. El papa Francisco, el año pasado, criticó lo que considera “jugar con la vida”. Pero el obispo de Córdoba eleva el tono al introducir matices demoniacos. Aquelarre, según la Real Academia Española de la lengua, es una “junta o reunión nocturna de brujos y brujas, con la supuesta intervención del demonio ordinariamente en figura de macho cabrío, para la práctica de las artes de esta superstición”.

En su carta, Fernández también ofrece una clara distinción entre el papel del hombre y la mujer dentro de una familia. “Cuanto más varón sea el varón, mejor para todos en la casa”, sostiene el obispo. El hombre “aporta la cobertura, la protección y la seguridad” y es “signo de fortaleza”. “Representa la autoridad”. Para la mujer reserva el papel de aportar “calor al hogar, acogida, ternura”. “Cuanto más mujer y más femenina sea la mujer, mejor para todos en la casa”.

Los transexuales vascos tendrán un carné con su identidad de género

Euskadi es la primera comunidad autónoma en ofrecerles un ‘DNI’ transitorio mientras dura el proceso de reasignación sexual

Sarai Montes y Ares Piñeiro, del servicio de atención y asesoramiento a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Gobierno vasc

Sarai Montes y Ares Piñeiro, del servicio de atención y asesoramiento a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del Gobierno vasco. / FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

Un gesto como enseñar el DNI para pagar en un comercio con tarjeta de crédito puede convertirse en todo un quebradero de cabeza para los transexuales. También se dan situaciones incómodas en rutinas como darse de alta en el gimnasio o identificarse para acceder a un edificio público. “Cada vez que tenemos que hacer cualquier gestión diaria, las risas y burlas están aseguradas”, lamenta Ares Piñeiro, portavoz de Errespetuz, la Asociación para la Defensa y la Integración de las Personas Transexuales.

El Gobierno vasco podrá expedir un documento identificativo transitorio a los transexuales que se hayan sometido a una operación de cambio de sexo o acrediten que están en pleno proceso de reasignación sexual y estén esperando su identidad civil definitiva.

El colectivo ‘trans’ viene años reclamando que la documentación que llevan en su cartera les identifique tal y como se sienten, al margen de la apariencia. Situaciones incómodas e hirientes que afectan también a menores de edad. “Hace unos días nos llegó la denuncia de unas madres porque una profesora se negaba a tratar a su hijo como a cualquier otro niño de la clase, aunque tiene nombre de niño y viste como tal”.

El Gobierno vasco ha aprobado un decreto que desarrolla la ley de no discriminación por motivos de identidad de género y de reconocimiento de los derechos de las personas transexuales que aprobó el Parlamento vasco en verano de 2012. El objetivo es propiciar una “atención integral y superar la discriminación”, explica el director de Política Familiar y Desarrollo Comunitario, José Luis Madrazo. ¿Cómo? Previa petición individual, van a poder disponer de documentación administrativa “adecuada” mientras se completa el proceso de asignación sexual. Es decir, “desde el minuto uno” en esa tarjeta van a figurar los datos relativos a la nueva identificación de la persona solicitante. Un documento transitorio hasta que la rectificación definitiva se recoja en el Registro Civil y, por tanto, en el DNI.

La legislación española —que data del 2007— establece que, cuando las personas transexuales empiezan el tratamiento hormonal, tiene que transcurrir un mínimo de dos años hasta rectificar el sexo en el Registro Civil. “Tras años de lucha titánica”, Euskadi cubre ahora ese vacío, aunque con ciertas limitaciones porque no puede rebasar competencias.

El decreto que regula esta documentación administrativa es “de obligado cumplimiento para todas las administraciones públicas y para la sociedad”, remarca Madrazo. Sin embargo, no puede inmiscuirse en el ámbito privado. En ese terreno, va a ser cada empresa la que decida si la tarjeta es válida o es necesario presentar el DNI. Tampoco servirá para gestiones con la Administración central, como presentar una denuncia ante la Guardia Civil o registrarse en aduanas o aeropuertos.

Por el contrario, tanto en el ámbito sanitario como en el educativo vasco, las personas portadoras de esta documentación tienen derecho a “ser tratadas conforme a su identidad de género libremente determinada”. “Para nosotros es como haber subido al Everest”, se felicita Sarai Montes, también de Errespetuz, que pone el acento en que ese “respeto”, a partir de ahora, se pueda exigir por ley.

Van a poder solicitarlo todas las personas transexuales que residan en el País Vasco, también los inmigrantes, y los menores de edad, aunque en este último caso será el representante legal quien se encargue de los trámites.