Rivera: “Calvo y Lastra no son feministas, sino políticas sectarias que no quieren que los gais sean padres”

El candidato de Ciudadanos celebra un acto en apoyo de los derechos de los gais con el que se diferencia de PP y Vox

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. FOTO: ANDER GILLENEA (AFP) | VÍDEO: EFE

Albert Rivera ha sacado este martes a relucir su perfil liberal abierto en las cuestiones morales para diferenciarse del PP y Vox. El líder de Ciudadanos (Cs) ha celebrado en Albacete un acto centrado en los derechos de los homosexuales, en el que ha estado acompañado de uno de sus candidatos por Madrid, Pablo Sarrión, de origen albaceteño, que ha contado emocionado junto a sus padres que sufrió acoso en la adolescencia por ser homosexual. Rivera se ha comprometido con los derechos de los gais y las lesbianas y los ha vinculado con la gestación subrogada. El candidato de Cs ha lanzado un dardo al PSOE por no aceptar esta práctica: “No considero feministas a las señoras [Carmen] Calvo y [Adriana] Lastra, esas políticas sectarias que no quieren que Pablo sea padre”.

Rivera ha comparado las reticencias de parte de los colectivos feministas o el PSOE con la gestación subrogada con los recelos en su día contra “los bebés probeta”. “A los que están en contra: ¿serían capaces de rechazar a un hijo por haber nacido por ese método?”, ha interpelado. Ciudadanos hace bandera de esta práctica en solitario. Es su programa electoral para el 28-A, propone una ley que la regule de forma altruista. El PSOE, al contrario, plantea en su programa que debe mantenerse prohibida.

El acto ha estado cargado, en realidad, de referencias a Vox y a su candidato por Albacete al Congreso, Fernando Paz, que tuvo que dimitir por sus declaraciones homófobas y antisemitas. Rivera ha censurado a los “odiadores profesionales” y ha remarcado las diferencias entre los “liberales y los conservadores”, en que los últimos “no quieren que nada cambie”.

El líder de Ciudadanos, que no reniega de un posible apoyo de la formación de extrema derecha en caso de que pueda sumar con el PP para formar un Gobierno de coalición, ha querido dejar un “aviso a navegantes”, que sonaba dirigido a Vox: “Si Ciudadanos gobierna España, no va a haber ni un paso atrás en las libertades”. “Tolerancia cero para la homofobia”, ha remarcado el candidato. Ciudadanos lleva en su programa que se blinde el matrimonio LGTBI en la Constitución española. Como propuesta relacionada (para dificultar el acoso en el colegio), el presidente de Cs ha planteado prohibir los teléfonos móviles en las aulas.

Le había precedido a Rivera una exposición muy emotiva de Pepi y Pedro, padres de su candidato Pablo Sarrión, que han contado a los dos centenares de simpatizantes en el Casino Primitivo de Albacete que su hijo dejó de ser feliz a los 13 años, cuando empezaron a acosarle en el colegio por ser gay. “Los últimos que nos enteramos somos siempre los padres”, ha admitido Pedro sobre la homosexualidad de su hijo, en un relato que ha tenido también momentos cómicos, como cuando ha relatado que Pablo “tuvo una novia, aunque el roce no era muy fuerte”. El hombre se ha terminado preguntando, con una lógica aplastante: “¿Por qué no pueden tener los mismos derechos unos que otros?”.

Sarrión ha recordado que su colectivo “sufre” y ha pedido “avanzar hacia la diversidad y la tolerancia”. “Gracias Albert por defender mi causa y la de muchos que tenemos que escuchar que estamos enfermos, que el matrimonio es únicamente entre el hombre y la mujer. La de muchos que no queremos ser encerrados en un armario”. El joven se ha felicitado por conseguir que el dirigente homófobo de Vox tuviera que dimitir. “Los albaceteños, no es que no le hemos apoyado con votos, es que lo hemos echado”.

 

Brunéi comienza a castigar con lapidación la homosexualidad y el adulterio

El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah. FOTO: AFP VÍDEO: REUTERS-QUALITY

La reforma legislativa del Código Penal supone consumar el giro conservador de esta nación musulmana del sudeste asiático gobernada con puño de hierro por el sultán Hassanal Bolkiah, quien ejerce de máximo representante del islam en el país.

El nuevo Código Penal incluye la lapidación por delitos de homosexualidad y adulterio; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profeta Mahoma y la apostasía; y la flagelación por aborto, entre otras.

La alta comisionada de derechos humanos de la ONU, Michelle Bachelet, señaló esta semana que la aplicación de estas leyes “supondría un serio retroceso de los derechos humanos en Brunéi“.

“El nuevo Código Penal es brutal en su núcleo al imponer estos arcaicos métodos de castigo a actos que no deberían ser considerados crímenes”, ha declarado este miércoles Phil Robertson, subdirector para Asia de Human Rights Watch.

La oficina del primer ministro, puesto ocupado por el sultán (72 años), afamado por su vida opulenta y varios escándalos amorosos, anunció el sábado la medida con un breve comunicado donde apunta que la sharia ayudará a mantener “la paz y el orden” y tiene como objetivo “educar, respetar y proteger los derechos legítimos de todos los individuos de cualquier raza y fe”.

El sultanato, próspero gracias a sus ingentes reservas de petróleo y gas, comenzó a introducir los castigos basados en la ley islámica en 2014, con una primera batería de enmiendas para las condenas menos duras, en un plan de dos años por etapas que fue suspendido temporalmente por la campaña internacional de boicot contra el entramado de negocios bajo el patronazgo del país.

Matthew Woolfe, fundador de la organización The Brunei Project, señaló que los cambios en el ordenamiento penal crean miedo y ansiedad entre los habitantes, muchos de los cuales no se atreven a hablar o lo hacen bajo condición de anonimato.

Entre ellos un bruneano, que se encuentra en proceso de solicitar asilo en Canadá y abandonó el país por miedo al futuro que le esperaba siendo transgénero.

El actor estadounidense George Clooney renovó, en una columna publicada por el medio Deadline, el boicot contra los hoteles de Brunéi, entre ellos el Beverly Hills en Los Ángeles, Plaza Athenee en París o Eden en Roma, una medida a la que se han sumado otros famosos, políticos y colectivos en favor de los derechos humanos.

“Cada vez que nos alojamos, reunimos o comemos en cualquiera de esos nueve hoteles, estamos dando dinero a los que eligen lapidar o pegar latigazos hasta la muerte de sus propios ciudadanos por ser gais o acusados de adulterio”, escribió Clooney. El cantante británico Elton John apoyó el llamamiento de Clooney. 

Aunque el actual Código Penal ya contempla la pena de muerte, Brunéi no ha realizado ninguna ejecución desde 1957.

La nueva legislación se aplicará principalmente a los ciudadanos que profesen la fe musulmana, quienes representan el 70% de la población del sultanato (unos 300.000 bruneanos), aunque en algunos casos también se utilizará con extranjeros o fieles de otras creencias, en su mayoría budistas y cristianos.

“Obviamente, la apostasía, que conlleva pena de muerte, solo se aplica a musulmanes. Entre los castigos más crueles, el adulterio y la sodomía entre dos hombres —penada con la lapidación— se aplicará si una o ambas de las personas son musulmanas. En caso de no ser creyente en el islam, no se aplicará”, apunta Woolfe.

“Para la mutilación de extremidades en caso de robo, el castigo se aplica independientemente de si la persona es musulmana o no”, incide el fundador de The Brunei Project.

Los no musulmanes ya tenían prohibido desde 2014 utilizar 19 palabras islámicas, incluida “Alá”, y son sancionadas la impresión, divulgación, difusión y la distribución de las publicaciones contrarias a la enseñanza islámica.

La homosexualidad ya era ilegal en el sultanato. El delito por vestir ropa clasificada como indecente acarrea una pena de hasta seis meses de cárcel, y el consumo del alcohol en lugares públicos se castiga con hasta los dos años de prisión.

Brunéi cuenta con un sistema jurídico doble que combina los tribunales civiles, basados en las leyes británicas —el sultanato fue protectorado británico hasta 1984— y las islámicas.

El Gobierno madrileño investiga si la diócesis de Alcalá ofrece sesiones para “curar” la homosexualidad

La comunidad ha recibido varias denuncias tras la información publicada por eldiario.es. El obispado niega que realice este tipo de terapia

El obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, en 2014. ALBERTO MARTÍN EFE

La Comunidad de Madrid investigará si el obispado de Alcalá de Henares ha incumplido la ley contra la homofobia al impartir unas sesiones que, según una investigación publicada este martes en eldiario.es, suponen “terapias para curar la homosexualidad”. La diócesis oferta estos cursos en su Centro de Orientación Familiar Regina Familiae (COF), una institución episcopal que ofrece ayuda psicológica personal, familiar y de acompañamiento espiritual a las personas que lo soliciten. En una grabación oculta, un periodista se hizo pasar el 21 de marzo por “un joven confuso con su orientación sexual”, y asistió a una primera consulta. “La atracción no hace justicia a lo que significa cuando os fijáis en alguien del mismo sexo” y “al final el cerebro responde a lo que le estás acostumbrado”, son algunas de las afirmaciones de B. V., una doctora en biología que trabaja en la diócesis, que pueden escucharse en el audio. El COF de Alcalá ha negado que en sus instalaciones se den estas terapias.

El Gobierno regional ha anunciado que, tras haber recibido varias denuncias en el Registro General, abrirá una investigación para conocer si se ha incumplido la ley. Entre los denunciantes se encuentran las organizaciones Facua, la asociación LGTBI Arcópoli y el diputado y miembro de Más Madrid Eduardo Rubiño. La Consejería de Políticas Sociales, encargada de realizar la inspección, ha añadido que se trata de un proceso administrativo, no penal, y que de ser cierta la información que se ha publicado, la multa puede oscilar entre los 20.000 y los 45.000 euros. De momento, desconocen quién es el responsable directo de que estas supuestas actividades terapéuticas.

El obispado ha subrayado este martes en un comunicado que se trata de una “noticia falsa” con “acusaciones antiguas” y “un montaje teatral construido ad hoc, en el que un periodista haciéndose pasar por un joven que quiere cambiar su orientación pide ayuda en primera instancia, para provocar después una conversación manipulada referida a la ideología de género”. En dichos centros, de los que disponen todas las diócesis de España, ofrecen sus servicios gratuitamente. Sobre estas “ayudas de acogida y orientación”, la diócesis de Alcalá se ha defendido diciendo que no son terapias reparativas ni psicológicas.

El obispo de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla, es conocido por sus discursos en contra de la homosexualidad. En 2012, Reig Pla defendió en una entrevista en Religión y Libertad que muchos “casos” de homosexualidad podían curarse “con una terapia apropiada” y con la “castidad”. El obispo ha reiterado en varias ocasiones que no es homófobo.

Además de una sesión de “terapia”, el periodista infiltrado añade que recibió material de lectura para trabajar en casa. Entre ellas se incluía el libro Terapias Reparativas, de Joseph Nicolosi, polémico psiquiatra estadounidense y fundador de la Asociación Nacional de Estados Unidos para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad. “La mentira gay y la desinformación sobre este tema están llevando a muchos adolescentes y jóvenes a pensar que han de aceptarse y por lo tanto, se les está condenando a una vida de sufrimiento, de mentira, de degradación y de muerte. En lugar de ayudarles a descubrir y madurar su verdadera identidad, la masculinidad, se les condena a vivir una falsa identidad”, es uno de los contenidos de los folletos que, según el reportero, le hicieron llegar por una cuenta oficial de correo electrónico de la diócesis.

Los cursos y terapias de carácter homófobas son ilegales y están penadas con multas de hasta 45.000 euros, según la Ley de Protección Integral contra la LGTBfobia de la Comunidad de Madrid. En 2016, los obispos de Alcalá y de Getafe calificaron la aprobación de dicha ley como “un ataque a la libertad de expresión y religiosa” y “un atropello a los idearios que inspiran la libertad de enseñanza”.

B. V., la terapeuta del COF de la diócesis de Alcalá, que no figura en el Colegio de Psicólogos de la Comunidad de Madrid, es consciente de ello. En las grabaciones le explica al periodista que con “su ayuda” está corriendo un riesgo que puede pagar incluso con la cárcel. “En estos momentos estamos viviendo en España una dictadura con la ideología de género. Hay una ley en la Comunidad de Madrid que es precisamente en contra de la LGTBfobia. Yo te estoy intentando ayudar, pero sé que esto me puede traer consecuencias”, asevera la trabajadora del centro. El reportero explica en el texto que acordó una siguiente cita en el Palacio Arzobispal el próximo día 23 de abril. Este periódico ha intentado sin éxito contactar con B. V.

Suspendido un sacerdote holandés que se declara homosexual

Pierre Valkering ha sido obligado a “reflexionar” tras revelar su inclinación y haber publicado una autobiografía donde explica sus escapadas a saunas y su afición al porno

El sacerdote Pierre Valkering, en una entrevista en una televisión holandesa.

Pierre Valkering, un sacerdote católico holandés de 57 años que anunció este domingo a sus feligreses en Ámsterdam que era homosexual, acaba de recibir la orden de apartarse de sus funciones por parte del obispado de Haarlem. La diócesis incluye la capital de Holanda. El religioso quería celebrar sus 25 años de labor pastoral compartiendo el secreto de su inclinación íntima, pero Jos Put, el prelado, le ha contestado que “debe tomarse un periodo de reflexión con carácter inmediato”.

Valkering ha publicado una autobiografía, que llega a las librerías esta semana, cuyo título en neerlandés es un juego de palabras: Ontkleed niet naakt staan (algo así como Al descubierto no estás desnudo). En la tapa, aparece él mismo levantado un poco la casulla y muestra unos pantalones deportivos y unas botas. Lleva también el pelo recogido en una coleta. En la solapa del libro explica que de pequeño le gustaban las casas de muñecas, vestirse de San Nicolás y los ritos eclesiásticos. Cuando dijo que quería ser sacerdote, sorprendió a todos. Le ordenaron a los 33 años, “y ahora, 25 años después, es el momento de salir del armario y revelar que es homosexual”. Añade la presentación que “da cuenta de sus relaciones sexuales y su adicción al porno, las saunas y los locales nocturnos”. Responde, a su vez, a preguntas sobre “si la homosexualidad es una experiencia pecaminosa”, y “el precio que deberá pagar por decirlo”. Jos Punt, el obispo de Haarlem, aprecia “su sinceridad, pero no puede hacer otra cosa que apartarlo temporalmente”, según ha dicho.

Tanto el anuncio de su homosexualidad como la publicación de libro han sido preparados con cuidado. El sacerdote ha concedido a su vez una entrevista a Gaykrant, la publicación más conocida del colectivo en el país, donde recuerda su infancia en el seno de una familia católica y el descubrimiento de sus prefencias sexuales “al final de la escuela secundaria”. “Leí una entrevista en una revista donde se hablaba de ello y todo encajó. Entendí por qué me interesaban mis compañeros de clase”. Cuando le preguntan cómo pudo ordenarse sacerdote y llevar una vida célibe, responde: “La voz del Señor me dio la fuerza para seguir adelante (…) y el sacerdocio era también una vía de escape para no tener que vivir la homosexualidad (…) aparte del aspecto teatral de la liturgia que es muy atractivo”. “Esa misma voz del Señor me ha ayudado a contarlo ahora”, asegura.

Valkering no ahorra críticas a la Iglesia, “que pierde fieles y tiene mala imagen por culpa de los abusos sexuales, su trato a la mujer y la homofobia”. “Muchos clérigos son homosexuales y no quieren que nadie lo sepa. Por eso se revuelven contra ello”. De momento, el obispado le ha obligado a dejar la Iglesia de la Libertad, de Ámsterdam, donde predicaba. “Ha dicho en público que no ha respetado el celibato y se ha dejado llevar por otras libertades sexuales. Todo ello es incompatible con la Iglesia Católica”, ha añadido el obispado de Haarlem. El sacerdote suspendido decidió vestir para su confesión pública una casulla rosa.

Morir por ser gay: el mapamundi de la homofobia

Once países aún castigan las relaciones homosexuales con la muerte. En uno de cada tres son ilegales

FUENTE: ILGA

Hay un mapa del mundo que se divide básicamente en dos colores. Uno impregna 70 países, donde ser gay o lesbiana es ilegal, incluso letal. Otro tiñe las 123 naciones donde mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo no está castigado. La mayor asociación de defensa del colectivo LGTBI del mundo dibuja este croquis periódicamente que muestra cómo decrecen los lugares donde se persigue a las personas por su orientación sexual y emergen nuevas amenazas, como la llegada al poder de líderes homófobos.

En el informe Homofobia de Estado 2019 de la Asociación Internacional de Gais, Lesbianas, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales (ILGA), difundido este miércoles, se han borrado del atlas de la infamia India, Trinidad y Tobago y Angola desde la última revisión, de 2017. Se han sumado al matrimonio igualitario Australia, Malta, Alemania y Austria, siendo ya 26 los países en el podio de la equiparación de derechos. La organización destaca también como símbolo de una mayor protección que nueve naciones hayan incluido en su constitución la mención explícita de que la orientación sexual no debe ser motivo de discriminación. Entre ellos Portugal, Ecuador, Bolivia o Sudáfrica, una isla de igualdad en el panorama africano.

El extenso trabajo de ILGA, de más de 500 páginas, revisa la legislación en todos los países miembros de la ONU. La 17ª edición se ha presentado durante la reunión anual de la federación, en Aotearoa (Nueva Zelanda). Su autor es el abogado argentino Lucas Ramón Mendos.

El peligro de morir por mantener relaciones homosexuales no ha disminuido respecto al último informe. Seis países lo castigan con la pena capital: Arabia Saudí, Irán, Yemen, Sudán, 12 Estados que conforman Nigeria y parte de Somalia. Además, un gay puede ser condenado a muerte en Mauritania, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Pakistán y Afganistán. El informe resalta que aunque Irak ha desaparecido de la lista “por la eliminación del Estado Islámico, queda como un país que criminaliza de factodebido a que persigue a los homosexuales utilizando leyes de escándalo público, prostitución y otras”.

En otros 26 la condena máxima por estos actos varía entre 10 años de prisión y cadena perpetua. En 31 se castiga con hasta ocho años. En resumen, en uno de cada tres países (35%) es peligroso mostrarse como miembro de la comunidad LGTBI. En 68 naciones, señala el estudio, “hay leyes que explícitamente prohíben los actos sexuales consensuados entre personas del mismo sexo y dos más los criminalizan de facto. Además, jurisdicciones que no pertenecen a Estados miembros de la ONU también castigan estas conductas, como Gaza, las Islas Cook y ciertas provincias de Indonesia”.

La muerte y la prisión son los casos extremos de una violencia que, desde la cumbre del poder, se inflige con las leyes. Al menos 32 países, recalca el informe, han impulsado medidas para limitar la libertad de expresión (incluidas leyes de propaganda que prohíben la promoción de la homosexualidad o las relaciones sexuales “no tradicionales”). En 41 naciones se imponen trabas a las organizaciones LGTBI para ser legalizadas o trabajar, “lo que incrementa el peligro al que se exponen los activistas”.

La situación de Chechenia se califica de “crítica” y refleja las torturas y persecuciones infligidas por las autoridades a gais y lesbianas. El pasado enero los activistas denunciaron que dos personas habían muerto y 40 más permanecían detenidas en otra purga. También las regresiones y amenazas forman parte del panorama que dibuja el informe. Horas antes de la presentación, el general Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, declaraba en Washington tras encontrarse con su nuevo aliado en tantas cosas, Donald Trump: “Respetamos a la familia tradicional, somos temerosos de Dios, en contra de la ideología de género, de lo políticamente correcto y de las fake news”.

Aunque más lento que lo deseado, señalan los miembros de ILGA, también se producen progresos. Quizá lo más evidente sea, como se destaca en la edición de este año, que India, un país de gran envergadura e influencia, haya acabado con una ley victoriana que prohibía las relaciones homosexuales, castigadas con una pena máxima de cadena perpetua. Tal medida ha supuesto que baje dramáticamente el número de personas sometidas a leyes homófobas, hasta el 27% de la población mundial.  Desde septiembre de 2018, 1.300 millones de ciudadanos indios no están en ese grupo.

Veintiséis países reconocen el matrimonio entre personas del mismo sexo y 27 han regulado las uniones civiles, 72 naciones tienen leyes que protegen a los homosexuales y lesbianas de ser discriminados en el trabajo. 39 poseen normas que castigan la incitación al odio, la discriminación o la violencia contra una persona por razón de orientación sexual y 28 permiten adoptar a gais y lesbianas.

Ser mujer trans en un país donde su esperanza de vida es de 33 años

La activista Bianka Gabriela Rodríguez lucha por los derechos LGTBi en El Salvador, uno de los lugares más peligrosos de Latinoamérica

Bianka Gabriela Rodríguez, en Valencia. PEPE OLIVARES

Bianka Gabriela Rodríguez, mujer transexual y activista salvadoreña de 25 años, mantiene durante la entrevista un tono amable que acompaña regularmente con una sonrisa. El gesto solo se le ensombrece al final, ante la pregunta de cómo es que parece optimista después de haber recordado una infancia que hubiera doblegado a muchos, los asesinatos atroces de dos compañeras de lucha por los derechos del colectivo LGTBi, un amplio catálogo de violencias y discriminaciones cotidianas y el escalofriante dato de que la esperanza de vida de las mujeres trans en El Salvador es de 33 años, 40 menos que para la población general del país, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. “Siempre digo que aunque haya marea alta al final tiene que bajar, pero es triste que muchas mujeres trans hayan tenido que morir para conseguir los derechos que tenemos ahora, los pocos”, contesta.

La conversación tiene lugar el primer miércoles de febrero en la antigua estación de trenes del barrio de Benalúa, en Alicante, sede de Casa Mediterráneo, una institución promovida por el Ministerio de Asuntos Exteriores a la que Rodríguez ha sido invitada a participar junto a otras 18 mujeres latinoamericanas, del África Subsahariana y el Magreb, además de españolas, en un debate sobre la violencia contra las mujeres en zonas de conflicto y los liderazgos femeninos en la construcción de la paz. Una jornada organizada por la Generalitat valenciana con la colaboración de la Fundación Mujeres por África y la entidad anfitriona.

El Salvador forma, con Guatemala y Honduras, el triángulo norte centroamericano, la región más peligrosa de Latinoamérica para las personas LGTBi, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La principal amenaza, afirma Rodríguez, presidenta de la asociación Comunicando y Capacitando Mujeres Trans (Comcavis Trans), son las maras –las pandillas juveniles altamente organizadas que controlan amplias zonas del territorio– y lo que describe como “grupos de exterminio” vinculados a la extrema derecha. “Muchas mujeres trans se ven empujadas al trabajo sexual al no haber podido estudiar ni tener acceso a empleos formales. En la calle, las maras las asedian, las golpean, abusan de ellas y tienen que pagarles una cuota para que les dejen trabajar en las cuadras”. La policía, añade, constituye normalmente otra fuente de extorsión y el nivel de esclarecimiento de los crímenes de que son objeto es ínfimo: “Desde 2015 se han registrado 40 asesinatos de mujeres trans que siguen en la impunidad”.

Entre los homicidios sin resolver figura también el de la activista Tania Vásquez, que desapareció tras salir de una reunión de la asociación que dirige Bianka Rodríguez hace seis años. Vásquez fue hallada al día siguiente en un parque de San Salvador envuelta en un plástico negro y atada de pies y manos. Había sido torturada y violada, le habían cortado los genitales y se los habían colocado a la altura de los pechos. En mayo de 2015, otra activista LGTBi, Francela Méndez, integrante de la Red Salvadoreña de los Derechos Humanos fue asesinada a golpes en el municipio salvadoreño de Sonsonate. El autor o los autores del crimen le cortaron el cabello con un machete.

La discriminación persigue con frecuencia a estas mujeres después de la muerte. Rodríguez explica que la familia de Tania Vásquez no quiso reconocer el cuerpo ni hacerse cargo del entierro, y fueron sus compañeras de Comcavis Trans las que compraron el féretro. “Hay muchos casos de asesinadas en los que la familia no quiere hacerse responsable. Y si lo hacen, suelen enterrarlas con el género masculino; les cortan el pelo, no las maquillan, las visten con ropa de hombre”.

Huérfana de padre, la madre de Rodríguez reprimió desde niña su identidad encerrándola días enteros en una habitación. “La escuela era la única vía de libertad que yo tenía. Cuando cumplí 15 años, como todas las niñas, empecé a usar brillo en los labios y un poco de polvo. Una maestra la mandó llamar y mi madre me dijo enfrente de toda mi escuela que no me podía aceptar porque ella había tenido un niño, no una niña, y que para ella yo era una aberración”. Poco después, Rodríguez se fugó de casa. Encontró trabajo en una panadería, donde la explotaban y dormía sobre los sacos de harina y azúcar. A los 18, su abuela materna la acogió, la animó a retomar los estudios y le permitió desarrollarse como mujer.

Para explicar la discriminación institucional que padecen las mujeres trans en El Salvador, Rodríguez abre el bolso y saca el pasaporte, en el que al lado de su foto figura un nombre masculino. “Cada vez que voy a la dirección de migración para salir del país, al verlo los agentes se codean, se burlan. Y eso, además de incomodar, es una forma de violencia. Lo mismo pasa con el Documento Único de identidad. Tenemos muchos problemas para acceder a trabajos porque no se nos reconoce el derecho a que aparezca en él nuestro nombre y nuestra identidad”.

El prejuicio que da por sentado que todas las mujeres trans tienen el VIH y la discriminación adicional que sufren las personas portadoras del virus también les cierra el paso a las consultas médicas y a la atención sanitaria, afirma Rodríguez. “Nuestra organización ha tenido que intervenir ante las instituciones de salud porque hay mujeres trans que llegan a los centros apedreadas, acuchilladas o con heridas de bala y no son atendidas porque el personal se niega a tocarlas”.

DOS ASESINADAS AL DÍA

Las mujeres trans son un colectivo especialmente vulnerable en el triángulo norte de Centroamérica, donde el nivel general de violencia es muy alto y la que sufre el conjunto de las mujeres resulta de vértigo. En Guatemala, un país de 17 millones de habitantes, cerca de 700 mujeres son asesinadas al año, casi dos al día, señala Mercedes Hernández, que ha estudiado el feminicidio en la región.

Presidenta de la Asociación Mujeres de Guatemala e invitada al encuentro celebrado en Casa Mediterráneo, en Alicante, Hernández afirma que entre las maras y otros grupos criminales formados por hombres predomina una cultura en la que matar y violar mujeres les permite acreditar méritos entre sus iguales. “Dentro de la función política que tiene la violencia”, prosigue, “el expolio del cuerpo y la vida de las mujeres es una manera de demostrar quién tiene más capacidad de letalidad, de crueldad, de venganza y por tanto de poder”.

Zinegoak revindica con el cine “el poder de la pluma” para construir sociedades más abiertas

El Festival de Cine LGTBI de Bilbao se reinventa con más teatro, nueva estructura y más apoyo a la producción vasca

El director, Pau Gillén, en el centro con su colaboradores. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

La lucha de las personas por mostrarse como realmente son será el tema protagonista de la próxima edición de Zinegoak. El Festival de Cine y Artes Escénicas Gaylesbitrans de Bilbao ha presentado hoy las 140 actividades diseñadas para revindicar “el poder de la pluma” del 18 de febrero al 3 de marzo con cine, teatro y otras acciones culturales. “Todas las películas gritarán a favor de la libertad de expresarse en la vida al margen de los convencionalismos”, ha remarcado su director Pau Guillén orgulloso de una programación en la que destacan más artes escénicas, nueva estructura y un mayor apoyo a la producción vasca.

Junto al valor de mostrar lo diverso, la edición número 16 de Zinegoak explorará otras temáticas relacionadas con la intersexualidad, la realidad de las personas mayores LGTBI, así como de los refugiados. “Volveremos a comprobar cómo el cine y la cultura son básicos para avanzar en la construcción de sociedades más abiertas”, han explicado los responsables de un Festival que arrancará en el Teatro Arriaga el próximo lunes 18 de febrero a las 20.00 horas. Ese día se entregará el Premio Honorífico 2019 al cineasta y activista indio Sridhar Rangayan y, por primera vez, se inaugurará con una obra de teatro. La pieza Elisa y Marcela ha sido la seleccionada de la compañía gallega A Panadaría con la historia de dos mujeres que consiguieron casarse en 1901 y cuya versión cinematográfica estará presente en la Berlinale dirigida por Isabel Coixet.

La Sección Oficial estrena nueva estructura en torno a tres categorías: ficción, documental y nuevos géneros bajo los nombres FIK, DOK y KRAK. Han destacado el peso de obras internacionales de “gran interés y calidad cinematográfica” con títulos como Happy Prince de Rupert Evertt sobre los últimos años de Oscar Wild o Rafiki, primera película de contenido lésbico de Kenia. Todas las películas se podrán disfrutar en sus tres sedes oficiales: Golem, Bilborock y BilboArte. En la categoría de largometraje documental han destacado Ni d`Éve, ni d´Adam. Une historie intersex, sobre una de las temáticas centrales del Festival de este año: la intersexualidad; y Cárceles Bolleras sobre las sexualidades diferentes en centros penitenciarios femeninos.

Además contará con un bloque temático dedicado a “Violencia y Refugio” en el que relatarán todo el proceso de las personas en peligro de muerte por su identidad u orientación desde que huyen de sus países hasta que construyen una nueva familia en libertad. En paralelo, hasta seis serán las actividades escénicas que este año programe el Festival. Entre ellas destaca Lur de la compañía vasca Xake Produkzioia pensada para el público infantil y Bollo Bertso Saioa con tres bertsolaris cantando en torno a temas LGTBI. Ante el aumento de producciones vascas, Zinegoak estrena también este año un nuevo espacio que proyectará seis cortometrajes en pases especiales, de acceso libre, bajo el título “Erroak: panorama vasco” los días 25, 26 y 27 de febrero.

En total, 145 proyecciones de películas, con más de 10 estrenos estatales, durante las dos semanas del certamen. El sábado 2 de marzo será la clausura en la Sociedad Filarmónica de Bilbao con la entrega del Premio Especial Zinegoak 2019 a la ONG Apoyo Positivo por sus 25 años de trabajo en la defensa y promoción de los derechos sexuales, así como por su apuesta por las web series para la difusión de su trabajo. Una vez clausurado el Festival, llevarán a otras 44 localidades de Euskadi y Navarra los contenidos más destacados para extender así “el poder de la pluma” a todos los rincones posibles.

Chrysallis crea una nueva asociación para apoyar a familias vascas y navarras con menores transexuales

Sus promotores reclaman que Euskadi siga “el modelo” de Navarra con la aprobación de una nueva ley de transexualidad

Las representantes de la asociación de familias de menores transexuales Chrysallis, Edurne Koch y Bea Sever. LUIS TEJIDO EFE

De un tema ligado al mundo adulto y marginal a una posibilidad cada vez más real de un menor de pocos años. La organización Chrysallis Euskal Herria, de apoyo a familias de menores transexuales, ha conseguido en tan sólo cuatro años visibilizar tanto sus necesidades como el número de peticiones de información por parte de nuevas familias les ha obligado a parar durante meses. Ahora reaparecen con un nuevo proyecto centrado en el País Vasco y Navarra y dejando atrás la delegación territorial de la entidad que hasta ahora les daba soporte, Chrysallis con sede en Madrid. “El volumen de las familias asociadas, la complejidad del trabajo y las particularidades administrativas nos pedían este paso”, ha asegurado hoy Bea Sever, portavoz de la entidad.

En septiembre de 2015 tan sólo eran ocho familias de Álava, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra las que se unían para constituir la delegación de Chrysallis EH. Cuatro años después son más de 100 y a las peticiones de información de familiares se unen las de profesionales de todo tipo ligados a la infancia y juventud. “Hemos pasado de una realidad impensable a otra identificable y eso requiere nuevas formas de trabajo”, explican. Entre ellas, consideran necesario centrarse en las especificidades administrativas de Euskadi y Navarra, así como en las necesidades propias de sus familias, “cada vez más complejas”.

También ha ayudado a la decisión la búsqueda de una autonomía económica con cuotas propias de socios y la posibilidad de presentarse a convocatorias de subvenciones de instituciones vascas y navarras. “Seguiremos colaborando con las familias de todo el Estado pero necesitamos avanzar con nuestras necesidades”, remarcan.

El próximo 7 de febrero se cumplirá un año de la presentación de un borrador por parte de las familias para una nueva Ley de Transexualidad en el Gobierno Vasco, “sin que en nada se haya avanzado”. “Esta ley fue pionera en su tiempo en 2012 pero exige un cambio urgente”, explica Sever ante las medidas “patologizantes” de requerir el informe previo de un psiquiatra para que los menores sean atendidos. También reclaman un “servicio integral en Educación, así como un protocolo de formación al profesorado de forma universal”. Hasta ahora, el Gobierno vasco forma sólo a los profesores de aquellos centros donde estudio un menor transexual.

El sábado pasado, Sever acudió a Beasain, Gipuzkoa, a formar a un grupo de docentes. “La sala se quedó pequeña. Acudieron más de 100 y 60 se quedaron fuera”, ejemplifica para pedir un protocolo de formación para todos aquellos sectores que estén en contacto con menores haya o no ya un menor transexual ligada al centro educativo.

En este sentido Navarra es uno de los espejos en los que mira Sever. Una nueva ley del año 2016 centraliza la atención de todos los menores a través del servicio “Transbide”. “Existe mucho interés en la sociedad pero poco conocimiento y no sólo podemos ser nosotros los que lo compartamos información porque necesitamos atender más necesidades”, continúan.

Por eso, el próximo sábado 26 de enero a las 11.30 horas presentarán nuevo nombre, logo y página web rodeados de familiares y arropados por las principales instituciones vascas. También harán público un vídeo que esperan se convierta en viral con el testimonio de diferentes personalidades sumándose al proyecto.

El aforo ya ha sido completado por las familias de la asociación, así que habrá que estar atentos a sus nuevas redes sociales y página web para seguirlo. Entre sus objetivos, se mantienen seguir siendo una referencia internacional en la divulgación de las necesidades de la infancia transexual como lo han sido hasta ahora con las campañas informativas realizadas en las marquesinas del metro o la generación de materiales en más de ocho idiomas diferentes. “Del mismo modo que han hecho nuestras hijas e hijos, haremos un tránsito pero seguiremos siendo las mismas personas”, señalan con energías renovadas.

Zinegoak premia al cineasta y activista indio Sridhar Rangayan

La ONG Apoyo Positivo recibirá también un premio especial por sus 25 años de trabajo y el éxito de su serie ‘Indetectables’

Sridhar Rangayan, cineasta y activista indio.

El Festival Internacional de Cine y Artes Escénicas Gaylesbitrans de Bilbao, Zinegoak, entregará en su próxima edición el Premio Honorífico al cineasta y activista indio Sridhar Rangayan, creador del festival de cine de temática LGTBI de Bombay y el mayor de Asia. “Su trabajo es una referencia global por buscar la transformación de las sociedades más cerradas a través del cine y lo audiovisual”, señala Pau Guillén, director de Zinegoak y encargadode entregarle el citado galardón el próximo 18 de febrero durante la inauguración del festival en el Teatro Arriaga de Bilbao.

La ONG Apoyo Positivo también recibirá un premio especial por sus 25 años de trabajo en apoyo a las personas afectadas por el VIH y por el uso de herramientas audiovisuales para la transmisión de sus mensajes. La web Indetectables ha sido uno de sus grandes éxitos para conectar con un público joven. “Ya están trabajando en la producción de la tercera temporada y para nosotros son otro gran referente de cómo el cine puede servir de altavoz de grandes mensajes”, señala Guillén.

Rangayan (Mandya, Karnataka, India, 1962) aprovechará su visita a Bilbao para presentar su última película Evening Shadows con la que no solo aborda una historia gay, sino que también denuncia la realidad de las mujeres indias dentro de una sociedad fuertemente patriarcal.

“Rangayan lleva más de dos décadas poniendo el foco en temáticas ligadas a los derechos humanos y la diversidad sexual, desarrollando una cinematografía que abre puertas y da voz a historias censuradas y apartadas de manera oficial, tanto en las pantallas de cine indias como en la sociedad”, resalta Guillén.

Zinegoak quiere animarle así a que siga creando obras “necesarias” en un país como India donde hasta el año pasado penalizaba las relaciones homosexuales y donde todavía hoy un organismo oficial se encarga de calificar las películas y prohibir, si lo cree necesario, su estreno en salas comerciales.

El Supremo permite a Trump vetar a los transexuales en los ejércitos

La prohibición no había entrado en vigor aún en Estados Unidos

Protesta contra la discriminación de la comunidad LGTB en Central Park. GETTY

El Tribunal Supremo de Estados Unidos se alinea con Trump y mantiene el veto a los militares transgénero. La más importante instancia judicial del país, de mayoría conservadora, en un comunicado breve y sin firmar, permite que la prohibición de la Administración republicana entre en efecto mientras que se tienen en cuenta apelaciones en tribunales inferiores.

Los jueces progresistas del Supremo, Ruth Bader Ginsburg, Stephen Breyer, Elena Kagan y Sonia Sotomayor disintieron. Se hace una excepción para aquellas personas transgénero que ya estén dentro de las fuerzas armadas pero siempre y cuando acepten “servir conforme a su sexo biológico”.

En julio de 2017, a través de Twitter y por sorpresa, Donald Trump anunció que después de consultar con sus generales y expertos militares, el Gobierno de Estados Unidos no aceptaría ni permitiría individuos transgénero en el Ejército. El mensaje del mandatario tenía una brutal carga discriminatoria y dinamitaba la política de integración impulsada por su antecesor, Barack Obama. “Nuestros militares deben estar centrados en la victoria y no pueden cargar con los tremendos costes médicos y la alteración que los transgéneros supondrán en el Ejército”, afirmó entonces Trump. Los datos oficiales en este campo datan de 2016 y establecen que casi 9.000 militares se identifican como transgénero en Estados Unidos.Aunque las cifras siempre han sido objeto de discusión. un estudio de JAMA (Asociación de Médicos de EE UU, siglas en inglés) ha establecido que cerca de 13.000 ya pertenecen al ejército (1%) y que los médicos militares no están preparados para atenderlos y mucho menos para asegurar su correcta transición. Pero según datos de la organización de defensa de los derechos de las personas transgénero (National Center for Transgender Equality) ese número asciende a cerca de 15.000 y “la decisión del Supremo pone sus carreras y modo de vida en cuestión”.

El Tribunal, con mayoría conservadora tras la llegada del polémico juez Brett Kavanaugh a finales del 2018, ha decidido que la propuesta del Departamento de Defensa estadounidense puede entrar en vigor próximamente. “La decisión del Tribunal Supremo (5-4) concede la solicitud de la Administración Trump para permitir que el veto del servicio militar de las personas transgénero entre en efecto, mientras que las apelaciones se escuchan en tribunales inferiores”.

El Pentágono anunció en junio de 2016 que las personas transgénero podrían servir abiertamente en las filas del Ejército y que se crearía un programa para llevar a cabo y costear la transición de género para los militares que lo solicitaran. La medida de Barack Obama fue ambiciosa y rompió con largos años de oscuridad y discriminación. Se acababa con las normas que propiciaban que los militares ocultaran su identidad sexual por miedo a ser castigados o vejados. En 2010, la Administración demócrata había permitido que los homosexuales sirvieran en el Ejército acabando con la norma dictada bajo Bill Clinton conocida como Dont Ask Dont Tell (No preguntes, No digas), que en 1993 estableció que los homosexuales pudieran integrar el estamento militar siempre y cuando no declarasen su condición sexual. A cambio, nadie tenía derecho a preguntarles por ella.

En 2016, los militares “solamente por ser individuos transgénero” ya no podían ser “involuntariamente separados, despedidos o que les negara realistamiento o continuación de su servicio”. A partir del 1 de octubre de ese año, los uniformados que lo desearan empezaron a poder recibir tratamiento médico para su reasignación de sexo. Y a partir de julio de 2017, se aceptarían las peticiones de entrada al Ejército de personas transgéneros que llevaran al menos 18 meses “estables” con su nuevo género y que debían superar los mismos requisitos físicos y mentales que el resto de solicitantes.

Pero entonces llegó Trump, quien consideró que la doctrina Obama iba a salir muy cara a pesar de que hubo incremento presupuestario para el estamento militar en aquel ejercicio (54.000 millones de dólares más). El primer día de julio de 2017, justo cuando la medida iba a entrar en vigor, el Pentágono anunció su paralización. El entonces secretario de Defensa de Trump, James Mattis, intentó justificar la decisión refugiándose en que la medida requería un estudio detallado. ¿Afectará a la disposición y letalidad de las fuerzas? Dicho de otro modo, ¿cómo influirá en la capacidad militar de defender la nación?”.

Tres tribunales federales echaron el freno al veto de Trump por considerar que constituía discriminación constitucional. Y el presidente recurrió al Supremo para pedirle que le permitieran poner en marcha su legislación mientras esas otras cortes estudiaban los casos. Eso es lo que ha sucedido hoy, lo que significa que en teoría el Pentágono puede desde este momento aplicar la prohibición de que estén en filas las personas transgénero. Como el Tribunal Supremo no verá este caso en este curso judicial, se abre un periodo de más de un año por delante en el que Defensa tiene barra libre para aplicar el veto de Trump.