Detectados 158 nuevos casos de VIH en 2016, la mitad con diagnóstico tardío

La cifra de contagios es similar respecto al año anterior, y sigue preocupando el tiempo transcurrido hasta su detección, clave para la aplicación del tratamiento médico. El 64% superan los 40 años, pero hay menores de 25. «Algo falla entre la información y la acción», opinan.

 

CONSULTA ON LINE

Osakidetza ha creado una consulta on line dirigida a hombres que tienen sexo con hombres. Permite plantear cuestiones de forma anónima y se recibe asesoría.

 

El VIH es una enfermedad que se ha cronificado, pero no se ha erradicado. Insistir para volver a insistir en la prevención y en la importancia del diagnóstico precoz sigue siendo clave. El pasado año, en la CAV, se identificaron 158 nuevos casos, y más de la mitad (52,2%) presentaron un diagnóstico tardío. Esto supone un contagio cada dos días. Al menos los detectados. Las cifras son similares a las que dejó 2015.

El departamento de Salud de Lakua, junto a las asociaciones Euskalsida y Harribeltza, desgranaron ayer los datos que se desprenden del Plan del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual del último ejercicio.

El consejero Jon Darpón incidió en el valor de los test rápidos que se ofrecen en 50 farmacias, porque ese resultado a tiempo será decisivo en el resto del proceso. El pasado año se realizaron 2.775 pruebas, de las que 27 dieron positivo. En ese caso, de inmediato se deriva a Osakidetza, donde se pone en marcha el tratamiento. «Si se detecta el virus y si se toma el tratamiento ya no se desarrolla; y no solo eso, sino que tampoco se transmite», recordó Antonio Arraiza, coordinador del Plan del Sida.

El sexo entre hombres se mantiene como la principal vía de contagio de VIH (44,3%,) aunque le sigue de cerca la vía heterosexual (42,4%). No obstante, es la primera la que muestra una tendencia al alza y así seguirá siendo, en opinión de Darpón.

Sobre la edad de las personas contagiadas alertó Marta Pastor, presidenta de Euskalsida. Dos tercios tienen más de 40 años, pero, en su opinión, «sorprenden» los casos en menores de 25 años, a quienes se les presupone un mayor acceso a la información. «Nos cuesta entender que de la información a la acción hay muchas cosas que fallan», añadió. El consejero admitió que «existen más variables que la falta de información».

Respecto a la inversión en retrovirales, el año pasado fueron atendidos 5.661 pacientes, lo que supuso en Osakidetza un gasto de 36,1 millones de euros.

Contra el estigma, la importancia de un cambio en el nombre

Desde Euskalsida, su presidenta Marta Pastor agregó un cuarto objetivo a los citados por el consejero de Salud: acabar con el estigma y la discriminación que sufren las personas portadoras del virus.

Según explicó, hoy día hay en el mundo 84 países que vetan la entrada a estas personas, pero también en el propio Estado español ocurren discriminaciones. «Hay leyes que excluyen a personas seropositivas para poder opositar», dijo, citando las OPE en cuerpos policiales o bombero.

Adelantó que están en contacto con los grupos políticos para llevar al Parlamento de la CAV la necesidad de que la legislación estatal cambie la calificación del sida como enfermedad «infecto contagiosa» por «infecto transmisible» para que de esta manera las personas con VIH puedan opositar. Se trata de tejer una posición fuerte en Gasteiz de cara al debate que se haga en el Congreso de Madrid.O.L.

Los derechos de la derecha. El PP y la ley LGTBI

Beatriz Gimeno
Diputada en la asamblea autonómica de la Comunidad de Madrid, grupo parlamentario de Podemos

Si alguien no ha entendido que el Partido Popular miente siempre, por principio, es que no ha entendido de qué va esto. La política no es el reino de la pureza, ya lo sabemos, pero ciertamente la política que se resuelve con los votos que se depositan en las urnas tiene unas características particulares que hacen que la derecha se vea obligada a mentir todo el tiempo; que la mentira sea, tenga que ser en realidad, la base de su imagen pública. La derecha gobierna contra el interés general. La derecha hace políticas que harán más ricos a los ricos y más pobres a los pobres; más ricos a los pocos y más pobres a los muchos. Con estas intenciones, ganar las elecciones dependen de mentir, de lo bien que se mienta y de que la gente se lo crea más o menos. Todo el sistema, con la mayoría de los medios de comunicación como punta de lanza, se encarga de hacer que las mentiras sean creíbles el mayor tiempo posible.

El  PP lleva años empeñado en acudir a la manifestación del Orgullo que se celebra en Madrid, especialmente el pseudoprogresista PP de Cristina Cifuentes que con una mano dice que aprueba leyes de derechos LGTBI (que en realidad no aprueba) mientras que con la otra dice que no apoya, (pero en realidad sí apoya) a personajes como el machista y lgtbifóbico alcalde de Alcorcón David Pérez. El caso es que este año era el World Pride y el PP no quería perderse la visibilidad que da ir en pancarta en esa manifestación, una de las más grandes del año. La FELGTB quiso aprovechar la ocasión y obligó a los partidos políticos que querían participar en la misma a firmar un documento en el que se comprometían, a cambio de ir en la cabecera, a apoyar la ley cuando se presentase en el Congreso.

Mentira, claro. Mentira sin más, sin disimulos. No la apoyan. Pero allí que se pusieron en la pancarta el diputado Maroto, el gay del PP a cuya boda asistió Rajoy muy contento; Andrea Levy, moderna donde las haya, y Carlos Izquierdo, Consejero de Cristina Cifuentes, mucho menos moderno el hombre, aunque intentó disimularlo yendo de sport y sin corbata. Ellos y ella y varios cargos públicos de este partido, firmaron el documento y se pusieron en primera línea. La ley se ha presentado esta semana y de aquel documento no queda nada, excepto la voluntad expresa de vulnerarlo. Pero ¿a quién puede extrañarle que un partido que lleva mintiendo años y años con los casos de corrupción fuera a detenerse por un documento de nada firmado en una manifestación de maricones?

En realidad, a estas alturas es verdad que el PP no tienen problema con la homosexualidad. El PP no es como HazteOir, que de puro cutre que es no consiguen siquiera que les vuele esa avioneta que han alquilado y a los que no hace ya caso ni Mayor Oreja…bueno, Mayor Oreja, sí. La derecha no ha tenido nunca problema con los comportamientos privados de los ricos, sean los que sean. No han tenido nunca problemas con que las ricas aborten, o con que la gente sea homosexual si se lo puede pagar. Los derechos de todos y todas son otra cosa muy distinta. Rajoy va a la boda de Maroto encantado de la vida, mientras el mismo Maroto no tiene pudor alguno en declarar que no apoya esta ley que pretende extender los derechos de los que él sin duda disfruta, a todas las personas lgtbi. Una ley que pretende evitar el acoso a niños y niñas en los institutos o que pretende garantizar los derechos de las lesbianas a la reproducción asistida, aunque no se lo puedan pagar.  Maroto se casó porque nosotras luchamos por una ley que amparara su derecho de casarse tan horteramente como le diera la gana y Rajoy fue a su boda porque muchas luchamos porque la homosexualidad dejara de ser considerada  una enfermedad pero ahora  él, y su partido, se niega a apoyar una ley que pretende que las personas transexuales  dejen de ser consideradas enfermas o que se prohíban las terapias de reversión, que pretenden curar con mucho dolor lo que ni se puede ni se debe curar. Maroto nunca ha querido curarse, pero que haya adolescentes torturados con esas terapias es algo que a él ni a su partido le incumben.

Al fin y al cabo, a Maroto no le preocupa nada de esto. En el momento en que él pueda tener un hijo o hija por gestación subrogada, cuya legalización defiende encarecidamente como un derecho que a él mismo le falta (al fin y al cabo no es mujer ni pobre) ya se encargará de llevarle a un colegio muy caro donde nadie le acose. En fin, que no nos engañemos, el PP no tiene problema alguno, es verdad, con la homosexualidad. Con lo que sí tienen problemas es con que los derechos que pueden hacer más fáciles y más dignas las vidas de todas las personas LGTBI estén al alcance de todos y todas. Maroto lleva una buena vida como gay, no me cabe duda, gracias a otras personas; ahora se trata de que todas las personas LGTBI  puedan llevar vidas buenas o igual de buenas, al menos, que la que lleva Maroto. El PP tampoco tiene ningún problema con la mentira y por eso firmó un documento para poder colocarse en la pancarta de la manifestación del Orgullo; un documento que no le importa nada incumplir a las primeras de cambio.

Porque la derecha es partidaria de tener derechos, pero no de que los derechos se extiendan a todas y todos. La derecha es partidaria de tener derechos, sus derechos, y de tenerlo todo, y esto es así siempre, y es parte consustancial de lo que significa ser de derechas. Y a ver si lo vamos aprendiendo.

‘Hazte Oír’ autobus transfoboari kontra egin diote herritarrek Bilbon

LGTB kolektiboaren kontrako elkarteak Bilboko kalean zeharkatu ditu mezu transfoboak daramatzan autobusarekin. Herritar ugari bildu da kontra egiteko eta Ertzaintzaren babesa behar izan dute.

Ultrakatolikoek kanpaina bati ekin diote, Podemos taldeak gay, lesbiana eta transexualen diskriminazioaren kontra Espainiako Kongresuan aurkeztu duen lege proposamena dela-eta.

Eguerdian ziren iristekoak Bilbora eta Moyua Plazan elkarretaratzea deitu du herritar talde batek. Autobusa Ertzaintzaren babesarekin sartu da plazara; dozenaka lagun parean zituen txistu eginez eta “faxistak kanpora” oihukatuz.

Autobuseko kideak identifikatu dituzte ertzainek eta Bilbotik irteteko eskatu diete. Tentsio uneak ere izan dira, Ertzainek autobusaren aurka protestan zebilen gazte bat atzeman dutenean.

Ehunka lagun Bilbon, autobus transfoboaren kontra

Protesta artean iritsi da Hazte Oir elkartearen autobusa Bizkaiko hiriburura. Geratzeko baimenik gabe, heldu eta berehala joan da

Udalean baimenik eskatu gabe eta Ertzaintzaren babespean iritsi zen Hazte Oir erakunde ultrakatolikoaren autobus transfoboa, atzo, Bilboko Euskadi plazara. Geldialdi laburra egin bazuen ere, argi eta ozen salatu zuten plazan bildutako ehunka herritarrek autobus laranjaren presentzia: «Ez zarete ongi etorriak». Asteartean kanpaina berria abiatu zuen elkarteak, Espainiako Kongresuan LGTBI kolektiboaren eskubideen alde prestatzen ari diren lege proiektuaren aurka, eta, iragarri duenez, mezua zabaltzeko itzulia egingo dute datozen hilabeteetan. Ez dute hasiera ona izan, ordea; autobusetik kanpo hamar minutu besterik ez zituzten egin Bizkaiko hiriburuan.

Beste behin, LGTBI kolektiboaren eskubideen aldeko plaza bihurtu zen Hazte Oir taldekoek euren diskurtsoaren propagandarako nahi zuten ekitaldia. Asteazken iluntzean zabaldu zuen elkarte transfoboak ostegunean Bilbon izango zirela autobus laranjarekin, eta berehalakoa izan zen herritarren eta eragile sozialen erantzuna, ehunka lagun elkartu baitziren Moiua plazan protesta egiteko.

Herritarren mobilizazioaz ohartuta, geldialdia Arte Ederren Museoan egiteko neurriak hartu zituen Ertzaintzak, museoaren aurrealdea sokaz inguratuz. Baina tokia aldatu zela ohartuta, bertara jo zuten Moiuan bildutakoek ere, elkarte ultrakatolikoari harrera egiteko. 12:30ean iritsi zen autobus laranja, eta ozena izan zen gerturatutakoen oihua: «Kanpora». Askoren artean, Euskal Herriko Eskubide Sozialen Karta sinatua duten eragile eta sindikatuak, E28 plataforma eta Gehitu Euskal Herriko gay, lesbiana, bisexual eta transexualen elkarteko kideak izan ziren han.

«Bazekiten ez zirela ongi etorriak izango», azaldu zuen Izaro Antxia Gehitu elkarteko kideak. «Nolakoak garen eta nola jokatu behar dugun agindu nahi digute, eta hori onartezina da. Gizarte tolerante batean ezin da halakorik gertatu: autoritateek onartzen badute halakoen aurka egiteko legerik ez dagoela, guk jarraituko dugu aurrez aurre jartzen». Izan ere, fiskaltzak martxoan autobusa geldiarazteko agindua eman bazuen ere, errepidera itzultzeko eskubidea itzuli zion epaileak uztailean. Epaitegiaren arabera, autobusaren mezuak «desatseginak diren arren, ez dira legez kanpokoak», eta zalantzan jarri du «gorroto delitua» egiten duenik.

Goiburu berriarekin atera du elkarte ultrakatolikoak autobus laranja bidera: Podemos eta bere LGTBI mozal legea: zuen seme-alaben bila doaz. Espainiako Kongresuan LGTBI kolektiboaren eskubideen inguruan lantzen ari diren lege proiektuak «askatasunak» murriztuko dituela adierazi du Miguel Vidal elkarteko bozeramaileak: «Legearen helburua haurrak doktrinatzea da. Izan ere, guraso agintea kenduko du arauak: 16 urte bete ondoren sexua aldatzeko baimena emango die gaztetxoei, aurrez gurasoei baimenik eskatzeko beharrizanik izan gabe».

Tentsio momentuak

Autobusak alde egin ondoren, bertan bildutakoek elkarte transfoboa babestu izana leporatu zioten Ertzaintzari, eta tentsio momentuak izan ziren poliziak gazte bat indarrez geldiarazi eta lurrera bota zuenean. Aske utzi zuten gutxira.

El bus de HazteOir, en Bilbao

Cerca de 200 personas se concentraron en Bilbao ante la presencia del autobús HazteOir (Borja Guerrero)

 

PROTESTAS. Cerca de 200 personas de asociaciones LGTBI, diversas organizaciones y simpatizantes, se concentraron en Bilbao ante la presencia del autobús HazteOir. El vehículo llegó a la plaza Euskadi donde Policía Local y Ertzaintza acordonaron una zona para que descendieran los pasajeros del autobús. Los manifestantes les recibieron entre gritos de protesta, pitidos y lemas a favor de decidir sobre su propio cuerpo e identidad sexual. Durante la protesta se registraron algunos altercados.

AGENTE NARANJA El bus de HazteOír tuvo lo que quería: lío

El bus de HazteOír tuvo lo que quería: lío

PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA

 

Situado a su manera entre la psicodelia y el escalofrío, el autobús naranja de HazteOír es como la ‘Mistery Machine’ de Scooby-Doo, pero sin gracia. Ayer el vehículo llegó a Bilbao con su escándalo portátil. Y aparcó en la plaza Euskadi, dejando ver esas serigrafías locas suyas. Que si los de Podemos van a por tus hijos, que si lo de los penes y las vulvas. Hay quien cree que Cataluña vive «bajo el asedio» y quien cree que en los colegios se obliga a los chiquillos a ser homosexuales. El país vive un momento inigualable. Cuela alguien una idea sensata por la aduana y no descarten que la reacción termodinámica haga que vuele todo por los aires.

En un ejercicio de primero de agitprop, el autobús de HazteOír recorre España buscando camorra. Ayer en Bilbao fue recibido por un montón de gente abucheante, otro montón de policías y un tercer montón de cámaras. He ordenado los montones de mayor a menor. También andaba por allí Nacho Toca, presidente de Nuevas Generaciones de Bizkaia, aunque desapareció pronto. Doy por hecho que él no iba a abuchear. ¿Quién no ha sido un loco maravilloso cuando tenía veinte años?

Durante el tiempo que estuvo en Bilbao, el autobús de Hazte Oír acogió una actividad muy intensa. De él se bajaron dos personas, dos, a hacer declaraciones y sacar fotos. Y a él se subió una persona, una, que igual quería donar sangre o preguntar por lo de la fibra óptica.

Eso fue todo. O sea, nada. El resto, un exceso de énfasis ante una trampa extravagante. «No se trata de libertad de expresión», se leía en la pancarta principal de la contramanifestación. Y me temo que se trata precisamente de eso. La indiferencia es en estos casos mucho más lapidaria que la furia.

Ayer, por cierto, fue irse el agente naranja y volverse la furia contra la Ertzaintza. De pronto hubo insultos («perros»), un amago de detención y los lemas antihomofóbicos dejaron paso al nombre de Íñigo Cabacas. En plena bronca, un joven se fue para un agente: «¡Maricón!» A su alrededor, se abrió un paréntesis incrédulo. Había manifestantes que no sabían si atizarle a él o a la policía. El chico se quería morir, daba a entender que con la emoción… «No, hombre, no», decía una activista soltándole patadas al suelo por no soltárselas al compañero. ¿Les he dicho que el país vive un momento inigualable?

El autobús de HazteOír llega a Bilbao entre gritos y silbidos

Centenares de personas se manifiestan contra el vehículo ultracatólico, que hace campaña contra la nueva ley de derechos LGTBI

El autobús de HazteOír, estacionado en la plaza Euskadi de Bilbao. / IÑAKI ANDRÉS

El autobús de HazteOír ha llegado esta mañana a la plaza Euskadi y ha sido recibido con silbidos, gritos y lemas de rechazo por varios centenares de personas. El vehículo ultracatólico circula desde el martes por todo el país con el objetivo de «luchar» contra la ley de derechos LGTBI -que el Congreso ya ha admitido a trámite-, tal y como reflejan en el lema rotulado sobre el bus: «Podemos y su Ley Mordaza LGTBI: ¡Van a por tus hijos!»

El concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Tomás del Hierro, ha aclarado que el vehículo había pedido permiso a la Ertzaintza para estacionar de doce a una del mediodía. «Podía hacerlo porque una sentencia en Madrid ya ha dictaminado que sus mensajes no son delito de odio. El autobús se ha convocado de la misma manera que la manifestación que lo rechaza».

Al grito de «¡qué viene!» centenares de personas se han concentrado en la plaza, entre los que se encontraban varios representantes municipales como la concejala de Udalberri Amaia Arenal o el concejal de EH Bildu Bruno Zubizarreta. Durante la media hora que ha estado estacionado el autobús, no ha habido ni un solo momento en el que se hayan dejado de escuchar los silbidos y gritos de protesta. «Yo soy hetero y respeto los derechos de todo el mundo. Es lamentable que se les permita entrar con estos mensajes. Que nos dejen vivir en paz», reivindicaba Igone, una manifestante de 66 años. Aunque la mayoría de los asistentes era público joven. «Se quejan de que la ley es adoctrinadora, pero ellos son los que generan ideología. Los que les conceden el permiso de estar aquí los están apoyando indirectamente», criticaban otro joven de veinte años.

Después de que el autobús de HazteOír se haya marchado, se han vivido momentos de tensión cuando un agente de la Ertzaintza ha reducido a uno de los manifestantes. Según la versión oficial de la policía autonómica, el individuo en cuestión trató de golpear a uno de sus agentes, «por lo que se ha identificado y abierto un expediente por hechos contra la ley de Seguridad Ciudadana, que acabará en una multa». Los asistentes han criticado y vituperado duramente la actuación policial hasta que el multado se ha ido por su propio pie y los manifestantes se han disuelto.

Colectivos LGTBI y simpatizantes protestan por presencia del autobús de HazteOir en Bilbao

Los concentrados ante el autobús de HazteOir EFE

Asociaciones LGTBI, acompañados de diversas organizaciones y de simpatizantes, se han concentrado en Bilbao ante la presencia del autobús HazteOir, que recorre diferentes ciudades en el marco de su campaña contra la ley que promueve Podemos en contra de la discriminación de este colectivo.

Cerca de 200 personas, entre las que se encontraban representantes de los sindicatos ELA, LAB y Steilas, así como de EH Bildu, esperaban al autobús, que tenía anunciada su llegada al mediodía a la plaza Moyua.

El vehículo, sin embargo, ha cambiado de recorrido y ha llegado a la plaza Euskadi donde dotaciones de la Policía Municipal y de la Ertzaintza han acordonado una zona para que descendieran los pasajeros del autobús.

Los manifestantes se han trasladado hasta allí y desde detrás del cordón han recibido al vehículo entre gritos de protesta, pitidos y lemas a favor de decidir sobre su propio cuerpo e identidad sexual.

El portavoz de HazteOir, Miguel Vidal, ha asegurado en declaraciones a los medios de comunicación que la ley LGTBI, que ha iniciado el proceso de tramitación en el Congreso de los Diputados, “adoctrina a los niños e introduce elementos en el sistema educativo sin la intervención de sus padres”.

También ha criticado que dicha ley, en su opinión, “quita la patria potestad a los padres al permitir que a partir de los 16 años puedan someterse a una operación de cambio de sexo sin autorización de sus progenitores”.

Por parte de Gehitu (asociación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales del País Vasco), Izaro Antxia, ha indicado que “hoy, al menos, las personas que quieren decirnos cómo tenemos que ser, han visto nuestro rechazo, porque una sociedad democrática no puede tolerar esas actitudes”.

Los manifestantes han permanecido en la plaza hasta que se ha marchado el autobús, de color naranja y con un texto escrito en el exterior, que rezaba: “Podemos y su Ley Mordaza: van a por tus hijos. Los niños tienen pene,las niñas tienen vulva, que no te engañen”.

Al pasar cerca de los concentrados, algunos de ellos han lanzado huevos contra el vehículo.

El crimen homófobo que inspiró ‘It’

En los horrores de Stephen King hay mucho más que payasos: el asesinato de un joven gay en Bangor, su ciudad, fue una de las influencias decisivas para su historia

“Pinta tu aldea y serás universal”, escribió León Tolstoi. Y, aunque Stephen King no tenga mucho en común con el escritor ruso, sí lo ha leído a fondo y le ha sacado mucho partido a esa máxima. Sin ir más lejos, It no deja de ser una descripción a fondo de Bangor, la ciudad de Maine en la que el bestsellerista más popular de EE UU reside desde hace décadas. A través de los chavales del Club de los Perdedores (y también de sus versiones adultas, esas que llegarán próximamente al cine), King aprovechó su novelón para describir con detalle dicha localidad (33.000 habitantes en su casco urbano: lo que se dice una metrópolis), tanto sus cines y bibliotecas como sus barriadas obreras, sus descampados o un sistema de alcantarillas con fama de ser el peor de la toda Nueva Inglaterra. Y en el cual, si hacemos caso al autor, habita un horror cósmico e inmencionable.

Así pues, si hubiese que resumir It (la novela), podríamos decir que va sobre una ciudad que se come a la gente. Y, para aniquilar a sus habitantes, Derry (el nombre con el que King rebautizó a Bangor en su libraco) adopta formas muy diversas. Sobre las fuentes de inspiración para estas apariciones asesinas se ha escrito mucho, y más aún ahora que la adaptación de Andrés Muschietti va camino de ser el filme de terror más taquillero de la historia. Por ejemplo, es público y notorio que el payaso Pennywise (Bill Skarsgård en la película) está basado en John Wayne Gacy, el asesino en serie que asesinó a 33 chavales entre 1973 y 1978, y que actuaba como clown en fiestas benéficas. Pero hay otra historia de la que no se habla tanto, y que influyó muchísimo en It. 

¿De qué se trata? Pues del asesinato de Charlie Howard, un chico de 23 años que murió en 1984, cuando King llevaba ya tres años dándole forma a su obra magna. Y murió de una forma bastante horrible, además: tras propinarle una paliza, un grupo de adolescentes lo lanzó al río Kenduskeag, pese a sus súplicas. El motivo de dicho ensañamiento fue sencillo: Charlie Howard era homosexual. Sus asesinos lo habían visto salir del único bar gay del pueblo acompañado de su novio y decidieron darle una macabra lección. Durante los años anteriores, Howard había sufrido un acoso constante: no sólo vivía su identidad sin tapujos (algo que, en algunos pueblos y ciudades pequeñas, sigue siendo casi heroico en el día de hoy), sino que también participaba en un grupo parroquial de apoyo a personas LGTB. A resultas de esas actividades, había sido agredido, insultado y represaliado con ‘bromas’ tales como la muerte de su gato.

Protestas y contraprotestas tras el asesinato de Charlie Howard (1984).

Al ser menores de edad, los tres asesinos de Charlie Howard fueron condenados a penas de cárcel casi testimoniales: 22 meses entre rejas, la más larga. Las protestas de la comunidad LGTB corrieron en paralelo a otras, de signo opuesto, organizadas por grupos de extrema derecha. Por otra parte, los periodistas que investigaron sobre el crimen descubrieron que las agresiones homofóbicas en Derry… perdón, en Bangor, eran algo cotidiano. Sólo que, como sigue ocurriendo actualmente en muchos lugares, el miedo a salir del armario y la actitud hostil de la policía llevaban a los agredidos a no denunciarlas. Para un escritor de izquierdas y gayfriendly como Stephen King, aquella historia era material de primera. Y no digamos si estaba escribiendo un novelón en el que pretendía exponer el lado oscuro de su pueblo.

Así pues, Charlie Howard (con el nombre de Adrian Mellon) acabó apareciendo en It, así como sus asesinos. En la novela, el crimen es descrito casi tal cual, con un pequeño añadido de carácter sobrenatural que preferimos no desvelar. En su momento, el caso había llamado la atención del público estadounidense, pero fue el interés de King el que lo convirtió en una causa célebre, elevando a Howard al estatus de mártir LGTB en Nueva Inglaterra.

¿Aparecerá esta historia en la segunda parte de It? Seguramente, sí, porque no hablamos de un incidente aislado, sino de un hecho muy importante en la vida adulta de los protagonistas. Por otra parte, dado el clima político de EE UU en la actualidad, seguro que Andrés Muschietti y los guionistas Chase Palmer Gary Dauberman no desaprovechan la ocasión de mostrar los delitos de odio como una fracción más del mal que acecha en Derry. Porque, si en El resplandor los verdaderos monstruos eran el alcoholismo, la soledad y el miedo a ser un mal padre, el vórtice del horror en It está en la falta de expectativas vitales, la miseria y el secretismo que afectan a quienes viven en una ciudad pequeña, pobre y de provincias. Ante tales espantos, los engendros con rostro de payaso son lo de menos.