Ellen Page: «Espero que ‘Freeheld’ sea nuestra película, la de las lesbianas»

63 ZINEMALDIA – FESTIVAL DE CINE DE SAN SEBASTIÁN

La actriz protagoniza, junto a Julianne Moore, la película de Peter Sollet sobre la lucha real de Laurel Hester (Julianne Moore), quien, al descubrir que tiene un cáncer terminal, quiere que su pareja, Stacie Andree (Page), cobre su pensión a su muerte y pueda seguir pagando la hipoteca de la casa de ambas.

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Peter Sollet y Ellen Page han presentado en Donostia la película ‘Freeheld’, secundados por los productores de la cinta Michael Shamberg y Phil Hunt. / JOSÉ MARI LÓPEZ

La actriz Ellen Page, la inolvidable Juno Macguff, que recientemente ha revelado su homosexualidad, ha dicho hoy en una entrevista que confía en que ‘Freeheld’, la cinta que compite en el Festival de Cine de San Sebastián, sea “nuestra película”.

Se refería la actriz a que, en su opinión, el mundo homosexual masculino ha sido más veces retratado en Hollywood con grandes películas como ‘Milk’, ‘Brokeback Mountain’ o ‘Filadelfia’, pero las lesbianas aún no tenían “su” película.

“Ha sido un honor formar parte de este proyecto. Espero que esto quiera decir algo y sea importante para la comunidad LTGB (lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero) y, concretamente para las lesbianas, que, sinceramente, no nos hemos visto tan representadas en el cine”.

Dirigida por Peter Sollett, ‘Freeheld’ se basa en la lucha real de una brillante mujer policía, Laurel Hester (Julianne Moore), quien, al descubrir que tiene un cáncer terminal, solo quiere que su pareja, Stacie Andree (Page), una mecánica de coches bastante más joven que ella, cobre su pensión a su muerte y pueda seguir pagando la hipoteca de la casa de ambas.

El caso, que dio la vuelta al mundo y consiguió cambiar a la anquilosada judicatura americana para darle la razón sobre el derecho que las amparaba, ocurrió en 2003, antes de que se aprobase definitivamente la Ley de matrimonio homosexual en EE.UU., en 2011.

Con unas soberbias interpretaciones de ambas actrices, así como de Michael Shannon en el papel del compañero de Moore que provoca la reacción en cadena en apoyo a la pareja, los únicos momentos de respiro para los espectadores son las intervenciones de un divertidísimo Steve Carell, que en el papel de Steven Goldstein, presidente del grupo por los derechos de los gays, provocan carcajadas.

“El auténtico Goldstein se pasa mucho más que Steve”, asegura Sollett, quien cuenta que el judío azuzaba al cómico para que fuera más histriónico: era -desvela el director-, una táctica de teatro político. “Carell, que ya es de por sí muy divertido, se tuvo que contener”.

Page se muestra peleona cuando se trata de derechos de minorías: “La lucha por los derechos es esencial; si no, no viviríamos en una democracia”, dice.

“Tenemos que seguir luchando por la igualdad, porque, a pesar de tener avances, hay mucho que mejorar en los derechos de las mujeres, de la comunidad afroamericana, de los homosexuales”. Ojalá, añade, “un día no haga falta, pero, entretanto, habrá que seguir empujando”.

En su opinión, “parece que ahora se habla cada vez más de la igualdad de géneros”, pero tal cosa no será posible si no hay más papeles para mujeres, más mujeres que compongan música, que escriban guiones… “Esto sigue siendo un club de hombres”, denuncia.

Amigas

Un discurso en el que coincide con la que ya es su amiga Julianne Moore, la “mejor”, dice, “la mujer más fantástica, divertida y generosa” que ha conocido.

“Tuve mucha suerte de conectar, nos llevamos bien enseguida. La relación no fue tan íntima como se ve en la película; por supuesto, no llegó a tanto -bromea-, pero nos hicimos muy amigas y seguimos siéndolo”.

Asegura que, cuando leyó el guion de Ron Nyswaner, se conmovió tanto que se puso a llorar: “Era una historia increíblemente hermosa, ese amor, esa tristeza inimaginable”.

Y ha contado que todos pasaron tiempo con la auténtica Stacie Andree, alguien vulnerable, honesta y generosa, siempre disponible, a pesar de lo doloroso y traumático que debía de ser para ella.

Al termino del pase en San Sebastián, el público aplaudió varios minutos seguidos, mientras se proyectaban fotos reales de la pareja y pasaban rótulos explicativos de los resultados de su lucha.

Para el director, Moore y Page son “probablemente dos de las mejores actrices que hay trabajando ahora mismo. Mi trabajo en el rodaje fue básicamente no molestarlas”, comenta con humildad el realizador de la premiada “Camino a casa” (2002).

Page ha declarado que en estos momentos se siente “emocionada e inspirada” y que celebra “estar viva” y poder ser quien es. “Amar a quien quiero, de manera libre, me da fuerzas”, ha concluido.

Los médicos exigen clases de educación sexual en todos los ciclos formativos

La Fundación Española de Contracepción denuncia que ninguna comunidad ha desarrollado la ley del aborto aprobada en 2010

Cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero sacó adelante en las Cortes la modificación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, los partidos políticos hicieron hincapié en la segunda parte de esa normativa, la supresión de la ley de supuestos por una de plazos. El PP ha decidido modificar parcialmente (ahora las menores de 16 y17 años necesitan un permiso de padres o tutores), pero se sigue olvidando de la primera parte de la ley; al igual que todas las comunidades autónomas. Ese capítulo que habla de la educación sexual en los colegios y universidades.

Cinco años después, ningún currículo escolar incluye un plan en esta materia, según ha denunciado este viernes la Fundación Española de Contracepción. “La educación sexual contribuye a la formación integral de las personas educándolas en el respeto y no discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o limitación física o emocional”, indica el manifiesto ‘La educación sexual es invertir en salud’ con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción que se celebra hoy.

“Solo hay esfuerzos personales. Nada más. Se han desarrollado todos los aspectos de la ley salvo este”, se ha quejado el doctor José Vicente González, presidente de la FEC. “No hay ningún plan desde la infancia hasta la universidad”, ha recalcado también José Ramón Serrano, presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC). Ambos médicos han coincidido en señalar que es complicado que se aplique porque cada vez que un partido llega al Gobierno, “se cambia la ley de educación”.

Método abortivo

Además del manifuesto, la SEC ha presentado una encuesta sobre la percepción que tienen los profesionales de la farmacia de los anticonceptivos y destaca que uno de cada cinco encuestados considera que la aplicación de un anticonceptivo de urgencia es un método abortivo y un 4,3% se declara objetor de conciencia y no dispensa en su botica ningún producto de estas características. “Creo que no es por cuestiones ideológicos, sino que es por desconocimiento”, ha apuntado el doctor Serrano. En esta falta de preparación, la encuesta refleja que dos de cada diez farmacéuticos creen que es necesario una receta médica para dispensarlos.

La muestra también señala que los profesionales de farmacia son los grandes consejeros en temas de anticonceptivos, aunque divergen con los médicos en la píldora del día después: mientras que el 90% de los farmacéuticos considera que no se debe tener en casa, la Sociedad Española de Contracepción aboga por tenerla “cuanto más cerca mejor”

Cifuentes quiere “transexualizar” a los niños

Noticia publicada en HAZTE OIR

Cristina Cifuentes quiere “proporcionar servicios de transexualización a menores”. Y quiere multar con hasta 45.000 euros por opinar de manera crítica sobre los grupos de presión gay.

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Así, como suena. Eso es lo que se dispone a hacer la presidenta de la Comunidad de Madrid. La aspirante a dirigir el PP en Madrid.

Otra concesión al lobby LTGB y la ideología de género. Cristina Cifuentes y el Gobierno popular de la Comunidad de Madrid han aprobado dos anteproyectos de ley que, entre otras cosas, contemplan:

1)  “Proporcionar servicios de transexualización a menores”.

2) E imponer la ideología de género en los centros educativos públicos y privados.

Pídele a Cifuentes que se retracte.

El Gobierno de Cristina Cifuentes ha preparado dos regalos para el lobby gay. Por un lado, una Ley de Protección contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género que prevé beneficios exclusivos para los grupos que promueven la ideología de género y gravísimas sanciones para cualquier ciudadano que sea denunciado por no seguir su línea de pensamiento.

Cifuentes quiere imponer con estas leyes multas de hasta 45 mil euros si criticas las maniobras de los grupos de presión homosexuales, es decir, si te muestras crítico con el lobby gay.

La segunda ley, denominada  Ley de Identidad de Género, crea un “protocolo de menores” que:

  1. Contempla la promoción de la ideología de género en centros educativos públicos y privados.
  2. Proporciona servicios de “transexualización” y garantiza la existencia de una “unidad de transexualidad” en los colegios, que definirá un protocolo de intervención con los niños.
  3. Establece la posibilidad de suministrar inhibidores hormonales a los niños como paso previo al “proceso transexualizador”.

¿Vas a permitir que usen tus impuestos para ideologizar a los niños y convencerles de que lo normal y lo bueno es cambiar de sexo?

Por favor, reacciona. Súmate a esta campaña para defender nuestros valores y proteger a nuestros niños. Estoy seguro que si entre todos exigimos respeto, podremos detener este descaro.

Cristina Cifuentes: retire sus leyes de ideología de género

Sra. Cifuentes,

Con gran preocupación me dirijo a usted para solicitarle que retire los anteproyectos de Ley de Protección contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género y de Ley de Identidad de Género, recientemente aprobados.

Jamás imaginé que su gobierno quisiera emular a los de Rodríguez Zapatero prestándose a profundizar en la implantación de la ideología de género y en los privilegios a grupos de presión minoritarios, no sólo en la sociedad, sino directamente en las escuelas de nuestros niños. Peor aún me parece que a través se esta ley se pretenda institucionalizar la “transexualización” de los niños, aprobando protocolos sanitarios para ello.

Señora Cifuentes esta es mi petición:

  • Retire el anteproyecto de Ley de Identidad de Género
  • Retire el anteproyecto de Ley de Protección contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad de Género

Estas leyes van en detrimento de los valores que muchos ciudadanos y muchos votantes queremos conservar y promover.

Si no se retracta de la aprobación de estas leyes, tenga usted por seguro que ni usted ni su partido contarán con mi apoyo ni el de mi familia en el futuro.

Atentamente,
[Tu nombre]

Paula, transexual de 16 años: “Me intenté suicidar el día que soñé que me salía barba”

 

No era una cuestión de juguetes, de una guerra encubierta entre muñecas y coches, ni de la hegemonía del rosa frente al azul. La bella Paula no nació hasta los 15 años, hace solo unos meses. Hasta entonces, tuvo que moverse por el mundo simulando ser Cristian, el nombre que le pusieron al nacer en función de los genitales con los que vino al mundo. Y sin compartir con nadie lo que solo ella sabía. “Al principio no entendía lo que me pasaba”, cuenta. Fue a los cuatro años, cuando en el colegio les hablaron de que las niñas tenían un aparato reproductor y los niños otro, cuando se dio cuenta. “¿Por qué tengo yo esto si me siento una chica?”, pensó. Y sintió miedo. Tanto, que optó por el silencio. ¿Por qué tengo yo esto si me siento una chica? La identidad de género, que no tiene nada que ver con la orientación sexual, se define entre los dos y los cuatro años, según los expertos. “Es el género con el que te identificas, más allá del cuerpo que tengas y de los roles de género”, explica Isidro García Nieto, asistente social, sexólogo y gerente de la Fundación Daniela. La orientación sexual, en cambio, “tiene que ver con el deseo sexual y suele descubrirse en la pubertad”. “Todos sabemos a esa edad si somos niñas o niños, pero ni todos tienen la capacidad de expresarlo ni todos optan por hacerlo visible”, explica García. Como Paula, que calló por miedo al rechazo y a que la señalaran con el dedo. Temía que su padres dejaran de quererla, que la echaran de casa. “No sabíamos de donde le venía tanta tristeza”, afirma Ruth, su madre. Lo apuntaron a Judo, “pero no duró nada”. Lo intentaron con el fútbol, “pero tampoco hubo manera”. “Solo jugaba con niñas y, sobre los 8 años, empezamos a pensar que igual era gay”. Entre tanto, Paula aprovechaba los momentos en que sus padres se iban de casa para encerrarse en el baño y ponerse la ropa sucia de su madre. “No quería usar la limpia para que no lo notara”, cuenta. “Me veía en el espejo y me sentía yo misma”. Paula tuvo que soportar, bajo la apariencia de Cristian, un intenso acoso escolar desde infantil y primaria, acoso que se intensificó en el instituto pero sobre el que prefirió callar. Estaba aislada, no le hablaban si no era para insultarla, y llegó a recibir amenazas. “El instituto fue horrible. Recuerdo mis primeros años de recreo siempre sola en una esquina”. Repitió curso y su rendimiento escolar no era bueno. Intento de suicidio “Solo dormía. Venía del instituto, se metía en la cama y hasta el día siguiente. Pensábamos que tenía algún problema y hasta le hicieron pruebas neurológicas, pero no encontraron nada”, afirma Ruth. Desesperada, Paula decidió que, si le había tocado un cuerpo de chico, intentaría vivir como un chico. “Me sentía mal porque no era yo, pero lo intenté. Hasta que una noche soñé que me volvía masculina, que me salía vello, barba y mucho músculo. Me desperté llorando e intenté suicidarme”. “Aquello nos hizo actuar y buscar ayuda”, cuenta Ruth. Cuando, al hablarle de la homosexualidad, de su boca salió de pasada la palabra transexual, Paula lo tuvo claro. “Yo soy eso”, le dijo a su madre. Ruth reconoce que le costó digerirlo. “Fue difícil porque no encontraba ninguna información. La psicóloga del hospital donde la atendieron por el intento de suicidio no tenía ni idea del asunto”. Hasta que, buscando en Internet, en enero de este año llegaron al Programa de Información y Atención a Homosexuales y Transexuales de la Comunidad de Madrid. Soñé que me volvía masculina, que me salía vello y barba”Por fin le puse nombre a lo que me pasaba”, cuenta Paula. “El primer día que supe que había más chicas como yo sentí un gran alivio. Al fin me pude expresar como soy sin miedo”. Y solo un mes y medio después, Paula ya era Paula a ojos del resto del mundo. “La idea era que iniciara la transición en verano para que en septiembre concluyera el tránsito”, dice su madre. Pero Paula ya había esperado demasiado. Fue ella misma la que habló con el director de su instituto, un centro público de Parla (Madrid). “Pensé que el instituto iba a ir mal, pero la reacción ha sido muy buena”. Nadie le puso problemas en respetar su nuevo nombre, y pese a ciertas reticencias iniciales, Paula puede usar el baño que le corresponde. “Muchas chicas se acercaron a preguntarme qué tal estaba, y ahora tengo un grupo de amigas”, afirma. “Antes estaba encerrada y ahora no paro de salir, quiero hacer todo lo que no he hecho antes”. Con sus pantalones pitillo, sus bailarinas y su melena, parece una niña feliz. Acaba de cumplir 16 años y para ella es muy importante la visibilización. En Marzo empezó con los bloqueadores hormonales, que le impiden desarrollar características masculinas como barba, el cambio de voz, etc, y a está a la espera de poder empezar el tratamiento de hormonación cruzada. Necesidad de una ley estatal El problema es que en España no hay una ley integral a nivel estatal que aborde el tema de la transexualidad. Hay leyes autonómicas en Navarra, País Vasco, Andalucía, Extremadura y Canarias (la Comunidad de Madrid está en ello), con lo que la atención desde el punto de vista médico, psicológico y social es distinta según dónde se viva. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, al igual que otras regiones, solo se puede acceder a tratamiento hormonal cuando se es mayor de 18 años. “Cuanto más tarde accedan a los inhibidores estos niños y adolescentes, más riesgos tendrán que enfrentar para su salud mental y física, ya que se les obliga a desarrollar un cuerpo con el que no se identifican. Esto, además les dejará más expuestos al estigma y la discriminación”, afirman desde la Fundación Daniela. Mi hija es una mujer, si alguien no lo ve el problema no es de ella, sino de esa persona A través de esta entidad Paula ha podido acceder a profesionales de la sanidad pública que, concienciados, acceden a poner en marcha los tramientos. “Pero es dejarlo todo en manos de la buena fe de otras personas”, lamenta el gerente de la fundación, Isidro García. “Es lo mismo que ocurre con el tema del nombre y el sexo en el registro y el DNI”, añade. La ley 3/2007 permite a los transexuales el cambio de la mención al nombre y al sexo en el DNI, pero con varios requisitos. Es imprescindible la mayoría de edad, un informe psiquiátrico con un diagnóstico de disforia de género y al menos dos años de tratamiento hormonal. “Eso, además de patologizar el asunto, deja fuera a los menores de edad”, cuenta Isidro.”Imagina lo que sienten al ir en el metro y tener que enseñar el abono transporte. O estar en la sala de espera del médico y que digan en alto un nombre con el que no se identifican”. “Muchas veces se ven obligados a dar explicaciones, y eso atenta contra su derecho a la intimidad”. Por eso, desde la Fundación Daniela insisten en la necesidadde una Ley Estatal Integral de Transexualidad, y para ello han lanzado una campaña de recogida de firmas en Change.org. Entretanto, Paula sueña con tener 18 años para poder operarse y con ser modelo transexual. No todos los transexuales necesitan la cirugía para vivir el género con el que se identifican, pero ella lo tiene claro: “Si me dijeran ahora mismo que me podía meter en un quirófano, lo hacía de cabeza”. Su madre la mira y asiente. “Mi hija es una mujer, si alguien no lo ve el problema no es de ella, sino de esa persona”.

Ver más en: http://www.20minutos.es/noticia/2559008/0/menores/transexuales/paula/#xtor=AD-15&xts=467263

“Nos hacía falta una película de lesbianas”

Ellen Page y Julianne Moore protagonizan ‘Freeheld’, un drama de Peter Sollett en el que combina la mala situación de los homosexuales con una historia de amor

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DONOSTIA – La joven actriz canadiense, conocida por dar vida a una adolescente embarazada en Juno (2007), encarna en Freeheld a Stacie, una mujer cuya pareja, Laurel (Julianne Moore) está muriendo a causa de un cáncer. Ambas luchan porque puedan tener los mismos derechos que las parejas heterosexuales y que Stacie reciba la pensión de Laurel. Se trata de una película basada en hechos reales y se presenta un año después de que Ellen Page confesara su homosexualidad en público.

¿Ha sido difícil hacer una película sobre una injusticia, teniendo en cuenta que las historias de lesbianas no tienen mucho lugar en el mundo del cine?

-Desde mi experiencia personal, nos hacía falta una película de lesbianas, ya que hay varias cintas en las que se trata el tema de la homosexualidad entre hombres, como Philadelphia, Milk y Brokeback Mountain, por ejemplo. Así que quizá, en ese aspecto, esta película es muy especial. En cualquier caso, creo que las cosas están cambiando. Es legal ser gay, y creo que poco a poco deja de ser un problema abordar estos temas.

¿Cómo ha sido trabajar con la verdadera Stacie?

-La verdad es que Stacie ha sido una persona muy generosa conmigo y con todo el equipo. Es una mujer que estaba siempre dispuesta a brindarnos su tiempo, incluso siendo alguien muy vulnerable y para quien esta experiencia era altamente emocional. Es una persona encantadora a la que le gustaba hablarnos y contarnos cómo vivían y cómo se habían conocido. Además, el tiempo que pasé con ella me fue muy útil para preparar la interpretación del personaje: ver cómo se movía, cómo hablaba, cuál era su compostura, las expresiones que utilizaba… A mí me pareció muy importante pasar tiempo con ella para darle seguridad, para que se sintiese cómoda, porque iba a interpretar su papel.

¿Cómo se imaginó que era la relación entre las dos y cómo lo trabajó con Julianne Moore?

-Me fue muy útil el documental que se hizo sobre este caso, que había visto muchísimas veces. Ya en ese documental salta a la vista cómo se querían esas dos mujeres, la dedicación de la una por la otra, y también se ven las bromas que se hacían y cómo se comunicaban entre ellas. Ya contaba con eso. Además, Stacy también me habló de su relación con Lauren. Después, simplemente traté, con Julianne Moore, de crear esa relación de la manera más creíble posible. Julianne es la persona más generosa, protectora, increíble y profesional que existe y siento una suerte enorme por haber llegado a ser amiga suya. Creamos una relación que se ve en la pantalla, pero fuera del rodaje también nos sentimos muy unidas.

¿Cómo ve las consecuencias que ha tenido esta historia real? ¿Cómo ha ayudado un caso tan mediático?

-Creo que el hecho de que cualquier historia de este tipo sea visible puede ayudar a cambiar actitudes. Está claro que cuando conocemos una historia, ya sea a través del cine o en la vida real, y logramos empatizar con esas personas, hace que nos convirtamos en personas más tolerantes que antes o puede que menos homofóbicas.

¿Cómo ha cambiado su vida después de haber confesado su homosexualidad?

-Mi vida ha cambiado muchísimo. Me siento enormemente feliz, mucho más emocionada por la vida y siento que puedo amar plenamente sin temor y, además, expresarlo en público. Me siento más creativa, más inspirada y tengo muchísima más energía. Siento que toda mi vida ha cambiado a mejor.

¿En qué sentido se siente más creativa?

-Me siento más creativa, tengo más inspiración. Siento que me he quitado un gran peso de encima y he recuperado la alegría perdida. Ahora puedo vivir sin tener que estar permanentemente envuelta en una especie de nubarrón de tristeza. Al sentirme así, es mucho más fácil trabajar. Como actriz y como productora tengo muchas ganas de abarcar proyectos nuevos y me siento mucho mejor para hacer lo que salga.

¿Siente una responsabilidad porque puede ser más que una actriz, un referente para muchas chicas?

-No siento ningún tipo de carga en especial. Creo que estoy agradecida por cómo me siento ahora, en comparación con cómo me he sentido hasta que lo hice público. Ojalá lo hubiese hecho antes. Ahora me sentiré agradecida y feliz si soy capaz de ayudar a cualquier persona dentro de la comunidad LGBT de cualquier manera.

¿Qué proyectos tiene ahora entre manos?

-Acabo de hacer una película que se llama Tallulah, y estoy trabajando en otro filme basado en una historia real, de una mujer gay que trabaja en la marina. Por otro lado, voy a producir un proyecto junto con la productora Christine Vachon.

Sexo para ‘millenials’

MITOS  Los errores más habituales

  • Desmontamos algunas de las creencias erróneas más comunes
  • Los especialistas demandan más educación sexual en España

Aunque el 73% de las mujeres sexualmente activas utiliza algún método anticonceptivo en España, este porcentaje se reduce considerablemente cuando se pregunta a las más jóvenes. Con motivo del Día Mundial de la Anticoncepción, el doctor José Ramón Serrano, presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC http://sec.es/), ayuda a desmontar algunos de los mitos más arraigados entre las ‘millenials’ españolas.

Los anticonceptivos engordan

“Es el mito más extendido, probablemente porque se transmite de boca en boca entre las amigas”, señala el doctor Serrano. Es cierto, admite, que los cócteles hormonales más antiguos, con dosificaciones hasta dos y tres veces superiores a los actuales, sí pudiesen relacionarse con una cierta ganancia de peso. Sin embargo,insiste, eso no es así actualmente, hasta el punto de que algunos anticonceptivos se usan incluso en algunas dietas para evitar la retención de líquidos.

Con la regla no hay embarazo

Aunque es más difícil que en otros momentos del ciclo menstrual, la regla no es un método anticonceptivo ni protege al cien por cien contra un embarazo. “El primer día de sangrado bajan las hormonas y se inicia un nuevo ciclo menstrual”, explica el especialista de la SEC. Sin embargo, y sobre todo en mujeres con reglas irregulares, es difícil descartar completamente que se esté produciendo una ovulación simultánea, o que esa hemorragia se deba a otras causas.

La píldora es cara

“Eso no es cierto”. Aunque el presidente de la SEC reconoce que en España no están financiados bajo el paraguas de la Seguridad Social todos los compuestos hormonales disponibles en el mercado (“es un caos absoluto”), las mujeres que lo deseen sí pueden pedir a su médico de cabecera o ginecólogo que les recete anticonceptivos de primera generación a base de levonogestrel. “Son los menos trombóticos y pueden costar poco más de un euro al mes”, insiste. Quizás otras opciones más modernas, como el anillo vaginal, sí pueden ser un poco más costosos para el bolsillo de las más jóvenes (puede rondar los 15 euros).

Hay que descansar de las hormonas

“Este mito lo están propagando erróneamente algunos ginecólogos o médicos de atención Primaria o Enfermería”, reocnoce el doctor Serrano, “que aconsejan a las mujeres periodos de descanso después de dos o tres años tomando anticonceptivos orales”. Como él explica, no existe ninguna justificación científica para esas ‘vacaciones hormonales’ que algunas mujeres creen necesarias “para limpiarse de hormonas”. Médicamente no hay ninguna limitación en el tiempo que una usuaria podría estar tomando la píldora (o cualquier otro método a base de estrógenos). Existen, eso sí, factores en lavida de la mujer que van cambiando y pueden aconsejar otros métodos (como la edad o el tabaquismo, por ejemplo).

La marcha atrás funciona

“Esto ni siquiera es un mito, es un engaño”, asegura tajante el doctor, “hay que decirlo claramente, la marcha atrás no protege de embarazos no deseados”. Antes del eyaculado, el llamado líquido preseminal puede arrastrar hacia la vagina espermatozoides que hacen posible un embarazo.

Con el sexo oral puede haber embarazo

No, ni con el sexo oral ni con el anal existe la posibilidad de que se produzca un embarazo, pero sí en cambio una infección de transmisión sexual. Por este motivo, el doctor Serrano recuerda que existe la posibilidad del llamado ‘doble método’ o ‘plan B’. Es decir, combinar un método de barrera (como el preservativo) con uno hormonal (como la píldora). “En el norte de Europa esta doble protección es algo muy común, pero aquí sólo lo practica el 5% de la población cuando es algo absolutamente aconsejable en jóvenes”, defiende Serrano, para evitar al mismo tiempo infecciones y embarazos no deseados. “Los jóvenes son fieles, pero lo son durante poco tiempo y eso les convierte en población de riesgo”.

“Tengo el VIH y no quiero mantenerlo en secreto”

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Sólo conozco a Miguel Caballero de Facebook. Sé de él lo que veo a través de la ventanita fisgona del ordenador. Sé que es español pero vive en Nueva York, sé que prepara su tesis y da clases en Princeton (el culmen de lo que parece ser una fulgurante carrera profesional). Sé que es guapo, rubio, alto. Sé que tiene un marido despampanante con el que lleva nueve años. Sé que viaja mucho, que tiene muchos amigos, que sonríe en casi todas las fotos. Un día, hace unos meses, Miguel subió UN POST QUE MOSTRABA LA FOTO DE UNA PASTILLA AZUL decía así:

“¿Cómo es la vida de una persona VIH POS hoy? La parte médica es sencilla: una pastilla al día, con muy pocos o ningún efecto secundario. A mediados de los 90 eran entre 16 y 18 pastillas varias veces al día, con muchos efectos secundarios. Ahora es sólo una. Una como esta mía de la foto. Además de ir al médico para revisiones cada 3-4 meses. Entonces, si es sencillo, ¿por qué ni siquiera el 50% de las personas VIH POS en Estados Unidos están en tratamiento? Dos razones: mentales y sociales”.

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Miguel Caballero habló abiertamente en Facebook de la medicación que, como él, toman las personas VIH POS.

Dudé, leí y releí el texto, pero lo decía claramente: “Una pastilla como esta MÍA de la foto”. Tardé un rato en comprender que sí, que lo que estaba leyendo era una salida del armario del VIH en redes sociales. Quedé profundamente impresionada ante tal muestra de arrojo y valentía. Pero, al final de todo ese asombro, había sofocos de señora sorprendida ante la ruptura de un estereotipo. Llevaba un par de años topándome en Facebook con la vida de Miguel, y me parecía, por qué no decirlo, la encarnación del sueño americano.

Tírenme piedras si quieren. Supongo que, aunque intentemos borrarla avergonzados, aún planea sobre nuestras mentes la idea del yonqui sidoso, de las jeringuillas tiradas en el parque, de Tom Hanks en Philadelphia, del miedo a la enfermedad latiendo ahí, a veces lejos y a veces cerca, durante los años de mayor promiscuidad, enfermedad de la que parecía que todos -¿todos?- habíamos salido librados. Salíamos de la caravana deMadrid Positivo con nuestros resultados negativos en la mano e íbamos a tomarnos unas cañas. El modelo de persona con VIH, en la mayoría de las cabezas españolas, quedó anclado a un personaje desconocido que contrajo el virus en los 80 y ahora pide en el metro con un cartel en el que lo anuncia, para terror de la mitad del vagón, que aparta la mirada con incomodidad y susto.

A los pocos días, espiando la vida y milagros de un recién estrenado amigofacebookiano argentino, Lucas ‘Fauno’ Gutiérrez, vi una foto suya en la que alzaba los brazos y miraba al frente con firmeza, luciendo una camiseta en la que ponía bien claro: TENGO VIH. De nuevo la sorpresa. Recordé tener 22 años e ir en moto con un amigo a hacernos las pruebas. Iba muy asustada. Uno siempre se inquieta. Siempre puede ser. Dimos negativo y seguimos viviendo en nuestro mundo ideal en el que nadie tenía VIH, en el que casi todos follábamos sin condón de vez en cuando, como si estuviéramos protegidos por nuestra juventud y nuestras ganas de fiesta. Nunca nadie se lo espera.

Mi diagnóstico del VIH -dice Miguel- fue absolutamente inesperado. Cuando uno es gay y sexualmente activo, hacerte el test de STD es una rutina (o debería serlo), y esta vez también me lo hice por absoluta rutina. No tenía la menor duda de que iba a salir negativo, pero salió positivo. El shock fue considerable. Lo primero que hice fue volver a casa y contarle a mi marido, para que él se hiciera el test inmediatamente. Tenemos una pareja abierta, pero sólo practicamos sexo sin protección el uno con el otro. Yo pensaba que me había contagiado él, no por culparlo ni por nada, sino porque era el único que podría haber sido. Fuimos y salió negativo. Meses después él continúa siendo negativo”.

¿Qué sucede después del diagnóstico VIH positivo? La búsqueda de un porqué, el intento de hacer memoria y llegar mentalmente al momento del contagio, el llamar a las personas con las que ha habido contacto sexual de riesgo desde el último negativo (en EE.UU., concretamente, hay una ley que obliga a llevar a cabo este último punto). Y la pregunta: ¿Y ahora qué? ¿Cómo sigue mi vida? Lucas se queja de un vacío en este aspecto: “Nos bombardean con folletos de preservativos, se habla a las personas negativas para que no se infecten, pero nunca se le cuenta a un positivo como seguirá su vida o a un pariente/amigo/pareja de un positivo para explicarle cómo apoyar y acompañar. El VIH es un virus, la falta de compromiso del Estado y la gente es un flagelo”.

Cierto es que las campañas sanitarias se centran en la prevención, pero nunca ofrecen modelos a seguir en caso de un diagnóstico positivo de VIH. Conocemos el peligro, conocemos los métodos de prevención, pero, en caso de dar positivo, lo que vemos ante nosotros es un vacío absoluto, un páramo de desinformación y terrores infundados por los estereotipos. Miguel está de acuerdo: “Es como si dentro del mismo activismo del VIH/Sida no quisieran que contemos que nuestra vida es completamente normal, que no estamos enfermos (es decir, no tenemos ningún problema físico que nos limite a desarrollar nuestra vida laboral o privada, sí tenemos una condición crónica que hay que controlar) porque se supone que provoca un efecto llamada, en plan: “Hey, follen a pelo, que si se contagian van a vivir tan ricamente”. Me parece cruel que las personas con VIH no podamos contar libremente nuestra historia, como si cargáramos con un pecado capital y nuestra vida tuviera que estar regida por la vergüenza”.

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Miguel junto a su marido Rudolf, con el que lleva nueve años.

Actualmente, en cuanto se investiga un poco con respecto a la medicación para el VIH, surge un nombre: Truvada. Hace poco sacamos en VICE un artículo sobre este medicamento. La Truvada es un tratamiento utilizado en personas infectadas por el VIH que impide que el virus se replique, y consigue que la carga viral del cuerpo se reduzca hasta niveles indetectables. Esto significa que el paciente lleva una vida normal, como si prácticamente no tuviese la enfermedad, aunque siga teniéndola de manera crónica, pues no puede eliminar el virus totalmente del cuerpo. Además, es el primer medicamento eficiente para la profilaxis pre-exposición (PrEP). Es precisamente lo que toma Rudolf, el marido de Miguel. Pero hay que tener en cuenta que la Truvada sólo protege del VIH, no de otras enfermedades de transmisión sexual, así que se recomienda seguir ese tratamiento en conjunción con el uso del condón. En Estados Unidos -cuenta Miguel- lo llaman TasP (Treatment as Prevention), o sea, que mientras yo tome mi tratamiento la probabilidad de que yo transmita el virus a alguien es mínima, virtualmente cero. ¿Qué quiere decir virtualmente? Pues que a día de hoy, con Truvada y TASP, no hay casos registrados de infección. Lo dejan en “virtual” porque siempre salen casos que son excepciones a la regla, pero aún no se ha producido”.

Así que de pronto, ¡oh, sorpresa!, desaparece una de las afiladas lanzas que pendían sobre las cabezas de las personas con VIH: el fin de la vida sexual. Aún sin haber cumplido los 30 y recién diagnosticado, una de las cosas que más preocupó a Miguel es si volvería a tener vida sexual: “Sabía que no me iba a morir y que la calidad de vida era bastante normal, pero me aterraba la idea de contagiar a alguien y que mi apetito sexual se evaporase. La simple idea de que yo pudiera contagiar a mi marido me hacía muy difícil incluso tener una erección. Me aterraba. Es un proceso de aceptación por el que uno pasa y por el que sigo pasando, pero lo cierto es que la vida sexual puede ser completamente normal. Esta es la realidad de hoy; algunos no quieren que la cuente por lo del efecto llamada, otros no se lo creen porque siguen viviendo en los 80 y en el miedo”.

Aunque los nuevos métodos tienen, cómo no, sus detractores. ¿Estrategia farmacéutica? ¿Excusa perfecta para una mayor laxitud en la prevención de las ETS? Lucas pone ciertas pegas a esta medicación: “Considero que clínicamente y en situaciones particulares es una droga que tiene un uso efectivo. Ahora bien, si lo vamos a pensar como preventivo, me parece una solución burguesa para el miedo de las personas que pueden pagarlo. Puede ser una solución que apoyo mucho en situaciones en las que la pareja sea serodiscordante (es decir, que uno de ellos sea VIH positivo, y el otro negativo) y el uso preventivo acompañado de un seguimiento profesional médico. El problema es: ¿Llega esta medicación preventiva a poblaciones como las prostitutas, las chicas trans o demás poblaciones expuestas? Poco. Sólo llegan a gays ABC1 con preservativofobia. Avalo mucho la PrEP como uso conciente, no como excusa para dejar de cuidarse. Tiene que servir no sólo para que los negativos “se queden tranquilos”, también debe ser una herramienta para que quienes vivimos con el virus podamos desarrollar una sexualidad que afiance nuestra autoestima”.

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Lucas ‘Fauno’ Gutiérrez opina que “es como si dentro del mismo activismo del VIH/Sida no quisieran que contemos que nuestra vida es completamente normal”.

Entre la información que puede encontrarse acerca de las nuevas medicaciones del VIH, también figura, cómo no, una lista de posibles efectos secundarios. A este respecto, Miguel tuvo mucha suerte. El tratamiento actuó muy rápido y de manera eficaz, haciendo que el virus se volviera indetectable enseguida. Indetectable, para entendernos, es el estado que todo VIH positivo quiere alcanzar: significa que el virus está controlado y su carga es tan pequeña que ni los tests lo pueden detectar. “Lo que no quiere decir que estemos curados -remarca Miguel- Cada cuatro meses tengo que ir al médico para confirmar que sigo en ese estado indetectable y para hacer un seguimiento del riñón y el hígado, porque parece que la medicación puede dañarlos. Si se notara algún daño, me cambiarían la dosis o el tratamiento. El único efecto secundario que tengo es algo que llaman “sueños vívidos”, que básicamente consiste en que tengo unos sueños que flipas. A veces es como si durmiera dentro de un caleidoscopio. Es muy potente. No me ocurre todas las noches, pero sí de vez en cuando”.

Evidentemente, y es un dato que debe ser destacado, tanto Lucas como Miguel han tenido la suerte de ser diagnosticados en países en los que existen las condiciones adecuadas para un tratamiento seguro y de calidad. Miguel lo tiene muy claro: “Aunque en todos lados tenemos similares problemas con el estigma, es una enfermedad totalmente determinada por el lugar donde la vives. Pero hay muchas contradicciones. Sin ir más lejos, en Estados Unidos. Una de las pocas cosas buenas que hizo Bush hijo fueron las tremendas campañas de protección y tratamiento del VIH en África. Sin embargo, seguía prohibiendo la entrada a personas VIH positivo a Estados Unidos. Esquizofrénico. Con Obama se levantó esa prohibición. De España a Estados Unidos hay un abismo. Hay pros y contras en ambos lados. En España sí se habla de prevención, pero hay un silencio pesado como una cortina de hierro sobre las personas con VIH. No se habla; como uno no tiene que revelar su status, su vida puede ser bastante normal. Por ejemplo, la vida sexual: la ley no te obliga a contar a alguien con quien te acuestas una noche que eres VIH positivo. El problema de esto es que el VIH prácticamente no se discute, y eso sólo hace el estigma más grande. La gente sigue viviendo en los 80. En Estados Unidos la ley, al menos en Nueva York, te obliga a revelar tu estatus a tu pareja sexual antes de acostarte. Es cruel, porque está ahí uno en el ajo y tiene que salir con su parte médico. Pero la parte positiva de eso es que se habla de VIH, la gente sabe qué es y en qué situación está. O directamente te preguntan. Es jodido para mantener una sexualidad mentalmente sana porque se siente uno continuamente patologizado, pero socialmente es útil. En contra: todos los problemas de la sanidad privada en Estados Unidos. Por suerte, tengo un seguro médico privado, y aún así es un gasto considerable. El medicamento mensualmente me cuesta 20 dólares, las visitas al médico a veces hasta 250. Sin seguro, el medicamento es 3.000 dólares mensuales y las visitas médicas ni lo quiero saber. En Nueva York, por suerte, ahora hay formas de acceder gratuitamente al tratamiento sin tener seguro, pero aún así es una barbaridad”.

En la preparación de este artículo, ofrecí a Miguel y Lucas mantener el anonimato, pero los dos rechazaron esta opción con firmeza. En el caso de Lucas, que además de periodista y escritor es performer, la visibilización es particularmente llamativa, ya que, además de mantener un activismo constante, el VIH forma parte de su creación artística, convirtiéndolo en una figura de referencia en el tema del VIH en Argentina. “Me asombró volverme un referente. Esto significa que el silencio predomina. Más allá de mi acción hay mucha gente que trabaja día a día porque esto deje de ser un tabú. Yo elegí el campo público porque mi pulsión de alma son el periodismo y el arte, pero una madre que acompaña a su hijo, una pareja que se hace cargo de convivir con el virus, un hijo que dialoga… todos hacen de esto algo llevadero para quienes somos positivos. La visibilización es algo fundamental, ya que, por ejemplo, existen muchos casos de despido, de precarización y explotación laboral en personas con VIH. Por eso es tan importante que casos así salgan a la luz, para que se comience a cuantificar y hacerles saber a las empresas que ya no nos callamos. En cuanto a mis acciones artísticas, querría aclarar que no luchan contra el VIH, sino contra el silencio predominante de la sociedad. Meto las palabras crudas en lo cotidiano. Que alguien lea “VIH”, que lea “SIDA”. Busco que la palabra callada por la hipocresía social se haga presente en lo cotidiano”.

Para Miguel, la visibilización forma parte de su manera de lidiar con los problemas. “No hay ningún círculo de mi vida a quien se lo esté ocultando. Hay personas que deciden llevarlo más discretamente, en silencio, y es respetable. A mí el silencio me oprime, pero además cuando el silencio se debe al miedo al estigma, no es silencio, es un armario, el armario del VIH, que es muy perverso. Es muy difícil vivir ahí. Conozco mucha gente que ha decidido no revelar su estatus, y los apoyo incondicionalmente. Pero yo sí vi que mis condiciones eran buenas para dar el paso y hacerlo público. Tengo mi familia y mis amigos detrás, un trabajo, un seguro de salud privado, etc. Claro, hay muchos riesgos también, porque el apoyo es muy explícito, pero los que no te apoyan no lo dicen y la puñalada puede llegar por donde menos te lo esperas. De todas maneras, contarlo y compartirlo me hizo más fuerte, y sé que no estoy solo en esto, así que si esas puñaladas vienen desde la vida personal o profesional, lidiaré con ellas apoyado por todo el mundo que tengo detrás. Yo soy un activista horrible, me canso rápido, no soy constante. Por eso admiro profundamente el trabajo de los activistas y les estoy inmensamente agradecido. Hay una frase de Pedro Zerolo que marcó mi decisión de hacerlo público. Dice algo así como que “cuando elegimos ser valientes, no nos equivocamos”: Decir al mundo que eres VIH positivo da pánico, pero yo creo que no me he equivocado”.

Los dos coinciden en que el mal principal del VIH no es la enfermedad en sí, sino el estigma que conlleva. Miguel es consciente de que hay diversos frentes en su vida que podrían verse dificultados por el hecho de ser VIH positivo: “Yo quiero ser padre, y no sé si esto me va a hacer más difícil la adopción. Tampoco sé si algún día tendré problemas en el trabajo. No sé si en algún momento la medicación me dará problemas renales. Hay estigmas que no me molestan en absoluto, como el que nos imagina como seres lujuriosos follando sin límites. ¿Cómo me va a molestar eso? Tengo mi propia batalla contra el puritanismo. Ahora, el estigma más perverso es el horror que le produce a la sociedad la idea de enfermedad. Y toda la moralina que va ligada a las enfermedades de transmisión sexual. Creo que mi batalla es sobre todo contra la vergüenza”.

Lucas coincide en esa idea: “Todas las semanas alguien con la mejor onda me escribe diciendo que encontraron la cura. La verdad, prefiero que me hablen de la cura de la ignorancia, el prejuicio y la mediocridad”.

Una farmacéutica aumenta un 5.500% el precio de un medicamento clave contra el sida

La nueva empresa ha argumentado que tiene que “conseguir beneficios” después de desembolsar 55 millones de dolares para comprar los derechos de Daraprim. Ha pasado de costar 13.50 dólares a 750

Martin Shrekli, propietario de Turing Pharmaceuticals.

Martin Shrekli, propietario de Turing Pharmaceuticals.

El Daraprim es un medicamento que se ha podido adquirir y utilizar durante 62 años para la cura de afecciones parasitarias como la toxoplasmosis. Por si fuera poco, es un elemento crucial en la lucha contra el sida. Desde su creación su precio ha sido asequible para todos, pero de repente, sin previo aviso, su coste se ha incrementado un 5.500%. Ha pasado de costar 13,50 dólares a 750.

Martin Shrekli, de 32 años y propietario de Turing Pharmaceuticals, adquirió el medicamento a través de la compañía por 55 millones de dólares. Una vez en sus manos, subió el precio. “Esto no va de una avariciosa compañía farmacéutica tratando de sacarle los ojos a los pacientes, sino de nosotros intentando mantenernos en el negocio”, ha declarado el empresario al ‘New York Times’, en un intento por explicar tan desproporcionado incremento. Asimismo, ha opinado que las pastillas estaban por debajo del precio que debería.

Las palabras de este joven venido de los fondos de alto riesgo ha provocado una ola de indignación en las redes sociales. La repercusión ha sido tal, que hasta la candidata demócrata a la Casa Blanca Hillary Clinton ha mostrado su oposición frontal.

Ante tal polémica, la farmacéiutica se ha visto obligada a dar un paso atrás. Según ha informado la CNBC -artículo también compartido por Clinton-, la compañía de Shrekli ha anunciado que abaratará el precio del medicamento, aunque no ha especificado el precio final. “Hemos reaccionado. Hemos cometido algunos errores tratando de hacer entender a la gente las razones por las que habíamos tomado esa decisión. Lo más lógico es bajar los precios en respuesta de toda es ira que hemos recibido”, ha comentado el empresario.

Martin Shkreli ya se vio en una situación similar hace un año, cuando trabajaba como director general de la también farmacéutica Retrophin. Siguiendo la misma jugada, compró el medicamento Thiola, utilizado para tratar una enfermedad renal incurable, y quiso multitplicar su precio por 20. El comité directivo de la empresa le despidió por hacer un uso inapropiado de los fondos de la compañía.

Una concejala de Podemos de Málaga declara su bisexualidad para luchar por la igualdad

La edil Cristina Fernández señala que no tiene ningún problema en reconocer abiertamente su condición sexual y que no se esconde, y confía en que su gesto sirva para hacer visible esta realidad, aún demasiado escondida

La edil Cristina Fernández

La edil Cristina Fernández

La concejala de Espacio Verde, formación promovida por Podemos, en el Ayuntamiento de Nerja (Málaga), Cristina Fernández, ha hecho pública su bisexualidad, con el objetivo de apoyar y dar reconocimiento a esta orientación sexual. Fernández presentará este jueves en pleno una moción para poner en marcha un plan municipal por los derechos del colectivo de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales en la localidad, propuesto por la Federación Arco Iris.

La concejala ha señalado que no tiene ningún problema en reconocer abiertamente su condición sexual y que no se esconde, y confía en que su gesto sirva para hacer visible esta realidad, aún demasiado escondida.

Gonzalo Serrano, presidente de la Federación Andaluza Arco Iris, ha afirmado que Fernández es la primera concejala que “habla abiertamente sobre su bisexualidad en Andalucía”. Según la Federación Arco Iris, el imaginario social sigue asociando la bisexualidad con términos como “el vicio y la indefinición”.

“Tenemos ya la costumbre de ver a hombres gais de relevancia social, política o cultural que salen del armario; cada vez más mujeres lesbianas siguen el mismo camino; sin embargo son muy pocas las personas bisexuales que han dado este paso”, ha señalado Serrano.

Fernández, de 40 años, encabezó la candidatura de Espacio Verde (EVA-Podemos) en las últimas elecciones municipales, en las que este partido obtuvo un acta de edil. La concejala propició la investidura de la candidata del PSOE, Rosa Arrabal, como alcaldesa, aunque por el momento permanece en la oposición.

No obstante, está liberada y ha precisado que, “próximamente”, entrará a forma parte de la Junta de Gobierno Local y asumirá alguna delegación municipal.

Antes de entrar en política, Fernández ya era conocida en Nerja por su labor al frente de la asociación Taller de la Amistad, una entidad dedicada a la atención a personas con discapacidad intelectual.

Polari, el lenguaje secreto del mundo gay

Artículo publicado en YOROKOBU
En los años 90, el profesor Paul Baker empezó a escribir anuncios en la sección de contactos de varias revistas gays. Solo buscaba hablar. Literalmente. Buscaba a los antiguos hablantes del polari, un lenguaje extinto que se popularizó a mediados del siglo pasado en los bares gais de Inglaterra. Después de varias entrevistas y meses de investigación, Baker hizo un libro que recopilaba las palabras más usadas de esta jerga marginal. Un corto basado en este trabajo ha rescatado del olvido el polari y ha puesto el foco en un lenguaje que nació en los bajos fondos de Inglaterra y acabó muriendo de éxito. Esta es su historia.

En España los homosexuales «entendían». En EE UU se declaraban «amigos de Dorothy». Durante los años de miedo y represión ha habido muchas maneras sutiles de declarar la propia homosexualidad, pero ninguna tan rica y compleja como el polari, el lenguaje perdido de los homosexuales británicos.

Paul Baker, profesor de la universidad de Lancaster especializado en lenguaje y temas de género y sexualidad, ha contabilizado más de 500 palabras, aunque asegura que es «improbable que la mayoría de la gente conociera y usara tantas». Al tratarse de una jerga que surgió de forma espontánea y orgánica, el polari tenía unos 20 términos en su génesis, conocidos por todos los hablantes, y a partir de ahí variaba según la zona o los ambientes en los que se diera.

Incluso el propio nombre del lenguaje, polari (proveniente del italiano parlare: hablar) no fue unánime, y muchos lo conocían como ‘palari’, ‘palare’ o ‘parlaree’. Su origen es difuso, pero Baker lo sitúa en torno a los años 30 y habla de influencias como el ya citado italiano, el occitano, el francés, la lengua franca usada por las fuerzas aéreas americanas y el cant, una jerga usada por criminales.

Este mejunje lingüístico dio como resultado una jerga relativamente cohesionada que tenía su epicentro en el casco urbano de Londres. Puede que ahí estuviera su génesis y palabras como ‘Dilly’ (para referirse a la céntrica Plaza de Picadilly, frecuentada entonces por prostitutos) parecen confirmar esta teoría. Sin embargo, el polari se fue extendiendo por la Inglaterra urbana en la primera mitad del siglo XX, cuando la homosexualidad era un pecado que podía llevarte a la cárcel y era mejor camuflar en función del tipo de conversación. Pero, ¿cómo sonaba el polari? Exactamente así.

Brian Fairbairn y Karl Eccleston, los autores del vídeo que precede estas líneas, leyeron el trabajo de Baker y decidieron resucitarlo para Putting on the dish, un corto rodado y titulado en polari (si quieres saber su significado echa un vistazo a nuestro minidiccionario polari-español, al final de este artículo).

La escena tiene lugar a principios de los 60, cuando ser homosexual en Inglaterra aún era ilegal. La conversación –ininteligible a menos que seas un homosexual inglés de unos 60 años– arranca con el libro que está leyendo uno de ellos, La Naranja Mecánica. Según ha explicado Eccleston, la elección de este libro «hace referencia a cómo se veía entonces la homosexualidad, como algo transgresor y pervertido [como lo fue en su momento La Naranja Mecánica] que se curaba con humillación pública y castración química [de forma similar a lo que le ocurre al protagonista del libro]».

Eccleston también resalta el hecho de que la novela de Anthony Burgess esté escrita en una jerga llamada neolenguaje (su edición en español está acompañada de un pequeño diccionario para hacer más comprensible la lectura). Putting on the dish se conforma así como una complicada vuelta de tuerca, un corto que habla en polari sobre un libro para retratar la situación de los homosexuales en la Inglaterra de los años 60.

A pesar de lo críptico de su lenguaje, comentan Fairbairn y Eccleston que un usuario ha traducido el diálogo de su vídeo. «No tenemos ni idea de quién es, pero su traducción es básicamente perfecta», aseguran. «En general ha sido fascinante y muy gratificante ver aparecer estas traducciones en los comentarios, ver cómo la gente discutía sobre lo que decían nuestros personajes», comentan, reafirmándose en su idea de no poner subtítulos a su corto para que la gente lo percibiera «como algo ajeno» para que se pusieran en situación. «El polari es un lenguaje rico y divertido», comentan, «pero también dice mucho sobre el nivel de opresión histórica que existía entonces, y sobre cuánto hemos avanzado».
Estos dos cineastas se declaran encantados de «haber puesto el polari en el mapa» y sorprendidos del nivel de aceptación que ha tenido su corto. Su éxito parece derivar de la curiosidad por retratar una lengua marginal del pasado, aunque no es la primera vez que el polari se cuela en los hogares de las familias heterosexuales de bien, fue precisamente su sobreexposición la que acabó condenando esta jerga.

Era 1960 cuando la radio de la BBC decidió incluir dos nuevos personajes en su popularshow Round the Horne. Julian y Sandy no fueron los primeros personajes homosexuales que retrató la radio. Tampoco se salieron de los estereotipos prefijados en aquella época. Pero fueron los primeros en utilizar el polari en antena, en un horario tan familiar como las tardes de los domingos. Aquello fue el principio del fin. Mientras palabras como ‘bona’ (bueno), ‘vada’ (mirar) o ‘blowjob’ (sí, exactamente eso que estás pensando) eran cada vez más conocidas por el público heterosexual, los homosexuales dejaron de usar el polari. Sucedió algo parecido a lo que había pasado siglos atrás en Inglaterra, cuando el uso de un clavel verde dejó de ser un guiño secreto al público homosexual por haber sido expuesto en el libro The Green Carnation. Oscar Wilde fue de los últimos en enterarse, pues en su juicio por sodomía se usaron el clavel y el libro que desvelaba su significado como pruebas en su contra.

Con estos precedentes y la sodomía aún castigada por el código penal inglés, el polari empezó un declive que se agravaría aún más con la despenalización parcial de la homosexualidad en 1967 y la normalización de las cosas. Empezó esta jerga entonces un letargo del que aún no se ha despertado. Pero el que no se use no quiere decir que se tenga que olvidar. Gracias al trabajo de lingüistas como Baker y cineastas como Fairbairn y Eccleston esto está lejos de suceder. Por si las moscas dejamos para la posteridad este breve diccionario polari-español.

bevvy – bebida
bitch – marica mala
blow(job) – dar sexo oral
bona – bueno
camp – amanerado
cod – horrible
cottage – baños públicos donde se practica sexo ocasional
dish – ano/culo
dolly – bonito
drag – ropas estrafalarias
eek – cara
feely – joven
lally – pierna
lattie – casa
omi – hombre
omi-palone – hombre gay
palone – mujer
putting on- lubricar
riah – pelo
trade – hetero curioso
vada – mirar