Irlanda vota la legalización del matrimonio homosexual

De ser aprobado, sería el primer país del mundo en legalizar las uniones gays mediante un referéndum. Las encuestas otorgan una cómoda ventaja a la ratificación de la propuesta del Gobierno, pero el rechazo promovido por grupos antiabortistas y ultracatólicos ha ganado terreno en las últimas semanas

Angela McGlanaghey exhibe botones en apoyo a los matrimonios de parejas del mismo sexo

Angela McGlanaghey exhibe botones en apoyo a los matrimonios de parejas del mismo sexo./ EFE

DUBLÍN.- Poco más de tres millones de ciudadanos irlandeses con derecho a voto están llamados este viernes a las urnas para decidir si aceptan que un “matrimonio puede ser contraído de acuerdo con la ley por dos personas sin distinción de su sexo“.

De ser aprobado, esa frase sería añadida al artículo 41 de la Carta Magna e Irlanda se convertiría en el primer país del mundo en legalizar el matrimonio homosexual a través de una votación popular. La República de Irlanda ratificó en julio de 2010 la ley de Relaciones Civiles que concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo. Irlanda, aún mayoritariamente católica, despenalizó la homosexualidad hace 22 años. Los centros de votación abren sus puertas a las 06.00 GMT y cerrarán a las 21.00, si bien el recuento de las papeletas no comenzará hasta el sábado a las 08.00 y se prevé que el resultado final podría anunciarse entre las 15.00 y las 17.00 horas de ese día.

El primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, instó este jueves al electorado a “hacer historia” votando a favor del “matrimonio gay”. El jefe del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, reiteró que el voto positivo es “un sí a la inclusión, a los derechos, al amor y a la igualdad, en general, y, en particular, a la igualdad en el matrimonio”.

Las encuestas siguen otorgando una cómoda ventaja a la ratificación de la propuesta del Gobierno, si bien el rechazo ha ganado terreno en las últimas semanas y aún hay un significativo porcentaje de indecisos.

“El sí no sólo quedará escrito en la Constitución, sino también en las vidas de los gays, lesbianas o transexuales. El sí destruirá lasbarreras de los prejuicios y el miedo irracional del ellos contranosotros“, dijo hoy Kenny, católico practicante que ha reconocido que él mismo ha tenido que efectuar un viaje de descubrimiento personal para llegar a aceptar este asunto.

El Taoiseach (primer ministro) también insistió en que la reforma de la Constitución sólo afecta a la definición de matrimonioen cuanto a que especifica “quién puede casarse con quién” y que, en consecuencia, no altera la legalidad vigente sobre otras cuestiones, como la adopción o los derechos del menor.

Por no modificar no modifica ni siquiera algunas de las definiciones más obsoletas que aún se encuentran en artículos de una Constitución redactada en 1937, como la que establece que el lugar de una mujer es el hogar y que debe ser mantenida (por un esposo, se supone) para que pueda permanecer en casa.

Sea como fuere, los detractores de la propuesta del Gobierno, entre los que figuran grupos antiabortistas, ultraconservadores y la aún poderosa Iglesia Católica, sostienen que el matrimonio entre homosexuales atenta contra los valores de la familia tradicional y que modificará radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionará los derechos del menor.

En un último llamamiento al no, el arzobispo de Dublín,Diarmuid Martin, pidió al electorado que “evalúe las consecuencias” que traerá la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
“El matrimonio consiste en la unión de un hombre con una mujer, que se convierten en padre y madre, lo cual ya dice mucho. Si cambiamos eso mucha gente va sentirse insegura”, declaró el religioso a la cadena pública RTE.

El matrimonio gay, en Europa

En otros países europeos como Alemania, el pasado lunes, el Gobierno avanzó que pretende ampliar los derechos de las parejas homosexuales, aunque descartó la equiparación absoluta con las parejas heterosexuales, incluido el matrimonio.

La Iglesia protestante unida de Francia (EPUdF), que agrupa a luteranos y reformados, aprobó el pasado día 17 por mayoría absoluta la posibilidad de bendecir ese tipo de uniones y dejó en manos de sus cerca de 500 pastores la decisión final.

Eslovaquia celebró en febrero un referéndum en el que la baja participación, inferior al 22 %, invalidó la consulta sobre el matrimonio de homosexuales y la adopción por parte de parejas del mismo sexo.

En Croacia en un referéndum celebrado el 1 de diciembre de 2013 se cerró la puerta a estos matrimonios.

Hasta ahora 18 países han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo: Holanda, Bélgica, España, Canadá, Suráfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Islandia, Argentina, Dinamarca, Francia, Brasil, Uruguay, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Luxemburgo y Finlandia. A ellos se suman, Estados Unidos y México, donde estas uniones son posibles en algunas partes del territorio. En Estados Unidos 36 estados han aprobado los enlaces entre personas del mismo sexo y el último en hacerlo fue Florida en enero de este año.

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Irlanda vota si sale del armario

Un grafitero realizando una imagen de campaña a favor del 'sí' en el centro de Dublín. REUTERS

Un grafitero realizando una imagen de campaña a favor del ‘sí’ en el centro de Dublín. REUTERS

“Yo era una buena chica católica, creciendo en la Irlanda de los años setenta, donde la homosexualidad se veía como una malvada perversión…” Ursula Halligan es ahora la comentarista política más famosa de la televisión irlandesa y ha decidido salir del armario a los 54 años, a tiempo para el referéndum sobre los matrimonios gays.

“Crecí llena de miedos, me odiaba a mí misma, tuve muchas veces pensamientos suicidas. Aprendí a suprimir mis sentimientos, me convertí en una homófoba, resignada a irme a la tumba con mi vergonzoso secreto. Y posiblemente lo habría hecho si no se hubiera convocado el referéndum”.

La confesión de Ursula Halligan, en una extensa carta publicada por el ‘Irish Times’ -con fragmentos intercalados de su diario de adolescente- ha puesto la nota más emotiva e intensa ante la cita histórica. Irlanda se ha convertido estos días en algo así como un confesionario colectivo. El país más católico de Europa, donde la homosexualidad era delito hasta 1993, acude a la cita histórica a sabiendas de que lo que está en juego es mucho más que una decisión política.

El “no” a los matrimonios entre homosexuales se interpreta en el fondo un voto a favor de la represión del pasado. El “sí” tiene sin embargo una connotación liberadora: se afloja definitivamente el yugo de la Iglesia católica, que con la misma tenacidad se opuso en su día a la ley del divorcio.

Famosos a favor del ‘sí’

Ursula Halligan no es la única que ha decidido dar el paso al frente. El veterano presentador televisivo Gay Byrne, el ex capitán de la selección de rugby Brian ODriscoll o el cantante Daniel ODonell (todos ellos heterosexuales) se han sumado a la campaña del “sí”, que la semana pasada convocó a decenas de miles irlandeses en las calles de Dublín y a los gritos de “igualdad”.

El “sí” va por delante en las encuestas con una holgado 58%, frente al 25% del “no” y un 17% de indecisos que introduce a última hora un elemento de suspense. Con la experiencia aún reciente del fiasco de los sondeos en el Reino Unido, los irlandeses no se fían y han decidido poner las pintas de Guinness en remojo hasta que no se confirmen oficialmente los resultados.

Los murales del “sí” han tomado las paredes de Temple Bar, el barrio creativo y rebelde por excelencia, pero los sermones todavía influyentes cardenales OReilly, Doran, Dronnan y Fleming han marcado la recta final de la campaña, en la que ha entrado también en juego la Iglesia Evangélica norteamericana a través de la Organización Nacional para el Matrimonio (NOM).

“Si logramos la victoria en Irlanda, será un impulso para el matrimonio (convencional) en todo el mundo”, puede leerse en una carta dirigida por el NOM a todos sus afiliados, instando a sus seguidores a visitar el portal de www.keepmarriage.com y a dar el apoyo al “no” a las bodas gays por todos los medios posibles.

El escritor John Waters (nada que ver con el irreverente cineasta) se ha destapado como uno de los más notorios defensores del “matrimonio de toda la vida”, a través del grupo First Family Firsy. Aunque el rostro más visible del “no” es el de otra mujer, Kate Bopp, madre de cinco hijos, que ha puesto sobre la mesa el debate sobre la adopción, apoyándose en supuestos estudios científicos que demuestran que los niños son más violentos y las niñas son más “proclives a relaciones abusivas” en hogares sin un padre.

Otra cuestión: la adopción

El derecho a la adopción y el derecho a la herencia son las dos principales reivindicaciones de las parejas gays, que reivindican la misma “protección constitucional” que hasta ahora no garantizaban las uniones civiles. Irlanda, con una devoción por las consultas populares comparable a la de Suiza, es el primer país europeo que somete el matrimonio entre homosexuales a referéndum, a diferencia de las leyes parlamentarias que impulsaron la medida en España o más recientemente en el Reino Unido.

Lejos de mirar hacia atrás con resentimiento, o de buscar un enfrentamiento directo con la Iglesia removiendo el escándalo de la pederastia, la campaña del “sí” ha intentado mantener un tono positivo y hasta cierto punto comparable con el espíritu de “independencia” del referéndum escocés.

“Amor” ha sido la consigna. Y a ese sentimiento que nos une se remite Colm Tóibín, autor de ‘La historia de la noche’, novela emblemática de la “liberación homosexual” en Irlanda en los años noventa, en otra carta a sus compatriotas ante la cita del 22-M… “Este referéndum ha servido para conocernos más a nosotros mismos y hacer ver lo “normales” que son nuestros deseos y nuestras aspiraciones. Lo único que pedimos es que nuestro amor sea igual al amor de nuestros amigos y ciudadanos que son heterosexuales”.

@cfresneda1

Ministros gays con permiso de la Iglesia

La Iglesia de Escocia mantiene la “visión tradicional” del matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer, aunque a partir de ahora permitirá a sus congregaciones que ordenen a ministros y diáconos que formen parte de una “unión civil” o que estén incluso casados “con personas del mismo sexo”. La Iglesia de Escocia se ha adelantado a otras iglesias protestantes (incluida la Iglesia de Inglaterra) con la histórica doble votación. En el margen de una semana, y cuatro años después de que admitiera la presencia de gays y lesbianas en el clero, la Iglesia de Escocia ha dado mayoritariamente su apoyo a esta medida que, según sus defensores, refleja “la diversidad y la tolerancia” de Escocia. Hace tan sólo seis años, la curia escocesa cerró filas ante el nombramiento del reverendo Scott Rennie -que reconoció en público su homosexualidad- como párroco de la Iglesia de Queens Cross en Aberdeen. Aquel episodio dio pie a un intenso debate que culminó en el 2011 con la “aceptación” de los ministros “gays” ordenados antes del 2009 y que decidieran revelar su orientación sexual. “Ha llegado el momento de dejar de ponernos etiquetas”, ha declaró el moderador de la Asamblea de la Iglesia de Escocia, reverendo John Chalmers, en el momento de ceder el testigo a su sucesor, reverendo Angus Morriso. “Tenemos que dejar de definirnos por nuestras diferencias y buscar el terreno común, nuestro bautismo en Cristo, nuestra dependencia de Dios y nuestra voluntad de servir a los pobres”.

Partidarios y detractores del matrimonio gay en Irlanda apuran la campaña antes del referéndum

También votarán si se rebaja desde los 35 hasta los 21 años la edad mínima para poder ser presidente

Imagen de archivo de una pareja del mismo sexo besándose tras haber contraído matrimonio

Imagen de archivo de una pareja del mismo sexo besándose tras haber contraído matrimonio

Los partidarios del “sí” y del “no” a la legalización del matrimonio homosexual en Irlanda apuran hoy la campaña del referéndum de este viernes, en el que poco más de tres millones de votantes están llamados a las urnas.

DUBLÍN. Las encuestas siguen otorgando una cómoda ventaja a la ratificación de la propuesta del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, si bien el rechazo ha avanzado terreno en las últimas semanas y aún hay un significativo porcentaje de indecisos.

El electorado irlandés deberá decidir en este plebiscito si acepta o rechaza que un “matrimonio puede ser contraído de acuerdo con la ley por dos personas sin distinción de su sexo”.

Esa es la frase que el Ejecutivo, que cuenta con el apoyo de todas las fuerzas políticas nacionales, ha propuesto añadir al artículo 41 de la Carta Magna para proteger constitucionalmente los derechos de la parejas del mismo sexo y equipararlos a los de los matrimonios convencionales.

En caso de que prospere la iniciativa, Irlanda se convertiría en el primer país del mundo que legaliza esas uniones a través de una votación popular.

Entre sus detractores figuran, entre otros, grupos antiabortistas, ultraconservadores y la Iglesia católica, que advierten de que el matrimonio entre homosexuales atenta contra los valores de la familia tradicional y modificará radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionará los derechos del menor.

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar a esas uniones de “matrimonio” y carecía de protección constitucional.

En otro referéndum que también se celebra el viernes, el electorado irlandés deberá decidir si se rebaja desde los 35 hasta los 21 años la edad mínima para ser presidente de la República, un cargo principalmente representativo.

Los centros de votación abrirán mañana sus puertas a las 06.00 horas GMT y cerrarán a las 21.00, si bien el recuento de las papeletas no comenzará hasta el sábado a las 08.00 y se prevé que el resultado final podría anunciarse entre las 15.00 y las 17.00 horas de ese día.

Irlanda desafía su pasado ante el referéndum sobre el matrimonio gay

El país católico, donde la homosexualidad fue ilegal hasta 1993, puede convertirse mañana en el primer Estado en aprobar en las urnas las bodas entre personas del mismo sexo

Jóvenes activistas por el sí en la calle Grafton, en el centro de Dublín

Jóvenes activistas por el sí en la calle Grafton, en el centro de Dublín. / LIONEL DERIMAIS

La clave del apasionante momento histórico que está viviendo Irlanda, según Tiernan Brady, está en su tamaño. En este país de cuatro millones y medio de habitantes, explica, los seis grados de separación que supuestamente existen entre cualesquiera personas del mundo se reducen a solo dos grados. “Todo el mundo conoce a alguien que conoce a alguien”, explica este exalcalde de Bundoran, un pueblo del noroeste rural, convertido hace unos meses en director político de la campaña por el sí en el referéndum sobre la legalización del matrimonio gay que se celebra este viernes en Irlanda.

“En comunidades pequeñas la humanidad de una persona se abre paso rápidamente”, prosigue. “Las personas gais y lesbianas no viven en una roca fuera de Irlanda esperando a entrar. Viven en cada rincón del país. Lo más importante es recordar a la gente que esto va de personas. Va de gente a la que conocen. Alguien en su familia, en su calle, en su comunidad. Esa es una de las razones por las que todo aquí se ha movido tan rápidamente”.

Un cartel por el no-Dos hombres no pueden remplazar el amor de una madre

Un cartel por el no: “Dos hombres no pueden remplazar el amor de una madre”. / L.D.

Hasta 1993, en Irlanda, ser homosexual se pagaba con la cárcel.Y este viernes, si las encuestas no se equivocan, este se convertirá en el primer país del mundo que aprueba por referéndum el matrimonio entre personas del mismo sexo. “Yo era un delincuente en la universidad, y ahora estoy a punto de convertirme en un ciudadano de pleno derecho”, explica Brady. “Creo que este mensaje es poderoso para la gente que vive en países donde parece no haber esperanza. Es la demostración de que el mundo puede cambiarse en una generación. Y sin pelearse, solo hablando a la gente”.

El referéndum se convocó porque la ley lo exige para cualquier modificación en la constitución. Pero el hecho de que la decisión se haya dejado a en las manos de todos los ciudadanos, y no de un grupo de políticos o jueces, ha convertido las calles de Dublín en el escenario de un acalorado debate sobre un tema que hasta hace muy poco era tabú. Ha llenado de energía política una sociedad que, sobre todo en su capa más joven, había perdido la fe en la política después del humillante rescate económico al que hubo de someterse el país en 2010, seguido de años de dolorosa austeridad. “Si gana el sí habrá toda una generación de gente que descubra que la política puede funcionar, que puede cambiar las cosas”, resume Brady. “Eso tendrá un efecto profundo mucho más allá de esta campaña”.

La Iglesia Católica sigue teniendo un enorme peso en un país donde el aborto es ilegal, incluso en el caso de violación, y donde el divorcio se legalizó en 1995 y los anticonceptivos solo 10 años antes. Si la homosexualidad se despenalizó hace 21 años, no fue no por un clamor popular, sino porque así lo exigió el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

El 85% de la sociedad irlandesa sigue siendo católica. Pero ya no escuchan tanto los dictados de conducta de una Iglesia duramente golpeada por una sucesión de gravísimos escándalos de abusos sexuales a menores encubiertos por las jerarquías.

La Iglesia, en general, se ha opuesto a la equiparación del matrimonio para personas del mismo sexo. Pero también muchos sacerdotes han pedido el voto por el sí. Contactado por EL PAÍS, un portavoz declina ofrecer una postura oficial alegando que la Iglesia no hace campaña en este referéndum y que se limita a atender las consultas de sus feligreses.

Activistas por el sí en el centro de Dublín-Combate la desigualdad. Empieza por votar sí

Activistas por el sí en el centro de Dublín: “Combate la desigualdad. Empieza por votar sí”. / L.D.

Todos los partidos políticos y todos los grandes periódicos han pedido el voto por el sí. El propio primer ministro, el democristiano Enda Kenny, volvió a pedirlo el miércoles, en la víspera de la jornada de reflexión.

Al Goliat de la campaña del no se enfrentan pequeños davides como Fernando Rodríguez, que exhibe en una acera, acompañado de una amiga, carteles en defensa de la familia tradicional. “Dos hombres no pueden sustituir el amor de una madre”, se lee en uno de ellos. Un hombre se detiene y les mira con cara de desprecio. “Esto es lo más insultante que he oído: yo soy padre soltero”, explica.

Rodríguez, de 27 años, mexicano de padres asturianos, residente en Dublín desde hace nueve años, viene a repartir panfletos cada tarde, cuando sale de su trabajo de becario de marketing. “Toda la información está en el lado del sí”, protesta. “Pero si vivimos en una democracia, debemos informar de las dos opciones”.

El mismo desequilibrio de fuerzas denuncia Evana Boyle, abogada, madre de cuatro hijos, portavoz del recientemente creado colectivoLas Madres y los Padres Importan. “El debate se ha silenciado”, asegura. “Los medios no nos dejan hablar. Ha faltado debate legal y la gente está confundida. Creo que ganará el sí porque la gente ha sido engañada. Creen que votan por lo que sienten hacia los gais, por motivos emocionales, pero es mucho más. Los hombres y las mujeres son diferentes. Traen cosas distintas y los niños tienen derecho a esas dos influencias en su crianza. Es sobre los derechos de los niños. En la constitución, el matrimonio está conectado con la familia, porque con el derecho a casarse está el derecho a tener hijos. El Gobierno dice que se trata de la igualdad de las personas gais, pero no es eso. Creemos que se puede ser igual sin cambiar el matrimonio. Tenemos una de las leyes de parejas de hecho más robustas del mundo”.

El centro de Dublín es un clamor por el sí. Grupos antiausteridad han cambiado su mensaje anticapitalista por uno de igualdad de derechos que gritan por los megáfonos. Un camión de Ben & Jerry’s reparte helados gratis por el sí. Colectivos de artistas jóvenes realizan voluntariosas acciones por las calles comerciales llenas de turistas. El clamor callejero por el sí recuerda al de los días previos al referéndum de independencia de Escocia el año pasado.

En aquella ocasión ganó el no. Aquí las encuestas dan al sí un margen tan amplio que pocos creen que pueda revertirse. Pero en estas islas las encuestas dejaron de creerse el pasado 7 de mayo. Y todo el mundo cuenta con una disminución del margen por el afloramiento del voto del llamado no tímido.

El sí, en cambio, es todo menos tímido. No está permitido el voto por correo, así que jóvenes irlandeses de todo el mundo han viajado estos días a su país para votar. Se han organizado viajes colectivos desde Londres y la demanda ha disparado el precio de los vuelos desde Nueva York o Boston. “Si gana el sí, el mensaje será muy fortalecedor para todos los irlandeses”, opina Brady. “Cada persona gay y lesbiana que ama a su país se podrá levantar a la mañana siguiente y saber que su país les ama también. Es algo muy importante para la gente que ha crecido sin sentir eso. Diremos al mundo que somos tan amigables como la gente cree que somos. Tenemos fama de eso. Sería un fenomenal mensaje de compasión, de humanidad y de esperanza más allá de Irlanda. El cambio puede suceder. No importa lo imposible que parezca. Puedes mover montañas y lo puedes hacer en solo una generación”.

Piden leyes antidiscriminación en la jornada contra la homofobia

Varias ciudades, incluidas las capitales vascas, acogen actos reivindicativos para que se fomente la igualdad real

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Un participante en una protesta.

MADRID – La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (Felgtb) celebró ayer el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia con actos y concentraciones en los que se pidieron leyes que acaben con la discriminación de estos colectivos y se fomente la igualdad real. En las tres capitales vascas se celebraron actos reivindicativos en conmemoración de la jornada, reclamando leyes antidiscriminación.

En Madrid tuvo lugar una concentración bajo el lema 25 años de la despatologización de la homosexualidad. Un arcoíris de globos y una batukada pusieron color al acto reivindicativo en Madrid, en el que también se expusieron algunos casos de agresiones sufridas. Precisamente el presidente de la Felgtb, Jesús Generelo, denunció la persecución que siguen sufriendo todavía estas personas en muchos países, llegando incluso a la cárcel o a la muerte. En España, según Generelo, las agresiones “desgraciadamente están a la orden del día”. “Veinticinco años después de la despatologización de la homosexualidad seguimos trabajando por la erradicación de la discriminación hacia lesbianas, gais, transexuales y bisexuales”, citó.

A una semana de las elecciones, el presidente de la Felgtb pidió un voto responsable “a favor de las fuerzas políticas que apuestan sin ambigüedades” por los derechos de estos colectivos. También se celebró una concentración en Barcelona bajo el lema No queremos papel mojado: aplicación ley contra la LGTBfobia ya y una caravana arcoíris en Las Palmas de Gran Canaria. – E. P.

François Ozon: “La crisis agudiza el odio por lo diferente, inmigrantes o gays”

El realizador francés juega con la transexualidad, el amor después de la muerte y el poder de la amistad en su nueva película, ‘Una nueva amiga

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El director François Ozon en una imagen de archivo GYI

Madrid (EFE/Alicia G.Arribas).- El realizador francés François Ozon juega con la transexualidad, el amor después de la muerte y el poder de la amistad en su nueva película, Una nueva amiga, que habla sobre todo de libertad, explica en una entrevista con Efe, y que trata de normalizar al “diferente”.

“Estoy convencido de que la crisis económica y social crea mucha tensión; en ese contexto se tiene tendencia a buscar chivos expiatorios, ya sean inmigrantes o gays, en definitiva, la caza al diferente”, señala el director de “8 mujeres” (2002), ganadora del Oso de Berlín, convencido de que lo que es un buen argumento para el cine puede ser terrible cuando salta la homofobia.

“A mí siempre me han interesado personajes que no vayan rectos, sino los que se desvían para coger caminos que les ayuden a encontrarse a sí mismos porque, realmente, si lo piensas, no hay una identidad general, nadie es igual que el otro. Desde luego, no me interesa hacer cine sobre un señor cualquiera, para nada”, aclara.

Ozon se puso a trabajar en el guion de “Una nueva amiga”, que se estrena mañana en España, tras estrenar “Joven y bonita” (2013) y apoyándose en el recuerdo de un pequeño cuento de Ruth Rendell que leyó veinte años atrás; esta narración se le vino a la cabeza cuando una amiga le contó una historia real sobre un hombre que se disfrazaba de su mujer fallecida para devolverla a la vida.

A sabiendas de que aquello podía resultar “un poco tenebroso”, explica, decidió convertirlo en “un cuento de hadas, una película tipo Hollywood, con final feliz”.

“Es verdad que la película no es muy realista, los personajes están muy idealizados; si hubiéramos querido dar ese sesgo habría tenido que ser mucho más dramática, pero no”, apunta y agrega: “Quería hacer una película un poco política y el humor, justamente, era la forma de llegar a más gente, y darle ese final hollywoodiano, también”.

Pero puntualiza que también quería “hacer una película para la gente a la que le gusta disfrutar con el cine, que lo pasa bien viendo buen cine”.

Preocupado por su aspecto, el director francés (París, 1967) nominado para el BAFTA por “Potiche, mujeres al poder” (2010) y ganador de la Concha de Oro de San Sebastián por “En la casa” (2012), pide al cámara que suba un poco el plano para esconder “los efectos de las tapitas” que se cenó anoche, aunque lo hace entre risas.

Con un ojo en “Tootsie” y otro en la señora Doubtfire, David/Virginia nace con vocación de ser un referente de libertad, insiste Ozon.

“Mi película trata sobre todo de que cada uno pueda encontrar su propia identidad; hay que pensar que empieza con una muerte que destroza a dos personas y que ellos consiguen superar ese duelo a través de una tercera persona que crean entre los dos, que es Virginia”, agrega.

En “Una nueva amiga”, la muerte de Laura, una mujer que deja atrás un bebé provoca una extraña reacción en David, su enamorado marido (Romain Duris), que parece capaz de cualquier cosa para no perderla del todo.

Cuando aparece en escena la mejor amiga de Laura, Claire (Anaïs Demoustier), David cree ver en ella a la única persona capaz de entender por qué se perfuma, se pinta y se viste con la ropa de la fallecida.

Ozon bromea cuando se le recuerda su apodo de “El pervertido” con que le ha bautizado el cine francés, y explica que “quizá no sea el concepto en francés tan radical como en español”, aunque enseguida reconoce que sí, que es porque es poco convencional, “rarito”.

“Cada realizador tiene ganas de hacer escenas catárticas, filmar una escena sexual, un asesinato, cosas que no haces en la vida y lo haces en el cine, quizá sea por eso”, acepta, complacido al comentar el paralelismo evidente de las temáticas de sus cintas y su atrevimiento con algunos asuntos, con Pedro Almodóvar.

Ya está terminando de escribir el guion de una película que “será -cómo no- una historia de amor retorcida”, en este caso, entre un francés y una alemana, “muy, muy retorcida”, se ríe.

HOMOFOBIAK HILTZEN JARRAITZEN DU!!! EHGAMek elkarretaratzera deitzen du, maiatzaren 17an, Bilbon eta Donostian, arratsaldeko 13:00an

Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia

POR JOSÉ LUIS MADRAZO

EL 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) retiró la homosexualidad de su listado de enfermedades mentales. Este hecho histórico supuso un hito fundamental en la lucha del colectivo de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (LGBT) que, desde hace diez años, conmemora cada 17 de mayo el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia.

En los últimos años se han dado importantes avances legales en la equiparación de derechos, lo que ha llevado a muchas personas a creer que ya no se producen casos de discriminación. Sin embargo, la igualdad legal es tan solo el punto de partida hacia la igualdad social; la llamada LGBTfobia, los prejuicios, las falsas creencias, los estereotipos, el rechazo y el odio, todavía persisten en un sector de la sociedad vasca.

Las personas, las parejas y las familias LGBT se ven frecuentemente forzadas a refugiarse en la invisibilidad y la ocultación como forma de protección ante ese tipo de fobias. Esto pone de manifiesto una falta de libertad real para vivir y expresar la sexualidad en condiciones de igualdad y no discriminación. Por lo tanto, no debemos caer en el espejismo de una supuesta igualdad social, ya que todavía queda mucho camino por recorrer.

Cada vez en más países e instituciones, la fecha de hoy resulta clave para reafirmar el compromiso contra la discriminación por razón de orientación sexual e identidad de género. El Gobierno vasco también quiere sumarse, en este día, al compromiso por la defensa de los derechos de todas las personas y al fomento de las medidas de protección y antidiscriminación en las políticas públicas.

Estoy convencido que la diversidad de nuestra sociedad es un valor que hay que seguir cultivando para garantizar que todas las personas tengamos y podamos ejercer todos nuestros derechos en completa igualdad.

La lucha contra la homofobia, lesbofobia y transfobia es, en definitiva, una defensa por la igualdad, por la dignidad y por los derechos de todas las personas. Todo esfuerzo contra cualquier tipo de discriminación será un progreso colectivo hacia una sociedad más justa y respetuosa con la diversidad.

Amor homosexual

REFLEXIONES POR JOXE ARREGI

SOY homosexual y me siento hijo amado de Dios por lo que soy. Vivo con alegría y en fidelidad a mi compañero. Estos años de convivencia han sido de mucha gracia y bendición para los dos. Sentimos que hemos crecido en conciencia y en espíritu como pareja y como personas. Amamos a Jesús, porque da sentido a nuestra vida de pareja.

La historia personal de cada uno lleva la huella indeleble de la tradición católica. Ambos aprendimos en la Iglesia a amar a Dios, aprendimos a leer el evangelio, aprendimos a amarnos. Esto no se puede negar. Pero no ha sido fácil construirnos como personas en el contexto de una Iglesia y de una sociedad católico-romana homofóbica, excluyente y en muchos casos homicida. La institución católico-romana maltrata sobremanera a las personas que somos diferentes, como es el caso de la población diversa en su género y en su sexualidad.

A estas alturas de nuestra vida, después de 16 años juntos, sentimos que la Iglesia va quedando atrás en nuestro caminar espiritual y de pareja. Un sano y liberador ejercicio de la fe nos exige una posición clara y radical frente a una estructura jerárquica que vive de la doble moral, que nos condena y nos excluye.

Amiga, amigo lector: los párrafos que preceden son transcripción literal de un correo electrónico que recibí hace unos días de una bella ciudad colombiana donde siempre es primavera. No conozco personalmente a la pareja, pero desde Arroa Behea, en esta mañana lluviosa y verde, primaveral, los bendigo con toda mi alma.

¡Gracias por ser lo que sois y por vivir vuestro amor de acuerdo a lo que sois! Sois bendición para la humanidad y para toda la tierra, como esta lluvia mansa. Perdón, amigos, por todas las culturas, ciencias y regímenes, religiosos o no, que os han humillado, encarcelado y hasta abrasado en la hoguera. Perdón en especial por las religiones que os han deshonrado, ofendido y castigado, siempre en nombre de la verdad revelada, conocida y controlada en exclusiva, eso sí, por su casta dirigente. Empuñan la verdad como un arma, un pretexto, un instrumento de dominio. Es una trágica negación de la verdad de la vida que empapa y ensancha como la lluvia, que fecunda y reinventa la vida como la primavera.

Perdón sobre todo por la Iglesia de Jesús que os ha condenado y aún os condena, a veces con aparente piedad, falsa piedad. Perdón por algún cardenal de este país que, en contra de la Organización Mundial de la Salud, sigue afirmando que la homosexualidad es una enfermedad como su hipertensión o la diabetes; y por algún obispo que se jacta de saber cómo “trataros” e incluso de haberos curado en algún caso. ¡Increíble! Perdón por el Catecismo de la Iglesia Católica que afirma que el amor homosexual es intrínsecamente antinatural y desordenado, que ser homosexual en sí no es pecado pero sí lo es vivir como tal. Ofende a la naturaleza, a la Creación, a la creatividad sagrada que llamamos Dios. Y lo hace en nombre de la Biblia. Pero apenas se cuentan en toda la Biblia dos textos que condenan la práctica homosexual, y son de muy dudosa interpretación: Levítico 18,22 y Romanos 1,26-27. Aunque fueran dos mil. ¿Acaso el mismo libro del Levítico no prohibe comer cerdo y mariscos, y ordena cosas más absurdas aún? ¿Acaso no enseña Pablo en la misma carta a los Romanos que siempre debemos someternos y obedecer a las autoridades, aunque sean dictadores?

Comprendo muy bien que uno de vosotros apostatara de la Iglesia Católico-Romana hace 10 años, y que el otro lo haya hecho recientemente, después de haber “reflexionado con madurez e independencia” y haciendo constar expresamente: “no renuncio a la fe cristiana sino a una institución eclesiástica”. Por dignidad, por amor a la Iglesia, por seguir a Jesús. No solo os comprendo, sino que os felicito. Creo que Jesús haría hoy lo mismo.

En cualquier caso, Jesús estaría con vosotros. Está con vosotros. Vuestro amor es sacramento del Amor. Jesús os bendice. La Primavera os bendice.

“El 80% de los travestidos son heterosexuales”

ENTREVISTA | FRANÇOIS OZON

El cineasta francés juega con la identidad sexual en ‘Una nueva amiga’, una “película transgénero”, cuento de hadas con final feliz, inspirada en un relato de Ruth Rendell y en la realidad de un tipo que se vestía con la ropa de su mujer muerta.

El director de cine francés François Ozon

El director de cine francés François Ozon.- EFE

MADRID.- Las manifestaciones en Francia, en la primavera de 2013, contra los matrimonios homosexuales fueron acciones violentas muy agresivas, reuniones masivas de opositores radicales que mostraron la cara menos conocida de nuestros vecinos. Un país que presumía de moderno se mostraba carca y rancio. El cineasta François Ozon estaba entonces escribiendo el guion de Una nueva amiga, “una película transgénero”, que cambió sustancialmente ante la visión de esa realidad reaccionaria y ultra. “Me molestó toda esa violencia que veía en las calles y entonces intenté hacer algo pedagógico, dirigido a esas personas”.

Romain Duris y Anaïs Demoustier protagonizan este melodrama con final feliz, en el que el cineasta juega con la identidad sexual de uno de los personajes en su búsqueda de la felicidad. Una nueva amiga es la historia de un hombre que, al quedarse viudo, comienza a revelar dudas sobre su sexualidad. Al mismo tiempo, inicia una relación –amigo y amante- de la mejor amiga de su esposa muerta. Inspirada en un relato de la recientemente desaparecida Ruth Rendell, la película —que compitió en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián— también está construida sobre la realidad de un tipo que se disfrazaba con la ropa de su mujer para intentar así devolverla a la vida.
¿Cómo afectaron a la película las manifestaciones de mayo de 2013?
Escribí el guion justo cuando se estaban produciendo todas esas manifestaciones en contra del matrimonio gay en mi país. Me sorprendió muchísimo la violencia de toda esa gente que salía a la calle, ese querer imponer su voluntad, esos gritos en contra de los derechos de las personas… Me molestó toda esa violencia que veía y entonces intenté hacer algo pedagógico, dirigido a esas personas. Quería explicarles que la identidad es un camino muy complejo y que cada uno tiene que buscar la suya. La película me ha salido política, muy a mi pesar.

Sin embargo, es un título de su cine más luminoso, no del oscuro…
Sí, pertenece a ese cine luminoso, pero es algo que depende siempre de la historia. Para cada película hay métodos que parecen estar más cerca de las historias. Esta historia era, de alguna manera, como un cuento de hadas con un plano final que es directamente hollywoodiano. Por supuesto, hubiera podido hacer una película centrada en el mundo gay, pero no quise, porque quería hacer una película popular, que llegara a cuanta más gente, mejor.

En la intención pedagógica que menciona, ¿qué más le gustaría enseñar?
Muchas cosas, porque hay muchas cosas desconocidas sobre el travestismo. Algunas yo las aprendí investigando para la película. Existe el cliché de que todos los travestidos son homosexuales, pero no es verdad, hay muchos heterosexuales. Haciendo la película he conocido a muchos de ellos. De hecho, el 80 % son heterosexuales. Tenemos la idea al revés y eso complica las cosas. He conocido hombres casados, con hijos, y mujeres que saben que sus maridos son travestidos y lo aceptan. Aunque, la verdad, la mayoría decide divorciarse y los hijos les rechazan.

Usted huye justamente de esa realidad, evita las aristas del problema, ¿por qué?
Es verdad. Si la película fuera realista, sería mucho más triste, sería una historia oscura y sombría. Pero yo lo que quería era mostrar la alegría de esa persona. Y funciona, porque hay gente que justo después de ver la película ha decidido contar a su familia su secreto. Una vez vino un hombre y me dijo: “Ahora, sí, por fin voy a contárselo a mis padres”. ¡Tenía ya más de cuarenta años! Me alegro mucho de que la película sirva para eso.

¿Es lo que intenta transmitir con ese happy end?
Absolutamente, porque, de verdad, todas las familias, todos los tipos de familia, pueden existir. En la película Claire (personaje que interpreta Anaïs Demoustier) está embarazada, pero no se especifica de quién, y hay diferentes interpretaciones. Y es muy divertido ver cómo cada persona interpreta una cosa distinta, dependiendo de su forma de pensar.

El relato de Ruth Rendell es un cuento ‘criminal’ ¿qué le interesó de él?
Lo que me interesaba más del relato de Ruth Rendell era el thriller y la relación del marido-mujer-amante, que estaba invertida. Su mejor amiga era un hombre, ese pequeño detalle me encantaba. Pero es cierto que hay importantes cambios respectos del relato. Ruth Rendell terminaba la historia con un asesinato y yo, no, porque yo quería contar una historia de amor…