Hillary Clinton da ánimos a niño homosexual en Facebook

EEUU  Tras la publicación de una fotografía acompañada de una conmovedora leyenda

  • ‘Tengo miedo de cómo será mi futuro y de no gustar a la gente’, decía el mensaje en la red

  • La candidata demócrata respondió con un mensaje pronosticándole un ‘futuro fantástico’

Hillary Clinton, ex secretaria de Estado norteamericana y aspirante a convertirse en la candidata demócrata a la presidencia estadounidense en las elecciones de 2016 dio ánimos por Facebook a un joven homosexual.

La página de Facebook “Humans of New York” (personas de Nueva York) mostraba la foto del que era apenas un niño, con la mirada abatida y aspecto infeliz, bajo el que se leía: “Soy homosexual y tengo miedo de cómo será mi futuro y de no gustar a la gente”.

hillary clinton a niño gay-1

Dos horas después, la política de 67 años respondió con un mensaje “de un adulto” pronosticándole un “futuro fantástico”.

“Te sorprenderás a ti mismo con tus capacidades y cosas increíbles que harás. Encuentra a gente que te quiera y crea en ti: habrá muchos”. La foto y el comentario de la ex secretaria de Estado se convirtieron en un éxito.

hillary clinton a niño gay-2

El texto está firmado con “H”, una indicación de que lo escribió la propia Clinton y no uno de sus colaboradores, apunta el diario “New York Times”. Clinton hizo de su apoyo a los homosexuales uno de los aspectos centrales de su campaña electoral.

La manifestación del Orgullo pide en Madrid “leyes por la igualdad real”

Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Alberto Garzón coinciden en la  cabecera de la marcha al inicio de la manifestación 

tres participantes del tradicional desfile del Orgullo Gay en las calles de Madrid

Tres participantes del tradicional desfile del Orgullo Gay en las calles de Madrid (EFE)

MADRID. La marcha del Orgullo ha recorrido esta tarde las calles de Madrid  bajo el lema “leyes por la igualdad real, ya!”, para reivindicar la  aplicación de medidas legislativas concretas que superen “las  barreras de discriminación que aún existen en España”.

La manifestación ha recorrido el Paseo del Prado y el Paseo de  Recoletos hasta llegar a la Plaza de Colón, donde se encontraba la  alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y se ha leído un manifiesto. En  la cabecera han coincidido en su inicio el secretario general del  PSOE, Pedro Sánchez, el secretario general de Podemos, Pablo  Iglesias, y el candidato de IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto  Garzón.

Junto a ellos también se encontraban Angel Gabilondo (PSOE), Carla  Antonelli (PSOE), Beatriz Gimeno (Podemos), Ignacio Aguado  (Ciudadanos), Antonio Miguel Carmona (PSOE), Begoña Villacís  (Ciudadanos) o Jorge García Castaño (Ahora Madrid).

También encabezaban la marcha el secretario general CC.OO.,  Ignacio Fernández Toxo, el secretario general de UGT, Cándido Méndez,  y los presidentes de COGAM (Colectivo de Lesbianas, Gays,  Transexuales y Bisexuales de Madrid) y FELGTB (Federación Estatal de  Lesbianas, Gays,  Transexuales y Bisexuales), Jesús Grande y Jesús  Generelo, respectivamente.

La manifestación ha sido convocada por COGAM y FELGTB, para  demandar que se redacte una Ley Integral de Transexualidad y una Ley  “antiLGTBfobia” tanto de ámbito estatal como autonómico.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha señalado este  sábado como “un día de orgullo” para millones de españoles y  españolas que comparten la misma causa que el colectivo LGTB.  Asimismo, ha querido dar las gracias a este colectivo porque “hoy  España es un país mejor gracias a la lucha de los gais lesbianas,  transexuales y bisexuales, por hacer de él un país mucho más libre y  mucho más justo”.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha declarado que el 4 de  julio “es un día maravilloso” del que hay que estar “orgullosos”, ya  que “es un día para que continúen las reivindicaciones”.

A pesar de ello, ha señalado que “todavía queda mucho trabajo por  hacer”, ya que falta un ley integral de transexualidad y para ello  “tienen que trabajar todas las fuerzas políticas unidas”, con el fin  de “poder seguir presumiendo de tener un país que es un referente en  la igualdad de derecho a nivel mundial”.

Por su parte, el candidato de IU a la presidencia del Gobierno,  Alberto Garzón, ha señalado que además de ser un día de celebración  para divertirse, sobre todo es para “reclamar que no hay democracia,  si no hay democracia e igualdad para todas las personas con  independencia de su orientación sexual”.

Durante la manifestación se han podido ver pancartas con los  colores azul y blanco de la bandera de Grecia y mensajes de apoyo al  pueblo heleno que mañana está convocado a un referéndum.

El Orgullo Gay salió a la calle en Madrid

El Orgullo Gay salió a la calle en Madrid.

El Orgullo Gay salió a la calle en Madrid.

‘SELFIS’ Y REIVINDICACIÓN. Los turistas y visitantes que ayer recorrían el centro de Madrid asistieron a la Marcha del Orgullo Gay como si se tratara de un espectáculo y se hicieron numerosas fotos con los participantes. La manifestación, que este año se convocó bajo el lema Leyes por la igualdad real ya, repitió el recorrido de la última edición, saliendo de Atocha para llegar a Colón, porque se trata del único recorrido “seguro, inclusivo y sostenible” en este momento, en palabras del presidente de COGAM, Jesús Grande. Foto: Efe

La próxima guerra cultural

Niños del Coro Archidiocesano de Boston en Cambridge, Massachusetts, el 28 de febrero de 2013

Niños del Coro Archidiocesano de Boston en Cambridge, Massachusetts, el 28 de febrero de 2013. / JESSICA RINALDI (REUTERS)

El cristianismo está en declive en Estados Unidos: el número de estadounidenses que se declaran cristianos y van a la iglesia está cayendo y los votantes evangélicos constituyen una cuota cada vez más pequeña del electorado. Los miembros de la generación del milenio se alejan de las instituciones religiosas en tropel.

Los reveses más graves que se ha llevado el cristianismo se encuentran en el reino de los valores: la cultura estadounidense se está separando de las posturas cristianas ortodoxas en materia de homosexualidad, sexo antes del matrimonio, métodos anticonceptivos, hijos nacidos fuera del matrimonio y divorcio, entre toda una gama de cuestiones sociales. Cada vez más cristianos se sienten ajenos a la cultura mayoritaria, y temen que pronto empezarán a ser tratados como parias sociales, el equivalente moral de los segregacionistas, por su fidelidad a las enseñanzas bíblicas sobre el matrimonio homosexual. Temen que sus universidades pierdan credibilidad, que sus instituciones religiosas pierdan sus exenciones fiscales, que su libertad religiosa sufra un acoso aún mayor.

La decisión del Tribunal Supremo sobre el matrimonio homosexualse ha sentido como una especie de puñetazo culminante en medio de este clima de asedio. Rod Dreher, autor del excepcional libro How Dante Can Save Your Life [Cómo Dante puede salvarte la vida],escribió un ensayo en Time en el que afirmaba que para los cristianos era hora de retirarse estratégicamente a sus comunidades, donde “la llama de la fe seguiría brillando merced a la oscuridad cultural en derredor”.

Y seguía: “Tenemos que aceptar que vivimos en un país culturalmente poscristiano. Las reglas fundamentales de las que han dependido los cristianos durante mucho tiempo ya no existen”.

La mayoría de los analistas cristianos han optado por otra estrategia: seguir luchando. La semana pasada, varios colaboradores de la revista First Things, en un especial sobre la decisión del tribunal en elcaso Obergefell, aseguraban que la resolución era como el caso Roe contra Wade —que abordó el tema del aborto— del matrimonio: hay que oponerse a ella una y otra vez. Robert P. George, probablemente el teórico social conservador más brillante del país, aseguraba que de la misma manera que Lincoln rechazó constantemente la decisión delcaso Dred Scott —sobre la esclavitud—, “nosotros tenemos que rechazar y resistirnos a un acto atroz de usurpación judicial”.

Estos conservadores están enfrascados en una guerra cultural que lleva décadas librándose sobre los temas surgidos de la revolución sexual, y la mayoría de los analistas conservadores que he leído en los últimos días están decididos a seguir librando esa guerra.

Yo me sitúo a la izquierda de la gente que he descrito en casi todas estas cuestiones sociales. Sin embargo, confío en que me vean como un amigo y admirador. Y desde esa posición privilegiada, yo me limitaría a pedirles que se planteasen un cambio de rumbo.

Que se planteasen dejar de lado, en el clima actual, la guerra cultural que orbita alrededor de la revolución sexual. Dejar de lado una guerra cultural que ha propiciado que buena parte de tres generaciones no sienta ningún tipo de apego por la religión o las creencias. Dejar de lado un esfuerzo que ha supuesto un desastre en lo que concierne a la comunicación, y ha reducido una fe rica, compleja y hermosa a una obsesión pública por el sexo. Dejar de lado una guerra cultural que, al menos a corto plazo, están destinados a perder.

Que se planteasen una guerra cultural diferente, una igual de importante para su fe y con un ejemplo persuasivo mucho más poderoso.

Vivimos en una sociedad asediada por un cambio informe y radical, donde los vínculos, las estructuras sociales y los compromisos se tensan y se rompen. Millones de niños viven en unas condiciones inestables y abrumadoras. Muchas comunidades han sufrido una pérdida de capital social. Muchos jóvenes crecen en un contexto sexual y social que se ha vuelto bárbaro porque no hay normas comunes. Muchos adultos anhelan unas vidas regidas por el bien y la relevancia, pero carecen del vocabulario espiritual con el que reflexionar.

Los conservadores sociales podrían ser las personas que ayudasen a revigorizar, a unir de nuevo los tendones de la sociedad. Ellos ya se adhieren a una fe construida sobre el amor desinteresado, y pueden servir de ejemplo de compromiso. Poseen el vocabulario para distinguir el bien del mal, lo que dignifica y lo que envilece. Ellos ya pagan el diezmo a los pobres y ofrecen consuelo a los abandonados, aunque lo hagan en privado.

El rasgo definitorio del conservadurismo social podría ser el siguiente: ser las personas que van a zonas desamparadas y crean organizaciones para ayudar a formar familias estables. Ser las personas que construyen instituciones comunitarias en lugares donde escasean. Ser las personas que pueden ayudarnos a comprender que el desempleo y la pobreza espiritual se alimentan mutuamente. Ser las personas que nos hablan de los elementos trascendentes de la vida cotidiana.

Esa guerra cultural tiene más de Albert Schweitzer y Dorothy Day que de Jerry Falwell y Franklin Graham; más de Ejército de Salvación que de Mayoría Moral. Está haciendo en público, con gran determinación, lo que los conservadores sociales ya hacen en privado.

No espero que los conservadores sociales cambien su postura sobre el sexo, y es evidente que las disputas sobre la definición del matrimonio tienen como objetivo reparar la sociedad. Sin embargo, la revolución sexual no tocará a su fin a corto plazo. La lucha más práctica consiste en reparar una sociedad fragmentada, despiadada e inhóspita. Los conservadores sociales están bien equipados para reparar ese tejido, para ser mensajeros de amor, dignidad, compromiso, comunión y gracia.

 

Un arcoíris sobre Madrid

Un caballero, elegante, fornido, entra en el backstage de la primera carroza de la marcha, en pleno centro de Madrid, un rato antes de que comience el recorrido. Es cuestión de dos minutos: se volatiliza el traje y aparece una malla ceñida silueteando las nalgas. El ojo, de súbito, contorneado de negro. Y las pestañas largas inician su cortejo con el mundo como dos pavos reales poco discretos. Entonces el zapato ya es tacón estratosférico aunque las piernas continúen velludas. Es cuestión de dos minutos, o tal vez de ninguno, parecer uno u otra mientras se es hondamente lo mismo. Gira una cabeza sin peluca, sube las escaleras del furgón y se exhibe a la ciudad, híbrido, hermoso y sin complejos.

La manifestación del Orgullo de este año, bajo el lema «Leyes por la igualdad real, ¡ya!», trató el sábado por la tarde de subrayar el protagonismo del colectivo transexual, más maltratado que otros no sólo en el ámbito social, sino también en el jurídico. De Atocha a Colón, el multitudinario desfile trascendió la juerga y dejó una estela de exigencias: entre ellas, una Ley Integral de Transexualidad. «Estamos agradecidos a la Ley de Identidad de Género, pero falta protección, por ejemplo, para los menores y la crueldad de los institutos», explica Santiago Rivero, miembro de COGAM [Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid]. «Por no hablar de los adultos, que presentan una tasa de paro altísima. También a los inmigrantes transexuales, perseguidos en sus países de origen, se les niega aquí asilo político». Rivero asegura que la incomprensión de la causa ya se evidencia en el nombre del equipo de apoyo: «La UTIG [Unidad de Trastornos de Identidad de Género] sigue considerándolos enfermos», asevera, recordando que la «despatologización» se les hace urgente.

Otra de las batallas prorrogadas de la marcha fue la aprobación estatal de una Ley antiLGTBfobia, «que nos cuide de los delitos de odio no sólo físicos, sino, además, del acoso o insulto por redes sociales», sentencia Rivero.

Entre las banderas arcoíris anudadas al cuello y las pecheras desnudas supurando purpurina -al estilo paladín de la libertad sexual- cojea Manolo, sobrio alicantino de 61 años, que vuelve al Orgullo después de ocho, pero «no tanto por la fiesta como por la reivindicación». Asegura que, como «chico de pueblo» que es, ha sufrido persecuciones y agresiones -«¡pues claro!»-, pero, sobre todo, mucha «hipocresía»: «Delante de la gente me han dicho ‘Quita, maricón’, y detrás ‘Ven, guapo’», cuenta, con dolor. Pero se repone al instante: «Estoy curado de espanto. Se creen que me han utilizado, pero los he utilizado yo a ellos». Sonríe y sigue paseando su pierna herida y las memorias de sus viejas fiestas de pueblo.

Desde una carroza que luce un «Orgullosos de formar familias» -publicitada por una clínica de reproducción asistida-, saludan niños vivarachos. A pie de manifestación, Aina, de 33 años, asidua a las fiestas desde hace siete, las celebra por primera vez con su hija. «Nos quedamos embarazadas al tercer intento», sonríe, señalando a su pareja. Una cabeza diminuta nos observa desde el carrito. «Qué te voy a decir: mírala, es lo mejor que me ha pasado en la vida». Y parece que nunca existió el junio del 77 en Barcelona; no, no hubo jamás una protesta primeriza por el sexo libre contra la que cargaron los grises. Chueca jamás fue un gueto. Nunca rabia, cuándo miedo. Aina abraza a su esposa y el mundo gira, inmaculado, en el sentido correcto.

La reivindicación política acabó dejando paso a la estética. Sergio, de 23 años, viene al Orgullo con un par de amigos de Toledo y rúbrica de chulazos: pequeña tropa de cristianos ronaldos bramando -como en permanente celebración de un gol- y reclamando el culto ajeno a su cuerpo. «Nosotros no somos gays ni nada, eh, eso apúntalo», insiste. «Venimos aquí a lucirnos. Estamos metidos en el mundo del cuerpo y buscamos llamar la atención».

Cristina nació en Ecuador y se pinta la raya del ojo muy larga, casi aledaña a las raíces del pelo. Aún no ha pasado por la operación genital que edificará la vagina con la que fantasea, pero «¿cuántos culos tan perfectos has visto, reina?» Lleva a sus espaldas 15 Orgullos y luce «excesiva, ya lo sé, pero una vez al año no hace daño». «No me digas que no me vas a sacar foto», lamenta. Y más música, y más laca, y más pistola de agua, y más carcajada ardiente desembocando en Colón. Fue un constante abrir de cremalleras, un «ésta es la verdadera piel, la que hay detrás, ¿o es que es la misma?» Cuestión de dos minutos de probador secreto. O tal vez de ninguno.

@lorenagm7

Veto al PP en el Orgullo más político

A la derecha, Ángel Garrido, número dos de la Comunidad de Madrid, asiste a la fiesta del Orgullo entre la muchedumbre

A la derecha, Ángel Garrido, número dos de la Comunidad de Madrid, asiste a la fiesta del Orgullo entre la muchedumbre. EL MUNDO

La celebración más política del Orgullo en toda la historia de la reivindicación de los derechos de los homosexuales ha sido también la más polémica. Las entidades organizadoras de la multitudinaria manifestación que hoy ha recorido el centro de la capital (Cogam y la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) han impedido que el PP se sumara a la cabecera de la comitiva en la que sí han estado los líderes del PSOE, Pedro Sánchez, Podemos,Pablo Iglesias, e IU con Alberto Garzón.

El argumento del veto al partido del Gobierno, que ha estado representado por el número dos en la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, ha sido que “no se dan las circunstancias” para que se sume a la causa porque “es necesario que muestre, a través de medidas concretas, su compromiso”. El diputado regional, desplazado a un segundo plano de la foto, no quiso polemizar y simplemente expresó su confianza en que las relaciones institucionales con este colectivo “se vayan normalizando”.

La guinda de la politizada celebración la ha puesto el discurso de la alcaldesa de la capital, Manuela Carmena, desde el escenario instalado en la plaza de Colón. “Voy a hacer todo lo posible para salvaguardar y engrandecer este pilar absolutamente imprescindible para Madrid”, declaró la primera edil de la ciudad, que se ha sumado a la “fiesta reivindicativa por los derechos sociales”.

Dos horas antes, mientras la voz de Enrique Iglesias atronaba por el sistema de megafonía portátil aparcado junto a la glorieta de Atocha, otro Iglesias de nombre Pablo irrumpía en escena desencadenando tanta expectación entre el respetable como si el cantante afincado en Miami hubiera aparecido por sorpresa en medio de su club de fans. “¡Es el puto amo! Y eso que soy de derechas”, “¡fiera!”, “¡guapo!”… se desgañitaba la muchachada al paso del líder de Podemos, soterrado bajo un enjambre de cámaras, evidenciando que para gustos están los piropos.

El candidato ‘in péctore’ a la Moncloa por el partido revelación de las pasadas elecciones europeas fue el auténtico protagonista de un desfile que arrancó a empujones literales a las 18.45 horas bajo el lema «Leyes por la igualdad real ¡ya!». Con manos sudorosas y algún que otro mapamundi inoportuno escurriéndose bajo las axilas, representantes de todo el espectro político menos el PP han recorrido a ritmo aletargado de procesión el paseo del Prado.

Los miembros de la organización, tratando de hacer su trabajo desbordados ante la destacada presencia mediática, han tenido varios conatos de enfrentamiento con los periodistas que trataban de hacer el suyo. No se recuerda en la historia del Orgullo la presencia de tanto cargo público en tan poco metro cuadrado.

Una bandera multicolor ocupó en la pancarta al principio de la manifestación el lugar simbólico reservado para el socialista Pedro Zerolo, fallecido justo una década después de la aprobación de la Ley de Matrimonios Homosexuales que él contribuyó a hacer realidad. Y ha sido de lo poco del protocolo que se ha cumplido: al líder de Ciudadanos en la Comunidad, por ejemplo, se le había reservado un hueco a la derecha de la marcha, pero él prefirió adoptar una posición más centrista para la foto.

El único político que ha venido ‘tuneado’ de casa fue Pedro Sánchez, con un discreto multicolor sobre su sempiterna camisa blanca, antes de escurrirse de los focos sin previo aviso. Los aplausos de la cabecera de la manifestación se desbarataron al paso de la comitiva por el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de la capital, que por primera vez en la historia de la democracia se ha engalanado con la bandera LGTB.

Aunque para llegar a este punto, hasta el recién nombrado concejal del distrito Centro, Jorge García Castaño (de Ahora Madrid), ha tenido que soltar la pancarta para tratar de desatascar el tapón humano. Tampoco han faltado a la concurrida cita los portavoces socialistas en la Comunidad y el Consistorio madrileño, Ángel Gabilondo y Antonio Miguel Carmona, la representante del Grupo Municipal de Ciudadanos, Begoña Villacís, ni el líder autonómico de Podemos, José Manuel López, muy cerca de su compañero de partido Pablo Echenique, que evidenció su distanciamiento de Iglesias (el político).

Manifestación en Madrid contra el matrimonio igualitario, “la degeneración y la charanga”

 

 

 

Por la familia natural contra el matrimonio homosexual

mani fascista contra orgullo madrid

Mientras Madrid ultima los detalles para que nada falle en la manifestación del Orgullo LGBTque arranca esta tarde a partir de las seis y media, a la par, se ha convocado un evento teñido de homofobia y autorizado por el Partido Popular. Y es que la Delegada del Gobierno Concepción Dancausa, ha autorizado una concentración del grupo ultraderechista La España en Marcha bajo el lema “Por la familia tradicional, contra el matrimonio homosexual”. 

La concentración se ha desarrollado este mediodía en la Plaza de Chamberí, cerca a Chueca, epicentro del movimiento LGBT en Madrid. Entre otros, el encuentro ha sido promovido por La Falange, quien en Twitter ha definido esta manifestación como un “acto a favor de la familia natural y en contra de la degeneración y la charanga que se vivirá hoy”. Entre los manifestantes, que también pertenecían a Alianza Nacional y Nudo Patriota y que por las fotos compartidas no parecían ser numerosos, había banderas con simbología franquista.

Homofobia y banderas franquistas: el bochornoso espectáculo que el PP permite el día del Orgullo

EL PLURAL

La extrema derecha carga contra los homosexuales bajo el pretexto de defender a las “familias normales”

Manifestación de La España en Marcha contra los homosexuales

Manifestación de La España en Marcha contra los homosexuales. Foto: Twitter (@logela)

La delegada del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, ha autorizado este sábado una concentración del grupo ultraderechista La España en Marcha (plataforma ultraderechista compuesta por La Falange, Nudo Patriota Español, Alianza Nacional, Movimiento Católico Español y Democracia Nacional)  bajo el lema “Por la familia tradicional, contra el matrimonio homosexual”.

Capital del Orgullo
El acto se ha celebrado este mediodía en la céntrica Plaza de Chamberí, ubicada relativamente cerca del barrio de Chueca, donde durante todo el fin de semana pasaran miles de turistas y ciudadanos para celebrar el día del Orgullo Gay.

Bochornoso espectáculo
Las redes sociales se han hecho eco de esta manifestación convocada por la extrema derecha y autorizada por la Delegación del Gobierno en la que se han exhibido banderas franquistas y se ha cargado contra los homosexuales bajo el pretexto de defender a las “familias normales”.

Doble rasero
Sin duda, sorprende que la sustituta de Cristina Cifuentes al frente de la Delegación del Gobierno permita esta marcha contradiciendo los argumentos que desde el Partido Popular siempre han esgrimido para prohibir actos como la manifestación atea que colectivos ateos pretenden realizar cada Jueves Santo en Madrid. Una prohibición que se defiende bajo el siguiente argumento: “La fecha, lugar y hora elegidos por los convocantes, aunque manifiestan en principio una finalidad lícita, lo cierto es que pretenden realizar la manifestación un día de especial significación para los católicos, en el mismo lugar y horario en que se van a celebrar diversos actos religiosos, lo cual pone de manifiesto, cuanto menos, una evidente voluntad de provocación”.

“Queremos que haya igualdad real”

La manifestación del Orgullo 2015 ha estado caracterizada por los homenajes a Pedro Zerolo, las reivindicaciones por parte de los políticos y el espíritu festivo en las calles.

Pancarta en recuerdo de Zerolo en la Marcha del Orgullo

Pancarta en recuerdo de Zerolo en la Marcha del Orgullo.- ALICIA IBARRA

MADRID.- “La fiesta del Orgullo es fundamentalmente dos cosas: alegría y celebrar que esta alegría ha sido conquistada”, ha comenzado diciendo la actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. Junto a ella, los políticos Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, AlbertoGarzón, Tania Sánchez, Pablo Echenique, Ignacio Aguado o Julio Lleonart; las organizaciones COGAM y FELGTB, y los sindicalistas de CC.OO. y UGT se han unido para celebrar y reivindicar la fiesta del Orgullo 2015.

Con muchísimas referencias a Pedro Zerolo, tanto por parte de los representantes institucionales como del público asistente, la manifestación ha recorrido todo el centro de Madrid, desde Atocha hasta la plaza de Colón bajo el lema “Leyes por la Igualdad Real ¡Ya!”.

“Por primera vez, el Orgullo ha conseguido apoyo institucional”, recalcaba Carmena. Por su parte, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha asegurado que “hay que estar orgullosos de lo que se ha conseguido hasta ahora, pero hay mucho camino por recorrer”. A ello, Alberto Garzón ha añadido: “La democracia no es posible si no se garantizan los derechos para todos, con independencia de su orientación sexual”.

Pedro Sánchez, que también encabezaba la marcha, ha querido dar las gracias porque “hoy España es un país mejor” y porque, gracias a la lucha de este colectivo, “España es un país mucho más libre y un país mucho más justo“. Su compañero de partido, Antonio Miguel Carmona, ha querido destacar “lo mucho que echa de menos a su amigo Zerolo en días como éste y cómo, en parte, también está presente en este Orgullo”.

Pero más allá de lo estrictamente político, recorriendo las calles de la capital se encontraban personas como Enrique Pérez, un simpatizante de Podemos que ha decidido llevar una bandera de Grecia a la manifestación para recordar “cómo aún hay muchas injusticias por las que protestar”. “Lo que les está pasando a los griegos nos puede pasar a nosotros y por eso hay que solidarizarse con ellos” .

Niños y “normalidad”

Muchos manifestantes llevaban pegatinas de Stop Homofobia y las pancartas han incidido en la igualdad: “En España hay de todo y es de todos” o “Queremos que haya igualdad real”. La figura de Pedro Zerolo está especialmente presente en este Marcha, en todos los símbolos.

Otros asistentes llevaban la camiseta arcoíris de Ahora Madrid, la candidatura de unidad popular que aupó a Manuela Carmena a la alcaldía. “Ahora nos toca a nosotros”, enmarcaba una pancarta con el símbolo de la plataforma.

Aunque una de las cosas que más llaman la atención es como, cada año más, los niños tienen un papel importante. Marina contaba a este diario cómo desde hace tiempo viene con sus sobrinos a esta fiesta: “Quiero que lo vean con la mayor normalidad posible y que se lo pasen bien”.

Un país diverso del que sentirse orgullosa

Estefanía Torres
Eurodiputada de Podemos en el Parlamento Europeo

 

España está hoy de celebración. Se cumplen ya diez años del primer matrimonio gay, diez años de una nueva legislación que marcó una tendencia de cambio histórico. Este avance fundamental se ha conseguido gracias al trabajo de los colectivos LGTB, organizados y perseverantes, que han estado en las calles hasta lograr que las instituciones hiciesen visible primero y tangible después, legislativamente hablando, el derecho de las personas homosexuales a elegir la fórmula que prefieran para convivir en pareja.

Un avance de tal dimensión no es mérito o patrimonio de una fuerza política concreta. Los cambios históricos de este calibre sólo se logran gracias al empuje y a la lucha constante de mucha gente durante muchos años.

¿Sabías que España es, según el Pew Research Center, el país más tolerante del mundo con personas LGTB? En Europa, países como Alemania o Italia no reconocen aún los derechos de los gays y las lesbianas al matrimonio, y otros como Portugal no permiten que los matrimonios gays puedan adoptar. Además, en la mayor parte de los países de Europa del Este las personas LGTB apenas tienen derechos y persisten unas legislaciones muy homófobas. Y esto sin mencionar que en alrededor de una decena de países (como Nigeria, Yemen, Arabia Saudí o Sudán) la homosexualidad está castigada con la pena de muerte y en más de 70 supone algún tipo de delito penal e incluso la cárcel.

En 2014, en Podemos nos planteamos entrar en las instituciones para abrir puertas y ventanas y que entrase el aire fresco de quienes, desde las calles, desde sus puestos de trabajo, desde sus casas, desde la vida pública o desde sus esferas privadas, clamaban porque estas instituciones estuviesen, de una vez por todas, a la altura de la gente decente que vive en este país.

Hoy, en 2015, parte del cambio ya se ha notado. La bandera del orgullo ondea estos días en numerosos Ayuntamientos y Parlamentos Autonómicos. Ada Colau, por ejemplo, ha sido noticia por transformar la Concejalía de Juventud en la del Ciclo de Vida, Feminismos y LGTB.

El Ayuntamiento de Oviedo ha lucido, por primera vez en la historia, la multicolor en uno de sus balcones para alegría de las vecinas y vecinos. Todo ello refleja que ya no tenemos que pedir a otros que hagan los cambios que queremos o necesitamos. Estamos entrando en las instituciones para hacer esos cambios nosotros mismos.

Partiendo de la responsabilidad que eso supone, hemos de ser conscientes de cuál es la realidad que viven todavía las personas LGTB. Quedan muchos retos por delante en esta materia y no podemos caer en una conducta que suponga vanagloriarnos de lo bueno que es nuestro país en ciertos aspectos sin tener en cuenta la parte negativa que pervive en la otra cara de la moneda.

Estefanía Torres
Eurodiputada de Podemos en el Parlamento Europeo

España está hoy de celebración. Se cumplen ya diez años del primer matrimonio gay, diez años de una nueva legislación que marcó una tendencia de cambio histórico. Este avance fundamental se ha conseguido gracias al trabajo de los colectivos LGTB, organizados y perseverantes, que han estado en las calles hasta lograr que las instituciones hiciesen visible primero y tangible después, legislativamente hablando, el derecho de las personas homosexuales a elegir la fórmula que prefieran para convivir en pareja.

Un avance de tal dimensión no es mérito o patrimonio de una fuerza política concreta. Los cambios históricos de este calibre sólo se logran gracias al empuje y a la lucha constante de mucha gente durante muchos años.

¿Sabías que España es, según el Pew Research Center, el país más tolerante del mundo con personas LGTB? En Europa, países como Alemania o Italia no reconocen aún los derechos de los gays y las lesbianas al matrimonio, y otros como Portugal no permiten que los matrimonios gays puedan adoptar. Además, en la mayor parte de los países de Europa del Este las personas LGTB apenas tienen derechos y persisten unas legislaciones muy homófobas. Y esto sin mencionar que en alrededor de una decena de países (como Nigeria, Yemen, Arabia Saudí o Sudán) la homosexualidad está castigada con la pena de muerte y en más de 70 supone algún tipo de delito penal e incluso la cárcel.

En 2014, en Podemos nos planteamos entrar en las instituciones para abrir puertas y ventanas y que entrase el aire fresco de quienes, desde las calles, desde sus puestos de trabajo, desde sus casas, desde la vida pública o desde sus esferas privadas, clamaban porque estas instituciones estuviesen, de una vez por todas, a la altura de la gente decente que vive en este país.

Hoy, en 2015, parte del cambio ya se ha notado. La bandera del orgullo ondea estos días en numerosos Ayuntamientos y Parlamentos Autonómicos. Ada Colau, por ejemplo, ha sido noticia por transformar la Concejalía de Juventud en la del Ciclo de Vida, Feminismos y LGTB.

El Ayuntamiento de Oviedo ha lucido, por primera vez en la historia, la multicolor en uno de sus balcones para alegría de las vecinas y vecinos. Todo ello refleja que ya no tenemos que pedir a otros que hagan los cambios que queremos o necesitamos. Estamos entrando en las instituciones para hacer esos cambios nosotros mismos.

Partiendo de la responsabilidad que eso supone, hemos de ser conscientes de cuál es la realidad que viven todavía las personas LGTB. Quedan muchos retos por delante en esta materia y no podemos caer en una conducta que suponga vanagloriarnos de lo bueno que es nuestro país en ciertos aspectos sin tener en cuenta la parte negativa que pervive en la otra cara de la moneda.