Ensalzar el atentado de Orlando en un banco arcoiris y otros incidentes homófobos registrados en el Orgullo

El banco arcoiris en el que se ensalza el atentado de Orlando

Un #ThanksOmar (#GraciasOmar) y el número 50 junto a simbología nazi sobre un banco pintado con la bandera arcoiris. Ocurrió en el municipio madrileño de Parla y es uno de los 41 incidentes LGTBIfóbicos registrados por el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia durante la celebración del Orgullo en la Comunidad de Madrid entre el 24 de junio y el 1 de julio, tal y como ha hecho público la organización Arcópoli este jueves.

La pintada ensalza a Omar Mateen, autor de la matanza de Orlando en junio de 2016 que acabó con la vida de 50 personas al asaltar un club LGTB de la ciudad norteamericana. El Observatorio contabiliza, además, amenazas e insultos en redes sociales, que ya ha puesto en conocimiento de la Fiscalía especializada en Delitos de Odio, junto a pegatinas, carteles y pintadas homófobas y tránsfobas.

El colectivo destaca también seis agresiones físicas y asegura que en dos ocasiones, dos parejas fueron expulsadas de los establecimientos en los que se encontraban al darse un beso, “así como varios casos en los que se han escupido a chicos gays”, reza el comunicado que ha enviado la organización. Arcópoli asegura que en 2016 ya se dieron este tipo de incidentes por LGTBIfobia, pero que las pegatinas y carteles se han multiplicado en esta ocasión.

“Varias personas han encontrado pegada en su ropa o mochilas pegatinas de ‘maricones not wellcome’ u otras pegatinas, con estética neonazi”, afirma. Una realidad que, en palabras de Yago Blando, del Observatorio Madrileño, es “la constatación de la necesidad del Orgullo LGTB. La visibilidad es nuestra mayor arma, la que más molesta a los intolerantes”.

Una de las pegatinas denunciadas por el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia

Entre las pegatinas y carteles denunciados por la organización se encuentran varios firmados por organizaciones ultraderechistas, como Juventudes Falangistas, que llama a un “Orgullo Hetero” o el que muestra a una familia formada por un hombre, una mujer, un niño y una niña con un paraguas intentando no ser alcanzados por los colores arcoiris de la bandera del colectivo LGTBI.

Una de las pegatinas denunciadas por el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia

Una de las pegatinas denunciadas por el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia

Rubén López, de Arcópoli, asocia el incremento de este tipo de carteles y pegatinas, que han sido encontradas en varios puntos de la ciudad ocupando marquesinas, paredes o en las paradas de metro, “porque somos más visibles. Molesta nuestra visibilidad. Cuando nos ocultamos, no nos agreden. Ése es el mensaje que quieren dar, que nos escondamos”.

López hace hincapié en lo positivo de denunciar públicamente este tipo de incidentes “para trasladar al colectivo LGTBI el mensaje de que hay que denunciar y de que no hay que resignarse, porque la ley nos protege y estos mensajes nos intentan. Hay que dejar bien claro que la impunidad ya no existe”. Por otra parte, sostiene que también es un mensaje para las personas no LGTBI que “creen que no sufrimos discriminación y no hace falta el Orgullo”. Y por último, prosigue el activista, “otro mensaje a los agresores: no vamos a quedarnos impasibles”.

Una de las pegatinas denunciadas por el Observatorio Madrileño contra la LGTBIfobia

Una tele rusa pagará a los gays el billete para que se vayan del país

Andrei Afanasiev, presentador del espacio televisivo durante la polémica emisión.

Los gays, fuera: si es necesario, con billete pagado. Ésta es la polémica iniciativa emprendida por un canal de televisión ruso que se ofrece a pagar el vuelo -sólo de ida- para los gays dispuestos a emigrar del paísEl vídeo que han compartido en las redes sociales se titula ‘Buen viaje, sodomitas’.

El canal cristiano Tsargrad TV ha reaccionado así a la oleada de críticas que ha sufrido Rusia en los últimos meses por su política hacia los gays. Recientemente California propuso facilitar la concesión de residencia a los homosexuales rusos que sean perseguidos. Así que, como explica Andrei Afanasiev, presentador del espacio, el programa está dispuesto a ayudar a largarse a estos “pervertidos” a EEUU o “a cualquier otro país”

Sólo hay que presentar, dicen en el programa, un “certificado médico” que demuestre que eres “sodomita” o tienes “alguna otra forma de perversión”. En sintonía con los sectores más conservadores de la sociedad rusa, esta televisión considera la homosexualidad una enfermedad. “Un psicólogo puede emitir un certificado”, explica en conversación con EL MUNDO el propio presentador, que fue estudiante de intercambio en la Universidad Complutense de Madrid hace siete años.

La provocadora iniciativa ha sembrado la polémica incluso en un país donde la intolerancia hacia los gays es habitual. Afanasiev parece sorprendido por las reacciones: “Hay mucho odio e histeria, me escriben muchísimas personas insultándome”.

Afanasiev confirma que algunos han escrito porque quieren irse, “pero para esto han de empezar el proceso legal de emigración, y eso necesita mucho tiempo”. En la redacción del programa parecen comprometidos en serio con la idea de mandar, aunque sea simbólicamente, a uno o varios gays bien lejos, allí donde les quieran acoger. “Ahora están buscando a alguien que esté ya en el proceso de obtención de papeles para emigrar”, dice Afanasiev, que se queja de que “el 90%” de lo que ha recibido por parte de la gente “es odio e insultos”. Tal vez porque el anuncio de la iniciativa de la cadena acaba con al imagen de un avión despegando y un unicornio rosa agarrado a la cola del mismo. De fondo suena un gruñido parecido al de un cochinillo.

Tsargrad es un canal de televisión por satélite que se creó para promover los valores cristianos ortodoxos, que están en alza en el país desde que Vladimir Putinregresó al Kremlin en 2012. Su fundador, Konstantin Malofeev es un destacado hombre de negocios con buena sintonía con el Kremlin. Según la BBC, Malofeev ha dicho que ve su canal como el equivalente a la cadena Fox News de Estados Unidos.

Sobre las razones para esa campaña, Afanasiev, que antes trabajó en el canal gubernamental ruso RT, esgrime que “Rusia es una sociedad conservadora y cristiana en su mayoría, esta gente quiere vivir en un espacio disoluto, por eso nos decidimos a hacer esto, sin ningún odio, porque hay que amar al pecador y odiar el pecado”.

La diócesis de Getafe ya ha ejecutado el desahucio de una pareja de lesbianas con tres hijos

Aroa, Laura y sus tres hijos, en la casa de la que han sido desahuciadas. Foto: Marta Jara

El pasado viernes se ejecutó el desahucio de Aroa y Laura, una pareja de lesbianas que conviven con los hijos de la primera, y con edades de 10, 8 y 5 años. Esta familia llevaba varios meses obligada por sentencia judicial a abandonar la casa en la que entraron a vivir como ocupas en el municipio madrileño de Móstoles.

El piso pertenece a la Diócesis de Getafe, esta institución se encarga de la jurisdicción eclesiástica en la zona sur de la Comunidad de Madrid. Según apuntó un portavoz de esta institución a eldiario.es, el inmueble en el que residían estas jóvenes está destinado a sacerdotes que trabajan por la zona o que están de visita, y no a la asistencia social. Y remitía a Cáritas y al Ayuntamiento la responsabilidad de buscar una alternativa habitacional a esta familia.

“Estuvimos intentando paralizarlo de todas las formas posibles, pero no lo conseguimos. No se pudo hacer nada. Los de la diócesis no nos plantearon nada, todo lo que querían era que nos fuéramos a la calle, les daba igual, decían que ya llevábamos un año en una vivienda que no era nuestra y que ya estaba bien”, asegura Aroa. Asimismo se queja de que este inmueble continúe vacío.

Sus hijos no estuvieron presentes en la ejecución del lanzamiento, se quedaron en casa de su abuelo y ellas desde el viernes están viviendo de “casa en casa”. “El Ayuntamiento de Móstoles se ha comprometido a darnos una alternativa, nos han dicho que la obtendremos en la semana del 3 al 7. Estamos hoy a 3, así que esperamos conseguirla a partir de ahora”, indica.

Desde la diócesis de Getafe aseguran que van a colaborar en esa asistencia aunque no especifican en qué consiste la alternativa habitacional. “Les hemos ofrecido asistir a un curso de formación para buscar trabajo como asistenta de hogar o profesionales de hostelería”, apunta un portavoz de la institución religiosa.

La primera sentencia que les obligaba a abandonar este inmueble se dictó en septiembre, desde entonces esta familia ha intentando prolongar la ejecución de la decisión a la espera de conseguir una alternativa. La magistrada condenó a la pareja por un delito leve de usurpación de inmuebles y al pago de una sanción de 270 euros.

La pareja aseguró que la primera vez que les visitaron los representantes de la diócesis les propusieron una alternativa. “Nos dijeron que nos iban a dar un alquiler social en una casa que tenían en Móstoles, añadieron que a ese piso le faltaban un par de arreglillos pero que se pondrían en contacto con nosotras. Sin embargo, una vez que se enteraron de que éramos pareja, fueron a saco. Ya ni había opción a alquiler social, ni a nada”, explicó Aroa a esta redacción.

Por su parte un portavoz de la diócesis, Francisco Armenteros, negó esta acusación: “Es falso, nosotros no sabíamos que eran lesbianas. Cuando acudieron los portavoces del obispado solo estaba una de las mujeres, así que era imposible saberlo”. Esta no es la primera polémica que salpica a esta institución, su obispo ha llegado a ser  denunciado por el  Observatorio contra la LGTBfobia  por un posible delito de odio ante la Fiscalía al cargar contra la Ley de Transexualidad madrileña y asegurar que “retuerce la naturaleza humana”.

Sin embargo, una de las denunciadas no comparte esta opinión y cree que sí ha influido que sean una pareja de lesbianas. “He vivido en carne y hueso como la Iglesias no me ha ayudado nada, tanto que dicen que ayudan al prójimo. Ellos cumplen la Biblia al revés”, reseña.

Segundo desalojo

Laura y Aroa llegaron a este piso tras abandonar otra vivienda que también habían ocupado y en la que consiguieron paralizar su lanzamiento en noviembre del 2014. “Tras impedir el desahucio estuve negociando un alquiler social con Bankia, el propietario del piso, pero no lo hemos conseguido todavía. Al final, nos marchamos voluntariamente porque las condiciones de la casa eran muy malas. Terminamos dejando a los niños con unos amigos y durmiendo nosotras en la calle”, apuntó a esta redacción.

Según su relato, entraron en el piso actual gracias a que “unos chavales les dejaron las llaves”, sin tener constancia de que perteneciese a la Iglesia. “Tenemos agua caliente, luz y cuatro habitaciones. Cuando llegamos no notamos que antes estuviese alguien viviendo aquí, estaba lleno de polvo y abandonado. En el contador de la luz había una pegatina que señalaba que no había suministro desde el 2013”, señaló. “No es verdad”, respondieron desde la diócesis ante esas afirmaciones y aseguraron que previamente había residido en él párrocos.

Orgullo madrileño, vergüenza vaticana

DAVID TORRES

La fiesta más loca y despendolada de todas las celebraciones del Orgullo Gay no tuvo lugar en Madrid, sino en el Vaticano, en el apartamento del ex secretario del cardenal Francesco Coccopalmerio, que tiene un apellido como para bautizar un reservado en Chueca. De hecho, el apartamento está ubicado en el palacio del Santo Oficio, y la policía tuvo que intervenir después de varias quejas de los vecinos por el escándalo de los coches que no dejaban de llegar al guateque. Los agentes intervinieron un vehículo de lujo con matrícula de la Santa Sede que supuestamente habían usado para transportar drogas. El funcionario sacerdotal fue enviado primero a un hospital para desintoxicarse y después a un retiro espiritual en un convento. Salir del sagrario siempre ha sido algo más fácil que salir del armario, que por algo los curas llevan falda. Probablemente lo del tercer género lo inventaron ellos, en dura competencia con los clanes escoceses.

La noticia de esta sacrosanta orgía ha coincidido con el juicio contra el cardenal George Pell, responsable de finanzas del Vaticano y consejero directo del Papa Francisco, implicado en un tenebroso asunto de abusos a menores en Australia. Se ve que muchos sacerdotes no acaban de entender aquel mensaje cristiano de “dejad que los niños se acerquen a mí”. Prefieren acercarse ellos. George Pell es conocido, entre otras cosas, por su abnegada defensa en el caso de Gerard Ridsale, un violador de niños en la escuela de Saint Alpius en Ballarat, en el estado australiano de Victoria, un centro escolar célebre por los abusos cometidos contra los alumnos. Ridsale fue condenado a 18 años de cárcel por 54 acusaciones de violación. Las cifras son monstruosas: durante la década de los setenta hubo unos cuatro mil casos denunciados de pederastia sólo en Ballarat, y la policía calcula que al menos cuarenta suicidios en la zona de Victoria están relacionados con estos abusos.

¿Qué ha hecho la Iglesia Católica ante esta catarata de mierda? Su especialidad: lavarse las manos. En 2004 proporcionaron albergue al cardenal Bernard Francis Law, máxima autoridad de la archidiócesis de Boston, cuando gracias al trabajo de unos reporteros de The Boston Globe salió a la luz otro escándalo de proporciones bíblicas: más de cinco mil casos de abusos encubiertos bajo la púrpura de su manto. La película Spotlight, ganadora del Oscar en 2016, narra la odisea que supuso desenmascarar ese nido de criminales y la feroz resistencia que opusieron las autoridades eclesiásticas para intentar acallar a testigos y periodistas sin dejar de remover sus turbias influencias políticas.

¿El resultado? Law evitó los tribunales gracias al Vaticano, el cual premió a uno de los mayores pederastas de la historia nombrándolo arcipreste de la Iglesia de Santa Maria Maggiore, una de las principales basílicas de Roma. Lo escondieron bien dentro del sagrario y aun hoy, ya jubilado, Law sigue siendo arcipreste emérito de Santa Maria y arzobispo emérito de Boston. El máximo gesto de repudio que hizo el Papa Francisco, en marzo de 2013, fue negarse a darle la mano. Un poco más y lo deja sin postre. Si tu mano derecha te escandaliza, maquíllatela y luego hazte una paja.

Los jóvenes LGTBI sufren más acoso que los adultos

La orientación sexual sigue siendo una de las principales causas de discriminación en espacios como la escuela y la Universidad, a nivel europeo

El Worldpride, recién celebrado en Madrid, ha sido una celebración de los derechos conseguidos por la comunidad LGBTI, pero aún son absolutamente necesarias medidas de las administraciones españolas y europeas para acabar con la discriminación de este colectivo. Algunas datos y cifras:

— El 94% de los españoles consideran que la homosexualidad es moralmente aceptable o que no es un problema moral, según un reporte del Pew Research Center de 2013. Si se pone el foco en el respeto a los derechos humanos, la legislación y la plena igualdad de derechos, España queda novena en el ranking mundial con un 66,75%, detrás del Reino Unido, Francia, o Finlandia.

— En 2015, una encuesta de la Comisión Europea recogía que el 47% de los encuestados admitían tener amigos o conocidos gay, lesbianas o bisexuales. Una cifra, seis puntos más alta que la de 2012. El 9% de los encuestados reconocía tener amigos o conocidos transgéneros o transexuales (dos puntos más que en 2012).

— Un informe de la Agencia para los Derechos Fundamentales (Fundamental Rights Agency, FRA), de 2013, demostró que los jóvenes entre 18 y 24 años experimentaban una mayor discriminación o acoso con respecto a su orientación sexual (con un promedio europeo de 57%) que los adultos de entre 25 y 39 años (45%).

El 29% de los encuestados señalaron haber experimentado a menudo comentarios o comportamientos negativos en la escuela por pertenecer al colectivo LGBT. El 10% declararon sufrir este tipo de comentarios de forma permanente. En 2012, el 47% de los que tenían entre 18 y 24 años confesaron haber escondido su orientación o identidad sexual, frente al 13% que aseguró que nunca tuvo que ocultarlos. Entre los que tenían entre 25 y 39 años, esta afirmación alcanzó el 34%.

Un 22% de los encuestados señalaron haberse sentido discriminados por el personal escolar o universitario en los últimos 12 meses.

El 32% de los encuestados afirmaron haber sido atacados o amenazados física o sexualmente en los últimos cinco años. Y más de la mitad de ellos consideraron que se basaba en su orientación sexual.

El 30% de los encuestados dijo que el incidente de acoso más grave lo habían sufrido en la escuela o en la universidad. Dos tercios declararon que se debía a su orientación sexual. Esto dato coincide con una  investigación realizada en Reino Unido que mostraba que el 40% de todos los ataques violentos contra lesbianas y gays menores de 18 años se produjo en las escuelas.

— Distintas investigaciones nacionales han sacado a la luz que entre el 5% y el 10% de los encuestados que sufrieron acoso señalaron que este fue un motivo decisivo para abandonar la escuela; y el 13%, que fue motivo para cambiar de centro.

— En el apartado Ser trans en la UE, del informe de 2015 de la FRA se recogía que más de la mitad de los encuestados trans (54%), en comparación con el 47% de los encuestados LGBT en su conjunto, indicaron que, en el año anterior a la encuesta, vivieron situaciones en las que se sintieron personalmente víctimas de discriminación o acoso por el hecho de ser percibidos como trans. Los encuestados más jóvenes, los que carecen de un trabajo remunerado o aquellos pertenecientes a un grupo de ingresos más bajos están expuestos en mayor medida a la probabilidad de sufrir discriminación.

Más de uno de cada tres encuestados trans se sintieron discriminados por el hecho de ser trans al buscar empleo (37%), y un cuarto de ellos (27%) indica que ha sufrido discriminación en el trabajo.

Una cuarta parte de las personas trans encuestadas que están escolarizadas o matriculadas en centros universitarios o tienen hijos en centros escolares o universitarios afirma haber personalmente sufrido discriminación por parte del personal del centro en los 12 meses anteriores a la encuesta. Si se tiene en cuenta solo las respuestas de estudiantes trans, esta cifra alcanza un 29%.

Alrededor de uno de cada cinco encuestados que recurrieron a servicios de atención sanitaria (22%) o servicios sociales (19%) sintieron que el personal de estos servicios les había tratado de manera discriminatoria por el hecho de ser trans.

Más de tres de cada cinco personas trans consultadas no informaron sobre el incidente porque estaban convencidos de que nada cambiaría u ocurriría, y la mitad de ellos indican que pensaron que no merecería la pena denunciar el incidente. Las personas trans consultadas declaran igualmente que les preocupaba que el incidente no fuera a ser tomado en serio y que no querían revelar su orientación sexual y/o identidad de género. Casi  uno de cada tres (30%) no sabía cómo o dónde notificar el incidente.

Trump no reconoce el ‘mes del Orgullo’ del colectivo LGTBI

El actual presidente estadounidense rompe con una tradición instaurada en 1993 por el demócrata Bill Clinton

 

WASHINGTON. El Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, ha roto con la tradición de reconocer oficialmente el mes de junio como el Mes del Orgullo LGTBI, pese a que algunos miembros de su gabinete sí tuvieron palabras de distinción al respecto. El presidente Bill Clinton (1993-2001) fue el primero en declarar junio como el mes del Orgullo LGTBI, pero la tradición no continuó bajo el presidente George W. Bush (2001-2009), algo que sí retomó sin embargo la Casa Blanca del anterior mandatario, Barack Obama.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, reconoció el mes del Orgullo Gay una semana después de su comienzo, condenando “la violencia y la discriminación” contra la comunidad LGTBI en el extranjero.

“En reconocimiento del Mes LGTBI, el Departamento de Estado afirma su solidaridad con los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan alrededor del mundo para mantener las libertades fundamentales de las personas lesbianas, gais, transgéner, bisexuales e intersexuales para que puedan vivir con dignidad y libertad”, apuntó la secretaría en un comunicado.

Asimismo, la hija del mandatario, Ivanka Trump, destacó la celebración apenas comenzó el mes. “Este mes celebramos y honramos a la comunidad #LGTBI”, escribió ella el 1 de junio.

El orgullo de las mentes más brillantes

Algunos de los grandes investigadores de la Historia fueron discriminados por su condición sexual o de género

Ilustración de Friedrich Heinrich Alexander von Humboldt.

La estadounidense Elena Long, doctorada en física nuclear por la Universidad de New Hampshire (EE UU), estuvo en 2016 entre las diez personas más relevantes para la ciencia según la lista que anualmente elabora Nature. Y lo hizo por “allanar el camino para una mayor aceptación de los grupos minoritarios”; pues el hecho de ser transexual le ha generado, ya desde su etapa universitaria, más obstáculos que al resto de sus colegas de profesión.

Pese a ganar premios a jóvenes científicos y liderar experimentos con aceleradores de partículas, la doctora Long no había sido bien valorada hasta que inició una investigación pionera en la Sociedad Estadounidense de Física (APS, por sus siglas en inglés). Su estudio ‘LGBT Climate in Physics’ reveló que uno de cada cinco físicos había sufrido acoso o discriminación en su lugar de trabajo durante el año previo debido a su condición LGTBI; una incidencia que alcanzaba a la mitad de los científicos transexuales.

“Es muy difícil hacer entender que el problema existe si no se tenían datos para respaldarlo”, dijo sobre una encuesta realizada a 324 físicos de Estados Unidos que se identificaron abiertamente como gais, lesbianas, bisexuales, transexuales o de otras minorías de género. “Lo que más me sorprendió fue que casi la mitad de los encuestados transexuales tienen compañeros de trabajo que no usan sus pronombres correctos”, dijo Long. Era un ejemplo de las muchas barreras que todavía existen respecto a este tema y sobre las que el World Pride quiere concienciar, por las calles de Madrid, en su edición de este 2017.

Long, cuya encuesta mostró que las mujeres LGTBI habían sido acosadas y excluidas tres veces más que los hombres del mismo colectivo, pidió “un ambiente científico libre de prejuicios” como respuesta a dicho contexto. “Necesitamos no solo hacer una ciencia excelente, sino también ser compasivos entre nosotros”, declaró a Nature, prestigiosa revista que lleva más de un siglo reflejando en sus páginas los hallazgos de grandes pensadores e investigadores. Y muchos de ellos, también como Long, discriminados o perseguidos por no cumplir con las connivencias sexuales de sus respectivas épocas. Algunos ejemplos:

Da Vinci (1452-1519)

Numerosos biógrafos de Leonardo Da Vinci coinciden al señalar que el brillante astrónomo, pintor, anatomista, arquitecto, paleontólogo, etc., era gay. Es más, una denuncia en su contra y la posterior persecución a la que fue sometido hicieron que no pudiera mostrar su sexualidad con libertad. A los 24 años fue denunciado simple y llanamente de sodomía, en el contexto de una Florencia renacentista donde la homosexualidad estaba tan extendida que era de facto aceptada por las autoridades y por la población en general.

Da Vinci aprendió a cubrirse contra la humillación y el desprecio, ya que desde entonces se le negó casi todo lo que necesitase en sus labores de polímata. El delito de sodomía era extremadamente grave, pero a su vez era muy difícil de probar, y en un caso tan serio no se tomaban las acusaciones a la ligera. Esto lo salvó de una sentencia de muerte, pues para probar su culpabilidad hacía falta al menos un testigo y la denuncia había sido anónima. La acusación fue desestimada basándose en la ausencia de pruebas y bajo condición de que no se recibiesen más denuncias posteriormente.

Maquiavelo (1469-1527)

Estadista, matemático y precursor de la ciencia política, Nicolás Maquiavelo vivió en un marco histórico y geográfico de cierta flexibilidad sexual. Sin embargo, siempre tuvo el estigma de haber sufrido abusos por parte de uno de sus profesores; ocurrió cuando tenía entre 12 y 14 años, acorde a una carta del 16 de enero de 1515 que fue descubierta en 2005 por el historiador neoyorquino William J. Connell.

“De niño sufrió abusos por parte de un sacerdote, Paolo Sasso, que era su maestro de gramática y latín”, dijo Connell respecto a tal carta, publicada en el Corriere della Sera. “Que Maquiavelo fuera bisexual era ya sabido, gracias a los estudios realizados por el profesor Mario Martelli de la Universidad de Florencia. Pero después de haber visto con atención la correspondencia entre Maquiavelo y Francesco Vettori, su amigo de la infancia, puedo declarar sin ninguna duda que el joven Maquiavelo fue abusado por parte de su maestro y sacerdote. Y este abuso explica la hostilidad que tuvo hasta los últimos días con la Iglesia católica”, añadió Connell.

En la carta, Vettori hablaba del “depravado” maestro de su amigo y explicaba que los sentimientos de Maquiavelo hacia los hombres venían de su juventud ya con ese maestro, quien tuvo “la convicción de hacerlo a su modo” con él y de acercarlo a la poesía obscena. Por entonces, la sexualidad con menores era un pecado pero había también una fuerte subcultura de pedófilos que frecuentaban Florencia; y Vettori se refirió a ello: “Todos hacemos eso, aun los que más ordenados parecen. Pero no hay que maravillarse de que nuestros jóvenes sean tan lascivos como son, porque procede de una pésima educación”.

Años después de la carta, llegó a Florencia el hermano dominicano Girolamo Savonarola predicando fuertemente contra la sodomía y fue atacado por Maquiavelo como hipócrita, mentiroso y falso profeta. Había diferencias entre pasivos y activos, y las mujeres también recibían castigos. Sobre la homosexualidad de Maquiavelo, hubo partes de la carta donde Vettori comentaba que “los hombres declaran con la boca lo que tienen lejos del corazón […]. En el sentido de la boca, dicen que soy un hombre viril y fuerte, pero para el corazón puedo amar aunque sea a otros hombres”.

Von Humboldt (1769-1859)

El naturalista Alexander von Humboldt fue célebre en vida hasta el punto de recibir, en sus últimos años, unas 5.000 cartas de admiradores al mes. Y siguió así durante décadas, hasta verse poco a poco eclipsado por la figura de científicos como Darwin. Aunque pocos alcanzaron a tener con su nombre tantas calles, ciudades, especies, montes e incluso un mar en la Luna, el imaginario colectivo se fue olvidando de este botánico intrépido que recorrió toda Sudamérica para desentrañarla en su influyente obra Personal Narrative.

“Es como si sus ideas hubieran adquirido tal relieve que el hombre que las engendró se ha desvanecido”, se lamentaba hace años Andrea Wulf, en el epílogo de su propio libro La invención de la naturaleza (Ed. Taurus). “No le doy mucha importancia al tema porque nunca se supo realmente si era gay o no. A nivel personal, estoy bastante convencida de que era homosexual, pero no sabemos si físicamente consumó ese amor. Lo que es cierto es que no se casó, no tuvo hijos y ninguna mujer contó que tuviera alguna historia con él. También hay quien dice que sometía a su cuerpo a situaciones tan extremas porque nunca lo satisfizo de manera física. No lo sé, son especulaciones que no están en el libro”, comentaba Wulf.

Sara Josephine Baker (1873-1945)

Fue la primera ciudadana de EE UU en recibir un doctorado en Medicina. Feminista y sufragista, como directora del sector de higiene infantil de Nueva York ayudó a reducir un 40% la tasa de mortalidad en dicha ciudad. Dedicó su vida a instaurar medidas de salud pública que mejorasen las condiciones de madres y bebés, así como a educar a la sociedad en los cuidados infantiles básicos en grandes urbes cuyas condiciones sanitarias a finales del siglo XIX eran terribles. La viruela y la tifoidea se cobraban miles de víctimas, la leche se vendía sin pasteurizar en contenedores metálicos oxidados, y a menudo adulterada con cal para mejorar su color y las ganancias.

Se calcula que, tan solo en el barrio de Hell’s Kitchen de Manhattan, 1.500 bebés morían semanalmente por disentería, malas condiciones higiénicas e ignoracia sobre cuidados infantiles. En el campo de la medicina solo se admitía que las mujeres fuesen enfermeras o comadronas, de forma que su comportamiento y su hábito de vestirse y peinarse como un hombre (con raya en medio, al estilo del presidente Theodore Roosevelt) convirtió en lugar común que fuese lesbiana.

Margaret Mead (1901-1978)

Declarada lesbiana, fue referente indispensable en una edad dorada de la antropología capaz de situar frente a frente los códigos occidentales y los de comunidades aisladas, en Samoa o las islas Trobriand, para fundamentar la revolución sexual de los años sesenta. Sus investigaciones sobre el terreno, llevadas a cabo junto a Bronislaw Malinowski, exhibieron amplias diferencias culturales en la forma de ser niño y cuestionando el concepto de desarrollo como proceso universal, así como las nociones de desarrollo normal y anormal.

Estos trabajos procuraron integrar la antropología y la psicología, a través de la incorporación de la teoría freudiana y dando paso a la escuela de cultura y personalidad. Para hacerse una idea de la repercusión en su ámbito de trabajo, basta con mencionar que en el obituario que le dedicó el New York Times se la llamó “abuela del mundo”. Compañeros de la época apuntaron que su posición era la de una participante-observadora, que realizaba un estudio etnográfico del proceso de morir como una parte de la propia vida.

Alan Turing (1912-1954)

Considerado casi como creador de la computación moderna, este informático inglés falleció en 1954 a la edad de 41 años, envenenado con cianuro en lo que fue declarado un suicidio. Dos años antes, había sido hallado culpable y condenado a la castración química por su homosexualidad, un delito que pervivió en el Reino Unido hasta 1967 y que se cobró a otras mentes geniales como el escritor Oscar Wilde.

Turing sentó las bases de la informática moderna y definió los criterios de la inteligencia artificial que todavía ahora siguen vigentes, gracias sobre todo al famoso test de Turing para medir la inteligencia de una máquina. Para el gran público, su mayor logro fue descifrar los códigos del sistema Enigma que usaban los submarinos alemanes del Atlántico Norte durante la Segunda Guerra Mundial, un descubrimiento que precipitó la caída de Hitler y su régimen nazi.

El reciente film ‘The Imitation Game ‘, con la destacada actuación de Benedict Cumberbatch interpretando a Turing, dio lustre a la figura del ya de por sí brillante matemático de Cambridge. Seis décadas después de su suicidio, el servicio secreto del Reino Unido pidió disculpas por la persecución a la que fueron sometidos él y otros homosexuales; incluso la reina Isabel II finalmente les concedió un perdón a título póstumo en nombre de la Casa Real.

El director del centro de escuchas británico, Robert Hannigan, había admitido el “horrible” trato recibido por Turing y que esa actitud persistió en el espionaje británico, que vetó la contratación de homosexuales hasta 1990. “El hecho de que fuera una práctica común durante décadas refleja la intolerancia de aquellos tiempos y las presiones de la guerra fría, pero eso no hace que fuera menos equivocada y debemos disculparnos por ello”, argumentó Hannigan antes de subrayar que los servicios secretos “no aprendieron la lección con Turing”.

Madrid orgulloso, Madrid libre

La ciudad cierra sus calles para celebrar como nunca la diversidad sexual en una fiesta histórica: un millón de personas se reúne en la capital del WorldPride

Manifestación del Orgullo Gay en Madrid. J. P. GANDUL (EFE) / ATLAS

Por Enrique Gimbernat, que respondió con argumentos en 1978 al director de un hospital que había pedido públicamente que el programa La Clave no abordase el “tema de los homosexuales” al tratarse estas “aberraciones” de “una gran equivocación, cuando no un verdadero delito”. Por Daniel Zamudio, hijo de una vendedora y un obrero al que su madre dijo “cuídese” y acabó torturado salvajemente y muerto después de que cuatro asesinos le hiciesen una esvástica en el pecho con un cristal. Por Ramón, el vecino de mi calle, en Pontevedra, que de madrugada se sentaba escondido en un banco del parque de las Palmeras por si alguien quería ponerse a su lado, y así fue envejeciendo bajo los árboles. Por Amalia y por Cinthya, que tuvieron que ser amigas durante 20 años por miedo, y nunca se atrevieron a vivir juntas porque era un pueblo demasiado pequeño y su amor un escándalo demasiado grande. Por millones de rostros anónimos, aquí y allá, que siguen creciendo bajo unos marcos sociales construidos bajo un sustantivo discriminatorio (“la normalidad”) que los sitúa automáticamente al otro lado, expuestos al señalamiento, la persecución o la violencia. También, en sus círculos sociales, a la condescendencia del bienintencionado que, sin quererlo, no hace más que colocar su sexualidad bajo un foco.

Madrid fue la capital de la diversidad sexual, de la libertad y de la tolerancia; de una sociedad sacudida por su pasado y desacomplejada ante el futuro. Madrid, a esas horas de la tarde, fue el centro de un mundo que cambia poco a poco pero al que aún le quedan demasiados países siniestros a los que dar luz y justicia. Un griterío inmenso, una felicidad desbordada en todos los idiomas. Más de 50 carrozas en medio de una muchedumbre colapsaron la ciudad en una fiesta que se ha incrustado de tal forma en su ADN que este año, el primero de la historia en el que se celebra el EuroPride y World Pride al mismo tiempo, ha pedido a París el título honorífico de ciudad del amor. Lo es como no lo fue en las grandes películas de Hollywood; lo es como lo es ahora y será en las películas de futuro. Si tiene una ventaja el Orgullo es que se celebra como se quiere. Rita y Leticia llegaron a Madrid a esto: “Estamos aquí porque nadie nos conoce”. María y Luisa, que suben por la calle Reina, por otra distinta: “Somos de Madrid, vivimos aquí. Tenemos muchas razones por las que no nos debería gustar esto, razones políticas sobre todo por su deriva y demás. Es un gran acto de consumo, se han arrimado por interés tantos… Pero luego miras alrededor y piensas: si todavía sigue tanta gente insultando, tanta gente intolerante, entiendes que, con sus defectos, esto es necesario. Mientras moleste, hay que hacerlo”.

A pesar de los intereses en reducir el Orgullo a imágenes sin contextualizar, a presentarlo como una suerte de folclore exótico en vía pública para convertirlo en lo que los homófobos creen que es, lo cierto es que el desfile representaba en todas sus versiones la reivindicación de todas y todos. Si España se hubiese congelado en 1983 y se derritiese ayer en el Paseo del Prado, todos creerían estar viviendo algo irreal; si la España que se hubiese congelado fuese la de los años 50, esto sería directamente algo imposible. Pero ahí estuvimos y ahí estamos, aún entre muchos muros. Y no es poco. Lo que decía ayer Estefanía, una mujer de 36 años que esperaba el desfile como la cabalgata de los reyes, era que estaba en Madrid para “pasárselo bien”. Carlota, su novia de 25, que llegó el jueves desde Castellón, venía por la fiesta. Por Alcalá en dirección a Gran Vía un grupo —con gorros de paja de arcoíris, chicos de la mano, una pareja de lesbianas rezagada— caminaba con bolsas para un botellón en el centro en algún lugar “donde no nos pillen”.

Pasárselo bien en la calle para una pareja de lesbianas, para una pareja situada socialmente fuera de la “normalidad”, no era posible hasta hace muy poco. El gigantesco músculo que enseñó ayer Madrid al mundo, acogiendo a miles de visitantes y poblando sus edificios con la bandera arcoíris, lanzaba el mensaje de que era una ciudad libre, de acogida para todos, donde se puede amar como se quiera porque lo que destruye el mundo es la violencia; en Madrid el diferente, el perseguido y el señalado tiene que ser el que ataca uno de los principales motivos de orgullo de este país: haber legalizado el matrimonio homosexual antes que nadie, cerrar su capital para que gente de todo el mundo festeje y celebre su amor como quiera.

Se ocuparon masivamente, entre cánticos y carteles, las calles que una década antes estaban llenas de gente temerosa de que se acabase la “familia tradicional”, y en el Orgullo se demostró que lo tradicional es el amor y la tolerancia, venga de donde venga y vaya hacia donde vaya. Por los que no pudieron verlo, por los que lo vieron y lo pelearon, y por los que aún viven sin poder decirlo.

Un cabo de la Armada, Mister Gay Pride España 2017

El ganador de la gala con los otros dos finalistas en el escenario de Sol a las dos de la madrugada del sábado. @MrGayEspana

La gala Mister Gay Pride ha celebrado esta noche sus diez años de historia coronando a un cabo de la Armada -Ricardo, de Tenerife- demostrando igualdad y cumpliendo, desde la Puerta del Sol, con todos los cánones del formato: tres desfiles, larga duración y maniquíes que desfilaban sin tomar la palabra.

Pantalón vaquero y camiseta negra, calzoncillos y por último, traje; estos son los modelos que han lucido esta noche los 16 finalistas que disputaban el título en un evento que no se ha salido del guión: ni tacones, ni boas, ni estéticas diferentes, ningún elemento lo ha diferenciado de concursos similares salvo la orientación sexual de sus participantes.

La gala ha arrancado con ambiente festivo a las 22.00 horas ante las cerca de 20.000 personas, según los organizadores, presentes en la madrileña Puerta del Sol pero ha ido perdiendo fuelle al transcurrir tres horas para conocer al ganador: Ricardo Tacoronte, de 28 años, cabo de la Armada, finalista por Tenerife y con un objetivo: acabar contra la ‘plumofobia’ que se da también en propio colectivo gay.

“¡Qué viciosos sois”, ha exclamado la maestra de ceremonias, Devora Hombres, ante los aplausos del público a los dos “chulazos” militares que concursaban; la presentadora, primera en serlo hace diez años, ha puesto el elemento lúdico a una gala que ha arrancado felicitando a Alemania por la aprobación del matrimonio igualitario.

Entre las novedades, un concursante con discapacidad, Enrique Albert, de 25 años y Mr. Alicante, que ha defendido la necesidad de “romper estereotipos” y considerar Mr Gay como un concurso de “valores, fuerzas y superación”.

El vencedor de la gala Ricardo Tacoronte.

Sin embargo, dichos estereotipos están muy marcados en el mundo gay, según explica a Efe Héctor, que ha acudido a Sol con dos amigos y ve el concurso por primera vez: “estos serían las musculosas”, “me parecen todos muy parecidos”, ha asegurado.

En opinión de este joven de Toledo, los hombres homosexuales reciben más “presión estética” que los heterosexuales al competir “en un mundo en el que se lucha por ser el más cuidado” y se busca al “prototipo ideal”.

Mr Gay fue “muy difícil” en sus comienzos, han asegurado sus organizadores, Juan Martín Boll y Nano García, agradecidos con la ayuda de unos patrocinadores cuyo gran protagonismo ha convertido a ratos la gala en una suerte de teletienda, comida al escenario incluida.

“Me aburro, quiero ver quién canta” o “hombres, hombres no quiero, prefiero que toque Rebeca ‘Duro de pelar'” han sido los comentarios que salían de algunos grupos de chicas, que no podrán acudir a un concurso equivalente con lesbianas ya que no existe, lo que la presentadora Carmen Alcayde pide remediar.

La música sí ha estado presente, como cuando Pastora Soler ha sido reconocida con el premio 2017, pero Sol, cuyo auditorio estaba dividido por carriles de emergencia y evacuación, ha vibrado sobre todo con Azúcar Moreno y su “Sólo se vive una vez” en una noche donde abundaba la música gratuita a cuenta del Orgullo en toda la ciudad.

Tanto el cuerpo como “el rollo” se han tenido en cuenta para elegir a Mr Gay, según Juan Carlos Alonso, coordinador general del WorldPride y miembro del jurado, “todos son guapísimos, pero también es muy importante lo que transmiten”, ha asegurado.

Pese a ello, el ganador, que representará a España en el concurso mundial que este año acoge Argentina, ha quedado “sin palabras” al vencer un concurso que ha denunciado la no universalidad de los derechos del colectivo LGTBI y la opresión vivida en países como Rusia.

“Madrid ha estado a la altura”

Madrid, orgullosa capital del amor

El WorldPride 2017 ha sido un evento para recordar. Durante la tarde ayer, miles de personas se congregaron en las inmediaciones del Paseo del Prado hasta la plaza de Colón para disfrutar, festejar y reivindicar. El lema de este año, “Viva la vida”, pretendía también poner el foco de atención en la despatologización de las personas transexuales.

Las fuertes medidas de seguridad generaban, para muchos, un entorno tranquilizador. El ruido del helicóptero de la Policía que sobrevoló la manifestación hacía levantar los ojos al cielo; como decían José Manuel Palomino y su novio Joaquín: “Madrid está a la altura”. “Con todo lo que está sucediendo, nos sentimos muy protegidos”, añadía Palomino.

El toque internacional de esta edición del WorldPride se dejó sentir por lo variado de las nacionalidades de los que se agolpaban a lo largo del recorrido. Sebastian, un polaco afincado en Edimburgo, había volado ayer a Madrid con una intención clara: “Quiero encontrar el amor”, explicaba. Con lo que ha dado Daniel en Madrid, siendo natural de Etiopía, ha sido con un refugio. En su país, ser homosexual está penado con la cárcel: “Lo que más siento es vivir a espaldas de mi familia. Estoy escondido”. A su lado le abrazaba Laura Ferreira, su amiga de Guinea Ecuatorial, que se sentía orgullosa de que sus familiares sí aceptaran su homosexualidad. “En mi país no hay problemas por ser quien quieras”, decía.

Las carrozas del Desfile del WorldPride 2017, a su paso por la plaza de Cibeles Víctor LerenaEFE

Como antesala a las carrozas, una batucada y una representación de diversos Orgullos alrededor del mundo recordaban que ciudades como Bruselas, Hamburgo, Estocolmo, Sidney, Puerto Rico u Orlando también tenían algo que celebrar. Al pasar el grupo con las pancartas recordando que en Rusia la homosexualidad no se puede vivir libremente, los asistentes no dejaban de aplaudir.

Pedro Iglesias y su hermano llegaron el viernes de Miami y no tenían más que buenas palabras para la enorme presencia policial. “No podemos dejar que el miedo nos gane. Hay que salir a disfrutar mientras podamos”, recalcaba Pedro. Sin embargo, para él, la fiesta podría haber ido un poco más allá. “Me falta música por todas partes, por la calle”.

Maider Sánchez y su marido llegaban de Guipúzcoa y también echaban en falta más ruido. “Pensaba que Madrid se iba a animar más a salir de fiesta”, se sinceraba Maider.

Muchos de los niños que acudieron se quedaban sin palabras ante los esperpénticos disfraces de quienes desfilaban y que hacían más llevadera la espera: barbas con purpurina, unicornios, hadas, tacones kilométricos… Y banderas, muchas banderas. Los nietos de María José se hacían fotos con todo aquel que accediera, y ella les animaba. “Su tío antes se llamaba Juanjo y ahora es Claudia. Y no pasa nada. Hay que educar en la normalidad“, explicaba, alisándose su banda arcoiris.

Precisamente de la falta de educación es de lo que se queja la presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (AMPGYL) en la Comunidad Valenciana, Dolores Domínguez. Con el lema “Somos vuestros padres, somos vuestras madres, estamos a vuestro lado”, Domínguez afirmaba que “para las familias aún sigue siendo una mala noticia tener un hijo o hija LGTBI porque no hay espacios seguros para ellos”.

“Esto es una manifestación, no un desfile”

Saida García, vicepresidenta de la asociación de familias de menores transexuales Chrysallis, centraba la atención en todo el trabajo que queda por hacer, según ella, una vez finalice el Orgullo. “Para empezar, esto es una manifestación y no un desfile. Claro que es una fiesta, pero la reivindicación está en el día a día. A nivel legal, aún se considera a los transexuales como enfermos y eso tiene que cambiar”, aseveraba.

A pesar de que las pancartas que iniciaban la marcha defendían “los derechos LGTBI en todo el mundo”, Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales recordaban que el año pasado el lema era la visibilización bisexual y que el objetivo no se ha cumplido ni de lejos. “Queremos que nos tengan más en cuenta: se habla de los gays, pero, ¿qué pasa con los bisexuales? Aún queda mucho por hacer en ese aspecto para que no se nos deje en el olvido”, afirmaba Lucía Cruz, coordinadora del área de políticas bisexuales de la FELGTB.

Muchos de los asistentes se protegían del calor a la sombra de los árboles, refrescándose con pistolas de agua y con mucha bebida; los más previsores acarreaban neveras de camping. Algunas pequeñas pancartas se hacían notar entre la multitud: “Gay, OK” o “Mi orgullo son tus derechos” salpicaban la calle. Los voluntarios ofrecieron a los asistentes abanicos de colores en los que se podían leer palabras como “orgullo”, “derechos” o “diversidad”.

“Hay demasiada gente, parecen unos carnavales y eso tampoco es”, se quejaba Miguel desde primera fila, para lo que había tenido que esperar dos horas a pleno sol. “Cuando salíamos sólo 500 personas sabíamos que tenía sentido, pero ahora la mayoría piensa que es una fiesta”, decía. De su misma impresión es Manolo López, activista de 78 años que acudió solo: “Sentía que tenía que estar hoy aquí, recordando que me siento y siempre me he sentido orgulloso de ser como soy”.