Tuvo sexo con un delfín y ahora protagoniza un documental

“Tuve un romance con un delfín durante un año porque me sedujo”, declara Malcolm Brenner, de 63 años

sexo con delfin 1Una historia que a algunos puede parecerle aberrante y a otros, como mínimo, curiosa. Pero si algo es cierto, es que se trata de un hecho verídico y que además, compone la trama de un documental llamado ‘Dolphin Love’. Se trata de un audiovisual que cuenta la relación sexual que Malcolm Brenner, de 63 años, mantuvo con un delfín en 1971.

El corto acaba de estrenarse en el festival de cine alternativo Slamdance, en Park City, Utah (EE UU), tal y como infoma el diario ‘Las Provincias’. En los 15 minutos que dura el vídeo, el protagonista cuenta, con todo lujo de detalles, cómo fue su primer encuentro con el cetáceo a la vez que aparecen una serie imágenes y gráficos representando las escenas. Según él, el animal fue el primero en dar el paso en el cortejo: “Tuve un romance con un delfín durante un año porque me sedujo”.

¿Cómo conoció Brenner a Dolly? El hombre era fotógrafo y le encargaron realizar unas instantáneas a los delfines del estanque de un parque de atracciones que hubo entonces en Sarasota, Florida. «Empecé a frotarle la espalda, hasta llegar a las aletas y la cola. Entonces ella fue lentamente girando hasta posicionarse frente a mí», narra Brenner.

Un lenguaje directo, claro y sin tapujos. El protagonista se atreve a hablar con todo tipo de concreciones. Cuenta que pasaba muchas horas trabajando con los delfines y que esperaba a que cerraran el parque para mantener sexo con Dolly, con quien tuvo este tipo de encuentros durante un año.

El estreno del contorvertido documental coincide con la reciente reforma aprobada del Código Penal español, con la que se pretende castigar por primera vez la zoofilia y la explotación sexual a animales, entre otros delitos como el maltrato y abandono. En el caso de la zoofilia, tendrá una pena de tres meses a un año de cárcel.

Brenner, por su parte, se considera un zoófilo y publicó en 2009 la novela autobiográfica Wet Goddes. En su blog comentó que el documental ha sido bien recibido en el festival y que nadie se salió durante la proyección. En todas las entrevistas y declaraciones, el protagonista ha querido dejar constancia de que el sexo fue en todo momento consentido por el mamífero.

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Zinegoak clausura con éxito su festival de cine y artes escénicas gaylesbotrans

El Festival Internacional de cine y artes escénicas gaylesbotrans de Bilbo Zinegoak, en su décimo segunda edición, clausuró ayer su itinerario por 2015 con la entrega de premios en Bilborock, en una gala presentada por Marilyn Solaya.

IRUDIA ZINEGOAKEl palmarés de este año cuenta con la particularidad de que, por primera vez, dos mujeres son las ganadoras de los premios principales del festival: Mejor Largometraje de Ficción para Ester Martin con «Nånting måste gå sönder» y Mejor Largometraje Documental para Pilar Monsell con «África 815». También ha sido una mujer la ganadora del premio de Lesbianismo y Género, la filipina Sigrid Andrea Bernardo con «Ang Huling Cha-Cha Ni Anita».

Según el jurado, el palmarés es el siguiente: Mejor Largometraje de Ficción para «Nånting måste gå sönder» (Something Must Break) de Ester Martin Bergsmark, «por su propuesta radical llena de contrapuntos».

El premio al Mejor Largometraje Documental ha sido para «África 815», de Pilar Monsell, con mención especial para «DETI 404» (Children 404), de Pavel Loparev y Askold Kurov.

Mejor Película Experimental para «One Deep Breath» de Antony Hickling. El premio al mejor cortometraje documental es para «Il segreto del serpente» de Geoff Jaffe y sendas menciones para «Metube: August sings Carmen Habanera» de Daniel Moshel y «Kuhani» dirigido por Ntare Guma Mbaho Mwine.

Mejor Cortometraje de Ficción o Documental ha sido para «Die Schwulenheiler» (Gay Healers), de Christian Deker y Oda Lambercht.

El premio Lesbianismo y Género se lo ha llevado «Ang Huling Cha-Cha Ni Anita» (Anita’s Last Cha Cha), de la directora Sigrid Andrea Bernardo, por ser una película contada «desde la alegría, la naturalidad y el desprejuiciamiento» y que muestra «un aspecto raramente abordado en la infancia de las lesbianas: la representación del deseo lésbico en una niña con toda su dimensión sexual, sin tabúes».

Premio Diversidad y Derechos Humanos: «DETI 404», de Pavel Loparev y Askold Kurov. Por documentar «en primera persona y a cara descubierta el duro día a día de los jóvenes LGBT en Rusia». Respecto a esta obra, el jurado destaca que Lena Klimova, creadora de la web en la que se basa el documental, ha sido condenada a pagar una multa de 50.000 rublos (650 euros) tras ser denunciada por realizar «propaganda gay».

Premio Hegoak: «Pepper», de Mark Cleary y Craig Robert Young, cortometraje que mejor fomenta las actitudes positivas ante la diversidad sexual y los nuevos modelos familiares y relacionales.

Dos mujeres ganan por primera vez los premios principales del festival Zinegoak

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Dos fotogramas de “Nånting måste gå sönder” y “África 815”.

Por primera vez, dos mujeres han sido las ganadoras de los premios principales del festival Zinegoak: Mejor Largometraje de Ficción para Ester Martin con “Nånting måste gå sönder” y Mejor Largometraje Documental para Pilar Monsell con “África 815”, han informado los organizadores. Esta tarde tendrá lugar la gala de clausura del Festival Internacional de cine y artes escénicas gaylesbotrans de Bilbao Zinegoak 2015. En la gala se entregará el Premio Honorífico Especial a Fernando Díez.

El palmarés de este año, adelantado por la organización, es el siguiente: Mejor Largometraje de Ficción, para “Nånting måste gå sönder” (Something Must Break) de Ester Martin Bergsmark “por su propuesta radical llena de contrapuntos”. El premio al Mejor Largometraje Documental ha sido para “África 815” de Pilar Monsell con mención especial para “DETI 404”(Children 404) de Pavel Loparev y Askold Kurov.

Mejor Película Experimental para “One Deep Breath” de Antony Hickling. El premio al mejor cortometraje documental es para “Il segreto del serpente” de Geoff Jaffe y sendas menciones para “Metube: August sings Carmen Habanera” de Daniel Moshel y “Kuhani” dirigido por Ntare Guma Mbaho Mwine . Mejor Cortometraje de Ficción o Documental ha sido para “Die Schwulenheiler” (Gay Healers) de Christian Deker y Oda Lambercht.

El premio Lesbianismo y Género se lo ha llevado “Ang Huling Cha-Cha Ni Anita” (Anita’s Last Cha Cha), de la directora Sigrid Andrea Bernardo, por ser una película contada “desde la alegría, la naturalidad y el desprejuiciamiento” y que muestra “un aspecto raramente abordado en la infancia de las lesbianas: la representación del deseo lésbico en una niña con toda su dimensión sexual, sin tabúes”. También hay una mención especial para “Fuoristrada” de Elisa Amorouso.

Dos mujeres ganan los principales premios del Zinegoak por vez primera

Durante la gala de clausura del Festival Internacional de cine y artes escénicas gaylesbotrans de Bilbao Zinegoak 2015, se ha entregado el Premio Honorífico Especial a Fernando Díez

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Cartel de una de las pelígulas del Zinegoak / EL PAÍS

Por primera vez, dos mujeres han sido las ganadoras de los premios principales del festival Zinegoak: Mejor Largometraje de Ficción para Ester Martin con “Nnting mste g sönder” y Mejor Largometraje Documental para Pilar Monsell con “Africa 815”, han informado los organizadores.  La gala de clausura del Festival Internacional de cine y artes escénicas gaylesbotrans de Bilbao Zinegoak 2015. En la gala se entregará el Premio Honorífico Especial a Fernando Díez. El palmarés de este año, adelantado por la organización, es el siguiente: Mejor Largometraje de Ficción, para “Nnting mste g sönder” (Something Must Break) de Ester Martin Bergsmark “por su propuesta radical llena de contrapuntos”. El premio al Mejor Largometraje Documental ha sido para “Africa 815” de Pilar Monsell con mención especial para “DETI 404″(Children 404) de Pavel Loparev y Askold Kurov. Mejor Película Experimental para “One Deep Breath” de Antony Hickling.

El premio al mejor cortometraje documental es para “Il segreto del serpente” de Geoff Jaffe y sendas menciones para “Metube: August sings Carmen Habanera” de Daniel Moshel y “Kuhani” dirigido por Ntare Guma Mbaho Mwine . Mejor Cortometraje de Ficción o Documental ha sido para “Die Schwulenheiler” (Gay Healers) de Christian Deker y Oda Lambercht. El premio Lesbianismo y Género se lo ha llevado “Ang Huling Cha-Cha Ni Anita” (Anita’s Last Cha Cha), de la directora Sigrid Andrea Bernardo, por ser una película contada “desde la alegría, la naturalidad y el desprejuiciamiento” y que muestra “un aspecto raramente abordado en la infancia de las lesbianas: la representación del deseo lésbico en una niña con toda su dimensión sexual, sin tabúes”. También hay una mención especial para “Fuoristrada” de Elisa Amorouso.

“El viaje de Carla es una herramienta para la defensa de la diversidad y los derechos humanos”

Avalado por los premios obtenidos y por el éxito unánime de crítica y público, el documental El viaje de Carla -dirigido por Fernando Olmeda- afronta ahora el reto del Zinegoak de Bilbao, uno de los principales festivales de cine LGTB de Europa.

carla antonelli y fernando olmeda

Carla Antonelli, activista LGTBI y diputada de la Asamblea de Madrid, y Fernando Olmeda, director del documental biográfico El viaje de Carla.

El documental relata el periplo vital de una de las más relevantes activistas por la igualdad en España, referente nacional e internacional del colectivo LGTB y diputada en la Asamblea de Madrid. Protagonista y testigo de la historia, a través de su trayectoria individual se entiende mejor el viaje colectivo. Por eso, la cinta también reivindica la lucha denodada de las personas que viven conforme a su identidad de género, la capacidad de superación de quienes logran salir adelante a pesar de tener casi todo en contra, y el compromiso de quienes luchan en favor de la igualdad legal y social y la diversidad afectivo-sexual. «Carla siempre convierte lo negativo en positivo, y su fortaleza y su compromiso son modelo y ejemplo a seguir, no solo para el colectivo LGTBI, sino también para la sociedad en su conjunto», señala Fernando Olmeda.

A través de un relato coral duro y sincero, el documental logra la empatía del espectador hacia una trayectoria llena de pequeñas y grandes victorias, repleta de reconocimientos y galardones como el Premio Solidario de Hegoak, asociación que trabaja activamente en la denuncia de las discriminaciones por LGTBIfobia, así como en la atención a las personas LGTBI y en la prevención del VIH-SIDA, y también organiza el Festival Internacional de Cine y Artes Escénicas GayLesboTrans de Bilbao. «Siempre es un gusto visitar Euskadi», dice Carla Antonelli; «ya en 1999 reclamé que se incluyera en la cartera de servicios sanitarios la cirugía de reasignación de sexo, así como una Ley nacional que regulara el derecho a la identidad y a la modificación de la partida de nacimiento y del DNI, que se hizo realidad en 2007. El País Vasco ha estado en la vanguardia de la defensa de los derechos del colectivo LGTBI, con la puesta en marcha del Berdindu -el servicio de Información y atención del Gobierno Vasco para temas de diversidad sexual y de género- y de la Unidad de Género del Hospital de Cruces. Destaca también el trabajo continuado de colectivos como Hegoak, Aldarte, Gehitu, Guztiok o Errespetuz -que atiende específicamente a las personas transexuales-, gracias a cuyo empuje salió adelante la Ley Integral de Transexualidad Vasca, la segunda aprobada en España».

el viaje de carlaEl viaje de Carla -de 65 minutos de duración- es un trabajo audiovisual profundo y consistente, sensible y veraz, que cosechó los Premios al Mejor Documental y a la Mejor Obra Española en LesGaiCineMad (Madrid), y el Premio al Mejor Documental enAndaLesGai (Sevilla). También tuvo una sensacional acogida en la segunda edición de Can[Be]Gay, Festival de Cine LGTBIQ de Canarias -aún en marcha-, y el próximo fin de semana afronta el reto de convencer al jurado del Zinegoak. «Estamos muy satisfechos de la acogida», afirma Olmeda; «nos satisface haber sido seleccionados para participar en un Festival como Zinegoak, importante referente como evento cultural de primera magnitud y también como lugar de encuentro del colectivo LGTBI».Antonelli añade: «Estoy muy ilusionada y con ganas de compartir el documental, que considero una herramienta para la defensa de la diversidad y los derechos humanos, más aún en estos tiempos en que tantos ataques están recibiendo; hay que seguir haciendo pedagogía, porque la transexualidad no es un capricho; hay que seguir visibilizando una realidad y trabajando por conseguir una sociedad en la que tenemos que caber todas y todos».

Travestis que sobrevivieron en una España en blanco y negro

El arte y la gracia en unos casos y la urgencia y la necesidad en otros, fueron los encargados de mantener a flote a un colectivo asfixiado por la represión franquista.

ocaña retrato intermitente

Después del triunfo de Conchita Wurst en el festival de Eurovisión de este año, podría decirse que el colectivo de travestis goza de buena salud en cuanto a respeto y tolerancia por parte de la sociedad. Wurst (que significa “salchicha” en la traducción al español), antes de convertirse en estrella mediática ya era firme defensora de los derechos de las minorías sexuales y lo sigue haciendo después de su fulgurante éxito. Sin embargo, este colectivo no siempre ha tenido el nivel de aceptación actual, y menos en España, donde la represión franquista causó estragos como bien podemos ver en películas y documentales estrenados en la transición y principios de los 80.

Por ejemplo, Ocaña, un retrato intermitente (1978), documental dirigido por Ventura Pons, que narra la vida del artista andaluz José Pérez Ocaña y de la situación del colectivo LGTB en la Barcelona de la transición. Un documento muy interesante para conocer la situación real en la calle y cómo Ocaña supo sobreponerse y enfrentarse a los poderes fácticos de la época desde su humilde buhardilla de la Plaza Real de Barcelona. Inolvidable la escena en la que se pasea por las Ramblas travestido, del brazo de un chulazo de sombrero y traje caro, levantándose el vestido y enseñando sin pudor su pene ante los cientos de personas que no le quitaban ojo con una mezcla de estupefacción y admiración.

Otras películas esclarecedoras sobre la realidad de los travestis en la recién estrenada democracia fueron Vestida de Azul (1983), de Antonio Giménez-Rico, que narra en una extraña mezcla de documental y ficción, la vida de siete travestis, su obra y milagros para sobrevivir en la dictadura sin ocultar su sexualidad y con el único objetivo de vivir su vida sin demasiadas ambiciones. Un hombre llamado Flor de Otoño (1978), de Pedro Olea y protagonizada por José Sacristán fue otra de las películas que hablaban sin tapujos del travestismo y que mayor repercusión tuvieron.

Pero una cosa está clara, cuando terminó el franquismo, el colectivo de travestis y transexuales no lo tuvo nada fácil. Cárceles como la de Carabanchel en Madrid, estaban atestadas de “desviados”, como solía llamarse a este colectivo. La Ley sobre Peligrosidad y Rehabilitación Social, de 1970, que derogaba la famosa Ley de Vagos y Maleantes, que en 1954 incluyó también a los homosexuales en la lista de “rufianes sin oficio conocido”, (llámese mendigos, proxenetas, nómadas y vagabundos), hizo mucho daño al colectivo LGTB, ya que incluía penas de hasta cinco años de cárcel, o internamiento en manicomio, a los homosexuales y demás individuos considerados peligrosos socialmente para que se “rehabilitaran”.

un hombre llamado flor de otoño

Con este panorama, no es de extrañar que antes de la transición, según cuenta Antonio D. Olano, autor del libro Pecar en Madrid, “salir con atuendos nada equívocos en el Madrid de aquellos tiempos, tenía mucho más valor que ponerse delante de un toro de cinco años, sin capote ni defensa alguna”. Pero a pesar de todo había gente con el coraje suficiente para jugarse su libertad y su físico por mostrar su verdadera identidad y expresar su esencia a los cuatro vientos.

A finales de los 70 y durante la famosa “movida”, proliferaron multitud de espectáculos en los que nunca faltaban travestis y transexuales. Uno de los más recordados fue el grancanario Paco España, fallecido recientemente, que se atrevía a subirse al escenario imitando a grandes tonadilleras de la época como Lola Flores, no sólo con sus ropas y ademanes, sino también cantando en directo. Participó en películas como la ya mencionada “Un hombre llamado flor de otoño” y “Gay Club”, dirigida por Ramón Fernández en 1980. Fue uno de los principales exponentes del transformismo de la época y un luchador por las libertades y derechos del colectivo LGTB a base de arte y desparpajo.

El fenómeno del travestismo en la transición española ha sido muy estudiado por el extraño acogimiento que tuvo en la sociedad de la época, aún muy tradicional y con marcada orientación homófoba, pero que aceptaba la presencia de homosexuales y travestis en los espectáculos de variedades y cabaret, más como objeto de mofa que como espectáculo respetado y admirado. Sin embargo, muchos afirman que este tipo de espectáculos, dado el prisma desde el que era observado, no hacía sino confirmar la hegemonía heterosexista que seguía instalada en aquellos momentos.

Artistas como Pérez Ocaña, Paco España y tantos otros personajes famosos y anónimos que tuvieron la “osadía” de mostrarse tal como eran en unos tiempos convulsos, llenos de resquemor e intolerancia, son los que sembraron las primeras semillas de la convivencia y el respeto que vivimos en la actualidad.

 

Claves para desmitificar el amor romántico, y olvidarse de princesas y príncipes azules

amor romantico

En los cuentos que nos cuentan desde nuestra más tierna infancia, a los varones les enseñan tres cosas sobre el amor:

  • Hay cosas más importantes en la vida que el amor romántico.
  • Hay una mujer destinada a ti.
  • El amor es inagotable e incondicional (como el amor de mamá).

A las mujeres nos enseñan otras tres cosas:

  • No hay nada en la vida más importante que el amor romántico.
  • Hay un hombre destinado a ti.
  • Las mujeres nacen con un don para amar inagotable e incondicionalmente (por eso su objetivo en la vida es ser esposa y mamá).

En los cuentos que nos cuentan, a unos les lanzan un mensaje, y a las otras nos lanzan otro. Para los hombres, el mensaje principal es que el amor es eso que sucede al final de la aventura, después de haber pasado por mil situaciones diferentes, después de que el héroe ha demostrado su fuerza, su valentía, su capacidad para ganar y someter a los enemigos que le van saliendo en el camino, y a los monstruos internos que a veces le paralizan de miedo. Si logra vencerlos, será digno del amor de la Princesa Que Espera, y si fracasa, se quedará solo.

El príncipe azul sabe que vencerá porque siempre se siente querido. Las dudas de amor son para las princesas con mucho tiempo libre que gustan de atormentarse. Ellos prefieren sentirse queridos, útiles, importantes y necesarios para su país o para su comunidad. Los príncipes se saben deseados por las mujeres, respetados por sus enemigos, admirados por sus amigos, venerado por sus súbditos, y mitificados por una bella  muchacha que sufre lo indecible (o que se aburre infinitamente) mientras espera la llegada de su Salvador.

Otro de los mensajes que suelen lanzarnos desde las producciones culturales es que el príncipe azul lleva consigo el amor incondicional de su madre grabado en el corazón, por eso sólo podrá ofrecerle el trono del reino a una mujer que le ame como su madre: de un modo total, sin peros, sin condiciones. Así que nosotras tenemos que sustituir a su madre y convertirnos también en madres de sus hijos e hijas, y ellos, ya saben que las madres aguantan de todo y que por muy mal que te portes, nunca dejarán de quererte.

El mensaje que nos lanzan a las mujeres es que si somos elegidas, tenemos que sentirnos inmensamente afortunadas, porque somos el grandioso premio a su heroicidad, el símbolo del triunfo masculino, el descanso del guerrero, y el botín de guerra que les pertenece por haber salvado al mundo (de las hordas de orcos, de los comunistas rusos, de los terroristas islámicos, de los alienígenas, de los indios norteamericanos, de los mafiosos italianos, de los robots inteligentes y malvados).

Las princesas, nos cuentan, tienen que ser muy pacientes, porque en casi todas las historias el amado siempre tiene mucho trabajo. Y es que por encima del amor está la misión del héroe, que es mucho más grandiosa que la princesa y que él mismo. El héroe primero sirve a la patria, y después obtendrá su recompensa por su trabajo, pero tiene que ganársela: el protagonista de los cuentos de hadas y de las películas de acción ha de demostrar que es un hombre con pleno control sobre sus emociones y mucha “sangre fría” para actuar. Tiene que olvidarse de su tierno corazoncito para matar, aniquilar y destruir al enemigo. Tiene que demostrar que es duro como una piedra, que ejecuta órdenes con la fidelidad de un robot, que es capaz de aguantar el cansancio, el hambre, el dolor de las heridas, el sueño acumulado y todo lo que le echen encima. El premio a sus sacrificios es la princesa que espera en su castillo, les dicen a los niños.

A las niñas les lanzan este mensaje: para la princesa el amor sí es lo más importante, porque la liberará de su encierro o su desgracia. Ella ama el amor porque cree que su vida mejorará, y porque no le han enseñado a pensar en otra cosa que en casarse y cumplir lo que se espera de ella: ser una mujer eternamente agradecida y entregada a su Salvador con absoluta devoción.

Los príncipes han de esforzarse mucho para obtener su recompensa, las princesas sólo tienen que aguantar, esperar, y ser pacientes para que nos amen para siempre. Y esperar solas, claro, sin rivales alrededor.

 

No es casualidad que las princesas siempre estén solas y desprotegidas, a merced de las circunstancias, y soñando con que alguien se encargue de ella. Nunca tiene un plan propio para escapar del encierro, ni redes de solidaridad y afecto que le ayuden. Las princesas en general son vulnerables, frágiles, sensibles, dulces, heterosexuales, de piel blanca y cabellos rubios. Se aburren mucho, suspiran mucho, y piensan en su príncipe azul a todas horas, creyendo que junto a él encontrarán la felicidad eterna y nunca más estarán solas.

A los chicos les encanta pensar que existe una princesa que lo ama porque sí y sólo piensa en él. Pero además, hay otras mujeres que les desean mucho, como es natural en un macho alfa. El mensaje que les lanzan a ellos es que han de ser fuertes para evitar las tentaciones. En el camino hacia el amor, el héroe se verá seducido por maléficas figuras femeninas que lo atraen hacia el lado oscuro, pero él nunca dejará de pensar en su princesa que espera pacientemente en el castillo a ser rescatada.

El mensaje patriarcal de los cuentos para niños, adolescentes y hombres adultos es que estas maléficas mujeres son libres, potentes, atractivas, y peligrosas, así que sólo has de acercarte a ellas para satisfacer tus necesidades básicas y divertirte un rato antes de encontrarte con tu legítima amada. Sabes que serás perdonado porque son meras necesidades sexuales que “nada tienen que ver” con el sublime romanticismo que le lleva a la Princesa Que Espera.

Al final de la aventura, el hombre puede por fin rendirse ante el amor: es cuando el héroe abre su corazón gracias a la ternura de la amada. Ya ha demostrado lo fuerte y valiente que es, ya ha ganado todas las copas y trofeos, ya ha llegado el momento de asentar la cabeza y formar una familia para asegurar la perpetuación de su estirpe. En los cuentos que nos cuentan, los finales son siempre felices: el héroe rescata a la princesa, se casan y viven para siempre comiendo perdices. Él la protegerá, ella lo cuidará para siempre, ambos vivirán encerrados en su palacio de cristal.

Sin embargo, la Realidad es siempre diferente a la ficción romántica: como cualquier pareja, los enamorados se arrugan y engordan, pierden belleza y alegría, se pelean, se aburren, se hastían, se traicionan, se reconcilian, y nada es tan bonito como nos habían contado. Las princesas y los príncipes no son tan perfectos, por lo que sus historias de amor tampoco lo son.

Descubrirlo personalmente nos decepciona y nos frustra, porque nos sentimos engañados, o porque pensamos que tenemos mala suerte en el amor. Para poder sufrir menos y disfrutar más, tenemos que aprender a despatriarcalizar y a desmitificar el amor romántico, inventarnos otros cuentos con otros mensajes, y construir otras formas de querernos.

He aquí algunas claves para desmitificar el romanticismo patriarcal y para aprender a relacionarse amorosamente con personas de carne y hueso:

Para ellos:

  • Buenas noticias: no hace falta que salves a la Humanidad, ni que seas un héroe, ni que demuestres que eres fuerte, violento, agresivo o dominante para que te amen. Ya no estás obligado a responsabilizarte de todo, y no hace falta que seas el ganador y el vencedor absoluto en todas las áreas de tu vida. No tienes por qué sentirte culpable si no das la talla o no cumples con las expectativas sobre tu virilidad. Basta con que seas una buena persona capaz de construir una relación bonita.
  • El amor es para disfrutar, no para sufrir. El amor es para hacernos la vida más fácil y bonita los unos a los otros, no es un medio para negociar y conseguir otras cosas, ni es un sacrificio que hay que hacer para tener asegurado el cuido y el placer (olvídate de la esposa-criada complaciente que atienda todas tus necesidades como mamá, para más información, el siguiente punto).
  • Definitivamente, la princesa rosa ya no existe. Las mujeres ya no esperan toda la vida ni te aman incondicionalmente: si no te portas bien, si no hay buen trato, si no alimentas la relación, si pactas fidelidad y no cumples, te dejan. La mujer a la que amas no está sentada esperando a que llegues,  no está siempre disponible para ti, ni es tuya, ni su amor es para siempre. Es una mujer libre que está contigo porque quiere estar contigo, sencillamente, en el presente que compartís.
  • No mitifiques a una sola mujer y desprecies a todas las demás. No existen las mujeres buenas y las mujeres malas, por lo que no hace falta que montes jerarquías afectivas que sitúen a una sola mujer en la cúspide del éxito, y a todas las demás las minusvalores. Las mujeres no son “santas” o “putas”, son seres imperfectos y complejos como tú, con sus virtudes y sus defectos, sus errores y sus aciertos. Igual que tú nunca podrás ser tan maravilloso como el príncipe azul, ellas tampoco podrán cumplir con las expectativas del mito de la princesa. Las mujeres libres con autonomía no son peligrosas. No hace falta dominarlas para poder amarlas. No tengas miedo a relacionarte con una mujer de carne y hueso sin la coraza: no muerden.
  • El amor no supone rendirse, no es un virus que te posee y te roba la voluntad, no es el fin de tu juventud, no te convierte en prisionero de nadie, no te convierte en propietario, ni en dominador o dominado. El amor no te roba la autonomía, no es el fin de tu libertad, no te convierte en un “calzonazos”, no te rebaja la virilidad. Así pues, eres libre para relacionarte desinteresadamente con las mujeres o los hombres a los que amas, y para dejarte seducir por la magia del compañerismo romántico que nos sitúa a todos en el mismo plano horizontal. Practicar el amor sin las antiguas estructuras de dominación y sumisión, te liberará de la necesidad de ser superior o de luchar por el poder, con lo cual podrás disfrutar más del amor.
  • Aprende a compartir protagonismos: antes los personajes femeninos de las historias de amor ejercían un papel pasivo, ahora van en su propio caballo, matan a sus propios dragones, toman decisiones, resuelven enigmas, se emparejan y se separan, eligen a sus compañeros, se equivocan, rectifican, y reivindican su derecho a moverse con libertad, y a ser protagonistas de sus propios relatos. Las mujeres son tus compañeras, y los hombres son tus compañeros, y se trabaja siempre mejor en equipo que en solitario. Di no a la soledad, que te hace más dependiente y más vulnerable, y júntate a la gente para dar y recibir amor, para vivir aventuras, para celebrar la vida.
  • El amor no culmina con un final feliz, se construye día a día. No existe la fuente de amor inagotable, no dura para siempre, y no es gratis: para ser amado hay que amar, para recibir hay que dar, para que te traten bien tienes que tratar bien. El amor puedes disfrutarlo en cualquier momento de tu vida si tienes las herramientas y los conocimientos necesarios para construir una relación bonita. No es una meta a la que llegar, es un proceso que se vive en el presente inmediato y se nutre con nuestra creatividad, nuestra generosidad, nuestra capacidad de empatía y de disfrute.
  • Libérate de las cargas del príncipe azul. Por mucho que lo intentes, nunca podrás estar a la altura de los mitos de la masculinidad hegemónica, ni cumplir con todas las expectativas que se despiertan en torno a la figura del héroe con superpoderes mágicos. Ningún hombre es tan guapo, bondadoso, rico, valiente, potente sexualmente, sensible, honrado, luchador, generoso, sabio, culto, divertido, ni tan perfecto como los vemos en las películas (excepto Brad Pitt, y seguro que algún defecto tiene el hombre). Con la edad irás engordando, perdiendo fuerzas y reflejos, tendrás achaques, puede que te quedes calvo, que se arruine tu negocio, que dejes de tener éxito en la vida, que te abandone la buena suerte. Sabiendo que nunca podrás ser tan maravilloso como un príncipe azul, estás liberado de la carga que supone estar siempre demostrando que eres muy hombre, o que eres el mejor: así puedes dedicar tu tiempo y energía a otras cosas más provechosas, como por ejemplo practicar la autocrítica amorosa para conocerte mejor, o trabajarte los miedos que te impiden disfrutar del amor.
  • Los miedos no desaparecen mágicamente, hay que trabajarlos constantemente: en los cuentos los miedos se superan con pócimas, con talismanes, con conjuros o hechizos, con tótems o con magia. Muchos de ellos los has heredado de tu cultura patriarcal: el miedo a no dar la talla en la cama, el miedo a enamorarse ciega e irracionalmente, el miedo a quedarse solo, el miedo a salir de los armarios, el miedo a la infidelidad o la deslealtad de la persona amada, el miedo al “qué dirán”, el miedo al rechazo o a no ser correspondido, el miedo al compromiso, el miedo a que te dominen o te manipulen, el miedo a que se cuestione tu virilidad o tu heterosexualidad, el miedo a perder tu autonomía y tu libertad, el miedo a que te hagan daño, el miedo a fracasar, el miedo que nos da saber que no somos imprescindibles para nadie… hay que liberarse de los miedos, entonces, para poder relacionarse con la gente con libertad, con generosidad, con ternura.

Para ellas:

  • No te esfuerces en cumplir el mito de la princesa rosa: nunca serás tan buena, guapa, joven, sana, dulce, paciente, obediente, conformista y pasiva como esta heroína tradicional, por mucho empeño que le pongas. Además, los palacios son lugares enormes, solitarios, fríos, aburridos, y resulta muy difícil escapar de ellos cuando estás dentro. Dedica tus energías a construir tu propio personaje, y a ser la mujer que te dé la gana de ser.
  • No te esfuerces en buscar al príncipe azul, no existe el hombre ni la mujer perfecta. Somos más felices cuando querremos a la gente tal y como es, sin mitificarla, sin endiosarla, sin rebajarla.
  • El amor no es la solución a todos tus problemas. Si te pasa como a las princesas de los cuentos, que están hartas de la explotación laboral a la que están sometidas, o sencillamente te aburres y tienes ganas de transformar su vida, no esperes a la llegada del Salvador que te rescate de tu situación. Ponte manos a la obra para generar cambios que mejoren tu vida sin depositar esa responsabilidad en nadie más que en ti.
  • Esperar es inútil: en estos tiempos en los que las horas y los meses pasan volando, ya no podemos pararnos a esperar a nadie. Esperar es un acto pasivo que deja en manos de los demás nuestra propia felicidad. No sabemos si nos queda una semana o diez años de vida, así que mejor disfrutar del presente,que es el único tesoro que tenemos.
  • El amor no es sacrificio, renuncia, ni rendición: no tienes por qué olvidarte de ti misma ni de tus necesidades sólo porque tengas pareja. No tienes por qué entregarte en cuerpo y alma si la otra persona no se entrega. No tienes por qué aguantar todo lo que te echen encima “por amor”. Amar no es sufrir: es disfrutar.
  • Hay muchas fuentes de afecto, de placer y felicidad en nuestras vidas, por eso el amor romántico no puede ser tu único objetivo: estas rodeada de gente estupenda que te quiere, y hay mucha más gente estupenda a la que conocer. El romanticismo en pareja es una experiencia hermosa, pero también hay mucho que aprender, que vivir, que experimentar con los demás. El amor es importante en la medida en que no se limite a una sola persona, y en la medida en que nos permita crecer y evolucionar, y repartir amor a la gente que nos rodea.
  • Trabaja tu autonomía económica y tu independencia personal para poder construir relaciones desde la libertad, y no desde la necesidad o el interés. Déjate seducir por la magia del compañerismo romántico, y quiérete mucho, para poder dar amor a los demás. Practica la autocrítica amorosa para conocerte mejor y trabajarte lo que pueda hacerte mejorar. El amor es un arte, y cuantas más herramientas tengas para relacionarte con los demás, más podrás disfrutarlo.
  • Libérate de tus miedos, sal de tus armarios, y no te sientas culpable si te enamoras, o si te desenamoras. Las mujeres no nacemos con un don para amar eterna e  incondicionalmente, y tenemos derecho a juntarnos o separarnos de nuestras parejas cuando lo deseemos. Y siempre estamos mejor acompañadas por otras, que solas.
  • Di no a la soledad: las protagonistas de las historias siempre están solas: no descuides tus redes sociales y afectivas, porque son tu mayor tesoro. Solas somos vulnerables y dependientes, rodeadas de gente a la que queremos somos más libres y tenemos más posibilidades de vivir el amor sin reducir todo a una sola persona. Expande y diversifica tu amor.
  • Disfruta de tu papel protagonista en la historia de tu vida: tú eres la narradora, la guionista, la directora, y la actriz principal. Tú elijes a la gente con la que quieres compartir, tú tomas las decisiones, y tú confías en ti misma a la hora de construir tu historia. Tú eres la que inventas, la que te equivocas, la que rectificas. Trata con mimo a tu propio personaje y a los que te acompañan, os merecéis el mejor trato del mundo.

señoras que dejan de sufrir por amor

Los personajes homosexuales se cuelan tímidamente en las series, películas y cuentos infantiles

Los productos culturales son claro reflejo de la sociedad y época en la que se desarrollan. El cine se convirtió en arma propagandística durante la Segunda Guerra Mundial, los cómics americanos reflejaban un gran pavor a los rusos durante la Guerra Fría, los 60 y los 70 vieron el esplendor de la canción protesta… Ahora, en pleno siglo XXI, los grandes avances sociales, los nuevos modelos de familia y la normalización de la homosexualidad son elementos habituales en libros, series de televisión, películas…

La exitosa Modern Family, que se basa precisamente en esta realidad, es el mejor ejemplo, pero no el único. Con los años, Waylon Smithers (obsesionado con el Sr. Burns en Los Simpson) ha ido perdiendo reparos a la hora de mostrar abiertamente su homosexualidad; la doctora Callie Torres, de Anatomía de Grey, acabó casándose con una mujer; Fer, uno de los personajes principales de la serie española para adolescentesFísica o Química, era gay… Pero la normalización está dando un nuevo paso hacia adelante: los personajes homosexuales y el respeto a la diversidad van dejándose ver tímidamente en creaciones dirigidas al público infantil y juvenil.

No son pocos los que aseguran que el extravagante Bob Esponja es gay, y hace años hubo una gran polémica en varios países a raíz de la supuesta orientación sexual de Tinky Winky, un Teletubbie morado con dejes amanerados que tiene un triángulo invertido en la cabeza y siempre lleva bolso. Sin embargo, ninguno de estos casos es un intento explícito y claro de fomentar el respeto a la homosexualidad. En el manga y el anime deSailor Moon —que está dirigido a un público más mayor— sí aparece de forma bastante clara una pareja de lesbianas.

Diversidad en la tele

Son las series y películas de animación más recientes las que afrontan cada vez con más naturalidad este tipo de temas. Producciones como Hora de aventuras, Historias corrienteso El asombroso mundo de Gumball presentan universos poblados por personajes extremadamente dispares que conviven sin dar ninguna importancia a sus diferencias.

En ocasiones se va mucho más allá. En Hora de Aventuras hay muy buenos ejemplos, como el capítulo en el que Finn, el joven protagonista, rompe el cliché tradicional de los cuentos de hadas y besa a una rana monstruosa para que se convierta en príncipe.

Los personajes homosexuales se cuelan tímidamente en las series, películas y cuentos infantiles 1

Otro personaje, BMO, es una especie de videoconsola portátil con vida propia que navega entre la asexualidad y la ambigüedad sexual, ya que se trata de un ser sin género (una máquina) que a nivel emocional se relaciona indistintamente con criaturas masculinas (un señor burbuja) y femeninas (una gallina de corral). En su comportamiento también se observan actitudes tanto de chico como de chica.

Sin embargo, la referencia más llamativa se encuentra en el subtexto de la serie, donde se deja entrever que dos de las protagonistas, la vampiresa Marceline y la princesa Chicle mantuvieron en algún momento una relación que iba más allá de la amistad. Las evidencias —inapreciables para los más pequeños— son muchas: los reproches entre ellas, una foto de ambas en el armario de la princesa y, sobre todo, una camiseta de Marcy que Chicle atesora como un objeto de valor incalculable.

Durante una firma de libros para promocionar The Adventure Time Encyclopedia, la actriz que pone voz a Marceline en la versión original, Olivia Olson, se encargó de confirmar lo que los fans proclamaban a gritos. La joven contó que, al preguntarle al creador de la serie, Pendleton Ward, por las motivaciones de su personaje en una escena con Chicle, él le respondió “¿Sabes que ellas estuvieron saliendo, verdad?”. Por desgracia, Ward también le dijo que el romance no podrá desarrollarse de forma explícita en la serie, ya que se emite en muchos países en los que no están permitidos ese tipo de contenidos. De este modo, lo más probable es que la relación entre estas dos chicas se siga mostrando con insinuaciones (cada vez más claras).

El cine de animación se va soltando

En la gran pantalla también van surgiendo ejemplos. Recientemente se ha abierto una gran polémica en torno a la posibilidad de que Frozen, el último gran éxito animado de Disney, sea en realidad un alegato a favor de la homosexualidad. Lo dijo escandalizado un pastor reformista, pero para la comunidad LGBT se trata de una interpretación maravillosa que resalta la tolerancia y la igualdad.

Otro personaje, BMO, es una especie de videoconsola portátil con vida propia que navega entre la asexualidad y la ambigüedad sexual, ya que se trata de un ser sin género (una máquina) que a nivel emocional se relaciona indistintamente con criaturas masculinas (un señor burbuja) y femeninas (una gallina de corral). En su comportamiento también se observan actitudes tanto de chico como de chica.

Sin embargo, la referencia más llamativa se encuentra en el subtexto de la serie, donde se deja entrever que dos de las protagonistas, la vampiresa Marceline y la princesa Chicle mantuvieron en algún momento una relación que iba más allá de la amistad. Las evidencias —inapreciables para los más pequeños— son muchas: los reproches entre ellas, una foto de ambas en el armario de la princesa y, sobre todo, una camiseta de Marcy que Chicle atesora como un objeto de valor incalculable.

Durante una firma de libros para promocionar The Adventure Time Encyclopedia, la actriz que pone voz a Marceline en la versión original, Olivia Olson, se encargó de confirmar lo que los fans proclamaban a gritos. La joven contó que, al preguntarle al creador de la serie, Pendleton Ward, por las motivaciones de su personaje en una escena con Chicle, él le respondió “¿Sabes que ellas estuvieron saliendo, verdad?”. Por desgracia, Ward también le dijo que el romance no podrá desarrollarse de forma explícita en la serie, ya que se emite en muchos países en los que no están permitidos ese tipo de contenidos. De este modo, lo más probable es que la relación entre estas dos chicas se siga mostrando con insinuaciones (cada vez más claras).

El cine de animación se va soltando

En la gran pantalla también van surgiendo ejemplos. Recientemente se ha abierto una gran polémica en torno a la posibilidad de que Frozen, el último gran éxito animado de Disney, sea en realidad un alegato a favor de la homosexualidad. Lo dijo escandalizado un pastor reformista, pero para la comunidad LGBT se trata de una interpretación maravillosa que resalta la tolerancia y la igualdad.

Los personajes homosexuales se cuelan tímidamente en las series, películas y cuentos infantiles 2

El centro de esta teoría se puede resumir con la canción central del filme, la oscarizada Let It Go (Libre soy, en la versión en español), un himno a la autoaceptación que muchos ven como una clara “salida del armario”. Entre otras cosas, Elsa dice frases como “lo que hay en ti no dejes ver buena chica tu siempre debes ser”, “libre soy, no puedo ocultarlo más. Libre soy, libertad sin vuelta atrás. ¿Qué más da? No me importa ya” y “Mirando a la distancia, pequeño todo es y los miedos que me ataban, muy lejos los dejé”.

Aunque el personaje de Elsa es lo más comentado, lo cierto es que sí hay un momento de homosexualidad explícita enFrozen. En cierto momento de la película, el tendero Oaken (un personaje secundario) señala a su familia, que resulta serun hombretón y cuatro niños que saludan desde una sauna.

Pero este no es el primer personaje abiertamente homosexual en una película animada para niños. Ese honor recae en Mitch, uno de los protagonistas de El alucinante mundo de Norman (ParaNorman), quien en un determinado momento comienza a hablar de su chico con toda naturalidad.

Los creadores de esta película, los miembros del estudio Laika (también padres de Los mundos de Coraline), parecen dispuestos a seguir defendiendo la tolerancia a la homosexualidad y la diversidad familiar. Lo dejaron muy claro en el teaser trailer de su próximo trabajo, Los Boxtrolls, donde se enumeran los distintos tipos de familias: “A veces hay una madre, a veces hay un padre, a veces hay dos padres, a veces hay dos madres…”. Toda una declaración de intenciones.

Dreamworks también se ha subido al carro y en su reciente Cómo entrenar a tu dragón 2también ha dejado caer una sutil referencia a la homosexualidad de uno de sus personajes más queridos. Menos ejemplar es el caso de Justin y la espada del valor, criticada por mostrar un villano gay basado en clichés y que algunos dicen que ridiculiza al colectivo.

Cuentos y obras de teatro

Los ejemplos en cine y televisión son llamativos, pero aún muy escasos y casi siempre bastante velados. Donde sí hay ya bastante material infantil relacionado con la igualdad y la diversidad familiar es en las librerías. Cada vez hay más cuentos con personajes homosexuales: niños que empiezan a descubrir su orientación, otros con dos madres, algunos con dos padres…

Los personajes homosexuales se cuelan tímidamente en las series, películas y cuentos infantiles 3

La lista es larga. Algunos de los títulos más populares son El gran libro de las familias, El pequeño tragaluz, Aitor tiene dos mamás, La princesa valiente, El lapicero mágico, Amigos y vecinos, Está bien ser diferente, Piratas y quesitos y La princesa Li, donde la joven no está enamorada de un chicosino de una valiente chica extranjera. También existen varios relatos sobre las abundantes historias de pingüinos homosexuales (se repiten año tras año por todo el globo) que en muchos casos acaban adoptando polluelos (Tres con Tangoy Cebollino y Pimentón).

Pequeñas editoriales como Nube Ocho, A Fortiori Editorial y Topka han asumido el compromiso de ofrecer libros educativos que inculquen en los niños tolerancia y otros buenos valores. Por otro lado, COGAM (colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales de Madrid) ofrece de forma totalmente gratuita más de una veintena de cuentos para la diversidad.

También en teatro infantil es posible encontrar algunos ejemplos con historias similares a las de los cuentos. En El cuentacuentos que no sabía contar cuentos (que volverá a representarse en Madrid y Toledo en las próximas fechas navideñas), Pinocho revela que lo que le gustan no son las chicas.

Por otro lado, en La princesa Ana (que actualmente se representa en el teatro Tarambana) se cuenta cómo la joven protagonista no quiere seguir la tradición y casarse con uno de sus pretendientes. Ella sólo quiere seguir siendo feliz junto a su mejor amiga, una dulce ranita que se acaba transformando en una hermosa chica. A partir de ahí, tendrán que luchar y demostrar que pueden reinar y hacer felices a su pueblo gracias al amor que las une.

La figura de los padres es fundamental

La psicóloga Silvia Álava, directora del área de información del centro de psicología Álava-Reyes, explica a 20minutos que “los niños tienen que ver que tanto sus adultos de referencia (padres, profesores…) como la sociedad son tolerantes con la diversidad en todas sus formas”, pero señala que, no obstante, “hay que cuidar mucho los contenidos culturales dirigidos a ellos”.

“Los niños son niños, y hay que tratarles como tales, no hay que darles más información de la que necesitan en cada rango de edad. A veces cometemos el error de querer adelantarles las cosas”, añade.

No es fácil saber a qué edad comienzan los niños a comprender estas realidades. “Hay muchas diferencias individuales. Hay niños que con 8 años ya lo van a entender muy bien y hay otros mucho más infantiles que a lo mejor hasta los 10 no van a asimilarlo, ya que antes no perciben ese tipo de connotaciones sexuales”, asegura Álava.

Por tanto, para la psicóloga, por encima de los cuentos o las películas sigue predominando el ejemplo de los padres y el mensaje que transmiten ellos. “Hay que abordarlo con toda normalidad, decirles que igual que hay chicos que de mayores tienen novias también hay chicos que de mayores tienen novios. Cada vez hay más familias con dos padres o dos madres, no son las mayoritarias pero hay que hacerles ver a los pequeños que son tan buenas como las demás, ni mejores ni peores”, cuenta.

Por último, según Silvia Álava, otra actitud recomendable es “crear un clima de confianza y comunicación para que los niños vean que siempre va a ser posible hablar del tema”. De este modo, la homosexualidad nunca se convertirá en un tema tabú y se evitará en gran medida el miedo y el rechazo.

Daniel(a) es Daniela

Autorretrato de Daniela.

Autorretrato de Daniela.

Había una vez una niña a quien nadie quería ver. Todos la veían como el niño que era biológicamente. Su familia estaba reunida. El padre, Javier, un respetado médico, uno de los mejores de su especialidad en el país, decidió explicar sobre la fecundación: «Esto es muy sencillo, todos somos chicas al principio, quiere decir que somos XX y cuando se cae el palito de la segunda X, quiere decir que somos chicos, y nos quedamos XY».

«Un grito de desesperación nos dejó a todos callados», explica la madre, África. «¡Papá, eso es lo que me ha pasado a mí! ¡Se me ha caído el palito, pero el mío no se tenía que caer! ¡Ahora qué hago!». Esta era la explicación sencilla y angustiada de la niña en cuerpo de niño. Pero «el argumento de Dani fue arrinconado». Lo relata África Pastor Espuch en primera persona del plural. Le da voz a Daniela, su hija transexual de ocho años. Ella, una mujer de piel bronceada, proveniente de una familia conservadora, dedicada a la moda, ha decidido contar su experiencia. Sus frustraciones.

Sus miedos. Cómo venció a la palabra más fuerte a la que se enfrentó. La palabra innombrable: transexual. Repita conmigo. Niña transexual. Niño transexual. Existen. Son más de un centenar, un centenar largo en España. «Nuestro hijo nació como niño, se le identificó por sus genitales. Desde que tenía dos años se identificó como una niña… el tiempo, los médicos y su valentía le han dado la razón… Recorrimos todo tipo de especialistas, pediatras, psicólogos, endocrinos, sociólogos, cirujanos. Todos y cada uno de ellos nos confirmaron lo que Daniela venía diciendo desde los dos años: es una niña». Hasta llegar a esta conclusión hubo mucho sufrimiento. Y tantas dudas.

«Recuerdo cuando Dani nos pidió unas alas. Tendría tres años, no hubo alas, pero le dio igual porque utilizaba sus brazos… Gritaba:“¡Soy un hada!”. Yo le decía a su padre que seguramente lo hacía por llamar la atención. A lo que él me respondía: “Pues joder con el niño, qué cabrón”. Dani siguió buscando hadas en el campo». A sus espaldas, muchos decían que era temporal. Que podrían dejarle «hecho un hombre». En ese tiempo Daniela aún no era Daniela. Aún faltaban muchos prejuicios que romper.

-¿Cuándo fue el momento clave, África? ¿Cuándo supo que tenía una hija más?

-Hay que entenderlo como un largo proceso. Pero hay un momento que recuerdo especialmente. Estaba sentada en una mecedora en mi casa. Veía todas las fotos de mis hijos. Apareció Daniela -le decían entonces Dani- tenía tres años. Se apareció con el dibujo de una niña y me pidió que la colocáramos junto a las fotos de la familia. «Esa niña no la conocemos de nada», le dije. «No me gusta cómo le quedan esas coletas». Tardé en entender que era una manera de decirme quién era. Le puse un marco de fotos de Ikea. Ni siquiera viendo ese dibujo durante años fui capaz de entender lo que nos decía a gritos…

Era el autorretrato de Daniela. Ysigue en esa misma estantería…

No podemos ser amigos

La presión social afectó a Dani. Los primeros rechazos… «Y como una ráfaga de viento nos encontramos empezando ya primaria, en el colegio que siempre había soñado, al que habían ido sus tres hermanos. Yo tenía la ilusión de que tuviera un mejor amigo y lo encontró, bueno… se encontraron, ¡estaba tan feliz! Hasta que a final de curso, de hecho el último día de colegio, su amigo le dijo: “No puedo ser tu amigo, si no cambias y eres más bruto, no podemos seguir siendo mejores amigos”. He visto llorar a muchos niños, pero nunca con esa pena tan profunda. La primera semana de vacaciones se la pasó jugando al baloncesto, intentando ser todo lo bruto que podía, pero… una semana después se dio por vencido».

Hay frases que África trae escritas en la mente, como un manual de estilo para proteger a su pequeña. Pasa de la serenidad al agobio. No sabe realmente cómo enfrentarse a mostrar su vida y la de su hija así. Cancela la entrevista. La retoma. Aspira aire profundamente… Es parte de su querer cambiar el mundo. Acabar con esa «perspectiva moral equivocada» que hace que Daniela sea discriminada. «Es lo que más me duele». Padeció «rechazo y acoso». Lo describe así:

«Dani siempre ha sido valiente… Valiente para bajar la cuesta de su colegio a pesar que tenía todos los días un niño que le gritaba:“¡Pareces una niña, maricón!”. No hay mediador o defensor del menor que pueda reaccionar mejor, ante un hecho así, como una hermana realmente enfadada… Al final, sus amigas lo acompañaban a la salida y su hermana a la entrada, hasta que llegaba a sitio seguro».

Durante la conversación, África se preocupa puntillosamente por los términos correctos para referirse a su hija. Una definición clave es «proceso de transición» desde que se descubre que es una niña con genitales masculinos y la aceptación total del hecho. Y pasa de no salir a la calle a desear vivir. Para eso han pasado múltiples dudas. Primero pensar que es gay, como su tío, el hermano de África.

Le contó a él lo que Dani estaba pasando. Y le dijo: «Yo nunca quise ser una chica, ni pensé en que se habían equivocado conmigo. Siempre quise ser lo que soy, un hombre. Creo que tendrías que informarte, hay asociaciones de…». No quiso escuchar más. El hermano le había dicho lo que pasaba en una palabra: transexual.«Pensé que si no hablaba de ello, desaparecería». Pero no.

Daniela seguía allí. Queriendo ser una estrella con labios pintados y rímel en los ojos, Alicia [en el País de las Maravillas], Blancanieves, la Bella Durmiente… Una princesa de cuento de hadas.

«Un día que fuimos su padre y yo juntos a recoger a Dani al cole, salía exultante, dando saltos de alegría. Tenía algo muy importante que decirnos. Nos metimos en el coche y no pudo aguantarse: “¡Va a ser la semana de los cuentos! ¡El nuestro es Alicia en el País de las Maravillas! ¡Hay que ir disfrazados, y yo voy a ser… Alicia!“. Su padre inmediatamente paró el coche, se giró hacia él y le dijo: “¡¡¡Dani tú no eres una niña y nunca lo serás. Tú siempre serás un niño!!!”. Un grito de dolor desgarrador inundó el coche y también nuestros corazones».

El padre de Daniela, un doctor con estudios en Harvard, tardó en aceptarlo como Daniela. «Su padre tenía el firme propósito de nunca comprar una Barbie, ni nada similar». Y se extrapolaba la idea a todos los juguetes orientados a chicas…

-Hasta que se encontraron en la misma juguetería…

-Comprando a la Barbie. Él era consciente de lo que pasaba. Es un hombre que tiene mucha fuerza. Es un médico de aspecto muy varonil y que había vivido una educación muy rígida. Le costó, pero, al vencer sus límites, me ha impresionado. Me ha hecho admirarlo más. Tiene que enfrentarse a muchas cosas, a muchos prejuicios.

-¿Y los abuelos? Hay un pasaje de su libro donde la abuela, al ver que Dani se hacía vestidos con toallas, dice: «Nos ha salido modisto»… ¿Tomó igual su femineidad el abuelo?

-Sí.

-¿A qué se dedica?

-Es militar.

-¿Y lo ha aceptado ?

-Sí. Cuesta entenderlo pero así ha sido. La mayoría que no lo hace es porque no conoce a ningún niño o niña transexual. Es que es tan evidente…

Aunque a veces no lo sea tanto. A veces incluso no entiende quien menos te lo esperas… «Encontramos algo que le hacía sentir genial,el ballet, fue nuestra salvación, le ha hecho muy feliz aunque cuando llegó el momento de la función de final de curso no entendió por qué no le habían elegido para ser hada y le había tocado ser cuidador de hadas. Llegué a hablar con su profesor para ver si era posible ponerles alas a los cuidadores pero… no. Aún así, se resignó, su profe le dijo: “No puedes ser un hada porque eres un niño”… se me partía el corazón». El propio profesor de ballet, homosexual, no comprendía.

Hay momentos del relato de su vida que impactan por su telúrica honestidad. En las páginas se siente, sin ninguna duda, el dolor de la niña a la que nombraron Daniel y su lucha por ser Daniela. Ese cambio de nombre fue trascendental… Como un amanecer. Pasó así. «¡Mami he tenido una súper idea, espera!», lanzó. «Y en cuestión de menos de un minuto apareció con la concha bautismal que tenía en su cuarto -por ser el último de sus hermanos al que bautizamos- y me dijo: “Mami, si me bautizas ahora con nombre de chica todo se habrá arreglado”. Y así lo hice. Se metió conmigo en la bañera y le pregunté: “¿Cómo te llamas?”. Y me contestó: “Me llamo Daniela, mamá”. La bauticé y ese día durmió tan profundamente…».

En el ballet, en el cole…

Ya Daniela es Daniela. Para sus amigos. Para su familia… El primer paso era que lo entiendan en su colegio. Que la aceptasen con su ropa de chica, con su cabello largo, que la dejen ser… Pero no fue fácil. «A partir de ese momento ya ha sido Daniela, aunque en el cole de sus sueños no la quieren, les da miedo pensar en tener una alumna con colita y nos ofrecen un colegio de integración en el que sí están preparados para afrontar algo así y que termine el curso en casa, me imagino que por miedo a que pueda contagiar a alguien. En ballet es Daniela, en su escuela extraescolar americana es Daniela, en su clase de música es Daniela, para todos los que la conocemos desde siempre…».

Ahora buscan el cambio de nombre oficial en el DNI. La primera instancia perdida y ya han presentado un recurso. Es la siguiente batalla, la judicial. Daniela quiere ser Daniela siempre y en su documentación. Hay ya precedentes que deben ayudar a su caso. Con 10 años, Emma nació como Jorge. Este año un juez aceptó su cambio de nombre en todos sus papeles. «Con 10 años, nos aconsejaron cambiar todo: nombre, ropa, carnés, decirlo en el cole… El juez que nos tocó dictó que Jorge debía llamarse Emma por uso habitual», contaron sus papás a ELMUNDO en julio. Es uno de los siete únicos casos que lo han conseguido en toda España.

El jueves, África dio su discurso de presentación de la Fundación Daniela y, también, del relato con la historia de su hija: El libro de Daniela. El fin de su institución: «Potenciar la creación de nuevas redes de profesionales especializados en la intervención con personas transexuales y transgénero». Es decir, ayudar a que ningún otro niño pase a solas lo que vivió Daniela… Esta iniciativa ha logrado que se interesen personajes de la talla del juez Fernando Grande-Marlaska; el consejero de Asuntos Sociales de la Comunidad de Madrid, Jesús Fermosel; Pedro Zerolo; Carla Antonelli…

En los agradecimientos del libro de África aparece uno de los mayores expertos en transexualidad infantil, el cirujano Iván Mañero, quien además ha acompañado a los padres de Daniela en este viaje. Analiza para Crónica el proceso clínico a seguir: «Entre los 10 y los 12 años debe comenzar un tratamiento con bloqueadores hormonales». Como éste no está contemplado por la sanidad de Madrid, el coste del mismo -cada tres meses- es de unos 1.000 euros. Todo ello supervisado siempre por un endocrinólogo. «El fin es que no aparezcan los rasgos distintivos de su sexualidad biológica como la barba… que pueden generar un serio trauma», explica Mañero, con la experiencia de ser el cirujano que más intervenciones de cambio de sexo ha realizado en Europa. Supera las 1.500.

«Se deben realizar, al menos, hasta los 18 años». Lo que significa un coste de aproximadamente 32.000 euros. A la par, se recomienda una terapia psicológica familiar. «De acuerdo a cómo se produzca el desarrollo de la persona, cuando sea mayor de edad, deberá decidir si realiza el cambio de sexo quirúrgico que, en este caso, implica cirugía para extirpar el pene y los testículos y formar los genitales femeninos a partir de esos tejidos». Dependiendo del proceso seguido anteriormente, se sabrá cuántas operaciones más necesita como, por ejemplo, siliconas en los pechos. El valor final total oscila entre los 40.000 y los 80.000 euros.

Inicio y fin del viaje

Es el camino que tendrá que vivir Daniela. Uno que inició -quizá-, en este momento, que cuenta su madre: «Fuimos con toda la familia a Disney. No se me quitaba de la cabeza la cara de Dani cuando pasamos por el castillo de la Bella Durmiente y vio un salón de belleza en donde convertían a las niñas en princesas… Después de dar varias vueltas por la tienda escondido detrás de mis piernas, la dependienta se acercó a nosotros, y me dijo: “¿En qué le puedo ayudar”. “Estaba buscando un disfraz para una niña de siete años”, respondí. “De esa talla no nos queda casi nada. Si viniera usted con la niña podríamos probarle lo que nos queda. A lo mejor el de la Bella Durmiente le quedaría bien”, me dice. No sé de dónde saqué fuerzas y le dije: “No hay problema, es para mi hija y está aquí“… La llevó delante de un espejo mágico y le probó el disfraz».

Se miraba en ese espejo de fantasía viéndose como era. Como la princesa de cuento que soñaba ser. Por la felicidad de que su mamá, como nunca antes, la llamara «hija».

La lucha por un DNI

Sólo siete menores
han conseguido cambiar nombre y género -reconociendo su transexualidad- en su DNIen España. Daniela, en primera instancia, no lo ha logrado. Sus padres han presentado un recurso. Lucharán hasta conseguirlo.
El precedente
de Emma, nacido Jorge, ayudará a Daniela. «El juez que nos tocó dictó que Jorge debía llamarse Emma por uso habitual», contaron en julio, a ELMUNDO, sus padres.
A los 18 años
la opción de cambiar el documento de identidad sin operarse es factible en España. Se debe probar que se le ha sido diagnosticado «disforia de género». Se conserva, eso sí, el número de carnet.

El coste del cambio

Hormonas.
«Entre los 10 y los 12 años debe comenzar un tratamiento con bloqueadores hormonales», nos cuenta el reputado especialista en cambio de sexo, el cirujano plástico Iván Mañero. No esta contemplado por la sanidad de Madrid para menores de edad -está regulado en Andalucía, Asturias, Canarias, Castilla y León, Comunidad Valenciana y Navarra- y cuesta 1.000 euros cada tres meses:unos 32.000 euros hasta los 18 años.
Operación.
«Cuando sea mayor de edad, deberá decidir si realiza el cambio de sexo quirúrgico. Es una de las operaciones más complejas». Intervienen en el proceso: urólogos, psicólogos, psiquiatras, cirujanos plásticos… Valor final total: entre los 40.000 y los 80.000 euros.

Escrito con el testimonio de la madre y con extractos del libro «El libro de Daniela», de África Pastor Espuch (Ed. Círculo Rojo), ya a la venta.

Gracia Trujillok bere liburua “Las lesbianas no somos mujeres” aurkeztuko du SUKUBOn

IRAILAK 20 SEPTIEMBRE 12etan
Presentacion del libro:

“LAS LESBIANAS (NO) SOMOS MUJERES”
En torno a Monique Wittig

Con GRACIA TRUJILLO erekin

SUKUBON

KUBO, 5. Gasteiz

Este libro es un homenaje, ahora que se cumplen diez años de su muerte, a la persona y la obra de Monique Wittig (1935-2003). Desde diferentes perspectivas y bajo la mirada particular de cada una de sus autoras, los seis trabajos aquí reunidos constituyen una reflexión en torno a las claves fundamentales del pensamiento de la creadora y teórica francesa, poniendo énfasis en el carácter precursor de algunos de sus conceptos y revisando la forma en que han contribuido a generar o a reafirmar planteamientos teóricos y/o posiciones de militancia. La presente edición no busca trazar una línea de coherencia entre los distintos ensayos que la componen; sí señala, más bien, líneas de fuga hacia un horizonte de interpretaciones posibles, porque un texto conjunto es, por definición, polifónico.

Es verdad (no podía ser de otro modo) que todas las autoras aquí reunidas seguimos las cuestiones más incisivas que plantea Monique Wittig, pero lo hacemos según nuestros intereses particulares y trayectorias personales diversas: qué es la lesbiana, quién es, para qué sirve (la) lesbiana; cómo la palabra es un caballo de guerra con que demoler el heteropatriarcado; y, finalmente, cómo plantearnos políticas, y micropolíticas, poswittigianas que miran el presente y el futuro y realizan (con Wittig creemos que la palabra es siempre realizadora) otro presente y otro futuro posibles.

Gracia Trujillo es profesora de Sociología de la Universidad de Castilla La Mancha y activista feminista queer. Docente en varios posgrados en el ámbito de las teorías y prácticas feministas-LGTB y queer en la Universidad Complutense de Madrid y la Universidad Internacional de Andalucía, entre otras. Ha colaborado en trabajos colectivos como El eje del mal es heterosexualFiguraciones, movimientos y prácticas feministas queer (2005), Una discriminación universalLa homosexualidad bajo el franquismo y la transición (2006) yCuerpos políticos y agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad(2011). Su libro Deseo y Resistencia. Treinta años de movilización lesbiana en el Estado español ganó en 2010 el premio “Desayuno en Urano”. Ha cofundado y formado parte de grupos activistas como Las Goudús (que editó el fanzine Bollus Vivendi), Retóricas del Género o el Grupo de Trabajo Queer (GTQ). Forma parte de la Asamblea Transmaricabollo de Sol, que integra el 15M.