Charlie Sheen, cerveza en mano, en una imagen de archivo. CORDON
Detrás del virus del sida de Charlie Sheen hay un baile de cifras importante. El actor, amigo del exceso y de la vida llevada al límite de sus consecuencias, nunca fue de tapujos a la hora de mostrar sus preferencias, siempre abiertamente, y ahora, de alguna forma, se le está volviendo en contra con crónicas sobre lo que fue su vida personal en el tiempo en que se estima que pudo haber contraído el virus. Y mucho después de eso.
De él se ha sabido ahora que llegó a gastarse 1,6 millones de dólares (casi 1,5 millones de euros) en prostitutas en un solo año, pese a que hacía muchos meses que sabía de su situación y del peligro de transmisión a otras personas. Eso fue en 2013, señal de la adicción al sexo que muchos le han atribuido, y de un estilo de vida que provocó la desvinculación de su contrato con CBS en 2011, la cadena que le hizo rico emitiendo Dos hombres y medio con el neoyorquino como protagonista.
Lo confirmó esta semana la regente de uno de los prostíbulos de los que se nutría el actor de 50 años, citada por el diario The New York Post, explicando que su ex mujer, Brooke Mueller, también participaba de las bacanales y que Sheen siempre estaba dispuesto a pagar lo que hiciera falta con tal de tener a sus chicas favoritas a su disposición.
La tarifa, de hasta 50.000 dólares (casi 47.000 euros) por chica si aceptaban todas sus demandas, la cubría con dinero en efectivo, guardando siempre cuantiosas cantidades en sus varias residencias de Los Angeles, por lo que pudiera pasar. Y por supuesto, una de sus peticiones era poder tener relaciones sin condón, sabedor desde hacía años de su condición de seropositivo.
La ex actriz porno Bree Olson fue novia en 2011 del actor, quien estaba a la vez con la modelo Natalie Kenly: los tres mantuvieron una relación durante meses. “Confié en él. Nunca me lo dijo, nunca. Me dijo: ‘Estoy limpio'”, aseguró Bree en la radio, contradiciendo las declaraciones de Charlie. CORDON
Primeras contradicciones
Es un testimonio, el de Anna Gristina, como se hace llamar la madame en cuestión, que contradice el relato serio y aparentemente sincero de Sheen en la tele, cuando le anunció al mundo que es portador del virus del sida desde hace cuatro años. “Eso es imposible”, indicó cuando el periodista del programa Today, de la cadena NBC, le preguntó sobre las posibilidades de transmitir el virus a otras personas, añadiendo que siempre recurrió al condón, y que fue honesto con su situación con las dos mujeres que accedieron a tener sexo con él sin protección alguna.
Sin embargo, las revelaciones sobre lo que fue su vida -o sigue siendo, vaya usted a saber-, dibujan un perfil de un hombre marcado por sus adicciones, que saltó de cama en cama sin remordimientos y que decidió poner fin a tantos años de silencio por la extorsión a la que se vio sometido y no tanto por la causa, por ayudar en la prevención de una enfermedad, el sida, que ha matado a 36 millones de personas desde que fue descubierta.
“Las chicas que le gustaban estaban dispuestas a hacerlo a pelo porque les daba 5.000 o 10.000 dólares extra. Y algunas le decían que sí porque tenían la esperanza de quedarse embarazadas”, cuenta Gristina, que indicó que Sheen dejó de usar sus servicios pocos meses antes de que compartiera abiertamente su enfermedad.
Natalie Kenly, otra ex, se ha mostrado de parte de Sheen: “Él nos amó. Nos cuida. Es un buen hombre y me siento muy afortunada de haber pasado el tiempo que pasé con él. Estoy muy triste por sus problemas de salud’. G3
“Les daba incentivos a las chicas para que no usaran protección y ellas trataban de complacerle porque querían volver”, un asunto que también disfrutaba Mueller, la ex mujer. Tanto que Gristina dice que a veces la dinámica era inesperada. Mientras Sheen se sentaba a hacer apuestas por internet, -ilegales en California, por cierto- y a fumar cigarrillos, Mueller, la madre de los dos gemelos del actor, disfrutaba de la compañía de las prostitutas.
Supo, además, que hicieron llamadas para intentar conseguir hombres para sus fiestas de corte sexual. Sheen se lo contaba a sus chicas: “¿Tenéis a algunos tipos que podáis llamar ahora mismo?”, preguntaba el protagonista de Wall Street, sin que quedase claro si era para su propio disfrute o para ver a su mujer en acción con otros hombres. Eran noches a razón de hasta 100.000 dólares (casi 94.000 euros), de acuerdo a una madame que acabó pagando con pena de prisión su incursión en el mundo de la prostitución.
Sexo y, también, drogas
Aunque son revelaciones contundentes, los hay que van aún más lejos. La revista sensacionalista In Touch asegura que Sheen también tenía relaciones con transexuales y que uno de ellos fue el que pudo haberle transmitido el VIH, sin que se haya confirmado si esa persona está en la lista de los que trataron de extorsionarle.
Ni fue su novia ni tuvieron relaciones. La actriz Jenny McCarthy también ha hablado del tema. Fue su ligue en algunos capítulos de ‘Dos hombres y medio’ y, claro, se dieron algunos besos en la ficción. Ahora ella está indignada. G3
Eran las noches de Sheen y sus mujeres, alternando prostitutas con actrices del mundo del porno con las que tuvo relaciones, fiestas y noviazgos. De entre todas, la más polémica fue la descrita por cinco amigas del actor, dos de ellas estrellas del porno, a principios de 2011, contando que, además del sexo y de la poderosa colección de cintas porno de Sheen, en la casa del actor entró un camello con 20.000 dólares (18.000 euros) en cocaína. Según Kacey Jordan, de 22 años, el tipo “volcó cinco bloques del tamaño de mi puño”.
Fue una época de desenfreno que por un tiempo detuvo el diagnóstico. Según algunas fuentes, Sheen lo encajó como una sentencia de muerte, refugiado en las drogas. Pero logró recuperarse teniendo relaciones con gente como Bree Olson,su ex novia y antigua actriz porno, que tardó horas en quejarse de que el actor le hubiera ocultado su enfermedad. En una intervención en el programa de Howard Stern, dijo sentir que Sheen no había tenido ningún respeto por su vida.
Al parecer, formaron un trío perfectamente avenido con Natalie Kenly, una modelo que, sin embargo, se lo ha tomado de otra forma. “Él no es un monstruo. Tiene consideración por otras personas y se preocupa por la gente. No le veo poniendo en riesgo a sabiendas a otras mujeres. Tiene niños pequeños”.
Heather Locklear ha querido brindar su apoyo a Sheen a través de las redes sociales (no sabemos si también en privado) con un bonito mensaje y una fotografía de ellos juntos: “Me duele el corazón. Oraciones por Charlie y su familia”. G3
También salió a relucir su relación con Amanda Bruce, una enfermera que se decantó por absolverlo, confirmando que sí tuvo relaciones sin usar preservativos,que lo hizo de forma consciente porque estaba enamorada, y que llegó incluso a tomar medicamentos para reducir las posibilidades de contraer el virus.
En el bando condenatorio, se posicionó una antigua compañera de reparto de Sheen, Jenny McCarthy: “Cada vez que pienso que yo también interpreté a su chica, no puedo evitar decirme: ‘Agh, no es justo y da miedo’. Siento pena por él, porque obviamente está enfermo y es algo terrible, pero desde luego va a tener que dar unas cuantas explicaciones a mucha gente”.
Y las que puedan seguir saliendo a la palestra, bien para opinar sobre un debate muy alargado o para pedir una indemnización.
En cuanto a Sheen, está por ver si acepta el rol que le ha propuesto Magic Johnson como portavoz de una campaña para prevenir la propagación de la enfermedad, como lleva haciendo muchos años el ex de Los Angeles Lakers. Y saber asimismo cómo encaja la industria la noticia, si le siguen llegando ofertas o si empezará una etapa de rechazo y ostracismo para el chico travieso de Hollywood.