Informar, prevenir y orientar, las recetas de la Complutense contra la homofobia y la transfobia

La UCM crea el primer servicio universitario para atender a alumnos, profesorado y personal LGTB

Oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la UCM

Oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la UCM. JAVIER CUESTA

Viernes 22 de abril por la noche en la Puerta del Sol. Dos jóvenes de 24 y 27 años pasean de la mano, como cualquier otra pareja, cuando tres hombres comienzan a insultarles. “¡Maricones!”. La mofa desemboca en un violento ataque: los dos chicos acaban con sus caras gravemente fracturadas, entre otros huesos rotos y fuertes magulladuras. Poco más lejos, a la salida del metro de Tribunal, otra pareja de homosexuales sufría un asalto similar.

En Madrid, cada 48 horas se produce un nuevo ataque contra este colectivo. “Si no has sufrido algún tipo de agresión es porque no te has visibilizado tal como eres o eres muy normativo en tu comportamiento o en tu aspecto”, dice Mercedes Sánchez Sáinz, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y coordinadora del la primera oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género en el campus de Moncloa. Se trata de un proyecto pionero que pretende ayudar a prever situaciones de violencia y discriminación del colectivo LGBT.

Con un mes de vida y un entusiasta equipo de ocho personas, no ha parado de recibir correos desde que abrió sus puertas, incluso desde otras universidades. “Es el primer servicio de este tipo que se crea en una universidad del territorio español”, explica José Ignacio Pichardo, coordinador de la oficina del Campus de Somosaguas y doctor en Antropología Social. Mercedes aclara: “José Ignacio y yo llevamos muchos años trabajando esto y vimos que había una demanda. Los estudiantes venían a hablar con nosotros porque visibilizábamos estos temas en clase. Sentimos la necesidad de institucionalizarlo porque no podía depender solo de nosotros”. José Ignacio la secunda: “El alumnado que tiene algún tipo de problema enseguida te detecta, pero nosotros solo podíamos mediar de forma individual”.

El novedoso proyecto es el tercer gabinete de la UCM que apoya la diversidad. El primero, creado en 2003, está destinado a las discapacidades físicas, y el “sociocultural” llegó en 2015, coincidiendo con la crisis de los refugiados. “Intentamos que la Complutense sea inclusiva, un ejemplo de espacio contra la intolerancia y la celebración de cualquier tipo de diversidad”, explica Mercedes García, Delegada del Rector para esta Oficina. “Queremos hacer de esta Universidad un espacio libre de homofobia y transfobia”.

Minimizar las barreras

El colectivo de los transexuales se encuentra ahora en el centro del huracán, desde que hace dos escasos meses, la Asamblea de Madrid aprobase -sin apoyo del Gobierno regional- una nueva ley de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación, cuya principal novedad es “garantizar la integridad corporal de los menores intersexuales hasta que éstos definan su identidad”.

“Estamos intentando aplicarla en la Universidad. Tenemos entrevistas con personas de este colectivo -ahora mismo trabajamos con diez- para comentarles la iniciativa. Aunque en tu DNI no figure tu nombre sentido, se puede cambiar en las actas, en el campus virtual, etc.”, dice José Ignacio. Sin embargo, el cambio de nombre puede ser una nimiedad comparado con lo que deberían ser insignificantes trámites burocráticos. “Una persona trans que se ha cambiado el nombre legalmente nos decía que no podía modificar el de su correo electrónico (que configura el servidor automáticamente). Hay muchas cosas cotidianas que parecen fáciles y que aún no lo son“.

¿Existe algún grupo dentro del colectivo que sea más reticente a pedir ayuda? “Creo que cada uno tiene su especifidad”, opina Pichardo. “Este es el año de las personas bisexuales y uno nos contaba que es muy difícil, tanto en el ámbito personal como en el profesional, que la gente acepte que te puedes enamorar de un hombre o de una mujer. Además de ser de los más incomprendidos es de los colectivos más invisibilizados“. Mercedes Sánchez señala a las lesbianas: “Nosotras también hemos estado menos visibles. Sufrimos doble discriminación: por mujeres y por lesbianas”.

Oficina de Diversidad Sexual e Identidad de Género de la UCM.-2jpg

Un espacio inclusivo

Aunque la oficina está especialmente orientada a informar y asesorar a personas LGTB, Pichardo aclara que “no hace falta ser ballena para ser de Greenpeace”y que todos los miembros de la UCM que quieran investigar o consultarles algo o colaborar pueden visitarles. “La misma oficina es diversa sexualmente”, corrobora Askaiz Sanz, uno de los dos chicos en prácticas, “también hay heterosexuales”, añade entre las risas de sus compañeros.

“La homofobia y la transfobia no solo la sufren las personas LGTB. También se va a discriminar a un heterosexual que se salga de la norma de género. La formación es una de las patas de esta oficina y educarse implica un cambio de mirada“, dice José Ignacio.

Mercedes Sánchez es doctorada en Educación y se queja de que en este aspecto estamos todavía muy verdes. “José Ignacio y yo hicimos un estudio conjunto y observamos que el insulto de ‘mariquita’ aparece desde los cinco añosvinculado con el género. Se debería de formar al profesorado desde infantil y dedicar un espacio a este temario. Hay profesores que están formados pero no tienen herramientas dentro del sistema educativo. Existe material, pero se desconoce”.

José Ignacio reconoce que la sociedad española “ha cambiado y se percibe”, pero todavía “queda una minoría que sigue teniendo actitudes homófobas y te hace sentir mal en determinados contextos”.

“En general, disfrutamos de ese respeto”, dice José Ignacio. Son los jóvenes los que necesitan más acompañamiento en ese proceso de auto aceptación, y por eso desde la oficina han organizado jornadas donde profesores del colectivo han compartido sus experiencias, algo que “no ha resultado nada fácil, porque una cosa es compartir tu orientación con tu círculo profesional y personal y otra, contar tus vivencias”, dice Mercedes Sánchez. Javier explica que este tipo de apoyo contribuye a que los homosexuales y transexuales puedan tener un bienestar psicosocial equilibrado” y este es el fin que persigue la oficina. “No queremos sustituir el activismo”, puntualiza Pichardo, “esto es algo complementario”.

Ellen Page: “Me siento feliz e inspirada tras salir del armario”

ellen page

En Freeheld, Ellen Page y Julianne Moore dan vida a Stacie Andree y Laurel Hester, una pareja homosexual que vio cómo en EEUU las autoridades se negaban a reconocer el derecho de Stacie a percibir la pensión de Laurel cuando a ésta última le detectaron cáncer de pulmón. Su lucha, plasmada en un corto documental (Freeheld) que ganó el Oscar en 2008, llamó la atención de Ellen Page (Halifax, Canadá, 1987), que, al mismo tiempo que aceptaba el papel de Stacie en el filme de Peter Sollett (Nick y Nora), hacía pública su homosexualidad.

¿Qué te llamó más la atención de este proyecto?

Que se tratase de una historia de amor maravillosa sobre dos mujeres dedicadas la una a la otra. Laurel vivió algo inimaginable cuando le negaron su derecho a traspasar su pensión al amor de su vida antes de morir. Y más después de que ella dedicara su carrera como policía a proteger a los ciudadanos de Nueva Jersey. Me siento honrada de poder contar esta historia. Lo que consiguieron fue crucial.

¿Crees que este filme permitirá ver más historias lésbicas en el cine?

Existen muchas historias sobre mujeres homosexuales, pero quizá esa sensación se deba a que se ven poco. A nivel comercial, el cine se ha centrado más en historias de hombres. Es algo típico de Hollywood que, afortunadamente, está cambiando.

¿Piensas que hay muchos actores que no se atreven a salir del armario por miedo a ser rechazados en Hollywood?

Sí. De hecho, yo misma pensaba así. Hay muchos homosexuales en el mundo. Pero hay muy pocos que, siendo actores, hayan salido del armario, especialmente si son jóvenes. Creo que, a medida que más personas se atrevan a dar ese paso, la situación irá mejorando.

¿Qué tal fue el día a día en el rodaje junto a Julianne Moore?

Pasamos tiempo ensayando. Y, aunque yo estaba muy nerviosa de trabajar con ella, conectamos de manera inmediata. Nos hemos pasado el rodaje haciéndonos bromas. Con ello conseguimos llegar a un punto de cercanía perfecto, ya que casi parecía que fuéramos pareja. Todo surgió de una manera natural.

Cuando anunciaste tu homosexualidad al mundo, ¿sesntiste que podría producirse un gran cambio o pensaste que esa declaración no serviría para nada?

Ahora, pasado el tiempo, me pregunto a qué demonios le tenía antes tanto miedo. Antes de anunciar aquello me sentía triste y atrapada en un trabajo que no me permitía ser yo misma. Ahora, en cambio, creo que el cambio fue muy positivo. Me siento feliz e inspirada creativamente tras haber salido del armario.

¿Qué tipo de impacto esperas que tenga la película en la sociedad?

Espero que la vean aquellos espectadores que no comprenden la homosexualidad del todo. Por ejemplo, un padre que intenta comprender y aceptar que su hijo es homosexual. Espero que muchos se emocionen y recapaciten al ver los efectos catastróficos que puede llegar a provocar la discriminación por medio de una historia de amor tan maravillosa e íntima como ésta.

Jaime Bayly: “Me gusta Íñigo Errejón, pero Podemos es horrible”

El polémico autor peruano presenta en España ‘El niño terrible y la escritora maldita’ (Ediciones B), una novela en la que narra la grave crisis familiar que provocó la entrada en su vida de su segunda esposa, una joven bisexual 23 años menor que él.

El escritor peruano Jaime Bayly

El escritor peruano Jaime Bayly SERGIO GONZÁLEZ VALERO

“Un accidente en Bogotá destruyó nuestro amor. Veníamos de comer en una cafetería de postres deliciosos. Leopoldo insistió en tirar, insistió en que me pusiera a cuatro patas, me la metió sin condón, empezó a darme duro, yo no la tenía dura, y de pronto, no pude evitarlo, me cagué en él, dejé un mojón en su poronga y en la cama. Fue un asco total. Leopoldo salió corriendo, espantado, dando grititos de quinceañera, y se metió en la ducha. Yo me quedé en la cama mirando la cama, el pedazo de mierda, y pensé: “Esto es el fin. Nunca más vamos a poder tirar, no seremos capaces de recuperarnos de esta gran cagada”. Aquella fue la última vez que hicimos el amor”.
Ese párrafo…
No debí contarlo pero él se puso a hablar cosas incendiarias contra mí que además era irrebatibles. Me llamaba la gorda pasiva. Y qué le voy a hacer si soy gorda y pasiva.
La historia resulta cómica.
Me alegro de que lo vea así. Él [su ex novio] eligió ser el amante despechado y rencoroso. En cada historia de amor, cada uno tiene su propio relato. [Parece que Jaime Bayly (Lima, 1965) también se sorprende -y se arrepiente- de lo que escribe. Es difícil de creer. Se trata más bien de un hábil ejercicio teatral para protegerse de las iras de su entorno, protagonista apenas velado de la mayoría de sus novelas y artículos. El escritor peruano presenta estos días en Madrid El niño terrible y la escritora maldita (Ediciones B), en el que relata la tormenta familiar que desencadenó la irrupción de Silvia Núñez del Arco, su segunda mujer. A saber. Hasta la llegada de esta joven canutera y bisexual, Bayly vivía una paz familiar casi acrobática con un novio, su ex mujer y sus dos hijas adolescentes. El niño terrible aún se reserva, sin embargo, una gran novela sobre su familia que de momento no verá la luz porque… su mamá no le deja.] Sé que es mi mejor novela pero me ha amenazado con dejarme de hablar y dejar de tenerme en cuenta. [Es decir: desheredarle] Ahora las editoriales están quebrando, los libros dan poco dinero…
¿Qué edad tiene su madre?
Tiene 76 años pero como es del Opus vivirá hasta los 95. La verdad es que está encantada con Silvia. Cree que es un milagro, fruto de la conjunción de todos los papas y todas sus plegarias. Yo, que tenía un novio. Y argentino.
Además.
Exacto, un novio argentino. Un fanfarrón. De pronto llega Silvia y… Jaime se reformó, se volvió hombre… Bien, que le dure la luna de miel.
Usted y su mujer son bisexuales.
Sí, a veces no queda claro quien es la señora y quien es el señor.
¿Como es su matrimonio?
Funciona bien. No hay secretos. Entendemos muy bien que uno siempre esta maliciando eróticamente a alguien más y que no es algo que haya que ocultar.
¿Y va mas allá de la fantasía?
En mi caso no. Nunca he querido hacer un trío porque creo que sería la parte menoscabada. [Bayly, sin embargo, está acostumbrado a otras rupturas más allá de las familiares. La más sonada fue con Mario Vargas Llosa después de que éste brindara su apoyo a Ollanta Humala en las elecciones a la presidencia de Perú en 2011.] Yo no podía apoyar a Humala. Era una creación de Chávez, un militar mediocre si eso no es redundante. En el 2006, Mario y yo apoyamos a Alan García pese a que había sido un pésimo presidente. Prevaleció el argumento de que el país no podía desbarrancarse por la demagogia chavista. Pensamos además que García habría aprendido de su errores y así fue. Pero ahora Vargas Llosa no aplica esa teoría de la segunda oportunidad a la hija de Fujimori. Él dice: Fujimori fue un dictador (que lo fue) y por lo tanto, la hija también será una dictadora. Y no creo que eso sea verdad. La gran suerte de Perú es que Humala ganara cuando Chávez se estaba muriendo. En caso contrario, Perú hubiera sido un país de la órbita chavista. Pero Vargas Llosa cogió a Humala y lo educó al centro, lo corrió políticamente.
Tanta influencia política tiene Vargas Llosa
Enorme. Él lleva tres elecciones ganadas.
A lo mejor Isabel Preysler le anima a presentarse de nuevo a la presidencia
No. Isabel le empuja a salir semana a semana en ¡Hola! y él condesciende. Creo que le está gustando. Yo veo que ha cambiado el discurso. En La civilización del espectáculo deploraba el ¡Hola! (y yo lo leo) pero ahora don Mario dice que es un fenómeno cultural de nuestro tiempo. Pero… Mario está todo el tiempo haciendo política. Mire su fiesta de cumpleaños. ¡Eran todos políticos! La mitad tenían Panamá Papers. Escritores había pocos.
Usted publicó un artículo bastante malicioso…
Sí, en el que contaba que le llaman Viagras Llosa. En Perú las señoras de alta sociedad no perdonan lo que le ha hecho a la prima Patricia después de 50 años. Les parece que ha sido un canalla, un egoísta. Y además con 80 años…
¿Sigue la situación política en España?
Muchísimo. Podemos me parece horrible. Yo no les podría votar porque les ha financiado la autocracia de Caracas y la teocracia de Teherán que no son precisamente paraísos de los derechos humanos. Aunque son chicos listos. A mí me gusta Íñigo Errejón. Le encuentro guapo. Es más cerebral que Pablo Iglesias y menos vanidoso.

 

 

La Primavera Árabe también fue rosa

  • La saga Primavera rosa presenta su nuevo documental centrado en México, donde se cometen 64 asesinatos contra la población LGTB al año

  • Las películas buscan analizar la problemática en un país por cada continente: primero fue Túnez, después Rusia, México y ahora empiezan a rodar en Brasil

  • Hablamos con Mario de la Torre, cabeza de proyecto y cineasta que estuvo nominado a los premios Goya por su compromiso por el respeto de los derechos humanos

Mapa de la Primavera Rosa

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No todas las Primaveras que se vivieron en Túnez son reconocidas. Tampoco tuvieron un solo color: entre el rojo de la sangre derramada por el régimen y el negro de las expectativas de cambio frustradas, se deja entrever el rosa. Los medios de comunicación occidentales narraban la mayor revuelta de los países oprimidos de Oriente Medio sin rascar la corteza. Detrás de los cantares heroicos que les dedicaban al otro lado del Mediterráneo, los nuevos gobiernos se radicalizaban aún más en la violación de los Derechos Humanos.

Los amigos árabes del cineasta Mario de la Torre le invitaron a investigar lo que ellos callaban por culpa de una mordaza maquillada en Occidente. Las minorías sexuales no solo estaban lejos de vivir en democracia -como el resto del país-, sino que fueron específicamente demonizadas por los islamistas. De ese acercamiento nació el documental Hacia una Primavera Rosa. El conocimiento de las penas de muerte en contra de los homosexuales o las violaciones “correctivas” a las lesbianas provocó un sentimiento de empatía en otros países donde la realidad es poco más alentadora.

La cinta de 19 minutos ambientada en Túnez saltó de su microcosmos hasta convertirse en una plataforma global de apoyo a la libertad sexual y visualización de las víctimas LGTB. La Primavera rosa recoge ese grito democrático para concienciar sobre la brutalidad de los crímenes de odio, pero también sobre la lucha de este colectivo por “llevar una vida normal, sin más derechos ni menos”. De la Torre comenzó a imaginar este proyecto como una radiografía de la situación particular de cada país. Primero en Túnez, paralelo a las ansias de democracia; después en Rusia, donde son víctimas de la cruzada del kremlin; y por último en México, cuyo resultado se presentó en el marco de la Semana del Corto de Madrid.

El equipo está trabajando ya en una cuarta entrega que se rodará en Brasil y que busca financiación vía crowdfunding en la plataforma goteo. “Detrás de esa imagen abierta y positiva se esconde una realidad muy cruel. Cada 48 horas es asesinado un miembro de la comunidad LGTB y el 70% de los casos quedan impunes”. Su intención a largo plazo, nos desvela el director, es regresar a España para analizar la escalada de homofobia en los institutos.

Ese es el fin último de La Primavera rosa: crear un apoyo para los jóvenes que estén descubriendo su sexualidad y naturalizar el proceso en su entorno. Para ello han desarrollado dos formatos en colaboración con la Comunidad de Madrid, Amnistía Internacional y la Universidad Rey Juan Carlos, entre otros. El primero es un mapa interactivo que busca acotar la brecha geográfica y crear un mosaico de testimonios. El segundo es lo que llaman un documentarybook, una suerte de inventario del material extra que no encontró un sitio en los documentales.

Hechas las presentaciones, acompañamos a Mario de la Torre en un viaje de Primaveras, cárceles para homosexuales, palizas en la calle y cunetas repletas de cuerpos sin reclamar. Pero también por un recorrido que reúne culturas variopintas y casos particulares bajo una misma bandera de siete colores.

Primera parada: Túnez, el Invierno Árabe

Tras las revueltas y la huida del presidente Ben Alí, se celebró en el seno de la Comisión de los Derechos Humanos de la ONU una sesión a favor de la comunidad LGTB mundial. Los miembros de la Liga Islámica abandonaron en masa el pleno y afirmaron que esos derechos no pertenecían a la identidad cultural islámica ni lo harían nunca. El nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos, Samir Dilou, confirmó que no tenía ninguna intención de derogar el artículo 230 del Código Penal, que identifica a los homosexuales con los pederastas. “Fue un tremendo varapalo para la población, les llevó incluso a pensar que estarían mejor bajo el régimen anterior”, nos cuenta De la Torre.

“Os digo que esto es un invierno árabe, todavía espero que llegue la primavera. La revolución no ha terminado”, lamenta un joven anónimo de 18 años en el documental.  Encontrar los testimonios de  Hacia una primavera rosa fue una prueba de obstáculos para el director, pues las ONG tunecinas son ilegales y están vetadas en los espacios públicos. “Tuve que rodar casi todos los testimonios a contraluz para que no sufriesen represalias”, nos revela su artífice.

Segunda parada: la Rusia ortodoxa

Si el rodaje en Túnez tuvo que ser clandestino para proteger la identidad de sus entrevistados, lo que vivió Mario de la Torre en Rusia fue bastante peor. “Antes de viajar a Moscú recibí una amenaza de muerte por parte de un foro neonazi”, nos cuenta el cineasta. El principal desafío de este país radica en estos grupos ultraderechistas y en la iglesia ortodoxa, “que acuden a las manifestaciones a reventarlas, en el sentido literal”

Además, los chicos y chicas homosexuales se han visto obligados a tomar clases de entrenamiento personal contra armas blancas. “Si alguien se entera de que los gimnasios forman al colectivo LGTB, el gobierno podría llegar a cerrar estos negocios amparándose en sus estatutos homófobos”. De la Torre se refiere a la  Ley contra la propaganda homosexual, que se justifica en la protección de los niños ante las “relaciones sexuales no convencionales”, como les gusta calificarlas. El punto maquiavélico de este eufemismo es que engloba desde la homosexualidad hasta la pederastia.

“El caso de Rusia es curioso porque no estaban acostumbrados a la bandera gay, que siempre habían relacionado con la cultura homosexual de Occidente”. Pronto, los siete colores pasaron de ser un símbolo desconocido a convertirse en un signo de odio. De hecho, cuando Obama reclamó en público que se derogaran las leyes anti LGTB rusas, el colectivo se retorció. “Pidieron que ningún líder político occidental (y menos el de EE.UU) se pronunciase a su favor, porque así solo conseguían demonizar aún más a la población LGTB”.

Tercera parada: México, récord en asesinatos

“Habría que colgar a los afeminados y a los maricones”, ataca una mujer vestida de blanco impoluto a la salida de una iglesia del DF. Las palabras de esta católica son ley en México, país que ocupa el segundo puesto en la tasa de homicidios cometidos contra el colectivo LGTBI. Los datos que llegan desde el otro lado del Atlántico son escalofriantes: el 68% de los familiares de los asesinados no reclaman su cuerpo por vergüenza, así que las cunetas del país amanecen repletas de homosexuales y transexuales decapitados o torturados.

México es el paradigma de la contradicción. Por un lado están aprobando un amplio paquete de leyes en defensa del colectivo, pero que no llega a tener un impacto real sobre la sociedad. El peligro en este caso, además, trasciende al ámbito político. “Hay una purga muy selectiva”. No es solo una forma de esquilmar a la población activista LGTB, sino también una manera de dar una llamada de atención desde los puestos de poder.

El asesinato de Gari Bastilda es uno de los principales pilares del documental para reflejar esta dualidad de la política y el acoso. Bastilda fue la primera mujer transexual en ocupar un cargo en el DF, desde el que impulsó la creación de un departamento específico para la protección de la población LGTB. “Su cuerpo fue encontrado en 2013 envuelto en una manta y con 48 puñaladas”, recuerda Mario.

TABAKALERAk “Archivo SIDA” izeneko erakusketa antolatzen du, non HIESak kulturgintzan izandako eragina aztertzen den.

EKIPO REk eginda, hainbat material grafiko erakusten du, baita EHGAMeko kartel batzuk ere

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Una muestra repasa en Tabakalera el impacto del sida en la creación cultural

Convivirá en la sala contigua con las instalaciones fotográficas de la artista Maryam Jafri

Una de la obras de la exposición Anarchivo sida, que ha sido presentada hoy por el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera en colaboración con DSS2016

Una de la obras de la exposición “Anarchivo sida”, que ha sido presentada hoy por el Centro Internacional de Cultura Contemporánea Tabakalera en colaboración con DSS2016 (EFE)

El impacto del sida en la producción cultural protagoniza una exposición que se celebra desde hoy en el centro Tabakalera de Donostia, donde se recogen intervenciones artísticas, vídeos de performances, publicaciones, carteles o recortes de prensa.

DONOSTIA. La directora cultural de Tabakalera, Ane Rodríguez, y el director general de Donostia 2016, Pablo Berástegui, han presentado hoy en una rueda de prensa esta muestra, titulada “Anarchivo sida”, que se celebrará hasta el próximo 26 de junio.

Esta exposición es fruto de un proyecto de investigación desarrollado a lo largo de tres años por el colectivo Equipo re -Aimar Arriola, Nancy Garín y Linda Valdés- para recopilar “la producción cultural, visual y performativa” en torno al sida desarrollada fuera del “marco hegemónico de EEUU y centro y norte de Europa”.

Por este motivo, la muestra pone “por primera vez” el foco en la actividad artística generada en España, Chile, Colombia, Brasil y Guatemala en torno a esta temática desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad.

Reactivar la memoria de las luchas de ayer para hacer frente a las complejidades de hoy es el objetivo de este proyecto, que se estructura sobre tres ejes conceptuales: la dicotomía animal y hombre; la muerte y su simbología, y la salud.

Ane Rodríguez ha explicado que por primera vez Tabakalera acoge simultáneamente dos exposiciones ya que “Anarchivo sida” convivirá en la sala contigua con las instalaciones fotográficas de la artista Maryam Jafri.

Esta creadora paquistaní, quien ha expuesto su trabajo en la bienal de Venecia y estará presente este mismo año en la bienal de Sao Paulo, presenta en Donostia la muestra “The day after” en la que reflexiona sobre las diferentes posibilidades que ofrece el “archivo” como pieza de artista, caso de estudio o propiedad.

Varios mosaicos de instantáneas colgadas en la pared suponen el punto de partida para la reflexión de la artista, que trae a Tabakalera una de sus obras más destacadas, “Independence Day”, que recrea las primeras 24 horas de algunos territorios que se transforman en naciones independientes.

Esta exposición ha sido concebida por Bétonsalon-Centre d’art et de Recherche (París), en colaboración con el centro donostiarra, que ha programado actividades paralelas para ambas exposiciones que permanecerán en sus instalaciones hasta mediados de junio.

Una exposición repasa en Tabakalera el impacto del sida en la creación cultural

El impacto del sida en la producción cultural de diversos estados protagoniza una exposición que se celebra desde hoy en el centro Tabakalera de Donostia, donde se recogen intervenciones artísticas, vídeos de performances, publicaciones, carteles o recortes de prensa.

Acto de presentación de la exposición «Anarchivo»

Acto de presentación de la exposición «Anarchivo». (Donostia 2106)

La directora cultural de Tabakalera, Ane Rodríguez, y el director general de Donostia 2016, Pablo Berástegui, han presentado en una rueda de prensa esta muestra, titulada «Anarchivo sida», que estará presente hasta el próximo 26 de junio.

Esta exposición es fruto de un proyecto de investigación desarrollado a lo largo de tres años por el colectivo Equipo re –Aimar Arriola, Nancy Garín y Linda Valdés– para recopilar «la producción cultural, visual y performativa» en torno al sida desarrollada fuera del «marco hegemónico de EEUU y centro y norte de Europa».

Por este motivo, la muestra pone «por primera vez» el foco en la actividad artística generada en el Estado español, Chile, Colombia, Brasil y Guatemala en torno a esta temática desde finales de la década de los ochenta hasta la actualidad.

Reactivar la memoria de las luchas de ayer para hacer frente a las complejidades de hoy es el objetivo de este proyecto, que se estructura sobre tres ejes conceptuales: la dicotomía animal y hombre; la muerte y su simbología, y la salud.

Ane Rodríguez ha explicado que por primera vez Tabakalera acoge simultáneamente dos exposiciones, ya que «Anarchivo sida» convivirá en la sala contigua con las instalaciones fotográficas de la artista Maryam Jafri.

Esta creadora paquistaní, quien ha expuesto su trabajo en la bienal de Venecia y estará presente este mismo año en la bienal de Sao Paulo, presenta en Donostia la muestra «The day after», en la que reflexiona sobre las diferentes posibilidades que ofrece el «archivo» como pieza de artista, caso de estudio o propiedad.

Varios mosaicos de instantáneas colgadas en la pared suponen el punto de partida para la reflexión de la artista, que trae a Tabakalera una de sus obras más destacadas, «Independence Day», que recrea las primeras 24 horas de algunos territorios que se transforman en naciones independientes.

Esta exposición ha sido concebida por Bétonsalon-Centre d’art et de Recherche (París), en colaboración con el centro donostiarra, que ha programado actividades paralelas para ambas exposiciones que permanecerán en sus instalaciones hasta mediados de junio.

 

Archivos que hablan de cómo somos

MITXEL EZQUIAGASAN SEBASTIÁN.

Tabakalera abre hoy una muestra sobre el impacto del sida en la cultura y otra de Maryam Jafri

tabakalera-archivo sida

Tabakalera dobla la apuesta. El centro cultural inaugura hoy dos exposiciones que retan al espectador con propuestas arriesgadas tanto en el concepto como en su presentación. En una sala se exhibe ‘Anarchivo sida’, un proyecto de investigación sobre el impacto que tuvo el sida en la producción cultural y los hábitos sociales, y que pone el foco en lugares como Chile, España o el propio País Vasco. «Buscamos la historia no oficial», explicaban esta semana sus comisarios a este periódico.

En otra de las salas la artista de origen paquistaní Maryam Jafri reflexiona sobre el uso del archivo como pieza de artista, e incluye una original colección de imágenes del ‘primer día de independencia’ de países surgidos entre 1934 y 1975. «También hay referencias a España en el caso de Filipinas», dice la artista.

Como recuerda Ane Rodríguez, directora de Tabakalera, es la primera vez, desde la inauguración del centro cultural, en que su espacio expositivo principal reparte sus salas en dos muestras distintas. Las exposiciones celebradas hasta ahora ocupaban las dos grandes naves. «Son contenidos distintos pero tienen un nexo común: utilizar los archivos como elemento artístico y como herramienta para conocer mejor los cambios sociales», añade la responsable del centro cultural.

Los responsables de las dos muestras trabajaban estos últimos días intensamente en el montaje. ‘Anarchivo sida’ está comisariada por el equipo Re, formado por el vizcaíno Aimar Arriola y las chilenas Nancy Garín y Linda Valdés, residentes en Barcelona. «Queremos que los contenidos expuestos apelen directamente al espectador porque hablamos de arte pero sobre todo de la gente», cuentan. En la sala contigua Maryam Jafri, nacida en Karachi y residente ahora entre Nueva York y Copenhague, ultimaba con mimo la colocación de sus imágenes. En un correcto castellano mostraba su interés por exponer en San Sebastián. La propia Ane Rodríguez colaboraba con la artista en la supervisión del montaje.

«Más que una epidemia»

La exposición ‘Anarchivo sida’, en la que colabora Donostia 2016, es fruto de un proceso de investigación y producción del colectivo ‘Equipo Re’, y toma como punto de partida la producción cultural en torno a la crisis del sida en el sur de Europa y América Latina. «El proyecto aborda el VIH no sólo como una epidemia médica, sino como un cambio de paradigma visual, afectivo y económico en plena convivencia con la consolidación de las políticas neoliberales y del proceso de globalización», informan sus responsables.

Tras tres años de investigación y producción de materiales, ‘Anarchivo sida’ se presenta como exposición en Tabakalera con la colaboración de la artista Carme Nogueira en el diseño de la muestra. La exposición aborda la articulación de la naturaleza con la cultura a través de tres cuestiones: la tendencia histórica de dividir al humano del animal; la dimensión cultural de la muerte; y la salud «entendida como la convención por la cual algunos cuerpos son considerados normales y otros enfermos».

Los contenidos de la exposición incluyen obras artísticas y fondos documentales desde mediados de la década de los ochenta hasta la actualidad. «Se trata de materiales nunca antes reunidos: producciones de artistas, documentación fotográfica y en vídeo de performances y acciones activistas, carteles y vídeos de campañas de prevención, recortes de prensa y otros materiales». Hay obras de Águeda Bañón, Santiago Echeverry, Pepe Espaliú o Pepe Miralles, entre otros. La exposición estará acompañada de un programa de actividades.

Descolonización

La otra exposición, ‘The Day After’, de Maryam Jafri, es una coproducción de Bétonsalon, centro de arte e investigación afincado en París, y Tabakalera. La artista articula la exposición en torno al archivo y a una triple dimensión del mismo: el archivo como pieza de artista, como caso de estudio y como propiedad.

El proyecto tiene su punto de partida en la obra ‘Independence Day 1934-1975’, que Maryam Jafri comenzó en 2009 y que sigue todavía en proceso. Esta pieza reúne fotografías de los días de independencia de algunas antiguas colonias europeas de África y Asia. «Son imágenes tomadas expresamente ese primer día de la independencia y rescatadas solo de los archivos de cada país», matiza la artista.

Las fotos retratan ese momento en el que un territorio dependiente se transforma en país y estado. Tomando como excusa esta pieza, el centro Bétonsalon inició una colaboración con Maryam Jafri para desarrollar una serie de casos de estudio con el objetivo de reflexionar en torno a las diferentes cuestiones y debates que generan los procesos de independencia y descolonización.

Ay, Shangay

Aníbal Malvar

Lo contaba muy bien ayer Juan Carlos Monedero: “Creo que no recuerdo una sola vez que me encontrara con Shangay Lily que no me regañara”. A mí me regañaba por todo. Me llamaba a cualquier hora, conociendo mis hábitos felinos, para abroncarme: “Mira, querida, mi amor, no te enfades, pero lo que escribiste ayer es una gilipolllez”. Y en este plan. Eran momentos difíciles, porque después podía pasar media hora analizando cualquier frivolidad que tú habías escrito como si fuera trascendental. Como si, realmente, la poesía hubiera sido alguna vez un arma cargada de futuro. Y cada palabra equivocada fuera abono para el nacimiento en el jardín de un nuevo capullo criptofascista. Me sale citar hoy a Paco Umbral, a quien Shangay odiaba con razón. Me gano otra bronca: “escribo estas frases forzando la prosa para que el papel vuelva a ser un papel en blanco”.

Hasta que un día me pidió un favor. Había escrito un libro y estaba demasiado alanceado por la quimioterapia para corregirlo. Era un largo ensayo sobre el fracaso de la lucha por la igualdad, por la no discriminación, un libro centrado en la vieja historia del barrio de Chueca en el que Shangay desviste la putrefacción política que ha ido ensuciando la falsa aceptación social de los derechos de gays, lesbianas y transexuales. El gaycapitalismo, lo llamaba él. Mercantilizar lo desigual, lo oprimido, para convertirlo en un negocio sin profundidad vindicativa. El libro se titula Adiós, Chueca (Ed. Foca) y, el día anterior a morirse, Shangay todavía estaba discutiendo con su editor el diseño de portada. “¿Cómo hemos pasado de ser una comunidad rica en recursos ante las situaciones más desesperadas, dotada de un ingenio sin parangón ante problemas aparentemente insolubles, a ser una comunidad pusilánime, apocada, pasiva, carente de recursos creativos, una comunidad que espera que otros nos den las respuestas en lugar de crearlas como hemos hecho siempre? Y esa es la pregunta que quiero contestar en este manifiesto anti-gaypitalista, opúsculo de reanimación, libro máquina-de-guerra, centro de reclutamiento, encíclica maricona, evangelio de la pluma no corporativa, guía de resucitación, estación de servicio en la que repostar… llámalo como quieras”.

Para Shangay, la sexualidad era política. Siempre que se entienda la palabra política en el sentido revolucionario. Y siempre que se entienda la palabra sexualidad en el sentido más afectivo y más libre. El libro me sorprendió. Nunca había observado el mundo gay de esa forma. Jamás hubiera analizado la aparición del sida como el gran elemento cohesionador de la lucha por los derechos civiles, con su triste y agónica solidaridad, con sus discretos funerales. Adiós, Chueca reordenó muchos tópicos de mi torpe heterosexualidad, y me hizo comprender mejor el dolor de los discriminados de todo el mundo por cualquier razón, no solo el dolor de los maricones apaleados, o de las lesbianas lapidadas. Shangay, en el fondo, nos viene a decir que lo que verdaderamente discriminamos no es la sexualidad, ni las pintas, sino el amor. Esa extraña palabra que no significará nada hasta que encontremos su profundo sinsentido. Dentro de quince días el libro estará en la calle y Shangay no. Pero, amigo Juan Carlos, te juro que cuando lo leas no sentirás nostalgia, porque en cada palabra y en cada página nuestro querido Shangay nos seguirá echando la bronca. Ay, Paloma: ni siquiera me he atrevido a llamarte.

Las dos muertes de Shangay Lily

Leo Bassi
Dramaturgo

No es tarea fácil escribir la necrología de una persona amiga muerta hace pocas horas. El impacto de la noticia entorpece la propia reflexión cuando la amistad y la cercanía intelectual me piden, al contrario, la máxima agudeza mental para honrarla.

Hasta la noticia misma de su muerte me produce una sensación profundamente contradictoria: a la vez normal y esperada porque sabía de la gravedad de su enfermedad, pero terriblemente chocante por su brutalidad e improcedencia. Shangay era una persona valiente, extraordinariamente valiente, y nunca en mi presencia buscó consuelo o conmiseración frente al mal que le atacaba desde dentro. Era una persona fuerte.

leo bassi y shangay lily

Escribiendo estas líneas veo que utilizo la palabra “persona” y no “hombre” o “mujer”; y me doy cuenta que esa ha sido mi manera de ubicar a Shangay en mi mente desde siempre.

Éramos muy parecidos en muchos aspectos y su manera de pensar era tan cercana que su apariencia física, hombre o mujer, era un factor anecdótico para mí. Estoy convencido de que, por su parte, Shangay era perfectamente consciente de mi actitud y quizás por eso fuimos amigos, y no por la obligación de mantener una cercanía entre nosotros, entre los personajes públicos que los dos hemos ido construyendo a lo largo de nuestras carreras.

Cuando hablo de las dos muertes de Shangay Lily me refiero precisamente a este aspecto de nuestras vidas.

Para la mayoría de la gente, Shangay era un provocador, un dragqueen en un país donde el ministro del Interior condecora a las vírgenes. Esta imagen de la Diva de Hollywood, una Marlene Dietrich en su apoteosis a bordo del Shangay Expresss, la Femme Fatale fetiche de la lucha LGTB era a la vez auténtica, esencial, una emanación directa de la “persona” Shangay, pero también una construcción artística, una mascara, un títere creado por alguien llamado Enrique Hinojosa Vázquez. Los dos han muerto en paralelo, en dos mundos diferentes.

Para confirmar el hecho de que dos personas cohabitaban en el mismo cuerpo, tengo a admitir que para escribir estas líneas he tenido a buscar su nombre verdadero en Internet.

Hacía 15 años desde que nos conocíamos. Hemos compartido luchas, escenarios, camerinos, plazas, cenas… Hemos tenido miedo juntos por ser diana de la ira de los mismos obtusos violentos… ¡Y no conocía su nombre!

Para mí, Shangay era Shangay. Era evidente que albergaba otra realidad pero no necesitaba conocerla. La persona inteligente, irreverente, divertida, humanista, el Bufón llamado Shangay me bastaba. Y, por pudor o por placer, nunca he querido poner en duda su álter ego.

Esta Shangay Lily ha muerto e iré al tanatorio a llorarla.

Sin embargo, y a pesar de lo que acabo de decir, sabía que en ese cuerpo rechoncho de 50 años, hogar sensual de una persona libre, había un niño atormentado.

Quizás por haber vivido yo también a la sombra de un personaje público creado a medida como caricatura de uno mismo, tengo esta capacidad involuntaria de percibir detalles en el carácter de la gente. Y con Shangay, involuntariamente, notaba dolor.

No quería sentir eso y, seguramente, Shangay en ningún momento ha querido comunicarlo, pero estaba presente.

Pienso que es la clave para entender cómo este icono del “glamour” y de la frivolidad podía ser al mismo tiempo un activista convencido y un comentarista político tan contendiente. Nunca me ha hablado de su infancia pero me imagino queser una niña en un cuerpo de niño en Málaga en los años 60 y 70 no fue una experiencia fácil.

Vivir en primera persona las injusticias y las violencias, tocar el lado obscuro de una sociedad hipócrita, ser víctima de unas convenciones obsoletas cuando uno está creciendo y descubriendo el mundo deja huellas profundísimas.

Sospecho que la pequeña Enrique Hinojosa Vázquez tendió a buscar en los más profundo de su ser la fuerza para resistir. Y, años más tarde, es esta energía que la ha llevado a ser tan transgresora. Pero hay más.

Cuando has conocido en tu carne el dolor de verdad y consigues sobrevivir, hay ciertas personas que  son capaces de transformar ese dolor en compasión y de utilizarlo para ayudar a los demás. Shangay fue uno de estas personas.

En sus luchas políticas por la libertad y la dignidad sexual, en su cruzada atea en contra de las mentiras de las religiones, en su defensa de los pueblos oprimidos y en su rechazo frontal de las miserias burguesas y de la falsa progresía. En todos estos aspectos reside su grandeza.

Sólo las grandes almas consiguen trascender su proprio sufrimiento para abrirse a los demás.

Así pues, adiós a la otra Shangay Lily, adiós a la Enrique Hinojosa Vázquez.

Echaré de menos tus artículos y comentarios implacables por la coherencia de tu visión y la valentía de tus posiciones.

Echaré de menos tu generosidad en la batalla por la justicia.

Echaré de menos tu sentido del humor y tu locura.

Tu amigo,

Leo Bassi