Miles de personas colapsan el centro de Madrid por el fin de la violencia machista

2015-11-07, Madrid. Martxa feminista Mdrilen ìContra las violencias machistasîlemapean. Irudian Euskal Herritik joandako lagunak 07-11-2015, Madrid. ìContra las violencias machistasî marcha feminista estatal en Madrid. En la imagen la delegacion de Euskal Herria.

2Movilización en Madrid contra la violencia machista. (J.DANAE / ARGAZKI PRESS)

Miles de personas han acudido a la movilización convocada en Madrid por más de 300 organizaciones feministas del Estado español, colapsando el centro de Madrid recalamando que la violencia machista se convierta en cuestión de Estado. El único incidente lo ha provocado un reducido grupo de militantes de VOX, que ha tratado de interrumpir la marcha.

Movilización en Madrid contra la violencia machista. (J.DANAE / ARGAZKI PRESS)

Decenas de miles de personas han recorrido este sábado el centro de Madrid para exigir el fin de la violencia machista, convertir este asunto en una cuestión de Estado y reconocer que esta vulneración de derechos se produce dentro y también fuera de las relaciones de pareja.

Se trata de la primera gran manifestación estatal que convoca con esta temática el movimiento feminista y las más de 300 organizaciones que lo sustentan en todo el Estado español. Para la organización «ha sido claramente un éxito» y una muestra de que las mujeres no van a «seguir calladas» ante el «atropello constante» del machismo.

No manejan cifras concretas de asistentes, más allá de las 21.000 que saben que se han desplazado en trenes y autobuses a Madrid. «A la mujer que no lucha, no se la escucha», «No se han muerto, las han asesinado», «No es arrebato, es asesinato», «Nos queremos dignas» y «Nos queremos vivas» son algunas de las proclamas que se escuchaban durante la manifestación, que se ha desarrollado en un ambiente festivo salpicada de actos simbólicos y al ritmo de batucada.

El único incidente reseñable ha ocurrido al inicio, durante la primera lectura del manifiesto a cargo de Angela González, cuya expareja asesinó a la hija de ambos durante el régimen de visitas. Un reducido grupo de personas con carteles del partido VOX han increpado a las asistentes al grito de «feminazi» y «el género no tiene violencia», provocando que por unos minutos, se interrumpiera la lectura.

Multitudinaria marcha contra todas las violencias machistas en Madrid

Marcha contra las violencias machistas en Madrid

Marcha contra las violencias machistas en Madrid (AFP)

  • Miles de personas marchan desde este mediodía en Madrid en la  primera gran manifestación estatal que convoca el Movimiento  Feminista contra todas las formas de violencia sobre la mujer, una  iniciativa en la que participan 380 organizaciones feministas  territoriales y 70 estatales y a la que se han sumado representantes  de los principales partidos políticos, sindicatos y ONG de todo el  país.

  • Desde el año 1995, 1.392 mujeres han sido asesinadas por el  terrorismo machista. En lo que llevamos de año, se han contabilizado  84 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres.

  • MADRID. El pistoletazo de salida lo ha dado frente al Ministerio de  Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad en el madrileño Paseo del  Prado Angela Gónzalez, cuya hija fue asesinada por su ex marido  maltratador durante un régimen de visitas impuesto en un caso que  valió a España la primera condena del Comité de Naciones Unidas para  los derechos de la Mujer (CEDAW).
  • Justo antes, se había desplegado una performance titulada Women in  Black, que denuncia los devastadores efectos de las violencias  machistas sobre las mujeres y la invisibilidad de sus víctimas  leyendo cada uno de sus nombres. No es la única acción, en la Plaza  de Cibeles la Asociación Generando Arte recoge flores y lazos negros  de los asistentes para rodear la estatua de la diosa.
  • En la cabecera de la manifestación, una pancarta con el lema  “contra las violencias machistas” en las cuatro lenguas oficiales  sostenida por supervivientes de la violencia de género cubiertas con  máscaras, como Ana (nombre ficticio) que se ha cubierto de blanco la  cara porque afirma, “si no se pierden en el más absoluto anonimato,  cosa que con hijos es muy difícil, en este país, las mujeres están  completamente desprotegidas”.
  • Junto a ella marchan representantes de distintas asociaciones de  mujeres autonómicas y nacionales, como Ana María Pérez del Campo  (Separadas y Divorciadas), quien ha declarado a Europa Press que “no  existe democracia en un país que consiente que sigan matando y  maltratando mujeres”.
  • Detrás se sitúan las integrantes del movimiento feminista y el  bloque estudiantil y después, una mezcla de ciudadanos particulares y  representantes de la sociedad civil y los partidos políticos: Pedro  Sánchez (PSOE), Alberto Garzón (IU), Pablo Iglesias (Podemos), Begoña  Villacís (Ciudadanos), Adriana Levy (PP), y Andrés Herzog (UPyD),  entre otros, han confirmado asistencia.
  • González ha leído en un atril el manifiesto de la convocatoria, un  documento que exige que la violencia machista sea una “cuestión de  estado”, que se reviertan los recortes en estas políticas y que se  abra la Ley Integral contra la Violencia de Género a la que ocurre  fuera del entorno de la pareja, como la agresión sexual.
  • “Desde el año 1995, 1.392 mujeres han sido asesinadas por el  terrorismo machista. En lo que llevamos de año, se han contabilizado  84 feminicidios y otros asesinatos de mujeres cometidos por hombres.  Sólo en el verano de 2015 han sido asesinadas 37 mujeres y ocjo  menores a manos de sus parejas, padres o parejas de sus madres.  Mujeres y menores sufren violencia patriarcal en múltiples formas y  esto sólo es la punta del iceberg”, dice el manifiesto.
  • Precisamente estos datos, que no coinciden con la estadística  oficial del Gobierno, y la mención a los recortes presupuestarios  motivaron que el PP no se sumase en un principio a la marcha y votase  en contra de las mociones al respecto en parte de los 103  ayuntamientos que han impulsado mociones a instancias del movimiento  feminista. Finalmente, cuenta con representación en la marcha, en la  figura de la vicesecretaria de programas, Andrea Levy.
  • LA MARCHA, EN CIFRAS
  • Según las convocantes, cerca de 21.000 personas se han desplazado  a Madrid para participar en la manifestación en en 268 autobuses y en  trenes aprovechando un descuento en los billetes
  • promovido por  Renfe.
    La manifestación transcurrirá por el Paseo del Prado, la Calle  Alcalá y la Gran Vía hasta desembocar en la Plaza de España, donde de  nuevo se leerá el manifiesto, pronunciado en todas las lenguas del  Estado, bajo proclamas de “ni una más”, “nos queremos vivas”, “no es  arrebato, es asesinato”.

“No he visto ese campamento de los horrores que relatan”

Francisco Andreo, el fundador de la MCSPA, conversa con un pescador en una de sus misiones en Kenia

Francisco Andreo, el fundador de la MCSPA, conversa con un pescador en una de sus misiones en Kenia.

El Vaticano llama “comisarios pontificios” o “visitadores apostólicos” a los obispos encargados de investigar “comportamientos morales inapropiados” en sus organizaciones. En la mayoría de los casos, las denuncias se archivan con el argumento de que “no estaban fundamentadas” o eran “de mala voluntad”. Así decidieron el primer visitador que investigó en la misión de Nariokotome, el arzobispo John Njue (fue en 2004 y hoy es cardenal de Nairobi), y los comisarios, obispos Collin Davies (2006) y Patrick Harrington (2007). Los entrecomillados figuran en la carta a EL PAÍS del actual prelado de Lodwar (Kenia), Dominick Kimengich, en cuya diócesis está la gran misión de la MCSPA.

El prelado escribe a EL PAÌS con el objetivo de “contrarrestar algunas acusaciones muy serias que ese periódico tiene la intención de publicar”. Añade: “Soy consciente de algunas acusaciones que fueron presentadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe y al Consejo Pontificio de Laicos, pero parecen referirse a eventos investigados en 2006″.

“No hemos visto nunca ese campamento de los horrores que relata Paulino”, afirma el sacerdote y médico Pablo Cirujeda, que trabajó ocho años junto a Andreo en condiciones que amenazaron su salud. Reconoce que el trabajo era muy duro porque la misión está en una zona muy pobres de Kenia, con carencias de todo tipo, y también que el carácter de Andreo, líder incuestionable, no ayudaba. Pero dice no haber visto nunca lo que describe Paulino. Vivían en casas distintas, matiza.

EL PAIS pidió por correo electrónico opinión escrita sobre los dossiers, pero algunos de los denunciados por Paulino han preferido viajar a Madrid desde África y América. Divididos ahora en dos comunidades irreconciliables, los misioneros de una y otra organización se han expresado “sorprendidos” y “desolados” por las denuncias, además de “indefensos”. “Somos los primeros interesados en esclarecer la verdad”. Las reuniones se celebraron en sendos despachos de abogados y duraron casi cuatro horas, dos con cada grupo.

Histérico e hiperactivo

Andreo murió hace dos años. Todo el mundo acepta que, junto a un indudable carisma, tenía un carácter colérico y caprichoso. Paulino lo define así: “Además de histérico, era hiperactivo, tenía que estar siempre haciendo algo. No soportaba estar metido en la misión. Se levantaba y, sin plan preconcebido, llenaba una camioneta de jóvenes y salía a visitar presas, huertos y comunidades. Era un homosexual activo, que obligaba a mantener relaciones sexuales a multitud de jóvenes, muchos de ellos menores”.

Sus colaboradores en Kenia (Fernando Aguirre, Escolástica Wamalwa, Lourdes Larruy y Cecilia Puig) no creen las acusaciones. No tienen duda alguna sobre la moralidad del fundador, pero sonríen cuando se les pregunta por el carácter, como diciendo: “¡Si nosotros contáramos!” En cambio, quienes rompieron con Andreo y trabajan ahora en varios países americanos (Martí Colom, Silvia Garriga, Pablo Cirujeda y Pere Cané) no ponen “la mano en el fuego” por él. Dicen haber oído los rumores de abusos y que conocieron las denuncias investigadas. Tampoco dan crédito: “Nunca vimos nada”.

A Pere Cané, tan cercano al fundador cuando era un joven diácono de Badalona, le ha sorprendido la versión del Arzobispado de Barcelona sobre su “desaparición”. “Me he quedado anonadado. Ni me expulsan del diaconado ni me reducen al estado laical. Me marcho voluntariamente en febrero de 1991. Hasta entonces, sigo asignado a una parroquia como diácono y con sueldo del obispado. Pido una excedencia por estudios y la diócesis me sigue pagando mensualmente hasta mayo de 1993”. Antes de ‘desaparecer’ de Barcelona, Francisco Andreo había sido un sacerdote famoso y muy apreciado.

“He sido un esclavo sexual de depravados encubiertos por obispos”

Paulino, víctima de los abusos

Paulino, víctima de los abusos. / CARLOS ROSILLO

“Publíquelo”. Es la súplica (quizás, una orden) de Francisco al teólogo José Manuel Vidal cuando entregó al Papa un dosier sobre supuestos abusos sexuales en una organización de eclesiásticos y laicos urdida en Barcelona el siglo pasado y extendida ahora por varios países. Se trata de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y de María Madre de la Iglesia (MCSPA, en sus siglas en inglés), que, aparte de su faceta religiosa, realiza importantes obras de cooperación y desarrollo en África y Latinoamérica. Los fundadores ya fueron castigados por el Arzobispado de Barcelona en 1995 e

“He sido esclavo laboral y sexual de un grupo de depravados, encubierto por jerarcas de la Iglesia. En los tres años que estuve en la misión de Nariokotome, en Kenia, me trataron como una bestia de carga. Éramos unas 30 personas y a la esclavitud laboral se añadía la esclavitud sexual. Nos decían que la vida sexual activa es algo que Dios quiere y que también quiere que vayamos desnudos porque desnudos nos creó. Ayúdeme, Francisco. Ponga un poco de alivio en mi alma rota. No permita que otros muchachos sigan pasando por este infierno”, escribe al Papa una de las supuestas víctimas, que ahora tiene 36 años. No es la única denuncia ante el Vaticano contra la MCSPA, pero tiene la virtud de estar en manos del Papa, con seguridad. Otras dos, con confesiones igualmente estremecedoras de un chico y una chica, parecen haberse perdido por el camino.

Paulino (no quiere desvelar su nombre) califica a la MCSPA de “perfecta ingeniería del mal” y sugiere que el Vaticano se enfrenta a un nuevo caso Maciel, el fundador de los Legionarios de Cristo que logró el silencio de incontables jerarcas durante décadas, sin que nadie, tampoco Juan Pablo II, frenase sus fechorías sexuales. Como entonces, prelados y organismos eclesiásticos hacen oídos sordos o se justifican afirmando que han tramitado las denuncias ante los organismos superiores.

Varios de los aludidos en el dosier entregado a Francisco han negado con energía las acusaciones cuando EL PAÍS les hizo llegar este informe. “No hemos visto nunca ese campamento de los horrores que relata Paulino”, afirma el sacerdote y médico Pablo Cirujeda. En igual sentido se ha manifestado el obispo de la diócesis que ha dado licencia eclesiástica en Kenia a esta comunidad misionera, Dominick Kimengich. En carta a EL PAÍS, el prelado avala a sus subordinados. “Soy consciente de algunas acusaciones que fueron presentadas a la Congregación para la Doctrina de la Fe y al Consejo Pontificio de Laicos, pero parecen referirse a eventos investigados en 2006”, añade.

“Que no les pase a otros”

Paulino recibe al periodista con extrema precaución. Lo que tiene que decir lo ha escrito en siete folios que ya están en manos de Francisco. Es una declaración seca, notarial, que quema. “Ya solo confío en el Papa. Me duele no haber tenido agallas para denunciar antes. Me duele que durante todos estos años en los que no fui capaz de denunciar han seguido abusando de chicos y chicas. Yo ya no tengo miedo. Eso sí, me han quedado secuelas. Después de vivir a la deriva de Dios, no sientes nada. Ahora solo busco que lo que me pasó a mí no les siga pasando a otros. Espero que la jerarquía reaccione de una vez. Hay muchos obispos que lo saben. Unos por no complicarse la vida, otros por dinero, el caso es que no hacen nada. Yo mismo se lo conté a un obispo y no me hizo caso. El Dios que le juzgará a él también me juzgará a mí”.

Promovida por Francisco Andreo, Albert Salvans y Pere Cané, entre otros, la MCSPA surgió entre sospechas por el origen de sus fundadores, entonces (años noventa) un afamado sacerdote, alumnos del seminario para vocaciones tardías Casa de Santiago de Barcelona y chicos y chicas de la burguesía local.

El arzobispado ya los investigó entonces, después de ser denunciados ante la fiscalía acusados de corrupción de menores y estupro (diligencias previas número 2083/95 del juzgado de instrucción 21 de Barcelona). La denuncia también pedía que se procesase por encubridores y coacciones al arzobispo de Barcelona, cardenal Narcís Jubany, que ya estaba jubilado; al sustituto, el también cardenal Ricard Maria Carles, y a tres de sus obispos auxiliares. Era el año 1995 y el caso llegó incluso al Parlamento de Cataluña.

Presiones políticas y el prestigio de Jubany lograron el archivo del caso penal (por prescripción) y del expediente eclesiástico, pero no acallaron el escándalo originado por “la mayor red clerical de corrupción de menores que ha existido en España” (así decía la denuncia). Pese a todo, los denunciados, se dijo entonces, recibieron un escarmiento: no serían ordenados sacerdotes.

La realidad es que Andreo, que ya era sacerdote y no recibió sanción, desapareció de Barcelona para liderar la MCSPA, con Salvans y Cané como principales soportes en África y EE UU, los dos como sacerdotes pese a que el arzobispado de Barcelona había actuado contra ellos “reduciéndolos al estado laical”. Así lo aseguró la semana pasada el citado arzobispado, a petición de EL PAÍS: “Se actuó canónicamente reduciendo a Salvans y Cané al estado laical desde su orden de diáconos. Salvans y Cané desaparecieron de la presencia diocesana, apareciendo luego en otras diócesis de Inglaterra y de USA donde supuestamente permanecen sin ninguna vinculación a esta archidiócesis”.

De Andreo, el líder, ni una palabra. El arzobispado añade, todavía: “Todas las diligencias realizadas se hicieron con profundo rigor y fueron acometidas por el cardenal Jubany y posteriormente por el cardenal Carles, aplicando las sanciones adecuadas al caso. El 12 de septiembre de 2014, y a petición del Vaticano, se remitió inmediatamente la información solicitada del antiguo proceso, así como las sanciones efectuadas”.

Documentos aportados por Pere Cané, consultado por EL PAÍS, desdicen esta versión del arzobispado. El entonces diácono no fue reducido al laicado. Por el contrario, se ordenó sacerdote con la preceptiva transferencia de antecedentes (incardinación y excardinación en términos canónicos) desde Barcelona a la archidiócesis de Milwaukee (EE UU), mediante un solemne cruce de notificaciones entre ambas instituciones, fechadas el 1 de abril de 1993 (decreto de incardinación) y, 55 días más tarde, la llamada “letra de excardinación”. Ambos documentos se emiten con la firma el primero, y por orden el segundo, de los respectivos arzobispos. EL PAÍS ha cotejado los escritos. No ofrecen duda.

Andreo falleció hace dos años de cáncer, pero antes, en 2008, la MCSPA se rompe con estrépito y pierde sus sedes americanas, quedando reducida a misiones en África con Salvans de cabeza, mientras Cané, el hombre de Milwaukee, lidera con otros 27 misioneros la creación de la Comunidad San Pablo (CSP), con sede en Racine (Wisconsin), radicalmente alejados de sus antiguos compañeros.

Aval canónico

Para entonces, la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol y de María Madre de la Iglesia ya contaba con la aprobación de las diócesis de Lodward (Kenia) y Milwaukee. Producida la ruptura, la nueva organización de Cané, la CSP, recibió enseguida el aval canónico de quien era entonces pontífice de la archidiócesis, el cardenal Timothy Dolan, actual arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia Episcopal de EE UU.

Paulino apenas puede hablar de ese pasado. Entrega papeles y calla. “Al miedo se unía un inteligente lavado de cerebro. Estás en un desierto, en el extranjero, sin pasaporte, sin papeles, sin dinero. Dependes de ellos para todo y en todo. Eres su esclavo y, encima, maltratado. Primero, te arrancan de tu familia. Después, te hacen creer que eres un mierda que debes obedecer sin rechistar. Francisco Andreo montaba orgías con hombres y mujeres, en las que, a veces, participaba activamente y, otras veces, se dedicaba a mirar cómo una misionera fornicaba con dos negros. Cuando quería sexo, Andreo llamaba a un chico a su habitación. El día que me mandó llamar, me acerqué esperando lo peor. Me invitó a café y ordenó que nos dejasen solos. Me mandó desnudarme. Me senté en una silla, pero él me hizo echar en su cama. Comenzó a hablarme de sexo y a preguntarme si no se me levantaba. Después, comenzó a tocarme. Yo tiritaba de miedo. Al verme tan nervioso y que el pene no se inmutaba con sus manejos, me llamó moralista, me insultó, me echó del cuarto. Salí con el alma rota, la escena marcada a fuego en mi memoria”.

Cardenal Rylko: “Hay que actuar inmediatamente”

El dossier MCSPA entregado al Papa con la denuncia de Paulino, y otros dos con declaraciones igualmente estremecedoras de un chico y una chica, están sobre la mesa de importantes jerarcas del Vaticano, entre otros la del prefecto del Pontificio Consejo para los Laicos, cardenal Stanislaw Rylko. “Los hechos son de tal gravedad que la autoridad eclesiástica competente debe actuar inmediatamente”, ha prometido Rylko, en carta que obra en el dossier entregado a Francisco. También ha recibido copia la Pontificia Congregación para la Doctrina de la Fe y la secretaría de Estado de la Santa Sede. En España, han sido informados, a veces con reiteración, el cardenal arzobispo de Barcelona, el nuncio del Vaticano y prelados de la Conferencia Episcopal.

“Que cada palo aguante su vela”

Paulino no está solo en este combate contra los abusos sexuales entre eclesiásticos. Lo arropa un cura alcarreño, Fidel Blasco Canalejas. Sacerdote desde 1984, Blasco (Alhóndiga. Guadalajara, 1959) estudió en Roma y sabe manejarse entre los altos despachos. Como suele decirse, ha removido Roma con Santiago para depositar donde más debe doler estas denuncias, y año tras año escribió decenas de cartas a cardenales y obispos reclamando respuestas. Sin éxito. Ahora vive esperanzado. Por fin, el dossier está en manos de Francisco. “Que cada palo aguante su vela”, confiesa, convencido de que algunos prelados no van a reaccionar con entusiasmo. “Por qué tanto miedo a la verdad, por qué tanto tiempo sin poner remedio al sufrimiento de tanta gente”, se lamenta. Blasco, por cierto, no es un clérigo cualquiera entre los sacerdotes españoles. De vuelta de Roma ha sido en su diócesis, Sigüenza-Guadalajara, delegado episcopal de catequesis y rector del seminario menor, entre otros altos cargos. Ahora es párroco de una importante iglesia de Guadalajara y profesor en la Universidad de Alcalá.

Al Papa se le hiela la alegría

JUAN G. BEDOYA

Es temprano en la mañana del día 15 del pasado septiembre y todo sucede en la capilla del edificio de Santa Marta, en el corazón del Vaticano, donde Francisco dice misa de siete ante una veintena de personas. Se ha desprendido de la casulla en la sacristía y ha regresado para hablar con cada uno de los asistentes a la ceremonia, cuidadosamente seleccionados. Un fotógrafo del servicio de noticias del Vaticano dispara la cámara mientras el Papa se entretiene unos instantes con cada feligrés de ocasión.

Cada saludo tiene su afán y se ve cómo Francisco escucha, sonríe, consuela, besa y bendice con timidez. Con el español José Manuel Vidal ríe mientras ojea un libro que recoge los textos del Papa publicados en el periódico Religión Digital del que Vidal es fundador y director) cuando Francisco era cardenal de Buenos Aires. De pronto, en las fotografías colgadas en la Red se aprecia cómo la sonrisa del Papa se hiela, demudado mientras su interlocutor le hojea otro dossier. Lo que tiene ante los ojos es un supuesto caso de abusos sexuales entre eclesiásticos que —le dice Vidal— debería estar sobre la mesa del Papa. Así lo han presumido desde España quienes conocen el caso y deberían atajarlo, le explica. Y el papa Francisco, una y otra vez: “Publíquelo, publíquelo”.

Incómodo Pasolini

Pier Paolo Pasolini, rodando ‘Accattone’

Pier Paolo Pasolini, rodando ‘Accattone’. / Reporters Associati

La teoría más estrafalaria sobre el asesinato de Pier Paolo Pasolini la expuso hace diez años su amigo el pintor Giuseppe Zigaina, que defendió en un libro la posibilidad de que el poeta y director de cine hubiese planificado su propia muerte. A su juicio, habría sido una «imitación de Cristo» llevada al extremo, la creación de «un nuevo mito de muerte y renacimiento», un martirio voluntario del que Pasolini había ido avanzando misteriosas pistas en distintos lugares de su producción artística. La hipótesis de Zigaina tiene que ver, sin duda, con el aire ‘pasoliniano’ que tuvo el trágico final del intelectual italiano, en el que aparecían algunos de los elementos que habían vertebrado su vida y su obra. Pero, a la vez, esa ocurrencia tan loca permite hacerse una idea de los ojos con los que muchos contemplan hoy aquel crimen: cualquier explicación, incluso las abiertamente desquiciadas, parece más creíble que la versión ratificada en su momento por la Justicia.

Los hechos que hoy cumplen cuarenta años se desarrollaron de una manera que, ciertamente, tuvo cierta consistencia cinematográfica, de película muy negra y terriblemente dura. A las diez y media de la noche del 1 de noviembre de 1975, Pasolini recogió a un chapero en la estación ferroviaria de Roma Termini y se lo llevó a «dar una vuelta» en su Alfa Romeo Giulia GT 2000: se trataba de Giuseppe Pelosi, conocido como Pino ‘la Rana’, un chaval de 17 años con antecedentes por pequeños delitos. El director, que no era precisamente inexperto en el mundo de la prostitución masculina, invitó al joven a cenar unos espaguetis en una ‘trattoria’, mientras él se bebía una cerveza, y después siguieron juntos su ruta hacia Ostia, la parte costera de la capital italiana. A la una y media de la madrugada del 2 de noviembre, una patrulla de ‘carabinieri’ emprendió la persecución de un Alfa Romeo que circulaba a gran velocidad y en sentido contrario: su conductor y único ocupante era Pelosi, que trató de escapar corriendo pero fue detenido. Cinco horas más tarde, una vecina de Ostia encontró lo que, en principio, le pareció un montón de basura. Se trataba del cadáver deshecho de Pasolini, que había sido apaleado y después atropellado varias veces con su propio coche. Tenía varios huesos rotos y los testículos machacados.

Pelosi explicó que había matado a Pasolini porque pretendía sodomizarlo con un palo. Nadie se creyó que, con sus hechuras de adolescente, hubiese podido apalear a la víctima sin sufrir ningún rasguño y sin siquiera mancharse, de modo que el juez Carlo Alberto Moro, hermano de Aldo Moro, lo condenó por homicidio voluntario «en concurso con desconocidos». Esa puntualización sería eliminada después por la corte de apelaciones, que dejó a Pelosi como único responsable del crimen. La investigación fue una de esas chapuzas apresuradas tan características de la Policía italiana, que convierten el país en un campo abonado para vistosas teorías de la conspiración: hubo pruebas que se dejaron a un lado (en el coche había un jersey que no pertenecía ni a la víctima ni al asesino) y otras que se dañaron durante el proceso (el vehículo se quedó bajo la lluvia y, después, los agentes lo estamparon contra un poste cuando lo llevaban al juzgado).

Los amigos de Pasolini, como la periodista Oriana Fallaci, plantearon desde el principio que el intelectual había sido víctima de un complot y convirtieron su asesinato en un emblema de la inmundicia moral que reinaba en el país: eran los años de plomo, un periodo de caos, extremismo político y confabulaciones siniestras que estuvo salpicado de atentados terroristas, muchas veces sin esclarecer. «Pelosi y los otros fueron el brazo que mató a Pasolini, pero los que autorizaron este acto son legión; en realidad, toda la sociedad italiana», clamó el escritor Alberto Moravia, íntimo del asesinado. «Ha sido una ejecución pública, para que todo el mundo vea y aprenda», concluyó la periodista y política Maria-Antonietta Macciocchi.

Pasolini pasea por una barriada de Roma junto a Ninetto Davoli, que fue el amor de su vida

Pasolini pasea por una barriada de Roma junto a Ninetto Davoli, que fue el amor de su vida. / R. C

A lo largo de su carrera, Pier Paolo Pasolini se había ganado tantos enemigos que se hace casi imposible enumerarlos: siempre fue un hombre esencialmente incómodo, inconformista y ajeno a los rebaños ideológicos. Por supuesto, la ultraderecha lo detestaba, y los cachorros fascistas habían convertido en una tradición las protestas violentas en los estrenos de sus películas, pero también los suyos, los comunistas, solían quedarse descolocados ante sus opiniones heterodoxas y transgresoras. En ese sentido, resultó particularmente significativa su postura ante las revueltas estudiantiles de 1968, donde se puso del lado de los policías: eran, según escribió en un poema memorable, los «hijos de los pobres» apedreados por los «hijos de papá». Pasolini lo mismo alertaba sobre el consumismo como nuevo totalitarismo, que investigaba los lazos entre el poder y la mafia: en el momento de su muerte no estaba en el ojo de un huracán, sino de al menos tres, por el robo de varias bobinas de su controvertida película ‘Saló o los 120 días de Sodoma’, por sus explosivos artículos sobre las conexiones criminales del Gobierno y también por la novela que estaba escribiendo, ‘Petróleo’, con preocupantes implicaciones para el Ente Nacional de Hidrocarburos.

La bomba de Pelosi

El cadáver del poeta y director de cine estaba destrozado. A la derecha, Pelosi entra en los juzgados

Pasolini pasea por una barriada de Roma junto a Ninetto Davoli, que fue el amor de su vida. / R. C.

Giuseppe Pelosi salió en libertad en 1983 y esperó veintidós años antes de hacer su gran revelación: en 2005, en una entrevista con la RAI, afirmó que los asesinos fueron en realidad tres hombres a los que él no conocía, que hablaban con acento siciliano y que arremetieron con palos y cadenas contra Pasolini, mientras le llamaban «sucio comunista». Añadió, además, que los tres sujetos le habían amenazado con hacer daño a sus padres si contaba algo, así que había esperado a que ambos falleciesen para desvelar lo ocurrido. Se retomaron las pesquisas y la Policía científica halló el ADN de cinco personas en la ropa de la víctima, pero, a falta de correspondencias que permitiesen identificarlas, el caso se ha archivado en mayo de este año. El abogado Stefano Maccioni, que representa a un primo de Pasolini, ha emprendido una campaña para que no se abandone la investigación: hace un mes, ha planteado la petición de que se cree una comisión parlamentaria dedicada a este crimen, que ya suma casi diez mil firmas en internet. «Yo creo que algún día podremos saber quiénes y por qué mataron a Pasolini. Llevo casi seis años tratando de responder a estas preguntas», explica el letrado a este periódico. Maccioni, que se refiere a Italia como «el país de la verdad póstuma», se muestra convencido de que el caso está rodeado de intereses oscuros: «No es una casualidad que Pasolini fuese asesinado de aquella manera, ni tampoco que se haya querido hacer creer que intentó ejercer la violencia carnal sobre un menor. Durante muchos años esto ha enfangado la memoria y el valor artístico de Pasolini».

El propio poeta escribió en 1972 que la muerte es algo así como un montaje cinematográfico que da sentido a la vida: «Selecciona los momentos verdaderamente significativos y los coloca en sucesión, haciendo de nuestro presente infinito, inestable e incierto un pasado claro, estable, cierto». Se podría pensar que, en su caso, el montaje ha resultado fallido, una traición al material acumulado a lo largo de su biografía, pero también es defendible la tesis contraria: a través de su asesinato sin resolver, Pier Paolo Pasolini sigue cumpliendo ese papel que siempre asumió con gusto, el de cuestionar el fondo turbio de la conciencia nacional italiana.

 

Dos para revelar el femicidio

Luego de varios allanamientos, detuvieron a dos sospechosos de entre 30 y 50 años en la zona oeste del conurbano. Ambos fueron señalados por dos testigos. Uno de los detenidos entró con Sacayán y el otro, un rato más tarde. Sacayán los dejó entrar.

La activista transexual argentina Diana Sacayán durante una visita a La Habana

Amancay Diana Sacayán fue apuñalada en su departamento de Rivadavia al 6700 el 13 de octubre pasado.

Dos sospechosos fueron detenidos en la provincia de Buenos Aires acusados del crimen de la líder trans Amancay Diana Sacayán, encontrada apuñalada el 13 de este mes en su departamento del barrio porteño de Flores. Los imputados, de entre 30 y 50 años, aunque sus datos personales no se precisaron dado que rige el secreto de sumario en la causa, fueron apresados el miércoles tras una serie de allanamientos realizados en la zona oeste del conurbano.

La Procuración General de la Nación informó a través de su página web que las detenciones fueron pedidas por el fiscal de Instrucción porteño Matías Di Lello y ordenadas por el juez Gustavo Pierreti, quien indagará hoy a los acusados.

Según el informe oficial, las capturas se concretaron especialmente a partir de los resultados de las “escuchas telefónicas, análisis del flujo de las llamadas y declaraciones testimoniales”.

Uno de los elementos sometido a peritajes fue el teléfono celular de la víctima, el cual se halló en su departamento.

Por su parte, otra fuente de la investigación explicó que la identificación de los sospechosos se logró a partir de dos testimonios clave, los cuales ubicaron a los acusados en la escena del crimen el día del hecho. De acuerdo a estos testimonios, el mayor de los sospechosos fue quien acompañó a la víctima en el ingreso al edificio y al cabo de unas dos horas el otro detenido arribó al lugar, indicó el informante consultado.

Desde el comienzo de la investigación, la principal hipótesis apuntó a que el o los asesinos eran conocidos de Sacayán (40) y que ésta les permitió el ingreso a su departamento, al tiempo que no descartaban el móvil del robo ya que el departamento de la víctima fue hallado todo revuelto.

El crimen fue descubierto el 13 de este mes en el departamento del piso 13 del edificio situado en avenida Rivadavia 6747, donde residía Sacayán, cuyo cadáver fue hallado tirado en el piso, a un costado de la cama.

Según la autopsia, la víctima fue asesinada de una puñalada en el abdomen, dato que coincide con la gran cantidad de sangre hallada alrededor de su cuerpo.

Otras marcas y heridas en el cuerpo demuestran que la víctima realizó movimientos para intentar protegerse de la agresión, para la cual se cree que se utilizó un cuchillo hallado en la escena del crimen, el cual estaba ensangrentado.

En la causa, el fiscal Di Lello trabaja en forma conjunta con la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres (UFEM), a cargo de Mariela Labozetta, y de acuerdo a los protocolos de la “Guía de actuación para las Fuerzas Policiales y de Seguridad federales para la Investigación de femicidios en el lugar del hallazgo”.

Sacayán era líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bisexuales (ILGA), dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) y trabajaba en el Programa de Identidad Sexual del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi).

Familiares y amigos de Sacayán realizarán hoy una marcha en reclamo de justicia hacia la sede de la fiscalía de Di Lello, donde esperan ser recibidos por el instructor de la causa.

Homofobia en las aulas: “Me planteé acabar con mi vida en más de una ocasión”

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La Unesco ha calificado el acoso homofóbico como un “problema universal”

Saph Rodríguez ni siquiera era consciente de su orientación sexual cuando recibió los primeros insultos. A los 13 años sus padres decidieron cambiarla de instituto porque varios alumnos le propinaron una paliza al grito de “bollera” y “marimacho”. Pero las agresiones, que habían empezado “desde muy pequeña”, continuaron. Ahora, esta asturiana de 24 años ofrece charlas sobre diversidad afectivo sexual en colegios. “Sufrí acoso porque no seguía las normas establecidas, entre los insultos siempre se encontraba la palabra lesbiana”, relata, “pero de mi sexualidad me di cuenta más tarde, con 17 o 18 años”.

Como Saph, son varios los niños y niñas lesbianas, gays o transexuales (o que escapan de los patrones habituales de feminidad o masculinidad) que sufren agresiones por parte de otros compañeros debido a su orientación sexual o identidad de género. Aunque no hay datos oficiales, algunos estudios como el informe elaborado en 2012 por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), revelan en base a una muestra -pequeña, de 325 personas- que un 57% de los jóvenes LGTB ha sufrido algún tipo de violencia física o psíquica en el ámbito educativo.

En ocasiones, la situación llega a un punto insoportable para los propios menores. Con la voz entrecortada al otro lado del teléfono, Saph confiesa que “en más de una ocasión me planteé acabar con mi vida”. “Llegué a pensar que era yo la que tenía la culpa, que algo hacía mal para que la gente no me aceptara”, recuerda.

Según el estudio de la FELGTB, que recopila casi una veintena de estudios realizados a lo largo de siete años, el 43% de los jóvenes LGTB que sufre o ha sufrido acoso ha llegado a pensar en acabar con su vida, un 35% lo ha planificado y un 17% lo ha intentado en una o varias ocasiones.

El estudio corrobora que, en los últimos años, se ha logrado un avance importante y la aceptación de la diversidad sexual entre los jóvenes “es bastante alta”. Sin embargo, el acoso homofóbico sigue siendo una realidad con consecuencias: un 75% de los jóvenes ha sido testigo de agresiones en forma de rumores, insultos o burlas y el 6,4% ha presenciado palizas.

“Un problema universal”

Que el riesgo de suicidio “es mucho mayor entre adolescentes y jóvenes que no son heterosexuales o son trans” es una de las principales conclusiones que se extraen del  protocolo presentado el pasado lunes por el Instituto de la Mujer con el que se pretende evitar el acoso escolar homofóbico. Algo que ha sido calificado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como un “problema universal”.

“Es el más común de los tipos de acoso, está invisibilizado y no se toman medidas para acabar con él”, sostiene José Ignacio Pichardo, profesor de Antropología Social de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador del protocolo. Según el experto, el silencio es una de las principales dificultades para atajar este problema, pues solo el 18% de las víctimas se lo ha contado a sus padres o profesores, debido, en muchos casos, al miedo, rechazo o vergüenza a reconocer una orientación sexual o de género.

“Fue algo que llevé en secreto, sentía que no tenía apoyo y era algo que no entendía”, declara Saph, que nunca se lo contó a otros compañeros de clase. El papel del resto de alumnos puede ser fundamental. Sin embargo, los expertos identifican otro escollo que hace que suelan mirar para otro lado y no intervenir. Es lo que llaman el miedo al “contagio del estigma”, que no solo se proyecta sobre los chicos y chicas LGTB, “sino también sobre las personas que salen en su defensa”, explica Pichardo.

El Consejo Escolar del Estado pide planes de igualdad

Ahora Saph recorre los colegios de Gijón con la asociación Xega para hablar de diversidad sexual y “resolver dudas a los alumnos porque hay muchos que no saben de la existencia de otras realidades”. Sin embargo, su organización solo pisa las aulas de los centros que voluntariamente lo solicitan. La mayoría, dice Saph, son públicos. “Algunos católicos lo piden, pero suele haber una atmósfera de desinterés”, analiza.

Para Kika Fumero, profesora de un instituto público de Tenerife, el problema es que el tratamiento de la afectividad y la diversidad sexual se convierte en una decisión de los propios profesores o los centros. Ella ha impulsado un proyecto de inclusión con una tutoría en la que recibe al alumnado LGTB con problemas, entrega material a los tutores o da charlas sobre ello. Sin embargo, es una excepción. “La mayoría del profesorado no se forma en esto ni la diversidad sexual se incluye en las escuelas de forma transversal”, denuncia Kika.

Eso a pesar de que en 2007 el Consejo Escolar del Estado demandó la promoción de “planes de igualdad y de educación afectivo-sexual en las escuelas”. “Si queremos que esto se incluya en las aulas debe haber una apuesta política”, explica Pichardo, que asegura que algunas comunidades como Andalucía y Extremadura “han desarrollado instrumentos específicos contra este tipo de discriminación”. Por eso, el protocolo que ha coordinado pide la creación de un Plan Estatal contra el Acoso, que incluya expresamente la prevención de la homofobia y la transfobia y observatorios que velen por su cumplimiento.

Partidarios de ISIS asesinan a pedradas a dos hombres acusados de ser gays en Siria

El terror se ha instaurado en los países de oriente medio que están controlados por el Estado Islámico, ISIS, y las ejecuciones públicas se han convertido ya en una práctica tan habitual que resulta terroríficamente espezlunante. Monitor de Terror, el grupo que denuncia este tipo de atropellos contra la humanidad tuiteó unas fotos publicadas por ISIS este domingo, 25 de octubre, de la ejecución de dos hombres, en la ciudad Siria de Aleppo, a los que se acusa de ser gays. Los terroristas usan dos formas crueles de ejecutar a homosexuales: Arrojándolos desde azoteas de casas y estas últimas mediante lapidación.

Las imágenes muestran a una multitud enfurecida, incluyendo niños, lanzando piedras a dos hombres atados y con los ojos vendados sobre una lona blanca. Los primeros planos muestran los rostros y ropas ensangrentadas de los dos hombres y las piedras que se utilizaron para matarlos manchadas de su propia sangre.

Estas son las fotos impactantes que muestran la ejecución de estos dos hombres en Siria acusados de ser homosexuales:

gays asesinados por isis

A principios de este mes de octubre, el grupo yihadista lanzó a dos hombres gay desde el tejado de un edificio en Mosul, Irak, con el pretexto de que eran una pareja gay. El mismo fin de semana, otros dos hombres “gays” fueron lanzados desde un edificio en Nínive. Esta vez los arrojaron sobre una pila de bloques de cemento.

ISIS también ejecutó a nueve hombres y un niño acusado de ser gay en Siria en septiembre y han reivindicado la autoría de los asesinatos de al menos otros 30 hombres homosexuales.

Suecia abre la primera clínica del mundo para tratar a hombres violados

Esta iniciativa pretende romper con el tabú social de la violación masculina

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El 27 de noviembre de 2014, el actor Shia Labeouf confesó en una extensa entrevista a Dazed que había sido violado durante una performance artística. Pocos días más tarde, otros artistas vinculados al actor confirmaron que eso sucedió. No era una explosión para catapultar su fama.

El caso abrió un amplio debate sobre el tabú social de la violación masculina. Un reportaje de GQ también trataba de romper con él a través de decenas de testimonios de soldados de EEUU violados en los cuarteles, con el sugerente título: “Hijo, a los hombres no les violan”

Aunque no se hable de ello, los médicos y el sufrimiento de las víctimas confirman que la violación masculina no puede ser ignorada. Por esto, una clínica especializada en tratar a pacientes víctimas de violación acaba de abrir una sección exclusiva dedicada a hombres que han sido violados.

Södersjukhuset, al sur de Estocolmo, se ha convertido así en el primer centro médico del mundo en tratar a las víctimas masculinas de abuso sexual. La clínica ya atendía a pacientes femeninas, alrededor de 600 y 700 al año.

En Suecia se registraron un total de 370 casos de violación a hombres o niños, según el Consejo Nacional Sueco de Prevención del Crimen. Pero se sospecha el número sea mucho mayor, debido a los prejuicios sociales que provocan que muchos hombres nieguen ser víctimas de abuso sexual.

Según dijo la doctora Lotti Helström al periódico sueco The Local, “la percepción general es que los hombres no pueden ser violados”. Los estudios, sin embargo, “aseguran que los efectos en la salud —tanto física como psicológica— de una violación son incluso más graves en un hombre. Hay un riesgo mayor de que las víctimas hombres sufran estrés post-traumático”, dice Helström.

En esta línea, Inger Björklund, de la Asociación Sueca por la Educación Sexual, aseguró que hay mitos sobre la masculinidad que dificultan que los hombres que hayan sido abusados hablen de sus experiencias. Una clínica centrada en hombres violados “contribuirá a que más hombres se abran y quieran buscar ayuda, así como atender sus necesidades específicas”.

Suecia es el país del mundo más avanzado en legislación sobre la violación. En el país nórdico, desde 2005, se considera violación lo que en otros países se califica de agresión sexual.

El concepto de violación es vigente a partir de que la víctima no está en condiciones de decir “no” a un acto sexual, según explicó a AFP Klara Hradilova Selin, una especialista de delitos sexuales de un observatorio dependiente del Ministerio de Justicia sueco.

Debido a esta definición amplia del concepto de violación, Suecia es el país de Europa con más demandas, con 53 casos por cada 100.000 habitantes, dos veces más que Gran Bretaña y cuatro veces más que Francia.

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Suecia es uno de los países del mundo con más violaciones, también porque su legislación define con más amplitud el concepto.