Indonesia quiere convertir en delito el sexo homosexual y extramatrimonial

Activistas pro-derechos del colectivo LGTB protestan contra la reforma del código penal que penalizaría el sexo entre homosexuales y otras medidas contra la libertad sexual a las puertas del Parlamento en Yakarta (Indonesia) el 20 de febrero de 2018. EFE/ Mast Irham EFE

 

“Las personas que no estén unidas por un matrimonio legal y que mantengan relaciones sexuales podrán ser condenadas a una pena de hasta cinco años de prisión”.

– “Quienes convivan como marido y mujer sin haber contraído matrimonio legalmente podrán ser castigados hasta con un año de cárcel”.

Esas son las polémicas frases que el parlamento de Indonesia quiere incluir en la reforma de los artículos 484 y 488 del código penal, que hacen referencia al sexo extramatrimonial y a la cohabitación. Como el matrimonio entre personas del mismo sexo está prohibido en Indonesia, esta reforma supone, de facto, la criminalización de la homosexualidad. Es la fórmula que los políticos han encontrado después de que, el año pasado, el Tribunal Constitucional rechazase una petición para ilegalizar las relaciones homosexuales.

Es también reflejo del gran paso atrás que el archipiélago está dando en materia de derechos y de libertades. Es lo que piensa Amir, que se enfrenta a diario a la discriminación por ser homosexual en la capital, donde vive. “Es el resultado del explosivo binomio que crean la política conservadora y el auge del islamismo integrista”, opina.

Una persecución creciente

La ley indonesia ya recoge el adulterio como delito. Pero, para que una relación sea tipificada como tal es necesario que uno de los protagonistas esté casado. La nueva formulación, con el mero cambio de unas pocas palabras, es la que provoca un vuelco en la situación.

La reforma, que aún está siendo debatida en el Parlamento, se suma a la creciente persecución que sufre el colectivo LGTBI en el país: el Gobierno ha prohibido aplicaciones de móvil para citas populares entre homosexuales y la Policía ha incrementado las redadas contra bares gais y la detención de sus clientes.

Además, el Ministerio de Salud ha incluido la homosexualidad en la lista de ‘desórdenes mentales’. En la provincia de Aceh –regida por la ‘sharia’–, dos hombres fueron fustigados 83 veces por mantener relaciones homosexuales y 12 mujeres transexuales fueron forzadas a cortarse el pelo y vestir ropa de hombre en público.

“Ser homosexual en Indonesia supone vivir atemorizado de por vida. Antes ya era suficiente castigo el estigma social que acarrea, pero ahora va a ser todavía peor. Va a ser un crimen”, se lamenta Amir. El Gobierno, sin embargo, afirma que la ilegalización servirá para aplacar a los colectivos más conservadores y evitar ataques violentos contra la comunidad LGBTI. Es más, asegura que la reforma supondrá una mayor protección para los homosexuales, algo que la organización Human Rights Watch ya ha tachado de “sinsentido”.

Los promotores de las enmiendas también esgrimen que los indonesios están a favor de la reforma legal, y algunas encuestas así lo corroboran: en diciembre, un 87,6% de quienes respondieron a las preguntas de la consultoría Saiful Mujani afirmaron que el colectivo LGBTI “representa una amenaza social”.

Activistas proceden a quemar un muñeco durante una concentración en contra del colectivo de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (LGTB) en Banda Aceh, Indonesia, el pasado febrero. EFE

La aprobación de las enmiendas estaba prevista para San Valentín  –no se sabe si como muestra de humor negro – pero fue retrasada un par de meses. En cualquier caso, como la iniciativa cuenta con el visto bueno de los diez partidos políticos más relevantes, pocos dudan que se terminará llevando a cabo.

El 81,5% justificó su opinión argumentando que “la religión prohíbe ese tipo de sexualidad”, y solo el 57,7% consideró que los no heterosexuales “tienen derecho a la vida”. Un diputado islamista, Muslin Ayub, fue más allá y propuso castigar a los gais con la pena de muerte.

Dita Reninda, una periodista de Yakarta, es una de las voces que apoyan la nueva redacción propuesta. Sus argumentos evidencian su normalizada homofobia. “La homosexualidad puede ser dañina para la sociedad, porque la mayoría de los gais se camuflan detrás de una apariencia normal y no son honestos. Tampoco con sus esposas, lo cual provoca que muchas mujeres se vean infectadas con el VIH porque sus maridos mantienen relaciones homosexuales sin protección y a escondidas”, comenta.

Otros colectivos afectados

Naciones Unidas ha pedido que Indonesia no apruebe la reforma del código penal. “La retórica de odio contra la comunidad LGTB se está cultivando con objetivos políticos muy cínicos y solo provocará sufrimiento y una mayor división innecesaria. La discriminación en base a la orientación sexual, o por cualquier otra razón, es intolerable”, afirmó en febrero Zeid Ra’ad Al Hussein, comisario de la ONU para los Derechos Humanos.

Otros colectivos también han denunciado que los cambios propuestos en el código penal van a tener un impacto muy negativo en las mujeres, homosexuales o no, porque afectará también a las parejas más pobres, que, sobre todo en las zonas rurales, no contraen matrimonio de forma legal.

También sufrirán sus efectos las minorías étnicas que profesan el animismo y que se casan con una ceremonia religiosa sin validez en el registro civil, porque no está amparada por los seis cultos reconocidos. La reforma dejará en situación de vulnerabilidad a las víctimas de violaciones: bastará que el violador asegure que fue una relación consentida para que la mujer pueda ser acusada de mantener relaciones extramaritales.

“Si la mujer no prueba que hubo violencia o amenazas durante la relación, podría convertirse en imputada”, explicó el representante del Instituto para la Reforma de la Justicia Criminal, Erasmus Napitupulu. Las trabajadoras del sexo también podrían ser perseguidas por este delito, que, como han apuntado algunos juristas, incluso se podría utilizar contra turistas y residentes extranjeros que no hayan contraído matrimonio y mantengan una relación sentimental.

Finalmente, la reforma del código penal tiene un cariz autoritario. Afecta también a los artículos 238 y 239 sobre la difamación del presidente y del vicepresidente. Aunque el Tribunal Constitucional se ha mostrado contrario a la redacción propuesta, la nueva ley recogerá penas de hasta cinco años de prisión para quienes insulten o difamen a los mandatarios en público o de forma visible.

“Poco a poco, un país que se enorgullecía de ser moderado en su visión del islam se está radicalizando hasta niveles difíciles de creer. Pensábamos que, con el desarrollo económico, poco a poco Aceh se iría abriendo como el resto del país; pero es el resto del país el que se está cerrando como Aceh”, critica Amir.

#Himtoo

por TADEU

/CARLOS ALBA

En Botkyrka, al sur de Estocolmo, a los alumnos de primaria les proyectan una peli en que un niño al que le pirra ponerse vestidos de niña es mostrado como cabeza de turco: de sus compañeros, de sus padres, de los maestros; su padre no lo entiende y se pelea violentamente con su esposa, hasta el día en que, elipsis mediante, el padre se viste de mujer y va a recogerlo a la escuela. Mantha Kasagianni, concejal y coordinadora municipal del proyecto, reconoce que algunos maestros se muestran escépticos: “Hablamos con ellos mucho y si algunos optan por no mostrar la película, cuando ven la calidad de las discusiones que desencadena, terminan cambiando de opinión”. Suecia es, junto a España, el único país del entorno en que se da la asimetría penal por razón de sexo en la ley de violencia de género e intrafamiliar. Asertividad.

Ester, Marta y su lucha por la igualdad

Ester Suárez y Marta Busturia, presidenta y secretaria de la asociación Santurtzadar, posan junto a su perrita ‘Urre’ en un banco con los colores LGTBI.Foto: M. A. Pardo

SANTURTZI– “Cuando escuchamos algún comentario, insulto o burla contra el colectivo LGTBI ya no sentimos rabia, sino pena de quien lo dice. Pena porque, estando en los tiempos que estamos, con lo que hemos evolucionado, todavía haya gente que piense de ese modo”. Esta frase la pronuncian Ester Suárez y Marta Busturia. Pese a que a algunas mentes retorcidas aún les cueste verlo, Ester y Marta son pareja y ellas son dos de las personas que forman parte de Santurtzadar, la asociación LGTBI de Santurtzi. Este colectivo nacido el pasado mes de octubre busca dar visibilidad a gais, lesbianas, transexuales e intersexuales y también brindar su apoyo y su referencia a todas las personas que formen parte de alguno de estos grupos. “Hay gente que se siente sola y discriminada. Cualquier persona LGTBI te va a contar historias, momentos y situaciones en las que ha sido discriminada. Nosotros queremos apoyar, hacerles ver que cada vez somos más. El problema no lo tenemos nosotros, está en los prejuicios de los demás”, señala Ester, presidenta de Santurtzadar. En esta asociación, que está en pleno crecimiento, se unen personas de todo tipo que quieren brindar su apoyo, poner su ladrillo para construir una sociedad sin discriminación alguna por cuestiones de género y tendencia sexual.

Y es que aún queda muchísimo camino por recorrer en este aspecto y Ester y Marta lo saben por experiencia propia. “Por fortuna no hemos sufrido ninguna agresión física, pero sí insultos. El lesbiana de mierda es el insulto favorito. Le ponen hasta el apellido. Sobre todo lo dicen hombres, a nosotras nunca nos lo ha dicho una mujer”, indica Ester. En esos insultos que más de una vez han recibido, se mezclan dos lacras de la sociedad como son el machismo y la LGTBIfobia. “En la escala de nuestra sociedad primero están los hombres heterosexuales, después, las mujeres heterosexuales, luego los hombres homosexuales, después estamos las mujeres homosexuales y ya, en el último escalafón, están los transexuales”, apunta Marta. El de ayer, era un día de conmemoración para ellas, ya que se celebró el Día Internacional contra la LGTBIfobia. El 17 de mayo de 1990 la OMS dejó de denominar la homosexualidad como una enfermedad mental. “Durante 14 años fui, sin saberlo, una enferma mental”, comenta Marta con un punto de ironía. Ahora, la lucha que abandera, entre otros colectivos, Santurtzadar es que la OMS reconozca las plenas facultades de los transexuales.

PUEBLO COMPROMETIDOEster y Marta responden a las preguntas de DEIA mientras están sentadas en un nuevo banco con los colores de la bandera LGTBI que ayer colocó el Ayuntamiento de Santurtzi en la confluencia de las calles Itsasalde y Juan XXIII. Es el tercero, ya que ya había sendos bancos con los colores de la bandera trans y LGTBI. “Este es un pueblo muy comprometido. Ves pegatinas con la bandera LGTBI, estos bancos… Los santurtziarras son, por norma general, respetuosos y muy tolerantes. Es como para estar orgullosas de este municipio”, señala Marta ante la atenta mirada de Urre, la perrita de esta pareja.

Ese compromiso con el colectivo LGTBI podrá mostrarse hasta el próximo 28 de junio en una urna que se ha colocado en la Casa Torre. “Animamos a tanto a santurtziarras como a quienes no lo sean a que vayan y voten, nos apoyen”, explica Ester. Cada voto, cada apoyo al colectivo LGTBI puede ser un paso más para cubrir un camino cuya meta aún está lejana. “Queda mucho por hacer. Hoy día, una mujer va con otra de la mano, se dan un beso… Y hay quien se gira y mira, como que en su cabeza no entra algo así”, reconoce Ester. Ella, junto a Marta y otras muchas personas más, trabaja desde la asociación Santurtzadar para que Santurtzi destaque por ser un lugar en el que haya igualdad y se respete la diversidad.

 

Agresión en Sestao: «Me decían barbaridades por ser gay, pero nadie hacía nada»

Una pareja insulta y propina una patada a un joven en la estación de metro ante la indiferencia general

La agresión ha quedado documentada ante la Ertzaintza. / H. RODRÍGUEZ

Y. L. es de Sestao y acaba de cumplir 23 años. Desde siempre tiene muy clara su identidad sexual. Es gay y no tiene ningún problema en decirlo. «Tengo un lado femenino muy acentuado», describe. En sus años como escolar jamás se sintió presionado por su orientación. Ya de adulto, «a veces alguien te hace un comentario despectivo, pero sin más», resume con resignación.

El pasado día 11, sobre las 15.30 horas, cuando estaba sentado en la estación de metro de la localidad fabril, una pareja comenzó a increparle. Pese a que él no respondió a las provocaciones, la tensión empezó a crecer. «Me dijeron barbaridades. Empezó la chica y él, al principio, intentó mediar, pero al final se acabó sumando», recuerda el joven. Los términos usados por la pareja sobrepasan el límite de la educación y el más mínimo decoro. En la denuncia interpuesta por Y. L. ante la Ertzaintza figuran entre otras lindezas palabras como «puta», «zorra» y frases como «¿Qué eres? ¿Un hombre o una mujer?».

«Me bloqueé. Miraba a la gente de alrededor y nadie hacía nada. Solo quería que me dejaran paz», relata. Lejos de calmarse, las cosas se pusieron peor y el joven sestaoarra recibió una patada. Cuando finalmente llegó el suburbano, corrió hacia el vagón y al llegar a su destino, puso los hechos en conocimiento de los empleados del metro. Poco después, animado por su entorno y porque «estas cosas hay que decirlas para que no se repitan», acudió a la comisaría de la Policía autonómica e interpuso una denuncia.

El episodio tiene al muchacho muy preocupado porque no es el primero que sufre. «El año pasado, un grupo de doce personas me persiguieron. Empezaron a insultarme y, al ver que eran tantos, eché a correr. Cuando ya pensaba que no podía más, encontré refugio en un portal. Eso me salvó de algo peor. No había pasado tanto miedo en mi vida», cuenta aún estremecido.

Desde entonces, el miedo se ha instalado en su cabeza. Hasta tal punto que pasó una época en la que cualquier aproximación, «hasta de una amiga», le hacía dar un respingo, o incluso sufrir ataques de ansiedad. «El problema es que siempre son los mismos. No me refiero a que sean las mismas personas, sino de la misma etnia, y es algo que no se puede consentir. Estoy muy harto de esta situación», se queja Y. L. «Precisamente yo, que sé lo que es la discriminación, no quiero serlo. Es que simplemente siempre son ellos. Creo que deberían modernizarse y no meterse en la vida de los demás», recrimina con rabia.

Hasta una niña pequeña

El joven asegura que los episodios son continuos. «Se me acercan y se creen con el derecho a decirme las mayores barbaridades. En el metro, cuando me los cruzo por la calle… Una vez hasta una niña pequeña me insultó», asegura.

El temor tiene a este chico de 23 años recluido en su casa. «¿Cómo voy salir de noche de fiesta si para volver tengo que coger el metro y caminar solo por la calle?», se pregunta. Su familia tampoco duerme tranquila. «Cuando salgo de casa y me retraso un poco, mi hermana me llama para asegurarse de que estoy vivo. Mis padres, lo mismo», asegura.

Algunos conocidos le han recomendado visitar a un psicólogo para superar el creciente estado de nervios en el que vive. Él esgrime un argumento aplastante: «Por qué tengo que ir yo a tratar un problema mental cuando el problema es de ellos». El optimismo le abandona cuando se da cuenta de que «aún hay mucho que andar» en materia de respeto a los derechos del colectivo LGTBI. Dar el paso de contar su caso, aunque sea con las compresibles cautelas, es para él una llamada de alerta a toda la sociedad. «Espero, por favor, que si alguien ve una agresión como la mía, ayude o llama a las autoridades. Yo lo haría», pide.

Censuran que la LGTBIfobia «sigue siendo una realidad»

Los colectivos que forman Berdindu denunciaron ayer la persistencia de delitos en cuyo origen se sitúa la intolerancia frente a la diversidad sexual y de género. En Gasteiz se han contabilizado quince agresiones. 

«La LGTBIfobia sigue siendo una realidad». Así lo advierten las entidades y asociaciones que participan en Berdindu, Servicio de Información y Asistencia al colectivo LGTBI, en un manifiesto publicado con motivo del Día Internacional contra la LGTBIfobia, que se celebra hoy.

«La fecha del 17 de mayo tiene desde entonces un valor altamente significativo para las personas lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales como eje catalizador de las actuaciones en favor de los derechos y contra la discriminación a la que a día de hoy debe hacer frente dicho colectivo», detallan, y censuran «la persistencia de un prejuicio sexual que jerarquiza y discrimina las sexualidades que difieren del marco heteronormativo».

Asimismo, critican «los constantes ataques LGTBIfóbicos de entidades con ideología marcadamente reaccionaria, los comportamientos homófobos en nuestros centros escolares, y la preocupante tendencia a la propagación de actitudes LGTBIfóbicas en redes sociales».

Quince agresiones en Gasteiz

Lumagorri Heterosexismoaren Aurkako Taldea indicó ayer que, según el informe elaborado por la Red Transbollomarika de Gasteiz, desde enero de 2017 a abril de 2018 se registraron quince agresiones por orientación sexual e identidad de género en la ciudad. A su juicio, este dato pone de manifiesto la necesidad de crear un observatorio local contra este tipo de delitos.

Y también es necesario que las instituciones adopten medidas. En este sentido, conviene destacar que el Gobierno de Nafarroa acordó ayer sumarse, por primera vez, a la celebración del Día Internacional contra la LGTBIfobia. Además, aprobó una declaración en la que rechaza cualquier tipo de violencia o discriminación por orientación sexual o género.

Por otro lado, Gehitu anunció este martes la concesión del premio Gehitu de Plata a la Facultad de Derecho de la UPV-EHU por su decidido apoyo a la defensa de los derechos de las personas LGTBI tanto en Euskal Herria como en el extranjero.

 

Euskadi es la tercera comunidad con más delitos de odio contra la LGTBI

Los últimos datos indican que se denunciaron 30 agresiones durante 2016, 4 de ellas en Gipuzkoa, contra homosexuales y transexuales

Lola Dejavú, Fernando San Martín y Cristina Rueda. / IÑIGO IBÁÑEZ

Euskadi es la tercera comunidad autónoma del Estado en la que se han denunciado más agresiones contra el colectivo de LGTBI, las siglas que representan a homosexuales y transexuales, vulnerables ante los delitos de odio solo por su condición de género. Madrid y Andalucía encabezan este triste ranking, seguidos del País Vasco en el que se registraron treinta denuncias en el año 2016, el último ejercicio del que se tienen los datos, la inmensa mayoría en Bizkaia. Cuatro tuvieron lugar en Gipuzkoa y en todos los casos fueron agresiones de diferente consideración pero no hubo ninguna muerte. En total, en el Estado se denunciaron 230 casos.

Estos números aparecen en el diagnóstico sobre los delitos de odio que tienen como objetivo a personas transexuales y homosexuales que ha elaborado la asociación Aldarte, que ha realizado un análisis para la Diputación de Gipuzkoa. En el informe se señala el aumento y agravamiento de este tipo de conductas delictivas en todo el mundo, también en el País Vasco.

Aldarte advierte que este tercer puesto es preocupante, sobre todo si se tiene en cuenta que tanto Madrid como Andalucía, que encabezan el ranking, cuentan con mucho más peso poblacional que el País Vasco. Los casos que se registran, además, solo son «la punta del iceberg», porque muchas personas de este colectivo que sufren agresiones no llegan nunca hasta las comisarías para denunciarlas, con lo que no aparecen en ningún ranking oficial. «Muchas personas se sienten avergonzadas por ser víctimas de estos delitos», explicó ayer el director de Cooperación de la Diputación de Gipuzkoa, Fernando San Martín, que compareció junto a dos miembros de la asociación, Cristina Rueda y Lola Dejavú, para presentar el encuentro internacional ‘Uniendo miradas frente los delitos de odio’ que va a celebrarse mañana.

«¿A qué puede deberse este tercer puesto? Puede atribuirse a muchos factores, entre ellos, que existe una mayor capacidad de denuncia, pero también es una cuestión de educación. De todas formas, el repunte de este tipo de delitos como el de la violencia contra las mujeres no tienen una explicación única y a mí, personalmente, atribuirlo a las crisis no me convence», dijo Cristina Rueda.

El encuentro comenzará mañana viernes a las 9 de la mañana en el Koldo Mitxelena de San Sebastián y tendrá continuidad por la tarde en la Casa de las Mujeres. El objetivo es utilizar todas las herramientas disponibles, desde una web hasta una red internacional para concienciar de la importancia de defender los derechos humanos de estas personas, que son víctimas de la violencia solo por su condición o preferencia sexual.

Participarán especialistas internacionales, sobre todo de países de Hispanoamérica y se buscará el debate de ideas, por ejemplo, para diseñar esa red que estas activistas consideran fundamental. «Es urgente articular estrategias que permitan actuar sobre esta problemática desde una perspectiva local, pero también global», afirma San Martín.

Rupert Everett vivió aterrorizado tras revelar su homosexualidad

Rupert Everett, en una imagen de archivo. GTRES

El actor Rupert Everett (58) se define como bisexual y está en contra del matrimonio entre contrayentes del mismo género porque antes estuvo en contra del matrimonio entre contrayentes de distinto género. “Ceremonias, promesas de amor y pasteles de boda que al cabo de dos años amargan el divorcio, todos acaban igual”, dice en una de sus declaraciones. Estos días hace muchas para presentar la película ‘The Happy Prince: Oscar Wilde’s untold story’, que él protagoniza, dirige y es guionista.

Además de estos tres papeles en el cine (actor, guionista y director), Everett es escritor de novelas, músico y realizador de documentales televisivos como el dedicado al poeta Lord Byron. Fue uno de los primeros personajes conocidos en salir del armario en un tiempo en el que los gays estaban marginados. “Durante tiempo viví aterrorizado por el sida, pero antes sufrí marginación laboral y discriminación en el trabajo“, comenta el actor. Publicó sus memorias en el 2006 revelando episodios como que fue amante de Paula Yates –ex esposa de Bob Geldof, fallecida por una sobredosis de droga como su hija- durante seís años o también reveló que cuando llegó a Londres se dedicó a la prostitución para pagar sus estudios de arte dramático.

“Aunque todos nos creemos que el estigma contra los gays ha finalizado, aconsejo a los jóvenes actores que no revelen su homosexualidad si no quieren perder oportunidades de trabajo como las que perdí yo por mostrarme homosexual, entonces la sexualidad era una aventura para mi”, dice el actor, quien añade lo siguiente: “Ahora he perdido todo el interés por el sexo que tenía antes”.

Nacido en un pueblo de la Inglaterra profundamente conservadora del condado de Norfolk -allá donde la reina posee la hacienda de Sandringham- y procedente de una familia de régimen militar, Rupert se dio a conocer como actor en 1981 en el teatro de Londres haciendo de alumno gay en la obra Another Country junto a Kenneth Branagh. En 1984 la obra de teatro se convirtió en película con Colin Firth con quien protagoniza ahora la biografía de los últimos años de la vida del escritor Oscar Wilde. “A Colin nunca le pagaré lo que ha hecho por mí en estos últimos diez años en los que me he ocupado de la película”.

El papel cinematográfico del amigo gay se convirtió en cliché en su carrera. En 1997 hizo de mejor amigo homosexual de Julia Roberts en ‘La boda de mi mejor amigo’ y en el 2000 hizo lo mismo con Madonna en ‘The Next Best Thing’. En la década de 1990 residió temporalmente en París. De 2006 a 2010 se instaló en Nueva York hasta su regreso a Londres para estar junto a su padre. En el 2012 protagonizó en el Hampstead Theatre, norte de Londres, y el West End la obra sobre Oscar Wilde ‘The Judas’ Kiss’. El personaje de Wilde, condenado a prisión por su homosexualidad, ha sido llevado a la pantalla grande en numerosas ocasiones. Sin embargo, Rupert dice que “la mayoría de las películas acaban cuando él entra en prisión, la mía empieza cuando sale de la prisión”.

Berdindu advierte de que “la LGTBIfobia sigue siendo una realidad”

Mañana se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia (AFP)

 

GASTEIZ. Las entidades y asociaciones que colaboran con Berdindu han difundido hoy una nota con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia que se celebra mañana coincidiendo con la eliminación en 1990 de la homosexualidad de las listas de enfermedades mentales por parte de la Organización Mundial de la Salud.

“Resultan evidentes los avances habidos al respecto, tanto a nivel legislativo como en lo referido al ideario social”, pero “ello no debe llevarnos a engaño” porque “la LGBTIfobia es una de las formas de odio más extendidas”.

Hay además unos setenta países en cuyos códigos penales hay “normas represoras de las orientaciones, identidades y expresiones de género diversas” e incluso algunos de ellos “contempla la posibilidad de pena de muerte para el colectivo LGTBI”.

“Aunque pudiera parecer algo lejano, lo cierto es que se trata de una realidad cada vez más presente en nuestro entorno y es que las solicitudes de asilo motivadas por esta dramática situación están creciendo exponencialmente en los últimos tiempos”, se constata en la nota.

Se recuerda asimismo que en Euskadi también hay “delitos en cuyo origen se sitúa la intolerancia frente a la diversidad sexual y de género” como “evidencian” los datos de los informes elaborados por el Ministerio del Interior y por la Red vasca para la Iguald ad de Trato y No Discriminación, Eraberean.

Por ello, hacen un llamamiento a la sociedad vasca para “aunar esfuerzos” en favor “de los derechos y contra la discriminación a la que a día de hoy debe hacer frente dicho colectivo”.

 

Las parejas de lesbianas denuncian discriminación en el Registro Civil de Murcia al inscribir a sus hijos

Aun estando casadas les pide un documento de la clínica de fertilidad que certifique que su hijo es fruto de un proceso de reproducción asistida emprendido por ambas

Registro Civil de Murcia

La Asociación de Familias de Gays y Lesbianas de Murcia (ASFAGALEM) ha denunciado la discriminación que sufren las parejas de lesbianas en el Registro Civil de Murcia a la hora de inscribir a sus hijos.

La asociación ha iniciado una campaña de recogida de firmas en change.org para acabar con las trabas que impone el Registro a las parejas de lesbianas, a las que se reclaman documentos que no se exigen a los matrimonios heterosexuales.

“Esther, Cristina y su hijo, que nacerá en los próximos días, son una familia de nuestra asociación. Aun estando casadas, el Registro Civil de Murcia les pide un documento de la clínica de fertilidad que certifique que su hijo es fruto de un proceso de reproducción asistida emprendido por ambas. En caso de que no lo hagan, la madre no gestante deberá adoptar a su propio hijo (estando casadas). En el caso de parejas casadas heterosexuales nadie les pregunta por la procedencia genética de su hijo. No se les pide que especifiquen si su hijo es fruto de una reproducción asistida”, explica ASFAGALEM.

Además, en su caso se exige que ambas madres acudan al registro para dar el consentimiento del orden de los apellidos. En el caso de parejas heterosexuales con escribirlo en la solicitud sobra. Esto acarrea que la madre gestante tenga que acudir al registro días después de un parto o una cesárea para hacer este trámite del que están exentas las parejas heterosexuales. En el caso de estas parejas con que vaya el padre con la documentación es suficiente.

“Después de comentarlo entre los socios de ASFAGALEM nos dimos cuenta de que les había sucedido a todas las familias que habían registrado a sus hijos en el Registro Civil de Murcia y no a las que lo habían hecho en Cartagena, Molina de Segura u otras comunidades. Por lo tanto, creemos que se trata de una interpretación que hace de la norma el propio Registro Civil de Murcia”, indica la asociación.

A raíz de la reforma del Registro Civil que entró en vigor el 30 de junio de 2017 y fruto de sentencias conseguidas por familias homoparentales se modificó el procedimiento para que esto no sucediera. Sin embargo, en el Registro Civil de Murcia siguen insistiendo en actuar de este modo.

“La LGTBIfobia está muy presente en la sociedad”, destaca la Diputación de Bizkaia

Colectivo LGTBI

BILBAO. En una declaración hecha pública con motivo de este día internacional, la Diputación vizcaina se ha reafirmado en su “compromiso por los derechos de todas las personas, al margen de su orientación sexual o identidad de género”.

La institución foral subraya que el caso del joven Ekai, que se quitó la vida el pasado mes de febrero en la localidad vizcaína de Ondarroa, “es una demostración más de que la LGTBI+fobia sigue estando muy presente incluso en nuestra sociedad”.

La Diputación ha destacado que trabaja “con las personas más vulnerables en el entorno LGTBI+ (menores, mayores, migrantes, etnias?), con políticas transversales y coordinadas, incidiendo en la riqueza y la diversidad que todas estas personas aportan, con sus visiones particulares”.

“Entre menores, como lamentablemente demostró el caso de Ekai, deben reiterarse los esfuerzos educativos para evitar casos de bullying y delitos de odio”, ha agregado.

La entidad foral apuesta también por “un modelo de familia abierto, en el que se acepten socialmente sin ningún problema familias que no responden al modelo tradicional”.

La Diputación ha animado a la ciudadanía a defender los derechos de todas las personas, tras remarcar que “en muchas ocasiones, las agresiones empiezan por los comentarios y los insultos homófobos, transfóbos y lesbófobos”.

El Ayuntamiento de Bilbao se ha sumado al manifiesto hecho público por el Gobierno Vasco con motivo de este día internacional, en el que se subraya que resultan “evidentes” los avances habidos frente a la LGTBIfobia, aunque ha añadido que “ello no debe llevarnos a engaño” ya que este problema “sigue siendo una realidad”.

En el texto se destaca la labor de Berdindu, Servicio de Información y Asistencia al colectivo LGTBI del Gobierno Vasco, que, desde su creación en el año 2002, “trabaja incesantemente” en favor de una sociedad más respetuosa, justa e integradora.

“Desde el servicio público Berdindu -y el Ayuntamiento de Bilbao- queremos animar a la sociedad en general, y a todos los agentes implicados, a aunar esfuerzos trabajando cuestiones relativas a la diversidad sexual y de género y creando condiciones idóneas en todos los ámbitos sociales para que dicho objetivo llegue a ser una realidad”, agrega el consistorio.