El controvertido romance gay que persiguió a Julio César

Los rivales políticos del dictador romano utilizaron los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar su autoridad

Busto de Julio César

Busto de Julio César. / EFE

En la política romana, las referencias a la vida privada de los senadores eran algo habitual e incluso se veía como legítimo que se ridiculizaran los defectos físicos de los rivales políticos dentro de los debates. Julio César, conocido en su vida privada por sus numerosas aventuras sexuales con mujeres, fue un excelente abogado y un orador brillante que parecía inmune a las bajezas de esta peculiar forma de hacer política, salvo en lo tocante a su supuesto romance con el monarca de Bitinia durante su juventud. La acusación le persiguió hasta sus últimos días con la intención de socavar su autoridad.

La homosexualidad en la Antigua Roma, sin ser un crimen penal, aunque lo era en el ejército desde el siglo II a.C, estaba mal vista en todos los sectores sociales, que la consideraban, sobre todo en lo referido a la pederastia, una de las causas de la decadencia griega. Como recuerda el historiador Adrian Goldsworthy en el libro ‘César, la biografía definitiva’ (La Esfera de los libros, 2007), «aquellos senadores que tenían amantes varones solían hacerlo con discreción, a pesar de lo cual con frecuencia los opositores políticos les ridiculizaban públicamente». En este sentido, los romanos hacían una importante diferenciación sobre quién ejercía el papel de activo y quién el de pasivo en la pareja, tanto a nivel sexual como social. Y ese fue siempre el principal problema de los rumores contra Julio César, que era apodado por sus enemigos como ‘la Reina de Bitinia’.

Corrompido por la «depravación oriental»

Los opositores a Julio César usaron los rumores de que en un viaje diplomático había mantenido relaciones homosexuales con Nicomedes IV, Rey de Bitinia, para erosionar la autoridad del dictador romano. Con 19 años, Julio César fue destinado ciertamente a una misión diplomática durante su primer servicio militar en el extranjero, concretamente en la costa norte de Turquía, con el propósito de reclamar el apoyo militar de Bitinia, un reino aliado de Roma, en un inminente ataque a Mitilene. El anciano rey de Bitinia recibió a César con mucha efusividad en recuerdo de su amistad con el padre de éste, también llamado Cayo Julio César. El joven romano, que apenas había salido hasta entonces de su entorno familiar, fue acusado de alargar su visita más de lo razonable y de verse entretenido por el lujo asiático, fuertemente influido por la tradición helenística que tanto admiraba una parte de la aristocracia latina.

Con el tiempo, las especulaciones sobre el retraso adquirieron connotaciones sexuales. Comenzaron a circular versiones que presentaban a Julio César como un amante servicial y pasivo, que había quedado sometido tanto sexualmente como políticamente por Nicomedes. Un relato muy repetido aseguraba que en una ocasión los ayudantes del soberano, en presencia de comerciantes romanos, condujeron al joven patricio hasta el dormitorio real, donde fue vestido con ropajes púrpuras y le dejaron reclinado en un diván dorado esperando a Nicomedes. El hecho de que César hubiera ejercido así un papel pasivo significaba una actuación completamente inadecuada incluso para un esclavo en Roma; y le situaba inmerso en un escenario -las cortes asiáticas- considerado propicio para la depravación sexual y las intrigas políticas.

Los rivales del futuro dictador de la República romana emplearon la historia a modo de arma arrojadiza en una infinidad de veces sin que les importara mucho que el relato fuera cierto o no. En un ambiente político exageradamente difamatorio, los rumores dieron lugar al apodo de ‘Reina de Bitinia’ y a la definición de que Julio César era el «marido perfecto de toda mujer y la esposa de todo hombre». No en vano, también los propios soldados usaron el rumor para burlarse de su comandante en varias situaciones, sin que por ello disminuyera el enorme respeto que sentían por él.

Hoy en día, la veracidad de la historia sigue puesta bajo cuestión, aunque Julio César se afanó en negarla en todo momento hasta el extremo de ofrecerse a jurar ante testigos que se trataba de una mentira. Su firmeza y el hecho de que no se conozcan otras supuestas relaciones homosexuales en su biografía ha hecho suponer a la mayoría de los historiadores que realmente se trataba de una difamación con el objetivo de despertar la cólera de César. ¡Y tanto que lo hacía! Con el paso de los años, el asunto se convirtió en una de las pocas cosas que podían hacerle perder los estribos en público.

Un mujeriego con predilección por las ‘senadoras’

Paradójicamente, si por algo es conocida la vida sexual de Julio César es por su apetito insaciable con el género femenino y por la falta de moderación en sus aventuras extramatrimoniales, en muchos casos con las mujeres de otros senadores. César se desposó por primera vez a los 16 años con Cornelia -la hija de Lucio Cornelio Cina, uno de los principales líderes del partido de Cayo Mario- a quien trató con mucho respeto para los estandartes de la época como demuestra el hecho de que se negara a divorciarse como le ordenó Cornelio Sila con el cambio de régimen, pero que no se libró de las infidelidades. En cualquier caso, las relaciones fuera del matrimonio eran comúnmente aceptadas en la sociedad romana para satisfacer los deseos más vergonzosos que una esposa romana, la encargada de asegurar la siguiente generación de activos familiares, no debía padecer.

César, un hombre que vestía de forma llamativa y cuidaba mucho su aspecto físico -la calvicie fue una preocupación persistente en su vida-, tuvo un elevado número de aventuras fuera del matrimonio. El historiador clásico Suetonio relata que a menudo pagó precios muy altos por prostitutas de lo que hoy llamaríamos ‘de lujo’, y que era «dado a los placeres sensuales y manirroto para conseguirlos», incluso con «mujeres de la nobleza» como Cleopatra. En total, Suetonio enumera que fueron al menos cinco las relaciones con esposas de senadores, entre ellas Servilia, mujer de Marco Junio Bruto y posiblemente su amante favorita. La relación, de hecho, fue la que más se prolongó en el tiempo. «Amó como a ninguna a Servilia», afirma Suetonio sobre una relación que los años demostraron de alto voltaje. Así, el hijo de Servilia, también llamado Marco Junio Bruto, fue el famoso senador que dio una de las últimas y más dolorosas puñaladas a Julio César el día del magnicidio en el Senado. Para más coincidencia, el hermanastro de la aristócrata romana era Catón ‘el Joven’, uno de los opositores políticos más encarnizados de César, que estuvo dispuesto a extraerse los intestinos con sus propias manos antes que a rendirse al ejército del dictador.

Así funciona una unidad de atención a personas transexuales en la sanidad pública

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Niños transgénero / www.atandalucia.org

La unidad de atención a las personas transexuales del Hospital Universitario Doctor Peset en Valencia nació en el año 2008 aunque, años antes, psicólogos como Felipe Hurtado ya atendían a estos pacientes sin el amparo específico de la sanidad pública. Hurtado lleva más de quince años trabajando con personas transexuales y asegura que los comienzos fueron muy complicados. “Fue muy difícil. Durante cuatro o cinco años atendíamos a pacientes sin tener la cobertura oficial. Corríamos el riesgo de que nos pudieran llamar la atención”, hace memoria el especialista.

Desde aquel momento y hasta hoy ya son más de 500 personas las que han encontrado apoyo psicológico, tratamiento hormonal y cirugía en la unidad de referencia valenciana. “Yo atendía a las personas trans pero era necesario que los servicios públicos se hicieran cargo. El papel de las asociaciones y los movimientos fue clave para la creación de esta unidad”.

En España solo nueve comunidades autónomas (Andalucía, Madrid, Cataluña, País Vasco, Comunidad Valenciana, Aragón, Canarias, Navarra y Asturias) cuentan con una unidad especializada de atención a personas transexuales lo que ha hecho que personas de comunidades donde no existe la prestación busquen empadronarse en otras ciudades para poder recibir este servicio. La primera se creó en Andalucía en el año 1999. “La mitad de España no tiene una unidad específica para transexuales”, lamenta Hurtado.

Un tercio de las personas atendidas son menores

Cada año el número de personas que acude a estas consultas se va incrementando. En lo que va de 2015 Hurtado ya ha atendido a 34 pacientes nuevos de los cuales un tercio son menores. “Lo mejor es que vengan cuanto antes. Sea cual sea la edad todos y todas coinciden en que se empezaron a notar de forma diferente desde que eran muy jóvenes”, explica el sexólogo. “La mayoría detecta la disforia entre los cuatro y cinco años e incluso algunos padres son capaces de verlo durante la infancia de sus hijos”.

El sexólogo Felipe Hurtado pasando consulta en la unidad de atención a las personas transexuales del Hospital Universitario Doctor Peset

El sexólogo Felipe Hurtado pasando consulta en la unidad de atención a las personas transexuales del Hospital Universitario Doctor Peset

Hurtado también destaca la importancia de acudir cuanto antes a los especialistas porque, algunas veces, los jóvenes que no están conformes con su cuerpo sufren problemas derivados como la anorexia. “Algunas no quieren tener pecho, no quieren tener la regla, entonces dejan de comer para que no se les note el pecho o interrumpir el periodo”. Para Hurtado lo más importante es detectar el problema y tratarlo cuanto antes, mucho mejor si es antes de la pubertad.

En estos momentos se está intensificando el trabajo en los procedimientos que se tienen que seguir para los menores de edad. La educación en los colegios es esencial para que durante el proceso no se experimente rechazo o para que los padres entiendan la situación. “Hay padres que se echan las manos a la cabeza cuando un niño va al lavabo de una niña. Hay que asesorar a los padres y a los docentes. Es muy importante”, expone el doctor.

El papel de las asociaciones y de las redes sociales

Uno de los principales problemas que encuentran los transexuales es la falta de información. El primer punto de consulta al que tienen que acudir es al médico de familia o al pediatra pero, según explica Hurtado, todavía “hay algunos médicos que no saben a dónde derivar a estos pacientes”. “Muchas personas me dicen “lo que me ha costado llegar hasta aquí, me he enterado por las redes sociales”, comenta sorprendido.

Una vez que la persona es derivada a la unidad especializada, se le realiza un estudio psicológico y se le remite un informe al endocrino que es el encargado de iniciar el proceso de hormonación. Después de un año de hormonación, si la persona quiere seguir modificando su sexo, el siguiente paso es la cirugía.

No en todas las unidades de atención a personas transexuales existe la posibilidad de llevar a cabo una cirugía con todas las prestaciones. En la unidad valenciana por ejemplo sí que se intervienen las mamas (a mujeres y a hombres) y a las mujeres biológicas se les extirpan los ovarios y el útero, “lo único que falta por añadir es la reasignación de genitales”. “Igual que una persona se opera porque no ve bien, pues a una persona que tiene una identidad sexual contraria a su nacimiento hay que ayudarla”, concluye el sexólogo.

Lecciones de una dominatriz

Cuando el dolor y la sumisión producen placer…

  • Las parejas que practican el fetichismo comparten códigos y ganas de experimentación con los del ‘bondage’

  • La disciplina y el sometimiento son dos buenos estímulos contra el sexo rutinario en pareja

 

¿Piedad Dómina? Soy periodista de ZEN y quiero saberlo todo sobre fetichismo y BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo) como nuevos estímulos de la vida en pareja y del sexo en general”. Así arrancó esta aventura.

El contacto de esta profesional del BDSM me lo dio un compañero de profesión, que no de juergas, y cerramos la cita para el lunes por la tarde. Por suerte para mí, la dominatriz me citó en territorio neutral. Mi alma de reportero viejo me pedía que me llevara a su mazmorra, bautizada como Cueva Fetish, pero mi razón me decía: “¡Ojito, dónde te estás metiendo!”.

La dominatrix, de físico abundante, melena rubia y escote belicoso, me llevó a la mesa apartada de un pub británico del madrileño barrio de Hortaleza. Acababa de salir de una sesión de dominación. Había sometido a un sumiso recién llegado de Inglaterra y se había aplicado con ganas para no defraudarlo. El tributo: 150 euros por 45 minutos de castigo.

Su trabajo arranca con una llamada al móvil o un correo electrónico. El fetichista marca su objeto de deseo (tacones, sandalias, botas altas, corpiños, medias…) y le concreta cuál es su sueño sexual a realizar.

De rodillas

Cuando el esclavo/a -a veces van en pareja- baja a la mazmorra, la dómina lo pone de rodillas y exige que se quede en ropa interior y confiese por qué está ahí. Ante todo, máximo respeto y obediencia, que la fusta va que vuela. Esa vulnerabilidad es motivo de excitación para la ama, incluso cuando me lo recuerda.

Mi sesión imaginaria avanza, con mucho escepticismo, en busca de aplicaciones para la vida sexual de las parejas que se aburren porque su cuadrilátero entre las sábanas lo marcan el misionero, el 69 y alguna posturilla del Kamasutra.

La experta me muestra fotos de su atuendo de faena. Moño alto, corsé negro, camisa blanca y ceñida y taconazo infinito. Los zapatos son clave y el esclavo debe lamerlos. Tanto el cuero como los dedos de los pies. De rodillas para abajo, ahí se acaba el contacto físico. No estamos hablando de una prostituta al uso. Ni la tocan ni la ven desnuda y de penetración ni soñarlo. Al esclavo no se le permite ni la eyaculación, excepto si es involuntaria. Es lo que tiene la dominación.

De los taconazos pasamos a las botas larguísimas, a los corpiños y al látex. Piedad Dómina los recomienda a las parejas para que se adentren en otras sexualidades, para que experimenten y no caigan en la rutina. Así empezó ella. Tenía un novio que vestía uniforme -hasta aquí puedo contar- y del coito al cachete, pasando por el fetichismo, se fueron adentrando en el BDSM. Se enganchó y acabó tocando la puerta de una reputada dómina y pagándole por convertirse en su alumna.

Antes de que Piedad me vuelva a arrastrar a su sala de torturas sexuales, me recomienda que las parejas con ganas de experimentar prueben a disfrutar con la cera caliente (wax) sobre el cuerpo, las pinzas japonesas, la fusta, las cuerdas y las esposas. Eso sí, advierte de que no se deben “correr riesgos” y que el juego es cosa de dos. Que si se quiere ir más allá, deben acudir a un amo o a una ama profesional.

Para darle más realce a sus palabras, me muestra imágenes que ha subido aFetLife.com, algo así como el Facebook del BDSM y el fetichismo.

Martirio genital

Ahí me topo con penes maltratados por el trampling (pisotear el cuerpo y, cómo no, los genitales, con unos afilados stilettos) o por las cuerdas apretadas del llamado bondage. Tampoco falta una muestra de los Sissi, esclavos que son vestidos como camareras y que luego son sodomizados por dildos o arneses con largos penes fabricados en látex.

El collar de perro con el que se maneja al esclavo me arrastra a otra práctica que me deja noqueado: el smoking fetish. Piedad Dómina se fuma un cigarrillo y lanza la bocanada de humo a la garganta del cliente. Como cenicero, usa su palma de la mano y su lengua. De postre: le exige que se trague la colilla.

Mi estómago se revela ante tales prácticas, mientras que ella se deleita y lo vive como un sexo “muy sensual y bonito”. Pongo fin a nuestra charla porque no tengo cuerpo para más castigo, pero quien quiera probar, que pruebe.

Lecciones de una dominatriz

Cuando el dolor y la sumisión producen placer…

  • Las parejas que practican el fetichismo comparten códigos y ganas de experimentación con los del ‘bondage’

  • La disciplina y el sometimiento son dos buenos estímulos contra el sexo rutinario en pareja

El fetiche más demandado por los hombres es el zapato de tacón alto, especialmente los llamados stilettos, como el Louboutin que aparece en la imagen

El fetiche más demandado por los hombres es el zapato de tacón alto, especialmente los llamados stilettos, como el Louboutin que aparece en la imagen. JOSÉ MARÍA PRESAS

¿Piedad Dómina? Soy periodista de ZEN y quiero saberlo todo sobre fetichismo y BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión y Masoquismo) como nuevos estímulos de la vida en pareja y del sexo en general”. Así arrancó esta aventura.

El contacto de esta profesional del BDSM me lo dio un compañero de profesión, que no de juergas, y cerramos la cita para el lunes por la tarde. Por suerte para mí, la dominatriz me citó en territorio neutral. Mi alma de reportero viejo me pedía que me llevara a su mazmorra, bautizada como Cueva Fetish, pero mi razón me decía: “¡Ojito, dónde te estás metiendo!”.

La dominatrix, de físico abundante, melena rubia y escote belicoso, me llevó a la mesa apartada de un pub británico del madrileño barrio de Hortaleza. Acababa de salir de una sesión de dominación. Había sometido a un sumiso recién llegado de Inglaterra y se había aplicado con ganas para no defraudarlo. El tributo: 150 euros por 45 minutos de castigo.

Su trabajo arranca con una llamada al móvil o un correo electrónico. El fetichista marca su objeto de deseo (tacones, sandalias, botas altas, corpiños, medias…) y le concreta cuál es su sueño sexual a realizar.

De rodillas

Cuando el esclavo/a -a veces van en pareja- baja a la mazmorra, la dómina lo pone de rodillas y exige que se quede en ropa interior y confiese por qué está ahí. Ante todo, máximo respeto y obediencia, que la fusta va que vuela. Esa vulnerabilidad es motivo de excitación para la ama, incluso cuando me lo recuerda.

Mi sesión imaginaria avanza, con mucho escepticismo, en busca de aplicaciones para la vida sexual de las parejas que se aburren porque su cuadrilátero entre las sábanas lo marcan el misionero, el 69 y alguna posturilla del Kamasutra.

La experta me muestra fotos de su atuendo de faena. Moño alto, corsé negro, camisa blanca y ceñida y taconazo infinito. Los zapatos son clave y el esclavo debe lamerlos. Tanto el cuero como los dedos de los pies. De rodillas para abajo, ahí se acaba el contacto físico. No estamos hablando de una prostituta al uso. Ni la tocan ni la ven desnuda y de penetración ni soñarlo. Al esclavo no se le permite ni la eyaculación, excepto si es involuntaria. Es lo que tiene la dominación.

De los taconazos pasamos a las botas larguísimas, a los corpiños y al látex. Piedad Dómina los recomienda a las parejas para que se adentren en otras sexualidades, para que experimenten y no caigan en la rutina. Así empezó ella. Tenía un novio que vestía uniforme -hasta aquí puedo contar- y del coito al cachete, pasando por el fetichismo, se fueron adentrando en el BDSM. Se enganchó y acabó tocando la puerta de una reputada dómina y pagándole por convertirse en su alumna.

Antes de que Piedad me vuelva a arrastrar a su sala de torturas sexuales, me recomienda que las parejas con ganas de experimentar prueben a disfrutar con la cera caliente (wax) sobre el cuerpo, las pinzas japonesas, la fusta, las cuerdas y las esposas. Eso sí, advierte de que no se deben “correr riesgos” y que el juego es cosa de dos. Que si se quiere ir más allá, deben acudir a un amo o a una ama profesional.

Para darle más realce a sus palabras, me muestra imágenes que ha subido aFetLife.com, algo así como el Facebook del BDSM y el fetichismo.

Martirio genital

Ahí me topo con penes maltratados por el trampling (pisotear el cuerpo y, cómo no, los genitales, con unos afilados stilettos) o por las cuerdas apretadas del llamado bondage. Tampoco falta una muestra de los Sissi, esclavos que son vestidos como camareras y que luego son sodomizados por dildos o arneses con largos penes fabricados en látex.

El collar de perro con el que se maneja al esclavo me arrastra a otra práctica que me deja noqueado: el smoking fetish. Piedad Dómina se fuma un cigarrillo y lanza la bocanada de humo a la garganta del cliente. Como cenicero, usa su palma de la mano y su lengua. De postre: le exige que se trague la colilla.

Mi estómago se revela ante tales prácticas, mientras que ella se deleita y lo vive como un sexo “muy sensual y bonito”. Pongo fin a nuestra charla porque no tengo cuerpo para más castigo, pero quien quiera probar, que pruebe.

 

La erotofobia: el pánico al sexo

Se trata de un trastorno que impide mantener relaciones por distintos factores. ¿Cómo identificarlo?

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Los que la sufren sienten un rechazo distinto a ser asexuales o demisexuales y eligen tener relaciones solo emocionales. Aunque se enamoren, sienten fobia a mantener relaciones sexuales.

Se denomina erotofobia, es menos conocido que otros trastornos y resulta llamativo en una sociedad en la que el sexo aparece por cada rincón. Un auténtico infierno para quienes los padecen, ya que viven habitualmente rodeados de escenas que invitan a practicarlo, ya sea a través de la música, la publicidad, el cine o la televisión.

Los afectados sienten aversión al sexo, un rechazo distinto a ser asexuales o demisexuales y eligen tener relaciones únicamente emocionales. Aunque se enamoren, sienten fobia a mantener relaciones sexuales.

Esta rechazo a un comportamiento natural del ser humano puede derivarse de distintos factores. Según los especialistas, la educación es fundamental para crecer en un entorno social muy conservador puede estar en la raíz de este problema.

La baja autoestima o un trauma, como una violación, la prostitución o haber sido obligados a mantener relaciones indeseadas, también pueden convertir este momento de placer en auténtico pavor. Afortunadamente, la ayuda de un sexólogo y un psicólogo pueden ayudar para convertir esta experiencia en algo bonito y, sobre todo, normal

¿Quién es el prelado que ha hecho temblar el Vaticano?

Fiel defensor de la homosexualidad

En la imagen, Krysztof Charamsa junto a su pareja, tras una rueda de prensa en la que ha revelado su homosexualidad

En la imagen, Krysztof Charamsa junto a su pareja, tras una rueda de prensa en la que ha revelado su homosexualidad. TIZIANA FABIAFP

Krysztof Charamsa, el prelado polaco de 43 años que ha desafiado al Vaticanosaliendo del armario y presentando a su novio, se define como “un sacerdote homosexual, feliz y orgulloso” de su propia identidad. Pero Charamsa, que hasta su declaración pública era oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, profesor de Teología en varias universidades gregorianas y secretario adjunto de la Comisión Teológica Internacional, es también un firme defensor de la independencia de Cataluña y activista en favor de los derechos de los homosexuales desde hace años.

Poeta, filósofo y teólogo de formación, estudió en la Universidad de Pelpin (Polonia) y en la Facultad de Teología de Lugano (Suiza) antes de ordenarse sacerdote en 1997. Cinco años más tarde obtuvo el doctorado en la Pontificia Universidad Gregoriana en el Vaticano. El sacerdote polaco conoce bien España.Desde hace años comparte su vida con Eduard, un hombre de orígen catalán que le acompañó durante la rueda de prensa que ofreció en un restaurante de Roma tras la publicación de su entrevista en Il Corriere della Sera. Un compañero de vida del que no se separó ni un instante y con el que intercambió miradas cómplices ante los periodistas.

El orígen catalán de su compañero sentimental le ha hecho conocer en profundidad la actualidad española. Y como acaba de demostrar, Charamsa no es un hombre que tema decir lo que piensa en todo momento. Por eso, pocas semanas antes de las elecciones en Cataluña, el sacerdote polaco hizo público su apoyo a la independencia catalana basando su argumento en la defensa de la autodeterminación de los pueblos que, según él, está incluida en la doctrina de la fe cristiana. “Los derechos de autoderminación de una nación forman parte de los derechos del hombre. Y una de las partes importantes de los derechos de las personas es el derecho a la independencia”, afirmó Charamsa durante una entrevista concedida a ‘El matí’ de Catalunya Radio.

Las declaraciones del sacerdote polaco fueron inmediatamente desaprobadas por la Conferencia Episcopal Española. El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, calificó de “inadmisibles” las palabras de Charamsa y pidió que no se metiera a la Santa Sede en el debate independentista catalán. “No hay que confundir el derecho de autodeterminación con el derecho de secesión que no es realmente admitido por la doctrina social de la Iglesia”, dijo Cañizares.

Comprometido con los derechos de los homosexuales

A pesar de que no ha sido hasta ahora que ha reconocido públicamente su homosexualidad, monseñor Charamsa es desde hace años un firme defensor de los derechos de gays, lesbianas y transexuales, así como de la inclusión de los homosexuales en la vida de la Iglesia. Muy activo en las redes sociales, es usuario de Twitter y desde hace un par de meses escribe un blog en el que vierte sus opiniones personales acerca de la actualidad.

Recientemente publicó un decálogo en la revista polaca ‘Wyborczej’ titulado ‘Un nuevo manifiesto de liberación’, en el que, entre otras cosas, exigía que la Iglesia pidiera perdón por “el abandono, el silencio, la persecución y los crímenes contra los homosexuales“, revisara “los textos bíblicos sobre la homosexualidad” y aboliera la prohibición que aprobó Benedicto XVI en 2005 que impide la ordenación de sacerdotes gays. También reclamaba una revisión del catecismo y la cancelación de los documentos de la Iglesia que “estigmatizan” a las personas homosexuales, “en particular los de la Congregación para la Doctrina de la Fe, heredera de la Santa Inquisición”.

Hasta el pasado sábado Charamsa era precisamente oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el dicasterio vaticano que se ocupa de promover la fe y la moral en el mundo católico, y del que fue máximo responsable Benedicto XVI durante 24 años. Y tras ser relevado de su cargo por el Vaticano, denunció que este ministerio vaticano, llamado hasta 1956 el Tribunal del Santo Oficio, “es el corazón de la homofobia de la Iglesia católica, una homofobia exasperada y paranoica”.

Su defensa a ultranza de los derechos de los homosexuales le ha hecho procurarse no pocos enemigos en su país. El pasado miércoles monseñor Charamsa escribió un artículo en el semanario católico polaco ‘Tygodnik Powszechny’ en el que criticaba duramente al sacerdote polaco Dariusz Oko, docente de la Universidad Juan Pablo II de Cracovia y muy conocido en Polonia por sus declaraciones contra los gays. Tras la publicación del artículo, titulado ‘Teología y violencia’, el ex oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fecomenzó a recibir e-mails y cartas con amenazas. Según el diario polaco ‘Gazeta Wyborcza’, uno de los más importantes del país, este episodio ha sido clave para que monseñor Krysztof Charamsa decidiera declarar públicamente su homosexualidad.

¿Se puede ser gay y sacerdote católico?

El prelado Krysztof Charamsa (izquierda), durante la comparecencia ante la prensa junto a su pareja, Edouard, en Roma

Charamsa y su pareja, Eduard, en rueda de prensa. TIZIANA FABIAFP

La homosexualidad descoloca a la Iglesia católica, que se debate entre la “igual dignidad de cualquier persona ante los ojos de Dios” y el tabú del sexo no heterosexual. Porque el homosexual rompe sus esquemas. “Varón y mujer los creó”, dice el Génesis. ¿Se puede ser gay y católico? ¿El homosexual nace o se hace? ¿El homosexual es un enfermo, un desviado, un vicioso o un hijo de Dios?

Hasta la llegada de Francisco al solio pontificio, la homosexualidad era un línea roja en la Iglesia católica, uno de los llamados “principios doctrinales innegociables”. Es decir, la homosexualidad se consideraba un vicio y un pecado contra natura. Por lo tanto, había que acoger al pecador, pero sin bendecir su pecado. Es decir, acogida teórica, sí, pero en la práctica los gays no sólo no pueden casarse por la Iglesia, sino que ni siquiera pueden ser curas, según una decisión canónica tomada por la Congregación para la Doctrina de la Fe en el año2008.

Hasta entonces, los homosexuales podían ordenarse sacerdotes, siempre que se mantuviesen castos y no rompiesen el celibato, que obliga tanto a heteros como a homos. Y, de hecho, las filas clericales están repletas de curas, frailes, monjas, obispos y cardenales con tendencias homosexuales. Se habla, incluso, desde hace años, de la existencia de un poderoso lobby gay en el Vaticano.

El caso del polaco Charamsa y su explosiva salida del armario, el día antes de la inauguración de la segunda parte del Sínodo sobre la familia ejemplifica a las claras esta situación. Hay homosexuales en la Curia, que mantienen su condición en secreto y la viven en las sombras. Hasta que no aguantan más y explotan. Y algunos, como el teólogo polaco, reúnen las fuerzas suficientes no sólo para salir del armario, sino para dejar en evidencia la “homofobia paranoica” de la sala de máquinas vaticana, donde los homosexuales reprimidos ocupan puestos de relieve.

Charamsa no era un funcionario de tercera de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Joven, preparado e inteligente, llegó al dicasterio que vigila la doctrina católica en 2003, en la época en la que estaba regido por el entonces cardenal Ratzinger. Y llegó a tener un puesto importante en ella, además, de ser elegido, secretario de la comisión teológica internacional y profesor en la Universidad Gregoriana y en la Pontificia Regina Apostolorum de Roma.

Tras su outing, la maquinaria del Vaticano se puso en marcha y el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, anunció inmediatamente que no podrá seguir en sus cargos, le acusó de “irresponsable” y denunció que las declaraciones de Charamsa buscan “someter la asamblea sinodal a una presión mediática injustificada”.

Charamsa no lo niega. Al contrario, admite que su revelación pública busca sacudir las estructuras eclesiales. “Quiero con mi historia sacudir un poco la conciencia de la Iglesia“, reconoció. Y añadió: “Me gustaría decir al Sínodo que el amor homosexual es un amor familiar, que necesita de la familia. Todas las personas, incluso los gays, lesbianas o transexuales, llevan en su corazón el deseo de amar y de la familiaridad”.

El bombazo de Charamsa sacude desde dentro las entrañas de la Iglesia, pone a la institución ante un espejo, pero, al mismo tiempo, da armas a su Internacional rigorista y provoca su reacción defensiva a ultranza. Una dinámica que puede obligar al Papa a afrontar las tendencias centrífugas de los dos extremos eclesiásticos. Y no mover ficha ni en éste ni en otros temas, hasta que se imponga el consenso eclesiástico. Posiblemente, en un próximo pontificado.

Rock Hudson: la muerte que abrió los ojos del mundo al drama del sida

Durante cerca de dos décadas, Rock Hudson fue uno de los galanes más famosos de la gran pantalla, protagonista de los últimos años de la época dorada del cine de Hollywood.

En los años 50 y 60 del siglo pasado Hudson conquistó el corazón de las espectadoras de medio mundo.

En los años 50 y 60 del siglo pasado Hudson conquistó el corazón de las espectadoras de medio mundo.

Apuesto y elegante, en los años 50 y 60 del siglo pasado conquistó el corazón de las espectadoras de medio mundo, siendo considerado uno de los epítomes de la masculinidad.

Pero tras esa sonrisa melancólica que lo lanzó al estrellato, Hudson ocultaba un secreto que saldría a la luz en 1985, cuando su deterioro físico le obligó a reconocer públicamente que padecía sida y que era homosexual.

Este viernes se cumplen 30 años del fallecimiento de un actor que, sin quererlo, se convirtió en el rostro de una enfermedad que tan sólo el año pasado acabó con la vida de 1,5 millones de personas en todo el mundo.

Su muerte en 2 de octubre de 1985 hizo que la opinión pública se diera cuenta de la urgencia de combatir una epidemia que hasta entonces había sido ignorada y que muchos veían como algo ajeno, ya que donde más estragos estaba causando era en la comunidad gay.

Estrella de la gran pantalla

Las comedias románticas que protagonizó junto a Doris Day convirtieron a Hudson en uno de los actores más taquilleros de la época.

Las comedias románticas que protagonizó junto a Doris Day convirtieron a Hudson en uno de los actores más taquilleros de la época.

Nacido en Illinois en 1925, Rock Hudson se hizo un nombre en Hollywood en los años 50 gracias a filmes como “Sublime obsesión” (1954) o “Gigante” (1956), recibiendo por este último una nominación al Oscar al mejor actor.

Las comedias románticas que protagonizó junto a Doris Day -como “Problemas de alcoba” (1959) o “Lover Come Back” (1961)- lo convirtieron en uno de los actores más taquilleros de la época.

Para no dañar su imagen de galán, estuvo casado fugazmente con su secretaria, aunque en los círculos de Hollywood su homosexualidad era conocida.

Cuando su fama empezó a decaer, Hudson se pasó al mundo de la televisión, protagonizando series de éxito en los años 70 y principios de los 80.

Sus problemas de salud se empezaron a hacer evidentes en 1984, año en el que le diagnosticaron el sida, una enfermedad de la que en esa época se sabía muy poco y cuyos primeros casos habían sido detectados apenas tres años antes.

En 1985 cerca de 20.000 personas habían muerto ya en EE.UU. de un mal que había sido bautizado como “el cáncer de los gays”, debido a que la mayoría de las víctimas eran homosexuales.

Los problemas de salud de Hudson se empezaron a hacer evidentes en 1984.

Los problemas de salud de Hudson se empezaron a hacer evidentes en 1984.

Rumores

Durante meses circularon en la prensa rumores sobre la supuesta enfermedad que padecía Hudson, que se intensificaron en julio de 1985, cuando apareció en televisión muy delgado y con el rostro demacrado junto a su amiga Doris Day.

Para no dañar su imagen de galán, Hudson estuvo casado fugazmente con su secretaria.

Para no dañar su imagen de galán, Hudson estuvo casado fugazmente con su secretaria.

Mientras se encontraba en París siendo tratado por los expertos del Instituto Pasteur, que en 1983 habían identificado el virus causante del sida, la revista estadounidense Variety publicó la noticia de que Hudson padecía esa enfermedad.

En un principio el representante del actor lo negó, aunque acabó reconociendo que era cierto unos días más tarde.

Según contaron sus allegados, el intérprete contrajo el VIH a por una transfusión de sangre que recibió cuando le operaron del corazón en 1981.

Tras pasar cerca de un mes ingresado en un hospital de Los Ángeles, Hudson falleció a los 59 años en la mañana del 2 de octubre de 1985 en su residencia de Beverly Hills.

Su muerte convulsionó a la industria del cine de Hollywood y causó conmoción en todo el mundo, al ser el primer famoso que moría a consecuencia de la enfermedad.

También hizo que el presidente Ronald Reagan -quien había sido amigo personal de Hudson- se viera obligado a hacer frente a una epidemia que su administración había ignorado durante cerca de un lustro, con consecuencias fatales para los enfermos.

Pese a ello, hasta 1987 Reagan no habló públicamente del VIH/sida, que en los círculos conservadores se veía como un “castigo de Dios” contra los homosexuales por su estilo de vida.

“Un escándalo”

“Cuando Rock Hudson falleció hace 30 años fue un escándalo. El sida era una enfermedad de la que avergonzarse. No se hablaba de ello en público”, explica Tim Gray, periodista de la revista Variety.

“Pese al daño que causó en su imagen, creo que tres décadas después de su muerte la gente es capaz de ver el enorme legado de Hudson en el mundo del cine”, señala Gray en conversación con BBC Mundo.

Tras la muerte de Hudson, Elizabeth Taylor se involucró en la lucha contra el vih-sida.

Tras la muerte de Hudson, Elizabeth Taylor se involucró en la lucha contra el vih/sida.

“Cuando se publicó la noticia de que Hudson padecía sida, estrellas como Elizabeth Taylor, que era su amiga, se indignaron, al considerar que había sido una invasión de su privacidad”.

“Pero poco después Taylor y otros actores de renombre se convirtieron en activistas, recaudando millones de dólares para la lucha contra el VIH/sida”, explica el reportero de Variety.

“Antes de conocerse el caso de Rock Hudson, las muertes de sida no eran más que una estadística y con el fallecimiento del actor se le puso rostro a la enfermedad”.

Según Gray, “Hudson es un símbolo de lo que era Hollywood hace unas décadas, cuando los actores no podían hacer pública su sexualidad bajo ninguna circunstancia”.

“Desafortunadamente la homosexualidad sigue siendo tabú en el mundo del cine, aunque hay artistas como Ellen DeGeneres o Neil Patrick Harris que han podido salir del armario sin que sus carreras se vieran afectadas”.

Causa de Hollywood

Michael Weinstein, presidente de la Fundación de Salud del Sida de EE.UU. (AHF, por sus siglas en inglés), cree que el caso de Rock Hudson “hizo que mucha gente entendiera lo grave que era la epidemia de VIH/sida a mediados de los 80 y el daño que estaba causando”.

“Lo más importante es que logró que la comunidad de Hollywood se movilizara. Era amigo personal de estrellas como Elizabeth Taylor o Doris Day, e hizo que la lucha contra el sida se convirtiera en una causa de la industria del cine”, señala Weinstein en conversación con BBC Mundo.

“A partir de ese momento fue cuando, por ejemplo, se empezaron a ver en público los lazos rojos en eventos públicos como muestra de solidaridad. Eso fue muy importante en una época en la que los políticos no querían hablar del tema”.

Weinstein cree que hoy en día no se le presta suficiente atención a una enfermedad que “el año pasado causó 1,5 millones de muertes y dos millones de nuevos contagios” en todo el mundo.

“Parece que no existe pero lo cierto es que la guerra contra el VIH/sida no se ha ganado. Ha habido grandes avances, pero los medios no le están prestando la atención que merece”.

Rock Hudson se convirtió en el rostro de una enfermedad que sigue estigmatizando a los que la padecen.

Rock Hudson se convirtió en el rostro de una enfermedad que sigue estigmatizando a los que la padecen.

En opinión de Weinstein, como sucedió en el caso de Rock Hudson, el estigma sigue rodeando a esta enfermedad y la mayoría de personas portadoras del virus, famosas o no, no lo hablan en público.

“Ese estigma hace que mucha gente no se haga la prueba o no busque tratamiento”.

El presidente de la AHF considera que “no existe suficiente concientización entre los jóvenes, que creen que eso no les va a pasar a ellos y cuando son diagnosticados se les cae el mundo al suelo”.

“Somos víctimas de nuestro propio éxito. Los avances que ha habido se han de celebrar, pero todavía queda mucho por hacer”.

Lo que el reino animal nos enseña sobre el sexo

Sexo en la Tierra se titula un apasionante viaje al reino animal lleno de sorpresas y descubrimientos. 

Jules Howard

Jules Howard

Sexo en la Tierra se titula un apasionante viaje al reino animal lleno de sorpresas y descubrimientos. Son muchas las enseñanzas de este ensayo del zoólogo británico Jules Howard que nos demuestra hasta qué punto nos dominan los prejuicios, las falacias y las verdades asumidas, de qué modo los seres humanos somos tan egocéntricos que apenas nos interesamos por lo que sucede en la naturaleza ni queremos ser conscientes de nuestra necesaria y saludable comunicación con ella.

El autor nos dice  que el verdadero interés de la ciencia por el comportamiento sexual de los animales se ha activado en los últimos cincuenta años. Estudiosos de todo el mundo se han decidido a retomar las célebres ideas de Darwin sobre el origen de las especies, sobre la selección natural y la lucha por la vida, poniendo en cuestión algunos de sus principios básicos, por ejemplo el de que la reproducción es, en el reino animal, la única finalidad del sexo. ¿Por qué este retraso? Jules Howard nos da una pista muy al principio del recorrido: la falta de prestigio, de respetabilidad, que durante mucho tiempo rodearon a este tipo de investigaciones.

Para que lo comprendamos mejor nos cuenta la historia del explorador George Murray Levick, quien, hace más de un siglo, quedó atrapado en un lugar gélido del interior de la Antártida, a la espera de ser rescatado  por la expedición Terra Nova, de la que formaba parte. Fueron largos meses esperando la llegada de la primavera y el consiguiente deshielo, meses en los que se dedicó a observar a los pingüinos. El autor nos cuenta que más allá de las emociones de las que dejó constancia en sus notas, de la comprobación del cultivo de la intimidad, la monogamia o la ternura, que siempre han acompañado a estos simpáticos animales, a los que tanto hemos admirado a través de películas como El viaje del emperador, Levick fue testigo, particularmente entre los conocidos como pingüinos de Adelia, de una amplia lista de perversiones que incluían coacción sexual, abusos a los más jóvenes, “asesinato” y necrofilia.

Esta entrega, subtitulada Un homenaje a la reproducción animal y escrita desde el registro del humor, con un estilo sencillo a la hora de exponer lo más complejo y el uso de una terminología accesible a todo tipo de públicos, es capaz de mantenernos en vilo, pero también de hacernos reflexionar sobre las conductas más íntimas de otras especies y también sobre nuestros comportamientos y pudores. Como el episodio de Levick, hay en el ensayo, publicado en España por Blackie Books, infinidad de historias, observaciones y hallazgos sorprendentes que nos llevan a pensar que en la naturaleza todo es posible, que las distintas conductas sexuales –homosexualidad, heterosexualidad, monogamia, sexo grupal, masturbación– se combinan sin tapujos y que, la mayor parte de las veces, todo juega a favor de la supervivencia.

El asombro nos acompaña mientras avanzamos en la lectura de este ensayo tan especial. ¿Sabíais, por ejemplo, que los promiscuos bonobos utilizan el sexo para rebajar las tensiones y que los machos pueden jugar a la esgrima con sus penes, subidos a las ramas de los árboles? ¿Sabíais que una anémona es capaz de seducir hasta a una docena de machos a la vez; que las libélulas masculinas se confunden con las luces de las farolas, creyendo que son el reclamo de las féminas, o que los peces payaso, inmortalizados en la película Buscando a Nemo, pueden cambiar de sexo?

Hay ocasiones en las que no podemos dejar de percibir una cierta identificación, por ejemplo cuando comprobamos que aquí, en este otro territorio, también abundan los relatos de superioridad masculina. El macho es el protagonista de muchas historias en las que la hembra se queda en segundo plano. Sucede, por ejemplo, con la delespinocho, un humilde pececillo que ha hecho avanzar a la ciencia a largas zancadas. Él es el gran protagonista, el que, en el momento del apareamiento, atrae a la hembra con su coloración carmín; combate frente a los adversarios; prepara el nido con diligencia y acaba cuidando de las crías una vez que ella suelta los huevos y desaparece de escena. Así suele interpretarse el proceso. Pero, en realidad, matiza Howard, las que eligen y deciden, optando por el candidato más sano para la procreación, son las espinocho.

El mundo necesita más historias sobre vaginas”, proclama el autor, quien nos ofrece otros ejemplos, así el de las ranas, algunas de las cuales llegan a morir debido a la potencia con que son abrazadas por detrás por el macho, al que han elegido precisamente por su mayor fuerza, o el de las patas azulonas, que han desarrollado unos complejos genitales para bloquear los avances indeseados de los machos y tener el control. “De pasivas nada. También ellas toman decisiones. Tienen todas las cartas (huevos) en su mano”, señala el científico…

 

Mujer de bandera

Lea T se ha convertido en un icono transexual que conquista pasarelas y firmas de belleza

La modelo Lea T.

La modelo Lea T.

A finales de 2014, un contrato con Redken convirtió a la modelo Lea T en la primera transexual imagen de una firma cosmética. Ahora ya no es la única.

“En la época en la que me di cuenta de que quería una reasignación de género no conocía a nadie de mi entorno que hubiera vivido el cambio. Lo que escuchaba era que te echaban de casa, no encontrabas trabajo y tu única alternativa era prostituirte, por eso corrí llorando a hablar con Riccardo. Me pidió que le diera una semana para ver cómo podía ayudarme a conseguir dinero y lo siguiente que supe era que iba a hacer su campaña”. Lea T se refiere a Riccardo Tisci, director creativo de Givenchy. Lea (nacida Leandro Cerezo en 1981 en Belo Horizonte, Brasil) tomó la T prestada de su amigo para evitar que la prensa acosara a su padre, un conocido exfutbolista, Toninho Cerezo (jugador de La Roma), al quedar expuesta su transexualidad.

Íntimos desde que les presentó la compañera de piso de Tisci siendo todavía estudiantes –Leandro cursaba Arte en Florencia, y Tisci, Moda en la prestigiosa escuela Central Saint Martins de Londres–, fue el diseñador quien le animó a asumir su condición femenina y le ayudó a independizarse económicamente de sus padres con aquella campaña. “Mi familia siempre ha estado de mi lado, pero nunca había hablado del tema con ellos. Tenía miedo de que no me aceptaran. Mi madre es muy católica y la noticia fue un shock, ¡pero lo que se ha dicho de ellos es absurdo! Cuando mi padre se enteró de que quería cambiar de sexo me dijo: ‘Mejor, porque estaré feliz de tener otra hija’. Mi madre estaba junto a mi cama cuando desperté de la operación. Ni siquiera mi abuela, que tiene 90 años, me rechazó. No usé el apellido Cerezo por prudencia. Quería hacer mi trabajo tranquila”, zanja.

Se convirtió en la primera transexual imagen de una marca de cosméticos.

Se convirtió en la primera transexual imagen de una marca de cosméticos.

La existencia de modelos transgénero no es ninguna novedad.Cada década ha tenido la suya: April Ashley en los sesenta, Candy Darling en los setenta, Teri Toye en los ochenta o Connie Fleming en los noventa. Pero hasta que se anunció que Lea T sería imagen de Redken (en concreto, de Chromatics, una gama de coloración sin amoniaco), ninguna otra había sido contratada por una marca cosmética. “Las modelos transexuales siempre han trabajado, pero muy pocas comentaban su situación, y si lo hacían era rodeadas de misterio. Antes no disfrutaban de libertad para hablar porque, para sobrevivir,

debían amoldarse a sus clientes. Yo tuve la suerte de poder compartirlo con un buen amigo: cuando Givenchy me brindó la oportunidad de expresarme, mis espaldas estaban cubiertas”, dice quitándole peso a su conquista. Shane Wolf, director general de Redken, explica las razones de la decisión: “Su nombre ha ido cogiendo fuerza dentro del mundo de las pasarelas y posee una imagen y un cabello que encajan a la perfección con la filosofía de la marca. Tiene personalidad y una historia muy interesante que contar”.

Mucho antes de que Lea T jugara al despiste con su nueva identidad, un hombre con aspecto de mujer servía de portavoz al conglomerado cosmético francés. Youcef Sue Nabi hablaba en calidad de director internacional de L’Oréal Paris (y más tarde de Lancôme, puesto que desempeñó hasta 2013, cuando anunció que abandonaba el grupo). Entonces corría el año 2007 y en la filial española se implantaba el cargo de director de la diversidad, un puesto que vigila que cada país cumpla la política de integración del gigante cosmético. Sobre la actitud ante los transgénero, la respuesta de la actual directora, Ana del Val, es que no hay ninguna oficial: “La no discriminación por género es algo que forma parte de nuestro ADN, por eso no sentimos la necesidad de posicionarnos sobre este tema en concreto”, afirma.

La interpretación de Morton/Maura Pfefferman en Transparent le valió a Jeffrey Tambor el Globo de Oro al mejor actor de comedia en enero. La serie, cuya segunda temporada podrá verse en otoño, muestra las vicisitudes de tres hermanos enfrentados a la noticia de que su progenitor es transexual. En la pequeña pantalla ya se había tratado el tema con anterioridad: el matrimonio encarnado por Tom Wilkinson y Jessica Lange se veía en la misma disyuntiva en la película para la televisión Normal (2003). O en la serie Orange Is The New Black, donde la actriz Laverne Cox, ahora mujer y antes hombre, encarna a una transexual en prisión.

En la vida real, los rumores de que otro patriarca estaba en proceso de reasignación de género quedaron confirmados en abril, cuando el medallista olímpico Bruce Jenner (Nueva York, 1949) se confesabaante casi 17 millones de espectadores. Pero faltaba el gran golpe de efecto: verle convertido en mujer. El tanto se lo apuntó Vanity Fair este verano. En cuanto la versión online del reportaje –portada incluida– estuvo disponible, se colapsó la web de la revista, con más de seis millones de visitas expectantes por conocer todos y cada uno de los detalles de la transformación del padre adoptivo del clan Kar­dashian (Jenner tiene además otros seis hijos, entre los que se cuenta la modelo Kendall Jenner).

El paso dado por el exatleta –al que ahora hay que dirigirse como Caitlyn– ha contado con el apoyo de su familia y de numerosas celebridades, pero también hay quienes le han criticado duramente por haberse convertido en una “caricatura” y afirman que el movimiento de los “transexuales hipersexuales” está dañando al feminismo. “Caitlyn, cuando eras un hombre podíamos hablar de tu condición física, de tu visión para los negocios. Pero ahora que eres mujer, tu look es lo único que nos importa”, ironizaba el cómico Jon Stewart después de repasar varias noticias en las que se decía lo “buena” que estaba Jenner.

Los cambios experimentados por Bruce hasta transformarse en Caitlyn han sido sobradamente documentados, mientras que los de Lea T se realizaron en la intimidad más absoluta. Ella insiste en haber experimentado todo el proceso, también la parte en la “que no resultaba tan agradable”, a los ojos de la gente. “Fue una época muy dolorosa”, recuerda. “Vivimos en una sociedad muy ignorante a la que solo le interesa la estética, por eso nunca he deseado representar una categoría de transexuales perfectas”.

La modelo Lea T desfila, el pasado abri, durante la São Paulo Fashion Week

La modelo Lea T desfila, el pasado abri, durante la São Paulo Fashion Week. / MIGUEL SCHINCARIOL (GETTY)

La disputa entre el colectivo transgénero y el feminismo TERF (trans-exclusionary radical feminist) comenzó hace más de cuatro décadas, pero los argumentos siguen siendo los mismos: cualquiera nacido hombre retiene su privilegio en la sociedad, incluso si decide vivir como una persona de otro sexo; el hecho de que puedan elegir demuestra que no luchan en la misma guerra. “Si yo no me sintiera mujer, ¿creen que buscaría un sexo que es el que más padece, y además sufriendo por haber hecho una transición?”, cuestiona la brasileña. “El maltrato que reciben las mujeres en África, en Libia… En Brasil, el índice de violación es altísimo. Hay religiones que niegan a las mujeres el derecho a la educación. Estoy del lado de las feministas, pero me parece muy fuerte que una mujer esté en contra de otra persona que vive marginada”.

Cosmética sin complejos. El nombre de Lea T suele ir ligado al de otra modelo transexual, Andreja Pejić (Bosnia-Herzegovina, 1991). En 2011, Andreja ocupaba el puesto número 11 en el ranking de topsmasculinos de models.com. Aún respondía por Andrej, y consiguió ponerse en el punto de mira de los medios con su aspecto andrógino desfilando con trajes para Paul Smith, John Galliano, Raf Simons y Jean Paul Gaultier. A finales de abril se hacía oficial que Pejić sería el rostro de una nueva campaña de la firma de maquillaje Make Up For Ever. Y antes que Andreja, la adolescente transgénero Jazz Jennings era nombrada embajadora de la marca de Johnson & Johnson para pieles grasas Clean & Clear. Luis Venegas, editor de Candy, una publicación de culto pionera en celebrar la ambigüedad sexual que ha cumplido su quinto aniversario, ve en el paso dado por estas marcas una oportunidad para las firmas de llegar a unas consumidoras que les pertenecen por antonomasia: “Al fin y al cabo la cosmética, y en especial el maquillaje, ayuda a los transexuales a sacar a la mujer que siempre han sido. Públicamente necesitan validarse y es una herramienta que les permite conseguir el look que desean”.

Los que predecían que Caitlyn Jenner iba a ser la imagen de la barra de labios Viva Glam de MAC estaban equivocados: la marca de maquillaje ha lanzado un comunicado en el que asegura no haber contratado a la –de momento– transexual más famosa de Estados Unidos.