Que no te engañen: cinco cosas que debes saber sobre transexualidad infantil

Un dibujo de Gabriela, una niña transexual, cedido por la familia

Una persona transexual es aquella a la que al nacer se le asigna una identidad sexual que no es la suya (lo que ha confundido el juez en la sentencia sobre el autobús tránsfobo con orientación sexual). El autobús de la organización ultracatólica HazteOir incluye estas frases: “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen”. Según el propio  presidente de la entidad: “El mensaje habla de biología”.

Históricamente, la mayoría de niños que tienen pene son niños, y la mayoría que tiene vulva son niñas, pero esto no es siempre y necesariamente así: a muchas personas se les adjudica el sexo erróneo. La OMS define así la transexualidad infantil:  “Incluye una fuerte aversión por parte del niño a su anatomía o características sexuales, un fuerte deseo de las que coinciden con el género experimentado y fantasear con juguetes, juegos, actividades o compañeros de juego que son típicos del género experimentado en lugar del sexo asignado”.

¿Cuándo expresan los niños su identidad de género?

Depende de cada uno y de su entorno, pero algunos lo verbalizan desde los dos o tres años, según explican a eldiario.es algunas madres: “Soy niño” o “mírame a los ojos, soy una niña”, dicen a los adultos, o se miran al espejo y se repiten: “Soy guapa”. Pilar Sánchez, la madre de Gabriela, respondió a la pregunta “¿cuándo supo tu hija que era una niña?” con otra: “¿Desde cuándo te sientes tú un chico?”.

La OMS define que para que se considere transexualidad infantil “la incongruencia debe haber persistido durante aproximadamente dos años y no se puede diagnosticar antes de los cinco”. 

El punto de partida es la conquista del lenguaje. A partir de ahí, los niños con más fuerza o ímpetu o que tienen un ámbito familiar más favorable lo expresan antes. “Otros se callan y no dicen ni pío e interiorizan que están equivocados en lo que sienten”, explica una madre: “Entonces crecen con culpa y con vergüenza y viven vidas ocultas hasta que explotan”. Los suicidios de transexuales que no pudieron expresar su identidad sigue siendo un tema tabú.

¿Es necesario que haya un cambio de apariencia?

No. Ocurre que asociamos el género a una apariencia, y esto puede llevar al sufrimiento a quien no adopta los rasgos elementales de la apariencia masculina o femenina. Esto puede ocurrir con más virulencia en la adolescencia, así que los niños y niñas transexuales pueden recibir bloqueadores hormonales al inicio de la pubertad. Prima siempre el interés superior del menor.

¿Estamos ante un cambio de paradigma?

Juan Gavilán, autor de Infancia y transexualidad (Catarata, 2016), explicaba en una entrevista con eldiario.es que el “modelo biomédico y patologizador” estaba en retroceso y en vías de ser sustituido por un modelo “sociocultural” abanderado por la rebeldía de un grupo de madres de menores que dejaron de esconder lo que son. Pilar Sánchez, la madre de Gabriela, contaba aquel día que una psiquiatra de la UTIG llegó a culpabilizarla por “querer tener una hija”. “Yo no quiero para mi hija ningún disfraz. ¿Por qué lo voy a vivir como un trauma si no es nada malo? Lo malo es la transfobia, cómo el entorno acoge a los niños trans”, denuncia una madre.

En este proceso de “despatologización”, el discurso biomédico basado en el diagnóstico, la evaluación, la hormonación y la intervención, está siendo rechazado por el movimiento asociativo.

El propio comisario europeo de Derechos Humanos exigió que se dejara de tratar a los transexuales como enfermos, pero quedan escollos: el manual de diagnóstico de trastornos mentales, el DMS V, dejó de considerar la transexualidad como enfermedad mental en 2013, pero el texto de referencia de la OMS la mantiene en el ICD-10. La revisión del documento está en proceso y se va a considerar “incongruencia de género”.

Si esto es una revolución, ¿cuándo y cómo comenzó?

La transexualidad ha estado muy asociada a la marginalidad porque la sociedad pensaba que eran raros o viciosos. Las asociaciones de familias con niños trans dan la vuelta al argumento: lo que conduce a la marginalidad es que la sociedad no te permita ser quien eres.

Los niños trans, presentes en todas las culturas a lo largo de la historia, solo han empezado a mostrarse como son recientemente gracias a varios factores. Uno de ellos, la mayor preocupación por sus emociones. “Cuando te pones a su altura y le escuchas, el niño dice y cuenta”, dice una madre.

Otro factor han sido las redes. Antes la madre podía contarlo a su entorno y recibir una respuesta fría o incluso de reprobación. Las redes facilitan encontrar a los iguales y así han surgido asociaciones: Chrysallis, la primera en España familias con niños transexuales, se funda en julio de 2013. A partir de entonces surge Transhuellas, Fundación Daniela, Asociación Arela… En 2014 Chrysallis presenta el documental El Sexo Sentido. El tema se mediatiza y los padres ven que sus hijos no son seres extraños. El fenómeno sigue al alza y es global: la edición internacional de National Geographic acaba de dedicar su número de enero a la “revolución de género”.

¿Qué avances legislativos se han producido?

Se han aprobado leyes autonómicas en Andalucía, Castilla-La Mancha, Madrid o País Vasco, pero no hay una ley estatal, aunque ya está habiendo contactos de grupos políticos para desarrollarla. Entretanto, se aprueban normativas sectoriales en materias transferidas, como la educación, y ya hay varias comunidades con protocolos educativos y médicos para identidad de género. Estos protocolos convierten en ilegal un caso como el de Gabriela, a la que un colegio de Málaga no permitió vestirse con un uniforme de niña.

Tampoco se ha modificado la legislación del registro para que permita corregir el sexo en los documentos públicos. Los padres se quejan de la intromisión en su intimidad que supone tener que explicar al conductor del autobús o en un aeropuerto que su hija es una niña aunque el DNI diga lo contrario.

Hay iniciativas legislativas para corregir esto. Es cada vez más frecuente la admisión del cambio de nombre (de uno propio de niño a otro de niña, o viceversa) pero de momento son algunos jueces quienes están abriendo camino para amparar también el cambio de la mención registral del sexo. Los criterios no son unívocos: un juez de Torremolinos puede denegar el cambio de nombre en el DNI de Alexa, mientras que apenas a cien kilómetros otro dicta que negar a los menores un cambio registral del sexo es “negarles una vida plena y libre”.

Un juzgado prohíbe la circulación del autobús de Hazte Oír en Madrid

El Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar que el autobús tránsfobo no pueda circular por la ciudad.

Autobús de Hazte Oír. E.P

El Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad.

Así lo indica el juzgado en un oficio fechado el miércoles, tras recibir el escrito de la Fiscalía Provincial de Madrid que solicitaba precisamente esta medida cautelar. Contra la resolución cabe interponer recurso de reforma.

En su escrito, se decreta la prohibición de circular de este autobús, al entender que su mensaje “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre,. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.

Pretende saltarse la orden judicial

Ante estos argumentos, la asociación ultracatólica ha optado por cubrir el eslogan con un “vinilo gigante” que portará otros mensajes “muy llamativos” en contra de la “ideología de género”. Con ello, espera que mañana el autobús, en el que han invertido “bastantes miles de euros”, pueda volver a circular otra vez por las calles, si bien el Ayuntamiento de Madrid les ha avisado de que estará “atento” a los nuevos mensajes y de que, llegado el caso, actuará con la misma firmeza que en la primera ocasión.

Para decidir sobre la prohibición cautelar, el juzgado tomó declaración al presidente de Hazte Oír, Ignacio Arsuaga, que se opuso a la inmovilización del bus vinilado para la campaña.

Arsuaga argumentó que la campaña tiene como objetivo que las personas que tengan una ideología afín a la del colectivo puedan acceder a su web para leer una publicación editada por la asociación en las califican las leyes de protección de derechos del colectivo LGTBi como normativas de “adoctrinamiento sexual”.

En su declaración, el presidente de Hazte Oír reconoce que su eslogan puede ser “provocador” pero rechaza que conlleve un “rechazo” a la transexualidad o a la homosexualidad. A su vez, expone que la iniciativa es un ejercicio de la “libertad de expresión”.

El juzgado expone en su resolución judicial que “del tenor literal de la publicidad no se infiere racionalmente que se esté públicamente fomentado, promoviendo o incitando directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia contra un grupo por razón de orientación o identidad sexual de sus componentes”.

No obstante, el magistrado sí considera que la campaña puede suponer un “menosprecio” a este colectivo por no reconocerles su “orientación sexual”.

“A este respecto, cabe destacar que dicha afirmación, expositiva del ideario de la asociación Hazte Oír, no se limita a exponer el ideario, que puede tener respecto a la sexualidad, sino que extralimitándose de dicho ideario, parece dirigirse a las personas con una orientación sexual distinta, negándosela, lesionando de esta manera su dignidad”, recoge la resolución.

Por ello, decreta que las expresiones concretas recogidas en la campaña suponen “un acto de menosprecio a las personas con orientación sexual distinta a la heretosexualidad, incluidas en el apartado segundo del artículo 510 del Código Penal”.

En consecuencia y para evitar la “perpetuación de la comisión de delito, se procede a acordar la medida cautelar interesada por el Ministerio Público (la prohibición de circular del autobús del colectivo).

Hazte Oír y hazte aliado de Jorge Fernández Díaz

El exministro del Interior declaró a este grupo ultracatólico de utilidad pública por su “interés general”

Miembros de Hazte Oír se concentran este miércoles en Cibeles para defender su autobús. JAVIER TORMO EFE

BERNA GONZÁLEZ HARBOUR

Los políticos pueden decir misa, pero la verdadera impronta de sus decisiones está en el Boletín Oficial del Estado. El del 24 de mayo de 2013 recoge la declaración por parte del Ministerio del Interior de la organización Hazte Oír como “asociación de utilidad pública”. Para ello, el entonces ministro Jorge Fernández Díaz consideró que promueve “el interés general”.

¿Hemos dicho interés general?

La organización Hazte Oír ha puesto a circular un autobús con un mensaje que agrede a una minoría, la de unos niños con una identidad diferente a la de su cuerpo, como antes ha hecho feroces campañas contra el aborto y la educación sexual en los colegios. El fiscal superior de la Comunidad de Madrid ha abierto diligencias para investigarlo por posible delito de odio y hasta el presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, que es quien de verdad dice misa, también lo ha condenado.

El debate se ha situado inmediatamente en un territorio que puede ser estimulante y rico para una sociedad que cambia y que incorpora nuevos derechos y reconocimientos a realidades que antes vivían en sombras tenebrosas: ¿Es libertad de expresión lo que hace Hazte Oír o es incitación al odio? La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, declaró ayer en la sede de EL PAÍS que “la libertad de expresión tiene sus límites en las leyes”.

Vayamos por un momento a otro escenario: el presidente Trump ha revocadouna norma de Obama que permitía a los niños el acceso a vestuarios y baños del género con el que se identificaran, lo que en su momento (2016) fue considerado un avance en los derechos de la comunidad LGTB. Desandar el camino avanzado no cambia nada para la gran mayoría de la gente, pero sí entorpece la de una minoría que hoy se ve obligada a dar un paso atrás. Es por ello un acto de simbolismo cruel.

Hay una escena de Posguerra, el gran libro de Tony Judt, que narra cómo los alemanes miraban hacia atrás, se tapaban los ojos y se reían cuando les ponían imágenes de los campos de exterminio años después del nazismo. Tardaron mucho en querer ver. Y ese fragmento del libro nos coloca ante la evidencia de que empatizar con las minorías es el primer paso para comprender, para rectificar, para legislar y para avanzar.

Cuando las autoridades o agentes sociales son inmunes a los sufrimientos de las minorías, como está ocurriendo con los refugiados sirios (Europa), cuando desandan el camino avanzado en contra de esas minorías (Trump) o fletan un autobús que niega la identidad sexual de una minoría (Hazte Oír) están pecando de un mismo defecto, sea delito o no lo sea: falta de empatía y generosidad. Que además el Gobierno considere a esta organización de utilidad pública por su “interés general” es agotador. Por una vez, hagan caso a Blázquez y respeten a esos niños. Eso sí es de interés general.

Un juez prohíbe circular al autobús tránsfobo de Hazte Oír

El juzgado cree que el mensaje del bus busca atentar contra la dignidad de los transexuales

 

Autobús inmovilizado de Hazteoir, hoy. VÍCTOR SAINZ

El Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad, según informa la agencia Europa Press. Así lo indica el juzgado en un oficio fechado este miércoles. El juez entiende que el mensaje del autobús “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”. Contra esta decisión cabe interponer recurso.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.

El fiscal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad de Madrid, Jesús Caballero, ya había abierto diligencias para investigar este autobús y había pedido al juez que impidiera circular al vehículo naranja hasta que se retirasen “los mensajes discriminatorios que exhibe”.

La organización ultracatólica ha denunciado públicamente el “secuestro” del autocar este martes por parte del Consistorio y anunció, antes de conocerse la decisión de la fiscalía, que el vehículo continuaría su ruta este miércoles, después de que la Policía Municipal de la capital lo inmovilizase y multase la pasada noche. Según informó el Consistorio, el autocar se encontraba “custodiado” por los agentes en una cochera de Hazte Oír y se había determinado que no circulase por la ciudad “a la espera de que la Fiscalía se pronuncie sobre un posible delito de LGTBIfobia”.

La Generalitat de Cataluña y la Delegación del Gobierno de Madrid también han anunciado que trasladaron los hechos al Ministerio Público por considerar que esta campaña puede suponer un “delito de odio” contra los transexuales.

El autobús transfóbico

ULISES CULEBRO

RAÚL DEL POZO

Los neoconservadores han tomado el poder y ahora se apoderarán del lenguaje. Vuelven Lynch, el KKK y los generales pentagonales. Desde que eligieron al bisonte imperial, la política es un reality show; The New York Times, el enemigo; y el Papa Francisco, el hereje.

Se levanta la voz contra el niño de Federico García Lorca, que escribía nombre de niña en su almohada, y contra el muchacho que se viste de novia en la oscuridad del ropero. Los perseguidos han vuelto al armario. Los gais y la causa de las mujeres están tan amenazados como el hielo de los polos. Ellas, según los autores de la Enciclopedia, eran tratadas como imbéciles, cargadas con un niño que les cuelga de los pezones y pasaban la vida escuchando al padre, a la madre, al marido: “Hija mía, ten cuidado con tu hoja de parra”. Virginia Woolf las vio así: “Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre, el doble de su estatura”. Ese canon occidental de los Derechos Humanos está pasado de moda.

“El feminismo es cáncer”, ha dicho Milo Yiannopoulos, que se considera un líder de la nueva libertad de expresión, defiende la primacía blanca y llama “Papi” a Trump. En España, el autobús de Hazte Oír, llamado “autobús transfóbico“, circula con las siguientes palabras en la carrocería: “Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer, seguirás siendo mujer”. La asociación ultraconservadora que ha lanzado el mensaje está en la onda, promueve nuevos valores, lucha contra la dictadura progre que relega a los heterosexuales a ciudadanos de segunda, se subleva contra el aborto y contra el matrimonio homosexual. El autobús fue detenido o bloqueado por orden de no se sabe quién y espera la decisión del juez. Empiezan a surgir en España movimientos ultracatólicos que consideran heresiarca y papa negro a Francisco. Pero este Pontífice pidió disculpas a los homosexuales por la forma cruel con la que han sido tratados por los curas y porque la Iglesia haya permitido que fueran perseguidos.

Lo que ahora parece bárbaro será vanguardia, porque se ha iniciado una guerra mundial contra lo que llaman el integrismo del pensamiento débil, esa inquisición blanda y posmoderna que se había apoderado del mundo. El buenismo, el ecologismo, el feminismo, el socorro socialdemócrata, la Sodoma de la tolerancia están acorralados. Quizás el ajuste de cuentas con lo políticamente correcto tuvo su apoteosis en la victoria de Trump y la venganza surgió, entre otros momentos, en el instante en el que Hillary Clinton dijo: “La mitad de los seguidores de Trump se podría meter en lo que yo llamo ‘la cesta de los deplorables’, ¿verdad? Los racistas, sexistas, homófobos, xenófobos e islamófobos”. Los que estaban metidos en la cesta de las serpientes salieron a votar y probaron que la fiesta del flower power se había acabado y también los serafines de Allen Ginsberg, que se dejaban follar por santos motociclistas.

Un juzgado prohíbe de forma cautelar la circulación del autobús transfobo de Hazte Oír

El Juzgado de Instrucción Número 42 de Madrid ha acordado como medida cautelar la prohibición de circulación del autobús desplegado por Hazte Oír hasta que no retire el mensaje contra la transexualidad.

Así lo indica el juzgado en un oficio fechado este miércoles, tras recibir el escrito de la Fiscalía Provincial de Madrid que solicitaba precisamente esta medida cautelar. Contra la resolución cabe interponer recurso de reforma.

En su escrito, se decreta la prohibición de circular de este autobús, al entender que su mensaje “no se limita a exponer” el ideario del colectivo, sino que se dirige a personas con una orientación sexual “distinta” para lesionar su “dignidad”.

El Ayuntamiento de Madrid ya procedió a la inmovilización del mencionado autobús que pretendía recorrer las calles de la ciudad con el mensaje “Los niños tienen pene. Las niñas tienen vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre,. Si eres mujer, seguirás siéndolo”.

La Fiscalía de Madrid pide al juez que prohíba e inmovilice el autobús contra la transexualidad

La Fiscalía de Madrid pide al juez que prohíba e inmovilice el autobús contra la transexualidad

La Fiscalía Provincial de Madrid ha anunciado la apertura de una investigación urgente respecto a la circulación por las calles de Madrid de un autobús contrario a la transexualidad fletado por el colectivo ultracatólico Hazte Oír en relación a un posible delito de LGTBIfobia. Además, ha solicitado al juez que se acuerde la medida cautelar de prohibición de la circulación e inmovilización del autobús de la plataforma.

La Sección de delitos de odio y discriminación de la Fiscalía Provincial de Madrid aprecia que existe “un riesgo de perpetuación de la comisión del delito así como de la alteración de la paz pública y de creación de un sentimiento de inseguridad o temor entre las personas por razón de su identidad u orientación sexual, y concretamente entre los menores que puedan verse afectados por el mensaje”, informa Europa Press.

El autobús se encuentra paralizado en un garaje de la asociación en la carretera hacia Coslada bajo custodia policial , según ha informado el Ayuntamiento de Madrid, que este martes dio orden a la Policía Municipal para que procediera a paralizarlo.

Una treintena de personas se han manifestado frente al Ayuntamiento de Madrid para apoyar a la asociación Hazte Oír. OLMO CALVO

Pablo Santana, portavoz de Hazte Oír, ha denunciado por su parte que el vehículo “está secuestrado” porque “no tenemos hasta el momento ninguna comunicación oficial de ninguna institución”, y sin embargo, un coche de la Policía Municipal de Madrid está “impidiendo que el autobús salga de su parking“.

Además, ha criticado que sea la Policía de Madrid la que esté bloqueando la salida del vehículo “cuando no tiene competencias” en Coslada. Por ello, desde el colectivo aseguran que van a presentar una denuncia por la retención “irregular e ilegal” de su autobús, que indican que hoy debería dirigirse hacia Valencia.

Santana ha hecho estas declaraciones frente a la sede del Consistorio madrileño, junto a cerca de 30 simpatizantes del colectivo que portaban carteles criticando a Cifuentes por “censora”. El portavoz de Hazte Oír ha asegurado que no tienen “constancia” de que la Fiscalía haya abierto diligencias previas contra la campaña por si su mensaje fuera constitutivo de un delito de odio. “Negamos que exista ningún odio, simplemente estamos afirmando una cosa obvia, y que forma parte de cualquier manual de Primaria, que todos los niños tienen pene y las niñas tienen vulva”.

La Fiscalía ha abierto la investigación a partir de una denuncia de la Delegación del Gobierno en Madrid, que apuntaba la posible comisión de un delito de discurso de odio tipificado en el artículo 510 del Código Penal.

Fuentes del Ministerio Público han informado de que el fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Jesús Caballero Klink, ha ordenado la apertura de diligencias de investigación y su remisión urgente a la sección de Delitos de Odio de la Fiscalía Provincial de Madrid.

El Consistorio considera que el autobús, en el que se leía literalmente “los niños tienen pene. Las niñas vulva. Que no te engañen. Si naces hombre, eres hombre. Si eres mujer seguirás siéndolo”, viola dos ordenanzas municipales, la de Circulación y la de Publicidad Exterior, “independientemente de si incita o no al odio con sus mensajes”.

“Nuestra campaña es una campaña de publicidad y la reacción que ha provocado es desproporcionada. Es una reacción totalitaria que impide que los ciudadanos expresen lo que quieran y que por otra parte es de perogrullo, que es biología, ciencia. Son nuestras ideas. No sé cómo Carmena, Cifuentes o la Fiscalía pueden pensar que en esta afirmación se puede recoger nada de odio”, ha señalado el portavoz de Hazte Oír.

Según Santana, tanto la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, como la presidenta regional, Cristina Cifuentes, que pidieron que la Fiscalía investigue la campaña, “están operando por una ideología, que es la llamada ideología de género, que pretende la deconstrucción de lo que entendemos es la identidad natural del hombre y la mujer.

Esta ideología es totalitaria y sectaria, impide que otras personas se expresen en contra, y nosotros no nos expresamos en contra de la ideología de género, solo decimos lo que la ciencia afirma, que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva”, ha subrayado el portavoz., que precisó que no lanzan un mensaje transfobo.

El vehículo de Hazte Oír recorre Madrid desde este lunes en una campaña que busca denunciar “las leyes de adoctrinamiento sexual” de varias comunidades autónomas. De hecho, hoy tenía que partir a las 12.00 horas desde Cibeles a la Comunidad Valenciana, pero permanecerá en el almacén hasta que decida la Fiscalía. El viernes iba a viajar a Barcelona y de ahí a Hospitalet-Sant Cugat, Zaragoza, Pamplona, San Sebastián, Bilbao y, por último, los días 11 y 12 de marzo, Vitoria.

No es la primera vez que esta organización acapara protagonismo mediático. Durante los días previos a los comicios locales y regionales de 2015, la Junta Electoral obligó al grupo católico a retirar los anuncios en los que utilizaba la imagen de la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, para mostrar su rechazo al aborto, aunque posteriormente el Tribunal Supremo le dio la razón.

Si eres transexual eres “anómalo” y otras perlas del manual de HazteOir para padres

El  grupo ultracatólico HazteOir no sólo organiza charlas con  ponentes que defienden que los homosexuales no deben practicar sexo o ponen en la calle un autobús con mensajes tránsfobos –paralizado por un juez este miércoles en Madrid– en sus ventanas. También edita libros. Es el caso de ¿Sabes lo que no quieren enseñarle a tu hijo en el colegio? Las leyes del adoctrinamiento (2015), un manual del que la organización ha repartido alrededor de 30.000 ejemplares a familias e instituciones.

El libro, que está online y que envían a domicilio, carga contra lo que la organización considera “adoctrinamiento sexual dirigido” en los centros educativos y analiza en 47 páginas las diferentes leyes LGTBI que las comunidades autónomas han desarrollado estos los últimos años para –según HazteOir– atentar “contra la libertad de los padres” a la hora de educar.

El texto pone en duda la necesidad de dichas leyes y las valora como “discriminación positiva hacia un colectivo” en perjuicio del resto de ciudadanos. No es el único apartado polémico de la publicación.

1. Leyes “no necesarias” y discriminación “inexistente”

Según HazteOir, los derechos de las personas LGTBI “ya se encuentran garantizados por la Constitución española”. El colectivo destaca que las leyes autonómicas suponen “nuevos derechos a la carta para determinados colectivos”.

La realidad es que los casos de discriminación al colectivo LGTBI no cesan: sólo el nuevo formulario administrativo que acompaña  la ley antihomofobia catalana recopiló en 2015 hasta 113 casos de denuncia por LGTBifobia.

“El florecimiento de todas estas leyes está institucionalizando dos categorías de ciudadanos, los LGTBI y los heterosexuales”, destaca el libro. La obra no cita cuestiones como el desamparo que vive el colectivo respecto a ciertas gestiones con la Administración;  por ejemplo, la discriminación que viven los menores trans que quieren cambiar su nombre en el DNI: “El 90% de las peticiones de cambio se deniega”, apuntan desde la Fundación Daniela.

Según el texto, las leyes se justifican “aceptando una discriminación estructural inexistente basada en estadísticas de maltrato distorsionadas”. En la página 32 del libro se hace constar el descenso desde 2014 de las agresiones a personas LGTBI; lo que no se explica es que ese mismo año las agresiones a homosexuales quedaron fuera de las estadísticas del Ministerio.

2. Poco respaldo social a las leyes LGTBI

El texto, en la página 7, entiende que las nuevas leyes autonómicas “no gozan de respaldo social”, por lo que convierten a los gobiernos de las comunidades en “promotores de un modelo de pensamiento”.

Poco después se contradice (página 11) en dicha afirmación, destacando que las leyes autonómicas han sido aprobadas “en muchos casos por todos los partidos políticos”; para acabar tilda a estos partidos de “prevaricadores”. En el caso catalán, todos los partidos dieron apoyo a la ley LGBTI, a excepción del PP y de Unió Democràtica de Catalunya. Por su parte, la Asamblea de Madrid aprobó su texto contra la discriminación por diversidad sexual y de género por unanimidad.

3. “¿Quién puede asegurar que estas medidas de hoy no causarán un mayor sufrimiento futuro?”

Esta es la pregunta que el texto plantea en base a las consecuencias que las diferentes leyes autonómicas LGTBI podrían tener en las aulas. Si bien dichas leyes no pueden garantizar que no “haya un mayor sufrimiento” en el futuro, lo que sí constatan –como lo hace la comunidad educativa– es que en la actualidad hay ciertos colectivos que sí sufren por motivos de diversidad sexual e identidad de género.

El Estudio 2013 sobre discriminación por orientación sexual y/o identidad de género en España ponía de relieve cómo el 76% de los encuestados reconocía haber sido objeto de discriminación por dichos motivos. En el  estudio sobre Acoso escolar homofóbico y riesgo de suicidio se denunciaba que el 43% de los adolescentes y jóvenes lesbianas, gays y bisexuales había pensado alguna vez en suicidarse.

4. “La normalidad de lo presumiblemente anómalo”

Las leyes del adoctrinamiento tacha de “víctima” (página 11) a una coach, Elena Lorenzo, a quien la asociación LGTB Arcópoli denunció porque entre sus logros profesionales destacaba el hecho de conseguir que muchas personas homosexuales dejaran de serlo. No es la única muestra de negación de la existencia de diversas orientaciones sexuales y/o identidades de género de la guía.

En la página 26, se da un paso más allá, citando como “anómalas” algunas identidades de género y/o orientación sexual. “Un argumento común de estas leyes [las autonómicas LGTBI] consiste en negar la evidencia de las posibles anomalías, con características clínicas variadas, de los estados intersexuales […] Esta conclusión, que avalan numerosos estudios científicos, se niega de raíz, de tal manera que se instaura por decreto la normalidad de los presumiblemente anómalo”, cita el texto.

Con esta definición, HazteOir interpreta que, todo lo que se salga de lo cisgénero (identidad de género y género asignado al nacer coinciden), es “anómalo”, también, pro supuesto, la transexualidad que denuncian en su autobús. El libro lamenta, a continuación, que la investigación clínica sobre homosexualidad y transexualidad quede “abolida” y sea en algunos casos tipificada de “abuso”.

Además, en la página 21 del libro de HazteOir, se utiliza la calificación “trastorno” hablando sobre la identidad de género. A continuación se utiliza también el término “disforia de género”. Un calificativo que para la comunidad tras resulta patologizador y que, tras años de lucha de los colectivos, ha obtenido reconocimientos recientes por parte de las instituciones: el conseller de Salut de la Generalitat, Toni Comín, anunció hace unas semanas que la transexualidad dejaría de tratarse como una enfermedad en Catalunya.

5. Sexo y género, “verdades judiciales, no científicas”

El texto también pone en duda la disociación entre sexo y género, negando así que una persona con un sexo biológico determinado no pueda decidir sobre su identidad (página 23). Y lo hace pese, a continuación (en la misma página), compartir la sentencia de 2002 del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que reconoce que “la definición del sexo-género de una persona va mucho más allá de la apreciación visual de sus órganos genitales externos en el momento del nacimiento”. Son “verdades judiciales, no científicas”.