De Ali a Fatemeh y de Fatemeh a Amir, la lucha de los transexuales iraníes

Una fetua de Jomeiní abrió la puerta al cambio de sexo. A la sociedad le cuesta aceptarlos

De izquierda a derecha, Fatemeh; su esposo, Parham, y Amir, en Teherán

De izquierda a derecha, Fatemeh; su esposo, Parham, y Amir, en Teherán. / Á. E.

A Fatemeh no le gusta la imposición del velo. En eso no se diferencia de buena parte de las mujeres iraníes.  Pero la coquetería que hay detrás del pañuelo rosa palo a juego con el esmalte de sus uñas, le ha costado más que a la mayoría. Fatemeh nació Ali en una familia muy religiosa que rechazaba su empeño en jugar con muñecas y ponerse faldas. Sin embargo, en el conservador Irán, había una salida gracias a una fetua pronunciada por el ayatolá Jomeini en 1983. Clérigos y jueces respaldan el cambio de sexo.

“Mi padre era un inválido de guerra y veía mi feminidad como la mayor desgracia que podía acontecernos. Mi familia paterna llegó a amenazar con matarme”, relata sin dejar que esos recuerdos empañen su sonrisa.

A los 22 años, Fatemeh es la expresión de la felicidad. Hace dos años que terminó las operaciones de reasignación de sexo, trabaja en televisión y teatro, y acaba de casarse con Parham, un joven de 24 que ha realizado el camino inverso que ella, para convertirse en el hombre que es hoy. Su familia terminó aceptando su identidad y la ha ayudado económicamente para conseguirlo.

La situación cambió el día que un amigo de su padre “le explicó que todo el sacrificio que había hecho durante la guerra [con Irak], todas sus oraciones y su piedad, no valdrían para nada si no permitía que su hijo se operara”. El amigo esgrimió un argumento irrefutable: la fetua que a tal efecto había pronunciado el ayatolá Jomeini.

“Todo se lo debemos a Molkara y a Jomeini”, interviene Amir, cuya trayectoria vital ha sido más complicada. Se refiere a Maryam Hatun Molkara, la activista que visitó al ayatolá, le planteó su caso y obtuvo el pronunciamiento que abrió las puertas al cambio de sexo en la puritana República Islámica. Toda una sorpresa para quienes ven este país bajo el estereotipo al que a menudo lo reducen sus propios gobernantes.

Gracias a aquel edicto se puso en marcha un proceso por el que los transexuales son evaluados por un psicólogo y si éste emite un informe positivo, el departamento de Medicina Forense los envía a una comisión médica para que apruebe la intervención, y respalda la inscripción correspondiente ante el juzgado. No hay estadísticas oficiales, pero hace diez años el citado departamento publicó que se realizaban 300 operaciones al año. Hoy, los activistas aseguran que son más.

“El cambio de documentación es muy importante”, subraya Amir quien opina que las nuevas generaciones lo están teniendo más fácil. Sólo unos pies más pequeños de lo habitual revelan que este hombre, que aparenta menos de los 40 años que declara, estuvo antes preso en un cuerpo de mujer. “Desde los 14 años he tenido esta misma barba”, señala. Pero ni siquiera eso sirvió para convencer a su padre que aún hoy sigue rechazando que su Fatemeh se haya transformado en Amir.

“He sufrido mucho. Trabajé en el bazar empujando carretillas para ahorrar para operarme y como lo he ido haciendo poco a poco, el médico que me atendía ha muerto y me quedado a medias”, explica sin esconder su frustración. Le falta conectar el pene artificial a los nervios del clítoris.

En principio, los hospitales públicos realizan la operación de forma gratuita, pero carecen de medios suficientes. Recurrir a la sanidad privada resulta muy caro para la mayoría. La organización de Benevolencia del Ministerio de Bienestar Social ayuda a aquellos con problemas económicos o de rechazo familiar.

Parham, el marido de Fatemeh, confirma que a él le proporcionaron una cuarta parte de los 200 millones de riales (unos 5.500 euros) que le costó la intervención. Pero para entonces ya se había aislado de la sociedad y atravesado una profunda depresión.

“Me sentía raro, mi familia no me tomaba en serio y pensaba que era el único caso del mundo”, confía este hombre de Zanjan, al noroeste de Irán. Hasta que conoció a su mujer a través de Mahtaa, un grupo de apoyo a los transexuales iraníes. “Los jueces también me han ayudado mucho”, añade.

Todos coinciden en que tras la operación y una vez superado el impacto en el entorno cercano, se integran bien en su nueva vida. Las dificultades se viven antes. No encuentran referencias ni respaldo; se ven rechazados por una sociedad que a menudo los considera pervertidos o los confunde con homosexuales (muy estigmatizados, como dejó claro el expresidente Ahmadineyad que incluso negó su existencia). Se quejan de la falta de preparación de los psicólogos e incluso de los maestros, incapaces de detectar estas situaciones desde el jardín de infancia.

“Si hubiera sabido antes lo que me sucedía, hubiera tomado hormonas y no tendría esta voz tan grave, ni tanta altura”, lamenta Fatemeh, ante la anuencia de sus compañeros.

“Tenemos el apoyo de la ley, de los religiosos y de los centros médicos, pero nos falta una cultura de tolerancia; nuestra sociedad no acepta el fenómeno transexual”, explica Mohammad Omrani, uno de los impulsores de Mahtaa.

‘Pasé años tratando de ser lo que querían’

Rami Yusef, con su bicicleta en Amsterdam

Rami Yusef, con su bicicleta en Amsterdam. EL MUNDO

«Me gustaría decir que soy gay y que estoy orgulloso de serlo. Aquí mi confesión». El 17 de mayo de 2012, el egipcio Rami Yusef reunió el valor suficiente y tuiteó lo que había escondido durante años. Doce meses antes había salido del armario ante su familia desatando otra tempestad.

«Mi madre quedó devastada cuando se dio cuenta de que todos los sueños que había imaginado para mí no iban a suceder», relata a EL MUNDO Yusef desde su nuevo hogar en Amsterdam. «Ella siempre había dicho que la homosexualidad era una enfermedad y un pecado. Durante el año siguiente fue incapaz de aceptarlo, pero, con el tiempo, el amor de madre venció y hoy nuestra relación es muy estrecha», agrega.

La revelación puso patas arriba toda su existencia. Se alejó del nido familiar y de su Ismailiya natal, una de las grandes ciudades que jalonan el Canal de Suez, y continuó sus estudios de Farmacia en El Cairo.

«Al principio mi familia intentó que practicara más la religión y me animó a que buscara tratamiento médico, pero me negué en redondo. Yo no estaba enfermo».

Más de tres años después, aún se afana en recomponer los lazos familiares. «Para mi hermano mayor es extremadamente duro aceptar algo como la homosexualidad desde el punto de vista social y religioso, y todavía no ha conseguido asimilarlo. La reacción de mi otro hermano, sin embargo, ha resultado completamente sorprendente. De mente abierta, me acompañó incluso a la Fiesta del Orgullo Gay en Amsterdam, donde me invitaron a dar un discurso», comenta quien, durante su estancia en la capital egipcia, comenzó a estudiar Políticas y Economía y trabajó en una fundación alemana centrada en los derechos humanos.

En El Cairo conoció, además, a miembros de la comunidad homosexual acostumbrados a vivir en la sombra, lanzó una campaña contra la homofobia en las redes sociales que generó miles de tuits e intentó recoger las historias de almas marginadas por su condición sexual en los arrabales de la megalópolis egipcia.

Fueron meses de frenético activismo durante los que llegó a afiliarse a un partido liberal de cuya primera línea se mantuvo alejado, temeroso de que sus contrincantes usaran su vida privada para frustrar cualquier aspiración.

Hasta que el golpe de Estado de julio de 2013 estrechó los márgenes, y la idea de emigrar a Europa empezó a rondar la cabeza de Yusef.

Aún así, permaneció impermeable al desaliento y criticó abiertamente las redadas de la policía y la complicidad de algunos medios de comunicación locales que se entregaron a la tarea de demonizar al colectivo, desvelando la identidad de algunos detenidos.

«Ser gay en Egipto es muy complicado. Los egipcios no pueden ignorar todos esos años durante los que fueron adoctrinados para odiar y discriminar a los homosexuales. A mí, como a cualquier otro gay, el entorno me puso ante una complicada elección: ser como creo que soy o ser como le conviene a la sociedad. Pasé años tratando de encajar, pero esa opción sólo me generó un dolor constante. Sabía que aceptarme resultaría igual de doloroso, pero, al menos, podría ser honesto con mis sentimientos», reconoce Yusef.

Los acontecimientos que se precipitaron tras su confidencia pública, la primera de un gay en un país de 90 de millones de habitantes, suscitaron sentimientos encontrados. Recibió mensajes de agradecimiento y apoyo, pero también amenazas e insultos.

«Me acostumbré a que se burlaran de mí por la forma en la que me vestía o me cortaba el pelo, y sufrí violencia tanto verbal como física por mi apariencia y tendencia. Perdí por el camino a muchos amigos y fue muy duro para mí y mi novio alquilar un apartamento donde vivir. Cuando lo logramos, decidimos abrirlo a las personas homosexuales siempre que lo necesitaran, aunque eso nos costara el acoso del vecindario. Hasta que un día nos golpearon y amenazaron».

A principios de este año, harto del acoso de una sociedad cada vez más pacata, decidió hacer las maletas y estrenar vida en los Países Bajos. «Es una experiencia completamente diferente, aunque sea duro para quien, como yo, se halla en medio del proceso de petición de asilo. Egipto es el país donde nací y crecí y donde todo estaba escrito. Holanda es, en cambio, un ambiente totalmente nuevo donde estoy tratando de conocerlo todo desde cero. Hay un gran espacio de libertad, pero existen algunos prejuicios hacia los inmigrantes. Estoy contento. Creo que haber venido es la decisión correcta, pese a que todavía eche de menos mi patria».

La distancia con la tierra de los faraones no le ha hecho olvidar la cruzada que padecen los compatriotas que no pudieron escapar. Su sino es hoy uno de los asuntos que inquietan a Yusef, volcado en el activismo gay.

«Egipto es un país cada vez más conservador y salvaje. La población está desarrollando una fobia a un ritmo desquiciante. El peligro está siendo cada vez más sistemático y organizado. Hay más violencia en el aire y puedes sentirla. La única esperanza son quienes tienen a homosexuales en su entorno y pueden desaprender aquellos valores sociales que les inocularon otros. Tienen el deber de aceptarse entre sí y ofrecer un espacio seguro para quienes están siendo discriminados. Si lo logramos, disfrutaremos de una sociedad más fuerte. Desgraciadamente, las medidas represivas seguirán durante algún tiempo. Me entristece ver cómo mi país pierde a jóvenes increíbles a diario».

‘Temí que me asesinaran’

Subhi Nahas, en EEUU. E. M.

Subhi Nahas, en EEUU. E. M.

La vida de Subhi Nahas no fue jamás un camino de rosas. Nació enIdlib, una urbe en el noroeste de Siria donde habitaban unas 165.000 almas antes del estallido de una cruenta guerra civil hace ahora más de cuatro años. «Residía en una ciudad de provincias donde ser gay era muy arriesgado. Los vecinos te acosaban y los compañeros de escuela te marginaban. Siempre me sentí muy solo», narra el joven en conversación telefónica.

«El régimen sirio no atacaba a los gays individualmente. Solía llevar a cabo redadas en locales frecuentados por los homosexuales en Alepo o Damasco. Se podía vivir, pero extremando las precauciones. Si alguien sospechaba y te delataba, sabías que, con el código penal en la mano, te caerían como mínimo tres años de cárcel», evoca Nahas desde su refugio estadounidense.

Su primera experiencia con las tropas de Bashar Asad sucedió en 2012. «Los soldados», rememora, «pararon el autobús en el que iba a la universidad y nos llevaron a una casa aislada. Se dieron cuenta de que era afeminado y se mofaron llamándome maricón. Temí que algunos o todos me violaran y me asesinaran. Milagrosamente me liberaron».

El drama no había hecho más que escribir sus primeras líneas. ElFrente Al Nusra, la filial siria de Al Qaeda, irrumpió poco después y fue ganando terreno al Gobierno y el resto de milicias hasta establecer su cuartel general en la provincia. «La situación cambió radicalmente. Al principio no pasó nada, porque los extremistas no tenían el control total del enclave. Cuando lo lograron, sin embargo, comenzaron a aplicar la sharia [legislación islámica] y arrestaron a un hombre acusado de practicar la homosexualidad por vestirse diferente. Le torturaron hasta arrancarle la confesión y le obligaron a delatar a otras personas que fueron perseguidas y acusadas de sodomía», detalla.

Después, una mezquita de la villa advirtió de que limpiaría el páramo de homosexuales y la procesión de detenidos siguió creciendo. «Muchos más hombres fueron torturados hasta reconocer sus pecados. Algunos murieron». Y Nahas entró en pánico.

‘Miedo a salir de casa’

«Fue», asiente, «un momento muy dramático. Tenía miedo de salir de casa y ser acosado por los vecinos y las milicias. Asomarse a la calle se volvió un asunto de vida o muerte. Así que decidí recluirme en el hogar y salir en contadas ocasiones. Me sentí completamente aislado del mundo».

La casa familiar no era un oasis. Hacía tiempo que había compartido su condición sexual con sus padres. «Lo dije cuando cumplí los 16 años con la ayuda de un psicólogo. Lo sabían, pero nunca quisieron reconocerlo. Mi padre fue el que peor reaccionó», dice quien luce una cicatriz en la barbilla en recuerdo de aquella respuesta.

El instinto de supervivencia le ayudó a urdir la huida hacia el Líbano. «Escapé algunos meses después. El plan necesitó muchos preparativos y recursos, porque sabía que, si llegaba a un lugar donde no tuviera conocidos, nadie me ayudaría al percatarse de mi orientación sexual y me metería en problemas».

Seis meses después, cambió el país de los cedros por Turquía, donde trabajó de traductor con refugiados sirios. El miedo le seguía acompañando.

El antiguo compañero de clase

«Durante mi estancia allí, recibí una amenaza de muerte de un antiguo compañero de clase que se había enrolado en el Estado Islámico (IS) y que estaba al tanto de mi activismo gay. A través de un amigo en común, me hizo llegar el mensaje de que me mataría. Un día me llamó desde un número de teléfono turco y me avisó de que vería pronto su cara. Me quedé aterrorizado, porque sabía que los militantes del IS circulaban libremente por donde yo vivía y queera sólo cuestión de tiempo que me encontraran».

Hace unos meses, consiguió instalarse en EEUU, donde ha comenzado a levantar su sueño americano mientras trabaja en las oficinas de ORAM (Organización para el Refugio, Asilo y Migración), una entidad centrada en socorrer a los perseguidos por su identidad sexual.

De su familia, que reside aún en la maltratada Siria, mantiene el contacto con su hermana y -precisa esperanzado- está«reconstruyendo» los lazos con su madre.

«Mi vida ha sufrido un cambio radical. He pasado de ser habitante del lugar más conservador del planeta a uno de los espacios más libres.Estoy todavía adaptándome, intentado hacer amigos de verdad que me acepten como soy y crear algo que pueda llamarse hogar».

Consciente de su fortuna, su utopía es auxiliar a otros que todavía viven encerrados entre cuatro paredes y padecen su calvario. «Quiero ayudarles a escapar de Siria y de las garras del IS para crear una comunidad que sea capaz de defender nuestros derechos. Hay que decirle a los pueblos árabes que somos sus hijos e hijas; que en ningún caso somos algo ajeno o un invento llegado de Occidente, sino que compartimos la misma patria y estamos decididos a luchar por nuestros derechos como cualquier otro ser humano».

Un adolescente gay de catorce años ha sido colgado de un árbol en Irán

Noticia publicada en Universo Gay

Un joven adolescente de tan solo catorce años de edad ha sido ahorcado en la ciudad iraní de Isfahan, dónde estaba de vacaciones en un campamento de verano y allí fue delatado por el propio director del centro.

Traemos una nueva noticia de las que da escalofríos si tenemos en cuenta que ya hemos contado muchas como estás en la sesión. Akbar Zargarzadeh es un joven de tan solo catorce años de edad que ha sido ahorcado en esta semana pasada a razón de su homosexualidad en una ciudad iraní.

No es ninguna novedad que digamos que en Irán está completamente prohibida la homosexualidad y que ser gay es ilegal pero en cambio, seguimos sorprendiéndonos ante la crudeza de estos casos que son cuanto menos, doloroso y más si vemos que la víctima es un niño de catorce años.

Akbar estaba de vacaciones en un campamento de verano en la ciudad de Isfahan cuando fue desvelada su homosexualidad y ante esto, el director del centro en el que estaba pasando su tiempo aseguró que era “merecedor de muerte” De esta manera, el chico fue colgado de un árbol por unos encapuchados.

A pesar de la crueldad de la noticia, no se ha constatado aún que el chico fuese gay y en lo que respecta al director, aún debe hacer declaraciones sobre lo ocurrido. En cualquier caso, en Irán no hay mucho que hacer en este tema puesto que estamos ante un país con una homofobia desmesurada.

“Mi propio padre hubiera dejado que Estado Islámico me matara”

El grupo radical que se autonombra Estado Islámico (EI) tiene un castigo especial para los gays: los condena a muerte lanzándolos desde edificios altos. Taim, un estudiante de medicina de 24 años, le cuenta a la BBC la historia de cómo escapó esa suerte al huir de Irak a Líbano

Taim estudiaba medicina en Irak cuando tuvo que huir por ser homosexual.

Taim estudiaba medicina en Irak cuando tuvo que huir por ser homosexual.

En nuestra sociedad, ser gay significa muerte. Cuando EI mata a los gays, la mayoría de la gente se alegra porque piensan que los gays están enfermos.

Yo me di cuenta de que era homosexual cuando tenía unos 13 o 14 años. Entonces también pensaba que la homosexualidad era una enfermedad y yo sólo quería ser normal.

Mi terapeuta me indicó que le dijera a mis amigos que estaba pasando por una “etapa difícil” y que les pidiera apoyo.

Tengo origen musulmán pero mi exnovio tenía orígenes cristianos y cuento con muchos amigos cristianos con quienes solía pasar el rato.

En 2013 me vi involucrado en una pelea con otro estudiante, Omar -quien después de unió a EI- por juntarme con cristianos.

Un amigo mío le dijo que fuera paciente conmigo porque estaba pasando una etapa difícil y que estaba en tratamiento por ser gay.

“Primera lección”

Así fue como la gente se enteró. Creo que la intención de mi amigo fue noble pero lo que ocurrió como resultado arruinó mi vida.

En noviembre de 2013, Omar me atacó junto con dos amigos. Yo iba camino a mi casa. Me golpearon, me arrojaron al piso y me raparon.

“Esta es sólo una lección -me dijeron- porque tu padre es un hombre religioso. Pero ¡ten cuidado con lo que haces!”.

EI publica en internet los videos donde muestra el castigo que da a los gays.

EI publica en internet los videos donde muestra el castigo que da a los gays.

Salí de la ciudad por unos días pero cuando regresé, en marzo de 2014, estaba un día lavándome las manos en el baño de la universidad cuando Omar y otros volvieron a atacarme.

Me golpearon casi hasta perder la conciencia. Difícilmente podía caminar y dejé de ir a la universidad por un mes.

Después, EI tomó el control de la ciudad. Omar me llamó y me pidió que me arrepintiera y me uniera a ellos. Le colgé el teléfono.

El 4 de julio un grupo de combatientes de EI vinieron a mi casa. Mi padre abrió la puerta y al parecer ellos le dijeron: “Tu hijo es un infiel y un homosexual y hemos venido a imponerle el castigo de Dios“.

Afortunadamente mi padre los convenció de que regresaran el día siguiente, para que él pudiera ver si la acusación era cierta.

Entró a la casa y comenzó a gritar. “Si estas acusaciones son ciertas, yo personalmente te entregaré a ellos, y lo haré alegremente”, dijo.

Quedé conmocionado. Pero mi madre decidió que debía salir de la casa de inmediato y comenzó a moverse para que pudiera huir de Irak.

Escape

Me llevó a casa de su hermana y al día siguiente reservó un pasaje para volar a Turquía, desde Erbil. Permanecí en un pueblo cerca de Erbil por dos semanas tratando de entrar a la ciudad pero nunca lo logré. Traté de viajar saliendo por Bagdad, pero también fracasé.

Eventualmente en agosto, después de semanas de estar escondido, mi madre logró que alguien me llevara a Kirkuk por carretera. Aunque mi plan era ir a Turquía, el primer vuelo disponible iba a Beirut y como no necesitaba una visa, aquí es donde ahora me encuentro.

Omar y su grupo atacaron a Taim, lo golpearon y raparon

“Omar” y su grupo atacaron a Taim, lo golpearon y raparon.

Si me hubiera quedado EI hubiera ido por mi y me habría matado como ha matado a otros. Si EI no me hubiera encontrado, los miembros de mi familia lo habrían hecho. Días después de que salí me enteré que mi tio, el hermano de mi padre, hizo un juramente para limpiar el honor de mi familia.

Hace podo recibí un mensaje anónimo en Facebook, que mi padre cree fue de mi tio. Decía: “Sé que estás en Beirut. Aún si vas al infierno, te seguiré hasta allí”.

Lo único que deseo es estar seguro, donde no me encuentre mi padre ni nadie con creencias extremistas. Quiero ser libre y ser yo mismo, terminar mi carrera y comenzar a vivir… Sólo quiero comenzar a vivir.

El Proyecto de Asistencia a Refugiados Iraquíes me está ayudando a conseguir un estatus de refugiado y están tratando de reubicarme en otro país donde pueda continuar mis estudios. Aquí vivo en un cuarto del tamaño del baño de mi casa en Irak. Estoy en un limbo.

No he vuelto a hablar con mi padre. Lo que hizo me dolió mucho. Se supone que debía protegerme y defenderme. Pero cuando dijo que me entregaría a EI, él sabía lo que me iban a hacer. Lo sabía. Quizás en el futuro pueda perdonarlo pero ahora no puedo ni siquiera pensar en él. Quiero que salga de mi vida.

EI alega que los gays provocan la ira de Dios

EI alega que los gays “provocan la ira de Dios”.

Tampoco tengo contacto con mis amigos gay en Irak, por su propia seguridad.

A principios de este año uno de mis amigos fue asesinado. Lo lanzaron desde lo alto del principal edificio de gobierno.

Era grandioso, una persona muy amable. Tenía 22 años, era estudiante de medicina. Era muy calmado y realmente inteligente, una especie de genio. Siempre alcanzaba el mejor grado. Nunca se le veía sin un libro.

Nos conocimos en internet. Los iraquíes pasan mucho tiempo en las comunidades de internet y después se encuentran cara a cara. Solíamos hablar hasta que se iba la luz y perdíamos la comunicación. Me compartió sus secretos más profundos.

Como gays todos teníamos que llevar una vida secreta. Pero él era el tipo de persona con la que era muy fácil hablar.

No supe como se reveló que era gay porque era muy cuidadoso. Quizás fue por un texto o mensaje en internet. Cuando EI captura a la gente revisan todos sus contactos.

Temor

No puedo describir lo que sentí cuando vi las imágenes. El video me persiguió en pesadillas. Me vi a mi mismo volando por el aire. Soñé que me arrestaban y me lanzaban de un edificio y que tenía la misma suerte que mi amigo.

Fue devastador verlo morir de esa forma tan brutal. Tenía los ojos vendados pero supe que era él por el color de su piel y la constitución de su cuerpo.

Parecía que había muerto inmediatamente pero un amigo me dijo que no fue así. Quizás el edificio no era suficientemente alto. Mi amigo dijo que lo habían lapidado.

La persecución de gays en Irak ya existía antes de la llegada de EI.

La persecución de gays en Irak ya existía antes de la llegada de EI.

Incluso antes de que EI llegara yo vivía en constante temor. No hay leyes que te protejan. Los milicianos matan a la gente en secreto y nadie dice nada.

Para ellos somos un montón de sucios criminales de los que deben dehacerse porque provocamos la ira de Dios y somos -según creen ellos- la fuente de todo lo malvado.

Los últimos años fueron realmente difíciles. Si los milicianos o los agentes de seguridad se enteraban de que alguien era gay lo arrestaban, lo violaban y torturaban. Hubo muchos asesinatos supervisados por el ejército iraquí.

Surgieron videos de personas quemadas vivas o lapidadas y puedes ver a los soldados allí. Vi un video en el que algunos homosexuales tienen cuerdas atadas a los cuellos y los arrastran por las calles y la gente les lanza piedras. Cuando están a punto de morir les prenden fuego. A algunos les ponen pegamento en el recto y los dejan en el desierto para morir.

Si EI desapareciera este segundo, la amenaza a mi vida seguiría siendo seria ahora que me han identificado como gay.

La diferencia ahora es que EI tiene un solo método horrible para matar a la gente: lanzándolos de edificios y, si no mueren, lapidarlos.

Los gays en Irak temen por su vida

Los gays en Irak temen por su vida.

Me preocupan los gays que siguen allí. Tengo decenas de amigos que no pueden huir porque está fuera de su alcance. Pero después de la muerte de nuestro amigo les he dicho adiós en internet y los he bloqueado, por su propia seguridad.

Hablo sobre esto para honrar a mi amigo asesinado y a todos los gays que conozco que aún están en Irak. Quiero que los iraquíes sepan que somos seres humanos, no somos criminales. Tenemos sentimientos y almas. Dejen de odiarnos sólo porque nacimos diferentes.

Yo fui afortunado y salvé mi alma. Pero ¿qué pasará con ellos? ¿Podrán sobrevivir? Y, si sobreviven, ¿se recuperarán del trauma de verse perseguidos? Es un desastre. Todos son un blanco.

Taim le contó su historia a Caroline Hawley de la BBC. Taim no es su nombre verdadero ni Omar es el verdadero nombre de su perseguidor.

Estado Islámico ejecuta a otro homosexual

estado islamico ejecuta gays

El Estado Islámico continúa con su espiral de horror, violencia y ejecuciones públicas. Este miércoles, los yihadistas han acabado con la vida de otro hombre homosexual, por lo que ya suman 20 las muertes reportadas de personas que han sido motivadas por su orientación sexual.

Se trata de la primera desde que el pasado 28 de junio, día internacional del Orgullo LGBT, se dieran a conocer otras cuatro muertes de gays a manos del ISIS, coincidiendo con la aprobación del matrimonio igualitario en Estados Unidos.

Los terroristas han lanzado a esta última víctima desde lo alto de un edificio, el método que con más frecuencia han utilizado con los homosexuales desde que empezaran a finales del año pasado. Ha tenido lugar en el norte de Irak, concretamente en la población junto a la presa deBadush, a unos 16 kilómetros al oeste de Mosul. Ha sido en el centro de la localidad, en presencia de decenas de civiles.

Esta muerte la confirma en declaraciones recogidas por la agencia EFE Mohamed al Bayati, jefe del Comité de Seguridad de la provincia de Nínive, donde gran parte del territorio está controlado por el Estado Islámico. También informa que otras dos víctimas fueron degolladas en un mercado popular en medio de una multitud, entre la que había menores de edad.

Asimismo aseguró que los yihadistas “están obligando a los ciudadanos a presenciar los asesinatos para aterrorizarlos y de esta forma someterlos a sus dictados”.

Marruecos pide a los homosexuales que “no provoquen” ataques tras una brutal agresión discriminatoria

Imagen de archico de una manifestación en contra de la homosexualidad, tras la expulsión de la activista española LGTBI en la embajada española

Imagen de archico de una manifestación en contra de la homosexualidad, tras la expulsión de la activista española LGTBI en la embajada española./ E. G.

Un hombre, que llevaba un vestido blanco, sufrió una brutal paliza el pasado 29 de junio en Fez, Marruecos. Según muestran varios vídeos de medios locales, una marabunta lo rodeó y le propinó una lluvia de puñetazos y patadas. Desde entonces, dos personas han sido detenidas por la agresión, pero las declaraciones del ministro de Justicia Moustapha Ramid, que ha asegurado que se perseguirá a los culpables, también señalan a las víctimas de los ataques: “Estas personas (los homosexuales) no deben provocar a la sociedad”.

Las palabras del ministro marroquí han indignado, entre otros, a la organización Human Rights Watch (HRW) que exige al gobierno alauí que se limite a condenar los ataques y deje de hacer “comentarios homófobos”, indican en un comunicado. Sarah Leah Withson, directora para Oriente Medio y Norte de África de HRW, indica que la persona que debería velar por la justicia en el país debería mostrar una posición de “tolerancia cero” a este tipo de ataques y no “hacer declaraciones que sugieren que las personas percibidas como homosexuales son anormales y que comparten la culpa de la violencia anti-gay”.

La víctima de la agresión afirmó a HRW que la violencia comenzó a la una y media de la madrugada, cuando un taxista lo expulsó del coche tras una discusión al grito de “janit”, un término peyorativo para nombrar a homosexuales u hombres afeminados. “El taxista causó esta situación. Yo no incité el ataque ni me lo merezco”, dijo el afectado, que no quiso precisar su orientación ni identidad sexual. “Soy como cualquier otra persona”.

Un duro vídeo del medio Goud.ma de la agresión, muestra cómo la turba de gente persigue al hombre hasta que éste consigue refugiarse detrás de un policía. La víctima pasó la noche en una comisaría, según apunta HRW, y “le preguntaron por la paliza pero no abrieron cargos contra él”.

En Marruecos las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo están castigadas por el artículo 489 del Código Penal, con penas de cárcel de seis meses a tres años. HRW recuerda que esta situación inhibe que los homosexuales que son víctimas de ataques denuncien los hechos ante las autoridades y ha pedido también al gobierno que retire este artículo de su ordenamiento en la reforma prevista del Código Penal.

El ministro de Justicia ha indicado que cualquier intento de descriminalizar la homosexualidad cruzará “una línea roja”. En la radio Chada FM, Ramid afirmó “no debemos permitir que la gente imponga la justicia… pero estas personas (los homosexuales) no deben provocar a la sociedad, porque la sociedad es así”. También apuntó que él está a favor de la cirugía para un hombre que “por dentro, es una mujer y actúa como una mujer”. Pero añadió: el hombre “que mantiene apariencia de mujer, y además, tiene prácticas sexuales que no encajan con su género, entonces eso se convierte en una cuestión de la ley”.

El pasado mes fue expulsada de Marruecos la delegada española de NOVACT, una ONG financiada con fondos de la cooperación española, la Unión Europea y el Ayuntamiento de Barcelona. La organización ha condenado la actitud del Gobierno en esta ocasión en concreto y en otras anteriores. Sarah Leah Whitson ha subrayado que el ministro no puede “reconocer que es un delito atacar a alguien por su apariencia” y, al mismo tiempo, “insistir en que ser gay es una condición anormal que la sociedad rechaza y que debería seguir siendo delito”.

Marruecos expulsa a la responsable de una ONG española por defender los derechos LGTB

Las autoridades de Marruecos han expulsado del país a la delegada del Instituto Internacional para la Acción No Violenta (Novact) porque, según ha alegado Rabat, promovía iniciativas contra la “moral pública” y el “desvío” de las buenas costumbres al defender los derechos de la comunidad LGTB.

La ONG española ha explicado en un comunicado que su delegada fue detenida por tres policías de paisano el miércoles, a las 18.30 horas, a las puertas de su domicilio en Rabat. Tras varias horas de interrogatorio, las autoridades marroquíes decidieron expulsarla del país, cumpliendo así una amenaza que ya habían esgrimido en mayo.

El Ministerio del Interior marroquí ha confirmado que la cooperante ya había sido objeto de una orden de expulsión el día 22 del mes pasado y ha alegado que la delegada de Novact quería llevar a cabo, oculta bajo un segundo pasaporte con una “identidad diferente”, iniciativas “no autorizadas” con las que respaldar “causas de desvío de las buenas costumbres”.

Rabat ha enmarcado estas iniciativas dentro de las “maniobras de provocación y acoso” de organizaciones extranjeras que “infringen deliberadamente las leyes marroquíes, determinan los fundamentos socio religiosos de la sociedad e intentan cometer ataques contra la moralidad pública”, informa la agencia MAP.

Novact ha recordado en su nota que el Código Penal de Marruecos penaliza las relaciones sexuales fuera del matrimonio y castiga con penas de hasta tres años de cárcel y 1.000 dinares (90 euros) a quienes cometen “actos contra natura con individuos de su mismo sexo”. El anteproyecto que estudia el Gobierno no sólo no va a suavizar las penas, sino que las multas “van a multiplicarse por veinte”.

Para la ONG, estas restricciones representan “una clara vulneración del derecho de las personas a decidir sobre su propia vida y supone una vulneración del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, ratificado por Marruecos en 1979”.

Explicaciones a España

El Gobierno marroquí ha convocado al consejero político de la Embajada española para solicitar explicaciones por estos “actos de hostilidad”, que ha vinculado con la “exhibición impúdica” de dos activistas francesas de FEMEN en Rabat.

Novact ha alertado de toda una serie de “injerencias arbitrarias” y “restricciones injustificadas” emprendidas por el reino alauí contra diversas asociaciones. “La detención y expulsión de nuestra delegada es un capítulo más de esta campaña institucional represiva ante aquellas organizaciones y movimientos sociales que defienden los Derechos Humanos”, ha denunciado.

La ONG ha pedido a la comunidad internacional y, “con especial atención”, al Gobierno de Mariano Rajoy que defienda la “legitimidad” de sus acciones y de todas las organizaciones. En este sentido, ha subrayado que “las acciones de Novact deben entenderse como parte integrante de la política exterior de un país con una marcada experiencia en la promoción y defensa de los Derechos Humanos”.

Novact ha repudiado también las condiciones de detención y expulsión de su delegada, tachadas de “inadecuadas”. Así, ha criticado que la orden de expulsión no fuese comunicada con anterioridad, que la afectada no tuviese oportunidad de recurso y que fuese objeto de un “trato degradante y atentatorio contra su dignidad”.

“Resulta especialmente preocupante que, a pesar del interés de las autoridades de la Embajada y el Consulado Español en Rabat, las autoridades marroquíes le hayan negado el derecho a la asistencia diplomática”, han añadido, en alusión a una “irregularidad” que consideran “práctica reincidente” en Marruecos.

“Hoy, Mahoma casaría a parejas homosexuales”

Ludovic-Mohamed Zahed, gay e imam, creó en 2012 la primera mezquita inclusiva de Europa

Ludovic-Mohammed Zahed, impulsor de la primera mezquita para gays

Ludovic-Mohammed Zahed, impulsor de la primera mezquita para gays. / GERARD CASAS

Ludovic-Mohamed Zahed ha dado muchas vueltas físicas, espirituales e identitarias a lo largo de su vida. Después de un largo camino ha logrado integrarlas: francoargelino —vivió su infancia entre Argel y París—, activista, gay, musulmán y seropositivo. Y no pide permiso para existir, es. Nacido en Argel hace 37 años, fundó en 2012 la primera mezquita inclusiva de Europa en París.

Un templo abierto a todos y a todas, en el que dirigía la oración como imam. Ya no. Ahora son otras personas las que están al frente de esta comunidad. “Sois imames conmigo”, les advirtió desde el primer momento. Zahed dedica ahora más tiempo a la reflexión que al activismo. Hace un mes presentó su tesis en Antropología, Las minorías sexuales en la vanguardia de las mutaciones del islam de Francia.

En 2012 ya había publicado un libro, Le Coran et la chair (El Corán y la carne), de la editorial Max Milo y sin traducción en España. En él afirma, sin miedo y sin dudas, que si Mahoma viviera hoy, casaría a parejas homosexuales.

En esta obra, entre el ensayo y la autobiografía, Zahed expone su vida. También suele compartirla con los asistentes a sus conferencias, como la que organizó recientementeNasij (textura o tejido, en árabe), una red que busca promover un islam inclusivo y queer. Acudieron unas 200 personas a la cita, en labiblioteca municipal Jaume Fuster de Barcelona.

En su infancia tuvo que soportar las palizas de su hermano mayor por ser demasiado afeminado. Sus padres, según relata, no solo admiten hoy su orientación sexual, también le quieren y le apoyan en su lucha.

Habla sin alzar la voz, pero sin dar tregua. A nada ni a nadie. Ni a aquellos musulmanes que no admiten el amor entre personas del mismo sexo. Ni a aquellos colectivos LGTB que califican a toda la comunidad islámica de homófoba. Ni a Francia por excluir del matrimonio gay a las parejas con uno de los miembros originarios de países como Marruecos o Argelia. Ni a Arabia Saudí por propagar una ideología “fascista”.

Desde pequeño se hizo muchas preguntas sobre sí mismo y su identidad. ¿Qué significa ser un niño argelino en Francia? ¿Y un emigrante en Argelia? Durante los veranos y el año en que la familia residió en Argel, buscó las respuestas en el seno de una comunidad salafista, que rechazaba la violencia. Ahí descubrió el deseo por alguien de su mismo sexo. “Me enamoré del hombre que me había enseñado el Corán durante cinco años. Eso me hizo reconocer todas aquellas pasiones que había rechazado antes”, recuerda.

Sus padres decidieron emigrar a Marsella en 1995. Al otro lado del Mediterráneo, Argelia se desangraba en una guerra civil, en la que perdieron la vida 250.000 personas. Fue en la capital de la Provenza francesa donde pudo vivir su primera relación de pareja y sexual, con un votante del Frente Nacional, que le transmitió el VIH. Tenía 19 años. Hacía solo dos que había descubierto que era homosexual.

Huyó de la espiritualidad durante siete años. “Me dije: o bien los salafistas tienen razón y la homosexualidad es una enfermedad o el islam es el problema”, rememora. La vida le sonreía. Terminó sus estudios, logró un buen trabajo, un apartamento. No era feliz, sin embargo. No estaba en paz.

Lo intentó entonces con el budismo. Meditó. Llegó incluso a viajar a Tíbet. Poco a poco fue retornando al islam. Una religión que, defiende, no incluye la discriminación o exclusión de la diversidad sexual o de las mujeres. Y es que para Zahed, al contrario de la visión predominante, la ideología y el discurso homofóbicos no son inherentes a los principios del islam, sino fruto de las interpretaciones patriarcales y misóginas que de esta tradición se han llevado a cabo.

Marruecos expulsa a una cooperante española por defender al colectivo LGTB

SOCIEDAD Presión contra las protestas por la homofobia

Las autoridades marroquíes detuvieron y deportaron el miércoles a L.V., la delegada en Marruecos de la asociación española Novact. “Cuando llegó a casa, a las siete de la tarde, le estaban esperando varios policías en la puerta”, cuenta el director de Novact a este periódico.

Tras su detención, las autoridades la montaron en un coche y la llevaron a Tánger Med, dónde pagaron un ferry hasta Algeciras. Llegó a la ciudad española sin teléfono y sin dinero. “Nos hemos enterado de que estaba en España porque me ha llamado ella misma desde un móvil que ha pedido nada más llegar. Tanto a mí como al Consulado y a la Embajada nos habían informado de que estaría en la Comisaría de la Place Pietri -una plaza de Rabat-“, sigue narrando el director del colectivo español. Sin embargo, cuando llegó allí no había ni rastro de la cooperante española.

Por su parte, el ministro de Comunicación marroquí, Mustafá al Jalfi, ha explicado en un comunicado a las 8 de la mañana de hoy que la cooperante había sido expulsada de Marruecos por “apadrinar acciones no autorizadas en el marco de las ofensivas emprendidas por organizaciones extranjeras que sostienen causas de conductas desviadas”, refiriéndose a las conductas homosexuales.

Día internacional contra la homofobia

Todo empezó el 17 de marzo, Día Internacional contra la Homofobia, en el que Marruecos prohibió varios actos programados para la jornada que acabaron realizándose en la Embajada de Holanda en Rabat, en el que L.V. participó, pero también lo hicieron varios embajadores incluido el de la Unión Europea en Marruecos.

Cinco días después, L.V. iba en un taxi cuando varios agentes marroquíes la pararon y la invitaron a dejar Rabat amigablemente en nombre de El Wali -alcalde- de la ciudad. Le comunicaron que era algo temporal, que podría volver pasados unos días.

El 1 de junio, volvió a entrar a Marruecos por el aeropuerto de Rabat y en principio no tuvo ningún problema. Pero hoy el Ministerio de Comunicación ha acusado a la cooperante española de entrar con un pasaporte falso y de haber suplantado la identidad. Acusaciones falsas, ya que en realidad lo que ha pasado, según han explicado fuentes del Consulado español en Marruecos al director de Novact, es que L.V. renovó su pasaporte durante esos días en España -el anterior estaba en malas condiciones y al salir las autoridades marroquíes pusieron pegas- y ha entrado con otro número de pasaporte diferente del anterior. Un procedimiento habitual en España cada vez que se renueva el documento.

El colectivo quiere dejar claro que la defensa de los derechos y las libertades individuales es una de las líneas de trabajo de la asociación y que la cooperante no tiene nada que ver con las dos activistas de Femen detenidas hace tan sólo dos días en Rabat mientras se besaban en el monumento turístico de la Tour Hassan, ni con las dos activistas marroquíes que han repetido el beso hoy denunciando la persecución que hace Marruecos a los colectivos LGTB.

La asociación española hace hincapié en esto, ya que la prensa local marroquí ha amanecido la mañana del jueves dando informaciones erróneas que vinculan a la cooperante con activistas de Femen, cuando no tienen nada que ver. “L.V. es una cooperante, no una activista. Trabaja bajo las directrices de la cooperación española y de la Unión Europea”.

El el caso de L.V., Marruecos se ha saltado su propia política de expulsiones que dicta que en caso de que una persona vaya a ser deportada a su país debe tener un periodo de 48 horas para recoger sus pertenencias.

Denuncia de la líder de Femen España

En el marco de la creciente presión de las autoridades marroquíes contra quienes defienden los derechos del colectivo LGTB, la portavoz de Femen España, Lara Alcázar, denunció ayer que fue secuestrada por la policía secreta en Rabat, a donde había viajado para participar en una acción de protesta.