El sí irlandés al matrimonio gay reaviva el debate en Alemania

Angela Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel, el 22 de mayo en Riga. / INTS KALNINS (REUTERS)

El referéndum irlándes ha dado ánimos a los alemanes que reclaman una equiparación total de derechos entre parejas gais y heterosexuales. El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, presentará este miércoles una reforma que dará algunas ventajas a las uniones civiles. Pese a este pequeño avance, la cancillerAngela Merkel se niega a dar el paso definitivo: una ley de matrimonio homosexual con plenos derechos.

“Nos hemos quedado atrás. No es por la población, que según todas las encuestas defiende el matrimonio gay, sino por los políticos, que se niegan a seguir el ejemplo de los países de nuestro entorno y de otros como Argentina o Suráfrica”, protesta Klaus Jetz, director de la Federación de Lesbianas y Gais de Alemania.

Pero el referéndum en Irlanda ha hecho que el tema vuelva a aparecer en la agenda política. No solo la oposición reclama una ley de matrimonio. También la piden los socialdemócratas que gobiernan con Merkel y algunos líderes de la CDU, como el poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Pese a ello, la situación va a continuar como hasta ahora. El sector mayoritario de la CDU —y sobre todo, sus socios bávaros socialcristianos— se oponen a desprenderse de unas de las pocas etiquetas de conservadurismo puro que pueden ofrecer a su electorado más tradicional. “Es poco realista esperar una ley de matrimonio en esta legislatura”, admite el ministro Maas. Como compensación, Maas presentará en el Consejo de Ministros de este miércoles una modificación de 23 leyes y reglamentos —sobre todo en cuestiones lingüísticas que tendrán pocos efectos— para equiparar los derechos de unas y otras parejas.

Los derechos de gais y lesbianas dieron en Alemania un salto de gigante en 2001. La ley de uniones civiles aprobada entonces por el Gobierno de socialdemócratas y verdes que lideraba Gerhard Schröder colocaba al país en la liga de los más avanzados si se exceptúa a Holanda, que ese mismo año fue el primero en aprobar el matrimonio para todos. Desde entonces, distintas sentencias judiciales han ido obligando al legislador a equiparar cada vez más derechos, hasta el punto de que hoy muchas parejas de gais o lesbianas alemanas reconocen que su situación es prácticamente igual que la que tendrían si estuvieran casados. ¿Qué les aportaría el matrimonio entonces? Además de poder usar la misma palabra que los demás, la posibilidad de adoptar de forma conjunta.

Presiones en la CDU

Crece la presión para que Merkel acepte el matrimonio gay. Esta no procede solo de los colectivos de afectados, de la oposición de verdes e izquierdistas y de sus compañeros de Gobierno socialdemócratas. Incluso en su partido democristiano se oyen voces a favor de la equiparación de derechos. “Podemos hacer lo mismo que han hecho los católicos irlandeses”, ha dicho Jens Spahn, unas de las figuras ascendentes de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) que no esconde su homosexualidad. “La igualdad de derechos total se me hace muy difícil. No estoy segura de qué es lo mejor para el bienestar del niño [en el caso de la adopción]”, dijo Merkel en un debate televisado durante la campaña de 2013.

El Vaticano ve el sí de Irlanda al matrimonio igualitario como “un desafío” para la Iglesia

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El diario oficial del Vaticano ‘L’Osservatore Romano’ publica este lunes un artículo titulado ‘Un desafío para la Iglesia’, ante el referéndum que ha legalizado en Irlanda el matrimonio entre personas homosexuales. Así, señala que gran parte de los comentarios del mundo eclesiástico analizan “con lucidez” el éxito de la consulta popular y reconocen “la distancia en ciertas materias entre la sociedad y la Iglesia”. En todo caso, admite que el ‘sí’ ha ganado con demasiado margen “para no aceptar la derrota”.

El diario se hace eco de unas declaraciones del arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, en una entrevista con ‘La Stampa’, sobre una “revolución cultural” y destacando que “la Iglesia debe preguntarse cuándo ha comenzado esta revolución cultural y por qué algunos se han negado a ver este cambio”.

Para monseñor Martin, “es necesario revisar la pastoral juvenil” porque, según precisa, “el 90 por ciento de los jóvenes que han votado ‘sí’ a la legalización del matrimonio homosexual, estudiaron en escuelas católicas”.

A su juicio, la decisión refleja “la situación actual de la cultura irlandesa” donde “prevalece una idea individualista de la familia”. “Si no –añade ‘L’Osservatore Romano’– no se entiende la amplia mayoría obtenida”.

El periódico también cita al secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Nunzio Galantino, para indicar que la línea de la Iglesia es clara: no acepta la equiparación entre las uniones de personas homosexuales y la “familia constitucional”.

Para el secretario general de la CIE, que se ha pronunciado sobre el tema en una entrevista con ‘Il Corriere della Sera’, habría que poner las razones sobre una “mesa horizontal” porque, a su parecer, “no se puede dar una respuesta simplificada a una realidad compleja”.

El arzobispo de Dublín advierte de que los gais podrían exigir casarse por la Iglesia

Celebración en Dublín de la aprobación del matrimonio homosexual

Celebración en Dublín de la aprobación del matrimonio homosexual. / Cathal McNaughton (Reuters)

El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, ha pedido que se pongan “límites” legislativos para impedir que parejas gais puedan llegar a exigir ante la Justicia irlandesa casarse por la Iglesia alegando discriminación.

“El matrimonio en la Iglesia también es un matrimonio civil y las parejas gais a las que se les negara podrían recurrir a los jueces acusándonos de discriminación si el legislador no pone límites”, ha dicho Martin en una entrevista con el diario italiano ‘La Stampa’.

El arzobispo considera que la aprobación en referéndum en Irlanda del matrimonio homosexual “es un cambio notable cuyos efectos concretos son impredecibles”. Y añade: “el primer ministro católico (el democristiano Enda Kenny) asegura que para las iglesias no cambiará nada, pero serán los tribunales los que tendrán que aplicar la ley”.

Otra de las consecuencias de las que advierte el arzobispo tiene que ver con la educación en las escuelas católicas, donde asegura que “los profesores de educación civil estarán obligados a decir que el matrimonio lo es también entre personas del mismo sexo. Todo esto creará problemas”.

Martin critica que no haya habido “siquiera una discusión en el Parlamento” sobre el matrimonio homosexual. En Irlanda tienen sede multinacionales como Twitter y Google, que se han desplegado a favor del sí y la gente temió que la victoria del no hubiera aislado y dañado también económicamente al país”.

La República de Irlanda, de fuerte tradición católica, se convirtió el sábado en el primer país que autoriza en un referéndum el matrimonio homosexual, al ser aprobado por el 62,07 % del electorado que dijo “sí” a “la igualdad”.

Irlanda opta por legalizar el matrimonio gay

El recuento provisional del referéndum celebrado este viernes en Irlanda para decidir sobre la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo apunta a una victoria del «sí»

A couple watch the count at a count centre in Dublin following the vote on same-sex marriage in Ireland on May 23, 2015. Counting got under way today in Ireland's historic referendum on same-sex marriage, with thousands of people, some of whom rushed home from living abroad to vote, gathering to hear the results. AFP PHOTO /  Paul Faith

Una pareja sigue el recuento. (Paul FAITH / AFP)

Apenas una hora después del comienzo hoy a las 08.00 horas GMT del cómputo de los sufragios, las primeras proyecciones indicaron ya que el apoyo al matrimonio homosexual se imponía en casi todas las circunscripciones de Dublín y en muchas de las de las zonas rurales.

Según la RTE, en la capital del país el apoyo al matrimonio homosexual podría situarse cerca del 60 por ciento, frente al 40 del «no», mientras que en los distritos electorales de las zonas rurales esa distancia podría ser menor.

Cuando se hagan oficiales estos datos provisionales, Irlanda se convertirá en el primer país del mundo que reconoce en referéndum el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

La Comisión del referéndum informó hoy de que el resultado final podría anunciarse en el Castillo de Dublín entre las 15.00 y las 17.00 horas GMT de hoy, siempre y cuando no se soliciten recuentos.

Incluso el «Iona Institute», un influyente «think-tank» católico que hizo campaña por el «no», reconoció en su cuenta de Twitter que el electorado irlandés, de poco más de tres millones, ha apoyado mayoritariamente la propuesta del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas.

Irlanda dice sí al matrimonio gay

EN UN REFERÉNDUM

irlanda pareja les

DUBLÍN – El electorado irlandés aprobó con un 62,07% de los votos emitidos en el referéndum celebrado el viernes la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, según anunció ayer la Comisión del plebiscito. Los datos oficiales indicaron que los votos en contra de la propuesta del Gobierno, de coalición entre conservadores y laboristas, para autorizar y dar categoría constitucional al matrimonio homosexual alcanzaron el 37,93%.

La Comisión también informó de que la asistencia a las urnas fue del 60,52%, la más alta desde el referéndum sobre la legalización del divorcio celebrado en 1995. El electorado también participó en otra consulta para decidir si se rebaja de los 35 años actuales a los 21 la edad mínima para ser presidente de la República. Los primeros resultados apuntaban a una victoria del no. – Efe

El contagio Zapatero

El Vaticano ya temió en 2005 que el modelo español iba a extenderse al resto de Europa

Cada país a su manera, el matrimonio entre personas del mismo sexo se abre camino poco a poco en el mundo civilizado sin que el Vaticano salga de su asombro. ¿Dónde las raíces del cristianismo?, se preguntan los jerarcas de la Iglesia romana. El referéndum en la muy católica Irlanda les ha colmado el vaso de la desolación, mucho más después de conocer el apabullante resultado de las votaciones. No ha sido un Gobierno desviado, ni unos diputados anticlericales, ni la traición de políticos que creían fieles quienes han tomado la decisión. Es el pueblo de Irlanda en referéndum, ¡la Irlanda católica!

“Europa es una viña devastada por jabalíes”, proclamó el pontífice emérito Benedicto XVI poco después de ser elegido Papa, en abril de 2005. Por entonces, el Gobierno de Rodríguez Zapatero estaba empeñado en reformar el Código Civil para permitir contraer matrimonio a parejas del mismo sexo y otorgarles los derechos de las uniones heterosexuales, incluida la adopción. El Congreso de los Diputados respaldó esa modificación por mayoría absoluta (187 votos) frente a 147 contrarios, procedentes del PP (menos el voto de la ex ministra Celia Villalobos) y de varios diputados de Convergencia i Unió. El Partido Popular tiene recurrida ante el Tribunal Constitucional esa reforma.

Conviene recordar cómo se tomó el Vaticano aquella legalización en España, antaño la reserva espiritual de Occidente. Las execraciones contra el Gobierno Zapatero parecen ahora de los tiempos de la Inquisición, o peores. Para los obispos, su organización no había sufrido antes ni las catacumbas de Nerón, ni la persecución de Diocleciano, ni la Revolución Francesa, ni la pérdida de los Estados Pontificios. La legalización del matrimonio gay era “el momento más excepcional de la Iglesia en 2000 años”. “Estamos en una situación única en la historia de la humanidad”, sentenció el portavoz episcopal.

Cosas de Zapatero, se pensó entonces, pese a que en 2005 ya había dos naciones europeas (Holanda y Bélgica) que permitían las uniones gays. Hoy son ya una veintena. Los mentideros de Roma, azuzados por la jerarquía del catolicismo español, creían que el presidente era un furibundo laicista y hasta un comecuras, pero que su modelo de Gobierno no corría peligro de contagiarse al resto de Europa. En cambio, el mundo político italiano curioseaba lo que ocurría en España. La intriga llegó tan lejos que la Mostra de Cine de Venecia de aquel año presentó en su sesión de clausura, con gran regocijo mediático, el documental ¡Viva Zapatero!, de Sabina Guzzanti.

Además de negar al Estado capacidad para intervenir en la organización de la sociedad -“el Gobierno no puede legislar sobre derechos inexistentes”, llegó a decir el cardenal Rouco-, los obispos llamaron a la desobediencia con apelaciones como la del entonces cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles, que equiparó la obediencia en la aplicación de la reforma con el “obediente” exterminio de personas en Auschwitz. En consecuencia, decenas de prelados salieron a las calles de Madrid en ruidosa y multitudinaria manifestación y jaleando tesis sostenidas terquedad. “Los homosexuales son unos pobres diablos que, enfermos de muy mala manera, pasan la vida en un infierno o se arrastran por el fango del pecado, luchando algunos de ellos a brazo partido para curarse”, sostiene todavía el obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Pla, ex responsable de las políticas de familia en la Conferencia Episcopal.

Comportamiento tan exaltado contra una ley estatal tenía antecedentes. Recordaba lo ocurrido cuando el Gobierno decidió en 1870 legalizar el matrimonio civil. Lo había hecho antes media Europa siguiendo el ejemplo del código napoleónico sobre el matrimonio entre personas de diferentes creencias y sin tocar la indisolubilidad del vínculo eclesiástico. “Es la ley de la mancebía. El matrimonio civil no será jamás otra cosa que un inmoral concubinato o un escandaloso incesto”, argumentaron los obispos de entonces.

Irlanda aprueba el matrimonio gay por una amplia mayoría

El sí gana el referéndum con un 62% de los votos

Celebraciones por la aprobación del el matrimonio gay

Celebraciones por la aprobación del el matrimonio gay. / EFE / REUTERS- LIVE

Irlanda se ha convertido en el primer país del mundo que aprueba por votación popular el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pasadas las ocho de la tarde (hora peninsular española) concluyó el recuento: el sí ha obtenido un 62% de los votos en el referéndum celebrado el viernes, frente a un 37% del no. El número de papeletas con el sí (1.2 millones) casi duplica a las del no. la participación ha sido de un 60,5%.

Los primeros datos del recuento de votos, iniciado a las diez de la mañana del sábado (hora peninsular española), apuntaban ya a una victoria del sí en el referéndum sobre la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en Irlanda. El ministro de Igualdad, Aodhán O’Ríordáin, ha avanzado ha declarado esta mañana: “Creo que está ganado. He visto urnas abiertas, de áreas medias que no tienen por qué ser necesariamente liberales, y están rotundamente votando sí”.

O’Ríordáin ha sido el primero de una serie de diputados que, desde sus correspondientes circunscripciones electorales, han repetido el mismo mensaje: que todo indica que el sí, tal como estaba previsto, va a ganar. Incluso uno de los principales actores de la campaña por el no ha admitido que es muy probable que suceda. “Todo el mundo parece estar prediciendo un sí, y ese parece ser el caso por el momento. Es decepcionante”, ha declarado John Murray, del católico Instituto Iona.

Se trata de todo un acontecimiento histórico para un país, fuertemente católico, en el que la homosexualidad era ilegal y se pagaba con penas de cárcel hasta 1993.

Todos los partidos políticos han pedido el voto por el sí, igual que los principales periódicos. Todas las encuestas publicadas antes del viernes, día de la votación, indicaban una victoria del sí por un cómodo margen. Pero nadie descartaba un estrechamiento del margen debido al voto del llamado “no tímido”, el de aquellos ciudadanos que, en el contexto de una campaña mucho más visible del sí, podrían ocultar su voluntad de que se mantenga el statu quo.

La participación parece haber sido alta, mucho mas que en otros referendos celebrados en el país. Al cierre de los colegios electorales a las once de la noche (hora peninsular española), la cadena pública RTE estimó que la participación podría situarse entre el 50 y el 60%. La alta afluencia a las urnas da una idea del interés que ha suscitado en este país, aún mayoritariamente católico, la propuesta de legalización del matrimonio homosexual planteada por el Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas.

Algo más de 3,2 millones de irlandeses mayores de edad se habían registrado para votar. Debían responder, marcando la casilla del sí o la del no, si la Constitución irlandesa debe cambiarse para incluir la siguiente frase: “Pueden contraer matrimonio de acuerdo con la ley dos personas sin distinción de su sexo”. Había otra cuestión que se sometía al voto popular: si se reduce o no el límite de edad legal (de 35 a 21 años) para poder ser candidato a presidente. El recuento ha empezado por las papeletas del matrimonio entre personas del mismo sexo.

La movilización de los jóvenes urbanos habría sido un factor clave en la victoria del sí. En Dublín, en cuya área metropolitana vive casi un tercio de los 4,5 habitantes del país, se calcula que la participación puede haber llegado al 65%. Y en Cork, la segunda mayor ciudad, al 60%. Hasta 60.000 personas se registraron para votar en los últimos meses, muchas de ellas irlandeses residentes por todo el mundo que no querían perderse un momento histórico. No era posible el voto por correo, y podían votar a todos los irlandeses que hubieran emigrado de su país hace menos de 18 meses.

En la capital, el triunfo del puede ser rotundo. En el distrito oeste, con un 13% de votos escrutados, un 73% de los ciudadanos se han mostrado a favor. Este porcentaje es del 70% en el centro oeste y de entre el 60 y el 65%. En el centro-norte, el alcanzaría un 70%, según las mejores perspectivas. “Parece que esta cuestión ha tocado un nervio en los irlandeses y me siento orgulloso de ser un ciudadano de este país”, ha aseverado el ministro.

Irlanda se suma finalmente a la tendencia global de extender el derecho a contraer matrimonio a las personas gais. Las bodas entre personas del mismo sexo son legales en 19 países de todo el mundo, en todo su territorio. Además, dicho derecho se reconoce en parte del territorio de Estados Unidos, México y Reino Unido (el matrimonio gay sigue siendo ilegal en Irlanda del Norte, una de las cuatro naciones que lo componen).

Dos motivos convierten el caso irlandés en especial. El primero es que aquí son los ciudadanos con sus votos quienes deciden sobre el tema, dado que la Constitución del país solo se puede modificar por referéndum.

El segundo motivo es de carácter histórico: el país, en el que hasta hace poco la Iglesia Católica tenía un importante peso en la política, fue uno de los últimos del mundo occidental en que la homosexualidad constituía un delito castigado con penas de cárcel. No fue hasta 1993 que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró ilegal la legislación hasta entonces vigente, heredada de la vecina Inglaterra. El divorcio se legalizó en 1995, los anticonceptivos en 1985, y el aborto sigue siendo ilegal incluso en el caso de violación.

Más del 60% de los irlandeses aprueba en referéndum el matrimonio gay

Abrumadora mayoría del “Sí”, que triunfa con un 62% en uno de las consultas con mayor participación de la historia del país.

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del Si en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del “Sí” en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda. EFE/EPA/AIDAN CRAWLEY

DUBLÍN.- El electorado irlandés aprobó con un62,07% de los votos emitidos en el referéndum celebrado este viernes la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, según anunció hoy la Comisión del plebiscito.

Los datos oficiales dados a conocer hoy indicaron que los votos en contra de la propuesta del Gobierno, de coalición entre conservadores y laboristas, para autorizar y dar categoría constitucional al matrimonio homosexual alcanzaron el 37,93%.

La Comisión también informó de que la asistencia a las urnas fue del 60,52 %, la más alta desde el referéndum sobre la legalización del divorcio celebrado en 1995, después del cual se celebraron 20 plebiscitos más.

El electorado irlandés, de poco más de tres millones, también participó el viernes en otra consulta para decidir si se rebaja de los 35 años actuales a los 21 la edad mínima para ser presidente de la República, un cargo principalmente representativo.

El recuento de ese referéndum no ha concluido aún, pero los resultados provisionales apuntan a una victoria del “no” a la reforma de la legislación vigente, tal y como preveían las encuestas.

Al convertirse en el primer país del mundo que autoriza por voluntad popular el matrimonio entre parejas del mismo sexo, estas uniones están desde hoy reconocidas por el artículo 41 de la Carta Magna, lo que les concederá protección constitucional y les equiparará al matrimonio convencional.

Los detractores, entre los que figuran grupos antiabortistas, ultraconservadores y la Iglesia católica, sostienen que estas uniones atentan contra los valores de la familia tradicional y que modificarán radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionarán los derechos del menor.

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar a esas uniones de “matrimonio”.

“El sí envía un mensaje sobre la igualdad”

El primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, celebró que su “pequeño país” haya sido capaz de enviar un “mensaje global” sobre la “igualdad” con el apoyo mayoritario de su electorado en referéndum al matrimonio gay.

El jefe del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, aseguró que Irlanda, un país aún mayoritariamente católico, puede ahora continuar avanzando para “crear una sociedad más justa y compasiva”.

Tras conocer los resultados definitivos, Kenny destacó la clara victoria del “sí”, pues de las 43 circunscripciones que componen el mapa electoral irlandés, solo en la de Roscommon-Leitrim Sur, en una zona rural del noroeste del país, ganó el “no” con un 51,42 % de los votos.

En su comparecencia ante los medios, Kenny estuvo acompañado por Joan Burton, la viceprimera ministra y líder del Partido Laborista, la formación que planteó a sus socios conservadores en el Gobierno la necesidad de convocar un plebiscito para legalizar el matrimonio homosexual, tal y como figuraba en su manifiesto para los comicios generales de 2011.

“Cuando miro atrás y analizo la campaña (del referéndum), pienso en muchas cosas. Pienso en la gente que lo ha hecho posible y en aquellos cuyas vidas cambiará para siempre”, dijo Burton.

“Pero sobre todo -dijo-, me acuerdo de los niños en cada ciudad, en cada pueblo, que van a crecer sabiendo que su país les acepta independientemente de lo que sean cuando sean mayores y de quién se enamoren un día”.

Irlanda dice ‘sí’ al matrimonio gay por una amplia mayoría

Irlanda se ha convertido en el primer país del mundo en aprobar en un referéndum el matrimonio homosexual, según ha adelantado la televisión nacional.

Con los votos del referéndum del viernes escrutados en 39 de las 43 circunscripciones, la ventaja de los votos a favor (62,3%) era ya insalvable para los votos en contra, ha anunciado la RTE.

La noticia ha sido recibida con júbilo por los partidarios del ‘sí’, muchos de ellos concentrados en la explanada del castillo de Dublín, y rompe con el dominio hegemónico de la moral pública ejercido durante siglos por la Iglesia católica, que había pedido el voto en contra.

Niamh Fitzgerald, de 29 años, voló a casa desde Birmingham, en el centro de Inglaterra, para el referéndum y fue el primero en llegar a la explanada del castillo cuando se abrió excepcionalmente para celebrar la ocasión. “Probablemente sea la primera elección del mundo que reduce el poder de la Iglesia católica”, ha señalado. “Todo el mundo tiene derecho a una religión, pero ninguna religión tiene el derecho a dictar a un país cuáles deberían ser nuestros derechos, por eso es tan importante”, ha sentenciado.

“¡Es fantástico ser irlandés!”, ha señalado Rory O’Neill, de nombre artístico ‘Panti Bliss’, la drag queen más famosa de Irlanda y uno de los líderes de la campaña a favor del matrimonio homosexual.

A las puertas del principal centro de escrutinio de votos en Dublín, dos mujeres, Grainne O’Grady, de 44 años, y Pauline Tracey, de 53, han apuntado que planean “celebrarlo, celebrarlo y celebrarlo”. “Podría estallar de tanta felicidad. Lo que estaba en juego era si somos iguales en nuestro propio país”, ha explicado O’Grady, mientras Tracey, a su lado, ha dicho sentirse “muy orgullosa”.

“Evidentemente, ha habido una impresionante victoria del ‘sí'”, ha admitido ante la radiotelevisión nacional RTE David Quinn, director del Instituto Iona, un lobby católico, y uno de los líderes de la campaña del ‘no’. “Es el ‘sí’ (el que gana). E incluso con una victoria aplastante en Dublín. Hoy estoy muy orgulloso de ser irlandés”, ha declarado en Twitter Aodhan O Riordain, secretario de Estado de Igualdad. Por su parte, el secretario de Estado de Protección Social, Kevin Humphreys, ha predicho “un tsunami a favor del ‘sí'”.

Alta participación

El viernes, más de 3,2 millones de irlandeses estaban llamados a pronunciarse a favor o en contra de una enmienda constitucional que afirma que “el matrimonio puede ser contratado de conformidad con la ley por dos personas, sin distinción de sexo”. Según medios locales, la participación superó el 60%, en particular en las ciudades, una cifra superior a las recientes consultas organizadas en el país.

El referendo, 22 años después de la despenalización de la homosexualidad en Irlanda, dio lugar a apasionados debates en las últimas semanas, en un país donde la Iglesia católica, opuesta al matrimonio homosexual, mantiene una influencia considerable.

El diario ‘Independent’ estima en un editorial este sábado que “durante la campaña ha mejorado la percepción de los homosexuales en este país”. “Muchos homosexuales se han destacado con valentía, para explicar cómo salieron de la sombra para reconciliarse con su identidad”, apunta el rotativo.

Para Colm O’Gorman, de Amnistía Internacional, la victoria del ‘sí’ “constituiría un extraordinario mensaje de esperanza a la comunidad homosexual y transexual, víctima de la persecución en todo el mundo”. A modo de símbolo se desplegaron pancartas con lemas como “Voten sí” e “Igualdad para todos” el viernes en Dublín, cerca de la casa en la que vivió el escritor Oscar Wilde, cuya homosexualidad le costó una pena de cárcel en la Gran Bretaña del siglo XIX.

El ‘sí’ fue defendido por todos los principales partidos políticos irlandeses, incluido el Fine Gael, no obstante conservador, del primer ministro Enda Kenny. Los partidarios de la reforma constitucional recibieron ademas el apoyo de celebridades como el cantante Bono, del grupo U2, o el actor Colin Farrell.

Del lado del ‘no’, la Iglesia católica de Irlanda y los conservadores defendieron que el matrimonio debe seguir estando reservado a la unión entre un hombre y una mujer. La institución católica sigue pagando el precio de los escándalos de pederastia protagonizados por sacerdotes, a menudo encubiertos por su jerarquía.

Tras confirmarse la victoria del ‘sí’, Irlanda se une a los 18 países del mundo, entre ellos España, Uruguay, Argentina y Brasil, donde el matrimonio homosexual ya es legal. En el Reino Unido lo es desde 2014, salvo en Irlanda del Norte. Además, en caso de ganar el ‘sí’, sería el primer país del mundo en aprobar en referéndum el matrimonio homosexual, algo que antes probaron Croacia y Eslovenia, sin éxito.

IRLANDA DESAFÍA SU PASADO PARA DECIR SÍ AL FUTURO DE IGUALDAD

Adiós al estereotipo, al control de la Iglesia, a la desigualdad. El electorado irlandés es el primero en el mundo en garantizar igualdad de derechos ante la ley de todos sus ciudadanos, ratificando su voluntad de reforma constitucional que legaliza el matrimonio homosexual.

Irish Senator Katherine Zappone (L) kisses her partner Ann Louise Gilligan as supporters for same-sex marriage wait for the result of the referendum at Dublin Castle on May 23, 2015 in Dublin. Yes voters were basking in the sunshine today as they gathered to celebrate an expected victory in Ireland's referendum on whether to approve same-sex marriage. AFP PHOTO / Paul Faith

Irish Senator Katherine Zappone (L) kisses her partner Ann Louise Gilligan as supporters for same-sex marriage wait for the result of the referendum at Dublin Castle on May 23, 2015 in Dublin. Yes voters were basking in the sunshine today as they gathered to celebrate an expected victory in Ireland’s referendum on whether to approve same-sex marriage.
AFP PHOTO / Paul Faith

Las calles de Dublín son una fiesta. Un día soleado en el que los arcoíris de las banderas han tomado las calles, porque los ciudadanos de Irlanda, el bastión del catolicismo en Europa Occidental, rompieron los vínculos finales con los dictados de la Iglesia para convertir a su país en el primer estado del mundo que aprueba el matrimonio homosexual por refrendo popular.

El mapa de Irlanda se tiñó de verde según se anunciaban los resultados en los distintos distritos electorales. Sólo una nota discordante en el centro de Irlanda, donde Roscommon/South Leitrim votó en contra de la reforma constitucional que legaliza el matrimonio entre parejas del mismo sexo, con 51,42% frente al 48,58% a favor.

El senador David Norris, el hombre que derrotó al estado Irlandés a la Corte Europea de Derechos Humanos en 1988 denunciando la criminalización de la homosexualidad como una violación del artículo 8 de la Carta de los Derechos Humanos, paseaba por el centro de recuento y por las calles de Dublín entre felicitaciones y aplausos, porque con una participación de más de un sesenta por ciento, el 63% de los votantes apoyaron la igualdad ante la ley de todos sus ciudadanos. Es importante entender este resultado en un contexto político y social, porque este es un país en el que la homosexualidad sólo fue descriminalizada en 1993, y en el que el divorcio raspó su aprobación con tan sólo un 1% de los votos en 1995.

Este referéndum ha sido una batalla muy personal, en la que las historias de discriminación y de esperanza se enfrentaban a los argumentos de los grupos católicos y cristianos, quienes para justificar su inclinación hacia la discriminación, destilaban la duda sobre la capacidad de las parejas del mismo sexo de ser buenos padres, intentando crear otras controversias frente a la simplicidad de las campañas que apoyaban la reforma constitucional, un voto por el matrimonio homosexual es un voto por la igualdad. Una campaña que ha abierto las puertas del armario al ministro de sanidad Leo Varadkar y al exministro de la lengua irlandesa Pat Carey, y dividido a la Iglesia Católica, cuya jerarquía pedía un desganado voto negativo, mientras que algunos párrocos de a pie anunciaban que votarían «sí».

Esta ha sido una campaña de resonancia internacional, en la primera página de The New York Times, The Guardian, BBC…, que se ha vivido en las redes sociales, en las que los emigrantes –que sólo mantienen su derecho al voto en los dieciocho meses desde que abandonan la isla– documentaban su viaje a casa desde Londres, Abu Dabi, Chicago, Australia, Kenia…, para votar por el cambio –se especula que hasta 48 mil comentarios se han recogido en twitter–. Un resultado con el que se han identificado desde el vicepresidente estadounidense, John Biden, a la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, quien tuiteaba: «Apuesto a que habrá algunas propuestas matrimoniales en los bares de Dublín esta noche. Qué pensamiento más maravilloso. Disfruta de la celebración, Irlanda». Que se festejó también en los bares de Viena con antelación al festival de Eurovisión, y que ayer por la noche se celebró en las fiestas eurovisivas –una tradición muy irlandesa– de Dublín.

Este ha sido un resultado emotivo, en el que no han faltado las lágrimas, esta vez de felicidad, de las parejas y familias que finalmente conseguirán ser reconocidas por la ley en igualdad de condiciones. En el que una Drag Queen, Panty, se ha convertido en el símbolo del colectivo LGBT, compartiendo escenario con la ministra de Justicia, el senador David Norris y el líder de Sinn Féin Gerry Adams. Fue el 22 de mayo cuando los ciudadanos irlandeses votaron en el aniversario del nacimiento del activista gay y político estadounidense Harvey Milk, y el resultado no podía, ni debía, haber sido otro.

Sinn Féin duplica su voto y no cambia la elección presidencial

A la sombra del referéndum sobre el matrimonio homosexual, otras votaciones tenían lugar en Irlanda. La elección para sustituir en el parlamento al comisario europeo Phil Hogan y el referéndum para rebajar la edad de los candidatos presidenciales de 35 a 21, que todo apunta no será aprobado por los votantes. El recuento seguía en ambas votaciones al cierre de esta edición, pero todo apuntaba a que el candidato de Fianna Fail resultará ganador tal y como apuntan las encuestas, y la novedad es que Sinn Féin prácticamente dobla su voto en el distrito electoral.S.G.