El obispo Reig Pla ha amparado las terapias homófobas en las diócesis por las que ha pasado
- El recorrido del prelado por diversas diócesis de España coincide con la implantación de cursos para ‘curar’ la homosexualidad
- La pseudoterapeuta de Alcalá ya estuvo en la diócesis de Cartagena con Reig Pla dirigiendo un centro al que asistió Fernando: “Decía que había mucha gente como yo y que la curación era posible”
- En Cantabria también se celebran cursos a cargo del mismo grupo en un convento, cuyas monjas dicen que no saben qué contenido tienen: “Nosotras no somos las organizadoras”
El itinerario del obispo Juan Antonio Reig Plapor diferentes sedes españolas corre paralelo a las terapias homófobas impartidas por algunos de sus colaboradores y amparadas en los obispados presididos por el prelado alicantino. Una de las principales pseudoterapeutas, B. V. (iniciales que corresponden a Belén Vendrell como han publicado algunos medios), ha seguido el destino de arzobispo por Castellón, la Región de Murcia y Alcalá de Henares en un peregrinaje junto a su marido y secretario del eclesiástico. Así, las actividades del grupo Es Posible la Esperanza han dejado rastro en Valencia, Murcia, Alcalá de Henares y, en un último tentáculo, Cantabria.
Vendrell y Reig Pla se ha movido juntos, al menos, desde que el obispo fue designado por el papa Juan Pablo II para la Diócesis de Segorbe-Castellón en 1996. Allí se trasladaron Vendrell y su esposo José María Gea para colaborar con el obispo. En 2006, ambos son “destinados en misión” por Benedicto XVI a la diócesis de Cartagena (Región de Murcia) donde el Papa había enviado a Reig Pla. Luego llega Alcalá.
En 2006, unos meses después de que Reig Pla tomase las riendas del obispado de Cartagena, Belén Vendrell, que no ha respondido a las cuestiones de eldiario.es, fue nombrada directora del Centro de Orientación Familiar Domus Familiae de Murcia. Allí empezó a asesorar a Fernando (nombre ficticio porque prefiere que no se publique su nombre real), un chico de apenas 13 años al que sus padres quisieron tratar por su homosexualidad. Fernando relata a eldiario.es que, en Murcia, las sesiones de psicoterapia se celebraban principalmente en dos lugares, en el COF que Belén Vendrell dirigía y en el mismo Palacio Episcopal de Murcia, situado en la plaza de la Catedral. En la Región de Murcia la ley solo proscribe terapias aversivas (contra la homosexualidad) en el Sistema Murciano de Salud. Reig Pla ha sido contactado por este medio, a través de sus portavoces, pero tampoco ha respondido a las preguntas.
“Les dijo a mis padres que no me dejaran salir de fiesta ni estar con otros chicos. Decía que dejarme salir y conocer gente era como darle droga a un adicto”, relata. La terapeuta fue mostrando una actitud más agresiva en las terapias, según cuenta este testigo, que terminó por provocar una separación entre paciente y profesional. “Me obligaba a ir a misa y a escucharla recitar la biblia”. Según cuenta a eldiario.es, en una ocasión la terapeuta se echó a llorar tras realizar una lectura. “Decía que había mucha gente como yo y que la curación era posible, pero que éramos nosotros los que no queríamos cambiar”. Esta era una preocupación habitual de Belén, explica, que creía que Fernando no hacía lo posible por hacer “desaparecer sus sentimientos”. A distancia y ya desde Alcalá de Henares, cuando Benedicto XVI trasladó allí al obispo, siguió enviándole correos electrónicos y material homofóbico.
Más de 13 años después de la marcha de Vendrell y de Reig Pla, en la Región de Murcia se siguen haciendo terapias reparativas. El actual coordinador de las terapias es un abogado murciano que responde al nombre A. C. Un secretario del propio Centro de Orientación Familiar (COF) de Murcia confirmaba hace semanas a eldiario.es (antes de que se publicara el escándalo y cuando este periodista se hacía pasar por un joven confuso) que A. C. es quien está orientando a los chicos en esa Comunidad Autónoma, así como sus vínculos con el grupo Es Posible La Esperanza (EPE) y con el obispado de Alcalá. “Es una persona que conoce el tema ese que dice usted de EPE y de Alcalá. Esto tiene su núcleo en Alcalá de Henares, que es donde llevan este tema más intensamente”, aclaraba el secretario. A. C. confirmó en una llamada telefónica posterior al periodista que en el COF de Murcia “ayudamos a que los muchachos puedan identificar sus heridas de masculinidad” y que lo hacían “con los mismos materiales de EPE”.
El convento carmelita
Belén Vendrell es el hilo conductor, junto al arzobispo Reig Pla, en el periplo de los cursos homófobos que se iban impartiendo en las diócesis donde aterrizaban ambos. Hay otra conexión, la cántabra, que se establece mediante un sacerdote de la diócesis de Santander. Presentado como P. Santiago, coordina el grupo Es Posible la Esperanza (EPE) para el que Belén Vendrell actúa como “orientadora”, según el propio Santiago especificaba en una carta en la que animaba a una campaña de protesta contra eldiario.es tras desvelarse las prácticas de Alcalá de Henares. En Cantabria, EPE y el padre Santiago organizan cursos, encuentros y talleres en un convento Carmelita en Ruiloba, según los folletos que se distribuyen de manera selectiva entre simpatizantes de la agrupación a los que ha accedido eldiario.es.
En esos anuncios se especifica que los talleres están destinados a “padres de personas con PMS” [proyección hacia el mismo sexo], la denominación que manejan para designar la homosexualidad. También a “orientadores de COF [Centro de Orientación Familiar]” como en los que Vendrell aplica sus técnicas en Alcalá de Henares. Culmina la lista con “educadores, profesionales, sacerdotes, miembros de EPE…”.
No se trata de sesiones abiertas. El mismo documento indica una serie de requisitos para poder asistir: realizar el curso completo, tener formación previa a cargo de Es Posible la Esperanza y “ser invitado personalmente por algún orientador de EPE”. Las monjas que viven habitualmente en esas instalaciones se han limitado a decir a eldiario.es que “nosotras no tenemos mucha información. Nosotras no somos las organizadoras de esos encuentros. No estamos seguras. No sabemos”, aunque los eventos están previstos para sendas semanas de julio y agosto próximos. El padre Santiago Olmeda se ha negado a hablar sobre la celebración de cursos en el convento cántabro, su participación en el grupo EPE o su relación con la orientadora Vendrell. Contactado el obispado de Santander, no ha contestado sobre si está al tanto de estas actividades en un convento en la diócesis y la implicación del sacerdote que está al cargo de varias parroquias cántabras.
Centro de Valencia
Vendrell, que aparece como doctora en Biología y no está colegiada para dar terapias psicológicas, parte desde la ciudad de Valencia. Diversas fuentes describen que allí estableció amistad con el actual encargado en el Centro de Orientación Familiar de la capital levantina, Federico Mulet y que, allí, ambos han compartido charlas, al menos, hasta abril de 2018. Al habla con eldiario.es, Mulet ha contestado sobre si conoce a Vendrell “no sé. No recuerdo”. Y acerca de si en su centro se reproducen las técnicas detectadas en Alcalá de Henares dice que “no sé nada. En cualquier caso, en cualquier COF no son terapias sino acompañamientos”. Al autopresentarse como orientador, el mismo título que se aplica a Vendrell, este medio le ha cuestionado sobre si acudió a algunos de los encuentros para orientadores en el convento carmelita de Cantabria con Santiago Olmeda: “Pues no sé. Nosotros recibimos muchos cursillos para poder acompañar porque hay mucho sufrimiento de muchas cosas. Podría ser”. ¿Conoce al padre Santiago? “No sé. Lo podría mirar”.