División en el Gobierno por la presencia del PP en el WorldPride

Los vicesecretarios del PP Javier Maroto y Andrea Levy, en la manifestación del pasado sábado del Orgullo Gay. J. P. GandulEFE

La presencia oficial del PP en la manifestación del WorldPride, celebrada el sábado en Madrid, estuvo precedida de un intenso debate en los núcleos de poder del Gobierno y del partido que finalmente decantó Mariano Rajoy. El lunes previo, los populares recibieron la llamada de los organizadores con una invitación a participar que se realizaba por primera vez y que demuestra cómo socialmente se ha percibido el cambio en la posición del PP.

Desde el primer momento la propuesta del partido fue acudir, pero ese sí inicial generó una discusión interna que se prolongó a lo largo de toda la semana. Distintas fuentes confirman las dudas de algunos miembros del Gobierno sobre la conveniencia de dar ese paso porque, explican, la asistencia al acto conllevaba aceptar un manifiesto que obliga al PP a apoyar la proposición de ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales (Ley de Igualdad LGTBI), impulsada por la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB).

Este proyecto fue presentado en el Congreso a principios de mayo a través del grupo parlamentario de Unidos Podemos. El PP, según las fuentes consultadas, se ha comprometido a «no vetar la toma en consideración». «No oponerse al debate no supone decir que sí a la ley», apuntan. Pero esta cuestión, sumada al hito de asistir de forma oficial a la manifestación, provocó una importante controversia interna.

Fuentes populares confirman que hubo «fuertes resistencias» de «algún sector del partido y del Gobierno». También existían dudas en el grupo parlamentario. Para vencerlas fueron necesarias muchas conversaciones y la intervención final del presidente. Rajoy fue quien, tras escuchar a todas las personas de su núcleo duro -la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; el coordinador general del partido, Fernando Martínez-Maíllo, y su jefe de Gabinete, Jorge Moragas-, resolvió que el PP acudiría a la celebración del Orgullo y votará a favor de la toma en consideración de la ley elaborada por la FELGTB. De hecho, aunque el PP hubiera querido vetar su tramitación no habría podido, ya que cuenta con el respaldo de Unidos Podemos, PSOE y Ciudadanos.

Aun así, el apoyo a la toma en consideración de este proyecto y la presencia en la cabecera de la manifestación de dirigentes del PP es un gran cambio en el partido que recurrió al Tribunal Constitucional la ley de parejas homosexuales de Zapatero por su rechazo a equipararlo con el matrimonio heterosexual.

Cambio en la posición del partido

Antes ha habido otros movimientos muy importantes, como la aprobación en la Asamblea de Madrid de una ley LGTB promovida por Cristina Cifuentes. Pero ahora ya no se trata de la decisión de un presidente autonómico, sino de la posición oficial del partido.

A esta transformación ha contribuido la renovación que se ha producido en los últimos años: la llegada y el asentamiento en Génova de los nuevos vicesecretarios hace dos años y el ascenso de nuevos dirigentes territoriales. La presencia de Mariano Rajoy en la boda de Javier Maroto fue unas de las primeras evidencias del cambio. Era un acto íntimo, al que el presidente fue por amistad personal, pero la conveniencia de su presencia fue debatida internamente como un acto político. Precisamente, algunos ministros no entendieron su asistencia y defendieron que era incoherente con la posición defendida hasta ese momento.

Este primer gesto normalizó el apoyo del PP a las uniones entre personas del mismo sexo. El sábado se hizo oficial. «Estar en primera línea de la manifestación nos acerca al centro político. Nuestro mensaje es la igualdad, la libertad», señalan fuentes populares. «Lo que sucediera en la celebración no nos incumbe, en las fiestas siempre suceden cosas estrambóticas».

Bajo el arcoíris

En la naturaleza no hay armarios. Cuando los dinosaurios evolucionaron, les salió la pluma. Con estas y otras frases de la misma intención, la Sociedad Española de Ornitología, SEO Birdlife, en colaboración con la agencia Señora Rushmore, ha  elaborado una colección de carteles para sumarse a la celebración del Día Mundial del Orgullo. Es normal que quienes pelean por la conservación de la naturaleza y el derecho al medio ambiente se apunten a esta otra lucha, la de la dignidad y los derechos para todos.

Así que vamos a celebrar aquí también. Y lo hacemos con los silbidos de los abejarucos, que en su plumaje reúnen todos los colores del arcoíris; con los graznidos de las urracas, descendientes de aquellas aves que dejaron de ser dinosaurios con las primeras plumas; con el canto a ritmo y compás de los herrerillos comunes, de colores pulcramente recortados; con los piídos de los gorriones, machos de “barba” oscura; las risas alocadas de las gaviotas reidoras y  los gruñidos y quejidos de un bando de flamencos ataviados con un espléndido plumaje rosado.

Toda la comunidad reunida bajo el arcoíris.

 

El emotivo discurso de Carmena al finalizar la marcha LGTBI en el que cita a Lorca

Manuela Carmena celebró la manifestación por los derechos LGTBI, este sábado en Madrid, con un emotivo discurso al finalizar la marcha en la plaza de Colón. La alcaldesa agradeció a los madrileños y madrileñas, que recibieron sus palabras entre aplausos y aclamos, que apoyaran “esta reivindicación de la historia de la ciudad”. “La capital está más bella, alegre y ordenada que nunca”, añadió Carmena.

La alcaldesa aseguró que de una manera emblemática, “la bandera que pende del Ayuntamiento ha sido hecha con los lazos de los vecinos y vecinas; es la bandera de todos”.

Carmena también recalcó los avances en el terreno internacional. La alcaldesa recordó que Alemania ha reconocido el matrimonio homosexual y que Rusia ha sido multada por no permitir las manifestaciones homosexuales. “El derecho lo cambiamos cuando la vida lo exige”, añadió la juez, “lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo”.

La alcaldesa no quiso acabar su discurso sin citar a uno de los referentes de la poesía y literatura española, Federico García Lorca, rindiendo homenaje a “todos los artistas que tuvieron la desdicha de vivir en el tiempo en el que esto era un amor oscuro”. “Améis a quien améis, Madrid os quiere. Viva el World Pride”, concluyó Carmena.

La diócesis de Getafe ya ha ejecutado el desahucio de una pareja de lesbianas con tres hijos

Aroa, Laura y sus tres hijos, en la casa de la que han sido desahuciadas. Foto: Marta Jara

El pasado viernes se ejecutó el desahucio de Aroa y Laura, una pareja de lesbianas que conviven con los hijos de la primera, y con edades de 10, 8 y 5 años. Esta familia llevaba varios meses obligada por sentencia judicial a abandonar la casa en la que entraron a vivir como ocupas en el municipio madrileño de Móstoles.

El piso pertenece a la Diócesis de Getafe, esta institución se encarga de la jurisdicción eclesiástica en la zona sur de la Comunidad de Madrid. Según apuntó un portavoz de esta institución a eldiario.es, el inmueble en el que residían estas jóvenes está destinado a sacerdotes que trabajan por la zona o que están de visita, y no a la asistencia social. Y remitía a Cáritas y al Ayuntamiento la responsabilidad de buscar una alternativa habitacional a esta familia.

“Estuvimos intentando paralizarlo de todas las formas posibles, pero no lo conseguimos. No se pudo hacer nada. Los de la diócesis no nos plantearon nada, todo lo que querían era que nos fuéramos a la calle, les daba igual, decían que ya llevábamos un año en una vivienda que no era nuestra y que ya estaba bien”, asegura Aroa. Asimismo se queja de que este inmueble continúe vacío.

Sus hijos no estuvieron presentes en la ejecución del lanzamiento, se quedaron en casa de su abuelo y ellas desde el viernes están viviendo de “casa en casa”. “El Ayuntamiento de Móstoles se ha comprometido a darnos una alternativa, nos han dicho que la obtendremos en la semana del 3 al 7. Estamos hoy a 3, así que esperamos conseguirla a partir de ahora”, indica.

Desde la diócesis de Getafe aseguran que van a colaborar en esa asistencia aunque no especifican en qué consiste la alternativa habitacional. “Les hemos ofrecido asistir a un curso de formación para buscar trabajo como asistenta de hogar o profesionales de hostelería”, apunta un portavoz de la institución religiosa.

La primera sentencia que les obligaba a abandonar este inmueble se dictó en septiembre, desde entonces esta familia ha intentando prolongar la ejecución de la decisión a la espera de conseguir una alternativa. La magistrada condenó a la pareja por un delito leve de usurpación de inmuebles y al pago de una sanción de 270 euros.

La pareja aseguró que la primera vez que les visitaron los representantes de la diócesis les propusieron una alternativa. “Nos dijeron que nos iban a dar un alquiler social en una casa que tenían en Móstoles, añadieron que a ese piso le faltaban un par de arreglillos pero que se pondrían en contacto con nosotras. Sin embargo, una vez que se enteraron de que éramos pareja, fueron a saco. Ya ni había opción a alquiler social, ni a nada”, explicó Aroa a esta redacción.

Por su parte un portavoz de la diócesis, Francisco Armenteros, negó esta acusación: “Es falso, nosotros no sabíamos que eran lesbianas. Cuando acudieron los portavoces del obispado solo estaba una de las mujeres, así que era imposible saberlo”. Esta no es la primera polémica que salpica a esta institución, su obispo ha llegado a ser  denunciado por el  Observatorio contra la LGTBfobia  por un posible delito de odio ante la Fiscalía al cargar contra la Ley de Transexualidad madrileña y asegurar que “retuerce la naturaleza humana”.

Sin embargo, una de las denunciadas no comparte esta opinión y cree que sí ha influido que sean una pareja de lesbianas. “He vivido en carne y hueso como la Iglesias no me ha ayudado nada, tanto que dicen que ayudan al prójimo. Ellos cumplen la Biblia al revés”, reseña.

Segundo desalojo

Laura y Aroa llegaron a este piso tras abandonar otra vivienda que también habían ocupado y en la que consiguieron paralizar su lanzamiento en noviembre del 2014. “Tras impedir el desahucio estuve negociando un alquiler social con Bankia, el propietario del piso, pero no lo hemos conseguido todavía. Al final, nos marchamos voluntariamente porque las condiciones de la casa eran muy malas. Terminamos dejando a los niños con unos amigos y durmiendo nosotras en la calle”, apuntó a esta redacción.

Según su relato, entraron en el piso actual gracias a que “unos chavales les dejaron las llaves”, sin tener constancia de que perteneciese a la Iglesia. “Tenemos agua caliente, luz y cuatro habitaciones. Cuando llegamos no notamos que antes estuviese alguien viviendo aquí, estaba lleno de polvo y abandonado. En el contador de la luz había una pegatina que señalaba que no había suministro desde el 2013”, señaló. “No es verdad”, respondieron desde la diócesis ante esas afirmaciones y aseguraron que previamente había residido en él párrocos.

Orgullo madrileño, vergüenza vaticana

DAVID TORRES

La fiesta más loca y despendolada de todas las celebraciones del Orgullo Gay no tuvo lugar en Madrid, sino en el Vaticano, en el apartamento del ex secretario del cardenal Francesco Coccopalmerio, que tiene un apellido como para bautizar un reservado en Chueca. De hecho, el apartamento está ubicado en el palacio del Santo Oficio, y la policía tuvo que intervenir después de varias quejas de los vecinos por el escándalo de los coches que no dejaban de llegar al guateque. Los agentes intervinieron un vehículo de lujo con matrícula de la Santa Sede que supuestamente habían usado para transportar drogas. El funcionario sacerdotal fue enviado primero a un hospital para desintoxicarse y después a un retiro espiritual en un convento. Salir del sagrario siempre ha sido algo más fácil que salir del armario, que por algo los curas llevan falda. Probablemente lo del tercer género lo inventaron ellos, en dura competencia con los clanes escoceses.

La noticia de esta sacrosanta orgía ha coincidido con el juicio contra el cardenal George Pell, responsable de finanzas del Vaticano y consejero directo del Papa Francisco, implicado en un tenebroso asunto de abusos a menores en Australia. Se ve que muchos sacerdotes no acaban de entender aquel mensaje cristiano de “dejad que los niños se acerquen a mí”. Prefieren acercarse ellos. George Pell es conocido, entre otras cosas, por su abnegada defensa en el caso de Gerard Ridsale, un violador de niños en la escuela de Saint Alpius en Ballarat, en el estado australiano de Victoria, un centro escolar célebre por los abusos cometidos contra los alumnos. Ridsale fue condenado a 18 años de cárcel por 54 acusaciones de violación. Las cifras son monstruosas: durante la década de los setenta hubo unos cuatro mil casos denunciados de pederastia sólo en Ballarat, y la policía calcula que al menos cuarenta suicidios en la zona de Victoria están relacionados con estos abusos.

¿Qué ha hecho la Iglesia Católica ante esta catarata de mierda? Su especialidad: lavarse las manos. En 2004 proporcionaron albergue al cardenal Bernard Francis Law, máxima autoridad de la archidiócesis de Boston, cuando gracias al trabajo de unos reporteros de The Boston Globe salió a la luz otro escándalo de proporciones bíblicas: más de cinco mil casos de abusos encubiertos bajo la púrpura de su manto. La película Spotlight, ganadora del Oscar en 2016, narra la odisea que supuso desenmascarar ese nido de criminales y la feroz resistencia que opusieron las autoridades eclesiásticas para intentar acallar a testigos y periodistas sin dejar de remover sus turbias influencias políticas.

¿El resultado? Law evitó los tribunales gracias al Vaticano, el cual premió a uno de los mayores pederastas de la historia nombrándolo arcipreste de la Iglesia de Santa Maria Maggiore, una de las principales basílicas de Roma. Lo escondieron bien dentro del sagrario y aun hoy, ya jubilado, Law sigue siendo arcipreste emérito de Santa Maria y arzobispo emérito de Boston. El máximo gesto de repudio que hizo el Papa Francisco, en marzo de 2013, fue negarse a darle la mano. Un poco más y lo deja sin postre. Si tu mano derecha te escandaliza, maquíllatela y luego hazte una paja.

Los jóvenes LGTBI sufren más acoso que los adultos

La orientación sexual sigue siendo una de las principales causas de discriminación en espacios como la escuela y la Universidad, a nivel europeo

El Worldpride, recién celebrado en Madrid, ha sido una celebración de los derechos conseguidos por la comunidad LGBTI, pero aún son absolutamente necesarias medidas de las administraciones españolas y europeas para acabar con la discriminación de este colectivo. Algunas datos y cifras:

— El 94% de los españoles consideran que la homosexualidad es moralmente aceptable o que no es un problema moral, según un reporte del Pew Research Center de 2013. Si se pone el foco en el respeto a los derechos humanos, la legislación y la plena igualdad de derechos, España queda novena en el ranking mundial con un 66,75%, detrás del Reino Unido, Francia, o Finlandia.

— En 2015, una encuesta de la Comisión Europea recogía que el 47% de los encuestados admitían tener amigos o conocidos gay, lesbianas o bisexuales. Una cifra, seis puntos más alta que la de 2012. El 9% de los encuestados reconocía tener amigos o conocidos transgéneros o transexuales (dos puntos más que en 2012).

— Un informe de la Agencia para los Derechos Fundamentales (Fundamental Rights Agency, FRA), de 2013, demostró que los jóvenes entre 18 y 24 años experimentaban una mayor discriminación o acoso con respecto a su orientación sexual (con un promedio europeo de 57%) que los adultos de entre 25 y 39 años (45%).

El 29% de los encuestados señalaron haber experimentado a menudo comentarios o comportamientos negativos en la escuela por pertenecer al colectivo LGBT. El 10% declararon sufrir este tipo de comentarios de forma permanente. En 2012, el 47% de los que tenían entre 18 y 24 años confesaron haber escondido su orientación o identidad sexual, frente al 13% que aseguró que nunca tuvo que ocultarlos. Entre los que tenían entre 25 y 39 años, esta afirmación alcanzó el 34%.

Un 22% de los encuestados señalaron haberse sentido discriminados por el personal escolar o universitario en los últimos 12 meses.

El 32% de los encuestados afirmaron haber sido atacados o amenazados física o sexualmente en los últimos cinco años. Y más de la mitad de ellos consideraron que se basaba en su orientación sexual.

El 30% de los encuestados dijo que el incidente de acoso más grave lo habían sufrido en la escuela o en la universidad. Dos tercios declararon que se debía a su orientación sexual. Esto dato coincide con una  investigación realizada en Reino Unido que mostraba que el 40% de todos los ataques violentos contra lesbianas y gays menores de 18 años se produjo en las escuelas.

— Distintas investigaciones nacionales han sacado a la luz que entre el 5% y el 10% de los encuestados que sufrieron acoso señalaron que este fue un motivo decisivo para abandonar la escuela; y el 13%, que fue motivo para cambiar de centro.

— En el apartado Ser trans en la UE, del informe de 2015 de la FRA se recogía que más de la mitad de los encuestados trans (54%), en comparación con el 47% de los encuestados LGBT en su conjunto, indicaron que, en el año anterior a la encuesta, vivieron situaciones en las que se sintieron personalmente víctimas de discriminación o acoso por el hecho de ser percibidos como trans. Los encuestados más jóvenes, los que carecen de un trabajo remunerado o aquellos pertenecientes a un grupo de ingresos más bajos están expuestos en mayor medida a la probabilidad de sufrir discriminación.

Más de uno de cada tres encuestados trans se sintieron discriminados por el hecho de ser trans al buscar empleo (37%), y un cuarto de ellos (27%) indica que ha sufrido discriminación en el trabajo.

Una cuarta parte de las personas trans encuestadas que están escolarizadas o matriculadas en centros universitarios o tienen hijos en centros escolares o universitarios afirma haber personalmente sufrido discriminación por parte del personal del centro en los 12 meses anteriores a la encuesta. Si se tiene en cuenta solo las respuestas de estudiantes trans, esta cifra alcanza un 29%.

Alrededor de uno de cada cinco encuestados que recurrieron a servicios de atención sanitaria (22%) o servicios sociales (19%) sintieron que el personal de estos servicios les había tratado de manera discriminatoria por el hecho de ser trans.

Más de tres de cada cinco personas trans consultadas no informaron sobre el incidente porque estaban convencidos de que nada cambiaría u ocurriría, y la mitad de ellos indican que pensaron que no merecería la pena denunciar el incidente. Las personas trans consultadas declaran igualmente que les preocupaba que el incidente no fuera a ser tomado en serio y que no querían revelar su orientación sexual y/o identidad de género. Casi  uno de cada tres (30%) no sabía cómo o dónde notificar el incidente.

Trump no reconoce el ‘mes del Orgullo’ del colectivo LGTBI

El actual presidente estadounidense rompe con una tradición instaurada en 1993 por el demócrata Bill Clinton

 

WASHINGTON. El Gobierno del presidente de EE.UU., Donald Trump, ha roto con la tradición de reconocer oficialmente el mes de junio como el Mes del Orgullo LGTBI, pese a que algunos miembros de su gabinete sí tuvieron palabras de distinción al respecto. El presidente Bill Clinton (1993-2001) fue el primero en declarar junio como el mes del Orgullo LGTBI, pero la tradición no continuó bajo el presidente George W. Bush (2001-2009), algo que sí retomó sin embargo la Casa Blanca del anterior mandatario, Barack Obama.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, reconoció el mes del Orgullo Gay una semana después de su comienzo, condenando “la violencia y la discriminación” contra la comunidad LGTBI en el extranjero.

“En reconocimiento del Mes LGTBI, el Departamento de Estado afirma su solidaridad con los defensores de derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan alrededor del mundo para mantener las libertades fundamentales de las personas lesbianas, gais, transgéner, bisexuales e intersexuales para que puedan vivir con dignidad y libertad”, apuntó la secretaría en un comunicado.

Asimismo, la hija del mandatario, Ivanka Trump, destacó la celebración apenas comenzó el mes. “Este mes celebramos y honramos a la comunidad #LGTBI”, escribió ella el 1 de junio.

«Existe una transfobia tremenda»

Rosa Almirall, ginecóloga y directora de Trànsit, el servicio catalán que trata a transexuales, sostiene que el seguimiento de un tratamiento hormonal es más sencillo que el de un diabético

La ginecóloga y sexóloga Rosa Almirall, ayer en el Palacio Miramar. / SARA SANTOS

Rosa Almirall se hizo ginecóloga «por activismo feminista», porque en los años 70 quiso «dar voz a las mujeres dentro de una ciencia heteropatriarcal dominante, que escucharan sus cuerpos y no tanto a los profesionales de la salud». Esta misma premisa, la de escuchar, es la que aplica en el servicio Trànsit en Cataluña, que fundó hace cinco años para atender a personas transexuales, –tanto si quieren cambios físicos como si no– porque, como directora de servicios de ginecología, comprobó que bastantes de sus compañeros daban «un maltrato increíble». Se pregunta quién es ella para poner trabas a alguien que quiere tomar hormonas para que su cuerpo vaya acorde con su identidad sentida.

¿Quiénes acuden a Trànsit?

Son personas que han dado mil vueltas a su decisión y tienen claro, aunque tengan miedos, que necesitan ese cambio de su cuerpo para estar bien en esta sociedad. Las personas que siguen los tratamientos, lo hacen en base a una necesidad personal o por la mirada exterior. ¡Cuántas modificaciones se hacen para satisfacer nuestras miradas imbéciles! Si viviéramos en un mundo utópico, en el que se admitiera que una persona tiene barba, mamas y genitales femeninos, que se aceptaran los cuerpos disidentes, posiblemente muchas de las personas trans no necesitarían estos servicios para nada. Es un problema de transfobia. Los demás nos quedamos más tranquilos si se enmarca en el estereotipo de hombre o mujer. También atendemos a las familias de los transexuales.

Aboga por la atención primaria en caso específico del tránsito.

Los protocolos de tratamiento hormonal y el seguimiento de las personas transexuales con estos tratamientos son sencillos, más que el seguimiento a una persona diabética que debe tomar insulina, y deberían ser conocidos por todos los profesionales de la salud. Falta conocimiento, pero ya hemos formado a unos 300 profesionales que, por ejemplo, hacen citologías a hombres.

Se denomina profesional transpositiva. ¿Qué significa?

Estamos en una sociedad tremendamente transfóbica. Las personas que vienen a nuestro servicio no lo hacen encantadas de ser trans, ni los padres vienen encantados por tener un hijo trans. Probablemente, muchos de ellos nos pidan que les aseguremos que son trans, ellos tampoco quieren equivocarse. En una sociedad transfóbica existe la experiencia de la vida real, aunque últimamente se están relajando los protocolos. Transpositivo significa que tanto el ritmo como la elección de los tratamientos son responsabilidad de la persona que se va a someter a ellos. El profesional lo único que hace es dar la poca información que tenemos sobre los distintos tratamientos y los efectos, tanto positivos como negativos.

¿En qué consiste esa experiencia de vida real?

Una vez pasada la evaluación psicológica psiquiátrica o los test de masculinidad y feminidad, que no pasaría ninguno de nosotros y que tienen preguntas como si se es activo o pasivo en la cama o cómo utiliza los genitales –que yo me pregunto qué tienen que ver con la identidad–, en lugar de poder celebrarlo, en ocasiones obligan a la persona a vestirse y actuar en todo los ámbitos con su identidad sentida las 24 horas. Después de tres meses deben llevar dos testimonios, uno familiar y otro laboral, que corroboren que ha cumplido ese requisito. Esto ya está bastante diluido, pero en algunos casos todavía se sigue practicando para recibir el visto bueno para recibir el tratamiento endrocrinológico.

¿Se ha encontrado con muchos desestimientos una vez comenzado el tratamiento?

He vivido algunos de adultos, no de niños. Forma parte del proceso. En una sociedad donde si te declaras trans la gente se queda pasmada, tienes malas miradas e incluso puedes tener agresiones y violaciones, es bastante normal que la gente quiera tomarse un descanso. Hay gente que está agusto con las hormonas y en los espacios de protección, pero no está preparada para socializarse en todos los ámbitos con su identidad sentida. Prefiere parar para coger fuerzas y volver al cabo de un tiempo. Eso no es desestimiento, sino una actitud que seguiríamos todos.

¿Uno de los problemas es que se asocia la transexualidad con marginalidad?

Sí. Muchas personas que se han sentido mujeres no se atrevían a realizar el tránsito porque se asimilaba con la prostitución o mundos marginales. Hacen falta más referentes positivos.

Más de 2.000 personas han cambiado su sexo en el DNI desde 2007

El colectivo LGTB asegura que podría haber más si no fuera por las trabas de la ley

Participantes en el desfile de carrozas del Orgullo Gay 2017, en Madrid. VÍCTOR SÁINZ

Los cambios del sexo registrado en el DNI se han multiplicado por tres en los últimos siete años, según datos del ministerio de Justicia. Las personas que han solicitado la rectificación en el documento de identidad han pasado de 132 en el año 2009 a 436 en 2016. La modificación del sexo registrado por el sentido se introdujo con la Ley de Identidad de Género de marzo de 2007, pero Mané Fernández portavoz de Transexualidad de Felgtb (Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales) asegura que se podrían haber beneficiados más personas transexuales si no fuera por las restricciones de esta ley. En 2007 solo se registraron 14 modificaciones.

Tener diagnosticada disforia de género, haber estado bajo tratamiento hormonal al menos dos años, tener la nacionalidad española y ser mayor de edad, son los requisitos que establece la ley para poder rectificar la mención relativa al sexo en el Registro. Condiciones que a juicio del colectivo LGTB son obstáculos que hay que atajar. “Nadie tiene que decir lo que somos, ni un médico, ni nadie. El diagnóstico de la disforia de género es como decir que alguien tiene una enfermedad, por eso reivindicamos la autodeterminación personal”, defiende Fernández. “No creo que haya ninguna persona transexual que no quiera dar este paso, pero estas cortapisas lo impiden”, matiza.

Tras la aprobación de la Ley 3/2007, un total de 2.225 mayores de edad han cambiado su sexo en los Registros Civiles de España . Antes se hacía por procedimiento judicial. Más de la mitad de los cambios han sido solicitados por personas cuyo sexo de origen era el de varón pero se sentían mujeres. Las rectificaciones entre aquellos que tienen 18 y 30 años representan el 53,3%, en cambio, entre los mayores de 50 son las menos comunes. En total hay registradas 115 desde 2007 y representan un 5,1% del total.

El pasado mayo el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea presentó una proposición de ley que persigue la “culminación definitiva hacia la igualdad” de este colectivo. En cuanto al cambio del sexo registrado piden que la modificación no esté supeditada al diagnóstico de un psicólogo ni a la acreditación de haberse sometido a terapia o tratamiento, ni a ninguna intervención quirúrgica. “Lo que proponemos es la autodeterminación de la persona”, matiza el portavoz de Felgtb.

El cambio de sexo ‘a medias’ de los menores transexuales

Esta ley no es aplicable a los menores de edad. Fuentes del ministerio de Justicia explican que en el caso del nombre, el criterio general es que sí se acepte si hay: una solicitud de un nombre neutro que no induzca a error en el sexo, un diagnóstico de trastorno de identidad sexual basado al menos en tres informes médicos, ser mayor de 14 años y tener al menos un informe favorable del ministerio Fiscal o del Encargado del Registro Civil.

El ministerio de Justicia tiene registrados 97 casos de cambio de sexo entre menores de 17 años desde 2007, pero ya que la ley no lo permite estas mismas fuentes matizan que “las inscripciones se practicaron por otros motivos como, por ejemplo, un mero cambio de nombre y no de sexo”, aunque no descartan que algún juez encargado de Registro “aplique la ley de manera más flexible”. Es el caso de la magistrada del Registro Civil nº 2 de Valencia que autorizó en febrero de 2016 la rectificación del sexo registral asignado al nacer en función de sus genitales a una menor llamada Ana, según informa Chrysallis, Asociación de familias de menores transexuales.

España, el país más ‘gay friendly’

LUCÍA MÉNDEZ

Cuando el Congreso aprobó el matrimonio gay, el entonces líder de la oposición, Mariano Rajoy, atribuyó la ley “a la manía” de Zapatero de “parecer moderno”, y no a una demanda del colectivo homosexual. Los medios conservadores pronosticaron que el matrimonio gay destruiría a la familia española y acusaron a Zapatero de querer convertir España en un laboratorio de ingeniería social para producir homosexuales a granel. Los obispos y el PP se manifestaron en las calles de Madrid al frente de cientos de miles de personas pidiendo la dimisión del presidente amigo de los gais.

Poco más de una década después de todo aquello, España es otra. El mismo Rajoy preside el país más tolerante y moderno del mundo en materia sexual. El Madrid donde reinaba Rouco Varela, la ciudad que guardó el tarro de las esencias tradicionales frente al Zapatero rojo peligroso, ha sido durante el fin de semana el escenario de un espléndido, masivo, colorista y grandioso Orgullo gay.

La católica España se ha convertido en el país más gay friendly del planeta. Y, si todo sigue yendo tan deprisa, no es descartable que Mariano Rajoy acabe subiéndose a una carroza cualquier año de éstos. De momento, ya ha mandado por delante a dos vicesecretarios del PP, que, por primera vez, han participado en la parada. También el líder popular le ha pillado el punto a esa «manía» de «parecer moderno» que acechaba a Zapatero.

España abrió el camino del matrimonio homosexual situándose, por primera vez en la Historia, a la vanguardia de los avances sociales y de la tolerancia hacia colectivos que hace nada permanecían confinados en el rincón de las rarezas. Gais, lesbianas, transexuales y bisexuales se llaman ahora LGTB. Unas siglas asumidas ya no sólo con plena normalidad, sino con total orgullo y entusiasmo por parte de todas las instituciones del país. La bandera del arco iris produce más consenso incluso que la enseña nacional.

De todas las transformaciones sociales, el cambio en la mirada de los españoles hacia los homosexuales es el que se ha producido con una rapidez más asombrosa. Miles de personas se han apostado en las aceras para ver pasar un desfile de torsos desnudos, tangas brillantes, tatuajes en todos los sitios, drag-queens y carrozas a cual más atrevida. Las performances y la estética del Orgullo gay habrían sido motivo de escándalo público no hace mucho. De hecho, seguramente aún lo son para una parte de la sociedad. El cambio social está resultando ser tan profundo que todos aquellos contrarios al matrimonio gay permanecen en silencio, retirados del debate público. El temor ha cambiado de bando y ahora nadie quiere ser acusado de homófobo. Lo cual no puede ser interpretado sino como un gran avance histórico de la tolerancia y la igualdad.

Lo que cabe preguntarse, después de recoger las lentejuelas y los disfraces, es si ese respeto hacia la orientación sexual de las personas es tan rotundo en la vida diaria como en el brillante espectáculo callejero. O si aún hay muchos padres y madres, que como la del juez Fernando Grande-Marlaska, siente que se le cae el mundo encima cuando su hijo le confiesa que es homosexual. O si aún hay muchos niños y niñas que tienen miedo a reconocerse en el patio del colegio. O si todos los lugares de trabajo son tan gay friendly como parece que lo es España.