“Si Chelsea no fuera transgénero, no la habrían sentenciado a 35 años de prisión”

Vincent Ward, abogado de Chelsea Manning, la presentación del informe anual de Amnistía Internacional.

Chelsea Manning, analista de inteligencia, fue arrestada en Bagdad en mayo de 2010 por filtrar medio millón de documentos clasificados a WikiLeaks. Un mes antes, la organización de Julian Assange había publicado una pequeña parte del material que impactó al mundo entero. Se trataba de un vídeo donde dos helicópteros Apache estadounidenses disparaban y mataban a un grupo de civiles desarmados, matando a doce personas, incluyendo dos periodistas de Reuters. Lo titularon Collateral murder.

Chelsea, que entonces se llamaba Bradley, confió su filtración a un hacker llamado Adrian Lamo, que inmediatamente la denunció al Departamento de Defensa de EEUU. Después de tres años esperando su juicio en una prisión de 2,5×2 metros cuadrados en condiciones que han sido denunciadas por numerosas asociaciones de derechos humanos, un tribunal militar la sentenció a pasar 35 años en una prisión militar. Era el primer filtrador que cumplía sentencia por espionaje en EEUU.

En los últimos días de su cargo como presidente, Barack Obama le conmutó la pena por una de siete años, la mayor parte cumplidos. Manning será liberada el próximo 17 de mayo. Vincent Ward, parte del equipo que consiguió sacarlo de la cárcel, ha venido a Madrid para participar en la presentación del informe anual de Amnistía Internacional.

Usted es uno de los dos miembros del equipo que ha conseguido sacar a Chelsea Manning de prisión.

Mi colega Nancy Hollander y yo representamos a Chelsea Manning en su apelación penal y hemos sido los abogados de su apelación de clemencia. Asi que sí, yo escribí la petición que la ha sacado de la cárcel.

Han necesitado tres años para escribirla. ¿Cuáles eran las dificultades específicas de este caso?

Primero, que tiene un perfil muy alto. A los políticos en principio no les gusta hacer cosas que vayan a llamar mucho la atención cuando se trata de indultos. Segundo, no es un juicio. El presidente se mueve mayormente por un criterio propio y no sabes qué argumento va a ser el más convincente para él. Uno no tiene la oportunidad de sentarse con él y preguntarle qué aspectos de este caso le preocupan o interesan más.

En el caso concreto de Chelsea, encontrar ese argumento ha sido especialmente difícil porque mucha gente admira a Chelsea por sus filtraciones, pero no creo que Barak Obama comparta esa admiración. Así que decidimos -pienso que acertadamente, puesto que tuvo éxito- recordar al presidente que Chelsea ha asumido la responsabilidad de lo que hizo, que la sentencia que ha recibido es con mucho la peor que ha recibido nunca nadie por una filtración.

También que se declaró culpable sin tratar de negociar un acuerdo, lo que significa que confió en que el sistema sería justo con ella, demostrando mucho valor. Que era muy joven, y todavía lo es. Que estuvo sometida a condiciones inhumanas mientras esperaba al juicio. Y que el estado en el que se encontraba, las condiciones mentales y emocionales a las que se enfrentaba como joven soldado que resulta ser transgénero en el Ejército era algo a tener en cuenta a la hora de juzgar sus acciones.

Nosotros nos centramos en estos aspectos y el presidente, en sus observaciones, claramente encontró que algunos de esos argumentos eran convincentes. Creo que, si hubiéramos retratado a Chelsea solo como agente de una filtración que ha beneficiado al público en general, habríamos perdido el peso de todos los demás aspectos que hacen que la sentencia de 35 años sea injusta y excesiva.

Dice “en sus observaciones”. ¿Qué aspecto piensa que ha sido el más convincente de la apelación para Barak Obama?

Creo que el presidente incidió especialmente en su valor al someterse al proceso legal sin tratar de negociar. Eso, y el hecho de que la sentencia parece completamente desproporcionada para lo que hizo. Creo que estas fueron las dos cosas que convencieron al presidente y que, al final, Chelsea ya había cumplido una sentencia realmente larga.

Cuando sea liberada esta primavera habrá cumplido siete años.

Exacto. Históricamente, siete años sigue siendo una sentencia larguísima para un delito de esta naturaleza. Pero, aunque nos hubiera parecido más justo una sentencia menor o ninguna sentencia, estamos satisfechos de que vaya a salir en siete años y pueda vivir. Treinta y cinco años en sus circunstancias era una sentencia de muerte. Porque una prisión militar masculina es un lugar espantoso para cualquiera, pero para una joven transgénero lo es mucho más.

Era una sentencia ejemplarizante. ¿Cree que ha servido para detener futuras filtraciones en el Ejército?

Me parece completamente cuestionable la idea de que esta sentencia vaya a detener a cualquier soldado que, como Manning, tenga documentos en su poder y esté pensando en hacerlas públicas. Y no tiene precedentes: nadie ha sido condenado antes a 35 años por filtrar documentos. Y creo que ha sido así porque la justicia militar no está equipada ni es apropiada para gestionar un caso de esta naturaleza.

Para empezar, no tiene los recursos: el juez militar que condenó a Chelsea no tenía el contexto en el que este tipo de casos se tratan fuera de su entorno. Estoy seguro de que esa sentencia solo era posible en un tribunal militar. Esperamos que, en el futuro, la ley predisponga más protección para filtradores. Pero lo que está claro es que el tribunal militar no es lugar para juzgar este tipo de casos.

Ni siquiera cuando se juzga a un miembro del Ejército.

No, porque en EEUU tenemos un Departamento de Justicia que está mucho más preparado para casos como este. El propósito del sistema judicial militar es mantener el orden, y está acostumbrado a tratar delitos administrativos. En este caso tan notorio, el Ejército se sintió muy presionado, les venía muy grande.

No tenían la experiencia ni los recursos y, como consecuencia, produjo una respuesta sobredimensionada y muy exagerada en relación al delito cometido. Creo que el indulto ha corregido ese error y que el Ejército debería estar aliviado. Ya no tienen que pensar cómo alojar a alguien tan inclasificable, dentro de su estándar, ni pelearse con Chelsea sobre la clase de tratamientos a los que tiene derecho.

Volviendo a las razones del presidente para conceder el indulto, es difícil obviar que ha decidido liberarla en el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia.

Confieso mi total ignorancia sobre el particular. Me informas de un dato que desconocía por completo. Me pareció que la razón para el 17 de mayo era que ese día se cumplían siete años desde su arresto.

Pero la arrestaron el día 27 de mayo de 2010. ¿Le parece posible que se trate de una coincidencia? ¿No cree que la fecha misma contiene un dato relevante sobre las razones del indulto?

No puedo especular. Pero, de ser así, mi única satisfacción sigue siendo que Chelsea va a salir de la cárcel.

No cree que la hayan liberado porque sea transgénero.

Creo que el Ejército la ha maltratado por ser transgénero. Creo que no le ofreció las condiciones apropiadas a sus circunstancias. Y esto es un aspecto completamente separado de las razones del indulto. Y creo que, para Chelsea es importante la distinción porque ella no está pidiendo un trato deferencial o preferente para la comunidad LGTBI, está luchando para que reciban el mismo trato que los demás. Pero si ocurre que el día de su liberación se produce en una fecha importante para la comunidad LGTBI, mucho mejor.

Voy a reformular mi pregunta: ¿cree que si Chelsea no fuera transgénero estaría cumpliendo la sentencia completa?

Creo que, si Chelsea no fuera transgénero, no la habrían sentenciado a 35 años de prisión.

La cuestión viene a cuento por lo que significa para el resto de filtradores como Edward Snowden. La comparación a veces es estéril; Snowden no puede ser indultado porque no ha sido sentenciado aún. Pero es inevitable preguntarse en qué beneficia o afecta este indulto al resto de la comunidad.

Yo no represento a Edward Snowden y no me gusta comparar su caso con el de Chelsea. Dicho esto, los dos casos demuestran que necesitamos crear un sistema que recoja a aquellos que quieren denunciar injusticias cometidas por el gobierno, incluso cuando la denuncia incluye material clasificado. Y hay mucha gente que piensa que Snowden y Manning filtraron material que el público tenía derecho a conocer. No puedo hablar de las motivaciones o intenciones de Snowden pero, si hubiera un sistema para gente como él en nuestro país, no creo que perjudicara a EEUU.

¿Se arrepiente Chelsea de haber filtrado los documentos?

Chelsea ha aceptado la responsabilidad de lo que ha hecho, pero no ha dicho que se arrepienta. Uno puede, a sabiendas, infringir la ley por motivos que consideran justos y asumir las consecuencias de esa infracción. Históricamente, esto es lo más noble que se puede hacer como ciudadano: quebrantar la ley y entregarte confiando que el sistema tendrá en cuenta tus motivaciones.

Decir que se arrepiente es simplificar el caso. Chelsea hizo lo que hizo porque pensó que era lo que tenía que hacer. Y lo hizo sabiendo que quedaba fuera del proceso apropiado. Pero el proceso para denunciar crímenes de guerra con material clasificado es prácticamente inexistente.

Aunque el indulto corrija una injusticia, no es una sentencia que pueda ser utilizada como precedente legal para casos similares. ¿Qué impacto tendrá en el futuro? 

Creo que es un precedente simbólico que establece que una sentencia muy larga no es el camino a seguir. En el sistema legal estadounidense, un juez no está limitado en el número de años de una sentencia por el número de años que ha sentenciado un juez anterior. Pero sí que trabaja en el marco establecido por la experiencia previa. En mi opinión, siete años sigue siendo demasiado tiempo, pero establece un margen de actuación. Y establece el precedente de que tratar a los filtradores de manera desproporcionada e injusta no es una parte de nuestro sistema que queremos conservar.

¿Cree que la nueva Administración ofrece alguna esperanza de que ese patrón mejore?

No lo creo, no. Aunque la Administración de Obama tampoco ofrecía grandes esperanzas. No hay voluntad política para tolerar a los filtradores. Pero que no haya esa voluntad política entre aquellos que hemos elegido políticamente no significa que no sea necesario establecer ese marco de referencia. Este presidente está loco, y habrá muchas batallas contra él.

No creo que Donald Trump vaya a promover leyes justas para proteger a los filtradores. Y me preocupa que sus políticas van a tener un gran impacto negativo sobre los derechos humanos en general. Hay muchas cosas por las que estar preocupado ahora mismo. Pero cada vez hay más abogados como yo, dedicados a los derechos civiles, y eso me hace optimista. Cada vez que Donald Trump apruebe una ley injusta, habrá un abogado como yo que ofrezca resistencia.

El Observatorio Español contra la LGBTfobia denuncia al arzobispo de Granada

Registra en la Fiscalía de Granada tras haber manifestado el religioso que en la ideología de género hay una “patología”

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez EFE

El Observatorio Español contra la LGBTfobia ha interpuesto una denuncia ante la Fiscalía de Granada con copia a la Fiscalía Especializada en Delitos de Odio contra el arzobispo de Granada Francisco Javier Martínez por la homilía del pasado 14 de febrero y publicada en la web de la archidióseis, donde declara que tras lo que denomina “ideología de género”, hay una “patología” y “una torpeza de la inteligencia”.

La denuncia se basa en la supuesta comisión de varios delitos contemplados en los artículos 510 1) y 2) del Código Penal, según el colectivo, “por promover un discurso del odio contra las personas LGBT, además de difundir un escrito cuyo contenido fomenta la discriminación”.

En la denuncia se pide que se tome declaración a los denunciados, y se considera un hecho grave, por lo que se piden las penas máximas que establece la ley para este tipo de delitos.

“Desde el Observatorio consideramos esta homilía del odio, donde se nos tacha poco menos que de enfermos y tarados, una grave injuria y una humillación fomentando un discurso del odio que propugna la exclusión social, la discriminación y injusticia contra las personas LGBTI”, ha declarado Paco Ramírez, director del observatorio.

En su opinión, “es inaudito que la justicia archive una y otra vez, todas las denuncias sobre discurso del odio realizada por numerosos miembros de la jerarquía católica” basándose en la libertad de expresión y de religión, “cuando ambos derechos deben tener unos límites determinados, sobre todo cuando ejerciendo esas libertades ataca, acosa, humilla y desprecia a todo un colectivo”.

“Sin duda poco tiene que ver este discurso del odio con otras voces que llaman a un acogimiento y a una inclusiónverdadera de las personas LGBT en el seno de la Iglesia Católica, tal como señala el evangelio, que es un mensaje de amor, concordia, hermandad y justicia. Mantener a estas alturas del siglo XXI una interpretación fundamentalista de la moral sexual cristiana, no sólo es una concepción simplista y discriminatoria de la sexualidad, sino que continúa provocando futílmente mucho dolor, exclusión y heridas espirituales en muchos creyentes”, concluye.

El Registro Civil permitirá inscribir a su hijo a la pareja de lesbianas que denunció discriminación

Brenda, María José y su hijos.

La Dirección General de los Registros y del Notariado permitirá que Brenda y María José inscriban a su hijo Lenon con las dos en un mismo libro de familia. Así resuelve el organismo, mediante una resolución a la que ha tenido acceso eldiario.es, el recurso presentado por el matrimonio, al que el Registro Civil de Denia (Alicante) había obligado a inscribir al bebé en un libro aparte al del resto de la familia.

Rechazó hacerlo con ambas y sus dos hermanos porque la pareja se negaba a presentar un certificado que emiten las clínicas de reproducción asistida por considerarlo discriminatorio y una invasión a su intimidad. Es uno de los requisitos que, por lo menos hasta ahora, solicitaba el Registro Civil a las parejas de mujeres que querían inscribir a sus hijos o hijas.

En ese papel se acredita que una mujer ha sido sometida a estas técnicas y su objetivo es mantener al menor protegido ante una posible futura demanda de paternidad por parte del donante anónimo. Sin embargo, el Registro Civil no pide el documento a las parejas de heterosexuales en el caso de mujeres que hayan empleado estos métodos para gestar a sus hijos.

Brenda y María José comenzaron una batalla burocrática y mediática en contra de la discriminación que tanto ellas como el resto de parejas sufren, y la han ganado. María José no disimula su emoción: “Estamos muy contentas porque esto no es solo un triunfo personal, sino que puede crear un precedente para el resto de parejas”, asegura en conversación con eldiario.es pocas horas después de haber conocido la noticia.

Abre la puerta al resto de matrimonios

Según el artículo 7.2 de la Ley 14/2006 de Técnicas de Reproducción Humana Asistida, no sería necesario el certificado – la mujer puede manifestar que consiente en que se determine a su favor la filiación respecto al hijo nacido de su cónyuge mujer–, pero al estar este artículo inserto en esta norma, el Registro Civil interpreta que solo se puede acceder a este precepto si se demuestra haber accedido a estas técnicas.

Sin embargo, la Dirección General de los Registros y del Notariado ha dado por válido uno de los argumentos que esgrimía la defensa del matrimonio. Y es que este mismo artículo presente en la Ley de Reproducción Asistida fue incorporado en octubre de 2015 a una ley de reforma del Registro Civil, de manera que ya no habría que demostrar haber utilizado técnicas de reproducción asistida.

María José confía en que la resolución abra la puerta al resto de parejas porque la decisión establece que “la intención del legislador ha sido facilitar la determinación de la filiación de los hijos nacidos en el marco de un matrimonio formado por mujeres, independientemente de que hayan recurrido o no a técnicas de reproducción asistida”.

Hasta ahora la petición del certificado limitaba en la práctica las posibilidades de las parejas de mujeres para concebir a un hijo o a una hija impidiéndoles acceder a la reproducción de maneras diferentes a la reproducción asistida. Esto “e s un ladrillo en la historia de la igualdad LGTB en este país”, asegura María José en su blog

El otro requisito que tienen que cumplir las parejas de lesbianas para poder inscribir a sus hijos o hijas es estar casadas. Así lo establece el mismo artículo (en ambas leyes), que habla de manifestar el consentimiento de la mujer, porque asegura que puede hacerlo siempre que esté “casada y no separada legalmente o de hecho con otra mujer”.

María José y Brenda han tenido que vivir toda una odisea para llegar hasta aquí. Su caso llegó incluso al Parlamento Europeo, donde la  eurodiputada Marina Albiol (Esquerra Unida) preguntó si pensaba “actuar contra éste y otros casos similares que han acaecido en el Estado español”.

Hace unas semanas la pareja entregó en la Dirección General de los Registros y del Notariado 100.000 firmas para pedir que les dejara inscribir a Lenon y han contado con el apoyo de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB).

El Gobierno catalán estudia sancionar la charla que defiende que los homosexuales no deben practicar sexo

La charla plantea cuestiones como “¿Las personas homosexuales nacen con esta tendencia o la adquieren?” EFE

La Conselleria de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat de Cataluña ha abierto un expediente informativo sobre la conferencia del próximo sábado del gay católico Philippe Ariño, que defiende que los homosexuales no deben practicar sexo, para analizar si podría ser sancionable en aplicación de la Ley 11/2014 contra la LGTBIfobia.

Lo ha avanzado la concejal de Feminismos y LGTBI de Barcelona, Laura Pérez, que, en declaraciones a los medios, ha exigido al Arzobispado de Barcelona –que organiza el acto en la parroquia Santa Anna de la ciudad– que la charla “no atente contra las libertades y los derechos” del colectivo LGTBI.

Ha destacado que el consistorio respeta la libertad de expresión y creencia, pero que deben ejercerse desde la responsabilidad para que los debates sean respetuosos con todos los colectivos: “Todo debate planteado de forma sana y abierta es positivo, pero no queremos que se planteen actos en Barcelona con discursos que atenten contra los derechos y las libertades”.

Pérez ha asegurado que el Ayuntamiento hará llegar al Arzobispado su preocupación y ha dicho que el consistorio no puede prohibir el acto.

El Arzobispado defendió este martes que las opiniones expresadas en la conferencia “no tienen que coincidir necesariamente” con la Iglesia. “ Allá se podrá replicar y decir que no estás de acuerdo porque se trata de un espacio de debate”, han explicado desde el Arzobispado. 

Críticas de la asociación cristiana LGTBI

La Asociación Cristiana de Gays y Lesbianas ha lamentado que el Arzobispado “apoye públicamente una persona que vive su homosexualidad de forma enfermiza”, algo que ha hecho en dos ocasiones en los últimos meses, ya que el arzobispo, Juan José Omella, escribió el prólogo de un libro del mismo autor.

La entidad ha criticado que “la jerarquía católica está empeñada en presentar la homosexualidad como una patología o como un fenómeno situado fuera de los designios de Dios”.

Philippe Ariño es autor del libro Homosexualidad contracorriente y c onsidera  que los homosexuales se han de resistir a sus “pulsiones”. O pina que su orientación sexual es “dolorosa” y denuncia que la homosexu alidad “es un mundo de mentiras, que exteriormente se muestra alegre y dentro está lleno de rabia y de tristeza”.

El Arzobispado de Barcelona organiza una charla de un gay que defiende que los homosexuales no deben practicar sexo

La charla plantea cuestiones como ¿Las personas homosexuales nacen con esta tendencia o la adquieren EFE

a delegación de Juventud del Arzobispado de Barcelona ha convocado para el próximo sábado día 11 una charla-debate de un hombre gay católico que defiende que los homosexuales no deben practicar sexo ni tener pareja.  Philippe Ariño es autor del libro Homosexualidad contracorriente y considera  que los homosexuales se han de resistir a sus “pulsiones”.

El presidente del Observatorio contra la Homofobia (OCH) y portavoz del Front d’Alliberament Gay de Catalunya (FAGC), Eugeni Rodríguez, ha pedido que se suspenda el evento, que se celebrará en la parroquia de Santa Anna de Barcelona. “Había empezado a reconocer que algo no iba bien y volví a la Iglesia. He encontrado un camino, pero hay muchos. Otros también consiguen superar estas pulsiones”, asegura Ariño.

El hombre opina que su orientación sexual es “dolorosa” también denuncia que la homosexualidad “es un mundo de mentiras, que exteriormente se muestra alegre y dentro está lleno de rabia y de tristeza” y que “la homosexualidad es la primera forma de homofobia”.

El anuncio de su conferencia anima a los jóvenes a acudir a la charla para encontrar respuestas a preguntas como “¿hay alguna diferencia entre el amor entre personas del mismo sexo o del sexo contrario? ¿Siempre ha habido homosexualidad y ahora sale a la luz o la aceptación hace que ahora haya más predisposición? ¿Las personas homosexuales nacen con esta tendencia o la adquieren?”.

Cuestiones similares a las que el grupo ultracatólico HazteOir planteaba en su convocatoria al seminario online celebrado el pasado 25 de enero para difundir las ideas de Richard Cohen, autor de Comprender y Sanar la homosexualidad. El escritor asegura que la homosexualidad es producto de factores como la falta de amor, traumas sin resolver o el divorcio de los progenitores y  parte de la idea de que hay personas “con deseos homosexuales” que “quieren cambiar”.

Lo hace utilizando palabras como “respeto” o “tolerancia”, pero sin nombrar la homofobia que pueden llevar a una persona LGTBI a sentir malestar al ser rechazada.

Para el presidente del OCH, “es absolutamente indignante y estigmatizante este acto de grave contenido homófobo. Es un claro ataque al contenido de la Ley 11/2014 que obliga que todas las instituciones de Cataluña a no discriminar a las personas LGTBI y genera aislamiento y desprecio”. 

Lo que defiende el Arzobispado de Barcelona

El delegado de Juventud del Arzobispado y organizador del acto, Bruno Berchez, ha defendido la invitación a Philippe Ariño porque “él viene a explicar su historia, no dice qué se ha de hacer o no y dice cosas interesantes porque no es un discurso típico”.

“Que le hayamos invitado no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que dice. Allá se podrá replicar y decir que no estás de acuerdo porque se trata de un espacio de debate. El asunto es poder hablar, no convencer, ni estar de acuerdo”, ha señalado el cura.

“Sé que para muchos jóvenes este tema es difícil y queremos hablar. Ariño es homosexual y se le tiene que escuchar. Que no quiera tener pareja es su opción personal y no ataca a nadie. Puedes estar en contra o a favor, pero lo importante es que se pueda hablar”, ha añadido Berchez.

El delegado de Juventud opina que “la homosexualidad es una realidad y que la Iglesia debe acoger a todo el mundo”, aunque reconoce que hablar de la homosexualidad “es difícil para un católico, pero la idea es no juzgar a nadie sino poder hablar de un tema difícil. Ya sé que es un riesgo, pero creo que no es malo hablar de ello”.

“Hay cosas en las que yo mismo no estoy de acuerdo con Ariño”, ha dicho el sacerdote, que reconoce que “a las personas más militantes homosexuales no les gustará, pero tampoco les gustará a los católicos más cerrados. Creo que es bueno escucharle porque descolocará y hará pensar sobre la homosexualidad”. “Ariño no es agresivo y dice lo que él vive. No es antihomosexual. Es un personaje interesante”, ha concluido Berchez.

La oposición negocia con los colectivos para sacar adelante la primera ley estatal de derechos LGTBI

 

Una ley contra la LGTBfobia que garantice la igualdad de las personas gais, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales está más cerca que nunca. PSOE, Ciudadanos y Unidos Podemos ya están trabajando en un posible proyecto de ley que ha elaborado la Federación Estatal de Lesbianas, Gais Transexuales y Bisexuales (FELGTB). El PP,  que también conoce el borrador, todavía no se ha posicionado.

Los partidos negocian desde el pasado mes de septiembre, cuando la federación les presentó el proyecto, un objetivo común que, excepto los populares, llevaban en sus respectivos programas electorales. Por su parte, los colectivos LGTBI llevan un tiempo demandando la normativa específica, que ya han aprobado algunas comunidades como Madrid, País Vasco, Galicia o Murcia.

La ley que ha ideado la federación, que bebe de las autonómicas, está planteada como un marco general, aunque luego se desarrolle legislación más concreta, como la referida a la identidad de género. Y es que este es uno de los puntos de fricción en el asociacionismo LGTBI. De hecho, la Plataforma por los Derechos Trans ha desarrollado su propia ley sobre derechos de las personas transexuales y defiende regular ambas realidades por separado.

“La situación de las personas trans es tan amplia y específica que requiere de una marco jurídico propio que de una respuesta integral y transversal”, asegura Mar Cambrollé, presidenta de la plataforma. 

“Estamos abriendo una ronda de reuniones para convocar a todos los colectivos y llegar al máximo consenso posible”, afirman desde Unidos Podemos, que también muestran su apoyo al borrador de la ley de la federación. Por su parte, el PSOE está desarrollando las propuestas que quiere aportar al borrador, que es definido por la FELGTB como un “proyecto vivo” y en constante cambio.

“Estamos revisando el texto y trabajando internamente para mejorarlo”, apuntan fuentes socialistas. El objetivo de la federación es que la ley se presente de manera conjunta en el Congreso y con el máximo consenso posible. El PP todavía no ha respondido al colectivo y tampoco ha contestado a eldiario.es sobre el tema.

Por su parte, Ciudadanos sostiene que da su apoyo al borrador, que “está siendo evaluado por los técnicos de la formación”, explican fuentes del partido. “Si en los principios estamos todos de acuerdo vamos a presentar este texto, aunque luego vendrá un periodo largo de enmiendas en el que todos podremos aportar mejoras”, señala Jesús Generelo, presidente de la FELGTB.

Qué va a regular la ley

Con independencia de si el proceso cristaliza en una sola norma o en dos, con una ley específica para la situación de las lesbianas, los gais, los bisexuales y los intersexuales y otra para de las personas transexuales, lo que parece más inminente que nunca es que esta será la legislatura en la que los derechos LGTBI entren al Congreso.

El objetivo es “garantizar plenamente el derecho a la igualdad real y efectiva” del colectivo “mediante la prevención, corrección y eliminación de toda discriminación en todos los sectores públicos y privados del Estado, en cualquier ámbito de la vida y, en particular, en las esferas civil, laboral, social, sanitaria, educativa, económica y cultural”.

Para ello la ley de la FELTB pide la creación de un Consejo Estatal contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género y una comisión interministerial, además de medidas dirigidas a paliar las agresiones homófobas y tránsfobas. Solo el pasado año el colectivo Arcópoli contabilizó 241 casos en Madrid, donde el pasado fin de semana  una mujer transexual que huyó de Honduras al ser perseguida por su activismo LGTBI, fue agredida en Vallecas.

La ley contempla la atención multidisciplinar a las personas que son agredidas, que implique información, asesoramiento jurídico, asistencia sanitaria y psicológica y apoyo. Además, elimina el requisito de que las personas transexuales necesiten un diagnóstico psiquiátrico o modificaciones corporales – tal y como exige la ley actualmente–para acceder a la adopción del nombre en los documentos oficiales.

Un plan de educación integral

“No pedimos privilegios, solamente poder acceder a nuestras necesidades médicas y quirúrgicas en igualdad de trato que el resto de la ciudadanía. Debe estar prohibida por ley la segregación y la obligación de pasar por psicólogos y psiquiatras”, apunta Cambrollé. 

Por otro lado, propone que “se adopten las medidas oportunas para que los espacios identificados en función del sexo” se utilicen por parte de las personas trans en atención al sexo sentido. Por ejemplo, en los colegios, los centros de menores, las residencias de la tercera edad o los espacios para personas con diversidad funcional, donde se desarrollarán planes de formación y sensibilización.

La norma prevé  fomentar la visibilidad de las personas LGTBI, proteger a niños y adolescentes en especial vulnerabilidad –por ejemplo, aquellos que han sido expulsados de sus domicilios por razón de su orientación o identidad de género– y plantea medidas en las Fuerzas Armadas, el ámbito penitenciario, sanitario –como el desarrollo de protocolos para detectar posibles casos de LGTBfobia– y educativo, como la puesta en marcha de un plan integral, que incluya formación del profesorado, la educación en diversidad afectivo sexual o la elaboración de un protocolo para casos de acoso escolar al alumnado LGTBI

La OMS dejará de considerar la transexualidad un trastorno, pero pasará a llamarla “incongruencia de género”

Manifestación Orgullo LGTBI de Valencia, 2016 / EFE

La Organización Mundial de la Salud no sacará la transexualidad de su Clasificación Internacional de Enfermedades en su próxima actualización, que será publicada en 2018, pero la cambia de epígrafe. Pasará de formar parte del capítulo dedicado a “trastornos de la personalidad y el comportamiento” –en el subcapítulo “trastornos de la identidad de género”–a engrosar la lista de “condiciones relativas a la salud sexual” y a llamarse “incongruencia de género”.

La próxima actualización (llamada CIE-11) sustituirá a la CIE-10, vigente desde mayo de 1990, año en el que la homosexualidad salió de la lista. Desde entonces se han ido autorizando versiones de esta clasificación cada cierto tiempo, pero la transexualidad siempre ha sido considerada un trastorno en contra de las demandas del colectivo trans, que pide la despatologización de su condición.

Una de las reclamaciones más férreas que acabaría con la filosofía que subyace en la mayoría de legislaciones del mundo: la transexualidad es una enfermedad que debe ser diagnosticada y necesita tratamiento. La OMS ha querido alejarse de esta concepción para reconocerlo como una situación que puede entrar en contacto con los servicios de salud, para lo que creará un nuevo capítulo.

“Se barajó eliminarlo de la lista pero muchos países solo cubren con las políticas públicas lo que está mencionado en la clasificación. Así que se ha decidido colocarlo en un lugar menos estigmatizante”, señalan fuentes de la OMS. Para los colectivos LGTBI la decisión es un logro, pero “a medias” porque critican, entre otras cosas, que lo haya denominado “incongruencia de género”.

Mar Cambrollé, presidenta de la Plataforma Por los Derechos Trans, celebra que “nos saquen del grupo de enfermedades mentales” y reprocha que “se siga situando a las personas trans en una inferioridad validada desde la comparativa de lo que es congruente y lo que no”.

La diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid y activista transexual Carla Antonelli, que empezó hace cuatro años una recogida de firmas para pedir a la OMS la salida del manual, califica de “paso importante que por fin se da” el cambio de categoría, pero insiste en que lo ideal hubiera sido incluir una definición que mostrara la transexualidad “como una manifestación más de la diversidad del ser humano y reconociera el derecho a la autodeterminación de género”.

La nueva definición

La CIE-11 incorpora lo que llama “incongruencia de género”  en el capítulo de “condiciones relativas a la salud sexual” junto a otros conceptos como “disfunciones sexuales” o “trastornos relacionados con dolencias sexuales”.  El activista trans Pol Galofre lamenta que “siga ligando el tema con algo sexual”, pero “era difícil que de repente entendiesen lo trans como algo social”.

El cambio que baraja la OMS para la futura clasificación es definitivo y, aunque se publicará en 2018, tardará en implementarse entre uno y dos años desde entonces, señalan fuentes de la organización. Por ello, actualizará la CIE-10 mientras se hace efectivo el cambio: modificará el nombre a “incongruencia de género” e incorporará la transexualidad a un capítulo llamado “factores que influyen en el estado de salud y contacto con los servicios de salud”.

No solo cambia el nombre y la situación en el manual, también la definición. Hasta ahora, el CIE-10 calificaba la transexualidad como “un deseo de vivir y ser aceptado como miembro del sexo opuesto, por lo general acompañado de malestar o desacuerdo con el sexo anatómico, y de deseo de someterse a tratamiento quirúrgico u hormonal para hacer que el propio cuerpo concuerde lo más posible con el sexo preferido”.

A partir de 2018 la definición –para adultos y adolescentes– será: “Una incongruencia marcada y persistente entre el género experimentado del individuo y el sexo asignado, que a menudo conduce a un deseo de ‘transición’ para vivir y ser aceptado como una persona del género experimentado a través del tratamiento hormonal, la cirugía u otras prestaciones sanitarias para alinear el cuerpo, tanto como se desee y en la medida de lo posible, con el género experimentado. El diagnóstico no puede asignarse antes del inicio de la pubertad. El comportamiento y las preferencias de género por sí solas no son una base para asignar el diagnóstico”.

Cuerpos que escapan de la norma

Antonelli lamenta que “se siga hablando de diagnóstico” y considera que “la definición debería reflejar que el malestar o el sufrimiento que pueden sentir muchas personas trans vienen dados por condiciones y presiones sociales”. El diagnóstico psiquiátrico es, en muchos casos, condición necesaria para acceder a la hormonación o cirugías de reasignación. En España la ley sigue contemplándolo así, aunque muchas comunidades  ya han dejado de considerarlo imprescindible a través de normativa autonómica.

Galofre, que celebra el cambio como un paso en el camino de la despatologización, explica que la necesidad de modificar el cuerpo de muchas personas transexuales “viene dada por el hecho de que vivimos en un mundo binario y excluyente en el que se entiende que todo el mundo es hombre o mujer cuando en realidad son categorías creadas en las que intentamos encajar a todo el mundo, sea lo diverso que sea. Las modificaciones corporales son una consecuencia de ello”.

“Si tener tetas o no tenerlas no tuviera ninguna consecuencia social ni tuviera el significado que tiene, la gente no tendríamos la necesidad de modificar el cuerpo. Pero hoy es muy difícil sobrevivir con cuerpos que escapen de la norma, por lo que es necesario que las personas que necesitan esos cambios puedan acceder a ellos”, prosigue el activista.

En el caso de la transexualidad en la infancia, la futura CIE-11 la define de manera similar a la experimentada en adultos, aunque añade que “incluye una fuerte aversión por parte del niño a su anatomía o características sexuales, un fuerte deseo de las que coinciden con el género experimentado y fantasear con juguetes, juegos, actividades o compañeros de juego que son típicos del género experimentado en lugar del sexo asignado” y que “la incongruencia debe haber persistido durante aproximadamente dos años y no se puede diagnosticar antes de los cinco”.

Así responden los activistas LGTBI al folleto homófobo que HazteOir difunde en los colegios

Portada del folleto de Arcópoli en repuesta al de HazteOir

El colectivo LGTBI de la Comunidad de Madrid Arcópoli no ha querido quedarse callado ante la difusión de los miles de folletos que el grupo ultracatólico HazteOir ha difundido en centros públicos y privados. La organización ha querido publicar su propio folleto, que ha enviado a la comunidad educativa y a las instituciones madrileñas con el objetivo de mostrar las razones que han llevado a varias autonomías a aprobar leyes de igualdad LGTBI que obligan a educar en diversidad afectivo sexual.

Son estas normas el blanco de los ultracatólicos, que en la portada del documento responde a la pregunta “¿Sabes lo que quieren enseñarle a tu hijo en el colegio?” con un “las leyes de adoctrinamiento sexual”. La primera página muestra a un niño y a una niña haciendo el saludo fascista ante una bandera arcoiris dibujada en la pared. El folleto fue enviado a más de 16.000 centros educativos.

“Han surgido movimientos que quieren cercenar la libertad y volver a los modelos exclusivistas donde se trata de uniformar a toda la sociedad en un modelo familiar y social que no es real y que provoca graves conflictos personales internos a quien no encaja en esos modelos”, apunta Arcópoli en su documento, que ha titulado “¡Que no te mientan! ¿Sabes lo que no quieren que aprendan tus hij@s en el colegio?”.

El colectivo explica que las leyes promulgadas, que para HazteOir cercenan la libertad de enseñanza y de educación y suponen “adoctrinamiento ideológico”, pretenden “evitar la discriminación que todavía se produce en la sociedad, promover la igualdad y establecer medidas que eviten la estigmatización y marginación del colectivo”.

Paliar la ausencia de educación en igualdad

Por ello, “los centros educativos deberán ser muy escrupulosos con el cumplimiento del principio de igualdad, deberán transmitir a sus alumnas y alumnos que todas las personas son iguales, independientemente de su orientación sexual e identidad de género, y merecen un trato respetuoso y no discriminatorio”, prosigue el texto.

Arcópoli recopila datos como que el 74% del alumnado no heterosexual declaró haber sido objeto de insultos por su orientación sexual y al 36% les habían dado golpes o tirado cosas por ello, según un estudio de la FELGTB. El 42% de las víctimas afirman no haber sido ayudados por nadie en el aula y una gran parte de ellas se ha planteado el suicidio.

“Por esta razón, las leyes autonómicas mencionadas establecen que los centros educativos deberán transmitir valores de igualdad, adoptando medidas que promuevan el respeto a los niños o niñas LGTBI”. Entre otras cosas, Arcópoli explica por qué es necesario que existan libros en las aulas que presenten un modelo familiar y vital diverso.

“No se trata de imponer una realidad. Simplemente queremos que la realidad de las lecturas que estén al alcance del alumnado sea muy diversa, reflejando fielmente la sociedad, algo que anteriormente no ocurría”, sostiene el folleto, al que acompaña con un glosario de términos dirigido a padres y madres, una copia para instar al centro educativo a comprometerse con la diversidad y una dirección de correo de la organización para posibles consultas.

En su folleto homófobo HazteOir sugiere que las leyes contra la LGTBfobia suponen un ataque a los heterosexuales y que son u n conjunto de “derechos a la carta para determinados colectivos rompiendo así el principio de igualdad jurídica de las personas”. Sin embargo, Arcópoli recalca que el colectivo LGTBI “necesita de normas específicas” para garantizar “la igualdad real”.

“En ningún caso la ley concede beneficios a las personas LGTBI sobre el resto de la sociedad, pues una ley que busca la igualdad no puede en ningún caso generar injusticias”, añade el folleto, que insiste en que la discriminación positiva “es el instrumento clave de un Gobierno para reducir las desigualdades entre grupos sociales”.

El texto apunta a que la ausencia de la educación en diversidad e igualdad es una pieza clave de la homofobia que todavía subsiste. Una realidad que cristaliza en hechos como “los delitos de odio y la persecución por homofobia en lugares públicos y centros escolares”.

Acusan a ‘The Assignment’ de transfobia por plasmar la reasignación de sexo como castigo

Varios colectivos LGTB acusan a la nueva película de Michelle Rodríguez de presentar este tratamiento médico como un “golpe sensacionalista”

Michelle Rodríguez, durante su caracterización en ‘The Assignment’

La organización estadounidense GLAAD, dedicada a señalar la discriminación sexual en los medios audiovisuales, ha vuelto a poner a Hollywood en el centro de la diana. La película The Assignment, dirigida por Walter Hill (guionista de Alien y Deadwood) y protagonizada por Michelle Rodríguez, ha sido acusada por varios colectivos LGTBI de promover la transfobia.

El argumento ha levantado polvareda desde el pasado verano, cuando el filme se presentó en el festival de cine de Toronto TIFF. Rodríguez se mete en la piel de un sanguinario asesino que es capturado por una cirujana con sed de venganza, interpretada por Sigourney Weaver. Como castigo, la doctora someterá al criminal a una reasignación de sexo que le transforme (solo en apariencia) en una mujer.

“Es triste ver cómo un director convierte un tratamiento médico destinado a salvar vidas en un golpe de efecto sensacionalista”, dijo GLAAD en una entrevista con The Hollywood Reporter. La plataforma de activistas ya criticó el año pasado a La chica danesa por la elección del actor Eddie Redmayne para interpretar a una mujer transgénero. Pero en el caso de The Assignment denuncian el tono general de la película, desde el título (que en un principio iba a ser  Tomboy, o marimacho) hasta la operación de cambio de sexo como castigo.

Cambio de sexo “para dar una lección”

Hace dos años, GLAAD lanzó un estudio que denunciaba que Hollywood da una imagen “en general grotesca” del colectivo LGTBI. Y, si bien otras películas como La piel que habito salieron victoriosas con esta temática, la última de Hill ha fracasado también entre la crítica.

“No se conformaron con hacer una película basura, también incluyen largos planos de desnudos gratuitos (como el de Rodríguez examinando su vagina mientras grita ‘¡NO!’)”, dicen en la reseña de The Guardian, donde Bemjamin Lee muestra su indignación directamente porque hayan permitido rodar  The Assignment.

Por su parte, la protagonista Michelle Rodríguez quiso calmar las aguas en una entrevista con TMZ. “Soy bisexual y nunca haría nada que dañara la comunidad LGTB”, decía la actriz. Ella también fue objeto de críticas en su día tras publicar en Instagram una foto siendo caracterizada junto al siguiente texto:  “[El personaje de Weaver] es una doctora trastornada que decide quitarle la hombría a mi personaje con un cambio de sexo para enseñarle una lección”.

Aún así, insistió en que la película no suponía un ataque contra la comunidad LGTBI porque “nadie tiene la patente de los cambios de sexo, y en la película es un acto de venganza. No un viaje emocional o psicológico”. La polémica continúa, pero The Assignment tiene previsto su estreno en nuestro país a lo largo de este año.

La charla homófoba de HazteOir: “La homosexualidad puede deberse a una necesidad de amor no satisfecha”

Imagen de la convocatoria de HazteOír

El grupo ultracatólico HazteOir ha celebrado este miércoles un seminario online protagonizado por el psicoterapeuta estadounidense Richard Cohen bajo el tíulo “Comprender y ayudar a los homosexuales”. El colectivo se ha querido alejar durante estas últimas semanas del lenguaje más directo rechazando palabras como “sanar” o “curar” y ha camuflado su discurso bajo la “tolerancia” o el “respeto”.

Sin embargo, el objetivo de la charla era dar a conocer los métodos, comúnmente llamados terapias de conversión, que Cohen asegura utilizar para “cambiar” la orientación sexual de homosexual a heterosexual. El escritor, que se hizo famoso hace años tras la polémica generada a raíz de su libro Comprender y sanar la homosexualidad, parte de la idea de que hay personas “con deseos homosexuales” que “quieren cambiar”.

Lo hace sin nombrar la homofobia que puede llevar a una persona LGTBI a sentirse rechazada porque  “presentan el malestar que viven algunas personas homosexuales descontextualizándolo de las causas. Que son, precisamente, los discursos de odio que practica Hazte Oír”, explicaba Jesús Generelo, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales.

Ese es uno de los puntos clave de la forma en que el colectivo ha promocionado la iniciativa. “Si alguien quiere vivir una vida como gay, debe ser respetado. Si alguien quiere cambiar, también ha de ser respetado”, especificaba el anuncio de las jornadas. Una cara amable presente en la convocatoria desconectada de las palabras de Cohen: “Nuestro diseño como hombres y mujeres es ser heterosexuales”, ha afirmado durante el seminario retransmitido por internet.

“En España están intentando ilegalizar [las terapias de conversión], algo que ataca a los derechos de las mujeres y hombres que quieren vivir una vida heterosexual y a las personas que tienen una atracción hacia el mismo sexo no desead”, ha afirmado Cohen. La comunidad científica ha rechazado este tipo de métodos por considerarlos inadecuados porque pueden provocar “depresión, ansiedad y tendencias suicidas”.

“No es culpa de nadie”

El psicoterapeuta, expulsado hace años  de la Asociación Americana de Terapeutas, centra sus explicación en que “no se nace con atracción por personas del mismo sexo, nadie lo elige, es el resultado del entorno y de las experiencias de esa persona”, ha explicado en la jornada.

“Siempre hay motivos que puedan explicar la atracción por el mismo sexo, suelen darse varios factores conjuntamente”, ha sentenciado al mismo tiempo que enumeraba algunas de “las causas” como  “una necesidad de amor no satisfecha”, “heridas del pasado que no han sanado” o “miedo a la intimidad con personas del sexo opuesto”.

Su discurso homófobo aparece claramente resumido en su libro más polémico, Comprender y sanar la homosexualidad . En él asegura que la homosexualidad es producto de “traumas sin resolver que conducen a una confusión de género” y añade los posibles abusos sexuales en la infancia, el divorcio de los progenitores o la muerte de un familiar.

Cohen se ha dirigido también a las madres y padres de niños o niñas LGTB para asegurarles que “no es culpa de nadie y tenemos soluciones” y ha citado como “investigación científica” que las parejas homosexuales “son menos longevas, si la pareja dura normalmente tienen relaciones fuera del matrimonio”.