Leo Varadkar, un primer ministro abiertamente gay para Irlanda

 

El conservador del partido democristiano ha vencido en las elecciones internas y sucederá a Enda Kenny

Leo Varadkar, nuevo primer ministro de Irlanda

El primer líder abiertamente gay del partido democristiano Fine Gael y futuro primer ministro irlandés, Leo Varadkar, toma las riendas de un país modernizado que ha dejado atrás una de sus peores crisis económicas y que se enfrenta ahora a la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

La formación conservadora designó hoy a Varadkar sucesor de Enda Kenny al frente del partido y del Ejecutivo de Dublín, tras unas elecciones internas en las que recibió el apoyo del 60 % de los afiliados, representantes locales y miembros del grupo parlamentario.

La sesión de investidura como primer ministro podría celebrarse el próximo 13 de junio.

El nuevo líder conservador, de 38 años, dijo sentirse “encantado” por la elección, después de derrotar al otro aspirante al puesto, el ministro de Agricultura y Pesca, Simon Coveney, de 44 años, al tiempo que reconoció los grandes retos que afrontaIrlanda , entre ellos el “brexit”.

Varadkar, actual ministro de Protección Social, dirigirá el Gobierno que, junto a los otros veintiséis socios comunitarios, negociará, durante al menos los próximos dos años, la salida de la UE del Reino Unido, uno de sus principales socios económicos y políticos.

Para Irlanda , ha recordado el próximo “Taoiseach” (primer ministro), será prioritario evitar el restablecimiento de una frontera estricta con la provincia británica de Irlanda del Norte que afecte a sus relaciones económicas y dañe el proceso de paz en la isla.

Asimismo, deberá frenar las acometidas de los partidos que forman la Cámara baja del Parlamento de Dublín más heterogénea de su historia, fruto de la estrecha victoria lograda en las elecciones del pasado año por el Fine Gael (FG) bajo el liderazgo del todavía primer ministro, Enda Kenny, en el poder desde 2011.

Aquel resultado obligó a Kenny, de 66 años, a formar un Ejecutivo en minoría con diputados independientes, por lo que necesitó la abstención del principal partido de la oposición, el centrista Fianna Fáil (FF), al tiempo que indicó que no lideraría al partido en las siguientes elecciones generales.

Durante este segundo mandato, el Gobierno irlandés ha sacado adelante medidas legislativas gracias al apoyo o la abstención del FF, pero la opinión generalizada es que ésta será una legislatura corta y que, en cualquier momento, los centristas podrían tumbar la coalición.

En este contexto, Varadkar deberá poner a prueba su liderazgo ante el electorado irlandés en unos próximos comicios y evaluar su popularidad fuera de las estructura del Fine Gael.

Varadkar se ganó el respaldo del 70 % de sus compañeros de partido en el Parlamento de Dublín y en el Europeo y el 55 % de los dirigentes locales, pero solo obtuvo el 35 % de la militancia, que prefirió a Coveney.

No obstante, el sistema del Fine Gael para elegir a su líder establece que los votos del grupo parlamentario representan el 65 % del resultado final, frente al 25 % de los representantes locales y el 10 % de los afiliados.

Enda Kenny felicitó hoy “de todo corazón” a Varadkar por su victoria y le ofreció su “total apoyo” para “el trabajo que tiene por delante”.  “La gran prioridad es mantener el continuo progreso de nuestro país con un Gobierno liderado por el Fine Gael. Sé que Leo tiene la capacidad de liderazgo necesaria para lograrlo”, agregó Kenny.
El veterano político tomó las riendas del Fine Gael hace 15 años, accedió al poder en 2011 y obtuvo un segundo mandato en los comicios generales del pasado año, lo que le convirtió en el dirigente del FG que más tiempo ha sido “Taoiseach”.

Varadkar ha asegurado que la elección de su partido demuestra que “los prejuicios no tienen sitio” en la República de Irlanda , un país moderno y listo para tener a su primer líder abiertamente gay e hijo de un médico inmigrante indio.

La revista de una asociación de empresarios gallega equipara la homosexualidad al incesto

“Una cosa es el homosexual discreto y respetable y otra muy distinta el maricón ostentoso”, se afirma en un artículo

El artículo titulado ‘La homosexualidad es pecado’ fue publicado en el número de mayo

“Una cosa es el homosexual discreto y respetable y otra muy distinta el maricón ostentoso”. De esta forma cierra el secretario y tesorero de la asociación de empresarios de Sada (A Coruña), Eduardo Lorenzo, el artículo publicado en el número de mayo de la revista de la entidad, Xornal Mariñán. Un texto, titulado La homosexualidad es pecado, en el que Lorenzo equipara la homosexualidad con el incesto.

Ante la polémica generada por el artículo, Bernardo Valiño -presidente de la asociación empresarial- ha salido en su defensa, calificándolo de “valiente y correcto” y negando que el uso del término maricón puidese ser considerado ofensivo:  “Maricón aparece en el diccionario”, respondió al ser preguntado por La Opinión de A Coruña.

En el texto, el abogado Eduardo Lorenzo se queja de que “el fenómeno de la homosexualidad ha pasado de estar perseguido (…) a ser un fenómeno poco menos que intocable y equiparable en derechos a un modelo de familia tradicional”. Y muestra su frustración por el hecho de que la llegada al poder del PP en 2011 no supusiese “un cambio de tendencia legislativa en el trato hacia este fenómeno”. “Probablemente, las presiones del lobby gay, así como el miedo a la pérdida de apoyos electorales (…) explican esta posición que algunos calificarían de cobardía y traición”, escribe.

Lorenzo acepta que dado que en la homosexualidad “existen consentimientos otorgados con plena validez por quienes participan de tales actos”, lo que “la situaría éticamente en un plano más elevado que el bestialismo o la pedofilia”, pero “a la par del incesto o la poligamia”, añade.

El secretario de la entidad empresarial termina el artículo reclamando su derecho a “hablar de estas cuestiones” ya que “tenemos que aceptar un desfile anual por un conocido barrio madrileño, pululando lo grotesco, lo carnavalesco, con engendros andróginos y estrógenos con patas -las locas de toda la vida-“, concluyendo que “una cosa es el homosexual discreto y respetable y otra muy distinta el maricón ostentoso”.

La excusa de TVE para no emitir la fiesta mundial del Orgullo Gay

Orgullo Gay 2016 en Madrid (GTRES)

TVE ha decidido no emitir la V Edición del World Pride, la celebración mundial del orgullo LGTB que se celebrará en Madrid del 23 de junio al 2 de julio.

“A día de hoy no hay constancia de que vayamos a hacer ningún tipo de programación especial en directo. Habrá referencia a ello en los programas de la casa como hemos realizado en años anteriores, ya sea en los informativos, España Directo o el programa que corresponda”, explican fuentes de la Corporación a lainformacion.com.

“No sería rentable por el alto coste de producción”

El motivo por el que declinan dar cabida en su parrilla a este evento de escala internacional es que “no sería rentable económicamente hablando por el alto coste de su producción”.

El World Pride reunirá en Madrid a más de dos millones de turistas, de acuerdo a las cifras que maneja el Ayuntamiento. Estos datos aumentan a más de tres millones según la Confederación de Comercio de Madrid. La elección de la capital como sede se explica por una importante efemérides: en 2016 se cumplen 40 años de la primera manifestación LGTB en nuestro país.

Ni que decir tiene que esta decisión estratégica ya ha encontrado críticas en el seno del ente: “La televisión pública está para fomentar los valores y debería apostar por la transversalidad. Es un evento mundial, algo mucho más importante que una manifestación que acaba en una cabalgata. En los últimos años ha aumentado la violencia contra LGTBT y en TVE deberíamos darles nuestro apoyo. Lo lógico sería, no solo que emitiéramos el ‘World Pride’ en directo, sino que estuviéramos emitiendo películas y documentales o haciendo debates desde días antes”, indican desde el sindicato de trabajadores.

Telemadrid sí dará cobertura completa al World Pride

A diferencia de RTVE, la radiotelevisión pública madrileña sí dará total cobertura a las fiestas del World Pride. Telemadrid producirá y retransmitirá los actos más importantes programados por la organización, entre los que se incluye la emisión íntegra de la gran manifestación de clausura prevista para el 1 de julio.

La colaboración de no se limitará al evento internacional. Telemadrid también difundirá a lo largo de todo el año diferentes campañas de sensibilización para favorecer la normalización e integración del colectivo LGTB, después de la firma de un convenio con la Asociación de Empresas y Profesionales para Gais y Lesbianas de Madrid (Aegal), la Federación Estatal de Lesbianas, Gais Transexuales y Bisexuales (Felgtb) y el Colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam).

Holanda niega el asilo a un hombre gay iraquí porque “no ha demostrado suficientemente” su homosexualidad

Los organismos de apoyo a los refugiados en Holanda han denunciado las dificultades que afrontan los refugiados gays para obtener su permiso de asilo, tras la polémica sobre un joven iraquí que afronta la deportación porque, según la Justicia, no “ha demostrado suficientemente” su homosexualidad.

“Sahir Ahmad, solicitante de asilo de 29 años, está amenazado con ser devuelto a Irak por las dudas sobre su orientación sexual. Si vuelve allí, será asesinado porque está prohibida la homosexualidad”, denunció hoy la asociación de Apoyo al Asilo para Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT).

Con el respaldo de la Izquierda Verde (GroenLinks), esta asociación organizó una protesta en Amsterdam para recordar a la Justicia neerlandesa los riesgos que afronta Ahmad si regresa a su país natal.

Por su parte, la organización LGBT holandesa COC también advirtió de que este no es un “caso aislado” y lamentó que “muchos otros” solicitantes de asilo homosexuales han visto rechazada su solicitud y han terminado viviendo como inmigrantes ilegales en los Países Bajos.

“¿Cómo se demuestra que alguien es gay? He presentado pruebas de todo tipo y, aún así, el juez rechaza mi solicitud. Volver a Irak es una sentencia de muerte”, ha explicado este domingo 28 de mayo Ahmad, en declaraciones a Efe.

El tribunal de Amsterdam dictaminó que Ahmad debe ser deportado a Irak “porque no ha demostrado suficientemente” su orientación sexual, según una sentencia que fue emitida tras meses de proceso judicial en el que tanto este joven como su pareja, Mushtak Nahemy, tuvieron que declarar.

Ahmad recibió, además, una carta en la que se le advertía de que iba a ser trasladado a un centro de expulsión en los próximos días para prepararse para su partida a Irak, puesto que el intento de regularizar su situación en Holanda había fracasado.

El servicio de inmigración no consideró “demostrada la homosexualidad” de Ahmad, a pesar de que Nahemy, su novio desde hace dos años y medio, llegó incluso a declarar en el juicio que la pareja mantenía “relaciones sexuales varias veces al día”, según su abogado, Erik Hagenaars.

El letrado añadió que el procedimiento de solicitud de asilo se hizo sobre “la base de la homosexualidad” y se subrayaron las dificultades del “proceso de autoaceptación” de ser gay.

“Algunas personas no pueden hablar acerca de sus emociones y sentimientos, y Sahir es una persona así. La homosexualidad puede ser un problema para algunas personas, tanto que lo ocultan durante toda su vida”, justificó Hagenaars.

Como pruebas, el joven presentó varias fotos tomadas junto a la bandera arcoíris, el vídeo de la pareja a bordo de un barco durante el desfile del orgullo gay en un canal de Ámsterdam y el testimonio de amigos de Ahmad.

Sin embargo, el fallo establece que “no se trata del desarrollo de los sentimientos homosexuales o del proceso de reflexión”, sino que Ahmad debía haber sido capaz de dar “detalles concretos de su creciente conciencia” de que era gay.

La pareja llegó a los Países Bajos en noviembre de 2015, huyendo de las amenazas de muerte de la familia de Ahmad, que descubrió su homosexualidad después de leer varios mensajes de teléfono que él había intercambiado con Nahemy, según relató el joven a la Justicia.

Ambos entraron en Holanda tras cruzar Turquía, Grecia, Austria y Alemania con documentación falsa.

Mientras que la orientación sexual de Nahemy no fue cuestionada y obtuvo su permiso de residencia en Holanda sin mayores complicaciones, Ahmad se pregunta cómo puede “probar” su homosexualidad.

“Volver a Irak sería mi fin. Me matarán en el propio aeropuerto. Y si no, ya lo hará mi familia más tarde”, afirmó el joven, antes de recordar su “felicidad” al entrar en un bar que tenía colgada una bandera arcoíris en Amsterdam.

Holanda es uno de los primeros países que abrió la puerta al matrimonio homosexual y se considera uno de los lugares más tolerantes del mundo, aunque asociaciones de defensa del colectivo LGBT denuncian las dificultades que han afrontado en los últimos años los homosexuales para obtener asilo en los Países Bajos.

Indignación por un programa que se mofó de jóvenes gays en directo

La estrella televisiva Cyril Hanouna publicó un anuncio falso en un aplicación de citas para homosexuales y emitió en directo las llamadas de los usuarios interesados, a los que humilló. El Consejo del Audiovisual francés recibe 20.000 quejas formales contra el presentador, que ya estuvo envuelto en otra polémica en octubre: su programa fue investigado por presunta agresión sexual a una figurante

Cyril Hanouna en ‘Touché Pas a Mon Poste’

El controvertido presentador de la TV francesa Cyril Hanouna ha vuelto a causar quejas y revuelo por una de sus últimas intervenciones. El Consejo Superior del Audiovisual francés ha recibido 20.000 quejas contra el comunicador por bromear sobre las aplicaciones de citas para gays y hasta por mofarse en directo de un usuario de estas, recoge BBC.

Todo ocurrió la pasada semana. Como parte del contenido de su programa, ‘Touche pas à mon poste’, Hanouna publicó un anuncio falso de búsqueda de pareja en una de estas páginas de contactos. Lo hizo utilizando una fotografía del torso del youtuber Max Emerson como perfil, y haciéndose pasar por un hombre bisexual llamado Jean-José, “muy deportista y muy bien dotado” y al que “le gusta ser humillado”.

Hubo usuarios de la red de citas que llamaron al teléfono que Hanouna había indicado, que no era otro que el del programa. Con un tono de voz afeminado, el presentador mantuvo sendas conversaciones con estos y consiguió que le contaran sus fantasías sexuales en directo, para escarnio público.

Clamor de las asociaciones LGTB contra Hanouna

Ni que decir tiene que el asunto ha levantado una gran polvareda en el país, donde numerosas asociaciones LGTBI han criticado con dureza al programa y a su estrella. Joël Deumier, presidente de SOS Homophobie, calificaba lo ocurrido de “escandaloso, vergonzoso y homófobo”.

Nicolas Noguier, del colectivo Le Refuge de ayuda de víctimas de la homofobia, ha agregado que uno de los jóvenes que entró por teléfono en directo, ha requerido de atención psicológica por lo ocurrido: “Nos sentimos devastados al escuchar su llanto y su temor a que sus padres se enteraran de que era homosexual”, explicaba.

Por su parte, Hanouna ha asegurado sentirse “dolido” por las acusaciones de homofobia. De hecho, afirma que él ha estado “luchando durante años contra eso y es lo opuesto a lo que significa su programa”. En cualquier caso, ha dicho arrepentirse y ha asegurado que no volverá a llevar a cabo ninguna acción similar.

Fue investigado por supuesto agresión sexual en su programa

Lo cierto es que esta personalidad de la televisión francesa ya levantó una gran polvareda el pasado mes de octubre, por un episodio que fue visto internacionalmente como una prueba de la cultura de la violación imperante en nuestra sociedad.

Hanouna quiso recrear el robo con violencia sufrido por Kim Kardashian en su habitación de hotel en París en aquellas fechas, para lo que contaron con una joven modelo llamada Soraya. Esta fue maniatada en una bañera por un tertuliano del programa que hacía las veces de ladrón.

Tras hacerlo, el presentador proclamó que su colaborador había “ganado” este perverso y frívolo juego, y añadió que merecía un beso de su “víctima”. La figurante, incómoda ante la insistencia de los dos hombres, se negó en rotundo. Esto no impidió que el tertuliano se apresurara a besarle uno de sus senos sin que ella lo esperara, para salir victorioso a continuación alzando los brazos.

Inmediatamente, los espectadores reaccionados indignados y horrorizados ante lo que consideraban una situación de acoso y de agresión sexual a la joven. El Consejo del Audiovisual recibió más de 250 quejas.

Por qué una mujer trans no puede ser juzgada por violencia de género

por Andrea Momoitio publicado en EL diario

La noticia en El Correo

Las generalidades nunca han sido buenas aliadas y, sin embargo, las leyes se construyen a partir de ellas. No puede ser de otra manera porque la realidad es poliédrica y cambiante, igual que la ciudadanía para la que se dictan normas jurídicas. El Estado de Derecho, que rara vez hace honor a su nombre, se vuelve del revés ante nuestro mundo, que es tan complejo como quienes lo habitamos.

El periódico más leído de Bizkaia, El Correo, publicaba ayer una noticia, escrita desde la mismísima transfobia, en la que se narraba la encrucijada judicial ante la que se encuentra un abogado: su clienta, una mujer trans, es acusada de haber ejercido violencia contra su expareja, también mujer. Los hechos denunciados se produjeron antes de la transición social de la acusada por lo que la denuncia fue registrada como un caso de violencia de género, que sólo incluye los delitos de violencia ejercidos en el marco de una pareja heterosexual. Esta ley, una de las grandes victorias del movimiento feminista del Estado español, pretendía, por un lado, garantizar medidas punitivas y de protección específicas y, sobre todo, el reconocimiento social de que la violencia que los hombres ejercen contra las mujeres responde a una lógica social, cultural, estructural. Los hombres agreden y asesinan más a sus parejas mujeres porque vivimos en una sociedad que permite y legitima la dominación masculina. Ahora bien, y volviendo al inicio, la realidad nos enfrenta cada día a nuevos retos.

El caso es complejo y abre distintas vías para el debate, pero hay una cuestión ineludible: la acusación de violencia no justifica que se cuestione la identidad de género de la acusada. El respeto a la identidad de género es una cuestión de Derechos Humanos. La noticia de El Correo, firmada por Marta Fdez. Vallejo, evidencia la falta de profesionalidad de muchos periodistas y de medios de comunicación, además de una falta de respeto flagrante a la identidad de género de las personas trans. La autora se refiere en todo momento a la acusada en masculino. Ya en 2013, la Federación de Asociaciones de Periodistas de España instó a rectificar a once medios que nombraron en masculino a una mujer trans víctima de violencia de género.

La ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas, recoge requisitos suficientes para que resulte muy poco probable que nadie se enfrente a un proceso de transición como estrategia jurídica. La noticia de El Correo señala que la acusada cumplió con los requisitos para conseguir la rectificación registral de la mención del sexo: haber recibido tratamiento hormonal durante al menos dos años “para acomodar las características físicas al sexo reclamado” (argumenta la ley), haber sido diagnosticada de disforia de género (un criterio patologizante contra el que lucha el movimiento trans), y no mostrar trastornos de personalidad que puedan influir en su deseo de transición.

Una circular de la Fiscalía del Estado español, publicada en 2011, analiza los criterios a tener en cuenta para la actuación del Ministerio Fiscal en materia de violencia contra las mujeres y reconoce a las mujeres trans como posibles víctimas de violencia de género, incluso cuando no hayan accedido a la rectificación registral, una excepción (admito que para mi sorpresa) que busca proteger a las víctimas extranjeras, excluidas por la Ley de Identidad de Género. Este documento evidencia que la ley de violencia de género obvió la existencia de mujeres trans.

El caso que nos ocupa es distinto y no parece que haya jurisprudencia. Una mujer transexual es acusada de ejercer violencia contra su pareja antes de la transición. ¿Cabe sostener que era hombre en la época en la que ejerció presuntamente violencia psicológica contra su pareja? Las vivencias trans son tan dispares como las personas que las viven: algunas personas sienten que habitaban un cuerpo que no les correspondía y otras no describen esa disociación sino una evolución en su identidad. Algunas necesitan que se garantice su derecho a la invisibilidad después del proceso de tránsito, y otras se visibilizan como activistas trans. La mujer acusada de ejercer violencia contra su pareja, según cuenta su abogado en la noticia que publica El Correo, se reconoce como tal desde el nacimiento. No es la única manera de entenderse trans, pero es la suya y, por tanto, en este caso, la única válida.

Pretender que la acusada sea juzgada como hombre, si ella nunca se ha reconocido así, pone de manifiesto la falta de reconocimiento de su identidad y favorece la preocupante distinción entre las mujeres de verdad y las otras, una categorización claramente tránsfoba y, desgraciadamente, muy presente también entre cierto sector del movimiento feminista. Lo cierto es que lo trans cuestiona muchos de nuestros planteamientos y propuestas, que se han basado tradicionalmente en la búsqueda de políticas públicas y propuestas que tratan de subsanar las desigualdades entre hombres y mujeres cisgénero. La sociedad sigue siendo, al menos en los aspectos formales, binaria y simple; pero la ciudadanía es mucho más cambiante y heterogénea que las leyes. La noticia, si pone algo de manifiesto, es también la lentitud de un sistema judicial que siempre es impuntual.

Por otro lado, descartar que se juzgue a una persona que nunca fue hombre por un delito de violencia de género no implica absolverla. Con el Código Penal en la mano, el artículo 153 reconoce como un delito específico cuando la víctima es “su esposa” o una mujer con la que tenga “una análoga relación de afectividad aun sin convivencia. Esta conclusión abre, en todo caso, el debate sobre si la violencia entre parejas del mismo sexo debería tener también un tratamiento específico.

La Ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, aprobada en 2004, ha servido para concienciar a la sociedad de la raíz estructural de las violencias machistas en el ámbito de la pareja heterosexual. A nivel formal, lo logramos, pero el número de asesinadas no cesa. La urgencia por evitar que nos sigan matando, sin embargo, no puede evitar que sigamos avanzando para construir leyes y contextos políticos que reconozcan la diversidad de nuestras sociedades pero, sobre todo, esa urgencia no pueden fomentar los discursos de odio contra las personas trans. El titular de la noticia que ha suscitado este análisis decía que “Un acusado de violencia de género se cambia de sexo durante el proceso judicial”. Ese titular sí que es de juzgado. De juzgado de guardia.

El obispo de Solsona se pregunta si la homosexualidad se debe a la ausencia de “la figura del padre”

Xavier Novel se cuestiona “si el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual” de muchos chicos adolescentes se debe “a que en la cultura occidental la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, difuminada”

El obispo de Solsona se pregunta si la homosexualidad se debe a la ausencia paternal

El obispo de Solsona, Xavier Novell, ha cuestionado en su glosa dominical si la homosexualidad se debe “a que en la cultura occidental la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, difuminada”.

Bajo el título de “Amor que se convierte en fecundo”, Novell publicó este domingo su carta dominical en la hoja parroquial de su diócesis, en la que invita a leer el capítulo V del ‘Amoris Laetitia’, que habla de “la fecundidad del amor y de todo lo necesario para engendrar y la educación de los hijos, así como de algunos elementos importantes de la vida familiar”.

Novell advierte en su carta que “en un tiempo como el nuestro, hay que desvelar que es muy difícil el crecimiento sereno y equilibrado si faltan unos padres que ejercen su función educadora desde la identidad maternal femenina y paternal masculina”.

También recuerda que la doctrina papal establece que “hay roles y tareas flexibles, que se adaptan a las circunstancias concretas de cada familia, pero la presencia clara y bien definida de ambas figuras, femenina y masculina, crea el ámbito más adecuado para la maduración del niño”.

Así, Novell reconoce que se pregunta “si el fenómeno creciente de la confusión en la orientación sexual de muchos chicos adolescentes no será debida a que, en la cultura occidental, la figura del padre estaría simbólicamente ausente, desviada, difuminada” e incluso si “la virilidad parecería cuestionada”.

El obispo de Solsona concluye recomendando a todos los padres y madres, “especialmente a aquellos que esperáis nuevos hijos y/o estáis educando en la infancia, leed cuidadosamente estas páginas, las conversáis y las usáis para mejorar en la tarea más importante de su vida: ser padres”.

“La comunidad LGTB no denuncia judicialmente la violencia que sufre en Chechenia porque está aterrorizada”

Irina Gordienko, periodista de Novaya Gazeta. AGUSTÍN FONTENLA

Irina Gordienko es periodista del diario ruso independiente Novaya Gazeta. El 4 abril, tres días después de que su colega Elena Milashina publicara el primer artículo sobre el arresto y la tortura masiva de integrantes de la comunidad LGBT en la República rusa de Chechenia, recibió mensajes de víctimas y conocidos de ellas que le revelaron las detenciones, torturas, y humillaciones que habían sufrido a manos de las fuerzas de seguridad de esta región caucásica.

A partir de esos contactos, logró reunir información para precisar las condiciones en que sobrevive la comunidad LGBT en Chechenia, y porqué se aterrorizan cuando les sugieren la posibilidad de declarar ante un tribunal.

Su información permitió ampliar la denuncia periodística y las posibilidades de que se inicie una investigación judicial. El propio Vladímir Putin apareció en el principal canal de televisión de Rusia refiriéndose a la denuncia, dos temas (los derechos gays y Chechenia) que son prácticamente un tabú en la sociedad rusa. Con su consentimiento, el Defensor del Pueblo prometió investigar la denuncia.

Mientras tanto, las autoridades religiosas y políticas de Chechenia acusaron a la redacción de Novaya Gazeta de ser “traficantes de odio” y aseguraron que les darían un “castigo” sin límites. Aunque no es la primera vez que sufren intimidaciones, en esta oportunidad, se trata de la más seria que recibieron. La amenaza de clérigos y altos cargos del Gobierno partió de una reunión en una mezquita de esta región caucásica, a la que asistieron unas 15.000 personas, y que se transmitió por televisión.

Días atrás el Ministro de Asuntos Internos de Chechenia dijo que no se encontraron pruebas objetivas respecto a la denuncia sobre detenciones masivas, torturas y muertes de gays en Chechenia. ¿Cree que se podrá apelar esta resolución?

No hay forma de confiar en el gobierno de Chechenia, en su Comité de Investigación y en sus fuerzas de seguridad porque ellos lo hicieron, entonces qué van a investigar. En nuestro primer artículo dijimos que conocíamos gente que había sido torturada hasta la muerte, pero nunca los nombramos. Solo los nombramos ante la persona encargada del Comité Nacional de Investigación. Pero públicamente nunca lo hicimos para proteger a sus familiares. 

Nosotros teníamos tres, quizá cuatro nombres, y había varios otros de los que no estábamos seguros. Sobre uno de ellos, sabíamos que había sido detenido y torturado, pero luego desapareció y no pudimos encontrarlo. Sus familiares primero dijeron que estaba en un hospital en San Petersburgo, luego que estaba en un hospital en Europa. Y de repente, él apareció en su casa, en un pueblo en Chechenia. 

Entonces, Kadírov fue personalmente a su casa, y las autoridades chechenas dijeron que la prensa había mentido sobre la detención, tortura y muerte de esta persona, que en realidad estaba en su hogar, sana y salva. Sin embargo, nosotros nunca dijimos su nombre. Entonces, ¿cómo es que supieron que en nuestro artículo hablábamos de esta persona?

Después supimos que este hombre fue arrestado en un sótano de una estación policial en Grozni. Nadie sabía dónde estaba, y por eso las personas que lo conocían pensaban que estaba muerto.

Cuando esta campaña contra los gays en Chechenia se hizo pública, lo dejaron en libertad y lo llevaron a su casa. Cuando Kadírov estuvo allí, esta persona dijo, “los rumores sobre mi muerte fueron un poco exagerados”. Eso es ridículo. Esto muestra la situación de pánico en la que se encuentran las personas para denunciar públicamente lo que les sucede.

Entonces, ¿la única opción de que se juzgue a los culpables es que el Comité Nacional de Investigación ruso se decida a investigar?

Después de que publicáramos varios artículos, el Comité Nacional de Investigación empezó una pesquisa, que es el paso previo para abrir una investigación oficial. La persona encargada del Comité de Investigación de Rusia ha comenzado a analizar los hechos y nos entrevistó a mí y a Elena (Milashina), y brindamos toda la información que teníamos, por supuesto, obviando datos personales. 

Esta persona del Comité Nacional de Investigación trabajó en el Comité de Investigación del Cáucaso durante más de 10 años y sabe bien cómo trabajar en Chechenia.  Ahora se encuentra allí, interrogando a las fuerzas de seguridad, a funcionarios policiales, políticos, y religiosos. Es por eso que las autoridades de Chechenia están declarando públicamente que investigaron la denuncia y que no encontraron nada. Están en pánico y no saben qué hacer porque no esperaban esa reacción. Igual que nosotros no la esperábamos. 

Llevamos años escribiendo sobre las torturas y los asesinatos en el Cáucaso, y nunca sucedió nada. No sé si es que la gente se cansó de toda la situación con Chechenia, porque es un agujero negro, donde no hay justicia, ni leyes. Entonces, de pronto, precisamente porque es este tema de la comunidad LGTB, sucedió una explosión. De todas partes del mundo empezaron a fijarse en lo que sucedía en Chechenia. Fue una sorpresa.

El presidente checheno, Ramzán Kadírov. EFE

Activistas LGBT que ayudaron a algunas víctimas de esta persecución a escapar del Cáucaso, creen que esta vez habrá una investigación oficial porque las autoridades temen manifestaciones en la calle. ¿Está de acuerdo?

Esperamos que así sea. Pero una investigación oficial solo puede empezar con una condición. Si una de las personas detenidas y torturadas realiza una denuncia en la justicia. Sin víctimas que lo denuncien judicialmente, no habrá investigación. Nosotros (Novaya Gazeta) y la ONG LGBT Rusia, estamos trabajando para persuadir a estas personas de que presenten la denuncia jurídicamente, asegurándoles que en caso de que lo hagan, recibirán protección del Estado para ellos y sus familias.

¿El Estado ruso se encargaría de protegerlos?

Es muy sorprendente, pero la institución rusa que se encarga de esta materia es muy buena. Tenemos experiencias previas con gente de Chechenia que acordó presentarse como testigo de torturas realizadas por las fuerzas de Kadírov. Y ahora, por ejemplo, una de esas personas, junto a toda su familia, tiene otra identidad, otro pasaporte, y está viviendo legalmente en Europa. 

¿Cómo logró contactar con las víctimas? ¿Por qué tienen tanto miedo de denunciar los abusos?

Elena publicó su primer artículo el 1 de abril, y después, el 4 de abril, gente de Chechenia que reside en Europa me escribió diciéndome que toda la información publicada era cierta, y yo les dije que necesitaba testigos que confirmaran lo que me estaban diciendo. Entonces me dieron teléfonos de dos personas chechenas en Europa, a las que llamé, y una de ellas me dijo que era gay y que había dejado Chechenia en enero, y me dio el teléfono de una persona en Rusia con la que podía hablar.

Le llamé y me reuní con él unas tres horas. Esta persona me contó que era bisexual y que tenía esposa, hijos y un negocio muy exitoso. Me dijo que no participaba de ninguna fiesta o reunión LGTB, ni en Chechenia ni en otro lugar. En principio, no podría decir precisamente que era gay. Esto sucede porque en la sociedad chechena, cuando tienes 25 años, te empiezan a preguntar por qué no tienes mujer, por qué no tienes hijos… Entonces, puedes tenerlos solo para cumplir.

Esta persona me contó que estuvo detenida dos semanas, y que fue humillada y torturada. Tras ello, pensó en quedarse en Chechenia, pero unas semanas después una persona lo llamó, y entendió que la policía estaba vigilándolo, y decidió irse con su familia.

Cuando le pregunté a qué tenía miedo, dijo que temía más por su familia que por él mismo. Y es lo que sucede en la mayoría de los casos.

En Chechenia, una familia es un clan, que consiste en 10 familias. Si una persona del clan dice que es gay, será condenado públicamente junto a estas 10 familias. Sus integrantes serán deshonrados, despedidos de sus empleos y no podrán conseguir otros. Las mujeres no podrán casarse. Es una sociedad muy conservadora, y una persona que es excluida de la sociedad tras esta deshonra, puede ser escupida, insultada, o incluso que le incendien su casa. Su única salida es irse de ahí, y a dónde vas a ir, cómo vas a vivir.

¿Conoció algún caso donde la familia haya actuado contra un familiar gay para evitar esta supuesta “deshonra”?

Conocí la historia de una persona en un pueblo de Chechenia que todos sabían que era gay. Un hombre que tenía unos 50 años, que vivía por sus propios medios y que era muy discreta. Después de que comenzara esta detención masiva, él fue detenido, torturado y luego liberado. Tras su liberación, las fuerzas de seguridad convocaron a tres hombres de su familia, y los humillaron frente a otros familiares y policías. Después los forzaron a ‘abdicar’ de su relación familiar con esta persona gay. Entonces, los policías le dijeron que su clan estaba deshonrado y que podían hacer lo que quisieran con su familiar.

Posteriormente, el consejo de su pueblo le dijo a esta persona que las autoridades sabían que era gay, y que no podían poner en riesgo la honra de su clan, por lo tanto debía irse. 

Mucha gente en Chechenia no ha salido ni siquiera de su pueblo, e ir a Grozni (la capital) es algo muy importante. Así que imagina lo trágico que es para ellos irse a otra ciudad o, peor, a otro país.

Por su experiencia de haber trabajado en el Cáucaso y con lo que está sucediendo ahora con esta denuncia, ¿cree que habrá un impacto político en Chechenia?

Creo que sí, que está sucediendo ahora mismo. Después de las informaciones, hubo una mala reacción de las autoridades: esto es una “provocación”, son “mentiras”, “no hay testigos”. Incluso el Defensor del Pueblo dijo que era una “provocación”. Pero luego nos comunicamos con algunos funcionarios, y les explicamos que muchas víctimas no quieren hacer la denuncia judicial porque están asustados no solo por ellos, sino por sus familias.

Posteriormente hubo una reunión en el Kremlin, entre Putin y Kadírov. Supuestamente era una reunión para hablar de asuntos sociales y económicos, pero creo, personalmente, que la principal razón por la que el presidente convocó a Kadírov fue por las denuncias sobre la represión a la comunidad LGTB, y a raíz de la presión internacional. El Kremlin estaba en shock con esta reacción en Europa y otros países. 

Tratamos de informar a Putin de la situación real, y luego, el Defensor del Pueblo, en esta reunión, habló de formar un grupo especial para investigar esta denuncia.

Putin prometió esto, y fue transmitido en el canal de televisión Rusia 1 (el principal canal ruso). Eso podrían haberlo dejado sin problemas fuera de cámara, pero fue como una señal para los países de Occidente de que Putin está al tanto de la situación, y está comprometido a investigarlo. Eso no significa que realmente vaya a suceder algo pero toda esta situación, que Putin esté hablando en el canal Rusia 1, sobre personas gays, sobre Chechenia, y que prometa alguna investigación, esto es increíble.

Por eso creo que esto ya tiene un impacto muy negativo en Kadírov. Tendrá consecuencias, pero dudo que podamos verlas públicamente. 

Sabemos cómo fue la reacción en Chechenia, y también la reacción internacional. Pero ¿cuál fue la reacción en las grandes ciudades rusas?

Es difícil decirlo porque Rusia es un país muy conservador. La gente tiene una actitud muy escéptica hacia temas que involucran a la comunidad LGTB. Las personas que están interesadas en asuntos sociales y políticos, y que saben lo que está sucediendo en Chechenia, saben que no es solo sobre LGTB, sino sobre defender los derechos humanos en general. En Chechenia hay muchas cárceles secretas, en donde integrantes de diversos grupos sociales son arrestados. Pero la otra gente, que no está interesada en asuntos sociales y políticos, realmente no les importa. No leen los diarios, ni investigan en internet.

Por otra parte, lo que sucedió con LGTB Rusia, la ONG que lanzó una línea telefónica (para que víctimas de esta comunidad soliciten ayuda) es de una magnitud enorme, por la cantidad de llamadas que recibieron desde el Cáucaso desde que publicamos los artículos.

Una de las personas que fue arrestada decía en su testimonio que antes que matarlos, por los menos podrían llevarlos a un hospital. Es decir, consideran que su orientación sexual es una enfermedad.

Esa es una opinión muy extendida entre gente con falta de educación. Otro tema es que en el Cáucaso, hay un descreimiento total con la institución psiquiátrica, si vas al psicólogo es porque tienes un problema mental grave, y no puedes encargarte de tu mujer. 

¿Esto pasa solo en Chechenia o en grandes ciudades rusas también?

No, también sucede en grandes ciudades rusas, incluso en Moscú. Aquí, por ejemplo, cuando los familiares, especialmente los padres, descubren que su hijo es gay lo fuerzan a ser internado en una clínica psiquiátrica. De todas formas, aquí hay muchas fuentes de información para entender que no se trata de una enfermedad. Pero en ciudades pequeñas, la gente realmente lo cree así.

Todos los trabajadores de Novaya Gazeta fueron amenazados por clérigos chechenos, el gobierno de esa región y una multitud de ciudadanos de Chechenia que se reunió el 13 de abril en una mezquita. ¿Tienen miedo?

Ya fuimos amenazados muchas veces, aunque esta vez fue más intenso. Incluso antes de esta reunión de los clérigos, Kadírov dijo que los periodistas de Novaya Gazeta debíamos ponernos de rodillas y pedir perdón a él y a la nación chechena. Creo que es demasiado ambicioso, ridículo, y le deseo suerte… Creo que la persona debe estar preocupada si escribe mentiras, pero estoy tranquila porque lo que escribimos es cierto, está respaldado por los hechos.

En Occidente muchos medios y personas ponen en cuestión que exista libertad de prensa en Rusia. ¿Qué diría al respecto?

No sé si hay libertad de prensa o no, o si tenemos alguna libertad de prensa, pero estamos realmente trabajando, y estamos escribiendo sobre lo que opinamos, investigando asuntos inconvenientes, y logramos publicarlos. Es realmente muy, muy difícil, y debo decir que nuestro director, Dimitri Moratov es un héroe de nuestros días porque soporta una enorme presión, y hace enormes esfuerzos diplomáticos para que no se cierre el periódico y no dejar que algunas autoridades, que son nuestros enemigos, logren cerrarlo.

Unidos Podemos retirará el artículo de la ley LGTBI que permitía destruir textos ofensivos sin orden judicial

La ley cuenta con medidas contra la discriminación en el ámbito de la educación o la salud

Unidos Podemos va a retirar uno de los artículos más polémicos de la primera ley estatal de derechos del colectivo LGTBI, que ha dado sus primeros pasos salpicada por las críticas debido a los apartados referidos a infracciones y sanciones. En concreto, se eliminará el que posibilitaba la destrucción o la incautación de publicaciones y otros soportes en los que se hayan producido las infracciones administrativas que contempla la norma.

De este apartado alertaron la semana pasada  los primeros en arremeter contra el régimen sancionador del proyecto en Twitter, el bufete Almeida y el abogado David Bravo, que  renunció a ir en las listas  de Podemos en las últimas elecciones. La Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) lo calificó de “especialmente grave” y de un supuesto “inconstitucional” porque según el artículo 20 de la Constitución “sólo podrá acordarse el secuestro de publicaciones, grabaciones y otros medios de información en virtud de resolución judicial”.

El artículo posibilitaba que “ante cualquier infracción, cualquiera que sea su naturaleza,  se procederá al decomiso y destrucción, borrado o inutilización de libros, archivos, documentos, artículos y cualquier clase de soporte objeto de las infracciones  administrativas contempladas en la presente Ley o por medio de las cuales se hubiera cometido”. Si hubiera sido cometido a través de las tecnologías de la información “se acordará la retirada de los contenidos”. 

“En los casos en los que, a través de un portal de acceso a Internet o servicio de la sociedad de la información, se difundan exclusiva o preponderantemente los contenidos a que se refiere el apartado anterior, se ordenará el bloqueo del acceso o la interrupción de la prestación del mismo”, añadía el apartado finalmente.

La diputada de Unidos Podemos, Mar García Puig, asegura que “se está tratando con los técnicos cómo hacerlo” porque no es posible enmendar un texto antes de su toma en consideración. Las posibilidades, en opinión del abogado Carlos Almeida, son retirar el proyecto y volverlo a presentar o presentar un escrito de corrección de errores.

Derechos en conflicto

No solo este artículo de la propuesta y que finalmente se retirará levantó la polémica el pasado viernes.  La propuesta incluye un régimen sancionador que pretende castigar por vía administrativa las ofensas al colectivo y que ha desatado las críticas  hasta cristalizar en un debate de fondo sobre cómo armonizar el derecho a la libertad de expresión y la lucha contra la discriminación de determinados colectivos.

Lo que empezó hace una semana como un conflicto de juicios cruzados se ha calmado en los últimos días y, tanto la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB), que redactó la norma, como Unidos Podemos, se muestran dispuestos a revisar el texto y abiertos a la negociación. De hecho, la iniciativa todavía debe atravesar el trámite parlamentario, con posibilidad de enmiendas y modificaciones.

Las principales críticas se centran en la parte del articulado reservado para las sanciones –que divide en leves, graves y muy graves, para las que contempla multas de 3.000 a 45.000 euros, dependiendo del grado– y que en opinión de la PDLI “amenaza la libertad de expresión”.

Entre los apartados más criticados se encuentra el que califica de infracción “proferir, por cualquier medio o procedimiento, expresiones, imágenes o contenidos gráficos de cualquier tipo que sean ofensivas o vejatorias, por razón de orientación sexual, identidad o expresión de género o características sexuales contra las personas LGTBI o sus familias. Además, también contempla multas para aquellos que reincidan en este tipo de expresiones a través de Internet o las redes sociales.

Para la abogada Charo Alises se trata de una forma de “proteger a un colectivo vulnerable” porque “hay expresiones y actitudes que atentan contra la dignidad de las personas que deben ser perseguidas y que perpetúan la discriminación”. En su opinión, la libertad de expresión “no puede amparar la discriminación ni expresiones que generan sentimientos de hostilidad contra determinados grupos”, explica.

Ponderar ese conflicto entre derechos –libertad de expresión y no discriminación– debe de recaer de manera exclusiva en un juez, en opinión del letrado Carlos Almeida, que insiste en que “la línea entre dónde acaba la libertad de expresión y dónde empieza el delito de odio debe determinarla el ámbito judicial, no un funcionario por vía administrativa”.

El Código Penal prevé condenas en su artículo 510 que engloba aquellas conductas denominadas delitos de odio, para los que “públicamente fomenten, promuevan o inciten directa o indirectamente al odio, hostilidad, discriminación o violencia” contra un grupo o una persona por motivos racistas, por su religión, su sexo, su orientación sexual o identidad de género, entre otros motivos. Una norma que, en opinión de la abogada experta en Dereho Penal Isabel Elbal “ya persigue las conductas que inciten a la violencia o al odio”.

Lo cierto es que otras normas autonómicas contra la LGTBIfobia ya contemplan sanciones administrativas similares a las que prevé la estatal, entre ellas, Madrid, Extremadura, Murcia, Cataluña o Baleares. Aunque en ninguna de ellas se habla de “ofensas” sino de “expresiones vejatorias o que inciten a la violencia”, el debate sobre si es un juez o un funcionario el que debe decidir dónde está la línea sigue presente. Con esta ley fue sancionado en Madrid el director del colegio  concertado Juan Pablo II de Alcorcón por remitir una carta homófoba e islamófoba a su alumnado.

¿Opinión o LGTBIfobia?

Alises apuesta por que las sanciones administrativas cubran el hueco que dejó la última reforma del Código Penal, que despenalizó las injurias leves. “De esta manera hay cosas que merecen un reproche porque tienen un cariz discriminatorio, que incitan a la violencia porque son la antesala de un delito de odio”, argumenta.

“Hay expresiones que no son opiniones, es LGTBfobia”, explica. Para la experta “no es lo mismo que te llamen ‘gilipollas’ a que te llamen ‘maricón’ o ‘negro de mierda’ porque lo segundo hace referencia a un colectivo entero y tiene un componente discriminatorio hacia un colectivo que está viviendo LGTBfobia que no tiene otro tipo de insulto”.

Por su parte, Elbal califica de “peligroso” abrir la vía administrativa en estos casos porque supone “la penalización de la ofensa y la expresión de opiniones, por muy reprobables, horribles y socialmente reprochables que sean”. Al ampliar el ámbito de este tipo de sanciones a aquello que no constituye un delito “abrimos la posibilidad de ser vigilados constantemente, nos van a censurar, un día vamos a hacer un chiste y nos van castigar”, esgrime. Además, añade la abogada, “¿Cómo se califica lo ofensivo de una opinión?”.

Tal y como está redactada la norma propuesta por Unidos Podemos y que cuenta con el respaldo de casi todos los grupos, excepto el PP, supone “sancionar en abstracto una conducta que puede parecer discriminatoria sin dar lugar a un procedimiento con las máximas garantías”. Alises incide en la posibilidad de recurrir ante los juzgados las sanciones que se interpongan y de pedir la suspensión cautelar de la sanción recurrida, por lo que “el proceso cuenta con garantías”.

Una ley antidiscriminatoria

Desde la FELGTB califican de “desmesuradas” las críticas a la ley y lamentan que una norma revindicada históricamente por el colectivo haya sido invisibilizada por la polémica. El proyecto incorpora medidas transversales en el ámbito de la educación, la sanidad o la justicia y acaba con discriminaciones como las terapias de conversión, el requisito a las parejas de mujeres de estar casadas para registrar a sus bebés o la despatologización de la transexualidad, entre otras cosas.

“Las cosas se pueden debatir, pero es injusto que haya gente que esté pidiendo su retirada y que al final se haya diluido el sentido de la propia norma”, denuncia Jordi García, redactor jefe del portal especializado LGTBI  estoybailando.com. En su opinión también “ha habido un sector que se ha lanzado contra ello porque piensan que pierden privilegios. Algo así como Bertín Osborne diciendo que ya no puede hacer chistes de maricas”, pero “la LGTBIfobia es un ataque directo a la dignidad”.

García considera “desproporcionado” que se haya comparado esta ley con la ley mordaza porque “fue aprobada con la mayoría absoluta del PP, esto es un proyecto abierto el debate. Es significativo que la derecha, que nunca se opuso a la ley mordaza ahora la esté usando para criticar esta”. Por otro lado, Almeida sí considera que la base es la misma porque “deja en manos de la arbitrariedad de un funcionario abrir un expediente sancionador cuando un juez no ve delito”, concluye.

Gay sí, pero que no se note

Marcha del Orgullo LGTBI en Bruselas / EFE EFE

“¿No jodas que eres…? Pues no se te nota nada, tío”. Un hombre responde así en medio de una cena de amigos a otro que ha comentado lo guapo que es el camarero. Frases similares a “solo hombres masculinos, abstenerse locas” llenan cada vez más perfiles de aplicaciones móviles para conocer gente. “Que reivindiquen lo que quieran, pero ¿por qué tienen que ir así? Con maquillaje, purpurina y dando el cante”, exclaman algunos refiriéndose a la celebración del Orgullo LGTBI.

 Ese “dar el cante” es salirse de los roles de género, escapar del molde y no responder a las expectativas diseñadas sobre lo que se entiende que es ser hombre y ser mujer. Una diversidad que encarnan muchas personas a las que la sociedad penaliza mediante la llamada plumofobia: “La aversión irracional hacia el amaneramiento de los gays o masculino de las lesbianas”, define el activista LGTBI Andrea Puggelli.

Se trata de una forma de homofobia que marca a aquellas personas que se muestran diferentes y parte de “una sociedad en la que el género es estanco, solo hay una forma de ser hombre y de ser mujer y si te sales de esos cánones, de esos mandatos de género, te conviertes en un peligro”, explica Esther Martínez, trabajadora social que imparte formación en diversidad afectivo sexual y de género en las aulas.

Para la experta, es clave relacionar esta discriminación con el avance que los derechos LGTBI han experimentado en nuestro país porque “se legitima la plumofobia bajo la premisa de que ya hay bastante tolerancia permitiendo determinados derechos, pero eso sí, siempre que la persona sea ‘normal’. El típico ‘gay, sí, pero que no se note’ o el frecuente ‘¿por qué tienes que hacer bandera de tu condición?'”, ejemplifica Martínez.

Lo mismo piensa la feminista y la integrante del colectivo LGTBI Gamá de Gran Canaria, Sylvia Jaén, que hace hincapié en que “parece como si cumpliendo la expectativa de lo que la sociedad espera de ti, se te perdonase ser lesbiana o ser gay”.

La plumofobia de la propia comunidad

“Somos las cuestionadas y las que ofendemos porque estamos enfrentándonos a lo hegemónico”, dice Miguel Ángel López, psicólogo y profesor de Psicología Social de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que cuenta como anécdota lo que escuchó no hace mucho en una plaza madrileña. “Estaba sentado en un banco observando a dos grupos de adolescentes y de repente escuché ‘a mí me gustan los hombres, pero no como el rubio aquel, que tiene una pinta de pasivaza…'”.

Este es un insulto que a veces circula en foros o conversaciones para describir de manera ofensiva los roles que pueden darse en una relación sexual. Es decir, aquel que encarna un rol considerado femenino y que, por lo tanto, se escapa de los estereotipos de género, es penalizado. Para López, esto entronca con la plumofobia entendida como “el miedo a que un hombre se parezca a lo considerado de mujer”.

López recuerda que la plumofobia no solo se da por parte de personas heterosexuales, sino que es un tipo de discriminación que también se ejerce en el propio colectivo LGTBI porque “lo que hace es reproducir el binarismo de género que ya existe en la sociedad”, analiza Puggelli. En su opinión, esto hace que la plumofobia “sea más común y esté más extendida” que la LGTBfobia.

De este modo “el oprimido acaba siendo opresor”, remarca López, que insiste en que “igual que hablamos de heteronormatividad –la imposición de la heterosexualidad y determinados roles como única posibilidad– también existe lo homonormativo: Es como si hubiera formas de mostrarse, comportarse y de ser gay o lesbiana más válidas y otras menos”.

Ambos coinciden en que se trata de un intento de “normalización” porque “el hecho de vivir dentro de la diversidad no te hace automáticamente ser tolerante con todas sus expresiones”, añade Jaén, que insiste en que este tipo de “homofobia interiorizada” en algunos contextos LGTBI “emana de que lo primero que pide el sistema es que encajemos. Por eso hay muchas personas que modulan su pluma en los centros de trabajo y fuera no”.

Reivindicar la pluma

La plumofobia no solo la experimentan las personas homosexuales o bisexuales, también las heterosexuales que no responden a los mandatos de género. Esta es una de las principales conclusiones del informe Abrazar la diversidad, elaborado por el Instituto de la Mujer en 2015, según el cual un 20% del alumnado ha sido testigo de agresiones homófobas o tránsfobas en las aulas. Una violencia que no solo se da contra los niños o niñas que han manifestado su orientación sexual, sino contra aquellos que tienen pluma.

Según los expertos, la plumofobia está directamente relacionada con las agresiones LGTBIfóbicas, tal y como ejemplifica Martínez: “Cuando me llaman bollera o me insultan por la calle lo hacen por mi pluma. Te aseguro que nadie me ha preguntado antes si me gustan las mujeres”. Algo similar relata López, que dice sentir inseguridad caminando por la noche si se cruza con un grupo de hombres. “Intento disimular mi pluma, intento andar más macho porque no sé si voy a sufrir una agresión. Y tengo tan asumido esto que lo normalizo”, explica.

Pero son múltiples las direcciones en las que se da la plumofobia, de modo que en determinados ambientes no se esgrime como caldo de cultivo de una agresión. Esto ocurre, analiza el docente, “entre algunos heterosexuales que se sienten amenazados si un homosexual no tiene pluma. Si la tiene, queda claro y eso les tranquiliza. Para sus amigos maricas está muy bien, aunque no la querrían para ellos”.

Aunque según las personas consultadas para este reportaje la plumofobia suele estar más extendida entre hombres homosexuales o bisexuales, también las mujeres la sufren. En opinión de Martínez, se trata de una doble cuestión: por un lado, existe más visibilidad entre los hombres –”¿cuántas lesbianas visibles se atreven a lucir su pluma públicamente?”, se pregunta–. Por otro lado, lo relaciona con el machismo porque “el hombre afeminado es una amenaza a la masculinidad hegemónica”.

Sin embargo, esa visibilidad pública, por ejemplo en la televisión, que puede dar lugar a plumofobia, es también una forma de utilizarla positivamente, en opinión de Jaén, porque “genera imaginario colectivo y muestra una salida positiva a la discriminación recibida”. Es decir, es una manera de reivindicar la pluma y utilizarla políticamente: “La pluma tiene la cualidad de seguir siendo revolucionaria. Es rebelde, molesta y recuerda que no todos tenemos que pasar por el mismo aro”.