Cuatro jóvenes son juzgados por insultar y amenazar a un transexual y a su novio

Noticia publicada en La Opinión Coruña

“Me llamaron maricón y travesti de mierda”, declaró la joven . “Puede ser que le dijese ‘Manolo’ por si se llamaba así, pero no me acuerdo”, alegó uno de los acusados en la vista

Un transexual y su novio aseguran que tuvieron que soportar todo tipo de insultos y amenazas cuando hace un año pasaron delante de un grupo de adolescentes que estaban con sus motos en la calle Europa, en la zona de Os Mallos. Dos de los cuatro acusados, que no conocían a la pareja, reconocieron que profirieron insultos, pero negaron las amenazas. “Pasó por allí y alguien le dijo ‘Manolo’. Fue uno de nosotros, pero lo hizo con voz de burla, por eso no sé quién fue”, declaró uno de los sospechosos durante el juicio, celebrado ayer

 TANIA SUÁREZ | A CORUÑA “El único problema que tienen conmigo es que soy transexual. No los conozco de nada. Ese día salí a pasear con mi novio y cuando estábamos llegando a una tienda me empezaron a insultar. Me llamaron maricón, travesti de mierda, me dijeron que tenía el culo abierto…”, contó ayer durante el juicio una joven transexual que denunció a cinco adolescentes, entre ellos una chica, por perseguirla a ella y a su pareja, amenazarlos e insultarlos el año pasado en la calle Europa, en el barrio de Os Mallos.

En el banquillo de los acusados solo se sentaron los cuatro chicos sospechosos de agredir verbalmente a la joven y a su novio. Dos de ellos admitieron que insultaron a las víctimas, mientras que los otros negaron los hechos. “Pasó por allí y alguien la insultó, le dijo ‘Manolo’. Fue uno de nosotros, pero lo hizo con voz de burla, por eso no sé quién fue”, reconoció unos de los acusados.

“¿Por qué le llamaron así? Está acreditado que no se llama así y en su DNI no figura. No consta en ningún documento que obedezca a semejante término. Me explica qué significa”, le dijo al imputado la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña. “Una falta de respeto, supongo. Fue un nombre de hombre”, respondió el denunciado, que contó que le había llamado “travesti”, “maricón de mierda” y “cosas así”, pero negó que la amenazase con “rajarla”. El adolescente afirmó que se fue antes de que llegase la policía para evitar “problemas”.

Otro de los imputados afirmó que llegó al lugar de los hechos cuando estaban los agentes y que no recordaba nada. “Si hubiese estado allí puede ser que le dijese ‘Manolo’, pero no me acuerdo. Lo dije por si se llamaba así”, indicó el adolescente. La víctima aseguró que le pidió a la dependienta de la tienda delante de la que presuntamente sucedió la trifulca que acudiese como testigo al juicio, pero que prefirió no hacerlo. “Me dijo que los dejara, que no me metiera en problemas porque siempre andaban metidos en follones y que no los daba sacado de allí”, declaró la perjudicada, quien indicó que el día de los hechos los jóvenes estaban con sus motos en la puerta del establecimiento. “Estaban como si fuese un botellón, pero de día”, aseguró.

La víctima afirmó que los acusados provocaron un gran revuelo en el barrio. “La gente se asomó a las ventanas para mirar del follón que había”, relató al tiempo que recalcó que los adolescentes la persiguieron. “No volví a esa tienda por miedo. Venían todos como una avalancha. Uno me dijo que tenía antecedentes y que como llamase a la policía y sus padres no lo dejasen salir por la noche me iba a rajar”, señaló.

Uno de los sospechosos testificó que la policía los paró y los registró “como muchas veces”. El imputado, que está en un centro de menores, dijo que los agentes suelen “parar” a su pandilla de amigos “por rutina”.

El novio de la víctima aseguró que él también sufrió los insultos de los acusados. “Me dijeron maricón, que tenía el culo abierto y que me iban a rajar. Nosotros cogimos y nos fuimos, pero como veíamos que la cosa se agravaba, por miedo, llamamos a la policía”, relató el denunciante.

“Les insulté, vale, pero eso que dice que fui hacia ella a pegarle es mentira”, indicó uno de los adolescentes. Dos de ellos negaron haber participado en los hechos, mientras que los otros solo admitieron los insultos, no las amenazas. Al finalizar el juicio uno de los acusados utilizó su derecho a la última palabra y dijo: “Lo de las amenazas es una gilipollez”.

“Lo de la gilipollez se lo guarda. Utilice otros términos”, le interrumpió la juez, que constantemente tuvo que llamar la atención de los sospechosos porque no respetaban el turno de palabra. “Si nos mira o nos conoce sabría que jamás le diríamos si llama a la policía mi mamá me va a pegar. Eso no es normal. No es normal que denuncie a cuatro personas por llamarle ‘Manolo”, subrayó el joven en tono burlesco, por lo que fue, una vez más, llamado al orden por la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña.

Los denunciantes solicitaron la condena de los cuatro acusados, mientras que los adolescentes pidieron su absolución. Ninguna de las partes acudió con abogado al juicio, celebrado ayer por la mañana en Instrucción 3.

Barcelona estrena su primer monumento a los gays en el Parc de la Ciutadella

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Barcelona. (EFE).- La ciudad de Barcelona ha estrenado hoy su primermonumento dedicado a los gays y lesbianas víctimas de la represión, instalado en el céntrico Parc de la Ciutadella.

El monumento consiste en un monolito triangular, de 10 metros de perímetro en total, esculpido con piedra de Montjuïc y rematado con un ribete de color fucsia, con la inscripción: “En memoria de los gays, las lesbianas y las personas transexuales que han sufrido persecución y represión a lo largo de la historia. Barcelona, 2011”.

La obra, tendida sobre un parterre de los Jardines Fontseré i Mestre, junto a una de las entradas del parque, no lejos de la sede del Parlamento de Cataluña, evoca precisamente el triángulo con el que eran marcados los prisioneros del colectivo homosexual en los campos de exterminio nazis y que se ha acabado convirtiendo en un símbolo reivindicativo de esta comunidad.

El emplazamiento es significativo, ya que en 1991 seis cabezas rapadas mataron a golpes al travestido José Rescalvo Zafra, alias “Sonia”, precisamente en el Parque de la Ciutadella.

Entre los más de dos centenares de personas que se han congregado junto al monumento se encontraban representantes de casi todas las formaciones políticas presentes en el Ayuntamiento de Barcelona, aunque el PP ha sido el único que ha rehusado enviar a algún destacado dirigente.

Sí estaban el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, el ‘alcaldable’ de CiU, Xavier Trias, el máximo representante de ICV en Barcelona, Ricard Gomà, así como el portavoz del PSC, Miquel Iceta, la ex diputada de ERC Carme Porta o el líder del colectivo de los Convergais, Jordi Arcarons.

En la inauguración, el alcalde ha destacado que el monumento representa toda una “declaración de intenciones”, para dejar claro que Barcelona quiere ponerse “al frente” de la reivindicación por la “igualdad real” entre las personas sin distinción de su orientación sexual.

Según Hereu, con la instalación de este monolito Barcelona ha dado un paso más como “ciudad de referencia en libertad y tolerancia”. Sobre la polémica generada en torno a la posibilidad de que el monumento fuese levantado frente al templo de la Sagrada Familia, Hereu ha negado que ésa fuese una alternativa contemplada por el Ayuntamiento de Barcelona. “En ningún momento se planteó.

Desde el primer minuto dije que ése no era un buen espacio, no queríamos mezclar mensajes”, ha remarcado. Posteriormente, Xavier Trias ha aplaudido tanto la iniciativa del monumento como su emplazamiento y ha celebrado que Barcelona se consolide como una “ciudad abierta a la reivindicación de las libertades”.

También ha hablado el vicepresidente del Consejo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Barcelona, Quim Roqueta, que ha rendido homenaje a todas las personas de este colectivo, que durante años han sido considerados “pecadores, delincuentes o enfermos”. “Hemos conseguido la plena igualdad social.

Pero la plena normalización social aún no se ha alcanzado”, ha añadido. La placidez con la que se estaba desarrollando el acto, amenizado con las canciones a cargo del coro “Barcelona Rainbow Singers”, ha estado a punto de truncarse cuando, justo cuando empezaba Hereu su discurso, medio centenar de vecinos de Trinitat Vella ha irrumpido en el lugar haciendo resonar tambores y profiriendo gritos.

Protestaban, portando pancartas, por la degradación del barrio y la presencia de droga y traficantes en sus calles y, al principio, hacían caso omiso a los llamamientos del alcalde y de los asistentes al acto de inauguración del monumento a los homosexuales.

“¡Os pido un momento de respeto! ¡No mezclemos una cosa con la otra! ¡Vuestra lucha no tiene nada que ver con ésta otra! Cuando acabe este acto os escucharemos y hablaremos con vosotros!”, ha implorado Hereu a los airados vecinos, que finalmente sí han accedido a esperar que finalizase el acto oficial.

Tras realizarse la ofrenda floral al monumento, Hereu se ha dirigido a los vecinos de Trinitat Vella de la “Coordinadora Antidroga”, con quienes se ha comprometido a acudir otro día al barrio para escuchar con calma sus reivindicaciones.

Hij*s del hombre

Publicado en Página12

Ni todas las embarazadas son mujeres ni todos los espermatozoides que fecundan un óvulo pertenecen a un hombre. Este aserto que invita a fruncir el entrecejo y tal vez a releer en busca de un error es una posibilidad cierta que ya tuvo contundentes imágenes en el caso del estadounidense Thomas Beatie, quien, sin ánimo de revolución, ya ha parido tres hijos acompañado de su esposa Nancy. Milagro de la vida y de la diversidad, expresiones de poderoso deseo que pueden ser tanto leídas como subversiones al sistema de géneros como reacomodamientos conservadores para preservar la familia nuclear. Mientras sea sin violencia…

Scott Moore

Scott Moore parió a su tercera hija en marzo de 2010 acompañado por su pareja Thomas. “Yo no tengo problemas con mis dos papás, los problemas son de los otros”, dijo entonces el mayor de los niños al San Francisco Chronicle.

Por Mauro Cabral

Hace apenas poco más de un año Natalia —la Pepa— Gaitán moría en una calle de Córdoba, asesinada por los disparos del padrastro de su novia. A iniciativa del grupo Las Safinas, la Comisión de Derechos Humanos del Consejo Municipal de Rosario acaba de instituir el 7 de marzo como el Día contra la Lesbofobia. En distintas ciudades del país se han sucedido sentadas, murales, actos, marchas y festivales. Por medio de las listas de correo electrónico y las redes sociales que conectan a grupos y activistas del país y del exterior circularon volantes, fotografías, pintadas callejeras y esténciles; textos de repudio, llamados a la acción, a la justicia, al nunca más, al futuro que sepamos conseguir. Esa circulación fue también la de una incertidumbre, una pregunta que atravesó las distintas maneras del representar. Es cierto, la muerte periférica de Natalia Gaitán es reconocible en los términos, tantas veces coincidentes, de la violencia de género y de la violencia contra las lesbianas. Y, sin embargo, hay algo que persiste, en la forma de una duda o en la forma de una demanda: su innegable masculinidad. ¿Cómo dar cuenta de la violencia que amenaza y, tantas veces, alcanza y destruye a quienes encarnamos expresiones, sexualidades, identidades masculinas habiendo sido asignadas al sexo femenino al nacer? No se trata, claro está, de encontrar el término adecuado para nombrar a la Pepa, sino de reconocer que, cualquiera sean esos términos, impondrán una designación a quien ya no está celebrarla o repudiarla: mujer, lesbiana, torta, chongo. Su asesinato puso fin a su oportunidad de nombrarse, pero la pregunta por la articulación de las masculinidades —femeninas, lésbicas, trans…— permanece, impertérrita. No se detiene ante la muerte. Ni ante la vida.

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Jenson Beatie nació a comienzos de agosto del año 2010. Su orgulloso padre lo presentó al mundo hablando de su cabello castaño y sus ojos azules, de su gran tamaño y su salud estupenda. En julio del año anterior había nacido su hermano Austin y, un año antes, su hermana Susan. Redactar su certificado de nacimiento había puesto en serios aprietos al registro civil de Oregon: ¿cómo registrar legalmente su filiación si habían sido dados a luz por Thomas Beatie, su padre?

Nadie querría mi fama, declaraba Thomas hace casi cuatro años atrás, mientras Susan crecía en su vientre. Esa fama se parece más bien a la infamia. Es la clase de fama que mueve a las personas al desprecio. Al odio. A las amenazas de muerte, provenientes de cada lugar en el mundo donde hay quienes niegan el derecho de un hombre transexual a parir sus propi*s hij*s, llegando a negar la existencia de ese hombre en tanto que hombre, y amenazando, incluso, su derecho a la vida.

Thomas Beatie anunció su embarazo a través de una nota publicada por The Advocate, rápidamente multiplicada y amplificada por cientos de miles de reproducciones, traducciones y comentarios. Era necesario hacerlo público, y en nuestros términos, declaraba Thomas en nombre, también, de su esposa Nancy. Tratar de ocultar un hombre embarazado sería como tratar de ocultar un gorila de 800 libras, dijo en aquellos días, mientras la imagen espectacular de su cuerpo transmasculino embarazado daba varias veces la vuelta al mundo a la velocidad de la luz.

El embarazo de Thomas tuvo lugar en el entrecruzamiento de distintas coyunturas. Afortunadamente, había sido capaz de cambiar legalmente de sexo sin tener que operarse para modificar sus genitales ni anular quirúrgicamente su capacidad reproductiva (severamente disminuida, sin embargo, por el tratamiento hormonal virilizante; tuvo que abandonarlo para que el embarazo fuera posible). Su esposa había sufrido una histerectomía, por lo que la única posibilidad de reproducirse biológicamente pasaba, entonces, por el útero de Thomas. Nueve clínicas especializadas en tecnologías reproductivas rechazaron a la pareja, por lo que la inseminación se realizó de manera casera. La noticia extraordinaria del nacimiento de Susan, recogida por medios periodísticos de casi todas partes y en casi todas las lenguas, fue presentada por Thomas en los términos más ordinarios: “Somos un hombre, una mujer y una niña. Es irónico que seamos tan diferentes, pero aun así, no somos más que una familia, igual a la de cualquiera”.

La gesta de Thomas Beatie fue recibida con ánimo dispar. Algunos grupos y activistas GLTB intentaron, infructuosamente, convencerlo de la necesidad de invisibilizarse a fin de no comprometer la posición del colectivo. Otros aplaudieron. La cuestión alcanzó rápidamente un rango teórico. La filósofa/el filósofo Beatriz “Beto” Preciado afirmó que su amigo Thomas Beatie (en su léxico, un tecnohombre) al dinamitar el binomio de género demostraba que el sexo no existe. La teórica/el teórico cultural Judith —Jack— Halberstam mostró, más bien, una cautela crítica. Después de todo, la familia Beatie venía a demostrar eso que bien sabemos por estos lares: lo importante es la familia, y la familia de sangre. Y así como las palabras e imágenes de Thomas abrieron, a su juicio, la oportunidad para una visibilidad sin precedentes, también trabajaron en contra de cualquier subversión contra el parentesco institucionalizado. Diría Thomas Beatie, aunando en una frase todo el potencial subversivo y conservador de su paternidad: “querer tener hij*s biológic*s no es un deseo femenino o masculino, es un deseo humano”.

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La historia anglosajona de Thomas Beatie tuvo, en su momento, una réplica en nuestra lengua. Rubén Noé Coronado Giménez, un hombre transexual español, anunciaba su embarazo en marzo del 2009 —a su manera, también, un embarazo único. Se trataba del primer hombre trans embarazado de gemelos. Esperanza, la esposa de Rubén, tampoco podía concebir. El marco médico-legal, esta vez, fue diferente. Rubén pudo acceder a la inseminación artificial de un óvulo propio porque aún no había cambiado su sexo registral.

El embarazo de Rubén fue también criticado con dureza desde posiciones políticas diversas, incluyendo posiciones políticas no fundamentalistas, o progresistas moderadas. Por ejemplo, Carlos Martínez Gorriarán, de UPyD (Unión, Progreso y Democracia), escribió un artículo titulado “No me llames tonto que es tontofobia”, en el que desplegaba, precisamente, esa conocida fobia a la dualidad que cada tanto nos azota con su miseria. “Un sujeto así —dijo, y cito textual— sería perfecto para, por ejemplo, presidir un gobierno o un gran banco; estaría inmunizado contra toda crítica imaginable por su condición de antigua mujer y nuevo hombre, de madre y padre a la vez…” Pilar Rahola, ex diputada del ERC (Esquerra Republicana de Catalunya) e identificada como de izquierdas, acosó a Rubén en una entrevista televisada en la que le pronosticó “un lío mental de narices” al fruto de ese “experimento”. El Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam) comentó el suceso en términos condenatorios que, al mismo tiempo, vislumbran la raigambre del problema: “… como licenciada en filosofía hispánica y conocida oradora política debería tener un dominio del lenguaje”. Ese dominio es, ni más ni menos, aquello que los embarazos transmasculinos ponen en jaque.

El embarazo de Rubén fue interrumpido por un aborto espontáneo; Esperanza y él anunciaron que pronto volverían a intentarlo.

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Las historias relatadas hasta aquí comparten un par de rasgos comunes que vale la pena destacar. Son, por un lado, historias de amor heterosexual y, por el otro, historias clínicas: en ambas, el embarazo masculino es presentado como consecuencia de la infertilidad femenina. Y si bien las imágenes erotizadas de Thomas Beatie embarazado y la recurrencia de sus partos introducen algo del orden del deseo, el relato oficial sigue subordinando ese deseo al supremo acto de amor de un esposo por su esposa. La introducción de tecnologías reproductivas en ese relato contribuye a silenciar la pregunta por otras economías gestacionales: homosexuales, homogenéricas…

La sexta temporada de The L Word mostraba la relación entre Max Sweeny —el hombre transexual de la serie— y el traductor gay Tom Mater. El embarazo de Max no fue, en este caso, un producto del amor y/o de la necesidad de tener hij*s biológic*s, ni la respuesta a la imposibilidad reproductiva de alguien más. Fue, sencillamente, resultado del sexo entre un hombre transexual y un hombre cisexual. El guión de la serie, de una normatividad voluntariosa, terminó por separar lo que había unido el deseo. Max despierta un día y descubre que el armario de Tom está vacío. Ha desaparecido. Ha huido de las curvas que el embarazo marca en el cuerpo de Max, de las clases preparto donde, horror de horrores, debía introducir un dedo en la vagina de otro hombre (puesto que toda normativa sexual que se precie de tal debe insistir en la distinción orgánica: una cosa es el pene, y el dedo, en fin, es, o debe ser, realmente otra cosa). El armario vacío daba cuenta del agotamiento de una pasión gay impugnada desde un comienzo. Por fortuna existen en el mundo hombres con deseos frondosos y armarios con varios fondos y bien nutridos. En YouTube, los videos posteados por prettyboycameron acerca de su vida con Ethan, su novio trans —incluido el embarazo de Ethan y el nacimiento de la hija de ambos— dan cuenta de ese deseo al que la ficción gay-lésbica apenas se atreve.

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Los embarazos homotrans tienen también versiones homogenéricas. En el año 2000 –sí, el 2000—, Pat Califia publicaba en The Village Voice un artículo titulado “Valores Familiares. Dos padres diferentes: ninguno de nosotros nació varón”. El texto describía la relación entre Pat —a la sazón comenzando su transición— con Matt Rice, su compañero, también trans. Y Blake, el hijo de ambos, parido por Matt. Mucho antes de que Thomas Beatie se convirtiera en el primer hombre trans embarazado, Matt conoció y enfrentó la furia de su comunidad. “Las únicas personas que se molestaron —aclaraba Pat Califia— fueron algunos hombres trans homofóbicos que se identifican como heterosexuales, que empezaron a llamar a Matt por su nombre de chica porque los hombres de verdad no quedan embarazados. Uno de esos fanáticos llegó a decir que para nuestro bebé sería mejor nacer muerto que crecer con dos personas que están confundidas respecto de su género.” El horror fue tal que Matt decidió abandonar el activismo. Sin embargo, Blake nació también en el seno de una comunidad de vecin*s amoros*s y rodeado de esa gente que, según Pat Califia, está dispuesta “a vivir en una sociedad verdaderamente diversa, libre de la tiranía del género y de la proscripción de los placeres”.

En su artículo “La resistencia es fértil” —publicada en noviembre del 2010 por la revista británica Diva—, el artista Del Lagrace Volcano introducía su propia historia: la de un activista queer comprometido con la producción cultural y no con la multiplicación de la especie. Sin embargo, y en el contexto de su relación con su compañero, también llamado Matt, descubrió que una vida queer no tiene por qué ser “el equivalente a no tener hij*s, a vivir en una ciudad o a tener el estilo de vida de l*s jóvenes”. Por el contrario, dice Del, “para mí ser queer es desafiar el statu quo”, incluyendo, claro está, el statu quo reproductivo.

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En abril del año 2008, Thomas Beatie escribía en The Advocate: “La esterilización no es un requisito para la reasignación de sexo, de modo que decidí reconstruir quirúrgicamente mi pecho y tratarme con testosterona, pero conservando mis derechos reproductivos”. Desgraciadamente, la opción de Beatie sólo es posible en algunos lugares del mundo e imposible en muchos otros. La esterilidad continúa siendo un requisito para el cambio legal de sexo en países tan comprometidos con los derechos humanos como… los europeos. Sólo Gran Breñana cuenta con una ley, el Acta de Reconocimiento de Género, del año 2004, que no requiere el requisito de esterilidad, mientras que Hungría y Estonia respetan los derechos reproductivos de las personas trans sin contar con un marco legal específico. Lo que se dice, pequeños oasis en el desierto.

Lo terrible de este cuadro no radica, solamente, en su articulación en instrumentos legales existente, sino su expresión, incomprensible, en documentos que dan cuenta de una imaginación jurídico-normativa diferenciada. Por ejemplo, el texto de la Propuesta de la Campaña Interamericana de los Derechos Sexuales y los Derechos Reproductivos afirma, en su artículo 17, el derecho a la autonomía reproductiva de “todas las personas”, quienes tienen derecho a “tomar decisiones de manera libre y responsable en relación con su reproducción, incluyendo el derecho a decidir si tener o no tener hijos biológicos…”. Y en el artículo siguiente, que trata del derecho a la maternidad segura y responsable, el sujeto de derechos se ve, de pronto, restringido a “las mujeres”. Este paso discursivo que va desde “todas las personas” a “las mujeres” coloca a los hombres trans en posiciones inevitablemente incómodas: o bien no somos hombres ni podemos ser padres (puesto que nuestros derechos reproductivos se conjugan en femenino), o bien nuestros derechos reproductivos no cuentan como tales. Para el agent agitateur Blas R., ampliar la formulación de este artículo hasta alcanzar, nuevamente, a todas las personas, sería “una cuestión simbólica, pero valiosa”.

Algo de este valor comienza a filtrarse en el sistema legal argentino; a lo largo de la última década se sucedieron fallos judiciales que otorgaban el reconocimiento de la identidad de género sólo en virtud del cumplimiento de una serie de requisitos, entre los que estaba, por supuesto, la esterilidad. Los fallos más recientes, sin embargo, comienzan a fundamentarse más en consideraciones de derechos humanos que en ideales normativos de la feminidad y la masculinidad, ideales dotados de una altísima eficacia mutilante. Y es nuestro trabajo lograr que ese mismo valor se traslade a otr*s operador*s jurídic*s, desde aquell*s que hacen cumplir las leyes a aquell*s que las producen.

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La película Children of Men —traducida al castellano como Hijos del hombre— sitúa la acción en un futuro cercano. Es el año 2027, y los seres humanos ya no procrean. La persona más joven del mundo tiene 18 años. En un contexto desolado y violento, la mujer menos pensada está embarazada, y pare a una niña. A diferencia del giro esperanzador —por no decir mesiánico— que adopta la película, yo no titulé a esta nota “Hij*s del hombre” porque creyera que nuestr*s hij*s salvarán al mundo. Tampoco porque crea que la emancipación pasa por las materpaternidades gay-lésbicas, bisexuales o queer. Sí creo, en cambio, que las posibilidades reproductivas de estos y otros hombres trans son justamente eso: una posibilidad. Una posibilidad que se abre y se sostiene, haciéndoles frente a las violencias que azotan sin pausa nuestras masculinidades, y tantas otras. Esa posibilidad puede, un día, ser recuperada para la subversión de género. La misma posibilidad puede, otro día, ser conjugada en los términos del conservadurismo de la diferencia sexual. Así es el mundo.

Lo importante es que late

CIDH observa con profunda preocupación asesinatos de integrantes de la comunidad transgénero en Honduras

Washington, D.C. – La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) observa con profunda preocupación las amenazas, graves hechos de violencia y asesinatos de integrantes de la comunidad transgénero en Honduras.

La Comisión ha recibido información sobre actos contra la integridad y la vida de integrantes de esta comunidad, y señala que en los últimos dos meses, siete habrían muerto en circunstancias no esclarecidas: Idania Roberta Sevilla Raudales (29 de noviembre de 2010); Luisa Alex Alvarado (18 de diciembre de 2010); Oscar Martínez Salgado; (20 de diciembre de 2010); Reana Bustamante (29 de diciembre de 2010); la joven Cheo (no identificada adicionalmente; 2 de enero de 2011); Génesis Briget Makaligton (7 de enero de 2011); y Fergie Alice Ferg (o Williams Afif Hernández, el 18 de enero de 2011).

En su informe Honduras: Derechos Humanos y Golpe de Estado la Comisión constató la profundización de la discriminación contra miembros de la comunidad de lesbianas, gays, personas bisexuales, transgénero e intersex (LGBTI), y el 29 de enero de 2010 otorgó medidas cautelares a favor de varias integrantes de esta comunidad y de la organización Catrachas, debido a amenazas y atentados en su contra. Los recientes asesinatos se unen a las muertes violentas de un número reportado de 34 integrantes de la comunicad LGBTI desde junio de 2009 y, en particular, los líderes Neraldys Perdomo e Imperia Gamaniel Parson, de la organización Colectivo Unidad Color Rosa, y Walter Trochez.

La CIDH hace un llamado al Estado de Honduras a prevenir los actos de discriminación y violencia contra los y las integrantes de las comunidades LGBTI, y a investigar, juzgar y sancionar a los responsables y reparar en forma pronta y diligente las violaciones.

La impunidad constituye un grave incumplimiento de las obligaciones estatales en materia de derechos humanos, lesiona a la víctima, a sus familiares y al conjunto de la sociedad y propicia la repetición de las violaciones de los derechos humanos. Por este motivo el Estado tiene la obligación internacional de prevenir las violaciones a los derechos humanos, y en caso de que ocurran, investigar, juzgar y sancionar a los responsables.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. Tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia y está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal y no representan sus países de origen o residencia.

Polémica en Barcelona por un monolito gay

La ubicación del monolito que el Ajuntament de Barcelona quiere levantar en recuerdo a los gays y lesbianas va camino de convertirse en un nuevo dolor de cabeza para el equipo de gobierno. La edición catalana de Público adelantó este jueves que el departamento de Derechos Civiles había decidido que la mejor ubicación para el monumento era el jardín que hay delante de la Sagrada Familia. La noticia provocó una reacción en cadena y el monolito a los gays se acabó convirtiendo en un lío monumental. El ayuntamiento, que el jueves por la mañana había confirmado a través de una nota la información de Público, rectificó por la tarde y dijo que la ubicación definitiva todavía no está clara.

El ayuntamiento da marcha atrás y dice que la ubicación no es definitiva

Según las últimas informaciones del ayuntamiento, el monolito “se instalará en algún punto de la ciudad aún no determinado”. La ubicación propuesta que levantó las quejas de la oposición que lo ve como una provocación a la Iglesia no será definitiva hasta que no dé su visto bueno “la Comisión de Esculturas del Ajuntament de Barcelona”.

La oposición considera la propuesta como una provocación

En el año 2009 el ayuntamiento aprobó un ambicioso plan para luchar contra la discriminación que incluía “la instalación en un espacio céntrico de la ciudad de un monumento a las personas gays, lesbianas y transexuales represaliadas”. Desde la aprobación del plan se discute su ubicación, que se tenía que decidir antes del cambio de año. El monumento consiste en un triángulo de color rosa con una inscripción en memoria de las personas de estos colectivos que han sido perseguidas y reprimidas a lo largo de la historia. La ubicación tenía que decidirla un consejo que creó el departamento de Derechos Civiles con entidades representativas de estos colectivos. La directora de Derechos Civiles, Rosa Bada, explicó el miércoles a Público que los jardines de la Sagrada Familia son la mejor ubicación porque “es un sitio céntrico que ya se estaba remodelando, de manera que no representa un gasto extraordinario”.

Algunas entidades consideran que el monolito tendría que instalarse en el Parc de la Ciutadella, donde hace 18 años un grupo neonazi apaleó hasta la muerte a una transexual. El presidente del Front d’Alliberament Gai de Catalunya, Eugeni Rodríguez, aseguró que ese punto siempre significará “un símbolo contra la homofobia”.

Brutal crimen de dos mujeres transexuales en Ecuador, a golpes en la cabeza y navajazos

Horrorizado. Así fue como quedó un hermano de una mujer transexual que halló a su hermana y a una amiga de esta asesinadas a punta de combo, cuchillo y maniatadas.

Johana transexual asesinada ecuador

Extra y actualización del Diario Digital Transexual-. Las víctimas pertenecían a la Red transgénero de El Oro, liderada por Karen Paz. Ambas tenían el cráneo destrozado a golpes con un objeto contundente (combo), cortes de arma blanca en el cuerpo y, además, estaban maniatadas.

Los cadáveres de Débora Durán Correa y Johanna Pinzón, foto superior, fueron encontrados en un domicilio del barrio Abdón Calderón, de Machala.

Este doble crimen ocurrió en forma misteriosa y acusan que el robo podría ser el móvil que concluyó con este hecho sangriento, debido a que algunos electrodomésticos desaparecieron de la casa.

Quienes habitan en el barrio Abdón Calderón, calle Décima Sur, entre la 15 y 16 Oeste, de la capital orense, estaban consternados por la matanza.

Familiares de la fallecida Débora, después de las 16:00 la vieron llegar de las calles antes nombradas en aparente estado de ebriedad, acompañada de su amiga Johanna.

Esta última había bautizado la peluquería unisex como –Johanna- que por muchos años mantenía en el barrio San Jacinto, al sur de Machala.

Tres sospechosos del doble crimen

A los pocos minutos tres tipos desconocidos tras descender de un taxi ingresaron al domicilio de las chicas trans, donde dentro de una sábana se llevaron un televisor y un dvd.

Las halló muertas

José, el hermano menor de Débora, al llegar a la casa de su hermana, quien supuestamente charlaba con Johanna, se llevó la peor sorpresa de su vida.

Observó angustiado que sobre la cama se encontraban las dos amigas, destrozadas sus cabezas a golpes con combo, herramienta que quedó junto a los cuerpos ensangrentados, así como un cuchillo con el cual se supone también atacaron a las víctimas, quienes tenían ataduras en las manos.

A pesar de su fortaleza José Durán Correa gritó de dolor y sorpresa al ver a su hermana y a la amiga sin vida. El mueble donde estaba el televisor quedó vacío. Aún nervioso tomó valor y se dirigió a los vecinos para que llamen a la Policía del lugar que enseguida llegó para verificar lo sucedido.

Tanto Criminalística como la fiscal Silvia Zambrano realizaron el levantamiento de los cadáveres y los trasladaron a la morgue. Los agentes tras indagar con las familias conocieron que las fallecidas pertenecían a la red transgénero de El Oro, liderada por Karen Paz.

De los “amigos” que llegaron a última hora en un taxi, nadie comentó sobre ellos.

Débora Rolando, de 45 años, trabajaba como ayudante de albañilería, mientras que Johanna Pinzón, de 36, de profesión estilista, atendía en su peluquería que llevaba su mismo nombre.

Finalmente en sus féretros Débora y Johanna fueron trasladadas para el velatorio a sus respectivos domicilios, en las ciudadelas Abdón Calderón y San Jacinto, al sur de la capital orense.

Noticia:Diario Digital Transexual

El Octubre Trans llegará este año a más de 60 ciudades

La campaña de la Red Internacional por la Despatologización Trans estará presente en más de 60 ciudades del mundo el 23 de octubre. A esta jornada, denominada Octubre Trans, se han unido nuevas ciudades asiáticas, como Bombay (India) o Ulán Bator (Mongolia), además de su aparición por primera vez en África con las citas de Gaborone (Botsuana) o Ciudad del Cabo (Sudáfrica). El Estado español vuelve a ser el que más citas alberga, con la inclusión de localidades como Ames (A Corunha) o Úbeda (Jaén).

DESPATOLOGIZACIÓN

A primeros de octubre, activistas de la Red estuvieron en una reunión de organizaciones europeas LGTB, como ILGA y TGU, que tuvo lugar en Malmö (Suecia). En ella se sentaron importantes acuerdos basados en la necesidad de acabar con la consideración de las personas trans como portadoras de una patología.

La reunión en esta ciudad estuvo empañada por las agresiones transfóbicas que dos activistas turcas sufrieron. Además, según denunciaron estas dos personas, la policía local les sometió a un trato vejatorio en comisaría.

Tiempo de negociaciones

Mientras tanto, en el Estado español durante las últimas semanas se han producido reuniones para modificar ciertas políticas trans por parte del Gobierno y sus organizaciones LGTB más afines. En 2006, cuando se negoció la Ley de Identidad de Género con reuniones similares, se dejó al margen a los colectivos más críticos.

Frente a esta situación, los colectivos integrantes de la Red van a responder con la publicación de una propuesta de protocolo sanitario para personas trans y con la petición de una reunión con el Ministerio de Sanidad para para evitar que este lo obvie.. En palabras de Aitzol Araneta, portavoz de la Red, “con esta medida queremos garantizar que el Gobierno atienda y se pronuncie sobre las diferentes propuestas que la diversidadde colectivos trans realiza”.

No es la primera vez que se producen negociaciones entre colectivos LGTB críticos y el Ministerio de Sanidad. A pesar de ellas, por ejemplo, en 2007, el Gobierno evitó aprobar la demanda de una atención sanitaria de proximidad que evitase largos desplazamientos para realizar pruebas médicas, como mamografías o análisis de sangre.

 

El asesinato de Cristina, sin culpables

Asesinato de Cristina (Smail Larouhni)Los investigadores buscaron pruebas en el lugar del crimen.

Los investigadores buscaron pruebas en el lugar del crimen. fernando bustamant

TERESA DOMÍNGUEZ VALENCIA
Smail Larouhni tenía 36 años. Su cadáver, desmadejado, travestido y abrasado por el fuego, fue encontrado un martes por la mañana, tirado en un camino sin apenas tránsito en la parte trasera del cementerio nuevo de Aldaia; un camposanto en las afueras del municipio, flanqueado por alguna nave industrial, muchos vertidos ilegales y el habitual entramado de caminos que atestigua que esta zona fue un día tierra de huertos.
Smail, una transexual aún a caballo entre la depilación y la hormonación, se ganaba la vida prostituyéndose bajo la máscara del nombre de Cristina, con clientes que, en su mayoría, la recogían en una parada del autobús en la calle Joaquín Ballester, cercana a La Fe.
De origen marroquí y carácter difícil, su muerte conmovió a su círculo más próximo, desplazó a su familia desde el Magreb y amedrentó a las transexuales que ejercen en las calles de Valencia. También puso en marcha la maquinaria policial, pero poco más.
A los cinco meses, los agentes de Homicidios de la Guardia Civil detuvieron a cinco personas, entre ellas a los únicos tres hombres que habían tenido móvil y ocasión para acabar con la existencia de Smail/Cristina. Pero la investigación, salpicada de mala suerte y poca colaboración de aquí y allá, acabó por flojear donde más tenía que aportar: en las pruebas. Indicios y sospechas fueron acumulados sobre la mesa de un juez al que la entrega de los detenidos pilló de vacaciones de verano. La conjunción de tanto factor negativo ha terminado por instalar el caso en la vía muerta del fracaso: la Fiscalía ha solicitado ya que se concluya el sumario sin procesamiento. Esto es, sin sospechosos oficiales. La muerte de Cristina se queda, pues, sin culpables.
Nada más producirse el hallazgo del cadáver, acudió una patrulla de la Policía Local de Aldaia. Precintaron la entrada y la salida del camino, no sin antes dar una vuelta por los alrededores del cuerpo. Así lo confirma la inspección ocular realizada por el laboratorio de criminalística de la Guardia Civil, que aisló huellas de botas en el área. Pero nada de interés policial. Ninguno de los restos y objetos que fueron recogidos en el entorno más próximo al cadáver de Smail ha servido para incriminar a los sospechosos. Ni rastro de su ADN. Ni objetos personales. Una inspección baldía.
La autopsia tampoco iba a ayudar mucho. El cuerpo estaba completamente vestido, incluidos los zapatos. Llevaba incluso restos de maquillaje y su bolso con la cartera y la documentación dentro, pero no su peluca, que nunca apareció. En ese escenario, lo más probable es que a Cristina la hubiesen matado de noche, cuando iba arreglada para trabajar, y que el cuerpo hubiese sido trasladado y quemado inmediatamente después de su fallecimiento, sobrevenido por un único golpe en la cabeza.

Primer escollo
El primer escollo fue fijar la hora de la muerte, un dato esencial en este caso. A los pocos minutos de hallar el cuerpo, los agentes ya conocían la identidad probable de la víctima ya que había un documento en la cartera. Un marroquí llegado a España unos años antes y con antecedentes por riñas que, dado el atuendo, debía prostituirse. Costó poco comprobarlo. Lo más probable, por tanto, es que el crimen hubiese sido cometido en fin de semana y de noche, pero la Policía Local se emperró inicialmente en que una patrulla había pasado el lunes por la mañana por el camino y allí no había cadáver alguno. El dato distorsionó incluso el dictamen forense: la hora de la muerte estaba claramente determinada: 48 horas antes del hallazgo (a primeras horas del domingo), pero, al hilo del dato policial, el informe preliminar decía que el cuerpo había sido quemado 12 horas antes de ser encontrado. ¿Alguien había asesinado a Cristina en la mañana del domingo y había conservado su cadáver hasta la noche del lunes? Entonces, ¿dónde? Eso implicaba el uso de un coche, de un piso; abría muchas más incógnitas.
Ésa fue la tesis de la investigación hasta que se comprobó que nadie había visto el cadáver de la víctima antes de la mañana del martes por la simple razón de que nadie había pasado por el camino entre el domingo y el martes. Por tanto, era más que razonable pensar que el cuerpo calcinado permaneció ahí desde las primeras horas de la mañana del domingo hasta las nueve de la mañana del martes. ¿Nadie la había echado de menos?
Para entonces, la Guardia Civil ya había localizado a sus compañeras de piso -dos mujeres transexuales que también ejercían la prostitución- y a las que hacían la calle codo con codo con ella. En la primera semana, los investigadores ya habían reunido unos cuantos datos sobre la vida nocturna de Smail. Era de las que le gustaba tomarse una copa, o las que hiciera falta, al final de cada jornada laboral. Y tenía muy mal beber.
El abanico de sospechosos, por tanto, podía ser tan amplio como su cartera de clientes sumada al elenco de parroquianos de cualquiera de los after que salpican el callejero nocturno de la ciudad de Valencia. Sin embargo, el testimonio de una transexual les iba a poner en lo que parecía el buen camino. La noche del sábado 21 de marzo de 2009, Smail dejó la calle sobre las cuatro y se apuntó a dar una vuelta por una sala de fiestas de la avenida del Cid, en la que, a partir de determinada hora, no es extraño toparse con prostitutas -en su mayoría transexuales-, y delincuentes. La investigación prometía, pero las cosas volvieron a torcerse.
Los agentes tuvieron que armarse de paciencia y recursos antes para estimular la memoria del personal del local. Cuando, por fin comenzó la colaboración, los sospechosos comenzaron a brillar con luz propia de entre la cartera de posibles homicidas. Los investigadores averiguaron que Cristina entró en el local con otras compañeras entre las tres y las cuatro. “Yo le perdí la pista pasadas las cinco de la mañana”, explicó una de ellas a Levante-EMV en aquél momento.
Varios camareros declararían en las semanas siguientes al crimen que habían visto a Cristina pelearse con dos hombres en la planta de arriba del local. Más tarde, el portero la vio salir por la puerta con esos mismos hombres, a quienes reconoció fotográficamente en dependencias policiales. El asunto empezaba a tomar color.
La Guardia Civil averiguó la identidad de ambos. Se trataba de dos vecinos de la Pobla de Vallbona sin oficio conocido. Uno de ellos se dedicaba a traficar con cocaína y el otro ingresó en prisión apenas una semana después de la muerte de Símil por otro delito. Un comienzo prometedor para llegar a la resolución del caso.
De los testimonios de ambos terminó saliendo un tercer nombre, el de un eslovaco asentado en Valencia y vinculado también a ambientes delictivos a quien, ¡oh casualidad!, los camareros de la sala de fiestas habían visto la misma noche en la planta baja del local. Es más, el hermano del eslovaco se gana la vida como camionero y, de nuevo casualidad o no, aparca el tráiler en una base muy cercana al lugar donde apareció el cuerpo quemado de la víctima. Y el tercer sospechoso frecuentaba ese aparcamiento de camiones porque solía ayudar a su hermano en más de una ocasión. Más indicios para el atestado policial, pero las pruebas seguían sin aparecer.
A lo largo de la investigación, el juez instructor, titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Torrent, autorizó la intervención telefónica de los móviles de los sospechosos. Según las diligencias, ninguno de ellos habló del crimen, pero sí trataron de ponerse de acuerdo para fijar una coartada. Sospechosamente indiciario, pero no probatorio. Los análisis de ADN fueron llegando en los meses siguientes. Ni uno sólo de ellos probaba la presencia de los sospechosos en el lugar del crimen. Tampoco fue hallado rastro genético alguno de la víctima ni en los coches usados por los sospechosos, ni en los domicilios. En los registros, ni rastro de la peluca de Cristina. Nada físico que vinculase a víctima y sospechosos salvo la salida de los tres por la puerta de la discoteca. Ni siquiera el arma homicida: cualquier objeto contundente que sirvió para darle muerte de un golpe seco en la cabeza.
Aún así, y agotadas todas las vías de investigación pero con la convicción de su implicación en los hechos, la Benemérita detenía en agosto de 2009 a los tres hombres, a la novia de uno de ellos y a un hombre mayor que compartía casa con el traficante. Los últimos dos, por colaborar en el tejido de la coartada. Ninguno permaneció en prisión más de mes y medio.
Ahora, y con ese panorama desolador para afrontar una acusación con garantías de condena, la fiscal del caso ha optado por pedir al juez que cierre el caso sin procesar a nadie. En un par de meses, el instructor elevará el sumario a la Audiencia Nacional y el siguiente fiscal pedirá el sobreseimiento provisional de la causa. Un vuelco, una confesión podría reabrirlo. Y poco más.

Muerta por equivocación
Cuando los investigadores se pusieron a escarbar en los motivos que desencadenaron la pelea de Smail con los dos vecinos de la Pobla de Vallbona la noche de su muerte, llegaron a la esencia del móvil del crimen. O, al menos, eso parecía. El principal sospechoso solía utilizar los servicios sexuales de mujeres como Cristina. De hecho, quince días antes del asesinato, ese hombre había estado con otra prostituta transexual en un discreto motel de Riba-roja, escenario habitual de encuentros sexuales con y sin dinero de por medio, que goza de fama, entre otras razones , porque cuenta con un aparcamiento subterráneo que permite acceder a las habitaciones directamente, a salvo de miradas curiosas.
Los empleados reconocieron a este hombre y declararon que había estado en el hotel con su coche y había hecho uso del garaje. Ese encuentro acabó como el rosario de la aurora, ya que la prostituta le robó 800 euros procedentes, al parecer, de la venta de cocaína. Así figura en las declaraciones recogidas por los investigadores. Y, al parecer, el cliente había jurado venganza. El sospechoso acusó en varias ocasiones a Cristina de ser quien le había robado. Pero se equivocaba.

El Parlamento vasco pide que la OMS retire la transexualidad como enfermedad mental

La iniciativa, suscrita por los grupos parlamentarios PNV, PSE, Aralar y Mixto -EA, EB y UPyD-, ha sido apoyada también por el PP

Todos los partidos representados en el Parlamento vasco han reclamado hoy que la transexualidad deje de considerarse como una enfermedad mental por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La iniciativa, suscrita por los grupos parlamentarios PNV, PSE, Aralar y Mixto -EA, EB y UPyD-, ha sido apoyada también por el PP durante su votación en el pleno ordinario que celebra hoy la Cámara vasca.
En la proposición no de ley aprobada por unanimidad, el Parlamento insta al Gobierno vasco a que adopte las medidas oportunas para que la transexualidad deje de incluirse en la clasificación internacional de enfermedades de la OMS y del Manual Diagnóstico y Estadístico de Enfermedades Mentales de la asociación de psiquiatría estadounidense.
Asimismo, se insta al Gobierno de España a activar las gestiones oportunas ante la OMS para la retirada de la clasificación de la transexualidad como enfermedad mental aprovechando el proceso actualmente en curso de revisión de las clasificaciones que establece dicha entidad de referencia en los sistemas sanitarios y ordenamientos jurídicos.

Las bambalinas del trágico fin de carrera de un travesti luso

Las bambalinas del trágico fin de carrera de un travesti luso

En Bilbo, entrevista al director de cine portugues Joao Pedro Rodrigues.

En Bilbo, entrevista al director de cine portugues Joao Pedro Rodrigues.

Tônia ofrece su espectáculo de travestismo en un pequeño club de Lisboa. Deseosa de un cambio de sexo, éste nunca llegará a cumplirse y, finalmente, morirá como un hombre. Es la trágica historia de «Morrer como un homem», el tercer largometraje del luso João Pedro Rodrigues. El director de «O fantasma» y «Odete» ya estuvo en Bilbo en 2007 y, tras su paso por Cannes o Xixon, vuelve a Zinegoak porque «me gusta ir a lugares en los que conozco a la gente. En los festivales pequeños me siento mejor acogido y es más fácil llegar al público». Esta vez presenta su trabajo más femenino con un reparto curiosamente masculino, realizando un guiño a la comedia «The women», de George Cukor, de los años 30.

«Es la historia del final de la carrera de un transexual travesti. Pero no aparece nunca en el espectáculo. Es como si estuviera siempre en los camerinos», explicó a GARA el cineasta. «Me interesaba más la vida del personaje, la relación que tiene con su compañero que es mucho más joven… Quería hacer un retrato de una diva, pero sin el lado del espectáculo, mostrar la intimidad de una diva», añadió.

Para conocer de primera mano los sentimientos de estas personas, Rodrigues entrevistó a travestis de todas las edades. «Al principio yo no sabía muy bien cuál era la historia que quería contar. Entrevisté a travestis porque estaba buscando historias. La idea no era contar la historia de alguien. Muchas cosas me han inspirado para crear la historia que al final la película cuenta», explicó. Pero en ningún momento ha querido definir lo que supone ser travesti: «Las películas no deben dar definiciones. Yo no quiero que las personas que vayan a ver la película piensen que la transexualidad o el travestismo es así. Ésta es una historia particular de un personaje y es una ficción», aclaró.

«Yo quería hacer una tragedia y no todas las historias que he oído son trágicas. Las vivencias de los más jóvenes son muy felices. Siempre con dificultades como el largo proceso de los médicos por el cambio de sexo, los papeles…, pero, en general, son felices», añadió.

A Rodrigues le gusta trabajar con actores no profesionales, «me interesa encontrar la persona que pueda hacer el personaje que yo me he imaginado». En esta ocasión, el papel principal lo interpreta Fernando Santos, uno de los travestis más conocidos de Portugal que no es transexual y que ya ha cumplido los cincuenta años.