Dos ‘Femen’ detenidas en Rabat por fotografiarse besándose en topless

MARRUECOS  En protesta por la situación de los homosexuales en el reino alauí

  • En varios vídeos y fotos aparecen brevemente besándose delante de la Torre Hassan
  • Llevan las palabras ‘In Gay we trust’ (‘Creemos en los gays’) inscrito en su torso desnudo
  • Ambas chicas, francesas, pasarán a disposición judicial cuando termine la investigación

La policía marroquí ha detenido a las dos activistas del movimiento feminista Femen que se han fotografiado este martes en topless en un monumento de Rabat en protesta por la situación de los homosexuales en Marruecos.

Según un comunicado de la Dirección General de la Seguridad Nacional (DGSN) del que informa la agencia marroquí MAP, las dos mujeres -de nacionalidad francesa y que responden a las iniciales O.F.L y D.E.M, de 25 y 30 años, respectivamente- han sido arrestadas en el aeropuerto de Rabat-Salé cuando se disponían a viajar a Francia. Las dos chicas, que llegaron a Marruecos el lunes,pasarán a disposición judicial una vez terminada la investigación, precisa.

La nota indica que las mujeres rodaron “con el torso desnudo una escena en este lugar de culto y enarbolando un eslogan que atenta contra la moral pública”. En varios vídeos y fotografías que circulan por la redes sociales, las dos mujeres aparecen brevemente besándose delante de la Torre Hassan, uno de los principales monumentos de la ciudad y muy visitado por los turistas. Las dos activistas llevan inscrito en el torso desnudo la frase ‘In Gay we trust’ (‘Creemos en los gays’), juego de palabras que transforma el lema estadounidense ‘In God we trust’ (‘En Dios confiamos’).

En el mensaje que acompaña a la foto, Femen Francia, cuya acción ha reivindicado, ha escrito: “La homofobia no es una tradición ni una cultura, y aun menos debe convertirse en ley”. Con ello, la organización hace referencia al Código Penal marroquí, que castiga con penas de hasta tres años de cárcel “las relaciones contra natura entre personas del mismo sexo”, una condena que se aplica con frecuencia.

El Vaticano dice que el matrimonio gay es “una derrota de la humanidad”

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del Si en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda

Varias personas celebran el resultado del referéndum en Dublín el pasado 23 de mayo. / AIDAN CRAWLEY (EFE)

El sí de la católica Irlanda al matrimonio homosexual ha sentado como un tiro en el Vaticano. Su más alto funcionario, el secretario de Estado Pietro Parolin, un diplomático con muchos años de experiencia y fama de moderado, se ha referido así al resultado del referéndum: “No solo se puede hablar de una derrota de los principios cristianos, sino de una derrota de la humanidad”.

El cardenal italiano Parolin añadió que se siente “muy triste por el resultado” —un 62% de los votantes apoyaron el matrimonio gay y un 37% apostaron por el no— y animó a la Iglesia a reaccionar. “El arzobispo de Dublín”, añadió el secretario de Estado durante un acto de la fundación Centesimus Annus, “ha dicho que la Iglesia debe tener en cuenta esta realidad, pero a mí me parece que la debe tener en el sentido de reforzar su esfuerzo por evangelizar. La familia tiene que seguir estando en el centro, y debemos defenderla, tutelarla y promoverla. El futuro de la humanidad y de la Iglesia depende de la familia. Golpearla sería como quitar los cimientos del edificio del futuro”.

Las palabras de Pietro Parolin llaman la atención por dos aspectos. En primer lugar, el actual secretario de Estado no suele prodigarse en público, y mucho menos con esa rotundidad. Su labor hasta ahora ha sido la de sostener de forma callada, casi invisible, los esfuerzos del Papa por renovar la Iglesia y, sobre todo, por poner la maquinaria diplomática del Vaticano al servicio de la paz. En segundo lugar, desde que el papa Francisco se refirió a la homosexualidad durante su vuelo de regreso de Brasil —“¿quién soy yo para juzgar a los gais?”—, la Santa Sede ha procurado actualizar los viejos clichés.

Si bien, hasta el momento, solo se ha tratado de una aproximación más respetuosa, si acaso más comprensiva hacia los homosexuales, pero dejando claro –como hace hoy el cardenal Angelo Bagnasco, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en una entrevista al diario La Repubblica—que la Iglesia se sigue negando a las uniones civiles. “Nosotros creemos”, advierte Bagnasco, “en la familia que nace de la unión estable entre un hombre y una mujer, pontencialmente abierta a la vida; esta unión, que constituye un bien esencial para la sociedad, no es equiparable a otras formas de convivencia”.

 Tal vez las palabras de Pietro Parolin se puedan explicar por el temor de la Iglesia a que el resultado del referéndum irlandés pueda provocar un efecto dominó en el resto de Europa.

El Vaticano dice que el voto irlandés a favor del matrimonio gay es ‘una derrota para la humanidad’

MATRIMONIO HOMOSEXUAL Declaraciones del secretario de Estado de la Santa Sede

Para el cardenal Pietro Parolin, ‘la Iglesia tiene que reforzar su empeño evangelizador’

El cardenal Pietro Parolin, en la Basílica de San Pedro durante las celebraciones de Semana Santa

El cardenal Pietro Parolin, en la Basílica de San Pedro durante las celebraciones de Semana Santa. REUTERS

El referéndum celebrado el pasado fin de semana en Irlanda que aprobó el matrimonio homosexual es “una derrota para la humanidad”, según la expresión del cardenal Pietro Parolin, quien se ha mostrado “triste” por ese resultado.

“El referéndum irlandés es una derrota para la humanidad. Me quedé muy triste por el resultado, la Iglesia tiene que reforzar su empeño evangelizador”, ha dicho el secretario de Estado vaticano en comentarios recogidos hoy por medios italianos.

“El arzobispo de Dublín (Diarmuid Martin) ha dicho que la Iglesia tiene que tener en cuenta esta realidad, pero debe tenerlo, en mi opinión, en el sentido de reforzar su empeño y esfuerzo por evangelizar“, ha dicho Parolin en un acto en el Palacio de la Cancillería.

“Y creo que se puede hablar no solo de una derrota de los principios cristianos”, sino también “de una derrota de la humanidad”, ha dicho Parolin en la ceremonia de concesión del premio “Economía y Sociedad”, que entrega la vaticana Fundación Centesimus Annus.

 

Publicidad

 

La República de Irlanda, de fuerte tradición católica, se convirtió el sábado en el primer país que autoriza en un referéndum el matrimonio homosexual, al ser aprobado por el 62,07% del electorado que dijo “sí” a “la igualdad”.

A las palabras del cardenal Parolin se han sumado hoy las del presidente de los obispos italianos, cardenal Angelo Bagnasco, quien ha dicho que el voto irlandés es “una revolución cultural que nos afecta a todos”.

Y como tal, asegura Bagnasco en una entrevista en el diario italiano “La Repubblica”, “no puede no apelar a nuestra Iglesia: ¿qué tenemos que corregir o mejorar en el diálogo con la cultura occidental?”, se pregunta.

Interrogado sobre la posición de la Iglesia sobre las uniones homosexuales, el cardenal italiano expresa en su nombre “el pleno respeto por la dignidad de todos, sea cual sea su orientación (…) Esta posición no nos exime del esfuerzo de distinguir, evitando simplificaciones que no ayudan“.

Bagnasco considera por último que “pedir que se eviten homologaciones indebidas no afecta al reconocimiento de los derechos individuales de cada cual”.

El sí irlandés al matrimonio gay reaviva el debate en Alemania

Angela Merkel

La canciller alemana, Angela Merkel, el 22 de mayo en Riga. / INTS KALNINS (REUTERS)

El referéndum irlándes ha dado ánimos a los alemanes que reclaman una equiparación total de derechos entre parejas gais y heterosexuales. El ministro de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas, presentará este miércoles una reforma que dará algunas ventajas a las uniones civiles. Pese a este pequeño avance, la cancillerAngela Merkel se niega a dar el paso definitivo: una ley de matrimonio homosexual con plenos derechos.

“Nos hemos quedado atrás. No es por la población, que según todas las encuestas defiende el matrimonio gay, sino por los políticos, que se niegan a seguir el ejemplo de los países de nuestro entorno y de otros como Argentina o Suráfrica”, protesta Klaus Jetz, director de la Federación de Lesbianas y Gais de Alemania.

Pero el referéndum en Irlanda ha hecho que el tema vuelva a aparecer en la agenda política. No solo la oposición reclama una ley de matrimonio. También la piden los socialdemócratas que gobiernan con Merkel y algunos líderes de la CDU, como el poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble. Pese a ello, la situación va a continuar como hasta ahora. El sector mayoritario de la CDU —y sobre todo, sus socios bávaros socialcristianos— se oponen a desprenderse de unas de las pocas etiquetas de conservadurismo puro que pueden ofrecer a su electorado más tradicional. “Es poco realista esperar una ley de matrimonio en esta legislatura”, admite el ministro Maas. Como compensación, Maas presentará en el Consejo de Ministros de este miércoles una modificación de 23 leyes y reglamentos —sobre todo en cuestiones lingüísticas que tendrán pocos efectos— para equiparar los derechos de unas y otras parejas.

Los derechos de gais y lesbianas dieron en Alemania un salto de gigante en 2001. La ley de uniones civiles aprobada entonces por el Gobierno de socialdemócratas y verdes que lideraba Gerhard Schröder colocaba al país en la liga de los más avanzados si se exceptúa a Holanda, que ese mismo año fue el primero en aprobar el matrimonio para todos. Desde entonces, distintas sentencias judiciales han ido obligando al legislador a equiparar cada vez más derechos, hasta el punto de que hoy muchas parejas de gais o lesbianas alemanas reconocen que su situación es prácticamente igual que la que tendrían si estuvieran casados. ¿Qué les aportaría el matrimonio entonces? Además de poder usar la misma palabra que los demás, la posibilidad de adoptar de forma conjunta.

Presiones en la CDU

Crece la presión para que Merkel acepte el matrimonio gay. Esta no procede solo de los colectivos de afectados, de la oposición de verdes e izquierdistas y de sus compañeros de Gobierno socialdemócratas. Incluso en su partido democristiano se oyen voces a favor de la equiparación de derechos. “Podemos hacer lo mismo que han hecho los católicos irlandeses”, ha dicho Jens Spahn, unas de las figuras ascendentes de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) que no esconde su homosexualidad. “La igualdad de derechos total se me hace muy difícil. No estoy segura de qué es lo mejor para el bienestar del niño [en el caso de la adopción]”, dijo Merkel en un debate televisado durante la campaña de 2013.

El Vaticano ve el sí de Irlanda al matrimonio igualitario como “un desafío” para la Iglesia

vaticano

El diario oficial del Vaticano ‘L’Osservatore Romano’ publica este lunes un artículo titulado ‘Un desafío para la Iglesia’, ante el referéndum que ha legalizado en Irlanda el matrimonio entre personas homosexuales. Así, señala que gran parte de los comentarios del mundo eclesiástico analizan “con lucidez” el éxito de la consulta popular y reconocen “la distancia en ciertas materias entre la sociedad y la Iglesia”. En todo caso, admite que el ‘sí’ ha ganado con demasiado margen “para no aceptar la derrota”.

El diario se hace eco de unas declaraciones del arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, en una entrevista con ‘La Stampa’, sobre una “revolución cultural” y destacando que “la Iglesia debe preguntarse cuándo ha comenzado esta revolución cultural y por qué algunos se han negado a ver este cambio”.

Para monseñor Martin, “es necesario revisar la pastoral juvenil” porque, según precisa, “el 90 por ciento de los jóvenes que han votado ‘sí’ a la legalización del matrimonio homosexual, estudiaron en escuelas católicas”.

A su juicio, la decisión refleja “la situación actual de la cultura irlandesa” donde “prevalece una idea individualista de la familia”. “Si no –añade ‘L’Osservatore Romano’– no se entiende la amplia mayoría obtenida”.

El periódico también cita al secretario general de la Conferencia Episcopal Italiana, Nunzio Galantino, para indicar que la línea de la Iglesia es clara: no acepta la equiparación entre las uniones de personas homosexuales y la “familia constitucional”.

Para el secretario general de la CIE, que se ha pronunciado sobre el tema en una entrevista con ‘Il Corriere della Sera’, habría que poner las razones sobre una “mesa horizontal” porque, a su parecer, “no se puede dar una respuesta simplificada a una realidad compleja”.

El arzobispo de Dublín advierte de que los gais podrían exigir casarse por la Iglesia

Celebración en Dublín de la aprobación del matrimonio homosexual

Celebración en Dublín de la aprobación del matrimonio homosexual. / Cathal McNaughton (Reuters)

El arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, ha pedido que se pongan “límites” legislativos para impedir que parejas gais puedan llegar a exigir ante la Justicia irlandesa casarse por la Iglesia alegando discriminación.

“El matrimonio en la Iglesia también es un matrimonio civil y las parejas gais a las que se les negara podrían recurrir a los jueces acusándonos de discriminación si el legislador no pone límites”, ha dicho Martin en una entrevista con el diario italiano ‘La Stampa’.

El arzobispo considera que la aprobación en referéndum en Irlanda del matrimonio homosexual “es un cambio notable cuyos efectos concretos son impredecibles”. Y añade: “el primer ministro católico (el democristiano Enda Kenny) asegura que para las iglesias no cambiará nada, pero serán los tribunales los que tendrán que aplicar la ley”.

Otra de las consecuencias de las que advierte el arzobispo tiene que ver con la educación en las escuelas católicas, donde asegura que “los profesores de educación civil estarán obligados a decir que el matrimonio lo es también entre personas del mismo sexo. Todo esto creará problemas”.

Martin critica que no haya habido “siquiera una discusión en el Parlamento” sobre el matrimonio homosexual. En Irlanda tienen sede multinacionales como Twitter y Google, que se han desplegado a favor del sí y la gente temió que la victoria del no hubiera aislado y dañado también económicamente al país”.

La República de Irlanda, de fuerte tradición católica, se convirtió el sábado en el primer país que autoriza en un referéndum el matrimonio homosexual, al ser aprobado por el 62,07 % del electorado que dijo “sí” a “la igualdad”.

Irlanda opta por legalizar el matrimonio gay

El recuento provisional del referéndum celebrado este viernes en Irlanda para decidir sobre la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo apunta a una victoria del «sí»

A couple watch the count at a count centre in Dublin following the vote on same-sex marriage in Ireland on May 23, 2015. Counting got under way today in Ireland's historic referendum on same-sex marriage, with thousands of people, some of whom rushed home from living abroad to vote, gathering to hear the results. AFP PHOTO /  Paul Faith

Una pareja sigue el recuento. (Paul FAITH / AFP)

Apenas una hora después del comienzo hoy a las 08.00 horas GMT del cómputo de los sufragios, las primeras proyecciones indicaron ya que el apoyo al matrimonio homosexual se imponía en casi todas las circunscripciones de Dublín y en muchas de las de las zonas rurales.

Según la RTE, en la capital del país el apoyo al matrimonio homosexual podría situarse cerca del 60 por ciento, frente al 40 del «no», mientras que en los distritos electorales de las zonas rurales esa distancia podría ser menor.

Cuando se hagan oficiales estos datos provisionales, Irlanda se convertirá en el primer país del mundo que reconoce en referéndum el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

La Comisión del referéndum informó hoy de que el resultado final podría anunciarse en el Castillo de Dublín entre las 15.00 y las 17.00 horas GMT de hoy, siempre y cuando no se soliciten recuentos.

Incluso el «Iona Institute», un influyente «think-tank» católico que hizo campaña por el «no», reconoció en su cuenta de Twitter que el electorado irlandés, de poco más de tres millones, ha apoyado mayoritariamente la propuesta del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas.

Irlanda dice sí al matrimonio gay

EN UN REFERÉNDUM

irlanda pareja les

DUBLÍN – El electorado irlandés aprobó con un 62,07% de los votos emitidos en el referéndum celebrado el viernes la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, según anunció ayer la Comisión del plebiscito. Los datos oficiales indicaron que los votos en contra de la propuesta del Gobierno, de coalición entre conservadores y laboristas, para autorizar y dar categoría constitucional al matrimonio homosexual alcanzaron el 37,93%.

La Comisión también informó de que la asistencia a las urnas fue del 60,52%, la más alta desde el referéndum sobre la legalización del divorcio celebrado en 1995. El electorado también participó en otra consulta para decidir si se rebaja de los 35 años actuales a los 21 la edad mínima para ser presidente de la República. Los primeros resultados apuntaban a una victoria del no. – Efe

Irlanda aprueba el matrimonio gay por una amplia mayoría

El sí gana el referéndum con un 62% de los votos

Celebraciones por la aprobación del el matrimonio gay

Celebraciones por la aprobación del el matrimonio gay. / EFE / REUTERS- LIVE

Irlanda se ha convertido en el primer país del mundo que aprueba por votación popular el matrimonio entre personas del mismo sexo. Pasadas las ocho de la tarde (hora peninsular española) concluyó el recuento: el sí ha obtenido un 62% de los votos en el referéndum celebrado el viernes, frente a un 37% del no. El número de papeletas con el sí (1.2 millones) casi duplica a las del no. la participación ha sido de un 60,5%.

Los primeros datos del recuento de votos, iniciado a las diez de la mañana del sábado (hora peninsular española), apuntaban ya a una victoria del sí en el referéndum sobre la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en Irlanda. El ministro de Igualdad, Aodhán O’Ríordáin, ha avanzado ha declarado esta mañana: “Creo que está ganado. He visto urnas abiertas, de áreas medias que no tienen por qué ser necesariamente liberales, y están rotundamente votando sí”.

O’Ríordáin ha sido el primero de una serie de diputados que, desde sus correspondientes circunscripciones electorales, han repetido el mismo mensaje: que todo indica que el sí, tal como estaba previsto, va a ganar. Incluso uno de los principales actores de la campaña por el no ha admitido que es muy probable que suceda. “Todo el mundo parece estar prediciendo un sí, y ese parece ser el caso por el momento. Es decepcionante”, ha declarado John Murray, del católico Instituto Iona.

Se trata de todo un acontecimiento histórico para un país, fuertemente católico, en el que la homosexualidad era ilegal y se pagaba con penas de cárcel hasta 1993.

Todos los partidos políticos han pedido el voto por el sí, igual que los principales periódicos. Todas las encuestas publicadas antes del viernes, día de la votación, indicaban una victoria del sí por un cómodo margen. Pero nadie descartaba un estrechamiento del margen debido al voto del llamado “no tímido”, el de aquellos ciudadanos que, en el contexto de una campaña mucho más visible del sí, podrían ocultar su voluntad de que se mantenga el statu quo.

La participación parece haber sido alta, mucho mas que en otros referendos celebrados en el país. Al cierre de los colegios electorales a las once de la noche (hora peninsular española), la cadena pública RTE estimó que la participación podría situarse entre el 50 y el 60%. La alta afluencia a las urnas da una idea del interés que ha suscitado en este país, aún mayoritariamente católico, la propuesta de legalización del matrimonio homosexual planteada por el Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas.

Algo más de 3,2 millones de irlandeses mayores de edad se habían registrado para votar. Debían responder, marcando la casilla del sí o la del no, si la Constitución irlandesa debe cambiarse para incluir la siguiente frase: “Pueden contraer matrimonio de acuerdo con la ley dos personas sin distinción de su sexo”. Había otra cuestión que se sometía al voto popular: si se reduce o no el límite de edad legal (de 35 a 21 años) para poder ser candidato a presidente. El recuento ha empezado por las papeletas del matrimonio entre personas del mismo sexo.

La movilización de los jóvenes urbanos habría sido un factor clave en la victoria del sí. En Dublín, en cuya área metropolitana vive casi un tercio de los 4,5 habitantes del país, se calcula que la participación puede haber llegado al 65%. Y en Cork, la segunda mayor ciudad, al 60%. Hasta 60.000 personas se registraron para votar en los últimos meses, muchas de ellas irlandeses residentes por todo el mundo que no querían perderse un momento histórico. No era posible el voto por correo, y podían votar a todos los irlandeses que hubieran emigrado de su país hace menos de 18 meses.

En la capital, el triunfo del puede ser rotundo. En el distrito oeste, con un 13% de votos escrutados, un 73% de los ciudadanos se han mostrado a favor. Este porcentaje es del 70% en el centro oeste y de entre el 60 y el 65%. En el centro-norte, el alcanzaría un 70%, según las mejores perspectivas. “Parece que esta cuestión ha tocado un nervio en los irlandeses y me siento orgulloso de ser un ciudadano de este país”, ha aseverado el ministro.

Irlanda se suma finalmente a la tendencia global de extender el derecho a contraer matrimonio a las personas gais. Las bodas entre personas del mismo sexo son legales en 19 países de todo el mundo, en todo su territorio. Además, dicho derecho se reconoce en parte del territorio de Estados Unidos, México y Reino Unido (el matrimonio gay sigue siendo ilegal en Irlanda del Norte, una de las cuatro naciones que lo componen).

Dos motivos convierten el caso irlandés en especial. El primero es que aquí son los ciudadanos con sus votos quienes deciden sobre el tema, dado que la Constitución del país solo se puede modificar por referéndum.

El segundo motivo es de carácter histórico: el país, en el que hasta hace poco la Iglesia Católica tenía un importante peso en la política, fue uno de los últimos del mundo occidental en que la homosexualidad constituía un delito castigado con penas de cárcel. No fue hasta 1993 que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró ilegal la legislación hasta entonces vigente, heredada de la vecina Inglaterra. El divorcio se legalizó en 1995, los anticonceptivos en 1985, y el aborto sigue siendo ilegal incluso en el caso de violación.

Más del 60% de los irlandeses aprueba en referéndum el matrimonio gay

Abrumadora mayoría del “Sí”, que triunfa con un 62% en uno de las consultas con mayor participación de la historia del país.

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del Si en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda

Una pareja de lesbianas celebra el triunfo del “Sí” en el referéndum sobre el matrimonio homosexual celebrado este sábado en Irlanda. EFE/EPA/AIDAN CRAWLEY

DUBLÍN.- El electorado irlandés aprobó con un62,07% de los votos emitidos en el referéndum celebrado este viernes la legalización del matrimonio entre parejas del mismo sexo, según anunció hoy la Comisión del plebiscito.

Los datos oficiales dados a conocer hoy indicaron que los votos en contra de la propuesta del Gobierno, de coalición entre conservadores y laboristas, para autorizar y dar categoría constitucional al matrimonio homosexual alcanzaron el 37,93%.

La Comisión también informó de que la asistencia a las urnas fue del 60,52 %, la más alta desde el referéndum sobre la legalización del divorcio celebrado en 1995, después del cual se celebraron 20 plebiscitos más.

El electorado irlandés, de poco más de tres millones, también participó el viernes en otra consulta para decidir si se rebaja de los 35 años actuales a los 21 la edad mínima para ser presidente de la República, un cargo principalmente representativo.

El recuento de ese referéndum no ha concluido aún, pero los resultados provisionales apuntan a una victoria del “no” a la reforma de la legislación vigente, tal y como preveían las encuestas.

Al convertirse en el primer país del mundo que autoriza por voluntad popular el matrimonio entre parejas del mismo sexo, estas uniones están desde hoy reconocidas por el artículo 41 de la Carta Magna, lo que les concederá protección constitucional y les equiparará al matrimonio convencional.

Los detractores, entre los que figuran grupos antiabortistas, ultraconservadores y la Iglesia católica, sostienen que estas uniones atentan contra los valores de la familia tradicional y que modificarán radicalmente los procesos de adopción y de maternidad subrogada, al tiempo que erosionarán los derechos del menor.

La República de Irlanda ya promulgó en 2010 la ley de Relaciones Civiles que, por primera vez en este país, concedía reconocimiento legal a las parejas de hecho del mismo sexo, pero eludía calificar a esas uniones de “matrimonio”.

“El sí envía un mensaje sobre la igualdad”

El primer ministro irlandés, el democristiano Enda Kenny, celebró que su “pequeño país” haya sido capaz de enviar un “mensaje global” sobre la “igualdad” con el apoyo mayoritario de su electorado en referéndum al matrimonio gay.

El jefe del Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, aseguró que Irlanda, un país aún mayoritariamente católico, puede ahora continuar avanzando para “crear una sociedad más justa y compasiva”.

Tras conocer los resultados definitivos, Kenny destacó la clara victoria del “sí”, pues de las 43 circunscripciones que componen el mapa electoral irlandés, solo en la de Roscommon-Leitrim Sur, en una zona rural del noroeste del país, ganó el “no” con un 51,42 % de los votos.

En su comparecencia ante los medios, Kenny estuvo acompañado por Joan Burton, la viceprimera ministra y líder del Partido Laborista, la formación que planteó a sus socios conservadores en el Gobierno la necesidad de convocar un plebiscito para legalizar el matrimonio homosexual, tal y como figuraba en su manifiesto para los comicios generales de 2011.

“Cuando miro atrás y analizo la campaña (del referéndum), pienso en muchas cosas. Pienso en la gente que lo ha hecho posible y en aquellos cuyas vidas cambiará para siempre”, dijo Burton.

“Pero sobre todo -dijo-, me acuerdo de los niños en cada ciudad, en cada pueblo, que van a crecer sabiendo que su país les acepta independientemente de lo que sean cuando sean mayores y de quién se enamoren un día”.