Las pruebas de verificación de sexo cuestionan derechos individuales y la “protección del deporte femenino”

Caster Semenya en el mitin de Roma 2016

Caster Semenya en el mitin de Roma 2016 / IAAF.

Su participación en los Juegos Olímpicos ha vuelto a colocar el debate encima de la mesa. En Río de Janeiro muchas miradas se posarán sobre la atleta sudafricana Caster Semenya, por la superioridad que ha mostrado en los 800 metros para los que es la gran favorita. Todo después de que el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) anulara en julio de 2015 la norma que castigaba a aquellas atletas que mostraran niveles de testosterona superiores a los considerados “normales” para las mujeres. Debían recortar su producción de hormona por una supuesta ventaja deportiva injusta con el resto de competidoras.

Las federaciones internacionales y el Comité Olímpico Internacional (COI) han utilizado diversas técnicas a lo largo de la historia para “verificar el sexo” de las deportistas –incluida la obligación de posar desnudas para un examen visual– que han dejado por el camino a deportistas humilladas y carreras truncadas.

Semenya es una de ellas. Tras ganar el oro en los Mundiales de Berlín de 2009 fue sometida a uno de estos exámenes tras las quejas de otras corredoras y fue apartada de la pista 11 meses.

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) concluyó que el cuerpo de Semenya  produce tres veces más testosterona que la media de las mujeres. La surafricana fue sometida a un escarnio público sobre su físico hasta que en 2010 la IAAF aceptó las conclusiones de un grupo de médicos que declararon su “idoneidad para competir en la categoría femenina”.

A pesar del dictamen médico sobre Semenya presentado a la IAAF,  el Comité Olímpico Internacional retomó las pruebas de sexo –que había abandonado en 2000– y las aplicó  a la velocista  india Dutee Chand. La velocista, también intersexo, se empeñó en competir tal y como es, y su litigio consiguió la anulación temporal de la regla del límite de testosterona natural por parte del Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS).

Las conclusiones del TAS

La joven se negó a someterse a los tratamientos médicos y operaciones que la IAAF le proponía como única opción para seguir compitiendo en la categoría femenina. La federación prohibió a la deportista en 2014 seguir en la pista durante dos años por haber mostrado unos niveles de testosterona superiores a los exigidos por la llamada norma de hiperandrogenismo, una categoría en la que también había entrado años atrás Caster Semenya.

Pero esta vez, la batalla de Chand motivó la suspensión de una regla que pretende encajonar la sexualidad humana en dos categorías obviando la complejidad de un asunto que la ciencia ha zanjado argumentando que no existe un solo parámetro biológico para determinar el sexo de cada persona.  “El sexo de los seres humanos no es simplemente binario”, sentenciaba el TAS en su laudo.

El tribunal concluía, además, que la norma era discriminatoria con las mujeres y con todas las personas que no encajan en las definiciones biológicas típicas de lo considerado femenino y masculino (intersexuales). El TAS ha dado a la IAAF y al COI dos años para demostrar que la testosterona genera una ventaja. Su dictamen expresaba que la regla del hiperandrogenismo “se usa para introducir una nueva categoría de mujeres no aptas dentro de la categoría femenina”. 

Las dos caras de la moneda

Es ahí donde está el punto caliente de la polémica. ¿Amenaza la ausencia de este tipo de normas el deporte femenino, como afirman algunos expertos? ¿Protege la existencia de estas reglas la identidad de género de las personas? La balanza debe inclinarse, para unos, del lado de los derechos de personas trans e intersexuales en el deporte. Para otros, lo más importante debe ser asegurar “la supervivencia” de las categorías de mujeres.

Es el caso de la atleta transexual y física médica Joanna Harper, que califica la decisión del TAS de “error”. Afirma que las delimitaciones son necesarias para “asegurar la viabilidad del deporte femenino y protegerlo”, un ámbito reservado tradicionalmente para los hombres. “Las mujeres deben competir contra otras mujeres, ya que son superadas por ellos en los altos niveles de la mayoría de deportes”, sostiene.

La también asesora del COI en cuestiones de género no niega que “la biología no divide de forma nítida a las personas en dos sexos”, pero es de la opinión de que a estas mujeres, como Caster Semenya, “se les debe permitir competir en la categoría femenina siempre y cuando estén dispuestas a hacerlo con los niveles de testosterona femeninos en su cuerpo”. Es decir, sometiéndose a tratamientos médicos para ello.

Al otro lado, Victoria Ley,  bióloga y responsable de la Subdirección General de Deporte y Salud del Consejo Superior de Deportes, opina que los métodos químicos para restringir la testosterona naturalmente producida “pueden tener efectos secundarios, no es una forma de fomentar su salud, solo de hacer que encajen en los estándares que ellos consideran para las mujeres”.

“Nadie puede definir quién es un hombre o mujer, hay que detenerse en lo que la persona siente”, matiza. Los tratamientos harían que “su rendimiento cayera en picado y competirían en igualdad de condiciones contra otras mujeres” porque “si queremos mantener las categorías por sexos deben fijarse unos límites”, mantiene el doctor en Fisiología del Ejercicio Jordan Santos. Pero, ¿respeta los derechos humanos la imposición de estas fronteras de sexo en el deporte?

¿Impulsar competiciones mixtas?

La abogada Grecia González Miranda analiza esta perspectiva en la investigación  Las mujeres en el deporte profesional entre la verificación de sexo y el hiperandrogenismo: una aproximación desde los Derechos Humanos. “Estos reglamentos generan una discriminación entre mujeres que no concuerdan con el perfil físico y estereotipado de lo que debe ser una mujer desde una visión paternalista”, afirma.

En una de sus conclusiones asegura que “la división dualista del sexo en las competiciones deportivas está obsoleta dada la diversidad sexual que se presenta con la incorporación de transexuales e intersexuales” y apuesta por poner en marcha “competiciones mixtas en todos los deportes para generar el caldo de cultivo para futuras competiciones igualitarias”.

Para ella, con las normas de verificación “se hace una inferencia de que el desempeño atlético superior es un dominio del hombre y no de las mujeres”. Sin embargo, Harper, que compitió como hombre antes de someterse a tratamientos de bloqueo de testosterona, defiende que la hormona provoca una ventaja deportiva, algo que comprobó “al perder muchísima velocidad tras el tratamiento”.

Santos cree que es un “absurdo” considerar que la testosterona “no supone una ventaja en la competición”, pero, afirma, “supongo que el TAS ha primado los argumentos sociales sobre los biológicos, algo loable pero injusto para la mayoría de mujeres”.

¿Por qué solo se pone límite a ese parámetro biológico?, se cuestiona Ley: “La altura en baloncesto, el nivel de eritrocitos, que mejora la capacidad muscular o de miostatima, que favorece el desarrollo muscular, también generan ventaja”.

Santos responde ejemplificando que “no existen categorías por altura en baloncesto, pero sí por sexos con el objetivo de proteger el deporte femenino”. ¿Es entonces la testosterona el único parámetro evaluable para dividir las categorías? “Es el factor más importante”, dice Harper. “Los niveles de testosterona son muy variables tanto en mujeres como en hombres”, le contrapone Ley.

Las personas intersexuales exigen no ser tratadas como enfermas ni operadas por motivos estéticos

“A los 11 años me di cuenta de que había algo diferente en mi cuerpo, fue en una clase de Conocimiento del Medio en la que hablamos sobre órganos sexuales”, cuenta Olga Fernández. Debido a una afección conocida como hiperplasia suprarrenal congénita nació con genitales ambiguos. “Hace apenas un año, a raíz de aprender inglés y buscar información sobre esta condición, descubrí lo que era ser intersexual y los diferentes tipos que hay”, añade.

En ese momento, esta joven de 25 años se dio cuenta de que era intersexual. Según define Human Rights Watch, estas personas “nacen con características sexuales que no encajan con las nociones binarias típicas de los cuerpos masculinos o femeninos”.

Aunque este colectivo se encuentra bajo el paraguas de las siglas LGTBI, en España muy pocas asociaciones cuentan con activistas intersexuales. A pesar de esta situación de invisibilidad, sus reivindicaciones han comenzado a estar recogidas en leyes regionales contra la LGTBIfobia. La Comunidad de Madrid y las Islas Baleares han sido las pioneras. La normativa madrileña de identidad y expresión de género e igualdad social y la insular contra la LGTBIfobia recogen las dos demandas principales de las organizaciones internacionales interesexuales: la despatologización y la prohibición de la cirugía genital en los bebés, por motivos que no estén relacionados con la salud.

“Actualmente, estas regiones están al mismo nivel que Malta y Chile, los únicos países del mundo que han prohibido la mutilación genital de personas intersexuales”, indica el jurista Daniel J. García, especializado en intersexualidad y autor del libro Sobre el derecho de los hermafroditas (ed. Melusina).

“Cuando nace el bebé los médicos te dicen que hay que operar de urgencia para determinar el sexo y educarle hacia él”, apunta Lola Pujante, presidenta de laAsociación Española de Hiperplasia Suprarrenal Congénita. “Consideramos que la operación es una mutilación porque es una cirugía invasiva con el cuerpo, el afectado no toma la decisión y se produce por motivos estéticos. Consiste en feminizar o masculinizar (los genitales). Es una intervención consentida (por los progenitores) entre comillas, ¿cómo puedes consentir algo sobre lo que desconoces sus consecuencias?”, indica José Cabrera miembro de la FELGTB (Federación estatal de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales) y de la asociación LGTBI Algarabía.

En busca de una ley estatal

Por su parte, la doctora Laura Audí, investigadora del grupo de Endocrinología Pediátrica del Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), asegura que esta situación está cambiando. “Es un tema controvertido, en pediatría durante muchos años se ha tendido a realizar cirugías correctoras precoces”, añade. Los colectivos abogan por una ley estatal que equipare en todo el país los protocolos cuando los médicos detectan que ha nacido un bebé intersexual. “Si gobierna el PP vemos complicado sacar una ley que recoja todas las reivindicaciones”, añade Uge Sangil, vocal de Educación de la FELGTB.

Los afectados abogan por esperar, dejar crecer y evolucionar al bebé, y que sea él el que decida con qué género se identifica. Lola Pujante tomó esa decisión cuando dio a luz a su hija. “Toda mi preocupación era no equivocarme. ¿Cómo voy a operar a una nena y que luego se sienta un niño? Si eso llegaba a pasar, tenía muy claro que le habría fastidiado su vida”, añade.

A Olga le hubiese gustado que sus padres tomasen esa decisión cuando nació: “Estoy segura de que si hubiesen respetado mi cuerpo como era, las sensaciones serían mucho mayores, no deja de ser una ablación parcial. Y no pienso que el hecho de tener genitales ambiguos acarree problemas, siempre y cuando los padres lo sepan llevar como algo normal y transmitirlo al niño y a la sociedad”.

¿Cómo se origina la intersexualidad?

La intersexualidad tiene más de 40 causas y se origina a raíz de “una etapa distinta en el desarrollo fetal de los afectados en comparación con la mayoría de las personas”, según explica Laura Audí. “La base de la biología plantea que hay un sexo masculino y otro femenino, y estos se basan en el sexo genético, en el sexo de la gónada y en el de los genitales. En las personas intersexuales se producen discordancias entre estos tres factores. Por ejemplo, el sexo genético puede ser masculino pero la gónada es un ovario o una cosa disgenética, que no es nada, y el sexo de los genitales es femenino. Hay muchas posibilidades”, añade Audí.

¿Cómo se determina el género de un bebé en estos casos? “Los médicos intentamos aclarar el sexo genético, las gónadas qué tiene y su función. En base a eso intentamos discutir con los padres a qué género se va a adecuar mejor en su crianza”, añade.

No en todos los casos son visibles los rasgos de la intersexualidad. “Tras el parto me dijeron que había dado a luz a un varón con un micropene, sin testículos. Sin embargo, era una niña tenía con una hiperplasia de la forma clásica severa. Sus gónadas eran femeninas, tenía ovarios y la vagina estaba unida a la uretra”, recuerda Lola

En España no existen datos sobre el número de bebés intersexuales que nacen cada año. “Se puede hacer una estimación, pero es engañosa. Si se aplican los datos de Estados Unidos al contexto español, serían 250 nacimiento al año. Entre el 10% y el 20% de los casos son operados al nacer”, reseña Daniel J. García.

Los colectivos internacionales, como la Organización Internacional de Intersexualidad, aseguran que las cirugías que se realizan a los bebés y que no están amparadas por motivos de salud pueden tener, en algunos casos, graves consecuencias en su futuro como la pérdida de sensibilidad en los genitales, esterilización y precipitación a la hora de adjudicar un género a un bebé. Entre el 8,5% y el 20% de estos menores rechazan el género que le asignaron al nacer, según datos de un estudio publicado en la revista Nature y elaborado por investigadores brasileños.

Por su parte, la doctora Audí afirma que “sí que es posible” llegar a conseguir una cirugía genital que garantice la sensibilidad y deja constancia de la dificultad que tienen muchos padres a la hora de tomar la decisión sobre la operación. Ellos son los que tienen la última palabra, si los doctores les proponen una cirugía genital, tendrán que decidir si la autorizan. “Les crea unos problemas tremendos, a veces los padres no apoyan tener una niña que no parece una niña”, reseña.

Cuando los progenitores se enfrentan a ese dilema, comienzan a buscar información en internet y en ese momento descubren que no existen muchos colectivos a los que puedan consultar. Actualmente solo hay dos: Grapsia, un grupo de apoya a las personas afectadas por el síndrome de insensibilidad a los andrógenos, y la organización que dirige Pujante.

“En España estamos todavía muy verdes en este tema”, asegura la presidenta de la asociación de hiperplasia suprarrenal congénita que incide en el hecho de que ni los progenitores ni los niños reciben un acompañamiento psicológico una vez que han salido del hospital. La ley insular sí que recoge la elaboración de una estrategia de actuación que incluirá esta atención psicológica.

72 horas para tomar una decisión

A la presión de hacer frente esa situación, se añade la urgencia a la hora de tomar una decisión sobre el género del recién nacido ya en el plazo de 72 horas tiene que estar inscrito en el registro civil, el plazo se puede alargar hasta 10 días si hay problemas con la documentación. “Es posible que en ese tiempo no se haya podido aclarar. Luego se puede cambiar el género, pero crea dificultades porque hay que pasar por un juez y es él quién toma la decisión”, apunta Audí.

El jurista Daniel J. García aboga por la eliminación de esa casilla en el DNI para que las personas intersexuales puedan crecer sin tener que hacer frente a los errores que se pueden cometer debido a las prisas. “Así cuentan con tiempo para ver cómo evoluciona el niño, para preguntar a los padres y tomar una decisión”, explica. Alemania aprobó para estos casos la creación de una tercera casilla, una decisión criticada por los colectivos afectados ya que aseguran que vulnera su privacidad.

Denuncian una agresión homófoba a manos de un grupo de neonazis en un bar de Madrid

El incidente se produjo en un local de Alcalá de Henares en la capital. Varios jóvenes LGTBI recibieron insultos y golpes, y el grupo de neonazis fue expulsado del lugar. La Asociación DiversAH condena este ataque “fascista” y exige que la Administración actúe

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MADRID.- La Asociación DiversAH ha denunciado este lunes una nueva agresión homófoba a varios jóvenes LGTBI en un bar de Alcalá de Henares a manos presuntamente de un grupo de neonazis, según ha informado el colectivo en un comunicado.

El incidente violento se produjo la madrugada del pasado sábado por parte de un grupo de neonazis a un varios jóvenes en un bar de la localidad de Alcalá.

Al entrar en el bar, un grupo de jóvenes LGTBI fueron recibidos con insultos homófobos al grito de “maricones”, según denuncia el colectivo. “Lejos de acobardarse los jóvenes continuaron bailando con total normalidad ante lo cual recibieron golpes por parte del grupo de neonazis”, ha señalado.

Posteriormente, el grupo fue expulsado del bar pero se mantuvo en los alrededores con el objeto de seguir agrediendo a estos jóvenes.
DiversAH ha condenado esta agresión de carácter “fascista” y ha exigido la actuación de la Administración y del conjunto de los movimientos sociales para frenar la escalada violenta por parte de estos grupos y concienciar a la población sobre la “diversidad sexogenérica”.

La transexualidad seduce a Hollywood

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Eddie Redmayn interpreta a la primera transexual de la historia en ‘The Danish Girl’.

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Felicity Huffman como Bree en el cartel de ‘Transamerica’ (2005).

El cine como espejo de uno mismo, como reflejo de la sociedad. Una de las principales inquietudes del séptimo arte desde su nacimiento. No siempre lo ha conseguido, por supuesto, pero a medida que el tiempo corre, el celuloide lucha por dar voz a formas de vida que antes estaban silenciadas; por voluntad por propia, por imposición, por desinterés.

Los tiempos cambian y las películas también. Cada vez más filmes enfocan su temática a la identidad sexual, y a las complejidades que esta enfrenta; el sujeto consigo mismo y con el entorno. Una lucha interna y externa que cada vez más atrae a cineastas, actores y espectadores y, poco a poco, como un cuentagotas, va apareciendo en la gran pantalla, y seduce a Hollywood.

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Jared Leto en el papel de Rayon (‘Dallas Buyers Club’, 2013), que le valió el Óscar al mejor actor secundario

La transexualidad, otrora asociada a la marginalidad (aún obviada por algunos), tiene hoy más visibilidad que nunca. Hace diez años Felicity Huffman (Lynette en ‘Mujeres desesperadas’) sorprendía a todos en‘Transamerica’ (2005): ella era Bree, una mujer en un cuerpo de hombre al borde de completar su reasignación de sexo que debe hacer frente, además, a la repentina noticia de que tiene un hijo adolescente. Un trabajo que le valió el Globo de Oro a la mejor actriz y la nominación en la misma categoría en los Premios Óscar.Aún así, no fue hasta el año pasado que la meca del cine dio auténtica luz a esta condición sexual. La revolución vino de la mano de Jared Leto y su rol en ‘Dallas Buyers Club’ (2013). En el dramático filme, el actor y cantante se mete en la piel de Rayon, un transexual que no solo ha de combatir los prejuicios de la sociedad estadounidense de los años ochenta, sino también el estigma de padecer sida. Su interpretación le valió el reconocimiento de las asociaciones LGTB y el de la Academia de Cine americana, conocida por su clara inclinación conservadora.

También en la pequeña pantalla

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Laverne Cox como Sophia Burset en la serie que emite Netflix ‘Orange Is the New Black’.

La inquietud por dar voz a esta opción sexual ha coincidido en el tiempo en la gran y en la pequella pantalla. Es el caso de la serie ‘Transparent’, que emite Movistar Series en España y protagoniza Jeffrey Tambor. La comedia, producida por Amazon Studios, cuenta la historia de Maura, una mujer que nació el físico masculino del profesor universitario Mort Pfefferman, y que, tras su jubilarse y criar a tres hijos, decide afrontar quién es realmente y anunciárselo a su familia y al mundo. Aplaudida por el público y la crítica -Globo de Oro a mejor serie y actor de comedia y once nominaciones a los Emmy-, el papel de Maura no solo ha sido un regalo para los espectadores, sino también para el propio actor, que así lo ha declarado en innumerables ocasiones.

La exitosa ‘Orange is the new black’ -dramedia de Netflix que Jorge Carrión definió como ‘soft porny’ (porno suave)-, también ha decidido representar en la ficción lo que en la realidad es un sector cada día más visible. Lo hace en esta ocasión con Laverne Cox, transexual en la vida real y en la ficción, cuyo personaje sufre las consecuencias de los que no entienden ni quieren entender. Cox ha sido, además, la primera persona abiertamente transexual en recibir una nominación a los Emmy en la categoría de actriz.

Ahora le llega el turno a Eddie Redmayne, oscarizado por su papel protagonista en ‘La teoría del todo’, biopic del físico Stephen Hawking. Después de hacer pública su participación en el spin-off de Harry Potter, ‘Animales fantásticos y dónde encontrarlos’, el británico dará vida a la artista Lili Elbe, la primera mujer transexual de la historia, en ‘The Danish Girl’ . Una increíble transformación la mostrará a partir del 27 de noviembre en lso cines bajo el lema ‘Encuentra el coraje para ser tú misma’.

Cyborg, sacerdotisa, bruja y princesa: así es la nueva musa queer neoyorquina

Artículo publicado en Play Ground

La princesa ciberfetichista que está difuminando la frontera entre el arte, la poesía, la noche y la moda

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La diferencia puede ser un principio de comunidad. La ‘inidentidad’, una forma fuerte de identidad.

La vida y la obra Juliana Huxtable parecen girar alrededor de esos ejes. Con su persona y con su actividad en el campo artístico, esta neoyorquina de adopción viene ensayando maneras de escapar de las ataduras de una sociedad masculinista y heteronormativa que casi siempre prefiere la simplicidad manejable del blanco y el negro al fulgor oscilante del color y sus infinitos matices.

Nacida con atributos intersexuales a principios de los 90 en una pequeña ciudad de Texas —un “pueblo del cinturón bíblico conservador”, en palabras de nuestra protagonista—, sus padres optaron por la cirugía reconstructiva para asignarle el género masculino. Durante su infancia y buena parte de su adolescencia, Juliana fue Julio Letton, pero aquel chico negro encajado en un entorno blanco siempre se sintió diferente al resto, como una construcción experimental levantada a base de desemejanzas demasiado marcadas.

Su forma de mirar el mundo no encajaba con lo que su sexo decía de ella. Su sensibilidad escapaba a los estereotipos del joven afroamericano instalados en la mente del ciudadano típico del sur norteamericano. En medio de aquellafricción constante, sólo quedaba una alternativa: la redefinición radical de uno mismo.

Juliana Huxtable

En aquellos años de incomodidad disfórica, Julio se evadía dibujando, creaba “imágenes de mujeres idealizadas, con mucha fantasía y mucho drama, como ángeles volando por el aire. Ahora me estoy convirtiendo en esas mujeres“, cuenta la artista en una reciente conversación con Vogue.

No es casual que Juliana hable en plural. Ella ve su arte en primera persona, en su trabajo usa su experiencia como punto de partida, y su experiencia es un relato de transformación y conformación de identidades que prefiere las posibilidades múltiples.

“Cuando alguien me pregunta sobre cómo me identifico, mi respuesta siempre es: cyborg, marica, sacerdotisa, bruja, princesa Nuwaubian“, confesaba Huxtable en una vieja entrevista.

Cuando Juliana nació intersexual en el seno de una familia de fuertes creencias cristianas, sus padres optaron por asignarle el género masculino

“Se me ha concedido la oportunidad de reimaginarme a mí misma, mi historia, mi lugar de origen, de múltiples maneras. Fue tras mi mudanza a Nueva York y mis primeras incursiones en la vida nocturna cuando descubrí ese potencial. Fue ahí donde conocí a Adam y Antonio y Christopher (Udemezue) y ellos se convirtieron en mi familia. Tenemos mitologías enteras para nuestros hábitos, nuestra forma de vestir y nuestro lenguaje. Todos tenemos un personaje, o varios, y las narrativas que desarrollamos se cruzan y fortalecen al otro”.

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La capacidad de imaginar juega un papel fundamental en el mundo de Huxtable. Encontrar maneras de figurarse a uno mismo es una destreza básica cuando tu cuerpo y tu vida están transicionando hacia otros estados. Ahí están, como ejemplo de esa práctica de figuración creativa, sus recientes performances en torno a los deseos interraciales que se proyectan en forma de fantasía narrativa en la red, o esa serie de autorretratos bautizadaUniversal Crop Tops For All The Self Canonized Saints of Becoming en los queexplora la idea del avatar, y que han sido una de las sensaciones en la reciente Triennial del New Museum neoyorquino.

Juliana remezcla sus raíces con elementos propios de la fantasía ucrónica

Juliana ha colocado su propia transición en el centro de su experiencia artística, pero el camino hasta llegar ahí no ha sido sencillo. Cuando su pecho empezó a crecer de forma natural durante la pubertad, Huxtable llegó a considerar el someterse a cirugía reconstructiva a petición de su madre y uno de sus terapeutas. La transexualidad no era una opción viable para ella en aquel entonces.

“Tenía el cerebro totalmente lavado por toda esa mierda del Cinturón Bíblico”, cuenta en una vieja entrevista. “Pero internet se convirtió en una forma de soledad constructiva. Me dio una sensación de control y libertad que no tenía en mi día a día, porque estaba caminando en la vida y sintiéndome odiada, avergonzada, atrapada e impotente”.

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“Mi transición ha sido una fuente constante de inspiración porque ha abierto mi potencial para la concepción personal de maneras que mucha gente sólo experimenta una sola vez durante la adolescencia”.

En ese proceso de auto-concepción, Juliana remezcla sus raíces con elementos propios de una fantasía ucrónica. Su nom de plume, otorgado por los miembros de su familia queer, hace referencia a esa doble dimensión  .

“Mi imaginación siempre ha estado vinculada de una manera herida a las fantasías de la aristocracia negra americana; hablo de esa energía colectiva de la juventud negra posterior a la lucha por lo derechos civiles que ha sido agraciada con el sentimiento de tener derecho a ascender a la América de las clases media y alta. La familia Huxtable (la familia protagonista de La hora de Bill Cosby) representa un momento muy específico y muy poderoso en cuyo espíritu yo fui educada. A la vez, soy el producto de una realidad económica contemporánea y soy testigo de cómo las fundaciones financieras y aspiracionales de esas fantasías rápidamente se deterioran. Hay cierta osadía en reclamar ese nombre, y eso ha insuflado a mi trabajo y a mi propio yo un sentimiento de realeza”.

“Estoy interesada en la intersección entre la ciencia ficción y la teología”

En su obra, la fantasía aspiracional a la que alude la artista se proyecta hacia el futuro en, por ejemplo, las ideas del nuwaubianismo, un culto religioso inspirado en el Islam y en las mitologías del Antiguo Egipto que predica la superioridad de la raza negra y el origen extraterrestre de las diferentes razas humanas y las especies animales.

“En particular estoy interesada en la intersección entre la ciencia ficción y la teología“, explica. “Canonizarme como una deidad Nuwaubian en un futuro alternativo o en otro planeta donde el dimorfismo no existe: esas son las clases de ideas que se han convertido en la base de cómo visto, hablo, bailo, escribo y los personajes a los que han dado luz esas ideas se han convertido en una parte integral de mi identidad personal”.

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Esa identidad es la que ha convertido a Huxtable, a sus 27 años, en uno de los personajes más visibles de la nueva escena queer neoyorquina. Sus labios pintados de azul se han convertido en símbolo de una modernidad mutante, polímata, fluida, que apuesta por un futuro más allá del género.

“Muchas de las cosas que me asustan como persona que está cambiando de género es verme privada de privilegios que la mayoría de la gente dan por hecho —deseabilidad, respetabilidad, empleabilidad, seguridad, etc—. Mi nombre es mi armadura y es mi voluntad para crearme a mí misma de acuerdo a la imagen en la que veo que encajo“.

Sus labios pintados de azul se han convertido en símbolo de modernidad mutante y fluida

Quien no encaja, siempre termina encajando entre los que no encuentran su sitio. Por eso, la historia de Huxtable no se entiende sin el grupo, sin la familia.

Buena parte de la inspiración y el trabajo artístico de Juliana se desarrolla en torno a la web, pero lejos de caer en ese culto ciberfetichista que lleva a la fragilización de las relaciones sociales, ella aboga por la conectividad más allá de la red.

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Como principal fuera motriz del colectivo artístico House of LaDosha, Juliana está difuminando las fronteras entre la moda y el arte. En los últimos tiempos la hemos podido ver desfilando para DKNY, Eckhaus Latta y Chromat, o prestando su poesía ciberfuturista —la escritura es otro de sus talentos— a la bandas sonora de alguno de los desfiles-performance de Hood By Air.

Junto a su actividad como artista y musa de la moda amiga de lo fluido, Huxtable también se ha ganado una merecida fama como DJ y agitadora nocturna gracias a su club SHOCK VALUE, un espacio que la artista gusta de definir como un “proyecto de género en un contexto de vida nocturna”.

El trabajo de Huxtable es figurar futuros distintos en los que quepan todos

“Quería crear un espacio donde todas las ideas que tenía del mundo, y la comunidad de personas que las inspiran, pudieran reunirse. ¿Por qué hay tantos locales gay de hombres que son hostiles a las lesbianas? ¿Por qué hay tantas raves en Bushwick llenas de ‘bros’ que bailan con ritmos de vogue pero sólo hay tres reinas negras en el club? ¿Dónde esta la noche operada por mujeres, por personas cisgénero, por transexuales?“, cuenta Juliana aDazed.

Aceptación e inclusión. Ya sea a través de su práctica artística, sus poemas, sus incursiones en la moda o sus veladas de club, el trabajo de Huxtable esfigurar futuros distintos, en los que quepan todos. Futuros en los que el amor se derrama más allá del ‘egoísmo en pareja’ de las estructuras monógamas y en el que la creatividad es una vía para reinventarnos de forma constante.

“Deterioro, renacimiento: una re-aplicación de la obsolescencia del cuerpo que lo re-privilegia como plataforma superior para la mediación social“, escribe Andrew Durbin en relación a Juliana. “El deterioro da significado a las cosas: tu yo-en-la-vida-real que se vuelve obsoleto, no tu yo-online que se replica infinitamente. Si la condición del mundo es, efectivamente, Post-Internet, y si vamos a seguir creyendo en su potencial liberador, entonces es el momento de mirar hacia ese horizonte de aperturas y forzar a sus alternativas homogeneizadoras a apagarse detrás de nosotros a medida que nos vamos acercando”.

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François Ozon: “La crisis agudiza el odio por lo diferente, inmigrantes o gays”

El realizador francés juega con la transexualidad, el amor después de la muerte y el poder de la amistad en su nueva película, ‘Una nueva amiga

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El director François Ozon en una imagen de archivo GYI

Madrid (EFE/Alicia G.Arribas).- El realizador francés François Ozon juega con la transexualidad, el amor después de la muerte y el poder de la amistad en su nueva película, Una nueva amiga, que habla sobre todo de libertad, explica en una entrevista con Efe, y que trata de normalizar al “diferente”.

“Estoy convencido de que la crisis económica y social crea mucha tensión; en ese contexto se tiene tendencia a buscar chivos expiatorios, ya sean inmigrantes o gays, en definitiva, la caza al diferente”, señala el director de “8 mujeres” (2002), ganadora del Oso de Berlín, convencido de que lo que es un buen argumento para el cine puede ser terrible cuando salta la homofobia.

“A mí siempre me han interesado personajes que no vayan rectos, sino los que se desvían para coger caminos que les ayuden a encontrarse a sí mismos porque, realmente, si lo piensas, no hay una identidad general, nadie es igual que el otro. Desde luego, no me interesa hacer cine sobre un señor cualquiera, para nada”, aclara.

Ozon se puso a trabajar en el guion de “Una nueva amiga”, que se estrena mañana en España, tras estrenar “Joven y bonita” (2013) y apoyándose en el recuerdo de un pequeño cuento de Ruth Rendell que leyó veinte años atrás; esta narración se le vino a la cabeza cuando una amiga le contó una historia real sobre un hombre que se disfrazaba de su mujer fallecida para devolverla a la vida.

A sabiendas de que aquello podía resultar “un poco tenebroso”, explica, decidió convertirlo en “un cuento de hadas, una película tipo Hollywood, con final feliz”.

“Es verdad que la película no es muy realista, los personajes están muy idealizados; si hubiéramos querido dar ese sesgo habría tenido que ser mucho más dramática, pero no”, apunta y agrega: “Quería hacer una película un poco política y el humor, justamente, era la forma de llegar a más gente, y darle ese final hollywoodiano, también”.

Pero puntualiza que también quería “hacer una película para la gente a la que le gusta disfrutar con el cine, que lo pasa bien viendo buen cine”.

Preocupado por su aspecto, el director francés (París, 1967) nominado para el BAFTA por “Potiche, mujeres al poder” (2010) y ganador de la Concha de Oro de San Sebastián por “En la casa” (2012), pide al cámara que suba un poco el plano para esconder “los efectos de las tapitas” que se cenó anoche, aunque lo hace entre risas.

Con un ojo en “Tootsie” y otro en la señora Doubtfire, David/Virginia nace con vocación de ser un referente de libertad, insiste Ozon.

“Mi película trata sobre todo de que cada uno pueda encontrar su propia identidad; hay que pensar que empieza con una muerte que destroza a dos personas y que ellos consiguen superar ese duelo a través de una tercera persona que crean entre los dos, que es Virginia”, agrega.

En “Una nueva amiga”, la muerte de Laura, una mujer que deja atrás un bebé provoca una extraña reacción en David, su enamorado marido (Romain Duris), que parece capaz de cualquier cosa para no perderla del todo.

Cuando aparece en escena la mejor amiga de Laura, Claire (Anaïs Demoustier), David cree ver en ella a la única persona capaz de entender por qué se perfuma, se pinta y se viste con la ropa de la fallecida.

Ozon bromea cuando se le recuerda su apodo de “El pervertido” con que le ha bautizado el cine francés, y explica que “quizá no sea el concepto en francés tan radical como en español”, aunque enseguida reconoce que sí, que es porque es poco convencional, “rarito”.

“Cada realizador tiene ganas de hacer escenas catárticas, filmar una escena sexual, un asesinato, cosas que no haces en la vida y lo haces en el cine, quizá sea por eso”, acepta, complacido al comentar el paralelismo evidente de las temáticas de sus cintas y su atrevimiento con algunos asuntos, con Pedro Almodóvar.

Ya está terminando de escribir el guion de una película que “será -cómo no- una historia de amor retorcida”, en este caso, entre un francés y una alemana, “muy, muy retorcida”, se ríe.

Europa recomienda a los Estados acabar con las cirugías a personas intersexuales sin su consentimiento

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El Consejo de Europa ha publicado un informe en el que recomienda a los Estados acabar con las intervenciones de cirugía irreversibles y los tratamientos médicos a las personas intersexuales sin su consentimiento ante una situación que califica de “violación de los derechos humanos” de estas personas. Una iniciativa similar a las directrices que Malta ya había puesto en marcha, tal como informó RAGAP.

“Los europeos siguen sin darse cuenta de las dolorosas historias de personas intersexuales y de las violaciones de derechos humanos a las que se enfrentan. Los estereotipos y las normas fundadas en la clasificación binaria mujer-hombre han llevado a la práctica de intervenciones médicas y quirúrgicas en bebés intersexuales y a un clima de incomprensión en la sociedad. Es momento de hacer frente a esta situación inaceptable”, ha subrayado este martes el Comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, durante la presentación del informe ‘Derechos Humanos y personas intersexuales’.

El documento de seis capítulos, titulado ‘Derechos Humanos y personas intersexuales’, aborda los obstáculos médicos, legales y administrativos que impiden a las personas intersexuales, “llamadas en el pasado ‘hermafroditas'”, del disfrute de sus derechos, y pretende servir como guía para los Estados.

Entre otras recomendaciones, pide “respetar el derecho de las personas intersexuales a no someterse a un tratamiento de asignación de sexo; revisar las clasificaciones médicas que tratan las variaciones en las características sexuales como una patología; y asegurar su derecho a la autodeterminación facilitando su reconocimiento legal en documentos oficiales”.

Concretamente, sobre la asignación de sexo, el Consejo de Europa cita investigaciones recientes para afirmar que, a menudo, los padres de niños intersexuales son “mal informados” y los médicos les proponen rápidamente cirugías “correctivas” y tratamientos para “normalizar” el sexo del niño cuando, en realidad, “esas intervenciones son innecesarias y meramente cosméticas”.

Además, el documento apunta que estas cirugías y tratamientos, con frecuencia, afectan al bienestar físico y psíquico de la persona o tienen consecuencias negativas de por vida como “la esterilización, la cicatrización severa, infecciones en el tracto urinario, reducción o pérdida de la sensación sexual o la eliminación de las hormonas naturales”.

En este sentido, el estudio advierte de que el género de una persona intersexual no se desarrolla necesariamente conforme al sexo asignado al nacer pues se estima que “entre un 8,5 y un 40%” de las veces se asigna el sexo erróneo.

Por otro lado, acerca del reconocimiento de las personas intersexuales en documentos oficiales, el informe propone a los gobiernos facilitar este reconocimiento legal pues, según apunta, todos los países de la UE tienen limitado a ‘F’ (Female, mujer) ó ‘M’ (Male, hombre) la identificación del género en los documentos, excepto Alemania que omite la referencia al sexo.

Sin embargo, según recuerda el Consejo de Europa, en lo que se refiere a los pasaportes, la Organización Internacional de Aviación Civil permite desde 1945 identificar el sexo de la persona con una ‘F’, una ‘M’ o una ‘X’ (no especificado). Además, apunta que Australia, Malasia, Nepal, Nueva Zelanda y Sudáfrica permiten asimismo la ‘X’.

El Consejo de Europa también recomienda medidas como garantizar a las personas intersexuales el acceso pleno a sus registros médicos, sensibilizar a la población, llevar a cabo una formación profesional sobre los problemas encontrados por estas personas y mejorar el asesoramiento a los niños intersexuales y a sus padres.

“Los países europeos han sido lentos en reconocer y defender los derechos humanos de las personas intersexuales y la diversidad de género que representan”, ha criticado el Comisario.

El texto también informa a los gobiernos y a los profesionales sobre los desarrollos éticos y de DDHH, incluyendo las buenas prácticas ya tomadas para proteger y empoderar a las personas intersexuales, por ejemplo, a través de reformas en la legislación sobre igualdad de trato.

Así, propone varios ejemplos de países o comunidades que han avanzado en la lucha contra ladiscriminación de estas personas en sus legislaciones, entre ellos, el País Vasco que adoptó en 2012 una ley de no discriminación por motivos de identidad de género y para el reconocimiento de las personas transexuales que recoge el derecho de las personas intersexuales a información, guía y asesoramiento legal e insta a luchar contra toda clase de discriminación contra ellas.

Sexo indeterminado y mutilación genital de intersexuales

Desde noviembre de 2013 se ha incorporado al ordenamiento jurídico alemán la categoría del sexo indeterminado. Lo que aparentemente supone un reconocimiento jurídico del colectivo intersexual, se basa en las mismas categorías discriminatorias que vienen amparando prácticas aberrantes, ratificadas por la ciencia, como la mutilación genital.

En noviembre de 2013, el gobierno alemán ha decidido incorporar a su ordenamiento jurídico la categoría sexo indeterminado, copiando la fórmula ya operativa en Australia (indeterminate sex). De esta forma, los progenitores de recién nacidos con ambigüedad genital podrán inscribirlos en el registro civil correspondiente en una de las ahora tres categorías posibles: masculino, femenino o indeterminado (X). Lo que aparentemente supone un reconocimiento jurídico del colectivo intersexual (ahora denominado, no sin cierta polémica, Disorders of Sex Development, más popularmente conocidos como hermafroditas: se estima que en Alemania la población intersexual oscila entre 85.000 y 100.000 personas), esconde una realidad difícil de asumir. Quisiera resaltar estas zonas oscuras que el derecho ampara, conserva e inmuniza.

En primer lugar, hablar de sexo indeterminado presupone la existencia de un sexo determinado. Volvemos a las polarizaciones, a las dicotomías, a los dualismos que tanto sufrimiento han generado a lo largo de la historia. Debemos entender que el sexo determinado es aquel que se configura dentro de los márgenes de la normalidad masculina o femenina. De ahí que quede relegado como indeterminado aquel que no encaje dentro de dicha norma. Tenemos aquí la diferencia entre lo normal (nacer con sexo determinado: varón o hembra) y lo anormal (nacer con sexo indeterminado). Ello mantiene la creencia en la naturalidad de la dualidad: se presupone que biológicamente se nace hombre o se nace mujer. Se olvida la historicidad de estos conceptos, así como la multiplicidad de posibilidades de la sexualidad (cromosómicas, hormonales, gonadales, etc.). La pretendida realidad biológica -desmentida incluso por la propia biomedicina- sobre la que se asienta la dualidad y por la que se justifica la exclusión es ficticia. Asimismo, el sujeto legitimado para clasificar al recién nacido en una de las tres categorías sigue siendo el experto. Es el equipo médico el que determina la inscripción registral de aquellos nacidos con ambigüedad genital y con posterioridad a la entrada en vigor de la ley -por lo que, en principio y a falta de interpretación jurisprudencial, las personas nacidas en fechas anteriores al 1 de noviembre de 2013 no se pueden acoger al cambio registral-, lo que a la postre significa que aquellos neonatos inscritos como X lo son por un informe elaborado por el equipo médico que los sitúa en la anormalidad.

En segundo lugar, esta anormalidad se vuelve patológica: la intersexualidad, al transgredir la norma de los dos sexos, debe ser corregida. Cuando nace un bebé con genitales ambiguos se abre un protocolo -popularizado por John Money en los años 50 del siglo pasado- en el que un equipo médico formado por endocrinos y cirujanos decide el verdadero sexo del neonato. Aplicando una simple fórmula, será puesto en una de las dos columnas de la sociedad: un pene inferior a 2,5 centímetro es insuficiente para orinar de pie o para penetrar; un clítoris superior a 1 centímetro es demasiado grande y ofensivo para la futura pareja heterosexual. Esto es lo que se ha venido a llamar el falómetro(Anne Fausto-Sterling, Sexing the Body), que presupone una futura relación heterosexual y coitocéntrica. Si el equipo médico considera que la protuberancia puede ser entendida como un pene creíble, o bien creen que pueden hacer de él un pene creíble, será asignado como varón. De lo contrario, nos encontraremos ante una hembra.

Inmediatamente tras la asignación del sexo, se procede a su producción corporal a través de cirugía de asignación irreversible. En el proceso destructivo en que consiste, el 90% de los recién nacidos anatómicamente ambiguos son asignados con el sexo femenino, salvo que se garantice una función sexual masculina correcta. Durante los siguientes meses, llegando incluso hasta la pubertad, se completa la cirugía correctiva en un doble sentido: eliminar lo que sobra (borrando así las huellas) y construir lo que falta. Se crea la forma de los órganos genitales del sexo asignado y se extirpan aquellos que no coinciden. A ello hay que sumar un proceso farmacológico de suministro de hormonas.

La destrucción de genitales intactos está institucionalizada y legitimada por el discurso médico-científico como corrección de genitales deformes, anormales, ofensivos, embarazosos o viciados en su desarrollo

Se podría pensar que esta cirugía es de libre elección para los progenitores. Aquí tenemos otro grave problema. La medicina ha considerado que nos encontramos ante una urgencia psicosocial, pues aunque la intersexualidad no es una situación dañina para la salud (salvo excepciones), se entiende que en el futuro la persona intersexual tendrá problemas de adaptación social si no es corregida antes de los 18 meses de edad. Al tratarse de una urgencia, no se ejecuta el protocolo del consentimiento informado: se miente a los progenitores señalando que su bebé tiene una anomalía o bien no está desarrollado del todo y necesita de la tecnología quirúrgica para solucionar su problema. Sobre esto último también en Alemania hubo una sentencia histórica hace unos pocos años: el equipo médico que extirpó los órganos reproductivos de Christiane Volling sin su consentimiento fue condenado a pagar una indemnización por valor de 100.000€.

La destrucción de genitales intactos está institucionalizada y legitimada por el discurso médico-científico como corrección de genitales deformes, anormales, ofensivos, embarazosos o viciados en su desarrollo. A través de esta corrección se desvela el verdadero sexo. Todo ello amparado por un sistema jurídico que obliga a los sujetos a vivir conforme a uno de los dos únicos sexos. En este sentido, ni siquiera la reforma alemana que incorpora el sexo indeterminado evitará la cirugía de asignación de sexo. Algunas asociaciones (Deutsche Gesellschaft für Transidentität und Intersexualität o Zwischengeschlecht) creen que, ante el temor de la indeterminación, los progenitores de recién nacidos con ambigüedad genital optarán por la cirugía correctora sucumbiendo a la presión normalizadora.

Un cuarto problema no menos grave. Lo planteo a través de algunas preguntas: ¿cómo se compatibilizará la categoría sexo indeterminado con una legislación -en vigor tanto en Alemania como en España, entre otros Estados- que clasifica a las personas transexuales como enfermos mentales (disforia de género) a la hora de solicitar el cambio registral del nombre y sexo? Como se ha dicho, solo podrán acogerse al sexo indeterminado aquellas personas diagnosticadas médicamente con ambigüedad genital y nacidas con posterioridad al 1 de noviembre de 2013. Asimismo, ¿qué ocurre con el pasaporte o con el matrimonio?

Por todo ello, aunque se haya dado un paso reconociendo la existencia jurídica de intersexuales a través de la malograda fórmula del sexo indeterminado, aún queda mucho camino para erradicar lo que podemos llamar sin riesgo a equivocarnos mutilación genital (denunciada desde hace ya varias décadas por Cheryl Chase, por ejemplo en Hermaphrodites with Attitude). Esta se produce diariamente en el Occidentedemocrático y defensor de los derechos humanos. La posibilidad jurídica de la indeterminación no implicará la supresión de estas prácticas. Lejos de conformarse como un mecanismo de lucha contra la mutilación genital, la reforma alemana incide en el empoderamiento del experto. En última instancia es el profesional de la medicina el que determina el sexo del neonato, así como su sometimiento a cirugía de urgencia. Creo que el único sendero viable es aquel que elimine jurídicamente la categoría sexo de nuestros ordenamientos y deje la decisión quirúrgica al propio intersexual (prohibiéndose, por tanto, la cirugía neonatal), como se hace en Colombia desde las afortunadas sentencias de su Corte Constitucional en 1999.

En un marco interfóbico y transfóbico en el que el sistema jurídico inmuniza las categorías varón-hembra (el dimorfismo sexual como si fuese natural, negando la multiplicidad de sexualidades en todos los niveles: cromosómico, hormonal, gonadal, etc.) e impone la heterosexualidad, día tras día personas de todo el mundo son sometidas por la fuerza a este tipo de mutilación y patologización consentida por la medicina, por el derecho y, lamentablemente, por la sociedad.