Tener sexo entre amigos fortalece la amistad

Un estudio revela que el 76% de las personas que ha mantenido relaciones sexuales con un amigo dice que luego la amistad fue mejor

El sexo entre amigos fortalece la amistad. Así lo asegura un estudio realizado por el investigador de la Boise State University estadounidense Heidi Reeder. De los datos recogidos se desprende que de las personas que indicaron que habían tenido sexo con un amigo un 76% indicó que la amistad fue mejor después de tener relaciones íntimas.

En estos casos, los expertos en salud y psicología de esta institución consideran que hay que mantener unas reglas básicas. Resulta muy importante conocerse bien antes de decidirlo -dicen- y dejar claro cuáles son sus expectativas, lo que desean y lo que no. Ambas personas tienen que tener en consideración que no es una relación formal ni que durará por mucho tiempo. La relación tiene que llegar a su fin cuando el sexo ya no sea satisfactorio. Y, finalmente, asumir su vida sexual de manera responsable y protegida.

En el estudio llevado a cabo por Heidi Reeder únicamente un 20% de los encuestados indicó haber tenido relaciones sexuales con un amigo. Eso sí, de este grupo el 76% manifestó que su amistad había salido fortalecida tras el sexo. También cabe destacar que el 50% de los entrevistados que comenzaron una relación de noviazgo con su amigo, lograron concretar una relación mucho más duradera.

Sacerdotes ortodoxos se desnudan para un calendario gay

La religión ortodoxa es una de las comunidades que más parece respetar, en algunos sectores, a la población homosexual. Hace apenas unos meses, el presidente de Rumanía, abiertamente cristiano ortodoxo, confirmaba que estaba a favor del matrimonio gay. El año pasado, varios curas y monjes ortodoxos decidieron también posar en un calendario, desnudos, para apoyar estas uniones entre personas del mismo sexo.

Tal es la euforia colectiva, que han repetido el trabajo. 2014 también podrá decorarse con 12 sacerdotes ortodoxos en el calendario que lleva por lema “Love is love, orthodox or not!” (El amor es el amor, ortodoxo o no).

Son una docena de curas de religión ortodoxa, pero también hay algunos modelos que han decidido posar para la ocasión. Las primeras fotos ya han visto la luz, y también el primer vídeo promocional del calendario, que seguramente subirá la temperatura más que una columna entera de cirios.

Religión y erotismo mezclados en 12 imágenes muy sensuales y con toques claramente gays. Los creadores de este calendario aseguran que no todos los hombres son sacerdotes, pero no aclaran ni cuántos ni quiénes son. Lo que está claro es que, sea uno o los doce, estos hombres aparecerán en miles de paredes por todo el globo, para desearnos los buenos días y pensar que nos da igual que sea lunes. Porque al que madruga, Dios le ayuda.

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Yo, Conchita Wurst

MEMORIAS Presenta autobiografía y nuevo disco

  • No hace falta cumplir muchos años para escribir sobre tu vida’
  • Su infancia estuvo marcada por las burlas y por el rechazo
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La cantante austríaca este miércoles. EFE

Berlín, Soho Hotel. En la milla de oro del postmodernismo europeo Conchita Wurst presenta su autobiografía, a punto de salir a la venta en Alemania y que verá la luz en inglés y en francés a principios de mayo, antes de haber cumplido los 27 años. “Verás, querida, no hace falta cumplir muchos años para escribir sobre tu propia vida. Yo he escrito sobre hechos que marcan la mía, que me llevan a ser hoy quien soy”, justifica la publicación del libro, que convenientemente coincide en fecha y en título con el lanzamiento de su nuevo disco, una canción con apoyo de orquesta que lleva por título ‘You are unstoppable’ (Eres imparable). Titula el libro ‘Yo, Conchita. Somos imparables‘ porque “así es como me siento ahora”, explica escudada tras una sonrisa Barbie.

Según cuenta en el libro, Tom Neuwirth creció en una posada en Steiermark, una de las provincias de Austria, y “descubrió” muy temprano su homosexualidad, así como su amor por la música y el estilismo. Su infancia estuvo marcada por las burlas y por el rechazo. “Creo que tuve una infancia de ensueño, pero ir a la escuela suponía mucho estrés para mí”.

Salir del armario

A los 14 años se fue de casa y a los 17 salió públicamente del armario. “Fue durante una entrevista. No estaba planeado. Tuve un momento espontáneo de voy a estar siempre ocultándome o voy a mostrarme tal como soy”, describe la ganadora de Eurovisión, y se apresura a desaconsejar absolutamente “contárselo antes a un periódico que a tus padres”. “Eso desde luego no volvería a hacerlo”, se arrepiente.

El libro, que en realidad ha sido escrito por Daniel Bachman, es una mezcla de historia de Cenicienta (el niño rarito de provincias que llega a convertirse en una estrella del pop) y crudo testimonio del calvario que aquel niño sufrió en la Austria profunda.

“Sufrir amenazas de muerte cuando solo eres un niño, vivir con eso, te forja un tipo especial de personalidad”, confiesa, admitiendo no estar segura de si fue antes el huevo o la gallina y espolvoreando su discurso frivolón con granitos de sabiduría al responder que “la adolescencia y la pubertad no son fáciles para casi nadie, mucha gente que de adulta exhibe gran seguridad en sí misma pasó entonces momentos de dificultad y, si lo piensas bien, seguramente esas personas que me agredían lo estaban pasando tan mal o incluso peor que yo”.

El filón

El momento de la transformación, tras su formación en la escuela de moda y gracias a la creación del personaje de Conchita Wurst, adquiere atisbos de relato mágico. Desde el principio supo que su apariencia polarizaba opiniones y descubrió en ese punto un filón de popularidad que decidió aprovechar.

“Lo que quiero es impulsar a mucha otra gente a hacer como yo, aencontrar un valor en ser diferente“, recomienda, alternando su lógica reivindicativa con intercalados intencionadamente destructivos del tipo: “Pero me tienes que decir dónde te has comprado esa blusa tan mona”.

Y a pesar de que ha sido invitada por el Parlamento Europeo para hablar de los derechos de los homosexuales, se niega en redondo a participar en política: “¡Uf! Ni hablar, yo solo me ocupo de lo que a la gente le importa!”.

¿Por qué los hombres eligen cada vez más relacionarse con travestis?

Heterosexuales que mueren por una noche de sexo con travestis y otros que se enamoran sin prejuicios. Una realidad que vale la pena conocer.

Crecimos con un estereotipo de familia: padre (hombre), madre (mujer) e hijos. Formar una familia bajo los factores naturales y con dos tipos de géneros: macho y hembra. Sin embargo, ya no hay verdades absolutas en el sexo y en el amor.

Cada uno elige qué quiere, qué desea y qué hace y por eso existen sexos y sexualidades. En biología, el sexo es un proceso de combinación y mezcla de rasgos genéticos a menudo dando por resultado la especialización de organismos en variedades femeninas y masculinas.

Mientras que la sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y psicológico-afectivas que caracterizan el sexo de cada individuo. También, desde el punto de vista histórico cultural, es el conjunto de fenómenos emocionales, de conducta y de prácticas asociadas a la búsqueda del placer sexual, que marcan de manera decisiva al ser humano en todas y cada una de las fases determinantes de su desarrollo en la vida.

Entonces, si está directamente relacionado con la búsqueda de placer personal, cada uno tiene derecho a elegir con quien desarrollar su sexualidad.

“El abanico de posibilidades se abre, de tal manera que una mujer trans puede tener deseos de estar con un hombre o una mujer; o un hombre heterosexual podría verse deseando a una mujer (biológica y psicológicamente constituida) o a una mujer trans (travesti o transexual)”, aclaró el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.

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Hay quienes piensan que detrás de un hombre que se relaciona con una travesti, hay un gay reprimido. Para lo que el doctor aclara: “No es así. Es un varón, es heterosexual. A estos hombres heterosexuales les atrae el cuerpo femenino, se sienten fascinados por sus curvas, la sensualidad, y hasta la libertad para el juego erótico”.

Y agregó: “Los varones que buscan tener relaciones con travestis no lo hacen sólo por mero juego o por salir con amigos a una aventura exótica. Les gusta y lo disfrutan, sólo que unos pocos se animan a decirlo”.

Soy infiel con una chica trans”

Aunque las relaciones sexuales y amorosas que de desarrollan entre un heterosexual y una travesti se plantean de una forma simple, también existen hombres, en pareja o casados, que esconden sus gustos por mujeres transgéneros.

“Los hombres que desean a una chica trans, y están en pareja, se ven en una disyuntiva angustiante, mucho más que si la otra opción fuera una mujer. Los que no pueden confesar su atracción prefieren ocultarlo. No obstante, la conducta que adoptan puede llamar la atención: llamados encubiertos, frecuentes salidas nocturnas, uso desmedido del chat o ingreso a páginas de prostitutas trans. En la cama pueden mostrar una disminución del deseo o una exaltación del mismo cuando se exteriorizan fantasías que incluyan a travestis”, explicó el sexólogo.

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“Un hombre heterosexual que desea a una mujer trans vive preso de la normatividad social, que no le permiten una expresión autentica de lo que siente”, anexó el profesional. “Tiene que cumplir con las reglas impuestas para un hombre biológico, que se siente hombre psicológicamente, pero que desea igual o más a una mujer transgénero que a una mujer biológicamente y psicológicamente configurada.”

La voz de las elegidas

La Reina de la Vendimia Gay del año 2012, Delfina Martínez dialogó con MDZ y expresó lo que ella considera que los hombres eligen de las travestis.

“Yo creo que son varios los factores que hacen que el hombre nos elija en la cama: el deseo de cumplir una fantasía mezclado con el morbo”, destacó Delfina.

Quien además contó que a la hora de contratar servicios sexuales el hombre tiene muy claro lo que busca en una travesti. “Entre nosotras hablamos y coincidimos que no existe un hombre que no pida sexo oral”, confesó y agregó:

“Creo que somos la combinación perfecta para ellos. Fuimos hombres y conocemos cada cosa que les causa placer, pero en un cuerpo de mujer”.

La muerte de Leelah Alcorn no será en vano

#JamForLeelah: juegos contra los estereotipos de género en honor a la joven transexual que decidió quitarse la vida

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“Mi muerte tiene que significar algo”. Lo escribió Leelah Alcorn en su cuenta de Tumblr pocas horas antes de suicidarse.

Su caso dio la vuelta al mundo el pasado diciembre. Leelah nació Josh en Ohio, Estados Unidos. Sus progenitores, cristianos evangelistas, nunca aceptaron que Josh se sintiera una chica atrapada en el cuerpo de un chico. Se negaron a considerar su disforia, la obligaron a asistir a terapias de ‘conversión transgénero’, hicieron oídos sordos a todo lo que su hija sentía. Hasta que Leelah decidió parar.

Negar su identidad era negar su vida.

El 27 de diciembre, Leelah Alcorn escribió su nota final de despedida, programó el post para que apareciera en las redes sociales tras su suicidio, y caminó desde su acomodado barrio de Kings Mills hasta la carretera interestatal 71. Murió bajo las ruedas de un camión.

Leelah decidió no seguir sufriendo, pero su adiós tenía que significar algo.Víctima y martir, su suicidio fue su manera de alzar la voz. Se fue con la esperanza de que su muerte sirviera para cambiar algo, y la comunidad en internet, el único lugar en el que había encontrado apoyo, recogió su guante para hacer de Leelah un símbolo.

“La única forma en la que descansaré en paz es si llega el día en que los transexuales no sean tratados como yo lo fui, sino como humanos, con sentimientos válidos y derechos“. Ese fue su último deseo, tan legítimo, tan simple.

Tras su muerte el hashtag #LeelahAlcorn incendió las redes sociales durante días. Pero su causa no se apaga.

Leelah encontró su vía de escape en la red, en las comunidades de jóvenes transexuales de Tumblr, en el manga, el anime y los videojuegos que celebraban el empoderamiento femenino. Soñaba incluso con desarrollar sus propios juegos. Por eso la comunidad ‘gamer’ ha decidido rendirle tributocreando una serie de juegos que luchan contra los estereotipos de género.

Detrás de #JamForLeelah están Matt Boucher and Kara Jayne. Ellos lanzaron el reto hace poco más de un mes, y estos son los resultados. ¿La idea? https://www.youtube.com/watch? Educar a través del juego.

Hay juegos sobre formas que no encajan en los moldes. Juegos que permiten custominar la apariencia y la identidad de sus personajes sin límites. Juegos que cuestionan una realidad binaria demasiado limitativa. Fantasías de estética anime que nos guían a través de una transición de género o historias sobre niñas trans que se transforman en personajes mágicos durante el sueño.

El proyecto tiene finalidad benéfica. Se trata de captar fondos para organizaciones pro derechos de transexuales y transgénero comoTransgender Law Center, Camp Aranu’tiq y el Sylvia Rivera Law Project.Porque más allá de Leelah, muchos jóvenes trans siguen necesitando tú ayuda. La de todos.

Educar(se) en la diferencia, hasta no saber negarla

La webserie gay que arrasa en Marruecos

Hamza tiene 22 años. Tenía 14 la primera vez que besó a un chico, en un hammam de Casablanca y cada vez que se acuerda, evoca el momento con una sonrisa: “Nos quedamos solos, desnudos. Él me acarició la espalda y la caricia terminó en un beso”. Después vinieron los golpes. A sólo 14 kilómetros de un país como España, donde los homosexuales pueden casarse y tener hijos, ser homosexual en Marruecos significa enfrentarse a la cárcel, a la exclusión social y familiar y a la violencia. Mucha violencia

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A Hamza le insultan por la calle: “Me llaman zamal (marica) y hasta me han atacado con un cuchillo. Mira, aquí”, cuenta en conversación con Vice News, señalando una pequeña cicatriz en el brazo. Su vida, entre besos prohibidos y golpes marcados, le ha convertido en activista. Su testimonio, siempre a cara cubierta, le ha convertido en el protagonista del primer capítulo de la webserie que está publicando en youtube el activista LGTB Marwan Bensaïd, titulada “Kaynin”, que en dariya -el dialecto árabe que se habla en Marruecos- significa “Existimos”. Ya tiene casi 300.000 visitas.

Con un montaje muy sencillo y dos localizaciones, en la medina de Rabat y en el interior de un apartamento de la capital, Hamza va construyendo el relato a lo largo de casi siete minutos: cuenta que en la escuela los profesores le avergonzaban y los compañeros le acosaban, que tuvo que cambiar itinerarios para volver a casa porque le tiraban piedras, que buscó amigos en otros barrios. Pero lo que más le duele es la reacción de su familia.

Su hermano le pisó la cabeza y le partió dos dientes antes de decidir que no podía vivir más en su casa y que tenía que marcharse. Hace unos meses volvió y su padre y su hermano le esperaban armados con palos. “Eres una desgracia para la familia”, le dijeron. “No puedo ir a la policía, porque ante la ley, el criminal soy yo”, cuenta en el vídeo, silbando las eses como consecuencia de aquel golpe en los dientes. En Marruecos, el código penal castiga la homosexualidad con penas de seis meses a tres años de cárcel.

“Es la primera vez que una acción LGTB en Marruecos hace tanto ruido”, explica satisfecho Bensaïd, estudiante de 23 años y fundador de una revista online de contenido LGTB, “Aswat“. Se lanzó con la webserie porque “sabíamos que una serie documental iba a ser mucho más impactante. Queremos visibilizar la homofobia en la sociedad marroquí”.

Según un sondeo del pasado noviembre de TNS para el semanario Tel Quel, el 83% de los marroquíes no son nada tolerantes con la homosexualidad, como prueban algunos de los comentarios de la gente que ha visto el vídeo en youtube: “Estáis enfermos”, “Es haram” (pecado) o “Que lo hagan, pero en su casa” son los más habituales.

Bensaïd se los toma bastante bien. Al menos, la gente habla: “Salvo excepciones, los medios de comunicación marroquíes tratan el tema desde el morbo y el escándalo. Estamos seguros de que ahora, cuando han publicado algo sobre Kaynin, lo han hecho para obtener más clicks. Con la serie colgada en youtube se ha creado un poco de debate social”. El director lo dice porque también le han llegado comentarios alentadores, como “No estoy de acuerdo con vosotros, pero estoy en contra de la violencia contra vosotros”, e incluso cartas de padres de hijos gays dándole las gracias por normalizar una tendencia sexual distinta de la hetero.

Después de los dos primeros capítulos, el primero protagonizado por Hamza y el segundo por Houssem, un joven de Fez que estuvo en prisión, Bensaïd quiere a una chica para el tercero: “Habíamos hablado con ella, pero al final le ha dado miedo. También conocemos a algunos transexuales, pero eso está aún más estigmatizado. Están muy escondidos. Los únicas personas visibles están fuera de Marruecos”.

Una de las primeras asociaciones marroquíes de lucha por los derechos de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales tuvo que irse a la orilla de enfrente, a España, para ser legalmente una asociación. Se llaman “Kif Kif” (Iguales) y su portavoz, Samir Bargachi, ha decidido darse un respiro en los medios de comunicación porque sigue recibiendo amenazas. Hamza y Marwan dicen que no le temen a un posible arresto en Marruecos: “Ya de entrada nada de lo que hacemos es legal. Yo soy un activista, es lo que hago”, cuenta Marwan. “Siempre hay amenazas”, continúa Hamza. “Pero necesitamos sentirnos orgullosos de lo que somos”.

Hamza tuvo un novio marroquí que le decía que estaban enfermos; no aceptaba su opción sexual, una actitud muy frecuente entre los homosexuales marroquíes. Muchas veces acuden en busca de ayuda psicológica porque creen que lo que les pasa es una enfermedad. Y, además, está la religión. En el Corán, dos suras condenan de manera explícita al pueblo de Lot, los sodomitas, pero investigadores como Abdennur Prado interpretan que no se trata de una condena a la homosexualidad sino a las “perversiones sexuales” de todo tipo y violaciones que se practicaban en Sodoma.

También esta extendida la idea de que al homosexual activo no se le considera homosexual: un hombre sólo es gay si es afeminado o pasivo. Es parte de la proverbial esquizofrenia de Marruecos, un país que las guías turísticas describen, para los extranjeros, como “gay friendly” siempre que sean discretos.

Para los marroquíes no es una cuestión de discreción. Viven aquí pero, de momento tienen que vivir escondidos. Las nuevas tecnologías, las aplicaciones para móviles y el bluetooth, con los que se liga hasta en los trenes, han facilitado mucho las cosas, pero para el cara a cara siguen encontrándose en parques y carreteras alejadas de las ciudades. Preguntamos a Marwan cuál es su experiencia personal, cómo es para él ser gay en Marruecos: “No te lo puedo contar. Es por mi seguridad”.

Los padres de alumnos piden que el currículum incluya educación sexual

La asociación Baikara y Gehitu advierten de que en esa falta de formación en el respeto a la diversidad «puede estar el sustento del bullying»

La asociación de padres y madres de alumnos de la escuela pública de Gipuzkoa, Baikara, reclamaron ayer al Gobierno Vasco que el currículum incluya contenidos sobre educación afectiva y sexual «al mismo nivel que otras áreas, tanto en número de horas como en la adquisición de competencias y contenidos mínimos obligatorios». Su petición es compartida por la asociación Gehitu y la asociación de madres y padres de hijos lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (Ampgyl), con quienes han realizado una encuesta en distintos centros escolares para testar el apoyo a su reivindicación.

Los resultados, presentados ayer, arrojan una mayoría de familias (73%) que piensan que la educación afectivo sexual debería impartirse en las clases «dentro de un currículum específico y no de forma transversal». La misma proporción opina que esa formación debería darse en todos los niveles educativos, empezando desde Educación Infantil. «Sabemos de la importancia en la preadolescencia, adolescencia y juventud de sentirse iguales a los demás y de la aceptación del entorno. Tenemos que formar a nuestros alumnos y alumnas desde la más temprana edad para que la diferencia y la diversidad la sientan con una riqueza inestimable y no como un riesgo o peligro para su integridad», defienden. Piden a las autoridades educativos «que no ignoren esta demanda». «En esta falta de atención al alumnado puede estar el sustento de los casos de sexismo y maltratos entre iguales (bullying), que cuando ocurren hacen levantar voces de alarma y exigencias de protocolos, que difícilmente pueden solucionar los daños irreparables causados», advierten.

También piden que se haga un «esfuerzo formativo del personal docente y no docente que trabajan en los distintos centros educativos, que les permita gestionar con competencia estas situaciones». Animan asimismo a las autoridades a que sea en el sistema educativo y no únicamente a través de ONGs, entidades privadas y ayuntamientos donde se trabaje el concepto de diversidad.

73%

de los padres y madres de la escuela pública

de Gipuzkoa encuestados por Baikara y Gehitu consideran necesario que el currículum incluya formación en educación sexual y afectiva en todos los niveles educativos.

¿Qué hacer si descubre que su esposo es homosexual?

¿Qué hacer si descubre que su pareja no es heterosexual como usted creía? ¿Cómo confesarle a su pareja y a sus hijos que usted es homosexual? La sinceridad y la claridad, claves.

Aceptar la propia homosexualidad a veces resulta complejo. Investigaciones psicológicas muestran que las personas que lo asumen desde edad temprana, declaran sentirse más adaptados a las condiciones sociales, sufren menos de dolencias como ansiedad y depresión, y cuentan con mayores factores de protección.

“Lo mismo para las personas que asumen su identidad e inician una adecuación de su género. Hoy por hoy muchos adolescentes salen del clóset con mayor tranquilidad y cuentan (en muchos casos) con el apoyo de familia y de amigos, y se esfuerzan por llevar una vida auténtica con el respaldo de mecanismos jurídicos como acciones de tutela y sentencias de la Corte. Antes que ver este fenómeno como un problema, debería pensarse como algo positivo”, asegura Andrés Felipe Castelar, sicólogo del Grupo de Género de la Universidad Icesi.

Pero no siempre las personas se percatan de sus deseos o de su orientación a temprana edad. Mientras algunos declaran que desde siempre se han sentido atraídas por otros de su mismo sexo, el periodista Felipe Zuleta declaraba, en una entrevista reciente, que él no sabía que era gay y solo se percató de ello después de haber tomado decisiones trascendentales como casarse y adoptar una hija. Cada persona se inserta en una dinámica personal y familiar distintas, singulares y sobre las que no es correcto hacer imposiciones.

De modo que, explica Castelar, “puede ocurrir que alguien que tiene una vida social y personal aparentemente organizada y definida, de un momento a otro vea su mundo vuelto de cabeza, sin saber qué hacer ni tener en quien confiar. Incluso, esta persona puede tener una pareja estable e hijos”.

Para alguien que se entera que su pareja es homosexual, esa noticia puede ser devastadora. Sentimientos de frustración, rabia y desengaño pueden surgir e instalarse en el vínculo con la pareja; preguntas como “por qué a mí?” revelarían una crisis que no siempre se maneja adecuadamente.

Mejor a tiempo: ”No podemos casarnos porque…”

*Carlos es un administrador de empresas de 30 años. Hace cuatro es novio de Ana*, de 26 años. Su familia lo adora, él es encantador no solo con ella, sino con todos los que la rodean, quienes son los más felices con la noticia de que la querida pareja “al fin se casa”.

Pero primero deben pasar por el que ambos consideran un requisito más, una formalidad, el curso prematrimonial. Ambos asisten entusiasmados al encuentro con la idea de unir sus vidas para siempre en el “sagrado vínculo del matrimonio”.

Sin embargo, cuando los orientadores los convocan a que durante esos tres días se sinceren y digan completamente todo lo que tengan que decir a sus parejas sobre ellos, sin dejar algo oculto que pueda perjudicar la relación, Carlos entra en una crisis interna.

Sabe que ha llegado el momento de confesar una verdad que ni su novia ni la familia de esta sospechan siquiera. Una verdad que se ha convertido en una carga para él, durante esos tres días en los que ella le ha confesado sus más mínimas verdades. Ante la mirada estupefacta de Ana y de las demás parejas, Carlos suelta públicamente su confesión : “No me voy a casar, no puedo seguir engañándote, Ana, soy gay”.

A los dos años de haber desertado a su matrimonio, Carlos conoció a su actual pareja, y Ana halló el amor de otro hombre, pero sigue siendo amiga de Carlos a quien le agradeció por su sinceridad. La familia de ella sigue queriendo mucho a Carlos.

“Mi esposa me encontró con un hombre en casa”

Víctor* es profesor, tiene 42 años y hace siete unió su vida a la de Mónica*, quien tiene 38 años y es contadora. Durante esos años, Victor cometió una serie de infidelidades de las que Mónica no se dio por enterada.

Él vivía aferrado a Internet, se la pasaba chateando con amistades virtuales. Fue un día en el que su esposa regresó a casa que descubrió a Víctor en pleno encuentro sexual con uno de sus amigos del chat. Un amigo de Víctor cuenta que la esposa no solo armó un escándalo ese día y los siguientes sino que le exigió el divorcio, no sin antes hacer hablar mal de él entre amigos, familiares y conocidos de ambos para que todos se enteraran de la que ella sentía era una “doble traición” por engañarla no con una mujer, sino con un hombre.

Actualmente Víctor sale con un hombre mucho más joven que él, pero siente que se liberó de una carga por haber ocultado tanto tiempo su realidad.

Y aunque con su exesposa no se pueden ni ver y ella no le permite acercarse a su casa, su hijo en común que hoy tiene 17 años le ha dado todo su apoyo.

Los hijos: ”Mamá, ¿por qué no me lo dijiste?”

Elizabeth Castillo, abogada y coordinadora del grupo de Apoyo a Mamás Lesbianas (www.mamaslesbianas.org), cuenta el caso de una madre de tres hijos, dos de ellos ya adolescentes, uno de 16 años y otro de 18, y el más pequeño de 12.

La mamá decide contarle a los dos primeros que ya no vivirá más con su padre porque está enamorada de otra mujer. No le cuenta al más pequeño porque considera que por su edad no podrá manejar el tema.

Cuando decide contarle la verdad al niño lo que este no le puede aceptar y le reclama constantemente no es su condición sexual, es haber sido excluido de un tema tan relevante. “¿Pero por qué no me dijiste a mí mamá? ¿Por qué mis hermanos saben y yo no sobre una información tan importante en la familia?”.

En el caso de Elizabeth, su hijo tenía 11 años cuando le contó de su condición sexual. “Yo estaba con mi pareja y hablamos los tres. Hubo un momento muy emotivo, pero luego me preguntó si yo era feliz y me dijo “Si tú estás feliz, yo estoy feliz, no tengo problema con ese tema”.

En India: ”Mi marido tiene otros gustos”

En India hasta el 85 % de los gays están casados con mujeres que lo saben y lo aceptan, según el diario El Mundo, de España.
“Sé que tiene algún novio pero a pesar de ello soy feliz porque me trata bien”, cuenta Sana quien tiene 39 años y lleva 17 años casada con Faruk. Luego de cinco años juntos descubrió la condición sexual de su marido. “Me enteré por sus comportamientos, sus ademanes cada vez más femeninos, salía mucho con otros hombres y llegaba tarde a casa, lo intuí y él lo acabó reconociendo”, dice ella que vive en Vadodara, en el estado de Gujarat.

Admite que al enterarse lo pasó muy mal y pensó en dejarle. Pero no se fue por no separarse de sus hijos (niño y niña). Ella dice: “Sé que mi marido tiene algún novio, pero a pesar de eso soy feliz porque él me trata bien, trata bien a los niños y se hace cargo de sus deberes como padre”. Además lo apoya en su lucha por los derechos de la comunidad LGTBI, acude a las manifestaciones lideradas por la organización en la que trabaja su esposo. Ella comprende que él tiene otros gustos, pero no contemplan el divorcio.

“No podemos separarnos porque somos familia. Nuestras madres son hermanas y nosotros, primos. Si nos divorciamos, la relación familiar se romperá y eso en India es muy importante”. La mamá de Faruk ha sabido siempre que su hijo de 40 años es homosexual. “Mi madre lo respeta mientras yo cumpla con mis deberes vitales, que son casarme y tener hijos”, afirma. La madre de Sana no sabe nada de los gustos sexuales de su yerno.

El momento de la verdad: Confianza y claridad

Elizabeth Castillo, coordinadora del grupo Mamás Lesbianas, dice que “es una experiencia que seguramente es muy traumática para la pareja, no solo para quien está recibiendo la información sino para quien la está dando”.

“Lo importante es que quien recibe la información entienda que la persona que le está hablando está teniendo un gesto muy fuerte de confianza al contarle estas circunstancias, sabiendo el daño que le va a causar, porque muy probablemente ahí hay una relación con afecto, con cariño”, agrega.

Recibir la información no es fácil, hay unas recomendaciones para hacer la salida del clóset en cualquier circunstancia, no solo con la pareja: No se debe hacer en medio de una discusión, como una manera de lastimar al otro, en una fecha especial de la familia, mucho menos en un evento luctuoso.

Lo ideal es buscar un espacio de conversación tranquila en el que se pueda compartir la información de manera clara y amorosa. Es una revelación difícil para quien la recibe y para quien está la está contando y haciendo su salida el clóset.

Es más probable que una mujer que le diga a su pareja hombre que es lesbiana sea maltratada por este, que en el caso contrario de que sea el hombre quien le diga a su pareja mujer que es gay.

Es importante generar un espacio seguro en el cual conversar, de manera clara, segura, en una cafetería, en un restaurantes, donde haya un llamado de control de ambas partes.

Las mamás o los papás que van a contar a sus sus hijos que son homosexuales, tienen que estar muy seguros, muy claros de la información que van a dar, que la información de por sí no es dañina, sino que está generando la posibilidad de construir unos lazos y una relación más sólida con sus hijos, porque es de confianza. Y deben ser conscientes de que el hecho de contarle a su hija o a su hijo que es homosexual no representa un daño irreversible para su vida. No es una gran tragedia, ni es un pecado, ni es una enfermedad ni nada grave. Es simplemente una información adicional

Respecto a los hijos, lo ideal es que sean las propias mamás o papás quienes se lo cuenten, no que lo escuchen por boca de otros o se enteren porque vieron a su papá o mamá besándose con su otra pareja. No porque darse un beso sea malo, sino porque en ese momento la información pierde sentido y hay que busca otras maneras de acercarse. El reclamo de los hijos en muchas ocasiones es “¿Por qué no me lo dijiste antes?”.

Uno no puede hablar con un hijo de 5 años de la misma manera que habla con uno de 7, 9, 11 o 15. Eso tiene que ver con la capacidad de comprensión que ellos tienen. Pero en la medida en que se hable con ellos con claridad, los hijos reciben la información de manera muy serena.

¿Cómo manejar la situación?

Andrés Felipe Castelar Caicedo, psicólogo del Grupo de Género de la Universidad Icesi, respondió algunas de las preguntas más frecuentes respecto a la revelación de una persona sobre su condición sexual frente a su pareja
o a sus hijos:

Soy heterosexual y quiero revelarle a mi pareja actual que soy homosexual. ¿Cómo abordar el tema con él o con ella?

La clave está en contar con un vínculo previo que sea sano y que permita una apertura de los sentimientos de ambos. Si bien es cierto que el diálogo es la base de la resolución de los problemas, también es necesario depositar la confianza en la pareja y abstenerse de tomar decisiones apresuradas o radicales.

¿Luego de la revelación se puede establecer una relación amigable?

Sí es posible que perdure una relación de amistad: incluso algunas parejas logran seguir casadas pero separadas en lo afectivo. El acompañamiento terapéutico también es un apoyo valioso en este tipo de procesos.

¿Qué tan cierto es que una persona homosexual (hombre  o mujer) tiene conductas que delatan su verdadera condición, aunque se muestre a los demás como una persona heterosexual?

Este es un prejuicio muy difundido y bastante dañino. No hay una correlación entre el género que deba “delatar” la orientación. No se debe confundir el rol asumido en la sociedad con la identidad personal ni con el objeto de atracción. Y hay que evitar ese tipo de prevenciones, pues cada vez hay más personas que no se comportan desde los modelos típicos (hombres tiernos y cariñosos, mujeres de carácter decidido, independientes de las relaciones con los varones) y esto no los hace ser más que mejores personas.

¿Qué pasa si yo como miembro de una relación estable, descubro que mi pareja es homosexual? ¿Cómo actuar en ese momento? ¿Debo confrontar o debo callar? ¿Cómo puedo sanar ese dolor que me produce haber sido engañado o engañada?

En primer lugar, hay que evitar que las sospechas o los temores lleven a acciones inapropiadas como espiar a la pareja o revisar sus comunicaciones (correos, mensajes, etc.) por más confianza que tuviesen ambos. Es mejor abrir el espacio y comentar las dudas que se tienen, más que confrontar o presionar a la pareja.

Al fin y al cabo, hablamos de una pareja con la que quizá se lleven años de convivencia. Y siempre estará el riesgo de sentirse defraudado, pues las expectativas que se fijan desde el comienzo de la relación, se ven frustradas. No necesariamente hay que hablar de un engaño: reconocer la homosexualidad no implica que ya se tengan relaciones homosexuales.

Incluso, puede ocurrir que se siga amando a esa persona, aunque el sentimiento de frustración estará ahí un tiempo. Recurrir a la aceptación y reformular los proyectos de vida personales (“la idea de volver a empezar”) pueden ser de utilidad. Hay que recordar que si esta situación se presenta en parejas maduras, con hijos adultos, la crisis se hace más intensa debido a los cambios en los roles y las tareas de crianza. Pero se puede tomar como una nueva oportunidad.

¿Después de experimentar una revelación o descubrir a la pareja, qué tan fácil o difícil es para la persona afectada volver a creer y apostar por una nueva relación? ¿Qué tan cierto es que por culpa de una decepción muchos deciden volverse homosexuales?

Eso dependerá del proceso que se emprenda. Usualmente el componente de “traición” tiene un peso considerable en los discursos de exparejas de personas homosexuales, pero como se dijo antes, siempre se podrá volver a empezar. Es necesario superar afirmaciones irracionales como que todos los hombres son lo peor o que no se puede confiar en nadie.

Nadie se vuelve homosexual por venganza o por decepción: esa es una idea que trata falsamente de explicar la salida del clóset en personas adultas, en especial de mujeres. El deseo es un aspecto esencial de la vida de cada uno de nosotros y se estructura desde la infancia: hay presiones sociales y discursos que imponen la heterosexualidad normativa (“El hombre propone y la mujer dispone”; “los hombres en la cocina… las mujeres en el balcón…”) y limitan la expresión de orientaciones y géneros diversos.

Viaje al mundo skinhead: cabezas rapadas, Dr. Martens y ¿homosexualidad?

El libro ‘Skinhead, an archive’ explora una de las subculturas más estereotipadas y controvertidas

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Un peluquero punk enamorado de un skinhead. Tienen sexo. Es una película. Se llama No skin off my ass y la dirigió Bruce LaBruce en 1993.

El skin es “el único corte de pelo que tiene sentido hoy“, se escucha en el film por boca del peluquero, interpretado por el propio LaBruce. No sabemos qué pensaría de la película Nicky Crane, el convicto icono neonazi que, antes de ser consumido por el sida, acabó sus días revelando que era gay y haciendo porno amateur.

El abordaje de la homosexualidad en la subcultura skinhead no podía faltar en Skinhead, an archive, una completa exploración del movimiento a través de pósters, zines, carteles o películas. Recientemente publicado por Ditto Press, el libro recoge, además de material visual inédito, textos explicativos del propio LaBruce, entre otros. Un recorrido por una historia no siempre bien contada en el que cabe todo lo que no se conoce de los cabezas rapadas.

La subcultura skinhead nació, resumiendo mucho, de la unión entre la de los mods británicos y los rudeboys jamaicanos emigrados a Londres en los 60. Estética y música haciendo buenas migas. Todo desde los barrios de clase trabajadora. Reggae, ska, rocksteady y el cuero cabelludo alardeando de identidad.

La deriva fascista – boneheads– y sus contrapartes antirracista y redskin, literatura de consumo interno y por supuesto, los queerskins o skins gays y las chicas skins están aquí presentes. Como lo está aquel zine Skinhead Times que llevaba en portada a la Miss Skinhead del 93 con su dirección y teléfono. Un medio, por cierto, que se presentaba como “ni racista ni rojo”.

Todo eso está en Skinhead, an archive. Todo sobre una subcultura que trata de escapar a medio siglo de estigmas y estereotipos.

Una especie de Biblia para los skins y un fascinante mundo a descubrir para todos los demás.

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Hablan las asociaciones para la libertad sexual: “Hay tolerancia, pero no hay respeto”

LAS ASOCIACIONES PARA LA LIBERTAD SEXUAL ASEGURAN QUE SE HA AVANZADO, PERO QUE TODAVÍA QUEDA CAMINO POR RECORRER

 

BIENESTAR físico, emocional, mental y social. Esos son los conceptos que incluye la definición de salud sexual según la Organización Mundial de la Salud (OMS). “No es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad”, añade. Para ello, la entidad aboga por que sean “respetados, protegidos y ejercidos a plenitud” los derechos sexuales de todas las personas.

Imanol Álvarez es integrante de Euskal Herriko Gay Askapen Mugimendua (Ehgam), la primera asociación LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales) para la libertad sexual de Euskadi. Su historia comenzó en 1977. “Franco había muerto y creímos que había llegado la hora de hacer algo”. Y lo hicieron. Crearon Ehgam y comenzaron a luchar por los derechos sexuales. “Tuvimos que escuchar mucho, en persona y por teléfono”. Pero el tiempo y el esfuerzo han dado sus frutos, tal como atestigua, entre otros, el monumento a los homosexuales de Durango.

Pero además de por ser la primera en Euskadi, Ehgam también destaca por otro aspecto: “Siempre hemos tenido el ámbito lúdico muy presente”, explica Jaime Mendia, otro miembro de la asociación. Entre dichas actividades se encuentran el mes de cine de Basauri, la fiesta del 28 de junio, acampadas, comidas, etc. “Aunque no por ello dejamos de lado otros temas reivindicativos”.

Más en esta última corriente se encuentra el proyecto Miradas Atrevidas, un trabajo de memoria histórica realizado junto con Aldarte que recoge en un libro los testimonios de personas homosexuales de otra época. Pero más que una crítica al pasado, estas recopilaciones también han desvelado un problema muy presente: la soledad de los gays ancianos. “La homofobia en las residencias es impresionante”, denuncia José Ignacio Sánchez, integrante de la asociación.

Ehgam ha sido la semilla de estas reivindicaciones en Euskadi, pero no el final. A raíz de ella han ido surgiendo diferentes asociaciones LGTB, como Bizigay en 2003. “Nuestra vía, más que la lucha social de calle, es la educación formal”, explica Mikel Oribe, integrante de dicha organización. Argumenta que ello se debe a que la sociedad en general es muy ignorante en temas de sexualidad y otras cuestiones sexológicas. “Y eso es lo que nos acarrea problemas sociales y de inclusión en el ámbito sexual”.

Para trabajar este ámbito, Bizigay tiene en marcha Esangura, un proyecto sobre educación sexual que se imparte en más de veinte colegios de Euskadi, la mayoría de Bizkaia. “Con él reducimos a la mitad los posicionamientos extremos según nuestras encuestas”, apunta Mikel. Y además también organizan las jornadas Sex on Trial, cuyo fin es realizar una crítica sexológica. “Nuestro reto es que el conocimiento, la cultura y el debate sexual cale a la gente”.

PROBLEMAS EN EL MUNDO LABORAL Otro punto de vista a tener en cuenta sería el de Errespetuz, una asociación formada íntegramente por transexuales. Sarai Montes, además de presidenta de este colectivo, es vocal de la comisión ejecutiva de la Felgtb (Federación Estatal LGTB). “Creamos Errespetuz en 2008 cómo lugar de reunión para poder hablar y compartir experiencias entre nosotros”. Después de todo, explica que es imposible sentirse realmente escuchado si el que está al otro lado no ha vivido esa condición. “Te atienden, pero no te entienden”. Su mayor reto, en la actualidad, es combatir la discriminación de los hombres y mujeres transexuales en el mundo laboral y, con el fin de sensibilizar a la sociedad, toman parte en el servicio Berdindu del Gobierno vasco, que atiende a personas LGTB.

En ese mismo proyecto toma parte Aldarte, otra asociación LGTB que surgió en 1994. “Nosotros apostamos por la creación de diferentes grupos de apoyo y referencia”, explica Lala Mujika, integrante de la misma. Conseguir el respeto, esa es la meta que se marca. “La impresión general es que ya tenemos todo conseguido, porque nos comparan con otros países, pero no es así”. Las asociaciones LGTB coinciden en que esto es un trabajo continuo, argumentando que las nuevas generaciones son casi tan machistas, sexistas, homófobas y tránsfobas como las anteriores. “Hay tolerancia, pero no hay respeto”, asevera Lala. Ese es ahora el gran reto.