La ley de matrimonio homosexual de Zapatero celebra su 10 aniversario con 31.610 enlaces

España fue el cuarto país del mundo en aprobarlo, aunque muchas parejas estuvieron en vilo durante los siete años en que la nueva ley se mantuvo en el Constitucional por un recurso del PP.

El grupo socialista aplaude en el Congreso tras la aprobación del matrimonio homosexual, hace ahora diez años

El grupo socialista aplaude en el Congreso tras la aprobación del matrimonio homosexual, hace ahora diez años. EFE

MADRID.- Emilio Menéndez y Carlos Baturin se casaron hace diez años en la localidad madrileña de Tres Cantos, pasando a la historia como la primera pareja del mismo sexo que pudo casarse en España gracias a la entonces recién aprobada ley del matrimonio homosexual que, una década después, ha avalado 31.610 enlaces.

La ley, elaborada por el gobierno socialista que presidía José Luis Rodríguez Zapatero, modificó el Código Civil para permitir el matrimonio y la adopción entre personas del mismo sexo, fue aprobada el 30 de junio de 2005 en el Congreso y entró en vigor el 3 de julio.

Desde entonces y hasta 2014, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), se han celebrado 31.610 enlaces entre personas del mismo sexo en España, que fue el cuarto país del mundo en equiparar los derechos de todas las parejas.

Los primeros en dar el paso, Emilio y Carlos, confiesan que el vínculo legal les “devolvió la dignidad” y fue “una aprobación de la sociedad” y “un reconocimiento como ciudadanos de primera”.

El “sí, quiero” fue como “un bálsamo que cura la herida”, explica Emilio, tras recordar que durante la dictadura en los años setenta sufrió “una sanción dura e injusta” por parte de la sociedad, que consideraba a un homosexual como “un monstruo o un depravado”.

El “compromiso” se legalizó después de treinta años de relación, en los que nunca estuvieron “dentro del armario”, aunque siempre fueron “discretos” para que nadie tuviera que reprocharles ningún escándalo.

Cuando les comunicaron que iban a ser los primeros en casarse, ocho días después de la entrada en vigor de la ley, Emilio dice que lo meditaron “brevemente” y que tuvieron “momentos de duda”, pero no calibraron la repercusión mediática que iba a tener el evento.

El 11 de julio de 2005 fue el “gran día”, en el que hubo “momentos felices, románticos y tiernos” y se sintieron arropados por la familia y acogidos por la gente y por los medios de comunicación.

Cuando llegaron al Ayuntamiento de Tres Cantos, donde la hermana de Emilio había sido concejal, se encontraron con que les habían preparado una boda “como Dios manda” en el salón de actos, con música, flores… y con ochenta cámaras de televisión.

De la noche a la mañana, se hicieron “famosos”, la gente les paraba por la calle para fotografiarse con ellos y cada vez que surge una noticia sobre este asunto vuelve a publicarse su imagen.

El recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio homosexual presentado por el PP los tuvo “en vilo” durante siete años, pero siempre confiaron en que el Tribunal Constitucional iba a resolver la cuestión con prudencia.

Al margen de los “errores” que haya podido cometer, en su opinión, esa legislatura de Zapatero será recordada como la de las libertades y la igualdad, por el matrimonio homosexual, entre otras leyes sociales.

Carlos y Emilio fueron la primera pareja gay en casarse en España, el 11 de julio de 2005

Carlos y Emilio fueron la primera pareja gay en casarse en España, el 11 de julio de 2005. EFE

Desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), su presidente, Jesús Generelo, califica de “pedagógica” la ley porque, además de permitir la felicidad de las parejas que han decidido hacer uso de este derecho, ha supuesto “un cambio social de aceptación, de visibilidad y de normalización de la diversidad sexual y de género”. “Algo que antes se veía con desconfianza y agresividad por parte de algunos sectores”, señala.

La sociedad ha visto que el matrimonio homosexual solo puede enriquecerla, no crea ningún conflicto social y no daña derechos ajenos, mientras que, desde el punto de vista psicológico, el colectivo LGTB ha experimentado un reforzamiento de la autoestima, señala su presidente.

Tras el “recurso de la vergüenza” del PP contra la ley de matrimonio homosexual, el Constitucional reconoció que no solo era un derecho, sino que lo inconstitucional hubiera sido seguir discriminando a este sector de la población, asevera.

En los primeros años de vigencia de la ley, se registraban dos matrimonios entre hombres por uno entre mujeres, mientras que los datos de los últimos años reflejan una tendencia a la equiparación, precisa el sociólogo de la Universidad de Salamanca Ignacio Paredero.

Baleares, Canarias, Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana tienen la tasa más alta de enlaces entre personas del mismo sexo, mientras que las más bajas se concentran en Castilla y León, Extremadura, La Rioja, Galicia y Castilla-La Mancha.

Júbilo entre la comunidad gay de Estados Unidos

WASHINGTON La alegría era incontenible entre la comunidad gay de Estados Unidos. San Francisco, la ciudad que hace una década allanó el camino para la aprobación de los matrimonios gay en Estados Unidos, explotó ayer de júbilo tras el respaldo del Tribunal Supremo a las uniones de personas del mismo sexo en todo el país. Poco después de que se conociese el fallo que legaliza el matrimonio homosexual en los cincuenta estados, una enorme bandera con el arcoíris que simboliza el matrimonio gay ondeaba en la entrada del Ayuntamiento de la ciudad.

Fue precisamente allí donde, a principios del 2004, con la bendición del entonces alcalde Gavin Newson y la mirada atenta del resto de estadounidenses, 4.000 parejas del mismo sexo contrajeron matrimonio. Las pioneras fueron Phyllis Lyon y Del Martin, una pareja de ancianas lesbianas juntas desde hacía 51 años. El Tribunal Supremo de California declararía ilegales aquellas uniones tan solo unos meses después, pero el ejemplo de San Francisco impulsó iniciativas similares en otros estados y condujo, a la histórica decisión del máximo tribunal estadounidense. – Efe

Menos del 2% de los matrimonios son entre personas del mismo sexo

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No son mayoría, pero ahora están donde antes no estaban: en las estadísticas de matrimonios. En 10 años, desde la entrada en vigor del matrimonio igualitario, en España se han celebrado 31.610 enlaces entre personas del mismo sexo, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra —baja si se toma en cuenta que apenas equivale al 1,72% de los más de 1,8 millones de casamientos registrados en una década— es lo de menos para las organizaciones que promovieron la ley: nunca se trató de cantidad, sino de tener los mismos derechos que cualquier otra pareja.

El Congreso votó la ley el 30 de junio de 2005, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE), y casi dos semanas después, el 11 de julio, se celebró la primera boda gay. Emilio Menéndez y Carlos Baturín, que entonces tenían más de tres décadas como pareja, se casaron en el Ayuntamiento de Tres Cantos (Madrid). El primer matrimonio entre dos mujeres llegó 11 días después, el 22 de julio, cuando Tani y Verónica se dieron el “sí” en Mollet del Vallès (Barcelona). Detrás de ellos, muchos más.

Así, con la palabra “matrimonio” y no bajo el amparo de uniones civiles o contratos, empezaron a casarse ante jueces, alcaldes, concejales, notarios, como cualquier ciudadano español. Los hombres son mayoría, con el 61,40% del total de los matrimonios celebrados entre personas del mismo sexo.

Solo en 2006 se oficiaron 4.313 bodas entre homosexuales en España, la cifra anual más alta en esta primera década. Desde entonces los matrimonios no han bajado de 3.000 al año. La incertidumbre, sin embargo, llevó a muchos a pensar en el “ahora o nunca”. En septiembre del 2005, poco tiempo después de la entrada en vigor del matrimonio igualitario, el PP recurrió la ley ante el Tribunal Constitucional. El partido, entonces en la oposición, consideraba que las bodas entre homosexuales “desnaturalizaban” el matrimonio. Un largo silencio —el tribunal tardó siete años en resolver el recurso— hizo que las parejas ya casadas temieran por la validez de su unión. El Constitucional avaló la norma en noviembre de 2012.

Solo en 2006 se oficiaron 4.313 bodas homosexuales en España, la cifra anual más alta en esta primera década

Y así como ahora están en las estadísticas de matrimonios, también están en las de divorcios, que empezaron a aparecer en 2007. El INE tiene las cifras de las uniones homosexuales celebradas entre 2005 y 2014. En el caso de las separaciones, sin embargo, por ahora solo cuenta con el desglose de datos hasta 2013. Los números dan cuenta de una característica: proporcionalmente, las personas del mismo sexo se divorcian menos. En este periodo de nueve años, de 2005 a 2013, 1.858 de los 28.310 enlaces entre personas del mismo sexo se disolvieron en procesos de divorcio, separación o anulación. Es decir, el 6,56% de las uniones homosexuales terminaron en una ruptura.

Las tasas de separación han sido más altas en el caso de los matrimonios heterosexuales. En el periodo 2005-2013 se registraron 1.626.783 matrimonios y 1.075.893 divorcios, separaciones y nulidades entre parejas heterosexuales. Esto quiere decir que por cada 10 bodas entre hombres y mujeres hubo 6,6 rupturas.

En otras palabras, de los 1.077.751 divorcios, separaciones y nulidades registrados entre 2005 y 2013, apenas 1.858 —el 0,17% del total— corresponden a rupturas entre parejas del mismo sexo.

Aunque entre las parejas del mismo sexo se registren menos divorcios si se compara con las cifras de las parejas heterosexuales, ese dato ha ido en aumento año tras año, sin excepciones. Los primeros se registraron en 2007, con 59 rupturas entre parejas que habían contraído matrimonio, según la base de datos del INE. Desde entonces, el número no ha hecho más que subir hasta llegar a las 549 disoluciones en 2013, la cifra anual más alta.

Como ocurre también con las parejas heterosexuales, el divorcio es el tipo de disolución matrimonial entre quienes deciden separarse; ha sido la elección de 1.773 parejas del mismo sexo (95,42% del total). Las separaciones son mínimas (22) y las nulidades, casi inexistentes (4).

El Tribunal Supremo de Estados Unidos legaliza el matrimonio homosexual en todo el país

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha fallado a favor de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país, una decisión histórica que anula la capacidad de los estados para prohibir las uniones entre homosexuales.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dictaminado que el matrimonio homosexual queda protegido por la Constitución a través de un veredicto en contra de las prohibiciones a los enlaces entre personas del mismo sexo en todo el país.

De esta manera y desde hoy, el matrimonio homosexual es un derecho constitucional en Estados Unidos, obligando a los trece estados del país que aún lo prohibían a permitir que las personas del mismo sexo puedan unirse legalmente.

La decisión de los nueve jueces que conforman el Alto Tribuna se ha dirimido por un estrecho margen, con cinco jueces a favor y cuatro en contra.

El caso analizado por la decisión judicial de hoy aludía a los estados de Kentucky, Michigan, Ohio y Tennessee, donde se define el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer.

Esos estados no han permitido que las parejas del mismo sexo se casen dentro de sus fronteras y también se han negado a reconocer los matrimonios válidos en otros estados del país.

Hace justo dos años, la Corte Suprema anuló parte de la ley federal que no reconocía el matrimonio gay, que negaba una serie de beneficios gubernamentales para las parejas del mismo sexo que habían contraído matrimonio legalmente.

Cientos de personas se han agolpado en las inmediaciones de la Corte Suprema, en el centro de Washington, para celebrar la decisión de los jueces.

El presidente estadounidense, Barack Obama, se ha apresurado a celebrar la decisión del Tribunal Supremo como «un gran paso en la marcha hacia la igualdad».

«Las parejas gais y lesbianas tienen ahora el derecho a casarse, como cualquier otras. #LoveWins (el amor vence)», ha señalado en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.

 

La Corte Suprema de EE UU legaliza el matrimonio homosexual en todo el paísLa Corte Suprema de EE UU legaliza el matrimonio homosexual en todo el país

  • La medida, una de las decisiones esperadas en las últimas décadas, ha sido celebrada por activistas LGTB frente al tribunal

 

La Corte Suprema de Estados Unidos ha legalizado este viernes el matrimonio homosexual en todos los estados del país, una de las decisiones esperadas en las últimas décadas y que ha sido celebrada por activistas LGBT frente al tribunal, donde una multitud se ha concentrado ondeando la bandera del arcoiris, símbolo universal de los derechos homosexuales

En un fallo histórico, el máximo tribunal del país decide que la Constitución requiere que los estados celebren y reconozcan el matrimonio entre dos personas del mismo sexo.

Dos años después de haber decretado que el matrimonio no era exclusivo de las parejas heterosexuales, la Corte juzga que los 14 estados que actualmente se niegan a unir a dos personas del mismo sexo, deben ahora casarlos y además reconocer su matrimonio si fue celebrado en otra jurisdicción.

En nombre del principio de igualdad de todos ante la ley, “la 14ª Enmienda de la Constitución requiere que un estado celebre el matrimonio entre dos personas del mismo sexo”, señala el juez Anthony Kennedy, expresando la mayoría de la Corte Suprema. “El derecho al matrimonio es fundamental”, ha subrayado.

El magistrado conservador ha unido su voto a los de cuatro magistrados progresistas del alto tribunal, para permitir que los gays y las lesbianas puedan casarse en todos los rincones de Estados Unidos. El presidente de la Corte, John Roberts, se opuso a la decisión, al igual que los otros tres jueces conservadores.

Cómo nueve jueces vitalicios han modelado la sociedad de EE UU

De la esclavitud al matrimonio homosexual, la historia de este país no se entiende sin las decisiones del Tribunal Supremo

Celebración en Washington tras el dictamen

Celebración en Washington tras el dictamen. / JACQUELYN MARTIN / AP (REUTERS-LIVE!)

Los nueve jueces del Tribunal Supremo, designados por el presidente de Estados Unidos y ratificados por el Senado, ostentan cargos vitalicios. Su influencia es con frecuencia mayor que la del presidente. Sus decisiones son inapelables, nadie puede despedirlos, no rinden cuentas. ¿Antidemocrático? No. Casi siempre, el tribunal ha mantenido la sintonía con la opinión mayoritaria de los ciudadanos. Los jueces, escribió el politólogo Robert McCloskey en su clásico The American Supreme Court (El Tribunal Supremo americano, 1960), “rara vez se han apartado demasiado de la corriente principal de la vida americana, y rara vez han sobreestimado sus propios recursos”. Así modelaron los jueces la sociedad estadounidense:

A FAVOR DE LA ESCLAVITUD. Posiblemente Dred Scott vs. Sandford, de 1857, sea la decisión más vergonzosa de la historia del Tribunal Supremo. Los jueces dictaminaron que los esclavos no eran ciudadanos y que el Congreso no podía prohibir la esclavitud en los nuevos territorios de EE UU. Cuatro años después estalló la Guerra Civil.

INTEGRACIÓN EN LAS ESCUELAS. La decisión Brown vs. Consejo educativo de Topeka, en 1954, ilegalizó la segregación racial en las escuelas. La base legal, como en la decisión que este viernes legalizó el matrimonio homosexual, es la Enmienda 14 de la Constitución, que garantiza la igualdad ante la ley.

MATRIMONIO INTERRACIAL. Mildred Jeter, una mujer blanca, y Richard Loving, un hombre negro, fueron detenidos varias veces por violar las leyes que prohibían los matrimonios entre distintas razas. En el caso Loving vs. Virginia, de 1967, los jueces dictaminaron que estas prohibiciones en varios estados eran inconstitucionales.

ABORTO LEGAL. La decisión sobre el caso Roe vs. Wade, en 1973, reconoció el derecho al aborto en todo el país, pero más de cuatro décadas después el debate sigue abierto y las divisiones entre progresistas y conservadores persisten.

RECUENTO EN FLORIDA. En el caso Bush vs. Gore, el Tribunal Supremo frenó el recuento en Florida, el estado que debía decidir las reñidas elecciones presidenciales de 2000. La consecuencia fue la victoria del republicano George W. Bush ante su rival demócrata, Al Gore.

FINANCIACIÓN ELECTORAL. En el caso Citizens United vs. FEC, de 2010, el Tribunal Supremo abrió la puerta a la financiación sin límites de campañas políticas. La decisión enfrentó a los jueces con el presidente Barack Obama.

REFORMA SANITARIA. En dos sentencias, en 2012 y 2015, el Tribunal Supremo ha avalado la reforma sanitaria, el proyecto central de la reforma sanitaria de Obama. El Supremo, adversario hace unos años, se ha convertido en su gran aliado.

El Tribunal Supremo de EE UU legaliza el matrimonio gay

Celebración ante el Supremo este viernes

El matrimonio homosexual es desde ayer legal en todo Estados Unidos. El Tribunal Supremo, máxima instancia judicial en este país, declaró ilegales las leyes que en 14 Estados prohibían casarse a personas del mismo sexo. Tras décadas de lucha, en pocos años los estadounidenses y sus líderes, contrarios hasta hace poco a la equiparación de los derechos de gais y lesbianas, han dado un giro irreversible. La decisión, comparada con la que en 1954 ilegalizó la segregación racial en las escuelas, cierra una era de discriminación.

“Este fallo es una victoria para América”, dijo Barack Obama. “Cuando todos los americanos son tratados como iguales, todos somos más libres”. El caso Obergefell et al. contra Hodges, director departamento de Sanidad de Ohio, et al. pasará a los libros de historia con otros casos como Brown contra el Consejo educativo de Topeka o Roe contra Wade, que han transformado EE UU. James Obergefell y los otros demandantes pedían al Supremo que ilegalizase las leyes que, en Michigan, Kentucky, Ohio y Tennessee, definían el matrimonio como la unión entre hombre y mujer.

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El tribunal, con 5 votos a favor y 4 en contra, dio la razón a Obergefell. Anthony Kennedy, el juez centrista que suele desempatar en las decisiones reñidas y que redactó el fallo, argumentó que las leyes de estos cuatro Estados vulneran la 14ª enmienda de la Constitución, que consagra la igualdad ante la ley y, según el fallo, “exige al Estado que case a dos personas del mismo sexo”. “Piden una dignidad igual a los ojos de la ley”, escribió Kennedy en referencia a los demandantes. “La Constitución les garantiza este derecho”.

Automáticamente, la decisión sobre los cuatro Estados demandados se aplica a los diez que sólo permitían casarse a un hombre con una mujer. De golpe, el matrimonio homosexual, hasta ahora legal en 36 Estados, lo es en los 50 de la Unión, sin excepción.

La primera potencia, la democracia más poderosa, un país con un largo historial de discriminación pero también de batallas por los derechos civiles, propicia el mayor avance en décadas, quizá en la historia, de los derechos de gais y lesbianas. Quienes se oponen al fallo de ayer tiene poco margen para revocarlo. Deberían enmendar la Constitución o lograr que los jueces —los actuales u otros más conservadores— dictasen otro fallo que anulase el actual. El juez conservador Antonin Scalia describió la decisión, en un voto particular, como un “golpe de Estado judicial” y dijo que el Tribunal Supremo es una amenaza a la democracia estadounidense. El argumento de la minoría conservadora es que los jueces se han excedido al intervenir en un asunto que debería decidir el pueblo.

Cambio en pocos años

Hace medio siglo, todos los Estados de EE UU menos uno criminalizaban la homosexualidad, y la Asociación Psiquiátrica Americana la calificaba de enfermedad mental, escribe el profesor de Harvard Michael Klarman, autor de Del armario al altar, una historia de la lucha por el matrimonio homosexual.

Hace sólo diez años, el único Estado en permitir las bodas entre personas del mismo sexo era Massachusetts. La doctrina del Supremo era que cada Estado debía decidir por su cuenta. “Mis creencias religiosas dicen que el matrimonio es algo santificado entre un hombre y una mujer”, decía Obama en 2004, cuando aspiraba a ser senador por Illinois. Aquel año, un 31% se oponía al matrimonio igualitario y un 60% estaba a favor, según el Pew Research Center. Ahora un 59% está a favor y un 39% en contra. Todo ha cambiado en pocos años: las Fuerzas Armadas aceptan a gais y lesbianas, el Gobierno federal ya reconoce a efectos administrativos a los matrimonios homosexuales y Obama se ha sumado al movimiento.

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Tras conocerse la decisión, frente a la escalinata del Supremo, Bill Wooby, de 67 años, recordaba los años de lucha, la discriminación, los amigos muertos y lloraba. “Por primera vez me siento americano”, dijo.

#LoveWins, el triunfo del amor

ENREDADOS Las redes sociales celebran la aprobación de la ley

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La aprobación del matrimonio homosexual en los 50 estados de EEUU ha tenido una gran acogida en todo el mundo. Cientos de estadounidenses han salido a la calle para celebrarlo y las redes sociales han sido testigo de la victoria del amor.
El hashtag #LoveWins (tuiteado por Obama) quedarán para siempre como baúl de los recuerdos de un día histórico. La etiqueta se ha convertido en trending topic mundial y ha sido utilizado cerca de 100.000 veces en Twitter, según la herramienta Topsy.
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Tanto Obama como Hillary Clinton han cambiado sus avatares en Twitter por los colores de la bandera gay.
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De las primeras cuentas en mostrar su orgullo ha sido la de la Casa Blanca, que se ha teñido de arcoiris, así como varios edificios y puentes. Un gesto que han alabado los tuiteros.
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Y han sido varios los famosos que han compartido su alegría en las redes. El actor y activista Ian McKellen @IanMcKellen y su pareja Derek Jacobi ha se han cubierto en confeti multicolor y lo han publicado en Vine.

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Los derechos gays son Derechos Humanos

Ciudadanos estadounidenses reivindican los derechos de los gays

Ciudadanos estadounidenses reivindican los derechos de los gays. | James Costos. REUTERS | JOSÉ AYMÁ

día que recibí la llamada del Presidente Obama para servir como embajador de Estados Unidos en España fue uno de los días que más orgullo sentí mi vida. No sólo porque es un honor representar a un Presidente a quien realmente admiro, o a un país al que amo sinceramente, sino porque mi nombramiento, junto con la de otros seis embajadores abiertamente homosexuales, envió al mundo el mensaje de que los estadounidenses LGBT también son parte de la estructura primaria de América y que Estados Unidos está comprometido con la plena igualdad para la comunidad alrededor del mundo.

Estamos siendo testigos de una gran cantidad de actividades de promoción e impulso de este tema en mi país. Como ha dicho Obama: “Hemos hecho nuestra unión un poco más perfecta”, después de que el Tribunal Supremo de la nación decidiera quecontraer matrimonio es un derecho fundamental, inherente a la libertad de la persona, y que las parejas del mismo sexo no pueden ser privadas de la libertad o de ese derecho. El amor ha ganado y hoy estoy todavía más orgulloso de ser estadounidense.

Y mientras continúa nuestra labor para asegurar que los derechos de todos los estadounidenses son respetados en casa, mi Gobierno lleva este mismo compromiso a nuestro trabajo en el extranjero. Abogar por los derechos LGBT en todo el mundo es parte integrante de la política exterior de Estados Unidos. Mientras que para algunos esto puede parecer algo nuevo, no deja de ser una continuación de una larga tradición estadounidense de lucha por los derechos humanos y la libertad para todos.

‘España lidera el camino’

España lidera claramente el camino en este tema, sin embargo, a pesar de la amplia aceptación social y algunas de las leyes más progresistas del mundo, todavía existe la discriminación LGBT.

Desde mi llegada, me he reunido con muchos miembros de la comunidad LGBT española y, aunque a menudo comparten historias positivas sobre la aceptación que disfrutan, también me han llegado algunos temores acerca de la intimidación en escuelas, crímenes de odio o desigualdades en el trabajo. Según una encuesta de 2013 publicada por la Federación Nacional de Personas LGBT de España,el 76% informó haber sufrido discriminación en la escuela, el 45% de discriminación en los espacios públicos, y el 31% de discriminación en su lugar de trabajo.

Me siento orgulloso de ofrecer apoyo moral a los esfuerzos para promulgar el cambio, utilizar mis buenos oficios para ayudar a poner el foco sobre sus problemas y a conectarlas con las labores de promoción mundial realizadas por grupos como la Campaña de Derechos Humanos. Por ejemplo, este año la Embajada va a enviar a un joven activista LGBT de Valencia a un programa de liderazgo en Estados Unidos asociado con el proyecto It Gets Better, un grupo que ofrece esperanza a jóvenes LGBT que sufren intimidación.

Como también ha declarado el presidente Obama: “Creemos en la dignidad humana, que todas las personas son creadas iguales, no importa quién eres, o cuál es tu apariencia, o cuáles son tus gustos, o de dónde procedes”. A pesar de que en muchos aspectos Estados Unidos tiene mucho que aprender del ejemplo español, claramente hay consecuencias importantes que sacar del intercambio de experiencias y del trabajo conjunto para promover nuestros valores compartidos en todo el mundo.

 

El amigo americano

Pocas noticias podían habernos producido una mayor satisfacción en pleno Orgullo LGTB 2015 que la resolución del Tribunal Supremo de EEUU declarando plenamente constitucional el derecho al matrimonio entre personas del mismo sexo. Cuando se celebran los 10 años de consecución en España del matrimonio igualitario y, por tanto, de la igualdad plena para toda la ciudadanía.

Estos 10 años han demostrado la capacidad transformadora de este derecho. La visibilización que ha posibilitado ha causado un cambio radical en la percepción, por parte de la sociedad, de la diversidad sexual y de género.
Extrapolándolo a nivel internacional, la inclusión de EEUU en el todavía reducido grupo que reconoce este derecho es un momento clave que, con toda probabilidad, va a suponer un salto cualitativo en la expansión de derechos LGTB -derechos humanos, no lo olvidemos- por todo el planeta.

Es ocioso insistir en la influencia a todos los niveles de EEUU: política, económica, cultural… El avance legislativo español tuvo enseguida una influencia positiva en su entorno cultural: Argentina, Uruguay y México han ido reconociendo en pocos años la igualdad en el derecho a contraer matrimonio. El área de influencia de Estados Unidos es global.

Y no olvidemos que la expansión de derechos es contagiosa. La Historia nos ha demostrado que sucede como en el juego de fichas de dominó: una vez que cae una, las otras la siguen irremediablemente. Esta vez ha caído la ficha más alta, la que tiene más poder para poner en marcha el juego. Los ejemplos son muchos: el sufragio femenino, que fue imponiéndose en las democracias a lo largo de los años. Igual que con la abolición de la esclavitud o el derecho al divorcio.

En materia de derechos de las minorías sexuales, la pequeña historia del movimiento LGTB ya viene también cargada de influencias de la metrópoli libertaria que en ocasiones es EEUU. La bandera del arco iris fue inventada en San Francisco y ahora da color en una buena parte del planeta.

Si la expansión cultural estadounidense ha conseguido (no olvidemos que se trata de Hollywood, la industria del disco, editorial, televisiva, los vídeo juegos, la publicidad, etc.) que sintamos como una tradición irrenunciable la celebración de Halloween, podemos hacernos una idea de lo que va a suceder con el matrimonio igualitario. En esta ocasión, cuando se trata de derechos humanos, bienvenida la influencia norteamericana.

Porque, además, recordemos que la sentencia no solo habla de constitucionalidad, sino que establece el acceso al matrimonio como un derecho fundamental. Y eso son palabras mayores. Con la ayuda inestimable, por supuesto, del resto de los países que hemos precedido a EEUU.

Feliz Orgullo. Feliz Igualdad, compañeras y compañeros norteamericanos.

Jesús Generelo es presidente de la FELGTBA